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Índice:

Introducción.................................................................................................1

Análisis..........................................................................................................2

Conclusión.....................................................................................................4

Bibliografía.....................................................................................................5
Introducción:

En este breve ensayo vamos a analizar el cuento de Jorge Luis Borges “el evangelio según
Marcos”, intentare definir la postura del lector, que se encuentra dentro del texto, en esa
situación de lectura especifica, abordaremos a los personajes lectores, tanto al que lee para
otros como el que escucha, el primero desde la inocencia de no saber el poder de las palabras
y el segundo desde su ignorancia ya que no conoce la diferencia entre la realidad y un relato.
Ambos en una relación que no se puede disociar, donde sus las interpretaciones de ambos de
esa escena de lectura la que lleva a ese desenlace.
La figura del lector estuvo siempre presente en la literatura, las muchas teorías sobre esta, en
la literatura hablan sobre un texto como efecto de la lectura, de esta forma el lector es
liberado de lo que quiso decir el autor y de lo que dice el texto dejando la interpretación en el
lector.

Las figuras de lectores que se encuentran en algunos textos son figuras que representan el arte
de leer y cuya experiencia se vuelve un comentario en sí mismo sobre este arte. En este
cuento tenemos una imagen que evoca una situación de lectura, tenemos a un lector Baltazar
Espinoza y quienes lo escuchan los Gutres, hay quienes consideran que leer y escuchar son
cosas distintas porque para uno se necesita la acción activa, el otro es algo que nos pasa, pero
independientemente de esta diferencia ambas cumplen con la misma función cognitiva y no
se puede decir que uno sea mejor que el otro.

Leer en vos alta es una práctica que estimula no solo la adquisición del lenguaje y la
ampliación del vocabulario, es un alimento tanto para el corazón como la mete y la
imaginación, si le damos un buen uso es una poderosa herramientas para que las personas
aprendan no solo a leer símbolos. En el cuento “el evangelio según marcos” (Borges, 1970)
vemos a un personaje como espinosa, estudiante, culto, de una familia, con padres educados,
alfabetizados, que se encuentra de vacaciones en la casa de un amigo, el cual debe ausentarse
y se queda este con los peones de la estancia, para aquietar silencio incomodos y practicar su
oratoria decide leerles un libro a los gutres (los peones de la estancia) y elige la biblia más
precisamente el evangelio según marcos, y como dijimos anteriormente la lectura en voz alta
es una gran herramienta pero debe ser bien utilizada, el lector que lee a otros debe tener en
cuenta determinadas cuestiones para poder transmitirlas al lector, el escritor Miguel
Dalmaroni, postula que muchos leen literatura fuera de contexto, que las teorías literarias nos
repiten que las obras nos dan la posibilidad de proliferar los contextos, pero si partimos de
esta afirmación debemos decir entonces que la lectura fuera de contexto, es la que posibilita
esta multiplicidad de los ya mencionados, lo que el lector puede hacer en su lectura
silenciosa, lo que puede percibir, entender o imaginar es diferentes a las mismas cuestiones
en aquellos que escuchan una lectura, leer a otros solo por leer sin reconocer el poder de las
palabras es un arma de doble filo que en este caso le costó la vida a nuestro personaje, como
lector la lectura sin contexto para amplificar o multiplicar los mismos es válido en la lectura
personal, individual, pero no en la lectura para otros, quizá en lugar de hablar de contexto
deberíamos hablar de un marco de lectura en donde se pueda ubicar al lector, no necesario en
todos los casos, puesto que podemos tener oyente más instruidos que otros y estas diferencias
son las que van a ayudar a delimitar ese marco, si los Gutres no hubieran sido analfabetos,
hubieran tenido una instrucción no como la de nuestro personaje pero sí que les diera la
capacidad de distinguir una escritura ficticia o historia, no hubieran hecho una interpretación
tan literal del texto, pero si el oyente no tiene esa instrucción es deber del lector dar esa
información, para encaminar al otro en la escucha de la lectura, pero la falta de ese tipo de
contexto no el que proviene solo de la interpretación del texto, sino de la necesaria para
entender las demás cuestiones, pero se da por sentado que el que lee, sabe o el que escucha
entiende y muchas veces no es el caso.

En este caso en particular, la falta de contexto llevo a un entendimiento textual de la historia,


la interpretación de tener que realizar la acción escuchada para que pueda tener los mismos
efectos del cuento.

Nuestro personaje, ávido lector instruido se olvidó del poder de las palabras, puesto que el
solo leía literatura, el escritor Jorge Larrosa en una conferencia dijo que quien lee y cuando se
mira al espejo la lectura no le produjo ningún cambio entonces solo está leyendo palabras, no
literatura, los Gutres desde su ignorancia total no solo alfabeta, sino además, social y
cognitiva, hicieron una interpretación literal, dejándose llevar por lo que Barth habla sobre el
deseo en “el susurro del lenguaje”, el mismo que encontramos al encerrarnos a leer unos
capítulos en un baño o hasta quedarnos dormidos con el libro en la mano, el deseo de los
Gutres de la lectura que pedían sea leída una y otra y otra vez es en la interpretación, en creer
eso escuchado como cierto.
Conclusión:

Si bien se suele decir que leer y escuchar, producen en el cerebro los mismos efectos,
mientras que en el primero somos artífices, podemos detenernos, buscar palabras, releer,
saltar partes, en el segundo es algo que nos atraviesa, si no entendimos, la lectura continua no
podemos releer, buscar lo que no entendemos por eso, el entendimiento de la lectura por parte
del que escucha no solo se le puede ser atribuida a este sino también al que lee en voz alta, la
palabra tiene un inmenso poder, y debe ser bien utilizada, el conocimiento en letras, símbolos
y una lectura fluida no te lo da, uno no debe solo leer literatura debe en cierto modo vivirla.
Bibliografía:

Jorge Luis Borges, (1970) El informe Brodie, El evangelio según marcos, editorial Emece,
Argentina Buenos Aires.

Luis Dalmaroni, (2019), Literatura-Lingüística, investigaciones en la Patagonia, “literatura


como lectura: algunas figuras retoricas” pág. 13-28, editorial Edupa 1° ed. Argentina,
Chubut.
Bien el texto y el desarrollo de las ideas principales.

Observo errores de escritura, de mayúsculas, de cohesión.

Nota, 7, siete.

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