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(Estamos en un suntuoso salón del palacio del Rey. Tres gallinas pululan por el
lugar, como si ésta fuera su casa).
(Entra el Presentador).
PRESENTADOR.-
Lo habéis imaginado a la perfección. Estamos en el salón principal del palacio del
país de Sourtsnom.
(Entra el Rey).
REY.-
¿Acaso crees que no lo sé, saltimbanqui? Yo soy el rey de Sourtsnom y tengo que
saberlo.
PRESENTADOR.-
Perdonad, majestad, pero yo estaba hablando con…
REY.-
¿Con las gallinas?, pues eres más tonto de lo que había imaginado.
PRESENTADOR.-
No, majestad.
REY.-
¿Osas llevarme la contraria?
PRESENTADOR.-
No, majestad.
REY.-
Pues lo estás haciendo, titiritero.
PRESENTADOR.-
Yo sólo soy el títere.
REY.-
Vuelves a contradecirme. Debería hacer algo malvado contigo. Pero estás de
suerte, porque hoy estoy de buen humor.
PRESENTADOR.-
¿Puedo preguntar por el origen de vuestra alegría?
REY.-
No puedes, porque yo ya voy a decirlo; porque soy un rey magnánimo. Acaba de
llegar un príncipe que quiere pedir la mano de una de mis dos hijas. Y eso me
hace feliz.
PRESENTADOR.-
No sabía que su excelencia tuviese dos hijas.
REY.-
¿Y qué va a saber un títere? Vete, sal de aquí, que ya se acerca el príncipe y no
me gustaría que me viese hablando con un muñeco.
PRESENTADOR.-
Pero, majestad, usted también…
REY.-
¡Sal de aquí, villano!, antes de que olvide que estoy de buen humor. ¡Fuera!
PRESENTADOR.-
Sus órdenes son deseos más para mí. ¿O era al revés?
REY.-
¡Fuera!
(Sale el Presentador por un extremo, en el mismo momento en que el Príncipe
entra por el otro, y escucha la exclamación del Rey).
PRÍNCIPE.-
Ops, perdón; pensé que había dado usted permiso para que entrara. Me marcho…
REY.-
No hablaba contigo, muchacho. Hablaba con un tontorrón que se ha marchado.
PRÍNCIPE.-
¿Y si se había marchado, por qué hablaba con él?
REY.-
¿Eh?, ¿y tú qué quieres?
PRÍNCIPE.-
Vengo a pedir la mano de una de sus hijas.
REY.-
¡Ah, claro!, con gusto te daría la mano y hasta el pie de una de mis dos hijas,
pero una bruja las ha convertido en gallinas. Son éstas que picotean por el salón.
(El Rey señala a las tres gallinas).
PRÍNCIPE.-
Pero es que hay tres gallinas.
REY.-
¿Acaso no crees que soy muy capaz de contar gallinas?, ya sé que son tres.
PRÍNCIPE.-
Pero ha dicho que tiene dos hijas, así que sobra una gallina.
REY.-
Es que la otra es la bruja que las ha embrujado.
PRÍNCIPE.-
Curioso, ¿la bruja convierte a las dos princesas en gallinas y para terminar
también a ella misma?
REY.-
Sólo se romperá el encantamiento si un príncipe como tú descubre cual de las
tres gallinas es la bruja.
PRÍNCIPE.-
¡Ah!
REY.-
Ya ves.
(Se produce un momento de silencio durante el cual el Príncipe observa a las
gallinas).
PRÍNCIPE.-
¿Podrían traerme unos granos de maíz?
REY.-
¿Vas a hacer palomitas?, me encantan las palomitas de maíz. ¡Traed granos de
maíz para el príncipe!
(Entra el Presentador con los granos de maíz).
PRESENTADOR.-
Granos de maíz.
PRÍNCIPE.-
Arrójalos al suelo.
PRESENTADOR.-
Sus granos son órdenes para mí.
(El Presentador arroja los granos al suelo). (Una de las gallinas se pone a picotear
los granos recién traídos).
PRÍNCIPE.-
El misterio, está resuelto; la bruja es la gallina que come los granos. Unas
princesas, aún siendo gallinas, jamás se rebajarían a comer un alimento tan poco
delicado. ¡Tú eres la bruja!
(La gallina que estaba picoteando los granos se transforma en una bruja más bien
guapa).
BRUJA.-
¡Y tú eres tonto!
PRÍNCIPE.-
¿Porque te he descubierto?
BRUJA.-
No, príncipe Otnot led Oluc. Sino porque yo hice un hechizo para librar a esta
tierra de la tiranía de los Ogros y tu acabas de romperlo.
(Las otras dos gallinas se transforman en dos Ogras y el rey en un Ogro de
aspecto espantoso y aterrador).
BRUJA.-
Corre, Otnot.
(Bruja y Príncipe salen del lugar perseguidos por los ogros. Vuelven a entrar y
salir, perseguidos siempre. Entran de nuevo).
PRÍNCIPE.-
(Mientras corre junto a la Bruja).
¿Cómo te llamas?
BRUJA.-
Soy la Bruja Sam Apaug.
PRÍNCIPE.-
Encantado.
(Ambos salen perseguidos por los ogros).
(Entra el Presentador).
PRESENTADOR.-
Algunos dicen que los ogros se comieron al Príncipe en pepitoria, y otros que en
salsa verde. Sin embargo, algunos aseguran que la Bruja y el Príncipe escaparon,
se casaron y vivieron contentos en otro cuento.
(Aparecen los tres ogros y persiguen al Presentador por el escenario, entradas y
salidas siempre el Presentador delante a todo correr).
PRESENTADOR.-
(En una de las entradas y cuando los ogros están a punto de atraparlo).
¡Había una vez un cuento que acaba en este momento!
(Desaparecen todos).
FIN