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PERSONAJES:
PRINCESA
REINA
PRINCIPE
DONCELLA
GUION:
PRINCIPE: Porque no soy feliz, mama. Quiero contraer matrimonio pero no he encontrado a una
verdadera princesa. He viajado por todo el mundo, visitado cientos de palacios, y no he podido
encontrarla.
REINA: Lo sé. Hay tantas mujeres encantadoras, hermosas, e inteligentes… pero no son verdaderas
princesas.
REINA: Mientras tanto, debes quedarte en el palacio. El invierno será duro, y hoy en la noche el clima
esta terrible.
PRINCIPE: Espero que la tormenta no haga mucho daño, y que la gente del pueblo permanezca en sus
casas. Ya se escucha el viento soplar, y los fuertes truenos.
PRINCIPE: No lo sé, pero debe estar totalmente mojado por la lluvia. (Abre la puerta)¿Quién eres?.
¿Qué estás haciendo aquí en medio de esta tormenta?.
REINA: Necesitas descansar y cambiarte de ropa. Por favor, acércate a la chimenea para que te
calientes, y en unos minutos más la doncella te llevara a tu recamara.
REINA: Ella dice que es una princesa, pero solo hay una manera de saber si está diciendo la verdad.
PRINCIPE: ¿Cómo podemos saberlo?. ¡Ella es muy bonita y creo que me he enamorado de ella!.
REINA: Ya lo veras. (Toma una pequeña campana y la suena. La Doncella entra al escenario y se le
acerca) Quiero que vayas a la recamara de los invitados y que coloques sobre la cama un guisante.
Después, ve a cada recamara del palacio y reúne veinte colchones, y ve y colócalos sobre el guisante.
REINA: Las princesas son muy sensibles. Si ella es una verdadera princesa, entonces no podrá dormir
bien ya que podrá sentir el guisante a través de los veinte colchones.
REINA: Tu cama ya está lista, estoy segura de que esta noche dormirás muy bien. La doncella te llevara
a tu recamara (toca la pequeña campana, la doncella entra al escenario, y se acerca)
REINA: (A la Princesa) Que descanses, querida. Te veremos por la mañana en el comedor para
desayunar.
PRINCESA: Muchas gracias, y buenas noches.
PRINCIPE: (Se levanta) Buenos días. Por favor, siéntate a desayunar con nosotros.
PRINCIPE: ¡Eso que dices es imposible!. Te dimos la mejor cama del palacio.
PRINCESA: Sentí como si estuviera recostada sobre una piedra, y ahora me duele todo el cuerpo. ¡Me
siento muy mal!.
PRINCIPE: (Se levanta) ¡Entonces si eres una verdadera princesa!. Únicamente una princesa real puede
ser así de sensible y delicada.
PRINCIPE: Ahora sé que tú eres la mujer que tanto he buscado. Desde el momento en que te vi, mi
corazón me dijo que tú eras mi princesa y el amor de mi vida. (Toma la mano de la Princesa) ¿Quieres
casarte conmigo?.
PRINCESA: ¡Sí!