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Actividad #4

“Estudio del caso”

Alumna: E. Maritza Nieves Arce


Fecha: 22 de Abril del 2024
Materia:Bioética y Profesionalismo
Introducció
La resolución en el caso Brooks es un acontecimiento trascendental en el
ámbito legal y ético de los Estados Unidos, pues aborda de manera
fundamental el derecho de los individuos a la libertad de creencias religiosas
y su ejercicio sin interferencias indebidas. La situación gira en torno a una
paciente Testigo de Jehová que, debido a una úlcera péptica, requirió
tratamiento médico. Esta paciente, de acuerdo con sus convicciones
religiosas, se negó reiteradamente a recibir transfusiones de sangre y
expresó claramente su decisión al médico tratante. Incluso firmó un
documento de exoneración para dejar constancia de su negativa a dicho
procedimiento médico.

Sin embargo, el médico solicitó una orden judicial para administrar la


transfusión de sangre sin notificar a la paciente ni a su familia. Este acto
desencadenó una controversia legal y ética fundamental sobre los derechos
del paciente, la autonomía médica y las creencias religiosas. El Tribunal
Supremo de Illinois, al pronunciarse sobre este caso, sentó un precedente
crucial al reconocer y sostener el derecho absoluto de cada individuo a la
libertad de su creencia religiosa y su ejercicio, siempre y cuando dicho
ejercicio no ponga en peligro de manera clara y actual la salud, el bienestar o
la moral pública. (Medwave 2004 Sep;4(8):e2251 doi: 10.5867/medwave.
2004.08.2251)

Esta decisión marca la primera vez que un tribunal de apelación en los


Estados Unidos respalda el derecho de un paciente Testigo de Jehová a
rechazar transfusiones de sangre no deseadas, y proporciona un sólido
respaldo adicional al derecho de la autodeterminación corporal y a la
protección de la libertad individual en el contexto de la atención médica. Al
equilibrar los derechos religiosos con la responsabilidad médica, este caso
subraya la importancia de garantizar que las decisiones médicas respeten
las convicciones y deseos fundamentales de cada paciente, en consonancia
con los principios constitucionales y éticos que rigen nuestra sociedad.
Desarrollo
Para poder discutir si el derecho del paciente a la autonomía fue violado o
no, tenemos que entender la razón por la que el paciente no deseaba la
transfusión de sangre. En este caso es una razón religiosa.
Los testigos de Jehová rechazan consumir sangre en cualquier forma,
incluyendo sangre total, glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas y
plasma, basándose en su interpretación de la Biblia como la palabra de Dios.
Este principio se apoya en pasajes clave como Génesis 9:3, 4; Levítico 17:10 y
Hechos 15:28, 29.
En Génesis, se menciona el mandato dado a Noé, considerado el ancestro de
toda la humanidad, sobre la importancia de no consumir sangre,
señalándole como algo sagrado según la enseñanza divina. Levítico advierte
a los israelitas sobre las consecuencias de ingerir sangre, con el riesgo de ser
excluidos de su comunidad. En Hechos, se registra una decisión en Jerusalén
donde se acordó la abstención de sangre para los seguidores cristianos.
Por lo tanto, la negativa a consumir sangre entre los testigos de Jehová se
justifica como un mandato divino, alineado con otras prácticas de su fe.
(Medwave 2004 Sep;4(8):e2251 doi: 10.5867/medwave. 2004.08.2251)

Entendiendo su motivo religioso comprendemos el deseo del paciente y


tomamos en cuenta que el principio de autonomía en el contexto médico se
refiere al derecho de los pacientes a tomar decisiones informadas y a tener el
control sobre su propio cuerpo y tratamiento médico. En el caso de Brooks,
este principio de autonomía se vio claramente violado cuando la paciente,
siendo Testigo de Jehová y expresando claramente su negativa a recibir
transfusiones de sangre debido a sus creencias religiosas, fue transfundida
sin su consentimiento.

La violación de la autonomía en este caso se da en varios niveles. En primer


lugar, el médico no respetó la decisión informada de la paciente y procedió a
solicitar una orden para administrar la transfusión de sangre sin su
consentimiento. Esto demuestra una falta de respeto hacia la autonomía y la
capacidad de decisión de la paciente sobre su propio tratamiento médico.
Además, al no notificar a la paciente ni a su familia sobre la solicitud de la
orden para la transfusión de sangre, el médico también infringió el principio
de autonomía al no proporcionar información completa y transparente
sobre el procedimiento médico que se llevaría a cabo.

El Tribunal Supremo de Illinois reconoció la importancia de proteger el


derecho a la autonomía del paciente, especialmente en casos donde las
decisiones están fundamentadas en creencias religiosas profundamente
arraigadas. La sentencia sostiene que el ejercicio de la libertad religiosa está
sujeto a limitaciones gubernamentales sólo cuando existe un peligro claro y
actual para la salud, el bienestar o la moral pública.

En este sentido, el caso de Brooks destaca la importancia de respetar y


proteger el principio de autonomía del paciente, incluso en situaciones
donde exista un conflicto entre las creencias religiosas del paciente y las
recomendaciones médicas. La autonomía no solo implica el derecho a tomar
decisiones, sino también el deber de los profesionales de la salud de respetar
esas decisiones y proporcionar la atención médica de manera ética y
conforme a los deseos y valores del paciente.

El derecho a la autonomía del paciente ha sido fundamental para superar la


idea de un "paternalismo médico". Aunque se reconoce que el término
"paternalismo" no siempre tiene una connotación negativa, ya que implica
un cuidado sincero similar al de un padre hacia su hijo, orientado siempre
hacia su bienestar. (Rev. Bioét. 29 (1) • Jan-Mar 2021 •
https://doi.org/10.1590/1983-80422021291445)

Sin embargo, cuando el paciente es legalmente competente, plenamente


consciente y responsable de sus acciones, no hay razón para mantener una
relación médico-paciente basada en el paternalismo tradicional, que
restringe la participación del paciente en las decisiones. Esta dinámica
puede afectar los derechos fundamentales del paciente.

Por lo tanto, los médicos deben considerar no solo la salud física del
paciente, sino también sus aspectos psicológicos y sociales al tomar
decisiones médicas.
Si bien es cierto que los médicos tienen experiencia y conocimiento en la
toma de decisiones sobre tratamientos específicos, también es importante
cuestionar la verdadera autonomía en las decisiones personales, ya que
pueden estar influenciadas por sesgos y supuestos erróneos.

En este contexto, es esencial encontrar un equilibrio entre el enfoque


paternalista y la autonomía del paciente. Los médicos deben ser conscientes
de su rol como expertos en identificar las mejores opciones de tratamiento y
prevención, pero sin usar su conocimiento como justificación para limitar la
autonomía del paciente.
Conclusión
Para garantizar el respeto a la dignidad y los derechos de los pacientes en el
ámbito médico, es esencial adoptar una serie de principios y prácticas
fundamentales que promuevan una atención centrada en el paciente y
respetuosa de sus decisiones y valores individuales. El caso de Brooks,
destaca la importancia de estos principios en situaciones donde las
creencias religiosas y las decisiones médicas entran en conflicto.

En primer lugar, es crucial respetar la autonomía del paciente como un


derecho fundamental. Esto implica reconocer que los pacientes tienen la
capacidad y el derecho de tomar decisiones informadas sobre su atención
médica, incluyendo la aceptación o rechazo de tratamientos, siempre y
cuando estén debidamente informados de los riesgos y alternativas
disponibles. Los profesionales de la salud deben respetar y apoyar estas
decisiones, asegurándose de que el paciente esté plenamente consciente de
las implicaciones de sus elecciones.

Además, el consentimiento informado juega un papel fundamental en el


respeto a la dignidad y los derechos de los pacientes. Obtener un
consentimiento informado adecuado implica proporcionar información
completa, comprensible y transparente sobre los procedimientos médicos,
los riesgos asociados, los beneficios esperados y las alternativas disponibles.
Esto permite que los pacientes tomen decisiones informadas y participen
activamente en su propio cuidado de salud.

Asimismo, es esencial respetar las creencias y valores de cada paciente. Esto


implica comprender y tener en cuenta las convicciones religiosas, culturales
y personales que puedan influir en las decisiones de tratamiento. Los
profesionales de la salud deben ser sensibles a estas diferencias y trabajar en
colaboración con los pacientes para encontrar soluciones que respeten sus
creencias mientras se asegura una atención médica efectiva.

La comunicación efectiva también desempeña un papel clave en el respeto a


la dignidad y los derechos de los pacientes. Establecer una comunicación
abierta, empática y respetuosa permite construir una relación de confianza
entre el paciente y el equipo médico. Esto incluye escuchar activamente las
preocupaciones y deseos del paciente, responder a sus preguntas de manera
comprensible y brindar apoyo emocional durante el proceso de toma de
decisiones.
Referencias
● Medwave 2004 Sep;4(8):e2251 doi: 10.5867/medwave.2004.08.2251
● Cárcar Benito, J. E. (2011). Criterios para la valoracion del derecho a la
Salud desde las TIC. Especial referencia a la integridad y calidad de
vida.pdf Volumen 21, Número 1 ESTUDIOS. Recuperado de
https://dialnet.unirioja.es
● Rev. Bioét. 29 (1) • Jan-Mar 2021 •
https://doi.org/10.1590/1983-80422021291445
● Caballero, R. T. (2010). Autonomía del paciente y rechazo del
tratamiento por motivos religiosos. InDret.

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