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consideraciones bioéticas
5. La introducción de las leyes del mercado, que en ocasiones ven al paciente como un
objeto de lucro en lugar de una persona necesitada de ayuda.
- La relación clínica se establece entre una persona que busca atención médica y alguien
con conocimientos y habilidades para tratar la enfermedad y determinar su condición.
- Se tiende a utilizar la denominación médico-paciente, aunque hay objeciones hacia el
término paciente, ya que puede transmitir una connotación de pasividad.
- Se han sugerido otras denominaciones como usuario, cliente o consumidor, pero
ninguna de ellas es completamente aceptada.
- En general, los administradores de servicios de salud se relacionan con usuarios, los
técnicos con pacientes y los clínicos propiamente dichos con enfermos.
- El término relación clínica abarca todas estas relaciones, pero en nuestro medio es más
común utilizar la denominación médico-paciente.
- Es importante establecer una relación de confianza, respeto y empoderamiento entre el
médico y la persona que busca atención médica.
La relación entre el médico y el paciente varía según el entorno en que se lleve a cabo el
cuidado médico, ya sea en un consultorio, un hospital, una clínica de atención primaria o
en situaciones de emergencia. A pesar de las diferencias, siempre se establece un vínculo
basado en una especie de amistad, que implica la confianza del paciente en la medicina y
en su médico.
Según Laín Entralgo, la relación médico-paciente se define como una "cooperación cuasi
diádica de ayuda", con el objetivo de ayudar al paciente a recuperar o mantener su salud.
En esta relación, se combinan los aspectos técnicos de la medicina, que buscan identificar
y tratar los signos objetivos de la enfermedad, con la empatía y la comprensión del médico
hacia las experiencias y el significado que el paciente le da a su enfermedad.
Laín Entralgo considera que esta genuina relación médico-paciente es una forma
secularizada de la filantropía, expresando el amor cristiano por el prójimo. En ella, se
integran la amabilidad, la preocupación por el bienestar del paciente, la confidencialidad y
el respeto hacia la dignidad de cada persona.
1. El fin propio de la relación clínica es la salud del paciente. Laín enfatiza que el objetivo
último del médico no puede ser la bondad moral o la felicidad del ser humano, ya que
estas no son consecuencia directa de la salud y dependen de otros factores como la
libertad individual y el azar.
4. Momento ético: Implica la adhesión a las normas que regulan la conducta del médico
en el contexto de la relación clínica.
5. Momento histórico-social: Comprende los aspectos sociales tanto del médico como del
paciente, de la enfermedad y de la propia relación clínica.
El enfoque actual de la medicina reconoce al paciente como una persona y no solo como
un objeto natural. Este cambio se produjo después de la revolución del paciente, que tuvo
lugar a mediados del siglo pasado. Esta rebelión del paciente es la demanda de recibir
atención médica sin distinciones sociales y económicas, así como el reconocimiento de su
capacidad de tomar decisiones en relación a su propia vida y salud.
Este cambio se refleja en la primera Carta de Derechos de los Pacientes, aprobada por la
Asociación Americana de Hospitales en 1973 en los Estados Unidos. Este documento sirvió
de modelo para otros países occidentales y marca el inicio de la consideración del
paciente como un agente moral autónomo en la toma de decisiones relacionadas con su
salud.
El nacimiento de la bioética
El término "bioética" fue introducido por el oncólogo Van Renselaer Potter en 1971 en su
libro "Bioética: puente hacia el futuro". En este libro, Potter plantea interrogantes sobre el
futuro de la humanidad ante los retos del desarrollo tecnológico y su impacto en los
ecosistemas. Potter propuso que la bioética fuera una disciplina que combinara el
conocimiento biológico con los sistemas de valores humanos. La medicina fue el campo
donde la bioética encontró aplicaciones concretas, especialmente en la necesidad de
regular el uso de la tecnología en diversas situaciones desde el nacimiento hasta la
muerte. Por lo tanto, la definición de bioética tiene su sentido pleno en el ámbito médico,
como un proceso para confrontar los hechos biológicos con los valores humanos con el fin
de mejorar la toma de decisiones.
a) Considerar que todos los individuos son entes autónomos, a menos que se demuestre
lo contrario.
b) Respetar los criterios, juicios, determinaciones y decisiones de las personas, siempre
que no perjudiquen a otros.
c) Proteger a las personas no autónomas de daño, lo cual puede implicar ignorar sus
criterios, juicios, determinaciones y decisiones.
Principio de Beneficencia:
- No hacer daño.
- Extremar los posibles beneficios.
- Minimizar los posibles riesgos.
Principio de Justicia:
Un año después de la publicación del Informe Belmont, se planteó que estos principios
son aplicables no solo a la investigación, sino también a otros problemas éticos de la
medicina. En 1979, Beauchamp y Childress introdujeron el principio de no maleficencia,
separándolo del de beneficencia. La no maleficencia implica no causar daño, dolor o
sufrimiento a otros, no incapacitarlos, no ofenderlos y no privarlos de cosas buenas de la
vida.
3. Consecuencias y sanciones:
- El incumplimiento de los principios de justicia y no maleficencia puede conllevar
sanciones legales.
- Estos principios garantizan la igual consideración y respeto hacia todas las personas.
- La ética de mínimos implica el respeto a la vida y salud de las personas, sin
discriminación.
- El modelo paternalista supone que existe un criterio objetivo para determinar lo que es
mejor para el paciente, sin considerar su opinión como determinante.
- Los derechos humanos son fundamentales en el trato con los pacientes, junto con los
principios de la bioética.
- La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la ONU en 1948, es
considerada un importante aporte ético al derecho, reflejando las demandas y exigencias
históricas de la humanidad.
- Estos derechos se basan en los principios de autonomía, justicia y solidaridad, así como
en el reconocimiento de la dignidad humana.
- La UNESCO emitió en 2005 la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos,
que establece un marco universal de principios y procedimientos para guiar a los Estados
en la formulación de leyes y políticas en el ámbito de la bioética.