Una de las historias que recuerdo en donde aplico la
resiliencia es cuando había recibido muchos insultos por parte de mi mamá y mi papá en un día, me sentía devastado, no tenía a nadie en quien apoyarme, ya que en esa época no tenía amigos, pero esa noche, me dije a mi mismo que no debía dejarme llevar por los comentarios que me decía mi familia, ya que no definían mi futuro ni como yo quería ser, así que desde ese día deje de preocuparme de los malos comentarios y a centrarme en mi mismo.