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Tanatología y duelo

Los procedimientos de intervención con enfermos terminales pueden


variar por diversos factores como la condición del paciente y los
recursos en el entorno de atención médica, pero generalmente esta
intervención busca mejorar la calidad de vida del enfermo y
proporcionar lo que se llama el bien morir, una muerte sin dolor, sin
preocupaciones y hasta cierto punto “Cómoda”.
Esto se logra mediante el alivio del dolor y los síntomas físicos que se
pueden producir en el paciente, así como también el tratamiento
psicológico del paciente que puede incluir terapias, acompañamiento,
asesoramiento y orientación emocional tanto del paciente como de sus
familiares para ayudarlos a disminuir o erradicar el estrés o el malestar
emocional que puedan surgir en esta etapa, así como ayudarlos a
manejar el duelo y enfrentar la situación de un modo que se puedan
tomar decisiones importantes con una mente calmada y razonable.
Ejemplo de las fases de duelo
A un masculino de 27 años con cáncer terminal (muy doloroso) se le
aplican medicamentos para disminuir el dolor, ya que los tratamientos
para el cáncer ya no le funcionaron y se los retiraron por ser muy
fuertes y comprometer su vida.
Un día una enfermera va a verlo y él se le acerca muy feliz a
preguntarle si el tratamiento estaba funcionando, ya que él se sentía
mucho mejor, la enfermera, entonces le informa que el tratamiento no
funciono y que ya no podrá continuar con ningún tratamiento, a lo que
él reacciona de mala manera, enojándose y diciendo que aun tendría
que haber un tratamiento disponible o que si retomaban el tratamiento
anterior aún podría funcionar y al ver la negativa decide recluirse,
negándose a ver a sus familiares y amigos y preguntándose ¿porque
le pasaba eso a él?
Después de esto un profesional de tanatología le dice que se está
muriendo y que nadie podría cambiar eso, pero lo que si se podría
cambiar es como pasaría él sus últimos días, que él podría vivir lo que
le queda feliz al lado de sus familiares y amigos o solo y triste en
reclusión.
A pesar de que suene duro el chico acepto su realidad y empezó a
vivir lo que le quedaba de vida de la mejor forma posible, hacía fiestas
y reuniones con sus amigos y recibía visitas de sus familiares, incluso
recibió un permiso para salir del hospital y pasar un tiempo fuera para
divertirse y hacer sus actividades favoritas. En este tiempo él arreglo
los problemas que solía tener con personas importantes para él y
asistió a terapias de grupo donde conoció a personas que pasaban por
la misma situación que él y pudo compartir sus experiencias con esas
personas. Cuando su salud comenzó a deteriorarse ya no salía con
amigos y empezó a aislarse de varios de sus familiares, pero cuando
llego su hora pudo irse de forma tranquila como si al soltar sus
problemas su alma también pudiera soltarse de su cuerpo e irse sin
ataduras.
En el caso anterior vemos las siguientes fases del duelo:
Negación: El paciente negó el estado de su enfermedad y se
engañó a si mismo diciendo que ya estaba mejor y que se iba a
recuperar.
Ira y negociación: Al enojarse con la enfermera y decir que aún
podría a ver un tratamiento o que el antiguo aún podría
funcionar.
Depresión: Al recluirse y negarse a ver a sus seres queridos.
Aceptación: Al tomar conciencia y aceptar la realidad de su
situación y decidir por vivir de la mejor manera posible el tiempo
que le quedaba rodeado de sus familiares y amigos.
Así como la intervención que recibió para superar el duelo que estaba
pasando, como lo es:
El apoyo emocional: Donde se le proporcionó apoyo continuo y
comprensión durante todo el proceso de duelo por parte de sus
seres queridos.
Terapia de grupo: Donde se le ofreció la oportunidad de
participar en grupos de apoyo donde pudo compartir
experiencias con otras personas que estaban pasando por un
proceso similar.
Validación emocional: Donde se le brindo un espacio seguro
para expresar emociones sin juicios y donde pudiera reconocer y
validar sus sentimientos en relación al duelo.

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