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• El pajko: danzas
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1900-2023: LA ARQUEOLOG ÍA LAS MONTAÑAS SAG RADAS ANECDOTARIO ELXITLE:


arqueol6gico
DEL TEMPLO MAYOR DE TEOTIHUACA DE VOLCÁN A DIOS
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ISSN 0188-8215
REVISTA BIMESTRAL DOSIER
Julio-agosto de 2023
Vol. XXX, núm.181
Máscara de pojko'ofo.
Artesano Refugio Quintero.
La Bocana, Etchojoa, Sonora.
Colección de Fidel Ca macho.
Foto: Oliver Santa na/ Raíces Pasado y presente

24 LAARQUEOLOGÍA CAHÍTA: YO REME Y YO EME


John Carpenter, Guadalupe Sánchez
Los yoremem (mayos) y los yoemem (yaquis) son grupos hablantes del idioma
cahíta de la gran familia yutoaztecana, y en el siglo xv, dominaban la planicie
costera del norte de Sinaloa y sur de Sonora. Los españoles distinguieron una
docena de pueblos diferentes, como sinaloas, tehuecos, ocoronis, zuaques, aho-
rnes, guasaves, mayos y yaquis, entre otros.

29 CENTROS CEREMONIALES MONTESES EN EL NORTE


DE SINALOA. ARQUEOLOGÍA Y ETNOHISTORIA
Luis Alfonso Grave Tirado
La investigación arqueológica en el norte de Sinaloa se ha centrado, por un lado,
en el establecimiento de las distintas tradiciones cerámicas en que participaron
los diversos grupos humanos que poblaron estas tierras antes de los españoles:
Huatabampo, Aztatlán, Serrana; y, por otro, en el análisis de las abundantes
manifestaciones gráfico rupestres.

34 "NUESTROS PEQUEÑOS RASPADORES FLORIDOS".


LOS RASPADORES MUSICALES DENTADOS Y LA
MATERIALIZACIÓN DEL SEAÁNIA (MUNDO FLOR) YO EME
Michael D. Mathiowetz
Examinar las variantes culturales de los mundos floridos en Mesoamérica, el
Noroeste de México y el Suroeste de Estados Unidos puede ayudarnos a cuestio-
nar cómo, por qué, dónde y cuándo se difundieron estas ideologías en las redes
sociales del pasado. Los mundos floridos se hacen patentes en la ritualidad de
la agricultura del maíz, la cacería y la guerra.

43 LOS YOEMEM Y LOS YOREMEM.


HISTORIAS PROFUNDAS DE TERRITORIO E IDENTIDAD
Cynthia Radding
Los yoemem (yaquis) y los yoremem (mayos) son "naciones" de profundo arrai-
go en los valles y los montes que rodean los ríos Yaqui, Mayo, Fuerte y Sinaloa
en el Noroeste de México. Su presencia milenaria forjó una identidad territorial
asociada a saberes ecológicos y dio lugar a una identidad histórica y estrategias
de defensa frente al régimen virreinal y el emergente Estado-nación mexicano.

46 LOS JUDÍOS CONTRA LAS CRUCES. UN SISTEMA SEGMENTARIO


DE GRUPOS RITUALES ENTRE LOS MAYOS DE TEHUECO
Jesús Jáuregui, Héctor Parra, Alberto Durán
El territorio del centro ceremonial de Tehueco queda dividido por el caprichoso
cauce del río Fuerte. Una de las principales actividades de la Semana Santa,
llevada a cabo el Viernes Santo por los judíos y mandones, consiste en lumbar
todas y cada una de las cruces de patio levantadas en los hogares indígenas.
54 EL CAMINO SAGRADO DEL SOL.
EL PAJKO Y LOS EJÉRCITOS RITUALES EN EL RÍO MAYO
Fidel Ca macho
Cna de las fiestas más importantes de yaquis y mayos es el pajko: el culto nativo solar
eminentemente nocturno. Se realiza casi en cualquier época del año con motivo de
los festejos a los santos y de las exequias de sus especialistas rituales.

61 TONALIDAD RITUAL EN EL PAJKO DE LOS MAYOS DE SONORA


Guillermo Mora Reguera
En su composición métrica, tonal y rítmica, la música es una creación humana que
tiende a caracterizarse por guardar proporciones y conservar un orden racional. Tal
es el caso de los /abc/ecrom mayos de Sonora, cuya sonoridad se articula por la com-
binación de narrativas mitológicas con teorías y técnicas musicales nativas.

65 LA DOBLE IMAGEN DE SAN JUAN BAUTISTA


ENTRE LOS YAQUIS DE SONORA
Diego Ballesteros Rosales
Tanto entre los yaquis como entre los mayos, la figura de San Juan Bautista es
central. Sin embargo, durante su festejo, los yaquis configuran el mundo bajo
un complejo de relaciones duales y asimétricas que se expresa de manera con-
tundente a partir de la forma en que el Bautista difiere de sí mismo, al igual que
la propia identidad yoeme.

ARQUEOLOGÍA
16 El resurgimiento del Templo Mayor. Los proyectos
arqueológicos en la pirámide principal de Tenochtitlan
11 Noticias
Michelle De Anda Roge!, Leona rdo López Lujá n, Saburo Sugiyam a

La arqueología es una ciencia acumulativa y de muy largo aliento que involucra a 12 Documento
sucesivas generaciones de profesionales, quienes de manera colectiva van cons- LOS QUINAMETIN
truyendo y reconstruyendo nuestra visión del pasado. Un magnífico ejemplo es Xavier Noguez
el Templo Mayor, epicentro de investigación por más de un siglo.
78 Los pueblos originarios hoy

70 Las montañas sagradas de Teotihuacan LOS HERMANOS GEMELOS


Rub é n B. Morante López SOL Y LUNA ENTRE LOS
CHATINOS DE OAXACA
En estudios de campo en Teotihuacan (1986-2005), incluido el periodo del pro- Alicia M. Barabas
yecto especial 1993-1996, se encontraron evidencias que señalan otras montañas
sagradas en el paisaje del sitio; algunas pudieron tener una relevancia similar a 80 Lo que guardan los antiguos libros
la de cerro Gordo.
CHIMALCÓATL, CITLALCÓATL
Y OTRAS SERPIENTES
84 El Monumento 9 de Chalcatzingo o Portal al lnframundo DE AGÜEROS
Mario Córdova Tel10, Carolin a Meza Rod ríguez Manuel A. Hermann Lejarazu

El Monumento 9 de Chalcatzingo es un bajorrelieve representat ivo de la ico-


82 Anecdotario arqueológico
nografía olmeca, pero sobre todo de la iconografía de Chalcatzingo. En él se
distingue la representación, desde la cosmovisión de esta antigua cultura y, en EL XITLE: DE VOLCÁN A DIOS ...
general, mesoamericana, d e la entrada a una dimensión cosmogónica con fuertes Eduardo Matos Moctezuma
referentes al mito de creación de la humanidad.
oti ci as! - - - - - - - - - - -

Semblanza
FRANCISCO GONZÁLEZ HE -DAM S (1953-2023)
Vio la luz un 12 de mayo de 1953 en la c:u- Ce: ::;_a _ _e AH, Hermosillo Adams
dad deAguascalientes. Estudió la licencia- cec: e e 5·ar a París, Francia, para rea-
tura en comunicación en la Universidad zars ses, c·osdedoctoradoenl'École
Iberoamericana, campus Ciudad de Méxi- des r:au:es ~:uaes en Sciences Sociales
co. Al concluir sus estudios superiores, se 'EHESS , bajo Ia d rección de Jean-Pierre
incorporó como auxiliar de investigación Berthe. Empapado del enfoque de la lar-
deCiroFlamarion Cardozoen la Direción ga duración, de la geografía histórica y de
de Estudios Históricosdel INAH en 1979. Su losestudiosetnohistóricos, González Her-
inquietud y talento por la investigación se mosi llo se dedicó a analizar la institución
hicieron patentes casi de inmediato, esto del gobierno indígena, de corte munici- Francisco González Hermosillo Adams, 2017.
debido a su colaboración con un artículo pal, impuesta por la burocracia castellana FOTO: KATIA GONZÁLEZ HERMOSILLO CASTILLO

científico para la obra colectiva México en a partir de la conquista y su evolución de


el siglo x1x (1821-1910): historio económico la misma durante el dominio colonial. grey fuego: los 490 años de la caída de
y de lo estructuro social y fue coautor del Esto, sumado a un exhaustivo recorrido Tenochtitlan",esta última merecedora del
libro Lo clase obrero en lo historio de Méxi- por los acervos documentales de México, Premio INAH Alfonso Caso en la categoría
co. De lo dictadura porfiristo o los tiempos Francia y España, derivó en la publicación de investigacién museográfica y diseño
libertarios, publicado en 1980. de algunos capítulos de su tesis doctoral 2010. Coordinó desde 2002 el Seminario
Para continuar con su formación aca- en revistas académicas y libros colectivos, de Fuentes para la Historia Indígena en la
démica inició un posgrado en historia en mismos que ahora se han vuelto textos DEH-INAH, en cuyo espacio se gestaron las
1982. Si bien sus intereses versaban sobre oblig:Jtorios en los programas de licen- actuales ediciones especiales 107, 108 y
las instituciones del siglo x1x, su enfoque ciatura y posgrado en Historia. Mención 109 de Lo Histo,io Tolteca Chichimeco en
retrocedería un siglo más en el tiempo. especial merece su obra: El Códice de la revista Arqueología Mexicano.
Así, el 1 de enero de 1984 obtuvo el grado Cho/u/o. Lo exoltoción testimonio/ de un A lo largo de su carrera fue autor de seis
de maestro en la Universidad Autónoma linaje indio (2002), cuya edición recibió libros, dos en coautoría y uno coordinado.
Metropolitana al sustentarla tesis "Su::Jer- el Premio INAH Alfonso Caso, en 2010, en el Coordinó, además, una revista científica,
vivencia étnica y autogestión política: La área de librocientífi::o, así como el premio una más de divulgación y numerosos artí-
República de San Pedro Cholula (1720- al mejor libro en antropología e historia culos publicados en México, Francia y Es-
1820)". Este ejercicio "cambiaría su vida" otorg:Jdo por la CANIEM en el mismo año. paña. Por desgracia, el pasado sábado 26
-como él mismo señaló en una entrevista La conjugación de su formación como de marzo falleció en la Ciudad de México,
el año pasado- , pues el estudio de la otro- comunicólogo e historiador lo guió a di- a los 69 años. No obstante, nos deja un
ra Cholula colonial abrió un sendero de fundir sus investigaciones no sólo a un gran legado historiográfico y de divulga-
interés por la investigación en el devenir público especializado,sino a uno general. ción . Paco, como le decíamos familiares,
de su carrera. Prueba de ello, fue la curaduría de varias amigos y colegas, extraña remos mu cho tu
Después de impartir clases en la UAEMÉX, exposiciones, entre ellas: "Cholo/Ion ypon carisma y esa calidez humana que siem-
la UAM -Azcapotzalco, en la ENAH y conti- tlolxictli. Cholula en el ombligo de la tierra. pre te caracterizó. ¡Hasta siempre!
nuar sus pesquisas sobre Cholula y la El es¡:;lendor prehisoánico de los :olteca- Carlos Roberto Cruz Gómez, maestro en
región de Puebla-Tlaxcala en su centro chololteca" (2013) y "La Conquista a san- historia, Dirección de Estudios Históricos, INAH

SEMBLANZAS 2023
Cuando esta nota vea la luz ya correrán los días del mes de julio. van desde las primeras sociedades urbanas a la cosmovisión
La estamos redactando a principios de junio, apenas acabado de los pueblos indios. A reserva de dedicar en números futuros
un terrible mes de mayo en el que vimos partir a varios queri- páginas a semblanzas de estos distinguidos investigadores, en
dos colaboradores, amigos y maes:ros, todos ellos notables este breve espacio hacemos constar nuestra pena por el falle-
investigadores que abonaron con alento y tesón en nuestro cim·emo de: Ann Cyphers Tomic, Marina Anguiano Fernández,
conocimiento de la cultura mexicana. Gracias a ellos ahora sa- Fél'x Baez-Jorge, Rubén Cabrera, David Grove, Ange .ina Macías
bemos más y mejor sobre, en re muchos otros, aspectos que Go, :·a. Pau Schimdt, Eloise Quiñones-Keber.

Noticias/ 11
Los quinametin
El 10 de febrero de 2020 se inauguró el Museo Paleon- Y, ¿quiénes fueron los quinametin? La información
tológico Santa Lucía Quinametzin. Gracias a las obras etnohistórica ubica estos gigantes en los ámbitos de los
de construcción de un nuevo aeropuerto, en las cer- orígenes, vinculados a las primeras eras cosmogónicas.
canías del antiguo lago de Xaltocan, se descubrieron En una de ellas rigió Chalchiuhtlicue (la de la falda de
un buen número de restos fósiles de mamuts, que for- jade). Fue una edad acuática asociada a ríos, manan-
maron el núcleo de las exposiciones del museo citado. tiales y lagos (fig. 2). A los gigantes que existieron en
Fue un extraordinario hallazgo, que vino a enrique- este tiempo se les llamó tzocuilicxicque (¿los de los pies
cer nuestro conocimiento de la megafauna del Pleis- pegados, incompletos, torpes, sudorosos o sucios?), lo
toceno que habitó, hace miles de años, en las cerca- que parece indicar que, a pesar de su tamaño y extraor-
nías de la cuenca lacustre del Altiplano Central, dinario vigor, sus pies eran débiles, pues tenían la pro-
conjunto de lagos ahora casi desaparecidos, debido al pensión a caerse fácilmente. Pero otra asociación im-
constante crecimiento de los asentamientos urbanos portante de los quinametin fue con el Sol o era cuyo
de la Ciudad de México y sus alrededores. signo fue 4 jaguar ( nahui océlotl), nombrada como Tlal-
Al museo se le dio el nombre de Quinametzin, que chitonatiuh (fig. 3). Las características que describen
significa "el venerable gigante''. La asociación de los res- las fuentes de esta edad se asocian con Tezcatlipoca, las
tos óseos prehistóricos -particularmente de mamuts- actividades nocturnas, la tierra, el color negro, el nor-
con los enormes seres primigenios de la cosmovisión te y la construcción de antiguas edificaciones y, de ma-
nahua es antigua. Como afirma Eduardo Matos Mocte- nera importante, éste es el tiempo de los gigantes, que
zuma, no fue sino hasta la publicación del libro Prehis- se alimentaban de piñones o bellotas. Según uno de los
toria de México (1923) cuando su autor, el obispo Fran- relatos, al final de esta era los quinametin fueron devo-
cisco Plancarte y Navarrete, propuso que la presencia rados por jaguares, con lo que dio inicio un nuevo Sol.
de enormes huesos hallados en diversos sitios no pro- Otro aspecto que se enfatiza sobre los gigantes fue su
venían de gigantes, sino de una muy antigua fauna ex- asociación con las piedras.Alfredo LópezAustin (2019)
tinta (fig. l). De esta forma se deslindaban las erróneas ha analizado particularmente los mitos otomianos,
creencias populares de los análisis paleontológicos. donde existe la creencia de que dentro de las piedras
moran seres gigantescos, quienes, al terminar sus acti-
vidades nocturnas, se petrifican, cuando canta el gallo
en la madrugada y sale el Sol.

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l. Exhibición de restos de mega fauna pleistocénica. Museo .J • /" ... ., '..,~~J_,:;),"-,/í{.:,,;~,,,¿'-1,,,_,_,_ ,,,.qt;.:..t;,---s~,,:,.,,.
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Regional Michoacano, Dr. Nicolás León Calderón, Morelia. 2. El Sol de agua. Codice Vaticano A o Vaticano Latino 3738, f. 4v.
FOTO: XAV'ER NOGUEZ -~-(} <ARCO A. PACHECO/ RAÍCES

12 / Arqueología Mexicana
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3. El Sol del jaguar


de la Piedra
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FOTO: ARCHIVO DIGITAL
DE .AS COLECCIO NES
... ' DEL MNA, INAH-CANON

Sobre los quinametin quedan todavía un buen nú- el Mapa Tlotzin (fig. 5), la cabeza de venado con vo-
mero de asuntos por explorar, como es su relación lutas se acompaña de unos cuadros. En los Primeros
con los llamados "reyes subterráneos" (López Aus- Memoriales de Sahagún (fig. 6) y en el Códice Floren-
tin, 2011 ). En esta nota exploraremos particularmen- tino (fig. 7) estos mismos cuadros se identifican con
te el significado de la palabra quinametin y su raíz parcelas en un territorio, debido a la presencia del
quina, en este caso referida a aspectos fundacionales, glifo de "tierra''. Significativamente, el segundo nom-
de posesión originaria de la tierra, particularmente bre de Quinatzin es Tlaltecatzin, término traducido
en el ámbito de la chichimecáyotl. De acuerdo con como "el que establece la tierra" en referencia a los
Victor M. Castillo Farreras (1972), el término quina repartos que se realizaron después del asentamiento
se relacionaría con el nombre de Quinatzin Tlaltecat- en Tezcoco. Recordemos que entre las atribuciones
zin, bisnieto de Xólotl, sucesor de Tlotzin Póchotl. de los gigantes estaba la distribución de tierras (Ló-
Quinatzin Tlaltecatzin fue el líder chichimeca que pez Austin, 2011), puesto que ellos eran los propie-
transfirió su asentamiento principal de Tenayuca a tarios originales. Una lámina del Códice Techialoyan
Tezcoco, altépetl que se convertiría en la capital del de Cuajimalpa indica una relación entre caudillos
reino de los acolhuas. El autor citado traduce el nom- chichimecas y los gigantes (fig. 8). Aquí aparecen los
bre de Quinatzin como "el que resiste", "el que se ale- términos quinameti y tayatzin (¿ Tayauhtzin? ), en un
bresta''. Su glifo onomástico es una cabeza de venado lugar denominado como "acopilco cua3utlalpa". En
con volutas, que significa que está bramando, como este grupo tardío de pictografías coloniales se ha in-
se registra en el Códice Mapa Quinatzin (fig. 4). En terpretado la presencia de guerreros chichimecas
como uno de los grupos fundacionales de los pue-
blos, cuya labor era custodiar los linderos de las pro-
piedades del altépetl (coaxochtlipixque).

4. El señor chichimeca
Quinatzin Tlaltecatzin.
Mapa Quinatzin.
FOTO: MARCO A. PAC HECO/ RAÍCES

Documento / 13
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s. El señor chichimeca
Quinatzin Tlaltecatzin.
Mapa Tlotzin.

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FOTO: MARCO A. PACHECO/ RAÍCES

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nado y 9 Águila. Al lado izquierdo aparecen dos


personajes que se han asociado al sacerdocio, en el
Queda por aclarar la relación entre el glifo onomás- acto de ofrendar a las deidades descritas. Sus nombres
tico de Quinatzin con la imagen de un venado bra- calendáricos son 11 Lagartija y 3 Casa. Entre las dos
mando. Como se puede constatar en la obra de Guil- escenas se incluyó un glifo toponímico que muestra
hem Olivier (2015), el venado es uno de los animales un depósito rectangular que contiene líneas de pun-
más importantes y de complejos significados en la cos- tos rojos. Smith y Parmenter (1991) lo han identifica-
movisión, no sólo de los nahuas del Posclásico Tardío. do como Huajolotitlan, en su versión en lengua mix-
Con el propósito de plantear una hipótesis sobre esta teca de "cercado de grava o arena''. En la parte inferior
relación, nos referiremos a una escena inicial, funda- se agregaron fechas y lugares considerados como mí-
cional del señorío de Acatlan (sur de Puebla), en el Có- tico-rituales, asociados a la fundación del pueblo. Po-
dice Tulane (fig. 9). Aquí se muestra un interesante dría interpretarse este escenario ritual como un asen-
conjunto considerado como "ritual-mitológico", que tamiento, una posesión de tierras de un altépetl, aquí
inicia la genealogía de la pictografía: un cerro, pinta- simbolizado por la presencia de la deidad con yelmo
do de color verde y ¿rosa?, muestra un árbol (¿palma?) de venado, por parte de un grupo ¿externo?, represen-
blanco. En la cresta aparece una deidad masculina con tado por el personaje aquilino, ave que se asocia con
yelmo de venado. Otro dios masculino, ataviado como los chichimecas, como es el ejemplo de los huacú-
águila, se dirige hacia el cerro. Alfonso Caso y Maar- sechas de Michoacán. El ritual fundacional se acom-
ten Jansen identifican estas dos figuras como las prin-
cipales deidades de Acatlan, cuyos nombres son 7 Ve-
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6. El señor chichimeca Tlaltecatzin.


Primeros Memoriales de fray
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14 / Arque ología Mexic an a

~- --- --- ----- --- --- - - --- ---- -- - - -- -- -


7. El señor chichi meca
Tlaltecatzin. Códice
Florentino, lib. VIII, f. 7r.
FOTO: BNAH

'llllio lerce1v a 8. Códice Techialoyan de


Cuajimalpa, no. 703, f. 2v.
FOTO: ARCHIVO DE XAVIER NOGUEZ

paña de dos sacerdotes con un tlémaitl de copal ar- su segundo nombre, el de Tlaltecatzin? Planteamos
diendo. Su presencia podría explicar, por ejemplo, el esta hipótesis plausible que merece ser explorada. Yla
papel de Ténoch, como sacerdote, en la fundación de fundación ritual aconteció entre el bramido del vena-
México-Tenochtitlan, registrada en el Códice Mendo- do y el graznido del águila.
za. ¿Los quinametin, propietarios muy antiguos de la
tierra, los del Sol de jaguar, cedieron o proveyeron Para leer más ...
CASTILLO FARRERAS, Víctor M., Nezahualcóyotl. Crónica y pinturas,
la tierra a Quinatzin, para que, en Tezcoco, se dividie- Gobierno del Estado de México, Texcoco, 1972.
ra, manifestando este importante acontecimiento en Códice Florentino, edición facsimilar, 3 vols., Secretaría de Goberna-
ción/ Archivo General de la Nación, México, 1979,.
Códice Mapa Quinatzin. Justicia y derechos humanos en el México an-
tiguo, edición facsimilar, estudio de Luz María Mohar Betancourt,
Comisión Nacional de los Derechos Humanos/crnsAs, Grupo
Editorial Miguel Ángel Porrúa, México, 2004.
Códice Tulane, edición facsimilar, estudios de Mary Elizabeth Smith
y Ross Parmenter, Tulane University, Middle American Research
Institute, Publication no. 61, Nueva Orleáns, Louisiana, 1991,
Códice Vaticano A., Codex Vaticano Latino 3738. Religión, costumbres
e historia de los antiguos mexicanos. Libro explicativo del llama-
do ... , edición facsimilar, introducción y explicación de Ferdinand
Anders y Maarten Jansen, Akademische Druck-und Verlagsans-
talt/FCE, Austria-México, 1996.
LÓPEZ AuSTIN, Alfredo, "Los gigantes que viven dentro de las piedras.
Reflexiones metodológicas", Estudios de Cultura Náhuatl, vol. 49,
enero-junio de 2019, pp. 161-197.
_ __ , "Los reyes subterráneos", en Natalie Ragot, Sylvie Peperstrae-
te y Guilhem Olivier, La que te su serpent á plumes. Arts et religions
.~
/" _. \
de l"Ámérique précombienne. Homage á Michel Graulich, Bi-
bliotheque des Hautes Études, Sciencies Religieuses, núm. 146,
Brepols, Bélgica, 2011, pp. 39-56.
"Mapa Tlotzin. Historia de los reyes y soberanos de Acolhuacan. Frag-
mento de la obra de M. Aubin titulada Mémoire sur la peinture
<-
"1 ,,
-~ didactique et l'écriture figura ti ve des ancienes mexicaines", Anales
del Museo Nacional de México, la. época, vol. III, 1886, pp. 304-320.
~~~ 1L

MATOS MocTEZUMA, Eduardo, "¿Existieron gigantes en el mundo


9. Códice Tulane , sección inicial. prehispánico?", en Mentiras y verdades en la arqueología mexicana.
FOTO: ARCHIVO DE XAVIER NOGUEZ Antología de textos de la revista Arqueología Mexicana, Editorial
Raíces/Secretaría de Cultura, México, 2018, pp. 105-108.
MORENO DE LOS ARcos, Roberto, "Los cinco soles cosmogónicos",
Estudios de Cultura Náhuatl, vol. VII, 1967, pp. 183-210.
ÜLIVIER, Guilhem, Cacería, sacrificio y poder en Mesoamérica. Tras
Xavier Noguez. Licenciado y maestro en historia por la las huellas de Mixcóatl, "Serpiente de Nube", FCE/UNAM/Fideico-
UNAM. Doctor en estudios latinoamericanos por la Univer- miso Felipe Teixidor y Monserrat Alfau de Teixidor/CEMCA, Mé-
sidad de Tulane. Profesor-investigador de El Colegio Mexi- xico, 2015.
quense. Sus áreas de investigación son los códices del Cen- Primeros Memoriales by Fray Bernardino de Sahagún, edición facsi -
tro de México y los orígenes de la tradición guadalupana. milar, fotografías de Ferdinand Anders, University of Oklahoma
Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Press en cooperación con el Patrimonio Nacional y la Real Acade-
mia de la Historia, Norman, Oklahoma y Madrid, 1993.

Documento / 15
Michelle De Anda Rogel, Leonard o López Luján, Saburo Sugiyama

EL RESURGIMIENTO DEL TEMPLO MAYOR

Los proyectos arqueológicos


en la pirámide principal
de Tenochtitlan a Raúl Barrera Rodríguez

La arqueología es una ciencia acumulativa y de muy largo aliento que involucra


a sucesivas generaciones de profesionales, quienes de manera colectiva van
construyendo y reconstruyendo nuestra visión del pasado. Un magnífico
ejemplo es el Templo Mayor, epicentro de investigación por más de un siglo,
donde se han sumado los esfuerzos de siete equipos de trabajo sucesivos.

n 2009 iniciamos en el Centro cas que se localizan por debajo del


E Histórico de la Ciudad de México
un programa permanente de registro
Palacio de Jurisprudencia, el arroyo
vehicular de la calle de Argentina, el
topográfico con el fin de consignar Centro Cultural de España, el Cole-
en un mapa digital maestro todos los gio de Cristo, la casa del Marqués del
vestigios conocidos de arquitectura Apartado, los predios núm. 16 y 24
mexica, los cuales datan de los siglos de la calle de Guatemala, el predio
x1v, xv yxv1. Con el apoyo invaluable núm. 17 de la calle Justo Sierra, el
de la Universidad Prefectural de Ai- Sagrario Metropolitano, el antiguo
chi y la de Okayama, los miembros Arzobispado, el Palacio Nacional y la
del Proyecto Templo Mayor (INAH) estación Pino Suárez del Metro.
nos hemos valido desde entonces Entre sus múltiples usos, este mapa La zona arqueológica del Templo Ma -
yor en el Centro Histórico de la Ciudad
de la tecnología más moderna, prin - digital sirve para dar cuenta de la con-
de México.
cipalmente estaciones totales, po- figuración original y las modificacio- FOTO: SABURO SUGIYAMA
sicionadores satelitales, escáneres nes arquitectónicas de los edificios
tridimensionales, LIDAR, drones , mexicas; calcular sus dimensiones
computadoras y programas informá- exactas e identificar el posible uso en menos celestes o de horizonte; com-
ticos especializados. Con dicho ins- su construcción de sistemas de medi- prender los procesos de planificación
trumental hemos levantado una su- das; elaborar modelos hipotéticos tri- y desarrollo urbano; ubicar pinturas
perficie acumulada de casi 2 ha que dimensionales que nos info rmen so- murales, esculturas, ofrendas y entie-
no sólo abarca la zona arqueológica bre el gasto energético que implicó su rros , y crear visualizaciones recons-
del Templo Mayor (ZATM) , sino tam- erección; reconocer poten ciales tructivas para apoyar programas
bién las construcciones prehispáni- orientaciones relacionadas con fenó - educativos.

16 / Arqueo logía Mexicana


Recientemente y también toman- incorporación de las áreas correspon-

---
SIMBOLOGÍA
do como base este mapa digital, nos dientes al nuevo vestíbulo de acceso
hemos dado a la tarea de ubicar con (1067.55 m 2 ), inaugurado en 2017, y
Batres, 1900 □ ■
precisión las áreas exploradas entre el Mayorazgo de Nava Chávez (567 .90
1900 y el día de hoy dentro de la ac- m 2 ), asciende ahora a una superficie Gamio, 1914-1916 □ ■

tual zona arqueológica del Templo


Mayor. Conjuntamos así las contri-
buciones de siete equipos científicos
sucesivos en la excavación de la pirá-
mide principal y sus respectivas am-
pliaciones arquitectónicas (7 totales
liberada de 15 123.05 m 2, es decir, de
poco más de una hectárea y media.
A continuación, ofrecemos a los
lectores el resumen de las aportacio-
nes de cada uno de los mencionados
proyectos arqueológicos en el cora-
- Cuevas,1933

Estrada , 1948 □

Contreras-Angulo, 1966

García Cook-Arana, 1978 □-­


PTM-PAU, 1978-2023
o--

y 6 parciales), de 16 edificios religio- zón del recinto sagrado de Tenochti-


sos asociados, además de 219 ofren- tlan, esperando que estas claves bási- [AJ Nombre de edificio: A-O

das. Este trabajo acumulativo, con la cas sean de utilidad.

Los siete proyectos de


exploración en el área
de la zona arqueológica
del Templo Mayor
(1900-2023) .
DIBUJO: M. DE ANDA, L. LÓPEZ LUJÁN
Y S. SUGIYAMA, CORTESÍA PTM

[ EMPLO MAYOR
1
1------11 • O 10m
-=

El resurgi mi ento del Te mplo Mayor / 17


BATRES
Responsable: Leopoldo Batres.
Institución: Inspección y Conservación
de Monumentos Arqueológicos de la
República Mexicana, Secretaría de
Justicia e Instrucción Pública.
Fechas: Septiembre-octubre de 1900.
Área excavada: Fachada oeste de la
plataforma del Templo Mayor (etapas
V-VII, 1486-1520), pisos de la Plaza
Oeste (etapas IVa-VII, 1440-1520) y
Edificio O (etapas IVa-V, 1440-1486).
Superficie liberada: 56.35 m 2 •
Porcentaje de la ZATM: 0.37 %.
Tipo de exploración: Trinchera de
rescate a lo largo de la calle de las
Escalerillas (hoy República de
Guatemala).
Hallazgos principales: Una ofrenda
asociada al Templo Mayor
(descubrimiento O) y otra al Edificio
O (descubrimiento IV). Imagen de
Mictecacíhuatl esculpida en una
piedra metamórfica verde
(descubrimiento I, MNA inv. 10-
89711).
Referencias principales: Batres (1902),
Seler (1903), Castillo y Solís (1975).

GAMIO
Responsable: Manuel Gamio.
Institución: Inspección General de
Monumentos Arqueológicos de la
República Mexicana, Secretaría de
Instrucción Pública y Bellas Artes.
Fechas: Enero de 1914-mayo de 1916.
Área excavada: Esquina suroeste del
Templo Mayor ( etapas III, IV, IVa,
IVb y V, 1430-1486).
Superficie liberada: 670.82 m 2 •
Porcentaje de la ZATM: 4.44%.

18 / Arqueología Mexicana

--
Tipo de exploración: Excavación
extensiva de salvamento en el
predio de Seminario núm. 2.
Hallazgos principales: Esculturas de
bulto que representan una gran
serpiente emplumada como
remate de alfarda; varias cabezas
de serpiente pequeñas
empotradas en la plataforma;
numerosos cráneos y círculos
e telares del friso de la capilla de
Huitzilopochtli; y caracoles
cortados que sirvieron como
almenas, y banqueta con relieves
de una procesión de guerreros y
erpientes ondulantes. Materiales
de ofrenda como caracoles,
conchas y corales; huesos de ave,
··elino y humano; cuenta de
cuarzo; lanzadardos de madera.
Fragmentos de cerámica
prehispánica y colonial.
• eferencias principales: Gamio
(1914, 1921-1922), Cué {2014),
López Luján (2023).

CUEVAS
Responsable: Emilio Cuevas.
Institución: Dirección de Monumentos
Prehispánicos/Dirección de
Monumentos Coloniales, Secretaría
de Educación Pública.
Fechas : Marzo-septiembre de 1933 .
•-lrea excavada: Esquina suroeste y
flanco sur de la plataforma del Templo
Mayor (etapa VI, 1486-1502).
uperficie liberada: 193.50 m 2 •
Porcentaje de la ZATM: 1.28 %.
Tipo de exploración: 18 operaciones
intensivas de sondeo (trincheras y
pozos), algunas fuera del área de la
actual ZATM, durante la demolición
del Colegio Seminario y el de Infantes.

El resurgimiento del Templo Mayor / 19


Hallazgos principales: Varios pisos
superpuestos del recinto sagrado;
un par de losas con relieves;
clavos arquitedónicos de piedra y
estacas de cimentación de
madera; huesos de animales
originarios del Viejo Mundo;
restos óseos humanos del periodo
colonial; artefactos de obsidiana,
fragmentos de cerámica
prehispánica y colonial.
Referencias principales: Cuevas
(1934), López Luján (2022, 2023). •

ESTRADA
Responsables: Elma Estada Balmori
y Hugo Moedano Koer.
Institución: Departamento de
r./
~·~ P

~~
Monumentos Prehispánicos,
Instituto Nacional de
Antropología e Historia.
Fechas: Mes desconocido de 1948.
Área excavada: Fachada sur de la
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plataforma del Templo Mayor ;

\.:1 -'~
(etapa V, 1481-1486), y rellenos
constructivos y pisos de plaza
asociados. ttt
-~!r L
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'(:ilr~·
~ ~~&Uf

Superficie liberada: 4.19 m 2 •


Porcentaje de la ZATM: 0.03 %. ~·¡,,\" --,,:-··
- ·" ~I
Tipo de exploración: Intensiva.
Hallazgos principales: Dos ofrendas
conocidas como "Estrada 1 y 2"
(El-E2).
Referencias principales: Castillo y
;,.
~
*
Solís (1975), Estrada Balmori -·
(1979), López Luján (1993).

20 / Arqu eolo gía Mexicana


CONTRERAS-ANGULO
Responsables: Eduardo Contreras Sánchez
y Jorge Angulo Villaseñor.
Institución: Departamento de
Monumentos Prehispánicos, Instituto
Nacional de Antropología e Historia.
Fechas: Dos semanas de 1966.
Área excavada: Fachada sur de la
plataforma del Templo Mayor (etapa
IVb, 1469-1481).
Superficie liberada: 4.38 m 2 •
Porcentaje de la ZATM: 0.03%.
Tipo de exploración: Intervención de
conservación arquitectónica y
excavación intensiva.
Hallazgos principales: Mientras se
restauraba el área, apareció la ofrenda
hoy conocida como "Contreras-Angulo"
(CA).
Referencias principales: Angulo (1966),
Castillo y Solís (1975), Contreras (1979),
López Luján (1993), Del Olmo (1999).

GARCÍA COOK-ARANA
Responsables: Ángel García Cook y Raúl M.
Arana.
Institución: Departamento de Salvamento
Arqueológico, Instituto Nacional de
Antropología e Historia.
Fechas: Febrero-abril de 1978.
Área excavada: Plataforma oeste del Templo
Mayor (etapas IVa-IVb, 1440-1481).
Superficie liberada: 29.25 m 2 •
Porcentaje de la ZATM: 0.19%.
Tipo de exploración: Extensiva de rescate.
Hallazgos principales: Coyolxauhqui
monolítica de andesita; Coyolxauhqui de
basalto y estuco, y 5 ofrendas asociadas.
Referencias principales: García Cook y
Arana (1978), López Luján (1993), López
Austin y López Luján (2009).

El re surgimiento del Templo Mayor / 21


Diversos responsables: Eduardo
Matos, Leonardo López Luján,
Francisco Hinojosa, Álvaro Barrera
y Raúl Barrera.
Institución: Proyecto Templo Mayor/
Programa de Arqueología Urbana,
Instituto Nacional de Antropología
e Historia.
Fechas: Eduardo Matos (marzo de
1978-diciembre de 1982, julio-
agosto de 1987, enero-febrero de . ''- .-.>,-:--' J .1
1989), Leonardo López Luján ~ ·--~é,e., . :"~,..-,~ .::i ' ~._~~~
(junio de 1991-septiembre de 1992,
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enero de 1994-septiembre de 1997,
octubre de 2004-diciembre de
..
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,,;' -~,:;¡.;,., .., . :,,: · -·· .
2006, marzo de 2007-octubre /::,<:,~-- . _;;~ ~.,~ ._
de 2014, noviembre de
2014-noviembre de 2018,
diciembre de 2018-diciembre de Excavaciones del Proyecto Templo
2024), Francisco Hinojosa (enero- Mayoryel Programa de Arqueología
junio de 1995, julio de 1996), Urbana (1978-2023).
FOTOS: S. GUILLIEM Y J. LÓPEZ, CORTESÍA PTM
Álvaro Barrera (enero-septiembre
de 2000, febrero-noviembre de
2006) y Raúl Barrera (julio de
2009-junio de 2010, agosto de
2011-diciembre de 2016).
Área excavada: Templo Mayor
(etapas 11-VII, 1375-1520) y
edificios A-O (etapas IVb-VII,
1469-1520).
Superficie liberada: 14173.13 m 2 •
Porcentaje de la ZATM: 93.72 %.
Tipo de exploración: Extensivas de
salvamento y, principalmente, de
investigación.
Hallazgos principales: Templo Mayor,
16 edificios menores asociados y
209 ofrendas.
Referencias: Matos (1982, 1984, 1991,
1998), Matos y Rangel (1982),
López Luján (1993, 2006, 2017,
2023), López Luján y Chávez
(2019), López Austin y López
Luján (2009), Matos y López Luján
(2012), Barrera (2017).

22 / Arqueología Mexicana
Integrantes actuales del Proyecto Templo Mayor (a)
y del Programa de Arqueología Urbana (b}.
FOTOS: M. ISLAS. CORTESÍA PTM. D. CARMONA, CORTESÍA PAU
Reflexión final
Lejos de aquella visión popular en
donde los arqueólogos aparecemos
Para leer más ... como individuos que hacemos nues-
A. GULO V., Jorge, "Una ofrenda en el Templo LÓPEZ AUSTIN, Alfredo, y Leonardo López Lu- tros descubrimientos en solitario, so-
Mayor de Tenochtitlan", Boletín INAH, núm. ján, Monte Sagrado-Templo Mayor, INAH/
26, 1966, pp. 1-6. UNAM, México, 2009. lemos conformar equipos multidisci-
BARRERA RODRÍGUEZ, Raúl, "El recinto sagrado LÓPEZ LuJÁN, Leonardo, Las ofrendas del Tem- plinarios y muchas veces de carácter
de Tenochtitlan: nuevos hallazgos, nuevas plo Mayor de Tenochtitlan, INAH, México,
internacional que suman esfuerzos y
interpretaciones", en E. Matos y P. Ledesma 1993.
(coords.), El Templo Mayor: revolución y _ __ , La Casa de las Águilas, 2 vals., INAH/ talentos diversos para alcanzar el éxi-
estabilidad, INAH, México, 2017, pp. 153- FCE/Harvard, México, 2006. to. Una tradición científica sólida sólo
181. _ _ _ , "El Proyecto Templo Mayor (1991-
BATRES, Leopoldo, Exploraciones arqueológicas 2017): recuento de cinco lustros de activida- se construye tomando como base el
en las Calles de las Escalerillas: año de 1900, des", en E. Matos y P. Ledesma (coords.), trabajo colectivo y multigeneracio-
La Europea, México, 1902. Templo Mayor: revolución y estabilidad,
nal, siempre arropado por institucio-
CASTILLO TEJERO, Noemí, y Felipe R. Salís 01- INAH, México, 2017, pp. 35-57.
guín, Ofrendas mexicas en e/Museo Nacional _ _ _ , "La Yollotlicue : vida, muerte y resu- nes vigorosas. En ese sentido, la gran
de Antropología, INAH, México, 1975. rrección", Arqueología Mex icana, núm. 173, enseñanza es que la arqueología tiene
Co:-.-TRERAS, Eduardo, "Una ofrenda en los res- 2022, pp. 12-23.
tos del Templo Mayor de Tenochtitlan", en, _ _ _, "La zona arqueológica del Templo Ma- que involucrar a una pluralidad de ac-
E. Matos (coord.), Trabajos arqueológicos en yor (1913-1933)", Arqueología Mexicana, tores y que, como un buen platillo,
el centro de la ciudad de México, INAH, Mé- núm. 178, 2023, pp. 24-33.
debe cocinarse a fuego lento ... an
xico, 1979, pp. 199-204. LÓPEZ Lu¡ÁN, Leonardo, y Ximena Ch ávez Bal-
Ct:É ÁVALOS, Lourdes (coord.), 100 años del deras (coords.), Al pie del Templo Mayo r de
Templo Mayor: historia de un descubrimien- Tenochtitlan, 2 vals., El Colegio Nacional,
Agradecimientos
to, INAH, México, 2014, pp. 23-51. México, 2019. Jorge Angulo Villaseñor, Raúl Barrera,
Ct:E\'AS, Emilio, "Las excavaciones del Templo MATOS MOCTEZUMA, Eduardo, El Temp lo Ma- Christine Hernández, Eduardo Matos,
. layar de México", Anales del MNAHE, vol. 5, yor: excavaciones y estudios, INAH, México, Elvira Pruneda, Gabriela Sánchez Reyes
núm. 1, 1934, pp. 253-256. 1982, pp. 109-118.
DEL ÜLMO FRESE, Laura, Análisis de la ofrenda _ __ , "Los edificios aledaños al Templo Ma- y Samara Velázquez
98 del Templo Mayor de Tenochtitlan, INAH, yor de Tenochtitlan", Estudios de Cu ltu ra
• téxico, 1999. Náhuatl, vol. 17, 1984, pp. 15-21.
E5TRADABALMORI, Elma, "Ofrendas del Templo _ _ _ , "Notes on the Oldest Sculpture of El Michelle De Anda Ro gel. Maestra en con-
. layorde Mexico-Tenochtitlan", en E. Matos Templo MayorofTenochtitlan': en D. Carras- servación y restauración de bienes cultu-
coord.), Trabajos arqueológicos en el centro co (coord.), To Change Place: Aztec Ceremo- rales inmuebles por la ENCRyM y miembro
de la ciudad de México, INAH, México, 1979, nial Landscapes, UPC, Niwot, 1991, pp. 3-8. del Proyecto Templo Mayor-INAH.
pp. 183-189. _ _ _, El Proyecto Templo Mayor: memoria Leonardo López Luján. Doctor en ar-
G.u110, Manuel, "Los vestigios prehispánicos gráfica, MTM, México, 1998. queología por la Universidad de París Nan-
de la calle de Santa Teresa': Boletín de Edu- MATOS MOCTEZUMA, Eduardo, y Leonardo Ló-
terre, director del Proyecto Templo Mayor-
cación, tom. I, vol. 1, 1914. pez Luján, Escultura monumental mexica,
_ _ _ , "Vestigios del Templo Mayor de Te- FCE, México, 2012.
INAH y miembro de El Colegio Nacional.
noxtitlán descubiertos recientemente. El MATOS MOCTEZUMA, Eduardo, y Víctor Rangel, Saburo Sugiyarna. Doctor en antropolo-
Coateocalli", Ethnos, tom. I, núms . 8-12, Templo Mayor: planos, cortes y perspectivas, gía por la Universidad Estatal de Arizona,
1920-1921, pp. 205 -207. INAH, México, 1982. profesor-investigador de la Universidad
GARCÍA COOK, Ángel, y Raúl M. Arana, Rescate SELER, Eduard, "Las excavaciones en el sitio del de Okayama y miembro del Proyecto
arqueológico del monolito Coyolxauhqui, Templo Mayor de México", Anales del Museo Templo Mayor-INAH.
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El resurgimiento del Tem plo Mayor / 23


John Carpenter, Guadalupe Sánchez

La arqueología
cahíta:
YOREMEY
YOEME
Los yoremem (mayos) y los yoemem (yaquis) son grupos hablantes del idio-
ma cahíta de la gran familia yutoaztecana, y en el siglo XVI dominaban la
planicie costera del norte de Sinaloa y sur de Sonora. Los españoles distin-
guieron una docena de pueblos diferentes, como sinaloas, tehuecos, ocoronis,
zuaques, ahornes, guasaves, mayos yyaquis, entre otros. En los siglos siguien-
tes al dominio español, únicamente se reconocieron los dos grupos generales
antes mencionados. De acuerdo con Moctezuma y López ( 1990), la variación
lingüística yaqui-mayo ocurrió hace aproximadamente 500 años.

os grupos cahítas tienen profundas raíces en peregrinación de los aztecas y por modelos arqueológicos

L
la región del norte de Sinaloa y sur de Sonora. que catalogaron a los cahítas como grupos de reciente
No fueron bárbaros ni salvajes, según lo refirió arribo a la región. Nos parece que ha llegado el momen-
el jesuita Pérez de Ribas (1992 [1645]); y los to de reconocer su larguísima historia y herencia cultural
elaborados sitios de petrograbados que Buel- en el noroeste mexicano.
na (1989 [1890]) atribuyó a los aztecas durante supere-
grinación a la Cuenca de México, en realidad forman LA TRADICIÓN HUATABAMPO/CAHÍTA
parte del sofisticado sistema religioso prehispánico yo re-
me. Los petrograbados fueron elaborados por los nativos A la cultura material que Ekholm (2008) encontró en la
y manifiestan la importancia que han tenido los grandes planicie costera del norte de Sinaloa y sur de Sonora en
ríos en su valorización cultural del espacio; además fun- 1937-1940 le llamó tradición arqueológica Huatabampo;
cionaron como centros ceremoniales dentro de su com- aquí la identificaremos como la tradición arqueológica
plejo sistema religioso (fig. 1). Los yoremes fueron des- Huatabampo/Cahíta para hacer énfasis en su etnicidad.
pojados de su historia por los absurdos argumentos de la Nos inclinamos a categorizar esta última como una tradi-

24 / Arqu eo logía Me xican a


Yaquis y mayos
- - ----------------------------------------------------

l. Petrograbados de Cerro de la Máscara (a, b) y Ocolóme (e)


El Fuerte, Sinaloa.
FOTOS: GUADALUPE SÁNCHEZ.

ción de frontera situada entre dos macrotradiciones: Me- te de México y se superponen a la distribución del bosque
soamérica/ Occidente de México y Suroeste de Estados tropical espinoso caducifolio sinaloense, que se extiende
Unidos/ Noroeste de México, y consideramos que sólo pue- desde el río San Lorenzo, al sur de Culiacán, Sinaloa, has-
de ser estudiada si se contempla dentro de su propia his- ta el río Yaqui medio, cerca de Tónichi, Sonora. El límite
toria cultural. Podemos observar etnicidad en su cultura oriental de esta tradición lo define la bajada dela Sierra Ma-
material, ya que ésta es resultado de sus relaciones diná- dre Occidental, y su límite occidental, el mar (fig. 3) . La
micas diarias que inconscientemente terminaron por pa- tradición Huatabampo/ Cahíta surgió durante el periodo
recerse entre sí; por poner un ejemplo, las actividades al- de agricultura temprana del Suroeste de Estados Unidos/
fareras conjuntas resultaron en vasijas con pastas, formas Noroeste de México, cuando los grupos yutoaztecanos del
y decoraciones similares. desierto son orense adquirieron el domesticado maíz de sus
Con base en 20 fechas de radiocarbono de diferentes si- vecinos del sur, entre 2500 a.C. y 150 d.C. (Carpenter eta!.,
tios, podemos situar esta tradición entre 200 a.C. y 1450 2023 ). Huatabampo fue una tradición local y el periodo ce-
d.C. (fig. 2). Los sitios afiliados a la tradición Huatabam- rámico inicial está representado por la cerámica Huata-
po/ Cahíta se encuentran en la planicie costera del Noroes- bampo Café y Venadito Café, aproximadamente entre

La arqueología cahíta: yo reme y yoeme / 25


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Dosier

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SIMBOLOGÍA

• Sitio de la tradición
Huatabampo/Cahíta

3. Ubicación de sitos de la cultura Huatabampo.


ELABORACIÓN: GUADALUPE SÁNCHEZ

200 a.C y 200 d.C. Los sitios de la tradición Huatabampo/


Cahíta son concentraciones de materiales arqueológicos
sin arquitectura, lo que indica un patrón de rancherías a lo
largo de los ríos principales. La ausencia de arquitectura
doméstica sugiere que las casas fueron construidas de jacal,
como aquellas observadas entre los cahítas del siglo xvr.
1500 1000 500 la. e./ ld . C. 501 1001 1501
Además de los sitios habitacionales, también formaron par-
2. Ploteo de fechas de radiocarbono calibradas a 95%. te del patrón de asentamiento los montículos funerarios,
ELABORACIÓN: MATTEW PAILES los sitios de petrograbados y los concheros en la costa.

4. Vasijas de la cerámica
Huatabampo procedentes
de Mochicahui. Colección
UAIM (Universidad Autónoma
Indígena de México)
FOTOS: PUIN MORALES

3 4 5cm
~

26 / Arqueología Mexicana
La cultura Huatabampo/ Cahíta tuvo dos fases: la Huata-
bampo, de 300 a 1100 d.C., y la Guasave, de 1100 a 1450 d.C.
Alrededor de 1100 d.C. se observa la influencia de la cultu-
O 1 2 3 4 5 cm raAztatlán del sur de Sinaloa. En el sitio de El Ombligo (Gua-
i--l"""\-l""'
save, Sinaloa), en la fase Guasave, aparecen vasijas proce-
dentes de Aztatlán, junto con una variedad de ofrendas
funerarias: máscaras y pipas de barro, cascabeles y orejeras
de cobre, navajas prismáticas, sellos cilíndricos, malacates
moldeados y esgrafiados, objetos de diferentes minerales y
rocas exóticas vasijas policromas Aztatlán con figuras pin-
tadas de dioses mesoamericanos, entre otros objetos.
Entre los atributos distintivos de la tradición Huatabam-
po/ Cahíta está la cerámica lisa bien hecha de color rojo,
café y negro; se usaron formas sofisticadas como cantim-
N ploras y vasijas de doble cuerpo, botellas de asa de estribo
(fig. 4) , junto a diversas figurillas (fig. 5). Alrededor de
1100 d.C., probablemente por la influencia de Aztatlán, se
s. Figurillas Huatabampo procedentes incorporó la pintura a la tradición cerámica, y se volvieron
de Mochicahui. Colección UAIM.
FOTOS: PUIN MORA LES comunes el Guasave Rojo sobre Bayo (fig. 6) y los policro-
mos (fig. 7) comunes junto con el Huatabampo Liso. Las
manos de extremos colgantes son únicas de la tradición y
debieron utilizarse para preparar masa de maíz en metates
delgados. Las inhumaciones excavadas en los montículos
funerarios muestran que la modificación craneal fronto-
lambdoidea y la modificación dental fueron decoraciones
personales distintivas de la cultura Huatabampo/ Cahíta.
012345cm
~
La elaboración y uso de ornamentos de concha, incluyen-
do pulseras, fue muy común y los vincula a los grupos del
Noroeste de Sonora.
Los montículos funerarios son otro rasgo de la tradición
Huatabampo/ Cahíta. El montículo de El Ombligo es el me-
jor conocido y el más espectacular, con 196 entierros. El
montículo de El Cementerio, en el valle medio del río Ya-
qui (Ónavas, Sonora), es el más norteño que se conoce y
seguramente fue un montículo funerario multicultural, ya
6. Cuencos Guasave rojo sobre bayo proceden tes
que históricamente se trató de una zona de transición ca-
de Mochicahui, Co lección UAIM.
FOTOS: PUI N MO RALES
híta/yoeme y pima bajo/ o'ob. En Mochicahui (El Fuerte,
Sinaloa), en la actualidad uno de los centros ceremoniales
yoremes más vibrantes, existen al menos cuatro montícu-
los funerarios. En el montículo de Borboa de Mochicahui
excavamos cuatro entierros, dos de ellos de niños con mo-
dificación craneal y con fechas que se extienden desde 600
a 1450 d.C. En la comunidad yorefne de Ocoroni, a 50 km
O 1 2 3 4 5cm
\.-t""\-eá-- al oriente de Guasave, en un afluente tributario del río Si-
naloa, hay varios montículos prehispánicos con cerámica
7. Cuencos Aztatlán Policromo procedentes
de Mochicahui , Co ecc·ón UAIM . Guasave Rojo sobre Bayo, que actualmente están incorpo-
FOTOS: JUUO C:' "T":: rados en las danzas y rituales yoremes (fig. 8).

La arqueol ogía cahíta : yoreme y yo eme / 27


La tradición prehispánica Huatabampo/Cahíta se encuentra en una zona de frontera entre dos
macrotradiciones. No cabe duda de que ambas transmitieron parte de su herencia a los yoremes y
yoemes, quienes se organizaron en aldeas de agricultores y completaron su dieta con plantas
y animales silvestres, así como con recursos del mar.

8. Rituales yoremem. a) Montículo prehispánico en Ocoroni al que le colocaron encima ramadas ceremoniales. b) Niños que parti-
ciparon en las ceremonias.
FOTOS: JU LI O VICENTE

tabampo/Cahíta se encuentra en una zona de frontera en-


DESARROLLO DE LA CULTURA tre dos macrotradiciones. No cabe duda de que ambas trans-
HUATABAMPO/CAHÍTA mitieron parte de su herencia a los yoremes y yoemes,
quienes se organizaron en aldeas de agricultores y comple-
En el sitio de Machomoncobe (Huatabampo, Sonora), los taron su dieta con plantas y animales silvestres, así como
restos macro botánicos recuperados por Álvarez ( 1990) nos con recursos del mar. Un sofisticado sistema religioso y po-
muestran que la subsistencia estuvo basada en el cultivo de lítico los unía como macrogrupo étnico. Redes sociales de
maíz, frijol, calabaza y algodón. De acuerdo con datos et- larga distancia permitían el movimiento de productos, ideas
nográficos, se practicó la agricultura de inundación duran- y creencias a lo largo del territorio cahíta, pero estas inte-
te el verano, aunque la utilización de canales de irrigación racciones ocurrían sin la imposición de un poder estatal y
fue posible en época de secas. Los recursos marinos fue- eran empleadas por caciques locales para legitimar supo-
ron muy importantes y en los sitios hubo pescado y mo- der en sociedades con raíces profundas en la región. an
luscos. La caza de animales como venado y jabalí, junto
con la recolección de plantas silvestres como mezquite,
amaranto, verdolaga yvarios cactus, fueron actividades tan Para leer más ...
ÁLVAREZ PALMA, Ana María, "Huatabampo. Consideraciones sobre una co-
sustanciales como la milpa. La tradición prehispánica Hua-
munidad agrícola prehispánica en el sur de Sonora", Noroeste de México,
núm. 9, Centro INAH Sonora, 1990, pp. 13-93.
BuELNA, Eustaquio, "Introducción'; en Arte de la lengua cahíta por un padre de
la Compañía de Jesrís, Siglo XXI Editores, México, l 989 (1890), pp. V-LXIII.
John Carpen ter. Doctor en antropología por la Universidad de Ari- CARPENTER, John, Guadalupe Sánchez, Alejandra Abrego Rivas, Hugo Gar-
zona. Investigador del INAH . Ha estudiado por 40 años a los grupos cía Ferrusca, Daniela González Obregón, "Rethinking the Huatabampo
prehispánicos y protohistóricos de Sonora y Sinaloa, incluyendo Culture ofNorthwest México·: Kiva, núm. 89 (3), 2023.
cahítas, ópatas, así como los ranchos históricos de la costa de Her- EKHOLM, Gordon F., Excavaciones en Guasa ve Sin aloa, México, Siglo XXI
mosillo. Ha publicado diversas obras. Editores, 2008.
Guadalupe Sánchez. Doctora en antropología por la Universidad MocTEZUMA, José Luis y Gerardo López, "Variación Dialectal Yaqui-Mayo",
de Arizona. Investigadora del INAH. Sus intereses se enfocan en los Noroeste de México, núm. 9, Centro INAH Sonora, 1990, pp. 94-107.
primeros pobladores de América, así como en una gama de adap- PÉREZ DE RIBAS, Andrés, Historia de los trivmphos de nvestra santa fee entre
taciones humanas al desierto sonorense. gentes las mas barbaras, y fieras del Nueuo Orbe, Siglo XXI Editores,
México, 1992 (1645).

28 / Arqueo logía Mexicana


ELTECOMATE canzado una altura de casi un metro. Desafortunadamen-
te presentaba varios pozos de saqueo, aunque no se obser-
El Tecomate esta a medio camino entre Culiacán y Gua- vó material arqueológico en superficie.
múchil, en el centro-norte del estado. Se ubica casi al pie El del lado suroeste es de forma rectangular y está for-
del cerro del mismo nombre, sobre su ladera oeste, justo mado por sólo los muros laterales (fig. 7c) , uno de ellos
en la confluencia de dos pequeños arroyos que sólo aca- apoyado sobre la ladera de una loma. Pareciera la entrada
rrean agua durante la temporada de lluvias. El cerro des- hacia las piedras con grabados, si bien su forma hace pen-
taca en medio de la planicie costera, pues se encuentra en- sar en una cancha para el juego de pelota.
tre la sierra y el mar. La piedra principal mide más de 20 m de largo y casi
En la parte central, donde confluyen los dos arroyos, hay 10 m de ancho. Los grabados están sobre la cara este de la
una piedra con más de 90 grabados; otra piedra más pe- piedra, la que da precisamente hacia los arroyos, y se dis-
queña, 30 mal suroeste de la primera, está frente a una poza tribuyen sobre un área de 9.80 m de norte a sur por 3.20 m
del arroyo y sólo presenta cuatro grabados: dos espirales y de este a oeste (fig. la) y los diseños parecen estar dividi-
un sol yunaescaleraformandoun conjunto (fig. 7a) ; mien- dos alo largo del panel en dos conjuntos (fig. lb), uno arri-
tras que al noreste y suroeste hay dos recintos cuadrangu- ba (oeste) y otro abajo (este).
lares de piedra (fig. 6) . Se ha destacado la figura en posición de parto rodeada
El del lado noreste tiene casi 25 m por lado y sus muros por huellas de pies, pues se le ha tomado como la "prueba"
fueron levantados con la propia piedra con que se limpió de que los mexicas pasaron por Sinaloa en su peregrinar ha-
el interior (fig. 7b ), y en su origen es posible que hayan al- cia el centro de México y que ahí está documentado el na-
cimiento de su dios principal: Huitzilopochtli; pero, en rea-
lidad, los petrograbados se distribuyen en relación con dos
soles: uno en cada uno de los extremos este y oeste del pa-
nel. Al norte de la línea imaginaria que marcan los soles hay
dos aspas o cruces de San Andrés, dos figuras antropomor-
fas, una de las cuales está también en la posición de sapo,
dos espirales dobles y un excéntrico. La parte sur es la más
..,,,,. compleja del panel. Se compone por más de 20 diseños: ade-
·. ~
más de la figura antropomorfa ya mencionada que supues-

l. La piedra principal de El Tecomate, Si na loa . a) Tiene


más de 90 grabados. Su deterioro es causado tanto por
la erosión como por factores antrópicos (se utiliza para
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hacer "picnics"). b) Los grabados.
FOTO Y DIBUJO• LUIS ALFO~SO GRAVE

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30 / Arqueología Mexicana
Yaquis y mayos
- --------------------------------------------------

3. El "altar pétreo" de El Cobrizo visto desde el oriente.


Tiene debajo unas piedras que le dan estabilidad
2. Ubicación de El Cobrizo y El Tecomate, Sina loa. a la roca de forma piramidal.
ELABORACIÓN: LUIS ALFONSO GRAVE FOTO: LUIS ALFONSO GRAVE

tamente está pariendo, hay 11 huellas de pies humanos, 8 Historia de los descubrimientos antiguos y modernos de la
conjuntos de pozuelos que quizá representen huellas de ani- Nueva España, publicada en 1584, donde apunta que és-
mal (al parecer cánidos o felinos), 3 espirales (dos en dex- tos "siempre habían tenido por su Dios al sol"; pero es en
trógiro, una en levógiro) y un perico o guacamaya (fig. 8). los documentos de los misioneros jesuitas, llegados a la re-
Al igual que El Cobrizo, El Tecomate tampoco fue habi- gión en las postrimerías del siglo XVI, donde encontramos
tado de forma permanente, era un santuario montés. las mayores menciones sobre este tema y en particular so-
bre los centros ceremoniales en el monte y el importante
CENTROS CEREMONIALES MONTESES papel que tenían las rocas.
EN LOS DOCUMENTOS ETNOHISTÓRICOS Andrés Pérez de Ribas, en su Historia de los Triunfos de
nuestra Santa Fé, publicada en 1645, señala que a algunos
La importancia del Sol en la religión de los indígenas de la personajes sobrenaturales "pintaban a su modo, y tal vez
provincia de Cinaro o Cinaloa (en la actualidad el norte de levantaban alguna piedra, o palo a manera de ídolo", al que
Sinaloa) se vislumbra ya en la obra de Baltasar de Obregón, adoraban y ofrecían "palos labrados, y flechas, lanzas, y
otras cosas''. Lo que confirma el padre Martín Pérez, quien,
en cierta ocasión, "reparó, que un indio, que caminaba de-
lante, dejando el camino, se entró por una senda del mon-
te: siguiolo el Padre y vio que iba a parar a una piedra a
modo de pirámide, con ciertas figuras, aunque toscas, es-
culpidas en ellas y les estaba haciendo algunas demostra-
ciones de reverencia''.
De singular relevancia en relación con la disposición de
El Cobrizo y El Tecomate es la descripción de la fiesta
de los prohijados:

4. Croquis de El Cobrizo.
ELABORACIÓN: LU IS ALFONSO GRAVE

Centros ceremoniales monteses en el norte de Si na loa / 31


Dosier

La conformación de los distintos elementos que integran El Cobrizo y El Tecomate los señalan
como pequeños centros ceremoniales. Los rituales celebrados ahí estaban dictados por el
recorrido aparente del Sol, tanto en su ciclo diario como estacional.

Lo primero, buscaban, y juntaban los huérfanos que se ha- De acuerdo con esta descripción, las figuras pintadas no
bían de prohijar; hacían luego dos casas de petate, o este- eran permanentes, sin embargo, había lugares donde sí es-
ras, como ellos las usaban. Armabanse estas casas en co- taban grabadas, los cuales se encontrarían en zonas apar-
rrespondencia la una con la otra, y distantes como cien tadas de las poblaciones, pues el propio Pérez de Ribas in-
pasos. En la una entraban los muchachos huérfanos, de dica: "Un principal dellos los llevó al lugar donde se
donde no salían en ocho días, y allí los sustentaban con ato- celebraba la fiesta, y tomando una caña en la mano, fue se-
le, que es lo mismo que puches de maíz. En la otra casa (que ñalando aquellas figuras que sus antepasados reverencia-
era más espaciosa) esparcían en medio de ella arena suel- ban, y a quienes pedían guardasen sus sementeras de aque-
ta, tendida en forma de círculo que tenía dos varas y media llas culebras, sapos y animales que estaban allí pintados''.
de diámetro [poco más de dos metros]. En este círculo en- Por su parte Martín Pérez señala: "Dicen que este Hirisi-
traban y salían los indios cantando y bailando muy embi- hua {Hirisihua a quien llaman 'el creador y señor de todo',
jados, o pintados, y con bordones en las manos; sentaban- y dicen que fue hijo de una virgen llamada Huaqueruhi,
se a veces en la arena, y en ella iban pintando diferentes aunque no la hacen siempre virgen] está allá en la tierra
figuras con colores sueltos, y varios que echaban en los hue- adentro; sospéchase que deben de tener por allá algún tem-
cos de unas rayas que formaban con una cañita delgada. Lo plo y adoración"; es decir, en el monte.
principal que pintaban eran dos figuras que parecían hu-
manas: a la una llamaban Uiriscua y a la otra Uairubi : esta
decían que era madre de la primera[ ... ]. Alrededor de es-
tas dos figuras pintaban ya cañas de maíz sembrado, ya fri-
joles, y calabazas; y sobre estas plantas, culebras, pajarillos,
y otros animalejos ...

5. La salida del Sol el 21 de junio de 2014.


Nótese la alineación del altar cor una de las
protuberancias del cerro Las Minas Cobrizas.
FOTO: LUIS ALFONSO GRAVE ELABORACIÓN: LUIS ALFONSO GRAVE

32 / Arqueología Mex icana


Yaquis y mayos

8. La guacamaya (¿Ara mi/itoris?) de


la piedra principal de El Tecomate.
FOTO: LUIS ALFONSO GRAVE

COMENTARIOS
FINALES

La conformación de los distintos elementos que integran


El Cobrizo y El Tecomate los señalan como pequeños cen-
tros ceremoniales. Los rituales celebrados ahí estaban dic-
tados por el recorrido aparente del Sol, tanto en su ciclo
diario como estacional. Esto se confirma por la orientación
del altar pétreo en el caso del primero y por la distribución
de los petrograbados en el segundo, en los cuales destacan,
al oriente y poniente, los dos soles. No obstante, no pode-
mos negar la posibilidad de que en este último esté repre-
sentada una teogonía, pero, si les queremos poner nombre,
los protagonistas del parto y nacimiento serían Huirisihua
y Huaqueruhi y no Chimalma y Huitzilopochtli, como lo
pretende la historia oficial sinaloense. an

Para leer más ...


GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Luis, y María del Carmen Anzures y Bolaños, "Mar-
tín Pérez y la etnografía de Sinaloa a fines del siglo xv1 y principios del
sigloxvu",Estudios de Historia Novohispana, núm.16, 1996, pp.171 -214,
https:// doi.org/10.22201 /iih.24486922e.l996.016.3423
GRAVE TIRADO, Luis Alfonso, "El Tecomate: un santuario solar en el centro-
7. El Tecomate. a) La piedra con grabados del lado suroeste. norte de Sinaloa", Revista Española de Antropología Americana, 53 (1),
b) El recinto cuadrangular de piedra del lado noreste. 2023, pp. 11-28, https://dx.doi.org/10.5209/reaa.82141
GRAVE TIRADO, Luis Alfonso, y Víctor Ortega León, "El Cobrizo.¿ Un rama-
e) El recinto rectangular de piedra del lado suroeste.
dón mayo prehispánico?", en Rafael Pérez Taylor y Emiliano Gallaga
FOTOS: LUIS ALFONSO GRAVE
(eds.), Antropología del desierto. Los imaginarios colectivos del desierto,
IIA, UNAM, 2020, pp. 61-80.
_ _, "Límites difusos, dinámicas intensa¡;. Sinaloa a la llegada de los espa-
ñoles", Anales de Antropología 54 (2), 2020, pp. 7-18, http://dx.doi.
Luis Alfonso Grave Tirado. Arqueólogo por la ENAH, maestro y org/ 10.22201/iia.2448622le.2020.2.72726
doctor en estudios mesoamericanos por la UNAM. Investigador del PÉREZ DE RIBAS, Andrés, Historia de los Triunfos de nuestra santa fe entre
Centro INAH Sinaloa en el Museo Arqueológico de Mazatlán. Miem- gentes las más bárbaras y fieras del nuevo orbe, edición facsimilar, estudio
bro del Sistema Nacional de Investigadores. introductorio, notas y apéndice de Ignacio Guzmán Betancourt, Siglo
XX1 / Difocur, México, 1992 [1645].

Centros ceremoniales monteses en el norte de Sina loa / 33


Michael D. Mathiowetz

"NUESTROS PEQUEÑOS

LOS RASPADORES
/

YLAMATERIALIZACION DEU
Examinar las variantes culturales de los mundos floridos en Mesoamérica, el Noroeste de México y
el Suroeste de Estados Unidos puede ayudarnos a cuestionar cómo, por qué, dónde y cuándo se di-
fundieron estas ideologías en las redes sociales del pasado. Los mundos floridos se hacen patentes en
la ritualidad de la agricultura del maíz, la cacería y la guerra. En el Noroeste de México, los venados
sagrados asociados al amanecer son figuras comunes en los ritos del mundo florido, aparentemente
con antecedentes arqueológicos en la región. Aquí se aborda el uso de los raspadores musicales con
muescas en la ritualidad del venado y otras presas como materialización de los mundos floridos.

., ·•·•¡-¡-·•·-1· 1-• · ~. ¡ ·¡'l""í- ... ,., . ,,,. ~' ,... ,. ...... · ·~·lJ•\'"'"'\•1•·•1• , ..... · ·•1'1!:W•l¡,il'\ l •• ·, · '
• / ' • ¡ j t '. º \ '¡ • Í ¡ \ 1 : ; ; ! ', : • : 1 1 : l t • \ •. .

l. Raspador musical yo reme ljirukia) . Artesano: Mariano Anguamea .


La Loma del Etchoporo, Huat2bampo, Sonora. Colección de Fi del Ca macho.
FO-o, OLIVER SANTA NA / RAÍCES

os "mundos floridos" centrados en el Sol, -donde los mundos floridos se materializan- puede ayu-

L
el alba, los ancestros, la humedad, las flores, el darnos a rastrear la propagación de la ritualidad de los
maíz, la fertilidad y un equilibrio ético/moral mundos floridos (fig. 1). Los raspadores en Mesoamérica
se plasman en las prácticas rituales de los grupos y en el Suroeste de Estados Unidos y Noroeste de México
indígenas por toda Mesoamérica. Encontramos son microcosmos del camino escalonado del Sol (Bonfi-
evidencia de mundos floridos en el Suroeste de Estados glioli, 2011; Mathiowetz, 2011 ). Como el movimiento solar
Unidos y el Noroeste de México desde 900 d.C. y, sobre determina el ciclo hidrológico, los raspadores funcionan
todo, después de 1200 d.C. (Mathiowetz y Turner, 2021). como dispositivos para hacer llover; abundan los paisajes
La distribución de raspadores musicales con muescas floridos y las cosechas rebosantes. La caza y la guerra ayu-

34 / Arqueología Me xicana
RASPADORES FLORIDOS''

USICALES DENTADOS
SEAÁNIA (MUNDO FLOR) YO EME
R1 G nde
/ m
UEBLOS
DEL ESTE e MIMBRES

'
,----------------------------------- ieja
, soiaclº rio Libre
ll'º
'''
J_
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Río Gila

Ch-204
,-
' ••Paquimé
CASAS GRANDES
Ch-254._ J
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....y.oE
COMCA'Ac ) _B\)'IARA ,#º: Njayo
:.
H-U ATABA M ~·-O.:, ...... ( . RÍ-o..tuerte
JHo Mayo .. . ·\ RARA~URI
Río Fuerte YOREM '7 _i

HUATABAMPO ...,,•····--:'.:.\-- ... .:sábori ame "'


REGIÓN ARQUEOLÓGICA Moclii~~hui • Za e
• Sitio etnográfico
Guas.ave P
TA Hu ¡··•...,A Z TA T L Á N
• Sitio arqueológico
AZTATLÁN
• • • Región etnográfica Culiacán Cañ~b del Molino
~·······
e • Wirikuta
Chametla • La Ferr ría ®
Amapa ~ HuAS'FECA
El Teúl Chichén Itzá
SIMBOLOGÍA

Río principal
Frontera política
REGIÓN ARQUEOLÓGICA

® Lugar sagrado para recolectar peyote


• Sitio etnográfico
• Sitio arqueológico
Lago 1

~ Ta
2. Mapa de Mesoamérica, el Occidente de México y el Suroeste de Estados ~-
Q(umarkaj
Unidos/ Noroeste de México, que muestra sitios y culturas arqueológicas J •

en relación con los territorios de grupos 'ndígenas descendientes de ellas. ximché•


ELABORACIÓN: WILL RUSSELL o 300km
~

Nuestros pequeños raspadores florido s/ 35


Dosier

Tzitzímitl [fil
1
1

Psctoral de oro 3. Huesos humanos incisos y dentados


(del Posclásico Tardío del Altiplano Cen -
__ Tonatiuh tral de México) en losquese muestran mo-
----- tivos solares y floridos. a) Tonatiuh va a
1
1
descender por las incisiones escalonadas
1
1 del raspador para beber la sangre de las
Noche estrellada
ofrendas sacrificiales. b) Tonatiuh, ataca-
do por una tzitzímitl en el cielo estrellado,
,,,' E
desciende por el raspador hacia/desde las
Sangré ___ . fauces de la diosa tierra Tlaltecuhtli. Cul-
huacán. e) Raspador con flor. d) Raspador
con la cara de Mixcóatl, dios de la cacería.
DIBUJOS: MICHAEL D. MATHIOWETZ (A Y B: BASADOS EN LOS
DIBUJOS DE HASSOVON WINNING Y KARL TAU BE. C Y D: BASADOS
EN UN DIBUJO DE HERMANN BEYER); FOTO: CORTES(A
DE TU LANE UNIVERSITY

,J¡ ~ Chichén Itzá, Mayapán, Cholula,

6'1 ~ Mitla, Tututepec, Tenochtitlan) aso-


ciados a mundos floridos con caracte-
rísticas culturales específicas. Raspa-
dores dentados de huesos humanos
del Posclásico Tardío muestran iconos
'' del Sol y la flor, incluyendo a Tonatiuh
,\ Flecha en un disco solar que desciende por
~ \ las muescas del raspador mientras
\
\
\ consume sangre (figs. 3a-3c). Los m ú-
Tlaltecuhtli
sicos que tocaban los raspadores "em-
@] pujaban" activamente al Sol a lo largo
de su camino. Algunos grupos con
poca evidencia de mundos floridos,
dan a que surjan mundos floridos. Los raspadores arqueo- como los purépechas de El Palacio (Michoacán), usaban
lógicos aparecen sobre todo en áreas donde los mundos raspadores hechos de fémur, tal vez adaptando selectiva-
floridos son conocidos entre grupos emparentados en el mente prácticas de las culturas vecinas.
tiempo. Las regiones yoeme y yoreme quedan en la inter- La deidad solar Xochipilli se vincula al alba, las flores,
sección de las áreas culturales arqueológicas de Huatabam- las guacamayas rojas, el venado, el maíz, los bufones y los
po y Aztatlán (fig. 2). La proximidad a corredores como el raspadores dentados. En los códices Borgia (lám. 53) y Va-
río Fuerte, que conectaron el occidente de México y el Su- ticanus B (lám. 96), Xochipilli aparece como una piel de
roeste de Estados Unidos y el Noroeste de México, pueden venado ( animal solar) marcada con los signos de los 20 días
haber dado forma a procesos históricos de etnogénesis que del calendario adivinatorio que lo vinculan a las curaciones
implicaron mundos floridos, venados solares y raspadores. (figs. 4a-4d). En el Códice Vindobonensis (lám. 24), el dios
Nueve Viento (Ehécatl-Quetzalcóatl) toca un raspador de
RASPADORES CON MUESCAS DE MESOAMÉRICA omóplato y fémur frente a Siete Flor-Xochipilli. Aquí, la
Y EL NOROESTE DE MÉXICO cercanía que se aprecia entre una planta de maíz, una dei-
Encontramos raspadores con muescas (en náhuatl omechi- dad de la lluvia (Dzahui) y un bulto mortuorio que canta
cahuaztli) en sitios del Preclásico (Chalcatzingo ), del Clá- podría relacionar los raspadores con predicciones respec-
sico (Teotihuacan y mayas), del Epiclásico (Cacaxtla, Teo- to a la lluvia y las cosechas (fig. 4t). Raspadores de fémur
tenango) y del Posclásico Temprano y Tardío (Tula, fueron enterrados con una efigie de Macuilxóchitl-Xochi-

36 / Arqueología Mexicana
[fil
4. a) Xochipilli vestido como guacamaya
roja. Códice Tudelo, lám. 29. b) Centéotl,
el dios maíz, alter ego de Xochipilli. Códi-
ce Borgio, lám . 14. e) Xochipilli como piel
de venado lleva los signos de los 20 días
del calendario adivinatorio. Nótese el di-
señofacialdeuna mariposa sobre la boca.
CódiceBorgio, lám.53. d) Venadocon dis-
co solar en el cuerpo. Códice Borgio, lám.
33. e) Efigie de Macuilxóchitl-Xochipilli en -
e terrada con un raspador de fémur huma -
no, figurasdetamboryflautasfloridas. Te-
nochtitla n. f) Deidad mixteca Nueve
Viento, con un raspador de omóplato yfé-
mu r sobre un resonador de cráneo, sen -
tada ante Xochipilli Siete Flor. Cerca de
esta escena, un bulto mortuorio cantan -
[I] te, una mata de maíz y una deidad de llu -
via (Dzahui) sugieren que el raspador se
usaba en los pronósticos de lluvia y del
maíz. Códice Vindobonensis, lám. 24.
FOTOS: BNAH (8, C), ARCHIVO DIGITAL DE LAS COLECCIONES
DEL MNA, INAH·CANON(E); DIBUJOS: MICHAEL D. MATHIOWETZ (D),
JOHN M. D. POHL (A, F)

sentados en los petroglifos de Coami-


les (Nayarit) y Mascota (Jalisco), pro-
bablemente venados cola blanca
( Odocoileus virginianus ), sugieren
que los ciervos fueron parte de los
mundos floridos de esta región (figs.
6a-6b). Se han registrado seis raspa-
;illi en Tenochtitlan (fig. 4e). Los mexicas consideraban dores de hueso humano enAztatlán: uno enAmapa y otro
. e las almas de los guerreros caídos se unían al Sol en el en Compostela (Nayarit); uno en el Cerro de las Ventanas
anecer, como pájaros y mariposas que liban el néctar de (Zacatecas); uno en La Contingencia y dos en el montí-
- i.1ores; el rostro de Mixcóatl, patrón de los guerreros di- culo funerario de Tizapán el Alto (Jalisco), donde el crá-
·:mtos y la caza, que vemos en uno de los raspadores, pue- neo de un venado en uno de los entierros indica rituali-
e referir a este reino del alba (fig. 3d) . La caza es un rito dad con ciervos (fig. 7) . Un raspador de hueso no
-=e la temporada de secas que presagia la agricultura de la especificado fue encontrado en La Peña (Jalisco). Otro ras-
·emparada de lluvias, pero las cacerías de venado también pador de astas de Culiacán (Sinaloa) recuerda testimonios
· eron instrumentos retóricos utilizados en las entidades yoemem que indican que los raspadores derivan de las as-
=- líticas del Altiplano mexicano como estrategias de legi- tas de venado (figs. 6c) . Para los wixárika contemporá-
iimización (Pohl, 2001). neos, los raspadores y la cacería de venado invocan mun-
En el occidente de México los raspadores de hueso son dos floridos, como la cacería df venado/peyote en
:,o teriores a 850/ 900 d.C., aunque encontramos raspado- Wirikuta (figs. 6d-6f) .
:-e de piedra en tumbas de tiro más antiguas. Los raspa- Los raspadores del Suroeste de Estados Unidos y el No-
~ores de hueso de la región de Aztatlán podrían estar re- roeste de México suelen ser omóplatos de venado o antílo-
.,. -ionados conXochipilli yel mundo florido (Mathiowetz, pe, casi siempre posteriores a 1200 d.C. y actualmente se
_011) (fig. 5) . Los mamíferos con pezuña hendida repre- relacionan con rituales de curación y de lluvia. Algunos

Nuestros pequeños raspadores floridos/ 37


N V ~ ¿YOREMEANCF:STRAL?
1 \
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Cañón del Molino
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¿NAHUAANCESTRAL? Amap♦e : tl'Teúl . \ ~,._
Chacalilli. / - ~, e • 6/rro Í e lasVenranas,..
lkl .,.~ -;_,__,, '' /, )
~ ~ (ti\... ,.1,.~, - ' . ;\elxtlárr,tiel~ f
¿COCA-TECUEXE
_,A1;1CEST¡q1/
S. Culto a Xochipilli en el occidente de México durante el Posclá- ,jumÍt!an___.,1\1'-
sicoy los primeros años coloniales. a) Deta lle del toponímico Xo- EIAlto
chipilla, actual Juchipil a, Zacatecas, cerca del sitio Cerro de las
O Área del culto a Xochipilli
Ventanas. Lienzo de Tloxcaio, p. 58. b) Mapa de la extensión ac-
• Sitio arqueológico
tualmente derinida del culto a Xochipilli, en relación con las hipo- - - Hipotética subregión etnolingüística
téticas subregiones etnolinguísticas de la región sur de Aztatlán . ® o

--
Lugar sagrado para recolectar peyote
DI BUJO: MICHAEL D. MATH IOWETZ; ELABORACIÓN DEL MAPA: WILL RUSS EL L

[I]

6. En la región del Gran Nayar,del occidente de Mé-


xico, los venados están estrechamente asocia - @]
d::Js a Venus, particularmente al lucero matutino.
Para los wixórika contemporáneos, los raspado -
res se usan par2 atrapar venados. a) La arqueóloga
Betty Bell junto al petroglifo de Coa miles, Nayarit, en
el centro de la zona de Aztatlán, donde se muestran
dos presuntos venados de cola blanca. Nótense las pe-
zuñas. b) Representaciones de venados en las rocas del
Cañón del Ocotillo (cerca de Mascota) al oriente de Puerto
Vallarta, Jalisco. Nótense las pezuñas. e) Raspador de as:a
con muescas de Culiacán, Si na loa . d) Omóplato dentado de
venado y raspador wixórika oe hueso largo recolectados por
Carl Lumholtz. e) Palo de Brasil wixórika con muescas que repre-
se1ta un hueso de venado dentado (ka/atsi'ki), recolectado por
Carl Lumholtz. f) Flecha wixórika atada a un objeto aserrado de ma-
dera que representa un hueso de venado con muescas (ka/atsi'kO. El
escudo muestra un venado con un diseño de raspador dentado.
FOTOS:ARCHIVO DE JACK SMI TH (A), CORTESÍA DE LA DIVISION OF ANTH RO POLOGY,AM ERI CAN MUSEUM OF
NATURAL HISTORY. CATALOG NO. 65/1531 Y65/1532 (D), CATALOG NO. 65/1530 (E) Y DIBUJO NO. 65/1847 (F)";
DI BWOS: MICHAEL D. MATH IOWETZ, BASADOS EN FOTOS DE JOSEPH MOUNTJOY (B) Y EN UN DIBUJO DE
ISABEL KELLY (C)

38 / Arque o logía Mex icana


El "patio florido" donde danza el venado se convierte en el mundo florido. La muerte del venado es
n enriquecedor acto sacrificial en el que el ciervo se ofrece para que la vida continúe, un concepto
actualizado en la flor (seewa). ¿Pudieron haber existido en el pasado las danzas del venado, en el
mundo florido de los yoemem y yoremem, sin haberse usado los raspadores con muescas?

parecen en sitios de Mimbres después de 1000 d.C. junto ETNOGÉNESIS YO EME: LA VARA PARLANTE
on evidencia de ritualidad asociada a la cacería y al mun-
cio flo rido (figs. 8a-8c). Hay raspadores en Cueva del Te- Historias orales yoemem refieren sucesos pre-jesuíticos
- bejo, Cerro de Trincheras, La Playa y los sitios K:4: 16 y acerca de un "árbol parlante" ( u kuta nokame) o "vara par-
:· :-1:24 (Sonora). Raspadores de omóplato (de venado cola lante': que vibra, murmura, zumba, canta o golpetea, y que
lanca o antílope) aparecen en unos cuantos sitios del pe- apareció por primera vez entre los surem (proto-yoemem,
·odo Viejo Casas Grandes Tardío (Ch-204, Ch-218 y Ch- "gente encantada") en los cerros Omteme Kawi ( Cerro Eno-
_s,. .Antiguos raspadores de madera proceden de una cue- jado) y Tosai Bwia (Tierra Blanca) (Molina y Shorter, 2021;
·a de Baborigame (Chihuahua) (figs. 8d-8e). En Paquimé Shorter, 2009) (fig. 9a). Se le describe como un palo o un
en·ontramos raspadores de artiodác-
. o y una notoria evidencia ritual del
undo florido (Mathiowetz, 2021);
.::o ra padores de huesos humanos
e tran influencia de Aztatlán (fig.
-o. Actualmente se usan raspadores
~:itrelosyoemem, yoremem, rarámu-
. ódami, comca'ac, o'o dham, grupos
? ~eblo del oeste y del este, entre otros
fi 0 • 8f) . El uso de raspadores entre los [fil
em podría arrojar luz sobre his-
- de la danza del venado y de los
- o flo ridos .

• -:;:::iadores de fémur humano de las


==: es de Aztatlán y Casas Grandes.
;a =;:-canías de Amapa, Nayarit (de pre-
-::; hueso humano). b) Museo Local de
- :-:,ay Arqueología, Compostela, Na-
- : e) Dos fragmentos de raspador, Ti -
_:¿;~ e Alto, Jalisco. d) Cerro de las Ven-
·- ;,s Zacatecas. e) La Contingencia,

...
seo. f) Paquimé, Chihuahua. Los go-
- ar es de Casas Grandes en Paquimé
- ;:z atribuyeron al raspador de fémur
~ ano y de otras presas de caza. un pa-
: ::io,í ico religioso en rituales de legiti-
;;: Ó'l, como los de Aztatlán y los de Me-
- ;;,.,..,er;ca, vinculados con la trayectoria
= a, anual del Sol, el alba, la caza/gue- rn
'" a curación y la producción de lluvia,
_ ~ dancia agrícola y mundos floridos.
-:-:s. ÓNIMO (A), MICHAEL D. MATHIOWETZ (B),ARCHIVO
......:. :e iT "EIGHAN DE LA UCLA (C) INAH (DY F), JILL RHOD ES
=~ MOUNTJOY (E)

Nuestros peq ueños ra spad ore s flori dos/ 39


,.,

~
8. Cacería, mundos floridos y raspadores
del Suroeste de Estados Unidos y Noroes-
te de México. a) Escenas de cazadores al
acecho de un venado . Vasija Mimbres
Blanco sobre Negro de Old Town Ru in, sur
de Nuevo México. b) Escena de antílopes
berrendos rodeando una fl or central. Va-
sija Mimbres Negro sobre Blanco, sur de
Nuevo México. e) Raspador de omóplato.
Tanque Pueblo, Nuevo México. d,e) Ras-
padores antiguos de madera (ráramuri u
odam ) con diseños de "x" recolectados
por Carl Lumholtz de un entierro en una
cueva cercana a Baborigame, Ch ihuahua.
Los rarámuri consultados identificaron
las líneas inclinadas como "camino de
Tata Dios" (el Sol) y las líneas transversa-
les como lluvia. f) Raspador con muescas
rarámuri con diseños de "x" recolectado
por Carl Lumholtz".
DIBUJOS: WILL RUSSELL (A), MICHAEL D. MATHIOWETZ, SEGÚN
UN DIBUJO DE FREO KABOTIE (B). FOTOS: EMILY BROWN (C) /
CORTESÍA DE LA DIVISION DE ANTROPOLOG ÍA DEL AMERICAN
MUSEUM OF NATURAL HISTORY. NO. 29.0/ 3830, CATALOG NO.
6S/ 1218, NO. 6S/917 Y 6S/918 (C-F)

@]
<'t,, " ,, ,. {\
del venado unen ambos lados de la tra-
-~.._'-:4"'º"..,¡,: ..... ..;.l.&.,~:-
dición de la vara parlante.
Las danzas del venado celebran las
~ --- ..... ___ , _...... ._ relaciones entre los humanos y los se-
res del juyya ánia, sobre todo el vena-
do (saila maaso, "hermanito venado")
·~. ,-~\ij'II \ \lH'M 'I lltPH 1 11 1r1 , :.: . (figs. 10, 11). Quienes conocen el len-
[I] guaje y el comportamiento del venado
tienen seatakaa ("don de la flor"), don
innato que permite curar, bailarla dan-
poste de madera, un mezquite muerto, un palo verde, un za del venado y mirar en mundos diversos, especialmente
árbol sin ramas. El palo/ árbol parlante es indispensable en sea ánia. La danza del venado vincula tres dominios atra-
para entender los cantos del venado y se relaciona con la vesados por el ciervo: 1) yo ánia ("mundo encantado"), 2)
identidad y los procesos históricos etnogenéticos de los juyya ánia ("mundo silvestre"), y 3) sea ánia ("mundo flo-
yoemem, como son las profecías acerca de la llegada de rido"). Relacionado con el oriente debajo del amanecer, las
los españoles y el cristianismo, la división entre los surem nubes, la lluvia y las flores, el sea ánia -el juyya ánia flore-
(no bautizados) y los yoemem (bautizados) y las nuevas cido- es el hogar del primer venado silvestre.
tecnologías. Los surem dependían de una joven que tradu- La danza del venado requiere de un danzante y tres can-
cía el mensaje del árbol. Luego, tuvieron una danza encan- tores: uno toca un tambor de agua y dos ejecutan los raspa-
tada donde bailaba un venado verdadero. Los "primeros dores sobre jícaras, al tiempo que cantan las canciones del
yaquis verdaderos" que bailaron la danza del venado -los venado (que es la voz del ciervo) que describen el punto de
surem- obtuvieron los cantos y los instrumentos musica- vista del rumiante en sea ánia. Los raspadores son idiófo-
les del venado en yo ánia (dentro de juyya ánia), antes de nos de fricción que vibran al ser golpeados, sacudidos o ras-
la separación de los surem y los yoemem. Hoy las danzas gados y materializan el mundo florido en las danzas del ve-

40 / Arque ologí a Me xicana


9. Raspadores yoemem y tradición de la vara parlante. a) Omte-
me Kawi ("Cerro Enojado"), lugar donde el árbol/vara parlante se
l2s apareció a los surem. b) Conjunto de raspador con muescas
y jícara resonadora. Los diseños en forma de "x" del raspador re-
presentan flores de cuatro pétalos.
FOTOS: DAVIO SHORTER

ado. Casi todos los objetos usados en las danzas de venado mezquite (ju'upa ) u otras maderas duras para hacer los ras-
e llaman seewa o sea (flor). Las cruces en los raspadores padores, sin embargo, las jirukiam tienen su origen en las
·oemem (jirukiam, "raspadores floridos") son "flores" de astas del venado. Los raspadores imitan el aliento del cier-
~ atro pétalos, aunque las cruces delas máscaras de pajko'ola vo o el ruido de sus astas al raspar un arbusto o un árbol (un
·on descritas como el "Sol" (fig. 9b). Se llama kuta a los ras- palo verde) para quitarse la borra de las astas.
padores ("palo"), sewa kuta ("palo florido"), yo kuta ("palo El primer danzante de venado, Wok Vake'o, puso aten-
encantado"), maso kuta ("palo venado") o yo malí kuta ción al sonido de las astas que dos venados frotaban entre
-palo de cervatillo encantado"). El raspador "palo de cer- sí como si fueran un instrumento musical que acompaña-
·atillo encantado" da voz al venado y es el único objeto que ba el canto del venado; éste fue el modelo para los raspado-
.:onserva el lenguaje del árbol/vara parlante. Tanto los ras- res en las danzas. El tambor es el latido del corazón del ve-
?adores como la "vara parlante" son maderas duras del ju- nado, y el agua de su interior un charco de agua de lluvia
/ª ánia. Se prefiere la madera de palo de Brasil (juchajko ), donde bebe. Esta "agua florida" es aventada al patio para

10. Danza yoeme del venado y seo onio. a) Mural El Mundo Florido de Daniel F. Lean.
b) Danza yoeme del venado con músicos y bufón ritual .pojko'olo). Jiak Batwe (río Yaqui), Sonora, México.
FOTOS: HELGA TEIWES / CORTESÍA DE DANIEL F. LEON Y DELARIZONASTATE MUSEUM,U IVERSITYOF ARIZONA, CATALOG NO. C-29287 {A), DAVID SHORTER (B)

Nuestros pequeños raspadores floridos / 41


11. a) Danza yoreme del venado. b) Detalle de los c2ntores/ músicos tocando los raspadores y tambor de agua durante la danza.
Nótense las flores en los sombreros de los ejecutantes. La Rosii:a, Huatabampo, Sonora, 2009.
FOTOS: FIDEL CAMACHO

bendecir a los participantes. El "patio florido" donde danza


Michael D. Mathiowetz. Doctor en antropología por la Universi-
el venado se convierte en el mundo florido. La muerte del
dad de California, Riverside. Investigador del Getty Research Ins-
venado es un enriquecedor acto sacrificial en el que el cier- titute. Escoeditor (conAndrewTurner) deF/ower Worlds: Religion,
vo se ofrece para que la vida continúe, un concepto actua- Aesthetics, and Ideology in Me soamerica and th e American
lizado en la flor (seewa). ¿Pudieron haber existido en el pa- Southwest (2021 , Universidad deArizona) y coeditor (con John M .
sado las danzas del venado, en el mundo florido de los D. Pohl) d e Reassessing the A ztatlán World: Ethnogenesis and Cul-
tural Continuity in Northwest Mesoamerica (en prensa , Universi-
yoemem y yoremem, sin haberse usado los raspadores con dad de Utah) .
muescas? an

Para leer más ...


BoNFIGLIOLI, Cario, "De la sipíraka rarámuri al omechicahuaztli mexica. _ _ , "Life in Bloom: The Casas Grandes Flower World and ltsAntecedents
Transformaciones del concepto de escalera cósmica", en C. Bonfiglioli, A. in Northwest Mesoamerica, Northwest Mexico, and the American
Gutiérrez, M.Areti-Hers y D. Levin (eds.), Las Vías del Noroeste, vol. 3, Southwest", en Michael D. Mathiowetz y Andrew D. Turner (eds.), F/ower
IIA, IIE, UNAM, México, 2011, pp. 75-112. Worlds: Religion, Aesthetics, and Jdeology in Mesoamerica and the Ame-
BROWN, Emily J., "Instruments of Power: Musical Performance in Rituals of rican Southwest, Universidad deArizona, Tucson, 2021, pp. 174-200.
the Ancestral Puebloans of the American Southwest': tesis doctoral inédi- MATHIOWETZ, Michael D., y Andrew D. Turner (eds.), Flower Worlds : Reli-
ta, Graduate School of Arts and Sciences, Columbia University, Nueva gion, Aesthetics, and Jdeo logy in Mesoamerica and the American
York, 2005. Southwest, Universidad de Arizona, Tucson, 2021.
CARPENTER, John, y Guadalupe SÁNCHEZ, "Archaeology and Ethnohistory MoLINA, Felipe S., y David Delgado Shorter, "The Living Beautifu l Part of
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Observations and Archaeological Interpretations, Universidad de Utah, tics, and Ideology in Mesoamérica and theAmerican Southwest, Univer-
Salt Lake City, 2021, pp. 25-49. sidad de Arizona, Tucson, 2021, pp. 70-86.
CoYLE, Philip E., "La cacería de venado de los uto-nahuas centrales", en NEURATH, Johannes, "Becoming Peyote, or the Flowers ofWi rikuta': en Mi-
Johannes Neurath (ed.) , Por los caminos del maíz. Mito y ritual en la chael D. Mathiowetz y Andrew D. Turner (eds.), Flower Worlds: Religion,
periferia septentrional de Mesoamérica , FCE / Conaculta, México, 2008, Aesthetics, and Ideology in Mesoamerica and the American Southwest,
pp. 294-335. Universidad de Arizona Press, Tucson, 2021, pp. 53- 69.
EVERS, Larry, y Felipe S. MoLINA, Yaqui Deer Songs/Maso Bwikam : A Nati- PAINTER, Muriel T., With Good Heart: Yaqui Be/iefs and Ceremonies in Pas-
ve American Poetry, Sun Tracks/ Universidad de Arizona, Tucson, 1987. cua Village. Universidad de Arizona Press, Tucson, 1986.
HiLL, Jane H., "The Flower World ofO!d Uto-Aztecan", Journal ofAnthropo- POHL, John M.O., "Chichimecatlalli: Strategies forCultural and Commercial
logical Research, 48 (2) , 1992, pp.117-144. Exchange Between Mexico and the American Southwest, 1100-1521", en
MATHIOWETZ, Michael D., "The Diurna! Path of the Sun: Ideology and In- Virginia M. Fields y Víctor Zamudio -Taylor (eds.), The Road to Aztlan :
terregional Interaction in Ancient Northwest Mesoamérica and the U.S. Art from a Mythic Homeland, Los Ángeles County Museum of Art, Los
Southwest", tesis de doctorado en filosofía y Antropología, Universidad Ángeles, 2001, pp. 86-101.
de California, Riverside, 2011. SHORTER, David Delgado, We Wi/1 Dance Our Truth: Yaqui History in Yoeme
Performance, Universidad de Nebraska Press, Lincoln, 2009.

42 / Arqu eo log ía Mexica na


Cynthia Radding

Los YOEMEM y LOS YOREMEM


HISTORIAS PROFUNDAS DE
TERRITORIO E IDENTIDAD
Los yoemem (yaquis) y los yoremem (mayos) son "naciones" de profundo arrai-
go en los valles y los montes que rodean los ríos Yaqui, Mayo, Fuerte y Sinaloa
en el Noroeste de México. Su presencia milenaria forjó una identidad territorial
asociada a saberes ecológicos y dio lugar a una identidad histórica y estrategias
de defensa frente al régimen virreinal y el emergente Estado-nación mexicano.

a identidad yoreme (pl. yoremem) subraya los remoniales y productos de la tierra con los asentamientos

L
valores de respeto enmarcados por la noción urbanizados de Aztatlán hacia el sur y con las aldeas
de itom ania: "nuestro mundo", que se enraíza serranas de Sonora oriental. A partir de las primeras expe-
en los valles fértiles de los ríos Yaqui, Mayo, diciones españolas del siglo xv1 que irrumpieron en su
Fuerte y Sinaloa y en el monte que los rodea. Los territorio, las naciones yoeme y yoreme desafiaron sus
yoemem y los yoremem ostentan una historia afianzada en avances, empleando estrategias de enfrentamiento y de
sus territorios ancestrales, aumentados por los corredores negociación. Las tradiciones orales del árbol parlante y
ceremoniales y de subsistencia que atraviesan el noroeste del testamento yaquimí, leídas paralelamente con los re-
de México y parte del suroeste norteamericano. Sus asen- gistros documentales, afirman que después de varios en-
tamientos a lo largo de las cuatro cuencas fluviales crearon frentamientos bélicos, los yoemem y los yoremem nego-
paisajes que vinculaban la frontera septentrional mesoa- ciaron la llegada de los primeros misioneros jesuitas en
mericana con las planicies y serranías áridas del Desierto sus territorios.
de Sonora. Así se generaron los saberes ecológicos que
fundamentan tanto sus prácticas agrícolas aluviales ( que DESARROLLO DE LAS NACIONES
fueron completadas por los recursos del monte, fuente de YO EME Y YO REME
alimentos, medicinas, fibras textiles y plantas maderables)
como su complejo ideológico centrado en el poder espiri- A lo largo de los siglos xvn y xvm consolidaron sus ran-
tual de huya ania (mundo del monte) y sewa ania (mundo cherías en los pueblos de misión que anclaron su territorio
de las flores). Su persistencia milenaria ha forjado una iden- en los valles, rodeados por los bosques montuosos, y adap-
tidad entrelazada con el territorio, desde las marismas y el taron su vida económica, civil y religiosa en una dinámica
bosque espinoso de las tierras bajas hasta las serranías y compleja de conflicto y convivencia con la sociedad colo-
barrancas de la Sierra Madre Occidental. nial. Los pueblos eran comunidades agropecuarias con ni-
Los yoemem y los yoremem hilaban sus historias firme- veles productivos suficientes para réproducirse y enviar ex-
mente dentro de itom ania, pero en estrecha relación con ceden tes de alimentos y ganado a otras misiones y a los
los pueblos que los rodeaban, trazando fronteras fluidas mercados que se formaron en las provincias de Sinaloa, Os-
dentro de redes de alianzas y rivalidades. En su largo deve- timuri y Sonora. Los yoremem yyoemem alteraron sus pa-
nir antes del contacto europeo, intercambiaban bienes ce- trones migratorios para trabajar en los reales de minas de

Los yoemem y los yo remem / 43


,.
•, ""_.
er

"Un grupo de más de 30 prisioneros indios yaquis siendo escol-


tados por soldados mexicanos, México, ca. 1910". Guerra del ya-
qui. UniversityofSouthern California, núm.1520.
REPRODUCCIÓN DIGITAL: use DIGITAL LIBRARY; FROM THE CALIFORN IA HISTORICAL
SOCI ETY COLLECTION 1860-1960AT THE UNIVERSITYOF SOUTHERN CALIFORNIA

la exportación de granos y ganado ordenada por los misio-


neros jesuitas para sostener las misiones de la península de
Baja California, cuyo transporte se encargó a la mano
de obra en las misiones de Sinaloa y Ostimuri.
Estas presiones se agudizaron en conflictos abiertos al
sobrevenir varios años de sequía y de cosechas perdidas
en la década de 1730. Una serie de enfrentamientos verba-
les y escaramuzas armadas estallaron en una rebelión que
estas provincias y de la Nueva Vizcaya, sin despoblar a los involucró a los pueblos de las tres cuencas del Fuerte, Mayo
pueblos ni abandonar el monte. Mantuvieron sus princi- y Yaqui entre 1739 y 1741. A la crisis de subsistencia se
pios de buen gobierno por medio de los cabildos de misión añadieron las protestas articuladas por los yoremem y los
y los oficiales reconocidos por el régimen colonial median - yoemem contra la manipulación de las elecciones anuales
te sus varas de mando. En la dimensión espiritual, elabo- por algunos misioneros jesuitas y la pérdida de terrenos
raron nuevas danzas, procesiones y cantos que evocaron agrícolas y del monte en manos de los vecinos que ensan-
los poderes de huya ania dentro de la cosmología cristia- charon sus propiedades. Llevaron sus demandas de justi-
na. Forjaron nuevos matices culturales ligados con el terri-
torio y los paisajes que ellos mismos crearon mediante el
cultivo, la cacería, el pastoreo y la recolección.
Las artes de negociación que los yoremem y los yoemem
habían desarrollado para defender sus territorios y la inte-
gridad interna de sus pueblos se vieron desafiadas por las
presiones que emanaron de la sociedad colonial. A raíz del
EJ
crecimiento de las poblaciones indígena e hispano criolla
y la expansión de la economía agropecuaria y minera, los
hatos de ganado bovino se esparcieron por el monte,
los reales de minas y haciendas de beneficio se convirtie-
ron en centros comerciales e industriales que demandaron
a más trabajadores, y los vecinos aceleraron el proceso de
mensura y titulación para consolidar sus propiedades rús-
ticas en los terrenos que a los indígenas habían servido de
espacios comunales para la cacería y la recolección y para
sostener sus propias manadas de ganado. Al interior de las
misiones, los gobernadores yoreme y yoeme disputaron a
los misioneros el manejo de su economía, la distribución
de sus cosechas y la custodia de sus símbolos y ritos cere-
moniales. La abundancia productiva de los valles fértiles
de los ríos Mayo y Yaqui comenzó a mermarse a causa de

Geografía del Noroeste de México. O 50_ 100 _ 150 200km


ELABORACIÓN: JAVIER ETCHEGARAY

4 4 / Arqu eo log ía Mexicana


Yaquis y mayos
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -·

Textil yoreme del pueblo de Masiaca, Sonora, ca. 1980.


FOTO: ARC HIVO OE C'INTH IA RAOOING

cia a los alcaldes mayores de la región y al gobernador re-


cién nombrado para Sinaloa, Ostimuri y Sonora,
aprovechando la rivalidad entre las autoridades eclesiás-
ticas y civiles. Dos gobernadores yoeme emprendieron el
viaje a la ciudad de México para presentar su pleito peti-
torio en la corte virreinal. Exigieron la restitución de los
gobernadores a sus oficios con las varas de mando, lasa-
lida de los hispano-criollos de sus pueblos, y la libertad de
viajar a los reales de minas y otras empresas coloniales en
la región "a su voluntad''.

RFBELIÓl\J

Al mismo tiempo que los líderes de la rebelión enunciaron


sus demandas, una y otra vez presentaron sus condiciones
para restaurar la paz y negociar los términos para reanudar
la vida económica de la región y el gobierno interno de los
pueblos. Las bandas armadas no atacaron a sus misiones,
sino que eligieron a algunos de los centros mineros y ha-
ciendas de beneficio para quemar sus edificios y tomar pre-
sos a sus vecinos. Durante dos años de resistencia armada,
las bandas de rebeldes siguieron observando los rituales
del calendario litúrgico y tomaron cautivos a dos misione-
ros para que les celebrara la misa. Al sufrir bajas sustancio-
pios de autonomía y buen gobierno en los pueblos yoeme
sas en varios enfrentamientos con las tropas de los presi-
dios durante el verano de 17 40, los mismos líderes y yoreme. Estos mismos principios siguen guiando sus ac-
ciones y las demandas políticas frente a las autoridades esta-
indígenas emprendieron el sendero de paz para convencer
tales de México y los propietarios e inversionistas que aten-
a los indígenas levantados que regresaran a sus pueblos. La
tan contra su territorio, su integridad cultural, y la vida
rebelión no resolvió los agravios principales de los yore-
social y ceremonial de sus comunidades. an
mem y yoemem, sin embargo, abrió de nuevo las vías de
negociación y demostró la capacidad regeneradora de los
pueblos y la persistencia de su defensa del territorio. Para leer más ...
La rebelión no constituyó un rechazo del catolicismo, ni CRUMRINE, N. Ross, The Mayo Indians of Sonora: A People Who Refuse to
siquiera de las instituciones coloniales, sino que detonó una Die, University of Arizona Press, Tucson, 1977.
EVERS, Larry, y Felipe S. Molina, "The I-loly Dividing Line: lnscription and
llamada muy poderosa para negociar de nuevo las condi- Resistan ce in Yaqui Culture", "Hiakim: The Yaqui Homeland'; suplemen-
ciones de trabajo, los medios de intercambio y los princi- to especial, Journal of the Southwest, 34, núm. 1, 1992, pp. 3-46.
ÜSUNA VALENZUELA, Alfredo, et al., Una espina es un bosque de advertencias:
Wepo witcha senu aniata nooka (pensamiento del consejo de ancianos de
la tribu yoreme de Cohuirimpo). Batwe (:owiktipo Tebachiapo Yoremi
Cynthia Radding. Profesora distinguida en la University ofNorth Llau-ra, traducción de Alfredo Osuna Valenzuela, Colectivo Coa, Gua-
Carolina-Chapel Hill, es Miembro Corresponsal Internacional de dalajara, 2011.
la Academia Mexicana de la Historia. Ha realizado investigaciones RADDING, Cynthia, Bountiful Deserts. Sustaining Indigenous Worlds in Nor-
sobre historia ambiental y etnohistoria, enfocada en los pueblos thern New Spain, University of Arizona Press, Tucson, 2022.
h istóricos del Noroeste de México. SPICER, Edward H., The Yaquis: A Cultural History, University of Arizona
Press, Tucson, 1980.

Los yoeme m y los yo rem em / 45


Dos ier
·-.,, - · - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Jesús Jáuregui , Héctor Parra , Alberto Durán

>
LOS JUDIOS CONTRA
LAS CRUCES
Un sistema segmentario de grupos
rituales entre los mayos de Tehueco
Yaquis y mayos
- ---------------------------------------------~

El territorio del centro ceremonial de Tehueco queda dividido por el caprichoso cauce
del río Fuerte, el cual comprende más de una decena de poblados distribuidos a lo largo
de ambas márgenes. Una de las principales actividades de la Semana Santa, llevada a
cabo el Viernes Santo por los judíos y mandones -el ejército del inframundo-, consiste
en tumbar todas y cada una de las cruces de patio levantadas en los hogares indígenas.
Para alcanzar su objetivo, el ejército pone en marcha una estrategia de depredación te-
rritorial, que se segmenta en múltiples partidas para cubrir la totalidad del territorio.

LA ORGANIZACIÓN RITUAL dos de cada banda del río, que constituyen


EN EL CENTRO CEREMONIAL la sede de una partida de judíos -ejército
MAYO DE TEHUECO de demonios-animales antagónicos a Cris-
to-, a cuyo frente se encuentra un Mandón,
Como herencia del proceso misional ini- que es designado cada tres años por un pe-
ciado entre los cahítas a principios del si- riodo trianual (fig. 3).Así, los judíos se dis-
glo XVII por la orden jesuítica y, tras su ex- tribuyen en función de las cuatro partidas
pulsión en 1767 (luego continuada por los de mandones, pero su adscripción no obe-
franciscanos hasta el siglo xrx), destaca el dece a la residencia, sino a la elección in-
sistema de organización social asociado al dividual con respecto al Mandón a quien
ciclo ceremonial anual. Se trata de una ade- otorgarán su lealtad por este periodo.
cuación del modelo inserto por los misio-
neros, a partir de la resistencia de los indí- EL SISTEMA DE CRUCES DE
genas con fundamento en la tradición LOSMAYOSDETEHUECO
amerindia, así como de su actualización a
las nuevas condiciones históricas impues- La cruz es un símbolo preexistente en las
tas por el Estado mexicano. De esta ma- culturas amerindias, que -en su versión
nera, el grupo étnico mayo (yoreme) está cristiana mediterránea- ha sido reseman-
distribuido en centros ceremoniales, cata- tizado a partir de la cosmovisión nativa y
logados algunos, según su circunscripción ha llegado a ser multifuncional y polisémi-
territorial , como "mayos de Sonora" o co. Con base en el aporte pionero de
como "mayos de Sinaloa'; de acuerdo con Crumrine (1964), podemos definir los
las divisiones políticas de los Estados Uni- principales tipos de cruces entre los mayos:
dos Mexicanos. El crucifijo del templo. Se trata de la ima-
En Tehueco, el territorio queda dividi- gen de Jesucristo crucificado. En el caso de
do por el caprichoso cauce del río Fuerte, Tehueco, el crucifijo ordinariamente está
de tal manera que unas poblaciones están colocado en el centro del altar del templo,
en la margen derecha y otras en la izquier- manteniendo dos cruces de madera a sus
da fig. 2a) . Durante la warejma (Cuares- lados (fig. 4b) .
ma-Semana Santa), la organización ritual La cruz del atrio del templo. Denomina-
implica la entronización de cuatro pueblos, da Cruz Mayor, es de madera labrada y se

Los j udíos co ntra las cru ces / 47


Dosier
\✓--·-------------------------------------------------------

a
N

+· El Fuerte

Canutillo
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los Soto
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• ) • Vivajaqui
Zozorique• Los Terrer9_i te
La Misión "'~fuer
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• ··BAJADA DEL MONTE [Bl ]

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LA MISIÓN VIEJA [Al
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EHUECO

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ESTACAS
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Loma Linda
Bateve • 2. Partidas militares del
El .lanchito •

La Carrera -"".""..
;:I
territorio de Tehueco.
a) Localidades de las
cuatro partidas en 2011.
1-1..

--
o
~ arq~sgJggía
b) Distribución en 2011.
ELABORACIÓN: JESÚS JÁUREGUI,
HÉCTOR PARRA Y ALBERTO DURÁN

MD: margen derecha del río Fuerte. MI : margen izqu ·erda del río Fuerte

encuentra clavada en el suelo del atrio a cierta distancia La cruz "del patio" de la ramada -templo nativo que alo-
frente a la puerta del templo: " .. .la cruz mayor[ ... ] es un jan las danzas de la pajko'ola y del venado- también es de-
elemento funcional y significativo de muchas -si no es que signada como Cruz Mayor. En Tehueco se coloca en la ca-
de todas- las ceremonias mayos del templo" (Crumrine, lle sólo durante un segmento del ritual de la Semana Santa,
1964, p. 11 ) (fig. 11). cuando el crucifijo del templo es trasladado a la ramada.

48 / Arq ueología Mex icana


'
Yaquis y mayos
.

3. Huelleros judíos. Ejército de demonios-animales antagón icos al Cristo-Sol.


FOTO: MARCO ANTONIO PAC HECO

La cruz del patio del Mandón. Está clavada en el suelo te" al crucifijo de su altar doméstico. Finalmente, deberán
frente a su casa, en correlación con un altar temporal con tumbar la cruz atrial y"matar" al crucifijo del altar del tem-
respecto al cual queda de frente. Durante la warejma, este plo (fig. 10). Esa es la lógica global de la secuencia cere-
altar exhibe un crucifijo pequeño -en ocasiones dos-, que monial. Para tal fin, los asentamientos quedan repartidos
queda enmarcado en un nicho de cartón. de acuerdo con las cuatro poblaciones sede de los mando-
Tendencialmente, todos los hogares mayos presentan nes, conforme a los interrumbos (fig. 2b ).
una cruz de madera en el patio (tebatpo kúrus). Esta cruz: En consecuencia, a cada partida le corresponde una
" ... no es sólo uno de los símbolos más fácilmente obser- cuarta parte del territorio de Tehueco: se trata de un total
vables de la identidad étnica mayo, sino que está integra- de 26 poblados distribuidos de acuerdo con los interrum-
do con muchos otros símbolos" (Crumrine, 1964, p. 4). bos cósmicos y su centro. Este territorio constituye así una
De hecho," ... funciona como uno de los símbolos más pe- totalidad en términos conceptuales, que se divide bajo un
netrantes y que lo impregna todo" (Crumrine, 1964, p. 5). sistema de mitades, secciones y subsecciones, que se inte-
En síntesis, la tebatpo kúrus es un símbolo de la identidad gran de manera ordenada y progresiva para cubrir, duran-
mayo. Finalmente, la mayoría de las casas de los mayos tie- te la warejma, el conjunto de casas, poblados, sectores de
nen, además, una pequeña cruz de palma o un pequeño la cabecera y, finalmente, en calidad de un solo contingen-
crucifijo colgado sobre la puerta de la casa en el exterior te, el "centro ceremonial": kóonti (circuito procesional),
fig. 4c). Estos tipos de cruces son los que están en juego atrio y plaza, iglesia y ramada (fig. 5).
durante el ritual de la warejma y se presentan relaciona- La tumbada final de las cruces en el poblado de Tehue-
dos por parejas (fig. 4a). co queda distribuida de manera alternativa entre las par-
La tumbada de las cruces de los patios es una de las tidas de las dos riberas del río (A y B), de tal manera que
obligaciones rituales de los judíos, de tal manera que el cada una trabaja ritualmente en la proyección, a nivel del
\ ie rnes Santo todas las cruces del patio de la casa son poblado, de la mitad contraria a nivel del territorio. En
desenterradas para ser puestas en tumbas metafóricas, otras palabras, al llegar al centro del territorio, que es el
en correlación con la conmemoración de la muerte de mismo poblado de Tehueco, se presenta una inversión si-
Cristo. métrica de las secciones y subsecciones, de manera que,
Las cruces de todas las casas, tanto las del patio como siendo la partida de Bajada del Monte Bl, opera en Al,
las de la puerta, deberán ser tumbadas por las partidas mi- mientras que Las Estacas (B2) opera en A2. Por su parte,
litares con un protocolo preciso; luego continuarán con La Misión Vieja (Al), trabaja en el cuadrante Bl, y El Na-
las cruces de patio de los mandones y deberán "dar muer- ranjo (A2) en el cuadrante B2 (fig. 6).

Los judíos cont ra la s cruces/ 49


-
Dosier
··.,1- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

El
Crucifijo del altar del templo con la
cruz del atrio del templo.

Crucifijo del templo trasladado


temporalmente a la ramada con la
cruz "del patio" de la ramada.

Crucifijo del altar doméstico del


Mandón con la cruz del patio de su
casa.

Cruz o crucifijo de la puerta de la


casa con la cruz del patio de cada
de cada hogar mayo.

1
1· 4. Las cruces de Tehueco. a) Parejas de cruces. b) El crucifijo del templo. e) Las cruces domésticas, de ambos
1
tipos (una cruz de pa lma - o crucifijo-y una cruz de madera del patio;, luego de haber sido "crucificadas".
FOTOS: MARCO ANTO NIO PAC HECO

LA ORGANIZACIÓN SOCIAL SEGMENTARIA do los dominios ecológicos que éstos ocupan, con la fina-
lidad de alcanzar mayor espacio vital. En otras palabras,
Escribiendo sobre las sociedades de linajes, Sahlins subra- en términos de una expansión territorial, el sentido de la
yó que en ellas opera un sistema caracterizado por la for- organización segmentaria es perturbar el equilibrio por
mación de unidades en función de los principios de seg- medio de un proceso de depredación territorial.
mentación y oposición complementaria, así como de En Tehueco, la conformación geográfica de los territo-
equivalencia estructural, los cuales son el fundamento de rios no deriva de la división genealógica de linajes, sino de
los movimientos de fisión y fusión del todo en partes. Este la distribución de los poblados de acuerdo con el cosmo-
sistema "... estimula el desplazamiento de la competencia grama nativo. Los territorios de las partidas quedan esta-
hacia fuera, lejos de los linajes 'hermanos', en busca del blecidos en función de los interrumbos y del curso del río
enemigo accesible más distante, contra el cual se acumu- Fuerte, en tanto que el pueblo de Tehueco se mantiene en
lará el máximo de fuerzas, puesto que aquellos linajes [her- el centro. Aquí, los segmentos inclusivos tienen como uni-
manos] se le sumarán en buena lid" (Sahlins, 1972, p. 84). dad primaria a la partida de judíos, que se fragmenta y se
Parafraseando a Sahlins (1994, p. 103), este complejo or- incorpora, ya que se divide en mitades operativas en su in-
ganizativo unifica segmentos dentro del grupo social con terior y se agrupa en mitades a un nivel superior, según
el propósito de mantenerse contra otros pueblos, invadien- cada banda del río.

CENTRO CEREMONIAL DE TE HUECO

S. Modelo del sistema dE integración segmentaría de Tehueco en 2011.


ELABORACIÓN: JESÚS JÁUREGUI, HÉCTOR PARRA YALBERTO DURÁN

50 / Arqueología Mexicana
Yaquis y mayos

MACRO MICRO En Tehueco, durante la warejma (Cuaresma-


(AMBAS MÁRGENES, {CENTRO CEREMONIAL
Semana Santa), la organización ritual implica
A Y B, DEL RÍO) DETEHUECO)
la entronización de cuatro pueblos, dos de
cada banda del río, que constituyen la sede de
una partida de judíos -ejército de demonios-
animales antagónicos a Cristo-, a cuyo frente
se encuentra un Mandón, que es designado
6. Inversión simétrica de depredación territorial en Tehueco. cada tres años por un periodo trianual.
ELABORAC IÓN: JESÚS JÁUREGUI, HÉCTOR PARRA Y ALB ERTO DURÁN

En los diferentes y sucesivos niveles de segmentación, En su condición de totalidad, el grupo social se compo-
cada mitad de partida, cada partida y cada pareja de par- ne de subgrupos conformados por la división de partes
tidas de cada margen del río " ... duplica la estructura del equivalentes yuxtapuestas (escisión), que tienen la capa-
otro" (Sahlins, 1994, p. 101). "Cada uno tiene una organi- cidad de integrarse en niveles superiores de organización
zación equivalente: ninguno es funcionalmente depen- con la habilidad de movilización y el despliegue de la pre-
diente de otro, pero cada uno realiza por él mismo lo que sión concentrada de los subgrupos, de tal manera que lo-
los demás hacen por ellos mismos" (Sahlins, 1994, p.102). gran una intrusión territorial, en este caso, una recupera-
Se trata, así, de una "solidaridad mecánica''. Esta organiza- ción simbólica del territorio. Con base en la oposición
ción segmentaria no corresponde a un esquema perma- complementaria, "...el carácter igualitario de su gobierno
nente, sólo tiene vigencia en el periodo ritual de la warej- y lo efímero de sus grandes agrupaciones" (Sahlins, 1994,
ma, cuando se da la escenificación de acciones "militares" p. 113), el grupo se segmenta y se fusiona, se fragmenta y
concertadas. Una vez que la confederación de segmentos se masifica, se dispersa y se concentra.
ha derrotado al Cristo-Sol, ésta se disuelve, pero vuelve a
operar de manera cíclica y estacional.
En términos de conquista de territorio, la organización
egmentaria es un mecanismo exitosamente depredador,
pero en el caso de Tehueco no se trata de la expansión ha-
cia el exterior, sino de la reconquista del centro ritual des-
de la periferia. En la medida en que se van derrotando las
cruces - una por una, casa por casa-, los segmentos de ju-
díos se movilizan desde los extremos del territorio "comu-
nal" hasta llegar a las sedes de las partidas, luego a las di-
visiones del poblado cabecera y, finalmente, al atrio y al
templo.
El principio de organización segmentaria no se circuns-
cribe a las sociedades tribales, sino que es un concepto que
permite analizar casos como el de Tehueco.Aquí están ple-
namente vigentes las tendencias segmentarias, si bien
-como no se centran en el parentesco- no se encuentran
los elementos de "linealidad" y, por lo tanto, no existen li-
najes. Sin embargo, el sistema de segmentación local se
presenta de manera objetiva, ya que la totalidad del con-
junto social (el centro ceremonial de Tehueco) es dividi-
da en partes (las partidas) que forman un todo, " ... en el 7. Tebo,po kúrus o cruz de madera de patio domésti co al mo-
que cada una es igual a la otra en composición, estructura nie o de ser desenterrada po r los judíos el Viernes Santo.
y función" (Sahlins, 1994, p. 105). FOTO: MARCO AN TONIO PACHECO

Lo s jud íos contra las cruces / 51


un santo; las dos "son santos por su propio derecho"
(Crumrine, 1964, p. 3 7). Una vez derribada por los judíos,
la cruz es tratada como un cadáver, ya que se coloca con
su "cara" (la parte delantera) hacia arriba y con "los pies"
en dirección a la puerta de la casa ( Crumrine, 1964, p. 34)
(fig. 7). Asimismo, al volver a ser clavada en el suelo, re-
produce metafóricamente la resurrección de Cristo.
Según Crumrine, varios de los tipos de cruces, inclu-
yendo muchas de las cruces de patio domésticas, son de-
nominadas Itom Atchai, Nuestro Padre, título que refiere
tanto a Cristo como a la Santísima Trinidad y a los santos
masculinos en general. En contraste, los yaquis denomi-
nan tanto a las cruces del patio como a la del altar Itom
Aye, Nuestra Madre (Spicer, 1958, p. 436).Alrespecto, Spi-
cer refiere un mitoyaqui " ... en el que María-NuestraMa- .
dre- se convirtió en el árbol del que se elaboró la cruz en
I· 8. "Muerte" de la cruz o crucifijo de la puerta de la casa.
la que Jesús fue crucificado, de tal manera que él fue sos-
tenido protectoramente en sus brazos durante su agonía"
FOTO: MARCO ANTO NIO PACHE CO
(Spicer, 1958, p. 436).
Crumrine se muestra incapaz de entender la dualidad
sexual de ciertos seres divinos en las actuales religiones
EL SIMBOLISMO DE LAS CRUCES DE LOS MAYOS amerindias y, en particular, del símbolo central llegado con
la evangelización católica, Jesucristo, en condición de sol
La cruz de patio de la casa es un elemento del discurso sim- diurno y nocturno. Insiste en que: "Es posible que el tér-
bólico de los mayos y concentra un conjunto de significa- mino Ítom Áye, Nuestra Madre, pueda ser utilizado a ve-
dos en el contexto de su pensamiento y su cultura. Al igual ces para la cruz de la casa, pero yo no tengo conocimien-
que la del atrio de la iglesia, esta cruz es considerada como to de un solo caso. [ .. . ]. He visto cruces vestidas en el
territorio mayo, pero aparecen vestidas más bien en cali-
dad de masculinas que de femeninas, y cuando se reza fren-
te a ellas se les denomina [Itom Atchai ]" ( Crumrine, 1964,
p. 53). Sin embargo, con objetividad etnográfica recono-
ce que: "Sólo en una ocasión escuchamos a la gente refe-
rirse a la Santa Cruz en relación con Ítom Áye. Fue en la
ceremonia de la Santa Cruz de septiembre [en el equinoc-
cio de otoño]. Un anciano dijo 'Ustedes acaban de ver la
ceremonia de Nuestra Madre'" (Crumrine, 1964, p. 53).
Sus dudas son echadas por tierra por algunos casos hui-
choles y coras. En el templo familiar (xiriki) de José Benítez
Sánchez (el más famoso pintor de tablas de estambre y Pre-
mio Nacional de Artes y Tradiciones Populares) se rinde
culto a un Cristo masculino y a otro femenino, quienes con-
forman una pareja. De hecho, el Cristo femenino ostenta
superpuestas cinco faldas, al igual que las Malinches coras
-personificaciones de la diosa de la Tierra y de la Luna.
9. Cristo bajado je la puerta de la casa para ser colocado sobre A diferencia de Crumrine, planteamos que, en la warej-
la espalda de un Judío Huellero denominado "burro". ma, las cruces siempre operan por parejas, de tal manera
FOTO: MARCO ANTON IO PAC HECO que la relación no es de cruz a cruz, sino de pareja con pa-

52 / Arq ueo logía Mexicana


Yaquis y mayos

10. "Tumbada" de la cruz atrial por parte de los judíos 11. Muerte múltiple de Cristo en la personificación de una
huelleros de las cuatro partidas. versión de la Trinidad .
FOTO: MARCO ANTONIO PAC HECO FOTO: MARCO ANTONIO PAC HECO

reja. En cada pareja, a una cruz (la del patio y la del atrio) Finalmente, cabe destacar que los mayos no sólo dan
se le sube desde "el inframundo", ya que se encuentra cla- muerte múltiples veces a ambas parejas de cruces, sino
vada y parcialmente "enterrada", mientras a su contrapar- que, en el caso del crucifijo del altar del templo, lo matan
te (la cruz de la puerta de la casa y la cruz del altar) se le en la personificación de una versión particular de la Tri-
descuelga o se le baja desde lo alto, ya que se encuentra nidad, ya que el crucifijo es atado a una cruz de madera de
colocada sobre el altar o suspendida en la parte alta de la mayores dimensiones y luego ésta, a su vez, es atada a otra
fachada de la casa (figs. 8, 9) . Ambas quedan yacentes, todavía más grande (fig. 11). En el caso cora (Jáuregui,
pero, en el primer caso, la cruz de la puerta se coloca so- 2000), también se mata a una peculiar Trinidad, ya que los
bre la cruz del patio, en tanto la cruz del atrio del templo nayaritas dan muerte a las versiones del Sol naciente (Cris-
yace solitaria y la cruz del altar es "enterrada" por separa- to niño), del Sol maduro (Cristo adulto en plenitud) y del
do en la urna funeraria. Sol declinante (Cristo anciano crucificado). an

Para leer más ...


Jesús Jáuregui. Doctor en ciencias antropológicas. Investigador
CRUMRINE, N. Ross, TheHouse Cross of theMayo India ns ofSonora,Mexico:
emérito del INAH y miembro del SNI. Sus principales áreas teóricas
A Symbol of Ethnic Identity, Anthropological Papers of the University of
son la antropología estructural, el folklore, el simbolismo y el ritual. Arizona, 8, University of Arizona Press, Tucson, 1964.
Sus temas de interés son el mariachi, las danzas tradicionales y las JÁUREGUJ, Jesús, "La Judea de los coras: un drama astral en primavera': en
culturas de los coras, huicholes y mayos de Sinaloa. Ha publicado Hub. Hermans, Dick Papousek y Catherine Raffi-Béroud (comps.), Mé-
diversas obras. :dco en movimiento. La religión popula,·. Actas del Sexto Encuentro de
Héctor Parra. Antropólogo social, maestro en historia y candidato mexicanistas en Holanda, Centro de Estudios Mexicanos, Universiteits-
a doctor en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la drukkerij, Gréiningen, Holanda, 2000, pp. 28-53.
Universidad Autónoma de Sin aloa. Sus líneas de investigación son SAHLINS, Marshall D., "Ellinaje segmentario: una organización de expansión
la identidad étnica, la etnografía, el trabajo de campo y las violencias depredadora", Alteridades, 7, UAM, México, 1994, pp. 99-113.
urbanas contemporáneas. ~ Las sociedades tribales, Nueva Colección Labor, 134, Editorial Labor,

Alberto Durán. Egresado de la ENAH. Es investigador en la Dirección Barcelona, 1972.


de Salvamento Arqueológico del INAH . Sus principales áreas de es- SPICER . Edward H ., "Social Structure and Cultural Process in Yaqui
tudio se centran en los estados de Sinaloa, C hihuahua y Nayarit. Religious Acculturation", American Anthropologist, LX, 1958,
pp. 433-441.

Los ju díos co nt ra las cru ces/ 53


,_,__ ___________________________________________
Dosier _

Fidel Ca macho

· ELCAMINO
SAGRADO DEL SOL
EL PAJKO Y LOS EJÉRCITOS
RITUALES EN EL RÍO MAYO
. Yaquis y mayos

Una de las fiestas más importantes de yaquis y mayos es el pajko:


el culto nativo solar eminentemente nocturno. Se realiza casi en
cualquier época del año con motivo de los festejos a los santos y
de las exequias de sus especialistas rituales. La mitología que le
subyace no sólo permite relacionar su proceso con el recorrido
imaginario nocturno del Sol, sino reubicar en un todo coheren-
te otros personajes diurnos caracterizados como ejércitos astra-
les diseminados entre los centros ceremoniales del río Mayo.

EL SENDERO DEL VENADO EL CALENDARIO DE HORIZONTE


YLOS "TRAYECTOS" DEL SOL
Para los mayos o yoremem el oriente es el punto de refe-
rencia situado al frente del observador. El astro solar es la Desde el punto de vista del observador en la Tierra, el perio-
principal deidad identificada con Cristo o Itom Atchay Taa do sideralincluye el trayecto aparente del Sol en un día, mien-
O'ola ("Nuestro Padre Sol Viejito") (fig. 3) . Su "movimien- tras que el sinódico, al que efectúa en un año trópico: dos fe-
to" regular permitió dotar de sentido la vida humana que, nómenos astronómicos que por igual remiten al camino
equiparada al desplazamiento aparente del Sol, nace en el mítico del Sol. La etapa luminosa está referida tanto por la
oriente, crece conforme "avanza" por el firmamento y mue- luz del día como por una primera mitad del año, cuando el
re en el poniente. Sol "recorre" el horizonte oriental desde su punto más sure-
El ciervo es otro personaje luminoso de contenido mí- ño, en el solsticio de invierno, hasta su extremo opuesto, en
tico afín al ser humano, llamado seewa yoleme u "hombre el solsticio de verano, pasando por el equinoccio vernal. Caso
flor''. Durante el pajko, por vía del canto y danza, es con- distinto ocurre en la fase oscura, propia de la noche y de una
ducido desde la sierra (oriente) hasta el mar (poniente) segunda mitad del año, cuando se imagina que el astro so-
donde muere (Mora, 2020) (fig. 4) . En la warejma (Cua- lar pasa por debajo de la tierra o regresa por el horizonte,
resma-Semana Santa), los chapayekam -personajes en- desde su punto más norteño, en el solsticio de verano, has-
mascarados antagónicos al Cristo-Sol- huellean a un "ani- ta el extremo opuesto, en el solsticio de invierno, habiendo
mal viejo''. Algunos de ellos, como don Pedro Oximea, superado su posición en el equinoccio de otoño.
fueron auténticos cazadores de venado, que usaron técni- Ambos periodos de distinta duración se reintegran en
cas rituales cinegéticas para capturar lo mismo al ciervo un todo coherente, superponiéndose cada etapa de luz y
que al "Viejito" el Domingo de Ramos (fig. 5) . El propio de oscuridad de manera asimétrica. A través de medios
Cristo burla a los chapayekam tal como lo hace el dueño principalmente no verbales, el fundamento del camino
de los venados con los cazadores, conduciéndolos hasta un nocturno del Sol tiende a expresarse en el pajko (crepús-
lugar de pisadas amontonadas; en el ritual, los chapayekam culo-alba), mientras que el relativo a su fase diurna, en un
simulan buscar y perder tres veces el rastro de la divinidad conjunto de rituales de simbolismo militar (solsticio de in-
al pie de la cruz mayor (fig. 9) . vierno-solsticio de verano).

EL PAJKO Y EL RECORRIDO NOCTURNO DEL SOL


l. Inicio del pojko. Barrio El Sapo, El Júpare,
Huatabampo, Sonora, 2009. El crepúsculo señala tanto el comienzo del pajko como el
FOTO: FIDEL CAMACHO momento de la principal muerte de Cristo el Viernes San-

El cami no sag ra do de l Sol/ 55


,. Dosier
'··- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

SIMBOLOGÍA

NA
SIERRA MADRE
ÜCCIDENTAL T Centro ceremonial
• Navidad y warejma
Warejma
Tapizuelas SJV.\LOA
• Warejmay
Macoyahui ÁLAMOS San Juan Bautista
Basiroa
l?¡-0 - • Warejma, San
,Jr-1 Pedro Apóstol y,
PRESA ADOLFO ¡,O
Ruíz CoRTINES
posiblemente, Navidad
t::,. Antiguo pueblo de misión
® Cabecera municipal
L.___._
Masiaca
Tepahui
~ Camoa
@QUIRIEGO


1

CERRO B0B18

o Ld Unión
! '

-Etchojoa
San Pedff Viejo ETCFIOJO~.. --,...
CERRO ' , @te: ..
BAYÁJORITA . ...
. _ La Loma del Etchoropo
Buaysiacobe
ElAltó
\\ ~~~~ ~ '" Pueblo Viejo
Vado del Río \\ El Jipare (Santa Cruz)
Guayparín
Buáraje Viejo Navobaxia
® La Villa Tres Cruces
VILLA JuÁREz
CIUDAD
2. Los centros ceremonia les
OBREGÓN del río Mayo y sus festejos
o ~~
subregionales.
ELABORACIÓN: FID EL CAMAC HO

to, por lo que ambos son variaciones de un mismo tema El campo semántico de los fluidos creado por la miel
mítico concerniente al derramamiento de sangre. extraída y la secreción de sangre atañe al tema sexual.
Al inicio, cuatro o más pajko'olam llegan en cadena to- Uno sucumbe irresistiblemente a la miel como al coito,
mados de la cintura frente al arpa, siendo conducidos por en tanto que la sangre acusa el origen del menstruo y de
el alawassi: un personaje administrador del pajko e iden- los genitales femeninos como herida. Es así que la intro-
tificado con Zorra-Gato Montés y con Cristo. En el mito, ducción del carrizo en el arpa es también una parodia de
el cuadrúpedo se oculta en el hoyo de un tronco podrido la primera cópula, que el pajko'ola mayor realiza ante el
(el arpa) y, en el rito, el pajko'ola mayor -que va delante de instrumento de cuerdas, ahora referido como una mujer
la fila- pica la boca del instrumento musical con una vara de caderas anchas. De hecho, antes de meterla en la boca
de carrizo para "sacarlo", diciendo obtener miel (fig.1) . La del arpa, el pajko'ola usa la vara como priapea: se la lle-
piel del cánido o del felino que se ata en la cintura el alawas- va al pene y hace movimientos pélvicos. Esta escena re-
si luce listones de colores, significante de la sangre derra- cuerda a aquella plasmada en el interior de un cuenco de
mada. En efecto, existe una gran narrativa alrededor de la barro policromo extraído de las ruinas de Awatovi (Ari-
muerte de Zorra-Gato Montés para crear el pajko. zona) que, a decir de Fewkes (1910), se trata de la repre-

56 / Arque ología Me xica na

1 1
3. ltom Atchay Taa O'ola. La Villa Tres Cruces, Etchojoa, 2013.
FOTO: FIDELCAMACHO

S. Don Pedro Oximea, flautero parisero y experimentado


4. Danza del Venado. El Sahuaral, Etchojoa, 2Jl3. cazador de venados. El Júpare, Huatabampo, 2009.
FOTO: FIDEL CAMAC HO FOTO: FIDEL CAMACHO

sentación más antigua de la danza fálica tataukyamú de EL TRABAJO DEL SOL Y


los hopis de Walpi (fig. 7) . SUS EJÉRCITOS ASTRALES
En consecuencia, la muerte solar y la fecundación de la
Tierra pertenecen al orden de las permutaciones, donde Un mito mexicanero de principios del siglo xx narra cómo
la primera implica el retorno de la noche y, la segunda, la el Sol requiere de "soldados" para que lo defiendan de las
gestación del astro solar en el útero cósmico ( el arpa), evo- entidades que intentan impedir su trayecto (Preuss, 1982).
cado en un medio oscuro. Justamente, el pajko'ola es el per- Se trata de animales fieros que antes habían tumbado a To-
sonaje serpentino que parodia el acto sexual y conduce al nantsi de la mula en la que iba montada, en una variante
Sol al inframundo. Incluso un tipo de boca tallada en su que también cuentan los mayos. En relación con el episo-
máscara en forma de vulva afianza el parentesco del per- dio del astro solar, éste tiende a ser narrado en fases ritua-
sonaje con una entidad de vagina dentada (fig. 8) . Entre les sucesivas que versan sobre su nacimiento, muerte-re-
los huicholes, ya se ha destacado que la muerte solar en el surrección y la presencia de San Juan Bautista.
solsticio de verano equivale a una devoración por sexo a En el bajo río Mayo, el periodo de Navidad lo dominan
cargo de la Gran Serpiente (Neurath, 2002). los "matachines" o "soldados de San José", que solían pre-

El ca mi no sagrado del Sol/ 57


0s1er
/~---

"'

CENIT 5. Chapayekam
ETAPA DIURNA
6. Sanjuaneros Equinoccio de primavera
(20 o 21 de marzo)
22

San Juan Bautista


( alto río Mayo) 4. Matachines

~ Navidad
(bajo río Mayo)

Chapayeka ~
(con Judas)

Solsticio
de verano Solsticio
25 de invierno ALBA
(20 o 21
, de junio) (21 o 22 de
CREPUSCULO 24 diciembre)
29 3. Ceremonia
1

1 del alba
1
l. La vara en la
boca del arpa

noviembre

1
NT 29
Equinoccio de otoño
2. "Juego" de los
animales salvajes
(22 o 23 de septiembre)
ETAPA NOCTURNA NADIR

6. Ciclo ceremonial de los mayos de Sonora.


ELABORACIÓN: FIDELCAMACHO

sentarse siete domingos y tres días antes del 25 de diciem- y matar al Cristo-Sol-Venado (fig. 9) . Su destrucción por
bre a bailar en el templo de El Júpare; luego, llevaban en fuego implica la resurrección de Cristo que, desde el código
andas la efigie del Niño Dios por entre las casas de los po- astral, supone la continuación del Sol por el firmamento.
blados para retornar el día de Reyes, cuando le "cortan" el Finalmente, en verano, en el alto río Mayo, aparecen los
cordón umbilical. Por su parte, en el centro ceremonial ve- sanjuaneros o "ejército de San Juan", cuyo santo - también
cino de Etchojoa, repetían parte de las actividades del re- llamado San Juan O'ola- es "gemelo" o "padrino" de Cristo
corrido a partir del 6 de enero, regresando a su propio tem- (fig. 10) . Sus atributos resultan contradictorios pues, sien-
plo el 2 de febrero, día de la Candelaria. Entre ambos do un ejército explícitamente luminoso, a su paso por en-
centros ceremoniales completaban cerca de 40 días de tre los poblados sacrifica aves solares. De hecho, la aparien-
actividad ceremonial (fig. 2) . cia de la efigie del Bautista se asemeja a la del Judas de San
En el equinoccio de primavera toca el turno al "ejército Pedro Viejo: el antagonista y alter ego de Cristo, que porta
de Pilato'; compuesto por los chapayekam y sus jefes, que una lanza de punta roja tal como lo hace su verdugo, el Pi-
invade todas las comunidades yoremes en la warejma. Es- lato (Ballesteros, 2019). En consecuencia, estos festejos es-
tos "soldados" aluden a los animales fieros, propios de la no- tán próximos a un Sol "muerto" o "transgresor", cerca del
che, que asaltan el periodo de vigilia para huellear, capturar final de su etapa diurna para iniciar su camino subterráneo.

58 / Arqueología Mexicana


Yaquis y mayos
- -------------------------------------------------------

7. Escena ritual de personajes fálicos frente a una figura central


8. Máscara de pajko'o/a (ca 1950-1960) Labios y dientes en
'emenina. Cuenco de las ruinas de Awatovi, Arizona. Museo Et-
forma de vul 11a.
'lológico de Berlín, Kat. - Nr. IV, B. 3252. Colección Keam (1902). ILUSTRACIÓN: © TANIA LARIZZA GUZMÁN, BASADA EN UNA IMAGEN DE
LUSTRAC IÓN: © TANIA LARIZZA GUZMÁN, TOMADA DE PREUSS, 1904, P. 131, FIG. 2 COLONIALARTS.COM/ºRODUCTS/MAYO-PASCOLA-MASK-1

9. "Huellada" de los chapayekam o ·e e-e ~o de Pi lato". El Júpa- 10. Entrada de San Juan Bautista a su templo custodiado por su
re, Huatabampo, 2009. "eJérc to". Pueblo Viejo, Navojoa, 2012.
FOTO: FIDEL CAMACHO FOTO:< DEL CAMACHO

El camino sagrado del So l / S9


CENIT
[!] , 20-21 de marzo
20-21 de ju:~º-E) , 22-23 de septiembre
,... ~ :' 0,
21-22ded1c1embre
~ , ,." :: 0--
' . Sur
[fil
Etapadiu . .. .. turna solar

Norte mm
La posición del Sol al mediodía está un
poco más al norte del Trópico de Cáncer

Bandera del pueblo yaqui

Deidades
masculinas
(San Juan
Bautista, por
ejemplo)
¡' f :"
ID r :~i
Deidades
femenina s,
~

custodios del
-.¡. -~ Niño Dios y el
nacimiento
11. Etapa luminosa del Sol.
a) Calendario del horizonte.
b) Bandera de la tribu.
Cruz atri~~ ········· Teb.~:....•················ e) Templo católico mayo.
Templo católico mayo
<\·.::::...[ .._...•··········· ELABORACIÓN: FIDEL CAMACHO

LA BANDERA YAQUI COMO COSMOGRAMA supone que las variaciones rituales entre bajo y alto río
ASIMÉTRICO DEL CEREMONIAL MAYO Mayo se oponen e identifican a un tiempo, donde cada fase
del ciclo solar no puede ser tratada de manera aislada, sino
El ciclo ritual de los mayos ligado al camino solar consti- en la intercomparación de subsistemas referidos por el pa-
tuye un caso de transición entre subsistemas, del binario jko y los ejércitos astrales. an
al ternario, donde simultáneamente se percibe una distin-
ción entre dos etapas -nocturna y diurna-, y la segmenta-
Para leer más ...
ción de la última en tres episodios. La distribución de los
BALLESTEROS ROSALES, Diego Enrique, "Pilato-Santiago. Esbozo analítico
festejos invernales en el bajo río Mayo y de los veraniegos de un tema macro-regional a partir de una variante cahíta", tesis de licen-
en el alto río Mayo difiere de los primaverales, que son rea- ciatura en etnología, ENAH, México, 2019.
FEWKES, J. Walter, "The butterfly in hopi myth and ritual",AmericanAnthro-
lizados paralelamente en ambas subregiones, remitiendo
pologist, núm. 5, vol. 12, 1910, pp. 576-594.
de nuevo a un dualismo inestable (fig. 6) . MORA REGUERA, Guillermo, "La escalera tonal del Sol en el pajko de los
Esta interpretación se afianza en el cosmograma dellien- mayos de Sonora•: tesis de maestría en música, UNAM, México, 2020.
zo de la bandera yaqui, que reproduce el sistema binario- NEURATH, Johannes, ·'venus y el sol en la religión decoras, huicholes y mexi-
caneros: consideraciones sobre la posibilidad de establecer comparacio-
ternario del recorrido astral en su fase transicional, enfa- nes con las antiguas concepciones mesoamericanas•: Anales de Antropo-
tizando la etapa luminosa (fig.11) . En el caso mayo, esto logía, vol. 36, 2002, pp. 155-177.
PREUSS, Konrad Theodor, Mitos y cuentos nahuas de la Sierra Madre Occi-
dental, Instituto Nacional Indigenista, México, 1982.
_ _, Phallische Fruchtbarkeits-Damonen als Trager des altmexikanischen
Fidel Camacho_ Etnólogo por la ENAH y maestro en estudios meso - Dramas, Ein Beitrag zur Vrgeschichte des mimischen Weltdramas",Arch iv
americanos por la UNAM; candidato a doctor en el mismo posgrado. fiír Anthropologie. Organ der Deutschen Gesellschaft für Anthropologie,
Etlmologie und Urgeschichte, N.F., 1:3, pp. 129-188.

60 / Arqueo logía Mexicana

t
l. Conjunto de /obe-
/eerom .Pojkodomés-
tico en La Ranchería,
Huatabampo, 2009 .

DELOSMAYOSDESONORA
En su composición métrica, tonal y rítmica, la música es una creación humana que
tiende a caracterizarse por guardar proporciones y conservar un orden racional. Tal
es el caso de los labeleerom mayos de Sonora, cuya sonoridad se articula por la com-
binación de narrativas mitológicas con teorías y técnicas musicales nativas. A conti-
nuación se describe la manera en que este conjunto, en su contexto ritual, implemen-
ta una escala musical capaz de expresar los principios cosmológicos de la etnia mayo.

LA PRODUCCIÓN MUSICAL DEL PAJKO to de masowileerom o cantavenados (tres o cuatro músi-


cos con raspadores de madera o jirukiam y un tambor de
El pajko es mejor conocido por sus danzantes: el pajko'ola agua o weeja). La música de labeleerom, de la cual trata
y el maaso o danzante de venado. Entre los mayos o yore- este texto, es acompañada con 4.na danza en la que
mem de Sonora, la producción musical de esta fiesta está el pajko'ola (el personaje central) hace sonar, golpeando el
a cargo de cuatro agrupaciones de tres distintos tipos: dos suelo con la planta de los pies, sus sonajas de tobillo y pan-
conjuntos opuestos de labeleerom (dos violinistas y un ar- torrilla, o ténabarim; también los cascabeles de bronce
peero ), un tambuleero (músico con tambor de marco de (koyolim) de su cinturón resuenan alto al mecerse con el
dos parches y flauta de carrizo de dos piezas) y un conjun- baile (fig. 3).

To nalidad ritual en el pajko de los mayos de Sonora / 61


Dos ier
~-----------------------------------------------------===
'✓-••

(Canaria) (Naiki)
Oscuridad Oscuridad
Fundamental
+- ------- -- -- --- -+ Modulación
tras que los segundos se caracterizan por celebrar una "fies-
ta grande" de más de 18.

r """'
Se dice que todos los músicos del pajko deben tocar
sones que concuerden con el jiawi que corresponda al
momento de la noche o del día en que se encuentren. Di-
cha noción se refiere a la percepción sonora del monte,
los cerros, los ríos, la costa y demás elementos geográfi-
cos que integran el territorio mayo, así como de los di-
versos seres que lo habitan (animales, vegetales, entida-
.,¡,, .,¡,,
des extrahumanas o de otro tipo). Así, el término jiawi
apunta a que las distintas músicas del pajko se encuen-
Luminosidad Luminosidad
+-------- --------+ tran vinculadas con el conocimiento compartido sobre
Fundamental Modulación
el ambiente natural (o juyya ánia) y sus ciclos tempora-
(Cruz) (Una)
les (fig. 2) .
Este "culto del monte" se expresa de diversas maneras
2. Relaciones entre los cuatro jiowim del pojko.
ELABORACIÓN: GUILLERMO MORA REGUERA
en la producción musical del pajko. En el caso de la mú-
sica de labeleerom, los jiawim (plural) se corresponden
con las diversas afinaciones y tonalidades empleadas en
La mayor parte de la música en el pajko se realiza en violín y arpa. Es el labeleero yo'owe (violín primero) del
forma de rondas. Comienza el conjunto de labeleerom de primer grupo quien va implementando estos cambios,
mayor jerarquía (fig. 1), seguido por el segundo, luego el que se hacen notar por los procesos de afinación de sus
tambuleero y finalmente los cantavenados (mientras que instrumentos (fig. 4). El segundo conjunto de labeleerom
la participación de los dos primeros es sucesiva, casi toda debe participar siempre con un son en la misma tonali-
la ejecución de los dos últimos es simultánea). La cantidad dad que el primero, por lo cual deben implementar igual-
de horas por las que se prolongan estas rondas varía de- mente los cambios de afinación. También es posible en-
pendiendo de diversos factores, y el principal es si se tra- contrar modulaciones, frecuentemente al tono relativo
ta de un pajko de carácter doméstico o comunitario. Los menor o a la dominante. Así, una de las facultades y com-
primeros tienen una duración de entre 5 y 16 horas, míen- petencias más importantes del labeleero yo'owe es cono-

3. Pojko de la Santísima Trinidad en El Júpare, Huatabampo, 2019.


FOTO: GUILLERMO MORA REGUERA

4. Don Andrés, lobee/ero yo'owe de Tapizuelas, A,amos, 2018.


FOTO: GUILLERMO MORA REGUERA

62 / Arqueología Mexicana

l
GRADO ARMÓNICO NOMBRE DELJ/AW/
11 Una o campaní'a
5- naiki jiawi, que se traduce como "cuatro''. Por parte del aná-
lisis, se corresponde con la tonalidad de sol mayor y el IV
lr VII grado de la escala. En esta afinación, la tónica se ubica en
il VI la cuerda más grave del arpa.
V Cruz Después de interpretar dos sones en el naiki jiawi, la
IV afinación sube dos quintas justas hacia el cruzjiawi (tam-
111 bién llamado cruzado, kúrus o kúrusaw), localmente co-
nocido como re mayor y correspondiente en el análisis a
11
la mayor o V grado. De este segmento destaca la celebra-
1 Ca naria
ción de la salida del Sol, el alba, para la cual se interrum-
VII pen las rondas ordinarias y se toca una serie consecutiva
VI de sones. Éstos están mayoritariamente dedicados a cier-
V tos santos, aunque también puede tocarse el son de la "pa-
IV Naiki loma pitahayera''. Anteriormente se realizaba la danza del
"coyote emplumado", pero este personaje ha desaparecido
S. Escala de quintas justas.
ELABORACIÓN: GUILLERMO MORA REGUERA
de los rituales mayos ..
Alrededor de las 10 de la mañana, después del desayu-
no y descanso, la música continúa en una afinación situa-
cer e implementar la tonalidad a la que corresponden los da una quinta justa arriba, en el jiawi que tiene como al-
sones que se interpretarán en una ronda, a cualquier hora. gunos de sus diversos nombres, una o campanf'a. Ésta es
la última tonalidad de la escala, y corresponde a mi mayor
LA ESCALA DE QUINTAS JUSTAS (la mayor entre locales) o II grado. Aquí destaca la posibi-
lidad de que se toque el son de la culebra prieta macho (ba-
El análisis de alrededor de 200 muestras sonoras eviden- batukku oo'ou) alrededor del mediodía. En la mayoría de
ció que todos los sones interpretados por los conjuntos los pajkom comunitarios, el evento concluye con la reali-
de labeleerom se tocan en una de cuatro tonalidades que, zación del "canario final", acompañado de música en esta
dispuestas simétricamente, conforman una "escala de tonalidad. En el caso de los domésticos, esta finalización
quintas justas" (fig. 5). Cada una de éstas se emplea por suele ocurrir en el tono anterior cruz.
distintos números de rondas, en horarios establecidos,
aunque no siempre rígidos, y se corresponden con deter-
minadas acciones rituales y narrativas mitológicas. Esta l. Cenit
2. Babatuku macho
forma "tonal-ritual" del pajko puede plantearse en los si- Tonos-segme ntos
(serpiente)
guientes términos generales: la trama comienza con la rea-
lización del "canario inicial", alrededor de la hora del oca- l. Poniente
1 ■ Canario
■ Naiki
Cruzado
so. La música que acompaña dichas acciones - canaria 2. Canario (ave) Una

sonim- se toca en la tonalidad de re mayor (sol mayor o


Atributos de la acción
canaria jiawi para los músicos nativos, y I grado para fi- ritual-musical
nes formales), y se dice que se interpreta a solicitud de l. Posición del
astro solar
Dios, quien se encuentra "tendido" (moribundo) (véase
2. Elemento animal
el artículo de Fidel Camacho, en este número). Cronoló-
gicamente, le corresponde un rango máximo de las 17: 00
a las 02:00 horas. De este tono destaca el son de la culebra 2. Paloma
pitahayera (ave)
prieta hembra (babatukku jámmut), que suele interpre-
tarse alrededor de la medianoche.
l. Nadir
Entre 2 y 4 de la mañana -las horas más oscuras del 2. Babatuku hembra (serpiente)
pajko-, la afinación desciende una quinta justa. Esta se- 6. Modelo de la forma tonal-ritual del pojko mayo.
gunda tonalidad se conoce localmente como do mayor o ELABORACIÓN: GUILLERMO MORA REGUERA

Tonalidad ritual en el pajko de los ma yos de Sonora / 63


Horas
ITIBUWllUllOOMmm~m~ITTmMW llllllHll UITUU

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VII
8. Conjunto de lobeleerom. Pojko doméstico en
7. Desplazamiento tonal en relación con el recorrido solar. El Sahuaral de Otero, Huatabampo, 2009.
ELABORACIÓN: GUILLERMO MORA REGU ERA FOTO: FIDEL CAMACHO

MÚSICA Y MITOLOGÍA: que extienden aún más la escala hacia arriba, mientras con-
LA ESCALERA TONAL DEL SOL servan la proporción de quintas (como al VI y III grados).
Uno de éstos es el son de la culebra prieta macho, que mar-
El pajko expresa en su narrativa ritual una trama tan tras- ca el punto álgido del trayecto solar. Mayoritariamente, la
cendental como recurrente: la muerte y resurrección del interpretación del canario final ocurre un par de horas des-
astro solar. Este tránsito sideral es comparable a la forma pués, con lo que concluye el evento (fig. 7). Sin embargo,
en que transcurren las tonalidades a lo largo de la fiesta. El en un caso registrado, la fiesta se prolongó más y la músi-
canario, inicio mortuorio -aunque jocoso- de la ceremo- ca regresó al I grado, sugiriendo una forma tonal circular
nia, que se acompaña de sones en el I grado (algunos de del pajko mayo (fig. 6). Ésta es la escalera tonal del Sol a
los cuales son llamados nayuteerom o "de aviso de muer- través de la cual rodea al mundo mayo, y que es guardada
te"), establece el punto de partida del recorrido. Hacia la en el poniente por el ave canario, en el nadir por la culebra
media noche, la aparición de la culebra prieta hembra en hembra, en el oriente por el ave paloma y en el cenit por
forma de son advierte que el Sol y el pajko se encuentran la culebra macho.
ante el inframundo, cuya moradora es poseedora de rique- Así, mediante técnicas, formas y conceptos musicales,
zas y dones. Si estos sones y su tonalidad avisan la muer- los labeleerom del paj ko mayo sonorense, oficios "silencio-

--
te, el descenso de quinta hacia el IV grado por la madru- sos" que permanecen mudos e in-
gada la connota. Éstas son las horas más oscuras del pajko: mutables gran parte de la noche
momentos de fatiga y frío ( especialmente en tiempos de y el día (fig. 8), combinan lo sen-
warejma). Más adelante, el doble ascenso de quinta al si- sible con lo inteligible, operando
guiente grado V reanima a los oficios y al poco público que sobre un amplio catálogo de so-
ha permanecido hasta entonces, anticipándose al alba. Al nes, mitos, actos performativos y Para escuchar algunos de
amanecer, la salida-resurrección del Sol da pie a un nue- saberes diversos referentes a las los sones mayos de Sonora
vo día, el ánimo del evento cambia notablemente y se per- cosas del mundo yoreme. an escanea el código
mite un descanso. Al retomarse las actividades rituales, se
Para leer más ...
afina al grado tonal más alto, el II. Algunos de los sones CAMACHO !BARRA, Fidel, "El Sol y la Serpiente: el pajko y el complejo ritual
que se interpretan en este grado presentan modulaciones comunal de los mayos de Sonora", tesis de maestría en Estudios Mesoa -
mericanos, UNAM, México, 2017.
MORA REGUERA, Guillermo, "La escalera tonal del Sol en el pajko de los
mayos de Sonora·; tesis de maestría en música, UNAM, México, 2020.
Guillermo Mora Reguera. Licenciado en música con especialidad en ÜCHOA ZAZUETA, Jesús, Los mayos. Alma y arraigo, Universidad de Occi-
piano por la Universidad de Sonora. Licenciado en composición por la dente/Editorial El Correo, Mexicali, 1998.
Facultad de Música de la UNAM. Maestro en etnomusicología con men- ÜLMOS AGUILERA, Miguel, "La música indígena en la región Cahita-Tara-
ción honorífica ; doctorante del Programa de Maestría y Doctorado en humar'; tesis de licenciatura en etnomusicología, UNAM, México, 1993.
Música, con un proyecto sobre la música de los mayos de Sonora. VARELA, Leticia, La música en la vida de los yaquis, Gobierno del Estado de
Sonora, Hermosillo, 1986.

64 / Arqueología Mexicana

;I
~
Diego Ballesteros Rosales

LA DOBLE IMAGEN DE
SAN JUAN BAUTISTA
ENTRELOSYAQUISDESONORA
Tanto entre los yaquis como entre los mayos, la figura de San Juan Bautista
es central. Sin embargo, durante su festejo, los yaquis configuran el mundo
a
bajo un complejo de relaciones duales y asimétricas que se expresa de mane-
ra contundente a partir de la forma en que el Bautista difiere de sí mismo, al
igual que la propia identidad yoeme. En el rito y en el mito, pero también en
r
a el registro histórico, el quehacer de este grupo cahíta expresa la necesaria
a
producción de alteridad para la constitución-transformación del cosmos.
a
r

s,

1-

l. Pojko en Vícam Pueb10, Sonora. a) La aparición del oro en el poniente es el inicio oficial del pojko.
e Luego el pojko'olo se tra nsforma en el toro, 2019.
FOTOS: DlcGO ~ S

La doble imagen de San Juan Bautista entre los yaquis de Sonora / 65


,.,'- Dosier

2. Distribución de los "Ocho Pueblos" yaquis.


orna de Guamúchil
ELABORACIÓN: KENA KITCHENGS

'
• Loma de Bácum

órim En el presbiterio, la distribución de los santos refleja la mis-


ma diferencia, pero en función de las categorías "masculi-
• Pueblos de arriba no" y "femenino": son hombres las imágenes dispuestas en
,,,.._ ótam
• Pueblos de abajo 'i el lado este y mujeres las del oeste.
P'itahaya• • • Rilium O
1
--=,,I'] / 30 km
1
li:] La figura de San Juan contiene en sí el conjunto de es-
tas relaciones, pues se trata de un santo doble, uno adulto
Huíribis
"'
y uno niño, uno vestido de azul y el otro de rosa con rojo
(figs. 3b, 3c) . Previo al inicio del festejo, esta unidad dual
LA FIESTA DE se mantiene en el altar principal: el San Juan mayor está
SAN JUAN BAUTISTA levemente cargado al oriente y el menor, al poniente. Fue-
!I ra del templo, dos ramadas marcan los límites donde se
Una característica distintiva de algunos pueblos yaquis es desenvuelve el ritual. En el extremo oriental se encuentra
su configuración bajo un sistema dualista. En el caso de la que alberga el pajko -fiesta con danza de pajko'ola y ve-
Vícam Pueblo, esta cualidad adquiere mayor valor duran- nado- del San Juan adulto, mientras que el San Juan niño
te el festejo de San Juan Bautista. Entre el 23 y el 25 de ju- es celebrado en la ramada contraria. Cada recinto vegetal
nio, el poblado se marca por una oposición constante, don- es administrado por un grupo de fiesteros; en la ramada
de oriente y poniente constituyen los polos del eje que rige del oriente se sitúan los llamados azules, soldados o cris-
la actividad ritual, asociados, respectivamente, a los colo- tianos, y en la del poniente los colorados, moros o diablos.
res azul y rojo. En el centro del pueblo, el templo católico Estos últimos se distinguen por llevar en la cabeza un ob-
se yergue viendo al norte; en su interior se reproduce la jeto metálico en forma de media luna al que llaman "cuer-
oposición: en la mitad oriental predominan arreglos flora- nos" (fig. 5) .
les azules, mientras que en la mitad occidental dominan el Idealmente, la formación de los bandos obedece al pa-
rojo y el rosa (fig. 3a). Sin embargo, es el celeste el que pin- trón de asentamiento del pueblo, esto es, respetando la di-
ta los muros del templo, imponiéndose sobre los otros dos. visión marcada por una línea imaginaria que va de norte a

66 / Arqueol ogía Mexicana


1 .

Yaqu1s y mayos
- ----------------------------------------------------

4. Distribución de los espacios de Vícam Pueblo

+
N
durante la celebración de San Juan Bautista.
ELABORACIÓN: KENA KITCHENGS

sur, que distingue una fracción "de arriba'' de una "de aba-
,.
., .

jo" (fig. 4) . También se activan redes de reciprocidad que '


': ◊
:' ,' - -- \
se extienden sobre el territorio yaqui, de manera que a la
ramada de los azules llega gente de los pueblos orientales,
mientras que a la de los colorados llega gente del poniente
•'t '' º
:\
,1
:oo o oo
' ' o tJ
(fig. 2). El día 23 por la tarde, el inicio del pajko se anun-
cia en la ramada de los moros con el son del toro y con la
oº o
1::,1::, o
aparicióndelaefigiedeunbovino.Enseguida,lospajko'olam
pasan a imitar al animal; bufando y rascando la tierra con
sus manos, transforman la ramada en un ruedo (fig. l). En
adelante, el cuidado del toro se vuelve su responsabilidad,
pues es su santo, y cualquier infortunio que llegase a sufrir
tendría consecuencias desastrosas para la humanidad. oº
CJ
La fiesta se desenvuelve en las dos ramadas hasta lama-
ªDo
drugada del 24, cuando reciben el alba con cantos y des-
pués van al río para ser bautizados por los pajko'olam. Pos-
teriormente, dos danzantes de venado (uno por cada
ramada-rumbo) emprenden una carrera hacia el templo,
entrecruzándose y reflejando sus movimientos en el cami-
no, creando una imagen especular (fig. 6) . Detrás de ellos Por la tarde se llevan a cabo dos competencias en cada
van los santos, quienes, después de ser presentados en la ramada. Una de ellas es la pelea del gallo, que consiste en
iglesia, son trasladados hacia las ramadas contrarias. Así, asestar tres golpes a un contrincante con el pernil del ave
el San Juan adulto comienza su onomástico entre los colo- recién sacrificada; ésta sucede simultáneamente en ambos
rados y el niño entre los azules. rumbos. La otra tiene lugar cuando el Sol está por ocultar-

-e 3. Templo católico de Vícam


:::>ueblo. a) Interior durante la
• spera del día de San Juan
3autista. b) San Juan mayor.
e San Juan niño, 2019.
>()TOS: DI EGO BALLESTEROS

S. Moro con tocado


de "cuernos", 2019.
FOTO : DIEGO BALLESTE ROS

La do ble im age n d e Sa n Juan Bautista entre los yaquis de Sonora / 67


,._._ Dosier

se, primero en el oriente y después en el poniente. Varios EL RITO Y EL MITO


jinetes se alternan para pasar a galope e intentar desente-
rrar con la mano un gallo que asoma su cabeza en la super- Concebida también como "fiesta del torito", el pajko del
ficie y que en su pata tiene atado un paño con dinero. So- Bautista instaura un dominio de conflicto y de peligro. Di-
bra decir que con la obtención del botín muere el ave solar, vidido en dos, el mundo yaqui se despliega en competen-
de manera que su deceso coincide con el crepúsculo. El día cias y combates, ora entre dos mitades, ora al i!}terior de
concluye con una procesión, después de la cual cada san- cada mitad. A través de la oposición entre moros y cristia-
to es regresado a su ramada original: el San Juan adulto al nos, el ritual alude a un conocido mito ibérico, al tiempo
oriente, el niño, al poniente. que remite al mito autóctono sobre el origen de los yaquis
Hacia el mediodía del 25 se lleva a cabo el juego de la y su separación de los surem (Spicer, 1954), antepasados
bandera. Formados en hilera frente al templo, los azules que, rechazando el bautismo, se retiraron a vivir al monte.
se preparan para enfrentarse a los moros, quienes adop- La presencia del toro en el poniente y su contigüidad con
tan una posición inversa, separados de sus contrarios por los moros reproduce la visión que la España de la (re)con-
aproximadamente cien metros. Del templo salen corrien- quista tenía de la alteridad; si en el registro lingüístico "toro"
do dos niños , un azul y un moro, el primero con la ban- y"moro" difieren por un fonema (Medina, 2012), en el pla-
dera de su bando. El objetivo es llegar al extremo opuesto no iconográfico los tocados de los moros yaquis los iden-
sin que su contrincante le arrebate el emblema. Tras una tifican por la semejanza entre los "cuernos" y la luna cre-
1
serie de carreras en ambos sentidos, todos los azules se ciente (fig. 5).
acercan a los moros para llevarlos a ser bautizados; éstos La emergencia de los morosltoros y la definición del po-
se niegan. Enseguida, los dos bandos corren a la iglesia. niente como rumbo del bovino también ilumina trazos de
Cada individuo lleva en su mano un paño azul o rojo, se- un sistema cosmológico cahíta. Según el mito, en este rum-
gún sea el caso, mismo que debe cuidar que no se lo arre- bo habitaba junto al toro el San Juan niño. Viviendo en la
bate un contrincante. Llegados a la cruz atrial, el juego oscuridad y reacio a las leyes, un día escuchó del cielo la
concluye y todos ingresan al templo; finalmente, los mo- palabra de Dios; fue entonces cuando se trasladó al orien-
ros son bautizados. te, se volvió adulto y se unió a los azules, trayendo consigo

6. Venado del oriente (izqu ier-


da) y venado del poniente (de-
recha) en el amanecer del día
de San Juan Bautista, 2019.
FOTO: DIEGO BALL ESTEROS

68 / Arqu eo logía Mexica na


Es salvaje, reacio a Escucha la palabra
· las leyes humanas de Dios.
Se traslada
· al oriente

7. Transfo rmaciones entre los mitos yaqui y mayo.


ELABORACIÓN: DIEGO BALLESTEROS

el bautismo. El relato yaqui se ve transformado en una re- de la unidad cristiana. Escribiendo sus memorias, Pérez de
flexión mayo acerca de la domesticación de las lluvias. Para Ribas terminó congratulándose por haber logrado su ob-
ellos, éstas se anuncian con el paso de amenazantes remo- jetivo: "Y así, en este capítulo[... ] escribiré sin la diferencia
linos venidos del poniente llamados jeeka baakot, "cule- con que hasta aquí he hablado de pueblos altos, y bajos de
bras de aire''. Cuando los bovinos las perciben, comienzan esta nación. Porque en unos y otros corría a las parejas la
a pernear, tal como los pajko'olam yaquis reciben al toro prosperidad en abrazar la fe y la ley de Cristo nuestro Se-
en la ramada. Al llegar a la sierra, los remolinos vuelven al ñor.. :' (1992, p. 329).
valle el día del Bautista, pero convertidos en lluvias bené- Si bien sabemos poco de la ritualidad yaqui durante la
ficas para la siembra (fig. 7) . conquista, lo cierto es que hoy en día aquella diferencia
interna se mantiene e intensifica en la ceremonia que re-
EL DUALISMO EN memora el bautismo. No sólo se observa una persistencia
LA HISTORIA YAQUI de la discontinuidad, sino también cómo es que ésta se
alimentó de los instrumentos evangelizadores que se em-
En su excursión al río Yaqui a principios del siglo XVII, el plearon para desterrarla, produciendo más diferencias,
jesuita Andrés Pérez de Ribas notó que los asentamientos incluso al interior de esos instrumentos. Al final, los ya-
ribereños mantenían una distinción de facto entre aquellos quis dividieron al Bautista, pero no en partes iguales, sino
más cercanos a la sierra ("altos") y los más cercanos a la en función de una asimetría que le precedía y que es in-
costa ("bajos"). Dicha división complicaba su labor bautis- herente al modo en que constituyen su identidad, rasgo
mal, pues en su camino del oriente hacia el poniente los ya- distintivo de múltiples sociedades amerindias (Lévi-
quis intentaban disuadirlo de ir más abajo, advirtiéndole Strauss, 1992). an
del peligro que corría entre gente tan reacia y poco dispues-
ta a la paz Con todo, el jesuita resolvió que, de hacer caso
a tales avisos, sólo fomentaría más la diferencia que su mi- Para leer más ...
sión evangelizadora estaba determinada a eliminar en pos LÉv1-STRAUSS, Claude, Historia de Lince, Anagrama, Barcelona, 1992.
MEDINA, Héctor, Los charros en Espa1ia y en México. Estereotipos ganaderos
y violencia lúdica, Instituto de las Identidades de la Diputación de Sala-
manca, Salamanca, 2012.
PÉREZ DE RIBAS, Andrés, Historia de los trivmphos de nvestra santa fee entre

Diego Ballesteros Rosales. Etnólogo por la ENAH, interesado en el gentes las mas barbaras,yfieras del Nueuo Orbe, Siglo XXI, México, 1992.
estudio de mitología y ritualidad en el oroccidente de México. SPICER, Edward, Potam: a Yaqui village in Sonora, American Anthropologi-
cal Association, Menasha, Wisconsin, 1954.

La dobl e image n de San Juan Bautista entre los ya qui s de Sono ra / 69


ueJeíl4!lºªl ap
sepeJies
seue¡uow
.,., se,
2. Teotihuacan frente al cerro Gordo.
FOTO : RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ

n ambicioso proyecto urbanísti-


U co inició la indiscutible planea-
ción urbana de Teotihuacan. Al pare-
cer partió del "descubrimiento"
(Mircea Eliade, 1988, p. 328) de un
sitio fundacional, espacio donde se
daban hierofanías, teofanías, ontofa-
nías y cratofonías, o sea, manifestacio-
nes de lo sagrado, de las deidades, de
la verdad del ser y del poder. No sabe-
mos si aquí se dio una revelación si-
milar a la del águila y el nopal de Te-
noch titlan, pero, al igual que esta En nuestros estudios de campo en tico que sería respetado durante cin-
ciudad del Posclásico, Teotihuacan Teotihuacan (1986-2005), incluido el co siglos por los constructores de la
ocupó un lugar central en el corazón periodo en que colaboramos con ciudad más grande de América, antes
de Mesoamérica y, a inicios del Clási- el proyecto especial 1993-1996 de de la llegada de los europeos. Las ex-
co, reprodujo el cosmos usando los Eduardo Matos, encontramos evi- cavaciones llevadas a cabo a finales de
cerros del entorno como marco para dencias que señalan otras montañas la década de 1990 (Sugiyama y Cabre-
construir las montañas sagradas de los sagradas en el paisaje del sitio; algu- ra, 2004) revelaron que el primer edi-
hombres, como se observa en la pro- nas pudieron tener una relevancia si- ficio de esta pirámide, que se conoce
yección del perfil de la Pirámide del milar a la de cerro Gordo. Todas fue- como "adosado", corresponde a la fase
Sol frente al cerro Patlachique (fig. l) ron, y son, integrantes de un paisaje Tzacualli (1-150 d.C.), al igual que los
o la de la Luna frente al cerro Gordo. cósmico donde cuerpos celestes yac- dos que le siguieron. Al ubicarse en la
Desde 1934, Sigvald Linné (en To- cidentes terrestres interactúan en el cabecera de la Calle de los Muertos
briner, 1972, p. 104) llamó al cerro escenario del espacio y el tiempo. fueron el punto de partida y el eje del
Gordo "Montaña Sagrada de Teoti- La Pirámide de la Luna se ubicó en plan urbano. Estas construcciones
huacan''. Lo hízo no sólo porque es el el eje mismo de un proyecto urbanís- (edificios 1 a 3) se erigieron una sobre
punto más alto que se observa desde
el sitio (3 025 msnm) sino por su ubi-
cación detrás de la Pirámide de la
Luna, vista desde la calle de Los Muer- 1 Horizonte oriental j
tos. Vincent Scully (1993, p. 72) dice 4- Cerro Tepeapulco Cerro Colorado Cerro Mesas
que el cerro ayuda " ... a traer las co- ~ 3- (Xihuingo) Grande Quebradas
rrientes de agua que abastecen al Va- "'
'5 2- '---:::::::;..-;;.:.:..-:-::..-_,.,,_----- ~---
lle de México" y agrega que el edificio 1-~.3! ~~3;::::::::~----::7<::::::a.--.:::::=;::=::::;..--:-----
~ ,-...J-I_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ J..__ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ . _

está "incrustado" en la montaña que 65° 90° 110°


" ... parece presionar al templo con su
5-
masa, comprimiéndolo hasta fractu- 1 Horizonte occidental j
"'
0
4-
rarlo" (fig. 2). ~ 3- Pico Tres Cerro Colorado
'5 Padres Chico

280° 285° 290° 295°


3. Horizontes ca lendáricos desde
la Pirámide de la Luna.
O Vista desde "el adosado" e Vista desde lo alto de la
(edificios 1, 2 y 3) Pirámide de la Luna
FOTO: RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ

Las montañas sag rada s de Teot ihuacan / 71


1
4. Puesta del Sol en el solsticio
de verano desde "el adosado".
FOTO: RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ

otra a manera de capas de cebolla, algo


usual en Mesoamérica, tal como lo ve-
mos en el Templo Mayor de México-
Tenochtitlan.
Sin embargo, los cuatro edificios
subsiguientes (4 a 7) crecieron hacia el
norte, sin modificar el límite hacia el
sur de los tres primeros, un hecho atí-
pico en Mesoamérica, lo que sugiere
motivos relevantes para conservar la
ubicación y el eje del "adosado''. Uno de
esos motivos pudo ser que era el pun-
to focal de las visuales hacia ortos y oca-
sos solares en fechas importantes. Lo
planteamos en nuestras investigacio-
1 Pirámide de la Luna 1
nes realizadas en Teotihuacan y en las
cúspides de los cerros aledaños (fig. 3).

Rumbos en los horizontes


teotihuacanos
Dada la extensión del sitio, para nues-
Cerro tras observaciones tomamos tres
Chiconautla puntos de referencia: la Ciudadela y
las pirámides del Sol y de la Luna. La
ordenada y paciente observación de
1 Pirámide del Sol l
nacimientos y puestas solares nos
permitió trazar dos horizontes calen-
Pico de Tres dáricos ( oriente y poniente) para
Padres
Cerro cada uno de ellos (seis en total). Así
Chiconautla vimos a las montañas, en distintos
días del año, acoger ortos y ocasos so-
lares. Era un paisaje que parecía ha-
berse construido para poner en esce-
na una obra donde el espacio y el
1 Ciudadela 1 tiempo interactuaban en el teatro de
la naturaleza. A continuación, resu-
miremos tres décadas de investiga-
ciones en las montañas sagradas de
Cerro Teotihuacan, basados en perspecti-
Pico de Tres Chiconautla
Padres

S. Alineamiento de los cerros Chiconau-


tla y Pico Tres Padres el 21 de noviembre.
FOTO: RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ

72 / Arqueología Mexicana
6. Sombra del Pico de Orizaba al
am anecer del solsticio de invierno.
FOTO : RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ

En un abrigo rocoso del Chico-


nautla brota un manantial por una
grieta con forma de vagina, a la que
llaman "piedra Meona''; es un sitio sa-
grado hasta la fecha. Algo similar su-
cedía en las quebradas de cerro Gor-
do y que quizá influyó en que se le
llamase Teteo Inaan o "Nuestra Ma-
drecita''. El pico Tres Padres o Quauh-
tépetl, en la sierra de Guadalupe, tam-
bién fue y es venerado como sede de
una deidad femenina. En la Plaza de
vas que parten del llamado "adosa- co o Calavera (en realidad la parte sur la Pirámide de la Luna, acaso confir-
do" de la Pirámide de la Luna, enci- del erosionado cráter del cerro Ma- mando este culto, se halló la escultu-
ma de sus primeros edificios. linalco) puede observarse la puesta del ra de una diosa a la que se llama Chal-
El rumbo noroeste está indicado Sol en los equinoccios. En el solsticio chiuhtlicue (hoy en el Museo Nacional
por la puesta solar en el solsticio de ve- de invierno la vemos ligeramente hacia de Antropología). En la época virrei-
rano sobre el cerro Malinalco. Tam- el sur del significativo alineamiento de nal al parecer todo cambió, ya que el
bién registramos el evento desde la dos importantes elevaciones de la 21 de noviembre corresponde al día
cúspide de la Pirámide de la Luna; allí Cuenca de México: el cerro Chiconau- juliano 11 de noviembre, día de San
el Sol se pone sobre la ladera norte del tla y el Pico Tres Padres (fig. 5) . Sobre Martín Caballero, santo patrono de la
cerro, ligeramente por debajo de la este alineamiento vemos al Sol ocultar- población más cercana a la Pirámide
cima. Tras descender al" adosado", no- se en los días 20/21 de noviembre y de la Luna: San Martín Teotihuacán
tamos que la observación de este even - 19/20 de enero, una lunación (29.5 o San Martín de las Pirámides.
to solsticial era mucho más relevante, días) antes y después del solsticio de in- Desde la Pirámide de la Luna, en el
ya que desde allí vimos al Sol ocultar- vierno. La Luna tuvo en Mesoamérica solsticio de invierno, vimos que el Sol
se exactamente sobre la cima del ce- un carácter femenino, acaso relaciona- sale sobre el cerro Mesas Quebradas
rro (fig. 4) . Si ese día nos ubicamos en do con el periodo menstrual humano. (3 019 msnm), y tras ascender a este
la Pirámide del Sol, o en la Ciudade- Al igual que en el caso del Chiconautla cerro observamos al Sol salir sobre el
la, veremos al Sol ocultarse en puntos y el Tres Padres, vemos aquí a la Pirá- Pico de Orizaba en dicho solsticio de
menos significativos del horizonte. mide de la Luna como una tercera ele- invierno. Tras ascender a este volcán,
Regresando ala Pirámide de la Luna, vación alineada que guarda relación con la mayor elevación en Mesoamé-
tenemosquehaciacerroColoradoChi- con una deidad acuático-femenina. rica (5 640 msnm) vimos desde su
cumbre que la sombra de la montaña,
con forma piramidal (fig. 6) , apunta
cual flecha gigante hacia Teotihuacan
(Rubén Morante, 1986, 1996, 2005).
1 Equinoccios 1 El Pico de O rizaba no se ve desde Teo-
tihuacan, pero el referente visual des-

7. Sa lidas del Sol en Teotihuacan


Pirámide de la Luna Ciudadela
Pirámide del Sol durante los equ inoccios.
FOTO: RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ

La s mon taña s sagrada s de Teotihuacan / 73


8. Salida del Sol so bre el cerro
Tepeap ulco en el solsticio de verano.
FOTO: RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ

Desde la adosada de la Pirámide de


la Luna no se ve la puesta solar en el
equinoccio y el solsticio de invierno
en un punto del horizonte que resal-
te de manera significativa, pero son
sólo dos de los seis puntos que mar-
can los solsticios y equinoccios. El
paisaje no se adapta a la cultura, es al
revés. No es posible que un punto fijo
preseleccionado tenga, al amanecer y
atardecer de equinoccios y solsticios,
de la Pirámide de la Luna nos llevó al y que en estos casos pudieron indicar visuales hacia todos los puntos rele-
cerro Mesas Quebradas, donde con- puntos de referencia en el paisaje que vantes del horizonte. No obstante,
firmamos un alineamiento, casual o servían para computar el tiempo. Se nuestros estudios permiten plantear
buscado, que pudo tener implicacio- basaban en los rumbos cardinales que en el valle de Teotihuacan la es-
nes simbólicas relevantes. para ubicar fechas vitales, como las de tructura "adosada" de la Pirámide de
En el amanecer de los equinoccios sembrar y cosechar. Las cumbres la Luna es el sitio idóneo donde ubi-
se observa al Sol salir sobre un cerro donde se observa al Sol sobre el hori- carse para realizar estas observacio-
que destaca en el horizonte oriental: zonte desde la Pirámide de la Luna en nes; desde allí tenemos visuales hacia
el Colorado Grande (3 047 msnm). El el solsticio de verano (Malinalco y Te- elevaciones significativas (por su al-
alineamiento equinoccial desde la Pi- peapulco) nos parecen las más rele- tura o simbolismo) en los cerros
rámide de la Luna es mucho más pre- vantes en este sentido. Se trata del pe- orientales Tepeapulco, Colorado
ciso que el visto desde la Pirámide del riodo que indica la temporada de Grande y Mesas Quebradas (Pico de
Sol y desde la Ciudadela (fig. 7). Algo lluvias, al cual en el Posclásico los Orizaba) y hacia el oeste a los cerros
que también sucede durante la salida mexicas llamaron xopan o xopantla: Malinalco, Colorado Chico ( Calave-
del Sol en el solsticio de verano, cuan- el verano o "el verdor''. Contrastaba ra) y Chiconautla (Pico Tres Padres).
do desde la Pirámide de la Luna tene- con la época seca: Tonalco cuando el A estas seis direcciones podemos
mos una visual privilegiada hacia una campo se volvía amarillo. agregar dos, hacia donde no se tienen
montaña muy significativa para Teo- salidas o puestas solares: los rumbos
tihuacan: el cerro Tepeapulco (3 245 norte y sur, que parecen señalados
msnm), ya que al pie de este cerro se por las dos pirámides más grandes del
construyó Xihuingo, un sitio con ar- sitio, cuyas siluetas se proyectan ha-
quitectura teotihuacana cuyo nombre cia cerros cercanos: la Pirámide de la
se compone con la palabra náhuatl Luna, vista desde la Calle de los
x{huitl, que significa año (fig. 8). Muertos, hacia cerro Gordo, y la Pi-
En Xihuingo (Mateo Walrath, rámide del Sol, vista desde la Pirá-
2001), como en otros tres de los ce- mide de la Luna, hacia el Patlachique
rros mencionados ( Chiconautla, (2 750 msnm). Pero, como dijimos en
Gordo y Colorado Chico), se labra- el párrafo anterior, las formas de la
ron "cruces punteadas" (Aveni, 1991) naturaleza no se adaptan a las del ser
de inconfundible estilo teotihuacano
(fig. 9), que posiblemente fueron ins-
trumentos para contar los días y pe- 9. Cruz punteada en Tepeapulco.
riodos calendáricos (Morante, 1997), FOTO: RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ

74 / Arqu eo lo gía Mexica na


~ - -
10. Mapa con los rumbos teotihuacanos
Norte desde la Pirámide de la Luna.
teotihuacano ELABORACIÓN: RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ
Pirámide del Sol

,! Teotihuacan !
//./ ·------------------------ norte, en tanto que se iniciaba la cons-
:C. Gordo : 25 50km
- ,,

!_C::_ Tepe_a_P.ll_l_cg_j
===== trucción de la Pirámide del Sol (Sugi-
..... yama et al., 2014, p. 24).Al sur del va-
\ ,'
lle de México se daba entonces la
Cofre de actividad tectónica que, durante esta
: C. -~~~as Quebradas: Perote misma fase (Tlamimilolpa Tempra-
. o
(ff) no), culminó con la erupción del Xi-
¡-¡;:f¡::;;--¡;.a¡:;;s·: º tle. El desplazamiento de miles de po-
bladores hacia Teotihuacancoadyuvó
Ixtaccíhuatl a la construcción de las mayores pirá-
La Malinche mides de la ciudad.
Popocatépetl La Pirámide del Sol y el Edificio 4
de la Pirámide de la Luna pudieron
buscar un alineamiento donde las
cúspides de ambas señalaran, como en
humano, es al revés; la Calle de los La Calle de Los Muertos se desvía efecto lo hacen, la cumbre del cerro
Muertos no tiene un eje que se dirija unos 15.5 grados al este del norte as- Patlachique, una de las montañas que
exactamente a la parte más alta del tronómico, lo cual al parecer tuvo mo- más destacan en el paisaje. Se trata de
cerro Gordo, y la del Sol parece apun- tivaciones calendáricas por los 52 días un eje que, con menos de un grado
tar al sur astronómico, pero visto des- que las puestas solares ortogonales a de error, indica el sur astronómico. Es
de la cúspide de la Pirámide de la este eje señalan alrededor del solsti- posible, por tanto, que el Edificio 4 de
Luna, no desde la estructura adosa- cio de verano. Los teotihuacanos pro- la Pirámide de la Luna y los edificios
da.Ambas pirámides parecen buscar bablemente conocían el punto alrede- subsiguientes (5 a 7) buscasen la visual
las formas del horizonte delineadas dor del cual giran las estrellas boreales hacia la Pirámide del Sol y hacia el Pat-
por los contornos de las montañas, en la noche: el norte verdadero.A par- lachique, lo que, aunado a los cerros
sin embargo, ello no descarta que to- tir del año 240 d.C. , la cuarta etapa que se destacaban en solsticios y equi-
maran en cuenta un rumbo astronó- constructiva de la Pirámide de la Luna noccios, adquiría una significación
mico fijo. llevó a que el edificio creciese hacia el cósmica fundamental para su religión.

11. a) Quincunce olmeca Preclásico) . b) O/fin mexica (Posclásico).


DIBUJOS: RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ

Las montañas sagradas de Teotihuacan / 75


12. Patio de los Altares.
DI BUJO: RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ

k
~--- Desde la perspectiva de
una organización urba-


na y espacial, mítica y
religiosa , la Pirámide de
la Luna es el eje de dos
quincunces o naoline-

[ meh: uno natural, por


parte del paisaje, y otro
cultural, hecho por el
hombre.

El Patio de los Altares y el nao/in Al pie de la escalinata de la Pirámi- ridad a nivel del suelo, parece haber-
La cueva cavada hacia el este, bajo la de de la Luna se levantó una estruc- se diseñado para que se le observe
Pirámide del Sol, termina en una es- tura a la que conocemos como Patio desde la "adosada" de la Pirámide de
pecie de flor de cuatro pétalos que, de los Altares (fig.12) , ya que presen- la Luna. Según Otto Schondube
como afirmó Doris Heyden (1981, ta en su interior 10 altares; es un es- (1973, 242) el Patio de Los Altares
p. 12), era junto con las montañas un pacio cerrado en todos sus flancos, " ... es una estructura única en su gé-
símbolo cósmico que ordenaba las con excepción del que da al oeste, nero': que se relaciona con un cosmo-
construcciones humanas. Centrados donde se tiene la puerta de acceso grama " ... que pudo tener que ver con
en la Pirámide de la Luna podemos flanqueada por dos altares que se su- la planeación de Teotihuacan . .. ''. Un
trazar un esquema sobre un mapa hi- man a otros siete que rodean el altar motivo geométrico similar se plasmó
potético (fig. 10) . Es una cruz doble central. En 1995 realicé mediciones en la pintura mural hallada por Rubén
que señala los rumbos del horizonte : con un teodolito que ubiqué sobre el Cabrera (1991, p. 45) en la Estructu-
seis indicados por las salidas del Sol altar central, exactamente en el pun- ra lB' de la Ciudadela (fig. 13) . Ca-
durante solsticios y equinoccios; los to medio del patio, y desde allí com- brera dice que, según Piña Chan, " ...
dos restantes son el norte que se ve ha- probé que los altares circundantes y puede referirse al quincunce relacio-
cia la ladera meridional del cerro Gor- el centro de la puerta se construyeron nado con elementos astronómicos ... ''.
do y el sur que se observa hacia el Pa- con base en medidas angulares sor- Esquemas teotihuacanos vincula-
tlachique.Losesquemasnosrecuerdan prendentemente precisas (menos de dos con la representación del cosmos
un símbolo que, desde el Preclásico medio grado de error) hacia los rum- mediante el quincunce, naolin o quin-
hasta el Posclásico, tuvo un significa- bos cardinales teotihuacanos norte, terno, aparte de los que señalaron
do relevante en todaMesoamérica: los noroeste, oeste (la puerta), sudoeste, Schondube, Piña Chan y Cabrera, se
quincunces, con cuatro u ocho pun- sur, sureste, este y noreste, cual si es- ven en muchas obras plásticas del si-
tos alrededor de uno que está alcen- tuviésemos frente a una monumental tio y pudieron estar inspirados en los
tro, a los cuales en ocasiones se une rosa o estrella de los vientos que nos horizontes de la ciudad, señalados con
mediante líneas. Francisco del Paso y remite al mapa con los rumbos cardi- precisas ubicaciones solares. Es el caso
Troncoso (1988: 202-205) los llamó nales hacia montañas que rodean a de uno de los signos más abundantes:
naolin y dijo que representan los cua- Teotihuacan. la flor de cuatro pétalos, como las que
tro movimientos del curso aparente El esquema arquitectónico del Pa- vemos en decoraciones de cerámica y
del Sol durante un año (fig. 11). tio de los Altares no se aprecia con da- labradas en piedra en el Templo de los

76 / Ar qu eo logía Mexic a na

·] ~~~
13. Pintura mural del Edificio a
1B de la Ciudadela.
DIBUJO: RUBÉ N B. MORANTE LÓPEZ

14. La flor de cuatro pétalos. a) Relieve


del Templo de los Ca racoles Empluma -
dos. b) Calle de San Juan Teotihuacán.
DI BUJO Y FOTO: RUBÉN B. MORANTE LÓPEZ
Caracoles Emplumados, de la fase
Tzacualli-Miccaoctli (fig. 14a). Los
mayas también usaron la imagen de de la Pirámide de la Luna y la construc- religiosa, la Pirámide de la Luna es el
una flor de cuatro pétalos (kinh) para ción de la Pirámide del Sol, montañas eje de dos quincunces o naolinemeh:
nombrar al Sol y al día, lo cual la vin- sagradas de los hombres que se pro- uno natural, por parte del paisaje, y
cula de manera natural con el calen- yectaban en las montañas de los dio- otro cultural, hecho por el hombre.
dario. En náhuatl esta flor sería el to- ses: los cerros Gordo y Patlachique. Ambos serán enfatizados por la ciu-
nalli, también Sol o día. El signo Desde la perspectiva de una orga- dad misma a través de una tradición
vincula al Sol con el día, el calendario nización urbana y espacial, mítica y que sigue viva. an
y los rumbos del cosmos. Aún hoy se
reproduce esa flor como símbolo en
las calles de San Juan Teotihuacán Para leer más ...
ARGOTO, Denisse L., et al., "Designing the underworld in Teotihuacan: Cave detection beneath the moon
(fig.14b). pyramid by Ert andAnt surveys':JournalofArchaeological Science, vol. 118, ju nio de 2020, p. 105141.
AvENI, Anthony, Observadores del cielo en el México antiguo, FCE, México,1991.
Conclusión CABRERA C., Rubén, "Secuencia arquitectónica y cronológica de La Ciudadela", en R. Cab rera et al.
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Las montañas sagradas de Teotihuaca n / 77


Alici a M. Barabas

Los hermanos gemelos Sol y Luna


entre los chatinos de Oaxaca

"Antes, Sol ( Cuicha) y Luna (Ko') testaba que iba a ver al padre de de ser nuestro padre, es muy feo,
eran gente que caminaba por la tie- ellos. Pero los hermanitos ignora- mira que delgadas son sus piernas,
rra. Un día los encontró el Mal Aire ban quién era su padre y sentían parecen hechas de carrizo, mejor
~ (Cui'iXña'a) y comenzó a perse- una gran curiosidad por conocer- vamos a matarlo-. Cuando el ve-
o guirlos porque era enemigo de lo. Entonces un día le preguntaron nado se les acercó más, Sol le <lis-
...e ellos, les tenía envidia, y no quería
que existieran. Sol y Luna se esca-
ala viejita-¿Mamá, quién es nues-
tro padre?, queremos conocerlo-,
paró una flecha y lo mató. Después
de matarlo le cortaron la carne, le
V) paron corriendo y se escondieron pero ella les contestó: -Yo voy muy abrieron el cuerpo y le sacaron el

o
-
bajo las aguas de un río que en ese
momento se formó de un brazo de
mar. Pero, el río comenzó a secar-
lejos para encontrar a su padre y
no quiero que lo conozcan porque
serían capaces de matarlo-. Un día,
corazón, el hígado y los intestinos.
Juntaron todas las vísceras y las asa-
ron para hacer la comida (skwa-
~ se y cuando ya casi estaban al des-
cubierto llegó una anciana a bus-
cuando la anciana salió a buscar a
su esposo, los hermanos decidie-
yku) y se la comieron toda, menos
el hígado que guardaron para lle-
<{ car agua y los niños le pidieron que ron espiarla para saber quién era várselo a su madre. Tomaron la piel
z- los salvara del Mal Aire. Entonces
la viejita los escondió dentro de su
su padre. La siguieron y fueron de-
jando un rastro de hojitas y ceniza
vacía del venado, la llenaron de
avispas y arreglaron la piel para que

v
-~
boca, uno dentro de cada una de
sus mejillas y la cabeza le quedó re-
para no perderse. Cuando la vieji-
ta llegó a un lugar del bosque los
niños vieron que hacía gestos muy
pareciera que el venado estaba
echado allí. Regresaron a la casa y
le dieron el hígado a la vieja, que
donda como una pelota. Se iba a su

o
casa caminando cuando la encon- raros llamando a alguien y al rato quedó muy contenta por tener una
tró el Mal Aire y le preguntó qué le apareció un gran venado al que ella cosa tan buena para comer, pero
pasaba y la viejita le contestó que le dio los alimentos que llevaba. El antes de morderlo el hígado gritó.
por un dolor de muelas se le había venado era el esposo de la anciana. La mujer tuvo un mal presenti-
V)
o
hinchado la cara, y así lo engañó y Después de ver eso los hermanos miento porque la rana se puso a
se llevó a los hermanos a su casa. regresaron a la casa y al día sigui en- cantar por tres veces: -¡Estás co-
Allí se quedaron y la viejita los te la anciana les pidió que fueran a miendo la carne de tu marido!
_J criaba como si fueran sus hijos. cortar zacate para llevárselo a su -¿Será verdad lo que dice la rana,
cQ Los niños jugaban todo el día y ha-
cían travesuras mientras la ancia-
marido porque él solo comía ver-
duras. Entonces los hermanos se
acaso ustedes mataron a mi
marido? -les preguntó la vieja a Sol
llJ na trabajaba hilando algodón en su fueron al campo e hicieron una es- y Luna. -No mamá, no hagas caso

:J malacate, pero nunca podía termi-


nar su trabajo porque cuando ella
pada de madera para cortarlo, pero
cortaban con tanta fuerza que un
de la rana porque es muy chismo-
sa - le respondieron ellos. Pero
CL salía de su casa para ir al campo los
niños sacaban el malacate y enre-
conejo se espantó y saltó a la cara
de Luna. El golpe fue tan fuerte que
igual la anciana sintió desconfian-
za y se fue a buscar a su marido.
IJ) daban el hilo. Así pasó el tiempo y hasta ahora el conejo quedó graba- Cuando caminaba apareció el can-
o
_J
los niños creían que la viejita era la
madre de ellos. Cuando los herma-
do en la cara de la Santa Luna. Al
otro día los hermanos decidieron
grejo y le dijo que el venado estaba
muerto, pero la vieja no le creyó y
nitos fueron más grandes quisie- ir a espiar a su padre y fueron si- lo pisó con tanta fuerza que lo dejó
ron ir de cacería, y para cazar crea- guiendo el rastro que habían deja- aplastado, chato; por eso es que
ron el arco y las flechas. Con ellos do. Cuando llegaron al lugar don- hasta hoy el cangrejo es aplanado.
cazaban animales de todas clases y de su madre lo había llamado Después una paloma le cantó Su
se los llevaban a la viejita para que imitaron los gestos que ella había Iyuu, que en chatino quiere decir
ella los cocinase. Cuando la ancia- hecho y apareció el gran venado. 'está echado en la tierra'. La ancia-
na salía al campo los niños le pre- Cuando lo vieron los gemelos na le dio las gracias a la paloma por-
guntaban a dónde iba y ella les con- (ne'wka') se dijeron: -Éste no pue- que creyó que era su marido el que

78 / Arqu eología Mexic an a


--
--
--
estaba echado en el suelo, pero sólo
era la piel del venado que estaba
parado con estacas. Cuando lo vio,
pal y velas y se le habla al Santo
Nieto para que coma; se ponen ga-
llinas, tamales, tortillas, para que
allí surgieron los Manantiales
(see'entsu'wi ti'a) y el agua que be-
bió Sol y bebemos los chatinoshas-
--
--
la anciana se puso furiosa porque Ho'o Mashu' impida que el mal lle- ta ahora. Luna tenía mucha sed y
creyó que su marido estaba descan- gue al niño. Se le reza a la Santa le pidió un poco de agua, pero Sol
sando en lugar de trabajar. Enton- Lumbre (Ho'o Ki) porque es como le dijo que sólo le daría agua si cam-

--
ces cortó una estaca y se puso a gol- el Sol. Así hacemos nosotros, por- biaban de ojos. Luna accedió y fue
pearlo al tiempo que lo regañaba. que ese ejemplo dejó la viejecita así que Sol quedó con el ojo más
Mientras le pegaba las avispas co- mamá de los gemelos. Después de brillante, por eso su luz alumbra
menzaron a salir por un agujero de que la anciana quedó reducida a

--
más que la Luna. Subieron enton-
la piel y picaron furiosamente a la cenizas se fueron Sol y Luna al ces a la cima del cerro y allí Sol tiró
anciana dejando todo su cuerpo monte, pero el corazón de ellos es- la madeja de hilo hacia arriba con
cubierto de picaduras. La vieja sa- taba triste porque su madre se ha- tanta fuerza que llegó hasta el cie-
lió corriendo y gritando de dolor y
mientras corría el conejo le dijo:
-Arrójate al agua, madre- pero la
bía quedado en la oscuridad y
pensaban en cómo iluminarla. En-
tonces decidieron subir al cielo e
lo y la otra punta de hilo quedó en
manos de los hermanos. Luna que-
ría subir primero, pero Sol le dijo
--
--
vieja le respondió: -¡Eso no me va iluminar uno de día y otro de no- que mejor él subía primero porque
a servir de nada!, mejor me voy a che, para alumbrar la vida de su su ojo era más brillante y podría
mi casa para que mis hijos me ba- madre. Fueron caminando hacia iluminar mejor el camino. A luna

--
ñen en el temascal-. Cuando la an- el monte más alto, Sol llevaba su no le gustó el trato, pero le hizo
ciana llegó a la casa los hermanos vara y Luna llevaba una madeja de caso y así subieron los dos al cielo,
hicieron el temascal, le echaron hilo de algodón de su madre. uno adelante y otro atrás, y así dan
mucha lumbre y pusieron hojas Cuando caminaban se les apare- vueltas en el cielo alumbrando el
verdes medicinales para que el
humo curara a la anciana. El temas-
cal estaba tan caliente y ella suda-
ció una culebra enorme que tenía
ojos muy brillantes y ellos pensa-
ron en quitarle los ojos y quedar-
sepulcro de su madre''.
En este relato de creación, los
héroes gemelos Sol y Luna crean el
--
--
ba tanto que comenzó a quemarse se con ellos. Con el hilo la estran- día y la noche dando origen al mun-
y pedía que la sacaran de allí, pero gularon, con la vara le pegaron do alumbrado, dan origen en la tie-
los hermanos le dijeron -Aquí te hasta que la culebra murió y se rra a las características de algunos

--
quedarás, Abuela Santa (Ho'o Mas- quedaron con sus ojos. Luna cogió animales (cangrejo, conejo) y
hu') y vas a comer de lo que te den el ojo derecho, que era el más bri- crean bienes, algunos muy impor-
los hijos que vayan a nacer en el fu- llante, y Sol el izquierdo, que bri- tantes para la humanidad, como
turo. Si no te dan de comer se mo- llaba mucho menos. Siguieron ca- los manantiales, la miel de abejas,
rirán los niños, todos recurrirán a
ti para tener fuerza-. Por eso cuan-
do nace un niño o una niña se hace
minando con sus brillantes ojos y
Luna con su hilo bajó un panal de
abejas de un árbol, se tomó toda la
el arco y la flecha, y el temascal. A
su vez, la anciana madre da origen
al malacate y el hilado con algodón.
--
--
una ceremonia y se baña al recién miel y quedó sediento. Entonces
nacido en el temascal, se pone co- Sol clavó su vara en el suelo y de

Alicia M. Barabas. Licenciada en

--
ciencias ant1;opológicas por la Uni-
Para leer más .•. . versidad de Buenos Aires. Maestra y
BARTOLOMÉ, Miguel, Los viajes de Sol y Luna. El ciclo de los Gemelos en Oaxaca, México y Amé- doctora en sociología por la UNAM.
rica del Sur, Col. Etnología y Antropología Social, Serie Logos, Secretaría de Cultura- INAH, Profesora investigadora emérita del

--
México, 2021. INAH. Investigadora nacional nivel
BARTOLOMÉ, Miguel, y Alicia Barabas, Tierra de la palabra. Historia y etnografía de los chatinos III, SNJ-Conacyt.
de Oaxaca, Colección Científica, Serie Etnología, 108, INAH, 2a. ed., México, 1996.

Los pueblos originarios hoy / 79


Manuel A. Hermann Lejarazu

r
. 120 que guardan
los.
antiguos
ibros CHIMALCÓATL, CJTLALCÓATL
Y OTRAS SERPIENTES DE AGUEROS
..

La identificación de animales dentro de la imaginería en cosas de guerra por haberla visto (Sahagún, 1989,
mesoamericana ha sido una tarea complicada a lo lar- t. 2, p. 726).
go del tiempo, pues no solamente la escasa informa-
ción en las fuentes históricas o el limitado número de En la columna náhuatl del Códice Florentino se añade
imágenes que existe en el arte o en la iconografía han más información: "Cuando el insensato la ve, dice que
condicionado el estudio sobre el reino animal prehis- es su augurio, que es acerca de su muerte o que algún
pánico. En efecto, no todo intento fallido de interpre- peligro le acontecerá. Pero quien es reflexivo está con-
tación o clasificación de los seres que compartieron el tento cuando la ve. Se dice entonces que obtiene
mundo prehispánico debe atribuirse alas fuentes, tam- méritos: merece la estera del águila, la estera del jaguar;
bién hay que considerar los criterios o esquemas que se dice que merece el estatus de tlacatécatl, de tla-
el propio mundo indígena imprimió sobre sus con- cochcálcatr (Florentine Codex, 2012, t. 11, p. 81).
cepciones de la naturaleza.
Un buen ejemplo de ello lo encontramos nuevamen- Este carácter ambiguo de la chimalcóatl o coachima-
te en el estudio de las serpientes lli (serpiente de escudo o escudo-
bajo la óptica de Sahagún y el Có- serpiente) se debe a que su
dice Florentino, pues dentro de las inesperada aparición produce un
descripciones que ofrecen estos temor o espanto denominado
textos se insertan o filtran anima- tetzáhuitl, por lo que el hombre
les que pertenecen al mundo sa- que la encuentra tiene una actitud
grado cuya importancia radica, de rechazo ante el augurio que se
no tanto por lo letal de su veneno le presenta. No obstante, como
o la singularidad de su tamaño, menciona el texto en náhuatl, si
sino porque dejan una profunda l. Serpiente chima/cóatl.
un hombre muestra una actitud
huella en el futuro o destino in- Códice Florentino, lib. XI, cap. 5, f. 85r. positiva, merece convertirse en
mediato de todos aquellos que se FOTO: BNAH un valiente guerrero, en un
encuentran con el reptil. tlacochcálcatl o un tlacatécatl,
De las diversas serpientes de que son los cargos de más alta
agüeros que enlistan Sahagún y sus informantes va- jerarquía en la organización guerrera mexica (López
mos a destacar la llamada chimalcóatl y la citlalcóatl Austin, 1969, p. 123).
por sus particulares características. Sobre la chimal- La imagen de la chimalcóatl (fig. 1) nos ayuda a
cóatl o coachimalli se menciona: comprender mejor el porqué esta serpiente está
vinculada a la guerra. Como podemos ver, el escudo
Es una culebra larga y gruesa. Tiene eslabones en que se encuentra sobre el reptil tiene decorado al centro
la cola. Tiene en el medio del lomo, hecha de su una greca escalonada que recibe el nombre de
misma carne, a manera de rodela, muy pintada. Ra- xicalcoliuhqui. Este tipo de insignia es una de las más
ramente parece esta culebra. Los que la ven unos representadas en los escudos que se encuentran en el
toman della mal agüero, y otras bueno. Los unos Códice Mendoza o en la Matrícula de Tributos, pues
piensan que luego han de morir por haberla visto. forman parte de las vestimentas de guerreros que se
Y otros dicen que han de ser prósperos y valientes entregaban a la Triple Alianza. Incluso, el Códice

80 / Arqueología Mexicana
Mendoza precisa que el valiente o guerrero quachic era él se recuperará. Especialmente si ha amanecido, si la
merecedor de esta insignia tras haber capturado a luz brilla sobre él, el paciente se recuperará (Florenti-
muchos enemigos. ne Codex, 2012, pp. 81-82).
Por lo tanto, la aparición de esta erpien te era
interpretada, quizá, más como un ll amamiento a la La citlalcóatl es representada en el Códice Florentino
guerra que como un mal augurio, pues al individuo (fig. 2) en color verde y con toda la piel cubierta de
podría despertársele su vocación militar y ver con estrellas, clara alusión a la estrella de la mañana que
buenos ojos su posibilidad de ascens o en la escala podría determinar el destino de la persona mordida.
social. Desde luego, el que no se sentía llamado a la Es interesante el elemento comparativo de la morde-
guerra, sentía aflicción y temor. dura de la víbora con la herida
de una flecha lanzada por la es-
CITLALCÓATL O CITLALINÍMIUH
- - - -- - - - - - - - - -- --, trella matutina, por lo que la
muerte del individuo es casi
La serpiente de estrellas posee un irreversible; sin embargo, los
veneno muy peligroso, mortal en chichimecas, al parecer, habían
la mayoría de los casos, pero si elaborado un ritual que podría
se realizaba un ritual a la perso- ayudar al envenenado. Consis-
na que había sido mordida, muy tía en un cerco de flechas alre-
probablemente llegaría a sobre- dedor del moribundo para que
vivir. El texto nahua del Códice estuviese protegido, quizá de
Florentino menciona: más ataques de la estrella matu-
tina, pues si al amanecer la es-
2. Serpiente citlalcóatl.
Citlalcóatl se llama o citlalin trella se alejaba y la luz brillaba
Códice Florentina, lib. XI, cap. 5, f. 85v.
imiuh . .. es venenosa, verdade- FOTO: BNAH sobre el enfermo, éste sanaba.
ramente aterradora.A quien haya Finalmente, los textos de
mordido ... siempre va a morir al Sahagún y sus informantes enlis-
acercarse el alba, cuando aparece la estrella de la ma- tan otra serpiente terrorífica, que sólo de verla podría
ñana. Se dice que le dispara una flecha; realmente la causar enfermedad o, incluso, la muerte. La serpiente
citlalcóatl lo ha mordido. Y especialmente los chichi- recibe el nombre de tetzauhcóatl, "serpiente espanto-
mecas tenían cuidado por la ciltlalcóal, porque anda sa'' o "serpiente de espanto", porque: "El que la ve co-
en lugares peligrosos de los peñascos. Y al mordido por bra tal miedo, que muere dél o queda muy enfermo. Y
una serpiente lo rodean con medicina. Los chichime- por eso la llaman tetzauhcóatl, porque mata con espan-
cas lo cercan con flechas, y esperan que cuando apa- to" (Sahagún, 1989, t. 2, p. 726).
rezca el lucero de la mañana, es cuando él morirá o Semánticamente, parece haber una distinción entre
mejorará. Pero si él sigue un poco la estrella, si esta va "espanto", "escandalizarse", "asustarse" y "augurio",
aún más lejos, el mordido por la serpiente no morirá; "pronóstico", "agüero", campo de significados de lapa-
labra tetzáhuitl. Pero creo que, en el fondo, no hay tal
diferencia puesto que cualquiera que llega a experimen-
Para leer más ... tar un prodigio o algo que le cause espanto, si no es ca-
Floren ti ne Codex. General Historyof the Things ofNew Spain, traducción
del náhuatl al inglés con notas de Charles E. Dibble y Arthur J. O.
paz de enfrentar sus miedos, puede llegar a enfermar-
Anderson, The University ofUtah Press, Salt Lake City, Utah, 2a ed. se o morirse por no revelar su valentía ante el signo o
revisada, 2012. augurio que se le presenta.
LÓPEZ Austin, Alfredo, Augurios y abusiones, introducción, versión y
notas, l!H, UNAM, México, 1969.
SAHAGÚN, fray Bernardino de, Historia general de las cosas de Nueva
España, 2 vols., introducción , paleografía, glosario y notas de Josefi-
na García Quintana y Alfredo LópezAustin, Conaculta, México, 1989. Manuel A. Hermann Lejarazu. Doctor en estudios mesoa-
ÜLIVIER, Guilhem, "¿Modelos europeos o concepciones indígenas? El mericanos por la UNAM. Investigador en el CIESAS-D.F. Se
ejemplo de los animales en el libro XI del Códice Florentino de fray especializa en el análisis de códices y documentos de la
Bernardino de Sahagún': en José Rubén Romero Galván, Pilar Máy- Mixteca, as í como en historia prehispánica y colonial de
nez (coords.), El universo de Sahag 1ín. Pasado y presente. Coloquio la región. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
2005, UNAM, México, 2007, pp. 125-139.

Lo que gua rd an los antiguos libro s/ 81


Eduardo Matos Moctezuma

EL XITLE: DE VOLCÁN A DIOS ...

Alrededor de los inicios de nuestra Huehuetéotl, que era la imagen del cia en otras regiones como aquel
era hizo erupción un pequeño vol- volcán en erupción. maravilloso ejemplar en barro de
cán llamado el Xitle -ombligo en En Teotihuacan proliferó Hue- la costa del Golfo. Siglos más tarde
lengua náhuatl-, que trajo como huetéotl en la figura de un anciano vemos su imagen entre grupos na-
consecuencia que los mantos de sentado, encorvado y desdentado, huas del Centro de México. En las
lava cubrieran templos, casas y con arrugas en el rostro y un enor- excavaciones del Templo Mayor
campos de cultivo de la población me brasero sobre su cabeza. Como mexica encontramos una escultu-
que habitaba en Cuicuilco, al sur particularidad tenía que una mano ra del dios con las mismas caracte-
de la actual Ciudad de México. El estaba empuñada en tanto que la rísticas ya descritas, al lado de un
abandono del sitio quizá se dio otra estaba abierta. La mayoría de adoratorio que tiene diversos ele-
paulatinamente ante los síntomas las veces se elaboró en piedra vol- mentos teotihuacanos: talud y ta-
que se presentaban, como fumaro- cánica y conocemos de su presen- blero, mitades de ojos, etc. Para este
las, ruidos y temblores que momento los mexicas lo lla-
anunciaban la inminente man Xiuhtecutli-Huehue-
erupción. Según algunos téotl, señor del fuego y del
arqueólogos, se produjo año, dios viejo. Se le repre-
una migración un poco más senta también sedente, con
al norte, que llegó a asentar- arrugas y dos protuberan-
se junto a otros grupos que cias sobre la cabeza. Preside
ocupaban el lugar que más varias ofrendas en el Templo
tarde se denominó Teotihua- Mayor y no era para menos: está
can. Lo interesante del caso es que habitando en el centro del univer-
este nuevo grupo trajo consigo su so, pues tal era la concepción que
propia cultura. Parte de ella era la se tenía del hueyteocalli o Templo
presencia de un diosecillo, y cuan- Mayor. Conocemos otras parti-
do Byron Cummings excavó en cularidades de la deidad: ocu-
Cuicuilco, encontró algunas pa el centro del universo en
representaciones de él. Se tra- sentido vertical, ya que está lo
taba de figuras modeladas en mismo en el nivel celeste que
barro de un anciano sentado,
encorvado, con arrugas en el
rostro, sobre cuya espalda des- Huehuetéotl, dios viejo del fuego.
Cuicuilco, Ciudad de México.
cansaba un brasero, en el que de-
Preclásico Tardío. MNA.
bió de colocarse copal para que hu- FOTO: ARCHIVO DIGITAL DE LAS

meara. Era el dios viejo y del fuego, COLECCIONES DEL MNA, INAH-CANON

82 / Arqueología Mexicana
Huehuetéotl. Teotihuacan, estado de México. Huehuetéotl. Templo Mayor, Ciudad de México.
Clásico Temprano. Museo de Sitio de Teotihuacan. Posclásico Tardío. Museo del Templo Mayor.
FOTO: ARCHIVO DIGITAL DE LAS COLECCIONES DE L MNA, INAH -CANON FOTO: MARCO A. PACHECO / RAÍCES

en el inframundo y la tierra. De esta Se cimentó luego el tercer Sol.


última parten los cuatro rumbos Su signo era 4 lluvia
universales, como se le aprecia en se decía Sol de Lluvia [de fuego].
el Códice Fejérváry-Mayer. Dice un Sucedió que durante él llovió
antiguo cantar: fuego,
los que en él vivían se quemaron.
Madre de los dioses Y durante él llovió también
padre de los dioses, acostado arena.
sobre el ombligo de la tierra, Y decían que en él
dentro de la pirámide de llovieron las pedrezuelas que
turquesas, vemos.
agazapado en las nubes y en el Que hirvió la piedra tezontle
agua azul, y que entonces se enrojecieron
como el pájaro de turquesa, los peñascos.
viejo dios, Leyenda de los Soles.
Mictlan brumoso.
Para leer más . ..
"Xiuhtecutli" "Leyenda de los Soles': en Códice Chimalpo -
(traducción de M. Graulich). poca, UNAM, México, 1975.
MATOS MocTEZUMA, Eduardo, "El ombligo
del mundo. El espacio escultór ico de la
Recordemos que uno de los soles Ciudad Universitaria", en Li ly Kassn er
o eras cosmogónicas dentro de la (coord.), El Espacio Escultórico, UNAM,
mitología náhuatl terminó al ser México, 2009, pp. 69-7 1.

destruido por el fuego. Dice así


Eduardo Mdtos Moctezuma. Maestro
el relato:
en ciencias antropológicas, especia-
lizado en arqueología. Fue director
del Museo del Templo Mayor, INAH.
Huehuetéotl. Cerro de las Mesas, Miembro de El Colegio Nacional.
Veracruz. Clásico Tardío. MNA. Profesor emérito del INAH.
FOTO: MARCO A. PACHECO RAÍCES

Anecdotario arqueológic o/ 83
Mario Córdova Tel10, Carolina Meza Rodríguez

El Monumento 9
de Chalcatzingo o
Portal al
lnframundo
El Monumento 9 de Chalcatzingo, llamado en su momento el "monstruo de la tierra" o
las "fauces de la tierra", es un bajorrelieve representativo de la iconografía olmeca, pero
sobre todo de la iconografía de Chalcatzingo. En él se distingue la representación, desde
la cosmovisión de esta antigua cultura y, en general, mesoamericana, de la entrada a una
dimensión cosmogónica con fuertes referentes al mito de creación de la humanidad.

ste monumento de roca cuenta con guarda con el Monumento 36, descu- cultórico olmeca de Chalcatzingo, y
E las características escultóricas tí pi-
cas en los bajorrelieves de Chalcatzin-
bierto en 2005
Así, durante el Proyecto Chalcatzin -
como un logro de la protección del pa -
trimonio arqueológico que retorna a
go , y por eso desde la primera go, iniciado por el INAH en 2003, nos di- México después de una larga espera
vez que fue apreciado en una exposi - mos a la tarea de realizar las averigua- fi1 5) .
ción en Nueva York, en 1968, el arqueó- ciones pertinentes acerca oel paradero Es conocido que la política de recu -
logo David C. Grove se percató de que del Monumento 9, para posteriormen- peración del patrimonio arqueológico
se trataba de una pieza pertereciente te solicitar el apoyo de la Secretaría de vigente, impulsada particularmente
a dicho sitio arqueológico del estado Relaciones Exteriores, que logró poner por la Secretaría de Cultura del gobier-
de More los ,,. . Fue ese evento el el caso en la mesa de negociaciones no de México, mediante la campaña
detonante para indagar sobre el para- desde noviembre de 2022. Ahora, como "#MiPatrimonioNoSeVende", ha sido
dero del monumento arqueológico en fruto de una ardua labor de investiga- determinante para la repatriación de
los años sesenta. Grove, incluso, escri- ción, este bien cultural, el cual llevaba piezas que se encontraban en manos
bió sobre él, e hizo referencia a las sin- más de 60 años fuera del país, es repa - de coleccionistas en otros países e, in-
gulares formas que representa, las cua- triado a su lugar de origen. cluso, en México. Como parte de dichas
les tienen similitud intrínseca con los Hablaremos del Monumento 9 des- acciones, también otros gobiernos se
monumentos 1 y 13 , hallados de dos perspectivas: como pieza ar- han dado a la tarea de investigar la pro -
hasta esa época.ya las semejanzas que queológica representati va del estilo es- veniencia de los objetos arqueológicos
Monumento 9 de la zona arqueológica de Chalcatzingo, Morelos.
FOTO: LUIS GERARDO PE ÑA TORRES INAH
mentos, imágenes e información solici-
tada durante los cuatro meses que duró
el proceso indagatorio, entre los agen-
tes investigadores y nosotros . .g. 6 .

EL HALLAZGO
El Monumento 9 se encontraba en la
parte superior norte del Gran Montícu-
lo Alargado, el cual se construyó duran-
te el Preclásico Medio (800-400 a.C.). La
base del montículo, de este a oeste,
mide aproximadamente 70 m de largo
y es conocido como PC str.4. De acuer-
do con lo descrito por David Grove,a ini-
cios de los sesenta del siglo pasado un
campesino que preparaba el terreno
para sembrar descubrió el monumen-
1. Panorámica de Chalcatzingo. to, el cual se encontraba en varios frag-
FOTOS: MAURICIO MARAT / INAH mentos. Posteriormente, el campesino
los llevó a su casa y más tarde los ven-
dió "al mercado internacional de anti-
que están en manos de coleccionistas va York, en Estados Unidos, como del güedades". En 1968, por primera vez, el
privados y de los que se sabe por publi- INAH, particularmente del Proyecto monumento aparece en el número 33
caciones, como es el caso del Monu- Chalcatzingo. Se entrevistó a personas de American Antiquity, en un texto del
mento 9 de Cha\catzingo. de la comunidad y los investigadores doctor David Grove. En ese momento el
Se llevó a cabo una acuciosa investi- aportaron datos relevantes para con ju n- relieve se encontraba en la colección
gación, en la que participaron varias ins- ta r un expediente robusto y lograr la del Museo Metropolitano de Arte de
tancias, tanto de la Unidad de Tráfico de devolución del monumento de Chalcat- Nueva York, en Estados Unidos ig. 7) .
Antigüedades del Distrito Fisca I de Nue- zingo; se compartieron todos los docu- En publicaciones posteriores se sigue
mencionando la misma ubicación del
relieve, y la última que conocemos, Mé-
xico en el mundo de los colecciones de
arte, es de 1994. Hace poco se retiró el
monumento de la sala del museo y
el coleccionista que ostentaba su pro-
piedad lo trasladó al estado de Nevada .

CARACTERÍSTICAS
DEL MONUMENTO 9
El Monumento 9, ahora conocido como
"Portal al lnframundo", es un relieve
exento, el cual originalmente se encon-
traba erguido, a manera de estela. Tie-
ne una forma casi cuadrangular (1.80 m
de altura por 1.50 m de ancho). El relie-
ve muestra una criatura fantástica cuya
boca ese\ acceso a una caverna. La boca
está conformada por tres grandes ban-
das concéntricas, cuyo centro es un ori-
3 Monumento 1 de Chalcatzingo . .'> Monumento 13 de Chalcatzingo. ficio cruciforme. En cada uno de los án-
FOTOS: JORGE PÉREZ DE LARA, OLIVER SANTANA / RAÍCES gulos de esta cruz se aprecian cuatro
En las cuatro esquinas exteriores de
esta cruz hay representaciones de plan-
tas, las cuales se han identificado como
bromelias (fig. 9b), comunes en el Ce-
rro de la Cante-a . La representación de
esta flora -la cual aparece en los monu-
mentos 1 y 13-, así como la forma de los
ojos-similar a la que aparece en el Mo-
numento 1-yde la propia caverna -pa-
recida a la de los monumentos 1 y 13-,
no dejan duda respecto a la proceden-
cia del relieve. De acuerdo con el fecha-
miento propuesto por David Grove, este
monumento corresponde a la fase Can-
tera (700-500 a.C.).
Las formas geométricas y naturalis-
tas del Monumento 9 han sido interpre-
Monumento 36 de Chalcatzingo. tadas por algunos especialistas como
FOTO: JORGE PÉREZ DE LARA / RAÍCES una cueva que representa los diferentes
planos de la cosmogonía reinante en la
época olmeca, la cual será recurrente en
motivos ondulantes, a manera de col- la cosmovisión mesoamericana.
El Monumento 9, sin lugar a millos. En la parte superior están repre-
dudas, es una de las grandes sentados un par de ojos de forma ovoi- LA RELEVANCIA DEL MONUMENTO 9
de, cuyas pupilas presentan la cruz Chalcatzingo es un sitio de vital impor-
creaciones artísticas realiza-
olmeca o bandas cruzadas ig. 8) . tancia para la comprensión del Preclá-
das por la cultura olmeca, si- Las cejas se encuentran directamen- sico Medio, ya que es el único asenta-
milara lascabezasmonumen- te encima de los ojos y tienen una for- miento del Altiplano Central que
ma curvilínea, con bifurcaciones en sus muestra arquitectura monumental con
tales o a los altares de piedra.
extremos, identificadas en la literatura referentes de la cultura olmeca. Los re-
arqueológica como "cejas flamígeras". lieves que ahí se encuentran han sido
Sobre esta cruz y entre los ojos se en- pieza clave en múltiples investigacio-
cuentra la nariz con forma de letra "m" nes relacionadas con la iconografía ol-
(fig. 9a). Se representan las fosas nasa- meca, por su complejidad, va-iedad te-
les sin ningún indicio de tabique, lo que mática y calidad de manufactura. De tal
da una apariencia "chata" al conjunto. manera, el Monumento 9 es uno de los
Por encima de la nariz se encuentra una relieves más significativos porque pre-
figura circular que, según el arqueólogo senta características propias del Monu-
Peter Joralemon, se trata del rostro de mento 1, pero que, por su contexto,
una deidad cuyas características princi- como monumento exento y su posición
pales son los ojos almendrados y los en el sitio, estuvo relacionado con ritua-
grandes colmillos que sobresalen de la les públicos. En ese sitio, el Portal al ln-
boca. Sobre esta figura circular se apre- framundo tuvo un lugar prominente.
cian dos motivos alargados que, al pa- La literatura a-queológica hace refe-
recer, se tratan de gotas de lluvia. rencia al simbolismo de la cultura olme-
ca, así como a sus signos más represen-
tativos y al $ignificado que pudieron
Maniobras de desembalaje del Mo- tener aquellas escenas y esculturas ta-
numento 9 a su llegada a México tras ha- lladas en piedra. El Monumento9,como
ber sido repatriado. una representación de la cueva, es vis-
FOTO: LUIS GERARDO PEÑA TORRES , INAH to desde la perspectiva del mito funda-
ciona l. Según la arqueóloga Caterina
Magni, el mito de la cueva remite al
ANCIENT tiempo primordial, como queda ilus-
trado también en los pfrcipales alta-
CHALCATZINGO
• res con nicho de La Venta, ~abasco, así
como en las representaciones de Chal-
catzingo. Aquí, los monumeritos 1, 9 y
13 facilitan la identificaciór del nicho,
vistodefrenteydeperfi ,comounacue-
va (Magni, 1995: 93). La representación
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ne.-...,.___. ,....,._.,_.,,...._11i1,,....,,_...¡,_ de la abertura en la tierra se i.a inter-
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1Ma1,t, ,a111.11M..,
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....,........,_...... -.......i.....,-,, ... pretado como la entrada a •as entrañas
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....... ,...1o.(DoriolC.C-.~
~ , ~----""""""',,.,_,,__.,.,
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abertura de la cueva está re acionada
con el rostro de un felino. básicamente
de las fauces abiertasde ur jaguarcomo
ser mítico. Comúnmente, este ser va
Página del catálogo de la exposición acompañado de bandas ondulantes, la
Portada del libro editado por "Before Cortés: Sculpture of Middle cruz olmeca en los ojos y motivos vege-
'I David C. Grove, que formó parte America" (1970-1971), del Museo tales en las cuatro esqu·nas del cuadri -
de la documentación reunida Metropolitano de Nueva York, en folio o fauces del ser mítico. La historia-
durante la investigación. la que aparece el Monumento 9. dora del arte Julia Guernsey menciona
FOTO: ARCHIVO INAH FOTO: ARCHIVO INAH que el elemento cuadrifo 10 surge en el

El Monumento 9 alude
a una criatura fantástica.
ILUSTRACIÓN: JOANM MORAYTA KONIECZN~

Detallesde1Monumento9. Losojos,
las cejas y la nariz. Representación de
una planta, identificada como bromelia.
Oquedad del monumento, la cual alu-
de a las fauces abiertas de un jaguar.
FOTOS: LUIS GERARDO PEÑA TORRES / INAH
el motivo cua:Jrifolio que, a la vez, re-
presenta las fauces de un felino y sim-
boliza la cueva como el lugar de la crea-
ción humana o útero materno.
Las interpretaciones acerca de la
cueva como el acceso al centro del
nuncio se han gestado en torno a los
elementos iconográficos que permiten
confi rmare! hecho deque, en la cosmo-
visión olmeca, la cueva significa la tie-
rra y es el centro del universo donde fue
creada la raza humana que les antece-
dió, de manera que cumple con las ca-
racterísticas en las represertaciones de
los distintos s tios olmecas, tanto de la
costa como del centro y sur de Mesoa-
mérica . Por ello, se deduce que los mo-
J Después de m ás de 60 años fuera de México, el Monumento 9
numentos de Chalcatzi ngo con la repre-
ha regresado al estado de Morelos. sentación de la cueva y todos los
FOTO: LUIS GERARDO PEÑA TORRES / INAH elementos iccnográficos que los acom-
pañan dan cuenta del mito de origen de
esta civilización.
Preclásico y es un motivo que trascien- Acerca del Monumento 9, Caterina El Monumento 9, sin lugar a dudas,
de hasta el Posclásico en Mesoamérica. Magni seña la: es una de las grandes creaciones artís-
Así, el Monumento 1 de Chalcatzingo ticas realizadas por la cultura olmeca,
ofrece una escena donde se observan El Monumento 9 se asocia con el relie- similar a las cabezas monumentales o
los tres niveles que forman el universo ve 1, a través del diseño de las líneas a los altares de piedra . Es una
cosmológico olmeca, y aun mesoame- ondulantes; sin embargo, este grafis- escultura de enorme fuerza visual, cuya
ricano (Magni, 1995, p. 96); mientras que mo rodea aquí un espacio vacío. Como función principal es avasallar al obser-
el Monumento 9 pudo ser el elemen to bloque de piedra perforado en el cen- vador, una muestra de poder por parte
donde se realizaron esos rituales o ce- tro, el Monumento 9 aparece como el de los gobernantes de Chalcatzingo.
elemento fijo ce un escenario mítico.
remonias de transic ión espiritual a los
¿rue acaso una vía de paso utilizada
diferentes planos del cosmos olmeca.
en el ritual? Sus dimensiones y el des- Para leer más ...
La particularidad del Portal al lnfra- FUENTE, Beatriz de la, "El arte del periodo Pre-
gaste que se nota en la parte inferior
mundo o "fauces de la tierra" (Monu- clásico a través de museos y colecciones: Los
interna pueden ser indicios (Magni,
mento 9), visto de frente, es que tiene la olmecas", en México en el mundo de las colec-
1995, p. 99). ciones de arte, Colección Mesoamérica, vol.
apariencia de un felino mítico que ofre-
I, Grupo Azabache, 1994.
ce el acceso a un espacio oscuro. Esta Resoecto al cuadrifolio, Doris Heyden GR0VE, David, "Chalcatzingo, Morelos, México :
composic ión es única en la escu ltu ra ol- (1976) afirma que la flor alude al útero A Reappraisal of the Olmec Rock Carvings",
meca en Mesoamérica . Las líneas ondu- AmericanAntiquity, vol. 33, núm. 4, 1968, pp.
materno y está íntimamente asociado 486-491.
lantes de la boca aparecen en los relie- con la cueva . En el motivo de la flor, ex- _ _ , Chaleatzingo. Excavations 011 the O/mee
ves 1, 9, 13 y 36, lo que constituye una plica la autora, los elementos están dis- Frontie,·, Thames and Hudson, Londres, 1984.
característica iconográfi ca del felino o puestos en un esquema cuatripartita. _ _ , (ed.), Ancient Chaleatzingo, University of
jaguar (Magni, 1995, p. 99). Texas Press. Austin, 1987.
En el Monumento 9, la forma central es HEYDEN, Doris, "Los ritos de paso en las cuevas",
Boletín I NAH, núm. 19, 1976, pp. 17-24.
JoRALEMON, Peter D., A Study of O/mee icono-
Mario Córdova Tel10. Arqueólogo por la ENAH y maestro en historia del arte por la UNAM. graphy, Colección Studies en Pre-columbian
Investigador del Centro INAH Morelos y director de los proyectos arqueológicos Sur de Mo- Art and Archaeology, núm. 7, Harvard Uni-
relos, Chimalacatlán y Chalcatzingo. versity. Washington. D.C, 1971.
Carolina Meza Rodríguez. Arqueóloga por la ENAH. lnvestigadora del Centro INAH Morelos MAGNI, Caterina, "El simbolismo de la cueva en
e integrante del Proyecto Chalcatzingo. la iconografía olmeca. México", Cuicui/co,
núm. 1, ENAH, 1995, pp. 89-126.

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0.
Esta singular pieza, encontrada
durante los trabajos de salvamento
arqueológico en el Tramo 7 del
proyecto Tren Maya, corresponde
al tipo cerámico conocido como
Paaktzatz modelado, vasija
ceremonial que se encuentra
únicamente en la región Río Bec,
del sur de Campeche.
• •

• •
Se caracteriza por tener un diseño inciso
en el cuerpo del cuenco, que muestra un
••
elemento entretejido: se trata de la estera •
o petate que tradicionalmente se asocia
a los gobernantes. •
.
• .• .
( I
I 1 1 1
\

• ••• •
• •.. . •• .
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• • • ••
. •
~

) •

1 1
\
1 I f Investigaciones anteriores permitieron
localizar creaciones similares en la
Estructura II de Chicanná, donde
fragmentos de madera asociados
a la vasija permitieron obtener fechas
de radiocarbono que ubican su
producción entre finales del siglo VII
y mediados del VIII (680-770 d.C.).
La pieza representa, probablemente,
un bulto de poder y pudo ser una
ofrenda asociada a la presencia
de un jerarca, ya que la tapa simboliza
a un dignatario que luce un tocado
vegetal alusivo al renacimiento,
/ "a la esperanza de una nue a vida".

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