Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN
1. PRINCIPALES GRUPOS SOCIALES
1.1. CLASE ALTA
1.2. LA CLASE MEDIA
1.3. EL NACIMIENTO DEL PROLETARIADO
1.4. LAS DURAS CONDICIONES DE VIDA Y DE TRABAJO DE LA CLASE OBRERA
2. LA ORGANIZACIÓN DE LA CLASE OBRERA
2.1. EL LUDISMO O ANTIMAQUINISMO
2.2. EL CARTISMO
2.3. LAS PRIMERAS ASOCIACIONES DE TRABAJADORES
2.4. LOS SOCIALISTAS UTÓPICOS
3. LAS ALTERNATIVAS SOCIALISTA Y ANARQUISTA
3.1. EL MARXISMO O SOCIALISMO CIENTÍFICO
3.2. EL ANARQUISMO
4. LAS PRIMERAS ORGANIZACIONES OBRERAS (1830-1875)
5. LAS INTERNACIONALES
5.1. LA PRIMERA INTERNACIONAL (AIT)
5.2. LA SEGUNDA INTERNACIONAL
INTRODUCCIÓN
La revolución industrial de los siglos XIX y XX dio lugar a la creación de una sociedad desigual
dominada por la burguesía que fundamentaba su riqueza en el dominio de la tecnología y en el
trabajo de otro grupo social, el proletariado. Esta sociedad desigual es la sociedad capitalista.
La burguesía industrial tiene como lema el conseguir el mayor beneficio al menor coste, es una
exigencia de la libre competencia. Pues bien, para ampliar su competitividad y abaratar costes
explotará a los obreros que trabajan en sus fábricas, sometiéndolos a duras y largas jornadas
laborales a cambio de un salario miserable, no en vano son los burgueses los que hacen las
leyes. Poco a poco el proletariado (los obreros) tomará conciencia de su explotación y
empezarán a unirse para reclamar mejoras a la burguesía, es el origen de los sindicatos. Pero
dos poderosas ideologías que tendrán un gran papel en el siglo XX aparecen en estos
momentos: el anarquismo y el marxismo.
Con el triunfo del liberalismo y de la industrialización se fue imponiendo una nueva división
social, denominada sociedad de clases, en la que las diferencias entre las clases se derivarán
de la desigualdad económica y no de los privilegios heredados o adquiridos al acceder al
estamento privilegiado. Así, la antigua división estamental va a desaparecer, consolidándose,
en cambio, una sociedad clasista. Por tanto, desaparecidas las trabas legales para el ascenso o
la movilidad social de los individuos, se abrió paso a una sociedad abierta donde las
posibilidades de promoción quedaban abiertas a todos, al menos en teoría. La realidad, en
cambio, fue otra. Las transformaciones políticas y económicas del siglo XIX posibilitaron,
inicialmente, la formación de una sociedad compuesta por dos clases antagónicas que, con la
difusión del marxismo, tomarán las denominaciones de burguesía y proletariado. La primera
1
era la clase “dominante”, la clase alta, la que había impulsado las nuevas formas económicas
del sistema capitalista (empresarios de la industria o del sector servicios). La segunda, la clase
baja o clase obrera estaba formada por los obreros industriales que vivían exclusivamente de
un salario. La conciencia de pertenecer a la misma –la conciencia de clase- se estableció sobre
una identidad de intereses que iban en contra de los de la clase burguesa o propietaria de los
medios de producción.
Sus casas estaban bien situadas y llenas de artículos de lujo, constituía un reflejo del
nivel social. Las familias eran nucleares (padre, madre e hijos) y con una acentuada
autoridad paterna.
A medida que avanza el siglo XIX se fue creando una clase media, caracterizada por no poseer
grandes capitales ni propiedades ni ejercer un trabajo manual. Estaba formada por
profesiones liberales (abogados, médicos, ingenieros, arquitectos, profesores…), pequeños
comerciantes, funcionarios, empleados de banca, militares, etc…
CAMPESINOS: A pesar de todos los cambios, los campesinos siguieron siendo el grupo
mayoritario. Mantuvieron sus formas de vida tradicionales. En general, siguieron fieles al
1
orden y la religión de sus mayores, y poco favorables a las transformaciones de todo tipo
que se estaban produciendo. Aunque su situación era variada, podemos distinguir dos
grandes grupos: los más acomodados, que eran propietarios de la tierra que cultivaban; y
los jornaleros, que cobraba por trabajo realizado y vivían en muy malas condiciones.
LOS OBREROS: Dentro del mundo de los obreros, podemos distinguir tres grupos:
Vivían en casas pequeñas e insalubres, dentro de barrios que carecían de los servicios
básicos. Los salarios apenas permitían la supervivencia: se cobraba únicamente por jornada
trabajada y, en caso de enfermedad o día de fiesta, no había remuneración. Para sobrevivir era
1
indispensable que trabajasen también mujeres y niños, con salarios mucho más bajos. Por eso
se llamaban proletarios, porque lo único que poseían era su prole, sus hijos. La desesperación
por estas condiciones les llevó a la emigración, la evasión a través del juego y el alcohol, la
prostitución o la delincuencia. Los obreros vivieron en los primeros tiempos, una situación de
desconcierto y tuvieron que ir adaptándose a nuevas formas de trabajo y de vida muy difíciles.
2.2. EL CARTISMO
1
2.3. LAS PRIMERAS ASOCIACIONES DE TRABAJADORES
Las primeras asociaciones que se crearon fueron las Sociedades de Socorros Mutuos,
donde los mutualistas cotizaban para atender situaciones de accidente, enfermedad o
muerte. Organizaron las primeras huelgas gracias al cobro de cuotas a sus miembros, lo
que les permitía crear cajas de resistencia.
En 1825 se crearon las asociaciones de oficios o Trade Unions*, en las que los obreros
de un mismo oficio, de una localidad, se organizaban para obtener mejores condiciones
de trabajo. Por tanto, con el nacimiento de las Trade Unions hacía su aparición el
sindicalismo. Eran organizaciones que agrupaban a los trabajadores de un solo oficio y
una sola ciudad. Comenzaron en Inglaterra, especialmente el de Hiladores. Después,
bajo la dirección de Robert Owen se produjo la unión de los diversos sindicatos de oficio
y se constituyó la Great Trade Union, con más de medio millón de afiliados. En sus
primeras fases, las protestas obreras tenían forma de motín popular (manifestaciones,
destrucción de máquinas, etc.). A medida que el movimiento obrero se fue organizando,
la huelga se convirtió en el procedimiento más utilizado.
En los primeros años del siglo XX, surgió la idea de la huelga general revolucionaria: un
movimiento que colapsaría el sistema capitalista y provocaría cambios revolucionarios.
Los empresarios contrarrestaron presionando a los poderes del Estado para utilizar la
violencia contra los sindicatos y líderes obreros (pena de muerte contra los luditas o ley de
fugas, por ejemplo) así como la creación de grupos armados que atentaban contra los líderes
sindicales (pistolerismo).
Los socialistas utópicos fueron un grupo de pensadores del siglo XIX que contribuyeron a la
formación y desarrollo del socialismo como corriente política y social. Aunque no compartían
una ideología homogénea, compartían la visión de una sociedad más justa y equitativa,
buscando alternativas a las desigualdades y tensiones provocadas por la Revolución Industrial.
Desarrollan sus teorías en Gran Bretaña y Francia entre 1815 y 1848. El nombre de “utópicos”
se lo pusieron más tarde Marx y sus seguidores. Está constituido por un conjunto de ideas que
criticaban el sistema capitalista surgido de la R. Industrial y que intentaban buscar soluciones a
las pésimas condiciones de vida de los trabajadores. Se trata de una respuesta intelectual,
bastante alejada de la realidad y muy difícil de llevar a la práctica. Los más importantes fueron:
Uno de los primeros y más influyentes fue Charles Fourier, quien propuso la
creación de comunidades rurales autosuficientes llamadas "falangsterios", donde
los individuos vivirían y trabajarían juntos en armonía. Creados por acción
voluntaria de sus miembros y nunca deberían estar compuestos por más de 1.600
personas, que vivirían juntas en un edificio con todos los servicios colectivos.
Todas las personas serían libres de elegir su trabajo, y lo podrían cambiar cuando
1
quisieran. En Europa, fracasó el único que se puso en marcha. Su visión incluía la
abolición de la propiedad privada y la creación de un sistema cooperativo que
satisficiera las necesidades de todos. autosuficientes, que serían la base de la
transformación social.
Otro pensador destacado fue Robert Owen, un empresario británico que buscaba
mejorar las condiciones de vida de los trabajadores. Owen abogaba por la creación
de comunidades cooperativas en las que los trabajadores compartieran la
propiedad y la gestión de las empresas. Su experimento en New Lanark, Escocia,
mostró cómo la educación, la reducción de horas laborales y la atención a las
necesidades sociales podían mejorar la vida de los trabajadores.
Henri de Saint-Simon, por su parte, abogaba por la planificación centralizada de la
economía y la importancia de los industriales y científicos en la toma de
decisiones. Visualizaba una sociedad en la que los productores y científicos
lideraran, eliminando la desigualdad y promoviendo el bienestar general.
Partidario de limitar el derecho de propiedad (por ejemplo, prohibiendo la
herencia) y de que el estado participe en la planificación de la economía. Fue
pionero en el estudio “científico” de la sociedad, hablaba de crear una “física
social”, que sería lo que actualmente llamamos “sociología”.
Otro influyente fue el teórico político francés Charles Louis Blanc, quien abogaba
por la creación de talleres nacionales financiados por el Estado para garantizar el
empleo y la igualdad económica. Su enfoque se centraba en la intervención
gubernamental para equilibrar las fuerzas del mercado.
Estos pensadores, a pesar de sus diferencias, compartían la idea de que una transformación
social pacífica y planificada era posible mediante la reorganización de la propiedad y la
producción. Sin embargo, sus propuestas a menudo carecían de viabilidad práctica y, en última
instancia, fueron eclipsadas por las corrientes más pragmáticas del socialismo, como el
marxismo, que enfatizaba la lucha de clases y la revolución proletaria.
Aunque los socialistas utópicos no lograron implementar completamente sus ideas, su
legado perdura como parte fundamental en la evolución del pensamiento socialista,
influyendo en movimientos posteriores y contribuyendo a la formación de sistemas políticos y
económicos más equitativos en el siglo XX.
Toma el nombre de Karl Marx (1818-1883), quien en colaboración con Friedrich Engels
(1820-1895), escribió diversas obras que constituyen el soporte teórico de la ideología
socialista. Las de mayor influencia fueron el Manifiesto comunista (1848), y El capital, obra de
Marx, que es la crítica más seria al sistema capitalista y superaba interpretaciones anteriores
formuladas por los socialistas utópicos.
1
esfuerzo físico, por otro, la clase capitalista, la burguesía, formada por aquellos cuya principal
fuente de ingresos no procede de la percepción de un salario. Marx afirmaba que el obrero
debía unirse para defender sus derechos y conquistar el poder a través de una revolución
(igual que lo había conquistado la burguesía) y una vez en el poder establecer la dictadura del
proletariado*, es decir, la dictadura de los obreros en la que se eliminarían las desigualdades y
sería el paso previo para lograr una sociedad sin clases que sería el objetivo final de Marx.
También sostenía que los burgueses se enriquecían al quedarse con parte de los beneficios que
correspondían a los obreros, a esto lo llama plusvalía.
Según Marx, esta lucha terminará con la victoria del proletariado que instaurará una
dictadura del proletariado para organizar el tránsito de la propiedad privada a la colectiva; el
nuevo Estado obrero se encargaría de la dirección de la actividad económica, eliminaría las
desigualdades como paso previo a una sociedad sin clases y sin Estado, la sociedad comunista,
que sería el objetivo final.
3.2. EL ANARQUISMO
Se desarrolla en la segunda mitad del siglo XIX y es una alternativa distinta del marxismo. Sus
principales teóricos fueron: Proudhon, Bakunin y Kropotkin. Aunque no tienen una ideología
1
tan definida como los socialistas y dentro de ellos hay muchas variantes ideológicas
distinguiremos varios principios. El anarquismo es la otra gran doctrina revolucionaria del siglo
XIX. Parte de la idea de que son el Estado y las instituciones las que han destruido la felicidad
del hombre y pretende una sociedad con igualdad económica y sin Estado, en la que unos
hombres colaboren con otros.
A partir de esa idea básica, las manifestaciones prácticas del anarquismo son muy variadas:
desde la acción directa o “propaganda por el hecho” (terrorismo) hasta el pacifismo pasando
por posiciones intermedias, especialmente el anarcosindicalismo. Los atentados estaban
destinados a crear la confusión que hiciera que los trabajadores se lanzaran a la revolución. Los
atentados terroristas se cometían contra personalidades y miembros del Estado: asesinato del
zar Alejandro II (1881), de Cánovas del Castillo (1897), del rey de Italia Humberto I (1900)… Hay
que tener en cuenta que los anarquistas no creían en organizaciones ni jerarquías, por lo que
debían confiar en el instinto obrero.
1
y consumidores que se coordinarían entre sí en confederaciones. Sin embargo, en la
visión de Bakunin, a cada cual se le debe retribuir según el trabajo realizado de forma
que se impidiese el surgimiento de una clase ociosa. Tuvo un enfrentamiento fuerte
con Marx pues previó la deriva autoritaria del Estado tras la “dictadura del
proletariado”. El objetivo no era conquistar el Estado, sino destruirlo.
o PIOTR KROPOTKIN. Rusia (1842-1921). Obra principal: La conquista del pan.
El tema central de los numerosos trabajos de Kropotkin fue la abolición de toda forma
de gobierno en favor de una sociedad que se rigiera exclusivamente por el principio de
la ayuda mutua (título de uno de sus libros) y la cooperación, sin necesidad de
instituciones estatales. Su ideario anarco-comunista se basaba en principios como el
de "a cada cual según su necesidad, de cada cual según su capacidad“.
1
Internacional), en 1905; LP (Partido Laborista británico), en 1906. Los partidos obreros
participaban en las elecciones, ocupaban escaños en los parlamentos y organizaban campañas
y manifestaciones. A finales de siglo se funda el Partido Socialdemócrata Ruso, que pronto se
dividirá en dos secciones: bolcheviques y mencheviques.
Si los partidos socialistas crecían, los sindicatos lo hacían más. En 1888, dirigentes socialistas
españoles crearon la Unión General de Trabajadores (UGT); poco después, los socialistas
franceses e italianos fundaron sus propios sindicatos.
5. LAS INTERNACIONALES
Se celebró en Londres en 1864 y fue impulsada por Marx, en ella se puso de manifiesto que
la liberación del proletariado solo sería obra de los propios trabajadores y que la toma del
poder era fundamental. De esta asociación saldrían los anarquistas en 1872 al tener objetivos
diferentes. Especialmente el enfrentamiento personal entre Marx y Bakunin.
Las reivindicaciones se definieron con la reducción de la jornada laboral, supresión del trabajo
infantil, desaparición de los ejércitos permanentes, socialización de los medios de producción y
el recurso a la huelga como el medio más eficaz para conseguir estos objetivos.
Entre 1868 y 1870, experimentó un fuerte impulso: la organización creció en los países
donde ya estaba implantada y se extendió a otros (España, por ejemplo). Desde 1869, en el
Congreso de Basilea, surge la disputa entre socialistas y anarquistas. El conflicto se centró en
los siguientes aspectos:
• actitud ante la política: los marxistas eran partidarios de participar en las elecciones;
los anarquistas consideraban los parlamentos un instrumento de control dominado
por la burguesía y se niegan a participar en ese juego.
1
Se celebró en 1889 (centenario de la Revolución Francesa) en París y en ella se planteó
como objetivo fundamental la colaboración con la burguesía en regímenes democráticos para
mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, el objetivo no era ya la toma del poder.
Solo incorporó partidos socialistas (marxistas) y se organizó como una confederación de
partidos nacionales autónomos, sin un consejo general que centralizase la acción.
c) 1914-1917: desaparición