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MÓDULO 1.

ASPECTOS GENERALES DE LA FARMACODEPENDENCIA


DIPLOMADO: OPERADOR TERAPÉUTICO CALIFICADO EN FARMACODEPENDENCIA Y OTRAS ADICCIONES
DIPLOMADO: OPERADOR TERAPÉUTICO CALIFICADO EN FARMACODEPENDENCIA Y OTRAS ADICCIONES

MÓDULO 1.
ASPECTOS GENERALES DE LA FARMACODEPENDENCIA
HISTORIA DE LAS DROGAS PSICOACTIVAS

• Antiguamente, podemos ubicar el consumo ligado a la medicina o a ritos religiosos. posteriormente, el propio
homero nos habla de su uso para combatir en las guerras y “para pasar al olvido las penurias”. mucho más cerca a
nuestra actualidad, en los siglos XVII y XVIII, fueron los poetas quienes se inspiraron con su consumo a través de
la modificación de los sentidos. el siglo XIX será el del avance de la medicina y de la búsqueda de experiencias
sensitivas, sentir el cuerpo e interrogar la conciencia; y el siglo xx será el siglo de la prohibición, el cual promovió
el auge del negocio del narcotráfico y del consumo de psicofármacos que, a mediados del ese siglo, son un medio
para sobre adaptarnos en un sociedad “civilizada”. aliviar las tensiones de las exigencias sociales se convertirá en
una búsqueda individual, que solo logrará enmascarar el malestar.
• En la actualidad el uso de cualquiera de las sustancias psicotrópicas (drogas lícitas o ilícitas) pueden ser tanto para
un uso exclusivamente recreativo, mejorar la performances, anestesiar la angustia, favorecer el encuentro social
desinhibiendo o, a la inversa, un intento de encerrarse en sí mismo.
USO DEL USO DE DROGAS
Trazar algunos de los momentos históricos más relevantes de la prohibición de las drogas nos permitirá
fundamentar por qué sostenemos que fue y es una política destinada al control social, ya que las políticas contra
el uso de drogas no buscan de impedir que se consuman, sino que ese consumo esté impugnado, estigmatizado,
para ejercer desde ahí un dominio sobre los individuos por la vía de asociar el uso de sustancias ilícitas a la
delincuencia o a la patología. El uso de drogas es explicado como una “falla de la voluntad” que evita un contacto
con la realidad, lo que hace de obstáculo a la socialización. Desde aquí es que toman pregnancia los discursos
morales subsidiarios también de políticas represivas ejercidas tanto por el poder político como por el poder
médico. Su ilegalidad permitió que a mediados del siglo pasado surgieran poderosas y peligrosas organizaciones
dedicadas al narcotráfico, un gran negocio capitalista que se basa en la sociedad ilícita entre estas organizaciones
mafiosas, políticos burgueses, fuerzas de seguridad y el sistema financiero, que encontró medidas jurídicas para
“violar la ley” de prohibición del lavado de dinero.
Los partidarios de políticas represivas encuentran en las drogas discursos y leyes represivas del consumo, todo
esto en nombre del bien común. Pero a decir verdad, el uso de drogas para el ocio recreativo alcanza a una
población amplia en el mundo, y sin embargo un reducido sector cae en una sufriente adicción. Sin negar el
sufrimiento de los que padecen una dependencia, consideramos que esto no es un problema de las sustancias,
sino del sujeto y especialmente del medio social en que se inscribe ese consumo. Thomas De Quincey, escritor
británico del Renacimiento, se rebelaba ante la idea de atribuir a la droga lo que consideraba, solo corresponde a
su usuario.
Por nuestra parte opinamos que cada cual
tiene derecho a buscar en su cuerpo la
satisfacción del modo que elija; pero lo
privado de este acto se mueve en un
umbral muy estrecho, pues se legisla
sobre nuestros cuerpos, se criminaliza la
vida privada, y por lo tanto lo privado
queda al arbitrio de políticas sanitarias y
especialmente penales.
Esta intromisión en lo privado no ha
impedido el uso de drogas, por el
contrario, su prohibición pone en riesgo a
los usuarios al no haber un cierto “control
de calidad”; los propios médicos
denuncian esto, sobre todo cuando se
trata de asistir a pacientes que se han
descompensado por el uso de drogas de
diseño, y no saben qué sustancias
contienen.
LAS CAUSAS DE LA PROHIBICIÓN
A partir de las revoluciones burguesas, se modifica el
tratamiento social y político que se le dan a los psicoactivos
destinados, hasta ese momento, a un uso recreativo o
farmacológico. Pero la prohibición de su uso y comercialización
llegará después de la Primera Guerra Mundial. A partir de ese
momento, las drogas o psicoactivos, se clasifican en dos
grandes grupos: las que son de uso y comercialización lícito y
las que pasaran a la órbita de lo ilícito, ilegal e inmoral. En los
comienzos de la etapa imperialista esta división persigue causas
políticas: los intereses por controlar los cuerpos de los
individuos para un modo de producción en serie -fordista- y
“crear” una moral funcional a estas necesidades.
El Estado, que con las revoluciones europeas de los siglos XVIII
y XIX pasa a manos de la burguesía, fue progresivamente
asumiendo el “control y cuidado” de la población civil,
necesaria en momentos donde las democracias se veían
amenazadas por las relaciones explosivas entre capital y
trabajo.
La reacción anti liberal contra el uso de
sustancias psicoactivas fue performando la
nueva cultura burguesa. Las “democracias”
harán uso de la prohibición para poner un
límite a las libertades individuales, para
inmiscuirse en la vida privadas de las
personas, “disciplinar los cuerpos” y ejercer
por estas vías un mejor control social. La
Iglesia, por su parte, a partir del golpe que
recibe por ser separada del Estado, buscará
en la lucha contra las drogas un lugar desde
donde hacerse oír, atacando las distintas
formas de ebriedad por su amenaza a la
sociedad. Encuentra apoyo en sectores
puritanos, que darán comienzo al
movimiento prohibicionista.
Las tensiones sociales de la época se producen a raíz de la
industrialización y la proletarización que llevó a una gran
concentración urbana, por lo cual el uso de psicoactivos fue
admitido para la clase alta de la sociedad, mientras otros
sectores sociales, sobre todo inmigrantes, merecerán mayor
control. Esta es una época de migraciones, centralmente hacia
los EE. UU., que requería de políticas de integración, no sin
discursos racistas, para lograr someter y adaptar a los
inmigrantes a las necesidades y costumbres de este país; para
esto aplicaron políticas de control vinculados a los hábitos de
consumo, que les permitirá perseguir sectores que no logran
“integrar”, con la excusa del consumo de drogas por ser
consideradas estas razas carentes de moral, inmaduras, o poco
adaptadas a las costumbres sociales.
Hasta este momento era amplio el uso farmacológico que se le
da a los psicoactivos, centralmente, morfina, opio y cocaína. Sin
embargo sectores terapéuticos también van modificado su
postura frente al uso y propiedades de estas sustancias. Por un
lado por estar influenciados de los estamentos religiosos, por
otro, el comienzo de Asociaciones Profesionales concerniente a
la Medicina que van estableciendo los nuevos parámetros de
salud.
CONCEPTOS BÁSICOS Y CLASIFICACIÓN DE
LAS DROGAS PSICOACTIVAS

Las sustancias psicoactivas pueden ser de origen natural


o sintético y cuando se consumen por cualquier vía (oral-
nasal-intramuscular-intravenosa) tienen la capacidad de
generar un efecto directo sobre el sistema nervioso
central, ocasionando cambios específicos a sus
funciones; que está compuesto por el cerebro y la
médula espinal, de los organismos vivos. estas sustancias
son capaces de inhibir el dolor, modificar el estado
anímico o alterar las percepciones.
¿Qué es droga?
Ésta es una pregunta que tiene múltiples
respuestas. Nuestras concepciones morales,
culturales, científicas y legales, siguen
dificultándonos un consenso sobre la respuesta a
esta pregunta y son estas mismas concepciones las
que van a determinar el tipo de discurso que
manejamos y el tratamiento que les ofrecemos a
los consumidores.

¿Qué es la drogodependencia?
Podemos responder a esta pregunta con las
siguientes opciones, la drogodependencia es: un
síntoma, una enfermedad, un trastorno mental, una
conducta desviada, un vicio, una debilidad de
carácter, un estilo de vida, una falta de voluntad,
un problema de educación, un producto del
capitalismo, una patología social o un problema
moral.
En la clasificación de sustancias psicotrópicas se
cuentan, entre otras, algunas que no producen
dependencia como el LSD, los hongos
alucinógenos, el la Ayahuasca o Yagé (Bot:
Banisteriopsis capi cuya sustancia activa es el
DMT); sin embargo psicofármacos que no tiene
potencial de abuso, como los neurolépticos, sales
de Litio y antidepresivos, no cuentan en dicha
clasificación. Es importante anotar que en los
Estados Unidos, a diferencia de los países
europeos, “droga psicotrópica” a veces es
sinónimo de psicofármaco.
Tipos de sustancia psicoactiva (psico activante) y su clasificación. Aunque en Colombia en el ámbito académico se
usa con mucha frecuencia la clasificación correspondiente al DSM-IV, asumiremos la clasificación del CIE10, ya que
es la que utiliza el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Protección Social. El CIE-10 diferencia nueve
grandes grupos (y uno adicional) de sustancias psicotrópicas:
1. Alcohol
2. Opioides (como Morfina o Heroína)
3. Canabinoides (haschisch y Marihuana)
4. Sedativos o hipnóticos (tranquilizantes o hipnóticos como las Benzodiacepinas)
5. Cocaína
6. Otros estimulantes incluyendo la cafeína
7. Alucinógenos (Como LSD y Éxtasis que en el DSM-IV es psicoestimulante)
8. Tabaco
9. Solventes volátiles (como los inhalables)
10. “Otras sustancias psicotrópicas” Nota: El DSM-IV clasifica en una categoría aparte la Fenciclidina, que en el
CIE-10 se encuentra entre los alucinógenos. Las diferencias entre clasificaciones son frecuentes, por lo cual es
importante tener en cuenta las diferentes lecturas que hay acerca de los estupefacientes y otras sustancias
psicotrópicas.
Criterios para el abuso de sustancias

A. Un patrón desadaptativo de consumo de sustancias que conlleva un deterioro o malestar clínicamente


significativos, expresado por uno (o más) de los ítems siguientes durante un período de 12 meses:

• Consumo recurrente de sustancias, que da lugar al incumplimiento de obligaciones en el trabajo, la escuela o en casa
(p. ej., ausencias repetidas o rendimiento pobre relacionados con el consumo de sustancias; ausencias, suspensiones o
expulsiones de la escuela relacionadas con la sustancia; descuido de los niños o de las obligaciones de la casa).
• Consumo recurrente de la sustancia en situaciones en las que hacerlo es físicamente peligroso (p. ej., conducir un
automóvil o accionar una máquina bajo los efectos de la sustancia)
• Problemas legales repetidos relacionados con la sustancia (p. ej., arrestos por comportamiento escandaloso debido
a la sustancia)
• Consumo continuado de la sustancia, a pesar de tener problemas sociales continuos o recurrentes o problemas
interpersonales causados o exacerbados por los efectos de la sustancia (p. ej., discusiones con la esposa acerca de las
consecuencias de la intoxicación, o violencia física)

B. Los síntomas no han cumplido nunca los criterios para la dependencia de sustancias de esta clase de sustancia.
Criterios para la intoxicación por sustancias
• Presencia de un síndrome reversible específico de una
sustancia debido a su ingestión reciente (o a su exposición).
Nota: diferentes sustancias pueden producir síndromes
idénticos o similares.
• Cambios psicológicos o comportamentales
desadaptativos clínicamente significativos debidos al
efecto de la sustancia sobre el sistema nervioso central (p.
ej., irritabilidad, labilidad emocional, deterioro
cognoscitivo, deterioro de la capacidad de juicio,
deterioro de la actividad laboral o social), que se
presentan durante el consumo de la sustancia o poco
tiempo después.
• Los síntomas no se deben a una enfermedad médica y no
se explican mejor por la presencia de otro trastorno
mental.
Criterios para la abstinencia de sustancias

• Presencia de un síndrome específico de una


sustancia debido al cese o reducción de su
consumo prolongado y en grandes cantidades.
• El síndrome específico de la sustancia causa un
malestar clínicamente significativo o un deterioro
de la actividad laboral y social o en otras áreas
importantes de la actividad del individuo.
• Los síntomas no se deben a una enfermedad
médica y no se explican mejor por la presencia
de otro trastorno mental.
FACTORES DE RIESGO Y PROTECTORES

Cuando se habla de factores de riesgo y de


protección, estamos hablando de condiciones,
variables o situaciones que tienen el potencial
de aumentar o disminuir el riesgo de que suceda
un evento determinado. En ese sentido, los
factores de riesgo, aumentan la probabilidad
de que se presente el suicidio y los factores de
protección la disminuyen.
TIPOS DE
TRATAMIENTOS
Y MODELOS
TERAPÉUTICOS
DESCRIPCIÓN DE LOS
ESTADIOS
MOTIVACIONALES DEL
MODELO DE
PROCHASKA Y
DICLEMENTE.
TIPOS DE
TRATAMIENTOS
Y MODELOS
TERAPÉUTICOS
TIPOS DE TRATAMIENTO

- Ambulatorio: el paciente concurre a una institución o consultorio particular


donde recibe tratamiento psicológico, psiquiátrico o de tipo social, de carácter
individual o familiar. La prestación tiene una duración de una hora, de una vez
por semana o una frecuencia mayor – ambulatorio intensivo -.

- Centro de día: puede ser de ½ o jornada completa. Se prescribe cuando hay un


mayor grado de riesgo al observarse un cuadro de abuso o dependencia en el
consumo de sustancias. Es un abordaje individual, grupal, con talleres
recreativos, laborterapia. Al concluir la jornada, el paciente vuelve a su hogar.

- Internación (institucional): se prescribe cuando se evalúa que hay un alto


riesgo, ya que la persona no puede controlar la intoxicación aguda por más que
se encuentre en oro tipo de tratamientos. Como su abuso es frecuente, es
necesario interrumpir el consumo para pensar sus condiciones desde otro lugar.
Abordaje grupal, individual, familiar. El paciente reside en la institución en un
periodo de tiempo.
TIPOS DE TRATAMIENTO

- Internación domiciliaria: si el perfil del paciente no se adecua a los criterios de


admisión de la institución, se puede internar en su propia casa y seguir un
tratamiento profesional articulado con la presencia de acompañantes terapéuticos.

- Grupos de autoayuda no profesionalizados: incluyen a personas con adicciones,


normalmente de un mismo tipo –jugadores, alcohólicos, narcóticos-. No están
coordinados por un profesional, sino por personas adictas recuperadas. Su
propuesta terapéutica se basa en diversos métodos a cumplir. El requisito de la
recuperación es la abstinencia.

- Grupos profesionalizados – operativos, de reflexión o terapéutico -: la


recuperación sucede cuando el paciente vuelve a tener un proyecto de vida. Están
coordinados por personas capacitadas en la temática, no necesariamente adictos
recuperados.

- Abordaje comunitario: aborda la temática en el seno de las comunidades. La


persona no se traslada a una institución, sino que se trabaja en los ámbitos donde
se reúnen los consumidores.
CONCEPTOS BÁSICOS EN
FARMACODEPENDENCIA
CLASIFICACIÓN DE LAS
SUSTANCIAS
SUSCEPTIBLES DE GENERAR
DEPENDENCIAS
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA
FARMACODEPENDENCIA
GENERALIDADES DEL SISTEMA NERVIOSO
CENTRAL
Se ha comprobado que el
consumo de drogas tienen un
efecto en el funcionamiento y
estructura del sistema nervioso.
Estas alteraciones pueden ser
muy duraderas e inducir
comportamientos que pueden
llegar a poner en riesgo la vida
del adicto.
El abuso de drogas supone un
importante problema de salud
pública, ya que el consumo
continuado de estos fármacos
puede desencadenar
consecuencias graves.
Entre ellas encontramos el
incremento de la tolerancia a
ciertas sustancias, la
sensibilización a otras, y la
aparición de un estado de
dependencia que mantiene en el
individuo un fuerte deseo de
volver a consumir.
Además, si se pasa cierto periodo de tiempo sin
consumir, pueden aparecen molestos síntomas de
abstinencia, que son opuestos a las sensaciones
que puede simular una droga.

La adicción se describe como una enfermedad


que dura toda la vida, que se caracteriza por
conductas de búsqueda de la sustancia adictiva y
su consumo compulsivo independientemente de
que provoque consecuencias negativas.

La adicción está vinculada con un aumento de la


probabilidad de recaída, que suele comenzar
cuando la persona se expone a ciertos estímulos
que asocia con las drogas. También conlleva que
la conducta de consumo se mantenga, aunque
ésta dé lugar a consecuencias negativas para la
persona.
Hasta es habitual que se cree un círculo vicioso: el
individuo consume una sustancia, esto provoca
directa e indirectamente efectos negativos
biopsicosociales, por lo que, su vía de escape es
volver a consumirla para evadirse de los
problemas.
EFECTOS DE LAS DROGAS EN EL SISTEMA NERVIOSO
1- Se altera el ADN

Parece que, en el desarrollo de una adicción, se alteran factores de transcripción, genes tempranos inmediatos y rutas de
mensajeros intracelulares en el sistema de recompensa del cerebro. Se ha observado también que afectan a los circuitos
cerebrales involucrados en la motivación, la memoria y la toma de decisiones.

Sin embargo, cómo es la relación directa de estos sistemas con el abuso de sustancias adictivas aún no se conoce con
absoluta certeza.

2- Altera las conexiones sinápticas

En los últimos años también se ha comprobado que la adicción cambia la fuerza de las conexiones sinápticas de las
neuronas, sobre todo aquellas que liberan y reciben glutamato, un neurotransmisor excitatorio.

Se han encontrado en numerosas investigaciones inmunohistoquímicas, histológicas y morfométricas variaciones


morfológicas en el cerebro de consumidores habituales de varias drogas diferentes.
Los principales hallazgos incluyen pérdida neuronal, daño axonal generalizado, problemas neurodegenerativos, disminución
de proteínas ácidas fibrilares gliales, así como alteraciones en la microvasculatura cerebral.
3- Cambios neuroquímicos y funcionales en el cerebro
Según Volkow et al (2003), se han observado cambios neuroquímicos y funcionales en el cerebro de los
adictos gracias a estudios de neuroimagen.
Cuando la persona está bajo los efectos de las drogas o en el craving (fuerte deseo de volver a consumirla) se
activa mecanismos cerebrales complejos. Estos involucran las vías de recompensa (núcleo de accumbens),
circuitos asociados con la motivación (corteza orbitofrontal), memoria (amígdala e hipocampo) y control
cognitivo (giro cingulado y corteza prefrontal).
4- Disminuye los niveles de dopamina
Otras investigaciones han resaltado el papel de la dopamina, una sustancia que aumenta bruscamente y de
forma muy rápida cuando se está bajo los efectos reforzantes de las drogas.
Según indica una publicación del Harvard Mental Health Letter en 2004, parece que el mecanismo principal
que mantiene la adicción es la liberación de dopamina en núcleo de accumbens cuando la droga se consume.
Esto despierta placer en el sujeto y funciona como falsa señal, indicándonos que esa conducta facilita la
supervivencia o la reproducción.
Este sistema se conoce como la vía de recompensa, y facilita al cerebro el registro de esa experiencia para
procurar volver a repetirla en el futuro.
De forma natural, las recompensas se consiguen con esfuerzo y suelen demorarse. Sin embargo, con las
drogas ocurre todo lo contrario: el acceso al placer es directo.
Por lo tanto, cuando el consumo se interrumpe, el nivel de dopamina cae provocando disfunciones en el
área prefrontal del cerebro. Esto da lugar a impulsividad y problemas para el control inhibitorio.
También se encuentra una reducción en la capacidad de gratificación de estímulos reforzantes naturales,
como la comida o el sexo.
Cuando se abusa de una sustancia por un largo periodo de tiempo, se produce una disminución de los
niveles de dopamina en un intento del cerebro por regularlas. Los adictos poco a poco van a necesitar
dosis más altas y con más frecuencia para conseguir los efectos que la droga producía al principio.
5- Elevan el umbral del placer: pérdida de control
La sustancia adictiva y los estímulos que se relacionan con la pérdida de control adquieren un gran
poder de recompensa que prevalece por encima de cualquier otro estímulo agradable.
Esto se produce por condicionamiento y por desajustes en el umbral del placer, de forma que la persona
se acostumbra a niveles de placer muy altos producidos por la droga y otro estímulo no es capaz de
provocarlo.
Además, cuando el sujeto se expone a la droga o elementos
asociados a ella, parece que el simple recuerdo de la gratificación
que proporciona esa sustancia produce la sobre activación del
circuito de recompensa a la vez que disminuye el control
cognitivo.

Por eso resulta muy complicado para los adictos inhibir su


comportamiento de búsqueda de la droga y abandonar el
consumo.

A pesar de años de abstinencia, los recuerdos permanecen fijos


en la mente del adicto. De esta forma, ante eventos, lugares o
experiencias que se relacionan con la droga se reactiva este deseo
de consumirla, independientemente del tiempo que haya pasado.

Este fenómeno se denomina aprendizaje condicionado, que


establece asociaciones muy persistentes entre dos estímulos,
principalmente cuando involucran vías del placer. Esto se produce
porque el núcleo accumbens manda señales a la amígdala y al
hipocampo, y éstos se dedican a almacenar y consolidar
recuerdos que provocan sentimientos intensos.
Por ese motivo, un alcohólico que lleva años sin beber puede sentir el
impulso de beber de nuevo cuando vuelve al bar que antes
frecuentaba. Otro ejemplo es lo que puede sentir un ex adicto a la
heroína cuando ve una aguja hipodérmica.

Por eso se aconseja para evitar recaídas en casos de adicción que se


cambie el entorno y los hábitos de la persona. Ya que un adicto nunca
va a dejar de serlo.

De hecho, las tensiones externas o internas pueden fomentar una


recaída. Es decir, que los adictos se encuentren en situaciones delicadas
o generadoras de estrés o malestar.

Probablemente las personas que caen en la adicción ya eran


hipersensibles al estrés o tenían dificultades para tolerar la frustración,
características que los hacen propensos a iniciar el consumo y
mantenerlo. Aunque en otras ocasiones, esa respuesta alterada al
estrés puede venir de alteraciones cerebrales tras largo tiempo de
abuso de sustancias.

Lo cierto es que se ha demostrado que el nivel de hormona liberadora


de corticotropina(CRH), la encargada de regular el estrés y la actividad
de la amígdala, aumenta en los sujetos adictos antes de una recaída.
MUCHAS GRACIAS

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