José Antonio Herrador Quero. Supervisor. Unidad de Pediatría.

Complejo Hospitalario de Jaén

Francisco Carrasco Marín. Enfermero. Unidad de Quirófano. Hospital “San Agustín”. Linares (Jaén)

RESUMEN:
El concepto de Educación para la Salud (EPS) ha ido cambiando en el trascurso del tiempo, pero en todas las
definiciones, encontramos el concepto común de modificar positivamente los conocimientos, actitudes y hábitos
relacionados con la prevención de las enfermedades y el fomento de la salud.
Los agentes de EPS y entre ellos el profesional de enfermería desempeñan una amplia variedad de funciones; tales
como:
- planear los programas
- conducir actividades de enseñanza
- evaluar resultados.
Los profesionales de enfermería tienen la responsabilidad, al igual que otros profesionales de la salud, de educar
tanto a pacientes como a sus familiares, con el fin de que obtengan un estado óptimo de salud. En atención primaria
y especializada, el profesional de enfermería tiene un papel cada día más relevante como educador de salud.

ANTECEDENTES HISTORICOS INTRODUCCION

La salud pública ha existido, aunque sólo fuera como
manifestación de un instinto de conservación, desde los
comienzos de la civilización humana. Algunas de las medi-
das recogidas como preceptos divinos en muchos de los
libros religiosos de la antigüedad tenían más de salud
pública e higiene personal y comunitaria que de mensajes
de culto religioso. La prohibición de producir molestias
públicas y las inspecciones higiénicas a locales, algunas
prácticas de canalización de aguas y de alcantarillado e,
incluso los censos periódicos de población, fueron algunas
de las medidas tomadas durante el Imperio Romano de gran
repercusión sanitaria; las cuarentenas y los aislamientos,
más comunes durante la Edad Media, eran también activi-
dades de salud pública.
Ahora bien, no es hasta finales del siglo XVIII y princi-
pios del XIX, coincidentemente con la ilustración y el
despertar social que representó la Revolución Francesa,
cuando podemos hablar del verdadero inicio de la salud
pública como disciplina científica y como práctica política
que ahora conocemos. Para la mayoría de los autores, el
descubrimiento por Jenner de la vacuna contra la viruela en
1796 y la publicación de los 18 volúmenes de la obra “Un
sistema completo de Policía médica” de Johan Frank (publi-
cados entre 1779 y 1817), marcaron la pauta.
En España, Gaspar de Casal, durante la primera mitad
del siglo XVIII, había descubierto la relación entre la dieta
y la pelagra. Antonio Joseph de Cavanilles, en 1797 publica
“Sobre el cultivo del arroz en Reino de Valencia” donde
demostró y comprobó cómo las condiciones en que se
desarrollaba el cultivo del arroz influían disminuyendo la
natalidad y aumentando la mortalidad de forma notoria.
Propuso cambios sociales y en la forma de producción. En
cierta medida se adelantaba a su tiempo.
En otros países se realizaban informes similares en
relación con las causas de la mortalidad y morbilidad durante
el siglo XIX. El posterior e inmediato auge de la microbiología
y de las vacunas con Pasteur y Koch, un mejor conocimiento
de la historia natural de la enfermedad y el inicio de la
medicina experimental con Claude Bernard, hicieron que la
disciplina fuera cogiendo cuerpo a principios de este siglo,
configurando, en parte, la salud pública actual.
Parece que hablar de Educación para la Salud (EPS) es
algo muy nuevo, pero ya en 1921 el Centro de Tecnología
de Massachusetts elabora el primer programa de Educación
para la Salud y en 1937 queda establecido formalmente el
estamento de educadores para la salud. En 1977, la Socie-
dad para la Educación para la Salud Pública crea un
documento que determina las funciones de los Educadores
para la Salud. Desde entonces se han dado diferentes
definiciones sobre este término.
El concepto de Educación para la Salud ha ido
cambiando en el trascurso del tiempo, pero en todas las
definiciones, encontramos el concepto común de modi-
ficar positivamente los conocimientos, actitudes y hábi-
tos relacionados con la prevención de las enfermedades
y el fomento de la salud. Lo cierto es que a veces se
confunde la Educación para la Salud con dar charlas
informativas que supondrán tan sólo estímulos que pue-
den sensibilizar hacia el cambio de conducta, pero no
aseguran que ésta se produzca; la modificación de la
conducta es uno de los objetivos fundamentales de la
Educación para la Salud.
Los programas de EPS dependen de la población a la
que van dirigidos. Los problemas de salud, las necesidades,
las expectativas y los recursos son distintos en los diferentes
grupos de la comunidad. Por tanto, los objetivos de la EPS
también deben ser distintos. La EPS no debe ser algo aislado
de las funciones sanitarias o de las acciones sociales, sino
que debe ser integrada tanto en la asistencia como en la
educación. Los programas de EPS forman parte del marco
donde se implementan. Tienen su origen en las caracterís-
ticas de la población que los necesita y para los cuales son
elaborados.
La EPS actúa en tres niveles diferentes:
1. En la promoción de la salud.
2. En la prevención de los problemas de salud.
3. En el tratamiento de dichos problemas.
En este último nivel, también está incluida la adapta-
ción al nuevo estado de salud post-enfermedad o a lo que
denominamos reinserción a su entorno próximo y conocido
tras pasar el proceso de la enfermedad.

14 INQUIETUDES Nº 31 • ABRIL 2005

DEFINICIÓN DE EDUCACION PARA LA SALUD (EPS).
La Educación para la Salud ha basado su desarrollo en
experiencias prácticas, científicas y filosóficas. Los constan-
tes cambios de actitud de los gobiernos en materia de Salud
Pública, refrendados en muchos casos por los diferentes
estudios epidemiológicos, han contribuido a que exista
multitud de definiciones de EPS, que podrían representar las
ideas de los diferentes profesionales y organismos naciona-
les e internacionales que están interesados en su estudio y
desarrollo.
En todas las definiciones se establece un objetivo
común, la búsqueda de la “modificación de los conoci-
mientos, actitudes y comportamientos de los individuos
componentes de la Comunidad, en sentido de una Salud
Positiva”.
Alesandro Seppilli, fundador de uno de los centros más
importantes de de experimentación en EPS, radicado en
Peruggia (Italia), la definió como “la intervención social que
tiende a modificar conscientemente y de forma duradera los
comportamientos relacionados con la salud”.
Por su parte, el Comité de Expertos de la Organiza-
ción Mundial de la Salud (OMS) en Planificación y Evalua-
ción de los Servicios de EPS, declaró que la “Educación
para la Salud representa esencialmente una acción ejerci-
da sobre los individuos para llevarles a modificar sus
comportamientos”. Se pretende que los individuos ad-
quieran y conserven hábitos de salud sanos, que aprendan
a usar más juiciosamente los servicios de salud que tienen
a su disposición, y que estén capacitados a la hora de
tomar decisiones (de modo individual o colectivo en
Comunidad) que impliquen en todo momento la mejora de
su estado de salud y el saneamiento del medio en el que
viven.
El Comité de Terminología para la Educación de la
Salud la había definido en 1973 como “un proceso de
dimensiones sociales, intelectuales y psicológicas, relacio-
nadas con las actividades que incrementan las capacidades
de la gente para tomar decisiones informadas, que afectan
su bienestar personal, familiar y comunitario».
Quizá la definición más completa de EPS, que tiene en
cuenta todos los aspectos, sea la propuesta en 1975 por el
IV Grupo de Trabajo de la Conferencia Nacional de Medi-
cina Preventiva en Estados Unidos, liderado por Anne
Sommers, que establece que la EPS debe ser “un proceso
que informa, motiva y ayuda a la población a adoptar y
mantener prácticas y estilos de vida saludables, propugna
los cambios ambientales necesarios para facilitar estos
objetivos, y dirige la formación profesional y la investiga-
ción hacia esos mismos objetivos”.
En el estudio detallado de esta definición, podemos
observar la inclusión de una serie de actividades conducen-
tes a:
• Informar a la población sobre la salud, la enfer-
medad, la invalidez y las formas mediante las que
los individuos pueden mejorar su propia salud.
• Motivar a la población para que, con el cambio,
consiga hábitos más saludables.
• Ayudar a la población a adquirir los conocimien-
tos y la capacidad necesarios para adoptar y man-
tener unos hábitos y estilos de vida saludables.
INQUIETUDES Nº 31 • ABRIL 2005
• Propugnar cambios en el medio ambiente que fa-
ciliten unas condiciones de vida saludables y una
conducta hacia la salud positiva.
• Promover la enseñanza, la formación y la capacita-
ción de todos los agentes de EPS de la Comunidad.
• Incrementar, mediante la investigación y la eva-
luación, los conocimientos acerca de la forma más
efectiva de alcanzar los objetivos propuestos.
La causa principal del fracaso de muchos de los progra-
mas de EPS que han sido desarrollados por los diferentes
gobiernos, instituciones o asociaciones, ha sido la ignoran-
cia de los factores externos, que conforman el medio
ambiente social del individuo dentro de la Comunidad, y el
no haber establecido la promoción de su modificación en
sentido positivo.
OBJETIVOS GENERALES DE LA EPS
Las definiciones que hemos estudiado marcan la pauta
para definir los objetivos que debe alcanzar la EPS en el
momento actual. En 1945, la OMS, en uno de sus primeros
informes sobre la EPS, sintetizaba en tres los objetivos
generales:
1. La EPS debe conseguir que la salud se inserte en
los “valores” reconocidos por la Comunidad.
2. La EPS debe ofrecer a la población conocimientos
suficientes y capacidad práctica para resolver los
problemas de salud.
3. La EPS debe favorecer el desarrollo de los servi-
cios sanitarios.
En principio el valor salud debería de ocupar uno de los
primeros grados en la escala de valores de la población pero
los intereses y las decisiones individuales de cada uno de
nosotros no son autónomas, sino que están condicionadas
y orientadas continuamente por la sociedad, es decir, por
nuestro medio ambiente social. Así, el empeño ha de ser
sobretodo sociocultural para la formación de comporta-
mientos y la reestructuración de valores.
Pero no debemos olvidar que la internalización de
valores tiene lugar a una edad temprana, en muchos casos
antes de la edad escolar, pero nunca después, y, primordial-
mente, cuando el niño está sano.
Por otra parte, se hace cada vez más necesario eliminar
la diferencia que existe entre los conocimientos adquiridos por
la medicina, en particular por la higiene, y la información que
llega a la población y que ésta es capaz de asimilar y utilizar.
Esta diferencia, lejos de tender a reducirse, va aumen-
tando cada día más, debido quizá a la rapidez del desarrollo
de los descubrimientos científicos y al incremento diario del
bombardeo informativo de los medios de comunicación de
masas, que muchas veces difunden noticias sensacionalis-
tas, o de corte sesgado, por razones comerciales o de otro
tipo, relativas a la salud y a su promoción, sin haber
comprobado previamente la veracidad científica de las
informaciones que transmiten al público. Por todo ello, la
EPS puede y debe ser considerada un instrumento de
utilización de los servicios, que responda a las necesidades
efectivas de la defensa de la salud sin distorsiones, muchas
veces generadas por intereses particulares.
15
 En definitiva, la EPS debe ayudar al individuo a tomar
decisiones autónomas y responsables, aunque éste sea un
objetivo difícil de alcanzar en una sociedad en la que la
comunicación organizada tiende a imponer decisiones y
comportamientos preestablecidos. Por ello, debe conside-
rarse a esta disciplina como un método de trabajo en la
actividad de los educadores, padres y profesionales sanita-
rios, que se propone implicar responsablemente al indivi-
duo y a la Comunidad en las acciones de la defensa de la
salud.
Al mismo tiempo, debemos tener presente que la EPS
ha de ser progresivamente orientada hacia la promoción de
una actitud favorable en torno al uso de medidas legislativas
y de otras medidas sociales para avanzar en la “lucha por la
salud”.
OBJETIVOS ESPECIFICOS DE LA EPS
Dependiendo del campo de acción donde se ejerza la
EPS, los objetivos de ésta serán distintos. No obstante, en
líneas generales podemos resumir diciendo que todos ellos
pueden ser encuadrados en algunos de estos cinco:
1. Hacer de la salud un patrimonio de la comunidad. La
población debe comprender el valor fundamental que
posee la salud. Los individuos y los grupos deben de
asumir la salud como un valor básico de la comuni-
dad y aceptar la responsabilidad que les incumbe en
su promoción y cuidado, tanto a nivel individual como
colectivo.
2. Modificar las conductas negativas relacionadas con
la promoción y restauración de la salud. La mayoría
de las enfermedades prevalentes en nuestra sociedad
tienen su origen en los estilos de vida insanos. Con la
EPS pretendemos prevenir la morbimortalidad que
provocan las enfermedades prevalentes en nuestras
comunidades.
3. Promover conductas nuevas positivas favorables a la
promoción y restauración de la salud. La EPS fomen-
ta las conductas positivas de salud. La promoción de
la salud en la familia, comunidad, escuela y en las
empresas se hace informando a las personas de con-
ductas que son muy beneficiosas para el fomento y
protección de la salud.
4. Promover cambios ambientales favorables a los cam-
bios conductuales preconizados. La EPS no se debe
limitar a incidir sobre los factores internos del ser hu-
mano, debe contemplar los factores ambientales ex-
ternos, especialmente el medio ambiente físico,
psicosocial y sociocultural. Estos factores ambienta-
les pueden incidir negativamente en los hábitos de
salud de las personas y, si no se modifican, la labor
educativa sanitaria sobre el individuo será ineficaz.
La modificación de los factores ambientales es com-
petencia de la administración sanitaria.
5. Capacitar a los individuos para que puedan partici-
par activamente en la toma de decisiones sobre la
salud de la comunidad. Las personas, además de con-
tribuir a la promoción y restauración de su propia sa-
lud, deben de participar de forma activa dentro de su
comunidad, valorando las necesidades de salud de
ésta, decidiendo sobre qué acciones se deben em-
16
prender y con qué prioridad y evaluando la efectivi-
dad de las mismas y el grado de satisfacción de toda
la comunidad.
Estos objetivos van encaminados a conseguir la auto-
nomía de las personas, la responsabilidad de éstas respecto
a su salud y la de la comunidad, solidaridad, compromiso
con el entorno y participación activa en el proceso de vivir.
La tercera Conferencia de Promoción de la Salud
(1991), reforzó los conceptos que habían salido de la
reunión de Ottawa en 1986, de convocatorias sucesivas,
reafirmando lo que ya se sabía respecto a la importancia de
involucrar a la comunidad en el cuidado de la salud. En ella
se habló por primera vez de contemplar los cuatros aspectos
considerados fundamentales para la implantación satisfac-
toria de programas de salud comunitaria:
1. La dimensión social, que incluye las formas en las
que las normas, las costumbres y los procesos afectan
a la salud.
2. La dimensión política, que requiere garantías guber-
namentales en la participación democrática de la po-
blación en decisiones que afectan a su salud, así como
el respeto a los derechos humanos.
3. La dimensión económica, que requiere una
recanalización de los recursos para alcanzar el obje-
tivo de “Salud para todos”.
4. Reconocer el papel de la mujer en todos y cada uno
de los sectores, incluyendo el legislativo y el econó-
mico, para poder desarrollar una infraestructura más
positiva.
Todas estas iniciativas en pro de la salud comunitaria,
y de la integración de la comunidad en estos temas, han
cuajado en diversos proyectos y programas.
Del conjunto de objetivos y propuestas de la OMS,
para la Nueva Salud Pública, algunas consideraciones son
particularmente relevantes en su aplicación:
1. Al ser adoptadas por el Estado, implica un desarrollo
normativo, organizado y presupuestario que, en Es-
paña se va aplicando.
2. Son recogidas todas las áreas de salud pública clási-
ca, pero se enfatiza de un modo particular en:
• La promoción de estilos de vida sanos.
• La prevención.
• La instauración de sistemas sanitarios que contem-
plen estos aspectos.
• La visión intersectorial.
3. La salud pública que se recoge en esta propuesta im-
plica un cambio sustancial en la forma de llevarla a
cabo y en los actores que lo tienen que hacer:
A. Se necesitan profesionales de la salud pública que
sean capaces de implicar a los organismos públi-
cos, mediante el estudio y la investigación, en
una política intersectorial que abarque desde el
nivel más elemental administrativo de los ayun-
tamientos hasta los foros comunitarios, para que
sean recogidas desde las normas urbanísticas
hasta la legislación sobre tabaco o la política agra-
ria, medioambiental, etc, con influencias sobre
la salud.
INQUIETUDES Nº 31 • ABRIL 2005
 B. Algunos proyectos como el de “Ciudades Sanas”,
merecen una especial atención, al contemplar de
forma globalizadora las propuestas de promoción
de la salud y la intersectorialidad, aportando he-
rramientas para su ejecución.
C. Se necesita una inversión presupuestaria en pro-
moción y prevención que, aunque es necesaria,
tiene verdaderas dificultades de realización.
D. La mayoría de las instituciones y organismos esta-
tales con funciones asignadas de salud pública las
vienen realizando, en general, intentando seguir
las directrices marcadas por los 38 objetivos de
“Salud Para Todos”, pero, evidentemente, de for-
ma descoordinada. Así, los ayuntamientos tienen
sus propios servicios; los servicios asistenciales
incluyen actividades de prevención y promoción,
incluso de control medioambiental; las comuni-
dades autónomas, a través de sus Direcciones de
Salud Pública, desarrollan funciones de salud pú-
blica no siempre coordinadas con los servicios
ministeriales, con los ayuntamientos o con los ser-
vicios asistenciales.
El importante papel de los trabajadores sanitarios en
este proceso de transformación fue descrito por Abrahaam
Sonis mucho antes de que se formularan los objetivos de
“Salud Para Todos”. En 1971 decía: “El cisma que espera a
la salud pública en los próximos años será el que separará
a los trabajadores del sector que rutinariamente cumplen
con las actividades que consideran su responsabilidad
profesional, de aquellos otros que visualizan su trabajo
como parte de un cambio social en el cual ellos deben jugar
como agentes de primera línea”.
EDUCACION PARA LA SALUD EN EL TRABAJO ENFER-
MERO: INDIVIDUAL, GRUPAL, COMUNITARIO.
Concepto de educador sanitario.
El concepto de educador sanitario se suele restringir a
aquellas personas que se dedican de forma más exclusiva a
la EPS. Estos individuos se forman en habilidades tales como
la comunicación para ejercer una acción educativa profe-
sional. No es frecuente encontrarnos con profesionales de
la salud que se dediquen exclusivamente a la EPS. Si oímos
hablar de ellos suele ser por alusiones a bibliografía extran-
jera que abordan este tema. Hoy en día, se contempla en el
plan de estudios de la Diplomatura de Enfermería la EPS.
Pero existen muchos profesionales de Enfermería que se
dedican a la asistencia sanitaria y que no recibieron forma-
ción básica en esta materia.
Los agentes de EPS y entre ellos el profesional de
enfermería desempeñan una amplia variedad de funcio-
nes; tales como planear los programas, conducir activida-
des de enseñanza y evaluar resultados. Todos los profesio-
nales de la salud deben incluir en su práctica habitual
actividades de EPS. La educación está presente en todo
momento. Es un proceso continuo que aparece en cada
una de las relaciones establecidas entre los profesionales
de la salud y los pacientes.
Los profesionales de enfermería tienen la responsabili-
dad, al igual que otros profesionales de la salud, de educar
INQUIETUDES Nº 31 • ABRIL 2005
tanto a pacientes como a sus familiares, con el fin de que
obtengan un estado óptimo de salud. Pero es en el profesio-
nal de Enfermería en quien recae con mayor frecuencia las
tareas educativas que otros profesionales de la salud no
llegan a cubrir, ya sea por falta de tiempo, de organización
o de formación. En atención primaria, el profesional de
enfermería tiene un papel cada día más relevante como
educador de salud. Este suele coordinar los programas y
ejecutar la mayoría de las acciones educadoras, sobre todo
aquellas que tienen una base grupal.
Uno de los lugares, dentro de la atención primaria,
donde el profesional de enfermería desarrolla una labor
educativa y por tanto promoviendo la salud es la Consulta
de Enfermería. A pesar de que numerosos autores realizan
distintas definiciones de consulta, pueden destacarse dos:
1. “Un proceso que engloba una serie de actividades
para ayudar al cliente a percibir, comprender y ac-
tuar ente los eventos que ocurren en el medio am-
biente del cliente” (1)
2. “Una vía de interacción en el proceso de buscar, faci-
litar y recibir ayuda” (2)
Según una encuesta realizada por la Red Española de
Atención Primaria (2), la consulta de enfermería presenta 4
características:
1. Se realiza por un profesional de enfermería.
2. Atiende a población sana o enferma.
3. Existe consulta directa (entrevista cara a cara).
4. Utiliza algún sistema de registro en su actividad.
La consulta de enfermería es, por lo tanto, una
interacción profesional entre el usuario y la enfermera. La
labor de ésta se centra en la ayuda al individuo, al grupo
familiar y a la comunidad a realizar autocuidados de salud,
del nacimiento a la muerte y mediante un proceso de
interacción específico y terapéutico.
En atención primaria los problemas que atienden cu-
bren todas las situaciones de salud que se dan en el ser
humano, desde las situaciones de salud óptima hasta situa-
ciones como enfermedades agudas, crónicas, degenerativas
o terminales. Muchos de los problemas de salud que se
atienden en atención primaria se curan solos; otros, como
las enfermedades crónicas, nunca se curan. El objetivo
principal de la consulta de enfermería es el cuidado de la
población. Cuidados que se ofrecen en sus facetas de
fomento, prevención, recuperación y rehabilitación de la
salud.
Los sistemas de acceso a la consulta pueden ser de
diversos tipos:
1. Acceso directo de la población. Mediante este
sistema los usuarios obtienen de forma directa los
servicios requeridos de la consulta de enferme-
ría. Se concierta una cita y se accede de forma
directa.
2. Derivación de otro profesional para atención en
consulta de enfermería. Este sistema está determi-
nado por el hecho de trabajar en equipo. En estas
ocasiones, el usuario es derivado por el trabajador
social, el médico u otro profesional para que sea
atendido en la consulta de enfermería.
17
 3. Preconsulta a consulta con el médico. En este
caso la enfermera determina si el usuario nece-
sita cuidados de enfermería, control o educa-
ción en el proceso del usuario, o necesidad de
atención médica.
La población susceptible de ser atendida en la consulta
de enfermería abarca todo el ámbito demográfico (TABLA-
1). Uno de los fines de la consulta es el fomento y la
promoción de la salud. Los segmentos de población que
deben ser atendidos son desde el niño al anciano pasando
por todas las etapas de desarrollo del ser humano
Diferentes niveles de intervención.
INTERVENCIÓN INDIVIDUAL.
La educación individual es la base del proceso educa-
tivo. Es la forma más eficaz para conseguir la modificación
de la conducta de las personas. Se utiliza en la educación
sanitaria a personas enfermas. Para llevarla a cabo es
imprescindible conocer las características del paciente y de
su entorno, de forma que controlemos los factores que
favorecen o dificultan el aprendizaje. El conocer la situa-
ción particular del individuo es lo que nos permite indivi-
dualizar las necesidades educativas. De las características
del paciente, nos interesa saber:
1. El nivel de instrucción que posee.
2. La existencia o no de limitaciones, ya sean físicas o
psíquicas.
3. Deseos y expectativas del paciente.
4. Actitud ante su estado de salud o enfermedad.
5. Actitud ante el proceso educativo que se le ofrece.
6. Grado de integración en su entorno social.
7. Relación familiar.
Estos aspectos son comunes en todo análisis de la
realidad que supone el paciente y su estado de enferme-
dad. Dependiendo del caso particular, a esta lista debere-
mos sumar otros aspectos que nos ayuden a comprender
al paciente y que nos sirvan para llevar un mejor control
de la situación. Sirvan como ejemplo conocer los recursos
económicos de los que dispone, trabajo, o habilidades
prácticas.
El profesional de Enfermería goza de mayor participa-
ción en las acciones educativas. La educación individual es
característica de los servicios de atención primaria. Pero,
para que esta sea posible, en todas las entrevistas que realiza
el profesional de Enfermería, éste debe contar con tiempo
suficiente. Además debe tener autonomía sobre el conteni-
do de sus entrevistas y el momento de realizarlas.
Existen una serie de factores que el profesional de
enfermería debe tener en cuenta para asegurar la buena
marcha de la entrevista:
1.- Por qué se lleva a cabo la entrevista. Si el paciente o
el profesional de enfermería no se encuentran moti-
vados para llevar a cabo el encuentro, la entrevista
no cubrirá su objetivo. Es muy importante valorar el
clima en que se desarrolla ésta.
2.- Características del cliente. Dependiendo de la edad,
sexo, personalidad del paciente e incluso de sus
18
gustos, el profesional de enfermería poseerá mayor
facilidad en establecer el encuentro, llevarlo a cabo y
finalizarlo.
3.- Características del profesional de enfermería. La res-
ponsabilidad de la buena marcha de la entrevista co-
rresponde al profesional de enfermería. Este debe
poseer habilidades para preparar y llevar a cabo una
entrevista sanitaria.
4.- Objetivo de la entrevista. No importa cual sea éste,
pero lo que está claro es que debe ser conocido por
el paciente y el profesional de enfermería. Si no es así
la entrevista se llevará a cabo sin el necesario inter-
cambio que se ha de producir.
5.- El contenido tratado. Tanto uno como otro pueden
hablar de contenidos conceptuales y afectivos. Pero
la elección de estos temas debe estar relacionada con
el objetivo de la entrevista.
6.- Duración y frecuencia de las entrevistas. Tanto la du-
ración como la frecuencia es variable. Hemos dicho
que el tiempo es un factor fundamental en la calidad
de las entrevistas. En atención primaria, parece que
la disponibilidad de éste o la gestión del mismo es
mayor que en el medio hospitalario. En este ámbito,
los profesionales de enfermería suelen exponer las
dificultades que tienen para establecer un encuentro
con el paciente en forma de entrevista. Estas dificul-
tades radican en las sobrecargas de trabajo. Cierto es
que algunos profesionales de enfermería aprovechan
el momento en que dispensan cuidados a los pacien-
tes para establecer este encuentro que les es vedado
en sus actividades asistenciales diarias. Es necesario
hacer esta puntualización, ya que según sea la fre-
cuencia y la duración de las entrevistas así puede ser
la calidad de las mismas.
7.- El “ecosistema” donde se produce la entrevista. Las ca-
racterísticas del lugar donde se produce la entrevista,
tales como la luminosidad, ruidos, temperatura, hacen
que el intercambio sea satisfactorio o no. El profesional
de enfermería debe aprovechar cualquier relación con
los pacientes para ejercer su papel educador.
INTERVENCIÓN GRUPAL
La educación grupal es un método de refuerzo de
todos los conceptos y actitudes aprendidas en la educa-
ción individual. Una intervención grupal no se puede
llevar a cabo sin una planificación previa y unas condi-
ciones que aseguren la calidad de los resultados. Es
necesaria la existencia de un lugar adecuado para la
intervención grupal. El espacio requerido es mayor que
en la entrevista y de la misma manera que para ésta era
necesaria la creación de un clima que favorezca el
intercambio, la intervención grupal necesita de unas
condiciones que aseguren la creación y mantenimiento
de dicho clima.
Estas condiciones son:
1.- Un lugar aislado de las posibles interrupciones exter-
nas.
2.- Condiciones de temperatura, luminosidad y ruido óp-
timas para el trabajo grupal.
3.- Provisión de recursos que apoyen el proceso educativo.
INQUIETUDES Nº 31 • ABRIL 2005
 Los distintos integrantes del grupo aceptan mejor las
soluciones que sean tomadas en éste. La eficacia de la
intervención grupal está íntimamente relacionada con la
eficacia en la elección de los integrantes del grupo. La
homogeneidad de los participantes, conjuntamente con una
motivación acorde a los objetivos definidos, son los elemen-
tos básicos para dar comienzo a la intervención grupal.
El trabajo grupal se utiliza con personas que se encuen-
tran motivadas para participar en acciones que mejoren su
estado de salud. Los pacientes afectados de enfermedades
crónicas suelen ser algunos de los destinatarios de estas
técnicas pedagógicas.
El grupo suele estar coordinado por un profesional de
la salud. En muchas ocasiones, este es un profesional de
enfermería que ejerce las funciones de animador pedagógi-
co, es decir, fomentar la participación, evitar protagonismos
y conseguir que se alcancen los objetivos propuestos. Es
muy importante que los métodos utilizados permitan y
favorezcan la participación de todos los integrantes del
grupo.
Para que la intervención grupal sea eficaz es necesario
que los grupos no sean numerosos. Es idóneo un grupo de
12 a 15 personas. Asimismo, hay que huir de los grupos
pequeños, puesto que las escasas experiencias que estos
pueden aportar harán que la actividad sea poco satisfacto-
ria o productiva.
INTERVENCIÓN COMUNITARIA.
La EPS de la comunidad es el proceso que informa,
motiva y ayuda al pueblo a adoptar y mantener prácticas y
estilos de vida saludables, propugna los cambios necesarios
para facilitar estos objetivos y dirige la formación profesio-
nal y la investigación hacia los mismos. Lo que nos trae de
nuevo este concepto es la idea de una EPS que nace de la
propia comunidad. Debido a esto, los profesionales de
enfermería no pueden ni deben conformarse con esperar las
demandas de formación de los individuos, Cambia su
concepto de EPS y procura promover una relación más
estrecha con la comunidad.
Está claro que la salud de cada persona repercute en
el nivel de salud de la propia comunidad. Para esta nueva
visión que corresponde a la intervención comunitaria no se
conforma con la EPS individual, sino que persigue además
una EPS comunitaria. La comunidad tiene derecho a parti-
cipar en su propia salud, pero además tiene el deber de
hacerlo. Ya no podemos diferenciar entre las personas con
responsabilidad sobre la EPS y las personas receptoras de la
acción educadora. La población puede y debe participar de
forma individual y colectiva en la planificación y prestación
de asistencia sanitaria.
La intervención comunitaria hoy por hoy encuentra
mejor acogida en determinados ámbitos como son las
escuelas, los centros de jubilados, las empresas o las resi-
dencias de ancianos. Desde estos ámbitos se puede ejercer
influencia en materias de salud de importante valor.
Educación para la Salud Infantil
Puede llevarse a cabo en diferentes contextos como
son la consulta, el domicilio, los grupos de padres y la
comunidad en general.
INQUIETUDES Nº 31 • ABRIL 2005
a. Educación para la salud individual
La educación para la salud infantil individual en con-
sulta o en el domicilio va a desarrollarse, fundamentalmen-
te, en los diferentes controles de salud infantil. Este tipo de
educación para la salud tiene, entre otras, las ventajas de
poder adaptarse perfectamente a la características y nece-
sidades educativas de cada caso, poder abarcar cualquier
tema de interés para los padres, elaborar estrategias educa-
tivas adecuadas a cada situación concreta, etc.
Para garantizar el adecuado desarrollo de la educación
para la salud individual, es necesario tener en cuenta una
serie de requisitos previos, como son: el hecho de preparar
previamente la consulta mediante la revisión de la historia
clínica para conocer la situación de salud del niño, aspectos
socioculturales de la familia, así como datos concretos
sobre los que intervenir educativamente. Es importante que
el profesional realice un esquema de la distribución del
tiempo para garantizar que se traten los temas, prever la
posible utilización de material educativo y determinar los
objetivos específicos a cumplir en cada consulta.
b. Educación para la salud en grupo
En estos momentos no resulta discutible la necesidad
de la educación para la salud en grupo, como metodología
que facilita de forma significativa el cambio y adquisición
de comportamientos. Uno de los mecanismos que más
favorece el aprendizaje es la experimentación llevada a
cabo en un grupo de iguales. El intercambio de opiniones y
experiencias dentro del grupo va a favorecer la implicación
y participación activa de los padres; obliga a la reflexión de
los individuos sobre sus propias ideas, al tener que argu-
mentarlas ante los demás; contribuye al cambio de actitu-
des y comportamientos en materia de salud, encontrando
en el grupo un elemento de apoyo constante.
En la educación para la salud en grupo, el profesio-
nal asume la figura de moderador, cuyas funciones deben
ser:
1. Planificar las actividades educativas mediante:
a. La creación de los grupos de padres, procurando
que éstos sean lo más homogéneo posible, al me-
nos en lo referente a las necesidades educativas.
b. La determinación de los objetivos y contenidos a
desarrollar.
c. La planificación de la metodología (técnicas o ac-
tividades a desarrollar en cada sesión) más ade-
cuada teniendo en cuenta los objetivos, conteni-
dos y características del grupo.
d. Garantizando la disponibilidad de los recursos ne-
cesarios, ya sean materiales de cualquier tipo (pi-
zarra, proyectores, transparencias, video, etc.),
como de infraestructuras por lo que respecta a que
el lugar donde se van a realizar las sesiones reúna
las condiciones necesarias.
e. El diseño de los sistemas de evaluación que se van
a utilizar, tanto en lo referente al proceso educati-
vo como a los resultados obtenidos.
2. Durante la sesión de educación para la salud en gru-
po el profesional deberá:
a. Presentarse a si mismo y favorecer la presentación
del resto de los miembros del grupo
19
 b. Proponer al grupo los objetivos a conseguir con la
sesión de trabajo.
c. Presentar el tema y/o actividad a desarrollar, esti-
mulando el interés y la participación.
d. Explicar la metodología o técnica y los pasos a
seguir asegurando que todos los miembros del gru-
po han entendido lo que se va hacer.
e. Iniciar la actividad de acuerdo con la metodolo-
gía elegida.
f. Procurar dar respuesta a todas las inquietudes plan-
teadas en el grupo.
g. Retomar y centrar el tema cuando el grupo se des-
víe del mismo.
h. Matizar, fomentar e incentivar la participación de
los diferentes miembros del grupo.
i. Realizar un resumen de los aspectos más impor-
tantes a resaltar al final de cada sesión, fomentan-
do la implicación de los padres.
j. Evaluar el cumplimiento de los objetivos.
La creación de los grupos de padres puede responder a
diferentes criterios, pero de una forma o de otra, estarán
condicionados por la edad del niño o bien por la presencia
de problemas comunes. En líneas generales, y como respues-
ta al criterio de edad de los niños se pueden crear grupos de:
1. Padres de recién nacidos (0 a 1 mes), los contenidos
versarán, entre otros, sobre: respuesta a la demanda
de los padres, adaptación a la nueva situación del
niño y de la familia, lactancia materna, estimulación,
cuidados generales y medio ambiente, signos y sínto-
mas más frecuentes en el recién nacido, vacunaciones,
prevención de accidentes, importancia y necesidad
de los controles de salud, etc.
2. Padres con hijos entre 4 y 5 meses de edad, los conte-
nidos se referirán a: respuestas a la demanda de los
padres, alimentación complementaria, sueño, habi-
tación del niño, estimulación, prevención de acciden-
tes, vacunaciones, etc.
3. Padres con hijos de 9 a 12 meses, los contenidos a
introducir serán: respuesta a la demanda de los pa-
dres, alimentación adecuada, estimulación, preven-
ción de accidentes, zapato adecuado, hábitos salu-
dables, etc.
4. Padres con hijos de 1 a 3 años, los contenidos a desa-
rrollar serán: respuesta a la demanda de los padres,
hábitos y conductas saludables en el niño, incorpora-
ción del niño al colegio, control de esfínteres, auto-
nomía e independencia del niño, pautas de conduc-
ta, prevención de accidentes, alimentación del niño
preescolar, etc.
Educación para la Salud en la Comunidad
La educación para la salud infantil dirigida a la comu-
nidad en general dependerá de las características y necesi-
dades identificadas en cada población, debido a que las
necesidades de salud no son uniformes en todas las comu-
nidades. Este hecho señala la necesidad de la puesta en
marcha por parte de cada equipo de atención primaria de
salud, de los mecanismos necesarios que permitan una
identificación sistemática de los problemas y necesidades
20
de salud infantil de nuestra población de eferencia, así
como de aspectos relacionados con la cultura, mitos, cos-
tumbres, creencias, existencia de líderes, etc.
La intervención educativa en la comunidad se puede
plantear desde distintos enfoques:
1. Respuesta a una demanda puntual y concreta de un
grupo determinado (guardería, asociaciones de amas
de casa, asociaciones de padres, etc.).
2. Intervenciones colectivas en relación con un proble-
ma de salud concreto (brote de una enfermedad in-
fecciosa, fomento de la vacunación, prevención de
accidentes, fomento de hábitos alimenticios saluda-
bles, higiene bucodental, etc.)
3. Colaboración con otras instituciones en el abordaje
intersectorial de los problemas de salud (asuntos so-
ciales, sistema educativo, administración local, etc.)
4. Abordaje educativo, dentro de la estrategia de riesgo
que se desarrolla desde el centro de salud. Esto supo-
ne la búsqueda activa de las situaciones y/o pobla-
ción de riesgo y la intervención en el marco del tra-
bajo intersectorial.
CONCLUSIÓN:
El desarrollo que ha experimentado la Atención Prima-
ria en España en los últimos 15 años ha abierto un nuevo
campo para los profesionales de Enfermería. Este cambio se
ha reflejado en la modificación del plan de estudios de la
Diplomatura y sobre todo en la forma de trabajar. Ya no se
trata de “aplicar un plan de cuidados” sino la responsabili-
dad de educar: a personas sanas, enfermas y a sus familiares.
Y ¿Cómo se realiza este trabajo? No basta con informar,
no basta con querer promocionar la salud. El profesional de
Enfermería dispone de una herramienta: la Educación para
la Salud. Para utilizarla éste debe cambiar su actitud tam-
bién. Debe ser consciente de que su papel es más activo,
que pretende un objetivo, el de modificar una conducta,
una actitud, un conocimiento, para fomentar verdadera-
mente la salud. La preparación de todos los profesionales de
Enfermería es primordial para afrontar este nuevo reto. El
éxito de los programas de EPS depende de ello.
BIBLIOGRAFÍA
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M. I.; GERVÁS J. Consulta de Enfermería en Atención Pri-
maria. Rol de Enfermería. 1989. 136:15-18
2. CARUCUEL KINDELAN A.; MARTÍNEZ LUCAS M.A.
Consutas de Enfermería. Zona Ciudad Jardín de Córdo-
ba. Libro de Actas I Jornadas de la Asociación de Enfer-
mería Andaluza “ Enfermería y Sociedad”. Sevilla; ADEA,
1986; páginas: (73-77)
3. MACIAS GUTIÉRREZ, BERNARDO E.; AROCHA
HERNÁNDEZ, JOSÉ LUIS. Salud Pública y Educación para
la Salud. Las Palmas. ICEPS (Instituto de Estudios y Pro-
moción Social y Sanitaria). 1996. Páginas: 37:(371-375)
4. BELTRÁN CHACÓN, ARACELI; PONCE BLANDÓN, JOSÉ
ANTONIO. Diplomados de Enfermería del SAS. Materia
específica. Temario Volumen II. Sevilla. Ceditán / Algai-
da. 1998. Páginas: (172-175)
5. FRIAS OSUNA, ANTONIO. Enfermería Comunitaria. Bar-
celona. Masson. 2000. Páginas: (201-205; 245-247)
INQUIETUDES Nº 31 • ABRIL 2005
 ANEXO
TABLA Nº 1

Población atendida en la consulta de enfermería

Valoración de necesidades básicas, controloes de salud, prevención de

Niño sano accidentes, malos tatos, etc.

Valoración de necesidades básicas y detección de riesgos. Prevención

Población
de drogodependencias, alteraciones de la autoimagen y promoción de
adolescente vidas saludables

Valoración de necesidades básicas y detección de riesgos. Promoción

Adulto joven de estilos de vida saludables

Valoración de necesidades básicas y detección de riesgos a lo largo de

Mujer todo el ciclo vital con atención especial a la gestación, climaterio y
menopausia

Valoración de necesidades básicas y detección de riesgos. Promoción

de estilos de vida saludables. Prevención y control de enfemedades
Población adulta prevalentes como las enfermedades cardiovasculares, endocrinas,
osteoarticulares y respiratorias

Valoración de necesidades básicas y detección de riesgos. Promoción

Ancianos de estilos de vida saludables, prevención de accidentes y control de
enfermedades degenerativas

Personas con
Valoración de necesidades básicas, detección de riesgos y necesidades
enfermedades de cuidados
terminales

Personas con
Valoración de necesidades básicas, detección de riesgos y necesidades
enfermedades de de cuidados
salud mental

Cualquier persona con necesidades y/o problemas de salud en cuyo

Otras abordaje exista un componenete educativo y/o de autocuidado

INQUIETUDES Nº 31 • ABRIL 2005 21