1. Reservamos para la última Pascua de Jesús dar un relato detallado de la celebración
pascual. 2. Se habla de un tal Nicodemo en el Talmud como uno de los ciudadanos más ricos y distinguidos de Jerusalén (Taan. 20 a; Kethub. 66 b; Gitt. 56 a; Ab. del Rab. Nath. 6 comp. Ber. R. 42. Midr. sobre Ec. 7:12 y sobre Lm. 1:5). Pero este nombre sólo se le dio como resultado de un milagro que sucedió a petición suya; su nombre real era Bunai, el hijo de Gorion. Se menciona un Bunai en el Talmud entre los discípulos de Jesús, y se refiere la historia de que su hija, después de haber sido poseedora de una fortuna inmensa, llegó a la pobreza más abyecta. Pero no puede haber duda de que se trata de algún Naqdimon legendario, y no del Nicodemo del Evangelio. 3. «Sabemos que has venido de Dios como maestro». 4. Éste no es, sin embargo, el modo de ver de la Escuela de Tübingen, que considera el conjunto del relato como representación de un desarrollo tardío. El doctor Abbott (Encycl. Brit. Art. «Gospels», p. 821) considera la expresión «nacido del agua y del Espíritu» como una referencia al bautismo cristiano, y esto, a su vez, como evidencia de una paternidad tardía para el cuarto Evangelio. Su razonamiento es que la referencia más antigua a la regeneración la vemos en Mateo 18:3. Luego, supone que una referencia en la Apología de Justino (i.61) es un desarrollo posterior de esta doctrina, y niega lo que se considera generalmente como una cita de Juan 3:5 como tal, porque omite la palabra «agua». Un tercer estadio supone que está implicado en 1 Pedro 1:3, 23, con el que se relaciona 1 Pedro 3:21. El cuarto estadio de desarrollo lo considera personificado en las palabras de Juan 3:5. Todas estas hipótesis –porque no son otra cosa– se fundan en el hecho de que Justino omite la palabra «agua», lo cual, como argumenta el doctor Abbott, demuestra que Justino no puede haber conocido el cuarto Evangelio, pues de otro modo sería imposible que, cuando trata expresamente del Bautismo, no lo menciona. Para nosotros, por otra parte, la inferencia legítima es la opuesta. Tratando directamente del Bautismo, sólo era necesario para su argumento –que identificaba la regeneración con el Bautismo–, introducir la referencia al Espíritu. De otro modo la cita es tan exactamente la del cuarto Evangelio, incluyendo incluso la objeción de Nicodemo, que es casi imposible imaginarse que una transcripción tan literaria pudiera haberse originado de otro lugar que del mismo cuarto Evangelio, y que sea el resultado de una supuesta serie de desarrollos en que Justino representaría el segundo estadio, y el cuarto Evangelio el cuarto estadio. Pero, además, el lector atento del capítulo de la Apología de Justino no puede dejar de notar que Justino representa un estadio posterior, no anterior al cuarto Evangelio. Porque para Justino, el Bautismo y la regeneración son, de modo manifiesto, no idénticas con la renovación de nuestra naturaleza, sino con el perdón de los pecados. 5. Para un examen detallado y prueba tengo que remitir al lector al «Commentary» del canón. Westcott. 6. La expresión «Reino de Dios» ocurre sólo en Juan 3:3 y Juan 3:5. De otro modo, la expresión «Mi reino» es empleada en 18:36. Este uso excepcional del término «Reino de Dios» es notable en esta conexión, y no sin importancia con referencia a la cuestión de la paternidad del cuarto Evangelio. 7. A pesar de la gran autoridad del profesor Westcott, estoy convencido que este «de arriba», y no «de nuevo», como traducen varias versiones, es la forma correcta. La palabra ἀνωθεν siempre se ha usado indicando «arriba» en el cuarto Evangelio (cap. 3:3, 7, 31; 19:11, 23); y en otros puntos Juan habla siempre de un «nacimiento» de Dios (Jn. 1:13; 1 Jn. 2:29; 3:9; 4:7; 5:1, 4, 18). 8. Esto es implicado, por lo menos, por Wünsche, y tomado de él por otros. Pero la antigua tradición judaica y el Talmud no hablan de esto. Comp. Yebam. 22 a, 62 a; 97 a y b; Bechor. 47 a. Los prosélitos siempre eran mencionados como «nuevas criaturas», Ber. R. 39, ed. Vars., p. 72 a; Bemid. R. 11. En Vayyikra R. 30, Salmo 102:18: «El pueblo que está por nacer» se explica: «Porque el Santo, bendito sea su nombre, los creará una nueva criatura». En Yalkut sobre Jueces 6:1 (vol. ii. p. 10 c, hacia la mitad) esta nueva creación es relacionada con el perdón de los pecados, y se dice que todo aquél que ha recibido un milagro y alaba a Dios por él, tiene sus pecados perdonados y es hecho una nueva criatura. Esto lo ilustra la historia de Israel en el mar Rojo, la de Débora y Barac y la de David. En Shem. R. 3 (ed. Vars., ii p. 11 a) las palabras de Éxodo 4:12, «Te enseñaré lo que has de decir», son explicadas como equivalente de «haré de ti una nueva creación». 9. La cláusula «que está en el cielo» es considerada en el terreno crítico como una glosa. Pero incluso si es así, parece casi una glosa necesaria, en vista de las nociones judaicas sobre el ascenso de Moisés al cielo. Aunque parezca extraño, el pasaje referido llevó a Socino al curioso dogma de que antes del comienzo de su ministerio Jesús había sido arrebatado en espíritu al cielo (comp. «The History and Development of Socinianism», en The North. Brit. Rev., mayo 1859). 10. Esto se halla en muchos lugares. Comp., p.ej., Targ. Jer. sobre Deuteronomio 30:12, y la noticia sorprendente en Bemid. R. 19. Otro modo de ver, sin embargo, Sukk. 5 a. 11. Así se ve en la Sabiduría de Salomón 16:7; todavía más claro en el Targum Pseudo- Jonatán sobre Números 21:8, 9: «El que levantó su corazón al nombre del Memra de Jehová, vivió»; y en el Targum de Jer. en el pasaje: «Y Moisés hizo una serpiente de metal, y la puso en un lugar elevado (de elevar, talé, el mismo término, es curioso, que aplicaron los judíos a Cristo como el “elevado” o “crucificado”). Y ocurría que todo aquél que era mordido por la serpiente, y levantaba su rostro en oración (la palabra implica oración humilde) a su Padre que está en el cielo, y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado». De modo similar Rosh hash iii. 8. Bustorf, en su erudito tratado sobre la Serpiente de metal (Exercitationes, pp. 458–492), añade poco a nuestro conocimiento. 12. Ésta parece ser la traducción correcta. Comp. el canón. Wescott, en su nota sobre el pasaje, y en general su criticismo pleno y a fondo de las varias versiones de este capítulo.