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Normativo
Concursal
Introduccion al Estudio
del Derecho Concursal
(zJerreius
DARIO J. GRAZIABILE
SISTEMA
NORMATIVO
CONCURSAL
INTRODUCCION AL ESTUDIO
DEL DERECHO CONCURSAL
(zjerreius
Graziablle, Dario J.
Sistema Normativo Concursal : introduccion al estudio del Derecho Concursal/
Dario J. Graziablle. - 1a ed. - Ciudad Auténoma de Buenos Aires : Erreius, 2023.
Libro digital, PDF
1. Derecho. |. Titulo.
CDD 346.076
ERREIUS
Parana 725 (1017) - Buenos Aires - Republica Argentina
Tel.: 4370-2002
errepar.com
clientes@erreius.com
ISBN 978-987-793-402-1
© 2023 ERREIUS
Queda hecho el depdsito que marca la ley 11.723
Dario J. Graziabile
ERREIUS Mil
BREVE JUSTIFICACION :
A MODO DE PRESENTACION
ERREIUS Ix
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
y procedimientos especializados dejando de lado las reglas comunes del sistema procesal civil y
comercial, el que solamente se aplica subsidiariamente y cuando lo admite y de la forma en que
lo permite el sistema procesal concursal.
A partir de estas ideas, el libro se desdobla en cuatro partes. Las dos primeras generales, una
que incluye los principios sustanciales, es decir el sistema sustancial concursal, y otra donde in-
cluimos los instrumentos procesales, o sea el sistema procesal concursal.
Luego siguen las fracciones especiales, la tercera se ocupa del concurso conservatorio, donde
se incluye tanto su desarrollo sustancial como procesal y también queda desplegado en dos, por
un lado, el concurso preventivo y por otro el acuerdo preventivo extrajudicial. La cuarta parte trata
el concurso liquidativo, en el cual irrumpe principalmente la quiebra, pero no se deja de lado la
posibilidad de la continuaci6n de la explotacién de la empresa.
En definitiva, la obra desarrolla el sistema normativo concursal como un microsistema 0 sub-
sistema legislativo especifico circunscripto en la ley 24.522, El texto ha sido estructurado de ma-
nera netamente expositiva para uso en el curso de la materia, con un desarrollo propio para el
comienzo del estudio del Derecho Concursal.
Esperamos cumplir con nuestro propésito de que este trabajo sea de suma utilidad no solo
para quienes en el ambito universitario estudiaran Ja materia, sino en general para todos los ope-
radores juridicos concursales, como elemento de consulta permanente en los quehaceres profe-
sionales diarios. Como siempre, las expectativas son que todos nuestros aciertos sean aprovecha-
dos y las incorrecciones solapadas.
Dario J. Graziabile
X DARIO J. GRAZIABILE
PROLOGO
ae
La tarea de presentar una obra realizar un exordio de su contenido dificilmente pueda eludir
referencias repetidas, y quizas esta ocasidn no sea la excepcidn. Pero creo haber aclarado que la
inevitable subjetividad de este proemio no nace de la amistad, sino de la admiraci6on de la obra
precedente de Graziabile, esto es, del hecho objetivo de la extendida bibliografia que produjo en
las dos ultimas décadas contribuyendo al debate y esclarecimiento de las tantas cuestiones que
interesan a los concursalistas, y del asombro -positivo, claro- que me produjo la infatigable y ra-
diante tarea que cumplio en esa tan imprescindible reunion académica de 2021.
Desde que se promulg6 en 1995 la ley 24.522 (Ley de Concursos y Quiebras 0 LCQ), que per-
vive atin hoy, aunque con mutaciones notables, la literatura vinculada al fenédmeno de la insol-
vencia, crecié de manera notable. Era aquella una novedad portentosa, producto de un momento
muy especial de la historia politica y econémica del pais, que se esperanzaba con un crecimiento
que, lamentablemente, se frustré al poco tiempo, al entrar en una crisis descomunal que, en estos
dias, en lo econdémico, parece reeditarse, aunque nunca con iguales caracteristicas. La reforma de
1995 fue un desafio para los juristas, respondido con seriedad y profundidad y ahi -entre una plé-
yade de juristas jovenes- emergi6 la figura de este profesor bahiense que entreg6 a la comunidad
ERREIUS Xl
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
innumerables trabajos, ponencias, articulos y libros. Y ahora conocemos el mas reciente de ellos,
que seguramente no sera el ultimo, ni el mas importante.
iia
Hay dos elementos destacables -y muy relevantes- que hacen de esta obra (no ya de este
proemio) un material unico, a saber: un libro cuyo método no lo encontraremos en la doctrina
nacional y una pluma de infrecuente agudeza y precisién en el tratamiento de los tantos temas
abordados (todos, diriase, de la disciplina concursal).
Con esos atributos cualquier lugar comun al que aqui acuda debe atribuirse a mi escasa pers-
picacia, mas no al libro de Graziabile.
En nuestro tiempo, y en nuestra disciplina, la originalidad de las ideas es una virtud que em-
pieza a flaquear. Pero la obra que presento con estas lfneas es la excepcidn de ese fendmeno ac-
tual. El autor piensa cada una de sus aseveraciones y cuando lo leemos comprobamos que no
repite conceptos, sino que construye sobre lo bueno (que es mucho) que se ha dicho sobre el fe-
némeno de la insolvencia y aporta con sabiduria planteos novedosos, trabajando con una meto-
dologia que el lector podra comprobar: buscando la sistematizacién de los conceptos y cuidando
las exigencias didacticas, toda vez que nos expresa al comienzo que dedica su libro ala ensenanza
del derecho concursal.
En la “Breve justificaci6n a modo de presentacién’, que desenvuelve el autor al presentar su
obra, describe ese objetivo de estructurar un libro de texto netamente expositivo para quienes cur-
sen la materia de Derecho Concursal, o como se las lame en las diversas unidades académicas.
Pero quien asi, médicamente, presenta su propio esfuerzo oculta de algtin modo, inicialmen-
te (y ciertamente guiado por su seforio), lo que su intelecto nos brinda en las paginas de este li-
bro, que supera largamente la idea de una mera descripci6n y aporta una obra destacada, no solo
por el método empleado, segtin dije, sino por su agudeza y profundidad.
Graziabile explica en dicha “justificacion” su mirada sobre el sistema que analiza, su insercion
metodoldgica y el grado de autonomia que adjudica en el sistema normativo juridico general.
Por eso no me detendré en ese aspecto, porque alli, en esas palabras introductorias del autor, se
desenvuelve sencillamente la autosuficiencia que se atribuye al sistema concursal y a la subsidia-
riedad que, entonces, asume el sistema general. El autor es un observador infatigable, que exhibe
versatilidad metodoldégica en exponer la materia: ya ha investigado sobre esta disciplina dando
diversos enfoques hermenéuticos (ya habia comenzado en 2006 con un excelente Derecho Con-
cursal, publicado por Lexis Nexis, donde estudiaba la materia en forma organica y termin6é apor-
tando una mirada institucional en su -hasta ahora- obra cumbre: Jnstituciones de Derecho Con-
cursal, cinco tomos publicados por La Ley en 2018). Pero también mostroé su capacidad de trabajo
en equipo en una muy destacada entrega junto con Julio César Rivera (como director), Claudio
Casadio Martinez, José Antonio Di Tullioy Carlos Ribera, en por lo menos dos ediciones de La Ley
(la wltima de 2014). En ese mismo ano, dirigié una obra colectiva que public6 Abeledo-Perrot, en
la que colaboraron brillantes juristas y contadores, utilizando en la ocasi6n un método mas cer-
cano al exegético (Régimen Concursal), el que desarrolla concretamente en su Ley de Concursos
comentada, ya en su cuarta edici6n, de la editorial Erreius (2019). Por eso, no nos sorprende hoy,
cuando aborda la ley de insolvencia como un sistema, que a la vez esta estructurado en otros que
lo orbitan y que son el nucleo de este libro, Me refiero a los que el autor denomina “subsistemas”:
uno de linaje sustancial (donde estudia las normas de fondo aportadas por la LCQ) y otro proce-
sal (conformado por normas adjetivas que estructuran los procesos concursales y que se hallan
también en dicho cuerpo legal).
Si, creo del caso tratar de anticiparle al lector algunos elementos que por su exposicion a lo
largo de la obra son indicativos de su valor, asi como del modo de pensar de Graziabile.
RK
Xl DARIO J. GRAZIABILE
PROLOGO
ERREIUS Xxill
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Cred
La cuarta parte del libro esta dedicada al concurso liquidativo, tal como individualiza el autor
ala quiebra.
En los inicios de esta seccién tan relevante vemos opiniones innovativas, que se rebelan con-
tra verdades que ciertos estereotipos judiciales fueron acunando: Graziabile desdena, en efecto,
la tesis de que un proceso ejecutivo iniciado contra un deudor excluye la posibilidad de pedir
la quiebra, aun durante el tramite de la ejecucién. Esa fundada tesis del autor se complementa
con la idea de que lo que el acreedor peticionante de la quiebra debe probar u ostentar no es un
titulo ejecutivo para postular la quiebra de un sujeto, sino un crédito legitimo en su contra. Es un
exceso, pues la difundida jurisprudencia que obstaculiza los pedidos de quiebra que se fundan
en pruebas sumarias de la legitimidad de la acreencia y la configuracion de unos de los hechos
reveladores de la cesidn de pagos. El tema no es menor, porque los mencionados atavismos judi-
ciales lentifican el abordaje de la crisis, con claro desmedro de las expectativas de los acreedores.
En esa misma linea de pensamiento vemos como el autor critica la jurisprudencia -lamen-
tablemente extendida- que condiciona los pedidos de quiebra, incluso efectuada por el propio
deudor, a la prueba de que existan bienes a liquidar. Y, en ese sentido, cuestiona las iniciativas
también judiciales, que buscan base en la frecuente abusividad de sujetos dadores de créditos en
perjuicio de asalariados o sujetos carentes de actividad u organizaci6n empresarial, olvidando
que la ley no hace -quizas en omisién deplorable- acepcion de sujetos en orden a su insolvencia.
No menos critica es la postura del autor respecto de la liberacidn del deudor, luego de la rehabi-
litacién: claramente postula y demuestra argumentalmente que el cese de la inhabilitacién del
fallido hace que los bienes adquiridos con posterioridad sean ajenos a la quiebra preexistente, a
partir de lo cual la inhibicion para gravar y disponer de bienes debe desdoblarse, quedando limi-
tada a los bienes que son objeto de desapoderamiento por haber ingresado al patrimonio antes
de la rehabilitaci6n.
Entre muchas otras cuestiones a destacar -no olvidemos lo que ya dijimos acerca de que el
libro trata exhaustiva e integralmente el sistema concursal contenido en la LCQ-, me parece del
caso referirme a la fundada opinion que se vuelca acerca de ciertos aspectos del delicado tema de
la extensidn de la quiebra de un sujeto a otro, diverso del deudor nominal.
En relacién con la propagacion de la quiebra de una sociedad a los socios ilimitadamente res-
ponsables, el autor expresa una tesis restrictiva que se contrapone a la que, entre otros, sostiene
Edgardo Marcelo Alberti, apanada en una interpretacion literal del art. 161 de la LCQ. Graziabi-
le sostiene que los acreedores solo pudieron tener en su mira al contratar el patrimonio de los
socios que tienen responsabilidad ilimitada conforme al tipo y, especificamente, al contrato de
cada ente y, por tanto, solo esos sujetos sufririan la extensién casi automatica de la citada norma.
Quedarian a resguardo de ese automatismo otros socios que pueden devenir con responsabilidad
agravada por razon de alguin tipo de sancion de las varias que se prevén legislativamente. Pero
seguidamente su parecer, contrariamente a la tesis de la doctrina mayoritaria, asume mayor am-
plitud, postulando que en el caso de las sociedades de la Seccién IV de la ley 19.550 (Ley General
de Sociedades) -es decir, las sociedades imperfectas que nacieron con la ley 26.994 que sancion6
el CCCN-, los socios, aun teniendo responsabilidad por partes iguales en relacidn con el pasivo
social, igualmente deben quebrar por comunicacion de la sociedad fallida. El] autor sostiene que
su responsabilidad es ilimitada en relacién a sus propios bienes, aunque ciertamente permanece
circunscripta a la parte que la mancomunién impone. Cada socio responde ilimitadamente por
su parte en la deuda social, concluye.
Mas alla de las opinables referencias descriptas, nuevamente en este tdpico, que es una cues-
tion sumamente compleja de la ley positiva y del sistema concursal, el autor se luce con su cla-
ridad expositiva que torna sus textos en una lectura amena y de rapida comprensién. Otro tanto
ocurre con otra cuestién medular del sistema, referido también a la posible responsabilizacién
de terceros, no ya por ser socios de responsabilidad ilimitada sino por haber actuado con dolo en
la administracién 0 en el gobierno de las sociedades. Estas delicadas cuestiones son abordadas
con la maestria que solo un docente experimentado puede tener. Y asi encontramos respuestas
concisas, pero de soporte s6lido y fundado, a temas arduos como la legitimacidn activa y pasiva
en las acciones de responsabilidad, y los factores de atribucién que permiten alcanzar a terceros,
no solamente desde las acciones tipicamente concursales, sino también a partir de las que tienen
naturaleza societaria. En este punto la mirada de Graziabile exhibe su erudicién y agudeza cuan-
do conjuga la influencia del CCCN sobre los textos precedentes, tanto de la ley falencial como de
la societaria, que en estos aspectos no recibieron consideracién expresa en la ley 26.994 ya citada.
cord
MARCELO GEBHARDT
Buenos Aires, septiembre de 2022
ERREIUS xv
INDICE
AGERE ADELA EO Ricsissaisiscricwicenscraaiweiseusiereveicnctuenicaicawaiticcbesiecrarsiacuasercsietenisiemibelaveunancecin VU
BREVE JUSTIFICACION A MODO DE PRESENTACION ...cssscsssessssssssessessssessscenessaeersesnecsnessseensess Ix
PROLOGO XI
PRIMERA PARTE
SISTEMA SUSTANCIAL CONCURSAL
CAPITULOI
PRINCIPIOS GENERALES
CAPITULO II
ANTECEDENTES
i Mm Fs tucelebiter
citi) sleeves repre rrrrrt tree rerrny conrerrrretrrnr errr nt erpee ere rr ete rter rer tapers rr enyererr rr mrriney terry pera rt 13
He QUPCNES sonccnmcnnn cana ae ER aoe 13
Ty: (Derecho TOmMaNG a..annecawcmnarana
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ERREIUS Xl
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
LE, Byerure
tenn pers cornell caasiussasiccisaanien saaiied cha gui aad de uswasasvasndadnans aingnankeaagunabaaiansirausgnceaade 13
12; Bjecucionspate ttre ssisiseccs sisssaissssisetsassensaanesponcneansdastusaasgaisacsassiasssnasavagduaaesaiaasapennills 14
Derecho‘intermedio sisnganceeane sve err eee ieee ee ets
oS
Tere ic Paes eysc ese crssee secero ct eee cae ap c re eoyeeoo aa eae earernorans oaen eras 16
Derecho italiano .... 17
6. Derecho espanol .... 17
I. Antecedentes del derecho concursal argentino w.scsccssecscsseceesesersesesssenseansesnsissscasaseaeneerses 18
Cédigo.de Comercio d@1862 ssicaisnvannnnisninnininnicn
atin 18
Retottia de’ 1889 ‘al Codigo de. Comercio sccsissiscccsscyet
ccna 19
ee
23
24
TNGLAtORSl co ccccsssesccuasanecsvcesecacnseescestessveesnateaceansciervaeveew aneaasbuenseastennnsasvensaneeineiaeeesenrinereaseeneetns 24
a
CAPITULO III
PRESUPUESTOS SUSTANCIALES
TNTROUUCGION sssccsstasisressesenaciseaacaesseasaueetavazeauataccai
ena ietssa waeaea aaa wattdaaaanaae eat a aaa aaa Sanaa EIR
I. Presupuesto objetive. Estado de cesaciOn de. Pagos + .ccccsccisssssstscssensstenvsoetevacrisceedetcedscetecnnaey 27
Ls Distinitas TB Off aS) saaesscvsissuinisaciaisansainiianeneacieatseccciteaccasuntearconinereawbaicinibensennat
desta eaeatuesaineaenie: 27
Teh. TeGra Materialist sisisiisiesiccsssisicisiacisssssassriescvnieivasivesssccintetivesisineventesietsnsaevenaiate 28
1,2, TRGria ISHN CUIA» sscsacinssaviiincncsvmnsnniariciarcsnncarasanaesarcasiienannmnsinTitebEaRTS 28
VS. Teoria aMiplia scccisisisisisiscnsssensciieewantesnannccvonmew
vases nanan ncenavennunrenresteransanearite 28
EVOLICION SRS ATV a ss ivisiinnisciacnccternicemanvaneisencasrentiareentsiveaenieninNiieiiaetNaNiRteNeRTTERRRENE 29
Concepteidel estide dé CésaciGn dé Pa G08 iu sccsieccurncnvisneninanincmusnncieeniens 29
3.1. Elementos que determinan el: CONCEPtO .....sscosesssssssscssenessecarssrseressesserssnesssnsrsessorosesiis 30
3.1.1. EStado! dei pGteneia Pate AIal os svecesacpecsceanssaseanivesessaseanisemenssuncsnsesecenninie 30
3.1.2. Imposibilidad de cumplimiento .... 30
3.1.3. Imposibilidad de regularidad ...... 31
BAF, OD BA CIOTICS CHIBIDICS. scr.conncncercescerrencensinnrennnanstenensdionaranstaremtancnaenenececenninenaceennens 31
Be ParacterizaCael Con COP ep ccsa caw .gecrecersencveamneenceesnmaes
er mruemaaemerercuenspmeneceetannes 31
SEGUNDA PARTE
SISTEMA PROCESAL CONCURSAL
CAPITULO IV
PROCESO
Tys Ticatbren
ch va cect hee ss sa ns cae aaa ea VSR NG da
I]. Naturaleza de los procesos CONCUISAIES w..sesccsssenscsrsssssncessserensessessseessassensssssessesessnenesarsansscatasseeens 45
l. Distintas teorias ssvciiiai nine ee 46
2; Bjecucién: colectiva y quicbra. sicsiccanciinicianienk
aankansd ade elaine 46
2.1. Postura de MAFFIA.. 47
2.2. Nuestra postura ......... 47
IL. Prineipios del proceso concursal ssscesssscsssinicnsscannaica
nina 48
1 Uiniversallidad osrsccscssscagnewsersssereye
ys csearesecter secrecy aan cera emcee uncer e renee ries 48
2. Gonutsalidad sissvccscnccnencnaunnncuncena
cern nancies ae 49
3 Paridad entre: os screed or6§ yrs ca cose are tee oS 50
4. Oficiosidad einquisitonied
ad: sssesccccc ccs ciieecrded ietdenn eens aueetuane
IV: ‘Cardcteresdé lds processes COnCORsal
08 scsascssnens ease 52
ERREIUS XIX
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
VE Tiposde:procesos concursales aceccscuss ccney rencneenceece eerie eases ee caer ore auc
1 Procedimientos originarios. Concurso preventivo y quiebra directa
2 Procedimientos derivados. Quiebra indirecta, salvatajey quiebra consecuencial .......... 57
3 Procedimientos conexos., ExtensiGn de QUuiebra wecscscussssssereneesersassscsaesessssssseesensnanees
A Procedimientos especiales siccss ane A eI
Clasificacién seguin la entidad econdmica del sujeto pasivo ..............ssseceetecesseseeeeeeeeerees
on
CAPITULO V
JURISDICCION
DARIO J. GRAZIABILE
INDICE
CAPITULO VI
FUNCIONARIOS
Te, MEYER CLC CU ON awit cies neonates Lcd ian Vd ssta bho sks sncavswinsbauhacedisiibbcdueddsapbhadasdidsteescuuaalttaiapsddsaapieseddainsasteadaes 75
Tl. Sindicatura concursal ...........c:ccceeeeee 76
I, Naturaleza de la funcion sindical ....... 76
Wels Sindico como érgano del concurso .. 76
1.2. Sindico como funcionario publico ... 77
Bstatitn del sindiiccseomciirsal syesessca eyes gee rere eee eres a er tne oiceee coe tie 78
2:1; DesipmaciOmsscivccus se ceeeeeaeataceear
nen aa 78
a2, Tneompatibilidades sss ca cccnenar nec ates eaten ace maken 78
2.3. Indelegabilidad sissinsiasngicnriundis
diana GNA aL Ria aie TaeT @
2.4. Irrentinciabilidad saisssccccunssaceensscsssansea
aniaaices peel RAB RE 79
24 RESIMEN SANCIONALOTIO: ssciiiaitcnnnininimN
Oa n TENT 80
2.6. PUNCLONGS ssisniceriuaeneieeneaNieee
AA ROR ACA LR 80
Z6l: sBUnCIONeS ad Ministialvas scsi csacceeeces
ea 81
26:2: sBUACIONES GiCta
Mi nantes assess. cassecneenS 8l
2:6:3: ‘FUCHS Plotesales scesscnanasnnnniee nae 82
2.7, RETMIUGEACIGE assesssccnaccececeeenss catrisucaaaseswiiteasivaeaaaumeutnaa
tan aascaaab Nee Nia eaiaeRRe Tec RR Naa 82
3 EAMPOA GS srscccsvswssmsstearsavesuaseescaeteeaseeievsnvaenaasetavsatataewatanasawtened
sektiascbe ben vtasatvade waa se tnaiioeas 83
TE COTTE DE COMMS sss iwisccssccivesieciveavavsmaacsiscsiiwccnvcennsscvatieivatareasiancuinitonusvantibiviee
tietmuneRi ae MetamieRNt 83
1. RSt Tt wscssccccvevsssiennectinmainaatiiiart
nine meme enn aanaeaaiiaT iN 84
Dy COTISU
TH CIG Basis sencnnenanasanannencncadsieeesa
aa RT 84
3. ASESONES PLOLESIONALSS siisscsscsscsisssisvsnsssssercsiessavsvrseisacoeceevssnacssebsconvinssieevesctievassvadsviectanestteees 85
TV: ORGS TMA CIGHSTIOS iavsivaceconnmmaicnanc
inna iaItadenerecenaaIcmnT eae
PIGHGEATIOS CIOS CONCUTSOS cccissiscusvecccnasvereninccaeccintavassutsceires
snare mevionsambensedesenetiteseniniaaNsean 86
=
ERREIUS
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
ApelaciGn anicnaudinaiinin
aici iin al an a ER ae
CAPITULO VII
REGLAS PROCESALES
TERCERA PARTE
CONCURSO CONSERVATIVO
CAPITULO VIII
SOLUCIONES ALTERNATIVAS
DE LAINSOLVENCIA
Te, SPB ATCT: cece seceescaucsssascanvceneseesesnseravesnaswapareewexecuesp araueegaucemenewenasegeeapceecuex ese tay eecceeadenvecunrstveasuenes 115
Th, PLEVENCION: E13 - QUIETA. isisecssissvscsccsoncsveceveatovaunnavansccvavacisassnsanicesasaisantavecsovineedonvenesnvedsasatasansdenrss 115
Moratorias .............4: 116
be FF
EtG AC ACI
OU STH GUIDE! .ccnssaveconsnnssnvorncnsinsonnansenacncentasneadencenntnivessnbneend niveiedneateaenedeviteensanensessn 117
CONCOTTATS TESOL TOTO)... caecsgesvereneanenenereensnsennrannenavansaunnsunasessuusetesannenerentenusnanaunnsnuyessunsaveenansy
tes 117
CONCUISS PIEEVETEVG ps cersiinersssseserrsesexensvcaveesnuensenennetansssnnnrs eversisnnmnouenrenesexiveeseanmnncnresnvcremennver 118
Acuerdo preventivo extrajudicial ........ccscscscsseseseseeaneeecsescesesasnsecsessserssessaneeneerseecseacareneanes 118
oS
CAPITULO Ix
DEMANDA Y APERTURA
ERREIUS XXill
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
CAPITULO X
PUBLICIDAD Y DESISTIMIENTO
CAPITULO XI
EFECTOS PATRIMONIALES
Te, TARGA CCG cree ccsess cope necnecncr en nnnenenccn ee, 155
H,, DESAPOGETaTTENG AEHUAIG wcnnsccamoremmenrmmeemercnmmreEeR FLOD
L.. “TStipOrAidad: i: sssennccsiacnsemacsvendianuseman ceo: LB
D.. NGLOS POTNOS sone ccnevorcessxsserensennsussexcenveesncnateessadtenneeneseronevsisionaeieenecasieetareeasstexcrastannsceccccenen: LEE
21, MISA
cia Gel SINGIGO ..cnnscscseemnsiemesmrncmnarsmy
anemia LOT
2.2. Actos ordinarios de administracion ...............::ccccccecceeceeeeeeeeeteeeeeeteeteettettenteeeeees 158
2.3. LegitimaciOn procesal oo... cece eee cteeeteeeeeeteeeeteeeeteeeteetetteemeeneeeee 158
3. Actos prohibidos oo... eee ieee LB
S.L. Actos
a titulo 2ratuito oe ceseseeeeseeseseesesssenetaeseseessssseenaesressteeesaseresae 159
3.2. Actos que alteran la igualdad de los acreedores . 159
4, ACtOS SUjETOS
A AUILOTIZACION .....csesesesesneeeneeeereerensnenenenarerscstisneseratarstarestentetereseteeereettsneneearerse 160
4.1, Actos COMPTENGIAOS ....cccceeececes sessment 1GL
4.2, TYAMite 0. ceeeseeeeeseesenseseneneerseserssnsnaeeesresensesstieateersersmeesansenrsereereimneeens LOL
5. Pronto pago de créditos laborales ........ccsssscsssseessseeesssssresssoesesseessersseeassaes LGZ
5.1, Créditos COMpPTENdidOS vues LEZ
52. ST PAMe (ii listen atiil wantin riba aan RI arin LOB
Hdl, PLONtO Papa le DACIO...crscsrrerresssensrerertenenerrsntsorersssnnemesserensdsrseeenenssyaresenrisennssenn L0G
6:22: Pronto:page-a instancia del acreedor- cise. 168
5.3. Forma:tle hacer-efectivo el pronto Pago scécciecsssescecinvaisessessiecssesrsecieiuiverssteiveviecienies .LO4
Gs ‘Créditos:con garantlas reales: asics ciinninaiiamnenniemedaaenis 165
61s -Posibiidad de page tisnwanscancamiainne
an aamnaieae 165
165
ERREIUS XXV
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
7. Taverna
Tb Th a ch sss cscs Se asa ceca gcc sceancon tu sunsua cb ha sa nus Ses apc chads nubian Sb saulneansousonscuiaaionsdsaaseredeels 166
8. Desapoderamiento calificado —0....0....ccccee ccs sseteeceeneesessssssseseaseassascsasecessesssssssseeseenenensesse 166
CAPITULO XII
EFECTOS RESPECTO DE LOS CREDITOS CONCURSALES
CAPITULO XIII
EFECTOS RESPECTO DE LOS JUICIOS
CONTRA EL CONCURSADO
DARIO J. GRAZIABILE
INDICE
CAPITULO XIV
EFECTOS PERSONALES
Tes TG
OU CGI wiser cscsvssisaseonnacresiavcssaiiawacneeinsnnrice
vatninine conssanenaannesanneeiesn tangaenar ernie renaenaanaarenttiinNaeee 191
IL. Deber de colaboraciOn wc ccccsceeecssesscsseensscsecssssssssecssaecseesssscasseeeseeseasssususseassnaceeesssssnaceaeeseees 191
TIE SSAHOS ABU PALE sveccccsscesssassranensoocesassstseienseenapsesneneaven
seus cesar eocrertamnaiesienns notre nananaaesaeETes 192
l. Funcionamient0o de@ la NOMa vwccssseeeteesssneeseeseeesseccessseaseesreenaseeneseessis
science 192
2. Amotacion de la me@dida wwii cesses cc ccseeseesceesssessssseesessersserssnsseaeseasceasesseeaneaaanees 193
CAPITULO XV
VERIFICACION DE CREDITOS
ERREIUS XXVII
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
CAPITULO XVI
INFORME GENERAL
CAPITULO XVII
CATEGORIZACION DE ACREEDORES
Y PERIODO DE EXCLUSIVIDAD
ERREIUS XXIX
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
CAPITULO XVIII
SALVATAJE DE LA EMPRESA
B.1.2. Tmteresad.....csecscsesseersesseeeseessesncesseseesneeanescrscscssseensenarensecstaneensersarsseesesseeneeerses
3.2. Valuacion de las participaciomes SOCIAIES ......ccuecseeessseseesaccesnsstscsseanssssnressesesessneenasess
3.2.1. Valor real de mercado .........ccceccessssssseseseeeeecsesescnceeesecesesesesessseseseseaesecsssaeaeaeseerees
3.2.2. PYOCECEMICTIOO ...cccce cc ceneeeeeteee see eeeeeesneeeecceteestensenenerteceieemeaeneetacssnecasaaeaneeenees
3.3. Acuerdo Con los acCre@dOres.....ccccecceeeseseesesseeeeenseseeseseeeenenenececsecseaeseneeneneeeeeseneaeeateanees
3.3.1. Comformacidn del acuerdo...cussssesseseneseseccrsseseseensessssiseaseacsnssescsnsnsaeeseensrees
3.3.2. Etapa homologatoria...........
3.4. Adquisicién de las partes sociales...........
3.5. Valor de las cuotas 0 acciones SOCIaIeS...........c
ccc eteccseceenenseeeseessensseenseseencececessenensensees
3.6. Adquisicidn de las partes 0 acciones SOCIALES 0.2... ecceeesceeceseseeseeaceeseneeceseeesenseneeeee
4: Salvataje cooperativomunsaunncenvennnee eT
CAPITULO XIX
ACUERDO PREVENTIVO
DARIO J. GRAZIABILE
INDICE
CAPITULO XX
CONCURSAMIENTO EN GRUPO O CONJUNTO
Te, WOM
WC CHIN esscsscictvecivesssneivencasavasaenecsvenccsvccanssnaennaveieateanciveriean
vinemanierreave vibmiaReiteeaTMRaNeTS 289
Ti; (SGI UES OSE PAO irc sscscecsnccnmvcarsesscostwaavensvescenncenmamrisicasnestereamemnareeanneermeanencauame
asta tae 290
1. 291
La PLesUPUSStO SUB[ELVO: ccsscccccsscorsccecsseacsesnivesscssvanunsvenssistisetccsotensuaenvvecstiseassiasveastinnsttieeti 291
1.2. PreSU PUGS OD JEHVG ne scasesinavca stannic aeninatreolsiimnscwedninieussnnecemTeNNNRT
aie 292
292
2.1. COM PONCE. a siscisuiecisacimanscrvesaraieseavesmnneemnannnnerneaucecenmnanenuaainennicce
nents 292
2.2 DeMianda. Hxpedientes SEPATAAOS ....ccecccsssovesssnsnercesecesesonsmenendannerssvacansnarenenensssaassnarves 293
2.3. SiN dicatura ...........cccceeseeeeeeeeees 294
24, Legitimacién de los acreedores... 294
2G PHO PUES tA ATTA CAAA vcs sevsncesceccesencennennetan conse cavscaasexavcavesssnsedsentanver ctaenseuneavenisnenenieaneeemnenent 294
2.6. Peg pS Pas ITT 8 ores ecceeanmroneneunucwenccanys caseencracr ousnseuneauseoremaunyneramenuammcceunesnte 295
ERREIUS
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
CAPITULO XXI
ACUERDO PREVENTIVO EXTRAJUDICIAL
CUARTA PARTE
CONCURSO LIQUIDATIVO
CAPITULO XXII
DECLARACION DE QUIEBRA
ERREIUS XXXII!
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
CAPITULO XXIII
IMPUGNACION DELA
SENTENCIA DE QUIEBRA
CAPITULO XXIV
CONVERSION DE LA QUIEBRA
EN CONCURSO PREVENTIVO
CAPITULO XXV
EFECTOS PERSONALES
CAPITULO XXVI
EFECTOS PATRIMONIALES
Te, Dept elesei esses scegasasatsnapatisiaiaiaan san acs cae saa anagian ig ics aa taal Maa gaa athe age leeale anita eabaa aaa 373
Tl; Desapoderarmien tens cascaasisssceseigenadeshaaaescaasavsgliaseeasn
ies sa gaaeavad sau aiaeaea MaMa cad aN Eiaeatndepashaamadientes 373
1. “Naturaleza furidica wecescesuesceccimcnnnceninaatiaieeenie
ae aS 374
CONncCepUaliZAciOh wascacciwmnimninicanninanAaEa AORN 374
mo fb
ERREIUS
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
CAPITULO XXvVI
EFECTOS RETROACTIVOS
DARIO J. GRAZIABILE
INDICE
CAPITULO XXVIII
EFECTOS SOBRE LOS CREDITOS
CAPITULO XxIX
EFECTOS SOBRE BIENES DE TERCEROS
ERREIUS XXXVI
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
CAPITULO XXx
EFECTOS SOBRE LOS CONTRATOS
CAPITULO XXXxI
EXTENSION DE QUIEBRA
CAdHII
AD sacicicicnninmmnninnncnnmmnni
aaa TTS
Tramitée dela extensidn de Quiehtasiccccissiaiciiinrciiiinnimanonisnnicacciinincnannn 473
COOTAINACION Ae PLOCEMIMIENLOS nc.cccrscrosresserccvssrersssanssorensverscessctsotesesecuteersmtsnensscieresaenien APA
Masa unica o masas separadas... 475
6.1. Masa tinica ee 475
G22., MASAS S6 PRTACAS) vacssissyessenercencerpnencetanienrsconiescmmrrcninatneueenarermencne AEG
ERREIUS XXXIX
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
CAPITULO XXXII
ACCIONES DE RESPONSABILIDAD
CAPITULO XXXIII
CONTINUACION DELA
EXPLOTACION DE LA EMPRESA
XL DARIO J. GRAZIABILE
INDICE
CAPITULO XXXIV
PERIODO INFORMATIVO
Ths: Perieades wife Any 0 ces eee cece eee ere een cnet ie peer un caters Aiea remae ata
1. One bre: directa sccccwossere wees aren mareenesi samen ron erreur rein ers sip ecu uen
2 Quiebra inditectasiiisiicinwanwinnini
anemia Wa RA Aaa
2.1. Casos de nulidad o incumplimiento del acuerdo preventivo............s:cceeccteeeereeee
2.2. Otros casos de quiebra indirectas.iccscccccisissasssicniencsssccascaiietenvanieieissateeents
24; Verilicaciondincideital
yeoccnccnme nian AOS RS
2.4. Recalculo de créditos ..............c.
2.5. Control reciproco de los acreedores .
Verificacién tardia en la quiebra....................
Pronto page laboral €t la: Quicbra sits isiecissssvisscsesivsscecsvstsivssevcvessssvctestievsrsteatvarseveieitetnseusdsts
4,15; CHBCILOS COMPHED CIAO S seeaccssstssscrssevenincsatacsess snsnnicesvecinea xe iabedinwoubanvaeabinduneatntebentsseeseatnae’
AD. THAI wecssiescccscinsiensvvas ssevssoeavaeviusvnvevavenuraaitanimeatanieis
an chantieeaeetreanieeiaa veaseuanberennastauaNeiNts
TH Comité: de Sone Gl sissiccsscnesvsvsnenssecoceaea cocci cca saa vnninecastenvaaenasieriavenrtamnivatadea
naan actin
CAPITULO XXXV
LIQUIDACION Y DISTRIBUCION
Is Intoducelon sscesseameenwenusen
aE ATE ASR Rae A TERN 515
515
1. OpOrinitla Qi:sves nani ee EE 516
Bali: TMG CaO 2 ee sneeeeree eee armen coset 516
12, Blazd: de liq uidaciGtiesscccss ancien
enone 516
ERREIUS XLI
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
2. SOUA J EStiOea sascha teases ia aan cua nsa sku ign hv an suas fun sudan dodanie Maida an sutnnsab adiignamboauaga casauboneananbunnsal@e 517
ae EV CUETN VES 5 cca ei isesvanaaseucnag eh 1a inazcen st auaneeaeadatuaiasanek abson Ginbeapie su uannlsapauaaugnnsuaiuncaaned serevareumdenciavearersines 518
3.1. Enajenacién de la empresa como unidad o del conjunto de bienes de un
eStableciMicnt. ...........cscsceesssssseesseseeeeeeesenseeeeesesncneccesssseasnesseesenssesatseeseeaneaeseeeasseneeeeatees 518
3.1.1. Designacion de enajenador y tasador oo... esssssesseeesesseneeeeeeeeerscessaeasenteeerees 519
BULGZ., LACTEACION:...ncsacsceseseserenssocennsrouronenseesuntseensenstye rstagshnanpewereseyeyssnsusesioneneieorstnonpensnesns 519
3.1.2.1. Base de la licitacién........... 520
3.1.2.2. Modalidades de la licitacion... 520
3.1.2.3. Fracaso de la licitacién.. 521
3.1.3, Venta separada. 522
3.2. Venta singular .... 522
eines Venta directa ...... 523
3.4. Bienes invendibles 523
Supuestos especiales..... 523
4.1. Concurso especial ss ccssnientientenncssiasl mea ee 523
411s Tramitesscancaccinaiacinnnn
in 524
AT iDe; GOs tens siasecaisvustey suede cass cucesuen eatassessasienia sseccaaeeuasatuaaiunguomoucisodiguassacdedg
esiasueeusgeuacanepts 525
4:1:32 Distibucion sasscansacn wren na a eur 525
4,2. Remate no fudichalsissssisscssasanesscuesusnt
sade cenicaeiaie ed nee 526
4,3. Venta de titulos y otros bienes cotizables 0.0... cc csecseceesecesesscsenseeeeesessseeseseessrenesees 526
4.4. LiquidaciOn de los credits. cssccscsccsscivsscssssisesiiscnscossuctitonsevestteisiaeetoubatbersodesteent
svedicbendiee 526
a
a. COM pPEnsatiOn wecccannsiccinannntasceiaeasai
ine nian Ei 526
527
Le TPO raie Pitta se ccescccseccosvinasnwamannieannn
inner aeanenteinnint ant 527
Ie; Rendi cin GE Cuenta S i iessccivcscsicsscccccenacecocccieriesucon
nina Tareadtia anatNcieatetaeanestesbTeTte 528
12; Resultado realizacién de los biemes ................:cccscceeessssesececeseessesccsastenececesedetesseetoesceenees 528
13s Detalle bienes pendientes de realizaciGn...........
eee teeceee eee ceeeteee tenes eeeeenaneaeeeeeees 528
1.4. PLGVECtS Ae GHD UCLON sass scssinvsnscarcesoussesiaseeieeeatscumiinesaantnatiuiensniiuatabantebentites
eusteiteatays 529
LAWL RESQIVAS wissiccrecescnetinacenesetnactamiiesnteei
aan detente meetin ERS 529
1.4.2, Repulacién dé HOMGrarids s.cccscscscscsssacoscecassessesescnecesassiaeacienaeennnvoavrenccesceeacess 530
Publicidad y notificacié6n saan ana RNS ARERR EARN EN 530
OBSeiVACIONES F SPO BAGH ciccacscs ccceicvansciveinnnesrecennvessrenarannererieinnnuntanspRntaeES 531
DIVO COMCOTSAN oy ssisiecisccevescanncanmennsesanperemaeanearieenemmanerrenemamarea
ene 532
4.1. PAG. svisiviscsssenennee 532
4.2. Caducidad del dividend0........c:cccscssseeessescserseecensnsserssssesenaseasueessessznsareessnavsrcatsensesenensses 533
DiS PIB UCIGIES COM PLEMSHTATIAS s.cversasevceressenmariencsanerses
ear sennitieas arnoerennenenrenenianierennes 534
a
CAPITULO XXXVI
PREFERENCIAS CONCURSALES
Te, SRR
GO TC CIO ep ssc scores cencernmcencecmuysussacsecepeuvevcnnenseneae
eaeeremnca aan reematcaemesavesnmanerpaeearnenenenss
TE, BRSTETEHCIAS CORGCIISAIES jo cccccnsawarcanmenaana
anna ERM eeu OER armen ET eAaNRERRS
ae Principios concursales sobre preferencias..................
Tle, SECIS TVR os casceazazescvenscascexceaeaseceaceaumssueevcenssunanvcesumeneenascmeveenesnau
quate aeumreoencerapaaanaeesaien
12, COnSSivACIGN: y ACU ACIOI 5. cicstsnsscreeacraisassertenienacenmeacenmansonrersenenasntecenaaatoeies
Créditos prededucibles .........cscseceesene
2.1. Gastos de conservacién y justicia ..
2.1.1. MOMENto On QUE SO DARAN ....crssesarssssvvesesstserseresuipsrenereseresentensasenseressenaersersesses
2.1.2. Posibilidad de ejeCuciOn......ceesccscsseseseeeeseessseaeestseerssssseseanseansenscesseenieanenees
2.1.3. Devengamiento de intereses wisest neeeeeeesseesseeneaneeaneececstsseaneeces
2.1.4. Saldo insOluto oo... eeecccceceseeseseeeeseesesetecseeesesesaeesnseseeseaseassecesssneeeenseneeacsesseeananseeas
2.2, ReS€rva de ZaStOS...csssscsseeerersscrssnsecnssersssecssassenseesrsnssiesnneessesensrsertasessaseaeneseessssnasnenseree
2.2.1. Créditos COMPTENAICOS ....cseccseessssesneeeessecssssesnsseeseecrsessesesenenecaccsseseaeanseces
2.2.2. Reserva para HOMOra4Pids.......csecececssesssessseaseeessesseseeseeesaescsresssansnenenscasesensenseatenes
Créditos con privilegio especial .........ccscccsseesccsssssecsecsecsesssssessneeesessnessenseseseaseaeeseecsssnasnensecee
3.1. Gastos de construcciOn, Mejora O CONSETVACION 0.0... cece eee see eeesee eee cseseeeeeees
3.2, Créditos laborales .....ssssessseeeseseessesssenscesecessemeaescsecseeasieaesnessecsensaaeenseaeeesvessesenansense
3.3. Créditos fiscales..............
3.4, Créditos con garantia real.
“b> Derecho deretencl Oneness ccc ee ae ee
3.6. Privilegios de la Ley de Navegacién (ley 20.094) ...
3.7. Privilegios del Cédigo Aerondutico (ley 17.285) ...
3.8. Superprivilegio del Banco Central de la Republica Argentina (art. 53, ley 21. 58) %
3.9. Privilegios del seguro de responsabilidad civil (arts. 118 y 160, ley 17.418)..............
Crédiios con privilepio-peneral ec: coco aneeeen oes aur ee nian see
4075, (ohedttos: 1a ota les sevsssssssercarasswsacsacaceuusemesngeseus
sarcevanes eae asta ueaicy cet ast saaalseea rune aetasedatss
42. Gréditos dela seguridad SCI a] iessscssccsscssessscvseeess
csv veewgpeeereanntaeu ne ttedieces etavi danced:
4.3. Créditos contra personas HUMAMAS ...............s:cssescesssssssssesssesesetssessatnnssenesarsesnenanassenees
ALAS, (GPCOItOS TISCAIES sei ccccsrcsicmemniiaeatnn
mnie ena cin netetoReNNNTpRTII eaten
4:55 -Faetiras de Crediton cscnieccaien GARR
Créditos quirografarios ...ccssseeees
Créditos pagaderos en el extranjero,
Crédit6s SubOrdin ad OS xieacisssscccancanianannniasainunnnnacinn
ei
ERREIUS XLII
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
CAPITULO XXXVII
CONCLUSION DE LA QUIEBRA
I. Introduccién 557
TE COChISiG: Ge 1a Quid
bea sicsiciicsccssniascasascnsonsssnnsacetsnnicnariansenvasinsnsescavvanasancesnsuannavtisansunsoniannannnnabantes 557
Le AVONIMICIUO 0c ccscecsccseccssvsnneveneesscceecsenrsvoruceenee esciinasnenins 558
TAL, OR tHaliA AGB rc cccsavecmrscrsescreusnrempousnanexcancnnasinnnanrseuaeeeoaunaNenne
daar ecIRRT eR 558
1,2) UP ARITA ps cccusnsescesrssysvexecnsrcccmus eeancemueniamnenmannaenanccnmernnnncamianeriemunretneries 559
1.3. Oportumidad
y resolucin.............sssseesesssrenseneeesssssrsenscssnecarensnensnsntonnsereeseneertoreeneneerses 559
DL BEGG BGS scseracensicnennsensnenseseenscnseeszucwes
aun seibuan entra tr era nserver ciate mere AT Umer EOD 560
2. Pago total..... 561
Bel, REMANENCE ceeenssnssernnnsenersenrennnsnen eatctnsnsenrnpcdnpanseansniieninpernianensveenncastasannenseneaenstessarnnnaentnn 561
2.2. EfOCtOS.....cccscssecssserssssssseesseseseesssssseseseasensesesessuseeeeensseessncsdsesensesaeansneseasneaeensseesseesesensensearee® 562
3B. Cartas de Ppago....eccecesssssssenssescseesssrsnescsenressesrsssensenseesensessnsssaneraressnecsnaneansenserssseetssseeneensses 562
4. Imexistencia de acreecdOres....ssesscecssscsesssesseeescscsesssseeeensesesseesceeeaesnaaeessescsnanseenenesesssescsseananarens 563
IIL, Clausura del procedimient0.....ccssscsssssecsassecssssssessssssensessesssescessssnanensssesncessassecsnsenscassssseneesseesens 564
1. EPOCCTOS...s.scceseseseseseenseeeesssnsensssensnscssessnsvensssacsesensssiesssaaeenseesensaresiensansearessesnsnsaseaessensssiearseseaneneerses 564
2. Reapertura... 565
3. Distrib uciGnn fit ...........cccssssssescssesssscsscassesencecssssssseceseseescssssssssaesnseaccesescsscasaeeeseassssescesseensneasses 566
A, Falta de activo .....csssscssssssssessnssnseseesssssnensaaseneessessssssscensnessrsatsessnsanseavecsuseatensaaeesseesessscesnvensnensses 566
PRINCIPIOS GENERALES
I, INTRODUCCION
Los avatares de las economias mundiales han influido constantemente en las legislaciones
concursales de los diferentes paises, en algunos sectores aplicando ciertos regimenes econdmicos
que han tenido directa injerencia en la politica legislativa utilizada respecto de la crisis empresa-
ria. No siempre los resultados han sido los mejores,
Todo esto porque, lamentablemente, si las formas ordinarias de proteccion jurisdiccional del
patrimonio o del crédito han fracasado, también lo han hecho los sistemas concursales, como for-
ma extraordinaria de proteccién, Ya han pasado a ser los clasicos procesos concursales, quiebra
y concurso preventivo, como sistemas intermedios -entre ordinario y extraordinario- obsoletos
para resolver la crisis que provoca la insolvencia.
Hay una estrecha relacién entre economia, crisis y concursos, por lo que es necesario que la
legislaci6n concursal esté en sintonia con la politica econémica para poder eventualmente ser
iddnea para superar las crisis.
Por ello, el derecho concursal se ha convertido en una rama del derecho patrimonial de los
negocios que ha adquirido virtual protagonismo en diversos paises dejando de ser una parte del
derecho comercial para adquirir cierta autonomia. Muchas veces la salud econdmico-financiera
de un pais o regi6n depende de su legislacién sobre la insolvencia.
Tal importancia ha hecho que el derecho concursal se constituya a partir de un sistema nor-
mativo propio enmarcado dentro de un microsistema satelital del derecho privado general. Y di-
cho sistema normativo, en el Ambito de los concursos, incluye un sistema sustancial y otro proce-
sal, que lo hace completo, o casi completo desde sus institutos y también desde lo formal.
Entonces, en materia de concursos, legislativamente existe un sistema concursal indepen-
diente, regulado a partir de principios propios, que forma parte del derecho patrimonial gene-
ral, el cual se desarrolla a partir de las ideas de patrimonio, crédito y crisis, concatendandose mas
modernamente también con Ja nocién de empresa, lo que hace que existan diversos intereses en
juego que deben armonizarse para su proteccion.
Entonces, el derecho concursal como integrante del derecho patrimonial se relaciona estre-
chamente con las nociones de crédito y su contrapartida, la obligacio6n, dando nacimiento a la
responsabilidad patrimonial.
El sistema concursal aprehende el crédito a través del problema que genera el incumplimien-
to de la obligacién, lo que se constituye, en este Ambito universal, en el estado generalizado de
cesacion de pagos en relacién con el cumplimiento regular de las obligaciones.
Existe un sistema obligacional comun regulado en el CCC que integra el derecho patrimonial.
ERREIUS 3
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Dicho sistema va a ser aplicado de modo diverso, sujeto a reglas propias cuando el sujeto
deudor se enfrenta a sus acreedores ya no de modo individual sino colectivo. Esta circunstancia
derivada de la aparicién de un fenémeno objetivo (estado de cesacidn de pagos u otros), que dis-
para entonces un régimen excepcional (en tanto no es el ordinario ni comun) solo aplicable ante
la aparicion de dicho fendmeno de colectividad, el que no puede ser dejado sin efecto, y que posee
caracteristicas imperativas o de orden publico, prevaleciendo frente a la aplicacién del sistema
obligacional comun.
El derecho patrimonial (dentro del cual cumple una funcion esencial el derecho obligacional)
contiene dos modos de efectivizar dicha garantia: uno individual y otro universal.
1. Nociones de patrimonio
Como consecuencia del vinculo juridico complejo que constituye la obligacion, el ordena-
miento juridico provee al acreedor mecanismos de agresion patrimonial que le permiten -en caso
de incumplimiento de aquella- satisfacerse con la ejecucién del patrimonio del deudor, enju-
gando asi el dafio que dicho incumplimiento hubiera causado. Es entonces que, constituida la
responsabilidad patrimonial ante un deber juridico, aquella acttia ante el incumplimiento de la
obligacién por parte del deudor. Ello hace a la existencia de la relacion intima existente entre cré-
dito y patrimonial
El patrimonio es un atributo de la persona. VELEZ SARSFIELD, en la segunda parte del art. 2312
del Cédigo Civil, definia al patrimonio como constituido por “el conjunto de los bienes de una
persona’, aclarando en Ja nota a dicho articulo que “El patrimonio de una persona es la univer-
salidad juridica de sus derechos reales y de sus derechos personales, bajo la relacion de un valor
pecuniario, es decir, como bienes’, una universitatis inris. Tal visién fue inspirada en ZACHARIE,
que entendia al patrimonio como una expresion juridica de la persona, la evolucion de la teoria
de AuBRY Y Rau, afirmaba que el patrimonio se deduce directamente de la personalidad, se en-
tiende que el patrimonio es el poder econémico del sujeto de derecho, es decir que es el conjunto
de los derechos econémicos que el orden juridico le reconoce (SATANOWSKY).
E! contenido de ese patrimonio tiene dos caras: el haber, comprendido por los bienesy crédi-
tos (lo que conforma el activo), y el debe, que serian las deudas (lo que compone el pasivo), cuya
diferencia arrojaria un saldo, entendido en lenguaje contable como patrimonio neto. Las deudas
se conciben como posesiones negativas del sujeto, incidencias que restan del activo, permitien-
do concluir en el saldo que es la verdadera valuacién del patrimonio (bona non intelligentur nisi
deducto aero alieno: el patrimonio se entiende deducidas las deudas). Desde el punto de vista del
empresario, el patrimonio compone su hacienda, entendida como el conjunto de bienes organi-
zados por el empresario para la explotacién de la empresa, su actividad profesional (ASCARELLI).
Juridicamente, patrimonio son los bienes de una persona. El patrimonio, atributo de la per-
sonalidad, como dice un antiguo axioma juridico, es la “prenda comun de los acreedores’, el que
se incorpora legislativamente en los articulos 242 y 243, CCC. El patrimonio tiene una doble fi-
nalidad econdémica, una activa y otra pasiva, la primera como elementos indispensables de la
explotacién empresaria y la segunda como requisito ineludible para la contrataci6n empresaria,
mas precisamente configurarse como la garantia de los acreedores.
El patrimonio se convierte en el blanco sobre el cual se ejercera el poder de realizacion del
interés de los acreedores. Sobre él, los acreedores se cobran sus créditos con el producto obtenido
de la ejecucidn de alguno de los bienes (ejecucién individual) o de todos ellos (ejecucién colecti-
va). Todos los acreedores (seguin las preferencias de cada uno) se ven garantizados, en principio,
con todos los bienes (se excepttian los inembargables) componentes del patrimonio de su deu-
dor, y ante la insatisfaccién de sus deudas podran ejercer los actos ejecutivos correspondientes. El
patrimonio del deudor asume asi, respecto del acreedor, una funci6n de garantia litispendente de
la obligaci6n, y el acreedor tiene derecho a confiar en esta funci6n; la proteccién especifica de tal
confianza es una extensidn de la proteccién del derecho subjetivo (PayARrp1). La relacion obliga-
cional entre deudory acreedores es la que impone al obligado satisfacer la prestacién a su cargo,
y cuando esta es incumplida se convierte en la obligacién de resarcir el dafio causado por dicho
incumplimiento. Al no desinteresarse en forma voluntaria al acreedor, se lo habilita a ejercer el
4 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO | - PRINCIPIOS GENERALES
ERREIUS 5
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
procesos; aqui existe “concurso” en el sentido de concurrencia de varios sujetos sobre un mismo
bien (ROUILLON). Entonces, el fin de la ejecucién individual es satisfacer al acreedor a través de la
venta forzada de un bien o bienes del deudor, pero cuando existe impotencia patrimonial genera-
lizada, dichas acciones se tornan estériles y nacen asi las acciones de solucién de la insolvencia y
las llamadas acciones colectivas.
Se ha dicho que la insolvencia es una patologia financiera, por un anormal funcionamiento
del crédito; el insolvente es un sujeto con crédito quebrado, un desacreditado, es decir que si se
cuenta con crédito se excluye la insolvencia (ALEGRIA). Sin embargo, para sostener ello es indis-
pensable que el crédito siempre esté en directa relaci6n proporcional con la magnitud de la acti-
vidad empresarial, dejando siempre incolume la responsabilidad patrimonial de esta; en el caso
contrario, el crédito agravaria la insolvencia (PROVINCIALI).
3. La empresa
E] patrimonio como atributo de la personalidad de la persona y el crédito garantizado con
aquel patrimonio no acercan a una nocion personal del derecho concursal. Mas contemporanea-
mente la vision se ha alejado un poco de estas ideas acercandose a la de la empresa como unidad
productiva y sus consecuencias correlacionadas. El derecho concursal tiene una mirada directa
ala empresa, desviandola del empresario. Con ello, se preocupa ahora por la interrelacién con
ella, yase trate de consecuencias sociales o estatales, centrandose en la clientela, los trabajadores
y ahora si en el interés general. Asi se modifica el norte del derecho concursal, dandole nuevos
principios que lo rigen creando un verdadero sistema concursal.
La empresa incluye una determinada actividad organizada con un patrimonio destinado al
cumplimiento de determinados objetivos, los que pueden o no ser lucrativos. Tal importancia
tendria que tener como finalidad la reinsercidn de la empresa en la sociedad o cuanto menos sus
bienes en la economia, dandole preeminencia a su funcién generadora de riqueza. No se trata
del mantenimiento de la empresa para el empresario sino para la sociedad porque en la empresa
se enlazan intereses que escapan a los de su titulary sus acreedores. Sobresale el interés publico.
La empresa es un bien valioso que preocupa al derecho concursal por lo que se busca la pro-
teccidn de los centros de interés y no necesariamente a sus titulares. Tal importancia tendria que
tener como finalidad la reinsercién de la empresa en la sociedad 0 cuanto menos sus bienes en la
economia, dandole preeminencia a su funci6n generadora de riqueza.
Por ello el recupero del crédito pasaria a un segundo plano.
1. Concepto y caracteres
Entendida la idea del patrimonio sin mayores esfuerzos, puede incluirse al derecho concursal
dentro del derecho patrimonial y, dentro de él, aquel destinado a resolver las crisis de insolvencia
patrimonial.
6 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO | - PRINCIPIOS GENERALES
ERREIUS 7
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. La crisis de la empresa
En el ambito del presupuesto objetivo de los procesos concursales se exige un cambio funda-
mental, cual es la nocién de “insolvencia” por la de “crisis de la empresa”, para que la solucién
concursal llegue a tiempo, pues en la cesacion de pagos la crisis ha producido metastasis, lo que
levaria o Neva a una dificil recuperacién.
El riesgo y la ganancia son el sostén economico de la empresa, que comprometen la respon-
sabilidad patrimonial de esta y en la actividad empresarial econdmico-comercial, el sujeto afecta
todo su patrimonio, lo que queda directamente relacionado por el crédito, pues el mayor o menor
crédito que tenga deviene de la confianza que den sus bienes a los acreedores.
Las causas de la crisis pueden ser internas o externas ala empresa, contempordneas 0 preexis-
tentes, por ello es que no siempre la actitud asumida por el empresario es la condicionante de los
problemas financieros que se produzcan; por ello, estos no siempre son nacidos de decisiones or-
ganizativo-administrativas. La crisis de laempresa se agudiza cuando se produce un brusco paso
de un periodo de bonanza econémica a otro periodo duro y competitivo, lo que agrava el proceso
8 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO | - PRINCIPIOS GENERALES
Como nos ensefa ALEGRIA los intereses comprometidos en la insolvencia dejan de ser bipo-
lares (deudor-acreedor) sino que pasan a ser multipolares, siendo de primordial importancia los
intereses de los trabajadores, de los clientes, de los proveedores, el mercado y de la economia en
general. La mayor proteccién de uno u otro de los intereses que se involucran en el concurso tiene
que ver con la ideologia y el sistema adoptado por una determina ley concursal. La comunidad
tiene un interés social en la empresa, su proteccién va mas alla del interés del empresario, por lo
que los principios protectores de una buena ley de empresas en dificultades exigen distinguir ala
empresa del empresario (ALCONADA ARAMBURU).
Seguramente que existira colisidn entre los principios que reglan la crisis empresaria y la so-
lucién de la insolvencia, respecto de otros intereses protegidos en ella. Se enfrentan el interés del
acreedor, entendido individualmente, con el interés de la colectividad social en el mantenimiento
de la empresa en marcha. Alli fue cuando se advirtio que la solucion originaria de la insolvencia,
ERREIUS 9
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
la falencia o concurso liquidativo, la quiebra, se manifestaba insuficiente a los fines para los cua-
les habfa sido creada, entendiéndose que la importancia econémica de la empresa en cuestion
era directamente proporcional a los intereses multisubjetivos afectados en caso de que esta des-
apareciese. Asi, la suerte de las actividades empresariales pas a ser la principal preocupaci6n de
lalegislaci6n concursal, reconociéndose que la insolvencia no era solo un problema entre deudor
y acreedores, sino que tenia afecciones multisubjetivas.
En la empresa econémica se encuentran comprometidos intereses de los trabajadores, los
proveedores, intereses fiscales, clientes e incluso, en la empresa de gran magnitud, pueden in-
corporarse intereses demograficos o poblacionales. Existe una interrelacién entre la empresa y
el medio donde se desarrolla, que ante su crisis y eventual desaparici6n produce afecciones a
todos, las cuales tratan de ser evitadas por el derecho concursal a través de la mejor solucion de
la insolvencia. Por ello, “los distintos intereses afectados por la insolvencia, las graves repercusio-
nes de esta y los plurales sujetos involucrados que aspiran a la tutela legal, la necesidad de reali-
zar justicia conmutativa, asi como los principios orientadores elaborados a través de la historia”
(ROUILLON), explican la existencia de una legislacion especial, la concursal, que responde a los
conflictos intersubjetivos producidos por la insolvencia patrimonial en forma distinta a como lo
hace el derecho comtin, Ademas, se busca proteger conjuntamente en la insolvencia los derechos
de los acreedores, la dignidad de la persona del deudor y la proteccién de la empresa como enti-
dad social y econédmicamente significativa (RIVERA).
La proteccion de los derechos de los acreedores es la problematica principal no solo del dere-
cho concursal sino de todo el derecho patrimonial desde siempre. Cuando el patrimonio en crisis
es insuficiente para desinteresar a los acreedores, alli es cuando debe actuar el derecho que solu-
cionaria tal insolvencia. También para posibilitar la reinsercidn de la persona caida en insolvencia
a la vida social y profesional es necesario proteger su dignidad y procurar una rapida rehabilita-
cidn del deudor para que vuelvan a la actividad econémica o social que realizaba. Finalmente, en
la insolvencia debe procurarse, la preservacion de la empresa por sus multiples implicancias, lo
que ha hecho retroceder significativamente la tutela de los acreedores.
La tutela de los intereses en lacrisis de la insolvencia se perfila en diferentes angulos de politica
legislativa econémico-juridica; se puede encontrar un régimen de injerencia sobre los resultados
de mercado, es decir, los sistemas llamados de contractualismo concursal -antiguo voluntarismo-
que impiden que las decisiones de mercado sean tomadas por el juez; y otros regimenes que se
basan fundamentalmente en la jurisdiccion, en el intento de tutelar estos intereses comprome-
tidos ante la insolvencia empresarial, por supuesto sin sacrificar el de los acreedores (IGLESIAS).
Todos los intereses que convergen en la crisis empresarial o en la insolvencia en general son
dignos de ser tutelados en mayor o menor medida. Y la patologia que exige la proteccién de estos
no rige solo dentro del derecho concursal, sino que también existe un derecho preconcursal 0
paraconcursal (Rojo). Asi se busca la proteccién de los intereses involucrados en la insolvencia,
incluso fuera del marco concursal-judicial, es decir, en una etapa extrajudicial que podra ser con-
cursal o no.
El concurso histéricamente procur6 la proteccién casi absoluta de los intereses de los acree-
dores involucrados, desde el mismisimo derecho romano. Esta importancia en la proteccién de
los intereses de los acreedores fue decayendo a medida que crecia el interés por la subsistencia 0
proteccidn de los intereses generales involucrados en la idea de empresa. Los derechos laborales
y el mantenimiento de la fuente de trabajo y el sostenimiento de la fuente productora de bienes y
servicios hicieron que los acreedores, 0 mas precisamente sus intereses, pasan a segundo plano.
El interés de los acreedores quedo subsumido en el interés general.
Contrariamente a lo que ocurrié con los acreedores, el deudor, de la misma manera que se
produjo la evolucién del derecho obligaciones, no era considerado por la legislacién concursal,
o cuanto menos, no se buscaba proteger su interés. La quiebra era infamante. Ahora cuanto me-
nos, se busca sostener la dignidad de la persona de! deudor. Esta dignidad exige la preservacién
de un minimo de bienes que permitan al deudor conservar lo necesario para vivir dignamente
con su familia, Pero ademas de ello, en la actualidad, debe reconocer la posibilidad del que el
10 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO | - PRINCIPIOS GENERALES
El derecho concursal debe apuntar a un equilibrio donde se mantenga la dignidad del deudor,
pero principalmente debe buscar la superacion de la insolvencia de la manera menos traumatica,
socialmente hablando, y manteniendo una importante posibilidad de amparo de los derechos de
los acreedores. En la historia concursal ha faltado poner ello en su justo punto, pues no ha puesto
en la balanza tales intereses para ser ponderados prudentemente, sin que prime uno sobre el otro.
Siempre la politica legislativa ha transitado caminos diversos, 0 dandole prioridad a los deudores
o alos acreedores 0 en su caso ala empresa 0 a los intereses publicos, y cuando no dandole supre-
macia a los intereses sociales, especificamente a los laborales. Y tan graves son las consecuencias
de la insolvencia y la determinacién equilibrada de sus efectos que se ha llevado a cambiar el
rumbo y dirigir el derecho concursal a la prevencién de la crisis empresarial para lograr una salida
acorde a los intereses que deben ser protegidos.
El concurso o mas precisamente la legislacién que lo regula debera proteger de manera jus-
ta los intereses involucrados. Debera proveer que el incumplimiento del deudor perjudique lo
menos posible a los acreedoresy a la empresa, también debera proteger a los demas acreedores
y a los intereses generales de la eventual connivencia entre el deudor y alguno o algunos de sus
acreedores o terceros no acreedores. Por ello, la resolucién de la /itis concursal se realiza a través
del conflicto plurisubjetivo. Lo primordial es solucionar la insolvencia purgandola del patrimo-
nio, haciendo participar a los acreedores en una comunidad de pérdidas, buscando finalmente la
recuperacion de aquel patrimonio en crisis, ya sea a través de la conservacion de la empresa 0 por
intermedio del renacimiento patrimonial del deudor.
ERREIUS cm
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Las tibias reformas concursales del derecho comparado no han tenido la significancia necesa-
riamente revolucionaria que permita redescubrir el derecho concursal y lograr la reversién rapida
y eficaz de la crisis patrimonial empresarial.
También, y por envergadura tampoco menos importante es el problema del sobreendeuda-
miento de las personas fisicas, que dio lugar a su reconocimiento en el informe de INSOL (Consu-
mer debt report). Es necesario permitir la inmediata rehabilitacién del insolvente persona fisica,
ya sea simplemente consumidor y superado por el crédito; o emprendedor individual para miti-
gar los efectos psicolégicos de la crisis (ALEGRIA).
La economia declina, la empresa esta en crisis, la infeccién de la insolvencia existe, y lamen-
tablemente los sistemas legislativos de solucidn fracasan. Indefectiblemente se necesita el cam-
bio, no directamente legislativo, sino ideologico, en la forma de encarar las soluciones para la
insolvencia, y ello esta en plena etapa de gestacién. Para evitar ello, se pretenden importantes
modificaciones que a través de la injerencia estatal se pueda conservar la empresa, como elemen-
to econdémico util. Se requiere la intervenci6n estatal, ayudas estatales para la reestructuracién
empresarial.
Las crisis econémicas que se desataron durante siglo XX, han producido modificaciones y
verdaderos cambios de rumbos concursales en los paises que se han visto afectados. Estas crisis
sistémicas exigen un rapido movimiento de la normativa concursal. La globalizacién del mercado
extendié universalmente los problemas de la economia de mercado. La existencia de tratados o
convenciones internacionales buscan paliar los problemas causados por la globalizacion de los
mercados y la extension internacional de los problemas de la insolvencia. Esto ha llevado también
que organismos internacionales, como el Banco Mundial o el FMI tuviesen activa participacién
dentro de las politicas econdmicas internas de los estados afectados por las crisis globales.
Concretamente el nuevo modelo mundial esta dirigido a la protecci6n de la empresa, a la
superacion de la crisis empresarial y ala conservacion del emprendimiento empresarial valioso o
viable. Pero a pesar de ello, el derecho concursal, se ha convertido en una rama del derecho patri-
monial de los negocios que ha adquirido virtual protagonismo en diversos paises dejando de ser
una parte del derecho comercial para adquirir cierta autonomia. Muchas veces la salud econémi-
co-financiera de un pais o regidn depende de su legislacién sobre la insolvencia.
En conclusion, cada pais debe buscar internamente la ley mas efectiva para superar la insol-
vencia doméstica y los organismos internacionales, las normas adecuadas para los efectos trans-
fronterizos de las crisis empresariales.
12 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO II
ANTECEDENTES
I, INTRODUCCION
La insolvencia es un fenédmeno patrimonial con importantes efectos econdmicos, lo que ha
hecho que haya tenido una importante evolucién histdrica y la inica forma de entender esto es
adentrarnos en el andlisis en el origen y el desarrollo de las instituciones que desencadenaron a
la actualidad del concurso.
Desde el mismo nacimiento del derecho patrimonial, y mucho mas en los ultimos siglos, los
juristas buscaron las respuestas al problema concursal sin aun haber llegado a un resulta optimo,
lo que hace que haya un permanente cambio en las legislaciones concursales de los distintos
paises (RIVERA).
Para llegar a comprender esa evolucion durante el siglo XX y esta primera década del XXI,
deben conocerse los origenes histéricos del instituto y del proceso concursal, como asi también
del propio derecho concursal como sistema normativo en su conjunto,
II. ORIGENES
Desde la antigiiedad, aun antes del nacimiento del derecho romano, se registran prescrip-
ciones en las legislaciones de los imperios de la antigua Mesopotamia, especialmente el Codigo
de Hammurabi en Babilonia, para impedir que los comerciantes sean burlados o burlasen en su
trato, disposiciones que eran aplicadas para todo tipo de deudores, sean comerciantes 0 no.
1. Derecho romano
El derecho romano, por lo general, no es fuente del derecho comercial, pues este nace a través
de la comercializacion de la Edad Media; sin embargo, para conocer el origen del derecho concur-
sal, es menester retrotraernos hasta las antigiiedades romanas, porque es alli, conjuntamente con
el desarrollo del derecho obligacional, donde se encuentran los origenes de aquel.
ERREIUS 13
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
En el derecho romano primitivo, a través de la Ley de las XII Tablas, nace la manus injectio,
que obligaba al deudor a cumplir bajo la posibilidad de que su acreedor lo tomara como prisio-
nero para luego matarlo o venderlo como esclavo al extranjero (trans tiberim). Si los acreedores
eran varios se repartian el producido de la venta o el cuerpo del deudor. Otra posibilidad, dentro
del mismo sistema, era la paris secando o la concusu membrorum para el caso de existir varios
acreedores; podian repartirse el cadaver sin necesidad que la parte sea proporcional a la deuda,
en el primer caso, y en el segundo, vendido el deudor se repartia el importe obtenido entre los
acreedores.
Mas adelante, la Lex Poetelia Papiria, en el afio 326 a.C., abolié la pena capital y otros medios
vejatorios, aunque no pudo excluir la prision por deudas. Hubo un cambio fundamental en la
conceptualizacion de la obligacién permitiéndose el cumplimiento de la misma por su equiva-
lente dinerario.
El deudor podia liberarse jurando tener bienes suficientes para satisfacer la deuda, y asi nace
el primer atisbo de la ejecuci6n patrimonial, la bonam copia jurare, y, a través de la pignoris capio,
ciertos acreedores de naturaleza tributaria u otros privilegiados podian por propia voluntad to-
mar la posesion de bienes del deudor, sin poder venderla, para compeler su cumplimiento.
14 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Il - ANTECEDENTES
la actio pauliana, esta Ultima dio origen a la accion revocatoria. Es el nacimiento de las acciones
de recomposici6n patrimonial actuales.
Finalmente, en el derecho Justiniano se encuentra el primer gran antecedente concursal que
nace con el pactum ut minus solvatur que es el origen del acuerdo por mayoria, considerado el
primer medio preventivo de la quiebra. En este sistema, el heredero de una herencia insolvente
podia convenir con los acreedores la reduccion de las deudas aceptando aquel la herencia, que
en su evolucion llegé a que la votacién favorable de la mayoria obligase a la minoria en el caso de
remisi6n de una parte de la deuda, naciendo el llamado pactum de non petendo, el que vinculaba
alos acreedores “consensos’” ya los ausentes y disidentes, teniendo eficacia obligatoria para todos
a través del decreto del pretor.
2. Derecho intermedio
En el derecho romano, luego de la invasién barbara, tuvo mayor auge la ejecucién patrimo-
nial, conocida desde los origenes por el derecho de estos pueblos, pero cuando el deudor era in-
solvente primaba la ejecucién personal, y de aqui nace el hecho de que la fuga es una prueba dela
insolvencia. En esta época las legislaciones germanicas implican un retroceso en la evolucion de
la ejecucion respecto del estado que habia alcanzado en el derecho romano, se vuelve al maltrato
del deudor que se producia en el antiguo derecho romano. Habia coacci6n fisica y patrimonial. En
el derecho germanico solo se han encontrado instituciones exclusivas de la ejecucién individual
pero no de la colectiva.
En realidad, en este derecho intermedio, que va desde Ja caida del Imperio Romano hasta el
derecho de las comarcas, el derecho germano aporto las figuras de la prenda, del desapodera-
miento y el secuestro; la legislacion longobarda y franca introdujo el embargo. Es el nacimiento
de la ejecucion individual de la manera en que se la conoce en la actualidad.
Toda esta evolucién culmina con el cese de la justicia privada, pasando la ejecucidn a ser diri-
gida por la autoridad ptiblica, y asi, en el caso de pluralidad de acreedores, el secuestro origin6 el
concurso, nitidamente perfilado como ejecuci6n colectiva con caracter universal.
ERREIUS 15
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
del negocio, primera medida que dictaba el juez. Era una medida sancionatoria del fallido dentro
de cada corporacion mercanitil.
E! derecho estatutario, principalmente en las comunas italianas, se baso en dos pilares fun-
damentales que lo hicieron retroceder a institutos del derecho romano, la consideraci6n como
delictiva del deudor insolvente y la adopcidn de herramientas de compulsa del deudor para que
cumpla como antesala de la liquidacién falencial. Se mantuvieron la coacci6n de la ejecucion
colectiva y su grave represion e infamia. Todo fallido o failere era sospechado de fraude, decoctor
ergo fraudator.
Nacen también en el Medioevo las corrientes publicistica y privatista de la quiebra. La prime-
ra, representada por el derecho visigodo, tenia importante injerencia la autoridad judicial, siendo
importante la colectividad de acreedores y de la comunidad consorcial. Se funda esta corriente
en el hecho de que el deudor es un defraudador y el Estado tiene a su cargo la represion del ilicito
que importa la quiebra. La corriente privatista, continua su camino desde el derecho romano con
amplio despliegue activo por parte de los acreedores.
Paralelamente, en la peninsula ibeérica, en el siglo XIII, Alfonso X, el Sabio, publica sus Siete
Partidas, las cuales conforman un cuerpo normativo con una regulacion de las instituciones con-
cursales mucho mas logradas con una mejor técnica juridica. Considera a la insolvencia como un
estado patrimonial, aplicaba la par condicio creditorum, regulaba minuciosamente la verificaci6n
y graduacion de los créditos y la distribucion del producido de la liquidacion a prorrata. Trataba
particularmente la revocatoria concursal y los efectos penales de los actos fraudulentos. Permitia
asimismo un arreglo extrajudicial para evitar la quiebra.
4. Derecho francés
16 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Il - ANTECEDENTES
5. Derecho italiano
Corresponde al derecho italiano la creaci6n en el Medioevo de la mayoria de las doctrinas que
constituyeron la piedra basal del derecho concursal moderno.
Durante varios afios se siguié rigiendo la falencia italiana a través de los estatutos, luego mo-
dificados por los usos y costumbres. Incluso antes de la unificacién de la peninsula, en algunas
ciudades se utilizé el Codigo ALBERTInO de 1842, en otras el Codigo de Comercio francés 0 la ley
francesa de 1838 y en otras se adopto el procedimiento concursal de Austria, hasta que en 1865 se
sanciona el Codigo de Comercio para toda Italia, basado en el ALBERTINO, que seguia los mismos
principios que el francés.
Luego el Cédigo de 1883, destina un libro especificamente a las quiebras, como lo hicieron
luego casi todas las sistematizaciones mercantiles de la época. Sin embargo, las modificaciones
introducidas en la materia no satisficieron las necesidades de la época.
En 1903 se reforma el Codigo de Comercio incorporandose nuevas prescripciones respecto de
la revocatoria concursal, la reivindicaci6n en la quiebra y la incorporacion del proyecto de BOLa-
FFIO sobre concordato preventivo y pequenas quiebras.
El concordato preventivo judicial aparece como prueba por cinco afios en Bélgica en 1883,
pero con violencia legislativa plena, cronologicamente, aparecié en 1885 en Espana primero, lue-
go la ley belga de 1887 -la que venia experimentandose desde 1883- , en Francia en 1889, en
Portugal en 1888, la legislacion argentina lo incorpora en 1902 y recién en 1903 la italiana. La ley
inglesa de 1883 incorporaba una especie de concordato preventivo extrajudicial.
Las pequenas quiebras, estaban destinadas a sustraer a los pequenos comerciantes a la rigu-
rosidad de la quiebra.
Luego de importantes proyectos (como el de BONELLI) e intrascendentes reformas, se llega al
dictado en 1942 de la Legge Fallimentare que incorpora la administracion controlada y Ja liquida-
cidn forzosa administrativa. Nace a partir del Real Decreto 27. La aplicacion era exclusiva para los
empresarios con actividad comercial. Cabe destacar que esta legislaci6n mantiene vigencia en la
actualidad.
En 1979 se introduce a la legislacion italiana el procedimiento de administraci6n extraordina-
ria de grandes empresas en crisis (Legge Prodi).
6. Derecho espanol
El derecho comercialy también concursal espanol, por razones obvias, tuvo fuerte injerencia
en la legislacion del Virreinato del Rio de Ja Plata.
Paralelamente al desarrollo juridico-comercial de las comarcas italianas y las ferias francesas,
evolucionaba la materia en Espana, donde se dicta el primer cuerpo legal que se ocupa del insti-
tuto de la quiebra, el Cédigo de Las Siete Partidas de Alfonso el Sabio, sancionado en la segunda
mitad del siglo XIII, cientificamente mejor logrado que los estatutos italianos.
Los principales aportes espanoles de esta época fueron, la revocacién de los actos fraudu-
lentos que sirvid de base a la inoponibilidad concursal actual, la cesi6n voluntaria de bienes, el
acuerdo por mayoria consistente en la quita y espera que es la propuesta concordataria por ex-
celencia utilizada en la actualidad. Legislaba un acuerdo judicial y otro extrajudicial A ello debe
agregarse la constitucién de la masay la graduacion de los créditos. A través del principio de la par
condicio omnia creditorum se determinaba la distribucién del producido de la liquidacién de los
bienes. Estas normas sobre quiebra se aplicaban tanto a comerciantes como a los no comercian-
tes. El procedimiento era netamente publicistico.
Los principios concursales espafioles basados en el sistema publicista de la quiebra fueron
conocidos en el resto del mundo a través del primer tratado sistematico sobre la quiebra, la obra
de Francisco SALGADO DE SOMOZ<, titulada Labyrinthus creditorum concurrentium ad litem per
debitorum inter ellas caitsatam, con gran influencia mundial. La evolucién del concurso venia
imbuida del privatismo de los mercaderes italianos, pero encontraron el contrapunto justo en
ERREIUS 17
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
esta obra. Se reivindicaba asi los antecedentes de la quiebra que venian del derecho tradicional
romano.
Entendia al juez como director del proceso, el que se desarrollaba en interés estatal, buscaba
la anticipacion a la quiebra, desarrollo el inicid de la teoria del desapoderamiento, sostuvo que la
quiebra debia aplicarse alos comerciantes y a los sujetos civiles, impuso una especie de sentencia
homologatoria del acuerdo preventivo, y reconocia a la insolvencia como un estado del patrimo-
nio el cual resultaba impotente para el cumplimiento de las obligaciones exigibles que lo gravan.
Luego el derecho estatutario italiano superdé en influencia al espafiol y tuvo injerencia en las
Ordenanzas de Bilbao de 1737 separando la quiebra para los comerciantes, apartandose del de-
recho espanol que, sobre la base de las partidas, reglaba el concurso como instituto comin para
toda clase de deudores.
Determinaban tres categorias de fallidos: los comerciantes morosos (atrasos), los comercian-
tes quebrados inculpables (fallidos) y los comerciantes quebrados culpables o fraudulentos (alza-
dos). El ordenamiento era persecutorio y eminentemente penal; se disponia el arresto preventivo
hasta la calificacién de conducta. Tal divisidn tripartita buscaba mas la represion penal que des-
interesar a los acreedores. Los bienes desapoderados eran entregados a un depositario hasta que
los acreedores reunidos en junta nombraban al sindico comisario.
Y posteriormente el Codigo de Comercio espanol de 1829 tuvo la gran influencia codificadora
napolednica, por lo que su principal fuente fue el Codigo de Comercio francés. Fue completado
por la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881. Finalmente, dicho Codigo sufrié la reforma de 1885
que incorpora el concurso preventivo y en 1922 la de la Ley de Suspension de Pagos, que establece
el nuevo procedimiento de convenio del empresario con sus acreedores,
El régimen concursal espanol subsistié con estas instituciones hasta la reforma producida en
el afio 2003.
18 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Il - ANTECEDENTES
libertad condicional bajo fianza. En 1872, por una ley independiente, se suprimié la prisi6n por
deudas, aunque no se aplicaba a los fallidos.
Los aciertos de este Codigo se los encuentra en el perfeccionamiento de la interaccidn entre
normas de forma y de fondo, la breve verificacion de créditos; se mejoro el sistema de liquidaci6n
y distribucion y se legisl6 sobre los efectos de los actos en el periodo de sospecha. El gran fracaso
fue la regulacion de las moratorias, que era otorgada al deudor que probaba que la insolvencia
provenia de accidentes extraordinarios, imprevistos y fuerza mayor, y ademas justificaba que po-
dia pagar luego de una cierta espera. E] problema era que la moratoria era aprobada por una ver-
dadera minoria (el rechazo se hacia por el voto negativo de dos tercios de los acreedores y las tres
cuartas partes del capital) y las homologaciones fueron muy generosas. Otra frustracion fue la del
concordato resolutorio, el cual nunca se lograba porque estaba previsto para una etapa posterior
a la calificaci6n de conducta, momento en el cual, el fallido se encontraba preso, desapoderado
de sus bienes y con un descrédito total.
ERREIUS 19
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
TIN Y HERRERA, denominado Proyecto de Ley Nacional de Bancarrotas conforme nuestra Carta
Magna.
En 1920 coexistiendo con la ley 4156 se sancionala ley 11.077 e incorpora en las leyes procesa-
les el esperado concurso civil para solucionar la insolvencia de los no comerciantes., La tendencia
fue seguia por todos los codigos procesales civiles y comerciales de las provincias y rigieron tam-
bién conjuntamente con las leyes posteriores hasta ser derogados en 1972.
Durante la década del sesenta se produce el iter reformatorio de la Ley CASTILLO; asi, en 1966
se forma una comisi6n a tales fines integrada por los Dres. ALEGRIA, FARGOSI, HALPERIN -Susti-
tuido por MALAGARRIGA- y QUINTANA FERREYRA, quienes presentaron el anteproyecto en 1969, el
cual fue sometido a consideraci6n de la doctrina del momento, lo que llevé a presentar el proyec-
to definitivo en 1972, sancionado como ley 19.551.
Las ideas-fuerza de esta ley fueron la proteccién adecuada del crédito, la conservacién de
la empresa util, la amplitud de la solucién preventiva, la actuaci6n de oficio de los 6rganos judi-
ciales, la proteccién del deudor de buena fe y la severidad para el deudor que abus6 del crédito,
la proteccién del comercio en general, la extension de responsabilidad, la unidad concursal, la
proteccidon de las relaciones laborales. Estos principios servian para identificar temporalmente a
la ley, darle sustento estructural y otorgar base de interpretacidn de sus normas
En 1983, se sanciona la reforma de la ley 22.917, que produce algunos ajustes en la ley con-
cursal, trayendo como novedades la unificaci6n subjetiva de los concursos para comerciantes y
no comerciantes, la regulacién de los acuerdos preconcursales y la nueva extensidn de quiebra.
20 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Il - ANTECEDENTES
La ley sufrid, en el afio 2006, una nueva reforma, la de la ley 26.086, que, principalmente, mo-
dificé cuestiones relativas a créditos y relaciones laborales y destruy6 el fuero de atraccidn con-
cursal. Tuvo una impronta que buscaba proteger a los trabajadores por un lado y una consecuen-
cia practica por el otro, que fue descongestionar los juzgados comerciales de la ciudad de Buenos
Aires.
Finalmente, surge la ley 26.684, en 2011, que principalmente le da un nuevo enfoque a nuestra
legislaci6n concursal dandole preeminencia a la conservacidn de la fuente de trabajo e incorpo-
rando una activa y primordial participacion a las cooperativas de trabajo, no solo en la continua-
cidn de la explotacién de la empresa en quiebra sino también en el salvataje del art. 48 cuando no
ERREIUS 21
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
se ha fracasado el tramite ordinario del concursal preventivo. Esta ultima reforma con una impor-
tante decision politica en la direccién adoptada ha desmembrado la ley concursal y hay puesto en
neta contradiccion principios que la rigen, convirtiéndola en una verdadera marafia de institutos,
soluciones y direcciones incompatibles entre si.
1. Francia
El sistema concursal francés posterior a la ley de 1967 se basa en la noci6n de empresa, modi-
ficada por la reforma de 1984/1985, que norma el sistema de prevenci6n y solucién extrajudicial,
incorporando la ley de 1984 las figuras pre-insolvencia de /’information prévisionnelle, el procedi-
miento de alerta o lalerte y el reglement amiable, y la de 1985 el redressement o reflotamiento que
entraba a actuar ya con la insolvencia instaurada en la empresa. Este proceso de reforma culmina
con la ley de 1994 que modifica el sistema de prevenci6n y las soluciones de la empresa en difi-
cultades, Si bien no resulta profunda la reforma, la ley de 1994 mantiene el sistema de liquidacion
judicial y en la fase preventiva establece como procedimiento primordial al réglernent amiable,
dejando al redressement como una solucién excepcional.
A partir de 1984 la legislacion francesa se funda basicamente en el principio de prevencion de
la crisis que provoca la insolvencia. También rige en Francia a partir de 1989 el Ilamado sistema
de “sobreendeudamiento de particulares’? un procedimiento administrativo-judicial que regula
la insolvencia de personas fisicas por obligaciones no profesionales. El sistema concursal francés
mantiene sus lineamientos en el Code de Commerce de 2000, el cual se basa principalmente en la
prevencion de la crisis de la empresa en insolvencia, permitiendo la continuidad de la empresa a
fin de mantener su actividady el empleo con el unico fin de cancelar el pasivo —/a prévention et le
reglement amiable des difficultés des entreprises-.
Ya en 2005, se dicta la ley sobre salvaguarda de la empresa (Loi de Sauvegarde) que crea un
nuevo instituto concursal preventivo basado en el antiguo Rapport Sudreau de 1975, que se de-
sarrollaria previo a la existencia del estado de cesacién de pagos, pues su existencia patrimonial
excluye la salvaguarda empresarial. El] nuevo presupuesto objetivo son las dificultades patrimo-
22 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Il - ANTECEDENTES
niales que el deudor no esta en condiciones de superar, y que son susceptibles de conducirlo ala
“cesacién de pagos” Se busca asi el mantenimiento de la empresa para conservarla no solo como
actividad sino como fuente de trabajo.
Posteriormente y hasta la actualidad, el régimen concursal francés ha sufrido parches parcia-
les, con leyes modificatorias dictadas casi todos los aos, que no han modificado en lo sustancial
el sistema.
2. Italia
Sigue atin vigente en la actualidad en Italia la Legge Fallimentare de 1942, basada en la in-
solvencia de la empresa, que innova con la incorporacidén al sistema concursal italiano (quiebra
y concurso preventivo) de la administracién controlada y la liquidacién forzosa administrativa.
Varias leyes complementarias se han dictado desde aquella fecha que reestructuran el sistema
falimentario en ciertos casos. Debe hacerse mencién de la ley de 1971 que introduce la interven-
cidn estatal para los casos de insolvencia de empresas industriales, lo que se complementa con el
régimen de administracién de grandes empresas en crisis de 1979 (Legge Prodi).
Un importante vuelco en la orientacién legislativa nos deja ver un marcado intervencionismo
estatal en la legislaci6n concursal italiana, el cual queda plasmado también en la reforma proyec-
tada en el ano 2000 conocida como Disegno di legge delega aprrovato del Consiglio dei Ministri,
la cual busca la conservacién del patrimonio productivo. Tal proyecto desencadena en la ultima
reforma al régimen italico data de 2006/7 donde el presupuesto objetivo pasa a ser la crisis y no la
insolvencia, por lo que, a contrario con su historia, la nueva protagonista del concurso es la em-
presa con un impulso privatista en el tramite concursal exigiéndose el plan de empresa para su-
perar la crisis y satisfacer a los acreedores, considerando el consumo en la utilizacion de la unidad
empresaria. Triunfan asi las ideas de PAJARDI sobre el concursamiento de la empresa relegadas
por la tesis de PROVINCIALI y la orientacién de la Legge Fallimentarey el concurso del empresario.
En 2011 se sanciona la Ley de Composicién de la crisis de sobreendeudamiento. La ley surge
por la extraordinaria necesidad y urgencia de dictar en esta materia normas de composicion y
regula un tramite con una fase extrajudicial y otra judicial. El procedimiento esta destinado al
consumidor que no ejerce actividad empresarial. El sobreendeudamiento es entendido como el
perdurable desequilibrio entre el patrimonio liquidable y las obligaciones asumidas, pero tam-
bién comprende la definitiva capacidad del deudor para cumplir regularmente sus obligaciones.
El acuerdo que debe lograr el deudor con sus acreedores se lleva a cabo con la intervenci6on de los
organismos de composicioén de crisis de sobreendeudamiento que funcionan como un mediador.
La aprobacién del acuerdo se produce en sede judicial, donde se lograra conformidad de la ma-
yoria de los acreedores y la homologacién judicial.
3. Espana
Hasta la reforma del afio 2003, el sistema concursal espanol estaba constituido por el Codigo
de Comercio de 1885, la Ley de Suspensidn de Pagos de 1922 y la Ley de Enjuiciamiento Civil para
los comerciantes, y el Cédigo Civil regulaba el concurso civil para los no comerciantes.
La ley de 2003, luego de pasar por dos importantes proyectos, como fue el de 1983 llamado
Anteproyecto de Legislaci6n Concursal Espanol y el de 1994 conocido como Proyecto Espanol! de
Ley Concursal, logra la reforma tan ansiada por la doctrina espafiola. Esta ley 22/2003 se funda
principalmente en el principio de unidad legal, disciplinario y de sistema, adopta el mismo proce-
dimiento para el comerciante y para el no comerciante y unifica el proceso preventivo (convenio)
con el liquidativo.
Ante la crisis del 2008 y el consecuente cambio del entorno econdémico del aho 2003, el or-
denamiento concursal espafiol fue modificado en 2009, por la ley sobre “Medidas urgentes en
materia tributaria, financiera y concursal’ con el fin de facilitar la refinanciacién de pasivos de las
empresas que atravesaran dificultades financieras procurando evitar su insolvencia.
ERREIUS 23
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Finalmente esta la ley de 2011 sobre el nuevo régimen preconcursal que modifica el acuerdo
de refinanciacién de la ley del 2009. Se aporta al sistema concursal una solucion dagil y econémica
regulando una solucion alternativa al concurso, Es una suerte de acuerdo preventivo extrajudicial
de nuestra ley, que se concluye con la homologaci6n judicial. Estos acuerdos son luego oponibles
a la eventual quiebra posterior. Se busca la desjudicializacidn de la solucion de la crisis.
4, Alemania
Desde el siglo XIX la quiebra venia legislada en Alemania por la misma ley de 1877, con las
reformas de 1898y de 1957, la Konkursordnung, incorporandose la Vergleichsordnung 0 concurso
preventivo recién en 1935,
En 1994 se sanciono la ordenanza de la Insolvenzordnung, la cual entrarfa en vigencia a partir
del 1/1/1999, introduciendo un sistema unitario para la crisis econdmica de la empresa, es decir,
un mismo procedimiento para la liquidacién y la prevencidn. No necesariamente el proceso de
insolvencia recae sobre una persona, sino que puede desarrollarse solamente sobre el patrimonio
in malis. Existe un equilibrio entre los poderes del juez y la participacién de los acreedores; entre
ambos, en diferentes momentos, deciden la suerte del procedimiento. Importante es la incorpo-
racion que se hace del “plan de insolvencia” que debe contener una especial reglamentacion del
sistema de continuacién de la empresa a los fines de solventar la crisis.
La ley alemana resulté ser un adelanto muy importante en la legislaci6n concursal interna-
cional, con un sistema muy moderno, seguido ahora por otras legislaciones contemporaneas. Sin
embargo, en 2008, se reforma, como consecuencia de los avatares de la crisis mundial, el pre-
supuesto objetivo de los concursos, incorporando el concepto de sobreendeudamiento para los
casos en que la continuidad de la empresa es bastante probable o verosimil. Ello se le suma al
presupuesto clasico de la insolvencia.
5. Inglaterra
La normativa de quiebras del sistema del Common Law, a diferencia del resto del derecho,
tiene el mismo origen que el derecho continental, esto es, los estatutos italianos del Medicevo,
aunque debe reconocerse que viré su enfoque debido a las diferencias socio-econdmicas que la
separan del actual sistema continental.
Tiene vigencia en Inglaterra la Insolvency Act de 1986, la que se funda principalmente en el
discharge, es decir, la liberacién de las obligaciones luego de concluido el procedimiento de in-
solvencia, Este sistema, considerando a la cesacién de pagos como un accidente de la actividad
comercial, ha erradicado desde los primeros anos de su desarrollo el caracter represivo que reind
en el derecho continental. Lo mas novedoso de esta legislacion es la transferencia de la empresa
aun tercero administrador 0 insolvency practitioner durante la tramitacién del procedimiento. La
actual legislacidn inglesa se encuentra complementada con las reformas no sustanciales de 2000
y las incorporaciones de la Enterprise Act de 2002, y la enmienda de 2005 con un nuevo proceso
para personas humanas, sociedades de personas y sociedades por acciones.
6. Estados Unidos
El Bankruptcy Code rige en los Estados Unidos de Norteamérica desde 1978 con la importante
reforma de 1994 y la mas trascendental de 2005, como ley federal que legisla la insolvencia en
cuatro procedimientos: el liquidativo, el especial para personas publicas municipales, el reorga-
nizativo o preventivo y finalmente el destinado a personas fisicas no comerciantes, todo ante un
fuero especial concursal.
No puede dudarse mas que el Bankruptcy Code norteamericano es el principal referente de
la legislacié6n concursal argentina actual, aunque ha fallado en recoger el espiritu del sistema an-
glosajon, “considera a la quiebra un efecto normal de la vida de los negocios en una sociedad
capitalista abierta a la competencia y al juego de oferta y demanda’, pues si bien se han realizado
24 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO II - ANTECEDENTES
ERREIUS 25
CAPITULO III
PRESUPUESTOS SUSTANCIALES
I, INTRODUCCION
Para existencia de concurso son necesarios dos presupuestos sustanciales, el objetivo, reco-
nocido en el estado de cesacidn de pagos y el subjetivo que corresponde al sujeto concursable.
Luego para la existencia del proceso concursal se requiere un presupuesto procesal, cual es la
sentencia que lo abre, declarando la existencia de los presupuestos sustanciales y constituyendo
el status concursal.
Los presupuestos sustanciales, tanto el estado de cesacién de pagos como el sujeto sometible
concursalmente se constituyen en elementos que el presupuesto procesal debe declarar como
existentes para constituir a partir de la sentencia de apertura del concurso el estado concursal.
Existe una estrecha concatenacidn entre el sistema sustancial y el sistema procesal del sistema
general concursal, se amalgaman tanto el instituto como el proceso para lograr la superacion de
la crisis patrimonial de un determinado sujeto.
1. Distintas teorias
Desde antiguo las legislaciones se han preocupado por determinar el presupuesto objetivo de
los concursos, es decir, definir cudndo se debian abrir dichos procedimientos. Histéricamente se
han desarrollado diferentes teorfas referidas al presupuesto objetivo de los procesos concursales,
lo que ha culminado con una postura casi conteste en la legislaci6n concursal.
ERREIUS 27
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La primera tesis que se desarrollo en el universo concursalista sobre su estado sustancial ob-
jetivo fue la conocida como “teoria materialista’
Es aquella que toma la cesacién de pagos como incumplimiento, es decir que se pone de ma-
nifiesto a partir del incumplimiento de alguna de las obligaciones debidas, sin tener en cuenta
las causas, ni el estado patrimonial, admitiendo solamente la posibilidad de excepcionarse del
deudor, es decir, cuando existe una oposicion legitima al pago. El principal sostenedor de la teoria
fue Leone BOLAFFIO en Del fallimento, seguido por los principales autores argentinos de la época.
La critica fundamental que cay6 sobre esta formulacién fue el desconocimiento de que la
quiebra era y es un problema patrimonial, y la cesacion de pagos es la insolvencia, estado de im-
potencia del patrimonio para cumplir regularmente. Ademas, la quiebra 0 la ejecuci6n colectiva
no eran destinadas a liquidar el patrimonio respecto del cual se incumpli6 una obligacién, sino
aquel que se revelaba impotente para el cumplimiento. Y finalmente, lo mas injusto, que era de-
clarar la quiebra de un comerciante por no pagar una deuda cualquiera, por mas insignificante
que sea, convirtiendo la quiebra en un medio compulsivo de cumplimiento; y por el contrario no
declararla para el comerciante, que cumplia sus obligaciones por medios irregulares y era titular
de un patrimonio insolvente.
La consecuencia de aquella teoria hizo nacer, a fin de soslayar sus efectos negativos, la “teoria
intermedia’, que es la primera que reconoce el presupuesto objetivo concursal como un estado.
Esta posicion traduce la cesacién de pagos como un estado patrimonial que solo puede exteriori-
zarse a través de incumplimientos efectivos, los cuales deben ser apreciados por el juez para saber
si obedecen a falta de recursos o denotan realmente un estado de impotencia patrimonial, gene-
ral y permanente frente alas deudas; es decir, tiene en cuenta la situacidn econdémica del deudor.
Defendieron esta tesis, entre otros, BONNECASE en Francia, CALAMANDREI y VIVANTE en Italia.
La principal critica a esta tesis fue que el determinar unicamente los incumplimientos efecti-
vos para la existencia del estado de cesaci6n de pagos impedia la existencia de la quiebra en caso
de insolvencia patrimonial evidente, exteriorizada por hechos distintos al incumplimiento, y en
su caso incluso, mas reveladores que aquellos. A dicha objeci6n se le unia la referida a la retroac-
cion de la quiebra que se limitaba al primer incumplimiento y no realmente al momento en el que
el patrimonio se desencaden6é como cesante. Por ultimo, si la insolvencia es un estado, su consta-
tacid6n no puede ser limitada a los incumplimientos. sino a cualquier hecho que permita acreditar
aquella realidad patrimonial, el primordial, la confesidn del propio deudor.
La teorfa de los equivalentes aplica la tesis de que la cesacidn de pagos es la interrupcion
material y efectiva de los pagos, entendiendo que sin incumplimientos no puede haber cesacion,
pero la quiebra procede asimismo cuando otros hechos equivalentes a la cesacion, de facil cons-
tataci6n, demuestren en forma inequivoca el estado de impotencia patrimonial del deudor, los
llamados “hechos reveladores”
28 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Ill - PRESUPUESTOS SUSTANCIALES
los hechos reveladores de aquel estado 0 la simple confesion del deudor de encontrarse sometido
a tal estado econémico. La apertura del proceso concursal se hace a través de la presunci6n que
tiene el juez de que el deudor se encuentra inmerso en el estado definido por BONELLI, a través
de su confesién o de la prueba de alguno de los hechos de quiebra descriptos legislativamente
en forma enunciativa. En definitiva, es después de abierto el proceso concursal cuando puede
ser realmente conocida por el juez la existencia o no del estado de cesacién de pagos incurso en
el patrimonio del deudor ya declarado concursado. Asi, pareciera que la legislacién concursal se
encuentra inmersa en la teoria materialista para determinar el presupuesto objetivo de los con-
cursos, dejando de lado la posicién bonelliana, y convirtiendo al incumplimiento en el principal
de los hechos reveladores 0 en el presupuesto sustancial objetivo por excelencia.
A pesar de ello, doctrina y jurisprudencia continuian sosteniendo la aplicacion de la teoria
amplia, no siendo suficiente como presupuesto el simple hecho revelador, sino que se requiere el
estado de cesacidn de pagos (CSJN, “Carnes Pampeanas’, 12/8/1997).
2. Evolucion legislativa
El origen del presupuesto objetivo de los concursos se encuentra en los estatutos medieva-
les, donde la mayoria de las normas se referia al cesanfe como aquel que ha dejado de pagar sus
deudas, aunque igualmente existian otros hechos que permitian la apertura de la quiebra, como
fueron la ruptura del banco del mercado y la ocultaci6n o fuga del deudor.
El Cédigo de Comercio francés de 1807 fue el primero que utilizé la formula “cesacién de pa-
gos, entendida inicamente cuando el deudor cesa en sus pagos, es decir, ante el incumplimiento,
seguido luego por el Codigo de Comercio italiano de 1865. Siempre considerando solamente las
obligaciones comerciales. La ley italiana de 1942, conocida como Legge Fallimentare consagraba
el estado de cesacion de pagos y determinaba los hechos por los cuales este podia revelarse. La
legislaci6n alemana buscaba determinar la real situacio6n patrimonial y financiera del deudor, es
decir, se enrolaba en la tesis amplia del estado de cesacién de pagos, esto es, la imposibilidad de
pagar. En Inglaterra, en cambio, se enumeraban los actos de quiebra, que eran aquellos que per-
mitfan la apertura del proceso concursal, los acts of bankruptcy. Estos fueron determinados por la
ley de 1914, pero quedaron en desuso, por lo que se aplicé el bankruptcy notice para abrir la quie-
bra, que consistia en una intimacion judicial de pago pedida por acreedor. Las normas posteriores
incluyeron otros actos de quiebra, pero finalmente el sistema fue dejado de lado en 1986 dando
paso al estado de cesacion de pagos. Situacién similar se dio en los Estados Unidos.
En la Argentina se aplic6 la tesis materialista hasta la ley 19.551 que adopt6 el criterio de la
nueva corriente doctrinaria del estado de cesacién de pagos, aunque este ya se encontraba in-
corporado desde el Proyecto Nacional de Ley de Bancarrotas de 1950 y 1953. La formulacién bo-
nelliana del estado de cesacién de pagos como imposibilidad de cumplir fue completada por D’
AMELIO, quien le agrego la nota de regularidad, lo cual fue recogido por el proyecto italiano de
1940, del cual lo tomé la ley de 1942. De allila nocion de insolvencia es recogida por los proyectos
argentinos referidos y finalmente adquiere rango legislativo en 1972 con la ley 19.551. Sin em-
bargo, el antiguo Cédigo Civil siempre hizo referencia a la insolvencia (salvo el art. 1464 que se
referia a la cesacion de pagos), por lo que alli se sostenia un concepto amplio, lo que no ocurrié
con el Codigo de Comercio que se cernia sobre la tesis materialista. El actual CCC se refiere a la
insolvencia (vgr.: arts. 191, 339, 340, 808, entre varios otros) aunque en algunos pasajes menciona
la cesacion de pagos (arts. 1478 y 2579).
ERREIUS 29
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
es inferior a la del pasivo, que es una nocidn contable. Tampoco puede confundirse con la realiza-
bilidad del activo, es decir, la correspondencia entre el activo liquido y los créditos exigibles, pues
la visi6n debe ser global, entendiendo la realidad empresarial (ALEGRIA). El incumplimiento de
las obligaciones, como fenémeno juridico, no siempre es producto de la imposibilidad de hacerlo,
sino que incluso puede serlo por mera negativa de pago por parte del deudor, y alli no existiria
insolvencia o cesacién de pagos. Puede ocurrir a la inversa, que el deudor se encuentre en insol-
vencia y procure por todos los medios el pago de sus obligaciones, incluso por medios ilicitos, e
impida la exteriorizacién de su verdadero estado econémico.
La cesacién de pagos es el desequilibrio econdmico que importa un estado patrimonial de
imposibilidad de cumplimiento regular de las obligaciones, es un supuesto dinamico de flujo de
fondos insuficientes para hacer frente al cumplimiento de las obligaciones exigibles, al cual pue-
de definirse, aplicando la tesis bonelliana, como el estado econdémico de un patrimonio, que se
evidencia como impotente para hacer frente en forma regular a las obligaciones exigibles (BONE-
LLI). Indefectiblemente, este estado de cesacién de pagos adquiere relevancia juridica cuando se
exterioriza a través de hechos reveladores.
En la actualidad son equivalentes los conceptos de “cesacion de pagos’,wa “insolvencia’, mu “quiebra
economica” y hasta directamente “crisis patrimonial”
El estado de cesacion de pagos es aquel estado patrimonial que, sin disponibilidad de crédito,
se revela impotente para atender las obligaciones exigibles con los bienes normalmente realiza-
bles en oportunidad de dicha exigibilidad.
Corresponde ahora analizar los diferentes elementos componentes del concepto del presu-
puesto sustancial objetivo, es decir del concepto del estado de cesacién de pagos que los definen
y cualifican.
30 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Ill - PRESUPUESTOS SUSTANCIALES
El estado de cesacién de pagos como estado econémico patrimonial necesita de ciertos carac-
teres propios para configurarse,
3.2.1. Generalidad
No tratandose de un hecho sino de un estado, la cesaci6n de pagos debe ser general, es decir
que dicha situaci6n econdmica del deudor torna su patrimonio in totum impotente para hacer
frente a la exigibilidad pasiva, entendida esta como las deudas vencidas y las por vencer. El estado
de cesacién de pagos debe afectar al crédito en general del deudor provocando la insuficiencia
patrimonial. El incumplimiento debe constituirse en un dato generalizado de la realidad patri-
monial.
Este cardcter es el principal culpable de la decadencia de la tesis amplia de la cesacion de
pagos, pues resulta casi imposible que el juez, mas alla de la amplia discrecionalidad que posee
en este aspecto, pueda determinar la pre-apertura del concurso tal estado general con la sola
alegacion de alguno de los hechos que lo revelan. Abarca globalmente la situacién general de la
empresa, teniendo en cuenta la realizabilidad del activo.
3.2.2. Permanencia
La permanencia se concatena directamente con la generalidad, pues debera acreditarse que
el deudor se encuentra econdmicamente en la imposibilidad de cumplir sus obligaciones en una
forma permanente y no pasajera, es decir que sus recursos normales no le permiten afrontar los
compromisos contraidos.
Por ello, no se constituye el estado de cesacién de pagos por la mera existencia de una insufi-
ciencia de fondos momentanea, pues seguramente esta podria subsanarse rapidamente, como asi
tampoco quiere decir que sea perpetua, pues puede ser superada luego del desenvolvimiento del
proceso concursal que le dara solucion. Con la sola acreditacion de los hechos reveladores enun-
ciados por las leyes concursales resulta ut6pico que el magistrado pueda determinar que estos no
ERREIUS 31
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
3.2.3. Exteriorizacién
El estado de cesacion de pagos debe exteriorizarse a través de hechos reveladores porque di-
cho estado patrimonial debe pasar del ambito factico-econémico al juridico-concursal. Se re-
quieren de signos exteriores para revelar el estado de crisis y poder abrirse el concurso.
No debe confundirse la exteriorizacién del estado patrimonial con la notoriedad, por lo que
los hechos que revelan la insolvencia no necesitan ser publicos y notorios, sino que unicamente
deben constatarse judicialmente. Cuando los hechos reveladores 0 el estado de cesacién de pagos
han alcanzado algtin grado de notoriedad con relacién a terceros, dicha circunstancia tendra im-
portancia para la inoponibilidad concursal por conocimiento del estado de insolvencia.
Si dicho estado no se exterioriza, no existe para el sistema concursal, no se prevé la posibilidad
de indagacion de la real situacioén patrimonial del deudor previo a la apertura del concurso.
4. Hechos reveladores
El estado de cesacién de pagos tiene diferentes funciones o disfunciones que hasta llegan a
variar su significado dentro de las legislaciones concursales, y ello se debe a sus diferentes formas
de exteriorizacidn, no siempre comprobables, sino que a veces solo alegables. No debe confun-
dirse aqui la acreditacidén de los hechos reveladores con la del estado de insolvencia; los hechos
reveladores son comprobables, pero ellos son solo indiciarios para conocer el estado de cesacion
de pagos.
Los hechos reveladores son manifestaciones del estado de cesaci6n de pagos que se caracte-
rizan por ser exteriores y objetivamente comprobables, por lo que no corresponde inmiscuirse en
situaciones internas de la empresa para lograr conocer, aunque mas no sea indiciariamente, el
estado de insolvencia (PROVINCIALI). Entre aquellos hechos acreditables estan los hechos revela-
dores que se exigen para decretar la quiebra del deudor a pedido del acreedor, que la legislaci6n
enumera en forma enunciativa.
Los hechos reveladores se constituyen en presunciones iuris tantum de la existencia del esta-
do de cesacién de pagos.
Los arts. 1 y el 78 de la ley 24.522 determinan la forma general del estado de cesacién de pagos
que se revela a través de hechos exteriorizables, donde se norma que no deben considerarse la
causa que provoco la insolvencia -financiera, econdémica, personal o de fuerza mayor- y la natu-
raleza de las obligaciones que afecte -comercial, civil, laboral, fiscal, etc.-, ello porque el presu-
puesto es objetivo y general, respectivamente. Y el art. 79, LCQ, incluye la enumeraci6n enuncia-
tiva de los hechos reveladores -“entre otros’; dice el proemio del articulo-.
Los hechos reveladores del estado de cesaci6n de pagos, enumerados por el art. 79, LCQ, son:
1) Reconocimiento judicial o extrajudicial de este, efectuado por el deudor: es la manifestacién
que hace el deudor de encontrarse in malis, ya sea judicialmente al presentarse en concurso
preventivo o al pedir su propia quiebra o en cualquier otra instancia judicial, y puede hacerse
también extrajudicialmente por el propio deudor, a través de la correspondencia 0 en el caso
del acuerdo preventivo extrajudicial.
2) Mora en el cumplimiento de la obligacidn: es el hecho revelador de la cesaci6n de pagos por
excelencia; incluso podria decirse que en algunos casos es el presupuesto objetivo de apertu-
ra concursal.
3) Ocultacién, ausencia del deudor o de los administradores de la sociedad, en su caso, sin dejar
representantes con facultades y medios suficientes para cumplir sus obligaciones: es una situa-
cion de hecho que revela la insolvencia del deudor, desde los antiguos estatutos de las comar-
cas francesas, donde era conocida como “fuga’:
32 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Ill - PRESUPUESTOS SUSTANCIALES
ERREIUS 33
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
de pagos, resulta prematuro juzgar acerca de la inexistencia del estado de cesacién de pagos al
tiempo de resolver sobre la apertura del concurso preventivo o el decreto de quiebra pedida por
el deudor, cuando no indicios claros de que la confesion de este ultimo constituya una mentira
fraudulenta que deba ser develada y reprimida (CNCom., sala D, 11/9/1986), y en contrapartida
se dej6 sentado que “es suficiente hecho revelador de la cesacion de pagos el reconocimiento
de Ja deudora que solicita su concurso preventivo” (CNCom., sala D, JA 1986-11-149). En otro
precedente se dijo que el deudor que invoca la insolvencia para fundar su pedido de concurso
debe demostrarla por medio de elementos caracterizantes, confrontando la exigibilidad de las
deudas y la realizabilidad normal del activo e imposibilidades crediticias, siendo insuficiente la
sola confesion (C. Civ., Com. y Cont. Adm. San Francisco, LLC 1997-911). También se resolvié que
el estado de cesacion de pagos no puede ser probado sino después de abierto el concurso, con las
indagaciones e informes del sindico, tinicos elementos de juicio valederos de los cuales puede va-
lerse el juez para darle certeza al estado de insolvencia (C. Civ., Com., Fam. y Trab. Marcos Juarez,
LLC 1999-1420).
La teoria amplia del estado de cesacion de pagos ha fracasado al momento de abrirse el con-
curso. Resulta imposible que el juez, con la mayor discrecionalidad con la que pueda ser dotado,
pueda determinar al abrirse el concurso la verdadera existencia de un estado de cesacién de pa-
gos. Por lo que el concurso se abre a partir de la aplicacién de la tesis materialista, ya sea a partir
de un incumplimiento en la quiebra forzosa o a través de la confesidn del deudor en el concurso
voluntario. Su importancia nace dentro del desarrollo del proceso, para determinar la fecha de
inicio del estado de cesacién de pagos, en la extension de quiebra de los socios con responsabi-
lidad ilimitada existentes dentro del periodo de sospecha y en las acciones de responsabilidad.
34 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Ill - PRESUPUESTOS SUSTANCIALES
d) En el derecho concursal argentino ha habido una verdadera evolucién respecto del presu-
puesto concursal subjetivo. Originariamente, como dijimos, el sistema falimentario se aparta-
ba del sistema del derecho comun obligacional que se aplica para civiles y comerciantes, para
los primeros el Codigo Civil y para los segundos el Cédigo Comercial; en cambio, la quiebra
como sancion por el incumplimiento era solo aplicable a los comerciantes.
2. Distintos supuestos
El art. 2, LCQ, determina la concursalidad de los sujetos; incluye en general, dentro de los
sujetos susceptibles de concurso, a las personas fisicas 0 humanas, las personas ideales o jurfdi-
cas de caracter privado y las sociedades con participaci6n estatal. Y da también la posibilidad de
concursar el patrimonio del fallecido. La norma se complementa con el art. 5, LCQ, que se refiere
a los sujetos que pueden pedir la formacién de su concurso preventivo. El termino “persona” se
emplea en este caso como sindénimo de sujeto juridico, es decir, ente susceptible de adquirir dere-
chos y contraer obligaciones (TONON).
Atento a que la legislacion argentina adhiere al concepto amplio respecto del presupuesto
subjetivo, ella permite la concursabilidad de todos aquellos entes que tengan personalidad juri-
dica, en sentido Jato, Todos los sujetos de derecho son concursables; ese es el sentido legal, pues,
asumiendo una posicion amplia de concursamiento, debe entenderse que en principio las tinicas
excepciones son las estipuladas legislativamente.
Estos son los sujetos concursables. Todo sujeto concursable preventivamente es susceptible
de ser quebrado, pero no a la inversa.
Todos los sujetos de derecho son concursables; ese es el sentido legal, pues, asumiendo una
posicion amplia de concursamiento, debe entenderse que en principio las tinicas excepciones
son las estipuladas legislativamente y deben interpretarse en sentido estricto.
No existen mayores problemas para determinar las personas de existencia fisica 0 personas
humanas concursables. Aunque debe reconocerse que se han planteado dudas anteriormente,
pues se discutia si el sujeto concursable requeria 0 no capacidad para ejercer el comercio, supera-
ERREIUS 35
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
36 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Ill - PRESUPUESTOS SUSTANCIALES
Podria decirse aqui que el art. 2, inc. 1, LCQ, regula un caso de concursamiento especial donde
el sujeto pasivo es la persona humana que ha dejado de existir, aunque habiendo dejado de existir
no podria afirmarse juridicamente tan asi, conforme el art. 93, CCC que dispone que la muerte
produce el fin de la existencia de la persona. Y concretamente no es en realidad el patrimonio del
fallecido lo que se concursa, sino los bienes que constituyen la herencia, en tanto se mantenga
la separacion de patrimonios que la ley subraya (arts. 2317 y 2321, CCC), pues el patrimonio es
un atributo de la personalidad y, habiendo cesado esta, no puede hablarse de su patrimonio. Es
una ficcién legal, donde no se concursa un sujeto, ya que este no existe como persona; lo que se
concursa es la universalidad de bienes que formaban su patrimonio. Es una soluci6n practica que
de ninguna manera reconoce personalidad juridica al patrimonio del causante, sino que lo que se
concursa es un patrimonio de afectacion constituido por los bienes que componen la herencia.
Como tinicos recaudos para poder presentar en concurso al patrimonio del fallecido se requie-
re estado de cesacion de pagos anterior o posterior ala muerte, y que no haya confusidn patrimo-
nial con los herederos (arts. 2317 y 2321, CCC). El primero de los requisitos se pretende como pre-
supuesto objetivo y el segundo para delimitar la inexistencia de la responsabilidad ultra vires de los
herederos. Esta circunstancia de separacion aleja toda posibilidad de colision entre los acreedores
hereditarios y los acreedores personales de cada uno de los herederos, diluyéndose la confusién.
3. Sujetos excluidos
En principio, debe destacarse que no existen razones conceptuales y legales para que se pro-
duzcan las exclusiones que determina la ley en el tercer parrafo del art. 2, LCQ; aqui si se esta fren-
te asoluciones de mera politica legislativa, creyéndose conveniente la liquidacion administrativa.
ERREIUS 37
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La ley en vigencia, en la parte final de su art. 2, excluye del marco concursal a las entidades
aseguradoras regidas por la ley 20.091 (incluso ART excluidas por ley 24.557); concordantemente,
el art. 51 de la ley 20.091 excluye la posibilidad de peticionar su concurso preventivo o declararlas
en quiebra.
El sistema de liquidacién determinado por las leyes que regulan a las aseguradoras en muy
poco difiere del proceso de quiebra, aunque si se les impide presentarse en concurso preventivo;
la diferencia radica en que no puede pedir su quiebra un tercero, aunque, pedida la quiebra, el
juez debe determinar su liquidacién por disolucién forzosa. Entonces frente a la insolvencia, las
aseguradoras seran liquidadas a través de un procedimiento de la ejecuci6n colectiva, que en lo
juridico y en la practica es una verdadera quiebra.
Tampoco son sujetos concursables las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensio-
nes legisladas por la ley 24.241 (AFJP), donde se determina un proceso de liquidacién adminis-
trativa llevado a cabo por su superintendencia; sin embargo, la ley especifica nada dice sobre su
exclusién concursal.
La modificacion del sistema previsional ha relativizado la importancia de la cuestion, pues en
2008 el régimen qued6 superado por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) que prevé
el clasico sistema del régimen previsional de reparto tomado a su cargo por el Estado nacional,
quien percibe los aportes y contribuciones y se hace cargo del pago de las jubilaciones y pensio-
nes correspondientes,
En cuanto alas mutuales regidas por la ley 20.321, excluidas en la ley concursal, la reforma que
se hace sobre su régimen por la ley 25.374 hace que estas queden comprendidas en la ley 24,522.
La norma, por aplicacion de los principios de lex posteriori o de lex especialis, deroga impli-
citamente la exclusidn contenida en la parte final del art. 2 de la ley 24.522. No caben dudas del
concursamiento de este tipo especifico de asociaciones.
38 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Ill - PRESUPUESTOS SUSTANCIALES
tidades financieras, eran la inexistencia en el art. 2, LCQ, de una referencia expresa a las entidades
controladas por el BCRA, la redaccion del art. 50 de la Ley de Entidades Financieras que permite
el concursamiento luego de la revocacion de la autorizacion para funcionar, la existencia de una
tendencia a la aplicacién de las normativas societaria y concursal a las entidades financieras (art.
46, LER), y el valor asignado al procedimiento del art. 36 bis, LEK, en defensa del sistema financie-
ro. Ademas, se entendia que, revocada la autorizacién del BCRA, la entidad financiera pasa a ser
una sociedad “comin” en liquidacién concursable por el art. 5, LCQ.
En general se entendia a la entidad financiera no concursable preventivamente, en posicién
que era la correcta. La jurisprudencia imperante no admitia el concurso de estos sujetos, pero la
cuestion comenzo a variar en 2002, cuando se produjo la apertura de dos concursos preventivos
de bancos cuya autorizacién habia sido revocada por el BCRA, el Banco de Suquia (Juzg. Civ. y
Com. 13a nom. Cordoba, 23/10/2002) en Cordoba y el Banco Bisel (Juzg. Civ. y Com. 9a nom. Ro-
sario, 1/11/2002) de Rosario.
El fundamento de dichos fallos radica en que revocada la autorizacién no quedaban incluidos
en la Ley de Entidades Financieras. El argumento contrario interpretaba que segufan contenidas
en dicha norma porque el art. 1 hablaba de intermediacion regular entre oferta y demanda de
recursos financieros, lo que hartfa incluir a las financieras no reguladas por el BCRA. Dichos ante-
cedentes jurisprudenciales provocaron la reforma de la norma.
La situacion ha variado con la modificaci6n hecha en el art. 50 por la ley 25.780 de 2003, la
cual ahora dispone que “Las entidades financieras no podran solicitar la formacién de concurso
preventivo ni su propia quiebra. No podra decretarse la quiebra de las entidades financieras hasta
tanto les sea revocada la autorizacion para funcionar...” En consecuencia, el cambio de la “coma”
por un “punto” dejé en la historia aquellas divergencias. Y en cuanto a la quiebra, ella solo puede
decretarse luego de revocada la autorizacién por funcionar por el BCRA.
Un caso particular es el de las “mesas de dinero” y la llamada “banca de hecho? donde existe
una actividad de intermediacién no autorizada de productos financieros. Por fundamento moral
no pueden presentarse en concurso preventivo, por su objeto y la imposibilidad de las entidades
financieras, pues se excluye al objeto de intermediacion de productos financieros; otro de los fun-
damentos es que esta dado para honestos. Ello porque toda actividad que puede ser objeto de
encuadramiento en la Ley de Entidades Financieras veda, para el sujeto que la practica, el acceso
al concurso preventivo,
4. Casos especiales
ERREIUS 39
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
otro, al cual nos adherimos, se las admite, atento a la amplitud subjetiva concursal y por tratarse
de un sujeto de derecho no excluido expresamente.
Tampoco son concursables los contratos asociativos (art. 1442y ss., CCC), como los negocios
en participacion, agrupaciones de colaboracion, uniones transitorias, consorcios de participacion
y otros, por tratarse de contratos de colaboracié6n empresarial y no constituir sociedades, ni ser
sujetos de derecho, por expresa disposicidn del art. 1442, segundo parrafo, CCC. Por el contrario,
podran concursarse los sujetos contratantes, ya sea individualmente 0 en caso de agrupamiento.
Con el régimen del Codigo Civil, no era concursable la sociedad conyugal, no se trataba de
una persona juridica ni de una persona de existencia ideal, por lo que carecia de posibilidad de
concursamiento, Antes y ahora resulta improcedente tramitar un unico proceso que englobe el
patrimonio de ambos conyuges confundiendo a los acreedores, por lo que resulta necesario el
concursamiento individual de los esposos, y, en su caso, podria solicitarse el concursamiento
conjunto segun la actividad que desarrollen, como agrupamiento.
Se excluye también del concursamiento a los fondos comunes de inversién legislados por la
ley 24.083. Estos son patrimonios de afectacién que se encuentran formados por una sociedad-
gerente y otra sociedad-depositaria, y los inversionistas son los titulares de los fondos en condo-
minio. Es un patrimonio de afectacion no concursable.
Las entidades dedicadas a la actividad deportiva cuando caen en estado de cesacién de pagos
pueden ser concursadas, pero tienen la posibilidad de optar por un régimen especial de fideico-
miso de administracion con control judicial conforme la ley 25.284.
4.2, Fideicomiso
En cuanto al fideicomiso, entendido como una figura contractual que crea un patrimonio de
afectacion, no puede ser sujeto pasivo concursal.
Expresamente el art. 1687, CCC determina que el fideicomiso no puede ser declarado en quie-
bra, procediéndose a su liquidacién con aplicacion de la ley concursal.
Una corriente doctrinaria pretende habilitar el concurso del fideicomiso a través de una inter-
pretacién antifuncional de las normas involucradas.
El art. 1687, CCC impide el concursamiento, como institucién sustancial, pero habilita la apli-
caci6n de las normas procesales para el caso de insuficiencia de bienes en el fideicomiso, lo que
no implica tampoco convertir al fideicomiso en sujeto concursable, el legislador solo manda a li-
quidar el fideicomiso a través de las normas previstas por la ley concursal. Se trata de un supuesto
40 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Ill - PRESUPUESTOS SUSTANCIALES
de liquidacién sin quiebra, con procedimiento falencial, con las consecuencias procesales de la
quiebra, pero sin aplicacién de las sanciones patrimoniales y personales que ella impone.
Mucho mas clara es la exclusion del art. 2, LCQ que solamente habilita el concursamiento de
los sujetos de derecho y habilita solamente transitar el concurso a los patrimonios de afectacion
que expresamente dispone (patrimonio del fallecido y bienes del deudor domiciliado en el ex-
tranjero), lo que debe ser interpretado por ser excepciones, restrictivamente.
No debe dar lugar a confusidn, la interpretacién amplia de habilitacién del concurso, se re-
fiere a los sujetos de derecho, con respecto a los patrimonios de afectacién, siendo situaciones
especiales, la interpretacién no puede ser sino estricta.
ERREIUS 41
SEGUNDA PARTE
PROCESO
I, INTRODUCCION
Dentro del sistema normativo concursal se encuentra una dualidad de subsistemas, uno sus-
tancial y otro procesal, en el cual se desarrolla el proceso concursal. En dicho sistema procesal
concursal, se encuentran no solo las normas formales concursales, sino también, las mismas se
interrelacionan con el derecho procesal, y todo ello, en relacidn con su desenvolvimiento en torno
alos institutos concursales,
Este sistema es una amalgama de reglas propias y ajenas correspondientes a cada uno de los
ordenamientos locales, los cuales en nuestro medio si bien parecidos, tienen diferencias, aunque
poco significativas en relacién con su aplicacién concursal, todo fundido con el derecho con-
cursal sustantivo, Por ello, el enfoque se hace desde la mira concursal con aditamentos rituales
locales, cuando los mismos sean ineludibles.
El concurso necesita del sistema procesal concursal para desarrollarse formalmente como
instituto. El instituto y proceso universal concursal se conjugan en este sistema procesal especial.
Entonces, ello lleva. a entender al sistema procesal concursal como directamente destinado al de-
sarrollo de los procesos concursales donde se encuentran las consecuencias sustanciales de los
concursos.
En consecuencia, este sistema procesal concursal se desarrolla a través de una secuencia pro-
cesal ineludible que se encuentra dentro del proceso concursal.
Para determinar qué debe deducirse de la expresi6n “proceso concursal’} no se puede escapar
del concepto de proceso dado por el Derecho Procesal comtn y luego de ello, debe dirigirse al
Derecho Concursal para conocer las caracteristicas propias de este proceso universal. El proceso
judicial es el conjunto de actos coordinados que tiene por objeto lograr Ja decision de un juez, ya
sea para dirimir un conflicto, en los juicios contenciosos o para consolidar situaciones juridicas
en los voluntarios, lo que se logra a través de una sentencia.
Desde el punto de vista instrumental, el proceso concursal es la parte formal del concurso
que tiene particularidades propias y se rige también por principios comunes a todo proceso. Eso
hace que tenga su distincidn con otros procesos, teniendo una impronta propia que hace que
se diversifiquen las directrices que lo rigen, convirtiéndose en un rico enmarafado de diversas
cuestiones. En el concurso se aplican mas principios propios, de un proceso particular, que prin-
cipios del Derecho Procesal, sin embargo, estos no son ajenos y se enmaranan en estos especiales
procedimientos concursales,
Los procesos concursales son una mezcla de proceso privado y puiblico, acentuado el caracter
privado en el concurso preventivo y el publico en la quiebra. Son procesos complejos donde exis-
ten pluripretensiones, pluriintereses y relaciones procesales plurisubjetivas.
ERREIUS 45
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
E! fin primordial del concurso como proceso es colocar a los acreedores en una situacion de
aislamiento del patrimonio, para que asi no sea descompuesto en sus bienes individuales y se
conserve su calidad de garantia genérica de los acreedores (GaRAGuUSO), Se busca la recomposi-
cién del patrimonio del deudor in malis a través del acuerdo preventivo con los acreedores -con-
curso preventivo o acuerdo preventivo extrajudicial- 0 la liquidacidn del patrimonio afectado por
la insolvencia para repartir el producido entre los acreedores -quiebra-. Puede decirse que, en
principio, se trata de un proceso en beneficio de los acreedores.
Los procesos concursales son recursos técnicos construidos por el legislador para la solucion
de una itis de alta complejidad, la itis concursal (GARAGUSO) y, en sus estructuras, se diversifican
en diversas exteriorizaciones a raiz de la variedad de pretensiones y peticiones que contienen,
desplegando asi sus contenidos litigiosos.
1. Distintas teorias
En cuanto a las teorias que se han desarrollado para determinar la naturaleza de este tipo
de proceso se encuentran aquellas que hacen primar su aspecto sustantivo y las que le otorgan
primacia al aspecto procesal, aquellas que lo creen un proceso contencioso 0 voluntario y, en tal
direccion, los que lo creen judicial y administrativo.
No puede desconocerse la existencia de un derecho concursal sustancial y de un derecho
concursal procesal que determina la existencia de un concurso instituci6n y un concurso como
proceso.
Superadas ya las doctrinas clasicas que finalmente han reconocido la existencia del proceso
concursal, se han desarrollado tesis para que dentro de aquella circunscripcién procesalista pue-
da definirse si el concurso es contencioso 0 voluntario, si es jurisdiccional o administrativo, 0 es
lo uno y también lo otro. La mayoria de la doctrina ha entendido al concurso como un proceso
jurisdiccional, donde se desarrollan actividades para resolver una multiplicidad de conflictos. La
crisis patrimonial se desarrolla a través de una /itis que debe ser dirimida judicialmente.
No puede negarse que el proceso concursal tiene pasajes contenciosos, aunque también lo es
inquisitivo y en algunos supuestos se convierte en oficioso.
La /itis concursal se desarrolla jurisdiccionalmente a partir de una multiplicidad de preten-
siones que exhiben claramente partes contrapuestas. La contenciosidad no se determina por la
conducta de las partes en el proceso, la controversia es contingente, aunque no esencial para el
ejercicio de la jurisdiccidn contenciosa. Puede haber contenciosidad sin controversia, pues los
intereses en conflicto pueden dirimirse aun sin la controversia.
No puede negarse que atin continua vigente la concepcién clasica de la quiebra como ejecu-
cidn colectiva. Las diferencias que la doctrina contemporanea plantea con respecto a la ejecucion
individual, no son tales, sino que resultan ser, aunque diferenciales, requisitos 0 circunstancias
validas para ambos tipos de proceso. Para explicar la subsistencia de la tesis debe darse una con-
clusi6n dogmatica que permita afirmar que la quiebra resulta ser una ejecucién y como tal colec-
tiva, partiendo primordialmente de la base de que el proceso concursal tanto como la ejecucién
individual es una forma de hacer efectiva la prenda comun de los acreedores, que es el patrimonio
del deudor.
La doctrina concursalista clasica ha definido al proceso concursal como una ejecucion co-
lectiva -tesis procesalista- que ha nacido del seno del derecho aleman e italiano. Se entiende la
quiebra como una ejecucién colectiva, encontrando en el titulo ejecutivo una semejanza con el de
la ejecucién individual, compartiendo los criterios de tesis procesalistas, es decir que este importa
un derecho justificativo que nace, en la ejecuci6n individual, por el incumplimiento del deudor
y en la ejecucion colectiva 0 quiebra del estado de insolvencia patrimonial, y ello habilita la ac-
tuacién de todos los acreedores sobre el patrimonio del deudor. Se reconoce la inexistencia, en la
quiebra, de un documento como titulo ejecutivo, por lo que siempre es necesaria la sentencia de
46 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO IV - PROCESO
apertura para que se habilite la ejecucion, pero no se desconoce que es una forma de ejecucion
forzada, aun iniciada por iniciativa del propio deudor, quien ya no cumple, no por voluntad sino
por imposibilidad.
Ha habido una variante doctrinal pronunciada en el derecho italiano que ha llevado a desa-
rrollar posturas que le niegan, al proceso concursal falimentario, el caracter de ejecuci6n por un
lado y de que sea colectivo por el otro,
De dicha corriente surge la doctrina que niega tal caracter a la quiebra. Contemporanea y en-
faticamente, MAFFiA invita a “no hablar mas de ejecuci6n colectiva’, criticando la doctrina clasica,
entendiendo que en la quiebra no existen partes, especialmente no hay ejecutante; esta puede
concluir sin ejecutarse nada, no hay titulo ejecutivo. Finalmente, se refiere a la particular actua-
cidn del sindico.
Agrega que el concurso no siempre es ejecucién, como serian los casos de concurso preventi-
vo o de avenimiento y que participen todos los acreedores tampoco convierte el proceso en ejecu-
cién y mucho menos en colectiva, porque puede darse una ejecucién individual donde a través de
un litisconsorcio participen todos los acreedores del deudor, incluso puede haber quiebra con un
solo acreedor. Tampoco es definitivo, dice, que se involucren todos los bienes del deudor porque
también eso puede ocurrir en la ejecucion individual. “Solamente existe ejecucion forzada... en
la quiebra donde no se logra ninguno de aquellos frecuentes modos de conclusion... Cuando en
un proceso se habla de ejecucién forzada es porque el deudor no cumplié con su obligacién, vale
decir, se fuerza el cumplimiento de lo que pudiendo cumplirse se omitid... La ejecuci6n supone
un tftulo ejecutivo, y es obvio que no lo hay en la quiebra’, tampoco hay ejecutantes, y ellos no son
los acreedores, los cuales ingresan al proceso recién a través de la verificacién de créditos mucho
tiempo despues de que la quiebra ha nacido.
Se trata de una reivindicacion de la tesis clasica que sostiene que la quiebra es una ejecucion
colectiva.
De la misma manera que en la quiebra, en la ejecucién comun se busca la liquidacion de al-
gun bien para hacer frente al crédito, en la cual se encuentran también efectos personales sobre el
deudor, efectos patrimoniales y también acciones relacionadas, como podria ser la tercerfa, una
accion de simulaci6én o pauliana. Incluso puede terminar anticipadamente por algun acuerdo
entre partes. Ello permite concluir que ambos procesos ejecutivos (el individual y el colectivo)
tienen cualidades particulares que no son solo sus efectos liquidativos del patrimonio en parte o
en todo. Lo cierto es que se realizan con el objetivo primordial de liquidar los bienes del deudor
para hacer frente a sus obligaciones o llegar a un acuerdo previo para evitar tal efecto. El proceso
concursal es el instrumento defensivo del crédito contra la insolvencia y, mas alla de las diferentes
aristas que tenga el proceso concursal, que también tienen los procesos ordinarios, puede decirse
que en la quiebra se busca la ejecucién forzada de bienes 0 liquidacion patrimonial, la cual puede
evitarse por el acuerdo preventivo. Dentro de ello, también existen efectos personales sobre el
deudor, efectos patrimoniales; también pueden deducirse, en relacién con el proceso principal,
diferentes acciones incidentales, como la revocatoria, extension de quiebra, etc.
El proceso ejecutivo tiene como fin la ejecuci6n coactiva patrimonial, ya sea por incumpli-
miento -individual- o por insolvencia -colectivo-, la cual puede evitarse en el primer paso a tra-
vés de la autocomposicién de la /itis, un acuerdo entre partes o el cumplimiento voluntario del
deudor; y en el segundo de los casos a través del cumplimiento de un acuerdo preventivo, ya sea
judicial o extrajudicial 0 a través del salvataje 0 cramdown. Nada cambia que la ejecucién indi-
vidual se produzca para revertir el incumplimiento y en la quiebra al deudor se le prohiba pagar,
porque la ejecucién forzada colectiva no es el remedio del incumplimiento (el deudor simple-
mente no cumple), sino de la insolvencia (el deudor no puede cumplir regularmente).
Entonces, la quiebra es una ejecucién, porque tiende principalmente a la liquidacién del pa-
trimonial del deudor in malis. De la misma manera que en la ejecucién individual, existen otros
ERREIUS 47
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
modos de culminacion o desarrollo del proceso que no son precisamente la liquidacién de los
bienes, sino otros que la legislacién procesal llama “modos anormales de terminacién del pro-
ceso” Estos modos, dentro del esquema falencial, son el avenimiento, la conversion en concurso
preventivo, el desistimiento, entre otros. Pero realmente no importa como termine, sino cual es su
esencia, y ella es, en la quiebra, solucionar la insolvencia a través de la liquidaci6n de los bienes
del deudor fallido. Y tampoco afecta la calidad ejecutiva, que sea iniciada por el deudor, quien
denuncia su insolvencia pidiendo su propia quiebra, con la cual se inicia la ejecucién forzada de
bienes, estando este impedido de disponer de dicha accién, no pudiendo desistir de su pedido
salvo que demuestre haber desaparecido el estado de cesacién de pagos denunciado antes de
que la sentencia de quiebra quede firme. Es decir que, sea iniciada por acreedor o deudor, en
la quiebra el impulso ejecutivo es el mismo, la esencia es liquidar. Tales conclusiones no se ven
afectadas por el hecho de que las partes sean el deudor y sus acreedores, o que en ciertas etapas
elinstituto sea de corte inquisitivo, pues dichas circunstancias no le quitan el objetivo liquidativo,
sino que la caracterizan y diferencian de la ejecucién individual. Tampoco afecta esta postura el
hecho de que no se conozcan los “ejecutantes-acreedores” sino después de abierta la quiebra,
pues la circunstancia especial de la insolvencia hace a la inmediatez de la liquidacién y a superar
el principio dispositivo de la ejecucién individual por el inquisitivo, y luego se vera la existencia
de acreedores, y sino los hay, se concluye el proceso.
Y la quiebra es ejecucién colectiva, ello porque involucra a todos los acreedores, y esto no
significa que deben actuar todos, sino solo aquellos que se presenten en el proceso concursal, sin
importar que no exista pluralidad de acreedores, pues es suficiente la potencialidad colectiva; lo
mismo ocurre en la ejecucién individual cuando existen litisconsorcios activos o cuando se pre-
sentan acreedores preferentes a hacer valer sus derechos en el proceso individual, que no pierde
su esencia por el hecho de que existan varios acreedores, los que incluso podrian ser todos. Y
tiene una cualidad procesal, pues importa los sujetos involucrados en el proceso falencial, lo que
no niega que también tenga una nota sustancial que hace que la sentencia limite la actuacion a
los acreedores anteriores a ella y que existan entre ellos no solo la par condicio creditorum, sino
privilegios que los distinguen.
No puede negarse que la quiebra tenga fases de cognicion (BONSIGNORI), lo mismo el juicio
ejecutivo y su conocimiento acotado; sin embargo, su principal fase es expropiativa o, mejor di-
cho, su principal consecuencia es la liquidaci6n, aunque no necesariamente se lleve a cabo.
El proceso se desarrolla como una concatenacién de actos sometidos a reglas que imponen
la forma de vinculacién y desarrollo de los mismos. La referida unidad que importa el proceso
judicial lo convierte en un todo organico que responde a diversos principios procesales que en
definitiva lo regulan. Los principios procesales son directivas u orientaciones generales en que se
funda cada ordenamiento juridico procesal.
Respecto de los principios procesales, la generalidad de la doctrina procesal entiende que
ellos son grandes directivas para que el método de enjuiciamiento pueda operar eficazmente de
acuerdo con una determinada orientacion. En el caso, los principios en consideracién se encuen-
tran legalmente establecidos y, por ello, no plantean la problematica de los llamados principios
extrasistematicos y se distinguen de aquellos que pueden inferirse a partir de un ordenamiento.
1. Universalidad
E] patrimonio del deudor, como prenda comin de los acreedores, queda involucrado in lotum
en el proceso concursal. La universalidad, como aspecto activo del concurso, implica que en él
quedan involucrados todos los bienes del deudor in mailis.
Este principio de universalidad, en su matiz objetivo, representa todo el patrimonio del deu-
dor y se complementa con el de la colectividad, que en su faz subjetiva abarca la concursalidad
expuesta 0 universalidad de la masa pasiva. Tampoco escapa la relacion de este principio de uni-
48 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO IV - PROCESO
versalidad con el caracter de unidad del proceso concursal, porque la universalidad solo puede
ser desarrollada en un proceso unico. Si el patrimonio queda in totum afectado a un proceso con-
cursal, no puede haber otro sobre el patrimonio del mismo sujeto.
Tal principio expresamente lo determina el art. 1, 2° parr, LCQ, salvo excepciones determina-
das por ley.
No es un principio absoluto del proceso concursal porque existen bienes que no se encuen-
tran alcanzados por el desapoderamiento, aunque dichas excepciones son restrictivas y no le qui-
tan el caracter de universal al proceso. Las exclusiones solo se fundan en posibilitar al deudor una
existencia acorde con la dignidad que a toda persona es reconocida, Por ello es que el patrimonio
concursal es uno de los denominados “patrimonios separados’) quedando una parte del activo
fuera del concurso y del desapoderamiento, siempre teniéndose en cuenta que el patrimonio for-
ma un todo juridico, una universalidad de derechos que no puede ser dividida sino en partes
alicuotas.
Alcanzando la responsabilidad obligacional del deudor a todo su patrimonio como universa-
lidad juridica, el proceso encaminado a resolver la [itis que lo afecta ante su insolvencia debe ser
también universal (GARAGUSO).
Para darle operatividad a este principio, la ley procura la intangibilidad del patrimonio a tra-
vés de las acciones recuperatorias o de integraci6n patrimonial, por lo que el principio tiene apli-
cacién temporal diversa, se extiende del pasado al presente, y de este al futuro, con tope en el
cese de la inhabilitacion del fallido. Y ademas esta universalidad de bienes, como principio, esta
asegurada por la separacién juridica que se opera entre patrimonio y deudor titular, en sentido de
que este solo puede enriquecer el patrimonio incautado, pero no empobrecerlo (PAJARDI).
Debe ser revisada la universalidad como principio estructural de los concursos desde sus dos
puntos de vista, desde el activo deben reconocerse la existencia de los patrimonios de afectacién y
las concentraciones de capitales sin personalidad juridica, y desde el pasivo debe admitirse los di-
versos perfiles de los acreedores y cualidades de sus créditos, no es lo mismo la imposibilidad de
pago de deudas financieras que problemas de solvencia frente a proveedores 0 trabajadores, Estos
se relacionan también con la relativizacién y crisis del principio de paridad entre los acreedores,
2. Concursalidad
Como principio fundamental del proceso concursal, la concursalidad impone que todas las
cuestiones patrimoniales sean resueltas en un unico procedimiento, y por un solo juez.
El concurso es un procedimiento colectivo porque no se desarrolla en beneficio de uno o de
determinados acreedores, sino de la totalidad de ellos. La doctrina francesa habla de un proce-
dimiento colectivo, procedure collective, y para nosotros es un proceso colectivo de ejecucion. Al
decir de Pajarpi, la universalidad de los acreedores en la ejecucién colectiva es un fendmeno
natural; en cambio, en la ejecucién individual es accidental. Esto en virtud de que en la ejecucion
individual solo eventualmente pueden presentarse varios 0 incluso todos los acreedores del eje-
cutado, aunque esto no signifique que todos vayan a participar efectivamente de dicho proceso.
Se trata de la universalidad de conocimiento, la sustituci6n de todos los procedimientos con-
tenciososy de todas las relaciones extrajudiciales, por su acumulacién temporal y procedimental
en el tramite del concurso (RICHARD). Este principio también se ha entendido como la reunién o
la conjunci6n en un solo proceso de todos los acreedores, por ello se ha llamado también a estos
procesos “concurso de acreedores”
La concursalidad tiene intima relaci6n con la concurrencia de acreedores, pues la primera
somete a la ley y al procedimiento concursal las obligaciones por causa o titulo anterior, y la se-
gunda les impone a los acreedores titulares de dichas obligaciones la carga de la verificacién para
poder participar en aquel. La nota tipica de la concursalidad es el fuero de atraccion y el de la con-
currencia es la verificacion. La concurrencia de acreedores significa la aplicaci6n practica dentro
del proceso de la concursalidad, esto es, la colectividad de acreedores. No todos los acreedores
son llamados a este proceso colectivo; en principio solo los de causa o titulo anterior a la presen-
taci6n en concurso preventivo o a la declaracién de quiebra (art. 32, LCQ). Tampoco todos los
ERREIUS 49
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
acreedores posteriores quedan fuera del proceso, pues aquellos que tengan un crédito de causa
posterior al concurso preventivo o la quiebra y queden englobados en los arts. 240 0 244, LCQ,
pudiendo ser considerados gastos del concurso 0, como los denomina la doctrina italiana, “gastos
prededucibles’, también participan de este proceso, pero en forma diferente a los anteriores, Los
demas acreedores posteriores quedan fuera del proceso universal pudiendo ejercer sus acciones
individuales, o pedir una nueva quiebra (segunda quiebra), o transformar el concurso preventivo
que se esté tramitando en quiebra.
La maxima exposicién de la concursalidad se concreta cuando la ley concursal somete a todos
los acreedores 0 interesados a mecanismos técnicos, sean incorporativos, excorporativos, 0 sim-
plemente detrayentes o incorporantes de bienes al patrimonio cesante (GARAGUSO). Esta concur-
salidad es la que permite estructurar la obligatoriedad de la concurrencia en el proceso principal,
lo que conduce a la colectividad del juicio universal. Y, sin perjuicio de la concursalidad que rige
como idea-fuerza el proceso concursal, la misma ley determina en el art. 78, 2° parr. LCQ, que no
es necesaria la pluralidad de acreedores, es decir que puede existir concurso con un solo acree-
dor. Abierto el concurso, debe proseguir hasta su culminacién, aunque exista o aparezca un solo
acreedor (FERNANDEZ - PayaRD!). Por ello, la pluralidad es un elemento natural y no esencial de
los concursos,
Los acreedores de causa 0 titulo anterior al concurso son concursales, de ellos, los que se pre-
sentan al concurso, se los conoce como concurrentes, y los posteriores a la apertura del concurso,
posconcursales, pudiendo ser prededucibles 0 ajenos al concurso,
Si cada uno de los acreedores mantuviera la facultad de iniciar o proseguir sus acciones contra
el fallido, el patrimonio dejaria de ser prenda comun de los acreedores y la par condicio omnium
creditorum quedaria desplazada por el prior in tempore poter jus (ARGERI). Por eso la concursa-
lidad viene ligada con la par condicio creditorum, o principio de igualdad entre los acreedores,
que en la actualidad viene siendo una “igualdad entre iguales” 0 una “igualdad en igualdad de
condiciones” y no una igualdad absoluta -esto debido al régimen de preferencias y privilegios
existentes en materia concursal-; es solo eso, un trato paritario, Esta paridad no se constituye en
un derecho de los acreedores sino en una regla directriz del concurso que se funda en el inte-
rés general, La igualdad es la proporcionalidad del sacrificio que deben soportar los acreedores.
Como la concursalidad, la igualdad es un elemento de la justicia distributiva.
TONON, quien entendia que el proceso concursal esta instituido para que los acreedores so-
porten las pérdidas que provoca la insolvencia de su deudor, como un medio para distribuir pér-
didas, ha afirmado que dicha distribucién de pérdidas debe hacerse a través de un trato igualita-
rio, el Lamado “principio de comunidad de pérdidas’ La par condicio es un principio que actia
en proteccién del interés general, que indirectamente recae sobre el interés individual de los
acreedores, como medio de preservacion ética en los procesos concursales. Y en la practica eso
se ve plasmado en la relacion entre el concursado y sus acreedores, imposibilitandose que aquel
otorgue ventajas a alguno de estos y que en las relaciones entre acreedores prohibiéndose uno o
algunos se vean perjudicados por otro u otros. En los sistemas netamente publicistas, se entiende
que la igualdad entre los acreedores descansa en la imposicién por el Estado, como definidor y
amparador del interés publico, de la justicia distributiva, pues la par condicio puede ser contraria
a los intereses particulares de los acreedores.
Sin embargo, esa paridad contemporaneamente se ve limitada por un enorme caudal de pre-
ferencias que contiene la normativa concursal, aunque estas no afectan la sustancia del principio
analizado porque las relaciones se presentan ya al concurso como desiguales (SATTA) y puede
decirse que no son excepciones sino parte de la regla, pero circunscribiendo su contenido funda-
mental (PAJARDI).
La paridad crediticia es el mas relativo de los principios concursales, pero tantas excepciones
confirman la regla como objetivo primordial extralegal del concurso. Se pretende la igualdad en
igualdad de condiciones y las desigualdades debe fundarse en distinciones objetivas razonable.
50 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO IV - PROCESO
4. Oficiosidad e inquisitoriedad
ERREIUS 51
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
y no las partes. También en este caso existe inquisitoriedad, porque no obligaria al juez la opinion
del deudor y hasta de todos los acreedores que se pusieran de acuerdo en contrario. Luego de la
reforma de la ley 26.086 también existe la posibilidad de que el juez autorice el pronto pago labo-
ral ex officio (art. 16, segundo parrafo, LCQ).
No se trata solamente de aplicar de oficio la ley, sino del actuar del tribunal respecto de la
ley (ALEGRIA). Declarado el concurso, el que no se instaura de oficio, el juez impulsa el proceso
(aspecto procesal) y recurre a las instituciones y remedios mas aptos, aun sin peticién de parte de
otro 6rgano (aspecto sustancial). Lo cierto es que en el concurso el juez acttia las mas de las veces
de forma inquisitiva, pero rara vez en forma oficiosa. Y en cuanto a la inquisitoriedad o poder
investigativo del oficio concursal, tiene sus limites impuestos por la Constitucién Nacional y la ga-
rantia del debido proceso judicial -art. 18, CN- (RIVERA). Si bien el proceso concursal es eminen-
temente inquisitivo, no se deja de lado en él, el principio dispositivo que adquiere importancia en
algunas etapas procesales. Sin embargo, esa instancia dispositiva, atento la pluticonflictividad del
concurso, no es idéntica a la de los procesos judiciales comunes.
Esto no afecta a los derechos de los deudores y acreedores, sino que el oficio de la quiebra
insta el proceso en forma oficiosa y produce cognici6n en forma inquisitiva, sin suplir cargas pro-
cesales de las partes.
Los caracteres no son directrices que rigen un determinado instituto, como son los principios,
sino que son, en este caso, cualidades a partir de las cuales se desarrolla el proceso concursal.
1. Publicismo o privatismo
Estas nociones distinguen al derecho procesal del derecho procesal civil y comercial comun,
ello porque se parte del tajante principio dispositivo, en mayor o menor medida, segtin sea mas
publicistico o mas privatista, impidiendo que el objeto procesal sea disponible por las partes (lato
sensu) involucradas en la litis concursal, teniendo preeminencia sobre ello el orden publico y el
actuar de los 6érganos oficiales del concurso, Pero esta nociOn que caracteriza estos procesos no
queda limitada solamente sobre el objeto del proceso sino sobre el impulso del mismo por lo que
el caracter publicista del concurso importa un mayor impulso oficioso del proceso y el privatista
deja eso en manos de los sujetos involucrados, ya sea el deudor o sus acreedores, constituyéndose
estos en el pilar de esta dualidad de cualidades.
Puede decirse que la ley actual -con la reforma de la 25,589- ha balanceado los efectos y nos
ha dejado un concurso publico-privatista.
El antecedente directo y mas remoto de la moderna concepcién publicista del instituto fa-
lencial es la doctrina de SALGADO DE SOMOZa, quien ya en el siglo XVII entendia que la quiebra
tutelaba los intereses de la colectividad, nota que caracteriz6 el derecho concursal espafiol dife-
renciandolo del derecho estatutario privatista. Abierta la via concursal, el legislador nacional ha
navegado, procesalmente hablando, del publicismo al privatismo concursal, primando en el pri-
mero de los casos la actuacion del oficio concursal, juez, sindico y otros funcionarios -Cédigos de
Comercio de 1859/62 y 1889, leyes 11.719, 19.551-, y en el segundo siendo prioritaria la actuaci6n
de los acreedores para resolver el conflicto -leyes 6716, 24.522- .
Se ha intentado incorporar en el pais caracteres e institutos del Bankruptcy Code norteameri-
cano, el cual tiene origen en la legislacion inglesa de 1869 -fuente de la ley 4156- y del cual se dice
que es la normativa internacionalmente mas avanzada. La ley 24.522 ha exacerbado el privatismo
concursal, y la reforma del 2002 (ley 25.589) ha equilibrado esos efectos; por ello puede afirmar-
se que el proceso concursal argentino navega a la deriva entre el publicismo y el privatismo, sin
poder anclarse definitivamente en ninguna de las dos corrientes. Esta pendular caracteristica del
proceso concursal, se debe a la puja equilibrada de intereses que en él existe, pues se debaten
entre si, el interés ptiblico del Estado y el privado del deudory los acreedores.
52 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO IV - PROCESO
Por ello, el caracter iusprivatista o iuspublicista del concurso se produce mas por una razon de
politica legislativa que por un criterio caracterizante de su esencia (BARACAT), pero esa impronta
politica en definitiva le otorga una cualidad o caracter al proceso concursal que lo identifica,
3. Concurrencia de acreedores
El proceso concursal exige para el cumplimiento del principio de colectividad que los acree-
dores se presenten a hacer valer sus derechos para participar del concurso. Ello es el fundamento
base del fuero de atracci6n pasivo que provoca el concurso. Resulta necesario que los acreedores
anteriores al concurso se insintien en el concurso a través del procedimiento de la verificacién de
créditos para incorporarse al pasivo concursal y asi participar del proceso universal.
Actualmente no existen exclusiones y todos los acreedores deben concurrir al concurso para
convertirse en acreedores concursales, pero con la ley 19.551, como bien se ha apuntado, exis-
ERREIUS 53
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
tian dos excepciones, la del polémico inc. 8 del art. 11 de la ley, que exigia para la presentacion
en concurso preventivo el pago de los salarios y demas créditos originados en leyes sociales, y la
de los acreedores laborales privilegiados, que virtualmente quedaban fuera del concurso ante la
imposibilidad de renunciar a su preferencia.
La concurrencia es una carga para el acreedor y no una obligacién. Los acreedores concursa-
les no concurrentes no permanecen en las mismas condiciones que antes de la apertura del pro-
ceso, pues pierden el ejercicio de las acciones individuales e incluso de la colectiva, al no poder
solicitar la quiebra de su deudor in malis, pues esta ya esta declarada y su crédito es de causa o
titulo anterior. La participacién en el concurso resulta necesaria para los acreedores concursales.
Antiguamente se entendia que la colectividad de los acreedores se conformaba en el con-
curso a través de la masa de acreedores, a la cual entendian como una persona juridica que en la
quiebra se constituia en el titular del patrimonio cesante a los fines de su liquidacién. Ya ahora,
no existe discrepancia doctrinaria ni jurisprudencia respecto a que los acreedores no forman una
comunidad juridica denominada “concurso” y no tienen personalidad juridica constituyendo lo
que antiguamente se denominaba “masa de acreedores” y la unica forma de cobrar cuotas con-
cordatarias o dividendos concursales es a través de la concurrencia al proceso concursal. Es una
comunidad de derechos desde el punto de vista activo o una especie de solidaridad en las pérdi-
das de la optica pasiva.
La reforma de la ley 26.086, si bien ampli6 la exclusién al fuero de atraccion, no debilité la
concurrencia de los acreedores, pues ellos, igualmente deben presentarse al concurso para hacer
valer sus derechos a través de la verificacién de créditos.
Convertirse en concurrentes es la inica forma que les resta para hacer valer sus derechos.
Algunos entienden que, no habiendo el acreedor concurrido al concurso, y concluido este y vuel-
to el deudor in bonis, el acreedor concursal no concurrente conserva sus derechos anteriores al
concurso intactos, salvo prescripcion, para ejercer su accién individual plena (KLEIDERMACHER).
No debe confundirse el caracter de concurrencia de acreedores al proceso concursal, que es
lo que venimos definiendo, con la concursalidad, que es el sometimiento de estos a la legislaci6n
falimentaria.
La natural concursalidad se materializa con la concurrencia de los acreedores al proceso; esta
potencial pluralidad de acreedores al momento de transformarlos en concurrentes puede no exis-
tir, pues resulta suficiente la existencia de un solo acreedor concurrente para llevar a cabo los pro-
cesos concursales, pues no es presupuesto de estos la pluralidad de acreedores, sino la cesacién
de pagos y el sujeto pasivo in malis. La universalidad subjetiva no significa que todos los acree-
dores participen en el concurso; este se abre en interés de todos, pero los acreedores particulares
pueden elegir la via de la abstenciony no concurrir al proceso (principio de la disponibilidad de
los derechos).
4. Celeridad y economia
El principio de economia procesal tiene relacion con los valores de los bienes afectados al
proceso. Resultaria antieconémico buscar la tutela judicial de un derecho afectado cuando ella
superase el valor de aquel derecho. El derecho procesal y mas precisamente el proceso civil y co-
mercial exige una inevitable proporcién entre el fin perseguido y los medios para ello (proceso).
Desde esta Optica esta regla se traduce en la economia de gastos. Puede afirmarse que esta direc-
triz no debe verse tnicamente de un punto de vista pecuniario sino también temporal, tendiente
a reducir la duracién del proceso para que logre su fin en el menor tiempo posible, por lo que el
principio de economia de alguna manera absorbe el de celeridad procesal. La economia procesal
vista desde el punto de vista de la celeridad importa impedir la injustificada prolongacion de los
plazos evitando los actos procesales superfluos, y desde el angulo estricto de la economia tam-
bién se evitaran los actos onerosos. Asi la economia apunta a la simplificacién y abreviacion del
proceso, es decir una economia de esfuerzos, de la celeridad de un proceso agil.
La celeridad es un tipico principio procesal resaltado para el proceso concursal. La rapidez
en la solucién de los conflictos sometidos al concurso es una de las principales causales del éxito
54 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO IV - PROCESO
de una ley concursal. La ley 24.522, enfatizé este principio a través de la reduccion, en general,
de los plazos para llevar a cabo las diversas etapas del proceso (vgs. verificacidn, liquidacién). Se
establece ademas que sera responsabilidad del juez la prolongacion injustificada del tramite, lo
que podra ser considerado mal desempeno (art. 273 in fine, LCQ).
El principio de economia y su colateral de celeridad son pilares de los procesos concursales.
Sin embargo y mas a alla de ello el proceso concursal esta muy lejos de la economia deseada, no
solo en cuestiones de costos especificamente sino también en las relaciones temporales. Es un
proceso largo y costoso.
La verdad es que varias normas concursales llevan a la celeridad del tramite, ya sea por im-
posicion a los sujetos que intervienen en el proceso a través de la perentoriedad de los plazos
273, inc. 1, LCQ, u otorgando facultades alos 6rganos concursales para que procuren la celeridad
concursal, a través del impulso de la causa por parte del juez (proemio del art. 274, LCQ) o efec-
tuando las peticiones necesarias por parte del sindico para la rapida tramitacién de la causa (art.
275, LCQ).
La aplicacién de las normas concursales de los cédigos procesales locales sera de aplicacion
en el concurso cuando sean compatibles con la rapidez y economia del proceso (art. 278, LCQ).
La celeridad procesal viene de la mano de la referida economia, la cual se trasluce en la con-
creta economia temporal en los plazos del proceso, es decir que no se esta ante el verdadero prin-
cipio de economia procesal sino “ala economia de la ley, es decir su integridad como sistema (Ga-
RAGUSO). La economia concursal busca la integridad de normas para lograr la reduccién temporal
en el logro de los fines del proceso.
La eficacia de una ley concursal depende en gran medida de la maximizacion de la economia
y la optimizacion de recursos para darle celeridad. En la actualidad y en lo desarrollado histérica-
mente gran parte del fracaso del proceso concursal se ha visto por la ineficiencia en la aplicacién
de este principio, no pudiéndose encontrar un proceso adecuado, con la correspondiente abre-
viacion procesal y el conveniente ahorro de costos.
ERREIUS 55
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El legislador a través de los afios ha instrumentado diversos procesos concursales para resol-
ver la crisis de insolvencia que afecta el patrimonio de los deudores, primando en la actualidad
las soluciones preventivas -se le da supremacia a la negociacién por sobre la liquidaci6n-, por lo
que se busca constantemente su ampliacién. Se organizan procesos concursales que permitan
desarrollar alguna de las formas de solucién que el sistema consagra: la negociacién concursal
con administraci6n controlada o como mecanismo conclusivo de la liquidacion, el moderno fi-
deicomiso de administracién con control judicial y la liquidacidn de los bienes que integran el
patrimonio in malis (GARAGUSO).
56 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO IV - PROCESO
Estos procedimientos son “originarios” porque ellos se incoan directamente a través del ejer-
cicio de una pretensién por alguna de las partes; el concurso preventivo por demanda de apertura
por parte del deudor, y la quiebra directa a peticion del acreedor o del deudor,
La relacion existente entre diversos sujetos, en cuanto a su actividad patrimonial, hace que el
legislador haya dispuesto casos en que la quiebra de un sujeto provoque la de otro, para que se
responda con los activos de los sujetos al pasivo principal. Esto es la extensidn de quiebra, por la
cual una quiebra principal es la que provoca la quiebra dependiente o quiebra refleja.
La ley actual prescribe cuatro casos de extensién de quiebra: aquella que deriva de la res-
ponsabilidad ilimitada de los socios (art. 160, LCQ); la provocada por la utilizacion societaria en
interés personal y en fraude a los acreedores (art. 161, inc. 1, LCQ); la que provoca la sociedad
controlante sobre la controlada (art. 161, inc. 2, LCQ), y cuando existe confusidén patrimonial ines-
cindible entre los sujetos (art. 161, inc. 3, LCQ). La extension de quiebra legislada en el art. 160,
LCQ, generalmente es decretada en forma sincrénica o simultanea con la quiebra principal, en
cambio, las previstas en el art. 161, LCQ, se decretan luego de un proceso de conocimiento.
Ello no significa que exista diferencia econémica en cuanto a su importancia respecto de cada
una de las quiebras conexas declaradas (MARTORELL).
4, Procedimientos especiales
Los procedimientos especiales incluyen aquellos procedimientos concursales que no se en-
cuentran regulados en la ley falimentaria, pero que resuelven insolvencias patrimoniales en si-
tuaciones especiales teniendo en cuenta las caracteristicas subjetivas del titular del patrimonio.
Asi, se determinan procedimientos especiales de liquidaci6n administrativa para sociedades bajo
control estatal por interés publico,
Quedan bajo este régimen de liquidacién administrativa aquellas sociedades excluidas del es-
tatuto concursal ya sea porque este lo prescribe o por decision de leyes especiales. En estos casos
no se llega a la quiebra por voluntad societaria, sino que se produce por decisidn de la autoridad
de aplicaci6n; aunque no necesariamente se producira una liquidacién administrativa, sino que
puede decidirse que esta sea judicial, y esta ultima es muy similar a la quiebra legislada por la ley
concursal. El principal caso de liquidaciones administrativas es el de las entidades financieras
(ley 21.526), donde se legislan cinco tipos de liquidaciones: una extrajudicial a cargo de la misma
sociedad, una administrativa llevada adelante por el BCRA y tres judiciales: la autoliquidacién
que realiza judicialmente la misma entidad; la liquidacién sin quiebra, cuando no puede autoli-
quidarsey la autoridad de aplicacién no pide la quiebra; y finalmente la liquidacion con quiebra
ERREIUS 57
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
cuando se revoca la autorizaci6n para funcionar y se decreta la falencia. Pero estas no son las
uinicas entidades que pueden liquidarse administrativamente; también pueden hacerlo las ase-
guradoras y las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones.
También a las entidades deportivas se les otorga un proceso especial por su interés social.
Aqui se esta frente a un procedimiento de conversion de quiebra que, de manera oficiosa,
teniendo en cuenta el patrimonio y la posibilidad de continuacion de la actividad, crea un fidei-
comiso de administracidn bajo el contro! del juez concursal, sistema previsto para las entidades
deportivas por la ley 25.284. El control judicial se lleva a cabo a través de un organo fiduciario,
desplazandose asia los 6rganos sociales y a los concursales, Fracasado el fideicomiso se produce
la liquidacién patrimonial del sujeto.
6. Procedimientos extrajudiciales
Los hasta ahora analizados, salvo la liquidaci6n administrativa, son procedimientos que se
desarrollan completamente en el ambito judicial, pero no debe dejarse pasar que existen proce-
dimientos de solucion preventiva de la insolvencia que se realizan, aunque mas no sea en parte,
en el Ambito extrajudicial.
En la actualidad, el exclusivo proceso con etapa extrajudicial incorporado en la ley concursal,
es el acuerdo preventivo extrajudicial que tiene origen contractual y extrajudicial.
Se lo asimila al concurso preventivo cuando se lleva el contrato originario al ambito judicial y
se lo homologa, y cuando no es homologado puede equipararselo al acuerdo amigable, el cual, si
bien no esta regulado, ingresa por aplicacion no solo del principio de la libertad contractual (art.
19, CN, y arts. 957, 958, 959 y cc., CCC), sino también por las normas contractuales incluidas en
la ley concursal al regular el contrato del acuerdo preventivo extrajudicial. El acuerdo preventivo
extrajudicial es un instituto concursal preventivo de la quiebra. En definitiva, es un concurso -ins-
tituto- preventivo -no liquidativo o conservativo- abreviado —desde el punto de vista del concur-
so como proceso-, que consta de una etapa extrajudicial contractual y originaria y otra procesal,
judicial, conclusiva que lo convierte en concursal.
58 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO V
JURISDICCION
I, INTRODUCCION
Histéricamente se habia planteado la controversia de determinar si el concurso debia recaer
sobre jurisdiccion federal o jurisdiccién ordinaria.
Enfaticamente y sin cortapisas se sostuvo que la Ley de Quiebras es de caracter nacional y
exclusivamente federal, porque la dicta el Congreso, conforme el inc. 11 del art. 67, CN, y porque
el ejercicio de tal poder ha sido prohibido a las provincias (art. 108, CN). Y de la misma mane-
ra se sostuvo que la competencia sobre dichos temas recaia también sobre jurisdiccion federal,
considerandose inconstitucionales las leyes que le otorgan competencia a las provincias (leyes
48 y 927); entendiéndose que es materia federal no reservada conforme los arts. 100 y 67, inc. 11,
CN. Quiza la tesis, confundida, se apoyaba en el hecho de que en los Estados Unidos la materia
falimentaria es federal -no legislaci6n comun-, por lo que su aplicacidn corresponde a jueces
federales.
La posicién que prevalecio legislativamente es la que entiende que, siendo la Ley de Quiebras
integrante del Codigo de Comercio, es materia de la jurisdiccién ordinaria (Corte Sup., JA 7-266).
El proemio del art. 3, LCQ, por obra del legislador de 1995, prescribe que la jurisdiccién -com-
petencia reza el articulo- recae sobre la justicia ordinaria. Asi se dejan de lado todas las dudas
constitucionales del pasado y entenderan en los concursos los jueces comunes quedando exclui-
da la jurisdiccién federal.
Sin dudas, los procesos concursales son materia de la justicia ordinaria, por lo que los mismos
se desarrollaran ante los jueces estaduales, es decir aquellos que forman parte del Poder Judicial
de las provincias, y en su caso, los jueces -mal Ilamados nacionales- del Poder Judicial de la Na-
cién que ejercen competencia ordinaria en el Ambito de la Ciudad Aut6noma de Buenos Aires.
ERREIUS 59
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Poderes-Facultades
E] juez es un exponente claro del principio de oficiosidad concursal que le permite impulsar
el proceso sin necesidad de peticion de parte, lo que no significa que pueda sustituir el ejercicio
de las pretensiones de los interesados.
No puede abrir el concurso de oficio. Tampoco puede imponer la iniciacion de incidentes,
pues, como estos implican el ejercicio de una pretension de partes, es necesario que sean in-
coados por el deudor o los acreedores y en limitados casos por el sindico como funcionario.
Sin embargo, ello no excluye las amplias facultades oficiosas de impulso procesal que tiene el
juez del concurso, las que se ven incrementadas con los poderes inquisitorios que la ley le con-
fiere para llevar a su conocimiento el verdadero status patrimonial que produjo la insolvencia, es
decir, los poderes de investigaci6n (art. 274, LCQ). Estas facultades-deberes que tiene el magistra-
do concursal no deben suplir la actuacién que les compete al concursado y a los acreedores, sino
que siempre deben ser desarrolladas valorandose todos los intereses en juego, armonizandolos,
en busca de la verdad real.
Las referidas facultades igualmente encuentran su limitacidn constitucional, pues debe res-
petarse el debido proceso (art. 18, CN), resguardandose los principios que de aquella garantia
emanan. También el juez concursal encuentra limitaciones de tipo procesal, pues no puede apar-
tarse del principio de congruencia y debe regirse por las normas generales de rito para dictar
medidas de mejor proveer que suplan la actividad de las partes (RIVERA - ROITMAN - VITOLO).
Otra limitacion a las facultades del juez concursal se la encuentra en el principio de congruen-
cia, aunque morigerado respecto de los procesos de corte dispositivo. Ello porque la incongruen-
cia subjetiva asume relevancia en el proceso concursal en cuanto no puede reconocerse como
acreedor a quien no lo ha solicitado; el juez y sus poderes inquisitivos no pueden suplir la acti-
vidad del acreedor renuente. Sin embargo, existe una dimension diferente respecto de la incon-
gruencia objetiva, donde radica la distincidn con los procesos dispositivos, lo que lleva al juez a
tener en cuenta hechos soslayados por las partes y resolver en contra de los admitidos por estas,
aunque siempre en los limites de la peticién de las partes.
No obstante, queda al juez solo respetar las pautas de razonabilidad, pues otorgando a sus
decisiones fuerza de conviccién puede tomar medidas al margen de la ley, siempre fundandolas
debidamente; puede incluso decidir cuestiones contra la ley misma o puede declararla inconsti-
tucional si tal cosa procediere; asi, el juez que puede obrar con cierto margen de oficiosidad y, ma-
logradas las reglas procesales, se ve dotado de poderes de relevancia en instancias claves (RUBIN).
2. Funciones
En cuanto a las funciones del juez del concurso, estas son plenamente jurisdiccionales, pues
él resuelve la Jitis concursal planteada en el proceso.
Entre las funciones jurisdiccionales del juez concursal, la primordial actividad que le compete
en el proceso concursal es dictar la sentencia de apertura del concurso preventivo ante el pedi-
do del deudor (art. 14, LCQ); ademas, dictar la sentencia de quiebra ante el pedido del deudor o
luego de resuelta la instruccién prefalencial ante el pedido de un acreedor (art. 88, LCQ), resolver
sobre los pedidos de verificacién realizados por los acreedores insinuantes (arts. 36, 56 y 280 y ss.,
LCQ), resolver sobre la homologacién del acuerdo arribado entre el deudor y la mayoria de sus
acreedores en el concurso preventivo (art. 52, LCQ), sin perjuicio de resolver las demas cuestiones
que se planteen dentro del proceso.
Es importante determinar como el juez concursal ejerce su jurisdiccién. Siempre el juez en el
concurso debe ser activo, actuar con discrecionalidad, pero con prudencia sin que su accionar se
convierte en arbitrario. Se requiere un activismo judicial que no deseche normas, volviendo a la
60 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO V - JURISDICCION
ERREIUS 61
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1, Caracteres
2. Reglas de competencia
En cuanto ala competencia territorial, el art. 3, LCQ, dispone las reglas aplicables en materia
concursal, las cuales deben ser observadas por el juez ex officio como presupuesto procesal de ad-
misibilidad de la demanda concursal. También la ley contiene reglas especiales de competencia
para los casos de concurso en caso de agrupamiento (art. 67, parrafo primero, LCQ), concurso del
garante (art. 68, LCQ) y cuando se trate de una extensién de quiebra (art. 162, LCQ).
La base de la competencia territorial esta dada en general por el domicilio de los sujetos pro-
cesales, en el concurso ello no varia. Cuando se habla de domicilio no se hace referencia al real
sino al de la actividad econédmica. La competencia le corresponde al juez del lugar de la admi-
nistracidn de los negocios, y luego como regla subsidiaria, utiliza al domicilio real. La ley actual
otorga preeminencia para la atribucién de competencia, a la sede de la administraci6n porque
entiende que es alli donde se cierran los negocios del deudor presumiendo que en dicha jurisdic-
cién es donde se encontraran los acreedores o la mayoria de ellos. La principal pauta de compe-
tencia la configura el domicilio del concursado, aunque no precisa concretamente el tema sobre
el domicilio comercial, el civil o ni siquiera domicilios legales, sino que se desarrolla el tema a
partir de ciertas nociones especiales de domicilio cuando no se refiere directamente al domicilio
real. También para atribuir competencia al concurso de las sociedades en que el Estado es parte,
se utiliza la nocion de domicilio legal. En el art. 3, LCQ se emplean diversos vocablos con distintos
alcances respecto del domicilio, ya que se hace referencia a la sede de la administracién de los ne-
gocios, sede de la administracion del establecimiento principal, lugar de la administracién, pero
ademas concretamente se refiere a domicilio, lugar del establecimiento 0 explotaci6n principal, o
lugar de la actividad principal.
62 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO V - JURISDICCION
En principio la ley otorga competencia al juez del lugar de la administracion de los negocios y
luego, como regla subsidiaria, utiliza al domicilio real.
ERREIUS 63
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
lugar del establecimiento principal, y finalmente si no se pudiere saber cual de todos es, entende-
ra el juez que previno.
La regla subsidiaria es la del principio de prevencion. Sino puede atribuirse la competenciaa
través de las reglas propuestas, por ser imposible, o ante dudas, o ante posibilidades probatorias,
atento tratarse de cuestiones de hecho, entendera el juez que previno.
No existe consenso en cuanto a determinar cual es el juez que previno en el caso de varias
administraciones sin poderse determinar el establecimiento principal. Por un lado, se sostuvo
que el juez previniente es aquel que haya dictado cualquier resolucién en el proceso, aunque
no haya determinado atin su apertura, pues el principio de prevencién significa ejecutar las pri-
meras diligencias aun en la etapa preconcursal. Sin embargo, en dicho caso, seria suficiente la
mera peticion para prorrogar la competencia, pues ello provocaria que el pedido de quiebra -sin
declaracién falimentaria— prevaleciera si es anterior, para determinar
la competencia por sobre el
concurso preventivo abierto posteriormente, En realidad, como en el derecho italiano, el juez que
previno es aquel magistrado que resolvio la apertura concursal, pues dicha sentencia hace ejercer
por aquel su jurisdiccidn en marco de su competencia.
64 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO V - JURISDICCION
El inc. 5 del art. 3, LCQ, determina que en caso que el deudor se domicilie fuera del pais, en el
concurso local que se abra, sera competente el juez del lugar de su administracion en el pais y, en
caso de que no la tuviese, el del lugar del establecimiento, explotacién o actividad principal, segun
el caso. Coherentemente la ley modifica el criterio sustentado para los deudores locales, pues si
bien mantiene como norma principal la competencia del juez del lugar de la administraci6n en
el pais, la regla subsidiaria se modifica, pues careceria de sentido determinar que la competencia
corresponda al juez del domicilio pues este estaria en el exterior.
En el caso de varias administraciones se aplicara el inc. 2 del art. 3, LCQ, pero se considerara la
principal en el pafs y en su defecto el establecimiento principal. La administracién o explotacién
local deben estar totalmente subordinadas a la administraci6n en el exterior.
Cuando no exista administracién local 0 no pueda determinarse la administraci6n principal
en el pais cuando exista pluralidad de ellas, se aplicara la regla subsidiaria, pero cuando no exis-
tan o no puedan determinarse, en caso de existir varios, el establecimiento, la explotacién o la
actividad principal, indefectiblemente la competencia debera recaer sobre el juez que previno.
Una particular situacién no contemplada es la del deudor sin actividad en el pais, teniendo
solo bienes, por lo que corresponde entender al juez del lugar de los bienes (/ex rei sitie), pero si
los bienes se encuentran en diferentes jurisdicciones se aplicara el principio de prevencion. Esta
misma solucién debe aplicarse para las sociedades offshore no inscriptas en el pais y sin actividad
sino solo con bienes en el territorio local.
En consecuencia el sistema en relacién al deudor domiciliado en el extranjero que formado
por las siguientes reglas de competencias: lugar de la sede de la administraci6n, subsidiariamente
el del establecimiento, explotacion o actividad principal, si hay mas de una administracion, el de
la administracion principal, sino se puede determinar la administraci6n principal, el del estable-
cimiento o explotacion principal, siel deudor solo tuviese bienes sin actividad en el pais, el del lu-
gar donde se encuentren dichos bienesy si no se pueden dilucidar aquellas cuestiones de hecho,
o los bienes existentes estan en diversas jurisdicciones, entendera el juez que previno.
Para el supuesto de concurso del patrimonio del fallecido, son aplicables las mismas reglas
que para las personas humanas, aunque el causante haya dejado de serlo.
ERREIUS 65
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
En el ambito concursal no resulta coherente aplicar la regla del art. 2337, CCC que atribuye
competencia al juez del tiltimo domicilio del causante, porque no siendo el mismo el centro de
sus actividades, también podria no ser el lugar donde se encontraran sus acreedores, por lo que
en consecuencia armonizando las normas, en principio, la competencia se le asignaria al juez del
domicilio de la sede de la administraci6n de los negocios del fallecido al momento del deceso.
Al respecto se plantea el problema de la colisién de los fueros de atraccién (arts, 2336, CCC,
para el sucesorio, y 21 y 132, LCQ, para el concurso), negandose la posibilidad de acumulacién
(art. 188, CPCCN). Sin embargo, si tramitan ante la misma jurisdiccidn territorial no hay obsta-
culo para que quien conozca sea el mismo juez, siempre que tenga competencia en razén de la
materia, llamada acumulacion impropia. Se reconoce que el problema se plantea respecto de la
competencia ratione materia -fuero civil: sucesi6n; fuero comercial: concurso-, sobre lo que se
ha entendido que si el fuero es unificado entiende el juez que primero conocié -el del sucesorio
o el concursal-; en los casos en que la competencia es especial se aplican las reglas de los inc. 1 y
2 del art. 3, LCQ, para fijar la competencia concursal y la sucesion se radica ante este 6rgano, en-
tendiéndose también que el fuero de atraccion concursal desplaza a los otros. Pero en realidad, no
procede tal acumulaci6n, pues no existen problemas con el fuero de atraccion entre estos proce-
sos, puesto que ambos son juicios universales independientes que producen la vis altrativa, pero
entre si ninguno es mas fuerte que el otro y se anulan reciprocamente, por lo que no se atraen,
aunque respecto de los juicios contra el causante prevalece la atraccion concursal, pues le quita al
sucesorio injerencia sobre los bienes, limitandose a declarar los sucesores (conf. art. 105, segundo
parrafo, LCQ). Y si bien no existen reparos para que opere una competencia conexiva, atribuyén-
dosela al juez del concurso o de la sucesién, no encontrandole tampoco justificativo que lo fun-
damente, que no es posible el tramite ante un mismo juzgado, pues el juez del concurso no podra
resolver cuestiones vinculadas con la declaracion de herederos o la aprobacidn del testamento,
pero tampoco podra el juez del sucesorio disponer de bienes afectados por el desapoderamiento.
Por ello, siendo totalmente independientes, no podran acumularse.
La ley prevé el caso de que se produzca la muerte del fallido, pues se aplica el art. 105, parrafo
primero, LCQ, sin que se afecte el tramite, sustituyendo los herederos al causante, debiéndose
unificar necesariamente la personeria.
Mas alla de las reglas generales contenidas en el art. 3, LCQ, la ley contiene algunas normas
especiales.
Determina que, en los casos de quiebra indirecta decretada, estando en tramite un concurso
preventivo, por aplicacidn del principio de unidad se prescribe que seguird actuando el mismo
juez.
La misma solucién se impone en la conversion de la quiebra en concurso preventivo, pues
esta debe ser solicitada ante el juez que entiende en la falencia declarada.
En ambos supuestos la ley aplica el principio de unidad y se prescribe que seguira actuando
el mismo juez.
66 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO V - JURISDICCION
el que tuviese mas bienes -vgs. registrables- sera el mas importante, siendo asi la unica solucion
prima facie que se le puede dar a la cuesti6n, pues no corresponde realizar tasaciones, ni otro tipo
de investigaciones. Y si tal conclusién no pudiese sacarse con los elementos existentes en autos,
sera competente el juez que previno, es decir, el de la quiebra principal, que, en nuestra opinion,
de lege ferenda debiera ser la regla general imperante para los casos de extensi6n de quiebra.
En caso de dudas sobre el activo mas importante seguira entendiendo en todas las quiebras el
juez que previno, es decir el de la quiebra principal.
Iguales reglas se aplican si aquellos a los cuales se les extiende la quiebra se encontraban ya
concursados.
Hubiese sido preferible que la regla de la competencia siempre le confiera esta al juez que pre-
vino, siendo la soluci6n mas practica y mas saludable para todos, especialmente para la celeridad
falencial.
La atribucidn de competencia queda regida por los codigos procesales legales, ya que, ade-
mas de no haberse abierto aun el concurso, la ley especial no contiene normas reguladoras de la
materia. Entonces, conforme el art. 4, CPCCN, aquel sujeto que pretenda instar la jurisdicci6n
para abrir un concurso debera hacerlo ante el juez competente. Y en caso de que de los hechos
expuestos surja la incompetencia del magistrado debera este inhibirse de oficio, pues se trata de
una competencia territorial de orden publico. En realidad, la competencia concursal no puede
ser atribuida en virtud de meras alegaciones del demandante, sino que debera surgir de la docu-
mentacién aportada.
El juez, como en todo proceso judicial, es el primer sujeto del concurso que debe verificar
ex officio, su competencia al momento en que someten a su conocimiento el anteconcurso, ya
sea el pedido de quiebra -forzosa o voluntaria- como la demanda de concurso preventivo, Debe
hacerlo ante la presentacion del deudor en concurso preventivo o peticionando su propia quie-
bra. La competencia es presupuesto procesal del concurso por lo que se traduce en un recaudo
de admisibilidad de la demanda. De la misma manera, debera hacerlo ante el pedido de quiebra
instado por acreedor; sin embargo, en estos casos tiene dos oportunidades mas para resolver su
competencia, esto es, ante la declinatoria opuesta por el propio deudor al contestar la vista en la
antequiebra o luego de la declaracion de quiebra a través de la declinatoria prevista por el art. 100,
LCQ, que puede ser opuesta por el deudor siempre que no haya contestado la vista del art. 84,
ERREIUS 67
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
LCQ, pues la incompetencia debe plantearse en la primera oportunidad o por cualquier acreedor
que no haya sido el peticionante de la quiebra.
Las cuestiones de competencia se suscitan cuando dos jueces discuten sobre la competencia
en un asunto, ya sea porque ambos la pretenden 0 porque los dos la rechazan. El planteo, puede
hacerse a través de la declinatoria ante el juez que tramita el proceso y se entiende incompetente,
o planteandose la inhibitoria ante el juez que se crea competente. La declaracién de incompeten-
cia, tanto de oficio como a peticién de parte, es consecuencia dilatoria del proceso concursal, y lo
unico que produce es la remision del expediente a otro juzgado, incluso cuando se encuentre en
otra jurisdiccion (art. 101, LCQ).
En virtud de la injerencia internacional del concurso y siempre partiendo del sistema adop-
tado internamente, se han dado diversas teorias para solucionar el problema internacional del
concurso.
Originariamente existieron dos posiciones -estatuto personal o estatuto real- que luego fue-
ron dejadas de lado por la discusi6n entre quiebra tinica o plural o sobre la extraterritorialidad o
no del concurso.
La tesis del estatuto personal sostenia que produciendo la quiebra una capitis diminutio res-
pecto de la persona del fallido, considerandolo un incapaz, las leyes que determinan esta, es decir,
las de su domicilio, tienen efectos internacionales. Superada la idea del fallido incapaz, cayé esta
doctrina que propiciaba una unidad falimentaria internacional. En cambio, los sostenedores del
estatuto real afirmaban que atento a regir la quiebra el patrimonio del quebrado, debia aplicar-
sele la ley del lugar donde se encontraban los bienes sin poder extender sus efectos mas alla del
limite de su territorio. Tal posicién propiciaba un sistema de pluralidad concursal internacional.
Finalmente, se pretendia un estatuto mixto que era aquel que aplicaba el sistema personal para
los bienes muebles y el real para los inmuebles.
68 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO V - JURISDICCION
la recepcién del derecho romano, la territorialidad de las leyes perduré por siglos. En el derecho
intermedio y en el estatutario se acenttio el sistema de territorialidad, y ya entrada la edad moder-
na y en el campo del derecho internacional privado nacieron estatutos para resolver conflictos de
leyes donde primé la locus regit actum -la ley del lugar rige el acto- y, con él, el efecto territorial
de las leyes.
En cambio, la extraterritorialidad era el sistema surgido a partir de la aplicacién de los esta-
tutos personales y contempordneamente por el sistema de unidad falimentaria que extrapolan
todos o algunos de los efectos de la quiebra dictada en un Estado a los demas donde el deudor
tenga bienes.
ERREIUS 69
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
rresponden juicios plurales, y si lo han hecho sobre una prevision internacional cabe la unidad
procesal de la quiebra (KALLER DE ORCHANSKY).
En nuestro pais han triunfado legislativamente, respecto del concurso extranacional, las ideas
de Amancio ALCorTA, y la pluralidad de concursos, entendiéndose que el sistema de unidad era
muy simple y por eso ha cautivado con mayor facilidad los espiritus mas sencillos, siendo la adop-
tada una garantia necesaria para los acreedores locales, resultando muy dificil para estos con-
trolar los negocios de su deudor a la distancia. Sin embargo, dicha postura ha sido severamente
criticada por la doctrina que siguié la tesis de Zeballos y la unidad falimentaria interna y externa.
La solucién adoptada termina siendo correcta en la practica, pues un procedimiento idéntico se
seguira en la nacidn extranjera, y si la ley argentina adoptase un principio opuesto, no haria sino
favorecer a los acreedores del concurso extranjero a costa de los de la quiebra formada en el pais.
Por ello, solo obedeciendo a un espiritu de estricta conveniencia, se puede dejar pasar una norma
que contiene un desquicio juridico. Sin embargo, en el derecho comparado y como ejemplo, la
antigua y aun vigente jurisprudencia francesa no admite la unidad de quiebra internacional, reco-
nociendo que esta es un procedimiento territorial por lo que puede haber pluralidad de quiebras.
En el mismo sentido, desde siempre, la jurisprudencia espanola. Desde la doctrina italiana se
sostuvo que se trata mas bien de un modo diverso de realizar la unidad de la quiebra a los fines de
garantizar el mayor respeto de los intereses connacionales.
2. Sistema argentino
70 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO V - JURISDICCION
Respecto del tipo de proceso que debe ser abierto en el extranjero, puede tratarse de cual-
quiera tendiente a resolver la crisis patrimonial que tenga caracter concursal, aunque su procedi-
miento no sea legislado en el pais, En cuanto al proceso a abrirse en el pais, inicamente procede
la quiebra, inico proceso concursal que puede ser instado por los acreedores y ademas es el iinico
concurso donde puede aplicarse la prioridad de dividendos y las consecuencias locales de la exis-
tencia de pluralidad de concursos.
La legitimacién activa para abrir una quiebra en el pais invocando el concurso extranjero co-
rresponde al propio deudor y al acreedor cuyo crédito debe hacerse efectivo en el pais (acreedor
local). En cuanto a la legitimacién pasiva, debe tratarse de un sujeto concursable en el pais con-
forme el art. 2, LCQ, y en el caso de que el domicilio del sujeto pasivo sea extranjero deberan ade-
mas existir bienes en el pais (inc. 2, art. 2, LCQ). No procede la aplicacion de la norma en los casos
en que el concurso sea declarado en el extranjero respecto de un deudor con bienes en el pais,
pero sin créditos pagaderos en él, pues dandose dichas circunstancias habra una sola liquidacion,
pasando los bienes al concurso extranjero (UzaAL).
2.1.3. Reciprocidad
También el art. 4, tercera parte, LCQ, impone una regla de reciprocidad por la cual solo ac-
tuaran en paridad con los acreedores en el concurso local créditos pagaderos en el extranjero no
vinculados con concurso en el extranjero, cuando el acreedor extranjero acredite que en el lugar
donde su crédito es pagadero la legislaci6n no hace distingos por el origen del crédito afectandoa
un acreedor pagadero en el pais.
La extraterritorialidad del derecho privado no se basa en el comites gentium o cortesia de las
naciones, por motivo de conveniencia politica, sino en el derecho inalienable del individuo de
que se aplique la ley que corresponda a la relacion juridica de que se trate con prescindencia total
de las relaciones entre Estados, Sin embargo, aqui se trata de un tipico caso de aplicacion del prin-
cipio de retorsi6n aplicado por el derecho internacional. Un verdadero resabio de la Ley de Talién.
En este caso no importa pluralidad 0 concurso unico, pues lo que resulta relevante es que el
acreedor extranjero no pertenezca a un concurso abierto en el extranjero. La existencia de plura-
ERREIUS 71
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
les concursos no lleva implicito que el acreedor pertenezca a alguno de ellos y lo contrario impor-
tarfa detraer concursalmente al acreedor, pues no podria insinuarse en el concurso local y no se
encuentra relacionado -por no haber concurrido o no haber sido admitido- con ningin concurso
extranjero.
La reciprocidad puede constar en la ley extranjera, 0 incluso puede demostrarse a través de la
doctrina y jurisprudencia preponderantes y puede probarse a través de diversos medios de prue-
ba.
La aplicacion de la regla de reciprocidad, puede hacerse tanto en un concurso preventivo
como en la quiebra, pero la inexistencia de reciprocidad solo posterga al acreedor extranjero res-
pecto del local en el caso en que exista quiebra 0 cuando el concurso preventivo termine en quie-
bra, pues solamente en ella es donde existira saldo.
El acreedor extranjero que no acredite la reciprocidad, verificara en el concurso y sobre él
hacer pesar la regla de preferencia nacional, la exclusidn solo se limita a concurrir en paridad
con los acreedores locales. La regla de preferencia local también resulta aplicable para aquellos
acreedores extranjeros que no se relacionen con un concurso extranjero y no acrediten reciproci-
dad de trato. Seria inconstitucional la exclusion total del acreedor que no acredita reciprocidad,
por inconvencionalidad en relacién a la garantia de igualdad (art. 16, CN) y con la protecci6n del
derecho de propiedad (art. 17, CN).
Es innecesaria la acreditacién de reciprocidad para los acreedores extranjeros titulares de cré-
ditos con garantia real.
A partir de la reforma constitucional de 1994 los tratados internacionales tiene jerarquia su-
pralegal, por lo que cuando existan elementos internacionales en algun concurso, primariamente
se aplicaran los tratados internacionales, cuando estén involucrados paises signatarios y subsi-
diariamente la ley interna con reglas de alcance internacional. Sin embargo, por lo incompleto,
por la falta de uniformidad, por tratarse de distintos cuerpos de normas que regulan relaciones
internacionales entre paises latinoamericanos, la regulacién de la insolvencia internacional no ha
dado los mejores frutos como fuente internacional, sino que en general se ha utilizado la fuente
interna contenida en las leyes concursales de cada uno de los paises.
Los tinicos tratados internacionales que vinculan a la Argentina con naciones extranjeras en
materia concursal son el Tratado de Montevideo de 1889 y el Tratado de Montevideo de 1940. El
de 1889 modificé el sistema del Cédigo de Comercio para con los paises signatarios abandondan-
dose el sistema de pluralidad, incorporando clausulas del sistema de unidady otras de territoria-
72 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO V - JURISDICCION
lidad, Impone el conocimiento en las quiebras a los jueces del domicilio comercial del fallido, En
caso de que existan establecimientos independientes en distintos territorios se aplica la plurali-
dad. El sobrante pertenece al fallido en caso de una sola quiebra y a los acreedores de otro estado
en caso de pluralidad. El de 1940, como el anterior, contiene disposiciones que siguen la unidad
y otras la pluralidad, con alguna prevalencia del primer sistema, estableciendo ciertos efectos
extraterritoriales de la quiebra como la posibilidad de trabar medidas cautelares en otros paises.
La competencia se le asigna al juez del domicilio del deudor y tanto en el caso de pluralidad de
concursos como en el de quiebra tinica se aplica la regla de las preferencias locales.
En realidad, estos tratados disponen un sistema de unidad falimentaria con pluralidad de ma-
sas, agregandosele a ello la disponibilidad internacional de los dividendos -rectius: saldos- . Si el
deudor tiene administracion 0 ejercicio comercial en un solo Estado y bienes en otro u otros, se
declarara una sola quiebra en el lugar de la administracidn, pero se formaran masas patrimonia-
les separadas en cada pais. En cambio, si existe pluralidad de administraciones o de ejercicio del
comercio, habra pluralidad de concursos aplicandose el régimen de preferencias locales. Estos
tratados no unifican el derecho de la insolvencia de los paises signatarios, pero si unifican diver-
sas reglas del derecho internacional concursal.
ERREIUS 73
CAPITULO VI
FUNCIONARIOS
I, INTRODUCCION
Mas alla de la actuacién del deudor y los acreedores dentro del concurso, adquieren virtual
importancia, atento al caracter oficioso e inquisitivo que lo rige, los organos y funcionarios que
en él se desempenan, formando asi el organismo u oficio de la quiebra, junto con los 6rganos
judiciales. Ellos otorgan organicidad a la instrumentaci6n humana, debiéndose entender por tal
cometido el encauzamiento y la conducci6dn del proceso concursal (MARTORELL),
Estos 6rganos -algunos funcionarios puiblicos- constituyen instrumentos mediante los cuales
el Estado opera y desenvuelve el proceso concursal. Los procesos concursales exigen la constitu-
cién de un centro de poder aut6nomo, procesal, especifico que coordine y realice actividades a
través de las cuales se articula el concurso, Las funciones de estos 6rganos nacen originariamente
de la ley concursal.
A lo largo de la historia concursal, han variado las facultades y deberes de los jueces y de
los sindicos, y la profesi6n de incumbencia de estos ultimos o su desdoblamiento en cuanto a
sus funciones, con los liquidadores hasta 1972. También se han creado nuevos funcionarios para
actuar en este tipo de proceso, como e] comité de acreedores creado por la ley 11.719, lo que se
llamaba primitivamente comité de vigilancia y con la ley 26.684 pasa a ser el comité de control,
los estimadores nacidos a través del cramdown creado por la ley 24.522, pasando a ser en 2002 los
evaluadores en el mismo procedimiento del art. 48, LCQ. A pesar de estos cambios, se observa que
existen dos categorias de 6rganos concursales: una que representa el interés publico a través dela
labor jurisdiccional y otra, la de los 6rganos especiales, pues su actuacion solo ha sido prevista en
estos procesos singulares, como el sindico, el comité de control, el administrador, los evaluadores,
entre otros.
La enumeraci6n que hace el art. 251, LCQ, es meramente ejemplificativa, pues pueden existir
otros sujetos que acttien en el concurso en situaciones especiales no previstas por la ley.
La ley concursal, respecto de la actividad de los 6rganos del concurso, ha receptado el princi-
pio de la estabilidad intra y extrafalencial de los actos cumplidos por ellos. Si bien no contiene una
norma genérica, ello surge de diversos articulos de la ley, cuando se legisla sobre la revocacion de
la quiebra (art. 102, segundo apartado, LCQ), en el caso de continuacion de la explotacion de la
empresa (art. 184, inc. 8, LCQ). Todo ello con el fin de proteger derechos adquiridos por terceros,
siempre dentro del limite de la legalidad de dichos actos.
Las funciones que la ley otorga a los funcionarios del concurso son indelegables (art. 252,
LCQ). Ello impone la actuacién directa de la persona designada, sin posibilidad alguna de que
aquellas funciones sean delegadas a terceras personas, ni siquiera a través del contrato de manda-
to. Esto no afecta que aquellos puedan valerse de sus empleados, siempre bajo la responsabilidad
del funcionario, y en el caso especifico del sindico los supuestos de actos fuera de la jurisdicci6n
y el asesoramiento profesional, La norma de indelegabilidad procura evitar la corruptela de la
sustitucién de los funcionarios (ROUILLON).
ERREIUS 75
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La sindicatura concursal hist6éricamente ha sido ejercida por los acreedores, por contadores y
por abogados, conjunta, indistinta o excluyentemente segtin el ordenamiento juridico de que se
trate. En nuestra legislacién tiene principal preponderancia, actualmente, la sindicatura a cargo
de un contador publico.
Resultaba necesario que se formule una reforma en la legislacién concursal, respecto de la
sindicatura, proponiéndose que sea interdisciplinaria, no solo juridico-econémico-contable sino
con injerencia en otras materias, segun cada tipo de proceso concursal, No existe antecedente en
el mundo que reserva la sindicatura para una sola profesién. Actualmente la funci6n del sindico,
se ve desbordada en el planteo de ciertos temas que escapan de su orbita econdmico-contable,
en su gran mayoria por ser estrictamente juridicos. Por ello, debe hacerse una reestructuracion
del modelo, que debe ser desempenada por diferentes profesionales, segun el caso de que se trate,
determinando dicha distribucion de tareas en forma objetiva. Nada nuevo, sino que se trata de
lineamientos contenidos en el proyecto del Poder Ejecutivo - Ministerio de Econom{a- que, con
las modificaciones respecto de la sindicatura, fue sancionado como ley 24,522, Cuando se trate de
pequenios concursos de personas individuales que no ejerzan actividad econémica, suficiente se-
ria que la sindicatura sea desempefiada por un abogado, como era en el pasado. Ante el pequeno
concurso de una empresa, individual o colectiva, no existirian mayores problemas para que la sin-
dicatura sea desarrollada por un contador publico; si bien en estos casos pueden darse planteos
estrictamente juridicos, pueden ser mayores y mas importantes -y de hecho lo son- las cuestiones
econdémico-contables y financieras que puedan ser zanjadas por los contadores. En los casos de
grandes concursos donde deban actuar estudios deberia exigirse que estos no sean formados solo
por contadores, sino que sean juridico-contables, limitandose asi la actuacidén de los contadores
al dictamen en las cuestiones referentes a la incumbencia de sus conocimientos, y dejando la
parte juridica para los abogados. Finalmente, en el caso en que se decida la continuacidn de la
explotacién de la empresa, la sindicatura también deberia estar compuesta por un profesional en
administraci6n de empresas, actuado juntamente con el contador y el abogado.
Es fundamental en el concurso la actuacién del sindico, por lo que debe ser responsablemen-
te atendido por la ley concursal, determinando concretamente su incumbencia profesional sin
dejar resquicios para actuaciones que encubran otras realizadas dentro de la sindicatura.
76 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VI - FUNCIONARIOS
ERREIUS 77
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
mandato para actuar en juicio y fuera de él, por lo que ejerce actos de gestion, como asimismo
desempeina, incluso, funciones inherentes al fedatario en los innumerables informes que presen-
ta en todo el proceso (especialmente también el caso del art. 275, inc. 5 y 8, LCQ).
2.1. Designacién
El art. 253, LCQ contiene las normas para la designacion de los sindicos concursales. La desig-
nacion del sindico es hecha por el juez concursal.
Al abrir el concurso, teniendo en cuenta la complejidad del asunto, determinara si acttia un
contador (sindicatura clase B) o un estudio (sindicatura clase A); luego, en audiencia publica, lo
desinsaculara de la lista correspondiente (arts. 253, inc. 5, 14, inc. 2, y 88, inc. 1, LCQ). Sin embar-
go, es usual y frecuente que se designen sindicos-estudios para los “grandes” concursosy sindicos
individuales para los “pequefios” (art. 288, LCQ). Los sorteos se realizan independientemente
para concursos preventivos y quiebras, por lo que cada aspirante tiene la posibilidad de ser desin-
saculado una vez en cada uno de los sorteos de cada tipo de proceso, hasta que sean designados
todos los componentes de cada lista (art. 253, inc. 4 y 6, LCQ). El sistema de sorteos asegura im-
parcialidad y es el mas sencillo y transparente.
La ley prevé también la designacion de una sindicatura plural (art. 253, in fine, LCQ), lo que
significa que, a consideraci6n del juez, en ejercicio de una potestad discrecional, puede designar-
se mas de un sindico teniendo en cuenta la magnitud del concurso y la complejidad de la tarea a
desarrollarse, ya sea que lo haga ab initio o durante el proceso concursal, cuando las caracteristi-
cas de este lo requieran.
Designado, el sindico actua en el concurso preventivo hasta la homologacién del acuerdo o
hasta el cumplimiento de este en el caso de que se trate de un pequeno concurso donde actuara
como controlador de aquel, y en la quiebra actuia hasta su conclusion (art. 254, LCQ). Particu-
larmente el art. 253, inc. 7, LCQ, determina que actuara el mismo sindico en la quiebra indirecta
consecuencia de la frustracién del concurso preventivo (no obtencion de las mayorias, no homo-
logaci6n del acuerdo y nulidad del acuerdo), pero no acttia en la que se decrete como consecuen-
cia del incumplimiento del acuerdo; sin embargo, el art. 64, LCQ, determina contrariamente que
en este caso acttia el mismo sindico, debiéndose entender que esta ultima norma corresponde a
los pequenos concursos donde no ha cesado la actuacién de la sindicatura por la homologacién
del acuerdo, continuando su actuacion en la quiebra indirecta (RIVERA).
Los postulantes a la sindicatura incluidos en las listas respectivas como suplentes solo par-
ticiparan de los sorteos cuando pasen en reemplazo de los titulares ya sea porque estos han re-
nunciado, han sido removidos, suspendidos o hayanse tomado licencia. El suplente reemplaza al
titular en la lista, pero no los procesos donde el titular ya fue designado.
2.2. Incompatibilidades
Se determina en el art. 256, LCQ el régimen de incompatibilidades para el ejercicio de la sin-
dicatura concursal.
El sindico queda afectado por las mismas causas, respecto del fallido, de recusacion y excu-
sacion de los magistrados que prevén las legislaciones procesales locales. Cuando se trate de un
78 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VI - FUNCIONARIOS
estudio que ejerza la sindicatura, dicha incompatabilidad debe darse respecto de los integrantes
principales. Si el profesional no denunciase encontrarse dentro de las causas que le producen la
incompatibilidad y no se excusa dentro de los cinco dias de su designacion o desde la aparicion
de la causa, ello sera considerado como causa grave y dara lugar a que el juez imponga la sancién
que corresponda.
En caso de que dicha incompatibilidad se dé respecto de un acreedor, se designara un sindico
ad hoc, nombramiento que recaera sobre un sindico suplente de la lista. También el juez concur-
sal puede designar excepcionalmente un sindico ad hoc cuando exista conflicto de intereses entre
la sindicatura y algtin acreedor que provocaria su incompatibilidad, y en general en todo supuesto
de cese de la funcién del sindico producida en el proceso,
En caso de que la incompatibilidad fuese con el deudor corresponde la excusacion. Para la
designacion del sindico ad hoc debe nombrarse un sindico de la lista de titulares, los suplentes
reemplazan al titular en la lista,
2.3. Indelegabilidad
La indelegabilidad de funciones de los funcionarios concursales alcanza a la sindicatura, obli-
gando al sindico a actuar personalmente y cuando actue un estudio debera designarse quien ejer-
cera la funci6n personalmente en representacidn de aquel.
Existen excepciones que se producen cuando el sindico debe actuar en extrafia jurisdiccion,
pues si bien alli debe actuar personalmente la ley prevé dos casos de delegaci6n (art. 258, LCQ):
uno es la inexistencia de fondos para traslados u otra causa justificada, en cuyo caso actuara el
agente fiscal de la jurisdiccidn que corresponda; el otro es cuando, existiendo fondos, el juez au-
toriza a que se designe un apoderado del sindico para que actue fuera de la jurisdiccién del con-
curso. También la ley permite, en su art. 257, LCQ la contratacion de profesionales para su aseso-
ramiento cuando la materia exceda su competencia, incluso podra actuar con patrocinio letrado.
Los honorarios de dichos profesionales estan al exclusivo cargo del sindico; sin embargo,
cuando el patrocinio letrado sea obligatorio conforme las leyes rituales locales, dichos emolu-
mentos deberan ser determinados individualmente en el proceso y no estaran a cargo del sindico,
sino que correran la suerte de la imposicidn de costas. También importa una excepcion el caso en
que la contratacién del profesional haya sido previamente autorizada por el juez del concurso. A
partir de 2006, la ley 26.086 impuso que en los juicios no atraidos, el sindico actuarda a través de un
abogado mandatario suyo, y también que la regulacién de honorarios de este apoderado letrado,
en caso de que el concursado sea condenado en costas, estara a cargo del juez del concurso.
2.4. Irrenunciabilidad
ERREIUS 79
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
secuencia de practicas de antano en que los sindicos solo ejercian funciones en los procesos que
les convenfan econdmicamente. Es decir que ahora el profesional no puede elegir en qué proceso
actuar y en cual no, sino que debe asumir su cargo en todos aquellos en que sea desinsaculado.
2.6. Funciones
La funcion sindical es una funcion publica, El estatuto del sindico concursal, la ley de la mate-
ria, determina que el funcionario ejerce las funciones que en ella se determinan (art. 254, primera
parte, LCQ).
Las funciones de la sindicatura son de las mas diversas, lo cual dificulta su caracterizacion;
tiene atribuciones heterogéneas de variada importancia, siendo en algunos supuestos mero auxi-
liar del magistradoy consecuentemente sin autonomia decisoria, 0 alternativamente con poderes
casi discrecionales, y en otros un verdadero funcionario estatal. Luego de la reforma realizada por
la ley 26,086, en el caso de concurso preventivo, las funciones del sindico han sido ampliadas y
complicadas sobremanera. Durante la evolucién histérico-concursal, la funcién del sindico ha
ido variando desde lo mas simple hasta una compleja estructura funcional que las leyes ordenan
con las mas diversas tareas para estos funcionarios dentro de los concursos. Esto se debe a la ma-
yor importancia que ha adquirido el mundo de los negocios en general y la creciente competencia
que se le ha atribuido al sindico en los diferentes regimenes legislativos.
El art. 275, LCQ, realiza una determinacién incompleta de las funciones del sindico en los
concursos, las cuales no quedan limitadas a dicha norma porque existen otras que surgen en
general de la misma ley.
Las funciones del sindico difieren en cuanto importancia tanto sea en un concurso preven-
tivo como en una quiebra. En el primero realiza la vigilancia de la administracion ejercida por el
sindico, emite los dictamenes mensuales correspondientes, y los informes requeridos por la ley
26.086, como asimismo presenta los informes individuales y generales, estos Ultimos también en
las quiebras, pero en estas su principal funci6én es la administracién y la liquidacion del patrimo-
nio del fallido y la posterior distribuci6én de su producido.
Las funciones de la sindicatura, pueden dividirse en funciones administrativas -también con-
servatorias-, dictaminantes -también informativas- y procesales -tambieén fedatarias-.
80 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VI - FUNCIONARIOS
ERREIUS 81
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
En el nuevo art. 14, ine. 11, LCQ, se requiere del sindico que presente un informe respecto del
pasivo laboral denunciado por el concursado y un dictamen, previa auditoria contable, sobre la
existencia de otro pasivo laboral que pueda ser objeto de pronto pago, Ademas, la misma norma
impone que debe pronunciarse sobre la situacion futura de los trabajadores en relacién de depen-
dencia ante la suspensidn del convenio colectivo; y, finalmente, el nuevo inc. 12 del art. 14, LCQ
(incluido por la ley 26.086), dispone que el funcionario deberd emitir un informe mensual sobre
la evolucion de la empresa, lo que significa que solamente sera presentado cuando el concursado
funcione a través de alguna estructura empresarial. Ademas, por imperativo legal, su desempeno
responde a la direccién que lleva el juez del proceso, por lo que no tiene funcion decisoria. Asi, en
la practica, las decisiones que tome el juez van a apoyarse generalmente en los aportes técnicos
que haga el sindico.
2.7. Remuneracion
82 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VI - FUNCIONARIOS
No reciben sueldo, ni dieta del erario publico, pero si honorarios dentro del proceso judicial.
Esa forma de retribucién no varia la naturaleza de la funci6n, pues es funcionario publico por
imperio de la ley y porque el Estado, como colectividad juridicamente organizada, asi lo ha dis-
puesto.
3. Empleados
En el art. 263, LCQ, se contempla la posibilidad de que el sindico contrate empleados, los que
actuaran bajo su responsabilidad.
En cuanto a la naturaleza de la relacién, se sostuvo que no se vinculan por contrato de trabajo
alguno con el concurso (Sup. Corte Mendoza, sala 1, ED 111-628); sin embargo, en otro orden
se ha dicho que se trata de un contrato de trabajo eventual (GARCIA MARTINEZ-FERNANDEZ Ma-
DRID). Es cierto que el empleado queda vinculado con el sindico a través de un contrato laboral
eventual y lo unico establecido dentro de la ley, para lo cual se requiere la autorizaci6n, es el di-
ferimiento del pago de sus honorarios al concurso en lugar de ser a cargo del sindico contratante.
En cambio, si el sindico no solicita la autorizacién, seran a su cargo los emolumentos, pero igual-
mente se regiran por un contrato de trabajo eventual.
Para dicha contratacion, el sindico necesita autorizacion judicial, la cual contendra el tiempo
y los honorarios -a cargo del concurso- a percibir por los empleados. Para ello, el juez ponderara
la necesidad de personas que colaboren con el sindico para la eficaz y econdémica realizaci6n de
sus tareas, La incorporacién de personal no le permitira al sindico obviar el cumplimiento de su
funcién en forma personal e indelegable.
El art. 264, LCQ, regula el pago de estos servicios y dispone la imposibilidad de que estos sean
abonados antes de que sean fijados definitivamente a través de la correspondiente regulacién
judicial en oportunidad del art. 265, LCQ. Las excepciones a la prohibicién de extraer fondos del
concurso para el pago a cuenta de servicios continuados cuya remuneracion dependa de estima-
cién judicial son: el caso de servicios retribuibles mensualmente o por operaciones contratadas y
pagos durante la etapa de continuacién de la empresa, incluyendo sindico y coadministrador. El
caso del arancel de verificacion, mas alla de lo dispuesto en el segundo parrafo de la norma, no es
una excepcion a este principio, pues no resulta una extraccién de fondos del concurso, sino que
es abonado por los acreedores insinuantes; la norma impide el “pago a cuenta” por el concurso,
no el “cobro a cuenta”
ERREIUS 83
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
solucion del conflicto concursal sea de exclusiva competencia privada entre deudory acreedores,
o entre ellos y los trabajadores, sino que sigue siendo primordial y mucho mas influyente en el
proceso la actividad de la sindicatura y por supuesto la del juez concursal.
Mas alla de la minuciosa regulaci6n que la ley les dispensa a los comités de control, estos no
han dado resultados positivos, siendo muy pocos, casi ninguno, los procesos concursales en los
cuales ha habido integracion de estos. Y pese a la detallada regulacion que se pretendio hacer en
la ley 24.522 hubo omisiones que conspiraron contra el triunfo del instituto, que, si bien pueden
ser soslayadas por el juez como director del proceso, su falta de regulacion juega en contra de la
operatividad de la figura. El problema es otro; asegurandoles algunas funciones mds 0 menos
importantes dentro del proceso, no implica que los acreedores participen en los concursos, pues
directamente se encuentran impedidos por idiosincrasia. Debe producirse un cambio cultural
que permita cumplir en la practica con la injerencia procesal que se pretende de ellos. Es dificil
lograr esto en nuestro pais, y notorio es el fracaso de la ley 24.522 y de sus comités de control cons-
tituidos por acreedores.
1. Estatuto
El art. 260, LCQ, se constituye en el verdadero regulador estatutario del comité de control,
aunque resulta incompleto, porque se integra con otras normas.
Se esta ante un 6rgano colegiado deliberativo, que actua como auxiliar de la justicia, pero
en interés exclusivo de los acreedores y los trabajadores, por lo que no puede ser relacionado
con funcién estatal alguna. Tiene funciones de consulta, pues el juez, previo a resolver ciertas
cuestiones, debe darle intervencidén a dicho comité para que se expida al respecto, La principaly
mas seria de las funciones delegadas a este comité es la del control de cumplimiento del acuerdo
homologado en el concurso preventivo, la cual anteriormente, y como ocurre ahora en los peque-
hos concursos, estaba a cargo del sindico. También, en uso de sus facultades informativas, puede
requerir informacion al sindico y al concursado; exigir la exhibicién de libros, registros legales y
contables; proponer planes de custodia y conservaci6n del patrimonio del concursado; solicitar
audiencias ante el juez interviniente, y cuanta otra medida considere conveniente en la etapa
procesal de su actuacion (art. 260, segundo parrafo, LCQ).
El art. 260, tiltimo parrafo, LCQ, expresa que los integrantes de los comités de control pueden
ser removidos por las mismas causas y por el mismo procedimiento que los sindicos -remite al
art. 255, LCQ-, sin perjuicio de que sus integrantes podrdan ser sustituidos en cualquier oportuni-
dad por los acreedores o los trabajadores, bajo el mismo régimen de mayortas de su designacion.
También se aplican las reglas de la recusacion, principalmente en el supuesto de ser competido-
res del deudor que pretendan obtener informacién reservada que pueda ser utilizada en contra
del concurso,
En cuanto a la remuneracién de los comités de control, si fuese prevista, se regulara en el
acuerdo en el caso de concurso preventivo y en la quiebra la fijara el juez teniendo en cuenta las
funciones cumplidas (art. 260, quinto parrafo, LCQ).
2. Constitucion
Este comité de control es de integracion necesaria en los grandes procesos concursales, y fa-
cultativa en los pequenos (art. 289, LCQ), sin que la ley impida su constituciOn si se cree conve-
niente.
La constituci6n del primer comité provisorio en el concurso preventivo se produce en el auto
de apertura (art. 14, ine. 13 LCQ) y queda integrado por los tres acreedores quirografarios de ma-
yor monto que haya denunciado el concursado en su presentaci6n concursal y un representante
de los trabajadores de la concursada, elegido por los trabajadores. Luego, se modifica la integra-
cién del comité de control, en la resolucién sobre categorizacién de acreedores, donde el juez
constituira este, por lo menos, con un acreedor de cada categoria, entre los cuales debe estar el
acreedor de mayor monto de cada categoria y se incorporan dos representantes mas de los traba-
jadores. El juez podra reducir la cantidad de representantes de los trabajadores cuando la némina
84 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VI - FUNCIONARIOS
de empleados asi lo justifique. A partir de ese momento cesaran las funciones de los anteriores
integrantes del comité que representan a los acreedores. Como bien determina la ley, en su art.
260, sexto parrafo, LCQ, las funciones de estos comités son de informacion y consejo, Para la con-
formacién del comité definitivo su integracién debe ser incluida en la propuesta del deudor y
que quedara formado por dichos acreedores que como minimo deben ser tres, lo que importa
la aceptacién de la mayoria al conformarse el acuerdo, también permanecerdan en sus cargos los
representantes de los trabajadores. Aqui la funcién es de control del cumplimiento del acuerdo y
continua su actuacion en caso de fracaso del acuerdo y declaracion de quiebra indirecta (art. 260,
primer parrafo, LCQ). Esta obligado a informar de su gestidn alos acreedores con la periodicidad
que se indique en el acuerdo, la que no debera ser inferior a cuatro meses, y mensualmente en la
quiebra, confeccionando y colocando a disposicién de estos el informe en el domicilio que a tal
efecto constituyan en el expediente (art. 260, tercer parrafo, LCQ). También debera emitir opinion
para el levantamiento de la inhibicién de quien estuviere en etapa de cumplimiento del acuerdo
preventivo (art. 260, cuarto parrafo, LCQ). Dicha funcidn primordial del comité definitivo en el
concurso preventivo no es excluyente, pues también tiene las funciones de informacion y consejo
que tiene el provisorio.
En la quiebra se constituye un unico comité de control, salvo en aquella indirecta por incum-
plimiento del acuerdo donde contintia la actuacion del controlador o comité definitivo del con-
curso preventivo. La constitucién del comité de control en la quiebra debe ser promovida por la
sindicatura. El comité se constituira como minimo con tres acreedores y con los representantes de
los trabajadores. Aqui también las funciones son de informacién y consejo, pudiendo en la etapa
de liquidaci6n proponer medidas, sugerir a quién debe designarse para efectuar la enajenacién
de los activos o parte de ellos, fundando su proposicion en razones de conveniencia para la mejor
realizacion de los bienes; exigir informacion a los funcionarios del concurso; solicitar audiencias
al juez interviniente y cuanta otra medida considere conveniente en la etapa procesal de su actua-
cidn (art. 260, segundo parrafo, LCQ). El deber de presentar informes de su gestion en la quiebra
debe cumplirse mensualmente. También el comité de control en la quiebra acta como controla-
dor de la etapa de liquidaci6n.
3. Asesores profesionales
Finalmente, la ley prevé en su art. 260, penultimo parrafo, LCQ, la posibilidad de que el comité
de control contrate asesores profesionales para que lo asistan en su tarea con cargo a los gastos
del concurso.
Agrega la ley que la remuneraci6én de dichos profesionales sera fijada por el juez al momento
de la homologacién del acuerdo, del cumplimiento del acuerdo preventivo, o de la finalizacidn de
la liquidacion, segtin haya sido el caso de la actuacién de dichos profesionales, en relacion con el
desempeno cumplido y la labor realizada, no pudiendo resultar dicha remuneracidén, en su con-
junto, para todos los intervinientes, superior al medio por ciento del monto de los créditos de los
que resulten titulares los miembros del comité, ni inferior a un sueldo de secretario de primera
instancia de la jurisdicci6n en que tramite el concurso 0 quiebra.
ERREIUS 85
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
E! derecho al cobro de honorarios por los trabajos realizados tiene rango constitucional como
parte de la garantia de inviolabilidad de la propiedad (art. 17, CN), lo que se plasma cuantitativa-
mente a través de la regulacién judicial.
Para la determinacion de los honorarios se debe respetar el principio constitucional de pro-
porcionalidad, es decir que los honorarios sean determinados teniendo en cuenta el valor eco-
ndémico del asunto y los efectivos trabajos realizados. No pueden sustentarse los resultados del
proceso concursal por sobre los honorarios de los sujetos con cuya labor lo hacen posible, Con-
cretamente no pueden reducirse los estipendios sine die, con la sola finalidad de permitir al deu-
dor insolvente poder cumplir un acuerdo con sus acreedores. Esta cuesti6n amerita un andlisis
mucho mas profundo en relacién a los costes generales del proceso, los funcionarios que actian
en él y ello concatenado con las retribuciones a cada uno de ellos.
1. Oportunidad de la regulacién
La ley establece las oportunidades procesales en que procede la regulacién de los honorarios
de los profesionales que intervinieron en el proceso (art. 265, LCQ). Se busca con ello, impedir re-
gulaciones de honorarios fuera de los momentos estipulados para poder aplicar las topes y bases
86 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VI - FUNCIONARIOS
La regulacion sobre la escala arancelaria que hace la ley concursal excluye la aplicacion de las
leyes locales sobre la materia (art. 271, primer parrafo, LCQ), aunque podria admitirse la integra-
ERREIUS 87
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
cidén con ellas en casos no previstos especificamente, atento la remision general contenida en el
art. 278, LCQ, cuando sean compatibles con la rapidez y economia procesal concursal (Sup. Corte
Bs. As., ED 107-288).
Los topes arancelarios determinados por la ley se imponen en relacion a las regulaciones de
honorarios comprendiendo a todos los funcionarios involucrados en la misma, siempre que se
trate de emolumentos considerados como prededucibles (art. 240, LCQ), comprendiendo, al sin-
dico, el abogado del peticionante de la quiebra y al abogado del concursado preventivamente,
entre otros.
La ley determina los parametros entre los cuales deben regularse los honorarios de los funcio-
narios, entendiendo comprendidos en ellos al sindico, incluido su asesor letrado, al apoderado de
la sindicatura en actuaciones extrajurisdiccionales, al letrado del deudor en el concurso preventi-
vo o pedido de propia quiebra y al abogado del acreedor que peticioné la quiebra. Lo que no prevé
la ley es la proporcionalidad que le corresponde a cada titular de los honorarios a regularse 0 me-
jor dicho la forma en que se distribuyen los emolumentos entre ellos dentro de los topes legales.
El art. 271, segundo parrafo, LCQ, habilita al juez a no respetar los minimos, cuando sea des-
proporcionada la regulacion que corresponderia respecto de los trabajos efectivamente realiza-
dos. Esta es una disposicién que no tiene precedentes en la legislaci6n concursal anterior, aunque
la jurisprudencia ya habia utilizado estos parametros para reducir honorarios excesivos, cuando
resultaban agraviantes de la equidad (GEBHARDT). Se trata de una norma excepcional que solo
justifica su aplicacion cuando la regulacion resulte injusta y desproporcionada. Solo corresponde
la aplicacién de esta facultad judicial en casos de “extrema inequidad, apreciados con notorio
escrupulo y criterio restrictivo” (GEBHARDT).
88 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VI - FUNCIONARIOS
mente, nada impide que se aplique en este caso el tope del 4% del pasivo, por lo que el agregado
estarfa de mas.
El art. 289, in fine, LCQ, determina que los honorarios correspondientes a! sindico en los pe-
quenios concursos por la etapa de cumplimiento del acuerdo seran del 1 % de lo que se les paguea
los acreedores, regulacién que debera hacerse al decretarse el cumplimiento del acuerdo (art. 59,
sexto parrafo, primera parte, LCQ).
ERREIUS 89
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
regulacién del sindico y del coadministrador: para aquel una regulacidn complementaria y para
este una originaria, pues se encuentra excluido de las regulaciones en la oportunidad del art. 265,
LCQ (art. 270, ine. 2, in fine, LCQ). Estas regulaciones se vinculan con las utilidades obtenidas en
la administraci6n con un tope del 10% del resultado neto de explotacién, sin tener en cuenta el
producto de la realizacién de los bienes. Es decir, el adicional se retribuye con el resultado neto de
la explotacion y no con el producido de la realizacidn de los bienes. Sin dudas que se trata de una
retribucién adicional que presenta un porcentaje verdaderamente importante.
El resultado neto obtenido en la explotacion, concerniente a esta etapa, esta aludiendo a la
ganancia producida que surja del estado de resultados neto de explotacién que se practique al
momento de finalizar la gestién respectiva, Igualmente, en caso de inexistencia de utilidades las
remuneraciones seran determinadas por el juez, teniendo en cuenta la labor efectivamente de-
sarrollada. También puede determinar el pago por periodos a ambos funcionarios a cuenta de lo
que corresponderia como retribuci6én total por la continuacién de la explotacién de la empresa.
Esta tltima es la forma mas comun aplicada en la praxis judicial para estos casos.
E| tltimo parrafo claramente establece que el coadministrador solo tendra derecho a los ho-
norarios para el supuesto de continuacion de la explotacidny que no participa del producido de
los bienes.
2.1.5. Incidentes
En cuanto a los honorarios en los incidentes, la ley refiere que en los procesos de revisidn y en
los de verificacién tardia se regularan honorarios de acuerdo a lo previsto para los incidentes en
las leyes arancelarias locales (art. 287, LCQ). lgualmente para los restantes incidentes que no sean
de la etapa verificatoria deben aplicarse las normas sobre incidentes locales por analogia, debien-
do el juez especificar cual es el monto considerado como base sobre el cual se aplicara la alicuota.
Debe aplicarse la escala determinada en las leyes locales considerando como monto del pro-
ceso principal la cuantia del crédito insinuado y verificado. La ley emplea una norma ambigua
porque toma como base el crédito insinuado y verificado, pudiendo diferir el uno del otro, por lo
que debe considerarse el monto total verificado, pues ese igualmente ha sido insinuado (princi-
pio de congruencia); sin embargo, en el caso en que no se haya admitido una parte importante del
crédito insinuado corresponde tener a aquel como base por ser el que marca el valor econédmico
del incidente, lo que debera ser evaluado en cada caso en particular.
La modificacién producida en 1995 (art. 7, ley 24.432 y mantenida por la ley 24.522) respecto
de este articulo fue producto de la onerosidad que significaba la aplicacién de la doctrina de la
Corte Suprema sentada en el caso “Sanfilippo? que imponia que se regularan los emolumentos
profesionales conforme a la escala de las leyes locales correspondiente a los juicios de conoci-
miento.
90 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VI - FUNCIONARIOS
del acreedor, es él quien debe afrontarlo y para ello, deben individualizarse dichos emolumentos
en el incidente respectivo con la correspondiente regulacién, por lo que los referidos trabajos no
seran considerados en la regulacidn global en la etapa del art. 265, LCQ. No se trata de una retri-
bucién extra, porque es una labor normal del proceso concursal, de la misma que corresponderia
retribuirse en la oportunidad del art. 265, LCQ, solo que debe ser individualizada en este mo-
mento y diferido su pago al acreedor condenado en costas, En consecuencia, los honorarios del
sindico forman parte de su patrimonio y son la perfecta retribucién por una labor cumplida (art.
1255, CCC), por lo que en los incidentes de revision y verificaci6n tardia (arts. 37 y 56, LCQ) donde
el acreedor sea condenado en costas (art. 68 y concs., CPCCN) corresponde regular honorarios a
la sindicatura concursal (art. 287, LCQ) y no diferirlos para la oportunidad de la regulacion global
del concurso (art. 265, LCQ.), por no tratarse de honorarios a cargo del deudor concursado que
puedan ser considerados prededucibles (art. 240, LCQ). Entonces, por el contrario, si las costas
son a cargo del concurso, el sindico cobrara en las oportunidades previstas por el art. 265, LCQ.
2.1.5.2. MONTO DEL JUICIO
El art. 287, LCQ al referirse a la base regulatoria determina que para la misma se tendra en
cuenta el monto “del propio crédito insinuado y verificado” La redaccién de la previsi6n puede
dar lugar a dudas, pero “la conjuncién compulsiva ‘y’ que figura en la parte final del art. 287,
LCQ, debe interpretarse en el sentido de que el monto insinuado debera tomarse como base de la
regulaci6n cuando fuere verificado, pues de lo contrario -es decir, de no existir esa coincidencia-
debera utilizarse solamente la cantidad verificada’ por lo que “el art. 287, LCQ debe interpretarse
en el sentido de que el monto insinuado debera tomarse como base de la regulaci6n cuando fue-
re verificado y de no existir esa coincidencia debera utilizarse solamente la cantidad verificada”
(CSJN, 6/3/2001, “Romero’, ED, 194-321).
Sise ajusta la interpretaci6n al texto legal pareceria que la base estipulada por la norma tnica-
mente podria ser valida cuando el crédito insinuado ha sido totalmente verificado, sin embargo,
dicha interpretacion careceria de sentido alguno, ya que no caben dudas que cuando es admitido
parcialmente, tal verificaci6n -y no la insinuacién- sera la base econémica de la regulacidn de
honorarios. En el caso de que la pretension sea totalmente rechazada, la base regulatoria de los
honorarios debera ser necesariamente el crédito insinuado 0, en su caso la base regulatoria sera
el monto del crédito por el cual prospera la via incidental.
En el supuesto del letrado patrocinante del sindico, aplicandose el art. 257, LCQ, los honora-
rios del] patrocinante son a su exclusivo cargo, salvo que dicha contrataci6n sea autorizada por el
juez concursal y entonces seran gastos prededucibles, en cuyo caso formardan parte de la regula-
cién total e incidiran sobre los topes establecidos por la ley (ROUILLON). Por el hecho de que exista
patrocinio letrado del sindico los honorarios correspondientes a este no varian, porque la regula-
cién correspondiente al letrado siempre estara relacionada con su labor por lo que ella sera inde-
pendiente de quien deba cargar con la misma -si el sindico 0 el concurso- aunque en el supuesto
de que los honorarios estuviesen a cargo del sindico, los mismos no estardn incluidos en la regu-
lacion total, por lo que no afecta los topes legales y por ello concurso nunca se veria perjudicado y
los honorarios de sus funcionarios no veran alteraciones por los emolumentos determinados para
el abogado del sindico cuando los mismos son a su cargo. Y en caso de estar dichos honorarios del
letrado a cargo del concurso, como gasto prededucible, dicha regulacidn no afectara tampoco al
concurso, sino a los titulares de los restantes honorarios, pues siempre aquel queda resguardado
por los topes legales, dentro de los cuales se incluiran dichos emolumentos. Se llega a estas con-
clusiones por el solo hecho de que las escalas legales son impuestas para los honorarios a cargo
del concurso (C. Civ. y Com. Bahia Blanca, sala 1, JA 1982-LI-86).
El art. 257, LCQ no constituye obice para la regulacién de honorarios de los profesionales que
el sindico contrata para su asesoramiento; en todo caso, no pueden perseguir su cobro contra el
concurso. El sindico, pues, debe abonar los honorarios de su letrado patrocinante, ya sea que haya
requerido 0 no autorizacion para la contrataci6n. Y si bien es cierto que las tareas del letrado pa-
trocinante del sindico siempre deben ser ponderadas en orden al mejor desempeno del funciona-
ERREIUS a
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
rio concursal, lo que per se repercutira sobre todo el desarrollo del proceso, y como tales pueden
eventualmente le puede ser asignadas a la categoria de gasto de justicia (art. 240, LCQ).
4. Apelacién
La ley dedica el art. 272, LCQ, ala apelabilidad de la regulacion de honorarios, por los titulares
y el sindico.
Tal legitimacién le corresponde al titular para recurrirlos por considerarlos bajos; al sindico
quien puede recurrir de la misma manera sus propios estipendios y por el contrario recurrir por
considerar altos todas las regulaciones cuando los honorarios estén a cargo de la quiebra; al con-
cursado preventivamente, quien podra apelar los emolumentos por considerarlos altos. Por el
contrario, carece de legitimacién para apelar el fallido, quien solo la tiene al concluir la quiebra
por, avenimiento, pago total o cartas de pago. Tampoco pueden apelar los acreedores concursales.
Aqui adquiere importancia la consulta de los honorarios por la alzada -aun cuando nadie
haya apelado-, en los casos en que el deudor no esta habilitado para apelar. Frente a la consulta,
la potestad de la alzada se corresponde con la posibilidad de confirmacion o reduccién de los
honorarios regulados, alterando la proporcién determinada en primera instancia como asi tam-
bién reconsiderando la base econémica tenida en cuenta por el a quo para fijar los estipendios. La
CAMARA nunca podra aumentar los honorarios regulados porque ello queda reservado al interés
del titular de los mismos quien tiene la posibilidad de apelarlos.
92 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VII
REGLAS PROCESALES
I, INTRODUCCION
El concurso no solo debe considerarse materialmente, sino que es importantisima su carac-
terizaci6n como proceso y como tal se rige por principios y reglas propias. Por un lado, estan los
principios que regulan al concurso como proceso, y por otro la aplicacién de las reglas procesales
concursales y la aplicacién de los Cédigos de rito locales en este tipo de procesos universales.
Los tiempos que corren en este siglo XXI imponen una modernizacion del proceso concursal,
aprovechando la tecnologia existen y un cambio de paradigma judicial, lo que debe hacerse con
cuidado sin que se produzcan desinteligencias que afecten la seguridad juridica, procurando un
juez activo, discrecional y responsable, que logre, una mas efectiva celeridad con resguardo con-
creto de la seguridad. Debe modernizarse el proceso concursal procurandose que todo tramite
sea dgil y econdmico para que el concurso llegue como una solucién razonable en tiempo util,
para lo cual es necesario darle perfecta funcionalidad al concurso como proceso. La solucién con-
cursal efectiva, razonable y util, debe desarrollarse en un proceso de nuestros tiempos, utilizando
todas las herramientas tecnolégicas para el aporte u obtencién de informacion y a partir de alli
legislar un proceso concursal adecuado a las necesidades de nuestro medio, con la agilidad, la
celeridad y la economia procesal como premisas.
La especialidad del proceso concursal requiere que la legislacién imponga reglas propias para
el acabado logro de sus fines.
La ley busca la autosuficiencia procesal del concurso. Tratandose de una ley sustancial y for-
mal a la vez, la ley de concurso contiene innumerables reglas y normas procesales, sin embargo,
no tratandose de una ley estrictamente procesal, las instituciones tipicas de los codigos rituales
no se encuentran en ella.
La ley concursal destina principalmente el art. 273, LCQ, para prescribir las normas procesa-
les particulares, aplicables al concurso en general, disponiendo igualmente algunas excepciones
en el resto del cuerpo legal. Si bien el articulo hace referencia a “principios’; “comunes” primero,
y “procesales” luego, se trata solo de reglas estrictamente de tramitaci6n procesal; ninguno de los
principios del proceso concursal o del proceso en general quedan previstos expresamente en la
ley concursal. Por ello, es correcta la denominaci6n que se daa la seccién, que luego de titular el
capitulo como “reglas procesales” hace referencia a “normas genéricas’:
El art. 278, LCQ, hace aplicables los cédigos procesales locales supletoriamente siempre que
sean compatibles con el concurso, con la rapidezy economia, como reza la norma. Sila aplicacion
de las normas locales no hubiese sido prevista por la ley concursal, igualmente serian aplicables
para llenar los vacios procesales que contiene esta legislacién.
ERREIUS 93
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Se aplica primero la ley concursal, para las situaciones no previstas, debe aplicarse por ana-
logia otra norma concursal, y, finalmente, si la cuesti6n no puede solucionarse concursalmente,
debe acudirse a los Codigos rituales locales en la medida en que sean compatibles con los prin-
cipios concursales de economia y celeridad y aun afectando tales principios, cuando la cuestion
no pueda ser resuelta de otra manera. Las regulaciones de los codigos de rito Ilenan vacios de
la ley concursal, cuando el instituto no se encuentra regulado concursalmente, La aplicacién de
las normas procesal comunes al concurso depende de que exista una laguna normativa en la ley
concursal, que no pueda ser colmada por aplicacion analdgica de sus reglas 0 principios; y que el
régimen que consagran las normas procesales locales sea compatible con la celeridad y economia
del tramite concursal.
En el proceso concursal, prima la celeridad por sobre la seguridad, aunque ello no puede
afectar el debido proceso, y para lograr el desarrollo de aquel proceso, se aplicaran con reglas de
procedimiento, primero las propuestas por la ley concursal, y luego las contenidas en los codigos
locales.
Como primera regla, en el inc. 1 del art. 273, LCQ, dispone que los plazos concursales son
perentorios y, en caso de no determinarse uno especial, se considerara de cinco dias, salvo que el
juez, como director del proceso, determine ampliarlo o reducirlo.
La perentoriedad de los plazos constituye una regla técnica procesal, de acuerdo a la cual el
decaimiento del derecho para realizar un acto procesal, opera automaticamente al vencer el plazo
de que se disponia para llevarlo a cabo. La perentoriedad esta directamente relacionada con la
preclusidn ya que efectivamente aquella le sirve de causa a esta, ello en virtud de que el venci-
miento de un plazo perentorio hace perder el derecho que se ha dejado de usar oportunamente.
El legislador concursal ha buscado eficiencia procesal y procura que las etapas procesales se va-
yan cerrando por el mero transcurso de los términos, sin necesidad de que exista una declaracion
jurisdiccional al respecto.
El juez no se encuentra afectado por la regla de la perentoriedad, pues la misma se encuentra
dirigida a las partes, ya que el magistrado en el concurso como proceso se encuentra signado por
la oficiosidad; sin embargo la ultima parte del art. 273, LCQ, que le impone al juez hacer cumplir
estrictamente todos los plazos de la ley hace que la perentoriedad lo afecta, no procesalmente,
pero si personalmente, importando mal desempejfio de su cargo, siempre con la posibilidad de
prorrogar los plazos cuando exista causa justificada.
También la perentoriedad esta directamente relacionada con la improrrogabilidad de los pla-
zos, como imposibilidad de su ampliacién, si bien ello no se encuentra expresamente dispuesto
por la ley de concursos, es un principio procesal ineludible en el proceso concursal. No pueden,
en principio, prorrogarse los plazos por acuerdo de los interesados, ni por petici6on al juez. La pro-
rrogabilidad de los términos entrara en juego cuando los plazos sean disponibles por las partes,
y en el concurso generalmente ello ocurre en el tramite incidental o en aquellas acciones rela-
cionadas siempre que no se trate de un plazo perentorio. No pueden, en principio, prorrogarse
los plazos por acuerdo de los interesados, ni por peticion al juez, salvo el caso del art. 11, in fine,
LCQ y los supuestos previstos para la etapa de liquidacién en la quiebra (arts. 205, inc. 7 y 217,
LCQ). Debe considerarse que existe un cronograma concursal y la falta de cumplimiento de algun
acto procesal impuesto dentro de dicho esquema importaria el fracaso de este, atento a que no
podrian desencadenarse oportunamente los demas actos por no haberse cumplido el anterior,
por lo que dichos plazos necesariamente deben ser improrrogables. Sin embargo, el juez pue-
de evaluar la existencia de causas que justifiquen la prorroga de plazos para el cumplimiento de
actos procesales por las partes o funcionarios concursales, pues se trataria de situaciones de tal
importancia que impedirian la prosecucién normal del proceso (art. 157, tercer parrafo, CPCCN).
94 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VII - REGLAS PROCESALES
2. Apelabilidad restringida
La ley concursal se aparta del régimen recursivo de los cédigos de procedimiento e imple-
mente un sistema de impugnacidén aut6nomo y con caracteristicas especiales que la diferencia de
los clasicos remedios procesales,
La ley concursal no descarta la aplicacién de los recursos comunes. La ley no impone Ia irre-
curribilidad de las resoluciones, sino que limita la apelacién, los demas recursos comunes son
admisibles. Debe admitirse la aclaratoria, la reposicion y la apelacidn, como asi también la queja
por denegatoria de la apelaci6n y los recursos extraordinarios, siempre que no afecten las pers-
pectivas del art. 278, LCQ.
Los inc. 3 y 4 del art. 273, LCQ atribuyen la apelabilidad concursal restringida.
ERREIUS 95
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
96 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO VII - REGLAS PROCESALES
BARACAT, sistematiza la cuestién en dos recaudos, el requisito de “exclusion’) que la ley con-
cursal no sefale otro medio impugnativo para corregir el error; y el de “reserva’, que la proceden-
cia del recurso local no atente contra la celeridad y economia del procedimiento. De acuerdo al
requisito de “exclusién’, la apelacién de una resolucién en un proceso concursal, es desplazada
por el remedio especifico que prevea la ley concursal contra dicha resolucién. Ello implica que
debe existir una laguna normativa en la ley concursal, respecto del modo de cuestionar una re-
solucion, para que sea apelable. Entonces, este requisito coincide con el primer recaudo del art.
278, LCQ para la aplicaci6n de las normas procesales locales, Y el segundo requisito desautoriza la
apelacion en circunstancias en que su admisi6n afectara el tramite rapido y econdmico del proce-
so concursal, que coincide con el segundo recaudo del art. 278, LCQ. Ello implica entonces que en
unos casos la apelacidn se admite porque lo determina la ley concursal y en otros porque ante el
silencio de ella corresponde admitir la apelacién por disposicién de las reglas procesales locales.
De conformidad con ello para que proceda el recurso de apelacién en un concurso es preciso
un doble test, el primero que la ley concursal no establezca recurso 0 accién especial para cuestio-
nar la resolucion de que se trata (es decir, que exista una laguna normativa -regla de exclusion);
y el segundo que abrir una instancia de debate no demore indebidamente el tramite del concurso
(o sea, que sea compatible con la celeridad y economia de su tramite -regla de reserva-).
Luego BARACAT reformula su tesis de admisibilidad de la apelacién y reconoce la existencia
del caso no previsto y el tramite normal y ordinario del concurso, aunque ese andalisis debiera
hacerse antes de la aplicacion de la regla de exclusién, Entonces a las reglas de exclusion y re-
serva corresponde agregarle una mas y es la regla de anormalidad o imprevisibilidad legal, que
implica que para que proceda el recurso de apelacion de las leyes procesales locales es necesario
que la sentencia que se pretende recurrir por ese medio no se trate de una resolucién del nor-
mal procedimiento concursal, pues si se trata de una sentencia de ese tipo, por mas que pase los
dos primeros test del art. 248, LCQ, no podria concederse la apelacién porque si no lo determiné
expresamente la ley, ante la previsibilidad de la normalidad del concurso es porque quiso que
esa sentencia sea inapelable. La especialidad concursal se impone por sobre la aplicacion de la
apelacion de los codigos rituales. En estos casos de anormalidad la ley concursal no pudo prever
admitir la apelacién expresamente o por el contrario considerar el caso dentro del régimen de
inapelabilidad.
Entonces reformulando los test de admisibilidad, primero se aplica la regla de reserva (que no
hay remedio previsto en la ley concursal), luego la regla de imprevisibilidad legal (que no se trate
de un tramite normal del concurso) y por ultimo la regla de exclusién (que no afecte la celeridad
concursal),
3. Sistema de notificaciones
Las particularidades de los procesos concursales determinan que en ellos las notificaciones
por regla general sean fictas y por excepcion efectivas. El art. 273, inc. 5, LCQ sienta un principio y
su excepcidn de tal manera: “La citacién a las partes se efecttia por cédula; por nota o tacitamente
las restantes notificaciones”
El principio general es la notificaci6n por nota. El sistema adoptado tiene también como fun-
damento la celeridad del proceso concursal, con la notificaci6n ministerio legis se ahorra el tiem-
po natural que demanda el diligenciamiento de las cédulas.
En consecuencia, todos son citados por cédula y después quedan notificados opes legis, en
forma ficta, de las demas resoluciones. Debido ala economia y celeridad procesal que caracteriza
al proceso concursal (arg. art. 278, LCQ), la mayoria de las resoluciones del proceso principal y
de sus incidentes se notifican automaticamente (regla general para todos los procesos concursa-
les: art. 273, inc. 5, parte segunda, LCQ; y regla especial que se aplica “desde la presentacién del
pedido de formacion de concurso preventivo”: art. 26, LCQ). Como puede verse la mayoria de las
notificaciones son fictas.
Frente a tal principio general de notificacion por nota la ley impone como excepcion la notifi-
cacién por cédula de la citacidn de las partes (art. 273, inc. 5, parte primera, LCQ).
ERREIUS 97
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Notificacién es un género y citacion a las partes una especie de ese género. La notificacidn es
un acto procesal por el cual se pone en conocimiento una resolucién judicial dictada en un proce-
so. En cambio, la citacion importa hacer saber a una persona, sea 0 no parte, una resoluci6n que
le impone la carga o el deber de comparecer ante la autoridad judicial por ser conveniente a sus
intereses 0 necesario para el mismo proceso (ARGERI).
El emplazamiento y la intimacién son especies dentro del género notificaciones. El empla-
zamiento es el llamado que se hace a una persona para que comparezca a juicio dentro de un
plazo determinado, por lo cual quedaria incluido dentro de la citacion de las partes. En cambio,
la intimacidn 0 requerimiento es la comunicacién que se hace a alguien con un mandato judicial
para que cumpla un acto o se abstenga de hacer alguna cosa, bajo apercibimiento de sufrir las
consecuencias disvaliosas de su omisién 0 accion. En este ultimo caso, si bien se ha resuelto que
procede la notificacién por cédula para las resoluciones que impongan intimaciones (Cam. Nac.
Com en pleno, 11/12/2001 “Rovarrella”), pareciera que excepcionalmente, ante el silencio de la
ley, solo el juez podra determinar la notificacién por cédula, cuando ello se condiga con la rapidez
y economia concursal, aplicando asi las leyes locales. Ello, porque el sistema impuesto por la ley
no excluye que el juez concursal como director del proceso, en uso de sus facultades instructorias
y ordenatorias determine expresamente la notificacidn por cédula. Aun asi y frente alos diferentes
conceptos, en razon de la notificacion no debiera haber distingos, debiendo notificarse por cédu-
la las citaciones, los emplazamientos y las intimaciones.
Debe reconocerse que en la actualidad la digitalizacion de las notificaciones, ya sea que se
realicen directamente de manera electrénica o a través de una cédula electrénica, minimiza el
fundamento de la norma porque siempre las herramientas informaticas priorizan la celeridad
procesal.
98 DARIO J. GRAZIABILE
CAPITULO Vil - REGLAS PROCESALES
ERREIUS 99
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
que no deban ser notificadas en el domicilio real de las partes, y desde luego que no sean notifi-
cadas automaticamente. Las normas concursales, y especialmente el inc. 6 del art. 273, LCQ, son
redundantes respecto de las establecidas por los codigos rituales para los procesos en general, por
lo que la remision del art. 278, LCQ habria bastado para la aplicacién de estas ultimas en materia
concursal.
La ley concursal impone la carga de constituir domicilio procesal a la persona humana 0 ju-
ridica concursada y a los socios con responsabilidad ilimitada de la sociedad concursada (art. 12,
LCQ), al sedicente acreedor que presenta su pedido de verificacié6n tempestivo ante el sindico
(arts. 32 y 200, LCQ), y a la persona fallida y a sus administradores (art. 88 inc. 7, LCQ), y si no
lo hacen u ocurre alguna circunstancia que torne ineficaz el domicilio y no es constituido uno
nuevo, las resoluciones que se notificaban por cédula pasan a ser notificadas automaticamente
(art. 273, inc. 6, LCQ). La carga le corresponde a todo aquel que intervenga procesalmente en el
concurso.
El inc. 6 del art. 273, LCQ, determina que el domicilio procesal constituido subsiste hasta la
constitucién de uno nuevo o hasta la conclusién del concurso (conf. art. 42, CPCCN). El domicilio
que se constituya en el principal subsiste en los incidentes, por lo que en estos la notificacion por
cédula de la admisién de este debe hacerse en el domicilio constituido en el principal.
La consecuencia de no constituir domicilio procesal en su oportunidad, es que el domicilio
queda constituido “en los estrados del juzgado” (art. 41, parr. 1, primer parte, CPCC), lo que im-
porta que todas las resoluciones quedaran notificadas por nota. La consecuencia de la falta de
constitucién de domicilio ad litem se produce ope legis, sin necesidad de declaracion judicial.
Siempre existe la posibilidad de constituir domicilio procesal y hacer cesar los efectos de la notifi-
cacién ministerio legis para los casos en que deba hacerse por cédula 0 personalmente.
También deben constituir domicilio, el deudor, los acreedores, el sindico, y cualquier tercero
en los incidentes que intervengan (arts. 280 a 289, LCQ), Ademas el sindico debe constituir domi-
cilio en los procesos extraconcursales que tramiten ante el juez natural de la causa (arts. 21 y 132,
LCQ), en los juicios relativos a los bienes desapoderados (art. 110, LCQ), en los que demande por
inoponibilidad concursal (art. 119, LCQ), revocatoria ordinaria (art. 120, ap. 2, LCQ), extension de
quiebra (art. 161, LCQ) y responsabilidad concursal 0 social (arts.173 y 175, LCQ), y en los juicios
para el cobro de créditos adeudados al fallido (art. 182, LCQ), en los que interviene como parte
contradictora.
5. Remision de expedientes
El inc. 7 del art. 273, LCQ, dispone prohibitivamente la remisi6n del expediente concursal a
otra sede jurisdiccional. Motiva tal prohibicién la necesidad de asegurar que continue el tramite
regular del concurso, que esta en constante movimiento procesal dado que en él son debatidas
multiples cuestiones.
La prohibicién de remitir el expediente original se refiere al principal y no alos incidentes. La
expresion “expediente del concurso” contenida en el inc. 7 del art. 273, LCQ que establece dicha
prohibicién, inequivocamente hace referencia a las actuaciones principales del concurso. Ade-
mas, el fundamento de la regla en cuestidn confirma nuestra opinion, puesto que al tramitar por
separado los incidentes concursales no obstaculizan el tramite del concurso.
Por excepcion la ley autoriza la remisi6n cuando es imprescindible para dilucidar una causa
penal, por un término no mayor de cinco dias, quedando a cargo del magistrado del fuero penal
que lo requirié la obtencién de testimonio y otras constancias que permitan su devoluci6n en tér-
mino. Cuando el juez del concurso deniega el pedido de remision del expediente, puede disponer
el envio de fotocopias certificadas por secretaria de todas o parte de sus actuaciones, siempre que
la extensién del material a fotocopiar no ocasione una demora que no pueda ser admitida en fun-
cidn del estado procesal del concurso. Para evitar los inconvenientes derivados de la remisién del
expediente principal del concurso o de fotocopias certificadas de sus actuaciones, siempre que
fuera posible, el magistrado del fuero penal (juez o fiscal), deberia requerir al juez del concurso
la informaci6n que le resulte necesaria, y este Ultimo la suministraria a través de un informe de
Secretaria.
La ley dispone el diferimiento del pago de ciertos gastos administrativos que se producen en
el tramite del proceso concursal (art. 273, inc. 8, LCQ). No se trata de reglas procesales, sino nor-
mas arancelarias y fiscales relativas a tramites administrativos (MarrFia).
Estas disposiciones no establecen la gratuidad de los tramites, sino que lo tinico que ordenan
es diferir y no eximir ciertos pagos. El] fundamento de este diferimiento es evitar los inconvenien-
tes y las demoras que provocaria la habitual falta de liquidez inicial en la quiebra, y en el concurso
preventivo la necesidad de resguardar el patrimonio cesante inaudita parte, es decir, sin posibili-
dad de exigirle el pago al concursado en los casos en que la ley no prevé un depdésito previo para
hacer frente a ciertas erogaciones. El diferimiento del pago de todos estos conceptos, determina
la existencia de créditos prededucibles que -en definitiva- pueden no llegar a ser cobrados en
todo o en parte en funcidén de las disponibilidades para todos los de esa gradacion (art. 240, LCQ).
La publicacion de edictos para anunciar la disposicidn de la quiebra se encuentra alcanzada
por esta norma general, puesto que se trata de “transcripciones... imprescindibles para la pro-
teccién de la integridad del patrimonio del deudor” que no solo alcanzan a las “registrales” sino
también a las de otro cardcter” (art. 273, inc. 8, LCQ). Ello sin perjuicio de que existe una nor-
ma especial que dispone la publicacién “sin previo pago y sin perjuicio de asignarse los fondos
cuando los hubiere’; y en diarios de amplia circulaci6n cuando “existieren fondos suficientes en
el expediente” (art. 89, LCQ). En la publicacién de edictos para anunciar la apertura del concurso
preventivo no procede el diferimiento, puesto que debe ser afrontada por el deudor que tiene la
carga de llevarla a cabo en determinado plazo bajo apercibimiento de tenerlo por desistido del
concurso (arts. 27 in fine; 28 parr. 1 y 30, LCQ).
Los aranceles administrativos para anotar medidas cautelares, y para obtener informes 0 se-
gundos testimonios, también son diferidos hasta que existan fondos para pagarlos, puesto que se
trata de “transcripciones y anotaciones registrales” o de “informes necesarios para la determina-
cién del activo”
Existe una norma especial, de mayor amplitud, que dispone el mismo diferimiento hasta la
oportunidad de que sean pagados los gastos de conservacion y de justicia (art. 240, LCQ), respec-
to de los “impuestos o tasa de justicia, sellado o cualquier otro gravamen” que deban pagarse en
tales juicios (art. 182, parr. 3, LCQ); los aranceles quedan incluidos en la referencia a “sellado o
cualquier otro gravamen’.
También son diferidos y se les otorga la preferencia del art. 240, LCQ a los tributos de justicia
en los juicios promovidos por el sindico en los que demande acciones de recomposici6n patrimo-
nial (arts. 119, parr. 3, 176, in fine, LCQ). No existe norma expresa que disponga el diferimiento
de los tributos de justicia en los juicios en que el sindico reclame extensidn de quiebra (arts. 161 a
171, LCQ), pero no deja de tratarse de uno de “los juicios necesarios...para la defensa de los inte-
reses del concurso’ de modo que los alcanza el diferimiento.
7. Carga de la prueba
La norma del inc. 9 del art. 273, LCQ reenvia a la regla receptada en gran parte de los orde-
namientos procesales civiles y comerciales de nuestro pais, segtin la cual cada parte debe probar
el supuesto de hecho de la norma en que funda su pretension 0 resistencia (art. 377, CPCCN); y
respecto de los créditos laborales, a la regla in dubio pro operario receptada por el derecho laboral
sustancial, segun la cual en caso de duda en la apreciacion de la prueba los jueces deben decidir
en el sentido mas favorable al trabajador (art. 9, parr. 2, LCT modificado por ley 26.428).
El dispositivo es innecesario, y al estar incluido resulta incompleto; lo primero, porque sufi-
ciente hubiere sido lo previsto por el art. 278, LCQ respecto de la aplicacion de las leyes locales, y
ERREIUS 104
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
lo segundo porque al incluir la ley tal prescripcion debio decirse que la misma debe cumplirse sin
afectar los principios concursales.
Para resguardar adecuadamente todos los intereses en juego, no es posible procesar las pre-
tensiones de todos los interesados de modo dispositivo, y en consecuencia son alteradas las in-
cumbencias para iniciar, impulsar y concluir autocompositivamente el proceso concursal y probar
los hechos, y cambia el efecto de la cosa juzgada de las sentencias que en ellos sean pronunciadas,
adquiere importancia la actividad inquisitiva y oficiosa del juez y el sindico concursal.
Las cargas probatorias no deben afectar la inquisitoriedad del tramite del proceso concursal,
pero el oficio concursal tampoco debe suplir la carga probatoria impuesta a las partes. La ac-
tuacion oficiosa e inquisitiva del oficio concursal, no puede suplir el incumplimiento de la carga
probatoria impuesta a las partes. Asi de una manera funcionara este principio dentro de la etapa
tempestiva de verificacion, siendo de la misma manera para la determinacion concreta del acti-
vo, primando la inquisitoriedad, pero muy distinta sera en la etapa eventual de verificacion y en
general en aquellos incidentes que se planteen donde es imprescindible respetar las cargas de la
prueba para no se vea afectada la imparcialidad jurisdiccional.
La insolvencia, en funci6n de la cual lo que se reconoce a un acreedor afecta a los restantes,
determina que las sentencias firmes que incorporan un crédito al pasivo concursal, produzcan
el efecto de cosa juzgada, no solo respecto los que intervienen sino sobre todos los acreedores
concursales. El incumplimiento de las cargas de alegar o negar hechos y de ofrecer y producir
prueba para confirmarlos, por parte del deudor y de todos los acreedores individualmente que
insinuaron tempestivamente sus créditos, no es suficiente para que sea incluido un crédito en el
pasivo concursal, porque el catdlogo de los interesados en el proceso concursal no se agota con
estos sujetos, sino que también lo integran los eventuales acreedores que no concurrieron a hacer
valer sus derechos.
Las cargas probatorias impuestas actuaran como estimulo para las partes, pero no significa-
ran un freno para que el 6rgano disponga de oficio medidas instructorias para la investigaci6n y
verificaci6n de hechos conducentes para la mejor consecucién del proceso universal. En igual
direccién las potestades de la sindicatura superando la deficiencia probatoria de las partes (Mo-
RELLO ~- TESSONE - KAMINKER).
8. Caducidad de instancia
El art. 277, LCQ, determina las reglas concursales de caducidad de instancia, Los Cédigos de
rito locales legislan la caducidad o perencion de la instancia como un modo anormal de termina-
cién del proceso, por inactividad de las partes. La caducidad de instancia opera contra el deudor,
los acreedores -incluidos los laborales-, el sindico y los terceros.
Segtin el art. 277, LCQ, la instancia no perime en el principal, y silo hace, a los tres meses, en
las restantes actuaciones e incidentes, incluido el anteconcurso. Ello, sin perjuicio de las especia-
les prescripciones respecto de las acciones revocatorias (art. 119, tercer parrafo, in fine, LCQ), de
extension de quiebra (art. 164, primer parrafo, in fine, LCQ) y de responsabilidad (art. 174, LCQ),
donde se determina que la instancia, en estos casos, caduca a los seis meses. Respecto del com-
puto de los plazos, atento a que se trata de meses, se entiende que se computan corridosy no por
dias habiles judiciales.
La ley concursal no reglamenta la caducidad de la instancia, lo que lleva a aplicar los ordena-
mientos locales (art. 278, LCQ).
ERREIUS 103
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
9. Legajo de copias
En el art. 279, LCQ, se dispone la existencia de un expediente concursal mellizo, paralelo o du-
plicado, llamado “legajo de copias” La finalidad del legajo es posibilitar la consulta del juicio aun
cuando el expediente principal esté en tramite y no disponible, pues debe estar constantemente
en mesa de entradas del juzgado a disposicién de los interesados. La paulatina digitalizacion del
proceso judicial va haciendo que el legajo de copias se convierte en desuetudo frente al expedien-
te electronico, el cual se encuentra disponible en la plataforma informatica correspondiente a
cada jurisdiccién.
Constituye falta grave del secretario la omision de mantenerlo actualizado. Este legajo estara
formado por las copias fundamentales del expediente y las que la ley especialmente disponga. To-
das las copias glosadas en legajo deben llevar la firma de las personas que intervinieron. Cuando
se trate de actuaciones judiciales, consisten en testimonios extendidos por el secretario, aunque
tratandose de resoluciones judiciales en general estas son firmadas por los jueces directamente.
Los interesados, seguin el caso, aparte de la copia que exige el art. 120, CPCCN, deberan acom-
pafiar una mas para el legajo. El hecho de que dicha copia, la correspondiente al legajo, no sea
acompaniada, no importa rechazar la peticién sino diferir su resolucién hasta tanto se cumpla con
la omision, Resulta aplicable la norma procesal local segun la cual, no subsanada la omision en
dos dias (Nacién) o al dia siguiente (Bs. As.) de notificada automaticamente la resolucién que dio
cuenta de la falta de la copia para el legajo, “se tendra por no presentado el escrito 0 el documen-
to” (art. 120 CPCC).
ERREIUS 105
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Tramite especial
El incidente puede ser promovido por el deudor, los acreedores, el sindico o por cualquier
tercero que vea afectado un derecho propio. La demanda debe cumplir con las exigencias proce-
sales comunes, especialmente con el art. 330, CPCC. Impone el art. 281, LCQ, que con la demanda
incidental se debe ofrecer la prueba de la cual quiera valerse y acompanarse la documental.
Presentada la demanda el juez hara un previo analisis formal y podra admitir 0 rechazar in
limine el incidente cuando sea manifiestamente improcedente, sin poder suplir las omisiones en
que haya incurrido el incidentista. El rechazo liminar es apelable al solo efecto devolutivo (art.
281, parr. 2, LCQ). Si el juez admite la demanda correra traslado a Ja parte contraria, para que en
diez dias conteste la demanda; ello implicara la admisién del incidente. Dicho traslado se noti-
ficara por cédula, al domicilio constituido en el principal (Sup. Corte Bs. As., ED 113-633)., pero
sino se hubiere constituido domicilio se notificara “por nota” (doctr. art. 273, inc. 6, LCQ) y si el
traslado, importa la citacién de un tercero, se notificard por cédula al domicilio real (art. 273, inc.
5, LCQ).
La contestacion de la demanda debe, al igual que la demanda, acompanar la documental y
ofrecer la restante prueba y contener las exigencias de las leyes locales (art. 356, CPCCN), No pro-
cede la oposicién de excepciones previas, cuestiones que deben ser planteadas como defensas
que seran tratadas en la sentencia.
Atento ala naturaleza del proceso concursal, el allanamiento que haga el deudor incidentado
no obliga al juez, debido a la imposibilidad de autocomposici6n existente. En cambio, el allana-
miento de persona distinta del deudor si obliga al juez el allanamiento, con las limitaciones de
las normas procesales locales. Si un pretendido acreedor cuyo crédito fue declarado admisible
se allana al incidente de revision promovido por el deudor u otro acreedor, no son afectados los
intereses del concurso, y el crédito debe ser excluido del pasivo concursal. Del mismo modo si
un pretendido acreedor cuyo crédito fue declarado inadmisible que promovid incidente de re-
vision, tampoco son afectados los intereses del concurso, y el crédito también debe ser excluido
del pasivo concursal. Si el incidentado no contesta demanda, tratandose de un incidente no hay
declaracion de rebeldia, sino que pierde el derecho que no ha usado con las consecuencias de la
incontestacién de la demanda (doctr. art. 354, inc. 1, CPCC).
No prevé la ley la actuacién de la sindicatura en los incidentes genéricos cuando estos no
hayan sido iniciados por aquella. Es indudable la necesidad de la participacién del sindico (art.
275, in fine, LCQ) y que esta debe producirse, previa vista, una vez concluida la etapa probatoria
o considerada la causa de puro derecho por el juez por aplicaci6n analdgica del parrafo 9 del art.
56, LCQ, regulador de la verificacion tardia.
Conforme al art. 277, LCQ, la instancia en los incidentes perime a los tres meses.
2. Etapa probatoria
Trabada la litis, si el juez entiende que es innecesario abrir la causa a prueba por considerarla
de puro derecho, no debe dictar resolucién al respecto sino directamente disponer vista al sindi-
co, previo a resolver el incidente.
Sise abre a prueba el incidente, la cuestidn viene regulada por los arts. 282, 283 y 284, LCQ. Se
impone un plazo maximo del periodo de prueba de veinte dias.
Conforme al art. 273, inc. 9, LCQ, y el segundo parrafo del art. 282, LCQ, incumbe a las partes
la carga de la prueba, estando habilitado el juez para clausurar la etapa vencido o no el plazo,
declarando la negligencia de la prueba pendiente de produccién por considerarla innecesaria o
mandando a producir como medida para mejor proveer aquella que no se haya producido y crea
necesaria para dilucidar el pleito.
También la ley dispone que la prueba debe realizarse en audiencia unica, para producir en ella
toda la prueba necesaria, es decir, las absoluciones de posiciones y las testimoniales. Respecto de
la absolucion de posiciones solo es admisible cuando se trate de intereses personales del concur-
sado, aunque no cuando implique intereses de los acreedores, pues se vulneraria la paridad entre
ellos, adquiriendo virtualidad lo expresado respecto de la imposibilidad de autocomponer la /itis
concursal, incluso la incidental. En cuanto a estas ultimas, el art. 284, LCQ, restringe a cinco el
numero de testigos admisibles. Salvo que se requieran mas atento a la complejidad de la causa y
los hechos controvertidos, los que deben ser ofrecidos juntamente con la demanda.
El art. 283, LCQ, regula la prueba pericial, donde segtin las circunstancias podran ser uno 0
tres los peritos que acttien, segtin lo determine el juez. En el caso de que sea uno sera designado
de oficio por el juez y cuando se determinen tres, podran las partes proponer dos en un escrito
conjunto, sustituyendo asi a dos de los tres designados oficiosamente.
3. Recursos
ERREIUS 107
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
recurso se debe solicitar la revision de las medidas probatorias practicadas o denegadas en el tra-
mite incidental, para que se dejen sin efecto o para que se replanteen y reproduzcan.
4, Honorarios
La cuestion de los honorarios regulada en el art. 287, LCQ, impone que en los incidentes deben
regularse honorarios teniendo como base el monto del crédito insinuado y verificado, aplicando-
se la escala correspondiente a los incidentes contenida en las legislaciones locales. Tal regulaci6n
debe incluir los honorarios del sindico independientemente de la regulacidn global determinada
en la oportunidad del art. 265, LCQ, en los incidentes de la etapa eventual de verificaci6n, cuando
las costas sean impuestas al incidentista no concursado.
5. Costas
La ley concursal nada determina en cuanto a la imposicién de costas, por lo que por aplica-
cién del art. 278, LCQ, adquieren virtualidad las normas locales.
Sin embargo, se dan situaciones especiales en los incidentes de revision y de verificacion tar-
dia. Respecto del primero de ellos, en principio, corresponde imponer las costas al acreedor in-
cidentista, cuando la revisi6n sea promovida por haberse declarado inadmisible su crédito por
insuficiencia probatoria y esta haya sido subsanada en el incidente solo con prueba documental,
la cual pudo haberse acompanado en la oportunidad del art. 32, LCQ. Es decir que el incidente
se inicia por exclusiva negligencia del acreedor, existiendo mérito para que el juez se aparte de
los principios generales del vencimiento en las costas. Igualmente, la situacion debe ser evaluada
prudencialmente por el juez en cada caso en particular. En cuanto al incidente de verificacion
tardia, la jurisprudencia ha entendido mayoritariamente que el acreedor soporta las costas de
su insinuacion tardia, seguramente influida por la legislacién italiana donde se lo dispone ex-
presamente. Analizando cada caso en particular se fue morigerando dicha doctrina que queda
impuesta como principio general.
forma rapida, con el menor costo posible y en el ambito administrativo extrajudicial, el que con
el uso de la mediacién como herramienta de solucién del conflicto se presenta como el mas ade-
cuado. Tal procedimiento debe desarrollarse dentro del ambito de los principios y directivas del
Derecho Concursal, interactuando el mismo con el Derecho de Defensa del Consumidor.
ERREIUS 109
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
de la magnitud de la empresa, segtin el rubro que esta desarrolle, la cantidad de trabajadores que
tenga a su cargo.
2. Tramite
sea instado a pedido de deudor o acreedor, para asi evitar liquidaciones onerosas e insignifican-
tes, lo cual resulta conteste con la tendencia actual de privilegiar la solucién preventiva. También
resulta importante la prescindencia del procedimiento de indagacién sobre la situacién patrimo-
nial y la causa que produjo la insolvencia; deberia propiciarse su rapida solucién favoreciendo la
descongestion judicial, maxime ante la imposibilidad de andlisis de mérito del acuerdo por par-
te del juez concursal. También deben abaratarse los costos reduciéndose la publicacién edictal,
haciendo esta por menor cantidad de dias. Verdaderamente el pequefio concurso debe tratarse
de una simplificacién importante en el proceso que no afecte el tiempo judicial y el significante
abaratamiento en sus costos facilita a la pequefia empresa o al deudor no comerciante a llegar a
la solucién preventiva de su insolvencia.
ERREIUS 111
TERCERA PARTE
CONCURSO CONSERVATIVO
CAPITULO VIII
SOLUCIONES ALTERNATIVAS
DE LA INSOLVENCIA
I. INTRODUCCION
La quiebra fue el primer instituto concursal que tuvo desarrollo desde que se conoce el pro-
ceso colectivo iniciado con las primeras regulaciones del Derecho Romano. Luego se fueron bus-
cando soluciones alternativas atento lo infamante que era estar en estado falencial.
En un primer momento de la historia concursal, las soluciones alternativas fueron aquellas
opciones distintas de la quiebra, las que se constituyeron en soluciones preventivas, es decir que
prevenian la liquidacion falencial. En la actualidad, aquellas soluciones alternativas no son bus-
cadas para evitar el concurso liquidativo, sino que lo que se pretende por un lado es desarrollar
instrumentos alternativos distintos al proceso concursal y no ya prevenir la quiebra sino prevenir
directamente la insolvencia, es decir llegar antes de que el estado de cesacion de pagos se instale
definitivamente en el patrimonio del deudor. Claro que en definitiva terminan siendo remedios
alternativos de la liquidacién solo que con la intencién de que acttien antes de la instalacion del
estado de insolvencia.
Aquellas soluciones preventivas de la quiebra, en mayor o menor medida han fracasado, ya
sea 0 porque no extirparon la insolvencia del patrimonio afectado 0 porque simplemente no evi-
taron la liquidacién del mismo. Y a tal fracaso no puede encontrarsele una causal unfvoca, por-
que en algunos segmentos puede ser el procedimiento adoptado, en otro la participacion de los
actores del mismo y en otros tantos las realidades econdmicas locales o internacionales de una
determinada época.
ERREIUS 115
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
concordato amigable que paso luego a ser el actual acuerdo preventivo extrajudicialy el salvataje
incorporado en elart. 48 por la ley 24.522. Siempre frente a la insolvencia patrimonial y en procura
de la mejor soluci6n para la reversion de la crisis, debe cuanto menos evitarse el agravamiento del
problema, lo que se ha dado en llamar, principio de reversién y principio de no agravamiento de
la crisis.
1. Moratorias
La moratoria consistia en el otorgamiento de un plazo por parte del juez al deudor, con el
acuerdo de un cierto niimero de acreedores para el pago integro de las deudas. Era un verdadero
procedimiento preventivo de la quiebra.
Las moratorias tuvieron su origen en el derecho romano (el delai de la Ley de las XII Tablas
y los quinquenales de Justiniano), del cual pasaron al derecho espaiiol (suspension de pagos),
siendo consideradas como un beneficio comun para deudor y acreedores. Podian realizarse judi-
cialmente o por convenio privado entre el deudory sus acreedores, recibiendo en este ultimo caso
el nombre de “esperas” Proveniente de las Ordenanzas de Bilbao, la moratoria estaba legislada en
el primer Codigo de Comercio, instituci6n mantenida en la reforma de 1889 y derogada en 1902.
Fue un instituto que fracas6 porque el legislador no pudo rodear a la institucion con las garan-
tias necesarias para evitar que se vea burlada por la mala fe y el fraude (OBARRIO).
SEGOVIA criticaba la forma en que se habia incluido la moratoria sosteniendo que no es pro-
piamente parte de la quiebra, debiendo haberse mantenido a las moratorias como institucién in-
dependiente de la quiebra, porque la practica habia puesto de manifiesto los grandes peligros que
entraflaban y porque casi siempre habian terminado en quiebra, concluyendo que la instituci6n
se halla infectada por un vicio organico, pues faltando la verificacién de créditos, la votacién no
presenta un fundamento serio y queda sujeta a supercherias.
2. Adjudicacién de bienes
En la adjudicacion de bienes los acreedores quirografarios del deudor comercial, luego de
verificados los créditos y antes de comenzada la liquidacién, podfan solicitar la entrega de los
bienes del fallido para continuar con su actividad, dando carta de pago al fallido y pagando a los
acreedores privilegiados.
Originariamente el instituto era nominado como “cesién de bienes”; en Roma, era la bonorum
cesio por la cual el deudor abandonaba sus bienes a favor de sus acreedores. Quizas haya sido el
primer medio que se confirid a deudores honestos e infortunados para salvarse de la tacha de
infamia y de prisién por deudas. En nuestra legislacion, la adjudicacion de bienes fue incorpo-
rada al Codigo de Comercio con la reforma de 1889. Los cddigos procesales civiles y comerciales
contenian similar solucién para el concursado civilmente, lo que sirvid de antecedente para la re-
forma comercial. Sin embargo, el origen remoto del instituto se encuentra en las Leyes de Partidas
espanolas. También se le han encontrado semejanzas con el concordato por abandono de activo
legislado en 1856 en Francia.
En el derecho civil la adjudicacién era por voluntad del deudor. Por efecto de la adjudicaci6n
de los bienes del deudor, los créditos de los acreedores quirografarios quedaban transformados
en un derecho a participar proporcionalmente en el producto neto de la liquidacion general; este
derecho debia ser ejercitado en la masa, habiendo desaparecido el deudor originario, luego de
otorgada la carta de pago (MARTIN Y HERRERA). Atento a tratarse de una solucién propuesta por
acreedores y aprobada por el juez se la ha tachado de inconstitucional por importar una expro-
piacion forzosa que no tiene en cuenta el valor de la cosa expropiada ni la voluntad del deudor o
dueno (SEGOVIA), considerandosela como un verdadero despojo (OBARRIO). También temprana-
mente se sostuvo que ella tiene otro vicio muy grave consistente en obligar a la minoria de acree-
dores a contraer una sociedad con la mayoria (SEGOVIA).
La ley 4156 de 1902 modifica el régimen de la adjudicacién de bienes y la adopta como una
forma preventiva de la quiebra y no como una forma de terminar la falencia sin llegar a la liqui-
dacion. Se consagré como una soluci6n supletoria del concordato, pues al no llegarse a la apro-
bacion de este, los acreedores podian recurrir a la adjudicacion de bienes, la cual, a diferencia del
concordato, debia ser aprobada también por el juez.
Luego la ley 19.551 incorpora en su articulado el acuerdo por cesion de bienes que se diferen-
cia fundamentalmente de la adjudicaci6n en que aquel era propuesto por el deudor, comprendia
algunos 0 todos los bienes y fundamentalmente no estaba limitado a un destino especifico, Su
origen remoto se encuentra en la datio in solutum de la legislacién franca y longobarda del dere-
cho intermedio. Actualmente, la cesi6n de bienes como acuerdo puede proponerse como objeto
del acuerdo preventivo.
4. Concordato resolutorio
El concordato resolutorio era un acuerdo por mayorias, entre los acreedores y el fallido, bajo
las formas prescriptas por la ley, que ponia fin al estado de quiebra y por el cual se le concedian
al deudor quitas, esperas o remisiones de deuda. Siempre sometido ala homologacion judicial.
El antecedente afiejo del concordato resolutorio se lo encuentra en el pactum ut minus sol-
vator del derecho romano, que en principio nace como preventivo para los casos de herencias y
luego se transform6 en resolutorio para las quiebras, atento al salvoconducto que otorgaba el juez
al fallido para volver a su lugar de origen y llegar a un acuerdo con los acreedores. En nuestro me-
dio, se legislo este concordato en los Cédigos de Comercio de 1857/62 y 1889 y fue derogado por la
ley 4156 de 1902 que incorpora la convocatoria de acreedores como solucion preventiva —solo se
mantuvo para las sociedades anonimas-. Sobre dicha supresion se expuso que no tenia razon al-
ERREIUS W7
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
guna por ser una institucion util independientemente de la solucion preventiva instaurada. Luego
fue reinstaurado por la ley 11.719, continuando vigente hasta la reforma de 1995 por la ley 24.522.
El concordato podia proponerse luego de la etapa de verificacion de créditos, aunque no exis-
tian razones que impidieran presentarlo en cualquier estado de la quiebra antes de la liquidacion.
E] concordato resolutorio en la ley 11.719 podia ser propuesto por comerciantes, matricula-
dos o no, no comerciantes, personas fisicas o sociedades, sin necesidad de llevar contabilidad,
quedando solo excluidos los deudores fraudulentos. La ley 19.551 lo estipulaba para el deudor de
buena fe. Finalmente, la ley 24.522 lo excluye de nuestra legislacion atendiendo a que se trataba
de una instituci6n nominal mas que real, pues después de varios meses de desapoderamiento era
infrecuente que el fallido tuviese interés en resolver la crisis de la empresa, e impidiendo la liqui-
dacién de los bienes se dilataba injustificadamente el proceso.
La convencién tenfa una doble ventaja: el fallido podfa extinguir sus deudas con positivas
ventajas y los acreedores despejaban la incertidumbre de una liquidacion y aseguraban el pago
total o parcial de sus créditos (OBARRIO). Sin embargo, jurisprudencialmente se sostuvo que se
trataba de una institucidn impuesta exclusivamente en beneficio de los acreedores, pues fue crea-
da en su interés, con criterio practico, a fin de preferir una quita 0 espera a una liquidacién que
podria resultar inconveniente (C. Apel. Fed. Bahia Blanca, LL 19-731).
5. Concurso preventivo
El concurso preventivo nace en el pais en 1902 con la ley 4156 y se trata de una instituci6n atin
vigente en el derecho concursal.
7. Salvataje o cramdown.
Con la reforma producida en 1995, la ley 24.522 incorpora dentro de la legislacién argentina
el llamado salvataje 0 cramdown, procedimiento regulado por su art. 48 que ha recibido la de-
rogacion de la ley 25.563 y su reimplementaci6n y adecuacion por la ley 25.589. Es un instituto
creado en resguardo del principio de conservacion de la empresa, intentando mantener en fun-
cionamiento aquella econédmicamente util y viable a través de propuestas de terceros, cuando el
empresario ha fracaso en el intento.
1. Antecedentes
Si bien en los antecedentes del derecho concursal, el proceso primordial fue la quiebra, siem-
pre se ha tratado de evitar los efectos negativos que producia aque! proceso universal. Y a fin de
superar aquella situaci6n se paso del concordato resolutorio al concurso preventivo que impedia
-e impide- llegar a la falencia.
El primer antecedente nace con el pactum ut minus solvator que es el origen del concordato
por mayoria, considerado el primer medio preventivo de la quiebra. A través de él, el heredero de
una herencia insolvente podia convenir con los acreedores la reduccién de las deudas, aceptan-
do aquel la herencia, Evolucionada la institucién, en el mismo derecho romano se llegé a que la
votacion favorable de la mayoria obligase a la minoria en el caso de remision de una parte de la
deuda, naciendo as{ el pactum de non petendo.
Pero fue realmente en la etapa estatutaria y especialmente en el Estatuto de Lucca de 1610
donde primero se legisl6 bajo el titulo de Di quelli che dessero Io stato per non fallire, sobre con-
cordato preventivo, que producia una convocatoria de acreedores que lo aprobaba por mayoria
como etapa prefalencial.
El concurso preventivo, como se lo conoce modernamente, fue instituido ley por primera vez
en Bélgica en 1883, con caracter provisorio, como experiencia por el término de cinco anos, y
en 1887 se lo ratifica definitivamente. En el mismo ano de 1883 Inglaterra también sanciona la
Bankruptcy Law que incorpora una especie de concordato extrajudicial, luego deja inaplicada ley
de 1697. En 1903 se incorpora a la legislacion italiana la figura del concordato preventivo a través
del proyecto BOLAFrFI0, la cual se convirtié en la fuente primordial de nuestro derecho positivo
sobre concurso preventivo, principalmente luego de la reforma de 1942. Las demas legislaciones
fueron incorporando paulatinamente como solucién preventiva de la quiebra al concordato, En
nuestro pais, la ley 4156 de 1902 agrega la convocatoria de acreedores como preventiva de la fa-
lencia, derogandose el concordato resolutorio de la quiebra.
La ley 4156 instauré un sistema extremadamente liberal y privatista que hizo que la institu-
cion no adquiriera la figura positiva que se auguraba en aquella época. Con la reforma de 1933, la
ley 11.719 mejoré notablemente el concurso preventivo, el cual, con algunas incorporaciones, se
encuentra vigente en la actualidad, casi con la misma estructura determinada en la Ley CASTILLO,
La ley 24.522 deroga la junta de acreedores, en la cual anteriormente, por acto unico, se debia
aprobar la propuesta de acuerdo hecha por el deudor, sustituyéndola por un periodo de exclusivi-
dad en el cual el concursado preventivamente podia conseguir las conformidades a su propuesta.
2. Naturaleza juridica
En cuanto a la naturaleza jurfdica del concurso preventivo, lo importante, es lograr explicar
por qué el acuerdo preventivo es obligatorio para los acreedores disidentes y ausentes.
Las teorfas que se han desarrollado respecto de la naturaleza juridica del concurso preventi-
vo judicial pueden ser clasificadas entre contractualistas y procesalistas y, como siempre, alguna
mixta (ROCCO).
ERREIUS 119
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
de los poderes dispositivos del deudor y sus acreedores, decidiendo la homologaci6n o no del
acuerdo, haciendo nacer el concordato a través de un acto juridico procesal (PROVINCIALI, CALA-
MANDRET en Italia, ARGERI en Argentina)-.
La causa del vinculo para los disidentesy los inasistentes no necesita fundarse en la voluntad
privada, ya que solo es una consecuencia de la situacién creada para todos los acreedores, una
exigencia del procedimiento concursal (Cicu) y la del proceso concursal -el concordato es la con-
secuencia de un proceso que comienza con la demanda de presentacién en concurso preventivo
y culmina con la homologacion judicial del acuerdo aprobado por la mayoria, donde convergen
elementos procesales y sustanciales, que variaran segtin el régimen legal que los describa (PAJAR-
pI, RAGUSA MAGGIORE, seguidos en Argentina por MaFFia)-.
También existieron teorias mixtas. Son aquellas que consideran al concordato como un con-
trato sui generis que llega a conformar la voluntad por mayoriay se impone a la minoriaa través de
la homologaci6n judicial, por lo que tiene una doble naturaleza procesaly negocial (BRUNETTI).
Esta tesis es la que describe de mejor manera la naturaleza del instituto, pues es indudable
que el acuerdo preventivo tiene elementos convencionales y procesales. Esta posicion ecléctica
lleva a concluir que el concordato 0 acuerdo preventivo no puede ser encasillado, en cuanto a su
naturaleza juridica, estrictamente en el ambito contractual o en el procesal, pues contiene ele-
mentos naturales y necesarios tanto privados negociales como publicos procesales.
No puede negarse que es necesaria la concurrencia de voluntades; asi, la propuesta hecha
por el deudor debe concurrir con la conformidad de la mayorta de los acreedores concurrentes
(conf. art. 45, LCQ), quienes poseen la libertad negocial de los contratos para celebrar el acuerdo
con el limite en la paridad entre los acreedores, Se trata de un negocio plurilateral, pues si bien la
oferta o propuesta parte unilateralmente, puede ser diferenciada e incluso alternativa para algu-
nas categorias; la conformidad o aceptaciOn se concreta plurilateralmente, pues se expresa por
los acreedores individualmente a la propuesta a ellos efectuada (conf. art. 43, LCQ). Con la eli-
minaci6n de la junta de acreedores y el sistema de conformidades que impone la ley 24.522, no
se presentan en el expediente concursal acreedores disidentes -ni existen ausentes en la junta- ,
sino que directamente no expresan su voluntad confirmatoria a la propuesta. Esta circunstancia,
y no solo ella, hace nacer el elemento procesal del acuerdo preventivo o concordato, pues es alli
donde entra a jugar la importancia del organo jurisdiccional para homologar 0 no el acuerdo e
imponerlo ala minoria de acreedores que no presta conformidad incluidas las nuevas facultades
judiciales introducidas con la reforma de la ley 25.589 (conf. art. 52, LCQ). Existe asi un elemento
negocial (deudory mayoria) que hace nacer el acuerdo (conf. art. 49, LCQ) yun elemento procesal
(homologacidén judicial) que le otorga a aquel fuerza de acuerdo concursal que resulta obligatorio
para todas las partes (deudor y acreedores —mayoria y minoria-) con los efectos impuestos por la
ley concursal (conf. art. 55, LCQ). Ni contrato, ni proceso, ninguno de los dos exclusivamente, sino
un contrato con aprobacién judicial procesal con efectos propios.
ERREIUS 121
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Aveces las bondades legislativas o las intenciones jurisprudenciales han jugado en contra de
la solucion preventiva. El concurso preventivo, con aquella omnipotente creencia de que es pre-
ferido a la quiebra, debe ser sustentado y sostenido a toda costa y la liquidacion debe ser la ultima
y extrema solucién de la insolvencia. Ello, ha hecho que la quiebra en los concursos preventivos
cuyo fracaso patente, es dilatado en el tiempo, es no solo perjudicial para los acreedores sino tam-
bién para la empresa y inicamente beneficia al empresario.
La mayoria de los concursos preventivos que fracasan y se liquidan los bienes del deudor, se
transitaron con el Unico fin de vaciar la empresa, licuar el pasivo y perjudicar sobremanera no
solo alos acreedores sino también ala empresa que desaparece de la faz social, siendo unicamen-
te beneficioso para el empresario inescrupuloso que pudo distraer bienes e incumplir créeditos
para aumentar su patrimonio personal. Puede verse también que muchos de ellos, rapidamente
se reactivan en otra actividad como si nunca hubieran soportado una insolvencia. Ello, sin perjui-
cio de aquellos empresarios concursados cronicos, que, si bien no lo hacen de manera personal,
se los encuentra siempre titulares de empresas que terminan en estado de cesacion de pagos.
Y tales concursos, no solo se convierten procesalmente en funcionales alas maniobras de es-
tos empresarios, sino que ademas han realizado actos en tal sentido hasta que encaran una tardia
presentacién en concurso preventivo.
Se necesita una ley sobre la insolvencia que permita proteger efectivamente los intereses en
juego, impidiendo que el proceso concursal se convierta en una soluci6n para pocos deudoresy
en un favor para muchos inescrupulosos de ellos.
1. Derecho comparado
En el ambito europeo entre 2004 y 2005 se desarrollaron diversos informes de la Direccion
General de Empresas de la Union Europea que aconsejaban la implementaci6n de mecanismos
de alerta para la detecci6dn temprana de la crisis, siendo para ello primordial la disponibilidad
de informacion, también la disponibilidad de apoyo y de procedimiento de salvamento y rees-
tructuraci6n implementando un necesario tramite de rescate y finalmente el cambio de actitudes
sociales y el logro de nuevo comienzo sin el estigma del fracaso empresarial (GHEBARDT). Lo im-
portante es estructurar mecanismos de alerta anticipada (early warning mechanisms) previos ala
insolvencia, modificacién del sistema legal destinados al salvamento y la reestructuracién para
la supervivencia de la empresa, favorecer el nuevo comienzo del deudor (fresh start) asegurando
su liberacién (discharge) por las deudas pendientes no canceladas en el procedimiento y la eli-
minacion de las actitudes sociales y estigmas de la falencia (stigma of failure), dando una mirada
positiva al concurso o al preconcurso. La idea es aportar cursos para la formacién académica de
los empresarios, la utilizaci6n de profesionales de la mediacion dentro del sistema legal que se
cree, reconduciendo rapidamente la empresa util o desechando rapidamente las no viables, y por
ultimo reducir los efectos nocivos del proceso asegurando una exoneracion de deudas insolutas,
borrando la estigmatizacién del fracaso empresarial.
La legislacion francesa actual lleva la delantera en el tema buscando llegar anticipadamente y
logar descubrir el problema patrimonial y la crisis empresarial. Como nos advierte Dasso, a partir
del Rapport Sudreau se llega a la ley de 2006 que para evitar la insolvencia 0 para frenarla ni bien
es detectada se crean dos institutos la conciliation y la sauvegarde, y ademas se instaura una etapa
preliminar de informacidén o alerta para la detecci6n temprana de senales de alamar de la crisis.
La conciliacién es extrajudicial y en ella se procura, por intermedio de un conciliador nombrado
por el tribunal, que el deudor arribe a un acuerdo amistoso con sus principales acreedores para
superar las dificultades empresariales. En la conciliaci6n el conciliador elaborara un plan para el
cumplimiento del acuerdo que no requiere mayorias ni igualdades. Es fundamental la posibilidad
de dinero nuevo (fresh money) para evitar la insolvencia por lo que los acreedores que llegan a la
conciliacién obtienen el privilegio de conciliaci6n como estimulo preinsolvencia. Luego se prevé
la salvaguarda que es un procedimiento judicial preventivo que tramite antes de la existencia de
la insolvencia, pero ante dificultades insuperables. Aqui se aplica la concursalidady se suspenden
las ejecuciones contra el deudor. También se otorgan privilegios a los acreedores que transitan
exitosamente el procedimiento para asi evitar la insolvencia. El tramite se desarrolla a través de
un plan con consulta a los acreedores.
El fracaso de estos institutos preventivos llega a los clasicos redressement o saneamiento y a la
liquidacion con la crisis empresarial 0 el estado de cesaci6n de pagos ya instalado en el patrimonio
de la empresa. En ellos también se prevé, un supuesto preventivo, pero que no soluciona la crisis,
sino que preserva la empresa, como es la cesidn o transferencia forzosa de la empresa insolvente.
Esta ultima orientacion de salvataje también es seguida por la actualmente vigente ley italiana.
Y de la misma manera también nuestra ley siendo primera fuente de ello la ley estadounidense.
La ley italiana se ha centrado en el acuerdo por terceros, deslindando definitivamente la empresa
del empresario, la cual puede ser adquirida por un tercero que logre el acuerdo con los acreedores
(assuntore). Se focaliza en el estado de crisis y no en la insolvencia. La diferencia con el sistema
argentino es que el salvataje del art. 48, LCQ acttia en el concurso preventivo y el italiano en la
quiebra, por lo cual tiene prioridad temporal para lograr el acuerdo el tercero por sobre el deudor.
2. Preinsolvencia
La legislacion debe apuntar sobre ciertos paradigmas no solo considerando el problema des-
de lo procesal, sino también desde los intereses en juego y la manera en que se van a proteger
unos u otros.
ERREIUS 123
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Ello lleva ala deteccion temprana de la crisis y diagramar la idea de preinsolvencia como pre-
supuesto para que se comience a actuar no solamente procesalmente, desde el Ambito concursal,
sino también desde el Estado con politicas concretas para resguardar y recomponer el patrimonio
que se advierte entrado en crisis. Politicas de estadisticas y de financiacién. Las estadisticas para
que los acreedores conozcas la verdadera situacion y las posibilidades de recuperacién y la finan-
ciacién para que la empresa puede seguir desenvolviendo su actividad.
Es fundamental para el buen fin de los tramites de preinsolvencia el rol que jugaria la infor-
macion. La informacién sobre los mercados, diversidades financieras, evoluciones econédmicas
importan tanto ala empresa como a sus acreedores e influyen en el otorgamiento del crédito.
También debe excluirse del pensamiento de los acreedores, aquello de que frente a la crisis
y en la quiebra e incluso en el concurso preventivo actual, poco cobraran, sino que debe darse
vuelta la pagina y llegar a reconocimiento social que lo que se intente hacer en la preinsolvencia
favorecera a todos 0 cuanto menos que las pérdidas o las resignaciones de cada participante no
seran tan significativas. La recuperacion del crédito de la empresa, la favorece como deudora pero
también favorece a sus acreedores. Entonces también debe apuntarse al convencimiento del deu-
dor en realizacion a la viabilidad econémica de su empresa.
En lo procesal, tampoco el pensamiento debe quedar cerrado en los clasicos procesos con-
cursales, sino que deben estudiarse medios alternativos sea judiciales, administrativos, o incluso
de justicia privada, y no necesariamente unificados sino cada uno, considerando su mejor efec-
tividad a los distintos problemas que se presenta la empresa en dificultades 0 el patrimonio en
preinsolvencia.
Para ello, también son indispensables tener en cuenta los costes de transacci6n (GEBHARDT),
los que dificultan el mantenimiento de las empresas viables dentro del mercado o que las invia-
bles salgan de circulacién al mas bajo costo posible y en tiempo reducido.
El paradigma fundamental debe ser salvar la empresa, lo que fue el fundamento principal del
Rapport Sudreau en Francia, con la intencion de separarla de su titular, con la idea de las empre-
sas en dificultades. Pero la visidn no solo debe estar puesta en salvar la empresa y que la misma
siga funcionando, o por lo menos eso no debe ser buscado a toda costa, sino que también con
ello debe incluirse el mantenimiento de las fuentes de trabajo y la recuperaci6n maxima de los
créditos.
3. Proceso preconcursal
E! desafio actual sera dar un concepto doctrinario de la preinsolvencia, suficiente y necesa-
rio para anticipar la crisis patrimonial con el tiempo necesario, ni mucho antes en desmedro de
la empresa ni mucho después en detrimento de todos, Son importantes determinar los signos
que nos advertiran oportunamente la cuestidn, para poder predecir la crisis, lo que debe hacerse
de manera interdisciplinaria, haciéndose evaluaciones financieras (disponibilidades y créditos),
contables (balances y estados contables), econdmicas (inversiones y sustentabilidad), juridicas
(litigiosidad) y también personales (aptitud empresarial).
Logrado ello, es necesario también diagramar el proceso preconcursal ideal, para que tenga
la mejor salida en el ambito empresario y social. Esto hace que pueda hablarse también de un de-
recho preconcursal, el que estudiaria la preinsolvencia y los procesos preconcursales. Claro que
puede diagramarse con un sistema judicial o no, porque la desjudicializacién de la preinsolvencia
también es una variante valida que quizas disminuiria los costos de la superacion de la crisis y la
recuperacion de la empresa, sea con su mismo titular o con cambio de manos. Lo complejo de la
preinsolvencia nos llevara a diagramar diversos procesos ajustados a cada uno de los sujetos 0 pa-
trimonios involucrados, de esta manera deberan distinguirse las empresas, segtin su envergadura,
diferenciarse también por sus complejidades, las sociedades, de los empresarios individuales. Por
supuesto que tampoco pueden ignorarse las actividades particulares (agropecuaria, financiera,
seguros, etc.) como asi tampoco las personas humanas sin actividad econédmica (consumidor,
profesionales). Por ello habra procesos de diversa cuantia,
El Estado no puede estar ausente porque se esta ante un problema que atafie a toda la socie-
dad. Ademas de aportar elementos estadisticosy politicas de financiamiento empresario, también
corresponde al Estado favorecer el desarrollo de estos procesos por intermedio de la participacién
de funcionarios u organismos que permitan el buen resultado, no solo aportando entendidos en
la negociacion sino también con ayuda técnica para superar la crisis y que no llegue a convertirse
en el indeseado estado de insolvencia. También debe aportarse incentivos tanto para el empresa-
rio como para sus acreedores, para superar en conjunto la amenaza de insolvencia.
También no debe perderse de vista que las soluciones concursales o las preconcursales, ya sea
por insolvencia 0 preinsolvencia, deben ir acompafiadas con normas precisas de liberacién del
deudor de los saldos insolutos (el discharge del derecho anglosajén) para la efectiva recuperaci6n
de la empresa. Cabe reconocer que nuestra legislacién actual, tras la derogacion del art. 253 dela
ley 19.550 carece de una norma expresa en tal sentido, sin perjuicio claro de que la quiebra igual-
mente tiene efectos liberatorios, conclusion a la que se llega a partir de una interpretacion global
de la ley concursal por el juego del desapoderamiento y la inhabilitacién (arts. 104, 107, 136 y cc.,
LCQ).
Es claro que en nuestro medio los procesos concursales que datan de finales del siglo XIX,
con las leves modificaciones que ha tenido hasta la actualidad se encuentran fuera de época y se
necesita una rapida reestructuracion de la legislacién con una adecuaci6n de los procesos con-
cursales y la contemplacién de alternativas preconcusales. La categorizacidn de acreedores, la
previsién del salvataje y la actualizaci6n del acuerdo preventivo extrajudicial, incorporados por la
ley 24.522, han sido insuficientes.
ERREIUS 125
CAPITULO Ix
DEMANDA Y APERTURA
I, INTRODUCCION
Existe un criterio amplio de presentacién concursal siendo las excepciones reducidas algu-
nas pocas respecto de la posibilidad de presentarse en concurso preventivo y otras como sujetos
concursables en general. Originariamente desde 1902, en nuestro derecho concursal solo podian
solicitar convocatoria de acreedores los comerciantes matriculados y las sociedades constituidas
regularmente. Ello, hasta la reforma de la ley 19.551 en 1983 por la ley 22.917 que unific6 el siste-
ma subjetivo concursal para comerciantes y deudores civiles.
La norma del art. 5, LCQ prevista para el concurso preventivo es sobreabundante siendo sufi-
ciente el art. 2, LCQ, lo que si pudo preverse en esta oportunidad son aquellos sujetos que si bien
concursables, dicha concursabilidad es restringida y solo puede transitar la quiebra, pero no el
concurso preventivo (vgs. entidades financieras, aseguradoras). Es decir que el articulo debiera
convertirse en regla especial del presupuesto subjetivo del concurso preventivo deslindandose el
presupuesto sustancial subjetivo concursal general, reservado para el art. 2, LCQ. El art. 5, LCQ,
determina expresamente como pasibles del concurso preventivo las personas de existencia ideal
en liquidacion, pero en realidad son sujetos concursables plenos, porque no se extinguen en la
etapa liquidativa y conservan su personalidad a tales fines.
II. LEGITIMACION
La legitimacion activa para demandar el concurso preventivo de un sujeto en estado de cesa-
cidn de pagos es exclusiva del deudor in malis.
La demanda de la apertura de concurso preventivo es una facultad que tiene el deudor que se
encuentra en estado de cesacion de pagos, no existe obligacién alguna del sujeto que se encuen-
tra insolvente para presentar su convocatoria de acreedores. No existe la posibilidad de que el
concurso preventivo se abra a propuesta de algun acreedor o de los trabajadores o que sea abierto
de oficio. No puede obligarse al deudor a transitar su concurso preventivo contra su voluntad por-
que se desvirttia la finalidad del instituto cuyo pilar fundamental es la propuesta del deudor para
lograr un acuerdo con sus acreedores.
La ley determina requisitos que deben cumplir ciertos sujetos al presentarse en concurso pre-
ventivo, los cuales también se exigen, para la peticidn del deudor de su propia quiebra e incluso
para actuar en la quiebra ya decretada.
1. Personas juridicas
Cuando el sujeto insolvente sea una persona juridica la incoacién y continuacidn del proceso
de concurso preventivo debe ser realizada a través de 6rganos competentes para los fines pro-
puestos (art. 6, LCQ).
ERREIUS 127
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
2. Incapaces e inhabilitados
Como nada impide que se concurse a personas humanas incapaces o inhabilitadas, el art. 7,
LCQ, determina que la presentaci6n concursal debe ser hecha por el representante, siendo nece-
saria la ratificacion judicial, previa vista al Ministerio Publico (asesor de incapaces, doctr. art. 103,
CCC). En los concursos de incapaces debe ejercerse la representaci6n promiscua de estos, por el
ministerio pupilar -asesor de incapaces-, quien actuara en todas las etapas del procedimiento
(GEBHARDT).
ERREIUS 129
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Los incapaces de hecho o de ejercicio (art. 24, CCC), es decir, los por nacer, los menores de
edad, los declarados incapaces por sentencia judicial, necesariamente tienen una representacion
legal, ejercida, seguin el caso, por padre, tutor (para incapaces menores o por nacer) o curador
(este tiltimo caso para el incapaz mayor de edad).
Los inhabilitados no son incapaces, sino que asu respecto se producen los efectos del art. 48,
CCC, es decir, imposibilidad de disponer de sus bienes por si, no tienen representaci6n legal, sino
un apoyo o curador que los asiste y con cuya conformidad deben constituirse aquellos actos (art.
49, CCC). Por ello, es suficiente a los fines de la presentaci6n concursal que esta sea hecha por el
sujeto in malis inhabilitado conjuntamente con el sujeto que actiia como su apoyo o curador sin
necesidad de ratificacion judicial alguna (RIVERA), pues resulta suficiente la conjuncion de ambas
voluntades (persona inhabil y curador) sin necesidad de intervencién judicial.
La ratificacion judicial debe ser acreditada dentro de los treinta dias habiles y perentorios (art.
273, inc. 1 y 2, LCQ) de la presentacién concursal, importando su omisién el efecto del desisti-
miento del proceso y su cese inmediato.
Para MarFia, como en este caso se trata de una ratificaci6n de la demanda concursal, hasta
que esta no sea hecha por el juez que corresponda no debe abrirse el concurso. La situaci6n no
debe resolverse de esa manera, pues si bien hay efectos que se producen desde la presentaci6n,
hay otros que deben cumplirse solo luego de la apertura, y careceria de sentido impedir esta hasta
la presentacion de la ratificaci6n, cuando la ley no exige que la presentacion se haga con autori-
zacion judicial previa; si el legislador no hubiese querido abrir el concurso con la sola presenta-
cidn del representante legal se hubiera exigido aquella autorizacién. Igualmente, atento a que los
efectos son los mismos (art. 31, LCQ), resulta meramente literal y académica la diferencia entre la
decision de continuar el tramite del art. 6, LCQ, y la ratificacién de los arts. 7 y 8, LCQ.
La ratificaci6n debe ser solicitada ante el juez que corresponda cuando la presentacién sea
hecha por el padre; y cuando el representante legal sea tutor o curador el juez competente para
tomar dicha decisién sera el de la tutela 0 curatela. No seria necesaria tal ratificacion si el repre-
sentante legal hubiese obtenido autorizacion anterior, del juez competente, para presentar a su
pupilo en concurso preventivo.
La presentacién concursal del patrimonio del fallecido debe hacerse conforme el art. 8, LCQ,
es decir, a través de cualquiera de sus herederos, siendo necesaria la ratificacidn de los demas, en
el término de treinta dias habiles y perentorios (art. 273, ine. 1 y 2, LCQ). La falta de dicha ratifica-
cién produce el cese del procedimiento con los efectos de desistimiento (art. 31, LCQ).
La expresi6n “heredero” utilizada por la formula legal debe ser entendida ato sensu y com-
prender todos los supuestos de sucesor universal mortis causae. Es decir que el vocablo “herede-
ro” esta utilizado como sinénimo de sucesor, claro que inicamente como sucesor mortis causa O
por causa de la muerte. Deben incluirse, en cuanto a la legitimaci6én activa, tanto a los herederos
legitimos como a los testamentarios (herederos por imperio de la ley o por voluntad del causan-
te). Deben incluirse, al conyuge supérstite, ya sea heredero o participe en los gananciales y al le-
gatario de cuota. Muy dudosa nos parece la legitimacion del legatario de cosa cierta, pero debera
evaluarselo en el caso concreto.
Dificultosa es la forma de acreditar la calidad de heredero. Para algunos, el heredero que de-
manda debe acreditar tal caracter a través de la declaratoria de herederos o aprobacion del tes-
tamento y ante tal omisidn debe rechazarse el pedido (ROUILLON); sin embargo, tratandose de
herederos forzosos es suficiente justificar el deceso y el vinculo (MoORELLO). Igualmente, en este
ultimo caso, a fin de obtener la ratificacion, es necesaria la declaratoria de herederos 0 aprobacion
del testamento, lo que serfa de imposible obtencidén si no se encontraba ya iniciada la sucesidén al
momento de presentarse el concurso preventivo, siendo eminente el dictado de dicha resolucion,
pues necesariamente debe acreditarsela dentro de los treinta dias en que debe efectuarse la rati-
ficacion en el expediente concursal.
4. Representacién voluntaria
También la presentaci6n concursal puede hacerse, tanto se trate de personas humanas 0 juri-
dicas, a través del mandatario, es decir, por medio de una representacidn voluntaria.
El art. 9, LCQ, requiere que esta se lleve a cabo con facultades especiales al efecto, La norma
no impone que necesariamente el apoderado se presente con poder especial pero tampoco es
posible que lo haga a través de un poder general de administraci6n, como asi tampoco con uno
general para juicios, sino que cuando se trate de este tipo de poderes ad litem, debe tenerse es-
pecialmente la facultad de representar al mandante en concurso preventivo. Es necesario que el
mandatario sea sujeto habil para actuar en juicio a través de una representacion voluntaria, es
decir, debe tratarse de un abogado 0 procurador matriculado.
La presentacién concursal también puede ser hecha a través de un gestor judicial, utilizan-
do la franquicia del art. 48, CPCCN. Debe acreditarse la urgencia del caso, lo que debera ser in-
terpretado restrictivamente teniendo en cuenta los efectos propios del concurso preventivo y la
celeridad con que debe resolverse la insolvencia patrimonial. Dicha presentacidn se hace bajo
la responsabilidad del presentante, quien al momento de ratificar su actuacién debera presen-
tarse como apoderado con facultad especial o conjuntamente con el sujeto concursado. En caso
contrario se declararé nulo todo lo actuado por el gestor, quien pagara las costas y los eventuales
dafios y perjuicios, sin ninguin efecto respecto del deudor que no ratifica la actuacion. Alguna
parte de la doctrina entiende inconveniente otorgar esta posibilidad sosteniendo que se trata de
una decisién seria y grave con efectos patrimoniales muy graves para que sea admitida, pues la
franquicia del gestor judicial es excepcional y debe interpretarse en forma restrictiva, posicién
esta que contrasta con el principio in dubio pro concurso que tiende a facilitar la soluci6n concor-
dataria de la insolvencia.
El art. 10, LCQ dispone la prevalencia, en principio, del concurso preventivo por sobre los
pedidos de quiebra.
El fundamento de esta norma se encontraria en que, atento a que el estado de cesacion de
pagos no aparece de un momento a otro, sino que, por el contrario, hay un cierto periodo que se
ha denominado de “incubacidn” de la falencia, en el cual el sujeto advierte las dificultades por las
que atraviesa, tratando de sortearlas, quedando expuesto a acciones de acreedores, puede darse
la circunstancia de la coexistencia de peticiones de diversos procesos falenciales.
El concurso preventivo puede ser solicitado mientras no se haya declarado la quiebra. Debe
dejarse a salvo el caso de conversion de la quiebra en concurso preventivo y considerarse que el
deudor no se encuentra en el periodo de inhibicidn del art. 59, in fine, LCQ, que impide su con-
ERREIUS 131
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Recaudos
Necesariamente debe cumplirse formalmente con los requisitos exigidos por los Cédigos de
rito para cualquier demanda en cuanto sea compatible con el proceso incoado.
La ley concursal, en su art. 11, LCQ determina los requisitos que debe contener la demanda
de concurso preventivo, los cuales, si bien son llamados por el legislador “formales” -proemio del
art. 11, LCQ-, son en su mayoria sustanciales y unos pocos estrictamente formales. Véase ademas
que el titulo de la Seccion I, del CapituloI - “requisitos”-, del Titulo II -“concurso preventivo”-, es
“Requisitos sustanciales’ aunque legislador de 1995 se olvido de titular, la Secci6n II, que en la ley
19.551 se referia a “Requisitos formales” Una tremenda confusion en el legislador, pues quedaron
mezclados requisitos sustanciales con recaudos formales. La explicaci6n que ha dado al respecto
no nos satisface, porque es falaz y carente de justeza técnica. Son considerados sustanciales por-
que la ley no hace una formulacioén imprecisa, sino una selecci6én de exigencias absolutamente
necesarias para indagar durante el proceso concursal preventivo de la situaci6n patrimonial del
deudor en insolvencia, Se trata de exigencias de la petici6n que constituyen solemnidades que
deben observarse teniendo en cuenta que la solicitud tiene como objetivo la celebracién de un
acuerdo, que constituye un contrato ad solemnitatem.
Entiende ROUILLON que a través de Ja demanda el deudor deba convencer al juez de la serie-
dad objetiva de su solicitud ni del manejo correcto de su administraci6n personal, sin embargo, la
ley no impone ningun analisis de mérito que deba hacer el juez al momento de abrir el concurso
preventivo (art. 13, segundo parrafo, LCQ).
Cabe mencionar que la reforma de 1995 deroga del popurri de requisitos el polémico inc. 8
del art. 11, LCQ, que imponia acreditar el pago de las remuneraciones de los trabajadores en rela-
ciédn de dependencia y el cumplimiento de las leyes sociales, antes de la presentacién concursal.
Sin embargo, se habia entendido que este tema aun antes de la ley 24.522, habia sufrido en 1983
(ley 24.241, Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones) una modificacién importante pues
bastaba, a fin de cumplir con el inc. 8, manifestar que se acogeria a una moratoria de deudas
previsionales en la etapa procesal oportuna. La ley 26.684 reinstala un inc. 8 referido a los traba-
jadores, pero se refiere Unicamente a cuestiones informativas, que podian considerarse incluidas
en el inc. 5.
No es necesario, para abrir un concurso preventivo, que el deudor deba acreditar la existencia
de activo o la posibilidad real y cierta de obtener beneficios econémicos que respondan al pasivo
declarado. En la etapa de apertura el juez no puede -ni debe- conocer la viabilidad del remedio
conservatorio elegido. Si atin la sociedad en liquidaci6n puede ser presentada en concurso pre-
ventivo, es obvio que ninguna exigencia de actividad actual puede ser puesta al deudor que pre-
tende concursarse preventivamente (RIVERA).
ERREIUS 133
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
nio del concursable (vgr., libros de IVA y facturaci6n), conformandose su opinién fundada, a la
cual solo podra llegar a través de una auditoria previa. El contador debe atenerse a las normas
sobre auditoria y valuaci6n contenidas por las Resoluciones Técnicas 7 (Normas de Auditoria)
y 17 (Normas Contables Profesionales) de la Federacién Argentina de Profesionales en Ciencias
Econoémicas.
Se ha criticado la exigencia de los dictamenes contables por su escasa utilidad practica y el en-
carecimiento del proceso, y ademas, porque el control sobre la veracidad de las denuncias hechas
por el deudor, corroboradas con la documentacién que acompane, sera analizado por la sindi-
catura en la oportunidad de presentar los informes individuales en cuanto al pasivo y el informe
general en cuanto al activo (IGLEsIAs). Ello es real, y la existencia del dictamen nada cambia ni
define dentro del proceso, ya que necesariamente dicho activo y pasivo quedaran plasmados en
la etapa procesal oportuna, sin influir en forma alguna lo que se haya expresado en la oportunidad
de la presentacién, aunque sea totalmente veraz el dictamen acompanado, pues no es vinculante
en forma alguna ni para el juez ni para el sindico, quienes pueden apartarse de él.
1.1.4, Balances
La presentacion de los balances proporciona una informacién indispensable para conocer la
evolucion y el estado empresarial del sujeto concursado. El balance es la exposicidn de los ele-
mentos econdémicos de un sujeto a una fecha determinada. La ley exige una informacidén indis-
pensable para conocer la evolucion y el estado empresarial del sujeto concursado. La exigencia
la hace el inc. 4.
E] requerimiento de la presentaci6n de los balances de los ultimos tres ejercicios solo es des-
tinado a las personas juridicas o quienes realizan actividad economica organizada y en general
quien lleve contabilidad. Queda eximido de ello el sujeto que no llegue a los tres afios de activi-
dad, quien solo debera presentar los balances de los ejercicios transcurridos. Solo pueden acom-
panarse los balances exigidos por la ley sino aquellos realizados voluntariamente por el deudor,
siempre que se cumpla con la certificaci6n contable que exige este tipo de actuacién (C. Civ. y
Com. Quilmes, sala I, LLBA 1996-531).
Por supuesto que dichos balances deben cumplir con los requisitos administrativos de rubri-
cacién y autorizacion (art. 323, CCC) y los legales de conformacién (arts. 321, 323 a 327, CCC),
e incluso los internos de aprobacion cuando se trate de una sociedad, donde debe presentarse
el informe del 6rgano fiscalizados. En el caso del control societario debe presentarse el balance
consolidado (art. 62, LGS).
También el balance debe acompanarse con los estados de resultados y las memorias corres-
pondientes (art. 326 CCC). Los estados contables son Ja presentacion estructurada de informa-
cién contable histérica.
ERREIUS 135
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Al tratarse de un dictamen debe estar perfectamente fundado por el profesional y llevado a cabo
conforme las normas de auditoria contable, aunque se ha entendido suficiente acompanar una
certificaci6én contable, pues se trata de situaciones de hecho o comprobaciones especiales, a tra-
vés de la constatacion en los registros contables y en otra documentacién de respaldo, sin emitir-
se juicio técnico. Aunque nada impide que actuen diferentes profesionales, el contador publico
al realizar la auditoria necesaria para presentar el dictamen que se exige en el inc. 3 del art. 11,
LCQ, respecto del estado del activo y del pasivo, perfectamente, auditado ello, puede dictaminar
puntual y fundadamente sobre los acreedores existentes y la inexistencia de otros. Sin embargo,
la ley, en el inc. 5 del art. 11, LCQ, si bien hace referencia a un dictamen, luego lo supedita a la co-
rrespondencia de la denuncia que haga el deudor y la documentacion existente, y la inexistencia
de otros acreedores en sus registros, lo que perfectamente importaria una certificacion contable.
También debe agregarse un detalle de todos los juicios y procedimientos administrativos que
se encuentren en tramite con precisa indicacion de su radicacién. Solo es necesario que se cum-
pla respecto de los procesos de caracter patrimonial, ya que resulta informacion importante a los
fines de hacer efectivo el fuero de atraccién y de que pueda el juez tomar las medidas que crea
convenientes a sus efectos. Pareceria conveniente que se denuncien los juicios, ya sea el con-
cursado actor o demandado, pues asi se conoce tanto el activo como el pasivo. Se ha entendido
también que deben denunciarse todos los procesos en los que intervenga el concursado, sea de
cardcter patrimonial o no, a los fines de que pueda conocerse la litigiosidad del deudor. Postura a
la cual no se le encuentra utilidad practica alguna.
1.2.1. Copias
En el pentltimo parrafo del art. 11, LCQ, se exige que la demanda y la documentacién que
formara el expediente principal sean acompafiadas con dos copias firmadas, con las cuales se
crearan el legajo de copias previsto por el art. 279, LCQ, y el legajo que se le entregara al sindico
luego de la aceptacién de su cargo.
En caso de que se incumpla este requisito formal, se sostuvo que no importa ello el rechazo
de la demanda, sino que debe procederse conforme el art. 120, CPCCN, es decir, aguardar que se
subsane la omision al dia siguiente, sin necesidad de intimacion previa (MORELLO), sin embargo
no se trata de copias para traslado, sino de instrumentos necesarios para formar los correspon-
dientes legajos de copias, indispensables y coetaneos a la apertura concursal, amén de que el art.
13, LCQ, ante su incumplimiento impone el rechazo de la demanda.
El recaudo a partir de la pujante avanzada de los expedientes electrénicos en todas las juris-
dicciones va perdiendo actualidad y deviene innecesario,
ERREIUS 137
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Los requisitos que debe contener la demanda de concurso preventivo tienen fines meramente
informativos, sin necesidad de que las alegaciones realizadas por el presentante sean realmente
acreditadas en dicha petici6n, pues basta para abrir el proceso la confesién del deudor de encon-
trarse en estado de cesacién de pagos y por ello concurrir el presupuesto objeto para que pueda
abrirse el proceso. Ademas, la veracidad de los dichos del deudor o de la realidad de alguna de la
instrumental que acompanie -la cual incluso puede estar copiada- recién se conocera luego de la
verificacién de crédito, y la gran mayoria luego de la presentacién del informe general por parte
del sindico. Sin embargo, la ley procura con estos requisitos algun atisbo informativo que permite
conocer, aunque con rasgos de verosimilitud, la situacion patrimonial del demandante del con-
curso y facilitar la investigacidn que se haga posteriormente.
Se trata de muchas exigencias, con una grave sancidn por su incumplimiento, cual es el recha-
zo in limine de la demanda.
Los requisitos legalmente exigidos son taxativos por lo que el juez concursal no puede am-
pliarlos ni modificarlos o dispensarlos, sin embargo, que algunas previsiones legales son supertf-
luas por lo que podrian obviarse y abrirse igualmente el concurso preventivo, lo que solo podria
ERREIUS 139
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
hacerse de lege ferenda dandole mas precisi6n practico y utilitarista al art. 11, LCQ. Sin embargo,
para CAMARA el juez podria, como director del proceso, dictar medidas de impulso e investiga-
cion, aunque ello no parece posible ante lo tajante del ultimo parrafo del art. 11, LCQ, en cuanto
al plazo para cumplir con dichas exigencias y la segunda parte del art. 13, LCQ, referido al rechazo
de la peticién, y ello en resguardo del derecho de defensa (art. 18, CN) y de la seguridad juridica
(art. 28, CN).
Generalmente, la inexistencia de alguno de los requisitos exigidos por el art. 11, LCQ, acriterio
judicial, puede que no incida sobre el conocimiento del juez, respecto de los presupuestos con-
cursales y del estado de pasivo-activo o patrimonial del deudor, por lo que ante tal circunstancia
el juez podria abrir el concurso y exigir al deudor cumplimentar o completar los requisitos omiti-
dos 0 incompletos segun el caso, ello en procura de la solucion preventiva de la crisis patrimonial
que lo afecta, cuando sea imperiosa, por la urgencia existente, la presentacién concursal defec-
tuosa realizada. Aun asi, la misma solucién deberia primar cuando el recurrente fundadamente
solicitase el plazo de gracia para cumplimentar con las omisiones, es decir, abrir el concurso y
cumplir con los requisitos en el plazo improrrogable que se fije, bajo apercibimiento de tener por
desistido el concurso. Téngase en cuenta que si la presentaci6n es manifiestamente deficiente e
incompleta debera rechazarse. Deberd primar el principio in dubio pro concurso.
1. Plazo
Respecto de la resolucidn que decide sobre la presentacion concursal, el art. 13, LCQ, en su
primer parrafo, dispone que debe dictarse en el termino de cinco dias contados desde la fecha de
incoacion de la demanda o desde el plazo improrrogable fijado por el juez para cumplir con los
requisitos faltantes, ante el pedido fundado del recurrente.
El! plazo fue considerado exiguo, aunque, por el contrario, seria suficiente la fijacién de un tér-
mino de tres dias, pues la resolucién que deba dictar el juez se hace solo con un previo examen de
admisibilidad de la demanda, lo que no exigiria un mayor tiempo para el magistrado. En la prac-
tica, juzgados diligentes dictan la sentencia en un término no mayor a las veinticuatro o cuarenta
y ocho horas, ello, siempre y cuando el expediente quede radicado en el juzgado el mismo dia en
que se presenta en la oficina receptora de expedientes.
Elart. 13, LCQ, segundo parrafo, dispone el severo rechazo de la demanda. El rechazo de la de-
manda de concurso preventivo tiene su pilar en cuatro supuestos taxativos (mumerus clausus), de
los cuales tres resultan totalmente razonables: inexistencia del presupuesto sustancial subjetivo,
sujeto peticionante inhibido por el art. 59, e incompetencia; pero la falta de cumplimiento de los
requisitos del art. 11, LCQ, como fundamento del rechazo, nos produce los reparos ya expresados.
Pero mas alla de las causales de rechazo contenidas en el art. 13, LCQ, deben considerarse
aquellos defectos de personeria en la presentacién, como cualquier otro defecto formal determi-
nado por las leyes locales respecto de las demandas en general, !os que seran subsanados confor-
me lo determinan aquellas leyes, no importando el rechazo del pedido.
La incompetencia no importa, strictu sensu, un rechazo de la demanda. Como se trata de un
presupuesto procesal, se impone el rechazo de la demanda, pero no deberian producirse los efec-
tos del rechazo, sino que deberia remitirse al juez competente, si el mismo se encuentra en la
misma jurisdiccion, caso contrario, el rechazo desencadena el archivo de las actuaciones. En caso
de que se envie el expediente, al recibirlo, el juez competente examinarda la concurrencia de los
demas requisitos de admisibilidad de la demanda; mientras tanto, continuara la prevalencia con-
cursal preventiva salvo que se revele una manifiesta mala fe del peticionante.
La resolucién del juez se dicta con un examen de admisibilidad previo y no se evalua la pro-
cedencia (IGLESIAS), lo que importa, en su caso, un rechazo in limine sin ningun tramite previo
ni sustanciacion. La evaluacién de las causales por parte del juez debe ser necesariamente con
caracter restrictivo, la duda impedira el rechazo atento el principio in dubio pro concurso.
La resolucion que rechaza la apertura del concurso preventivo se notifica ministerio legis y es
apelable por el deudor, recurso que se concede con efecto suspensivo. Este efecto presupone que
hasta que no se resuelva la cuestion en la alzada no podra proseguirse con los pedidos de quiebra
pendientes, ni dar curso a los nuevos que se inicien (doctr. art. 10, LCQ).
Con la ley italiana de 1903, que incorpora el concurso preventivo en dichas latitudes, se discu-
tid sobre si rechazada la peticion se debia declarar la quiebra o no. Para BOLAFFIO no se incorpora
la declaracién de quiebra oficiosa, porque puede haber inexistencia de presupuestos concursales
que produjeron el rechazo del concurso preventivo, lo que importa la improcedencia también de
la quiebra. Dicha postura cede legislativamente en 1942, pues la Legge Fallimentare, dispone que,
rechazada la demanda de concurso preventivo, debe declararse la quiebra de oficio por senten-
cia separada a la que declara aquella inadmisién. En nuestra ley, el rechazo de la presentacién
concursal no importa la declaracién de quiebra del deudor, por lo que sera admisible una nueva
proponibilidad de la presentaci6n, si se concluye con el proceso anterior -cumpliendo con los
requisitos previsionales, profesionales y fiscales del concurso rechazado- , pero entra en juego el
art. 31, ultimo parrafo, LCQ, que impide el efecto de la prevalencia concursal preventiva del art.
10, LCQ, por el término de un ano, es decir que no se admitira la nueva presentacién en concurso
preventivo si existen pedidos de quiebra pendientes.
ERREIUS 141
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
concursales, por lo que, a falta de ello, debera el juez arbitrar las medidas necesarias para que este
sea exteriorizado en el expediente.
La mencidn de los socios con responsabilidad ilimitada no importa el concursamiento de
ellos, sino que tendra virtualidad en la eventual extensi6n de quiebra que pueda decretarse (art.
160, LCQ); también se ven afectados por el desapoderamiento atenuado (arts. 16, 17 y 18, LCQ) y
por la comunicacién para salir del pafs (art. 25, LCQ). Unicamente al momento de la apertura del
concurso preventivo el juez podra conocer a los socios con responsabilidad ilimitada que surgen
segun el tipo social, conforme conste en el contrato social o sus modificaciones.
El juez al abrir el concurso debe ordenar, la publicacién de edictos a fin de dar a conocer la
sentencia y para que esta tenga efectos erga omnes, pues crea una presuncion iure ef de iure de
que el concurso es conocido por todos los interesados (inc. 4). Si bien la sentencia de apertura
determina la orden de publicidad edictal, esta no podra practicarse hasta tanto acepte el cargo el
sindico, pues en aquella publicacién debera expresarse su nombre y domicilio.
Deben designarse expresamente los diarios en los cuales se practicara la diligencia, ordenan-
dose -reza el inciso- las rogatorias necesarias cuando tuviese que cumplirse en otra jurisdiccion.
Estando esta publicacién de edictos a cargo del concursado, su incumplimiento en tiempo
y forma implica el desistimiento del concurso (art. 30, LCQ). Silos edictos no estuvieren confec-
cionados o no hubiesen sido suscriptos por el secretario actuante, la concursada debera dejar
constancia de su presencia en el correspondiente libro de asistencia o de manera digital a través
de una presentacion electrénica.
En la apertura el juez determina un plazo no mayor a tres dias habiles para presentar los libros
denunciados y puestos a disposicion del juzgado por parte del deudor en la demanda concursal
(inc. 5). La previsién viene relacionada con el recaudo del art. 11, inc. 6, LCQ por el cual en de-
manda el deudor debio denunciar y solamente enumerar los libros que llevase.
Presentados los libros al tribunal 0 en el lugar donde haya dispuesto el juez, el secretario debe
intervenirlos, cerrando los claros y colocando nota datada al final del ultimo asiento. Ello, para
que no sean modificados los libros luego del concurso y tengan informacién fehaciente precon-
cursal, Practicada la diligencia son devueltos al concursado porque contintia con su giro negocial.
En el caso de que se lleve la contabilidad en soporte magnético, autorizados por las autoridades
administrativas, a través de un software especifico, parece l6gico que se exija la presentaci6n de
una copia, a fin de ser resguardada en caja de seguridad, pero debera proveerse al juzgado del
software o programa a fin de ser instalado en el sistema informatico judicial y asi poder el actuario
labrar un acta respecto del ultimo asiento registrado.
La falta de presentacién de los libros impone el desistimiento del concurso (art. 30, LCQ).
ERREIUS 143
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
miento de las garantias dadas para su cumplimientoy decretar el cese de la inhibicion general de
bienes.
La ley 26.684 deroga el inservible recaudo exigido por la reforma de 2006 en el apartado c) del
inc. 11, por el cual se le exigia al sindico que se pronuncie sobre la situacién futura de los traba-
jadores en relacién de dependencia ante la suspension del convenio colectivo. Tal derogacién se
correlaciona con la que se hace de la segunda parte del art. 20, LCQ que se referia ala suspensién
de los convenios colectivos de trabajo y la negociacién del convenio de crisis.
En cambio, en el art. 11, inc. 11, LCQ, laley 26.086 impone al juez correr una vista por diez dias
al sindico, contados desde la aceptacién del cargo, a fin de que presente un informe respecto del
pasivo laboral denunciado por el concursado -apartado a)- y un dictamen, previa auditoria con-
table, sobre la existencia de otro pasivo laboral que pueda ser objeto de pronto pago —apartado
b)-.
Dicha informacion deberia serle exigida al concursado bajo apercibimiento del fracaso de su
concurso preventivo si luego, en el tramite de este, se advierte que no fue veraz o exigirsele que
necesariamente sea corroborada con la prueba documental correspondiente a las aseveraciones
que haga en su demanda al respecto, Se trata de un supuesto de exhibicion de libros prevista por
el art. 331, CCC, por el cual se habilita, junto con los arts, 15 y 17, LCQ, al sindico a revisar la docu-
mentacion del deudor. Tal informacion sera relevante para el otorgamiento del pronto pago labo-
ral, pero es imposible que el sindico en diez dias pueda realizar la auditoria que pretende la ley.
Por ello, generalmente, cuando se trate de un concurso grande y deba acompajiiarse con la
demanda el dictamen exigido por el inc. 3 del art. 11, LCQ, y el dictamen o certificacién del inc.
5 del mismo artfculo, dicha informacién dada bajo la responsabilidad del contador del concur-
sado deberia coincidir con lo requerido informar por el sindico. Por lo que pareciera, a primera
vista, que tales recaudos solo tendrian importancia en los pequenos concursos, lo que se veria
con buen tino para las pequenas y medianas empresas. Segiin el texto legal el informe debe pre-
sentarse a través de una auditoria previa, aunque la labor se ve enormemente dificultada por lo
exiguo del plazo legal para la presentacién del informe, por lo que igualmente cumplira el funcio-
nario haciendo una certificaci6n contable, compulsando libros y recibos de sueldo, declaraciones
juradas al sistema de seguridad social, legajos del personal, némina de acreedores denunciadosy
la contabilidad en caso de que se lleve. Aunque se trate de una certificacién contable, el informe
necesariamente debe estar fundado.
ERREIUS 145
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Estos informes mensuales, que deberan ser fundados, se traducen en verdaderos dictamenes
que deberan realizarse a través de auditorias previas, siempre dentro de las posibilidades mate-
riales (Cam. Civ. Com. Sala I, DSC, 237-8-800). Es un verdadero anilisis del cash flow empresarial,
por lo que debera informarse especificamente sobre la variaci6n en la suma de los componentes
patrimoniales como el efectivo y sus equivalentes, para lo cual el sindico necesitara que la concur-
sada le presente un estado de origen y aplicacién de fondos. Igualmente, el sindico podra contro-
lar la informaci6n suministrada e incluso informase sobre la veracidad de la misma.
La reforma de 2011 hace renacer, luego de la derogacion efectuada por la ley 26.086, el antiguo
comité de acreedores que quedaba constituido en la apertura del concurso preventivo bajo la de-
nominacion comité de control, en el cual ahora participaran representantes de los trabajadores.
Concretamente dicho comité quedara conformado por tres de los acreedores quirografarios de
mayor monto y un representante de los trabajadores (inc. 13).
La ley 26.684 no ha previsto la forma en que sera designado el representante de los trabaja-
dores para que el momento de dictarse la sentencia pueda quedar constituido el comité. Con la
impronta proteccionista de los trabajadores con que se concibio la ley 26.684 el control que anti-
guamente hacian los acreedores, lo hacen también, de la misma manera que antes, los acreedores
laborales sigan siendo o no empleados de la concursada, pero ahora se les suma los trabajadores
no acreedores, Fl virtual fracaso del comité de acreedores pareceria que nos deja avizorar lo mis-
mo para este comité de control, salvo que exista especial interés de los trabajadores en constituir-
se en cooperativa para participar del salvataje o de la eventual continuacion de la explotacion de
la empresa en la quiebra para adquirir la empresa.
PUBLICIDAD Y DESISTIMIENTO
I, INTRODUCCION
El régimen establece reglas sobre notificaciones para todos los procesos concursales en gene-
ral, y para el concurso preventivo en especial. La ley determina un sistema propio de notificaci6n
de las resoluciones dictadas dentro de dicho proceso universal.
El principio es que todas las resoluciones son notificadas “por nota o tacitamente” (art. 273,
inc. 5, parte 2, LCQ), salvo la citacion a las partes (art. 273, inc. 5, parte 1, LCQ) y el traslado de la
demanda incidental (art. 281, parrafo 3, LCQ) que son notificadas por cédula. Y debido a que al
inicio del proceso concursal se desconoce a ciencia cierta quienes son los acreedores concursales
y los terceros a los cuales puede afectar el concurso, todos ellos son convocados a hacer valer sus
derechos por edictos dirigidos ad incertam personam (arts. 14, inc. 4, 27 y 28 para el concurso
preventivo, art. 74, LCQ para el acuerdo preventivo extrajudicial, y art. 89 para la quiebra, LCQ).
También se notifica por edictos la presentaci6n del informe final (art. 218, ap. 3, parte 1, LCQ); ello
asi por estrictas razones de economia y celeridad procesal, dado que si son pocos acreedores se
notifica por cédula porque es mas barato y rapido que hacerlo por edictos (art. 219, LCQ).
Si bien histéricamente se buscé obtener una publicidad extensa, seria y tranquilizadora para
advertir a acreedores y terceros de la existencia del juicio concursal, sedujeron los sistemas sim-
ples de publicidad automaticay edictal (BOLAFFIO).
La ley concursal ocupa el art. 26, LCQ, para determinar la forma en que se notificaran al con-
cursado las resoluciones dictadas en el proceso preventivo, Se prescribe que el concursado o sus
representantes, segtin el caso, quedan obligados a concurrir a Secretaria los dias de notificacio-
nes, es decir, los dias martes y viernes 0 el siguiente dia habil si ellos fuesen inhabiles, ya que todas
las resoluciones les seran notificadas ministerio legis.
La regla de la notificaci6n ministerio legis rige desde la presentacién de la demanda de con-
curso preventivo, por lo que la principal consecuencia es que el rechazo de la demanda de con-
curso preventivo queda notificado al concursado “por nota’ sentencia interlocutoria que en los
regimenes procesales locales se notificaria por cédula.
ERREIUS 147
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
También debe aplicarse el sistema de notificacion tacita que disponen los Cédigos de rito (art.
278, LCQ, y art. 134, CPCCN), ya sea por retiro de expediente o copias, presentacion de escritos,
etc,
2. Publicacion de edictos
Los arts. 27 y 28, LCQ, prescriben la forma en que se hara conocer la apertura del concurso
preventivo a los terceros -principalmente acreedores- a través de la publicacién de edictos, como
sistema necesario de publicidad de los procesos universales.
La publicacion que esta a cargo del concursado -lo que incluye confeccién del edicto para ser
presentado a la firma- debe ser hecha dentro de los cinco dias de notificada “por nota” la acepta-
cidn del cargo por el sindico -aunque la ley dice desde la notificacion de la apertura-.
La norma establece que la publicacién debe ser realizada dentro de los cinco dias de haberse
notificado la “resolucion” de apertura del concurso preventivo (art.27, in fine, LCQ), pero la carga
asi impuesta es de cumplimiento imposible, por lo que debe contarse el plazo desde la notifica-
cion por nota de la aceptacién del cargo del sindico, porque los edictos deben contener la identi-
dad y el domicilio del sindico.
La publicacién ordinaria debe hacerse en el diario oficial y en un diario de amplia circulacién
del lugar del domicilio del deudor, Existen distintos puntos de conexion entre estas publicaciones;
aquella que se realice en el Boletin Oficial debe hacerse en el correspondiente a la jurisdiccién del
juzgado y en cuanto a la publicacién privada debe hacerse en el diario correspondiente al domi-
cilio del deudor. Asi, puede darse el caso, cuando se trate de una persona humana, que, teniendo
su domicilio en un lugar y la sede de sus negocios en otro, la publicacién se haga en diferentes
jurisdicciones. Aunque en realidad no se produce efectivamente tal efecto, porque la publicacion
en una u otra jurisdiccién se hard conforme el art. 27, LCQ, o como lo determina el art. 28 de la
ley; lo que si puede ocurrir es que publicados los edictos en el Boletin Oficial de la jurisdiccién
que corresponda, la publicacién del diario privado no sea en el lugar asiento del juzgado sino en
el lugar del domicilio del deudor, por lo que no se tendra publicidad privada en el lugar de tramite
del expediente concursal.
Los edictos no deben transcribir la sentencia de apertura, sino que debe informarse en ellos
ciertos puntos fundamentales que deben conocer los acreedores y son necesarios para dar a co-
nocer la existencia del concurso preventivo erga omnes. Deben contener necesariamente la iden-
tificacién del deudory los socios ilimitadamente responsables, la individualizacién del juicio y su
radicacién; datos indispensables para el conocimiento del concurso preventivo. También en los
edictos deben hacerse constar el nombre y domicilio del sindico, la fecha hasta la cual los acree-
dores pueden presentar sus pedidos de verificacion y el lugar donde deben hacerlo.
La publicacioén de edictos importa la convocatoria a los acreedores a presentarse a verificar
por lo que es necesario que se haga mencion de la fecha de vencimiento para tal menester. Por lo
que, aunque la ley no lo prescriba, no solo debe publicarse la fecha de la apertura del concurso
preventivo sino necesariamente la fecha de la presentaci6n concursal para que los acreedores
conozcan, a los fines verificatorios, si sus créditos son anteriores a ella.
La publicacion se hace por cinco dias, sin necesidad de que estos sean habiles judiciales, pues
no se trata de un acto procesal, sino que la publicacion se realiza extra proceso, por lo que pueden
ser publicados en dias feriados, no laborables e incluso en las ferias judiciales.
También se determina, en el art. 28, LCQ que cuando el deudor concursado tenga estableci-
mientos en otras jurisdicciones deberan publicarse en ella los edictos de la misma forma que en
los diarios locales (Boletin Oficial y diario de amplia circulacién).
No es necesaria la publicacién edictal fuera del pafs cuando se trata del concurso de un deu-
dor domiciliado en el extranjero, pues es suficiente que ella se haga en el lugar de la administra-
cidn en el pais, y, a falta de este, en el lugar del establecimiento, explotaci6n 0 actividad principal,
segtin el caso. Aunque el juez podra ordenar dicha publicidad adicional si lo cree conveniente
(doctr. art. 205, inc. 4, in fine, LCQ).
La expresion “otra jurisdiccidn judicial” es ambigua, puesto que puede hacer referencia a otro
Estado, pero también a otra circunscripcién judicial dentro de la misma Provincia. En realidad,
cuando la ley habla de publicaciones en otra jurisdiccién debe incluirse ambos casos. Cuando
queda fuera de la competencia del juez del concurso, pero dentro de la misma jurisdiccién donde
tramita el concurso, se tratara del mismo diario de publicaciones legales, pero incluso podria ser
el mismo diario de amplia circulacion. Por supuesto, que devendria innecesaria una doble publi-
cacién (ROUILLON). En cambio, cuando la publicacién deba hacerse en otra jurisdiccidn territo-
rial debera exhortar al juez competente para que ordene la publicacién, la que seguira siendo a
cargo del concursado, en el Boletin Oficial y en el diario que corresponda.
En este caso que el término “establecimiento” debe ser interpretado en sentido /ato, abarcati-
vo también de cualquier otra administracion que tenga el concursado, pues la publicacion debe
ser lo mas extensa posible a fin de asegurar el mayor conocimiento del concurso.
Dicha publicacién se hard en el plazo que determine el juez, el cual no puede superar los
veinte dias habiles desde la notificaci6n, nuevamente, no del auto de apertura del concurso pre-
ventivo, si no de la aceptacion del cargo del sindico.
ERREIUS 149
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La ley concursal impone cargas al deudor que, en caso de incumplimiento, acarrearia una
injustificada extension del proceso, por lo que la ley le impone como sanci6én el desistimiento
del concurso preventivo e impone la frustracion de este sin que ello importe la quiebra indirecta.
También se lo conoce como desistimiento impuesto, forzoso, legal o tacito. Expresamente, el art.
30, LCQ impone este efecto para los casos en que el deudor no acompaiie los libros exigidos por
el juez (inc. 5, art. 11, LCQ), no deposite las sumas necesarias para hacer frente a los gastos de
correspondencia (inc. 8, art. 11, LCQ) 0 cuando no publique los edictos en término (arts. 27 y 28,
primer parrafo, LCQ).
Respecto de la publicacién de edictos, actualmente se produce la sancion del desistimiento
cuando el concursado no publicase los edictos dentro de los cinco dfas de notificada “por nota”
la aceptacion del cargo del sindico o en el plazo fijado cuando se trate de publicaciones en extra-
fa jurisdiccién, justificando tal circunstancia con los correspondientes recibos. Con la ley 19.551
también se producia el mismo efecto cuando el concursado no acompanaba los ejemplares que
justifiquen la efectiva publicacién dentro del quinto dia de su primera aparicién, lo que no fue
receptado por la ley 24.522.
En cuanto al incumplimiento de acompanar los libros de comercio, la jurisprudencia ha sido
vacilante, por ejemplo, se ha considerado judicialmente que corresponde declarar desistido el
concurso preventivo si el peticionante acompaiio los libros de comercio holgadamente vencido el
plazo establecido en el art. 30, LCQ (CNCom., sala A, LL, 2001-B-870.), pero en sentido contrario
se resolvid que no cabe excusar dicha falta, aun vencido el término en un breve lapso, a menos que
el mismo concursado demuestre la razon por la cual no se hizo la oportuna presentaci6on, siendo
insuficiente alegar la pérdida 0 el extravio de los libros (CCC Marcos Juarez LLC 2005-9-939).
Si el incumplimiento es del depdsito de los fondos para hacer frente a los gastos de corres-
pondencia, por un lado, claramente la jurisprudencia resolvi6 que el plazo fijado para el depdsito
hard afrontar esos gastos es improrrogable y perentorio quedando a cargo del concursado, siendo
su sancién por incumplimiento el desistimiento del proceso (CNCom., Sala A, JA, t. 1996-IV-54),
pero por otro se sostuvo que no procede tener por desistido un concurso preventivo por no ha-
ber depositado el concursado judicialmente los gastos de correspondencia, si ello no causo una
demora en el tramite (CNCom., sala E, 12/5/93, “Solari”) y se ha dicho que no procede el desisti-
miento, si notificado ministerio legis del aludido rechazo, efectuo el deposito dentro del tercer dia
y no existen pedidos de quiebra en tramite (Cam. Civ. Com. de Mar del Plata, 28/11/2000).
La resolucién que tiene por desistido el proceso en forma de sancion puede ser dictada por el
juez ex officio o a peticion del sindico, sin necesidad de apercibimiento expreso ni de intimacion
previa. Atento a que dicha resolucidn tiene los mismos efectos que el rechazo de la demanda
(doctr. art. 13, LCQ), esta resulta apelable solo por el deudor, quien resulta el verdadero interesa-
do. Esta es la posicidn correcta, por no resultar aplicable la inapelabilidad del inc. 3 del art. 273,
LCQ, pues queda sin fundamento dicha norma, pues con la apelabilidad de la resoluci6n que
impone el desistimiento no se afecta la celeridad del concurso ya que este culmina.
2. Desistimiento voluntario
En elart. 31, primera parte, LCQ se admite que pueda producirse el desistimiento voluntario o
expreso del concurso preventivo cuando se cumplan diferentes circunstancias segtin la etapa pro-
cesal en que se encuentre el concurso. YADAROLA enfadticamente fue partidario de no admitir en
ningun caso el desistimiento voluntario, sustentando su tesis en que en el concurso se encuentran
involucrados intereses ajenos al deudor, los de los acreedores, y ajenos a estos, el interés puiblico,
agregando ademas que la presentaci6n en concurso preventivo no es un acto puramente volun-
tario sino que viene impuesta por la ley en resguardo de aquellos intereses comprometidos por el
estado de cesacion de pagos que afecta el patrimonio del deudor.
En nuestro sistema concursal, antes de la primera publicacion de edictos, el deudor puede
con su sola voluntad, exteriorizada en el expediente, desistir del proceso concursal preventivo. Se
trata de un desistimiento ad nutum (ROUILLON), que no requieren explicaciones adicionales, ni
acreditar que la insolvencia ha desaparecido, ni justificar conformidad alguna de sus acreedores.
Luego de publicados los edictos, el deudor puede desistir del concurso preventivo, pero para
ello necesita concurrencia de voluntades con algunos de los acreedores. Se trata de un desisti-
miento consensuado entre el deudor y sus acreedores. Es la indudable consecuencia que produce
la transmutacion del proceso, de voluntario a contencioso, al trabarse la litis concursal, por lo que
el desistimiento deja de ser natural. Al respecto, CASTILLO exponia que puede suponerse que el
deudor hizo un arreglo con algunos acreedores enterados de la convocatoria y como no esta en
el orden normal de las cosas que estos manifiesten liberalidad para salvar al deudor si no qui-
sieren hacerlo antes de su presentacion, l6gicamente ha de aceptarse que se llegé al arreglo por
concesiones del deudor a aquellos y en perjuicio de los demas. La ley 24.522, fundada en el hecho
de darle mayor flexibilidad al proceso (RrvERA), permite que el deudor, luego de publicados los
edictos, desista con acuerdo con sus acreedores.
Las conformidades de los acreedores deben ser acompanadas con los recaudos del art. 45, LCQ,
pues corresponde su aplicacién analdgica, atento a tratarse de un supuesto no previsto. No deben
ERREIUS 151
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
acompanarse al expediente los acuerdos celebrados extrajudicialmente, sino que resulta suficiente
que los acreedores expresen su conformidad. Si bien las conformidades para el desistimiento pue-
den darse a partir de algtin acuerdo entre deudory sus acreedores, este no es recaudo necesario para
permitir al deudor declinar de su concurso, pues aquella conformidad puede ser dada por el acree-
dor in necesidad de acuerdo alguno. Para tener por desistido el concurso preventivo, es suficiente la
voluntad del deudor y la conformidad de los acreedores en los porcentajes exigidos por la ley.
La ley diferencia tres etapas del proceso, que van desde la primera publicacién de edictos
hasta el comienzo del periodo de exclusividad, requiriéndose siempre como mayoria de acree-
dores quirografarios que representen el 75% del capital. Dicha mayoria se computa hasta la pre-
sentacion del informe individual del sindico, teniendo en cuenta los acreedores denunciados en
demanda y los presentados a verificar; después de la presentacién del informe individual, se ten-
dran en cuenta los aconsejados admitir por el sindico; y luego de dictada la sentencia de verifica-
cién se tendran en cuenta aquellos acreedores verificados o declarados admisibles. Se presenta
un singular problema para el caso en que el deudor quiera desistir del proceso concursal luego
de la primera publicacién de edictos, pero antes de que el sindico presente su informe individual,
para lo cual se entendié que en estos casos no puede imposibilitarse el desistimiento, por lo que
deberia reunirse la mayoria legal, teniendo en cuenta los acreedores denunciados y aquellos que
ya se hayan presentado a verificar, requiriéndose un informe sindical al respecto.
3. Efectos
no se cumplan las exigencias de los arts. 6, 7 y 8, LCQ, para los casos de presentacion en concurso
preventivo de personas de existencia ideal, de incapaces e inhabilitados y del patrimonio de per-
sonas fallecidas; a estos ultimos, si bien no se trata de un caso de desistimiento, la ley les impone
sus efectos (ALEGRIA). Un caso de relevante importancia es cuando se declara la incompetencia
ante una demanda de concurso preventivo. En tal caso, al no tratarse de un rechazo en la forma
determinada por el art. 13, LCQ, no corresponde aplicar la sancién del art. 31, in fine, LCQ, pues
no se hace, en realidad, un examen ni de fondo ni de forma de la cuesti6n.
ERREIUS 153
CAPITULO XI
EFECTOS PATRIMONIALES
I, INTRODUCCION
El concurso preventivo como concurso conservativo y como proceso universal que implica
una eventual quiebra, hace nacer el sistema patrimonial concursal a partir de ciertos efectos ten-
dientes a mantener intangible el patrimonio que se constituye en prenda comuin de los acreedo-
res. Esto es, el denominado “desapoderamiento atenuado”
Si bien, en el concurso preventivo, existen efectos concursales que se producen por la mera
interposicion de la demanda, los cuales naturalmente solo adquieren virtualidad a partir del dic-
tado de la sentencia de apertura del concurso preventivo, otros efectos solo se producen a partir
de la apertura del proceso.
Entonces, el proceso concursal preventivo produce diversos efectos que se clasificar de la si-
guiente manera:
a) efectos personales: prohibicidn de salida del pais (art. 25, LCQ); deber de colaboracion (art.
17, LCQ);
b) efectos patrimoniales: desapoderamiento atenuado (arts. 15 y 16, LCQ); suspension del curso
de los intereses respecto de determinados créditos (art. 19, LCQ); conversién de las deudas no
dinerarias (art. 19, LCQ); cdlculo de las deudas en moneda extranjera (art. 19, LCQ);
c) efectos procesales: suspension del tramite de los juicios de contenido patrimonial contra el
concursado por causa o titulo anterior a su presentacidn, y su radicacion en el juzgado del
concurso (art. 21, LCQ); levantamiento de medidas cautelares (art. 21, LCQ), etc.
La realidad es que de una u otra manera todos los efectos que produce el concurso preventivo
son patrimoniales, sin embargo, son efectos patrimoniales strictu sensu a aquellos que se produ-
cen directamente sobre el patrimonio del concursado.
ERREIUS 155
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
A partir de 2006, los informes mensuales exigidos al sindico sobre la evolucion de la empresa
y sobre los flujos de fondos -ley 26.086- han conformado una complementacién del deber de vigi-
lancia que debe ejercer el sindico en el concurso preventivo y que caracteriza el desapoderamien-
to atenuado. El control sobre la administraci6n del concursado pasa de ser netamente pasivo y
bajo la orbita exclusiva del sindico, a una vigilancia mas concreta y sometida al control judicial, lo
que se hara analizando los informes mensuales.
Como se ve, en el concurso preventivo se produce una especie atenuada de desapoderamien-
to, 0 spossamento attenuato, como lo ha llamado PROVINCIAL, pues cuantitativamente el poder
sobre los bienes privados al deudor es mucho menor. Con la sola circunstancia de que el deudor
concursado preventivamente no tenga la libre disposicion y administracion de sus bienes se esta
ante un desapoderamiento o privacion de ciertos poderes patrimoniales del titular de tal univer-
salidad. Y tal privacién es atenuada, en contraposicién al desapoderamiento pleno de la quiebra
con la privacién de la administracién y disposicion.
Las disposiciones del desapoderamiento atenuado, con excepcion de la vigilancia del sindico
en la administracion (art. 15, LCQ), se imponen a los socios con responsabilidad ilimitada de la
sociedad concursada conforme lo dispone el art. 18, LCQ. Ello importa una medida cautelar ante
la eventualidad de que pueda recaer la quiebra indirecta de la sociedad, la que produciria la ex-
tension de esta a los socios ilimitadamente responsables (art. 160, LCQ) cuyo patrimonio podra
responder por el pasivo social. Ello no implica el concursamiento de los socios, sino que se trata
de un efecto del concursamiento de la sociedad de la que forman parte, Se trata de una verdadera
medida de naturaleza cautelar. Esta prescripcion es el correlato de la impuesta en el art. 11, inc. 2,
LCQ, que dispone la inhibicion general de bienes de estos socios y se relaciona con el art. 56, cuar-
to parrafo, LCQ, respecto de los efectos del acuerdo que se homologue frente a este tipo de socios.
La primera medida cautelar que se toma a los fines del desapoderamiento es la traba de la
inhibicion general de bienes que el juez concursal decreta al momento de dictar la sentencia de
apertura del concurso preventivo, para asi mantener la intangibilidad patrimonial durante el pro-
ceso. Otra es la intervencion que se hace en los libros del concursado.
1. Temporalidad
Si bien, existen efectos concursales que se producen por la mera interposicidn de la demanda,
los cuales naturalmente solo adquieren virtualidad a partir del dictado de la sentencia de aper-
tura del concurso preventivo, otros efectos solo se producen a partir de la apertura del proceso.
Lo cierto es que sin que se abra el concurso preventivo, por intermedio de la correspondiente
sentencia no puede haber efectos, ello sin perjuicio de que algunos de ello, se produzcan desde la
demanda de concurso preventivo, pero con virtualidad recién a partir de que este queda abierto.
En cuanto al dies a quo de este desapoderamiento atenuado, en principio, este efecto corres-
ponde a un concurso abierto, es decir que se produce a partir de la sentencia de apertura; sin
embargo, la cuesti6n no es sencilla, pues se presenta el problema respecto de la existencia de
actos realizados medio tempore entre la presentacion y la apertura que podran afectar la paridad
creditoria lo que hace sostener, en concordancia con la cristalizacidn del pasivo y la par condicio,
que el deudor se encuentra imposibilitado de alterar las situaciones de los acreedores de causa
0 titulo anterior a la presentacién concursal desde la fecha de esta y no desde la sentencia que la
admite. La ley se refiere a efectos de la apertura, sin la existencia de dicha sentencia no existiria
la limitaci6n patrimonial, pero con ella, la limitaci6n opera desde la misma presentaci6n, En de-
finitiva, la operatividad del desapoderamiento atenuado la otorga la sentencia de apertura, pero
con efecto retroactivo al momento de la presentaci6n (CNCom, sala A, JA, 2004-II-98, sala C, LL,
16/3/2010), aunque se resolvié que ello es estrictamente asi para el concursado, pero no para el
tercero de buena fe que contrata con él, quien no puede conocer que ha demandado el concurso
preventivo (CNCom, sala B, DJ, 2005-2-983)
El desapoderamiento del concurso preventivo tiene como dies ad quem la homologacioén del
acuerdo o mas precisamente la declaracion de conclusion del concurso; sin embargo, ello no es
tan asi. Primero porque el mismo acuerdo puede determinar el régimen de administracién que
debera continuar el concursado, el cual puede ser atenuado, y ademas porque continuara ins-
2. Actos permitidos
Si bien el concursado preventivamente conserva la administracion de sus bienes, esta la rea-
liza bajo la vigilancia del sindico (art. 15, LCQ).
ERREIUS 157
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Esta vigilancia no debe extenderse a los actos de los socios con responsabilidad ilimitada,
respecto de la administracién de sus respectivos patrimonios, atento a que dicha responsabilidad
resulta subsidiaria (art. 56, LS), siendo suficiente respecto de ello la inhibicién general de bienes
y las disposiciones del art. 18, LCQ.
Tal como se desprende de la atenta lectura de los arts. 15 y 16, LCQ, el concursado conserva la
“administracion ordinaria” de su giro empresarial.
Solo per se y sin autorizacién judicial previa, puede ejecutar los actos ordinarios de admi-
nistraci6n que no alteren la situacién de los acreedores concursales (art. 16, primer y penultimo
parrafos, LCQ); los actos extraordinarios de administraci6n quedan sometidos al régimen de au-
torizaci6n judicial del art. 16, LCQ, y los que alteren la paridad de los acreedores concursales se
encuentran prohibidos por la misma norma legal.
Es decir que las facultades de administraci6én del concursado se ven restringidas cuando se
alteran situaciones preexistentes que deben respetarse en resguardo del concurso. Y ello se fun-
damenta en el proposito legislativo de atenuar el interés de la economia crediticia y mantener la
empresa en el plano econémico-politico-social, lo que lleva a que su titular continue la actividad
empresarial, quedando asimismo protegidos los otros intereses comprometidos en la insolvencia
a través de la vigilancia sindical y el control jurisdiccional (ARGERI).
En principio, se entiende por “administracién de bienes’, aquellos actos conservatorios de
gestion y ordinarios de administracion, es decir, todos aquellos inherentes a la conservacion y el
mejoramiento del patrimonio; pero no solo eso, sino que ademas concursalmente, el concepto de
administracion debe ser interpretado en valoracién econémica de manera estricta, como posibi-
lidad de que el deudor realice actos y operaciones normales del giro empresario sin afeccién de
los intereses de los acreedores (ARGERI).
Los actos de administracién se integran con los actos comunes, propios y habituales del giro
economico del deudor, y su caracter ordinario se establece atendiendo al objeto y fin de la acti-
vidad econémica desarrollada; y, por el contrario, los actos de disposicidn son los que exceden
dichas pautas (GARAGuUSO). Un acto de administracién ordinaria es aquel que aparece como nor-
mal, tanto en relacién con la actividad del concursado, como con la habitualidad con que es rea-
lizado y su significacidn econémica, lo que importa una cuestién de hecho que sera evaluada por
el juez en cada caso en particular (TONON). El concursado debe realizar una actividad positiva de
administraci6n patrimonial, es decir, ejecutar actos dirigidos a proseguir no solo las tareas pro-
pias del quehacer del deudor, sino también las relacionadas con la conservacién del patrimonio
(QUINTANA FERREYRA), y, por qué no, toda actividad ordinaria tendiente a superar la insolvencia,
todo ello bajo la atenta vigilancia del sindico.
En definitiva, los actos de administraci6n ordinarios son aquellos de administracién strictu
sensu, que exteriorizan normalidad en cuanto a la significaci6n econdmica del acto ejecutado y
aquellos que conservan los bienes y los hacen producir rentas o frutos (segiin naturaleza y desti-
no) y no provocan modificaciones patrimoniales significativas, pudiendo ser de administracion o
disposicion, segtin sea el caso.
o expuesto a la autorizacion del juez concursal segtin el tipo de proceso y el objeto en litigio de
que se trate. En cuanto al allanamiento, en cuestién patrimonial, donde el concursado sea sujeto
legitimado pasivo, aunque nada prohibe que se haga, este tendra relativa eficacia atento a que el
concurso no se trata de un juicio entre actory demandado, sino que tiene injerencia respecto del
resto de los acreedores y en algunos casos respecto de terceros contratantes.
Al respecto, la ultima parte del art. 17, in fine, LCQ dispone expresamente que “en todos los
casos, el deudor conserva en forma exclusiva la legitimacién para obrar, en los actos del juicio
que, segun esta ley, correspondan al concursado”
Igualmente, siempre deberd el sindico intervenir en los juicios patrimoniales en que el deudor
sea parte, en ejercicio de la vigilancia que opera sobre la administracién ejercida por el concur-
sado (doct. art. 275, LCQ) y partir de la reforme de la ley 26.086, también en aquellos exceptuados
del fuero de atraccién y de la suspensién de acciones (art. 21, 3 parrafo, LCQ).
3. Actos prohibidos
El desapoderamiento atenuado, mas alla de la vigilancia del sindico, se produce también por
actos que la ley prohibe realizar al concursado, los cuales no podra llevar a cabo ni siquiera con
autorizacion judicial.
El concursado no puede realizar, ni con autorizaci6n judicial, actos a titulo gratuito o que im-
porten alterar la situaci6n de los acreedores por causa 0 titulo anterior a la presentacién (art. 16,
primer parrarfo, LCQ). La norma es taxativa.
Los casos concretos y mas comunes de actos prohibidos por alteracion de la par condicio son
el pago entendido Jato sensu y el otorgamiento de preferencias.
Estan fuera de la prohibicidn el pago de ciertos créditos laborales a través del procedimiento
del pronto pago y tampoco se encuentran prohibidos los pagos que se hiciere a acreedores titu-
lares de garantfas reales. También se exceptua del presente el caso de continuacidn del contrato
con prestaciones reciprocas pendientes (art. 20, LCQ). Sin embargo en estos casos, los pagos no
pueden ser realizados per se por el concursado sino que deben ser autorizados por el juez.
ERREIUS 159
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Se han dado casos particulares que deben ser analizados con cautela.
Uno de los casos es el de los cheques posdatados, los cuales correspondiendo a una operacion
anterior al concurso, llevan fecha posterior. En estos supuestos, el deudor se encuentra impo-
sibilitado de cumplir y al acreedor le queda expedita la via verificatoria (RIVERA), pero atento a
la inoponibilidad concursal del cheque posdatado (art. 23, ley 24.452) dicho cheque no puede,
por si solo, justificar la verificaci6n, sino que debe insinuarse el negocio anterior al concurso que
origin6 la entrega de la orden de pago, pues aquel por sf solo es inoponible. Los cheques de pago
diferido, como titulos de créditos, son un caso en que su pago posterior al concurso, cuando su
creacion es anterior, resulta prohibido. Ello, porque se trata de un crédito a plazo y no puede ser
pagado por el banco, correspondiendo su verificacion en la cual, sera considerado como una obli-
gacion vencida.
Tampoco cuando el concursado tenga fondos en un banco, la entidad bancaria, luego de la
apertura del concurso no podra apropiarse de los mismos para cancelar créditos que tuviese con-
tra el concursado, anteriores ala presentacion, pues ello importaria un acto prohibido por altera-
cion de la par condicio creditoriun. Cuando se realice un descuento de documentos sin cesion de
provisién de fondos, donde tal contrato importa una delegacién aro solvens (endoso) que com-
prende una orden de pagar directamente dada al girado (iussum solvendi) y, por otro lado, un
mandato de cobro a titulo liberatorio, dirigido al banco, o mandato para perseguir la liberacion
(iussum accipiendi) donde el banco no puede compensar o apropiarse de lo recibido (HEREDIA),
siendo la forma correcta, que el banco devuelva los fondos al concursado y verifique sus créditos.
Lo mismo para el caso en que el banco utilice una remesa en cuenta para cubrir el saldo deudor
de una cuenta corriente. También el caso en que el banco tuviese en su poder documentos de
terceros descontados por el concursado, pues alli ha adquirido el crédito y el concursado es ajeno.
Cuando el concursado haya cedido créditos en garantia, endoso en garantia, concretamente
la entrega en prenda de una deuda de documentos de terceros, el acreedor puede percibir los
importes correspondientes a los créditos cedidos, pues respecto de ellos el concursado es aje-
no (RIVERA), sin perjuicio de la correspondiente rendicién de cuentas (art. 23, LCQ). Se trata de
una garantia autoliquidable (ALEGRIA). Ante un fideicomiso de garantia, cuando se transmite la
propiedad fiduciaria del crédito a favor del fiduciario, este puede ejecutar la garantia y pagar al
beneficiario, sin que ello se vea afectado por el concurso del fiduciante, pues habiendo salido
tales bienes del patrimonio de la concursada, antes de la presentaci6n concordataria se ha produ-
cido su consumo juridico. Ello, sin perjuicio de la correspondiente rendicion de cuentas que deba
hacerse en el concurso, conforme el art. 23, LCQ. Distinto es el caso en que los créditos hayan
sido dados en procuracién 0 con mandato de cobro, pues aqui no hubo transferencia de dichos
créditos por parte del deudor, sino que se le “cede” al acreedor la posibilidad de instar per se el co-
bro de estos, por lo que concursado el deudor no puede cancelar créditos con el cobro de dichos
documentos, debiendo verificar su crédito e ingresar al concurso los fondos que hubiere obtenido
del cobro de dichos créditos y restituir los documentos pendientes de cobro.
4.2. Tramite
En principio, la autorizacién debe ser previa como requisito de eficacia, pues constituye un
presupuesto legal, por lo que no habilitaria el otorgamiento ex post facto, aunque se propone la
admisi6n en forma excepcional de la ratificaci6n posterior del acto, cuando la celebracién del
acto haya sido impostergable.
Sin perjuicio de que debe analizarse cada caso particular en forma restrictiva, siendo tan del-
gada la linea que divide el acto de administracién ordinaria del extraordinario, no tratandose de
los casos enunciados por el art. 16, LCQ, cuando se haya celebrado un acto sin autorizacion judi-
cial previa y este resulte tachado de extraordinario por algtin acreedor interesado, el concursado
podra requerir su ratificacion judicial. Desde el punto de vista negocial, las partes deben celebrar
el contrato ad referendum de la autorizaciOn judicial. En dicho orden la autorizacion puede cons-
tituirse en un presupuesto legal para la eficacia del acto cuando se otorgada previamente o en
un requisito de legitimidad del acto ejecutado cuando es ratificado ex post facto. Si bien existe la
posibilidad de ratificacion judicial posterior a la ejecucion del acto, ello no exculpa al deudor ni
lo excluye de las sanciones dispuestas por la ley que agravarian el desapoderamiento atenuado,
segun haya sido el actuar del concursado.,
La autorizacion debe solicitarse al juez, quien resolvera, previa vista a la sindicatura y al co-
mité de control, si este estuviese constituido, ponderando la conveniencia del acto para la conti-
nuaci6n de las actividades del concursado y la protecci6n de los intereses de los acreedores. La
autorizacion sera otorgada con una fundamental pauta concursal que es la conveniencia y los
intereses de los acreedores. Ya no importa la urgencia ni que el acto sea imprescindible, pues a
pesar de ello sino conviene o afecta los derechos de los acreedores, el juez no debe autorizarlo. El
acto debe ser util para el concurso.
La resolucion es inapelable (art. 273, inc. 3, LCQ), aunque se ha admitido la apelacion de la
denegatoria.
ERREIUS 161
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
el recibo (art. 10, ley 24.013), siempre que hubiese intimacién a la registracién e incumplimiento
por parte del empleador (art. 11, ley 24.013) y la doble indemnizaci6n en caso de despido luego
de la intimacion referida (art. 15, ley 24.513). También se agregan la indemnizacién por falta de
entrega de la certificacién de trabajo (arts. 45, ley 25.345 y 80, LCT). Del articulo 44 de la ley 25.345
tampoco surge indemnizaci6n alguna. De la misma manera se introduce la indemnizacion por
violacién a la garantia gremial (art. 52, ley 23.551). La ley 26.684 determina que también se inclu-
yen en el pronto pago las indemnizaciones previstas en estatutos especiales, convenios colectivos
o contratos individuales, siempre privilegiadas que surjan del informe presentado por el sindico.
La preferencia no puede extenderse a los importes adeudados en concepto de fondo de des-
empleo, subsidios familiares, intereses y las costas, si bien pueden ser privilegiados no quedan
beneficiados por el pronto pago al no encuadrar en los casos prescriptos normativamente. Otros
restringen el pronto pago a aquellos créditos laborales con naturaleza alimentaria. Improceden-
temente se ha incluido el honorario del abogado que defendié los intereses del trabajador en sede
laboral.
A partir de las reformas se ha producido una verdadera desnaturalizacion del pronto pago y
del régimen de preferencias concursales, escapando ya a la naturaleza alimentaria tenida origi-
nariamente en vista.
5.2. Tramite
Como primera medida, la reforma de 2006 propone dos clases de pronto pago, uno de oficio y
otro ha pedido de acreedor interesado.
ERREIUS 163
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
te, antes, por creacion jurisprudencial y en garantia del derecho de defensa de raigambre consti-
tucional, igualmente se producia tal traslado a la concursada.
Efectuada la vista a la sindicatura corresponde a ella la comprobacion del importe reclamado.
Antes, la norma expresaba que procedia el pronto pago “previa comprobacion de sus importes
por el sindico”; ahora expone que se autorizara “cuando sea posible la comprobacién de sus im-
portes por el sindico por resultar indubitada la existencia y causa del crédito” La modificacién no
parece sustancial sino solo terminoldgica.
No procede el pronto pago cuando existieran dudas razonables en cuanto a su origen o legiti-
midad; cuando el crédito, antes de formularse el pronto pago o coetaneamente con la opinion del
sindico, estuviese controvertido; y en el caso de existir connivencia entre el peticionante del bene-
ficio y la concursada (antes de la reforma de 2006 se exigia que la connivencia fuese dolosa). Asi lo
dispone la norma legal, aunque no taxativamente, por lo que por resolucién fundada y por otras
cuestiones puede el juez rechazar el pronto pago -v.gr,, inexistencia del privilegio que se alega-.
Para que se proceda a la simple comprobaci6n de la existencia del crédito, la prueba en el
pronto pago debe limitarse a la instrumental, no correspondiendo abrir a prueba el incidente
para determinar los rubros reclamados, Se dispone que la admision del pronto pago tendra efec-
tos de cosa juzgada material e importara la verificacion del crédito en el pasivo concursal. Es decir
que se igualan los efectos a los de la sentencia verificatoria ordinaria. No hay dudas de que existe
en consecuencia una verificacién, anticipada y abreviada (GARAGUSO). Antes, ante el rechazo del
pronto pago, el acreedor debia verificar su crédito; ahora, a partir de la ley 26.086, en concordan-
cia con lareforma del art. 21, LCQ, se prescribe que el acreedor debera iniciar 0 continuar el juicio
laboral ante el Tribunal del Trabajo que sea competente.
La resoluci6n que decide el pronto pago es siempre apelable.
La ley expresamente dispone que no se impondran las costas al trabajador en el pronto pago,
salvo en el caso de connivencia, temeridad o malicia. En principio, en la incidencia de pronto
pago tampoco se generan costas contra el concursado, salvo una oposicién injustificada donde
segun el caso podran imponérsele, en una interpretacion restrictiva, al concurso.
do sus titulares estuvieren afectados por contingencias de salud, alimentarias u otras de similar
indole que no admitiesen demoras.
Para el pago proporcional de estos créditos, conforme sus privilegios, el sindico debera pre-
sentar un plan de pago, el cual tendra coherencia con el informe exigido por el art. 14, inc. 12,
LCQ. Siautorizado el pronto pago y determinada la existencia de fondos para su atencion, ya sean
liquidos (para el pago de todos) o brutos (para el pago del 3%), el concursado no cumple con el
plan de pagos efectuado por el sindico, queda al acreedor laboral solicitar la medida precautoria
que crea necesaria.
En caso de que el acuerdo se encuentre homologado, no procede el pronto pago, ya que el
acreedor debera estarse al acuerdo referido a acreedores laborales y si este no existiese podra
ejecutar bienes del concursado o pedirle la quiebra (doctr. art. 57, LCQ).
El tema de los créditos con garantias reales tiene multiples connotaciones dentro del concur-
so preventivo, y por sus particularidades hace que sea un tema conflictivo. Una de ellas es la po-
sibilidad de pago por parte del concursado preventivamente de este tipo de créditos garantizados
con derechos reales sobre lo cual se han dado varias e importantes interpretaciones que harian
variar considerablemente los efectos que se producen dentro del proceso.
6.2. Solucioén
En principio, debe diferenciarse segun la situacién en que se encuentre la obligacién para que
el pago pueda ser efectuado. Para poder pagar al acreedor con garantia real, el deudor concur-
sado no debe estar en mora con el cumplimiento al momento de presentarse en concurso, pues
en caso contrario, como sus plazos han caducado, el acreedor procedera a la ejecucién del bien
asiento del privilegio, siendo imposible que se autorice el pago de cuotas vencidas (doctr. art.
871, CCC). Si no se encontraba en mora -lo que no habilitaria la ejecucién- puede el juez con-
cursal, en los términos del art. 16, tercer parrafo, LCQ, autorizar el pago al acreedor y mantener
los plazos convenidos -o refinanciar la deuda-, aunque ello siempre debera ser limitado al valor
del bien, pues lo que lo exceda sera quirografario dentro del concurso y no corresponde otorgarle
la preferencia temporal de cobro. En el caso del deudor en mora -lo que imposibilitaria el pago,
aun con autorizacion judicial, y dejaria expedita la accion ejecutiva-, la ley deberia prever, de lege
Jerenda, la posibilidad de permitirsele al deudor negociar 0 refinanciar la deuda con su acreedor
para asi evitar la ejecucién del bien, cuando fuere conveniente para el concurso. Seria una espe-
cie de acuerdo preventivo con el acreedor dotado de garantia especial, con preferencia temporal
en su negociacion, es decir, sin necesidad de esperar al periodo de exclusividad, directamente ni
bien se abre el concurso preventivo. Igualmente, el concursado podria arribar a estos acuerdos en
forma extraconcursal, entendiéndose que estos acreedores se encuentran al margen del proceso
concursal, por aplicacion del art. 56, LCQ.
ERREIUS 165
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Hay que tener en cuenta también que para que el acreedor acepte los pagos de los perio-
dos en mora, se necesita su voluntad, asf que la cuestié6n mal puede resolverse con el pedido del
deudor y la autorizacién judicial (art. 16, LCQ), pues a pesar de ello, el pago puede ser rechazado,
por lo que muy dificilmente el juez lo autorice sin la aceptacién del acreedor. Los intereses de
las garantias reales que no se suspenden por el concurso son los compensatorios (art. 19, LCQ),
los moratorios que son los que quedarian comprometidos en este caso (por la mora) quedaron
suspendidos con la demanda de concurso preventivo, pero ademas dichos intereses (posteriores
al concurso) tienen el caracter de quirografarios, lo que haria que al pagarlos se viera afectada la
par condicio, cayendo la situacién en la violacién de la primera parte del art. 16, LCQ. Lo que si
podria ocurriry si purgaria los efectos de la mora, es que el juez autorice pagar al deudor con la
previa aceptacion del acreedor, a quien se le podria unicamente abonar los intereses moratorios
anteriores a la presentacién en concurso preventivo hasta el término de dos afios, los cuales son
privilegiados, los restantes al ser quirografarios no podrian ser abonados. Dicha posibilidad en la
practica se ve poco probable, aunque no debe ser descartada, pues su suerte viene sellada por la
conveniencia del acreedor preferencial.
7. Inoponibilidad
Debe distinguirse brevemente la ineficacia y de la inoponibilidad. La primera como género
constituye toda sancion sobre un acto juridico que le priva sus efectos, la segunda - incluyendo la
nulidad- es una especie de aquella, pues solo perturba los efectos frente a determinadas perso-
nas, en este caso los acreedores, pero no los que se produciran respecto de las partes y los demas
terceros (art. 382, CCC).
La inobservancia del art. 16, LCQ, 0 violaci6n del desapoderamiento atenuado produce la
inoponibilidad del acto.
El art. 17, primer parrafo, LCQ, impone la inoponibilidad de puro derecho, de los actos rea-
lizados por el concursado cuando aquellos estuviesen prohibidos o debieron realizarse con la
previa autorizacion judicial. La inoponibilidad priva de efectos al acto respecto de los acreedores
concursales, pero continua siendo plenamente valido entre las partes (art. 396, CCC). El hecho de
que la inoponibilidad se produzca ipso iure no quiere decir que no se necesite resolucién judicial
declarativa, sino que ella tiene efecto retroactivo al momento en que se celebré el acto, pues se
produce de pleno derecho. Puede declararse a pedido del sindico, de un acreedor u otro interesa-
do o de oficio por el juez.
El efecto -a grandes rasgos- que produce la declaracién de inoponibilidad es el de volver al
statu quo, al acto realizado en infraccién al art. 16, LCQ, respecto de los acreedores concursales, es
decir que debe devolverse lo percibido, no podran oponerse al concurso los beneficios otorgados,
etc., y una vez concluido el concurso podra el tercero contratante demandar el cumplimiento de
la convencion 0 el resarcimiento de los danos y perjuicios. En caso contrario, cumplido el acuer-
do, los actos inoponibles y cumplidos quedan consolidados. La declaracién de inoponibilidad no
afecta al tercero subcontratante que sea de buena fe y a titulo oneroso.
Encontrandose afectados derechos de terceros, se deba admitir la apelacidn.
8. Desapoderamiento calificado
La violacion del sistema patrimonial concursal preventivo también puede producir la califica-
cién del desapoderamiento a través del dictado de medidas cautelares, lo que implica, la injeren-
cia judicial en la administracién del patrimonio cesante, reduciendo las atribuciones del concur-
sado (art. 17, segunda parte, LCQ). Se trata de un agravamiento del desapoderamiento atenuado.
Esta sanci6n es extiende a los casos de inobservancia del art. 25, LCQ, respecto de los viajes al
exterior, cuando el deudor concursado oculte bienes, viole el deber de colaboracion omitiendo
dar informacion al juez o al sindico o cuando la que brinde sea falseada. La enumeracion legal es
taxativa, al ser una sancidn su interpretacion es restrictiva.
Las medidas precautorias que puede tomar el juez en estos casos son graduables, desde la ve-
eduria hasta la separacién de la administracion -lo que importaria un desapoderamiento pleno-,
ERREIUS 167
CAPITULO XII
I. INTRODUCCION
El concurso produce diversos efectos a partir de su apertura, el impacto va dirigido a todas las
relaciones juridicas existentes al momento de abrirse el concurso 0 a la fecha de la demanda de
concurso preventivo.
Dichos efectos, tienen diversas direcciones, una destinada al patrimonio, otra a la persona
insolvente, aunque cabe reconocer que estos efectos personales en cierta manera también se
dirigen a producir consecuencias sobre el patrimonio cesante. Y aquellos efectos patrimoniales
se conciben como consecuencias sobre los bienes (desapoderamiento), sobre las obligaciones y
sobre los contratos preexistentes. También los efectos sobre los bienes se desarrollan retroactiva-
mente protegiendo el patrimonio de actos celebrados en los periodos de sospecha o de retroac-
cién. De la misma manera se busca complementar la recomposici6n patrimonial por intermedio
de la extension de quiebra y las acciones de responsabilidad.
Particularmente el concurso produce efectos sobre el régimen obligacional y de los contratos,
algunos de los cuales se encuentran regulados en la ley concursal y otros surgen de normas de
derecho comun.
El concurso preventivo produce la caducidad de los plazos pendientes, como efecto propio de
la insolvencia.
La ley 24.522 contiene expresamente el principio de caducidad de plazos para la quiebra (art.
128, LCQ), haciendo una breve alusidn del art. 753, CCiv. en el art. 20, LCQ, por lo que el legisla-
dor concursal tuvo en miras la aplicacion concursal de dicho precepto comun que contiene el
vencimiento anticipado de las obligaciones. El Cédigo Civil sentaba este principio en dos de sus
articulos, el citado art. 753 y el art. 572, CCiv. VELEZ SARSFIELD no pudo haber contemplado el
instituto del concurso preventivo cuando establecié -como principio- el regimen de caducidad
ERREIUS 169
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
de los plazos por la insolvencia del deudor y la formacién del concurso de acreedores (arts. 572y
753, CCiv.), pues aquel instituto no se conocia a la fecha de sancidn del Cadigo Civil (1869), apa-
reciendo en nuestro pais a partir del ano 1902 (ley 4156),
1.1. Vencimiento de los plazos pendientes como efecto natural del concurso
El plazo otorgado al deudor, mas alla de si es otorgado en beneficio de este, del acreedor o
de ambos, lo cierto es que la afeccién que produce el concurso afecta directamente a la confian-
za que tuvo el acreedor al concederle dicho plazo (POTHIER entre otros). Por lo que, tanto en la
quiebra como en el concurso preventivo desaparecen los motivos por los cuales se ha otorgado
el plazo. El actual art. 351, CCC, determina que “el plazo se presume establecido en beneficio del
obligado a cumplir o a restituir a su vencimiento, a no ser que, por la naturaleza del acto, o por
otras circunstancias, resulte que ha sido previsto a favor del acreedor o de ambas partes” Sin em-
bargo, mas alla de ello, la caducidad igualmente se produce por ser un efecto natural del concurso
preventivo.
El deudor que pide su concurso preventivo se encuentra in malis; y entendiéndose que el
plazo le es otorgado bajo la condicién resolutoria tacita de que su estado econémico no cambie,
es decir, mientras el acreedor pueda mantener inalterable su fe en la solvencia del deudor, natu-
ralmente el plazo cae por el concursamiento.
En los procesos concursales se producen distintos efectos tanto en el concurso preventivo
como en la quiebra, que hacen caer los plazos estipulados. El primero de estos efectos es la sus-
pension y el fuero de atraccién respecto de las acciones individuales de contenido patrimonial,
y nada significaria esperar el vencimiento de los terminos de algunas obligaciones todavia no
vencidas, si su titular no podria hacer valer su derecho individualmente. Luego, en todos los con-
cursos se produce la cristalizacion del pasivo a fin de viabilizar el perfecto cumplimiento de sus
fines, manteniendo imperiosamente la par condicio creditorum y viabilizando el cobro de los cré-
ditos. Ademas, son muchas las normas que, legisladas en la parte de la quiebra, se aplican, por
ser principios generales en la materia, al concurso preventivo; y de ellas, principalmente las que
tienden a la cristalizacion del pasivo y que se fundan en los maximos principios concursales de
la concurrencia y par condicio creditorum, preceptos que no se incluyen en la parte de concurso
preventivo, pero que, resultan inherentes a todo proceso concursal, por lo que su aplicaci6n co-
rresponde también en el supuesto de concurso preventivo.
En la actualidad el art. 353, CCC dispone que “La apertura del concurso del obligado al pago
no hace caducar el plazo, sin perjuicio del derecho del acreedor a verificar su crédito, y a todas
las consecuencias previstas en la legislacion concursal’ La norma cae en saco roto porque prevé
también que el acreedor no pierde el derecho a verificar su crédito y a todas las consecuencias
concursales, principalmente participar en la conformacion del acuerdo y quedar sometido a sus
efectos, Esto hace que la caducidad de los plazos pendientes se produzca en el concurso preven-
tivo, pues el acreedor debe verificar su acreencia, de causa o titulo anterior a la demanda de con-
curso preventivo, incluso por aquellos supuestos en que la obligacidn no se encuentre vencida.
La verificaci6n produce, ipso facto, la caducidad de los plazos y también, lo que tampoco es
baladi, la suspensién de los intereses, por lo que debe producirse el descuento de ellos posteriores
ala demanda, cuando corresponda, en las obligaciones no vencidas.
Entonces, el concurso preventivo produce, por si mismo, la caducidad de todos los plazos, sin
necesidad de que la norma especial contenida en el capitulo de quiebras haga referencia al pro-
ceso preventivo o que los articulos de derecho comun sean anteriores a la existencia del concurso
preventivo,
procedimientos y reglas generales del concurso se han establecido en interés de los acreedores
quirografarios, inicos que no han exigido del fallido una garantifa especial y entre los cuales la
ley pretende conservar la igualdad absoluta. Para los hipotecarios y prendarios siempre existe un
objeto especialmente afectado al pago de la deuda, y es por la seguridad que el valor de ese objeto
les inspiré de que seran pagados y no fiados en la confianza que tuviesen en el deudor. Los acree-
dores privilegiados no pueden proceder en virtud del principio de la exigibilidad, sin esperar que
el término de su crédito haya vencido; estos acreedores son considerados en cierta manera como
extranos al concurso, y sus derechos se encuentran sometidos al imperio de la legislaci6n comun;
en consecuencia, deben esperar el vencimiento del término para exigir el pago. El acreedor es
quien debe demandar la pérdida del plazo, ello con fundamento en el derogado art. 3161, CCiv.
(GRANADOS).
Apesar de ello, los acreedores hipotecarios no estan excluidos del efecto que la declaracién de
concurso produce en relacién con los créditos no vencidos.
Estan afectados por el principio de concursalidad o concurrencia desde el momento en que
estan obligados a verificar. Ademas, por el saldo del crédito impago, si los bienes ejecutados a
raiz de su garantia hipotecaria no alcanzaren a cubrirlo, los acreedores hipotecarios concurriran
a prorrata con los quirografarios, dentro del concurso, lo que pone en evidencia que los de plazo
no vencido no estan obligados a quedar inactivos mientras el concurso tramita so pena de que-
dar fuera del acuerdo en el concurso y de la distribucién en la quiebra. La preferencia otorgada
tiene su limite en el bien sobre el cual recae, y el exceso es un crédito quirografario, el cual debe
quedar indefectiblemente afectado al concurso, y ello hace que deba cuantificarse la obligacién
al momento de la presentacién concursal, produciéndose la caducidad de los plazos. Si este ven-
cimiento de los plazos no se cumpliera, el concursado podria pagar atin mas alla de esa garantia
en desmedro de la par condicio.
El juez, a pedido del deudor concursado, podra autorizar el pago de este tipo de créditos hasta
el tope de la garantia y el mantenimiento de los plazos 0 incluso autorizar una renegociacién de
la deuda. En un antecedente rosarino se autorizé el pago de un crédito privilegiado con garantia
real por considerarlo uno de los actos que el concursado puede realizar con autorizacién judicial
(Cam. Rosario, sala II 12/8/1999 “Laromet”). Tal resolucién es una muestra de que los plazos es-
taban caducos y inicamente pueden mantenerse y el concursado pagar con autorizacion del juez
concursal, pues tal decision, el juez no puede tomarla para todos los supuestos de plazo pendien-
te porque tinicamente es viable cuando sea conveniente para la continuacion de las actividades
del concursado y la proteccion de los intereses de los acreedores (art. 16, in fine, LCQ).
Con mas raz6n en el caso en que el concursado se encuentre en mora y el contrato per se no
prevea el decaimiento de los plazos, pues ello debe ser producido indefectiblemente por el con-
curso a fin de cristalizar el pasivo.
2. Suspension de intereses
Es necesario para sus fines que el concurso preventivo produzca la cristalizacion del pasivo
concursal al momento de su demanda, por lo que indefectiblemente se necesita que se suspenda
a partir de dicha fecha el devengamiento de intereses (art. 19, primera parte, LCQ).
La explicacion de la prescripcion se encuentra en razones de equidad, pues deben estabilizar-
se todos los créditos y el patrimonio no debe sufrir ulteriores disminuciones. Se elige la presenta-
cidn y no la apertura del concurso para la produccion de este efecto, en la razon de perfeccionar la
cristalizacion del pasivo desde el primer momento en que se exterioriza judicialmente él estado
de cesacion de pagos.
La norma se aplica a todo tipo de créditos de causa o titulo anterior a la presentacion con-
cursal, con solo dos excepciones (créditos hipotecarios y prendarios y créditos laborales), y tiene
relevancia solo respecto del deudor, por lo que no beneficia a fiadores ni a codeudores solidarios.
Los intereses no se extinguen, sino que se suspende su devengamiento, por lo que, homologado
el acuerdo, podra determinarse si se devengan o no los suspendidos,
ERREIUS 171
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Se da en la practica el caso de que los intereses que se devengarian con posterioridad al con-
curso fueron percibidos con anterioridad a la presentacion. Tales créditos de vencimiento peri6-
dico generalmente tienen prorrateado en las cuotas los intereses devengados por todo el tiempo
del préstamo, los cuales, en el denominado sistema francés, se constituyen en un importante ade-
lanto de pago de intereses a devengarse en el futuro. La solucidn es compensar el anticipo en el
cobro deduciendo los intereses del periodo entre la fecha de la peticiédn del concurso preventivo
y la fecha de vencimiento de la obligacién. El descuento debe hacerse a la tasa que perciben los
bancos oficiales en sus operaciones de ordinarias descuento para documentos comerciales -tasa
activa-.
La ley 26.684 agrega otra excepcién, correspondiente a los créditos laborales en el ultimo pa-
trafo del art. 19, LCQ.
La reforma introducida en 2011 dio por concluida toda la discusién que se habia generado
en el Ambito doctrinario y judicial respecto si la suspensién de los intereses también alcanzabaa
los créditos de naturaleza laboral, por lo que seguiran devengando intereses. En conclusion, los
acreedores laborales percibir intereses hasta la fecha del pago, solucién que invocaba anterior-
mente cierta parte de la doctrina y jurisprudencia, en relaci6n con el privilegio del crédito al que
se suma la naturaleza alimentaria.
La jurisprudencia anterior a la ley 24.522 entendia la inaplicabilidad de la suspensién de
intereses a los créditos laborales (C. Nac. Com., en pleno, JA 1989-IV-528), pero ello no pudo
mantenerse atento a la derogacién del inc. 80 del art. 11 de la ley 19.551 y a la equiparacién del
trabajador con un acreedor concurrente mas, sin embargo, un fallo plenario, nitidamente dictado
contra legem habia excluido del art. 19, LCQ a los créditos laborales (CNCom. en pleno, LL, Supl.
CyQ, 9/8/2006). Finalmente, la ley 26.684, modificé la norma analizada, excluyendo a los créditos
laborales del efecto suspensivo de los réditos.
Como derivacion del principio de igualdad, resulta menester cristalizar el pasivo al momento
de la presentacion en concurso, Tampoco escapan a esa consecuencia todas aquellas obligacio-
nes asumidas por el deudor in malis cuyo objeto no se encuentre expresado en dinero.
La ley concursal en la primera parte del segundo parrafo del art. 19, LCQ, dispone la conver-
sidn de las deudas no dinerarias en moneda de curso legal (art. 19, parr. 2, primera parte, LCQ).
Esta conversion se impone también para posibilitar la consideraci6n homogénea de créditos cuyo
objeto tienen una naturaleza distinta, siendo que en sede concursal solo se admiten créditos en
dinero. Es decir, que esta conversion es al solo efecto de utilizar una unidad de cuenta comun.
Quedan comprendidas todas las obligaciones de dar que no sean dinerarias y las de hacer.
No se deben incluir las obligaciones de no hacer, pues estas no podrian convertirse en virtud de
que su incumplimiento se traduciria en la destruccion de lo realizado o el pago de los dafios y
perjuicios, lo que las convertiria per se en obligaciones de dar o de hacer. No se incluye tampoco
la obligacion de restituir a un tercero un bien entregado al concursado por un titulo no destinado
a transmitir el dominio, pues el reclamo se hace directamente por el tercero sin necesidad de
participacién en el pasivo concursal (arts. 138 y 188, LCQ, aplicables analé6gicamente al concur-
so preventivo). Tampoco queda incluida la obligaci6n de escriturar -obligaci6n de hacer-, pues
existiendo boleto de compraventa este debe oponerse al concurso, a través de la verificacion, y asi
obtener la escrituracién sin necesidad de su conversion y participacién en el acuerdo que even-
tualmente se homologue. Se cumple in natura.
La conversion sera definitiva y se hard a opcién del acreedor al verificar su crédito, entre la
fecha de vencimiento de la obligacién, y la fecha de presentacion concursal del deudor. Se bien
se produce una novacion legal objetiva, en el acuerdo podria pactarse el pago en especie siempre
que no se viole la paridad entre los acreedores, lo que importa una nueva novacion.
El acreedor solo podra optar por el momento del vencimiento de la obligacion si este se pro-
dujo antes de la presentacién en concurso preventivo, a fin de no alterar la paridad creditoria. Es
decir que la estricta opcion contendida en la norma solo es operativa en las obligaciones venci-
das al momento de la presentacién. La diferencia radica en que si hay mora del deudor el valor
deberia ser determinado en el momento del vencimiento, ya que en dicho momento el acreedor
podria disponer de lasuma o de los bienes; y en el momento de la presentacion si aquel fuese me-
nor, porque el aumento de los valores de referencia o de los bienes debe estar a cargo del deudor
(Satta), Si el acreedor no utiliza la opcién se tendra por convertida al momento de la presenta-
cién concursal, pues es allf donde se cristaliza el pasivo concursal.
ERREIUS 173
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Autorizado el cumplimiento debe notificarse al contratante in bonis, quien debié ser comuni-
cado de la decision tomada por el deudor con anterioridad. Aquel podra aceptar la continuacién
del contrato y exigir que se le cumplan las prestaciones adeudadas anteriores a la presentacién
concursal y si el concursado no cumple se tendra por resuelto el contrato. La autorizacién de
continuacion del contrato debe comprender, expresa o implicitamente, la autorizacién para que
el concursado cumpla las prestaciones anteriores ala demanda de concurso (art. 16, LCQ). La so-
lucién legal no resulta equitativa, pues autorizar al tercero a demandar las prestaciones adeuda-
das antes del concurso importa alterar la paridad creditoria, por lo que deberian verificarse esos
créditos en resguardo de la igualdad y concurrencia de los acreedores.
En caso de continuacion, los créditos posteriores originados por las prestaciones cumplidas
por el contratante in bonis tendran la preferencia del art. 240, LCQ, cuyo fundamento radica en
el hecho de proteger al tercero a quien se le hizo asumir el riesgo dé la empresa. Esta preferencia
solo es valida para los créditos posteriores a la autorizacion judicial; aquellos nacidos desde la
presentacién concursal hasta la referida venia, si bien son validos, no cuentan con la preferencia
ERREIUS 175
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
legal (CAMARA). Igualmente, debera analizarse cada caso en particular y evaluarse la posibilidad
de ratificacién judicial de tales actos. Dicha preferencia no solo juega para el caso en que recaiga
la quiebra, sino también, y con mayor razon, para la posibilidad de requerir el cumplimiento den-
tro del concurso preventivo cuando sean exigibles (doctr. art. 240, LCQ) y a todo evento solicitar
la quiebra. También por analogia podria aplicarse lo normado para estos contratos en caso de
quiebra (art. 144, inc. 7, LCQ), y podrian constituirse garantias a favor del tercero si se opuso a la
continuacion y estima que no es suficiente la preferencia del art. 240, LCQ (ROITMAN).
La tradicion simbé6lica o ficta realizada antes de la presentaci6n concursal no importa cumpli-
miento de la prestacién, por lo que en caso de continuacién del contrato, el tercero podra solicitar
larecepcion efectiva de la cosa y cumplir asi con la tradicion real y efectiva, siempre que el contra-
to haya tenido principio de ejecucién.
Pasados los treinta dias, la ley autoriza al contratante in bonis a exigir la resolucién contractual
notificandolo al deudor y al sindico, y verificar la obligaci6n como de plazo vencido.
La caducidad del plazo obligacional, es un efecto que se produce por la sola existencia del
concurso sin necesidad de la mencion que hace el art. 20 al art. 753, CCiv. -ahora art. 353, CCC-.
El art. 753, CCiv. ha sido derogado, entrando en juego el art. 353, CCC, de muy mala técnica le-
gislativa. Por disposicidn de dicha norma no existiria la caducidad de los plazos en el concurso
preventivo, lo que no resulta una solucién coherente para el caso de que el contrato quede resuel-
to, porque aqui no queda otra alternativa que considerar vencidos los plazos de las obligaciones
pendientes del concursado, las que deberan verificarse, lo que hace que la nueva norma resulte
inaplicable. En caso de continuacién del contrato, la autorizacién judicial implica el manteni-
miento de los plazos. Sin embargo, atento a la forma en que se expresa la norma, se entiende que
los efectos concursales de la caducidad de los plazos en estos casos solo son operativos respecto
de la resolucién del contrato, considerandose vencidos los plazos de las obligaciones pendientes
del concursado, las que deberan verificarse pues en caso de continuacion, la autorizacion judicial
implica el mantenimiento de los términos de cumplimiento de las respectivas prestaciones.
Contrariamente, se ha entendido que tal efecto se produce cuando se reconduzca el contrato
por iniciativa del concursado, por la necesidad de que exista simultaneidad en el cumplimiento
de las prestaciones (CAMARA, TONON), lo cual no es asi porque la simultaneidad que puede exigir
el tercero, conforme lo autoriza la norma (ultima parte del primer parrafo), para cumplir con su
prestacion, solo se refiere a las del con cursado anteriores ala presentacion y no a las posteriores
que proseguiran con su correspondiente plazo de vencimiento. Para otros, se aplica cuan do el
cocontratante exija el cumplimiento del contrato; asi, autorizado ello, las prestaciones a cargo del
concursado se consideraran vencidas, previa autorizacion judicial para su cumplimiento (Rour-
LLON), pero tal solucién no se condice con la conveniencia concursal, que ante la venia judicial
impondria, a fin de posibilitar el cumplimiento, como ya expusimos, el mantenimiento del plazo.
Realmente no convence ninguna posicién por lo que debiera suprimirse la frase inicial del tercer
parrafo del art. 20, LCQ.
El tercero podra también solicitar la ejecucion del contrato, entendiéndose que la facultad
se encuentra implicita, respecto de lo cual, en definitiva, resolvera el juez. En tal caso, el deudor
podra requerir autorizacion judicial para cumplir, y sino lo hace, o no obtiene la venia judicial, se
tendra por resuelto el contrato, No se trata de una solicitud de autorizacién por parte del tercero
para reconducir el contrato, sino que su legitimacién se limita a un mero impulso, a fin de que se
presente el deudor, solicite la autorizacion y el juez pueda pronunciarse. Si el tercero opta por el
cumplimiento per se, debera verificar su crédito concursal.
Si superados los términos legales ninguno de los cocontratantes se pronuncia respecto de la
suerte del contrato, queda resuelto, pues no pueden permitirse efectos concursales a la reconduc-
cidn ipso facto que se haga, pues el concursado carece de autorizacién para ello, y el contrato se
encontraba suspendido desde la presentacion concursal.
2. Servicios puiblicos
La soluci6n impuesta por la ley concursal de 1995 impulsada por las privatizaciones de la gran
mayoria de los servicios publicos, habia sido ya propiciada por la jurisprudencia durante la vigen-
cia de la ley 19.551 a través de las medidas cautelares y se incluye por la ley 24.522 en la segunda
parte del art. 20, LCQ, texto segtin ley 26.684, que deroga la originaria segunda parte de lanorma
referida a los convenios colectivos de trabajo y a la negociacion del convenio de crisis.
La prescripcion legal del art. 20, parte 2, LCQ se aplicaa las empresas prestadoras de servicios
de gas, energia eléctrica, agua y a otras que, si bien no son caracterizadas como servicio publico
por la legislacion especial, lo son desde el punto de vista concursal y de la continuacion de la acti-
vidad empresarial. Es decir que se toma en sentido Jato la frase “servicio publico” desde el punto
de vista del usuario y no del prestatario (RIVERA). En materia concursal debe entenderse por ser-
vicio publico a aquella actividad productora de bienes y servicios con caracteres de esencialidad
y exclusividad -monopolio- , quedando asi abarcadas todas las etapas de produccidn y distribu-
cién -tanto mayorista como minorista- (JUNYENT Bas). Quedan incluidos servicios de transporte,
servicio telefénico, incluso celular.
La norma trata de proteger al deudor frente a las empresas prestadoras de servicios en cuanto
a que, solicitado el concurso preventivo, las deudas originadas por los servicios ptblicos presta-
dos anteriores ala presentaci6n no autorizan a las empresas prestatarias a cortar el suministro de
estos. La solucion legal es sumamente razonable porque si al concursado se le corta el suministro
de los servicios es imposible que pueda seguir produciendo, por lo que la soluci6n preventiva que
propone la ley concursal se veria truncada.
Se prevé que no se suspendan los servicios publicos prestados al concursado por deudas an-
teriores a la demanda concursal. La previsi6n legal también implica la continuaci6n ipso iure de
este tipo de servicios luego del concurso, aunque no existan deudas pendientes ni corte de sumi-
nistro; las posteriores seran consideradas gastos del concurso y deberan abonarse al producirse
su exigibilidad. En el caso de que el servicio ya se encontrase cortado al momento de la presenta-
cién concursal, debera reestablecerse con la apertura del concurso, pues el fin de la norma es el
mantenimiento del servicio para la continuacion del giro empresarial. Es irrelevante que el corte
se haya producido anteriormente por mora del deudor, 0 que se realice por la presentacion en
concurso preventivo, ello en virtud de que la norma imposibilita la suspensién del servicio por
deudas con origen en fecha anterior a la apertura concursal, las que indefectiblemente deberian
estar en mora para ser exigibles y posibilitar el corte del servicio.
No resulta aplicable el régimen cuando el contrato de servicio fue resuelto antes de la presen-
tacién concursal, pues dicho contrato ha quedado extinguido.
EI prestador del servicio debe concurrir a verificar el crédito anterior; respecto de los poste-
riores, deben ser abonados por el concursado a su vencimiento, reconociéndoseles la preferencia
del art. 240, LCQ, bajo apercibimiento de suspender el servicio.
ERREIUS 177
CAPITULO XIII
I. INTRODUCCION
Uno de los caracteres sobresalientes del concurso es la universalidad, por medio del cual se
afecta al proceso todo el patrimonio cesante. Y, con el fin de efectivizar la universalidad tanto en el
concurso preventivo como en la quiebra, la ley concursal prevé distintas disposiciones de caracter
procesal, para producir entre otros efectos el fuero de atraccion. En el concurso y en los supuestos
en que se ejerce el fuero de atracci6n, juicios que recaen ante jueces de una determinada compe-
tencia material pueden ser resueltos por jueces concursales.
El art. 21 originario de la ley 24.522, como era tradicién en el derecho concursal local disponta
el fuero de atraccién pasivo, como principio recto del proceso, lo que importaba el desplazamien-
to de la competencia de los jueces naturales. A partir de 2006, con la reforma de la ley 26.086, el
art. 21, LCQ, impone el fuero de atracci6n, la suspension de acciones y la prohibicion de deducir
nuevas como regla y estipula importantes excepciones. La norma es netamente de orden publico,
inderogable e irrenunciable.
El principal defecto de la nueva regulaci6n se encuentra en las innumerables excepciones
incluidas, que sin fundamentos concretos y concursales destruyen la regla, con la unica finalidad
de descongestionar los juzgados comerciales capitalinos, aunque se ha afirmado que esta es la
orientacion de las legislaciones de derecho comparado modernas (HEREDIA). La reforma adolece
de varias fallas, como la falta de control reciproco de los acreedores en los juicios no atrafdos, el
fallido rol de la sindicatura en dichos procesos, el perjuicio que se produce en la conformaci6n
del pasivo que se dilata tanto como tiempo lleven aquellos juicios continuados en sede originaria,
una extraconcursalidad que limita el principio de concursalidad, ello sin perjuicio de los costos
procesales y la duplicidad de vias para el reconocimiento de un derecho y su consiguiente crédito.
Tanta importancia les da la ley a las estipulaciones del art. 21, LCQ, que sanciona con la nuli-
dad las convenciones contractuales contrarias a dichos dispositivos (art. 22, LCQ). Admitir dichos
pactos destruiria los principios que fundan el concurso, tanto como instituto como proceso, y en
caso del art. 21, LCQ, especialmente la universalidad, la colectividad, la concurrencia y la igual-
dad entre los acreedores. La nulidad que se declare sera absoluta y podra ser decretada ex officio
por el juez exista o no denuncia del sindico o de alguin interesado.
Los efectos que produce el concurso sobre los juicios contra el concursado y especialmente
los efectos que produce el concurso preventivo, son la suspension de acciones, el fuero de atrac-
cion y la prohibicion de iniciar nuevas acciones contra el deudor.
ERREIUS 179
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Por supuesto que esto viene limitado a las acciones de contenido patrimonial, como surge
del proemio de la norma; por lo que no se incluyen los juicios referidos a cuestiones personales o
que no se relacionan con bienes del concursado, Los juicios con contenido patrimonial son todos
aquellos que tengan una apreciacién pecuniaria en su resultado, es decir que importe un aumen-
to o disminucion del activo o del pasivo.
Las reglas se imponen a los juicios, por lo que se excluyen los procesos administrativos y, por
el contrario, abarcaria los procesos arbitrales que importan juicios decididos por justicia privada.
También, desde el punto de vista subjetivo, debe considerarse que el fuero de atraccion es sola-
mente pasivo, es decir en relacién a los juicios contra el concursado no afectando los juicios en
que el concursado acttie como actor. Y siempre, que los procesos se basen en créditos de causa o
titulo anterior a la demanda de concurso preventivo.
Ningtin efecto produce la mera demanda de concurso preventivo, nila sentencia de apertura
sobre los juicios contra el concursado, sino que el efecto se produce a partir de la publicacion de
edictos. La norma hace referencia a la primera publicacién, atento a que el fundamento de la pre-
vision legal es hacer producir efectos luego de que el concurso no pueda quedar desistido volun-
tariamente, conforme el art. 31, primer parrafo, LCQ. En la practica, el concursado debera acre-
ditar la efectiva publicacion de los edictos, y solicitar al juez que comunique tal circunstancia a
los juzgados para la operatividad del art. 21, LCQ. Por ello, es inoperante presentarse en concurso
preventivo, como se hacia bajo el régimen anterior, para suspender subastas inminentes que es-
tén apremiando bienes del deudor, pues dicha suspension sera operativa luego de la publicacion
de edictos, la que se realiza necesariamente luego de la aceptacién del cargo por parte del sindico,
Mucho mas complicado es determinar el dies ad quem o la finalizaci6n de este efecto en el
concurso preventivo, Las dudas se presentan ante las diferentes disposiciones de la ley en cuanto
a determinar una especie de conclusion del concurso preventivo en el art. 59, desentendiéndose
de la verdadera conclusién ocurrida con el cumplimiento del acuerdo. En realidad, los efectos del
fuero de atraccién fenecen recién con la declaracié6n de cumplimiento del acuerdo (art. 59, in fine,
LCQ), pues alli recién pierde virtualidad la vis attrativa, no asi en la oportunidad de la llamada
conclusion, donde quedan latentes efectos concursales que la hacen operativa. Es decir que el
fuero de atraccion subsiste luego de homologado el acuerdo.
1, Fuero de atracci6n
2. Suspensién de acciones
La suspension implica la imposibilidad de proveer por parte del juez natural, provocando su
incompetencia, lo que importaria la nulidad del acto realizado.
La suspension de los juicios, es el primer efecto, y producido se realiza la atraccion y radica-
cién ante el juez concursal, porque resulta ser necesaria la suspensién para poder cumplir con la
atraccién. Seria antifuncional seguir proveyendo el tramite judicial e impedir la radicacion inme-
diata ante el juez concursal, pues aquello significaria la continuacién del tramite.
El fundamento de la suspension se sienta en dos pilares fundamentales, la paridad entre los
acreedores y la universalidad en su faz pasiva. La suspension y atraccion de los juicios se refiere
unicamente a juicios en tramite, pues no puede producirse tal efecto sobre juicios que no se han
iniciado. La suspension de las acciones es funcional al fuero de atraccién, careceria de sentido
aquella sin este.
Concretamente, como principio, ahora quedan suspendidos todos los juicios afectados al fue-
ro de atraccion y, excepcionalmente, los de conocimiento y laborales, en los que el actor haya
optado por verificar su crédito conforme alas reglas comunes de incorporacién concursal (art. 21,
inc. 2, LCQ). Los juicios suspendidos y atrafdos quedan sustituidos por la verificacion de créditos.
No existe posibilidad alguna de continuar juicios en sede concursal.
Siel juicio se encuentra apelado y radicado en un tribunal de alzada, la suspension y la atrac-
cién no adquieren virtualidad hasta que el ad quem dicte la sentencia correspondiente. Ello se
justifica ya que la congruencia de la decisién de la alzada queda limitada por lo resuelto por el
inferior.
4. Excepciones
4.1. Expropiacién
Ninguna dificultad plantea la excepcidn respecto de la expropiaci6n (art. 21, inc. 1, LCQ), y su
fundamento radica en el bien comtin comprometido, la utilidad publica, que prima por sobre el
ERREIUS 181
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La excepcién de los juicios fundados en relaciones de familia (art. 21, inc. 1, LCQ), radica en
el hecho de la protecci6n especial que merece el interés publico que tutela la instituci6n familiar,
y debe ser limitada en el caso a los juicios de contenido patrimonial.
Cuando los juicios de familia tengan contenido patrimonial quedan afectados por la suspen-
sion y el fuero de atraccidn del concurso preventivo, unica forma de atenerse al principio de uni-
versalidad e igualdad de los acreedores. La excepcidn se refiere a los juicios donde se debaten
cuestiones patrimoniales, como por ejemplo los juicios de alimentos, litis expensas, rendicion de
cuentas familiares, derivados del régimen de sociedad conyugal, etcétera. Reconocido el derecho
patrimonial, en forma cuantitativa y cualitativa en sede familiar, el titular del mismo como acree-
dor del concursado se presentara a verificar su acreencia, valiendo la sentencia que se dicte como
titulo verificatorio.
Los juicios fundados en relaciones de familia sin contenido patrimonial, no se encuentran
incluidos en la norma del art. 21, LCQ, ya que la misma se refiere solo a aquellos con contenido
patrimonial. El derecho de familia comprende normas reguladoras de relaciones personales y
relaciones patrimoniales de orden familiar y solo quedarian afectadas por la vis attrativa las patri-
moniales, por lo que corresponde excluirlas expresamente como lo hace la ley; las acciones naci-
das de relaciones personales familiares quedan fuera del concurso, sin necesidad de que la ley se
preocupe de ellas, pues no son patrimoniales, lo contrario impondria una redundancia legislativa
que pareciera no existir, porque lo que aqui importa son los juicios con contenido patrimonial. Y
mas alla del orden puiblico que impera en la atraccién concursal, el legislador privilegia la especial
tutela -en fuero especial- de las relaciones familiares.
Mas alla de ello, existe una excepcion a la excepcion. Ahora con la norma del art. 717, parte
2, CCC, si alguno de los cé6nyuges se encuentra concursado “en la liquidacién del régimen patri-
monial del matrimonio es competente el juez del proceso colectivo" Se trata de otra previsidn que
descompagina auin mas el sistema concursal, al desfasaje que ha provocado la ley 26.086 debe
sumarsele esta inconsistencia que provoca este idas y vueltas legislativos, porque el f'undamento
que se le dé a la excepcidn concursal destruye el de la norma del CCC y viceversa.
Los juicios de conocimientos en tramite quedan excluidos del fuero de atraccidn y del efecto
suspensivo de las acciones. Como la norma (ine. 2, art. 21, LCQ) se refiere, en cuanto a la excep-
cidn, solo alos que estén en tramite, aquellos que no se hayan iniciado no podran incoarse luego
del concurso, ya que quedaran afectados por la prohibicidn de inicio de acciones de contenido
patrimonial de causa o titulo anterior a la presentacién concursal (art. 21, proemio, in fine, LCQ).
El tramite se inicia con la interposicién de la demanda
Igualmente, el actor podra optar por suspender el procedimiento de los juicios de conoci-
miento y verificar su crédito. En caso de que se opte por suspenderlo, el proceso de conocimiento
muta al de verificacion.
Los juicios en tramite seguiran su curso ante el juez natural que estaba entendiendo y la sen-
tencia que recaiga en estos sera titulo verificatorio.
Antes, la sentencia del juicio de conocimiento continuado valia como verificacion, por lo que
era imperioso que el acreedor-actor que continua con su juicio de conocimiento indicara la pre-
tension de algtin privilegio dentro del concurso, pues la sentencia debia expedirse no solo sobre
el crédito en si, sino sobre su caracter de privilegiado 0 quirografario (ROUILLON). En el ancien
régime, estos juicios eran suspendidos y quedaba a elecci6n del actor continuarlos, en cuyo caso
seguian ante el juez del concurso, Ahora, con la nueva solucién legal un mismo tipo de proceso
puede tener suerte diferente, y solo podra continuar en sede originaria si el actor asilo quiere, en
caso de no haberlo iniciado o cuando se opte por suspenderlo, dicho proceso de conocimiento es
sustituido por la verificacién de créditos.
En caso de que en el juicio de conocimiento no iniciado exista un litisconsorcio pasivo nece-
sario formado por el concursado, por aplicacién del inc. 3 del nuevo art. 21, LCQ, este podria ini-
ciarse ante el juez competente. No valdria la interpretacién hecha sobre la base de que solamente
podran iniciarse los juicios laborales no iniciados y nunca los de conocimiento, aunque exista
litisconsorcio (art. 21, inc. 2, primera parte, y tercer parrafo, primera parte, LCQ), pues, en el juicio
no iniciado, la acci6n queda suplantada por la verificacién de créditos y ello no seria posible con-
tra los litisconsortes del concursado.
ERREIUS 183
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
En cuanto a los juicios laborales, la ley elimina el tortuoso inc. 5 del art. 21, LCQ, que tantas
divergencias interpretativas habia generado, simplificandose ahora sobremanera el sistema.
En el régimen de la ley 19.551 los juicios laborales no eran atraidos por el concurso por con-
siderarse irrenunciable la jurisdiccion de los Tribunales del Trabajo. Luego de la sentencia el tra-
bajador podfa concurrir al concurso solicitando verificacién. Con la ley 24.522 se dudaba de la
posibilidad de continuarse los juicios laborales ante el juez concursal y especialmente los juicios
laborales que pretenden indemnizaciones originadas por accidentes de trabajo promovidos con-
forme a la legislaci6n especial en la materia (ley 24.557 de riesgos del trabajo) quedaban fuera del
fuero de atracci6n y no se suspendian, aunque la cuestidn fue muy debatida.
Claramente, con la ley 26.086 quedan exceptuados del sistema general instaurado por el art.
21, LCQ, los juicios laborales, es decir que estos, iniciados, seran continuados ante el tribunal
laboral y los no iniciados podran iniciarse ante el mismo fuero, salvo que el actor opte por sus-
penderlos y proceder a la verificaci6n de su crédito ante el juez concursal. Resulta acertada la
prevision respecto de los juicios laborales, pues se trata de una materia especifica con diferente
naturaleza que la de los procesos civiles o comerciales, por lo que deben ser resueltas por los jue-
ces de su fuero. En tal sentido, no parece coherente que el actor pueda optar por suspenderlos y
verificar; siempre debiera exigirse la sentencia laboral como titulo verificatorio, sin embargo, la
posibilidad existe y ello quedara a eleccién del trabajador quien evaluara su conveniencia.
La sentencia dictada en sede laboral valdra como titulo verificatorio.
Hay litisconsorcio cuando existe cotitularidad -activa 0 pasiva- respecto de una pretension
unica, o un vinculo de conexi6n entre distintas pretensiones y el proceso debe desarrollarse con
mas de una persona en la misma posicion de parte. Dicho litisconsorcio es necesario cuando exis-
te una pretension tnica y la sentencia solo puede dictarse titilmente frente a todos los participes
de la relacion juridica sustancial controvertida en el proceso, para resguardar el derecho de defen-
sa enjuicio de todos los cointeresados a quienes se le hara extensiva la cosa juzgada material de la
sentencia recaida sobre el fondo de la cuesti6n sometida a litigio. Entonces, es necesario cuando
la relacién o el estado juridico discutible sean indivisibles respecto de varias personas.
Antes de la reforma de 2006, en un caso resuelto por la Corte (Corte Sup., DT 2002-113), don-
de existia un litisconsorcio necesario, se aplicé analogicamente al concurso preventivo el art. 133,
parrafo segundo, LCQ, que para el caso de quiebra disponia que actuaba la vis attrativa (C. Nac.
Com., sala C, JA 1996-111-146).
Ahora conforme la reforma de la ley 26.086, en caso de litisconsorcio pasivo necesario forma-
do por el concursado, el proceso queda exceptuado del fuero de atraccién, de la suspension y de
la prohibicién de incoar acciones nuevas, por lo que continuara su traémite ante el juez de su radi-
cacion originaria (inc. 3, art. 21, LCQ). La norma se refiere a juicios de conocimiento, incluidos los
laborales. No se refiere a los litisconsorcios pasivos necesarios existentes en los juicios excluidos
en los otros incisos del art. 21, LCQ. No existen litisconsorcios necesarios en los juicios ejecutivos,
entonces la excepcién no los abarca; siempre las ejecuciones son suspendidas y atraidas.
Atento a la posibilidad de provocar escandalo juridico a través de sentencias contradictorias,
no puede permitirse verificar contra el concursado y recurrir a la accion comtin contra los otros
litisconsortes, por lo que debe tramitarse el proceso con todos los litisconsortes pasivos ante el
juez originariamente competente o juez natural (doctr. art. 21, inc. 4, LCQ).
La norma queda limitada a los juicios de conocimiento no iniciados y al ejercicio de la opcion
de suspender y verificar los juicios de conocimiento en tramite y los juicios laborales. Entonces,
respecto alos juicios que estan en tramite o aquellos laborales, el actor no podra ejercer la opcié6n
del art. 21, inc. 2, LCQ, de suspenderlos y verificar, cuando exista este tipo de litisconsorcio, pues
ante la excepcidn del inc. 3 de la norma, ellos quedardn excluidos del principio sentado en el
proemio del art. 21, LCQ.
El tercer parrafo de la norma indica que solamente se iniciaran ante el juez competente “las
acciones laborales nuevas’, lo que hace parecer que en caso de que pudieran iniciarse los juicios
de conocimiento con litisconsorcio pasivo necesario lo harian ante el juez del concurso, Ello cho-
ca igualmente con la previsién del sexto parrafo del art. 56, LCQ, que permite la dispensa de la
prescripcion solo para los juicios tramitados en fuero distinto del concursal, Sin embargo, una lec-
tura global del texto nos deja ver que dichas acciones se iniciaran ante el juez natural competente,
porque se encuentran excluidas del fuero de atraccién y luego la sentencia debera ser presentada
a verificar.
Diferente es cuando este litisconsorcio es facultativo, el cual quedara atraido, pero si se qui-
siera aplicar al concurso preventivo, analégicamente, el art. 133, primer parrafo, LCQ, referido a
la quiebra, el actor podria desistir contra el concursado para que el juicio continue en la radica-
cién originaria y verificar su crédito en el concurso. Sin embargo, quedara radicado ante el juez
del concurso sin necesidad de que opere tal desistimiento, ya que el juzgamiento de los mismos
hechos por diferentes jueces conduciria forzosamente, a la postre, a la acumulaci6én del juicio al
pedido de verificacion, sin perjuicio de la posibilidad de dictado de sentencias contradictorias,
por lo que la atraccidn concursal quedara concluida por imperio de las normas locales sobre acu-
mulacién de procesos (art. 189, primer parrafo, CPCCN).
ERREIUS 185
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
5. Medidas cautelares
Antes de la reforma de 2006, regia el principio que imponia que las medidas cautelares tra-
badas antes del concurso no se levantaban. Luego de la reforma de la ley 26.086, en relacién a los
juicios no atraidos, no podran trabarse medidas cautelares y se levantaran las que ya se encuen-
tren trabadas (art. 21, cuarto parrafo, LCQ).
En realidad, ante el concurso las medidas cautelares pierden todo interés para los acreedo-
res que las han logrado trabar ya que sus créditos seran satisfechos conforme el acuerdo que se
homologue y en su caso si este fracasase se liquidaran los bienes en la quiebra y los acreedores
cobraran conforme el dividendo falencial que les corresponda conforme los privilegios. Las me-
didas cautelares trabadas en los juicios individuales son dejadas de lado por las medidas precau-
torias concursales. Es una consecuencia propia del concurso, donde la regla del prior in tempore
potior in iure es superada por la regla concursal de la par condicio creditorum.
5.1. Levantamiento
Atento que en nada beneficia al concurso nia los acreedores mantener las medidas cautelares
trabadas en los juicios individuales, estas deberian ser levantadas de pleno derecho, pues quedan
sustituidas por las medidas precautorias concursales, sin embargo, en los juicios de conocimiento
en tramite, los laborales continuados en sede del trabajo y aquellos en que exista litisconsorcio
pasivo necesario, el levantamiento se hara judicialmente, previa vista a los interesados, aunque
puede ser instado de oficio por el propio juez concursal.
El legislador se refiere a “los interesados’,, pero el tinico interesado, que se veria perjudicado
con el levantamiento de la medida seria el actor en aquel juicio que se tramita ante el juez natural.
No se logra discernir como hara el juez concursal para resolver sobre el levantamiento de tales
medidas si existe oposici6n alguna del actor, cuando el proceso no esta bajo su competencia, ni
tiene conocimiento de él. La resistencia del acreedor resultaria arbitraria frente alos intereses del
concurso, sin embargo, el acreedor embargante puede oponerse al levantamiento de la medida
cautelar, fundandose en la posibilidad de desistimiento por parte del deudor, pues producido el
mismo se veria frustrado el derecho del acreedor si se levantara la medida que tuvo trabada antes
del concurso. Por lo que la oposicion podria ser planteada hasta el inicio del periodo de exclusi-
vidad (arts. 30 y 31, LCQ).
También se correra vista a la sindicatura la cual tampoco tendra conocimiento del expediente.
Esta problematica implica que previo a resolver el juez del concurso debera solicitar la remisién
del expediente lo que producird una lamentable suspension del procedimiento, maxime cuando
se trata de supuestos exceptuados del fuero de atraccién.
En los juicios excluidos del principio del art. 21, LCQ, y en el inc. 1 de dicha norma dichas
medidas contintan trabadas y podran trabarse nuevas, hasta que se decrete el cumplimiento del
concurso pues ello impone su levantamiento. Sin embargo, en el concurso, el embargante pierde
la prioridad que le otorga la medida cautelar. Lamentablemente no se reproduce el texto el art.
21, inc. 4 original de la ley 24.522 el que preveia que dichas medidas podrian ser levantadas por el
juez concursal, previa vista al sindico y al acreedor que obtuvo la medida cuando recaian sobre la
persona o bienes del concursado necesarios para la continuaci6n del giro empresario del deudor.
La ley no hace distincion y también debe ser levantadas las medidas cautelares trabadas en
relacién a créditos privilegiados, sin embargo, este seria un supuesto donde el mantenimiento de
la medida cautelar se justifica porque la existencia de un acuerdo para este tipo de acreedores es
meramente eventual. Aun asi, el acreedor al corrérsele traslado podra oponerse al levantamiento
invocando su interés en la conservacion de la medida.
Especialmente para el caso de las ejecuciones hipotecarias y prendarias, el art. 24, LCQ, prevé
la posibilidad de suspender temporariamente por un maximo de noventa dias habiles, remates
y medidas cautelares que impidan el uso de la cosa gravada, en caso de necesidad y urgencia
evidente para el concurso, teniendo en cuenta la continuacién de la empresa y la proteccidn de
los intereses de los concursados (art. 16, in fine, LCQ). Quedan incluidos en la norma los remates
extrajudiciales del art. 23, LCQ. La suspensi6n unicamente se aplica sobre la subasta o las medi-
das cautelares sin afectar el tramite de la ejecucién. La suspension es temporaria y no definitiva.
Es una forma de sopesar los derechos de todos los acreedores en relacién al tramite concursal.
ERREIUS 187
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
E! plazo improrrogable de noventa dias, en muy poco cambiara la situacion del concursado,
pues si quisiese, no habra logrado atin acuerdo alguno con sus acreedores garantizados con hi-
poteca o prenda y, en definitiva, el bien sera rematado, Debiera admitirse, cuando los intereses
involucrados asi lo requieran, alguna pr6érroga del plazo, Cuanto menos la suspensi6n del remate
debiera mantenerse hasta que el acreedor tuviese sentencia verificatoria firme reconociendo su
crédito.
Se trata de una suspensién que sera decretada, respecto de la subasta, luego de que los acree-
dores hipotecarios 0 prendarios hayan pedido la verificacién de su crédito y continuado con el
tramite de las ejecuciones, pues los actos de ejecucién forzada estaban suspendidos; en cambio
tratandose de medidas cautelares -el secuestro en la prenda- que impidan el uso del bien grava-
do, la suspensién de las mismas puede ser solicitada desde la misma apertura del concurso.
Resuelta la suspensién por el juez, para lo cual debe analizar la cuesti6n en forma restrictiva,
atento la especialidad de la norma, los intereses devengados durante el lapso que dure la suspen-
sidn, seran considerados con la preferencia del art. 240, LCQ. No quedan los intereses devengados
durante la suspension, limitados al producido del bien. La norma se aplica en el supuesto de in-
suficiencia del bien rematado.
La resolucién es apelable al solo efecto devolutivo por el acreedor, deudor y sindico. El efecto
devolutivo impone que decidida la suspensién, la misma tiene virtualidad aun frente a la apela-
cion de la resolucién que la dispone.
La rendicién tramitara por incidentes con la participacion del deudory del sindico, no siendo
necesario que se le corra vista al comité de control ya que no participa en la etapa verificatoria.
Estos remates pueden quedar suspendidos conforme al art. 24, LCQ, por un plazo maximo
de noventa dias habiles por tratarse de una ejecucién, aunque extrajudicial, y ser ese uno de los
fundamentos de la obligaci6n de comunicar al juez concursal la realizacién del acto de remate.
La verificacién de este tipo de créditos, se hace a través de la rendicidn de cuentas, pues del
producido del remate extrajudicial el acreedor cobra su crédito. La rendicién de cuentas que debe
hacerse en el concurso suple la verificacidn del crédito, pues aprobada aquella, queda perfeccio-
nada la venta extrajudicial y el cobro que haya hecho el acreedor con garantia real percibiéndolo
de la ejecuci6n realizada. Hacer verificar la acreencia careceria de sentido cuando se ha desinte-
resado extrajudicialmente al acreedor.
ERREIUS 189
CAPITULO XIV
EFECTOS PERSONALES
I, INTRODUCCION
La sentencia de apertura de concurso preventivo produce ciertos efectos que afectan a la per-
sona del deudor in malis. Y mas alla de convertirlo en “concursado’ es decir, modificarle su status,
se le imponen obligaciones -rectius: cargas- procesales que se fundamentan en la produccién de
los fines del concurso, que en ultima instancia redundan como efectos patrimoniales.
En relacion a los efectos personales la ley 24.522 ha dado un vuelco importante en relacion al
régimen anterior, derogando el sistema de calificacidn de conducta, eliminacion de la detenci6n
del fallido en el caso de conclusién de la quiebra por falta de activo, y a aquel que no prestaba la
correspondiente colaboracién informativa, y atenuaci6n de la restriccion para salir del pais.
El art. 17, segundo parrafo, LCQ, impone la carga al deudor concursado de comparecer al
proceso al solo requerimiento del juez, del sindico o del comité de control. Si bien no se trata de
una norma expresa que impone la cooperacién, como lo hace el art. 102, LCQ para la quiebra, la
prevision del concurso preventivo hace que el deber se equipare.
Su finalidad es la de permitir la reconstruccidn del patrimonio cesante. El deber que impone
la ley concursal, a partir de 1995, ha quedado relativizado con las exigencias documentales in-
formativas que se le requieren al concursado al momento de presentar su demanda de concurso
preventivo, la que permite conocer los hechos y tener acceso a la informacién necesaria para la
reconstruccién patrimonial que debe hacerse en el proceso concursal.
Esta carga no viene impuesta solamente para los concursados personas humanas sino tam-
bién a las personas juridicas, pesando la carga sobre los 6rganos que corresponda, en este caso
el de administracién, y por supuesto sobre los socios con responsabilidad ilimitada. Los socios
con responsabilidad ilimitada en relacion a las sociedades con este tipo de socios (vgs.: sociedad
colectiva, socios comanditados de las sociedades en comandita) no estan sometidos al deber de
colaboracion, ya que el art. 18, LCQ, tnicamente hace extensible a ellos los efectos del desapode-
ramiento atenuado, y no estando concursados no tienen la carga de colaboracion.
El deber de colaboracion implica suministrar al juez y al sindico la informacion que les sea
requerida
Conforme a la norma del art. 274, inc. 1, LCQ, el juez concursal puede ordenar el auxilio de
la fuerza publica en el caso de que sea requerida la comparecencia del concursado para prestar
colaboracién en el proceso y su ausencia no haya sido justificada. La posibilidad correspondiente
ala sindicatura para hacer cumplir al concursado el deber de colaboraci6n surge del art. 275, inc.
3, LCQ, por el cual puede solicitarle las explicaciones que crea convenientes, pudiendo requerir al
juez la imposicion de las sanciones referidas cuando exista negativa o resistencia de los interpela-
dos. También puede requerirle informacién el comité de control (art. 260, LCQ).
ERREIUS 191
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Funcionamiento de la norma
2. Anotacién de la medida
ERREIUS 193
CAPITULO XV
VERIFICACION DE CREDITOS
I, INTRODUCCION
La insolvencia provoca una multiplicidad de efectos que nacen en el Ambito privado extra-
judicial y se desencadenan en la esfera judicial con importante injerencia para el deudor y sus
acreedores. La /itis concursal que se traba en este sentido hace que las leyes concursales desarro-
llen lo mas efectivamente posible un sistema donde se diriman de la mejor manera las cuestiones
entre estos sujetos involucrados,
A los fines del proceso concursal, resulta indispensable que el pasivo concursal quede perfec-
tamente individualizado, tanto cualitativa como cuantitativamente. Para ello las leyes falimenta-
rias legislan los procesos de verificaci6n de créditos, para reconstruir el pasivo concursal, depu-
randolo y evitando acreedores falsos 0 por cantidades abultadas (eventualmente en connivencia
con el deudor) y buscando conocer la verdadera situacion econémica del deudor, orientando el
juicio hacia la soluci6n mas conveniente (MALGARRIGA).
La verificacion de créditos es la maxima expresion de la concursalidad, como principio funda-
mental del proceso concursal que impone que todas las cuestiones patrimoniales sean resueltas
en un unico procedimiento, y por un solo juez. Es entendido también este principio como la reu-
nién o la conjuncién en un solo proceso de todos los acreedores, por ello se lo ha llamado tambien
“concurso de acreedores’ El éxito o fracaso de una ley concursal queda condenado al resultado
del sistema que adopte para el reconocimiento de los créditos, que permita la incorporacion de
acreedores auténticos y evite el ingreso de los falsos (QUINTANA FERREYRA). A partir de la verifi-
cacién, el crédito queda incorporado definitivamente en el pasivo del concurso, como cierto y
legitimo, sin existir procedimiento posterior que permita rever la situacién juzgada.
ERREIUS 195
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Antecedentes
2. Concepto
La verificacion de créditos es una etapa contenciosa del proceso concursal que tiene por fina-
lidad declarar la calidad de acreedor del insinuante en relacién con el concursado y frente a los
demas acreedores, fijando su posicion relativa frente a ellos (Corte Sup., LL 1985-D-564),
Debe tenerse en cuenta que la doctrina italiana, fuente incansable de nuestro derecho con-
cursal, y muy precisamente, en este punto, llama “verificacién’ a la etapa de conocimiento de
los juicios ordinarios, trasladado dicho término a la Legge Fallimentare para realizar lo que los
italianos han llamado /'‘accertamento del pasivo; por lo que en el derecho italiano “verificar” es
comprobar para dar certeza y asi reconocer el crédito. Entonces en la verificacién deben quedar
probados con certeza los créditos que forman el pasivo concursal. Es un sistema para la compro-
bacion de los créditos y su incorporacion al pasivo concursal, busca evitar la inclusion de creditos
inexistentes y la proteccién del acreedor real.
Como el proceso verificatorio esta enderezado a incorporar concursalmente “créditos’, es de-
cir, obligaciones stricfo sensu o rectius: derechos, debe resolver sobre la graduacién de aquellos
como privilegiados (especiales o generales) o quirografarios. En la verificacién, se produce el re-
conocimiento no solamente del crédito sino también del privilegio -en su caso- y del respectivo
grado que le corresponde. La graduacidn de créditos consiste en la determinacién del orden de
preferencia de los créditos de acuerdo con los privilegios concedidos por la ley que en el estado
de graduacion se reconozcan y fija definitivamente la prelacion en el pago que ha de efectuarse a
los acreedores verificados, ya que la distribuci6n, en la eventual quiebra, debe conformarse exac-
tamente a la graduacidn.
En definitiva, la verificaci6n es un procedimiento de admisién de todos los acreedores de cau-
sa 0 titulo anterior ala presentaci6n en concurso o decreto de quiebra, a fin de determinar si im-
porta una deuda del deudor cesante, convirtiendo en concurrente al acreedor concursal.
3. Naturaleza
La verificacién es un tramite procesal especifico, 0 una etapa del proceso concursal. Debe te-
nerse en cuenta que la verificacién, dentro del proceso concursal principal, es una etapa de este,
pero debe considerarsela como un proceso (en sentido amplio) porque esté constituida por una
serie de actos procesales especialmente reglados por la ley falimentaria, a los fines de incorpora-
cidn de los acreedores al concurso (0 pasivo concursal), los cuales se cumplen con independencia
de las restantes cuestiones o tramitaciones que puedan realizarse en el concurso.
El proceso judicial es el conjunto de actos coordinados que tiene por objeto lograr la decision
de un juez, ya sea para dirimir un conflicto, en los juicios contenciosos o para consolidar situa-
ciones juridicas en los voluntarios, lo que se logra a través de una sentencia. Si bien la ley 24.522
titula “proceso de verificacion’, se esta ante una etapa procesal del concurso (MAFFiA), que podra
ser considerada “proceso” en sentido Jato (ALEGRIA). Es un proceso de naturaleza jurisdiccional,
que se desarrolla en una etapa del concurso, entendido este como proceso.
La peticion verificatoria tiene el caracter de una demanda, y la misma ley le otorga los efectos
de una demanda, interrumpe la prescripci6n, impide la caducidad del derecho y de la instancia, y
la sentencia que recae a su respecto hace cosa juzgada (art. 32, parrafo 2, LCQ,
La verificaci6n importa un proceso particular dentro de un proceso general mds amplio, la
pretensién insinuatoria del acreedor reviste el caracter de demanda (ALEGRIA), y la accion veri-
ficatoria sustituye la accion individual impedida de ejercer por la apertura del concurso. Es una
verdadera demanda con caracterizaciones especiales. Es demanda porque produce los efectos
de ella, contiene la pretensién del accipiens, insta la jurisdiccién, pues si bien se presenta ante el
sindico, se resuelve a través de una verdadera sentencia judicial. Y aunque podria decirse que no
da inicio al proceso de verificacion tempestivo -el cual es determinado por el juez al abrir el con-
curso-, lo cierto es que sf incoa la accién incorporativa al proceso concursal por parte del acree-
dor, buscando una tutela juridica. La acci6n promovida a través de la verificaci6n se consuma con
la sentencia que acoge la pretensién y, a partir de esta, surge una nueva accién, la actio iudicati,
de contenido y finalidad diferentes de la anterior, constituyendo un nuevo titulo que sustituye al
originario, Ademas, atento a que no va dirigida directamente al 6rgano jurisdiccional sino a la
ERREIUS 197
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
4. Caracteres
Esta etapa del proceso concursal viene signada por caracteres propios y por otros comunes a
todo proceso judicial.
Por un lado, la verificacidn de créditos en sentido amplio, es un proceso de conocimiento
pleno, ya que se busca el reconocimiento de un derecho, el que debe quedar comprobado con
grado de certeza; es una acci6n sumaria de cognicién, que concluye con una sentencia que tiene
el grado de conocimiento que asume el juez frente a las cuestiones planteadas. Se lo reconoce
como un procedimiento abreviado por la limitaci6n existente en cuanto a las pruebas admisibles,
reducido, en la etapa tempestiva, basicamente a la documental.
También, es contencioso pues implica un conflicto de intereses entre deudor y acreedores,
y entre acreedores entre si, el que eventualmente quedara plasmado expresamente en la etapa
tempestiva de verificacidn, en el caso de que existiesen observaciones al pedido de verificacidn.
Existe un control reciproco entre los acreedores al momento de incluirselos en la masa pasiva.
Aun asi, ante la inquisitoriedad oficiosa que sobresale en esta etapa, solo hay un esbozo de con-
tradictorio y de proceso dispositivo, quedando el conocimiento pleno reservado para la etapa
eventual (GALINDEZ). Tiene un grado de contradictoriedad, pues el deudor u otros acreedores en
la etapa tempestiva o el deudor en la etapa eventual pueden oponer defensas a la pretension veri-
ficatoria: es el llamado “control reciproco’ Asi se declara a un acreedor como tal, frente al deudor
y alos demas acreedores.
Es un tramite netamente causal, ya que debe conocerse la causa fuente del crédito que se pre-
tende incorporar al pasivo concursal.
Se esta ante un proceso tipico que la ley concursal estatuye en un tinico procedimiento, ex-
cluyendo cualquier otro remedio ordinario, en resguardo de la par condicio. Ello, aunque la ley
establezca ciertas verificaciones especiales, ya sea que se trate de acreedores con garantias reales,
acreedores con derecho a pronto pago, etc., pues siempre se excluye a la accion individual y se
la sustituye por la verificaci6n. También es un proceso necesario, porque es la tinica via de in-
corporacion concursal por parte de los acreedores. Y, finalmente, es unico y excluyente, pues, en
principio, no existe la posibilidad de deducir las acciones individuales y las que se hayan iniciado,
en principio, quedan suspendidas. Ello no quita que se esta frente a una etapa procesal rapida y
simple, que privilegia estas caracteristicas por sobre la seguridad juridica.
5. Etapas
La verificacion concursal se desarrolla dentro de la legislacion concursal actual en dos etapas
bien definidas, una necesaria y otra eventual.
La ley determina diferentes formas de verificar créditos, a las cuales GARAGUSO ha clasificado
diferenciando la verificacién tempestiva ante la sindicatura que necesariamente existe en el pro-
ceso concursal por determinacion del juez en la sentencia de apertura (arts. 32 y ss., y 200, LCQ)
y las verificaciones eventuales que pueden o no existir en el concurso, incidentes genéricos (arts.
280 y ss., LCQ; revisiones, art. 37, LCQ; verificaciones tardias, art. 56, parrafo 6, LCQ; verificacio-
nes de créditos incidentales, art. 202, LCQ), incidentes especificos (pronto pago, arts. 16, segunda
parte, y 183, LCQ), juicio incidente especial (accién por dolo, art. 38, LCQ), juicios de incidentes
auténomos (verificacidn tardia luego de finalizado el concurso, art. 56, parrafo 6, LCQ), simple
incidencia (art. 20, primer parrafo, LCQ).
La etapa necesaria de verificacion es la que se desarrolla en sede del sindico del concutso,
la cual, como la convocatoria de los acreedores a participar del proceso concursal se hace en un
término perentorio, se la denomina también tempestiva. En la etapa tempestiva no hay oficiosi-
dad, sino que son los sedicentes acreedores quienes deben insinuarse, pero existe una importante
inquisitoriedad que limita el principio dispostivo.
Dicha participacidn de los acreedores, fenecida la etapa tempestiva puede hacerse en el se-
sundo tramo verificatorio, el cual se denomina etapa eventual de verificacidn, Este periodo es
asi denominado porque su existencia es contingente. Ello porque esta fase, conformada por los
incidentes de revision y los de verificacién tardia existira si se dan ciertas circunstancias para el
desarrollo de los referidos incidentes. Por un lado, debiera haber disconformidad, del deudor o de
los acreedores, en relacién a las declaraciones de admisibilidad 0 inadmisibilidad dispuestas por
el juez en la sentencia de verificaci6n, para alli incoar revisiones; y por otro lado, debiera darse el
hecho de que existiesen acreedores que no se presentaron tempestivamente a verificar y deberan
para ello iniciar verificaciones tardias.
Por supuesto, que ambas fases son resueltas por el juez del concurso, tinico sujeto con poder
jurisdiccional para ello, la primera a partir de una sentencia que puede ser impugnada a través
de la revision, y la segunda, también por medio de una sentencia, pero ella se dirime a través del
recurso de apelacion y finalmente el asunto sera resuelto por la alzada.
En cuanto a la oportunidad en que se desarrolla, se distingue, también, la verificacién tem-
pestiva de la tardia, La primera, es la ordinaria, y se desarrolla en el perentorio plazo fijado le-
galmente, que incluye la verificacidn necesaria y el incidente de revisién de la etapa eventual y
la segunda, siempre eventual, que se inicia vencido el plazo tempestivo de verificacién, con el
limite de la prescripcién de la accion respectiva, la cual es implementada a través de un régimen
incidental de verificacién tardia.
6. Acreedores comprendidos
Todos los acreedores de causa o titulo anterior al concursal por principio de la concursali-
dad quedan sometidos a las reglas de la ley falencial y todos deben, en aplicacién del principio
de concurrencia, ejercer sus derechos en el proceso concursal. Esto constituye la colectividad de
acreedores. Resulta necesario que los acreedores anteriores al concurso, se insintien a través del
procedimiento de verificacidn de créditos para incorporarse al pasivo concursal y asi participar
del proceso universal.
Se descarta de plano la existencia de una obligacidn de los acreedores de verificar, pues no se
impone sancidn alguna por su incumplimiento, salvo aquellos casos especiales donde el ejercicio
del derecho es un deber y no una potestad para quien debe ejercerlo por el acreedor (curador,
tutor, representante persona juridica, etc.). Claramente es una carga procesal entendida como
la situacion de necesidad de realizar determinado acto para evitar que sobrevenga un perjuicio
procesal que se impone en interés propio del interesado.
En principio, todos los acreedores concursales -es decir, aquellos de causa o titulo anterior-
quedan sometidos a la verificacién de sus créditos conforme a las formas que determina la ley
concursal (arts. 32, 125 y 126, primer parrafo, LCQ).
Quedan comprendidos en la expresi6n “créditos” no solo aquellas obligaciones dinerarias,
sino también cualquier otra obligacion de dar, y, por qué no, obligaciones de hacer y de no hacer
que puedan traducirse en obligaciones pecuniarias. Se incluye también a los acreedores privile-
giados, sin importar tampoco la naturaleza del crédito de que se trate, incluidos los créditos con
garantias reales.
Son acreedores concurrentes aquellos que se insinuian al pasivo concursal por cualquiera de
las vias previstas por la leyy el crédito verificado convierte al acreedor concursal concurrente en
ERREIUS 199
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
acreedor con derecho a participar del proceso universal concursal (PROVINCIAL). El acreedor no
concurrente no pierde su derecho, pero si prescribe su accién.
Mas alla de lo afirmado, no todos los acreedores son llamados a este proceso colectivo, en
principio solo los de causa o titulo anterior a la presentacidn en concurso preventivo o a la decla-
racion de quiebra (art. 32, LCQ).
Pero tampoco todos los acreedores posteriores quedan fuera del proceso, pues aquellos que
tengan un crédito de causa posterior al concurso preventivo o la quiebra y queden englobados en
los arts. 240 o 244, LCQ, pudiendo ser considerado gastos del concurso 0, como los denomina la
doctrina italiana, gastos prededucibles, también participan de este proceso, pero en forma dife-
rente de la de los anteriores, en principio sin necesidad de presentarse a verificar sus créditos. Los
demas acreedores posteriores no participan del concurso pudiendo ejercer sus acciones indivi-
duales, pudiendo incluso pedir la quiebra.
Los acreedores de causa 0 titulo anterior, no concurrentes no permanecen en las mismas con-
diciones que antes del concurso, pues pierden el ejercicio de las acciones individuales e incluso
de la colectiva, al no poder solicitar la quiebra de su deudor in malis, pues esta ya esta declarada
y su crédito es de causa o titulo anterior. Por ello, la participaci6n en el concurso resulta indispen-
sable para estos acreedores. Convertirse en concurrente es la tinica forma que les resta para hacer
valer sus derechos.
También deben verificarse los créditos que se discuten en sus acciones individuales, los cré-
ditos laborales con derecho a pronto pago y las acreencias con garantias reales, incluso las que
tienen la facultad de ejecucién extrajudicial. Para ello, la ley se prevé que la sentencia recaida val-
dra como titulo verificatorio -no como verificacion-, importando ello la necesidad de incorporar
dicha sentencia concursalmente a través de la verificacién de créditos (art. 21, parrafo 4, LCQ).
También podra el actor suspender el juicio y optar por verificar.
Tampoco importa una excepcion a la carga verificatoria el caso de los acreedores laborales
con derecho a pronto pago, pues dicha preferencia temporal en el cobro importa necesariamente,
cuando es admitida, una verificaci6n especial (art. 16, segunda parte, LCQ). El hecho de que la ley
concursal otorgue una preferencia temporal, en la ejecucidn, a los créditos con garantia real no
obsta a que aquellos deban verificarse concursalmente (art. 126, segunda parte, LCQ).
De la misma manera, la rendicion de cuentas del art. 23, LCQ, importa una verificacion espe-
cial del crédito involucrado.
En el supuesto de los arts. 20 y 143 inc. 3, LCQy los créditos adeudados por el concursado por
contratos con prestaciones reciprocas pendientes, cuando se decide su continuacidn, se verifica
el crédito a fin de que sea abonado en forma inmediata. En el de los arts. 138 y 188 LCQ -obliga-
ciones de restitucion de bienes a terceros que no son propiedad del fallido- y el de los arts. 139
y 140 LCQ -cuando se pretende la recuperacién de la posesién de bienes remitidos al fallido-,
se verifica una obligacién de hacer de cumplimiento en especie, que importa la exclusién de un
del activo concursal. En estos casos, existe una verificacién especifica pues necesariamente debe
reclamarse el cumplimiento de la prestacion a cargo del concursado (pago de la obligacion pen-
diente o restitucién de la posesi6n) solamente por via concursal, excluyéndose el ejercicio de la
accion individual.
La ley llama a verificar a los garantes de estos acreedores concursales, entendiéndose inclui-
dos los fiadores, avalistas y terceros hipotecantes. Deben presentarse a verificar sin importar que
hayan pagado o no la obligacion a cargo del cessatus, se trata de la verificaci6n de créditos no ac-
tuales. En el caso de los garantes, la sola posibilidad de que eventualmente tengan que pagar co-
loca a estos acreedores en situacién para peticionar la verificacion del monto respectivo, para que,
si ese pago se concreta, exijan al concurso la repeticion pertinente, y en el caso de que se trate de
una condici6n resolutoria, sus titulares perciban el dividendo concursal, aunque otorgandose ga-
rantia suficiente para restituir lo obtenido en caso de cumplimiento de la condici6n (GALINDEZ).
También debe presentarse a verificar cualquier otro acreedor con créditos accesorios 0 con-
dicionales, sin perjuicio de que las sumas correspondientes a ellos sean reservadas hasta el mo-
mento en que el hecho que determine el nacimiento del crédito se cumpla, pues la verificacion
es condicional. Para el c6mputo de las mayorias en el acuerdo preventivo estos acreedores solo
participaran cuando su crédito se haya convertido en actual por el cumplimiento de la condicién.
Los créditos eventuales no pueden verificarse hasta que no se constituyan en créditos reales, ya
sean accesorios de otros o condicionales.
2. Demanda
ERREIUS 201
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La verificaci6n tempestiva se lleva a cabo en forma extrajudicial en la oficina del sindico, don-
de deben presentarse los pedidos de verificacién por parte de los acreedores, y también es el am-
bito donde estos, el deudor y los trabajadores de la empresa deben informarse sobre las efectivas
insinuaciones a fin de presentar las observaciones 0 impugnaciones que crean convenientes. Se
realiza, en la sede sindical, un miniproceso verificatorio de cognilio sumaria (RIVERA - ROITMAN
- ViToLo). Por ello la ley impone al funcionario tener durante esta etapa oficina abierta al publico
(art. 275, inc. 7, LCQ).
2.1. Recaudos
El art. 32, parrafol, LCQ, dispone que la demanda de verificaci6n, sin formas sacramentales,
debe hacerse por escrito, acompanando los titulos justificativos con dos copias firmadas, cons-
tituyéndose domicilio ad lifem, y aunque la norma no lo determine, debe expresarse el domici-
lio real, pues debe ser conocido para que el sfndico lo incorpore en el informe individual. En la
actualidad con la digitalizacién de los procesos judiciales se han buscado diversas variantes a la
presentacion de las verificaciones en formato papel, sin embargo, en la practica ha primado dicho
formato siendo luego la demanda y su documentacion pasada a formato electronico por el sindi-
co para acompaniarla junto con el informe individual.
En concordancia con la presentacion extrajudicial que se hace, no se necesita patrocinio le-
trado, aunque nada excluye que el acreedor se presente a verificar a través de dicho patrocinio
debiendo, si, hacerse cargo de sus honorarios. De la misma manera, si el acreedor se presenta a
través de un apoderado, no resulta necesario que este sea abogado matriculado. En el caso de que
la presentacién se haga a través de un gestor judicial, como el sindico carece de facultades para
admitir dicha presentacion (art. 48, CPCCN), debe ponerlo en conocimiento del juez, quien resol-
vera al respecto sobre las razones esgrimidas por el presentante invocando la franquicia referida.
Presentada la demanda en la oficina del sindico, este debe colocar cargo (nota fechada) de la
presentacion, en el escrito y en la documentacién acompanada, devolviendose los originales —-de
la instrumental- sin perjuicio de que luego pueda exigirse su presentacidn, y, si no se lo hace, la
omisi6n resulta elemento obstativo de la verificacion. Por imposibilidad de datarla, y por el hecho
de que no podria abonarse el arancel verificatorio, resulta impeditivo que se admitan demandasa
través de telegrama, carta documento o misivas de cualquier otra naturaleza.
La ley exige dos ejemplares copiados de la documentacion, uno para formar el legajo pres-
cripto por el segundo parrafo del art. 33, LCQ, y otra para agregar al expediente principal o al
legajo de copias del art. 279, LCQ, segtin lo ordene el magistrado. Exigencia que con el expediente
electronico carece de toda importancia.
rio. La necesidad de indicar puntualmente el privilegio que se reclama, hace al contenido mismo
de la pretension, y no pueden presumirse inadvertencias ni actuar oficiosamente en cuestiones
que son de interés estrictamente privado y patrimonial, y por lo tanto esencialmente renunciables
sin cortapisa. La excepcion se presenta frente a los créditos laborales donde, si bien a partir de la
ley 24,522 son renunciables en parte, dicha renuncia no puede ser tacita, por lo que la omision de
indicar el privilegio no obstaria su reconocimiento judicial.
Deben acompaniarse los titulos justificativos del crédito, de suma importancia, ya que se esta
ante un procedimiento eminentemente documental (MAFFiA). La falta de acompanar los titulos
justificativos obsta la verificaci6n. El titulo justificativo “constituye el documento que representa
un hecho o acto juridico -compraventa, mutuo, etc.- , pero para que el documento sea una cosa
representativa de un hecho es necesario que ese hecho se produzca en el momento de la forma-
cién del documento, es decir, al tiempo de su redaccién; de este modo, el hecho representado por
el documento debe ser percibido por quien lo describe en el momento mismo en que escribe -
principio de inmediatez entre el hecho y su documentacién-; cuando al contrario, el que forma el
documento describe un hecho que ha cumplido o percibido en el pasado, no hace un documento
sino una testimonianza...” (CAMARA).
2.3.1. Antecedentes
A principios del siglo XX y hasta principios de la década del 80, en los concursos, quedaban
incorporados créditos inventados y documentados en titulos abstractos y quiza quedaban afuera
verdaderos acreedores. Frente a ello, la jurisprudencia reacciond, y con dos muy famosos plena-
rios conocidos como “Translinea” (C. Nac. Com., en pleno, ED 85-520) y “Difry” (C. Nac. Com.,
en pleno, ED 88-583), se traté de poner coto a la situacion. Alli se resolvié que el verificante con
fundamento en titulos abstractos debia declarar y probar la causa determinante de la creacion del
documento si el portador fuese el beneficiario inmediato, 0 las determinantes de la adquisicién
de estos por el portador, de no existir tal inmediatez. Se buscé asf evitar el consilium fraudis entre
deudor y acreedor. Las primeras discusiones que surgieron a la luz de estos plenarios capitalinos
fueron si su aplicacion se circunscribia a la verificaci6n eventual, Ambito donde se habian dictada
ose extendian también a la verificacién tempestiva.
En principio, tal jurisprudencia fue aplicada estrictamente, pero luego, a principio de la dé-
cada del 90 (C. Nac. Com., sala C, LL, 1991-A-494, C. Nac. Com., sala B, JA, 14/7/1999) -aunque
los primeros antecedentes son de fines de los 80 (C. Nac. Com., sala E, LL, 1986-E-87, C. Nac.
Com., sala D, LL, 1987-C-187)-, ha sufrido morigeraciones, limitandose su aplicaci6n a la etapa
eventual (incidente de revisién y de verificaci6n tardfa), marco donde se dictaron los plenarios,
tornandosela mas flexible en materia probatoria, para asi evitar el efecto contrario al que se ha-
bia buscado, es decir, incorporar concursalmente a acreedores inventados perfectamente docu-
mentados, excluyéndose a verdaderos acreedores cuyas operaciones, en la practica, solamente se
instrumentaban a través de titulos abstractos incausados. Consecuentemente, se sostuvo que en
la etapa tempestiva es suficiente la indicacidn -no comprobacion- del monto, causa y privilegio
ERREIUS 203
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
del crédito, presumiéndose de alguna manera la causa del negocio juridico, teniendo en cuenta la
actitud asumida por el acreedor insinuante y el deudor concursado. Marria lo explica afirmando
que quien pide verificacion tempestiva - donde entiende que el pedido no es una demanda- debe
solo indicar la causa de su crédito transfiriendo al sindico la comprobacién de esta, transforman-
do una carga del acreedor en un deber sindical; en cambio, en la via incidental, debe cumplir con
los requisitos de la demanda en sentido procesal y probar las alegaciones que se hacen respecto
de la causa.
ERREIUS 205
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
No debe perderse de vista que de lo que se trata el proceso verificatorio es de determinar judi-
cialmente la conformacién del pasivo concursal, tratando de reunir todos los elementos de juicio
pertinentes para poder comprobar judicialmente, con un grado aceptable de certeza, la verdadera
conformacidén del pasivo concursal (RIVERA — ROITMAN - ViTOLo),
La cuestidn gira alrededor del tema de Jas cargas probatorias, consideradas objetivamente, es
decir que la conducta del acreedor sera tendiente a probar la causa del crédito, ello porque desde
el punto de vista subjetivo, y por mas inquisitivo que se entienda al procedimiento tempestivo de
verificacion, el juez sino tuviese por acreditada la causa de la obligacion no verificara el crédito y
el perjudicado sera el acreedor. Si bien el unico medio de prueba que puede utilizar el insinuante
es la documental, debera indicar también los demas medios probatorios que corresponden a la
investigacion del sindico. Y la omisi6n probatoria del sindico inicamente perjudicara al acreedor,
sin que exista norma que supla el caso de duda.
Pero la cuestién no queda cerrada, y como se esta ante créditos conformados entre deudor
y su acreedor que seran oponible al resto de los acreedores, resultara facil tener perfectamente
documentada la causa de un crédito inventado y por el contrario, no haberse instrumentado co-
rrectamente una acreencia verdadera. En principio debe primar la acreditacidn de la causa que
corre por cuenta del acreedor, y queda en manos de los jueces evitar el concilio fraudulento entre
el deudor y su acreedor.
Debe sumarse al crédito que se pide verificar corriendo la misma suerte que él, en el sentido
de que si se verifica o se declara admisible el principal, el arancel sera abonado juntamente con
aquel; caso contrario, el arancel se pierde, La accesoriedad hace que el arancel se pague en mone-
da concursal, como crédito quirografario sin necesidad de ser verificado por ser posterior al con-
curso, lo que impide también, que el acreedor participe con el crédito del arancel en el computo
de las conformidades para la existencia del acuerdo preventivo. En la quiebra, sera incluido en
el proyecto de distribuci6n final, sin ningun privilegio, a prorrata con los créditos quirografarios.
La sindicatura debera rendir cuentas de la afectacion de los montos recibidos por el arancel
previo a percibir sus honorarios, para asi imputarse el remanente a cuenta de aquellos. Si bien no
existe norma expresa, resultaria acertado que el sindico rindiera cuentas en el mismo momento
de presentarse los informes individuales.
La ley 25,589 del 2002, incorpora el art. 32 bis, LCQ, que habilita a solicitar verificacién de
créditos no solo al fiduciario sino a todo aquel que ejerza la representacién de la colectividad de
acreedores respectiva (érustee), sin necesidad de otorgamiento de poderes especiales ni de ratifi-
cacién alguna, siendo suficientes a tales fines los contratos o documentos en virtud de los cuales
se inviste al legitimado y de donde surge la extensién de la representacién que ejerce.
La reforma soluciona el problema planteado por la ley 24.522, tratando de descomprimir las
tensiones provocadas por la verificacion de estos créditos en grandes concursos, aunque ya se
habia admitido antes de la reforma la verificaci6n de estos créditos a través del fiduciario.
La ley solo regula el supuesto para el concurso preventivo, aunque el dispositivo resulta apli-
cable a la quiebra, por analogia (doctr. arts. 16, C6digo Civil y 159, LCQ).
La regulacién legal se ocupa de la legitimacion activa para demandar la verificaci6n de los cré-
ditos instrumentados en titulos emitidos en serie. Se trata de una representacion de indole legal,
determinada solamente para esta actuaci6n procesal cuyo ejercicio es facultativo.
Se habilita a solicitar verificacién de créditos no solo al fiduciario sino a todo aquel que ejerza
la representacion de la colectividad de acreedores respectiva (trustee), sin necesidad de otorga-
miento de poderes especiales ni de ratificacién alguna, siendo suficientes a tales fines los contra-
tos o documentos en virtud de los cuales se inviste al legitimado y de donde surge la extensi6n
de la representaci6n que ejerce. Nada impide, sin embargo, que cada uno de los acreedores se
presente individualmente a insinuarse al pasivo, pues el mandato no enerva las acciones parti-
culares.
En cuanto al arancel verificatorio, corresponde que sea abonado por cada uno de los acreedo-
res, en resguardo de la paridad que debe primar entre ellos, sin perjuicio de que se presenten en
forma individual 0 a través de representaci6n fiduciaria.
ERREIUS 207
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
sustituir la actividad del deudor y de sus acreedores, pues cada uno cumple un rol diverso en esta
etapa de verificacién tempestiva.
El art. 33, LCQ determina la actividad informativa-inquisitiva que la sindicatura debe realizar
en la etapa tempestiva como asi también la forma en que debera conservar la documentacion que
recopile y hacer constar la actividad realizada.
En este esquema, las directivas de la norma proporcionan al sindico la facultad eldeber de
realizar todas las compulsas necesarias en los libros y documentos del concursado y, en cuanto
corresponda, en los del acreedor, para determinar la debida composicién del pasivo, agotando
todos los medios de investigacién id6neos a su alcance para formarse una opinién cabal y fun-
dada respecto de cada reclamo creditorio a fin de aportarle al juez, por intermedio del informe
individual, todos los elementos de juicio necesarios para la averiguacion real de los créditos con-
currentes.
Existe un deber del sindico de realizar una tarea investigativa e inquisitiva en la etapa tempes-
tiva para informar y aconsejar fundadamente sobre la incorporacién o no de un crédito al pasivo
concursal, y la ley, para ello, le otorga facultades para el cumplimiento de dicho deber. La ley im-
pone y reconoce al funcionario concursal facultades-deberes que posibilitaran la realizacion de
la tarea informativa-inquisitiva.
Para tal labor, el sindico va a tener en cuenta las constancias obrantes en los legajos de acree-
dores presentados por el deudor junto con la demanda de concurso preventivo, sumandose a ello
la documentacion que presente cada acreedor al insinuarse, con mas toda aquella instrumental
que el funcionario haya podido recabar y aquella que se haya presentado al momento de impug-
nar los créditos. Es por ello que la ley le impone la obligacién de conservar dichos legajos y formar
los de aquellos acreedores no denunciados por el deudor.
Esta actividad tiende a formar la opinion del sindico sobre cada una de las acreencias insi-
nuadas, lo que quedara plasmado en el informe individual que debera emitir dictaminando al
respecto.
Ciertamente el quehacer del sindico en la etapa tempestiva de verificacién es una de las mas
importantes del concurso, donde debe reconstruir el pasivo concursal para asi informar al juez,
pero ello no implica que deba suplir las actividades de los demas sujetos intervinientes, quienes
deben cumplir con sus roles procesales en el acotado margen que determina la ley.
Esta tarea del sindico se diferencia segtin si la investigacién o el ejercicio de las facultades
inquisitivas deben realizarse sobre elementos existentes en poder del deudor, 0 si se hace sobre
constancias del acreedor. Respecto del deudor concursado, el sindico debe realizar todas las com-
pulsas necesarias en sus libros y documentacion. La compulsa sobre los libros del acreedor es a
los fines de acreditar el crédito insinuado.
El funcionario no realiza una auditoria sobre los libros, en términos definidos actualmente
por la profesién contable ya que una auditoria tiene por finalidad opinar sobre la “razonabilidad”
de la informacién vertida, y por ello permiten manejarse sobre bases selectivas utilizando méto-
dos estadisticos, en el proceso concursal se debe indagary determinar la veracidad de la acreen-
cia. Sin embargo, se ha propiciado la utilizacion de tal técnica de auditoria sobre bases selectivas
cuando imposibilidades materiales o extensas partidas asi lo exijan, entendiéndose utilizables las
herramientas que otorga la auditoria contable, como la identificacion de los papeles de trabajo
para que a través de ellos, se determine cada una de las acreencias insinuadas, la planificacion
de la tarea a desarrollar para considerarla incorporable o no al pasivo concursal, para llegar a la
ejecucidn de un proceso de seleccién, examen y andlisis para concluir sobre la procedencia 0 no
de la verificacién, segtin la mayor o menor confiabilidad de la informaci6n recabada (Casapio
MARTINEZ).
Sobre los libros del deudor debera realizar una auditoria contable, pero cuando los elemen-
tos deban ser recabados de constancias del acreedor, sobre él, solo puede investigar de manera
instructoria, sobre la instrumental que sea pertinente al crédito insinuado, es decir, lo que antes
se conocia como una exhibicién parcial de sus libros (art. 331, CCC). La ley faculta al sindico,
para realizar su tarea, a valerse de todos los elementos de juicio que estime utiles a sus fines, y
en caso de negativa de quien deba suministrarlos, podra solicitar al juez de la causa las medidas
pertinentes. El art. 33, LCQ, es complementado con el art. 275, LCQ, que habilita a la sindicatura
a pedir informes a terceros para conocer la veracidad de la acreencia que se pretende verificar, ya
sean entidades publicas o sujetos privados. En cuanto al acreedor, si este se negase a exhibirlos,
ello importa renuncia implicita a justificar su crédito, por lo que no corresponde solicitar orden
judicial para su cotejo, pues la falta de exhibicion, en concordancia con el art. 32, segundo parrafo,
LCQ, seria impeditiva de la verificacion.
5. Observaciones e impugnaciones
La ley 19.551 no estipulaba la posibilidad de impugnaciones dentro de la etapa extrajudicial
de verificacién, sino que imponfa la facultad de objetar el informe individual, o mas precisamente
el consejo del sindico, tramite que se seguia por el proceso de los incidentes genéricos, el cual no
alcanzaba autoridad de cosa juzgada y podia ser pasible de revisién. Si bien este régimen pare-
ciera otorgarle a la verificaci6n tempestiva un atisbo de contradictorio, esto no era tan asi, porque
no existia sustanciaci6n ni produccion de prueba alguna, con excepcidén de la documental que
pueda acompanarse con la impugnacion.
El sistema actual habilita un periodo de diez dias habiles luego de vencido el plazo de insinua-
cién denominado por el art. 34, LCQ, “observacién de créditos’, en el cual tanto el deudor como
todos los acreedores insinuantes pueden revisar los legajos en la oficina del sindico y formular
por escrito -en dos copias- impugnaciones y observaciones a los pedidos de verificacion. Si bien
no existen diferencias sustanciales entre las “observaciones” y las “impugnaciones’?) sometidas
ambas al mismo régimen y efectos, podria decirse que las primeras se refieren a defectos forma-
les -demanda de verificacién- y las segundas a sustanciales o de fondo (monto, causa y privilegio
del crédito).
ERREIUS 209
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La ley 26.684 incorpora el mismo derecho de consulta a los trabajadores de la concursada que
no sean acreedores, lo cual carece de sentido sin que tal facultad se haya correspondido con la
legitimacién para observar o impugnar los pedidos de verificacién.
Para ello, el sindico debe mantener su oficina abierta al publico a fin de que los interesados
puedan hacer la compulsar para lo cual también debe exhibirse la demas documentacién que
haya podido agregar el funcionario.,
Es clara la manda legal y los legitimados son el deudor y los acreedores que se presentaron a
verificar sus créditos por lo que parece dudoso que dicha legitimacion la ostenten los acreedores
que continuaron con sus acciones individuales (art. 21, LCQ), ni siquiera si ellas se encontrasen
iniciadas dentro del periodo tempestivo de verificacion. En realidad, la posibilidad de impugnar
los créditos u observar los pedidos de verificacién quedaria acotada al deudor, quien conoce la
verdadera relacién existente con sus acreedores; sin tener acceso a los libros del deudor en su
caso, ni a otros elementos, los acreedores verian mucho mas dificultosa la tarea,
El sindico debera agregar una de las copias al legajo correspondientey acompanar
la restante,
en el término de cuarentay ocho horas, al juzgado a fin de que sea agregada al legajo de copias del
art. 279, LCQ, ello, para que el juez concursal tenga una entera vision de la informacion recaba en
la etapa tempestiva de verificacién a los fines de resolver al respecto en la oportunidad del art. 36,
LCQ. En la actualidad es suficiente acompanar el archivo digitalizado para que sea incorporado
al expediente electronico.
6. Informe individual
La tarea del sindico, en la etapa tempestiva de verificacién, culmina con la presentacion ante
el juez de los informes individuales sobre cada solicitud de verificacién dentro de los veinte dias
de finalizada la etapa de observaciones e impugnaciones.
Los informes individuales deben presentarse en la fecha fijada en la sentencia de apertura del
concurso (arts. 14, inc. 9 y 88, in fine, LCQ), término que se computa, segtin el art. 35, LCQ, dentro
de los veinte dias luego del vencimiento del plazo para presentar las impugnaciones u observacio-
nes del art. 34, LCQ. El plazo para presentar estos informes es perentorio, sin admitirse el plazo de
gracia; sin embargo, la presentacion fuera de término debe ser aceptada, mas alla de las sanciones
que le correspondan al sindico.
Corresponde la presentacion de un informe individual por cada solicitud de verificacién, es
decir que correspondera uno por cada acreedor que se haya insinuado. Deben acompanarse al
concurso, en original y copia, los informes individuales con los legajos correspondientes a cada
uno de los créditos -pedido de verificacién, observaciones e impugnaciones y documentacién
recabada por el funcionario concursal-. Los informes individuales quedaran constituidos por
piezas separadas para cada uno y no se debera presentar en una pieza instrumental tinica y global
que comprenda todos los créditos. Sin perjuicio de ello, cada informe debe ser autosuficiente y
bastarse a si mismo, para que con su simple lectura el juez concursal y los interesados tengan una
visién clara, precisa y fundada del pasivo concursal. La existencia de la digitalizacién del proceso
lleva a que todo ello sea acompanado en formato electrénico.
En cuanto al contenido especifico debe hacerse constar la individualizaci6n del acreedor
(nombre, domicilio real y procesal), la pretension verificatoria (monto, causa, privilegio y garan-
tias), descripcién del desarrollo de la etapa tempestiva (informacién recabada e impugnaciones
recibidas), y finalmente la opinion fundada y el consejo de admisién o no de la acreencia. Debe
agregar el sindico en estos informes la resefa de la informacion considerada y la forma en que fue
obtenida, como elementos conducentes a la conclusidn que exprese (CASADiO MARTINEZ).
La parte mas importante de estos informes individuales es la expresion de opinion fundada
del sindico sobre la procedencia 0 improcedencia del crédito insinuado y de su graduacién, lo
que constituye un verdadero dictamen técnico, con las explicaciones correspondientes y con el
respaldo documental que deberd constar en cada uno de los legajos (ROUILLON). El funcionario
concursal emite un consejo sobre la admision o no de las acreencias presentadas a verificar, para
lo cual debe respetar las reglas sobre auditoria de los profesionales en ciencias econdémicas.
El contenido de los informes individuales quedara enmarcado por la pretension del acreedor,
sin que pueda expedirse ultra petita en cuanto al monto y la graduacion del crédito -principio
de congruencia-, Se admite que el sindico adecue la insinuacion de intereses recalculandolos al
momento de la presentacién concursal y algunos permiten aconsejar oficiosamente la reduccién
de los que considere usurarios (RIVERA), lo que no puede admitirse es que el sindico liquide los
intereses insinuados, pero no determinados cuantitativamente, porque se ha incumplido con la
indicacion del monto del crédito, recaudo necesario de la demanda verificatoria.
Tampoco el sindico puede atribuir oficiosamente privilegios no insinuados por el acreedor.
Sin embargo, cuando se trate de un crédito laboral y como la renuncia del privilegio, en tal caso,
debe ser expresa (art. 43, antepenultimo pdrrafo, LCQ), no puede inferirse implicitamente tal vo-
luntad por la falta de invocacion en la pretension verificatoria.
Los informes individuales no resultan vinculantes para el juez concursal, quien, si bien se
vera condicionado en cierta forma por lo aconsejado por el sindico, puede apartarse de este y
resolver conforme a la procedencia de cada insinuaci6n, teniendo en cuenta todos los elementos
del caso. Y ante alguna observacién que haga el sindico en su informe sobre el pedido o el crédito
insinuado, modificara, la forma de resolver del juez, quien ya no podra declarar al crédito como
verificado, sino que se expresara en términos de admisibilidad o inadmisibilidad conforme al art.
37, LCQ. El juez tiene pleno ejercicio de la inquisitoriedad para determinar el pasivo concursal
por lo que puede resolver rechazando un crédito, aunque cuente con el dictamen favorable del
sindico y no haya recibido observaciones. El sindico carece de fuerza decisorio la cual es exclusiva
y connatural al juez.
7. Sentencia de verificacion
El proceso de verificacién tempestiva que se inicia con una demanda se dicta un acto jurisdic-
cional -sentencia- que le pone fin. Se trata de una verdadera sentencia interlocutoria que debe
estar fundada -bajo pena de nulidad- y decidir sobre todas las pretensiones incorporativas de los
acreedores, respetando el principio procesal de congruencia, Tiene caracter declarativo-consti-
tutivo respecto del acreedor insinuante y no condenatorio; es jurisdiccional, dictada por un juez;
surge de un tramite procesal judicial al cual le pone fin, por ello es una sentencia.
Tal sentencia debe ser dictada dentro de los diez dias de presentados los informes individua-
les, la cual decide sobre la incorporacién de los créditos insinuados y los privilegios invocados
(art. 36, LCQ). Si bien el art. 273, LCQ, en su ultimo parrafo, dispone la responsabilidad del juez
por la prolongacién injustificada del tramite, cuando medien causas justificadas -atento al nu-
mero de insinuaciones 0 a la complejidad de estas-; el juez puede, por auto fundado, prorrogar el
plazo para dictar la sentencia verificatoria (GALINDEZ).
Esta sentencia es dictada con total independencia por parte del juez concursal, pudiéndose
apartar del consejo dado por el sindico. Conforme lo dispone el art. 36, LCQ, tendra diferentes
formas de ser dictada teniendo en cuenta el desarrollo de la etapa verificatoria, en cuanto a las ob-
servaciones e impugnaciones y al consejo dado por el sindico en el informe individual, el cual, si
bien no es vinculante para el juez, podra modificar la forma de dictar la sentencia de verificacion.
La sentencia es unica, es decir que un solo acto jurisdiccional el juez debe resolver sobre todos los
pedidos de verificacidn presentados tempestivamente por los acreedores.
7.1. Modalizadores
El art. 36, LCQ regula las modalidades que puede tener la sentencia de verificaci6n tempes-
tiva, en relacié6n a como el juez debe resolver sobre la procedencia y alcances de los pedidos de
verificacién presentados.
En caso de que no haya existido observacién 0 impugnacién y el sindico haya aconsejado
admitir la acreencia insinuada -la ley habla de créditos no observados por el sindico-, el juez lo
declarara “verificado” si la estima procedente, no existiendo posibilidad de promover revision,
pues hace cosa juzgada, salvo dolo.
ERREIUS 211
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
ERREIUS 213
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
diente y en todo caso, si asi lo optare, suspender el proceso en sede laboral y concurrir a la verifi-
cacién en sede concursal.
En el caso de que el acreedor laboral no realice la opcién antes aludida, iniciara o continuara
el proceso ante la justicia del trabajo. En tal caso, la sentencia que en dicho proceso recaiga sera
titulo verificatorio y con ella el acreedor deberd concurrir a verificar su crédito como todo otro
acreedor. Sin embargo, si optare directamente por la verificacion, conforme al art. 21, inc. 2, LCQ,
suspenderd el juicio laboral o no podra iniciarlo, segtin su caso, y deberd transitar la verificacion
concursal.
Resulta muy complicado que, en la etapa tempestiva, cuando el crédito laboral no puede ser
admitido con pronto pago, pueda incorporarse al concurso por su sumariedad cognoscitiva que
impedira que las cuestiones controvertidas o aquellas que no surjan de la contabilidad del con-
cursado puedan conocerse, por lo que el trabajador quedaraé condenado a la etapa eventual de
la revision. Es cierto que el procedimiento verificatorio fue concebido para otro tipo de créditos,
y no se compatibiliza con los casos laborales que necesitan ineludiblemente una etapa de cono-
cimiento pleno, pues generalmente tienen pocos “titulos justificativos’ y resulta de suma impor-
tancia el analisis de cuestiones de hecho que desembocaran en inevitables medios de prueba. En
beneficio de estos acreedores laborales, en caso de que transiten la verificacion, el inc. 9 del art.
273, LCQ, dispone que en las cuestiones contradictorias el onus probandi se rige por las normas
comunes a la naturaleza de la relacién de que se trate, por !o que para los casos donde se juzguen
relaciones laborales el juez concursal deberia aplicar la regla del in dubio pro operario, y \a inver-
sién de la carga probatoria, que dominan el derecho procesal del trabajo, contenidos en el arts.
9 y 23 de la ley 20.744, sin que ello afecte la naturaleza del proceso concursal, por lo que su inter-
pretacién debera ser resuelta restrictivamente por el juez del concurso, sin que se vea afectada la
actividad instructoria del sindico y del juez. El tipo especial que representa el proceso concursal,
si bien reconoce por propia disposicion (inc. 9, art. 273, LCQ) la regla laboral del in dubio pro ope-
rario la relativiza a través de los propios principios que lo rigen. Igualmente, es muy dificil que una
acreencia labora! controvertida pueda ser incorporada al pasivo concursal en la etapa tempestiva.
Las cuestiones de hecho y prueba que en ella deben debatirse imponen el transito ineludi-
ble del conocimiento pleno que ofrece la etapa eventual de verificacién. Y en el ambito de una
revisidn se sostuvo que debe aplicarse, ademas de los principios de favor operario y de inversi6n
del onus probandi, el principio laboral de la primacfa de la realidad cuando haya relacién de de-
pendencia y pago de remuneracion (art. 22, LCT). Ello hace que, el acreedor vea mas conveniente
continuar el proceso laboral, con Ja plena aplicacién de los principios aludidos sobre la etapa
probatoria, y concurrir a verificar con la sentencia firme dictada por los jueces del trabajo.
sin que pueda entenderse que ello excluye la verificacion de la obligacion de hacer para que el
acreedor se incorpore al proceso falencial; en caso de concurso preventivo, quedara convertido
en moneda de curso legal (art. 19, segundo parrafo, primera parte, LCQ), quedando para la etapa
del acuerdo convenir conforme a la propuesta que haga el concursado -con la correspondiente
conformidad del acreedor- el cumplimiento de la obligaci6n en forma convertida o en especie,
aunque igualmente podria aplicarse analégicamente el art. 146, segunda parte, LCQ, y siempre
desinteresarse al acreedor en especie.
1. Incidente de revision
Elincidente de revisi6n forma parte -junto con el incidente de verificacién tardia- de la llama-
da “etapa eventual” de la verificacion de créditos, luego de la etapa necesaria y es la continuaci6n
de la fase tempestiva. Es decir que este incidente es eventual de la etapa tempestiva. El requisito
primordial de procedencia del incidente de revision, es que la sentencia de verificacién haya de-
clarado admisible o inadmisible el crédito o el privilegio insinuado (art. 37, LCQ).
1.1. Naturaleza
La revisién se constituye en una verdadera accion (TONON - RIVERA - ROITMAN - VITOLO en-
tre muchos otros), que se incoa para evitar que se produzcan los efectos de la cosa juzgada de
la declaracion de admisibilidad o inadmisibilidad de un crédito pronunciada en la sentencia de
verificacidn tempestiva. Para otros, es un recurso especifico concursal contra la sentencia de veri-
ficaci6n tempestiva del art. 36, LCQ, el cual puede asimilarse al recurso procesal de la reposicién
o revocatoria (MORELLO - BARACAT). En realidad, la revisidn se constituye en un remedio procesal
que busca la revocacion de la decision recaida sobre un crédito en la oportunidad del art. 36, LCQ,
el cual se ejerce a través de una accion, que contiene la pretensi6én revisionante.
El incidentista -deudor o acreedor- demanda la revocaci6én, en ejercicio de una accién que
excita la jurisdiccién para desarrollarse en un proceso contencioso y pleno. La revision no se li-
mita a un reexamen del crédito, ni a aplicar la ley que le corresponde o a ponderar las pruebas
producidas, sino que la revisi6n importa un nuevo planteo de la cuestiédn, con nuevas pruebas e
incluso nuevas alegaciones de hecho y derecho, aunque siempre respetando el principio de con-
gruencia respecto de la insinuacién realizada tempestivamente; la pretensién tiene su objeto ya
determinado., No se limita a una mera expresion de agravios, La revisi6n puede hacer modificar
totalmente el fallo de la sentencia de verificacién, sin que en ella se haya aplicado mal el derecho,
ni que se hayan valorado mal las pruebas, sino porque en la revision al ejercerse una accion -si
bien acotada a la pretension ejercida en la oportunidad del art. 32, LCQ- se provoca, no solo un
nuevo examen, sino que puede incluso realizarse desde otro enfoque y con otras pruebas, lo que
hace que eventualmente se modifique la sentencia de verificacién, pero por valorarse cuestiones
juridico-facticas diferentes a las consideradas en la verificacidn tempestiva. La revisi6n, como
accion, posibilita un batall6n amplio de medios probatorios que en ningun caso podrian ponde-
rarse en la etapa tempestiva.
ERREIUS 215
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El inicio del plazo para incoar el incidente de revisié6n conforme el texto legal no depende de
notificacién alguna, ni ministerio legis 0 automatica, ya sea que se la considere producida el mis-
mo dia del dictado de la sentencia o se entienda que se produce “por nota’. Ni siquiera se esta ante
una forma especial de notificaci6n concursal ya que la sentencia de verificacién queda notificada
automaticamente, ministerio legis o “por nota” (art. 273, inc. 5, LCQ), pero tal notificacién no se
comporta como dies a quo del plazo para revisionar. La previsién legal no es una excepcidn al sis-
tema de notificaciones, sino que es un modo especial del c6mputo de los plazos procesales, que
no tiene como inicio la notificaci6n como en todo término para plantear una impugnacion, sino
la fecha misma de la resolucién impugnable.
Expresamente la ley, dispone que el plazo corra desde el dictado de la sentencia. El termino
para impugnar la sentencia empieza a correr aun antes de que la misma quede notificada. Se
trata de un plazo amplio que resguarda el derecho de defensa. El hecho de que el computo del
plazo se inicie antes de la notificacién de la sentencia a impugnar no perjudica a los interesados,
porque el plazo previsto de veinte dias, podra minimamente ser reducido si se considera desde
el momento en que efectivamente se tenga por notificada la sentencia, salvo que exista una obs-
taculizacién general para que los interesados se impongan de la sentencia. Ello implica que para
variar la forma de computar el plazo debera alegarse y probarse alguna causal que haya impedido
u obstaculizado el conocimiento de la sentencia. Los interesados deben ser diligentes en el con-
trol del expediente y la posibilidad de que la mayoria pueda revisionar temporaneamente excluye
computar el plazo en forma diversa a la prevista por ley.
Entonces, si la sentencia es dictada dentro del término legal, es decir desde el primero al dé-
cimo dia de los previstos por la ley (art. 36, LCQ), no existen imprevisibilidades que impidan que
el plazo para revisionar se cuente desde la fecha del dictado de la sentencia. Si existe postergaci6n
en el dictado de la sentencia, tampoco habra dicha imprevisibilidad porque se supone que, aun-
que no haya sido dictada en el plazo legal, alguna vez el juez se pronunciara, por lo que el término
para revisionar igualmente se contara desde la fecha de la sentencia.
En este Ultimo supuesto y excepcionalmente, el juez como director del proceso, podra deter-
minar que los plazos relacionados con la sentencia de verificacién dictada tardiamente se com-
puten a partir del “dia de nota” siguiente a su dictado. También el juez cuando deba extenderse
en el dictado de la sentencia de verificacién atento la complejidad del pasivo concursal, podra el
dia décimo, contado desde la presentacion del informe individual, informar a través de una re-
solucion la fecha en la cual dictara la sentencia de verificacion. Pero esto sera excepcional y si el
magistrado no lo hiciese el plazo para revisionar se contara indefectiblemente desde la fecha en
que se dicte la sentencia.
1.3. Legitimacién
Como el incidente de revisién es la forma de control reciproco de los créditos por el deudory
los acreedores concurrentes, no solo el afectado se encuentra legitimado, sino todos los presen-
tados a verificar con resoluci6n incorporativa -verificados o admitidos— 0, en todo caso, si fueron
declarados inadmisibles, es necesario que hayan promovido la revision de su propio crédito.
Los sujetos legitimados para su promocion son los interesados, es decir, aquellos que de la re-
visién puedan recibir una ventaja o hayan sufrido un perjuicio por la resolucién del juez, es decir
que se debe partir de la legitimacion ad causam (BARACAT). Para el caso en que se haya declarado
inadmisible un crédito -haya sido observado o no- el acreedor insinuante es el legitimado; en
caso de declaraci6n de admisibilidad, los legitimados son el deudor y cualquier otro acreedor
insinuante (ROUILLON).
El sindico no se encuentra legitimado, carece de interés porque es un funcionario publico
imparcial que acttia como dictaminante en la conformaci6n del pasivo concursal, no ejerciendo
roles de parte, ni de contradictor y el deudor solo pierde la legitimacién pasiva falencial respecto
de los bienes afectados al desapoderamiento y expresamente se dispone que puede ser parte en
los incidentes de revision (doctr. art. 110, LCQ).
La legitimacion pasiva le corresponde al deudor concursado cuando el incidente es promo-
vido por un acreedor cuyo crédito fue declarado inadmisible; en cambio, el sujeto pasivo es un
ERREIUS 217
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
acreedor cuando el incidentista -deudor u otro acreedor- pretende excluir su crédito que ha sido
declarado admisible. Nunca existe legitimacién pasiva del sindico.
En resguardo del contro! multidireccional de los acreedores -maxima de la concursalidad-,
alguno de ellos puede hacerse parte en dicho incidente. Cualquier acreedor concursal concurren-
te puede intervenir como tercero interesado en una revisidn, aunque se discute los alcances de
tal intervencion, porque al ser una accion, se le aplican las normas de los art. 90y concs., CPCCN,
No influye si el presentante realizé observacién o no del pedido de verificaci6n porque se esta
en otra instancia con diferente naturaleza, diferentes cargas y principalmente diferente proceso,
inquisitivo el tempestivo y plenamente dispositivo el segundo, Aunque el acreedor haya obser-
vado el crédito no tiene que ser citado al incidente porque su intervencién es voluntaria; una de
las diferencias es que en la tempestiva no acarrea costas y su intervencién en el incidente puede
generarlas.
Si bien no es legitimado, el sindico participa del incidente y su rol debe ser asimilado a la
prescripta para los incidentes de verificacion tardia (parrafo 9, art. 56, LCQ), por lo que, como fun-
cionario imparcial y técnico, debera presentar su dictamen fundado a través de un informe luego
de concluida la etapa de prueba. Si el sindico no presenta su informe, no se esta ante un derecho
que ha dejado de usar, sino ante un deber propio de su funcion, lo que impone que se lo intime
para que cumpla, viabilizando la posibilidad de imponersele las sanciones correspondientes por
su omision, bajo el apercibimiento (art. 255, LCQ).
ERREIUS 219
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
3. Verificacion tardia
Para el concurso preventivo, la ley estipula dos posibilidades de insinuacion tardia seguin exis-
ta conclusién o no del proceso concursal en los términos del art. 59, LCQ, lo que significa que,
luego de dictada la resolucién del art. 59, parte 1, LCQ, el acreedor estara habilitado para ejercer
la accion individual conforme a la naturaleza del crédito; en caso contrario, la verificacion tar-
dia tramitara por incidente (art. 280 y ss., LCQ). En ambos casos la competencia le corresponde
al juez concursal, pues se trata siempre del ejercicio de una pretensién incorporativa al proceso
universal.
En caso de que la verificacién tardia tramite por incidente, las partes seran el acreedor tardio
(legitimado activo), y el deudor (legitimado pasivo). La verificaci6n tardia por via incidental pue-
de ejercerse a partir del vencimiento del periodo tempestivo que tienen los acreedores para insi-
nuarse en el pasivo concursal conforme prevé el art. 32, LCQ. El sindico, como funcionario técni-
co imparcial, debera presentar, conforme expresamente lo dispone el art. 56, penultimo parrafo,
LCQ, un informe dictaminante - con opinion fundada-, luego de concluida la etapa probatoria,
sin asumir nunca el rol de parte, ni siquiera en caso de quiebra. La sindicatura cumple un rol de
asesoramiento técnico del juez respecto de la procedencia o improcedencia del crédito insinuado
en forma tardfa.
La accién individual es aquella a la cual podria ocurrir el acreedor en caso de que su deu-
dor no estuviese concursado, debiendo ser un juicio de conocimiento por el cardcter causal de la
verificacién de créditos (GaRAGuUSO - JUNYENT Bas - MOLINA SANDOVAL entre otros) y donde la
sentencia valdra como pronunciamiento verificatorio, aunque para algunos, también puede tra-
tarse de un juicio ejecutivo y cuando el deudor quiera cuestionar dicha sentencia, podra ocurrir
al juicio ordinario posterior (arts. 553, CPCCN) (Rivera). Por otro lado se afirmé que homologado
el acuerdo y concluido el concurso, la verificacidn tardia debe versar sobre la obligaci6n novada
en los términos del art. 55, LCQ (GrisPo), sin embargo para conocer el alcance de tal novacion
debe tenerse por incorporado al pasivo concursal el crédito por su monto total y originario de
causa o titulo anterior ala presentacién concursal, ademas, la verificacién de créditos no impor-
ta la imposici6n de condena contra el deudor que implique el reconocimiento del crédito en la
forma en que se ha estipulado en el acuerdo. Como la sentencia dictada en esta accion individual
vale como pronunciamiento verificatorio, no contendra condena alguna, sino que solo incorpora
al acreedor al concurso en los términos del art. 58, LCQ. Debiera intervenir la sindicatura, pre-
sentando un informe con el alcance del art. 56, parrafo 9, LCQ, salvo que por la conclusién del
concurso haya cesado su actuacion. Debe admitirse también la participacién de acreedores ve-
rificados o declarados admisibles para que intervengan voluntariamente en el incidente, como
terceros interesados (art. 90 y ss., CPCCN).
Las sentencias que se dicten seran apelables: la de la acci6n individual por aplicacién de las
reglas procesales locales y la del incidente por disposici6n del art. 285, primer parrafo, LCQ. Co-
rresponde regular honorarios a la sindicatura en estos incidentes cuando las costas sean a cargo
del acreedor.
3.2. Costas
El art. 50, LCQ prevé que tengan legitimaci6n para impugnar el acuerdo aquellos que hubie-
sen promovido incidente de verificacion tard{fa o revisién siempre que dichos incidentes no hayan
sido resueltos desfavorablemente para el acreedor. Si bien estos sujetos carecen de la calidad de
acreedores, existiendo la posibilidad de que se vean afectados por el acuerdo y puede suceder que
sus créditos queden reconocidos concursalmente luego de vencido el plazo para impugnar, tal
situacion de expectativa justifica que la ley reconozca el derecho a oposicion.
En cambio, estos acreedores tardios no podran participar de la negociacion del acuerdo en el
periodo de exclusividad, aunque obtengan sentencia verificatoria, pues unicamente participaran
los verificados y declarados admisibles en la sentencia de verificacion tempestiva (arts. 36, ultima
parte, 41, primera parte, 45, segunda parte, LCQ), lo contrario podria hacer fracasar el acuerdo.
Los acreedores que se hubiesen incorporado al concurso a través de una verificacién tardia,
estando en pleno cumplimiento el acuerdo homologado, no tienen derecho a reclamar nada a sus
coacreedores respecto de lo que hayan percibido de aquel acuerdo. Sin embargo, el juez debera
determinar la forma en que se producirdn los efectos ya cumplidos para estos acreedores tardios,
teniendo en cuenta la naturaleza de la prestacién que le corresponda a cada uno. Generalmente
se prorratean entre las cuotas a vencer 0 se agregan como cuotas complementarias luego de la
ultima -asi lo disponia la ley 11.719-, tal decision corresponde exclusivamente al juez sin que el
acreedor tenga derecho a opcién alguna. Tal pago concordatario debe incluir intereses desde el
vencimiento de la cuota impaga, aunque la verificacién haya sido posterior, pues el crédito era
existente y la sentencia Unicamente lo declaré incorporado al concurso, Para evitar el devenga-
miento de los accesorios, el deudor podra depositar las cuotas correspondientes a los acreedores
pendientes de resolucion al vencimiento de cada una de ellas.
En el supuesto de que estos acreedores incorporados al pasivo concursal luego de homo-
logado el acuerdo no puedan quedar incluidos en ninguna de las categorias propuestas por el
concursado, porque la correspondiente a las caracteristica de su crédito admitido es inexistente,
ERREIUS 221
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
0 porque no exista ninguna que con claridad los pueda abarcar, corresponde que el juez, acon-
sejado por la sindicatura, analizando cada caso en particular, disponga la forma en que quedara
incorporado al acuerdo, sin que el acreedor tenga opcidén alguna, pues la prevista en el art. 43,
segundo parrafo, LCQ es prehomologatoria.
4, Prescripcion concursal
La ley 24.522 incorpor6 en el art. 56, sexto parrafo, la prescripcidn concursal abreviada, para
lograr una perfecta cristalizacidn del pasivo concursal. La finalidad del concurso desemboca en
suconclusidn, lo que exige la consolidacidn cierta y no sorpresiva del pasivo, impidiendo el ingre-
so intempestivo de acreedores que modifican el quantum a percibir, una vez celebrado y homolo-
gado el acuerdo, dificultando al deudor planificar y cumplir su propuesta de pago.
La reforma intentd ponerle fin a las disputas doctrinarias y jurisprudenciales que se habian
suscitado sobre el tema incluyendo el 6o parrafo en el art. 56, LCQ, adoptando, la posicid6n mas
justa. Se habia afirmado que no podia inferirse que con la ley 19.551 fuera aplicable la prescrip-
cién que legislativamente, por carecer de existencia normativa (TONON). Finalmente, la cuestién
es zanjada por la reforma, determinando que se extinguen en una forma peculiar de prescripci6n
los créditos no verificados.
4,1, Caracteristicas
El art. 56, LCQ, dispone una prescripcion concursal abreviada de los créditos concursales, la
que se produce a los dos anos contados desde la presentacion en concurso preventivo, salvo que
el plazo prescriptivo comun sea menor y se cumpla con anterioridad.
Se esta ante un caso de prescripcion liberatoria y no de caducidad, que afecta por igual a cré-
ditos quirografarios y privilegiados. La figura de la prescripcién supone la aplicacion de las cau-
sales de interrupcion y aun de suspensién de la prescripcidn contenidas en otros ordenamientos
distintos del concursal, ya que, aunque no aparezcan reflejadas en la norma del art. 56, LCQ, la
ley concursal no puede prescindir de las disposiciones de otros ordenamientos (vgr., el Codigo
Civil y Comercial) donde se regula mas ampliamente el instituto. La aplicacién de estos principios
generales solo podria hacerse si no afectasen el orden publico concursal y siempre con estricta
interpretacion.
En dicho orden, y para las particularidades que presenta un concurso, no resulta desacertado
aplicar el art. 2550, CCC, y dispensar la prescripcion si ella se ha operado, luego de la demanda
de concurso preventivo, pero antes de la apertura (SCBA “Reversat c/Expreso General Sarmiento’)
2/7/2008). Ademas, debe tenerse en cuenta que el acreedor no conoce el comienzo del término
prescriptivo sino recién luego de la publicacion de edictos que da a conocer la apertura del con-
curso.
También resulta aplicable para el caso concursal el art. 2552, CCC que impone la peticion
de parte interesada para que se declare la prescripci6n: “el juez no puede declarar de oficio la
prescripcién” dice la norma. Por ello, la prescripci6n concursal no puede ser opuesta de oficio
ni por el juez, ni opuesta por la sindicatura, y solo puede ser invocada por las partes interesadas,
deudor, acreedores 0 terceros vinculados al acuerdo -fiadores 0 garantes del acuerdo-. Desde otra
perspectiva, se entiende que el sindico se encuentra legitimado para denunciar la prescripcion,
en virtud de tratarse de un 6rgano que tutela el interés concursal (ALEGRIA entre otras y CSJN,
JA, 2003-IV-727). En la praxis judicial se han dado un sinnimero de casos donde se ha declara-
do prescripta la accién opuesta por el sindico sin que exista pronunciamiento expreso sobre su
legitimacion. La jurisprudencia mayoritaria, considera que la sindicatura carece de legitimacion
para oponer la prescripcion a la pretension verificatoria, puesto que el art. 56, parrafo 9, LCQ, solo
reconoce caracter de parte al acreedor y al deudor, en tanto que el sindico debe limitarse a rendir
un mero informe una vez concluido el periodo de prueba.
ERREIUS 223
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
intencion del legislador es evitar que la prescripcidn se produzca cuando no ha recaido sentencia
antes del transcurso del término de la prescripcidn concursal.
E] término semestral es un plazo de caducidad, asimilable a la dispensa del art. 2550, CCC y
no de prescripcion, y solo operara si la sentencia adquiere firmeza luego de la prescripcion de la
accidn, pues si ello ocurre antes de los dos afios estipulados en la norma, no existe Gbice para que
el acreedor se presente a verificar antes de que prescriba su accidn.
Si bien el articulo reformado se refiere a que dicha presentaci6n no sera considerada tardia,
ello no puede ser asi, porque, al no haber sido tempestiva en la oportunidad del art. 32, LCQ,
necesariamente sera tardia. Su tinico efecto es no producir la prescripcién, si se insintia al pasivo
dentro del término de caducidad impuesto. En estos casos el acreedor no acarreara con las costas,
pues no pudo presentarse a verificar en la etapa ordinaria porque carecia del titulo habil para
dicha verificacion.
ERREIUS 225
CAPITULO XVI
INFORME GENERAL
I, INTRODUCCION
Si bien el informe general de la sindicatura no resulta ser parte de la etapa de verificacion de
créditos por razones sistematicas, la ley lo coloca finalizada aquella, atento a que su emision por
parte del funcionario concursal es consecuencia directa del cumplimiento del cronograma con-
cursal verificatorio, aunque en realidad abarca el tratamiento del pasivo, activo y otras circuns-
tancias concursales, aportando detalles patrimoniales del concursado. Por dichas circunstancias
conjuntamente se ha llamado a la verificacién y al informe general de la sindicatura como “perio-
do informativo del concurso’
Podria decirse que la principal actividad de la sindicatura dentro del concurso preventivo
queda plasmada a través del informe individual que presenta dentro de la etapa de verificacion
y luego se ve coronada con el informe general que debe hacer como culminacion de la etapa
informativa del concurso. En aquel, el sindico se ocupa del pasivo concursal, y solamente del
concursal concurrente, y en el segundo, de diferentes aspectos personales y patrimoniales del
concursado., No obstante, no debe perderse de vista que luego de la reforma de 2006 deben in-
cluirse dentro de sus funciones informativas mas importantes también los informes previstos por
los inc. 11 y 12 del art. 14, LCQ, principal, pero no excluyentemente referidos a cuestiones sobre
créditos o relaciones laborales.
ERREIUS 227
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El informe del art. 39, LCQ puede considerarse como la “pieza fundamental” del proceso con-
cursal, por la informacién que contiene. Para Marria, el informe general “es un informe, pero no
solo informe; también es dictamen, pero no solo dictamen sino asimismo valoracién pasada y
futura’) considerandolo ademas como “la pieza mas importante de todo el proceso’, que permite
conocer “el pasado, el presente y el futuro de la concursada” Tiene una importancia netamente in-
formativa para el juez para resoluciones futuras especialmente en la quiebra y para los acreedores
en miras de la toma de decisiones para la conformacidn del acuerdo. Tal informacion versa en los
antecedentes patrimoniales del concursado, la realidad patrimonial y el valor de realizacién de
dicho patrimonio. Ademas de esta caracteristica importancia dentro del proceso es trascendental
ya que su presentacion fija el limite hasta el cual el fallido y sus administradores no pueden au-
sentarse del pais sin autorizacion judicial y que se concedera en cada caso (art. 103, LCQ) y fija el
comienzo del c6mputo del plazo para incoar accion de extension de la quiebra. Ademas, resulta
indispensable como elemento previo a la resolucién de categorizacién (art. 42, LCQ) y de fijacién
de la fecha de inicio de la cesacién de pagos en las quiebras (art. 117, LCQ).
1. Contenido
El art. 39, LCQ, determina detalladamente el contenido que corresponde al informe general,
informacidn que hace al patrimonio del concursadoy a su actividad empresarial en su caso.
La enumeracién que hace el art. 39, LCQ, no es taxativa, sino que menciona el contenido mi-
nimo del informe general, por lo que el sindico podra ampliar algunos aspectos, 0 incorporar
elementos no enunciados por la ley, en la medida en que considere que dicha incorporacién es
conducente a una mas completa y mejor exposicion de la situacion del concursado.
Los puntos contenidos en el informe son de diversa clase, incluyéndose comprobacion de
hechos -libros y su regularidad, aportes sociales-, opiniones técnicas -causas del desequilibrio
economico, época, estado de cesacion de pagos, agolpamiento y clasificacién de acreedores-; y de
diversa naturaleza, ya sean patrimoniales -estado activo y pasivo-, personales -inscripciones- o
mixtos -actos inoponibles, defensa de la competencia-.
La version del sindico, volcada en el informe general, debe ser objetiva e imparcial.
ERREIUS 229
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El nuevo inc. 10 del art. 39, LCQ, incorporado por la ley 25.589 se concatena con el reformado
art. 48, LCQ, y con la posibilidad de que las acciones de la sociedad en crisis pasen a manos de
otro empresario, quiza competidor de la concursada.
La informacién que detalle aqui la sindicatura tendra virtual importancia para el procedi-
miento del art. 48, LCQ, pero resulta incompleta, por lo que debera ser integrada con los casos en
que existan actos o conductas relacionados con la producci6n e intercambio de bienes o servicios,
que perjudiquen el régimen competitivo (art. 1, ley 25.156), o cuando el concursado ha sido pasi-
ble de conductas anticompetitivas (arts. 2, 5 y 6, ley 25.156). Es necesaria toda la informacion que
permita conocer la ubicacién de la concursada en el mercado y la injerencia que pueda tener la
transferencia de las acciones.
Ademas debe informarse sobre la posibilidad de que el deudor sea pasible del tramite del Ca-
pitulo III de la ley 25.156 -Defensa de la Competencia-, es decir que se puedan realizar concentra-
ciones y fusiones empresarias cuando la empresa encuadra en el art. 8 de dicho cuerpo legal. Se
trata de casos que involucren la toma de control de una 0 varias empresas. Debe tenerse en cuenta
que, si el acuerdo contiene alguna de las clausulas que ordinariamente se someten a esta ley, hay
que pedir autorizacion al organismo respectivo.
2. Observaciones
El art. 40, LCQ, dispone que dentro de los diez dias de presentado el informe general el deu-
dor y aquellos acreedores concursales que hayan solicitado verificacién de sus créditos pueden
presentar observaciones a dicho informe. Se incluyen como legitimados activos a aquellos que se
hayan insinuado tempestivamente, sin importar si fueron declarados verificados, admisibles 0 in-
admisibles, o sin han interpuesto 0 no incidente de revisién, como as{ también a aquellos que han
incoado incidente de verificacién tardia (MAFFiA - ROUILLON). Hubiera sido preferible mantener
la regla de la ley 19.551 que otorgaba legitimacidn a todos los interesados.
Dichas observaciones no se sustanciaran y se agregaran al expediente para que puedan ser
consultadas por los interesados. Se busca con ello arrimar nuevos elementos de juicio para cono-
cer perfectamente la situacién patrimonial del deudor.
ERREIUS 231
CAPITULO XVII
CATEGORIZACION DE ACREEDORES
Y PERIODO DE EXCLUSIVIDAD
I. INTRODUCCION
La paridad entre los acreedores 0 par condicio creditorum se representa como una igualdad
en igualdad de condiciones, por lo que no debe ser considerada aritméticamente, sino analizada
a través de la justicia distributiva.
Esta igualdad se ve relativizada por las preferencias incluidas en la ley concursal. Pero ademas
y en referencia al acuerdo preventivo, se imponia la idea de que se presente la misma propuesta
para los créditos quirografarios; sin embargo, la ley 24.522 relativizé la igualdad también en este
aspecto, permitiendo la categorizacién de acreedores para presentarles propuestas diferenciadas,
considerandose las diferentes situaciones de aquellos. De esta manera el principio de la par con-
dicio creditorum, entendido por la comunidad de sacrificio entre los acreedores, fue limitandose
a través del tiempo, flexibilizandose.
En un principio los acreedores eran iguales todos componentes de corporaciones comercia-
les, alo que se sumaba la idea que el sacrificio o las pérdidas debfa ser sufrida en forma paritaria.
Ello fue evolucionando hasta la relativa igualdad actual. La ley 24.522 va mas alla, haciéndose
cargo de los problemas que se presentaban bajo el régimen de la ley 19.551, introduce lo que se
conoce como categorizacién de acreedores, compatibilizindose atin mas Ja igualdad entre los
acreedores con la verdadera finalidad del concurso preventivo.
El cambio filos6fico introducido en 1995, de cuya necesidad habia advertido MaFrfa diez afios
antes, cambia la refinanciacion de deudas que pretendia historicamente la legislaci6n concursal,
por la reorganizacion de pasivos y la generacion de ganancias, mejorando la actividad empresa-
rial, cuando se tiene en miras superar el estado de cesaci6n de pagos que la afecta patrimonial-
mente. Se busca asi lograr soluciones mas flexibles y mayores posibilidades de cumplimiento, sin
que ello vaya en desmedro del interés de los acreedores (Rivera - ViroLo). Si bien el art. 1122
del Bankruptcy Code permite la clasificaci6n de créditos sustancialmente similares en categorias,
pueden encontrarse también antecedentes nacionales al respecto. Asi, el proyecto de reformas de
1983 proponia la categorizacién, lo que no logré plasmarse legislativamente con la sancién de la
ley 22.917. También el primer proyecto de unificacién de los codigos civil y comercial proponia
admitir propuestas diferenciales como reforma a la ley 19.551 (RUBIN)
ERREIUS 233
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Propuesta de categorizacién
E] art. 41, LCQ, determina que dentro de los diez dias de dictada la sentencia de verificacion
tempestiva (art. 36, LCQ) el concursado debe presentar una propuesta fundada de agrupamiento
y clasificaci6n en categorias de los acreedores con créditos verificados y declarados admisibles. El
unico legitimado para categorizar es el deudor.
La propuesta se presenta al sindico y al juez.
En cuanto al término de presentacion de la propuesta de categorizaci6n, la ley especifica que
debe contarse desde la fecha en que deberia dictarse la sentencia de verificacion y no desde la
fecha en que aquella efectivamente sea pronunciada. Tal conclusion literal ha llevado a sostener
que en caso de que no se dicte oportunamente aquella sentencia, el concursado debera tener en
cuenta el informe individual del sindico y los acreedores por él aconsejados admitir, por lo que el
hecho de que el juez no se haya pronunciado no interrumpe el plazo para presentar la propuesta
(RIVERA). Pero, ello no es asi, porque el cronograma concursal sigue su marcha independiente-
mente de la sentencia verificatoria ya que el sindico se pronunciara sobre la propuesta de cate-
gorizacion en el informe general cuyo plazo de presentacidn no se interrumpe por no haberse
dictado la sentencia del art. 36, LCQ. También la fecha de presentacion del informe general 0, mas
precisamente, el vencimiento del plazo para realizar observaciones a este, sirve como comienzo
del plazo estipulado para que el juez resuelva sobre esta categorizacién. Por lo que categorizan-
dose acreedores con créditos verificados y declarados admisibles indefectiblemente tal propuesta
debe ser presentada por el deudor luego de dictada la sentencia de verificacion. Y sila sentencia
no se dicta en tiempo oportuno, el juez deberia posponer la fecha para presentar el informe ge-
neral, forma en que no se vera afectado el derecho de los acreedores para observarlo y con ello la
categorizacién hecha por el deudor.
Entonces los acreedores a categorizarse y los que participaran en la conformacion del acuer-
do, conforme lo expone el art. 36, 3 parr. LCQ, son, en principio, aquellos verificados y declarados
admisibles en aquella sentencia de verificacién tempestiva.
Existe un desorden cronoldgico en el articulado de la ley, pues el art, 41, LCQ, regula sobre
la propuesta de categorizacion, el art. 39, LCQ, sobre la opinién del sindico vertida en el informe
general, el art. 40, LCQ, sobre las observaciones al informe general y el art. 42, LCQ, sobre la reso-
lucion judicial fijandola definitivamente. El tramite desde la sentencia de verificacidn tempestiva
hasta la sentencia de categorizaci6n insumiria cuarenta dias habiles.
ni por mandatario...’ asi claramente lo expresaba la ley 19.551 disponiendo que “la emision de
los votos es individual por cada acreedor con derecho a hacerlo” También, y anteriormente en el
mismo sentido CasTILLo, quien expresaba que “el voto es indivisible. Cada acreedor tiene un voto
personal, igual al de cualquier otro acreedor.,. el derecho de voto concedido a cada acreedor es
inseparable del capital representado por el crédito respectivo.... La norma no fue reproducida por
la ley 24,522, pero la consecuencia es la misma, la conformidad resulta indivisible.
Si bien la ley determina que la categorizacién se hace en funcidn a los créditos, estos se cons-
tituyen en el elemento fundamental para diferenciar a los acreedores. Es hasta infantil, afirmar
que se clasifican créditos porque las pautas que da la ley para la categorizacién tienen que ver con
las acreencias y no los acreedores, pero en un proceso concursal y hasta en cualquier supuesto
juridico patrimonial, los acreedores desde su lado de la relacién juridica obligacional adquieren
las cualidades de sus créditos, pues mal podria decirse que se clasificaran los acreedores segun
las particularidades de los mismos, porque ello terminaria siendo irrisorio, creando grupos total-
mente discriminatorios (vgs., hombre y mujeres, rubios y morochos, 0 mayores y menores a tal o
cual edad).
Si se categorizan créditos, la multiplicidad de c6mputo en las mayoria de personas otorga al
acreedor con acreencias de distinta naturaleza un poder de negociacion diferente al resto porque
podra presionar doblemente, aunque ello no seria el mayor problema porque se neutralizaria
con la categorizacién del concursado, pero lo que si puede variar la suerte del concurso, es el
agrupamiento separado que haga el deudor de los créditos de este acreedor para contrarrestar
las mayorias de personas en determinada clase, con un acreedor computable en forma multiple
aunque sus acreencias sean infimas en cuanto al capital.
Son los acreedores los cuales deberan presentar sus conformidades a las propuestas, con-
siderandose todos los créditos que tengan a su favor, y siendo la finalidad de la categorizacién
posibilitar al concursado presentar propuestas diferenciadas a sus acreedores; careceria de sen-
tido clasificar créditos con el riesgo de que un mismo acreedor -con pluralidad de acreencias- se
encuentre incluido en mas de una categoria, y a él se le dirija mas de una propuesta y tenga la
posibilidad de prestar conformidad 0 no en un numero igual de oportunidades.
En concreto, se categorizan acreedores conforme la naturaleza de sus créditos. Lo contrario
-la categorizacion de créditos- modificaria el computo de las mayorias, cambiaria el numero de
acreedores y el capital computable.
ERREIUS 235
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
categoria se constituya con acreedores con créditos similares. Igualmente, la verdadera razonabi-
lidad de la categorizacién podra verse recién cuando el deudor presenta las propuestas de acuer-
do. En la categorizaci6n de acreedores queda excluido el voluntarismo del deudor y por ende la
arbitrariedad, por lo que la conveniencia queda encorsetada por la razonabilidad.
La categorizacion de acreedores impone la pluralidad de clases de agrupamiento, pero no
impide que una categoria esté formada por un tinico acreedor.
fario, quien con su sola voluntad sellaria la suerte del concurso, salvo la estrictisima facultad del
juez de imponer el acuerdo (art. 52, inc. 2, b, LCQ). También harfa caer aquel fundamento la posi-
bilidad de que existiesen acreedores quirografarios laborales, de los cuales ninguno es verificado
o declarado admisible en la verificacién tempestiva, sino posteriormente, sin ser categorizados ni
existir propuesta diferenciada para ellos, lo que obligaria al concursado, como entienden algunos,
a proponerla, aunque no haya este tipo de acreedores. Ademas, resulta incontrastable que, si el
fundamento de la renunciabilidad del privilegio laboral es posibilitar que estos acreedores, si asi
lo desearan, coadyuven al deudor a lograr el acuerdo, no tiene sentido su categorizacion en forma
separada, pues su conformidad en nada favoreceria a la obtencion de las mayorias.
Sin perjuicio de que debera analizarse cada caso en particular, a fin de evitar el abuso y el
fraude a la ley, no existen razones de fondo que aconsejen obligar al concursado a categorizar y
presentar una propuesta diferenciada para los acreedores laborales quirografarios.
El texto legal cede ante la idea-fuerza que hace primar la solucién preventiva, la cual inde-
fectiblemente debe ser alcanzada por el concursado, siendo en principio el unico sujeto capaz de
negociar con sus acreedores y conocer la forma de superar la insolvencia, para lo cual contara, en
la forma que crea mas conveniente, con la conformidad de sus acreedores laborales.
2. Sentencia de categorizacion
Previa opinién del sindico en su informe general sobre la propuesta de categorizacién (art.
39, inc. 9, LCQ), y considerandose las eventuales observaciones a este (art. 40, LCQ), en su primer
parrafo, el art. 42, LCQ, determina que dentro de los diez d{fas de finalizado el plazo para presentar
ERREIUS 237
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
aquellas observaciones al informe general, el juez resolvera fijando definitivamente las categorias
y determinando los acreedores que compondran cada una de ellas.
La opinion fundada exigida al sindico en el informe general, sobre la propuesta de catego-
rizacién, solo versara sobre la razonabilidad de esta y no sobre su conveniencia, lo que se ha re-
servado al concursado, Las observaciones de los acreedores deben versar sobre la razonabilidad
y sobre la personal inclusidn en una categoria, reservandose el analisis de conveniencia para el
momento de prestar o no conformidad a la propuesta.
El juez analizara solamente la razonabilidad de la categorizacién propuesta por el concursa-
do, estando excluido de su 6rbita de juzgamiento la conveniencia o mérito de esta. Quienes en de-
finitiva valoraran la conveniencia seran los acreedores al conformar o no el acuerdo (ROUILLON).
La resolucién de categorizacién decide sobre la categorizaci6n y sobre los acreedores incluidos
en ella, da inicio al periodo de exclusividad y constituye el comité de control que actuard en la
conformacién del acuerdo. El juez hard un andlisis sustancial de la propuesta de categorizacion
y no una revision meramente formal, considerando la razonabilidad de la misma en base a los
fundamentos expuestos por el concursado. Un parametro para determinar la razonabilidad de
la clasificacién seria, como lo determina la ley norteamericana, la similitud sustancial entre los
créditos que corresponden a los acreedores incluidos en una misma categoria (ROUILLON).
En caso de irrazonabilidad, el juez tiene facultades para modificar la propuesta de categoriza-
cion, tanto respecto de las distintas categorias formadas, como de los acreedores que la compo-
nen, porque es el juez quien “dictara resolucion fijando definitivamente las categorias’. En cuanto
a la clasificacion en si, el juez podra excluir alguna categoria y reorganizar a los acreedores que
la componian, pero no resulta prudente que pueda crear nuevas categorias no propuestas por el
deudor, pues no conoce el caracter de la propuesta que se pretende hacer, salvo que se trate de una
reestructuracion de la categorizacidn propuesta, desechando una categoria y creando otra u otras
a fin de distinguir necesariamente a los acreedores que han sido agrupados en forma irrazonable.
La reformulacion de la propuesta irrazonable evitara manipulaciones del deudor que pretende
neutralizar acreedores poco afectos a la soluci6n concursal (GEBHARDT). También, en tal caso, el
juez podra rechazar la categorizacidn cuando esta sea arbitraria 0 no se le encuentre fundamento,
debiendo el deudor presentar una propuesta de acuerdo unica para todos los quirografarios.
La resolucion, que resulta definitiva (art. 42, primer parrafo, LCQ), debera determinar con-
cretamente las categorifas y los acreedores que las componen, unicos relevantes para lograr las
mayorias legales para el acuerdo,
La sentencia, en principio, deviene inapelable (art. 273, inc. 3, LCQ), sin embargo, habria que
analizar cada caso en particular y considerando aquellas circunstancias que puedan hacer caer
la regla por no existir otro remedio concursal, aunque, admitir la apelacién produciria un alonga-
miento indebido del procedimiento, obstaculo insalvable para la procedencia del recurso.
El segundo parrafo del art. 42, LCQ, determina que el juez debe dejar integrado el nuevo comi-
té de control que reemplazara a aquel formado en la sentencia de apertura de concurso preventi-
vo. Cesaran en sus funciones los integrantes que representaban a los acreedores, continuando en
sus funciones los representantes de los trabajadores, a los cuales se les sumaran dos mas. El juez
podra reducir la cantidad de representantes de los trabajadores, cuando el nimero de estos lo
justifique. Este comité debera quedar conformado ademas como minimo por tres acreedores, de-
biendo participar como minimo un acreedor por cada categoria de las propuestas por el deudor,
debiendo integrarlo necesariamente el acreedor de mayor monto de cada una. Ello significa que
el ntmero minimo de integrantes acreedores sera igual a la cantidad de categorias fijadas, cuando
aquellas fuesen mds de dos, pues en este ultimo caso indefectiblemente el comité quedara con-
formado por tres integrantes acreedores como minimo (art. 160, LCQ).
Lareforma de la ley 24.522, modificatoria del tramite del acuerdo preventivo, cambia la delibe-
racién concordataria que se producfa en la junta de acreedores por una negociaci6n extrajudicial
que se produce dentro del llamado “periodo de exclusividad’, donde el concursado debe presen-
tar en el expediente concursal las conformidades a su propuesta de acuerdo. La denominacién de
este periodo de exclusividad surge a partir del originario proyecto del Ministerio de Economia de
1995 que, cuando el concursado no lograse las conformidades en una primera etapa (periodo de
exclusividad), permitia a terceros, en una segunda etapa, presentar propuestas de acuerdo. Sin
embargo, adquiere igualmente significancia en el caso del salvataje del art. 48, LCQ, incorporado
en 1995, donde se abre un nuevo procedimiento, en los grandes concursos, que admite la presen-
tacion de propuesta por parte de terceros, pues anteriormente era solo el concursado quien se
encontraba habilitado para presentar propuestas a sus acreedores. Con la reforma de la ley 25.589
podria llamarse “periodo comtin” al del art. 48, pues ahora se permite al concursado y a terceros
presentar propuestas en el marco del procedimiento del salvataje.
La ley 24.522, impone una negociacién del acuerdo extrajudicial la que se desarrolla en el
llamado periodo de exclusividad.
En la actualidad, dicho periodo tiene como dies a quo la fecha en que se notifica ministerio
legis la resolucién de categorizacion (art. 42, LCQ). Si no hay sentencia de categorizacion no co-
mienza el periodo de exclusividad y el concurso preventivo quedara virtualmente suspendido.
Tiene una duracién, conforme lo dispone la reforma de la ley 25.589, de noventa dias habiles
(art. 273, inc. 2, LCQ), con la posibilidad de ampliarse por treinta dias mas, cuando lo justifique
el nimero de acreedores o categorias; asi lo dispone la primera parte del primer parrafo del art.
43, LCQ,
E] juez puede extender dicho plazo en especialisimas situaciones. Existen dos posibilidades
temporales para que el juez determine la ampliacién del plazo ordinario (noventa dias) del perio-
do de exclusividad, de oficio conjuntamente con la resolucién que fija definitivamente las catego-
rias (art. 42, LCQ) 0 en cualquier momento antes del vencimiento del plazo ordinario, cuando asi
lo peticione el concursado, alegando razones que lo justifiquen. El perfodo de exclusividad marca
el tope para acreditar las conformidades existentes y computar las mayorias, aquellas presentadas
vencido aquel término, aunque hubiesen sido conferidas con anterioridad, en principio, no seran
computables, pero en el caso de que atin no se haya decretado la quiebra 0 abierto del cramdown
yno haya sido aquella solicitada por ningtin acreedor -lo que importaria una oposici6on implicita
al acuerdo-, en resguardo de la continuidad empresarial y atento la existencia de las mayorias,
correspondera tener por existente el acuerdo,
1. Propuesta de acuerdo
La propuesta de acuerdo va dirigida a los acreedores, especialmente a los quirografarios, aun-
que también y eventualmente pueden presentarse propuestas para los privilegiados.
La propuesta debe ser clara y precisa, y necesariamente licita, es decir que no sea contraria al
derecho, al orden publico, ala moral nilas buenas costumbres. Mas alla de la necesaria licitud de
la propuesta, los inicos cotos impuestos por la ley respecto de la propuesta de acuerdo son que
no puede consistir en una prestacidn que dependa de la voluntad del deudor -ello implica que no
puede dejarse el cumplimiento del acuerdo al libre y exclusivo arbitrio del concursado, sin que
este contraiga obligacién juridica alguna (doctr. art. 344, CCC)- y que debe aplicarse paritaria-
mente a los acreedores respetandose cada una de las categorias.
ERREIUS 239
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Cuando existan propuestas alternativas, los acreedores disidentes y aquellos que se incorporen
posteriormente al pasivo concursal a través de revisiones o verificaciones tardias, seran quienes
opten por una de las propuestas alternativas presentadas por el deudor (doctr. arts. 43, LCQ, y
782, CCC). En caso de que no se ejerza la opcidén sera el juez quien resolvera imponiéndole la
propuesta que mas adhesiones ha obtenido. También se ha dado en la practica el caso en que el
concursado ofrece una propuesta residual, para estos acreedores disidentes, revisionantes o tar-
dios, la cual se presenta, en principio, como discriminatoria, y cuando resulta mas perjudicial que
la presentada para los restantes acreedores, o cuando se advierta que busca obtener indebidas
ventajas para deudor, no debe admitirse.
La segunda parte del art. 43, LCQ -parrafo segundo al séptimo-, determina como debe ser la
propuesta de acuerdo y la forma en que debe ser presentada. La ley solo hace una ejemplificacién
enunciativa de las formas en que puede hacerse la propuesta, dejando al arbitrio del deudor su
contenido, siempre que obtenga las conformidades. Ello surge porque finalmente se dispone que
la propuesta pueda consistir en “cualquier otro acuerdo’, mas alla de los enumerados en el articu-
lo, siempre que se logren las conformidades de los acreedores con las mayorias determinadas por
la ley y que no sean considerados por el juez concursal, ni abusivos ni fraudulentos.
Si bien como esta legislada la propuesta puede consistir en quita (concordato remisorio) o
espera (concordato dilatorio), la forma mds comtin de propuesta concordataria es la combina-
cién de quita y espera, llamada “concordato mixto’ admitido histéricamente en la legislacién
concursal. En la casi totalidad de los concursos preventivos se presenta este tipo de propuesta
que combina una remisién de la deuda y el otorgamiento de un plazo para su pago, moratoria o
refinanciacion.
La ley concursal nunca dispuso un limite temporal para la espera, apartandose de otras le-
gislaciones del derecho comparado. La reforma del 2002 excluy6 el limite del 40% para la quita,
sobre el cual tanto habia insistido YADAROLA en Ja década del 30 recibiendo la adhesién del Pri-
mer Congreso de Derecho Comercial de 1940. Contrariamente, CAMARA se habia pronunciado
por su derogacién, condenando su arbitrariedad. La actual corriente legislativa intenta excluir los
fraccionamientos absolutos, como técnica, por considerarlos arbitrarios (limitaciones), dindole
a los jueces normas elasticas para considerar todas las circunstancias del caso (facultades homo-
logatorias). Igualmente, y aunque la ley nada diga, el acuerdo no puede consistir en la remisién
total de la deuda, porque ello implicaria una renuncia total de los derechos de los acreedoresy el
acuerdo, aunque elipticamente, quedaria sellado a la voluntad del deudor. Es importante que se
vuelva a considerar que las leyes concursales no solo deben permitir la libertad de criterios para
convenir respecto a los intereses de los deudores y acreedores, pero también debe proteger a los
acreedores que no prestan su conformidad con el acuerdo. Si bien, la imposicién de un minimo
para la remision de la deuda resulta arbitraria, es una herramienta de técnica legislativa para lo-
grar la seguridad juridica y proteger principios orientadores de la ley, no debe perderse de vista
que en el acuerdo la quita concedida por los acreedores no es un acto a titulo gratuito, sino one-
roso y lo que buscan es lograr cobrar, aunque sea el saldo. No existe fijado un plazo maximo para
la espera, pero dicho término dilatorio no podra importar nunca la remisién total de la deuda.
del acuerdo se produciria con la suscripcion del instrumento constitutivo y la regularizacio6n con
la inscripcién correspondiente.
La reorganizacion social podra realizarse en el ambito administrativo -interno- con cambios
estructurales, o en el ambito juridico -externo- a través de la fusion, escisidn o transformacién de
la sociedad concursada, todas como forma de conservacion de la empresa en crisis. Nada obsta
que la concursada desaparezca, pues producida la fusién y absorbida por otra sociedad la cual
asume el pasivo concursal, se tiene por cumplido el acuerdo y por terminado el concurso preven-
tivo, por lo que no existe impedimento para que se reorganice de tal manera (RIVERA). La reorga-
nizacion por si sola no es una propuesta concordataria pues no consiste en un modo de satisfac-
cién de créditos (MAFFiA), por lo que la propuesta debe ir acompafiada de la determinacién de
la forma en que seran desinteresados los acreedores, si no careceria de sentido la reorganizaci6n
societaria (BERGEL).
La administracion de todos o parte de los bienes en interés de los acreedores debera ser lo
suficientemente explicita la propuesta para que pueda llevarse a cabo, debera contener Ja forma
en que tal administracion sera llevada a cabo y por quién. Se produce una variante de desapo-
deramiento del concursado, quien, si bien conserva el dominio de los bienes, se desprende de la
tenencia (WILLIAMS). Una forma en que puede organizarse este tipo de propuesta es a través dela
figura del fideicomiso.
La propuesta que consistiese en la emision de obligaciones negociables 0 debentures 0 emi-
sion de bonos convertibles en acciones u de otro tipo de documento, para algunos, seria de du-
dosa admisibilidad, pues no podria considerarse por cumplido el acuerdo con la mera entrega
de los titulos cuando estos importan un diferimiento del pago del pasivo y el juez podria no ho-
mologarlo por considerarlo abusivo o fraudulento -se trata de una forma de refinanciacién de
la deuda-. Dice la ley que puede proponer la constitucidn de garantias sobre bienes de terceros,
pero también podrian constituirse sobre bienes del concursado e incluso otorgarse garantias per-
sonales. En el caso de cesidn de acciones de otras sociedades, se esta ante una variante especifica
de la dacién en pago o pago por entrega de bienes. También se prevé la capitalizacién de créditos,
incluso de acreedores laborales, en acciones 0 en un programa de propiedad participada.
La ley prevé que cuando la propuesta no consiste en una quita o espera, debe expresar la
forma y tiempo en que seran definitivamente calculadas las deudas en moneda extranjera que
existiesen, en relacién con las prestaciones que se estipulen, sin embargo, a partir de la vigencia
del Cédigo Civil y Comercial, dichas obligaciones no son dinerarias (art. 765, CCC) y la conversion
se hace en forma definitiva (art. 19, primera parte del segundo parrafo, LCQ).
En el ultimo y pentltimo parrafos, el art. 43, LCQ, determina en qué momento se debe dar a
conocer en el concurso la propuesta de acuerdo y hasta cuando podra mejorarse esta.
El concursado tendra que hacer publica su propuesta de acuerdo, presentandola en el expe-
diente por lo menos veinte dias habiles antes del vencimiento del periodo de exclusividad. Solo
resulta obligatoria la propuesta para los acreedores quirografarios, siendo facultativa la presenta-
cién para acreedores privilegiados o para alguna categoria de ellos (art. 44, primera parte, LCQ).
Siel periodo de exclusividad es extendido o prorrogado, el término se contara desde el nuevo
vencimiento siempre que la prérroga haya sido dispuesta antes de haber transcurrido el plazo
para exteriorizar la propuesta segun el ordinario término del periodo de exclusividad.
Como todo término concursal, resulta perentorio (art. 273, inc. 1, LCQ) y su mero vencimiento
implica imponer la sancion de la declaracién de quiebra indirecta 0 la apertura del procedimiento
del art. 48, LCQ, en su caso. La presentaci6n tardia de la propuesta debe ser admitida, en beneficio
de la solucién preventiva, siempre que no se haya decretado atin la quiebra (MAFFiA - ALEGRIA).
El deudor se encuentra habilitado a presentar modificaciones a la propuesta original hasta el
momento en que deba celebrarse la audiencia informativa.
La ley 24.522 modifico a su antecesora, respecto de que la modificacion que se haga de la pro-
puesta no necesariamente debe importar una mejora de aquella, estando habilitado el concursa-
ERREIUS 241
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
En una modificacién sustancial, la ley 24.552 excluye la irrenunciabilidad del privilegio labo-
ral estipulado por la ley 20.744 (se deroga su art. 264), permitiendo tal renuncia para que el acree-
dor se incorpore a la categoria de quirografarios laborales si existiese propuesta diferenciada para
ello, o participe de la propuesta general presentada para todos los quirografarios. La tan mentada
irrenunciabilidad es prevista nuevamente en el art. 2575, in fine, CCC.
El fin de la ley concursal radica en permitir a los trabajadores cooperar con su empleador
para conseguir el acuerdo y lograr asi la continuidad laboral (MARTORELL). Ello se correlaciona
con el hecho de que no existe obligacién de categorizar y ofertar propuesta separadamente para
los laborales quirografarios, pues en caso contrario nada influiran en la obtencién de las con-
formidades. El fundamento flaquea cuando se esta ante créditos laborales que no correspondan
a actuales dependientes del concursado, pero readquiere firmeza cuando advertimos que estos
acreedores, quienes pueden tener la intenci6én de que el acuerdo no se logre, con la renuncia, ten-
dran que declinar a su preferencia, que no renace por no prestar conformidad al acuerdo, dejando
de lado la posibilidad de ejecutar la sentencia verificatoria o de pedirle directamente la quiebra a
su deudor en caso de no homologarse acuerdo para privilegiados laborales (art 57, LCQ).
La renuncia del privilegio laboral, que no puede ser inferior al 20% del crédito, debe ser rati-
ficada en audiencia ante el juez concursal, con citacién de la asociacién gremial legitimada si el
trabajador estuviera bajo el regimen de un convenio colectivo y si se encuentra afiliado a aquella
asociacién. Resulta dudoso que pueda admitirse la oposicion del gremio ala renuncia que quiera
hacer el acreedor laboral, limitandose su participaci6n a emitir un consejo al respecto. El hecho
de que se exija que la renuncia del privilegio del crédito laboral sea ratificada excluye que pueda
derivarse de la insinuacidén al pasivo concursal sin invocacion de dicho privilegio.
ERREIUS 243
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
en el sistema patrimonial concursal, habria una variaci6n pasandose del desapoderamiento ate-
nuado a la administracién ad hoc prevista en el acuerdo.
La solucién legal resulta coherente, pues se concatena con lo normado por los arts, 15 y 16,
LCQ, y el desapoderamiento atenuado, el cual se extiende hasta la conclusion del concurso pre-
ventivo del art. 59, LCQ, y luego de la homologacién del acuerdo queda regido por el régimen
incluido en la propuesta. También puede proponerse el levantamiento de la inhibicién general
de bienes o la autorizacidn para disponer de algtin bien registrable para con su producido hacer
frente al concordato. Si nada se dice, la inhibicién general de bienes seguira trabada y para la
disposicidn que quiera hacerse de bienes registrables debera solicitarse la autorizacién judicial.
De lege lata este recaudo no puede ser asimilado al plan de empresa o de administracion,
aunque de lege ferenda, es preferible exigirle también al concursado, ademas del régimen de ad-
ministraci6n, que presente un plan de cumplimiento, el que tendra mayor importancia para los
acreedores al momento de prestar conformidad y para que el juez pueda determinar la factibili-
dad del acuerdo presentado y asi evitarse el abuso del derecho o el fraude a la ley. En realidad,
seria necesario que se le exija al deudor que presente no solo un plan de cumplimiento, en el cual
determine por qué ofrece lo que ofrece y de qué manera cumplira con el acuerdo propuesto, sino
un integral plan de empresa (plan de reorganizacion o reestructuracién), donde constaran plani-
ficacion, coordinacion, control y forma de superacion de la crisis empresaria, estableciéndose el
cémo, cuando y con qué recursos se superara la crisis patrimonial de insolvencia.
El concursado debe presentar la propuesta de conformacidn del comité de control, individua-
lizando quiénes seran los acreedores que lo integren, pero el hecho de que efectivamente dicho
comité no quede integrado no acarrea consecuencia alguna para el concursado. Tal recaudo se
corresponde con el hecho de que en los grandes concursos actuara como controlador del cumpli-
miento del acuerdo. Sin embargo, si no lograse constituirse el comité, no cesard la actuacién del
sindico, quien continuara con la sola funcién de controlar el cumplimiento del concurso, como
si se tratara de un pequefio concurso. Este comité estara conformado por acreedores que repre-
senten la mayoria de capital, permaneciendo en su cargo los representantes de los trabajadores.
Como minimo seran tres integrantes (art. 160, LCQ). Sustituye al constituido en la resolucién del
art. 42, LCQ.
5.1. Conformidades
ERREIUS 245
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
impar la mayoria se logra con una persona mas que los disidentes, en caso contrario se necesi-
tarfan dos personas mas que presten conformidad y se potenciarfa el valor de los disidentes por
sobre los que den su conformidad y la prioridad del concurso preventivo.
En el supuesto de verificacion eventual de un crédito contra la concursada por un tercero
garante, el cOmputo para el acuerdo, en cuanto a la mayoria de personas se considera en la adhe-
sidn o no del acreedor principal. Es claro que para la mayoria de capital se considera el monto de
crédito por una sola vez. La situaci6n es diferente si ya le ha pagado al acreedor porque tiene ya
derecho de repeticion contra el concursado y deja de ser acreedor eventual para pasar a ocupar
lisa y lanamente al acreedor que ha desinteresado con su pago.
En el caso de un crédito condicional, en el supuesto de que la condicién sea resolutoria el
acreedor titular mas el capital del crédito es computable para el acuerdo, pero, por el contrario, si
la condicién es suspensiva dicho crédito y acreedor quedan excluidos.
5.3. Exclusiones
La ley determina ciertas exclusiones para el cémputo de las mayorias. La exclusion del cém-
puto para las mayorias no implica que no les sera aplicable el acuerdo que devenga homologado.
En concreto, el efecto de la exclusién es que al acreedor se le aplica el acuerdo homologado sin
poder participar de su gestacion; pero ademas este excluido no podra impugnar el acuerdo que se
homologue por carecer de “derecho a voto” (art. 50, LCQ). Se trata de una exclusién de la base de
computo de las mayorias de capital y personas.
Como se esta ante una situacion de excepcion, la ley debe interpretarse como taxativa en este
punto y con un criterio de restricci6n que debe imperar; no podra extenderse la prohibicién legal
a otros supuestos no previstos legalmente.
tos de voto complaciente por su estrecha relacion con la sociedad, razon por la cual no quedan
excluidos los accionistas, salvo que sea controlante de la misma. La exclusién del controlante se
basa en la complacencia del acreedor en la participacion del acuerdo, descartandose que prestara
conformidad a la propuesta que presente del deudor.
Claramente todas las exclusiones expresas determinadas por la ley se corresponden a acree-
dores complacientes o connivientes.
ERREIUS 247
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La ley guarda silencio en cuanto a la forma y la oportunidad en que deberan convocarse a los
titulistas a la asamblea, quién la presidira, c6mo tramitaran temporalmente las impugnaciones
asamblearias. Si bien dichas cuestiones se encuentran previstas en la ley 19.550, o en la Ley de
Obligaciones Negociables, también pueden estar dispuestas en cada uno de los contratos emi-
sores de los titulos. La convocatoria necesariamente debe hacerse después de presentada la pro-
puesta, porque la asamblea esta destinada a que se presente conformidad o no a ella.
En todos los casos, es decir, cuando los titulistas verificaron individualmente 0 cuando se hizo
a través del fiduciario, o para el caso en que se haya hecho en forma combinada, algunos indivi-
dualmente y otros a través del fiduciario, para el c6mputo de las mayorias se tendra en cuenta el
capital que representen todos los que hayan dado su aceptacidn a la propuesta, y en cuanto ala
mayoria de personas, tanto conformidades y rechazos se computaran como otorgados por una
sola persona, es decir que se computaran para las mayorias de personas una aceptacion y una
negativa. Los titulistas que hayan verificado sus créditos en forma individual no participaran in-
dividualmente en el c6mputo de las mayorias de personas, sino que siempre lo hardn en forma
conjunta con el resto, como si se hubiesen verificado a través del fiduciario.
Esto hace tambalear el sistema, por los errores sustanciales que contiene, ya que al transcribir
la norma de la ley 19.551 queda desfasada ante el nuevo sistema de categorizacion de acreedores
inexistente en aquella ley. Es insolita esta forma de computar la mayoria numérica, pues si entre
los acreedores hay algunos que prestan conformidad y otros que no, para la mayoria de capital
se computa segtin la representacién de cada uno, pero respecto de la mayoria personal, si hay
aceptaciones y rechazos, esta se neutraliza, pues se considera la una y la otra como una persona,
salvo que haya acuerdo unanime en la asamblea u otra forma de obtencidn de las aceptaciones
también undnime. Se agrava la cuestién si estos acreedores son categorizados en una clase sepa-
rada, ya que la neutralizacién de la mayoria de personas impediria obtener el acuerdo, por lo que
seria inconveniente el agrupamiento de estos acreedores en una clase. Se deja a salvo la nueva
posibilidad, aunque remota, de que el juez imponga el acuerdo (art. 52, inc. 2, apartado b, LCQ).
De lege ferenda la mayoria debiera obligar a la minoria, por lo que asi debe tenerse en cuenta la
conformidad o no respecto de la mayoria de personas exigidas por la ley concursal.
Finalmente, el Ultimo inciso del art. 45 bis, determina que “el juez podra disponer las medidas
pertinentes para asegurar la participacion de los acreedores y la regularidad de la obtencién de
las conformidades o rechazos’, lo que significa la introduccién de principios publicistas en un
sistema privatista, con la complicada consecuencia del alongamiento del tramite que produciria
cualquier resolucion, por lo que la potestad judicial deberd ser reservada para casos extremos
(GEBHARDT).
7. Audiencia informativa
En los dos ultimos parrafos del art. 45, LCQ, se encuentra el resabio de la antigua junta de
acreedores, a lo cual el legislador de 1995 llamo “audiencia informativa”
En la sentencia de apertura de concurso preventivo, segtin asi lo exige la ley, el juez debe fijar
la audiencia informativa (art. 14, inc. 10, LCQ), sin embargo, como dicho acto debe celebrarse
cinco dias antes del vencimiento del perfodo de exclusividad, generalmente la fecha sera fijada
en la sentencia del art. 42, LCQ, pues es alli donde podra conocerse el comienzo del periodo de
exclusividad y podra calcularse su culminacion (art. 43, 1 parr., LCQ).
Esta audiencia, que se fija cinco dias habiles antes del vencimiento del periodo de exclusivi-
dad, se celebra para que el deudor dé explicaciones de la forma en que se desarrolla la negocia-
cion del acuerdo y para que los asistentes formulen preguntas al respecto. En realidad, es la ultima
oportunidad que se le otorga al concursado para reencausar la negociacién cuyo plazo esta por
agotarse, siendo este acto la ultima oportunidad para modificar la propuesta (ROUILLON). El deu-
dor puede concurrir a la audiencia personalmente con patrocinio letrado 0 a través de un apode-
rado, si es persona ideal concurrirad en su nombre su representante, ya sea necesario o voluntario.
La incomparecencia del concursado obsta la realizaci6én de la audiencia informativa.
En la practica, ante la inexistencia de sancién legal para el concursado incompareciente, la
audiencia informativa se llevara a cabo segun sea su voluntad de Ilevarla a cabo o no. En caso de
que el concursado, con anterioridad a la fecha de la audiencia informativa, hubiese obtenido las
mayorias para el acuerdo, debera comunicarlo al juzgado y la audiencia no se realizara por resul-
tar inoficiosa.
Debe reconocerse que la audiencia informativa es inoficiosa, ninguna razon de ser tiene para
el deudor y los acreedores, restando solo cinco dias para el vencimiento del periodo de exclu-
sividad. Podra tener algtin sentido informativo para el sindico y para el juez, pero ello quedara
supeditado a que el deudor se presente a la audiencia. Si bien en algunos casos, se ha reflotado la
audiencia informativa, utilizdndola para conocer la real posibilidad del cumplimiento del acuer-
do, lo cierto es que la mayoria de las audiencias a las cuales ha concurrido el concursado no se le
han visto resultados positivos. Si se lleva a cabo se convierte en solo una verdadera formalidad.
Si bien en general el concurso preventivo esta dirigido a los acreedores quirografarios la ley
permite que también se presente propuesta de acuerdo, para todos o algunos de los acreedores
privilegiados. La regulacion del eventual acuerdo para los acreedores privilegiados ocupa los arts.
44 y 47, LCQ.
En dicho caso, el concursado debera categorizarlos en la oportunidad del art. 41, primera
parte, LCQ, distinguiendo en principio acreedores con privilegio especial de aquellos que tienen
privilegio general.
Como el acuerdo para privilegiados tiene como fin que estos acreedores no ejecuten bienes
del concursado y tornar asi ilusorios los créditos quirografarios, serfa fundamental que el con-
cursado obtenga primero el acuerdo para los privilegiados para asi lograr el de los quirografarios;
en caso contrario -no existencia de acuerdo para privilegiados-, deberia mejorarse la propuesta
de los quirografarios para que estos presten su conformidad porque verian en riesgo la posibi-
lidad de cobro de sus créditos en la quiebra ante la potencial ejecucion de bienes por parte de
los acreedores privilegiados (Fusaro). El beneficio del concursado por lograr el acuerdo con sus
acreedores privilegiados es que con ello podra hacer un ofrecimiento de menor entidad a los qui-
rografarios porque al no excluirse bienes por los privilegiados, tienen mayor esperanza de cobro.
Cuando se trate de acreedores con privilegio general se aplicaran las mayorias previstas en el
art. 45, LCQ -la ley erroneamente expresa art. 46, LCQ-, es decir, las mismas que para el acuerdo
de los quirografarios; en cambio, se requiere la unanimidad para los acreedores con créditos con
privilegio especial.
En el caso de acuerdo para acreedores con privilegio general la homologacion afecta a todos,
incluso a los admitidos en el pasivo posteriormente. Si bien no existen dudas que para homologar
el acuerdo para los privilegiados especiales se requiere la unanimidad de los acreedores verifica-
dos y declarados admisibles en la oportunidad del art. 36, LCQ, la divergencia se plantea respecto
de la imposicion de dicho acuerdo a aquellos acreedores con preferencias especiales que se in-
corporan al pasivo posteriormente a través de la revisidn o de la verificacién tardia.
Por un lado, se entiende que obtenida la unanimidad y homologado el acuerdo el mismo es
obligatorio también a aquellos acreedores con privilegio especial que no participaron del acuer-
do. Se aplican todas las consecuencias propias del acuerdo para los quirografarios, es decir que
el acuerdo aprobado por unanimidad se aplica a los demas acreedores con privilegio especial de
la misma categoria que queden incorporados al pasivo concursal luego de la sentencia del art.
36, LCQ, ya que no existe ninguna norma que disponga lo contrario (RIVERA - CSJN, “Florio” LL,
2004-D-373).
Pero en realidad, los acreedores que no participaron en la conformacién del acuerdo, no se
encuentran alcanzados por él, ya que no se puede obligar a aquellos que no han prestado expresa
conformidad, tal es el sentido de la unanimidad exigida por la ley, en resguardo, en este caso, de
la paridad creditoria y los derechos preferenciales de los acreedores con créditos privilegiados
especiales. No se trata de un acuerdo de mayorias que pueda obligar a otros que no dieron su
conformidad, por lo que no corresponde aplicarle los alcances del acuerdo para los acreedores
quirografario que se aprueba por mayoria, aqui la unanimidad excluye tal posibilidad. Se trata de
ERREIUS 249
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
un acuerdo hermético que alcanza a la unanimidad que lo conform6, careciendo de efecto expan-
sivo respecto de los restantes. Ademas, el texto de la ley hace referencia “a los que alcance’, es decir
que todos aquellos acreedores con privilegio especial alos que se les dirigié el acuerdo deben dar
su aprobacion para que los alcance, pues sino no habria el consentimiento de todos los acree-
dores con privilegio especial alcanzados por el acuerdo. Después también el art. 52, inc. 3, LCQ
impide imponer el acuerdo a los acreedores con privilegio especial que no lo hubieren aceptado,
por lo que puede verse que el acuerdo no puede serles obligatorio sino prestaron conformidad.
Entonces los acreedores con privilegio especial nunca quedan obligados por un acuerdo concur-
sal sino prestan su conformidad pues solo a los que adhieren expresamente a la propuesta los al-
canza. Cabe reconocer que la ley 19.551 expresamente disponia que estos acuerdos no obligaban
a los acreedores que se verificaran posteriormente e integrasen esa categoria, texto suprimido
por la ley 22,917. Aun sin texto expreso, la naturaleza y las consecuencias del acuerdo preventivo
concursal vienen dadas, tiene raz6n de ser a partir del acuerdo de mayorias y queda totalmente
excluido cuando se exige unanimidad.
En estas propuestas para privilegiados, la falta de mayorias (privilegios generales) o unanimi-
dad (privilegios especiales), seguin el caso, no acarrea la quiebra si se obtuvieron las mayorias para
la propuesta de los quirografarios, salvo que esta estuviese condicionada a la aprobacion de las
propuestas formulada a los acreedores privilegiados. Tal manifestacidn puede ser exteriorizada
en cualquier momento, incluso luego de presentadas las propuestas.
SALVATAJE DE LA EMPRESA
I, INTRODUCCION
Las nuevas corrientes reformistas de 1995 y la nocién de empresa que evolucionaba en el de-
recho comparado, que se imponia por sobre el empresario, llevaron al legislador a incorporar en
la ley 24.522 un procedimiento de salvataje, mal llamado cramdown. En resguardo del principio
de conservaci6n de la empresa, se intentaba mantener aquella econdmicamente util y viable a
través de propuestas de terceros, cuando el empresario habia fracaso en el intento,
Si bien en la ley argentina, en 1995, se creaba un sistema original de salvataje empresarial,
tuvo sus antecedentes en el derecho comparado,
Ellos pueden ser encontrados en el informe Sudreaw que culmino en Ja ley francesa de 1987
de redressement judiciaire o en el Bankruptcy Code norteamericano, evolucionado en la Jnsolven-
zordnung alemana y la ley italiana de 1999 de Administraci6n Extraordinaria de Grandes Empre-
sas en Estado de Insolvencia. En la ley francesa el redressement puede producir la cesion forzosa
de todos 0 parte de la empresa, cuando el deudor por sf mismo no pueda asegurar la recuperacién,
lo que significa que se trata de una herramienta subsidiaria. La ley italiana actual (2006) que se
funda en la separaci6n de la empresa viable del empresario ineficaz, legisla sobre el acuerdo por
tercero, siendo prevalente, en el concordato, el salvataje por tercero cuando fracasa la instancia
exclusiva de prevencién a manos del deudor (Dasso). En el derecho nacional el tema fue incor-
porado, en similar texto al norteamericano, en el anteproyecto de la Secretaria de Desregulacién
Econémica que sirvio para el proyecto que culmin6 en ley en 1995, con diferencias notorias con el
régimen estadounidense. La reforma habia sido resistida en general, por la doctrina; sin embargo,
en la practica, en algunos casos, se han visto sus frutos, aun con las deficiencias que presentaba el
original art. 48 de la ley 24.522.
El antecedente lejano de nuestra legislacién puede encontrarse en la adjudicacion de bienes
prevista en la ley 4156 de 1902, pero en realidad el llamado salvataje de la empresa es una institu-
ciédn nueva en nuestro derecho concursal que nace a partir de la ley 24.522.
Il. SALVATAJE
La Nota de Elevacién al Congreso del Proyecto de lo que fuera luego la ley 24.522 expresaba
que se trataba de una “reformulacién a nuestro sistema legal y al grado de avance en el pais del
analisis de riesgo financiero en la reestructuracion de empresas del sistema de cramdown de la
legislaci6n norteamericana...”
Es un negocio juridico indirecto de y forzoso para el sujeto concursado que se concreta por
medio de la transferencia coactiva, ex /ege, del control social juridico interno, trasmitiendo la titu-
laridad de las participaciones sociales que otorgan el poder societario y el manejo de la hacienda
comercial (DASso).
ERREIUS 251
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
En el salvataje, es la misma ley la que autoriza a un tercero a componer el pasivo de una per-
sona que ha fracasado en el perfodo de exclusividad, su negociacién con los acreedores, habili-
tandola de esta manera para solucionar concordatariamente aquel pasivo. Una vez logrado este
acuerdo con los acreedores, el tercero goza del derecho a que se le transfieran las participaciones
sociales, como resultado indirecto de su negociacion, y los socios deberan ceder forzosamente su
posicion juridica ante el interesado.
Lo que se va a transferir se relaciona solo con el aspecto interno de la sociedad concursa-
da, consistente en la participacién de los socios o accionistas de la sociedad concursada, conti-
nuando la misma persona juridica, de tal manera que, los acreedores siguen teniendo a la misma
deudora; y son ellos, quienes evaluaran la conveniencia de aceptar la propuesta proveniente de
terceros u optar por la quiebra.
El procedimiento de salvataje se constituye en una via alternativa ala declaracion de quiebra
en el caso de fracaso del concurso preventivo.
2. Presupuestos
Para determinar las circunstancias que deben darse para que quede habilitada la posibilidad
de someter ala empresa concursada al régimen del cramdown, no basta con interpretar el art. 48,
LCQ, sino otras normas de la ley concursal. No basta con la simple lectura de este dispositivo legal
para determinar los supuestos de procedencia del mismo, sino que es necesario su coordinacion
e interpretacién sistematica dentro de la ley concursal.,
Para la posibilidad de que exista salvataje, en principio, debe estarse ante un gran concurso,
es decir que no se aplica a los pequenos concursos (art. 289, LCQ), por lo que la aplicacién del
instituto fue estipulada para casos de inobjetable envergadura.
Seguin la disposicion legal, el instituto resulta aplicable en tres casos donde se produce el fra-
caso del concurso preventivo. El primero es el previsto por el art. 43, pentiltimo parrafo, LCQ, que
dispone que sera aplicable cuando el concursado no haga publica, oportunamente, la propuesta
de acuerdo. Luego, conjuntamente, del primer parrafo, segunda parte, del art. 48, LCQ, y del art.
46, LCQ, surge que no sera declarada la quiebra y sera sometida al salvataje la concursada que
vencido el periodo de exclusividad no haya logrado las conformidades con las mayorias necesa-
rias para lograr el acuerdo, salvo que el acuerdo sea impuesto por el juez conforme al art. 52, inc.
2b), LCQ. Finalmente, en el art. 51, primer parrafo, LCQ, se dispone la habilitacién del cramdown
cuando el juez estime procedente una impugnacion contra el acuerdo que impida su homologa-
cidn. En este caso, el ultimo parrafo del art. 51, LCQ, habilita la apelacion con efecto devolutivo
por parte del concursado respecto de la impugnacion resuelta que habilito la apertura del cram-
down.
En realidad, y mas alla del texto del art. 48 LCQ, quedaria habilitado el salvataje siempre que
la concursada no tenga éxito en lograr el acuerdo dentro del periodo de exclusividad (ROUILLON),
por lo que en caso de que el juez no homologue dicho acuerdo por considerarlo abusivo o frau-
dulento deberia habilitarse la apertura del cramdown como un cuarto caso. De la misma mane-
ra que no se dispone expresamente la declaraci6n de quiebra, en dicho supuesto, tampoco se
prescribe la apertura del salvataje. Claramente se esta ante un nuevo supuesto en que procede el
cramdown (doctr. arts. 46, 48, 51, 52, inc. 4, y concs., LCQ).
La jurisprudencia ha ideado la “tercera via” (CNCom., sala C, DSC, 169-616, disidencia Dr.
Monti, Sup. Corte Just. Mendoza, sala 1, “Pedro L6pez e Hijos SACIA’) para superar aquellos casos
en los cuales se advierte que la propuesta no merece ser homologada, en razon de no superar el
test de abusividad, otorgando un plazo adicional a los fines de su reformulaci6n. No se declara la
quiebra ni se abre el salvataje, sino que se otorga un nuevo plazo para un reacondicionamiento de
aquella propuesta. La tercera via no es mas que una extensidn del periodo de exclusividad, pero
con la particularidad que el juez estima que el deudor debe “mejorar” la propuesta de acuerdo
pues la misma no merece su homologacion, pero la misma no puede ser utilizada para extender
el periodo en el cramdown.
En principio, para determinar a qué sujetos alcanza el salvataje del art. 48, LCQ, debe estarse
al presupuesto subjetivo concursal, es decir que solamente sera aplicable a los sujetos concursa-
les y, como tales, sometidos a concurso preventivo.
Sin embargo, la primera parte del art. 48, LCQ, determina el alcance subjetivo concreto del
procedimiento, lo cual resulta taxativo al respecto sin poder ampliar analégicamente los supues-
tos alli contemplados. Se crea un sistema de numerus clausus.
Resultaria atinado ampliar el campo de casos que preserven la empresa viable y util, evitando
su quiebra, sin importar la figura juridica adoptada para su desarrollo, aunque el fundamento de
la limitacién subjetiva se lo encuentra en la limitacién de responsabilidad y en la division del capi-
tal societario, para evitar que el adjudicatario asuma responsabilidad ilimitada y solidaria lo que
no facilitaria el salvataje (RIVERA). Como caracteristicas comunes, se esta ante entes con estructu-
ra empresarial, con socios con responsabilidades limitadas, y con supuestos de facil transmisién
de las participaciones societarias -acciones o cuotas sociales- (Mosso). Las cualidades importan
un marcado deslinde entre empresa y empresario.
A ello debe agregarse la exclusién que hace el art. 289, LCQ, respecto de los pequefios concur-
sos (art. 288, LCQ), por lo que el salvataje solo procede en los procesos de grandes magnitudes.
Sin embargo, a fin de aplicar el cramdown a los pequefios concursos, lo que es inadmisible por
la literalidad del art. 289, LCQ, se sostuvo la inconstitucionalidad de dicha norma o fue obviada
directamente cuando se traté de una empresa viable y socialmente titil (Dasso).
En concreto, la aplicacién del cramdown alcanza a las sociedades de responsabilidad limi-
tada, sociedades por acciones (sociedades anénimas y sociedades en comandita por acciones),
sociedades cooperativas y aquellas en las que el Estado nacional, provincial o municipal sea parte
ERREIUS 253
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
2.2.2. Exclusiones
En el derecho comparado la conservacién de la empresa siempre tuvo en vista la magnitud de
esta sin importar la figura juridica que haya adoptado, siempre dandole considerable virtualidad
a la viabilidad del emprendimiento y a su posible recuperacion, concretada sobre la base de un
plan de reorganizacion. Asif lo disponen las leyes norteamericana, francesa, alemana e italiana en
el programa de saneamiento empresario,
En nuestro medio quedan excluidas de la norma las personas humanas -y el patrimonio del
fallecido-, sociedades atipicas, sociedades colectivas, en comandita simple y por acciones, aso-
ciaciones civiles, fundaciones, aseguradoras -incluidas las ART-, mutuales, AFJP y las entidades
financieras.
Una breve explicacion amerita el caso de las mutuales (ley 20.321), pues estas se encontra-
ban excluidas por el art. 2 y el art. 48, LCQ; el primero como presupuesto subjetivo concursal y el
segundo como sujeto sometible al cramdown. La ley 25.374, reforma el regimen de las mutuales
de Ja ley 20.321, determinando que estas son sujetos concursales, 0 mejor dicho que “quedan
comprendidas en el regimen de la ley 24.522’, pero nada dispone sobre su exclusi6n expresa en
el art. 48, LCQ, norma de caracter especial, que continua con su vigencia. Ademas, también, las
mutuales se tratan de asociaciones y no de sociedades que son las personas juridicas admitidas
en el cramdown.
Especialmente la ley 25.750 excluye de la aplicacion del cramdown a aquellas sociedades que
explotan medios de comunicacidn masivos, con el ridiculo fundamento de resguardo del patri-
monio cultural nacional, producto del oportuno /obby de empresarios del sector, proteccién que
ya se efectivizaba con la Ley de Radiodifusion, ley 22.285. También se ha advertido, en el debate
parlamentario, sobre la posible tacha de inconstitucionalidad que puede hacerse a aquella ley por
violacién a las normas contenidas en los arts. 16, 17 y 20 de la Carta Magna. Respecto del primero
de ellos, porque se viola la garantia de igualdad en el derecho societario y concursal; el segundo
porque vulnera la propiedad intelectual al impedir la cesién de los contenidos de produccisn, y
el Ultimo porque priva a los extranjeros del goce de los derechos de libre comercio como si fueran
ciudadanos ante la nacionalidad consagrada para este tipo de empresas culturales.
También resulta problematico el sometimiento a este instituto cuando se esta ante un con-
curso en caso de agrupamiento, Como el concurso es de los integrantes debera estarse a cada uno
de ellos para poder determinar si se encuentran incluidos en los supuestos especiales del art. 48,
LCQ, exista propuesta individual o unificada. En el primer caso se estara al supuesto de cada inte-
grante; pero ante la propuesta unificada, si el grupo se encuentra integrado al mismo tiempo por
sujetos susceptibles de cramdown y por sujetos que no lo son, no se podria abrir el salvataje para
uno y decretarse la quiebra para otros, pues tal soluci6n importaria desvirtuar el régimen de la
propuesta unificada, que halla su nota esencial en la union de la suerte de todos los concursados
y tal unién no puede deshacerse por la via de admitir que solo algunos quiebren (CNCom., sala C,
24/4/2013 “Baldassarri”).
3. Tramite
El art. 48, LCQ, regula un verdadero estatuto que determina el tramite a seguir en los casos en
que proceda la aplicacién del salvataje empresario. Dicho procedimiento puede ser dividido en
cuatro partes fundamentales: una, la inscripcién de los interesados; la segunda, la valuacion de
las partes sociales de capital de la empresa concursada; luego, la negociacién y acuerdo con los
acreedores; y, por tltimo, la adquisicién de las partes sociales.
La ley nada dispone sobre la forma en que debera ser administrada la sociedad concursa-
da durante la tramitaci6n del cramdown, por lo que, atento a la imposibilidad de extenderle el
régimen establecido para el caso falencial, debera seguir ejerciéndola su 6rgano de administra-
cién bajo la vigilancia de la sindicatura, el comité de acreedores y el juez, quienes podran pedir u
ordenar, segtin el caso, las medidas que crean convenientes para asegurar la continuidad de los
negocios empresariales (Mosso), resolviéndose la intervenci6én, coadministracién o la veeduria.
Dicha posicién queda robustecida con el hecho de que anteriormente el deudor resultaba inexo-
rablemente apartado de la administracion de la empresa, pero actualmente, con la reforma de
2002, se admite la participacién del deudor concursado en el salvataje del art. 48, LCQ, por lo que
resulta razonable que mantenga la facultad de continuar al frente de la empresa (C. Nac. Com.,
sala B, LL del 11/5/2005). En contrario, para GEBHARDT, como minimo debe disponerse la coad-
ministracion de la empresa, aunque en realidad propone que sean reemplazados los 6rganos de
la concursada por un administrador judicial, Sin perjuicio de ello, debe reconocerse que tanto el
juez como el sindico deberan estar atentos al desarrollo administrativo de la empresa por parte
de la concursada y al menor desvio del normal funcionamiento debera aplicar las cautelares dis-
puestas por el art. 17, segunda parte, LCQ.
En los ine. 1 y 2 del art. 48, LCQ, la ley regula lo relativo al registro y a las inscripciones de los
interesados.
El primero de los preceptos determina que, vencido el periodo de exclusividad, el juez dentro
de dos dias abrira el registro de inscripcién para los interesados en el cramdowmn, los cuales de-
beran hacer oferta a los acreedores. Precisando lo expuesto, la apertura del registro debe hacerse
dentro de los dos dias de vencido el periodo de exclusividad sin obtencion de las conformidades
con las mayorias necesarias (art. 46, LCQ) o de vencido el término para hacer publica la propuesta
de acuerdo (art. 43, pentltimo parrafo, LCQ) o de Ja resoluciOn que admite una impugnacion al
acuerdo que impide su homologacién (art. 51, LCQ).
El término para proceder a dicha inscripcidn es fijado por la ley en cinco dias. No habia repa-
ros en la ley anterior respecto de que eran contados a partir de la notificacién ministerio legis dela
resolucién que abre el registro, pues no se preveia otra forma de anoticiamiento, aunque en algu-
nos precedentes se han publicado edictos, lo que nos dejaba dudas atento al costo y la urgencia en
el tramite. Con la reforma del 2002, aunque el precepto es muy confuso, la apertura del registro se
da a conocer a través de edictos, y luego de ello correran los cinco dias para inscribirse.
3.1.1. Edictos
Con la apertura del registro el juez debera fijar un importe presupuestado para atender los
gastos de los edictos. Dicha suma sera depositada por cada interesado al momento de inscribirse.
ERREIUS 255
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
3.1.2. Interesados
Pueden inscribirse en dicho registro, tanto terceros como acreedores, ya sean quirografarios
o privilegiados.
La ley 26.684 de 2011 innecesariamente resalta que también puede inscribirse la cooperativa
de trabajo de la misma empresa, estando también habilitada la que se encuentra en formacion.
La reforma es superflua porque la cooperativa es un tercero y ya se encontraba incluida entre los
sujetos que podrian inscribirse para el salvataje y de hecho hubo antecedentes jurisprudenciales
en tal sentido (Juz. Proc. Concursales y Registro N° 3, Mendoza, LL 1999-B-362). Se muestra a
todas luces la intencidn del legislador de pretender que la cooperativa de trabajo se convierta en
propietaria de la empresa deudora. Una alternativa prefalencial para que los trabajadores reuni-
dos cooperativamente purguen la insolvencia de la empresa empleadora.
No quedan incluidos dentro de la manda legal los socios o accionistas pues ellos, si bien téc-
nicamente son terceros, no pueden comportarse como tales respecto de la sociedad concursada,
quien ahora con la ley 25.589 participara de la segunda ronda. A lo que debe agregarse, amplian-
dose la incompatibilidad, la participacién posterior que tienen los socios y accionistas para con-
formar la propuesta de adquisicién de las partes sociales. Tampoco pueden inscribirse los direc-
tores, gerentes, administradores y sindicos de la sociedad concursada, pues no pueden competir
por sf o por terceros con la sociedad, salvo autorizacién societaria (arts. 157, 271, 273 y concs.,
LGS).
Nada impide que se inscriba en el registro del salvataje una persona humana, pues en caso de
triunfar en el procedimiento, pasaria a formar una sociedad de responsabilidad ilimitada de un
solo socio, quien debera cumplir con el art. 94, bis, LGS, a fin de regularizar la situacion en el tér-
mino de tres meses. En el caso de que quien pretenda participar del cramdown sea otra sociedad
anonima, esta solo podra inscribirse cuando la concursada sea una sociedad por acciones (art. 30,
LGS) y en caso de que sea una cooperativa, debe reunir los recaudos establecidos estatutariamen-
te por aquella entidad (art. 17, ley 20.337).
En el caso de que existieran interesados inscriptos, el concursado puede presentar una nueva
propuesta de acuerdo, 0 con la anteriormente presentada lograr las conformidades que no pudo
reunir en el periodo de exclusividad en este, que puede denominarse “periodo comin’, donde no
solo él puede lograr el acuerdo con los acreedores, sino también los demas interesados. El hecho
de permitirle al concursado efectuar la pugna con los otros interesados en el procedimiento del
art. 48, LCQ, para lograr, en un periodo de concurrencia (ROUILLON), el acuerdo con sus acreedo-
res, result6 ser una sustancial modificacién introducida por la ley 25.589, Negarle esta posibilidad
al concursado en la anterior ley se fund6é en el hecho de que los acreedores ya habian rechazado
la propuesta realizada por el deudor y esta fracas6, teniendo preeminencia por sobre el aspecto
cuantitativo ahora el cualitativo, es decir, la confianza que despierta el proponente al acreedor
en orden a la posibilidad de cumplimiento del acuerdo. Concretamente, respecto de la posicién
del deudor, no corresponde que este se inscriba en el registro, sino que su participacién queda
supeditada a la inscripcidn de terceros 0 acreedores interesados en adquirir la empresa. Sin em-
bargo, el concursado puede prorrogar su agonia haciendo inscribir a un tercero con el solo costo
del deposito de la suma para edictos, para asi tramitar el procedimiento y poder lograr 0 no las
conformidades en una segunda ronda.
Si no existiesen inscriptos, vencido el término estipulado, el juez debera declarar la quiebra.
La inscripcidén es presupuesta para ofertar en el cramdown, ello a fin de que todos los intervinien-
tes se conozcan, transparentando el procedimiento, Si la inscripcién no fuese conditio sine qua
non de la posibilidad de presentar propuestas de acuerdo, careceria de sentido la apertura del
registro y la prescripcion de declaracion de quiebra por falta de interesados inscriptos.
ERREIUS 257
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
mas acertado para considerar. Esta capacidad de generacion de flujos de fondos de los activos de
una empresa es el determinante clave del valor real de mercado de esos activos. Dentro de esta
visidn, el proceso de valuaci6n debera empezar con un andlisis del contexto macroeconomico y
sus perspectivas, para luego focalizarse en el sector donde la empresa opera (fop-down valuation
approach). Ello ayuda a determinar el valor real de la empresa o participaciones sociales, pero
dista mucho de lograr el valor real de mercado, atento a que nunca la empresa concursada va a ser
expuesta a todas las condiciones del mercado, en sentido estrictamente técnico. Nunca existiran
en estos casos la negociaci6n y las pujas existentes en el mercado que haran variar considerable-
mente, tanto para la oferta como para la demanda, el precio del bien en cuesti6n.
Se busca asi un valor mas acercado a la realidad que aquel que imponia la norma originaria
que remitia a los valores contables; aunque hay que reconocer que el valor real de mercado de las
cuotas o parte sociales es muy dificil de determinar y sera muy distinto al valor real de mercado de
la empresa el cual tinicamente puede ser conocido ante la efectiva oferta de adquisicion y no so-
bre la base de un valor fijado de antemano. Nunca se lograra hacer la valuacion real de mercado,
pero se apunta al valor mas real posible.
3.2.2. Procedimiento
La valuaci6n debe ser presentada dentro de los treinta dias habiles (art. 273, inc. 2, LCQ) si-
guientes a la aceptacion del cargo por parte del valuador.
Luego se abre el periodo de observaciones a esta, el cual se extiende por cinco dias habiles.
Estas observaciones no son sustanciables y sirven como detalle meramente informativo para la
evaluaciOn que haga finalmente el juez concursal para fijar el valor de la empresa.
Tienen legitimacion activa para realizar estas observaciones todos los interesados, dentro de
los cuales debe contarse a la concursada, a sus socios 0 accionistas, alos acreedores concursales
concurrentes y terceros inscriptos en el registro abierto para el procedimiento del cramdown. Tal
legitimacién debe ser considerada con criterio amplio y atribuirsele a todo sujeto interesado; ello
porque se trata de una mera participacion informativa del interesado sin sustanciacion alguna y,
en tal sentido, todos los elementos que puedan aportarse seran analizados discrecionalmente por
el juez. Queda excluido el sindico, quien, como funcionario publico concursal imparcial, carece
de interés.
E] juez sera quien evaluara los elementos de juicio existentes en el expediente, como la valua-
cidn presentada, las observaciones, el pasivo concursal y cualquier otro elemento significativo,
y fijara el valor de las cuotas o acciones sociales, el que ademas se compone de una suma, pru-
dencialmente estimada, para atender gastos del concurso de hasta el 4% del activo. La resolucién
es inapelable, como lo establece de manera pleonastica el art. 48, LCQ. La solucién es objetable,
aunque en desmedro de la celeridad debid habilitarse la apelaci6n cuanto menos cuando el juez
se aparta del valor dado por el valuadot.
En la misma resolucion el juez debera fijar la inoficiosa audiencia informativa o directamente
declararla inoficiosa y no fijarla y solo determinar la fecha hasta la cual podra hacerse publica la
propuesta de acuerdo.
En definitiva, este valor de las partes sociales fijado por el juez termina siendo provisorio
porque luego de la conformacién del acuerdo este valor resultara, seguin el caso, reducido en la
misma proporcion que el sacrificio que hacen los acreedores quirografarios de sus créditos en la
propuesta aceptada.
Luego, el art. 48, LCQ, en sus inc. 4 a 6, determina la forma en que se llegara al acuerdo entre
los participantes del salvataje y los acreedores concursales.
Ante la existencia de inscriptos en el registro se abre un nuevo periodo de negociacion con los
acreedores, el que podria llamarse “perfodo comtin” o “perfodo de concurrencia” (ROUTLLON), en
el cual los inscriptos terceros y la concursada lograran obtener las conformidades de la mayoria
de los acreedores para asi llegar a un acuerdo.
El perfodo se extiende por veinte dias habiles (art. 273, inc. 2, LCQ), contados desde la noti-
ficacién ministerio legis de la resolucién que fija el valor de las cuotas 0 acciones representativas
del capital social de la concursada.
ERREIUS 259
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
En cuanto a la posibilidad de aplicar el cramdown power del art. 52, inc. 20 b), LCQ, la ley
permite el salvataje exitoso con las mayorias dispuestas por el art. 45, LCQ, por lo que resulta
inexistente la posibilidad judicial de imponer el acuerdo, pues el juez debe declarar la quiebra sin
mas tramite.
Dispone la Ultima parte del art. 48, LCQ, que cuando en esta etapa no se obtuviera acuerdo,
por tercero o por el deudor, 0 el acuerdo no fuese judicialmente homologado en los términos del
art. 52, LCQ, el juez declarara la quiebra sin mas tramite.
Si quien form6 el acuerdo es un tercero, previo a la homologacion se hard el tramite de adqui-
sicién de las partes sociales.
Cuando la fijacién del valor de las partes sociales no hubiere arrojado resultado positivo
(inexistencia de valor), el tercero adquiere el derecho a que se le transfiera la titularidad de ellas
junto con la homologacién del acuerdo y sin otro tramite, pago o exigencia adicionales. La homo-
logacion del acuerdo transfiere las partes sociales al adquirente y el proceso continua sin necesi-
dad de intervencion de los antiguos socios, produciendo el recambio interno del ente ideal.
Ante la valuacion positiva, el tercero, para lograr dicha transferencia, debe pagar el precio que
fije el juez, para lo cual se tendra en cuenta el valor fijado por el valuador. Al valor de las cuotas o
acciones sociales fijado provisionalmente debe restarsele proporcionalmente la porcién en que
fue reducido el pasivo concursal conforme el acuerdo homologado al valor presente, todo ello
previo dictamen del valuador.
Para determinar dicho valor presente se tomara en consideracién la tasa de interés contrac-
tual de los créditos (tasa pactada), la tasa de interés vigente en el mercado argentino (tasa de ban-
cos oficiales) y en el mercado internacional (tasa Libor) si correspondiera. También para ello debe
tomarse la posicién relativa de riesgo de la empresa concursada teniendo en cuenta su situacio6n
especifica. La estimacién que se haga resulta irrecurrible, asi lo prevé innecesariamente el art. 48,
inc. 7, apart. b, in fine, LCQ.
Se entiende que esto es una forma para que tanto los socios o accionistas de la concursada
-virtuales acreedores subordinados- como los acreedores concursales compartan por igual el es-
fuerzo o economia que implica este tipo de acuerdo (Rivera). La tinica ventaja obtenida de esta
reduccion redunda a favor del tercero y en desmedro de los socios 0 accionistas, ninguna ventaja
o perjuicio reciben los acreedores concursales. Se ha tachado de inconstitucional esta previsi6n
legal por violacidn al derecho de propiedad de los socios o accionistas (art. 17 CN) pues no se tra-
tan de acreedores -sostiene- sino de verdaderos propietarios, afirmando que “si se ha evaluado
el activo, y se ha restado el pasivo... el valor de ese patrimonio neto corresponde a los duenos de
la empresa...” (RIBICHINI), no es razonable trasladar la quita sufrida por los acreedores al valor de
transferencia de las partes sociales (DAsso).
La disminucion de lo que cobren los socios 0 accionistas por su capital social no se relacio-
na con el esfuerzo de los acreedores sino en relacién a lo abonado por el tercero en razén del
acuerdo, El esfuerzo reciproco entre acreedores y accionistas 0 socios es falso, la naturaleza de su
relacién juridica es distinta y no puede ser equiparada, y mucho menos si el unico beneficiado
es el tercero. En todo caso, para hacer compartir el esfuerzo entre empresarios y acreedores, no
debe operarse un descuento en el valor a abonar por el tercero, sino que dichas sumas en forma
proporcional, no debieran ser percibidas por los socios 0 accionistas y deberian ser retribuidas
entre los acreedores, compensandose asi los sacrificios sin aportarsele un beneficio adicional al
adquirente en desmedro de los demas participes del proceso.
ERREIUS 261
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El pago a los socios 0 accionistas se hace, luego de pagado totalmente el saldo de precio y
transferidas definitivamente las partes sociales.
4, Salvataje cooperativo
La ley 26.684 que en 2011 reforma la ley 24.522, incorpora el art. 48 bis, LCQ que determina
particularidades para el caso de que en el registro del salvataje se inscribiese una cooperativa de
trabajo.
La cooperativa de trabajo, debe ser formada por trabajadores de la concursada. No se especi-
fica si esos trabajadores deben ser dependientes actuales o pueden ser extrabajadores acreedores
de la empresa por créditos laborales. Cuando el art. 48 bis, LCQ se refiere a indemnizaciones pa-
reciera que se trata de acreedores exempleados pero cuando menciona la disolucién del contrato
de trabajo es claro que se trata de trabajadores actuales, lo que resulta incoherente. La cuestion
se debe resolver por analogia, aplicandose el art. 191 bis, LCQ incorporado para la continuacién
de la explotacién de la empresa en quiebra, donde la cooperativa de trabajo se podra formar por
trabajadores y acreedores laborales, es decir, empleados y ex trabajadores (RIVERA).
Se determina que el juez ordene al sindico que liquide los créditos de los trabajadores ins-
criptos conformantes de la cooperativa correspondientes a indemnizaciones de los arts. 232, 233
y 245, LCT, estatutos especiales, convenios colectivos o contratos individuales. Tales créditos po-
dran hacerse valer para intervenir en el salvataje. No resulta claro aqui si las indemnizaciones
deben ser concursales, es decir consolidadas antes de la demanda de concurso preventivo, para lo
cual la previsién legal es innecesaria e incoherente, 0 si se tratan de potenciales créditos futuros.
ventaja, por lo que resulta inaplicable. Como expreso GEBHARDT “...por mucho que se la tilde de
inconsistente, contradictoria e incomprensible, tiene un designio muy notorio que es reemplazar
al empresario por la cooperativa de trabajadores para que esta intente el salvataje final...”
En el remoto caso que la norma pueda aplicarse, si resultase homologado el acuerdo, se pro-
ducira la disolucién del contrato de trabajo y los créditos laborales se transfieren a favor de la coo-
perativa como cuota de capital social. La unica interpretacién sensata del precepto es entender
que se refiere Unicamente a los trabajadores que conformaron la cooperativa. Un capital social
que solo existira en los libros, ya que no tendra como contrapartida ingreso de dinero en efectivo
ni aportes en especies.
Para no violar la norma del art. 148, LCT, que impone la prohibicion de cesién de los créditos
laborales, pareciera no haber otra salida, que la misma sea realizada con intervencion de la aso-
ciacién sindical y en audiencia celebrada ante el juez.
E] juez debe fijar el plazo por el cual la cooperativa debe quedar definitivamente inscripta.
Se exige al Banco Nacién y a la AFIP, cuando fuesen acreedores de la concursada, que pre-
sente conformidad a la cooperativa y otorguen las facilidades de refinanciacién de deudas en
las condiciones mas favorables vigentes en sus respectivas carteras, Esta reforma representa una
prebenda a favor de un tnico sujeto: la cooperativa de trabajo, Realmente vergonzoso,
Se exceptuia a la cooperativa de depositar el depdsito de garantia de la oferta y del 5% del
capital suscripto previsto en la ley 20.337, este ultimo por el plazo que determine la autoridad de
aplicacion. Se paso por alto un pequeno detalle. Y es que el régimen no prevé que los trabajadores
vayan a conformar la cooperativa efectuando aportes dinerarios, sino que por el contrario des-
cansa en el presupuesto de que suscribiran cuotas de la cooperativa por el valor de los créditos
por indemnizaciones que liquidara el sindico. O sea que aportaran sus créditos -que son bienes
no dinerarios- y, en consecuencia, deberan integrarlos totalmente al momento de su constitucion
por asi exigirlo el art. 28, parr. 4, ley 20.337, La dispensa, entonces, es inutil.
A los fines del salvataje, el tramite de inscripcién de la cooperativa tendra prioridad, debién-
dose concluir en el término de diez dias habiles. La ley busca la rapida inscripcion definitiva de la
cooperativa previa homologaciodn del acuerdo, ello para que quede constituida en forma regular
al adquirir la empresa concursada. Para ello, el juez fijara el plazo que crea conveniente, el cual
conforme la ultima parte del articulo no podra exceder de los 10 dias habiles para lo cual la autori-
dad de aplicacién le dara primera prioridad al tramite. También, para ello, la autoridad de aplica-
cin determinara el plazo en el cual la cooperativa debera integrar el 5% de las cuotas sociales que
constituyen el capital social en los términos del art. 9 de la ley 20.337 (segtin art. 25 de la misma ley
se integrarian al constituirse la cooperativa). La inscripcion definitiva de la cooperativa de trabajo
debe hacerse efectiva antes de la homologacion del acuerdo.
Inscripta la cooperativa de trabajo el juez puede pasar al tramite de homologacién del acuer-
do, transferencia accionaria o de las cuotas sociales y disolucién de los contratos de trabajo.
El parrafo mas trascendente de todos, es el que establece que la cooperativa “asumira todas
las obligaciones que surjan de las conformidades presentadas” En el caso de que el triunfante del
salvataje sea un tercero distinto a la cooperativa de trabajo, no asumira personalmente el pasivo
concursal. Esto provoca una modificacion al régimen de cramdown, ya que incorpora otro sujeto
obligado, podria decirse en forma solidaria, con la concursaday este es la cooperativa de trabajo.
En caso de incumplimiento del acuerdo homologado, los acreedores podran pedir la quiebra
ala concursada y ejecutar la cuota concordataria contra la cooperativa, pudiendo incluso pedir
la quiebra de la misma. En caso de quiebra de la concursada, los ex trabajadores de la misma que
resulten integrantes de la cooperativa, no tendran créditos para hacer valer ya que los mismos
habran sido capitalizados en la cooperativa de trabajo.
La resultante de violar el esquema estructural del salvataje no deja de ser paradojal en una
reforma supuestamente enfocada en “proteger” a los trabajadores (GEBHARDT), porque los que
hayan decidido integrar la cooperativa, habran perdido la relacién laboral con la concursada, y
la consecuente posibilidad de ser acreedores privilegiados de ella en la quiebra que se decrete.
ERREIUS 263
CAPITULO XIX
ACUERDO PREVENTIVO
I, INTRODUCCION
Con la reforma de 1995 se modifica la forma en que se logra el acuerdo preventivo, lo cual has-
ta dicho momento se realizaba a través de la votaci6n en el seno de la junta de acreedores, donde
participaban todos los acreedores verificados y declarados admisibles, ahora, tal negociaci6n se
lleva a cabo de manera extrajudicial dentro del llamado periodo de exclusividad. Se pasa de una
negociaci6n colectiva publica a una individual, privada. Dicho periodo concluye exitosamente
cuando se acompanian las conformidades de la mayoria de acreedores determinada por la ley,
momento en el cual existe acuerdo de mayoria, lo que debe ser declarado judicial. Tal acuerdo
atin no es concursal, porque a ello se llega con la homologaci6n judicial.
Luego de reunidas las conformidades se desarrolla un periodo en que se permite a los acree-
dores disidentes a oponerse al acuerdo, el cual se abre a través de una resolucién judicial.
Con la ley 19.551, en la junta de acreedores el juez debia hacer saber, en el acta de dicha au-
diencia, si se habian obtenido o no las mayorias necesarias para el acuerdo, Es decir que se daba
a conocer el resultado de aquella junta habilitandose asi la etapa impugnativa. Con la reforma
de 1995, y la eliminacion de la junta, el legislador vio prudente exigir al juez el dictado de una
resolucién que hiciera saber la existencia de acuerdo 0, mejor dicho, la existencia de conformi-
dades necesarias para lograr dicho acuerdo, ya sea en el concurso preventivo o en el cramdown.
Finalmente, con la reforma de 2002 (ley 25.589) se produce un desbarajuste en la norma, pues la
incorporacién del cramdown power o la posibilidad de que el juez imponga el acuerdo a catego-
rias disidentes aun cuando no existiesen las mayorias necesarias, hace que la resolucion del art.
49, LCQ, dehba orientarse en otro sentido.
ERREIUS 265
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
formar el acuerdo o la existencia de las conformidades suficientes para la imposicién del acuerdo
por parte del juez, con la necesaria solicitud por parte del deudor para producir el llamado cram-
down power.
La importancia de la resolucion viene dada porque abre el periodo de impugnacion del acuerdo.
La resolucién debe ser dictada dentro de los tres dias habiles de presentada las conformida-
des, sin embargo, a partir de la posibilidad de que ellas sean suficientes para alcanzar las mayorias
y el juez igualmente pueda imponer el acuerdo a los disidentes, dicho término debera contarse a
partir del vencimiento del periodo de exclusividad (Dasso - HEREDIA). En realidad, si se acom-
panaron las conformidades y se lograron las mayorias, la resoluci6n debera dictarse dentro de los
tres dias de acompafiadas, en caso contrario el termino contara desde el vencimiento del periodo
de exclusividad.
En caso contrario, cuando no estén dadas las mayorias necesarias para que exista acuerdo o
para que el juez lo imponga a las categorias disidentes, debe decretarse la quiebra (arts, 46 y 47,
LCQ).
La resolucion es inapelable (art. 273, inc. 3, LCQ), pero abre la etapa impugnativa del acuerdo;
en cambio, ante la inexistencia de mayorias o imposibilidad de imponer el acuerdo, corresponde
declarar la quiebra, sentencia que deviene apelable por la concursada, por poner fin al proceso
concursal preventivo (MORELLO) y no conculcar el principio de celeridad y economica del proce-
so concursal.
2.1, Legitimacion
Se encuentran legitimados para ello los acreedores habilitados para prestar conformidad al
acuerdo -“con derecho a voto” dice la ley-, es decir, aquellos incorporados al pasivo concursal en
la etapa tempestiva de verificacién, siempre que no hayan sido excluidos del cémputo de las mayo-
rias. No existe obice legal para que queden habilitados para impugnar el acuerdo todos los acree-
dores, sin importar que formen o no parte de la categoria desde la cual se impugna el acuerdo.
Pero también tienen legitimacion aquellos que hubiesen promovido incidente de verificacion
tardia o revisi6n, aunque no estén resueltos dichos incidentes (ROUILLON). Estos acreedores no
conforman la base del cémputo de las conformidades para la existencia de las mayorias legales
que necesita el acuerdo, pero el art. 50, LCQ, los habilita expresamente a impugnar.
En definitiva, estan legitimados los acreedores verificados, declarados admisibles, los decla-
rados inadmisibles que hayan promovido incidente de revision, como asf también los que se en-
cuentran tramitando un incidente de verificacion tardia.
No obstaculiza la posibilidad de impugnar el hecho de que el acreedor haya prestado con-
formidad al acuerdo, pues el acreedor puede haber descubierto la causal de impugnacion luego
de dar su conformidad. Excepcionalmente el ultimo parrafo del art. 49, LCQ, determina que la
impugnacidén por inobservancia de las formas esenciales para el acuerdo solo puede ser invocada
por aquellos acreedores que no hayan presentado conformidad al acuerdo impugnado. Cuando
el acuerdo abarcase también a los privilegiados estos podran impugnar en las condiciones expre-
sadas.
No tendrian legitimacién aquellos acreedores que se encuentran tramitando juicio excluidos
por el art. 21, LCQ, quienes podran insinuarse al pasivo recién luego de que obtengan sentencia,
la que servira como titulo para verificar. Lo primordial para darle legitimacién a los acreedores
es la concurrencia en el concurso, y en estos casos ello ocurre cuando inician la verificacién de la
sentencia firme a su favor.
Carecen de interés y por ende de legitimacién el deudor concursado, el sindico y el comité de
control.
El juez ex officio, en uso de sus facultades jurisdiccionales podra negar la homologacién del
acuerdo cuando advierta la configuracion de alguna de las causales impugnativas, aunque ningun
acreedor haya planteado alguna, No podra homologarse un acuerdo cuando no se han logrado las
mayorias legales como asi tampoco cuando haya habido adulteracién de la situaci6n patrimonial
o por inobservancia de formas esenciales para la celebracion del acuerdo.
2.2. Causales
La ley hace una enumeracion taxativa de las causales impugnativas, no pudiéndose hacer otra
interpretacion de su texto, ya que dice “solamente”
Las causales son objetivas o subjetivas, las primeras son el error en el computo de las mayorias
y la falta de representacidn de los acreedores que concurrieron a formar la mayoria, las segundas
son la exageracién fraudulenta del pasivo y la ocultacidn o exageracién fraudulenta del activo. Las
objetivas no se configuran por la existencia de elemento subjetivo alguno; no es indispensable la
existencia de intencionalidad sino la simple comprobacion de la causal, siendo ademas necesario
que la causal sea relevante para afectar la existencia del acuerdo, Las causales subjetivas impiden
alos acreedores conocer la realidad respecto de la situacién patrimonial del concursado. Se debe
dar el fraude, ya sea en perjuicio de los acreedores (art. 338, CCCN.) o de la ley (art. 12, CCCN.),
configurativos del dolo en los términos del art. 271, CCCN., a fin de inducir al acreedor, con infor-
macion enganosa, a prestar conformidad al acuerdo, El error no es suficiente para fundar la cau-
sal. Estas causales deben ser fundadas en cuestiones aptas para comprometer los presupuestos
del acuerdo.
ERREIUS 267
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
de falta de representacién procesal o personeria. También debiera contener los casos de confor-
midades presentadas por incapaces sin la correspondiente representacion legal, y de personas
juridica que no hayan exteriorizado su conformidad a través del 6rgano de representacidn.
La exageracion del pasivo se da cuando se denuncian deudas inexistentes, ya sea por no ser su
titular el acreedor 0 por no condecirse su monto con el real, y también cuando tenga una gradua-
cién que no le corresponde. Ello influye en la decisién del acreedor, quien podra pensar que en
caso de concurso liquidativo el pasivo sobre el que se distribuira el activo sera mayor y menor la
posibilidad de cobro en caso de quiebra o también el fraude se configura por la intencidn dolosa
de imponer el acuerdo a los acreedores disidentes sin la conformidad de la mayoria de los acree-
dores reales. En concreto se producira esta causal cuando esté cuantitativa o cualitativamente
adulterado en mas el pasivo concursal, dando a los acreedores una vision inexacta de la situacion
patrimonial, lo que ha influido para lograr las mayorias 0 que, en su caso, aquellos acreedores fal-
sos, sean determinantes para lograr las mayorias legales. La causal queda configurada ya sea que
la distorsi6n de las mayorias se produzca para lograr las mayorias con acreedores falsos 0 para
inducir a error a los acreedores verdaderos para que presten su conformidad. Si la exageracion
carece de entidad suficiente para inducir a una errénea expresion de voluntad por parte de los
acreedores 0 para lograr las mayorias, la impugnaci6n carecera de virtualidad para hacer fracasar
el acuerdo,
La causal relacionada con el activo, se exagera para lograr confianza por parte de los acreedo-
res en cuanto a la posibilidad de cumplimiento de la propuesta que se hace y se oculta para que
los acreedores acepten menos de lo que su deudor puede ofrecer. Debe fundarse en cuestiones
aptas para comprometer los presupuestos del acuerdo, que han desvirtuado la realidad patrimo-
nial del deudor (IGLESIAS), es decir que la ocultacién o exageracién del activo haya influido en la
decisidn de los acreedores que prestaron conformidad. El hecho para convertirse en causal im-
pugnativa debe ser de entidad relevante para influir en las decisiones que los acreedores tomen
en relacién ala propuesta presentada por el concursado. El ocultamiento 0 exageracién tiene que
ser grave y con relevancia para inducir al acreedor a prestar conformidad la oferta concordataria,
errores u olvidos insignificantes no configuran la causal.
Finalmente, la ley dispone como causal impugnativa la inobservancia de formas esenciales
para el acuerdo. En este caso, desterrada la junta de acreedores de nuestro ambito concursal,
queda reducida la causal a las formas relativas a la obtencidn de las conformidades y a su exterio-
rizacion en el expediente. Se trata de un control de legalidad por parte de los acreedores (MAFFiA).
No puede negarse que el acuerdo es un acto no solo formal sino solemne, que tiene formalidades
legales que deben ser necesariamente cumplidas. Esta causal no puede ser invocada por aquellos
acreedores que prestaron su conformidad.
2.3. Tramite
La tramitacion de las impugnaciones debe hacerse a través de los incidentes genéricos (art.
281 yss., LCQ), aunque, no existiendo en la ley disposicién expresa al respecto, es acertado que el
juez concursal haga tramitar la impugnacion a través de una incidencia dentro del mismo proce-
so principal, el cual quedara supeditado a la resolucién de dicha impugnacién, homologando el
acuerdo o decretando la quiebra.
La ley dispone que al no estipularse procedimiento alguno debe tramitarse a través de los
incidentes genéricos (art. 280, LCQ), pero aqui el quid in examine no es que “tenga relacién con
el objeto principal del concurso’ sino que es el tramite trascendental del mismo proceso concur-
sal en dicho momento. Sin embargo, ante la multiplicidad de impugnaciones con produccién de
prueba importante es aconsejable la tramitacié6n de cada una de ellas por separado a través del
tramite incidental (art. 280 y ss., LCQ).
Sin que acttie como parte, siempre es necesaria la intervencién de la sindicatura con la pre-
sentacion de un informe dictaminante respecto de la impugnacion deducida y las pruebas produ-
cidas previo a la resoluci6n judicial.
Finalmente, el art. 51, LCQ, determina las distintas alternativas que se dan al momento de
resolver sobre las impugnaciones deducidas. Se dispone que, si se hace lugar a la impugnaci6n
deducida, el juez en la misma resolucién debe decretar la quiebra o abrir el procedimiento del
cramdown si corresponde y, en caso contrario, es decir, cuando aquella sea improcedente, debe
resolver sobre la homologacién del acuerdo. Ambas resoluciones resultan apelables con efecto
devolutivo, por el concursado cuando se hace lugar a la impugnacion, y por el acreedor impug-
nante cuando aquella sea rechazada.
ERREIUS 269
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Con la ley 24.522, el acuerdo concursal quedaba asimilado a la “transaccién” de los procesos
individuales. Si bien se llegaba a la homologacién, a través de una sentencia, esta no resultaba ser
una sentencia valorativa, sino que tenia como efecto reconocer la existencia del acuerdo y hacerlo
exigible; solo le otorgaba autoridad plena a la voluntad privada, se hacia un control de legalidad
meramente formal.
Esta interpretaci6n era coherente con el sistema privatista instaurado por la ley 24.522 y que
fuera en cierto grado ampliado por ley 25.563, Entendimos que con la ley 24,522 el magistrado no
podia apartarse de lo expuesto por la ley, ni se podria, por creacién jurisprudencial, dejar de lado
el dispositivo legal en cuestidn (art. 52, ley 24.522), pues este no resultaba ser un error, omisién o
descuido del legislador, pues se legisl6 adrede y conociendo los efectos. Eso queda corroborado
con el Mensaje de Elevacion de la ley realizado por el Ministerio de Economia, el cual, en el punto
6 del apartado II, tercer parrafo, expresa: “se propicia en el nuevo marco regulatorio del proyecto
de reforma que, en aquellos casos en que se obtengan las mayorias necesarias y se haya cumplido
con el procedimiento y los requisitos formales, el juez no puede negarse a brindar homologacién
al acuerdo preventivo”; en los dos parrafos anteriores da el fundamento de tal solucion. Para mas
significacion, debe dejarse sentado que este fue el proyecto votado y el que se convirtié en ley y no
el presentado por el Ministerio de Justicia que mantenia las facultades del juez e incluso las am-
pliaba. Definitivamente a partir de 1995 el magistrado solo tenia oportunidad de no homologar
el acuerdo ante una impugnacion procedente de las taxativamente permitidas en el art. 50, LCQ,
pues la discrecionalidad del juez a fin de ejercer la jurisdicci6n quedaba totalmente reducida por
lo prescripto por la ley. No existian ni deber, ni facultad del juez, para que a través de un andalisis
valorativo no homologara el acuerdo; solo se encontraba acotado a un andlisis extrinseco y formal
de este.
Una corriente doctrinaria, encabezada por MAFFia y otra judicial, donde “Linea Vanguard”
fue en antecedente mas significativo (C. Nac. Com., sala C, DSC, 169-616) interpreté lo contrario,
entendiendo que el juez podria negar la homologacion del acuerdo aplicando las reglas del orde-
namiento juridico en general, por violacién de las normas de los arts. 953 y 1071 del Cédigo Civil.
E] juez no tenia facultades para evaluar el mérito u oportunidad del acuerdo, pero si su legalidad
en su totalidad. Incluso se sostuvo que podria considerar causales impugnativas no invocadas
(Garcia MARTINEZ).
En dicha orientaci6n, el tajante control de legalidad formal que pregonaba expresamente la
leyy sus antecedentes parlamentarios, se vio complementado con un control de legalidad sustan-
cial, que habilitaba al juez considerar causales de impugnacioén no invocadas por los acreedores y
en virtud de las facultades genéricas de los propios jueces negar la homologacién de todo acuerdo
abusivo o fraudulento.,
Se ha ubicado al acuerdo dentro del marco de los negocios juridicos, haciendo aplicable a él
todas las normas y principios de la autonomia de Ja voluntad contenidos en el derecho comun,
que reglamentan los arts. 14y 19, CN.
La reforma efectuada por la ley 25.589 al art. 52, LCQ reincorpora a Ja ley concursal la facultad
de hacer una evaluacion del acuerdo por parte del juez, e incluye la posibilidad del cramdown
power. Elart. 52, LCQ, en sus ine. 1, 2 a) y 4, reformado por la ley 25.589, permite al juez concursal
no homologar una propuesta que sea abusiva o fraudulenta, al control de legalidad formal con-
tenido en el originario art. 52, LCQ, se le incorpora un limitado control de legalidad sustancial.
Si bien la redaccién del articulo mejora considerablemente la del proyecto del Poder Ejecu-
tivo e incluso la del proyecto de 1997, esta resulta perfectible. Se trata la cuesti6n en forma mas
general incluyendo la posibilidad de no homologar el acuerdo en un inciso separado que incluye
tal facultad para todos los supuestos. [gualmente se encuentra una discordancia que pudo ser sal-
vada: en el inc. 1 se dispone que para el caso de una tunica propuesta el juez “debe” homologarla,
y finalmente en el inc. 4 se determina que en ningtin caso homologara una propuesta abusiva o
en fraude a la ley. El inc. 1 esta de mas; con la previsién del proemio del articulo era suficiente, lo
mismo para el punto a) del ine. 2.
Se desterré asi de la legislaci6n concursal todo andlisis intrinseco del acuerdo, teniendo en
cuenta circunstancias tales como la congruencia con las finalidades del concurso, la preservacion
de la actividad empresarial, la posibilidad de cumplimiento y temas relacionados con la conducta
de la concursada (ROUILLON). No hay mas andlisis de mérito al homologar el acuerdo concursal,
lo que queda librado al consenso del deudor y la mayoria de sus acreedores.
Actualmente, al analisis extrinseco de legalidad y formalidad que se instituy6 en la ley 24.522
se le aduna con la ley 25.589 la posibilidad de no homologar una propuesta abusiva o en fraude
ala ley. Entonces el sistema actual funciona de la siguiente manera, en caso de Unica propuesta,
ERREIUS 271
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
el juez homologara el acuerdo salvo que exista abuso del derecho fraude a la leyy cuando existan
propuestas para distintas categorias, sino se alcanzan las mayorias existira la facultad judicial de
imponer el acuerdo cuando tampoco se haya configura el abuso o el fraude.
En definitiva, las facultades judiciales para decidir sobre la homologacion de un acuerdo pre-
ventivo se circunscriben en un control de legalidad formal y sustancial de la propuesta aceptada
por las mayorias legales.
Cuando se habla de abuso del derecho o del fraude a la ley, se esta ante nociones estandar
(RIvERA), incorporadas normativamente al ordenamiento juridico general, aunque legislativa-
mente dispuestas para casos especiales. Se trata de principios generales del derecho (arts. 10 y
12, CCCN),
Fl abuso del derecho es una regla de derecho comtin, incorporada en 1968 por la ley 17.711,
en el art. 1071, CC y reproducido por el art. 10, CCCN, la cual dispone que el ejercicio de un dere-
cho no puede constituir como ilicito ningun acto ni contrariar los fines del ordenamiento juridico
o exceder los limites de la buena fe, moral y buenas costumbres. De alli la relatividad de los dere-
chos subjetivos.
Concursalmente el abuso del derecho tiene que ver con la libertad negocial del acuerdo y de
sus clausulas, y la razonabilidad de las mismas, sin necesidad de que exista equivalencia en las
prestaciones, La propuesta es abusiva cuando sus condiciones y términos han sido impuestos
por el deudor a su arbitrio, aprovechando su posicion de fuerza por el manejo o manipuleo de la
mayorta y de esta forma, las prestaciones a que se obliga dependen, en definitiva, de su voluntad,
yno son fruto de un consenso necesario e imprescindible para un equilibrio entre intereses anta-
gonicos tal como lo exige toda solucion reversiva de la crisis que contemple los derechos de todos
los afectados (PORCELLI). El manipuleo de la mayoria se evidencia cuando son dejados fuera los
principales acreedores concursales, dependiendo indefectiblemente de la voluntad del deudor
las prestaciones estipuladas, resultando sorprendente tan formidable poder de persuasion en la
deudora, y tanta pareja comprensién en los acreedores. La cuestion debe ser evaluada por el juez
como un estandar de conducta exigido al deudor en relacion a sus condiciones economicas, con-
virtiéndose en una cuestién meramente casuistica.
Casapio Martinez ha desarrollado un intrincado pero util “test de abusividad’, sistemati-
zando metodolégicamente pautas para diferencias los acuerdos homologables de las propuestas
abusivas.
ERREIUS 273
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
exteriorizacion de la propuesta adecuada debe ser hecha dentro de cinco dias, y la obtencion de
las conformidades debe ser hecha en el minimo tiempo posible, lo que sera fijado limitadamente
por el juez segtin las caracteristicas particulares del caso, evitando las especulaciones del concur-
sado tendientes solo a dilatar el proceso. Lo correcto, de lege ferenda, seria posibilitar al deudor
impugnar la sentencia que niega la homologacién por via incidental si quisiere controvertir las
premisas consideradas por el juez para negar la homologacion u otorgarle un breve plazo para la
adecuacion de la propuesta salvando las objeciones advertidas por el magistrado.
Sila no homologacién del acuerdo se produce por intermedio de la admision de una impug-
nacion, la ley impone la quiebra -salvo casos de salvataje- (art. 51, parr. 1, LCQ), la duda 0 la po-
sibilidad de habilitar alguna otra via se exterioriza ante el supuesto de no homologacidén ex officio
por parte del juez concursal en aplicacion del inc. 4 del art. 52, LCQ y al principal diferencia radica
en que en el supuesto de impugnaci6n, esta es bilateralizada con el deudor y en el otro, no existe
tal posibilidad de defensa por parte del concursado.
La declaracién de quiebra, si bien, laley omite prescribirlo expresamente, resulta apelable por
el concursado con efecto devolutivo en los términos del art. 51, ultimo parrafo, LCQ, Las mismas
facultades judiciales para analizar la homologacién le competen a la alzada cuando es habilitada
a través de la via recursiva de apelacién (SCBA, ED, 67-156).
Sino se hubiesen logrado las mayorias y existiese categorizacién de acreedores y propuestas
diferenciadas para ellos, el juez podra aplicar el cramdown power e imponer el acuerdo a los disi-
dentes cuando se den los requisitos para ello; en caso contrario debe declarar la quiebra.
la mas beneficiosa o la que ofrece el mejor pago (principio del best interest of creditors). ViroLo,
quien duramente ha criticado la norma, la encuentra negativa porque en nuestro sistema el juez
es un “juez de casos”; en cambio, el sistema norteamericano tiene un “juez de equidad” con ma-
yores elementos jurisprudenciales subjetivistas, a lo que debe agregarse que en Estados Unidos
el sistema consigue su objetivo mas por persuasion que por el ejercicio judicial efectivo (RUBIN).
Pero ademas de ello, como cuarto recaudo la ley exige que el pago resultante del acuerdo im-
puesto deba equivaler a un dividendo no menor al que obtendrian en la quiebra los acreedores
disidentes. Dicha pauta del dividendo falencial, se ve de dificil aplicacién, pues el juez carecera
de elementos para conocer el potencial dividendo que corresponderia en caso de liquidacién. Se
estaria ante un andlisis “futurista” de muy dificil determinaci6n judicial al momento de decidir
sobre la homologacion del acuerdo, entrando aqui en juego el “valor presente” del dividendo y el
de cada una de las cuotas concordatarias de la propuesta mas favorable (ROUILLON), para asi po-
der lograr el resultado comparativo que exige la ley. Mucho mas simple hubiera sido, y sin copiar
la ley estadounidense, que la ley dispusiese que en caso de que el acreedor que conforme una
categoria disidente no eligiese la propuesta que le convenga, sea el juez discrecionalmente quien
valore la que fuese mas favorable para dicho acreedor.
Son tantos los requisitos legales y de tan dificil concrecién, que sera casi inocua Ja norma, y
la imposicion del acuerdo es de casi imposible aplicacion. A ello debe sumarsele también la in-
terpretacién restrictiva que se le impone al juez al momento de analizar el cumplimiento de los
recaudos, pues su decision obligara a los disidentes que no han podido ser sometidos al acuerdo
por mayoria,
Se trata de una facultad judicial excepcional, que no resulta potestativa para el juez, sino que
debe resolverse a instancia de parte interesada, esto es el deudor concursado.
Acompanadas las conformidades al expediente por el concursado, y no alcanzando las mayo-
rias legales, debera solicitar al juez que en oportunidad de dictarse la resoluci6n del art. 49, LCQ,
en lugar de hacer saber el acuerdo, el cual es inexistente por no reunirse las mayorias, se haga sa-
ber la peticién de que se imponga el acuerdo a los acreedores disidentes, invocando encontrarse
reunidos los requisitos exigidos por la ley.
La imposicién del acuerdo se hace a la categoria disidente y no a los acreedores disidentes de
dicha categoria, aplicandose la pauta electiva de las propuestas también los acreedores que pres-
taron conformidad a la propuesta que no logr6 las mayorias legales.
La disposicién del inc. 3, art. 52, LCQ, que dispone que el acuerdo no puede ser impuesto a
acreedores con privilegio especial, resulta innecesaria, siendo suficiente, respecto de los acreedo-
res con privilegio especial, la prescripcié6n contundente del art. 44, LCQ, corroborada por la del
47, LCQ, que exigen unanimidad. Sin embargo, el instituto resultaria aplicable para los acreedores
con privilegio general, cuyo régimen debe asimilarse al de los acreedores quirografarios cuando
exista propuesta para ellos.
En el primer y segundo parrafos del art. 53, LCQ la ley prescribe que el juez debe, de oficio,
tomar ciertas medidas para mejorar la ejecuci6n del acuerdo homologado. Estas medidas son
complementarias del acuerdo y no pueden sustituir la voluntad de las partes (CAMARA). En caso
de inejecucién de estas medidas, como la sentencia homologatoria queda en suspenso hasta que
se efectivicen las garantias, Ja homologacion se tendra por inexistente. El juez debe adoptar las
medidas que crea indispensables para el cumplimiento del acuerdo, las cuales resultan innume-
rables por la gran cantidad de posibilidades que pueden darse ante la libertad que otorga la ley
para la propuesta concordataria.
En forma innecesaria, la norma da ciertas pautas para el caso de reorganizacion de la socie-
dad deudora o constitucién de la sociedad con los acreedores. Para tal circunstancia, si no esta
dispuesto en el acuerdo, el juez debe determinar la formay plazo en que se formalizara la reorga-
nizacion societaria.
ERREIUS 275
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El] segundo parrafo del art. 59, LCQ, complementa la norma sobre ejecucion del acuerdo, dis-
poniendo que en el caso de que se ofrezcan garantfas del cumplimiento del acuerdo, estas deben
quedar constituidas antes de que el concurso quede concluido,
También deben mantenerse trabada la inhibicién general de bienes y los efectos del desapo-
deramiento atenuado respecto de los bienes registrares (art. 59, tercero y cuarto parrafos, LCQ)
por el término de cumplimiento del acuerdo, salvo que en este se haya dispuesto diferente cosa.
La violacién al régimen patrimonial del concurso preventivo habilita la inoponibilidad (arts. 15 y
16, LCQ).
Corresponde aqui también que el juez determine quién sera el controlador del acuerdo, sien-
do la sindicatura en los pequefios concursos, 0 que declare cesada su intervencién, para que el
control lo haga el comité de control en los grandes concursos. Si este comité no logra constituirse,
el juez debera determinar que el contralor sea hecho por el sindico sin hacer cesar su interven-
cién. Igualmente sera muy dificil el cese de la intervencion del sindico, quien debera dictaminar
en los procesos verificatorios pendientes de resolucién.
Finalmente, alos noventa dias habiles (art. 273, inc. 2, LCQ) de homologado el acuerdo 0 con
el vencimiento de la primera cuota concordataria, se hacen exigibles los honorarios regulados -en
la sentencia homologatoria- a los funcionarios concursales -sindico, letrado del concursado y
otros profesionales- cuando se encuentren firmes. La prescripcion corresponde al art. 54, LCQ, el
cual ademas dispone que la falta de pago de estos honorarios firmes habilita a solicitar la decla-
racion de quiebra. Es necesario que el titular del crédito previamente reclame el pago al concur-
sado o denuncie la falta de pago en el concurso y no obteniéndose resultado positivo el juez debe
declarar la quiebra (RIVERA), porque resulta suficiente titulo para solicitar la quiebra el hecho de
que los emolumentos se encuentren firmes, sean exigibles y no exista constancia de pago, por lo
que, denunciada la falta de pago en el expediente, y previo traslado al concursado, el juez podra
declarar la quiebra indirecta sin necesidad de ningun tramite incidental (art. 77, LCQ).
También, segtin cada legislacién local, homologado el acuerdo, sera exigible la tasa de justicia.
En los parrafos primero y tercero al quinto del art. 59, LCQ, la ley regula lo que Maeria ha Ha-
mado la “conclusion inconclusa” del concurso, pues, como afirma, el concurso no termina hasta
tanto se cumpla el concordato. Se trata de modificar la situacién existente con la ley 19.551 en la
cual el concurso culminaba con el cumplimiento del acuerdo, No se entiende muy bien cual es la
ventaja de esta modificacién (Grispo). La cuestién no ha variado mucho.
La norma dispone que, homologado el acuerdo, y tomadas y ejecutadas las medidas tendien-
tes a su cumplimiento, el juez debe declarar finalizado el concurso. El juez mantiene la compe-
tencia concursal hasta el cumplimiento del acuerdo, 0 en su caso hasta la nulidad del mismo, pero
también la mantiene al decretarse la quiebra indirecta por incumplimiento.
Es necesario determinar cual es la consecuencia de esta conclusidn prematura del concurso.
Lo mas importante -y si no lo inico- es la modificacidn de los efectos patrimoniales del concursa-
do, modificando el desapoderamiento atenuado, limitandolo a los bienes registrales, salvo dispo-
sicién en contrario prevista en el acuerdo. Ninguna otra consecuencia produce esta conclusion;
procesalmente, el concurso continua abierto para las cuestiones pendientes y para aquellas soli-
citudes que quieran hacerse durante la etapa de cumplimiento. Respecto de lo primero, continua
la tramitacion de los incidentes de verificacién; en cuanto alo segundo, se encuentran peticiones
del deudor para autorizaciones respecto de bienes registrables, solicitudes del controlador del
acuerdo a fines de cumplir con su labor o denunciar incumplimientos. Respecto de las acciones
incorporativas al pasivo concursal no incoadas aun, decretada la conclusion, estas solo pueden
promoverse por la accidén individual que corresponda dentro de los dos anos de la presentacién
concursal (art. 56, parrafo 6, LCQ).
E] desapoderamiento atenuado, se extiende hasta el cumplimiento del acuerdo, pero decreta-
da la conclusion del concurso, aquel desapoderamiento atenuado queda limitado a los bienes re-
gistrables, respecto de los cuales solamente el concursado podra otorgar actos, con autorizacion
judicial previa vista al consolador del acuerdo. En realidad, de la letra del articulado pareceria
que cesa el desapoderamiento atenuado con la conclusi6n del concurso; sin embargo, esto no es
asi: el desapoderamiento contintia, aunque mas limitado, siempre que en el acuerdo no se haya
dispuesto un régimen de administracién ad hoc. Para GEBHARDT, incluso contintia la prohibicién
de alterar la paridad creditoria y otorgar actos a titulo gratuito. De alguna manera el concursado
sigue desapoderado de su patrimonio.
En la misma resolucién el juez debe disponer el cese de la intervencion del sindico, si se ha
constituido el comité de control, el que actuara como controlador del acuerdo en los grandes con-
cursos. En los pequefios concursos y en aquellos en que no exista comité de control, la actividad
sindical continuara hasta el cumplimiento del acuerdo, Sin embargo, y en ningun caso, podra
decretarse el cese de la intervencion del sindico si existen incidentes de verificacién pendientes,
pues en ellos debera dictaminar el funcionario obligatoriamente y en caso de no existir pendien-
tes, podra renacer su intervencion cuando existan insinuaciones posteriores a la conclusion del
concurso, ya sean verificaciones tardfas de sentencia de juicios no atrafdos o la llamada acci6n
individual por la cual se ejercen las verificaciones tardias luego de decretada la conclusion del
concurso.
La ley dispone que la resolucion que declara la conclusion del concurso sea publicada por
edictos por un dia en el Boletin Oficial y en un diario local. Tal publicidad dara a conocer erga
omnes el hecho de que se ha homologado el acuerdo y que se ha concluido el concurso.
Finalmente, se dispone la apelabilidad de la resolucion conclusiva, solo por parte de los acree-
dores, para el caso en que no se encuentren reunidos los presupuestos para su declaracién 0 no se
hayan perfeccionado todas las medidas tendientes al cumplimiento del acuerdo.
En definitiva, no concluyen concretamente ni lo efectos sustanciales, ni los procesales del
concurso, lo cual solamente se produce con la declaracién de cumplimiento del acuerdo.
La legislacién vigente, aunque sin preverlo expresamente, hace producir al acuerdo ciertos
efectos, a partir de la sentencia homologatoria, en cambio en el ancien régime, es decir bajo la ley
19.551, los efectos de la homologacion se retrotraian al momento de la votacion del acuerdo.
La reforma de 1995 impone la novacién como efecto propio de la homologacién del acuerdo,
sin ninguna tradicion juridica y con el solo fundamento de la simple politica legislativa del mo-
mento.
Existen diferentes sistemas concursales respecto a los efectos que produce el acuerdo preven-
tivo homologado. El del derecho francés e italiano determina la inexigibilidad aunque no la extin-
cidn del saldo remitido del crédito, convirtiéndolo en una obligacién natural con el cumplimiento
del acuerdo, por renuncia de la accion por parte de los acreedores (pactum de non petendo), con-
servandose las acciones contra fiadores y codeudores solidarios y en caso de quiebra el acreedor
recuperaba los derechos existentes antes del concurso salvo lo que efectivamente hubiese cobra-
do. E] sistema norteamericano y aleman que determina que la parte remitida se extingue con el
cumplimiento del acuerdo (discharge) sin extinguir la de los fiadores y codeudores. El paraguayo
y chileno, en el que se prevé directamente la extincion del saldo remitido en el acuerdo homologa-
do, liberandose a los fiadores y codeudores por la parte remitida de la deuda, del acreedor hubiese
votado favorablemente el acuerdo, si fuese ausente o disidente conservara su derecho por el total
del crédito contra los garantes. Y por ultimo el sistema argentino y espanol que produce la nova-
cién de las obligaciones sin beneficiar a fiadores y codeudores (ley 24.522).
Nuestras anteriores leyes no acordaban efectos novativos al acuerdo homologado sino que el
concordato se resolvia en un pactuim de non petendo -obligacién natural-.
1. Novacién
El acuerdo homologado produce la novacion de las obligaciones de causa o titulo anterior ala
presentacién en concurso preventivo,
ERREIUS 277
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Definitivamente, con la reforma se buscaba que con la novacion se posibilitaran, luego de ho-
mologado el acuerdo, el financiamiento y el crédito, estando asi cristalizado en forma definitiva el
pasivo (RIVERA), es decir que existen dos cristalizaciones: una en la verificaci6n y otra en la homo-
logacion. Se dejé primar asi el financiamiento externo y posconcurso por sobre los derechos de
los acreedores concursales, que renuncian a ciertas expectativas para salvar ala empresa en crisis.
Se buscé el fresh start del concursado que logré homologar el acuerdo. Aunque se ha justificado la
reforma en el hecho de defender el crédito y posibilitar que el concursado pueda obtener crédito
luego de la homologacion del acuerdo (RIVERA).
E] CCCN implementa un sistema de novaci6n cimentado sobre el animus novandi (doctr. arts.
934, 936, 937 y 940, CCCN). Dicha novacién comun o voluntaria extingue la obligacion principal
con sus accesorios, incluidas las garantias personales 0 reales, salvo que el acreedor haga reserva
para mantenerlas en la nueva obligaci6n, y siempre que quien las constituy6 haya participado
de acuerdo novatorio (art. 940, CCCN). Se liberan los coobligados, los deudores solidarios y los
fiadores. La novacidn favorece a los terceros hipotecantes no deudores, salvo que presenten con-
formidad con la novacion y se mantenga la garantia dada.
En el concurso el sistema difiere; el art. 55, LCQ, determina una novacion legal, objetiva -solo
se modifica el objeto, no los sujetos- para el acuerdo preventivo homologado, la cual carece de
animus novandi. La originaria obligaci6n queda transformada en una nueva nacida concordata-
riamente, es decir que el acuerdo homologado sirve de causa fuente de la nueva obligacién. Sin
perjuicio de que se esta ante una novacion legal, esta no es imperativa, pues puede ser dejada de
lado en el acuerdo (ROUILLON).
La novacién concursal solo adquiere relevancia cuando se declara la quiebra indirecta por in-
cumplimiento del acuerdo 0 una directa con cumplimiento de acuerdo pendiente, y cuando este
consistid, principalmente, en una quita en el monto de la deuda (arts. 55, 56, 62, inc. 2, LCQ), pues
en otros casos pueden solo haberse variado ciertos elementos de la obligacién, produciéndose
una novacion civil objetiva (ROUILLON).
Compartimos la opinién del ROUILLON en cuanto expresamente propiciaba la derogacion de
la normay la de LORENTE, que tempranamente entendio que se trataba de una novedad innecesa-
ria y casi tedricamente excéntrica del legislador concursal con efectos perniciosos, y, por qué no,
la de Marria, cuando afirma que es un precepto contra toda justicia y en razon de un coercible
texto legal. La norma vigente resulta injusta y violatoria del derecho de propiedad de los acreedo-
res disidentes, revisionantes o tardios, los cuales se verian perjudicados si el acuerdo fuese homo-
logado con el solo fin de dilatar la declaracién de quiebra, desinteresandose a los acreedores que
presten conformidad en forma extraconcursal.
Por ello, de lege ferenda el efecto novatorio legal solo debiera producirse respecto de los acree-
dores que prestaron conformidad a la propuesta, es decir que se pasaria de una novaci6n legal a
una novacion convencional, pues si el acreedor presta conformidad, exterioriza su animus no-
vandi, lo que podria ser dejado sin efecto en el mismo acuerdo, segun las circunstancias del caso,
siempre sujeto a la consideracién del juez en los términos del nuevo art. 52, LCQ. Ello porque
ellos, con su conformidad, expresan su confianza en el deudor en cuanto al cumplimiento del
acuerdo, y porque este resulta mas favorable que la quiebra posterior que pueda declararse, lo
que también analizara el magistrado concursal previo a la homologacién del acuerdo. Seria asi
la unica forma en que no se afectaria el derecho de propiedad de los acreedores disidentes, revi-
sionantes o tardios que no prestasen conformidad con la propuesta (art. 17, CN), siendo el tinico
fin de la reforma propiciada la presentacién de una propuesta seria y convincente, que no quede
subsumida en los pactos extrajudiciales realizados entre deudor y acreedor y no afectar la posibi-
lidad de financiamiento del deudor poshomologacién del acuerdo,
La sentencia homologatoria del acuerdo adquiere autoridad de cosa juzgada con eficacia erga
omnes con caracter de inmutabilidad y coercibilidad (CAMARA - MAFFIA).
El art. 56, LCQ, en sus primeros parrafos, determina el alcance de los efectos del acuerdo ho-
mologado. En principio rige para todos los acreedores quirografarios con créditos originados an-
tes de la presentacion concursal, anadiendo que los alcanza incluso cuando no hayan participado
del procedimiento concursal, es decir que afecta a todo acreedor concursal quirografario concu-
rrente 0 no concurrente.
Esta de mas el segundo parrafo, pues el hecho de que el acreedor privilegiado haya renuncia-
do total o parcialmente a su privilegio, lo convierte en dicha medida en acreedor quirografario,
aplicandose la primera parte de la norma, concerniente a los acreedores comunes.
En caso de sociedad concursada, también se dispone que el acuerdo alcance a los socios ili-
mitadamente responsables, es decir que los favorece la novacién, salvo prescripcién concordata-
ria en contrario. La finalidad es impedir que los acreedores concursales persigan a los socios de la
ERREIUS 279
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
deudora por el cobro de la proporcion del crédito que no percibiran conforme lo que resulte del
acuerdo.
Los deudores solidarios no se benefician con la novacion, por lo que responden por el total de
la obligacion; sin embargo, si el acreedor ha cobrado una parte en el concurso del deudor, solo le
quedara accién contra el codeudor por el saldo impago.
El tercer parrafo del art. 56, LCQ, en resguardo de la par condicio creditorum, dispone que son
absolutamente nulos los beneficios otorgados a los acreedores que excedan lo establecido en el
acuerdo -rectius: el convenio del que nacen aquellos beneficios-. Esta norma es réplica de la de
la ley 19.551 que producia el concordato en la junta, pero en la ley actual la negociacién se hace
en forma privada y se traen al concurso solo las conformidades necesarias, por lo que la norma
resulta irrisoria, También estos actos pueden quedar tipificados en el art. 180 del Cédigo Penal.
Un caso particular esta dado por los llamados acreedores involuntarios, los que se diferencias
de los acreedores voluntarios en el hecho de que no haber querido ser acreedor o mas técnica-
mente en no haber dado crédito al deudor. Si bien la situacién no ha sido prevista en nuestra
ley, antecedentes jurisprudenciales le han dado un tratamiento especial, excluyendo respecto de
dichos acreedores los efectos del acuerdo homologado. El primero de ellos y mas estrepitoso ha
sido “Gonzalez Feliciana” (Cam. Civ. Com. San Isidro, sala I, LLBA, 9-2004) donde se ha declarado
la inconstitucionalidad del acuerdo homologado respecto a un acreedor por indemnizacién de
danos y perjuicios a la integridad fisica de la victima.
De lege lata no hay prevision legal y los derechos fundamentales garantizados por la Consti-
tucién Nacional -principalmente el derecho a la salud e integridad psicofisica- carecen de opera-
tividad para sacudir los principios considerados en la homologacion del acuerdo concursal por-
que la cuestién se resuelve patrimonialmente, no hay otra solucién posible. De lege ferenda seria
coherente la creacién de un privilegio general para estos créditos y un procedimiento de pronto
pago, unicamente cuando se trate de créditos por delitos o cuasidelitos que producen danos pa-
trimoniales personales corporales, es decir los que afecten la esfera psicofisica de la persona, de-
biendo excluirse el dano moral.
En una similar orientacio6n también se ha declarado inoponible el acuerdo homologado al
exconyuge del fallido por los créditos nacidos del convenio de disolucién de la sociedad conyu-
gal y al hijo por alimentos (CNCom., sala C, DSC, 268-303), fundandose en la intangibilidad del
crédito del cényuge luego de la liquidaci6n del patrimonial matrimonial. Nuevamente la solucion
judicial carece de apoyatura normativa, pues el tema debe ser resuelto patrimonialmente confor-
me las previsiones concursales, y lo resuelto crea un privilegio extra legem. Esta peligrosa vision
juridica, resulta tan imprevista e imprevisible que afecta la seguridad juridica convirtiendo a la
justicia en un valor eficaz para la solucién de conflictos siempre en beneficio de algunos con un
evidente perjuicio a otros.
En caso de quiebra posterior, tales acreedores no tienen derecho alguno respecto de los que
han cobrado los demas acreedores en virtud del cumplimiento del acuerdo, aunque si concurri-
ran a la quiebra con todo su crédito surgido del acuerdo,
En el supuesto de que estos acreedores incorporados al pasivo concursal luego de homologa-
do el acuerdo no puedan quedar incluidos en ninguna de las categorias propuestas por el concur-
sado, porque la correspondiente a las caracteristicas de su crédito admitido es inexistente, corres-
ponde que el juez, aconsejado por la sindicatura, analizando cada caso en particular, disponga la
forma en que quedara incorporado al acuerdo.
Cuando existan créditos admitidos pero cuestionados a través de un incidente de revisi6n atin
no resuelto, se aplica el art. 58, LCQ, el cual determina que el concursado, a pedido del acreedor
-es decir, constituido en mora-, debe cumplir igual el acuerdo y poner a disposicion del acreedor
la prestacién debida, pudiendo el juez ordenar la entrega bajo fianza o la conservacion del bien
en poder del deudor 0 nombrar depositario. Lo cierto es que el deudor no se encuentra obligado
a cumplir el acuerdo respecto de estos acreedores, sino que ello quedara reservado a la instancia
del acreedor. La funcién de la norma es evitar dilaciones en el cumplimiento de la prestacién
concordataria, por lo que se trata de medidas precautorias. Se busca impedir que con la sola in-
coacion de la revision el deudor logre una especie de moratoria para el cumplimiento del acuerdo
(ALEGRIA). En el primer caso, fijaraé una caucién que el acreedor debera constituir antes de proce-
derse a la entrega, y en el segundo, determinara si el bien debe permanecer en poder del deudor o
ser depositado en el lugary forma que disponga. La resolucién que se dicte es apelable.
Esta previsidn no alcanza a los créditos verificados atacados a través de la accién por dolo
(art. 38, iltima parte, LCQ), debiendo cumplirse el acuerdo respecto al acreedor. Pudiendo el juez
ordenar, a pedido del concursado, la medida cautelar que crea suficiente para garantizar la repe-
ticién en caso de que la accion por dolo sea admitida favorablemente.
ERREIUS 281
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Causales
En cuanto a las causales que pueden invocarse, solo figura el dolo, en el cual puede subsumir-
se el fraude, pues los otros vicios esenciales de los actos juridicos, como son el error y la violencia,
quedan subsanados con el auto homologatorio. No se puede plantear la nulidad del acuerdo por
vicios formales, por lo que de las causales impugnatorias del art. 50, LCQ quedan excluidas los
errores en el computo de las mayorias, la falta o insuficiencia de representaciOn. Mas alla de que
en la norma bajo analisis nicamente se mencione el dolo, en la nulidad también el fraude.
El dolo solo puede ser invocado en los casos taxativamente expresados por la ley en su art. 60,
segunda parte, LCQ, es decir, exagerar el pasivo, reconocer o constituir privilegios, ocultar o exa-
gerar el activo, todos descubiertos luego de vencido el plazo para impugnar el acuerdo. El hecho
producido con anterioridad y no denunciado como causal de impugnacion produce la confirma-
cion del acto y la purga del vicio.
El dolo invocado debe provenir del obrar del deudor, ya sea directo 0 indirecto, ya sea con
complicidad o no de acreedores o de terceros. Las causales de exageracion el pasivo, reconocer
privilegios u ocultar o exagerar el pasivo vienen impuestas en el régimen concursal como pro-
ducidas por el mismo deudor concursado, pudiendo causarla solo o con la complicidad de los
acreedores, Nunca es suficiente, como causal, el dolo exclusivo de acreedores 0 terceros sin parti-
cipacion del deudor, pues este se veria perjudicado con la declaracién de su quiebra siendo ajeno
al hecho.
El analisis de las causales en poco difiere del realizado al tratar la impugnaci6n del acuerdo,
por lo que para conceptualizar el dolo debe recurrirse a las normas de derecho comun (art. 271,
CCCN), el cual debera ser grave, es decir con incidencia sobre la voluntad del acreedor y determi-
nante de la conformidad prestada por algunos 0 todos los acreedores, ademas de haber generado
un daiio importante y no ser reciproco (art. 272, CCCN). Estos dos ultimos caracteres reducen su
importancia en el concurso, pues es dano patrimonial suficiente el sometimiento que produce el
acuerdo homologado a los disidentes, y la reciprocidad se entiende en el hecho de que la nulidad
no podra ser demanda por el acreedor complice del deudor.
Cabe especialmente referirse aqui al reconocimiento o constitucioén de privilegios, causal
que, si bien no esta prevista en la etapa impugnativa, queda subsumida en laguna otra. Por un
lado, modifica el activo, afectando un bien o bienes a un determinado crédito, agravandose asi
la situacién de los quirografarios que verian disminuida su garantia. Por otro afecta el pasivo al
reconocerle privilegio a créditos quirografarios, pero este punto no lo constituye en causal porque
se trataria de una disminucidn de los créditos quirografarios, que son los comprometidos en el
acuerdo, aunque, por el contrario, adquiriria relevancia para impugnar un acuerdo para acreedo-
res privilegiados. Indirectamente el reconocimiento o constitucién de privilegios que permitirian
al acreedor escapar del efecto comtin a los acreedores y ejecutar algtin bien produce como conse-
cuencia la disminucién del activo y de la garantia de los acreedores quirografarios.
2. Cuestiones procesales
En cuanto a lo procesal, el art. 60, primera parte, LCQ, dispone que la posibilidad de plantear
la nulidad caduca a los seis meses del dictado de la sentencia homologatoria. Debe interponerse
ante el juez del concurso y tramitard a través del procedimiento incidental de los art. 280 y ss.,
LCQ.
Tratandose de una nulidad relativa no puede ser declarada oficiosamente y tampoco puede
ser Opuesta por el concursado. Otra diferencia sustancial con la nulidad de derecho comin es que
el planteo de un solo acreedor beneficia a todos, pues la declaraci6n de nulidad, como importa
la quiebra del concursado, tendra efectos erga omnes. El tema lo explicaba BOLAFFIO, afirmando
que el acreedor en proteccion de los intereses de todos los demas acreedores acttia como gestor
de ellos.
Se encuentran legitimados para la promocion de la nulidad los acreedores comprendidos en
el acuerdo -acreedores concursales, quirografarios y concurrentes-, hayan o no prestado confor-
midad a este. Asimismo, podran iniciar la accion los acreedores privilegiados comprendidos en
ERREIUS 283
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
un acuerdo. Estaria vedado incoar la accion al acreedor que haya sido complice en el dolo, quien
no podra alegar su propia torpeza -nemo propriam auditor turpitudinem allegans- (doctur. art.
388, CCCN), y también aquel que haya percibido integramente su crédito en moneda concursal,
es decir, conforme el acuerdo, pues queda fuera de los efectos de la nulidad y la quiebra consi-
guiente (art. 62, inc. 2, LCQ) porque ha sido desinteresado; sin embargo, si podra hacerlo aquel
que obtuvo un cumplimiento parcial. Quedan fuera de la érbita legitimativa aquellos acreedo-
res que no se hayan incorporado -con resolucion firme- al pasivo concursal, pues tramitandose
el incidente de revisién 0 verificacién tardia, atin no se encuentran formando parte del acuerdo
homologado, variando asi la legitimacién otorgada para impugnar el acuerdo donde estaban ha-
bilitados. Lo mismo para aquellos que continuaron con sus acciones individuales excluidas por
el art. 21, LCQ. Como son terceros en el proceso, tampoco pueden plantear la nulidad los socios 0
accionistas de la sociedad concursada. Carecen de legitimacion el deudor, el sindico, el comité de
control y tampoco el juez puede declararla de oficio.
En cuanto a la actuacion del sindico y de los controladores del acuerdo, claramente les esta
vedado promover la nulidad, pero si deberan ser oidos por el juez, previo a resolver. También
deberan tener participacion obligada o voluntaria en el incidente los acreedores que hayan sido
cémplices del deudor por las consecuencias que le acarrea la declaracién de nulidad en la quie-
bra posterior (arts. 90, 94 y concs., CPCCN; 278 y 62, ine. 5, LCQ).
La legitimacién pasiva le corresponde al concursado.
La promocion de la accion de nulidad no suspende el cumplimiento del acuerdo.
3. Efectos de la nulidad
El art. 61, LCQ, dispone que la sentencia que haga lugar a la nulidad debe decretar la quiebra
del deudor, y es apelable con efecto suspensivo relativo, es decir que no afecta la incautacién y
administracién falimentaria, como asi tampoco el régimen de continuacién de la empresa (arts.
177 a 199, LCQ). Innecesariamente la norma prescribe que al decretarse la quiebra debe proce-
derse a la incautacion de los bienes (art. 177, LCQ), pues ello es una consecuencia propia de la
declaracion de quiebra. La sentencia que rechaza la nulidad también deviene apelable pues pone
fin al incidente promovido (art. 285, LCQ). No existe la posibilidad de someter el concurso al pro-
cedimiento del art. 48, LCQ. Los efectos de la declaracién de nulidad estan contenidos en el art.
62, LCQ.
Mas alla de declararse la quiebra, la ley impone especificos efectos por la nulidad del acuerdo,
Este supuesto de nulidad concursal produce algunos efectos ex func, es decir en forma retroac-
tiva pero también otros ex nunc, para el futuro. Ello implica que la nulidad del acuerdo se aparta
del régimen del derecho comtin, donde debe aplicarse los efectos en forma retroactiva (art. 390,
CCCN).
Prescribe la norma que el fiador que garantizaba el cumplimiento queda liberado ipso iure
(inc. 1), pues la garantia no puede existir sin una obligacién valida (doctr, art. 1576, CCCN.). Si el
fiador ha pagado a algun acreedor como consecuencia del acuerdo, no podra exigir la devolucion
de lo abonado, no se ha tratado de un pago indebido por lo que el fiador carece de accién de repe-
ticion. Dicho efecto no opera si el acreedor ha sido cémplice en el dolo, pues el fiador no hubiera
asumido dicha garantia en la real situacion patrimonial del concursado y ademas aquel no puede
beneficiarse por su propio dolo.
En cuanto a los acreedores, estos recuperan los derechos que tenian antes de la apertura -
rectius: presentacién- del concurso (inc. 2). En consecuencia, renacen los créditos originarios,
dejandose sin efecto la novaci6n producida por la homologacion del acuerdo y en caso de haber
recibido el pago de alguna cuota concordataria, este es valido, por lo que tiene derecho a cobrar,
en la quiebra, en proporcion igual a la parte no cumplida -en la medida en que se ejecut6 el acuer-
do-. Es decir que podra reclamar el porcentaje que resta abonar del acuerdo, pero no aplicado a
la obligacién nacida de él, sino considerandose el crédito original que tenfa antes de la presen-
tacion. En cambio, si el acreedor percibié todo lo que le correspondia por el acuerdo, habiendo
dejado de ser acreedor, queda excluido de la quiebra.
ERREIUS 285
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
misma consecuencia debi preverse para el caso del art. 31, in fine, LCQ -desistimiento sancion-,
el cual, permite el concurso preventivo sino existen pedidos de quiebra pendientes. GEBHARDT
entiende que es injusta la medida y debe permitirsele al deudor un nuevo concursamiento y seran
sus acreedores quienes decidan su viabilidad, lo que en la actualidad y atento la realidad concur-
sal, no puede mas que compartirse. Para MAFFIA, en una interpretacion de otra época, pesa mas el
riesgo de tener deudores concursados a perpetuidad. Como la excepcion inhibitoria tiene como
fin evitar que el deudor se concurse preventivamente, debe interpretarse que se hace referencia
tanto al concurso judicial como al extrajudicial, por lo que debe entenderse que se imposibilita
tramitar un acuerdo preventivo extrajudicial. En la actualidad la norma inhibitoria merece ser
derogada porque produce una patente injusticia.
estudiado, pues en todas las quiebras la liquidacién de los bienes se realiza inmediatamente, sal-
vo que la quiebra no se encuentre firme por haberse deducido apelacién.
Finalmente, prescribe la norma que la quiebra se tramitara ante el mismo juez del concurso
preventivo y actuara el mismo sindico. La incongruencia entre este articulo y el inc. 7 del art.
253, LCQ, debe resolverse en el sentido de que en caso de pequefio concurso, donde no ces6 la
intervencion de la sindicatura, o en un concurso grande, donde no se ha constituido el comité de
control y la vigilancia del acuerdo la hace el sindico, seguird su actuacidn (art. 64, LCQ), pero en
el caso de un gran concurso, con control del cumplimiento del acuerdo por parte del comité de
acreedores y cese de la intervencién de la sindicatura se designard un nuevo sindico. Como en la
practica la sindicatura nunca cesa en sus funciones, siempre, en la quiebra indirecta actuara el
mismo sindico.
ERREIUS 287
CAPITULO Xx
CONCURSAMIENTO EN GRUPO
O CONJUNTO
I. INTRODUCCION
La ley 24,522 incorpora en nuestra legislacion el supuesto de concurso en caso de agrupa-
miento. El fendmeno se lo identifica como “conjunto econémico’, “grupo econdmico’, “agrupa-
miento de empresas” 0 cualquiera de las demas denominaciones con las cuales se identifica el
fenédmeno grupal. Los denominados “agrupamientos” normalmente son constituidos por socie-
dades, que, en su conjunto, constituyen una Unica empresa 0 grupo econémico de actividad.
La legislaci6n concursal anterior a 1995 no contemplaba el concurso preventivo del grupo
econdmico y solo tenia en cuenta la hipétesis para el caso de extensidn de quiebra. Pero la juris-
prudencia, durante la vigencia de la ley 19.551, vislumbraba algunos problemas que se presenta-
ban a través de la tramitacién independiente de ciertos concursos que tenian estrechas relacio-
nes econémicas. Ello hizo que la ley 24.522 contuviera normas al respecto, aunque en el derecho
comparado no existen antecedentes del fenémeno del grupo o conjunto aplicado al concurso
preventivo. Se discutié sobre las ideas de concurso de la empresa o del empresario, encontrando-
nos con el derecho francés dentro del primer grupo y en el segundo al derecho italiano, donde han
triunfado las ideas de PROVINCIALI y el concursamiento de la persona, por sobre las de PAJARDI,
que propiciaba a la empresa como presupuesto subjetivo concursal. La Legge Prodi es el unico
antecedente internacional que se ocupa de la crisis patrimonial del grupo de empresas, aunque
no existe la posibilidad de concursamiento preventivo.
En el derecho societario la idea de grupo econdmico 0 agrupamiento societario se revela a
través de conexiones organizativo-contractuales, con vinculaciones entre sujetos que buscan
uniformidad de gestién. Se encuentra aqui la idea de control social y direccién unificada (art. 33,
LGS). La idea de vinculacion societaria ha sido receptada activamente por el derecho financiero
(diversos cuerpos normativos del BCRA) y la de concentraci6n econémica por la Ley de Defensa
de la Competencia (art. 6, ley 25.156). En cambio, la idea de conjunto econémico surge del dere-
cho fiscal, donde tiene primordial importancia el principio de la realidad econdémica, nacida del
seno de la doctrina anglosajona del disregard of legal entily. También el conjunto econémico de
caracter permanente tiene desarrollo en el derecho laboral (art. 31, LCT), donde se determina la
solidaridad laboral entre empresas subordinadas 0 relacionadas, donde hubo maniobras fraudu-
lentas o conduccidn temeraria. Desde el ambito de las ciencias econdmicas, se considerara grupo
econoémico para las normas de consolidacién de los estados contables, a aque! constituido en ra-
zon de la existencia de un control comun, por la sociedad controlante y las sociedades controlada
por ella. Ante ello, no puede lograrse un concepto univoco de aquella figura juridica que participa
del llamado concurso en caso de agrupamiento, aunque puede darsele caracteristicas generales
que permitan identificarla.
En lo concursal, claramente el sujeto concursable es el empresario y también el sujeto sin ac-
tividad empresarial; sin embargo, la regulaci6n del concurso en caso de agrupamiento, se asimila
ERREIUS 289
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Presupuestos
El grupo o conjunto econémico puede estar formado por dos 0 mas sujetos, ya sean personas
humanas y/o juridicas.
En caso de que uno de los integrantes del agrupamiento no sea un sujeto concursable, atento
ala imposibilidad de excluirlo, no puede optarse por el concursamiento bajo este régimen. Esta es
una limitaci6n muy importante para el instituto, ya que es comin que en los grandes grupos eco-
némicos exista un banco como parte integrante de ellos, lo que impediria, atento a no ser sujeto
concursable, que dicho holding se presente en concurso preventivo bajo este régimen, reducién-
dose asi la utilizacién para los casos econédmicamente importantes,
Para que ellas puedan presentarse en concurso preventivo, con las prescripciones previstas
para el caso de agrupamiento, es indispensable que en dicha presentacién no haya exclusiones y
se presenten todos los integrantes. En caso de comprobarse que no todos los integrantes se pre-
sentan en concurso en grupo, el juez debe rechazar la demanda. Es suficiente para el juez que de
la documentacién acompaniada o de los propios dichos de los demandantes surja la existencia de
otro integrante que haya sido excluido en la presentacién concursal agrupada. Ante el hecho de
que no todos los integrantes se hayan presentado en concurso bajo este sistema, luego de admiti-
da la demanda de concursamiento, no existe sancion alguna para ello, mas alla de las considera-
ciones que analizaran los acreedores para dar su conformidad a la propuesta de acuerdo que se
les presente o el juez al analizar la homologacién del acuerdo.
No es indispensable que estos sujetos se presenten conjuntamente en concurso preventivo;
la norma no es imperativa -es facultativa-, ya que la ley permite optar entre este tipo de concurso
y el independiente de cada uno de los integrantes del grupo o conjunto econdémico; sin embargo,
cuando se elija tramitar el] concurso agrupado necesariamente deben presentarse todos sus inte-
grantes, es decir que todos pasaran a ser concursados, Si algtin sujeto ya se encuentra concursado
impide el concursamiento del resto del grupo. Y si se presentaron individualmente también se
encuentra excluida la posibilidad de acumular los concursos preventivos porque se paralizarian
los procesos avanzados para ajustarlo a los nuevos.
La finalidad de la norma es evitar manipulaciones fraudulentas que perjudiquen a los acree-
dores y su fundamento es el hecho de que se presenten en concurso aquellos sujetos integrantes
einsolventes y que el resto siga funcionando en grupo 0 conjunto, como si fuese solvente, cuando
directa o indirectamente el estado de cesacién de pagos de uno los afecta. Igualmente, la norma
ERREIUS 291
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
En cuanto al presupuesto objetivo, el art. 66, LCQ, dispone que es suficiente la existencia del
estado de cesacién de pagos en uno de los integrantes con virtualidad para afectar a todo el grupo.
Aqui hay una excepcion al art. 1, LCQ, pues puede existir el concurso preventivo de sujetos que no
se encuentren en estado de cesacion de pagos, sino que solo estan afectados por la insolvencia de
otros integrantes del grupo. Ello posibilita el concursamiento de sujetos en estado de cesacién de
pagos y de otros in bonis.
La afectacién de la cesaci6n de pagos a todo el agrupamiento resulta potencial en su evalua-
cién, pues no hace falta acreditar afectaci6n efecto va sino peligro o posibilidad de ella (RIVERA
- ROTIMAN - VITOLO), ya que de otra manera el instituto careceria de sentido y aquello importaria
la insolvencia de todos los integrantes del grupo. En caso de que el estado de cesacion de pagos
no afecte a todos los integrantes, solo se podran presentar en concurso preventivo aquellos insol-
ventes por el tramite ordinario.
No es descabellada la tesis legal respecto del estado de cesacion de pagos sino que sigue la
orientacion moderna de lograr soluciones preventivas antes de que se produzca la insolvencia
generalizada y se torne irreversible. Ademas, el hecho de que todos estuviesen en default no seria
beneficiado por el sistema del concurso agrupado.
2. Tramite
La ley hace una regulacién especifica en relaci6n al proceso del concurso agrupado, el cual
como elementos esenciales se constituye cuando existe mas de un sujeto, vinculados econémi-
camente, cuando al menos uno se encuentra en estado de cesaci6n de pagos con posibilidad de
afeccion al resto y cuando se demande conjuntamente el concurso preventivo de todos bajo el
régimen de agrupamiento.
2.1. Competencia
Si bien no se le encuentra mucha significaci6n a la norma, lo cierto es que esta regla objetiva
tiene importancia para que la competencia no quede asignada siempre al juez de la controlante,
lo que ocurriria si se tomara el balance consolidado; la determinacién de la competencia recaeria
sobre el juez del domicilio del holding, el cual coincidirfa seguramente con aquella persona que
ejerce la direccion del grupo. Sin embargo, ésa debi ser la solucién legal: atribuir competencia al
juez de la sede de las decisiones politicas del grupo.
Indefectiblemente, en principio, la ley debe apartarse del art. 3, LCQ, porque el grupo 0 con-
junto economico, atento a carecer de personalidad, no tiene los atributos que ella concede, como
seria el domicilio. Pero luego, determinado el sujeto con el activo mas importante, sera él quien
determinara la competencia concursal con aplicacion de las reglas del art. 3, LCQ. Esta forma de
atribuir competencia complica a los acreedores del 0 los sujetos insolventes, porque es claro que
seguramente -en la mayoria de los casos- quien tenga el activo mas importante, sea uno de los
sujetos solventes, por lo que el desplazamiento de la competencia perjudicaria la insinuacion al
pasivo concursal.
Al respecto, se planteara también, un problema inadvertido -por el legislador-, cuando uno
de los sujetos -o todos- no tuviesen la obligacidn de llevar balances. En tal caso, debera primar
la regla del patrimonio mas importante (GEBHARDT), lo que debera demostrarse a través de otro
tipo de documentacion acompanada con la demanda de concurso preventivo. En caso de dudas,
debe entender el juez que previno.
Sin embargo, y sin perjuicio del regimen de competencia, los concursos abiertos bajo este
régimen deben darse a conocer por edictos en todas las jurisdicciones que corresponda.
ERREIUS 293
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
2.3. Sindicatura
En cuanto a la sindicatura, el art. 67, segundo parrafo, LCQ determina que sera unica para
todos los integrantes del agrupamiento. Ello no impide que el juez, segun el caso, designe una
sindicatura plural. Es decir que en cada concurso actuara el mismo sindico (contador o estudio de
contadores) en forma individual o plural, segtin las particularidades del caso.
Si bien habra un concurso por cada integrante y como lo dispone el tercer parrafo del art. 67,
LCQ, el informe general sera tinico, aunque complementado con un estado de activos y pasivos
consolidados del grupo 0 conjunto econémico.
E! hecho de que deba presentarse un Unico informe general complementado con el estado
consolidado no empece a que la sindicatura debe presentarlos individualmente, en original, en
cada uno de los concursos, pues debe cumplimentarse dicha etapa procesal concursal en todos
los procesos que forman el concurso del agrupamiento. Asimismo, no debe escapar el hecho de
que la sindicatura debera desarrollar cada uno de los items dispuestos por el art. 40, LCQ, con-
siderando cada uno de los concursos de los integrantes del grupo separadamente, aunque luego
ello sea volcado en un unico cuerpo escrito.
En cuanto a los honorarios de la sindicatura, si bien el caso no esta previsto expresamente
por la ley, atento a tratarse de diferentes procesos, la regulaci6n debera ser individual en cada
uno de ellos, teniendo en cuenta el pasivo verificado en cada concurso sin importar que se haya
presentado un Unico informe general y que los concursos hayan culminado con una propuesta
unificada.
Tal orientacion no implica considerar los mismos activos y pasivos en los distintos concursos,
porque la regulacion tendra en cuenta el activo de cada sujeto y el pasivo de cada concursado y
cuando hay duplicidad sera porque algunos o todos los integrantes del agrupamiento son deudo-
res de la misma obligacién, ya sea por ser este solidaria o por ser aquellos unos garantes o fiadores
de otros.
Si bien existen juicios de concursos individuales, la ley, como una cualidad del caso en agru-
pamiento, permite que se presente una propuesta unificada para lograr el acuerdo en conjunto
(art. 67, quinto al séptimo parrafo, LCQ).
La posibilidad que otorga la norma de presentar propuesta unificada, es uno de los rasgos
sobresalientes del instituto, implicando que todos los sujetos responden por todo el pasivo del
agrupamiento, tratando de neutralizar la insolvencia de uno con la solvencia de otros; el pasivo es
tratado como si fuera uno solo.
Para poder tratar unificadamente el pasivo, debe hacerse una Unica propuesta que compren-
da a todos los acreedores -ello sin perjuicio de la categorizacién que se haga-, lo que hara que
todos los concursados respondan por el pasivo global de todos. Homologado el acuerdo y pro-
ducida la novacién concursal (art. 55, LCQ), todos los integrantes del grupo 0 conjunto pasan a
ser deudores de todos los acreedores, por lo que devenida la quiebra podran todos los acreedores
participar en la liquidaci6n de todos los sujetos. La ley permite que, previo a presentarse la pro-
puesta, se agrupen los acreedores de todos los sujetos, clasificandolos, y formando categorias que
corresponderan a acreedores de todo el grupo, es decir que puedan haberse relacionado con uno
u otro sujeto integrante.
En realidad, cuando se pretenda hacer una propuesta unificada, la categorizacién de acreedo-
res debera ser tinica para todo el grupo, pero presentada en todos los concursos de los integrantes.
También se prevé una modificacién al régimen de mayorias: si bien se requiere en principio la
doble mayoria exigida por el art. 45, LCQ, en cada una de las categorias, la ley determina una ma-
yoria alternativa, que deja de lado la mayoria de personasy se centra en la de capital. De tal mane-
ra la propuesta quedara aprobada con no menos de las dos terceras partes del capital computable
sobre el total del pasivo del grupo y no menos del 50% de dicho capital computable en cada una
de las categorias. Impropiamente la ley habla de derecho a voto, pero, eliminada la junta de acree-
dores, estos ya no votan la propuesta, sino que prestan conformidad o no a ella; la exclusién del
derecho a voto importara la imposibilidad de prestar conformidad. Lo significativo de la hipotesis
es que como no se computan las mayorias de personas, los acreedores mas importantes y signifi-
cativos cuantitativamente tendran un enorme poder de negociacién en el acuerdo (RIVERA).
Si bien la ley no excluye la posibilidad de que se verifiquen créditos entre los integrantes del
grupo 0 conjunto econdmico o sus cesionarios dentro de los dos anos anteriores ala presentacion,
ellos no podran prestar conformidad al acuerdo, conforme lo prevé el ultimo parrafo del art. 67,
LCQ. En el acuerdo podra preverse la extincién total o parcial de estos créditos, su subordinacién
o cualquier otro convenio particular al respecto. Tal prevision legal es unicamente comprensible
para el caso de que se presente una propuesta unificada, pues en caso contrario, no seria justo que
se modifique concursalmente la ecuaci6n patrimonial de un integrante a favor de otro, cuando
cada uno solucionara su insolvencia o la influencia de la insolvencia de otro, en forma individual.
Si fracasare el acuerdo por cualquier causa que fuese o se incumpliere el que se haya homo-
logado, se declarara la quiebra de todos los integrantes del grupo. Mas dudoso seria extender
dicho efecto en el caso de que se decretase la quiebra directa de uno de ellos, por algtin crédito
posconcursal o por habérsele extendido la quiebra a uno de los integrantes por vinculaciones
extragrupales. En estos casos no corresponderia declarar la quiebra de todos los sujetos, pues
importaria ello una extensién de quiebra que no pareciera ser la intencién de la norma, que pre-
tende liquidar todos los activos de los sujetos agrupados cuando fracasasen los concursos simul-
taneos presentados bajo este régimen.
ERREIUS 295
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
competencia del juez concursal natural de cada uno de los integrantes hacia el juez que corres-
ponde entender en el concurso de la persona con activo mas importante. Ante tal situaci6n, podra
ocurrir que se traslade el concurso de la integrante insolvente hacia la jurisdiccion del integrante
con activo mas importante y luego resolverse la cuesti6n como un concurso comtn a través de la
propuesta individual. En contrario, se le da razonabilidad a la prevision legal, en el hecho de que
al presentarse en concurso preventivo los integrantes del agrupamiento no conocen como van a
lograr la solucién de su insolvencia (RIVERA), aunque ello no convence porque mal podria triun-
far un concurso si el propio grupo no conoce ab initio como lo llevara adelante; pero ademas con
dicho pensamiento, no se advierte la necesidad de presentar una propuesta individual, sino que
refuerza la idea de que deben presentarse una unificada.
E] fracaso del concurso preventivo de alguno de los integrantes del grupo, cuando se presen-
ten propuestas individuales, no afectara el de los restantes, es decir que, devenida la quiebra de
uno, no importa la de los otros, salvo que se diera algtin supuesto de extensién de quiebra. Esto
muestra un importante sinsentido al exigir que se presenten todas las empresas del agrupamiento
sin exclusiones aun las que no estan en cesacion de pagos, para luego permitir la formulacion de
propuestas individuales. Por este camino se podria llegar al absurdo de que empresas in bonis
concursadas, afronten la posibilidad de irse ala quiebra innecesariamente por no estar en insol-
vencia, En definitiva, este punto fragil nos lleva a afirmar que las empresas in bonis solo pueden
ser arrastradas al concurso grupal, con la condicién de que se trate conjuntamente el pasivo.
Por la forma en que resuelve la ley la cuestidn de la propuesta y el acuerdo podria decirse que
la regla es el sistema ordinario de propuesta individual, el cual hace continuar el tramite como un
concurso comun, y la excepcién el nuevo sistema unificado que otorgarfa ventajas y riesgos para
solucionar la insolvencia de la empresa.
Este concursamiento del garante con el garantizado no puede asimilarse al concurso en caso
de agrupamiento, sino respecto de cuestiones procesales. Si bien es cierto ello, no puede dejarse
de destacar que el origen de ambos casos (concurso en caso de agrupamiento y concurso del ga-
rante) nacen del seno de problemas planteados en torno a temas societarios. Si bien los regimenes
instaurados no se limitan a personas juridicas societarias sino que también se aplican a personas
juridicas, las cuestiones que lo generaron fueron societarias. En el caso especifico del concurso
del garante lo fue la practica financiera de hacer garantizar por parte de socios o administradores
todo crédito otorgado a una sociedad con limitacién de responsabilidad (MARTORELL).
1. Presupuestos
Se entiende por garante a toda persona humana o juridica que por cualquier acto juridico
garantice una 0 varias obligaciones en forma personal o real del sujeto en default que se haya
presentado en concurso preventivo.
No quedaran incluidos, como presupuesto subjetivo, aquellos casos en los cuales el garante
surja por su responsabilidad en el régimen societario del que forme parte, pues dicha garantia es
impuesta por ley y no surge de un acto juridico como requiere la norma, aunque si su vinculacién
con la sociedad se hace a través de un acto juridico -contrato-, Igualmente quedan fuera de la
prescripcién legal los casos de responsabilidad extracontractual pues esta nace de hecho y no de
actos juridicos, También los casos de solidaridad legal no pueden ser incorporados al régimen del
art. 68, LCQ. Tampoco puede utilizar este instituto, agrupando sus concursos, los garantes de un
mismo sujeto garantizado, Unicamente la conjuncion puede hacerse entre garante y garantizado.
Si bien el garante no necesita estar en estado de cesacion de pagos, es necesario que la insol-
vencia del deudor principal lo afecte, con entidad para conducirlo a su propia insolvencia. Esto
significa que la o las obligaciones garantizadas deben ser de una entidad suticiente para que la
insolvencia del deudor principal pueda comprometer el patrimonio del garante. Si el garante esta
en estado de cesacién de pagos podra optar por presentarse en los términos del art. 68, LCQ, o en
forma individual y ordinaria (HEREDIA).
2. Régimen procesal
El art. 68, LCQ, dispone que el concurso del garante y garantizado tramitaran en conjunto, lo
que no implica la existencia de agrupamiento.
Como la insolvencia del garantizado puede influir en el patrimonio del garante y ante la real
dificultad que puede existir para que logren un acuerdo entre ellos para presentarse conjunta-
mente en concurso preventivo, la ley otorga esta herramienta al garante para abrir su concurso
luego que lo haya hecho su garantizado y tramiten ellos en forma simultanea. En caso de que
exista un grupo o conjunto economico entre estos sujetos, podran presentarse bajo el régimen del
art. 65 y ss., LCQ, aunque para este supuesto la ley hace aplicables igualmente, en lo pertinente,
las prescripciones dispuestas para el concurso en caso de agrupamiento. Si bien la norma, sin
cortapisas, manda aplicar todo el régimen de la seccién, lo cierto es que solamente adquiriran
virtualidad para el caso del garante aquellos articulos que no sean incompatibles, atendiéndose
al hecho de que no existe grupo 0 conjunto econdémico.
La presentacion concursal de estos sujetos no necesariamente debe ser conjunta, sino que
la ley le otorga al garante la posibilidad de presentar su concurso preventivo, para que tramite
simultaneamente con el de su garantizado en el termino de treinta dias habiles desde la ultima
publicacién de edictos. E] término impuesto se fundamenta en la necesidad de tramitar conjun-
tamente los concursos y en los tramites comunes que el sistema impone y en la imposibilidad de
retrotraer los tramites. El garante podra presentarse en concurso preventivo para hacerlo tramitar
conforme a las reglas del art. 68, LCQ, conjuntamente con la presentacién del deudor principal,
y después de ella -incluso sin necesidad de que el concurso del principal se encuentre abierto-
hasta los treinta dias referidos.
Para ROUILLON, la admision del concurso preventivo del garante en forma conjunta con la del
deudor principal queda supeditada a la conformidad de este, aunque la ley nada prevé al respecto
ERREIUS 297
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
yadoptar dicha tesis dejaria siempre librado a la voluntad del garantizado la posibilidad de que su
garante resuelva juntamente con él la insolvencia que lo afecta.
HEREDIA entiende que necesariamente la presentacion del garante debe hacerse luego de la
ultima publicacién edictal, pues alli fenece la posibilidad de un desistimiento voluntario del con-
curso del deudor principal. Sin embargo, desistido el concurso principal, el del garante continua-
ra si el sujeto estuviese in malisy si no cesara igualmente que el del deudor principal.
No resulta aplicable la regla de competencia del art. 67, LCQ, porque aqui no importa el activo
mas importante sino el juez que previno y este es el del concurso del garantizado que fue el que
se encontraba iniciado al momento de la presentacién del garante. Se trata de otra excepcidn a las
reglas generales de competencia (art. 3, LCQ).
En cuanto al tramite, actuara la misma sindicatura; los acreedores pueden actuar indistinta-
mente en el periodo verificatorio de ambos concursos, y podran presentar propuesta individual
o unificada con las correspondientes consecuencias de una y otra. Carece de utilidad practica el
exigir la presentacién de un solo informe general con el estado patrimonial consolidado pues no
existe conjunto econdmico que lo justifique.
Los garantes deberan verificar los créditos eventuales que tengan contra el deudor principal,
los cuales resultaran ciertos en caso de que paguen las deudas garantizadas, pero no podran dar
conformidad al acuerdo,
ACUERDO PREVENTIVO
EXTRAJUDICIAL
I. INTRODUCCION
El acuerdo preventivo extrajudicial tuvo una importante evolucién histérica.
El origen es antiguo, con el mismo derecho concursal, en los viejos estatutos italianos, y se
trataba de convenios celebrados entre el deudor y sus acreedores para evitar las drasticas conse-
cuencias de la quiebra. Se buscaban soluciones alternativas que redujeran los costos y términos
judiciales, que permitieran el refinanciamiento del pasivoy principalmente porque eran mas dis-
cretos que los procesos judiciales.
En la doctrina europea mas contemporanea, fue conocido con diferentes denominaciones,
como “concordato amigable” o réglement amiable (Francia) 0 “concordato extrajudicial” (Italia).
En aquellos momentos tuvo grandes cuestionamientos, atento a las maniobras y fraudes que per-
mitfa realizar, pues ante la inexistencia de los presupuestos concursales, dicho acuerdo era ajeno
al régimen concursal y se regia por las normas de derecho comun, por lo que no debia respetarse
la par condicio.
En nuestro derecho, este tipo de acuerdo tuvo temprano nacimiento doctrinario y de facto,
mucho antes de que reciba la acogida legislativa. Durante la vigencia de los primeros codigos
de comercio se habia afirmado que los arreglos privados estaban prohibidos; misma orientacién
con la ley 4156, pues se entendia que todo deberia resolverse en la junta de acreedores y toda otra
clausula en contrario era nula (MARTIN y HERRERA). Luego, el desarrollo doctrinario dejé de lado
esa virtual prohibicién y admitio su licitud, con las consiguientes discusiones que ello acarreaba
hasta el nacimiento legislativo en 1983 (ley 22.917). La reforma legislativa fue instada por la crisis
de fines de la década del setenta, que hizo surgir acuerdos privados conocidos como “club de
bancos’, los cuales pretendian evitar el concurso y eran manejados por entidades financieras. Su
naturaleza era contractual y primaba la autonomia de la voluntad (ALBERTI).
La ley 22.917 -que reforma la ley 19.551- denomina a estos convenios “acuerdos preconcur-
sales” Las principales caracteristicas del instituto eran evitar la apertura del concurso y superar la
insolvencia, e introdujo la nocion de “dificultades econdmicas o financieras de caracter general”
Si bien fue un paso legislativo importante, el instituto no tuvo la respuesta esperada,
Luego, la ley 24.522 no modifica la regulacion del instituto, sino que, ubicandolo indepen-
diente y sistematicamente en el cuerpo legal, le da forma normativa. Es denominado “acuerdo
preventivo extrajudicial” Su nica finalidad era que quedara excluido de las acciones de inefica-
cia, lo que lo hizo igualmente inaplicable. El principal problema fue que no era aplicado a todos
los acreedores, sino solamente a aquellos que participaban del acuerdo, y la presentaci6n para su
homologacién no producia la suspension de las acciones contra el deudor.
Finalmente, la ley 25.589 logra rescatar verdaderamente el instituto y darle utilidad practica,
tanta que en el uso cotidiano pasé a denominarselo por sus siglas: APE (acuerdo preventivo ex-
trajudicial), La principal reforma de la ley 25,589, que logra darle aplicabilidad y dinamismo al
ERREIUS 299
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
instituto, fue asemejarlo al acuerdo preventivo judicial y dotarlo, luego de homologado, de los
mismos efectos de este en cuanto fuesen compatibles; asf se lo hace oponible e imponible a todos
los acreedores quirografarios, se incorpora la suspension de acciones y se compatibiliza el siste-
ma de mayorias con el de sus efectos.
1. Naturaleza juridica
Determinar la naturaleza juridica del acuerdo preventivo extrajudicial resulta de real impor-
tancia en la actualidad porque la insuficiente regulacién legal hace que aquella pueda definir las
normas supletorias aplicables a este régimen.
En los origenes doctrinarios del instituto se entendié que la naturaleza del acuerdo extraju-
dicial era netamente contractual, negandosele similitud con el concurso preventivo (Corte Sup.,
Fallos 323:2327).
En la actualidad se han desarrollado, un par de teorias. Por un lado, HEREDIA -autoconvoca-
do en la tesis contractualista- entiende que es un contrato y en la actualidad se basa en el hecho
de que la ley, aunque no se logre homologacion, declara valido el acuerdo para las partes; si es
contrato antes, también lo es luego de la homologacion. Afirma que ese contrato se convierte en
acuerdo obligatorio para todos los acreedores con la homologacion judicial. Importante doctrina
abona y comparte dicha postura. Por otro lado, TRUFFAT -en la tesis concursalista- habla de “sub-
tipo concursal” y antes lo catalogaba como subespecie del concurso preventivo definiendo que
es un concurso rehabilitatorio asimilable al concurso preventivo, que se desarrolla en un tramite
judicial simplificado y no en el ambito extrajudicial, aunque sf nace fuera del proceso. Doctrina y
jurisprudencia mayoritarias se enrolan junto a esta teoria, con lo que no puede negarse que luego
de 2002 el acuerdo preventivo extrajudicial ha mutado su naturaleza.
En realidad, y mas alla de tales teorfas, a partir de la reforma de la ley 25.589 se esta ante un
instituto concursal -preventivo- que tiene dos etapas; una extrajudicial y otra judicial, y que nace
con naturaleza contractual y llega a ser concursal, A partir dela doctrina de BRUNETTI, desarrolla-
da respecto del concurso preventivo, se trataria de un contrato sui generis que llega a conformar
la voluntad por mayoria y se impone a la minoria a través de la homologacién judicial, por lo que
tiene una doble naturaleza negocial-extrajudicial y procesal-judicial. La discusién termina en cir-
culos porque no hay ninguna diferencia entre decir que el APE es un concurso 0 un contrato, si el
concurso preventivo también es concurso y contrato. Nada impide que sea un contrato concursal
asimilable al concurso preventivo.
No hay polémica en cuanto a denominarlo “contrato’) pero tampoco deberia haberla para
considerarlo un concurso, porque se cumple con todos sus principios como instituto sustancial, y
en la fase judicial los caracteres del proceso concursal. Como caracteres comunes a los procesos
concursales, no puede negarse que el publicismo o privatismo -segun el angulo desde donde se
mire- se encuentran presentes en la etapa homologatoria; lo mismo la unidad procesal; no podria
existir un APE conjuntamente con otro proceso concursal. También existe una relativa concurren-
cia de acreedores que queda plasmada en la certificaci6n contable presentada con la demanda,
y en la posibilidad que tienen de oponerse al acuerdo, y la posibilidad de plantear la nulidad del
acuerdo. También existe universalidad, pues se compromete el patrimonio in totum como prenda
comun de los acreedores, intangible también en el caso del APE a través de las acciones recupe-
ratorias o de integracidn patrimonial; no hay dudas para la concursalidad, ya que homologado
produce efectos respecto de todos los acreedores; en cuanto a la paridad de los acreedores, luego
de la reforma de 2002 no caben dudas de que esta debe ser respetada. La duda aqui recaeria sobre
los principios de oficiosidad e inquisitoriedad, cuya aplicacién, de la misma manera que con la
concurrencia de acreedores, queda limitada para la etapa judicial del APE en lo pertinente, atento
a la inexistencia de verificacion de créditos.
No enerva ello el hecho de que la ley determine que, no homologado el APE, surte efectos
respecto de los firmantes (art. 71, LCQ), pues como contrato queda librado a la autonomia de la
voluntad y, como tal, también puede disponerse que no homologado no tenga tal efecto. Resulta
superflua la norma, atento a las suficientes prescripciones del derecho comin (arts. 957, 958, 959
y cc., CCCN).
Entonces el APE es un instituto concursal que tiene génesis contractual y se desarrolla en
un proceso concursal abreviado, lo cual lo diferencia del acuerdo preventivo, porque este ultimo
tiene desarrollo total en el proceso judicial. Es un instituto concursal conservativo superador de
la crisis empresaria, alternativo del liquidativo, con etapas extrajudiciales y judiciales. En realidad,
se trata de un “concurso preventivo abreviado” (ROUILLON).
2. Presupuestos
Uno de los temas mas conflictivos en el acuerdo preventivo extrajudicial ha sido, desde su
incorporacién en 1983, la delimitaci6n de sus presupuestos.
En cuanto al objetivo, el alcance de las dificultades econémicas o financieras de caracter ge-
neral, y respecto del subjetivo, su igualacién o no respecto del concurso preventivo, es decir, si
aquellos sujetos excluidos del concurso judicial podian celebrar un concurso extrajudicial.
Pareciera que el legislador concursal impone un presupuesto objetivo dual para la posibilidad
de presentar un acuerdo preventivo extrajudicial. La forma de redaccién del art. 69, LCQ, asi lo
impone, Si bien el acapite del articulo habla de “legitimados’, no solamente norma el presupuesto
subjetivo, sino principalmente el objetivo. Aqui la ley se aparta del art. 1, LCQ, habilitando la pre-
sentacion del APE no solamente ante la existencia del estado de cesacién de pagos, sino también
ante la existencia de dificultades econdémicas 0 financieras de caracter general, lo que ciertamente
se repite desde la incorporacion de este instituto en 1983.
ERREIUS 301
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
ras de caracter general representan un estadio previo a la insolvencia, por lo menos en cuanto ala
exteriorizacién. La mayorfa de la doctrina ha seguido esta orientacién, incluso luego de lareforma
de la ley 25.589, entendiendo que el legislador ha tratado de flexibilizar el presupuesto objetivo
para permitir los acuerdos con amplitud.
En teoria, SEGAL diferencié las dificultades econdmicas de las financieras, sosteniendo que
las primeras hacen referencia exclusivamente a lo patrimonial o a la rentabilidad, es decir, a la
capacidad de remunerar adecuadamente los medios financieros invertidos, lo que se traduce en
problemas de mercado; en cambio, las segundas se relacionan con la liquidez, disponibilidades o
medios para cubrir las erogaciones de caja, con el nivel de endeudamiento, la necesidad de supe-
ravit financiero para el repago de los pasivos realizables y el grado de vulnerabilidad empresaria.
También dejé en claro que la generalidad remite a la amplitud de las dificultades e implica que
deben comprender integramente al patrimonio. Para Maerria, las dificultades financieras son una
especie del género dificultades econdmicas.
Desde el punto de vista del tecnicismo econémico, financiero 0 contable podra ser importan-
te y significante, pero desde la éptica juridica, aunque la conjuncion utilizada por el legislador sea
disyuntiva, coincidimos en que la diferencia es leve e irreconocible. Lo que queda claro aqui es
que para celebrar un APE no necesariamente el deudor tiene que estar en estado de cesacién de
pagos, sino que puede hacerlo en un estadio previo cuando ya tenga dificultades que afecten su
estado patrimonial sin llegar a la insolvencia.
Incluso si estuviese en estado de cesacion de pagos también estaria habilitado a celebrar un
APE si dicho estado atin no se ha exteriorizado a través de sus hechos reveladores. Las dificulta-
des econémicas o financieras son el transito previo a la insolvencia, una etapa que la antecede.
Ello, porque la intervencién del patrimonio se debe producir apenas se reflejen las dificultades y
sintomas de la crisis, sin dejar que se llegue al extremo de la cesacién de pagos. Ademas, atento a
que este se exterioriza lo suficientemente tarde, ya ha hecho estragos y se encuentra indefectible-
mente instalado en el patrimonio.
No es desacertado tomar como presupuesto nociones que partan del criterio de dificultades
economicas generalizadas sin llegar a la insolvencia; en dicho caso se tomarian elementos que
caracterizan la crisis de la empresa, quiza por ser las dificultades uno de los de mas facil determi-
nacion o exteriorizacion, podria lograr la verdadera preservacion y prevencion de dicha crisis con
posibilidad cierta de saneamiento. La tesis de las dificultades econdmicas tendria una relacién
con la de crisis de la empresa, de género y especie, siendo aquella una especie del género de esta
La generalidad de las dificultades econdémicas o financieras es entendida como la afeccion
a todo el patrimonio, igualmente que lo que se define respecto del estado de cesacion de pagos.
2.1.2. Exteriorizacion
Otro problema es Ja exteriorizacidn de este presupuesto objetivo alternativo.
Para Marria la confesion del deudor tropieza con un doble problema, el primero, que se con-
fiesan hechos y no estados, lo cual para nosotros es err6neo porque la confesi6n concursal es de
hechos que exteriorizan estados; y el segundo en cuanto a que la confesidn solo tiene virtualidad
cuando perjudica al confesante, elemento propio del derecho procesal civil; revelarse con difi-
cultades econémicas y financieras cuanto menos lo somete al concurso y dicho reconocimiento
judicial puede quedar desvirtuado a través de otras constancias procesales, lo que no se hace en
el proceso comtin.
Sin embargo, la cuesti6n deviene abstracta atento a que el Unico habilitado para presentarse
en APE es el deudor; igual que para el concurso preventivo, es suficiente su confesién o reconoci-
miento judicial. Si reconoce estar en estado de cesacién de pagos nada cambia y si confiesa estar
en dificultades econémicas o financieras de caracter general sera cuestién probatoria de quien
quiera extender dichos efectos a otros institutos concursales, como si estuviese en estado de ce-
sacion de pagos.
Es suficiente la confesidn del deudor en la presentacién del APE para reconocer judicialmente
que se encuentra en estado de cesacion de pagos o en dificultades econdémicas o financieras de
caracter general, seglin como se manifieste en dicha demanda; y en realidad, sea lo que quiera
confesar el deudor, lo cierto es que las dificultades econdmicas o financieras de caracter general
se revelan también por algunos de los hechos reveladores del estado de cesacidn de pagos, y la
sola existencia de uno de ellos implicaria -por lo menos judicialmente- la insolvencia del patri-
monio.
La importancia de la diferencia realizada por la ley es mas psicoldgica que juridica, ya que
la distincidn resulta harto dificil realizarla en concreto y en la practica, y solamente se hace en el
plano tedrico. La posibilidad que se le otorga al deudor de lograr un acuerdo con sus acreedores
antes de caer en el estado de cesaci6n de pagos, hace que este proyecte dicha solucién, cuando
aquel estado se exteriorice, a priori, con la generalizacién de las dificultades econdédmicas 0 finan-
cieras de su patrimonio y anticipar la solucién antes de que la insolvencia se torne irreversible.
ERREIUS 303
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
y el comprobado caracter concursal del APE. Y especialmente, por aplicacion del art. 2, in fine,
LCQ (y art. 5, LCQ), las aseguradoras, las AFJP, y los demas sujetos excluidos por leyes especiales,
como las entidades financieras, no podran someterse al APE. Son sujetos habilitados para de-
mandar la homologaci6n de un APE las mutuales, las cuales, luego de la reforma de la ley 25.374,
se encuentran sometidas al régimen concursal.
Ya ha quedado claro que el acuerdo preventivo extrajudicial tiene, ademas de la etapa homo-
logatoria judicial, una fase previa y originaria extrajudicial.
1. Fase extrajudicial
La génesis del APE se produce en el Ambito extrajudicial, pudiendo incluso quedar exclusiva-
mente en el ambito contractual y nunca trasvasarse al judicial concursal. Esta es la etapa en la cual
nace el acuerdo como contrato.
Dicho acuerdo estara formado por el deudor y sus acreedores. En relacién a los acreedores
involucrados lo importante es determinar si el APE puede ser usado para reestructurar parte del
pasivo o es necesario que el acuerdo involucre a todos los acreedores, 0 cuanto menos a todos los
quirografarios.
El originario art. 69 de la ley 24.522, disponia que el APE podria celebrarse con todos 0 parte
de los acreedores del deudor, teniendo efectos el acuerdo respecto de los firmantes y los restantes
conservaban sus acciones individuales. Coherente razonamiento entre sujetos y efectos, lo que
Hlevé a concluir la naturaleza contractual de aquella figura, que implicaba no respetar la paridad
entre los acreedores.
La actualidad del APE se encuentra modificada no solo por la supresién de la frase “todos o
parte” que contenia la ley 24.522, sino, principalmente, por la modificacion de los efectos del APE
y su concreta asimilacion al concurso preventivo y su rotunda naturaleza concursal. El deudor
debe denunciar, al presentarse, todos sus acreedores y, homologado el APE, surte efecto respecto
de todos los quirografarios. Ello lleva a afirmar que el APE comprende a todos los acreedores, en
principio quirografarios, del deudor in malis al momento del instrumento.
Por lo que el APE resulta ser un concurso con universalidad pasiva -concursalidad- regido
por la par condicio creditorum. Para los quirografarios el APE homologable sera aprobado por ma-
yoria de los acreedores quirografarios. No existe la posibilidad de que el APE incluya acreedores
privilegiados, pues la norma del art. 73, LCQ, solo remite al art. 45, LCQ, y no a los referidos a los
acreedores privilegiados, acotandose el instituto solo para los acreedores quirografarios.
La ley aplica un régimen de mayorias, no la unanimidad, lo que lleva al deudor a acordar el
APE con la cierta cantidad de sus acreedores necesaria para lograr aquella mayoria y someterlo
a homologacion judicial. De no ser asi, y no pudiéndoselo homologar, surtira efecto contractual
respecto de los firmantes, si no se dispusiese lo contrario en el acuerdo.
Igualmente, en la jurisprudencia ha habido homologacién de acuerdos preventivos extraju-
diciales dirigidos solamente a un sector del pasivo, los obligacionistas, con el fin de reestructurar
una parte de la deuda que afecta al deudor in malis (Juzg. Com. 9, “Acindar SA, DSyC 203). La
verdad es que, como instituto concursal, el APE debe abarcar a todos los acreedores -quirografa-
rios- sin poder admitirse los acuerdos parciales. No prevé la ley la posibilidad de reestructuraci6n
concursal parcial del pasivo sino con aplicacion de la universalidad pasiva como requisito con-
cursal ineludible. Pareciera peligroso aplicar un acuerdo, a través de la homologacion judicial,
respecto de una parte del pasivo, cuando dichos efectos podran ser nocivos para ellos en caso
de una quiebra posterior, si el patrimonio no ha salido del default, encontrandose en una peor
posicion los acreedores sometidos a la homologacién respecto de aquellos que quedaron afuera.
El art. 70, LCQ, se refiere a la forma del contrato. En principio, el contrato debe exteriorizarse
por escrito. La norma prescribe que el contrato puede celebrarse en instrumento privado y, por
qué no, en instrumento publico, maxime en el caso de escritura ptiblicas, cuando los actos ne-
cesariamente deban ser otorgados en dicha forma instrumental (art. 1017, CCCN). La exigencia
del instrumento privado viene impuesta ad selemnitatem y su omision lo afecta de nulidad, sin
permitirse que se pruebe por otro medio -principio de prueba por escrito-.
Cuando se otorgue en instrumento privado, las firmas de las partes -deudor y acreedores-
deberan estar certificadas por escribano publico. La certificaci6n de la firma del deudor pareceria
innecesaria cuando el contrato fuese presentado a homologar, y deviene indispensable cuando el
acuerdo quede en el ambito extrajudicial o extraconcursal.
Estas firmas de los acreedores no son otra cosa que las conformidades dadas por ellos al acuer-
do celebrado con su deudor. En un atisbo de flexibilidad, innecesario también para el ambito
contractual, la ley permite que las firmas de los acreedores no sean puestas el mismo dia, pues las
adhesiones pueden recabarse escalonadamente por parte del deudor. Asimismo, podrian existir
diferentes instrumentos, simultaneos o diferidos, que conformaran un mismo acuerdo, siempre
que, en todos ellos, en caso de que se presente a homologar, constara la propuesta dirigida a todos
los acreedores, en principio, quirografarios, estén categorizados o no.
Tambien se exige que “las representaciones” -instrumentos donde constan las representacio-
nes legales o voluntarias- se encuentren igualmente certificadas por escribano publico, e incor-
poradas al instrumento. No resulta suficiente la referenciacidn o transcripcién que haga el notario
sobre los instrumentos donde constan las representaciones, siendo indispensable la agregacién
lisa y lana.
El art. 71, LCQ norma la libertad de contenido de dicho contrato y los efectos de este cuando
queda relegado al ambito extrajudicialy no es presentado a homologacion.
Rivera alerta respecto de que la norma ha sido un evidente error que no se condice con la
nueva regulacién del instituto, pues tal libertad es admisible cuando no se requiere homologaci6n
judicial del contrato. La ley erige la libertad de contenido para dicho contrato, lo que representa
el indudable tinte privatista del sistema, con las limitaciones propias del régimen contractual (art.
958 y cc., CCCN). Aun asi, deviene innecesaria la previsién legal en los términos de los arts. 957,
958, 959 y cc., CCCN. La etapa contractual no solo queda subsumida en dicho ambito, sino que
también su regulaci6n sera conforme al derecho comun. Existe una autonomia de la voluntad en
sus justos limites, respetandose el orden publico, la moral y la buena fe.
Mas alla de ello, y luego de la reforma de 2002, aquel acuerdo que vaya a presentarse a homo-
logar contendra una limitacién concreta, cual es la paridad entre los acreedores, indispensable
para convertir el instituto en concursal. Claro que ello podra cumplirse categorizando a los acree-
dores. La compatibilizacién de la libertad de contenido y la igualdad de trato tiene una relacién
de principio y limitacién, es decir que la primera es la regla y ella se cumplira en los limites de la
segunda.
En realidad, la libertad de contenido referida en la norma no es otra cosa que la amplitud
de propuestas prescripta por el art. 43, LCQ, y el respeto de la par condicio, cuando se quiera
homologar el contrato, En tal caso, pueden hacerse propuestas diferenciadas, siempre con la pos-
tulacién de clausulas iguales para los acreedores dentro de cada categoria (doctr. art. 76, LCQ, y
su remision al art. 56, LCQ). El analisis del contenido del acuerdo sera hecho por los acreedores
firmantes y, en tltima instancia, el juez decidira sobre su homologaci6n (art. 52, inc. 4, LCQ).
Claramente el art. 71, in fine, LCQ, dispone que mantenido el contrato en el ambito extraju-
dicial o extraconcursal -aquel no homologado- tiene efectos entre las partes firmantes, salvo que
en este hayan dispuesto lo contrario, es decir, supeditando la validez del contrato a Ja ulterior ho-
mologacion judicial. La gran diferencia sustancial radica en que en la quiebra posterior el APE -
homologado- tiene plena eficacia, en cambio aquel acuerdo extrajudicial no homologado, si bien
tiene validez inter partes, puede caer bajo la inoponibilidad concursal en la quiebra posterior.
ERREIUS 305
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
2, Fase judicial
Si a aquel contrato celebrado entre deudor y sus acreedores se le quiere dar virtualidad con-
cursal, resulta indispensable que se lo traslade de la esfera extrajudicial a la judicial a fin de lograr
su homologacion y oponerlo al resto de los acreedores. Comienza aqui el procedimiento judicial
abreviado del acuerdo preventivo extrajudicial.
del art. 31, in fine, LCQ, debe ser la sancidn adecuada para evitar los problemas que suscitaria la
presentacién sucesiva de demandas de APE, sin los recaudos legales, neutralizando los efectos del
art. 10, LCQ, que es aplicable. En caso contrario podria utilizarse el instituto para impedir indefi-
nidamente los pedidos de quiebra contra el deudor in malis (C. Nac. Com., en pleno, LL 117-451).
El rechazo de la demanda es apelable (analog. art. 13, LCQ).
ERREIUS 307
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Ello, conjugado con los inc, 1 y3 del art. 72, determina que el juez podra tener la conformacion
del activo y pasivo concursal. La informacién brindada por el deudor debe ser !o suficientemente
adecuada para no sustentar su pedido en posibles falsedades que ronden el fraude. Por ello, para
Marri, la lista de acreedores debe asimilarse al informe individual del art. 35, LCQ, aunque reco-
noce que es mucho mas de lo que exige la norma. No existiendo etapa verificatoria, y ademas de
que no se prevé legalmente, es innecesario que se acompanien legajos por cada acreedor.
ERREIUS 309
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Solo seria coherente suspender las ejecuciones 0 cuanto menos los actos de ejecucién for-
zada, salvo los juicios donde se reclamen créditos privilegiados que no se encuentren compren-
didos en el contrato a homologarse, procesos que seguiran su curso. Concretamente, la norma
solamente se referira a juicios que no sean de conocimiento, es decir, ejecutivos, exceptuados los
basados en garantias reales y, en realidad, todos los referidos a créditos privilegiados. No hay pro-
blema con la aplicacién de las excepciones de los inc. 1 y 2, art. 21, LCQ. En cuanto ala aplicacién
de la excepcién del inc. 3, art. 21, LCQ, entendiendo que solo se daria para excepcionales casos de
juicios ejecutivos, deberan igualmente suspenderse los actos de ejecucidén forzada, respecto del
deudor que se encuentra en APE, quedando sometido el acreedor al acuerdo homologado.
El problema que se daba en el régimen anterior era que los acreedores no denunciados por el
deudor no tenian un mecanismo para obtener el reconocimiento de su crédito, y el caso de aque-
llos acreedores denunciados, pero que tenian diferencias en cuanto al monto o cualidad del cré-
dito admitido por su deudor, los que no podian ni siquiera oponerse al acuerdo, y ellos no tenian
la posibilidad de deducir 0 continuar sus acciones individuales. La reforma soluciona el problema
porque, estando exceptuados en el art. 21, inc. 2, LCQ, se les permite el ejercicio de sus acciones
individuales causales para corregir judicialmente las diferencias que tengan con la acreencia re-
conociday denunciada por el deudor. Obtenida la sentencia del juicio de conocimiento o laboral,
en caso de tratarse de créditos incluidos en el APE (quirografarios), quedaran sometidos a él, si ha
obtenido la homologacién.
Ante la inexistencia de remisi6n al parrafo cuarto del art. 21, LCQ, las medidas cautelares se
mantienen y podran dictarse nuevas; sin embargo, en resguardo del instituto concursal, también
seria aplicable el art. 24, LCQ, que permite la suspensién temporanea de medidas cautelares y
remates judiciales. Respecto de los actos de ejecucién forzada ellos quedan suspendidos, sin im-
portar el tipo de juicio en los que se estén ejecutando (doctr. primer parrafo, art. 21, LCQ, por
remision del art. 72, in fine, LCQ).
La inobservancia de la suspension dispuesta por el art. 72, in fine, LCQ, produce la nulidad de
lo actuado.
ERREIUS 311
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La ley no dispone qué deben contener los edictos, cuesti6n que debera también dejar esta-
blecida el juez, debiendo contener la caratula y radicacién del APE, los datos precisos del deudor
con su domicilio real y procesal, también de los socios con responsabilidad ilimitada en su caso,
y el plazo para presentar oposiciones, aunque esto tampoco pareceria un requisito indispensable,
porque el juez no fija el plazo de las oposiciones pues este corre a partir de la ultima publicacion.
No debe expresarse en los edictos el acuerdo con los acreedores, lo que debera ser compulsado en
eljuzgado por los interesados; ademas, claramente la ley dispone que se publique la presentacién
del acuerdo y no el acuerdo mismo.
Lo que si viene previsto por el art. 74, LCQ, es que los edictos se publicaran por cinco dias en el
Boletin Oficial de la jurisdicci6n del tribunal y en un diario de gran circulacion del lugar. En caso
de establecimientos en otros lugares debera repetirse la misma publicacion en cada uno de ellos.
Lo que se da a conocer en los edictos es la presentacién de la demanda de homologacién y no
la obtencién de las mayorias. Para ello el primer despacho de la presentacién del APE deberia ser
asimilado a la resolucién del art. 49, LCQ, para el concurso preventivo. La ley no exige un examen
previo del juez respecto de las conformidades de los acreedores y de las mayorias alcanzadas, lo
que recién se hara al momento de la homologacion, aunque seria saludable que se hiciera para
poder rechazar in limine aquella demanda que no alcanza las mayorias legales, para impedir el
efecto del art. 72, in fine, LCQ, hasta que ello sea resuelto en la resolucion sobre la homologacion.
También, la publicidad edictal tiene como finalidad dar a conocer la presentacion del acuer-
do a todos aquellos acreedores que no prestaron su conformidad a este, ya sea que hayan sido
denunciados o no por el deudor. Incluso, también, atento a que ella produce la presuncién de
conocimiento erga omnes de la demanda del APE, se da a conocer a terceros que puedan verse
afectados por el acuerdo.
2.4.1. Mayorias
Una de las reformas trascendentales de la ley 25.589 sobre el acuerdo preventivo extrajudicial
fue la modificacién respecto del computo de las mayorias.
Bajo la vigencia de la norma, segtin ley 24.522, las mayorias se formaban computando tanto el
capital quirografario como el privilegiado, una incongruencia que se acrecentaba cuando luego
se prescribia que los efectos de la homologaci6n recaian sobre los firmantes. Ello fue el quid de la
inaplicabilidad del instituto, en su segunda etapa —léase ley 24.522 (1995/2002)-. Si bien desde la
ley 24.522 se requieren mayorias para la homologacioén del APE, a partir de 2002 adquiere sentido
dicha exigencia, atento al hecho de producir efecto respecto de todos los acreedores.
La ley 25.589 mejor6 el sistema reformando el art. 73, LCQ, tomando para el c6mputo de las
mayorias solo el capital y pasivo quirografario. Igual que la f6rmula del art. 45, LCQ, se requiere el
sistema de doble mayoria, mayoria absoluta de personas, es decir, mas de la mitad de los acree-
dores quirografarios, y dos tercios del capital computable, es decir, el quirografario, descontadas
las exclusiones.
La ley no prevé la posibilidad de presentar un acuerdo para acreedores privilegiados, ya sean
especiales o generales, pero pareceria propio de la naturaleza del APE que, si bien no hay obice
para que se celebren acuerdos con dicho tipo de acreedores, la presentaci6n a homologacion solo
se haga respecto de los quirografarios. No hay remision alguna a las normas del concurso preven-
tivo referidas a los acreedores privilegiados.
Son necesarias las mismas mayorias que para el concurso preventivo. La diferencia radica en
que en el concurso preventivo estas se computaran en cada una de las categorias y en el acuer-
do preventivo extrajudicial se hard en forma conjunta, aun cuando se haya categorizado. Dichas
Una cuestién importante que ha ocupado a la doctrina y la jurisprudencia (C. Nac. Com., sala
A, JA del 16/2/2005) es la de las conformidades que deberan presentar los acreedores por titulos
emitidos en serie y la aplicacidn del art. 45 bis, LCQ, en el APE. A simple vista no pareciera haber
ningtin inconveniente en aplicar la norma.
Concordando el sistema con el dispuesto para el concurso preventivo, las conformidades po-
dran darse individualmente o a través del fiduciario, pero su cémputo sera realizado acorde con el
art. 45 bis, inc. 3, LCQ, es decir, conforme a la representacion de capital, y en cuanto a la mayoria
de personas, se suscitara el problema ya explicado oportunamente, computdandose una por las
conformidades y otra por las disidencias.
Tratandose de un APE, donde la gestacion del contrato y la obtencidén de las mayorias es rea-
lizada extrajudicialmente, se entiende, en principio, que no existe posibilidad de que en la de-
manda de homologacion se solicite la convocatoria a la asamblea para reunir las conformidades
de este tipo de acreedores; en todo caso, podria instrumentarse como una diligencia preliminar
ante el juez competente para el APE, pero previo a la demanda (Dasso). En caso de que dicha
diligencia preliminar se efecttie junto con la demanda de homologaci6n, esta no producira la sus-
pensién de acciones, pues se necesita cumplir con aquella diligencia para que la demanda quede
habilitada para la homologacion del acuerdo.
2.4.1.2. MOMENTO EN QUE DEBEN REUNIRSE LAS MAYORIAS
Un tema importante es determinar en qué momento deben ser alcanzadas las mayorias. La
cuestion no es baladi, pues de la posicién que se adopte surgira la posibilidad de acompanar 0 no
conformidades luego de la presentacion de la demanda de homologacion.
Para la mayor parte de la doctrina, atento a que el art. 72, LCQ, no requiere que las mayorias
estén reunidas al momento de demandar, no se excluye que se agreguen nuevas conformidades
mas tarde, para mejorar la posibilidad de homologacion, por lo que podrian completarse las ma-
yorias hasta el momento de dictarse la sentencia homologatoria (CNCom., sala D LL, 2008-B-
694).
Sin embargo, en una interpretacion finalista, es imperioso que las mayorias necesarias para la
homologacién estén reunidas al momento de su demanda (C. Nac. Com., sala D, LL, Suplemento
APE, noviembre de 2004, pag. 139) pues, en caso contrario, la presentacién de mayorias luego de
la demanda dificultaria el control no solo judicial, sino también el multidireccional acotado que
hardn los acreedores en la etapa de oposicion.
ERREIUS 313
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
2.4.2, Oposicion
Lamentablemente, y ante la inexistencia de proceso verificatorio y de sindico, el sistema de
oposicion resulta escueto e insuficiente como atisbo de contradictorio en el acuerdo preventivo
extrajudicial. Se afirma ello, atento alo reducido de los legitimados, las causales extremadamente
limitadas y el procedimiento insuficiente. La regulacién la contiene el primer parrafo del art. 75,
LCQ.
La oposicién no tiene por objeto obtener el reconocimiento del crédito sobre su existencia y
legitimidad, segtin invoque el acreedor, sino la funcion del incidente de oposicidn es determinar
si el acuerdo es homologable o no.
2.4.2.1. LEGITIMACION
La legitimacion activa es reducida por la ley a dos supuestos: los acreedores denunciados 0 in-
cluidos en el listado del deudor, por un lado, y por otro, aquellos no denunciados que demuestren
sumariamente haber sido omitidos en el listado incluido en la demanda.
Pareciera que solamente los acreedores omitidos en el listado de la demanda son los que de-
ben acreditar sumariamente ser acreedores del deudor o, como dice la ley, “haber sido omitidos”
Ello no es tan asi; todos los acreedores que pretendan oponerse al acuerdo deberian acreditar la
calidad de tales, pues la denuncia realizada por el deudor en la demanda al respecto no es vincu-
lante en el Ambito concursal (Marria).
En cuanto a los acreedores denunciados, aquellos que conformaron el acuerdo y dieron su
conformidad a este igualmente tendran interés en oponerse, por las causales establecidas por
ley, no existe ébice legal ni de hecho que impida que los acreedores que prestaron conformidad
al acuerdo se opongan a su homologacion. Puede darse que, tratandose de un proceso extrajudi-
cial ab initio, sin la publicidad judicial, el acreedor que ha dado conformidad al acuerdo no haya
tenido el suficiente conocimiento sobre el activo y pasivo de su deudor, en cuyo caso no hubiese
dado la conformidad extrajudicialmente si hubiese tenido conocimiento de lo denunciado por el
deudor al momento de demandar.
La legitimacion de los restantes acreedores, los omitidos, surge del simple hecho de que se ve-
ran afectados ante la homologacidén del acuerdo. Ellos deben acreditar sumariamente ser acree-
dores y su omisién -la cual es patente al no estar en la lista presentada por el deudor-, lo que se
hara al presentar la oposicién con la prueba instrumental de la que pueda valerse el opositor, con
una valoracién prima facie por parte del juez.
También estan aquellos acreedores omitidos en el listado que pretenden ser incorporados,
pero sin que ello implique necesariamente oponerse al acuerdo; ellos deberan iniciar o conti-
nuar sus acciones individuales -causales-, para que su crédito no reconocido por el deudor sea
admitido judicialmente y queden encuadrados en el Aambito del APE, en el caso de que resulte
homologado,
Los acreedores privilegiados, ajenos al APE, no pueden oponerse a este, ni siquiera acreditan-
do la insuficiencia del asiento del privilegio, pues ellos continian con sus acciones individuales y
en todo caso se encuentran habilitados para solicitar la quiebra del deudor.
El gran problema se suscita con aquellos acreedores cuya condicién no se conocia 0 no se
encontraba resuelta al momento de celebrarse el acuerdo, circunstancia que impidio al deudor
incluirlos u omitirlos en la demanda. No existe para ellos un sistema de incorporacion al pasivo.
2.4.2.3. TRAMITE
El tramite de oposicién transitara por un incidente aut6nomo, que podra interponerse hasta
diez dias luego de la ultima publicacién de edictos, con un pobre periodo probatorio de tan solo
diez dias.
La oposicién, 0, mejor dicho, el incidente de oposici6n, se inicia con un escrito de promocion
-rectius: demanda incidental- que debera llevar patrocinio letrado, acompafandose la documen-
tal y ofreciéndose la restante prueba.
Si bien la ley no lo dice, de la oposicié6n debera darse traslado al deudory en el caso de exage-
racién del pasivo también al acreedor afectado (art. 18, CN).
En cuanto a la prueba, mas alla de lo exiguo del plazo -el que debio ser de veinte dias-, existe
libertad de medios probatorios, debiendo el juez concentrarlos a fin de que sean producidos en el
término fijado por la ley.
Supletoriamente, no se aplican las normas de los arts. 280 y ss., LCQ, pero si las reglas proce-
sales concursales del art. 273, LCQ.
La oposicion sera resuelta a través de una interlocutoria, la cual en caso de ser admitida o
rechazada podra ser apelable. En el primer caso, al obstarse la homologacién, la cuesti6n queda
en el Ambito judicial extraconcursal, por lo que la apelacién se impone por el art. 242, CPCCN; en
cambio, al ser rechazada la oposicion, los autos quedan en estado de decidirse -en la misma sen-
ERREIUS 315
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
tos respecto de aquellos acreedores participes y el contrato era oponible a todos. En la segunda
edicién del instituto, versién ley 24.522, el art. 76, LCQ, disponia que el acuerdo preventivo ex-
trajudicial homologado fuera oponible a los acreedores que no participaron en él, pero no se les
imponian a ellos sus efectos.
El art. 76, LCQ, remite expresamente a los efectos del art. 56 y a las secciones III, IV y V del
capitulo V, del titulo II de la ley en las que se incluyen los arts. 55 a 64, LCQ.
2.4.4.1. OPONIBILIDAD E IMPONIBILIDAD
La reforma realizada por la ley 25.589 al art. 76, LCQ, dio un giro fundamental en la cuesti6n
yno se contento con que el APE homologado fuese oponible a los acreedores que no lo firmaron,
sino que también se dispuso que sus efectos fueran imponibles a todos los acreedores. Es decir
que no solo debe respetarse el acuerdo homologado en caso de quiebra ulterior (oponibilidad),
sino que los efectos se extienden a todos los acreedores aun cuando no hayan participado de é1
(imponibilidad).
La oponibilidad viene relacionada con el principio de relatividad de los efectos de los contra-
tos por el cual no puede perjudicar derechos de terceros (arts, 1021, 1022 y ce., CCCN), es decir
que, aunque no pueda perjudicarlos si les es oponible, porque los contratos se oponen erga om-
nes, de la misma manera que ocurre con el convenio firmado por el deudor y su deudor o con el
acuerdo preventivo extrajudicial homologado.
La imponibilidad, el principal efecto del APE, ha sido atacado en su constitucionalidad, di-
ciéndose que dicha imposicidn del acuerdo a los acreedores no participes resulta potencialmente
frustratoria de principios constitucionales (arts. 17, 18 y 19, CN) (Fargosi). No existe compatibili-
zacion entre el sistema de oposicién y la imposicion a todos los quirografarios. También se sostuvo
que la libertad de contenido y la no aplicaci6n del principio de la par condicio creditorum frente
al efecto de la homologacion, y concretamente el art. 76, LCQ, devienen igualmente contrarios a
la Constitucién (Dictamen Fiscal de CAMaRa, in re “Romi”; la C. Nac. Com., sala B, en los mismos
autos sostuvo la constitucionalidad de la figura, RSyC 219-138). Aunque, en realidad, la modifi-
cacion del contenido y efectos de relaciones juridicas por efecto de una decisién de la mayoria de
una colectividad de acreedores de un deudor comun, es generalmente admitido como una limi-
tacidn razonable al derecho de propiedad. Ademas, la libertad de contenido, queda cubierta y li-
mitada con el control de legalidad sustancial que hace el juez al tiempo de homologar el acuerdo.
Se trata de una de las principales modificaciones respecto del APE, con la que se lo intenta
igualar en cuanto a sus efectos al concurso preventivo, concatenandose el sistema de mayorias
con los efectos de la homologaci6n.
2.4.4.2. OTROS EFECTOS DEL ART. 56, LCQ
Claramente el art. 76, LCQ, remite a los efectos del art. 56 del mismo cuerpo legal, pero no
todo de los ocho parrafos que lo componen son aplicables al instituto del APE. En principio, no
caben dudas de que uno de los efectos del APE homologado es que estos se extienden a todos los
acreedores quirografarios -incluidos los privilegiados que hayan renunciado a su privilegio- con
créditos de causa 0 titulo anterior al instrumento, aunque no hayan participado en él. Esta es la
regla de imponibilidad del acuerdo a todos los acreedores quirografarios (primer y segundo pa-
rrafos del art. 56, LCQ).
Se consagra el principio de la paridad entre los acreedores, determinandose (parrafo tercero
del art. 56, LCQ) que resultan nulos los beneficios otorgados a los acreedores que excedan lo es-
tablecido en el acuerdo para cada categoria. Los efectos del acuerdo homologado se extienden a
los socios con responsabilidad ilimitada (cuarto parrafo del art. 56, LCQ). Lo prescripto respecto
de los verificantes tardios en principio puede aplicarse para aquellos acreedores no incluidos por
ser litigiosos. Asi, a aquellos acreedores que concluyan sus acciones individuales y tengan recono-
cidos sus créditos, en cuanto a su causa y monto, se les aplicaran los efectos del acuerdo homolo-
gado (quinto parrafo, art. 56, LCQ). Asimismo, aquellos no podran reclamar de sus coacreedores
lo que hubieren percibido con arreglo al acuerdo, debiendo el juez determinar la forma en que se
les aplicaran los efectos ya ocurridos conforme a la naturaleza de las prestaciones (décimo parra-
fo, art. 56, LCQ). No existiendo verificacién de créditos ni sistema aut6nomo de incorporacién al
ERREIUS 37
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
pasivo concursal, no resultan aplicables al APE las normas referidas al incidente de verificacion
tardia y a la prescripcién concursal (art. 56, sexto y séptimo a noveno parrafos, LCQ).
Entonces el acuerdo preventivo extrajudicial conforme el art. 56, LCQ, resulta oponible e im-
ponible a todos los acreedores de causa o titulo anterior a la fecha del instrumento (primer parra-
fo), incluyéndose los privilegiados que renunciaron al privilegio (segundo parrafo) respectandose
la par condicio creditorum (tercer parrafo), con extensidn a los socios con responsabilidad ilimi-
tada (cuarto parrafo). Si bien la segunda parte del art. 56, LCQ referida a la verificacion tardia de
crédito no resulta aplicable por no haber procedimiento incorporativo al pasivo concursal, todo
acreedor que apareciese 0 reclamase algtin crédito contra el deudor, hayan sido incluidos en la
lista acompanada con la demanda o no, no podran reclamar a sus coacreedores lo que hubiesen
percibido en razén del acuerdo, debiendo el juez fijar la forma en que se le aplicaran los efectos
del acuerdo (ultimo parrafo).
No ha habido dudas en la doctrina respecto de la aplicacion del art. 56, LCQ; sin embargo, si
se ha discutido el alcance de las restantes remisiones que efecttia el art. 76, LCQ.
2.4.4.3. NOVACION
Rapidamente de sancionada
la ley 25.589 reconocimos que la ley ha igualado los efectos de los
acuerdos preventivos judiciales y extrajudiciales, haciendo aplicable la novacién concursal. No
podia negarse que la homologacion del APE tenia como efecto la novacién.
Dichas conclusiones fueron tildadas por HEREDIA de apresuradas, quien entiende que las re-
misiones del art. 76, LCQ, no son tales. Afirma que el art. 76, LCQ, solamente manda a aplicar el
art. 56, LCQ, entendiéndolo como excluyente de cualquier otro efecto que pudiere resultar de las
restantes normas de la Seccion III de la ley, de la cual forma parte el art. 56, LCQ. Alega que hubie-
ra bastado para ello que se hiciera una remisidn genérica a la secci6n y no puntual a una norma,
pues sino el legislador fue repetitivo en su instrumentacion legal. Ademas, establece la diferencia
puntual de las expresiones “produce los efectos previstos en’, y “queda sometido a las previsiones
de” La disconformidad de HEREDIA se centraba en la aplicacion concreta del art. 55, LCQ (primer
articulo de la Seccién III), y la produccidn de la novacion concursal en el APE. Contra ello sostuvo
que la intencién de novar no puede presumirse (art. 810, CC, norma no reproducida en el CCCN)
y debe interpretarse restrictivamente. Ademas, dice que el art. 55, LCQ, hace referencia al “con-
curso” y el APE no lo es. Finaliza excluyendo la novacién por la inexistencia de verificacién.
Sin embargo, contestando y rebatiendo lo expuesto por HEREDIA, los cuales de lege lata resul-
tan inadmisibles, es facil demostrar las causales del doble envio legislativo, el expreso al art. 56,
LCQ, y el referido ala Secci6n III. El primer argumento es el literal, es decir, el simple hecho de que
la ley hace una doble remisi6n, esté bien o mal hecha. Y no podrian excluirse caprichosamente
efectos que la misma ley manda a producir. Después hay que entender que el doble envid tiene
un sentido a pesar de la mala técnica legislativa, y el mismo se debio a que el régimen de mayorias
concatenado con el efecto del art. 56, LCQ, fueron las principales reformas que hizo la ley 25.589
en el instituto, y se incluyé asi el efecto diferenciador con la ley anterior, en forma expresa, aunque
sobreabundante y repetitiva (el legislador fue repetitivo). Respecto de la aplicacién concreta de la
novacion concursal legal al APE no hay ninguna imposibilidad en su aplicacion, primero porque
la ley manda aplicar toda la Seccién II, incluido el art. 55, LCQ; segundo porque se esta ante una
novacién legal y resultan inaplicables las previsiones del CCCN sobre la novacién convencional
con animus novandi. Y respecto de la expresion “concurso” contenida en el art. 55, LCQ, mas alla
de que el APE es un concurso, si se sostuviese lo contrario, dicha menci6n en el articulo carece-
ria de importancia porque al estar ante una remisi6n, a lo que la ley le da virtualidad es al efecto
contenido en la norma y no a las otras expresiones en ella contenidas. Tampoco el hecho de la
inexistencia de verificacién es ébice para la aplicacién de la novacién porque ella, en el APE, es
superada por la certificacién contable que cristaliza el pasivo al momento de la celebracion del
contrato. Entonces, la verdadera intencién del legislador fue igualar los efectos del acuerdo pre-
ventivo extrajudicial a los del concurso preventivo.
La doctrina mayoritaria hace aplicable la novacién concursal al APE, pero existe una minoria
que excluye tal posibilidad.
La remision del art. 76, LCQ, ademas del art. 56, LCQ, por remisi6n expresa, y los arts. 55 y 56,
LCQ, incluye los restantes efectos del concurso preventivo de la seccion III, arts. 60 a 62, LCQ, y lo
relativo ala nulidad del acuerdo, y los arts. 63 y 64, LCQ, referidos alos efectos del incumplimiento
(la quiebra). Normas que devienen aplicables, segun su pertinencia con el APE.
El art. 57, LCQ, no resulta aplicable porque el APE queda limitado a los acreedores quirogra-
farios y no abarca a los privilegiados. No existiendo método incorporativo al pasivo concursal, no
resulta aplicable el art. 58, LCQ, referido a la reclamacion revisionante contra créditos admitidos.
No existen razones que no hagan aplicables las normas contenidas en el art. 59, LCQ, en cuan-
to fuese compatible con el APE. Por ello, se tomaran las medidas tendientes al cumplimiento del
acuerdo, constituyéndose las garantias pertinentes. Se decretara la inhibicién general de bienes
del deudor pudiendo pactarse que ella no sea trabada y en todo caso el juez podra autorizar, si co-
rrespondiese, la realizacién de actos que alteren dicha inhibicién. No seran aplicables las normas
sobre conclusién de concurso (art. 59, primer, cuarto y quinto parrafos, LCQ) porque en realidad
no existiéd proceso concursal que deba extinguirse, sino que a partir de la homologacién nace el
concurso como instituto.
Finalmente, en caso de cumplimiento del acuerdo (art. 59, sexto y séptimo parrafos, LCQ), el
juez lo declarara a través de una resoluci6n, haciéndose aplicable la inhibicién para presentarse
nuevamente en concurso preventivo judicial o extrajudicial hasta después de transcurrido un ano
desde dicha resolucion. Tampoco podra convertir la quiebra en los términos del art. 90 yss., LCQ.
No existen dudas de que la ley hace aplicable al APE la Seccién IV y las consecuencias de la
nulidad del acuerdo con su consiguiente declaracién de quiebra, en su caso y las normas conte-
nidas en la SeccionV respecto de la declaracién de quiebra por incumplimiento del acuerdo. En
todos los casos en que se declare la quiebra, ya sea estando pendiente el cumplimiento del APE o
cuando se haya decretado por incumplimiento de este, atento a la inexistencia de medio incorpo-
rativo al pasivo concursal (rectius: verificacién), es indispensable que los acreedores se presenten
a verificar sus créditos en dicha etapa falencial.
En resumen, la remision genérica no ha sido de ninguna manera feliz y el juzgador debera
actuar teniendo en cuenta el plexo normativo total y la compatibilidad del instituto del acuerdo
preventivo extrajudicial con la normativa a la que se ha remitido. Pero no puede dudarse que,
en definitiva, produce los mismos efectos que el acuerdo judicial porque el APE es un verdadero
concurso conservatorio reducido.
3. Criticas
Una primordial desventaja del instituto, es que el deudor podria utilizar el régimen ocultando
situaciones mas graves que las que expone, por la falta de control de un funcionario como lo es el
sindico en el concurso preventivo y la quiebra. Lamentablemente, no puede mas que mirarse con
disfavor al acuerdo preventivo extrajudicial, atento a la libertad para su celebracion, desarrollo y
concrecién, la magnitud de sus efectos y la falta de contro!. La Fiscal General GILs CARBO, sostuvo
que “el acuerdo preventivo extrajudicial opera en la practica al servicio del fraude”
RIVERA defiende el instituto, sosteniendo que la mayor parte de estos cuestionamientos care-
ce de entidad y responde a la vision extremadamente procesalista de los temas concursales, esto
es, una visién en la que predomina una exaltaci6n de las formas por encima de la finalidad obvia
de los mecanismos concursales que no son otra cosa que instrumentos creados para solucionar
problemas de contenido econdémico; hay temor ante la ausencia de control acerca de quiénes son
los acreedores 0 como se obtienen las conformidades o porque el procedimiento se privatiza,
pero esta es la via que sigue el mundo entero. Sin embargo, todas esas cuestiones terminan sien-
do dogmaticas, ya que no puede deslindarse el concurso instituto del concurso como proceso, y
ademas el hecho de que se aplique en el derecho extranjero, no justifica adaptar los institutos a
nuestro derecho sine die porque nuestra idiosincrasia hace que deban regularse de una determi-
nada manera para proteger todos los intereses involucrados.
ERREIUS 319
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Igualmente, ello no permite desconocer que a pesar de las criticas el acuerdo preventivo ex-
trajudicial se manifiesta como una institucién eficaz y lo cierto es que ha sido usada por muchas
empresas de envergadura para reestructurar sus obligaciones después de la crisis. Como con-
trapunto, es real que luego del primer auge que tuvo el acuerdo preventivo extrajudicial luego
de la entrada en vigencia de la ley 25.589, a esta altura ello se ha apaciguado y ya no tiene tanta
utilizaci6n como en aquellos momentos, seguramente por las objeciones que se le ha hecho ala
regulacién y porque en el fondo, jurisprudencialmente, en forma general, se han impedido las
maniobras espurias que se intentaban hacer con la aplicacion del instituto. A pesar de ello, no
debe ser descartado y debe atin mejorarse su regulacién para que sea convierta en una buena y
real alternativa de restructuracién de deudas para aquellos que pretendan evitar el total pasaje
judicial que impone el concurso preventivo.
De lograrse legislativamente convertir al acuerdo preventivo extrajudicial en una herramienta
util y que a la vez confiera seguridades a los acreedores.
CONCURSO LIQUIDATIVO
CAPITULO XXII
DECLARACION DE QUIEBRA
I, INTRODUCCION
La quiebra se desarrolla a través de un proceso de ejecucidén colectiva, con el fin de liquidar los
bienes del deudor en default, y distribuir el producido entre sus acreedores, conforme al orden de
las preferencias legales y a prorrata entre aquellos de equivalente rango.
La quiebra como instituto nace como el primero histéricamente existente para resolver la in-
solvencia patrimonial, aunque en la actualidad sus resultados positivos se han visto altamente
mermados y se ha recurrido a soluciones alternativas y distintas al remedio falencial liquidativo.
Alrededor de la década del 30 ya se hablaba de la bancarrotta de la bancarrotta o la quiebra de la
quiebra.
Existe una relaci6n directa entre el principio de garantia patrimonial, es decir que el patri-
monio es prenda comtn de los acreedores (arts. 242, 743 y cc., CCCN), y la responsabilidad y la
jurisdiccion coactiva.
La quiebra como proceso es una ejecucién coactiva patrimonial por insolvencia que tiende
principalmente a la liquidacién de los bienes del deudor in mais. Y la quiebra es ejecucidn colec-
tiva porque involucra a todos los acreedores; esto no significa que deben actuar todos sino solo
aquellos que se presenten en el proceso concursal, sin importar que no exista pluralidad de ellos,
pues es suficiente exista de manera potencial la existencia de colectividad.
No debe confundirse el problema patrimonial de insolvencia, y el estado de cesacién de pa-
gos, como situacion falencial, de la quiebra como proceso e instrumento juridico para encarar
aquel diagnéstico patrimonial, y de la quiebra como instituto sustancial concursal, que afecta
el cessaius como persona, sometiéndolo al siatus de fallido y determina sus consecuencias. Esta
concatenacién de quiebra instituto y quiebra proceso deja entrever que, juridicamente, estas exis-
ten conjuntamente sin posibilidad de que adquiera virtualidad una sin la otra. El estado econd-
mico-patrimonial de la insolvencia, como situacién de facto, es presupuesto de la quiebra, pero
no puede constituirla aisladamente, sino que para trasladarlo al plano juridico es necesario com-
ponerla procesalmente a través de la sentencia de quiebra que la declara. Debe diferenciarse la
quiebra de la quiebra virtual o de hecho, la cual resulta inadmisible en nuestro derecho. Sin la
actuacion jurisdiccional aquella insolvencia no produce efectos sobre el deudor in malis. La sen-
tencia de quiebra abre el proceso falencial y constituye al deudor en fallido, No existe estado de
quiebra sin que el juez lo declare. La teoria de la quiebra virtual sostiene que los efectos de la in-
solvencia patrimonial se producen desde el nacimiento de esta aun sin declaracién judicial. Para
que el estado patrimonial de cesacién de pagos produzca los efectos juridico-legales, es necesaria
su declaracién judicial, que transforma la quiebra econdmica de hecho en quiebra de derecho.
No existe la posibilidad de que la quiebra sea declarada de oficio, la misma puede devenir a
través de diferentes hipdtesis, pero siempre como resultado de la instancia de parte. El hecho de
que la quiebra no pueda ser declarada de oficio implica que, reunidos los recaudos legales, el juez
no puede declararla sin que exista demanda de parte interesada, ni siquiera puede ser instada por
el Ministerio Publico.
ERREIUS 323
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Es necesario que para la declaracidn de quiebra el deudor sea sujeto concursable y se encuen-
tre en estado de cesacién de pagos o se den los otros presupuestos concursales exigidos por la ley,
cuando no hace necesaria la insolvencia (vgr., extensidn de quiebra).
Puede ser declarada la quiebra en caso de frustraci6on del concurso preventivo, lo que se llama
quiebra indirecta por peticion de acreedor, lo que abriria la quiebra directa forzosa y necesaria, 0
incoada directamente por el deudor, produciendo la quiebra directa voluntaria y la quiebra refle-
ja, dependiente o por extensién, respecto de aquellos que no son deudores, pero les cabe alguna
responsabilidad en la quiebra del fallido. En la primera hipotesis, el estado de cesacién de pagos
ya viene contenido en el concurso preventivo; en la segunda debera ser probado por el acreedor
a traves de los hechos reveladores, y en el tercero viene confesado por el mismo deudor, en simi-
litud al caso de la demanda de concurso preventivo.
El art. 77, LCQ, determina los casos en que debe ser declarada la quiebra, a los cuales deben
incorporarsele aquellos de quiebra indirecta no incluidos en su inc. 1 que surgen de otras dispo-
siciones legales y los supuestos de extension de quiebra.
1. Distintos casos
El inc. 1 del art. 77, LCQ, prevé algunos de los supuestos de quiebra indirecta, aunque no
todos.
La norma indica que la quiebra sera declarada cuando no se logren las mayorfas para el acuer-
do dentro del periodo de exclusividad (art. 46, LCQ), cuando no se acompaiien la conformidades
de los privilegiados cuyo acuerdo condiciona el de los quirografarios (art. 47, LCQ), cuando no
existan inscriptos o no se logren las conformidades en el caso del cramdown (art. 48, inc. 2 y 8,
LCQ), cuando se haga lugar a una impugnacién contra el acuerdo (art. 51, LCQ), cuando no se
abonen los honorarios regulados en el concurso preventivo (art. 54, LCQ), cuando se decrete la
nulidad del acuerdo (art. 61, LCQ) y cuando exista incumplimiento del acuerdo (art. 63, LCQ).
Se podria afirmar que, de los casos de quiebra indirecta prescriptos por la norma, faltan al-
gunos; en realidad, faltan tres (arts. 43, pentiltimo parrafo, 53, ultimo parrafo, y 52, inc. 4, LCQ),
aunque en uno de ellos no se lo prescriba expresamente (art. 52, inc. 4, LCQ). El numero podria
alcanzar a cuatro si se incorpora como situacién independiente al art. 67, parr. 7, LCQ, aunque es
asimilable a la del art. 46, LCQ, y la falta de conformidades para el acuerdo.
Entonces, las situaciones previstas por el art. 77, inc. 1, LCQ, en principio, no son taxativas
para la declaracion de la quiebra indirecta.
La primera oportunidad en que puede decretarse la quiebra indirecta por fracaso del concur-
so preventivo, es el supuesto del art. 43, penultimo parrafo, LCQ, omitido por el art. 77, LCQ, que
prevé la declaracion de quiebra cuando no se exteriorice en el expediente concursal oportuna-
mente la propuesta y se convertiria en la primera oportunidad dentro del concurso preventivo en
que pueda declararse la quiebra indirecta.
Luego esta el caso del art. 46, LCQ, y la quiebra indirecta por no acompanar las conformidades
al acuerdo dentro del periodo de exclusividad, el que se constituye en un caso concreto de frustra-
cién del concurso preventivo que no logr6 su finalidad. Esta declaracion de quiebra solo procede
cuando no se habilite el salvataje del art. 48, LCQ.
También, por falta de conformidades, es el caso del art. 47, LCQ cuando el deudor condiciona
el acuerdo con los acreedores quirografarios a lograr otro con los acreedores privilegiados, sin que
pueda conformar este y acompaiiar las conformidades al expediente. Es otra situacidn de frustra-
cién del concurso preventivo cuya declaraci6n de quiebra procede salvo los casos del art. 48, LCQ.
En cuanto a la declaracién de quiebra en caso de cramdown, no existen dudas respecto del
inc. 2 del art. 48, LCQ, y cuando no se inscribiesen interesados en el registro abierto a tales efec-
tos, se declarard la quiebra. Sin embargo, la remisién hecha por el art. 77, LCQ, al inc. 5 del art. 48,
LCQ, es errénea, pues luego de la reforma de la ley 25.589, la declaracion de quiebra por inexisten-
cia de acuerdo en el cramdown pas6 del inc. 5 al 8 del mismo articulo. Si ninguno de los terceros
inscriptos o el concursado logran las conformidades correspondientes sera decretada la quiebra.
También el art. 77, LCQ, se olvida del art. 53, ultimo parrafo, LCQ, por el cual, sino se deposita el
precio de la adquisicién de las partes sociales en el término previsto, se declarard la quiebra por
verse frustrada la transferencia de aquellas y, por ende, la homologacién del acuerdo.
De la misma manera la quiebra sera declarada cuando se haga lugar a una impugnaci6n al
acuerdo por alguna de las causales dispuestas en el art. 50, LCQ como lo dispone el art. 51, LCQ
(art. 77, ine. 1, LCQ).
Asimismo, debe agregarse, entre los omitidos por el art. 77, LCQ, el caso en que el juez no ho-
mologue el acuerdo por considerar la propuesta abusiva o en fraude a la ley (art. 52, inc. 4, LCQ),
que, aunque la ley no lo exprese, la declaracién de quiebra es la consecuencia natural del rechazo
de la homologacion del acuerdo.
Ademias de aquellas hipotesis, también cuando se resuelva la nulidad del acuerdo debe decre-
tarse la quiebra indirecta del concursado (arts. 61 y 77, ine. 1, LCQ).
Y si bien se entendio que el caso del art. 54, LCQ, no seria una situacion de quiebra indirecta
porque no se estaria ante un incumplimiento del acuerdo que comprende acreedores concur-
sales que habiliten la quiebra indirecta (MAFFfA) sino una de quiebra directa a pedido de acree-
dor, estando el supuesto en la previsién del art. 77, inc. 1, LCQ, es valido entender que se trata
ERREIUS 325
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
de un supuesto de quiebra indirecta por incumplimiento de una obligacion nacida del concurso
preventivo, el cual lo hace fracasar, se esta ante una carga procesal, estrechamente ligada con el
acuerdo homologado (QUINTANA FERREYRA). La falta de pago de los honorarios de los funciona-
rios concursales equivale al incumplimiento del acuerdo.
Finalmente, cuando se esta ante el incumplimiento del acuerdo, aquellos deudores compren-
didos en él, deberan denunciarlo ante el juez para que decrete la quiebra (art. 63, LCQ).
El hecho de que previo a la quiebra se haya desarrollado un concurso preventivo hace que
ciertos efectos propios de los concursos producidos durante la tramitacién del proceso conser-
vatorio tengan validez o se trasladen a la quiebra ulterior. Es una consecuencia propia del princi-
pio de unidad del proceso concursal, que hace respetar lo acontecido en el concurso preventivo,
como proceso antecedente, previo a su sucesién por la quiebra.
La sentencia de quiebra indirecta no fijara la audiencia para sorteo del contador que actuara
como sindico, pues seguird actuando el sindico designado en el concurso preventivo fracasado,
ello incluso en los supuestos de incumplimiento del acuerdo, donde el art. 253, inc. 7, LCQ, de-
termina que debe designarse nuevo funcionario, porque prima la especialidad del art. 64, LCQ,
que dispone lo contrario. Solamente se podra designar nuevo sindico cuando se haya producido
la excepcionalisima situacién de que el sindico del concurso preventivo haya cesado en sus fun-
ciones (art. 59, LCQ).
En cuanto a la verificacién de créditos, deben respetarse los efectos producidos en esta etapa,
atento la autoridad de cosa juzgada material alcanzado por la sentencia recaida en tal sentido
(doct. arts. 37 y 202, parr. 2, LCQ). La ley 19.551 prevefa que los acreedores posteriores pudieran
impugnar los créditos verificados en el concurso preventivo, norma no reproducida en la ley ac-
tual, por lo que los acreedores posteriores al concurso preventivo deberan respetar la cosa juz-
gada del concurso preventivo, salvo el supuesto de inoponibilidad, es decir, cuando el crédito
verificado se haya originado a través de un acto inoponible a los acreedores. Para RIVERA puede
impugnarse la sentencia verificatoria del concurso preventivo a través de la accidn de cosa juzga-
da fraudulenta.
No se ven afectados en la quiebra ulterior los actos de administracién ordinarios 0 aquellos
con autorizacion judicial, otorgados por el fallido en la etapa de tramite del concurso preventivo
(doct. arts. 15, 16, 59, parr. 3, 121, LCQ), respecto de los cuales no recae la accién de inoponibili-
dad concursal.
Losa juzgada de la fecha de iniciacidén del estado de cesaci6n de pagos solo lo sera respecto
de aquellos que pudieron participar del procedimiento de fijacién y hacer observaciones (art. 40,
LCQ), y constituira una mera presuncion inris tantum para los que no, entre los que se incluiran
los acreedores posteriores al concurso preventivo. En resguardo del principio de unidad, la fecha
de iniciacién del estado de cesacion de pagos, en el caso de quiebra indirecta, sera anterior a la
presentacién de la demanda de concurso preventivo (art. 115, LCQ) y la retroacci6n a los fines de
la inoponibilidad concursal sera de dos afios contados desde dicha presentaci6n (art. 116, LCQ).
También, expresamente el art. 239, parr. 2, LCQ, dispone que se conservan, en la quiebra, los
privilegios reconocidos en el concurso preventivo, previendo igual regla para los créditos prede-
ducibles. La subsistencia radica en que el crédito mantiene idéntica naturaleza cualitativa (privi-
legiada), pudiendo modificarse cuantitativamente (monto) quedando reducido al importe que
al acreedor restare percibir, deducido el porcentual en que hubiere quedado satisfecho por el
cumplimiento parcial del acuerdo preventivo. El parr. 3 del mismo articulo prescribe que aquellos
privilegios reconocidos solo por un periodo anterior a la presentacién del concurso preventivo
acumulan dicha preferencia por el periodo correspondiente al concurso preventivo y ala quiebra.
La unidad procesal concursal también hace respetar en la quiebra posterior los efectos pro-
ducidos por la homologacioén y el cumplimiento parcial del acuerdo preventivo, salvo que la quie-
bra haya recaido por nulidad del acuerdo. Luego de la homologacién, las acreencias concurren a
la quiebra, novadas, y los garantes o codeudores responden por la obligacién originaria (art. 55,
LCOQ).
ERREIUS 327
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La incoacion de la quiebra directa forzosa importa el ejercicio de una verdadera accion cuyo
inicio se produce a través de una demanda, la cual insta la jurisdiccion y abre un proceso judicial
-llamado instrucci6én prefalencial, anteconcurso o antequiebra-, el cual a través de la sentencia
de quiebra se convertird en concursal. Como toda demanda la peticion de quiebra interrumpe la
prescripcion del crédito que tenga el acreedor peticionante contra el deudor.
1. Legitimacién
Los arts. 80 y 81, LCQ, determinan la legitimaci6n y las exclusiones para pedir la quiebra de
un deudor insolvente.
Se ha discutido si se trata de /egitimatio ad causam o legitimatio ad processum. HEREDIA en-
tiende que es una legitimacidn en la causa porque se trata de la titularidad del interés materia de
conflicto consistente en la pretensién o afirmacion de ser titular del derecho o relacion juridica
material objeto de la demanda, su tinica actuaci6n es demandar la apertura del concurso; para
Marrf{a, en cambio, es solo una cuestion de legitimacién procesal, pues se trata del demandante o
peticionante de la quiebra, cuya calidad de acreedor lo legitima a eso, sin que dicha circunstancia
quede incorporada al proceso, lo que se hard a través de la verificaciOn; se trata de un acreedor
procesal y no sustancial, ni de un juicio entre acreedor demandante y su deudor. En realidad, se
esta ante una situacion de legitimacién sustancial, pues es una verdadera legitimacion para obrar,
ya que el acreedor es habil para provocar el dictado de la sentencia de quiebra contra su deudor,
mas alla de que luego, en la etapa verificatoria, se resuelva sobre lo sustancial de su crédito y de
su posicion frente al deudor fallido. Es el ejercicio de la accién ejecutiva colectiva y el caracter
de acreedor es condicién de la accién y no simple presupuesto procesal (MORELLO). El acreedor
acttia en proteccidn del propio interés, aun cuando como resultado de hecho realice la proteccién
de los intereses de todos los acreedores (PaJARDI).
1.1. Acreedores
Para poder solicitar la quiebra debe tratarse de un acreedor sin importar la naturalezay prefe-
rencia del crédito, siendo relevante, solamente que sea titular de un crédito exigible.
La obligacién puede ser de dar o de hacer, siendo admisible la peticién de quiebra por el in-
cumplimiento de una obligacidn de escriturar (ROUILLON). Tampoco interesa la causa de la obli-
gacion, la cual ni siquiera debe quedar acreditada cuando la demanda de quiebra se base en al-
gun documento incausado. En la actualidad no existe distinci6n entre la naturaleza comercial
o civil de la obligaci6n. Anteriormente, los codigos de comercio requerian que la obligacién en
virtud de la cual se pedia la quiebra sea comercial, sin perjuicio de que luego se vean involucradas
también obligaciones civiles.
La ley 11.719 requeria que el acreedor peticionante de la quiebra sea “legitimo” lo que habia
dado a entender que necesitaba titulo ejecutivo o ejecutorio, es decir que el acreedor tenia que
tener un crédito exigible y con derecho a ejercer la accion ejecutiva. Recaudo que adecuadamente
fue excluido por la ley 19.551.
Se ha dado el cuestionamiento de la viabilidad de la solicitud de quiebra estando pendiente
un proceso de ejecucién individual, imponiéndose para ello, cuanto menos, el desistimiento pre-
vio de la ejecucién, sin embargo, la ley nada dice sobre la coexistencia de la ejecucién individual y
la colectiva, lo que en principio no impediria la peticién de quiebra. Lo cierto es que efectivizado
el pedido de quiebra no podra continuarse con la accion individual. No se exige el fracaso previo
de la via individual, sino que nada impide que ambas coexistan si se advierte que la primera ele-
gida resulta inerte.
También podra solicitar la quiebra de su deudor el acreedor cuyo crédito esta bajo condicién
resolutoria, pues es acreedor hasta tanto se cumpla tal modalidad, sin embargo, carece de legi-
timacién cuando la condicién es suspensiva ya que adquiriria el caracter de acreedor recién en
caso de que se de aque! hecho. La primera, es decir la obligaci6n sometida a condicion resolutoria
se comporta como una obligacion pura y simple, teniendo plena eficacia y exigibilidad siempre
que no se cumpla el hecho que la tendra por resuelta.
También tiene legitimacion el acreedor privilegiado. El acreedor con privilegio especial, ex-
cluido el de causa laboral, debe demostrar que el bien asiento del privilegio es insuficiente para
atender el crédito, La solucion tiene su razon de ser en el hecho de que el acreedor privilegiado
especial tiene como garantia de su acreencia un bien del patrimonio del deudor, el cual puede
ser realizado independientemente del resto. Pero cuando el producido no cubre el crédito, el sal-
do insoluto es un crédito quirografario, por lo cual debe admitirse la petici6n de quiebra -conf.
art. 57, LCQ- (Rivera). La posibilidad que se le da al acreedor laboral con privilegio especial, sin
necesidad de acreditar la insuficiencia de los bienes, se debe a que generalmente dicho acreedor
concurrira con otros de iguales caracteristicas, lo que deja inferir que eventualmente el asiento
del privilegio sera insuficiente para cubrir todos los créditos de igual rango. No hay reparos para
que un acreedor con privilegio general solicite la quiebra de su deudor para asi hacer valer su
preferencia en la liquidacion falencial.
Cuando se ha tramitado un concurso preventivo homologado, el crédito quirografario habili-
tado para solicitar la quiebra del concursado debe ser de causa 0 titulo posterior a la presentaci6n
del concurso preventivo.
Razones de orden publicoy solidaridad familiar hacen excluir de la legitimacion para solicitar
la quiebra al conyuge del deudor y a sus ascendientes y descendientes, asf como también a los ce-
sionarios de estos. El conyuge divorciado, atento la disolucion del vinculo, se encuentra habilita-
do para demandar la quiebra de su ex conyuge, no asi aquel separado personalmente o, de hecho,
pues alli no hay disolucion vincular, En cuanto a los parientes, atento que la ley no distingue, se
incluyen a los consanguineos y a los afines, incluidos los adoptivos y no a los colaterales, es decir,
hermanos, cufiados, tios y sobrinos. La solucion legal se aplica también para aquellos casos en
que la deudora sea una sociedad de personas cuya quiebra importe la de los socios, por extension.
ERREIUS 329
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
revelador -aunque mas no sea otra obligacion incumplida pero que se encuentre en mora- para
cumplir el recaudo referido al estado de cesacién de pagos. Por ello, el art. 80, LCQ, no ha limita-
do, ante la exigencia de que sea exigible el crédito, que el hecho revelador para pedir la quiebra
forzosa sea el incumplimiento
En realidad, la exigibilidad del crédito no deberia ser recaudo para peticionar la quiebra, sien-
do suficiente el hecho de ser acreedor y de la existencia del estado de cesacién de pagos. Se po-
sibilitarfa asi a todos los acreedores proteger su acreencia frente a la insolvencia de su deudor,
sin necesidad de verse postergados hasta que ocurra la exigibilidad de su crédito, con la unica
diferencia de que su obligacién lo servira como hecho revelador del estado de cesacién de pagos,
porque al no ser exigible no puede considerarse incumplida, llevando ello al acreedor a recurrir a
otros hechos reveladores 0 incluso al incumplimiento de otras obligaciones (LORENTE - IGLESIAS).
El crédito litigioso, o eventual, es decir el que se encuentra controvertido en juicio, carece de
exigibilidad, porque, al estar judicializado, no puede ser ejecutado hasta tanto la sentencia que los
resuelve adquiera autoridad de cosa juzgada. La sentencia reconocera 0 no la exigibilidad discu-
tida, ya sea en relacion al objeto o al sujeto de la obligacién, por lo que, para solicitar la quiebra,
se requieren dos elementos la exigibilidad como elemento sustancial y la ejecutabilidad como
elemento procesal.
2. Antequiebra
Para el caso de la peticion de quiebra por acreedor, la ley concursal legisla un proceso sumari-
simo de restringida cognicién, y no contradictorio, respecto de lo cual se cuida en afirmar que no
es un juicio, exactamente prescribe que no existe juicio de antequiebra.
El problema de la “antequiebra’ el “anteconcurso” o la mal llamada “instruccién prefalencial’,
siempre ha rondado rededor de dos temas importantes, el derecho de defensa del deudor a quien
se le pide la quiebra y la celeridad con que debe resolverse aquella quiebra pedida a fin de que en
caso de que la misma sea declarada no se vea burlada en sus efectos por la tardanza en la reso-
lucién. Por ello se sostuvo que, aunque no exista juicio de antequiebra, al deudor no se le puede
impedir que invoque y pruebe cuanto estime conveniente a su derecho (MORELLO) por lo que
seria prudente en ciertos casos admitir prueba informativa y pericial, encuadrando la hipotesis de
falsedad de firma, abriéndose un periodo probatorio, excepcional y limitado (RIVERA).
Sin embargo, la ley es clara y proscribe el contradictorio prefalencial (PAJARDI - Marria). No
hay instruccién prefalencial alguna, pues no se produce prueba respecto de los hechos controver-
tidos, mas alla de la instrumental.
Con la vigencia de la ley 11.719, se entendia que la sentencia de quiebra se dicta sin un previo
procedimiento contradictorio, evitando asi dilaciones; abrir el juicio se convierte en una solucion
extralegal (FERNANDEZ). Luego, el legislador de 1972 quiso evitar el efecto que producian los an-
tecedentes nacionales que propiciaban la apertura a prueba del pedido de quiebra por acreedor
dilatando injustificadamente el tramite, prescribiendo que no hay juicio de antequiebra.
Ante la inexistencia de juicio en la etapa prefalencial, el juez dictara sentencia declarando la
quiebra o rechazando el pedido con las alegaciones y acreditaciones que haya hecho el acreedor
peticionante y las defensas y prueba preconstituida que pueda aportar el deudor, lo que nos lleva
a concluir, que no habra apertura a prueba alguna en los pedidos de quiebra por acreedor, La
solucion dada respecto de la inexistencia de juicio prefalencial puede parecer, a primera vista, in-
justa o disvaliosa, ello no es asi. Si bien en realidad aquel al cual se le solicita la quiebra no puede
defenderse mas que con prueba documental 0 con el depdsito correspondiente, la garantia del
derecho de defensa no queda violada, sino que la misma queda trasladada a una etapa poste-
rior, pues ante la declaracion de quiebra solo queda viable para el fallido la reposicidn de dicha
resolucién. La revocatoria de la sentencia de quiebra habilita al deudor fallido a contrarrestar la
existencia de los presupuestos concursales, lo que aqui podra hacer valiéndose de toda la prueba
que crea conveniente. Es decir que en la etapa recursiva falencial se establece el contradictorio
negado en el anteconcurso,
3. Demanda
En concreto, esta etapa prefalencial nace con Ja presentacién del acreedor, el cual debe hacer-
lo con los recaudos exigidos por el art. 83, parr. 1, LCQ
y los requisitos procesales exigidos para las
demandas judiciales (art. 330, CPCCN). La peticién de quiebra por acreedor es una demanda que
incoa una accion que tiene como pretension decretar la quiebra del deudor.
El peticionante debe acreditar su legitimatio ad causam, es decir que debe probar ser acree-
dor con obligacion exigible, concretamente se requiere que pruebe sumariamente su crédito.
El acreedor debe tener también legitimatio ad processum, es decir, su capacidad para ser parte
procesal, en forma personal o por representacion necesaria o voluntaria. Para esta representaci6n
voluntaria resulta suficiente el poder general para juicios (ROUILLON). Asimismo, podra pedirse la
quiebra a través de la franquicia del art. 48, CPCCN.
Ademas, debe comprobar la existencia de algtin hecho revelador que haga presumir el estado
de cesacién de pagos que, como dijimos, al tratarse de un crédito exigible bastaria con la acredi-
tacion de dicho incumplimiento si el deudor se encontrase en mora. Finalmente debe probar que
el deudor al que se le pide la quiebra es un sujeto concursable. No es necesario que el acreedor
invoque ni pruebe la causa de su crédito, lo que queda reservado para la etapa verificatoria (Ma-
FEIA - ROUILLON).
Todas estas comprobaciones deben hacerse sumariamente a través de prueba documental y
preconstituida, pues no existe contradiccion ni juicio que pueda abrirse a prueba.
4. Facultades judiciales
Previa vista al deudor, el juez debe tener acreditados los extremos exigidos para la demanda,
aunque mas no sea prima facie.
A los fines comprobatorios, en el parr. 2, art. 83, LCQ, la ley otorga al juez poderes de tinte ins-
tructorio, posibilitando que de oficio tome las medidas necesarias para la comprobacion de los
presupuestos concursales alegados por el peticionante, no sobre su calidad de acreedor ni sobre
el crédito.
Es decir que la actividad judicial va a ser complementaria de la del acreedor y no hace mermar
la carga probatoria. A modo de ejemplo, en caso de que la deudora sea una sociedad, debera el
juez diligenciar las medidas necesarias para conocer su inscripcidn y los socios con responsabili-
dad ilimitada en su caso.
Dichas medidas deben compatibilizarse con la celeridad de Ja etapa prefalencial. Se entre-
mezclan en el anteconcurso falimentario matices dispositivos e inquisitivos pero, estos ultimos,
ERREIUS 331
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
no son propiamente oficiosos del juez y siempre estan subordinados a la accién del acreedor,
quien no puede ser suplido en su carga probatoria sino solamente complementado. GEBHARDT
ha justificado estas facultades judiciales con la “naturaleza publicistica del proceso falencial que
se postula en perjuicio del deudor. El acreedor prueba solo los hechos reveladores del estado de
cesacién de pagos y el juez podra investigar la verdadera existencia del estado de cesacién de
pagos, pero siempre a partir de aquello alegado y probado por el acreedor. Por ello, no se trata
de una verdadera instruccion, sino de un proceso de naturaleza mixta, compuesta por factores
dispositivos que pesan sobre la responsabilidad del acreedor y de factores indagatorios que con
confiados a la prudente y vigilante iniciativa del juez.
6. Defensas oponibles
Las defensas que podra oponer el deudor se limitan ala incompetencia, recusaci6n con causa,
denuncia de presentacion en concurso preventivo ante un crédito anterior a la presentacion del
mismo (art. 10, LCQ), peticién de propia quiebra (art. 82, LCQ), falta de legitimacion o personeria
del acreedor, falta de legitimacién pasiva en el emplazado, no ser el deudor sujeto concursable,
inexistencia del estado de cesacion de pagos.
Salvo el cuestionamiento sobre los presupuestos concursales sustanciales (ser sujeto concur-
sable o estar en insolvencia) que podran replantearse al momento de impugnar la sentencia de
quiebra, las demas defensas inicamente podran ser opuestas en esta instancia y no se reeditara
su discusién luego de la quiebra. En cuanto a la incompetencia, sino se plantease al contestar la
vista, podra discutirse luego del decreto de quiebra en la oportunidad del art. 100, LCQ que ha-
bilita un planteo de incompetencia luego de declarada la quiebra, siempre que sobre el punto no
exista cosa juzgada.
Si el deudor no compareciese, ello no implicara allanamiento ni rebeldia, debiendo el juez
resolver en consecuencia teniendo en cuenta las constancias de autos.
Respecto de la inexistencia del estado de cesacion de pagos, el deudor, si no hubiese can-
celado antes el crédito y acompafia la documentacién correspondiente - recibo de pago- para
desacreditar la legitimacion del peticionante, podra depositar en pago o embargo las sumas co-
rrespondientes, y asi contrarrestar la presuncién de su estado de cesacién de pagos revelado por
el incumplimiento del crédito en virtud del cual le piden la quiebra. El depdsito debe contener,
para probar que se encuentra in bonis, las sumas correspondientes a capital y sus intereses desde
la mora (C. Nac. Com. en pleno, LL 1986-C-276). No es necesario que se integre suma alguna por
las costas de la peticion de quiebra, pues dicha imposicién se hara luego del depésito, Para solici-
tar la quiebra no es necesaria la mora del deudor pero si lo es cuando el crédito del peticionante
sirvié como hecho revelador. Si el depdsito es dado en pago tiene plenos efectos extintivos y el
acreedor quedara desinteresado retirando dichas sumas si fuesen facilmente liquidables, pues
toda discusién al respecto es ajena al pedido de quiebra y deberan ventilarse por separado (Ma-
FFIA). Si el depdsito fue dado a embargo se discutiran en el juicio correspondiente las cuestiones
relativas al crédito.
En caso de que existan multiples pedidos de quiebra, a fin de desvirtuarlos, el deudor debe
defenderse independientemente en cada de uno de ellos, y el hecho de depositar en uno no im-
plica que deba comprender el importe de todos (ROUILLON). Expresamente el art. 87, parr. 2, LCQ,
somete los pagos hechos al acreedor en caso de que igualmente se decrete la quiebra, a la inopo-
nibilidad concursal (art. 122, LCQ), presumiéndose que dicho pago se ha hecho en beneficio de
todos los acreedores, por lo que el acreedor que ha cobrado debe reintegrar a la quiebra lo perci-
bido y en caso de resistencia podra compelerse el cumplimiento con mas sus intereses.
8. Conclusion de la antequiebra
Entonces, no existiendo etapa probatoria, el tramite continua con audiencia del acreedor lue-
go de contestada la vista por el deudory el juez resolvera sin mas tramite. El traslado al acreedor
ERREIUS 333
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
lo sera por cinco dias (art. 273, inc. 1, LCQ). El acreedor se limitara a reconocer o negar las alega-
ciones y defensas del deudor y la prueba documental por él aportada.
En cualquier etapa del proceso, antes de que la quiebra sea declarada, el juez a peticion del
acreedor y bajo su responsabilidad podra decretar medidas cautelares conforme lo prevé el art.
85, LCQ. Deben cumplimentarse para ello los recaudos sustanciales y procesales exigidos por las
leyes procesales, es decir, respecto de lo primero, debe haber verosimilitud del derecho invoca-
do -fumus bonis iuris— y peligro en la demora -periculum in mora- y, en cuanto a lo segundo,
debe prestarse contracautela, real o personal de tercera persona. Como bien lo expresa la norma
se trata de medidas tendientes a preservar el patrimonio del deudor in malis, por lo que podra
trabarse la inhibicion general de bienes o disponerse intervenci6n judicial de la administracion
o cualquier otra medida a tales fines. Este es el rasgo fundamental de la norma, pues se aparta de
las cautelares comunes posibilitando medidas universales y no graduadas conforme al derecho
invocado, Aunque expresamente no se dispone, la prevision se extiende a socios con responsabi-
lidad ilimitada cuando se trate de pedido de quiebra de una sociedad en la cual existe dicho tipo
de responsabilidad.
La resolucion que recaiga ante el pedido de quiebra forzosa sera rechazando el pedido 0 de-
cretando la quiebra. Desestimado el pedido de quiebra corresponde al juez en la misma sentencia
imponer las costas, las cuales recaeran segtin las circunstanciasy aplicando el principio de la de-
rrota (art. 68, CPCCN) al acreedor. No existe posibilidad de aplicar el vencimiento parcial (art. 71,
CPCCN) pues se rechaza el pedido o se decreta la quiebra, no hay intermedios. Nada impide que
atendiendo las circunstancias del caso se apliquen las excepciones a dicho principio y el juez pue-
da eximir de costas al vencido e imponerlas en el orden causado (arts. 68, parr. 2, y 70, CPCCN).
Mas alla de todo eso, debe primar el principio del vencimiento y primordialmente las costas de-
ben ser impuestas al acreedor peticionante. En tal orientacién, deberian imponersele las costas al
acreedor cuando el pedido fue rechazado por su falta de legitimacién 0 la del deudor, cuando se
desvirttia el crédito invocado. En el caso de que la defensa sea la de concurso preventivo anterior,
correspondera imponer las costas al acreedor, cuando él debid conocer dicho proceso universal
a través de la publicacidn edictal; en caso contrario seran impuestas al deudor. Pareceria que en
caso de que el deudor deposite, debieran imponerse en el orden causado, pues el acreedor acre-
dité el hecho revelador de la insolvencia y el deudor lo desvirtuo.
Se entendidé que la sentencia es inapelable, por aplicacién del art. 273, inc. 3, LCQ, y por en-
tender que la resolucidn no causa estado y, por ende, tampoco gravamen irreparable (Corte Sup.,
Fallos 241:199), Sin embargo, tratandose de una etapa prefalencial, a la cual le resulta inaplicable
la regla del inc. 3 del art. 273, LCQ, sumado a que el rechazo del pedido de quiebra no afecta la
celeridad que fundamenta aquella norma directriz, corresponde admitir la apelacidn (Sup. Corte
Bs. As, DJBA 117-47). No existen dudas ni discrepancias respecto de la apelabilidad de la imposi-
cion de costas.
El fundamento de la prevision era que debia solucionarse lo antes posible la insolvencia, es decir,
no bien era advertida por el deudory no se diluyera su patrimonio. Bajo el régimen de la ley 4156,
se entendia que en primera instancia el deudor debia transitar el tramite de la convocatoria de
acreedores, por lo que no se legislé en 1902 sobre los requisitos de la demanda de propia quiebra,
asi como tampoco sobre la necesidad de peticién tempestiva (ARMENGOL). Asimismo, la jurispru-
dencia paulatinamente fue flexibilizando la exigencia de presentacion tempestiva. La ley 22.917
de 1983 suprime dicho plazo y la ley 24.522 siguio la misma orientacion, excluyéndose ademas del
régimen concursal a la calificaci6n de conducta.
La peticién de quiebra por parte del mismo deudor no solo enerva la ejecucién individual de
sus acreedores, sino que también prevalece sobre los pedidos de quiebra que hayan hecho ellos,
sin importar el tramite en que se encuentren dichos pedidos, siempre que no se haya declarado
la quiebra (art. 82, parr. 1, LCQ) La solucién es conteste con el art. 10, LCQ y la prevalencia del
concurso preventivo. En la praxis judicial, tiene como efecto importante el hecho de que los ho-
norarios por la quiebra no seran regulados a los letrados del acreedor sino al abogado de la fallida
(Ton6n).
1. Demanda
La quiebra voluntaria se incoa a través de una verdadera demanda. Dicha demanda debe con-
tener como recaudos, conforme ala remisién hecha por el parr. 1 del art. 86, LCQ, los previstos por
el art. 11, LCQ; sin embargo, la omisié6n en su cumplimiento no obsta la declaracion de quiebra.
Como minimo, debe contener los requisitos de una demanda, pues existe el deber de todo litigan-
te de expresarse con claridad ante el magistrado (MaFFia).
El deudor puede presentarse por si 0 a través de apoderado con poder especial, ello en virtud
de que el deudor confiesa 0 acredita encontrarse en estado de cesacién de pagos. Asimismo, debe
abonarse la tasa de justicia correspondiente a monto indeterminado, la cual sera integrada al mo-
mento de culminacién de la quiebra con la preferencia del art. 240, LCQ.
No es necesario que el deudor acredite el estado de cesacion de pagos siendo suficiente su
confesion. La cuestién ronda en el hecho de requerir para la quiebra voluntaria la prueba de la
insolvencia o si resulta suficiente la acreditacion de un hecho que la revele. Para ley es suficiente
acreditar un hecho que revele que el deudor se encuentra in malis, siendo suficiente para ello la
confesion, como reconocimiento judicial de la insolvencia y su manifestaci6n mas directa (art. 79,
inc. 1, LCQ). En opinién de ROUILLON, si bien es suficiente la confesidn del deudor como hecho
revelador para tener acreditada la insolvencia, entiende ademas que el juez oficiosamente puede
tomar las medidas que estime pertinentes en orden a formar su propia conviccién sobre dicho
estado. El solo hecho de que el deudor peticione su propia quiebra es relevante como recono-
cimiento judicial de su estado de insolvencia (FERNANDEZ - CASTILLO - QUINTANA FERREYRA).
En cambio, se exigid que el deudor peticionante de propia quiebra necesariamente explique las
causas concretas de su situacién patrimonial (art. 11, inc. 2, LCQ), pues la mera presentacidn no
sirve sin explicarse frente al juez (ARGERI - CAMARA). Sin embargo, conforme el sistema legal, es
suficiente que el deudor exponga que peticiona su quiebra por encontrarse en estado de cesacién
de pagos. El solo hecho de que el deudor peticione su propia quiebra es relevante como reconoci-
miento judicial de su estado de insolvencia.
En caso de sociedades con socios con responsabilidad ilimitada, atento que debera decre-
tarseles la quiebra pues la de la sociedad importa la de los socios solidarios (art. 160, LCQ), estos
deben cumplir con los recaudos formales exigidos por el art. 86, LCQ, siempre que hayan decidido
la presentaciOn, haya o no suscripto la demanda. Para los restantes, el juez debera exigir el cum-
plimiento de dichos requisitos luego de decretada la quiebra (art. 86, parr. 3, LCQ), aunque
la falta
de su acatamiento no los perjudica (CAMARA).
El art. 82, parr. 2, LCQ, para el caso personas de existencia ideal prevé la aplicacién del art. 6,
LCQ, y la ratificacién del 6rgano de gobierno, lo que deviene coherente con el régimen societario,
ante la trascendencia que tiene la quiebra sobre dichos entes, la cual importa su disolucion (art.
94, ine. 6, LGS). Para ROUILLON, el juez no deberia decretar la quiebra hasta tanto no se presenta la
ratificacion, lo que importaria exigir para peticionar la quiebra la decision del organo de gobierno.
ERREIUS 335
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Se ha decidido que, no ratificado el pedido de quiebra, dicha demanda se torna inexistente, lo que
implica que deba dejarse sin efecto la sentencia, ya que no se trata de un caso de desistimiento,
puro y simple, porque atin no se encontraba conformada la voluntad de quebrar como requisito
sustancial de la demanda (C. Nac. Com., sala C, ED 94-554). Sin embargo, y si bien no se trata téc-
nicamente de un desistimiento, se producen los efectos del mismo y resulta aplicable la sancion
del art. 31 in fine, LCQ, que impide la nueva presentacién voluntaria si existen pedidos de quiebra
pendientes.
En sentido contrario, la ley prevé que cuando se tratase de incapaces, la autorizaci6n judicial
debe ser previa al pedido de quiebra voluntaria. Lo mismo para los inhabilitados, quienes deben
solicitar su propia quiebra junto con su curador y autorizacién judicial previa. Tal prevision debe
ser aplicada para el caso del pedido de propia quiebra del patrimonio del fallecido, por lo que la
demanda debe ser efectuada por todos los herederos no siendo posible la ratificacién posterior.
Con la demanda de propia quiebra, el deudor y los socios con responsabilidad ilimitada en
su caso deben poner a disposicién del juez sus bienes, indicando el lugar fisico preciso donde se
encuentren, para que por efecto del desapoderamiento falimentario se proceda a su incautacion,
por medio de la toma de la tenencia por parte del sindico (art. 86, parr. 2, LCQ) cuando sea decre-
tada la quiebra. Sin embargo, la ley no dispone sancion alguna por su incumplimiento, lo que hara
que solo excepcionalmente se cumpla con el precepto.
2. Rechazo de la demanda
E] juez podra rechazar el pedido de propia quiebra por cuestiones procesales como la incom-
petencia, o los defectos de personeria en el peticionante, o por cuestiones sustanciales, como el
caso de que el peticionante no sea sujeto concursable.
En caso de que el magistrado se considere incompetente, la consecuencia dilatoria de tal de-
cisién es la remisién del expediente al juzgado competente. No puede el juez incompetente re-
chazar la peticidn de quiebra, resolucién que quedara reservada al juez que sea competente.
El defecto en la personeria, impone el rechazo de la demanda, salvo que se trate de una de-
ficiencia en la representaci6n voluntaria, para lo cual podra el juez otorgar un plazo para que se
subsane bajo apercibimiento de rechazar la peticion. La falta de autorizacién del érgano de admi-
nistracion de las personas juridicas haria que se rechace la demanda, de la misma manera que la
peticién de quiebra de incapaces sin autorizacion judicial o la del patrimonio del fallecido sin la
concurrencia de todos los acreedores.
En la actualidad se ha visto un problema en relacidn a los consumidores, a quienes el sistema
crediticio les ha resultado abusivo, sumdndose a ello los problemas de las crisis econdmicas y el
desempleo, lo que ha hecho, que se convirtieran en insolventes, casi sin bienes y en el mejor de los
casos asalariados. También se ha dado que los bienes existentes, generalmente inmuebles se en-
cuentran afectados al régimen de proteccién de la vivienda no pudiendo ser afectados al pago de
los créditos. Una corriente jurisprudencial ha rechazado estas quiebras voluntarias por conside-
rarlas abusivas atento no existir bienes para liquidar, haciéndose una utilizacién antifuncional del
instituto, buscando neutralizar la ejecucidn individual de sus acreedores y limitando el embargo
de sus haberes al ano de la inhabilitacién falencial. Sin embargo, la ley no habilita tal rechazo dela
quiebra voluntaria, tampoco la ley exige como recaudo para la viabilidad de la quiebra la existen-
cia de un determinado activo o carecer de actividad econdémica, no pudiendo caracterizarse de tal
manera el ejercicio abusivo de derecho alegado, sin normas legales que otorguen los elementos
para su constitucion.
La resoluci6n es apelable por el deudor, porque se esta en el Ambito preconcursal al cual no se
le aplica la regla de inapelabilidad del art. 273, inc. 3, LCQ (MaFFia - TONON).
3. Desistimiento
Se prevé en el art. 87 segunda parte, LCQ, que el deudor se encuentra imposibilitado de desis-
tir del pedido de su propia quiebra, salvo que antes de la primera publicacion de edictos acredite
que se encuentra in bonis. En realidad, no se esta ante un desistimiento sino ante una retractacion
(FERNANDEZ - ARGERI en contra QUINTANA FERREYRA).
Si el hecho revelador del estado de cesacion de pagos fue solo su confesion, retractando la
misma pareciera suficiente, interpretar lo contrario importaria que fuera mds gravoso para el deu-
dor, en cuanto a la prueba a producirse, acreditar el hecho negativo de la inexistencia del estado
de cesacién de pagos que la efectiva insolvencia, mucho mas importante que la anterior. Si es su-
ficiente el hecho revelador, desvirtuado este, se adultera la insolvencia exteriorizada. En cambio,
si existiesen incumplimientos morosos, debera acreditar que posee liquidez para afrontarlos, ya
sea depositando en el expediente, en pago o embargo 0 acompaniando recibo de haber cancelado
el crédito. La falta de ratificacién no importa un desistimiento pues sin ella no se encontraba con-
formada la voluntad societaria de quebrar; en cambio, para que exista desistimiento, se expresd
dicha voluntad y luego se la retrae. Se entenderia, que se trata no de un desistimiento de la pre-
tensidn sino de una retractacion de la confesion de insolvencia. Carece de fundamento el hecho
de permitir al deudor solicitar su propia quiebra para luego autorizarlo legalmente a desistir de
la misma, lo que acarrearia peticiones extorsivas, fraudulentas y nocivas para los intereses de los
acreedores, cuando la intencidn del instituto es otra.
V. SENTENCIA DE QUIEBRA
La quiebra, cualquiera sea su tipo, se abre a través de una sentencia, entendida como el acto
jurisdiccional que da inicio al proceso falencial. Desechada la nocién de quiebra virtual o de he-
cho, por la mera existencia ipso facto de la insolvencia, puede afirmarse que no existe quiebra sin
la sentencia que la declare y constituya.
Se trata de una sentencia declarativa de constituci6n con efecto erga omnes.
Histéricamente se han dado diversas posturas respecto de la naturaleza juridica de la sen-
tencia de quiebra. En un primer lugar aquella que la entiende como una sentencia ejecutiva o de
ejecucion (CARNELUTTI, AZZOLINA, PROVINCIALI), en un segundo sector se encuentra a los que
afirman que se trataria de una sentencia de conocimiento (BRUNETTI, NAVARRINI), en otro grupo
se encuentra la doctrina que define a la sentencia de quiebra como una ejecucién cautelar (CAN-
DIAN, CALAMANDRE}), luego aquella tesis que la entiende como un titulo ejecutivo (ANDREOLI),
no faltaron aquellos que afirmaron que era una sentencia administrativa (LIPARI) y finalmente los
que la entendieron como un resolucion sui generis, de naturaleza mixta, administrativa y jurisdic-
cional (BONELLI).
La sentencia es declarativa, pues declara la existencia de los presupuestos sustanciales con-
cursales, tanto objetivo como subjetivo, y es constitutiva porque constituye dicho estado o porque
crea el status de fallido. La diferencia radica en considerar que la sentencia tiene efectos perso-
nales que modifican el estado de la persona del deudor o entender que no se modifica el estado
de la persona, sino que constituye un estado patrimonial falimentario. En realidad, no se trata
estrictamente de un estado personal sino del estado de quiebra entendido patrimonialmente; sin
embargo, debe reconocerse que, en la quiebra, entendida procesalmente, existe cierto someti-
miento del fallido, que podria ser considerado como un estado, que lo afecta como persona. Cabe
dejar bien en claro que la quiebra no presupone incapacidad del deudor.
Es un acto jurisdiccional pleno que da certeza a los acreedoresy terceros, respecto de la exis-
tencia de los presupuestos concursales sustanciales, transmutando una situaciédn de hecho a un
estado de derecho, el de la quiebra (Satta). También incoa el proceso concursal, el que nace a
través de la sentencia.
La sentencia de quiebra inicia la ejecucién colectiva, ordenando el desapoderamiento y la
subsiguiente realizacion de los bienes del fallido. Como sentencia, tiene plena naturaleza proce-
saly, en tal sentido, emana de un organo judicial que goza de competencia exclusiva para pronun-
ciarla, da origen al proceso, es incoativa, hace nacer situaciones juridicas, es recurrible y puede
alcanzar el efecto de cosa juzgada respecto de la existencia de los presupuestos sustanciales, debe
contener todas las exigencias procesales de una sentencia y debe ser motivada.
ERREIUS 337
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Respecto de la fundamentaci6n, atento no tratarse de una plena cognicion sino de una mera
constatacién de presupuestos, sera muy escueta. Ello, también atento la sumariedad de la ante-
quiebra y los escasos elementos de juicio que se arriman previo a su dictado (MAFFia).
También como toda sentencia, la de quiebra es impugnable, pero no lo es a través de los re-
medios comunes de los cédigos procesales sino a través de un sistema aut6nomo instaurado por
la legislaci6n concursal.
1. Recaudos
Los requisitos que debe contener la sentencia de quiebra estan enumerados en el art. 88, LCQ.
Pueden diferenciarse los que tienden a la proteccion del patrimonio de los que apuntan a la ad-
ministracién de los mismos y de los estrictamente procesales. Como preliminar, el juez debe de-
clarar la apertura de la quiebra haciendo una breve motivaci6n que importe la consideracion de
la existencia y cumplimiento de los requisitos necesarios para la existencia de concurso. Asi da
inicio al proceso universal dando fin a la etapa prefalencial. Como el contenido de la sentencia de
quiebra es muy similar al de la sentencia del concurso preventivo, es pertinente detenerse aqui en
los recaudos especificos de la sentencia falimentaria.
En el inc. 1 se exige que se individualice al fallido, debiendo detallarselo de la manera mas
precisa posible a fin de evitar perjudicar a homonimos. En caso de sociedades, también deben in-
dicarse cudles son los socios con responsabilidad ilimitada, quienes seran igualmente declarados
en quiebra, en forma refleja (art. 160, LCQ). El juez debera arbitrar las medidas necesarias para la
averiguacién de los datos minimos del deudor.
Conforme al inc, 2, el juez debe inscribir la quiebra. Si bien se ha creado en 2018 el Registro
Nacional de Concursos (art. 295, LCQ), el mismo atin no se encuentra en funcionamiento, por lo
que la inscripcion se hara en el Registro de Juicios Universales correspondiente a cada jurisdic-
cion.
Juntamente con ello, debe trabarse la inhibicion general de bienes del fallido como medida
asegurativa del patrimonio cesante, especialmente de bienes registrables. En tal sentido deben
librarse oficios a los Registros de la Propiedad Inmueble y Automotor y en otros donde se en-
cuentren inscriptos bienes a nombre del fallido. También debe inhibirse a los socios con respon-
sabilidad ilimitada. La inhibicidn general de bienes no caducara hasta tanto quede concluida la
falencia, que atento que se toma razén de dicha medida juntamente con el estado falencial, la
misma solo debe levantarse 0, en todo caso, adquiere virtualidad la caducidad, y seria necesaria
la reinscripcién, luego de comunicada la rehabilitacién del fallido (CAstRO HERNANDEZ). No re-
sulta necesaria la reinscripcion de la inhibicién general de bienes, porque respecto de los bienes
comprendidos en el desapoderamiento de la quiebra y con relacién a los adquiridos luego de la
rehabilitacion, la inhibicién debera seguir trabada hasta tanto se concluya la quiebra y se comuni-
que tal circunstancia en el registro. Respecto de los bienes adquiridos con posterioridad a la reha-
bilitacién, debera requerirse expresamente el levantamiento judicial de dicha medida solamente
respecto de dichos bienes.
La sentencia debe contener, conforme al inc. 3, la orden de entrega de bienes al sindico por
parte del fallido y terceros. Debe tratarse de bienes que formen parte del patrimonio en default. La
medida favorece el desapoderamiento, la incautaci6n y ocupacion de bienes muebles.
Se exigir en la sentencia que el deudor entregue dentro de las veinticuatro horas, los libros de
contabilidad o de comercio y toda la documentacidn al respecto, a los fines de su incautacién por
el sindico (inc. 4). Como la entrega se hace al sindico, el término comienza a contarse desde la
notificacién ministerio legis de la aceptacion del cargo de aquel. Ademas, en caso de que se trate
de una quiebra voluntaria, el juez debera intimar al fallido para que cumplimente los requisitos
exigidos por el art. 86, LCQ.
En elinc. 5 se requiere que se declare la prohibicién de hacer pagos al fallido. La norma resulta
sobreabundante, atento a que ello es una consecuencia légica de la quiebra, del desapoderamien-
to y de la imposibilidad de administracion de sus bienes por parte del fallido. Los pagos hechos al
fallido luego de la quiebra son inoponibles a los acreedores (art. 109, parr. 2, LCQ).
Conforme el inc. 6 el juez debe ordenar interceptar la correspondencia que esté dirigida al
fallido y entregarsela al sindico (art. 114, LCQ). La previsidn es consecuencia de un resabio de otra
época, ahora las comunicaciones se realizan mucho mas efectiva y rapidamente a través de otros
medios que no podran ser controlados por el juez (teléfono, fax, mail, etc.), porque la extensién
de la norma a tales supuestos, afectaria de la garantia constitucional de inviolabilidad de la co-
rrespondencia (art. 18, CN).
Innecesariamente, la sentencia de quiebra debe intimar al fallido a constituir domicilio pro-
cesal (inc. 7). La norma también exige la constitucién del domicilio ad litem para los socios con
responsabilidad ilimitada. En caso de no constituirse domicilio, se lo tendra por constituido en los
estrados judiciales y las resoluciones les seran notilicadas ministerio legis.
Deben cursarse, conforme lo exige el inc. 8, las comunicaciones tendientes a hacer operativa
la restriccién de salir del pais que pesa sobre el fallido. Es suficiente la notificacién de la quiebra al
Ministerio del Interior, para su inscripcion en el Registro de Aptitud Migratoria.
Se exige que la sentencia contenga la orden de venta de los bienes del fallido y designe el
martillero que lo Ilevara a cabo (inc. 9). En la practica lo Unico que podria hacerse es designar
al realizador, porque generalmente al momento de decretarse la quiebra atin no se encuentran
individualizados los bienes. Esto impide el decreto de venta por la falta de recaudos procesales
para ello, Igualmente, es costumbre que en la sentencia de quiebra se incluya una orden de venta
simbolica y generalizada de todos los bienes. La disposici6n pretende no dilatar la venta de los
bienes desapoderados, la que deberia hacerse inmediatamente.
También debe designarse un inventariador (inc. 10), nombramiento que generalmente recae
sobre el sindico, el oficial de justicia o el mismo martillero designado, ya sea individualmente o en
forma conjunta. Excepcionalmente se designa un escribano.
Finalmente, el inc. 11 dispone que debe designarse una audiencia para sortear al contador
que actuara como sindico. Juntamente con ello, el juez debe clasificar a la quiebra segin su com-
plejidad y magnitud. Tal audiencia no sera fijada en los casos de quiebra indirecta, donde seguira
actuando el sindico que entendi6 en el concurso preventivo fracasado.
En el ultimo parrafo, el art, 88, LCQ, determina la fijaci6n de un periodo tempestivo de verifi-
cacién de créditos para los casos de quiebra directa 0 indirecta causada por incumplimiento o nu-
lidad del acuerdo, por lo que la sentencia debe contener la fecha hasta la cual pueden presentarse
los acreedores a solicitar verificacién ante el sindico, y las fechas en que este debe acompaiiar los
informes individuales y el general.
2. Publicacion
Como toda sentencia, la de quiebra debe quedar notificada a los interesados. Asi, para el deu-
dor, en caso de quiebra voluntaria, dicha notificacién se lleva a cabo “por nota” a través de la
notificacion ficta ministerio legis. Ante una quiebra forzosa, el deudor fallido queda notificado
también “por nota’ si se presenté contestando la vista del art. 84, LCQ; si no intervino en la etapa
prefalencial se notifica en forma tacita a través de la clausura 0 incautacidn, 0 a través de la publi-
cacion de edictos, lo que se produzca antes.
Los acreedores y todos los terceros que puedan tener algtin interés en la quiebra quedan no-
tificados, en todos los casos a través de la publicacion de edictos, la cual hace oponible la quiebra
erga omnes, pues dicha forma de anoticiamiento produce la presuncidén iure el de iure del cono-
cimiento de la quiebra el dia siguiente a la Ultima publicacion. Se trata de una ficcion legal, nece-
saria, pero en casi la totalidad de los casos inoperante para la finalidad por la cual ha sido creada
(Sup. Corte Bs. As., ED 78-309).
La norma sobre publicacion de edictos en la quiebra esta contenida en el art. 89, LCQ. Dicha
publicacién de edictos debe hacerse por el secretario del juzgado dentro de las veinticuatro horas,
segun la norma, de dictada la sentencia de quiebra, Se publicaran edictos por cinco dias, sola-
mente en el Boletin Oficial.
Atento la inexistencia natural de fondos al decretarse la quiebra, la publicacién de edictos so-
lamente se hara en el Boletin Oficial de cada jurisdicci6n que corresponda; sin embargo, en caso
ERREIUS 339
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
de existir fondos, seria prudente y acertado que el juez (art. 274, LCQ) ordene que la sentencia de
quiebra se haga saber, publicandose edictos en diarios de amplia circulaci6n. El pago de dichos
edictos queda diferido para la etapa de distribuci6n (art. 273, inc. 8, LCQ), considerandose un
crédito prededucible (art. 240, LCQ). Elincumplimiento en la publicacién oportuna de los edictos
responsabiliza al actuario. La publicacién debe hacerse en todas las jurisdicciones donde el falli-
do tenga bienes, establecimiento o se domicilie algtin socio solidario.
Los edictos deben contener la declaracién de quiebra, individualizando al fallido y sus socios
solidarios, en su caso, la orden de entrega de bienes, libros y documentaci6n al sindico, la prohi-
bicién de hacer pagos al fallido y la intimacién para constituir domicilio. Ademas, cuando se haya
fijado periodo de verificacién tempestivo, debe determinarse concretamente la fecha hasta la cual
pueden presentarse los acreedores ante el sindico para insinuarse al pasivo concursal. También
debe hacerse constar el nombre y domicilio del sindico, lo que implica que el término para publi-
car los edictos no correra a partir de la sentencia de quiebra sino luego de que queda notificada
opes legis la aceptacion del cargo por parte del sindico, momento en que recién podran conocerse
los datos exigidos por la norma para publicar.
IMPUGNACION DELA
SENTENCIA DE QUIEBRA
I. INTRODUCCION
Las particularidades del proceso concursal, mas especificamente de la quiebra, teniendo en
cuenta su fase prefalencial y la forma en que debe primar la celeridad para constatar el estado de
cesacion de pagos como situacion de hecho e instaurar la insolvencia como status de derecho a
través del decreto de quiebra, lleva ala ley a consagrar un sistema impugnativo de la misma, au-
tonomo y diferenciado de los clasicos recursos procesales.
Ello es propio del derecho comparado, donde se legislan dos sistemas: uno que determina la
aplicaci6n del método recursivo ordinario de los ordenamientos procesales y otro que instaura
una impugnaci6n falimentaria propia. El primer sistema utiliza la impugnacion realizada a través
del recurso -apelacién- resuelto por un 6rgano judicial superior -alzada- y el segundo a través
de la acci6n -oposicién, reposicién, revocatoria- que desarrollara y decidira el mismo juez con-
cursal. La elecci6n de una u otra modalidad varia segtin la posibilidad de ejercicio del derecho
de defensa que tenga el deudor en la etapa prefalencial. Y como bien ensena PAJARDI, el sistema
impugnativo falencial especifico se basa en la carencia de garantias ordinarias observadas en el
procedimiento declarativo, que exige un conocimiento preciso y riguroso, atento la gravedad e
importancia de los efectos de la quiebra. En el caso del recurso, la impugnaci6n se apoyara en
errores in procedendo o vicios in indicando; en cambio, la accién impugnativa se basara en las
consecuencias propias de un verdadero contradictorio desarrollado a través de la cognicién pro-
cesal factica.
La inexistencia de juicio de antequiebra hace que la etapa contenciosa del procedimiento, en
cierta manera, sea trasladada a una etapa posterior a la sentencia que abre la quiebra, donde se
permitira, a través del sistema impugnativo autonomo consagrado por la ley -especialmente con
la reposici6n- efectuar un debate amplio en cuanto a defensas y pruebas, con verdadero conoci-
miento por parte del juez.
Adoptado el sistema propio de impugnaci6n, se legislan dos remedios especificos, los cuales
serdn resueltos por el mismo juez concursal, y son llamados de reposicién o revocatoria, uno, y el
otro, levantamiento sin tramite, resultando inadmisible la apelacién de la sentencia de quiebra.
Dicha apelacién queda diferida en el tiempo para atacar las resoluciones que hacen lugar o no a
las impugnaciones especificas planteadas. Los remedios falimentarios son resueltos por el mismo
juez que decreto la quiebra. Finalmente, la ley legisla un planteo de incompetencia, que técnica-
mente no resulta ser un recurso, ni medio impugnativo sirictu sensu, sino un remedio dilatorio
para hacer tramitar la quiebra ante el juez competente.
ERREIUS 341
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Legitimacion
La accién impugnativa de reposicién o revocatoria se encuentra prevista en el art. 94, LCQ y
solo procede para los supuestos de quiebra directa forzosa.
No procede la revocatoria contra la declaracién de quiebra indirecta, respecto de la cual se
admitira la apelacién, segtin sea el caso. Entonces, conforme lo dispone expresamente la ley, la
apelacion procede en los casos de admisién de impugnaciones al acuerdo (arts. 51, parr. 3, LCQ)
nulidad del acuerdo preventivo (art. 61, LCQ) y cuando recaiga por incumplimiento del acuerdo
(art. 63, parr. 2, LCQ). En los restantes supuestos de quiebra indirecta (arts. 43, 47, 48, 54, LCQ),
la ley no dispone expresamente la apelabilidad de la sentencia de quiebra; sin embargo, debe
admitirse tal recurso. Tampoco procede la revocatoria en los casos de quiebra directa voluntaria,
y en los de extensiones de quiebra, salvo el caso del art. 160, LCQ. Para la extension de quiebra la
ley prevé la apelacion.
Entonces, podra ser interpuesta por el fallido cuando la quiebra ha sido declarada a peticion
de acreedor.
Claramente la ley excluye la posibilidad de reponer la sentencia de quiebra al acreedor peti-
cionante, lo que importaria una forma de desistimiento no permitido.
En Italia, la Legge Fallimentare, otorga legitimacidn activa para revocar la quiebra a cualquier
interesado, con excepcidn del peticionante de la quiebra, sea acreedor o el propio deudor (Payar-
pi). En nuestro medio, de lege ferenda debiera admitirse la legitimacion, de cualquier acreedor
involucrado 0 tercero que pueda verse afectado, traduciéndose en una posibilidad amplia del
planteo de la revocatoria de la sentencia de quiebra. Ello no es otra cosa que posibilitar la actua-
cion de un sujeto procesal en el marco de su propio interés, ya sea por tratarse de un acreedor y
verse afectada su accién individual 0 en el caso de un tercero donde la quiebra afecte el contrato
concertado con el fallido,
También esta legitimado el socio con responsabilidad ilimitada, cuando la sociedad fallida de
la que forma parte haya sido declarada en quiebra a peticién de acreedor, 0 por pedido de propia
quiebra respecto de cuya decision el recurrente no ha prestado conformidad, Unico supuesto de
habilitacion de la reposicién de la quiebra voluntaria. La revocatoria puede interponerse contra
la sentencia de quiebra de la sociedad, desacreditandose los presupuestos subjetivos o contra la
sentencia extendida por inexistencia de los presupuestos sustanciales para declararla -vgr, por
no ser socio solidario-. En tal sentido puede impugnar tanto la sentencia principal como 1a refleja.
Tal conclusion surge del hecho de que la ley no le permite atacar los presupuestos de la sentencia
de extensidn a través del recurso de apelacién.
2. Causales
E] parr. 1 del art. 95, LCQ, dispone que, como tinicas causales, la revocatoria solo puede fun-
darse en Ja inexistencia de los presupuestos sustanciales para la existencia del concurso, esto es,
el estado de cesacion de pagos y la concursabilidad del sujeto fallido.
Para alguna doctrina (RIVERA - GEBHARDT, entre otros), al margen de la letra de la ley, la repo-
sici6n también puede fundarse en la falta de legitimaci6n del acreedor peticionante de la quiebra,
sin embargo ello no es posible, ya que la discusién al respecto qued6 sellada en la etapa prefalen-
cial, y aunque no se hubiere planteado en aquella oportunidad, lo inico que le queda al fallido,
luego de la sentencia de quiebra, es desacreditar la existencia de los presupuestos concursales,
admitiéndose la falta de legitimacion, si con ella se desvirtuara la insolvencia, siendo el crédito del
peticionante el unico hecho revelador.
Tampoco se admitira, como propone RIVERA, el cuestionamiento por medio de la revocatoria,
para el caso en que exista irregularidad de la citacidn del deudor en la oportunidad del art. 84,
LCQ, porque ya decretada la quiebra, la misma solamente puede reponerse si se desacreditan los
presupuestos legales para su existencia.
No procede plantear a través de la reposicién la incompetencia del juez, pues no se pretende
revocar la sentencia sino su remision ante juez competente; tampoco la inexistencia de pluralidad
de acreedores, lo que no importa un presupuesto concursal, asi como tampoco la existencia de
una ejecucién individual tramitada por el acreedor peticionante de la quiebra.
En cuanto a los socios con responsabilidad ilimitada, la revocatoria que planteen sera de la
quiebra de la sociedad y de la de ellos extendida por aquella, cuando haya sido inmediata. A la
primera atacara por inexistencia de algunos de sus presupuestos objetivo o subjetivo, lo que haria
caer el presupuesto objetivo de la segunda (sentencia de quiebra) y, revocada la quiebra de la so-
ciedad, cae la refleja de los socios solidarios, Su quiebra decretada en forma inmediata, la atacara
por inexistencia del presupuesto subjetivo, es decir, la calidad de socio solidario con responsa-
bilidad ilimitada. Nunca el socio podra enervar su quiebra alegando y probando estar in bonis
porque su estado de cesacién de pagos no es presupuesto de la quiebra extendida. En los demas
casos de quiebra por extensién, aunque se trate de acreedores con responsabilidad ilimitada pero
su quiebra no sea extendida inmediatamente, sino que ello discutira su calidad de socio solidario
luego en el tramite de extension de quiebra, dicho sujeto tendra el recurso de apelacion.
Cualquier planteo de revocatoria que no se ajuste a discutir los presupuestos concursales o
la existencia de concurso anterior debe ser rechazado in limine por el juez para evitar maniobras
dilatorias por parte del deudor fallido.
Solamente pareciera admisible, mas alla de las causales previstas legalmente, fundar la revo-
catoria en la existencia de otro concurso, demandado o en tramite, siendo el crédito del acree-
dor peticionante de causa 0 titulo anterior a la presentacién de aquel (doctr. arts. 10, 82, 104 inc.
2, 239 segundo parrafo, LCQ). La existencia de un concurso anterior, es lo que HEREDIA llama
ERREIUS 343
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
presupuesto negativo, que se constituye en causa obstativa de otro concurso. En tales términos
la validez de la quiebra queda supeditada a que el deudor no haya demandado previamente su
concurso preventivo, ya sea que se encontrase tramitando al momento de dictarse la sentencia
falencial o que atin no se haya sobre su apertura, estando en etapa anteconcursal.
3. Tramite
La revocatoria podra interponerse dentro de los cinco dias habiles posteriores a la toma de
conocimiento de la sentencia de quiebra por parte del fallido, ante el mismo juez de la quiebra.
Se entiende que ello ocurrira, como en forma ejemplificativa se refiere la ley, al momento
de efectuarse la clausura o incautaci6on de sus bienes, a través de una notificacion tacita y, en su
defecto, a partir de la tiltima publicacién de edictos si se produjere anteriormente. En caso de que
el deudor se haya presentado en la oportunidad del art. 84, LCQ, la sentencia le sera notificada
“por nota” y, a partir de alli, se contara el plazo; también el deudor podra quedar notificado per-
sonalmente si se presentare en el expediente de la quiebra antes de que se produzca alguna de
las anteriores notificaciones referidas. Nunca la sentencia de quiebra se le notifica por cédula al
fallido. En el caso del socio con responsabilidad ilimitada, al cual se le ha extendido la quiebra, no
se produce el conocimiento de la sentencia a partir de la clausura 0 incautaci6n, salvo que haya
estado presente cuando dichas diligencias son practicadas por el sindico (MENENDEZ).
La reposicién tramitara por incidente (art. 280 y ss., LCQ), el cual serd iniciado por una de-
manda realizada por escrito, fundada y con el ofrecimiento de prueba correspondiente. La oposi-
cidn ala sentencia de quiebra se desarrollara a través de un proceso contencioso de conocimiento
pleno. La inexistencia de juicio de antequiebra hace trasladar a la etapa posfalencial la discusi6n
cognoscitiva respecto de la existencia de los presupuestos sustanciales del concurso.
El] art. 97, LCQ, prescribe que la interposicién de la accién impugnativa -igual que el levan-
tamiento sin tramite- no impide la prosecucion de la quiebra; sin embargo, no podra disponer
se de los bienes, sin perjuicio de aquellos que sean perecederos, que deberan ser liquidados por
el sindico (art. 184, LCQ). Tal solucion se condice con el hecho de que la sentencia de quiebra es
provisoriamente ejecutiva aun antes de quedar firme. No existe 6bice en que presentada la im-
pugnacion continuase el tramite falencial, produciéndose sus efectos.
E|! parr. 2 del art. 95, LCQ, dispone que seran partes en el incidente, el fallido, incluido el socio
con responsabilidad ilimitada, el acreedor peticionante de la quiebra y el sindico. También ac-
tuara como parte el socio con responsabilidad ilimitada que interpuso la revocatoria. No existen
dudas de que el fallido acttia en resguardo de un interés personal y no pierde su legitimacién
procesal para discutir la quiebra que se le ha declarado, como legitimado activo y participe del
incidente. En cuanto al acreedor peticionante de la quiebra, su actuacién surge del interés en el
mantenimiento de la quiebra declarada a través de su demanda y reafirmar la existencia de los
presupuestos concursales (RIVERA). El sindico no acttia como parte, sino que interviene como
funcionario imparcial, aunque algunos entienden que es contradictor en este incidente (HERE-
p14). La norma es clara y no pueden admitirse otros supuestos no contemplados, aunque igual-
mente alguna doctrina incluye a otros acreedores que hayan adherido a la peticion de quiebra o
hayan tenido pedidos de quiebra pendientes (QUINTANA FERREYRA - ROUILLON).
Admitido el incidente, y siendo un real contradictorio, se abrira a prueba si correspondiere,
respetandose las reglas generales respecto de la carga de la prueba, debiendo el fallido probar la
inexistencia de los presupuestos concursales y el peticionante corroborar la existencia de ellos,
El allanamiento que pueda hacer el acreedor peticionante de la quiebra a la reposicién ins-
tada por el fallido, ya sea expreso 0 tacito a través de la incontestacién de la demanda, resulta
irrelevante para el juez, pues la accion es indisponible para las partes, por lo que el magistrado
debe decidir si se revoca 0 no la sentencia de quiebra, independientemente de la actitud asumida
por los litigantes respecto a la subsistencia del proceso. Ademas, darle virtualidad a dicho allana-
miento importaria una violaci6n a la restriccién legal que se le impone al acreedor para desistir
de su demanda de quiebra (art. 87, primera parte, LCQ). En dicho supuesto el juez deberd evaluar
el mérito de la prueba producida por el impugnante sobre la inexistencia de los presupuestos
concursales.
4, Resolucion
Producida la prueba, el juez resolvera, alos diez dias de que el incidente se encuentre en con-
diciones, teniendo en cuenta tanto las circunstancias obrantes en la quiebra principal como las
existentes en los incidentes.
Se plante6 en doctrina sila valoracién del juez sobre la existencia de los presupuestos concur-
sales debe ser realizada al momento de dictarse la sentencia de quiebra, independientemente de
su subsistencia posterior, o al tiempo de resolverse la reposicion. Por un lado, se entendié que en
caso de que los presupuestos concursales hayan desaparecido luego de decretada la quiebra, ello,
no afecta la reposicion, la que sera desechada, habilitandose la conclusion de la quiebra; y en caso
contrario, si fuesen inexistentes los presupuesto al declararlay luego sobrevinieran, se revocara la
quiebra y los interesados estaran habilitados para plantearla nuevamente, con la concurrencia de
los presupuestos concursales (PROVINCIAL! - ROUILLON, entre otros). Desde otra dptica, se sostu-
vo que, al tratarse de un incidente impugnativo con ofrecimiento de prueba, permite la alegacion
de hechos nuevos y el juez debe ponderar los hechos constitutivos que hubiesen incidido sobre
la relacidn que debe juzgar (art. 163, inc. 6, CPCCN), considera provisoria la sentencia de quiebra
(BONELLI - MAFFiA - RIVERA, entre otros). En realidad, mas alld de que no se trata de un recur-
so en sentido técnico, sino de una accién impugnativa que desarrolla un proceso contencioso y
cognitivo sobre la existencia de los presupuestos concursales, deben ponderarse las situaciones
facticas desarrolladas en la demanda, al momento de la sentencia que se pretende impugnar y es
ello, lo unico que se tendra en miras para reponer 0 no la sentencia. Si bien carecen de relevancia
los hechos posteriores a la sentencia, resultan importantes en la revocatoria aquellos anteriores
ignorados, no alegados 0 no probados en aquella oportunidad, que pueden introducirse por tra-
tarse de una acci6n y no un recurso, Tampoco se provocaria aqui el problema de mantener la
quiebra de un deudor solvente, pues si bien no es apta para cuestionar la sentencia la reposicion,
el fallido podra, estando en fondos plantear el levantamiento sin tramite y evitar la quiebra. Ello
también conforme el texto del art. 95, primer parrafo, LCQ que prevé que la reposicién “solo pue-
de fundarse en la inexistencia de los presupuestos sustanciales para la formacién del concurso”
La sentencia debera contener la imposici6n de costas que se realizara conforme al princi-
pio del vencimiento (arts. 278, LCQ y 68, CPCCN). En consecuencia, admitida la revocatoria, las
costas recaeran sobre el acreedor peticionante, salvo que haya tenido razones para litigar y se
impongan en el orden causado y, confirmada la quiebra, aquellas seran cargadas al concurso (art.
240, LCQ), incluidas aquellas originadas en la defensa del fallido, difiriéndose la regulacién de
honorarios para el momento determinado por el art. 265, LCQ.
La resolucién que recaiga en el incidente es apelable (art. 285, LCQ) y se concedera con efecto
suspensivo cuando haga lugar ala revocatoria (arts. 273, inc. 4, y97, LCQ), es decir, no se ejecutara
revocando la sentencia de quiebra hasta que no adquiera firmeza, y en cambio la que mantiene
la quiebra tiene efecto devolutivo en los términos del art. 97, LCQ -analogamente art. 96, ultimo
parrafo, LCQ- por lo que no se afectara la quiebra hasta la resolucién final de la alzada (ZAVALA
RODRIGUEZ - GEBHARDT). Entonces, la quiebra no quedara revocada hasta que la sentencia que
resuelve la reposici6n adquiera firmeza.
ERREIUS 345
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
como una variante de la reposicion, por lo que en algunas situaciones debe remitirse a sus normas
y, en otras, la previsidn es comuin a ambos remedios impugnativos.
El] remedio consiste en acreditar, por parte del fallido, que se encuentra in bonis. El funda-
mento de la revocacion inmediata sera la inexistencia del estado de cesacién de pagos, desacre-
ditando el hecho revelador tenido en cuenta por el juez para decretar la quiebra, cuando aquel
unicamente ha sido uno o varios incumplimientos morosos, Este remedio procesal tiene viabili-
dad tnicamente cuando el hecho revelador de la insolvencia ha sido la mora en el cumplimiento
de una obligacién. Cualquier otro hecho revelador que no sea la mora en el cumplimiento de las
obligaciones, que haya exteriorizado el estado de cesacién de pagos, enerva la viabilidad del le-
vantamiento sin tramite.
Se trataria de una reposicion especial que atacaria solamente, la sentencia de quiebra directa
forzosa. El levantamiento sin tramite es una clara recepcién de un modo de autocomposicién de
la litis en materia concursal, una manifestacién del sobreseimiento de tramite de ejecucion.
1. Trdmite
El art. 96, parr. 1, LCQ, autoriza al fallido a depositar el importe correspondiente a los créditos
-y sus accesorios- con cuyo incumplimiento se acredité el estado de cesacién de pagos.
El término para plantear el levantamiento sin tramite, es el prescripto por el art. 94, LCQ, es
decir, desde la clausura o incautaci6n o desde la ultima publicacidn de edictos, si se produjese
anteriormente.
Se ha discutido en doctrina si es posible intentar las dos impugnaciones, la de reposicion y
el levantamiento sin tramite, o una excluye a la otra. Los que pregonan permitir la interposicion
simultanea entienden que primero debe resolverse el levantamiento sin tramite y luego la repo-
sicidn (HEREDIA). Sin embargo, en atencidn a la autonomia que se les reconoce a dichos medios
impugnativos, los remedios son excluyentes y el fallido debe elegir, si no importaria un doble re-
clamo (CAMARA, ROUILLON).
En cuanto a la legitimacién activa, ella solo le corresponde al fallido. Ni siquiera, dicha legi-
timacién, puede ser extendida a los socios con responsabilidad ilimitada, pues para levantar la
quiebra es necesario acreditar que la sociedad se encuentra in bonis, siendo irrelevante la situa-
cién patrimonial de los socios solidarios, quienes son declarados en quiebra en forma refleja y en
su caso, la prueba de estar en fondos de la sociedad debe ser efectuada por la fallida. El depdsito
hecho por el socio no enerva el estado de cesacién de pagos de la sociedad, tratandose entonces
del depdsito efectuado con fondos de tercero, inadmisible a los fines de revocar la quiebra. Tam-
poco el socio podra levantar su propia quiebra extendida de la social a través del deposito porque
su estado patrimonial no es presupuesto de su declaracion de quiebra por lo que el levantamiento
sin tramite es inidéneo a tales fines.
La cuestion se resolvera inaudita parte, sin intervencion del acreedor peticionante de la quie-
bra ni del sindico.
E! remedio procesal consiste en el depdsito, efectuado con fondos propios del fallido. Como
con el depésito el deudor acredita encontrarse in bonis, no se lograria tal propésito con la sola ma-
nifestacién del acreedor de haber cobrado, asf como tampoco tendria virtualidad el pago hecho
por terceros, porque no desvirtua que el deudor esta en default.
Atento la necesidad de que el deposito sea integro, debe contener el importe del capital y sus
accesorios, es decir, intereses desde la mora gastos y las costas que integran el crédito (no las de
la quiebra). Sin embargo, el juez debe ser algo flexible al resolver, pues si entiende desacreditado
el incumplimiento y, por ende, la insolvencia, debe admitir el levantamiento de la quiebra si el
depésito estima una suma para intereses -al no haber liquidacién- que no es notoriamente in-
suficiente, integrandose el resto en un plazo perentorio luego de la aprobaci6n de la liquidacién.
Dichas sumas pueden ser dadas por el fallido, en pago o a embargo, e incluso de manera mixta
o multiple si son varios los incumplimientos revelados. En el caso que se dé en pago, el fallido no
tiene intencién de desconocer los créditos, por lo que libremente podran ser retirados los fondos
por el o los acreedores, Cuando la intencion sea discutir los créditos debera darlo a embargo y,
en tal caso, el juez trabara embargo sobre las sumas depositadas y el acreedor debera transitar
el juicio que corresponda, para lograr cobrarse, y allf el deudor podra oponer las defensas que le
incumban. Resultaria apropiado que cuando se trabe el embargo el juez concursal determine un
plazo perentorio para que el acreedor inicie su accidén, bajo apercibimiento de liberar los fondos,
con el fin de que los mismos no queden inmovilizados hasta la prescripcion de la accion.
También el deposito debe comprender todos aquellos créditos que funden pedidos de quie-
bra que hayan quedado pendientes, salvo que respecto de ellos se demuestre prima facie la ilegiti-
midad del reclamo, sin perjuicio de los derechos del acreedor (art. 96, parr. 2, LCQ). Tal solucién le
permite al deudor defenderse ante todos los pedidos de quiebra efectuados en su contra. Como se
levanta la quiebra, dichos pedidos de quiebra cesaran quedando al acreedor la accion individual
correspondiente. Debe incluirse dentro de las peticiones en tramite, aquellas admitidas el mismo
dia de la sentencia de quiebra, aunque no aquellas que solo fueron presentadas sin resolucién
judicial alguna que las admita como tal. Sin perjuicio de lo expuesto, el juez de la quiebra, si se
demostrare prima facie con el mero alcance de verosimilitud la ilegitimidad de los créditos por los
que se pidio la quiebra al fallido en otros tramites, podra eximir el depésito de dichas acreencias.
2. Resolucion
El depésito efectuado sera directamente analizado por el juez sin necesidad de que se corra
traslado alguno al acreedor ni al sindico, El juez no solo analizara la pertinencia del deposito sino
fundamentalmente la inexistencia del estado de cesacion de pagos, pero no debera pronunciarse
sobre la controversia del derecho existente entre el deudor y el acreedor
Conforme al parr. 3 del art. 96, LCQ, resuelta la cuestion y revocada o levantada la quiebra, la
misma quedara supeditada al depésito por parte del deudor, dentro de los cinco dias, de la suma
que se fije en dicha resolucion para responder a los gastos del concurso, pues las costas le seran
impuestas. El depdsito de los gastos es un recaudo de ejecucién del levantamiento (Marria) y no
condicién de este.
La resoluci6n que deniega el levantamiento, sera apelable inicamente por el deudor, con
efecto devolutivo (art. 96, parr. 4, LCQ). El recurso sera resuelto por la alzada sin sustanciaci6n.
Claramente carecen de legitimacidn el sindico y los acreedores. Tampoco puede apelar, como se
propuso, el acreedor cuyo crédito fue considerado ilegitimo y no fue depositado, pues alli debera
ocurrir por la via ordinaria correspondiente. En tal sentido, la resolucién que revoca la quiebra es
inapelable, pues no produce gravamen irreparable, ya que no causa estado y podra peticionarse
nuevamente la quiebra.
ERREIUS 347
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
dos, los efectos de la revocacion no se retrotraen, por lo que, la ley debio prever los efectos que se
producirian sobre ciertas situaciones cumplidas mientras la quiebra estaba decretada.
Se dispone que los actos otorgados por el sindico en sus funciones son validos y oponibles al
deudor, incluso la disposicidn que se haya hecho de los bienes perecederos, teniendo este solo
derecho a que se le entregue el producido de dichas ventas. Asimismo, resulta oponible al deudor,
la resoluci6n que se haya operado de los contratos en curso de ejecucion. Es una suerte de estabi-
lidad de los efectos consolidados.
En el caso de que el deudor haya realizado actos como sino estuviese fallido, en contradicci6n
con el desapoderamiento, al revocarse la quiebra y sus efectos, tales actos seran plenamente vali-
dos (FERNANDEZ). Pero mas alla de ello, cesan los efectos patrimoniales -se restituyen los bienes
al deudor- y también los personales, cesando el denominado status de fallido. Los acreedores
recuperan sus acciones individuales e incluso la posibilidad de solicitar que se decrete nueva-
mente la quiebra de su deudor. Cesa la actuacién de los funcionarios que forman parte del oficio
falencial.
2. Dafios y perjuicios
Innecesariamente la ley prevé una norma superflua sobre danos y perjuicios por la revocacion
de la quiebra, los cuales se podrian reclamar por los principios generales de la reparacién de da-
nos. El antecedente de la norma, contenido en la ley 19.551, solo habilitaba el reclamo del dao
moral, pues remitia al art. 1078, CC, igualmente el precepto viene previsto, de una u otra forma,
desde los cédigos de comercio, donde se discutia sobre cuando el acreedor estaba obligado a in-
demnizacién, cuando actuare con culpa leve, con dolo 0 con culpa grave.
En el art. 99, LCQ, se prescribe concretamente el derecho a reclamo de danos y perjuicios
contra el peticionante de la quiebra, cuando exista revocacion de la sentencia, importando ello un
caso de responsabilidad extracontractual subjetiva (aquiliana).
Como tal deben cumplirse los postulados exigidos por el sistema de responsabilidad civil,
debe haber un dano material y/o moral, producido por una conducta (accién u omision) antiju-
ridica o ilicita (contraria a una norma juridica), es decir que debe darse la triple relacién dafio-
norma-accidn. Ademas de ello, debe haber un factor de atribucién o de imputacion legal que
determine el sujeto responsable y haga cuartipartita aquella relacion, siendo la nueva postulacion
dano-norma-accién-responsable (factores objetivos o subjetivos). Y finalmente, debe existir una
relacién de causalidad (causalidad adecuada) que ligue la accidn antijuridica del sujeto respon-
sable con el dafio producido.
Son presupuestos del reclamo de dafios y perjuicios falencial, la revocacién de la sentencia
de quiebra por haberse peticionado la quiebra sin derecho (conducta ilicita o antijuridica), lo
cual se le atribuye al acreedor peticionante a titulo de dolo o culpa grave (factor de atribucién o
imputabilidad legal) y finalmente que se haya causado un menoscabo al deudor (dafo) en virtud
de dicha quiebra (relaci6n de causalidad). Pareciera que la accién legislada concursalmente no
permite recurrir a factores de atribucién objetivos como seria el abuso del derecho, pero ello no
excluye que pueda demandarse por responsabilidad a través de una accién ordinaria tramitando
ante el juez natural competente y no ante el juez del concurso. Ello no impide que si el abuso del
derecho queda subsumido en alguno de los factores de atribucion subjetivo de responsabilidad
determinados por la ley (dolo 0 culpa grave) puede demandarse los dafos en sede concursal
Se ha discutido sobre la legitimacién activa de esta accion diferenciandose los remedios im-
pugnativos en virtud de los cuales se ha revocado la sentencia de quiebra, admitiéndolos algunos
solo ante la revocacion de Ja quiebra por intermedio de incidente (art. 94, LCQ) (MaFFia) y no
para el caso del levantamiento sin tramite (art. 96, LCQ). Aunque en realidad, el presupuesto de
admisibilidad que deja expedita la accién es la revocacién de la quiebra sin que se diferencie a
través de qué medio impugnativo se llegaa ella, pareciera que cualquiera sea el remedio utilizado,
siempre la revocaci6n se produce por inexistencia de presupuestos sustanciales para la existencia
de la quiebra, y los dafios y perjuicios que se reclamen tienen la misma entidad (HEREDIA). Tam-
bién tienen legitimacién activa los socios con responsabilidad ilimitada que lograron revocar la
sentencia de la sociedad 0 la propia.
V. INCOMPETENCIA
Como tltima defensa prevista por la ley contra la sentencia de quiebra, se encuentra el plan-
teo de incompetencia que importa una medida dilatoria que no deja sin efecto la falencia, sino
que produce la remisién del expediente al juez competente. No se trata de un verdadero recurso
contra la sentencia de quiebra, sino que técnicamente es una excepcion dilatoria de declinacion
de incompetencia.
La oportunidad es la prevista por el art. 100, LCQ. Sin embargo, dicho momento, no es el pri-
mero que puede ser planteada 0 resuelta la incompetencia. El deudor ya pudo haberla opuesto al
contestar la vista del art, 84, LCQ, supuesto en que al resolverse por la competencia imposibilita
el planteo en la oportunidad posterior ala quiebra, por haber cosa juzgada al respeto. También el
juez pudo haberla resuelto ex officio al peticionarse la quiebra 0 al momento de resolver de decre-
tar la quiebra, lo que no obsta el planteo del deudor luego de decretada la quiebra, Todo esto no
impide que se plantee la inhibitoria ante el juez que se entienda competente.
La incompetencia pueden oponerla el deudor -siempre que la quiebra no sea voluntaria- 0
cualquier acreedor con excepcion del peticionante de la quiebra, y el plazo es el de cinco dias
desde la clausura, incautacion o ultima publicacién de edictos, lo que ocurra antes para el deudor,
mientras que para los acreedores necesariamente el plazo se contara desde la ultima publicaci6n
edictal.
Solo procede en quiebras directas; en las indirectas, la competencia fue atribuida y consenti-
da al juez donde tramit6 el concurso preventivo, siempre conforme al art. 3, LCQ.
Participardn del incidente (art. 280 y ss., LCQ) el deudor, el sindico, el acreedor peticionante
de la quiebra y el acreedor que haya planteado la incompetencia en su caso.
La ley prescribe que, en principio, no cesan los efectos de la quiebra, pero también prevé otro
efecto, algo ins6lito, que se produce desde la interposicién de la incompetencia, pues se prevé
que si el fallido, ahora exclusivamente persona juridica, se encuentra inscripto en el Registro Pu-
blico de la jurisdiccidn del juzgado no se suspendera el procedimiento por la mera interposici6n
de la incompetencia, lo que hace entender a contrario sensu que si no obra dicha inscripcion, el
proceso se suspende. La solucion legal beneficia con la suspension del proceso, en cierta forma,
a aquel deudor que teniendo la obligacién de inscribirse no lo haya hecho, privilegiandose asi la
irregularidad. Si bien es cierto que la inscripcion haria presumir que la competencia corresponde
al juez que declaré la quiebra, para evitar tal diferencia, que perjudicarfa en cierta manera al su-
jeto irregular, deberia preverse que el procedimiento no se suspenda por la mera interposicion de
la defensa para ninguno de los casos, Lo que hace suspender la interposicién de la incompetencia
es el proceso falencial, pero no los efectos sustanciales de la quiebra, es decir que siguen aplican-
dose los efectos patrimoniales (desapoderamiento) y personales.
Declarada la incompetencia dehe remitirse el expediente al juez competente, aunque sea de
otra jurisdiccion, siendo plenamente eficaces los actos cumplidos. La ley concursal se aparta de la
solucién dada por los cédigos rituales locales, que disponen, en caso de que la competencia sea
atribuida a un juez de otra jurisdiccién, el archivo del expediente tramitado ante el juez incom-
petente.
ERREIUS 349
CAPITULO XXIV
CONVERSION DE LA QUIEBRA
EN CONCURSO PREVENTIVO
I. INTRODUCCION
Se conocio siempre en el derecho concursal a la conversion como aquel pasaje del concurso
preventivo ala quiebra. Actualmente también se transforma el concurso de liquidativo a conser-
vatorio.
Tal transformacion se lleva a cabo a través de un instituto incorporado por la ley 24.522 que
impone la conversién de la quiebra declarada en concurso preventivo, Anteriormente, existia el
acuerdo resolucitorio de la quiebra que consistia en que el deudor quebrado lograra un acuerdo
con sus acreedores en una junta, para concluir la quiebra y lograr la aplicacidn de los efectos del
concurso preventivo, El acuerdo resolutorio no proporcionaba los frutos pretendidos de las leyes
anteriores, importando un reiterado fracaso desde los antiguos cédigos de comercio. Ello se debia
al momento en que dicho acuerdo podia ser negociado, pues se producia avanzada la quiebra,
con fuertes efectos del desapoderamiento de los bienes. No se lograba la recuperacion de la ren-
tabilidad de la actividad ni la superacién de la crisis sin la administracidn a cargo del deudor, y
mucho menos con su actividad paralizada, sumado a ello, la descontianza que importaba encon-
trarse en estado falencial.
El origen de la conversién como la regula la ley actual se encuentra en el Bankrupicy Code
norteamericano (Dasso), donde se permite al deudor concursado transformar el proceso de li-
quidacién del Chapter Seven al de reorganizacién del Chapter Eleven. Sin embargo, Rusin afir-
ma que nace de un debate generado en el seno de la Comisi6n Reformadora del Ministerio de
Justicia de 1991 del cual formaba parte. Dicho proyecto se orient6 hacia legislaciones europeas
respetando el principio de unidad concursal, y el proyecto del Ministerio de Economia, que a la
postre fue ley, se alimenté mas del derecho anglosajén, aunque el tema tiene ribetes distintivos.
En el derecho italiano, la Legge Prodi autoriza la conversién de la quiebra en el procedimiento de
la administracion extraordinaria.
No existen dudas respecto a que, en el derecho concursal actual, la conversién puede ser del
concurso preventivo en quiebra -como lo fue histéricamente- 0 del proceso concursal liquidativo
a otro conservatorio.
La transformacién del proceso preventivo a la quiebra se hace aplicando estrictamente el
principio de unidad, sin extinguirse un proceso para iniciar el otro, se hace en forma continuada;
en cambio, en la conversién de la quiebra en concurso preventivo, se deja sin efectos concursales
al proceso iniciador. La realidad indica que no se convierte el tramite, se transforma el proce-
so, toda vez que existe una imposibilidad técnica de convertir el proceso falencial en preventivo
(GARAGUSO).
ERREIUS 351
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Legitimacién
Aunque de una manera un tanto imprecisa el art. 90, LCQ determina los sujetos legitimados
para convertir su quiebra en concurso preventivo,
Es tan defectuosa la técnica legislativa utilizada para determina la legitimacion de la conver-
sién, que no puede decirse que la misma sea enunciativa o taxativa, ni respecto de la admision
ni de la exclusion, sino que indefectiblemente debe hacerse una interpretaci6n cientifica de la
norma y de los principios concursales en generales, los cuales impiden hacer una exégesis es-
trictamente literal, y analizar cada caso en particular con las particularidades que cada uno trae
y mucho mas importante con las consecuencias que acarrea. En realidad, la ley debid limitarse a
decir que podian convertir su quiebra aquellos que puedan concursarse preventivamente y luego
enumerar taxativamente las exclusiones, pero no como se hizo, que se enumeran admisiones y
exclusiones, quedando casos implicitamente en zonas grises que hacen al intérprete decidir su
legitimacién o no.
Es claro que unicamente se encuentra legitimado para promover la conversi6n en concurso
preventivo el deudor fallido, no pueden convertir la quiebra ni los acreedores, ni terceros, ni el
sindico, ni el juez ex officio.
En principio debe tratarse de un sujeto habilitado para solicitar su concurso preventivo. Podra
ser persona humana 0 juridica -incluso en liquidacién-, con participacién estatal, el patrimonio
del fallecido, deudores domiciliados en el extranjero (arts. 2 y 5, LCQ) y las mutuales (ley 20.321,
modificada por la ley 25.374). Estan excluidas de la conversién las aseguradoras (ley 20.091), las
AFJP (ley 24.241) y las entidades financieras (ley 21.526 con la reforma de la ley 25.780).
El parr, 2 de la norma permite convertir la quiebra en concurso preventivo a los socios con
responsabilidad ilimitada cuya quiebra se ha extendido en forma automatica (art. 160, LCQ). La
ley no se refiere a si dicha legitimacion es a los fines de convertir la quiebra de la sociedad, la
propia o ambas; admitiéndose la conversion de la quiebra del socio coexistiria la quiebra de la
sociedad con el concurso preventivo de aquel, lo que no parece incompatible; en cambio, si se
convirtiese la quiebra de la sociedad desaparece el proceso concursal de los socios, porque no
existe extensidn del concurso preventivo. Lo que realmente habilita la ley es que el socio ilimita-
damente responsable convierta su quiebra, porque la de la sociedad debe hacerla su érgano de
administracion.
Ademias, debe interpretarse a contrario sensu que en los restantes casos de extension de quie-
bra (art. 161, LCQ), aquellos que proceden como sancidn, no existe legitimacion de convertirla
por parte de aquellos fallidos a quienes se les extendio la quiebra, pues dicha extensidn se pro-
duciria incluso estando previamente en concurso preventivo. La ley tampoco los incluye en el
apartado sobre deudores excluidos, pero, la extensién de quiebra es atinente a atribuir responsa-
bilidad por el pasivo de otro, y posibilitarle la conversién impediria los efectos de dicha extensién
(Dasso - MARTORELL). Tampoco la insolvencia es presupuesto de la quiebra extendida.
En el ultimo parrafo de la norma se excluye, es decir no pueden convertir su quiebra, los falli-
dos por quiebra indirecta, los por quiebra directa, pero tramitando un concurso preventivo y los
inhibidos por el art. 59, LCQ. Entonces, no pueden convertir su quiebra, los deudores cuya quiebra
sea indirecta por incumplimiento del acuerdo preventivo, frustracién del concurso preventivo -la
norma dice estando en tramite el concurso preventivo-, hipdtesis en la que se incluiran los casos
de quiebra por no presentacion de la propuesta, no obtencion de las conformidades, fracaso del
salvataje, impugnacién del acuerdo admitida, falta de pago de los honorarios de los funcionarios
del concurso, nulidad del acuerdo. Ademas de ello, tampoco pueden convertir su quiebra, los
fallidos por quiebra directa forzosa por obligacién de causa o titulo posterior a concurso preven-
tivo en tramite. Solucidn que ha parecido severa (IGLESIAS), pero que queda incluida dentro de la
expresion “estando en tramite un concurso preventivo".
ERREIUS 353
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
habilitados para estar en concurso preventivo, y luego enumera los fallidos excluidos, sin men-
cionar al deudor que solicit6é su propia quiebra. También se fundan en el principio de la reforma
concursal de 1995 que flexibilizé el procedimiento preventivo para superar la crisis empresarial,
favoreciendo la solucién preventiva por sobre la liquidativa, La minoria del plenario, con mas rea-
lismo procesal de la cuesti6n, entendi6 que el deudor puede elegir entre pedir su propia quiebra o
su concurso preventivo y optado voluntariamente por la liquidad va consumiendo la opcién legal,
electa una via non datar recursos ad alteram, modificada ella debe exponer y justificar la razon
del cambio de actitud. Entendiendo ademas que “no es necesario que el art. 90, LCQ, inhabilite
expresamente al deudor peticionario de su propia quiebra para solicitar la conversi6n, pues ese
impedimento resulta de principios generales del derecho, de los fines queridos por el legislador y
de otra norma inserta en el mismo cuerpo legal”
En realidad, el deudor que peticioné su propia quiebra y logré que la misma se declare no
podra convertirla en concurso preventivo. El deudor tiene un derecho subjetivo a solucionar su
insolvencia, él mismo lo ejercita a través de las acciones permitidas por el ordenamiento juridico,
que variaran segtin la pretension de este. Si el deudor entiende que el estado de cesacién de pagos
que lo afecta se soluciona a través de la via liquidativa, elegira la accidn de quiebra voluntaria,
que implica una pretensién; en cambio, si entiende que atravesara la crisis a través del régimen
preventivo, incoara el concurso preventivo, lo que implica una pretension totalmente diferente.
El deudor tiene ab initio la posibilidad de ejercer la accidn que sea concordante con su preten-
sion, y elegida la misma no puede modificarla luego de que aquella ha tenido admision procesal
favorable. En derecho procesal (art. 278, LCQ), la conversién del fallido voluntario es inadmisible.
Permitir esta maniobra es convalidad un fraude a la ley (art. 12, CCCN) ya que el deudor para evi-
tar la premura en la demanda de su concurso preventivo y el eventual rechazo de la misma y las
consecuencias del art. 31, LCQ le convendra demandar su quiebra voluntaria, la cual al no cum-
plirse los recaudos del art. 11, LCQ igualmente sera decretada posibilitando al fallido convertirla,
luego de un lapso mas 0 menos prolongado, cumpliendo tales requisitos, habiendo obtenido los
efectos del concursamiento, no desde esta demanda sino desde que peticiono su propia quiebra.
Se configura en una forma indirecta de desistimiento de la quiebra voluntaria lo que no es per-
mitido en nuestro régimen concursal, siendo admisible inicamente la retractaci6n cuando no
existiese insolvencia (art. 87, segunda parte, LCQ), lo que de la misma manera impediria sostener
el concurso rehabilitatorio. No es razonable indicar que la ley no excluye al quebrado voluntario
de los legitimados activos, cuando ni para el caso de admisiones, ni en el de exclusiones, la enu-
meraci6én legal es completa.
A pesar de ello, en resguardo de las garantias constitucionales del debido proceso (art. 18, CN)
debera el juez analizar cada caso en particular, evitando por un lado las maniobras abusivas que
se presentan admitiendo la conversion, como asi también el perjuicio de impedirla cuando real-
mente hubo razones valederas que llevaron a error al demandar la propia quiebra.
2. Tramite
El pedido de conversidn debe hacerse dentro de los diez dias de la ultima publicacién por
edictos de la sentencia de quiebra, independientemente de que el deudor haya tenido conoci-
miento de ella anteriormente. No se trata de un plazo de prescripcién ni de caducidad sino de un
plazo procesal para el cumplimiento de una facultad para ejercer un determinado acto procesal;
por ello, los dias son habiles (art. 273, inc. 2, LCQ) y puede utilizarse el dia de cargo o plazo de
gracia (art. 124, CPCCN). Se trata de un término perentorio (art. 273, inc. 1, LCQ).
Ademas, debe cumplimentarse con los recaudos exigidos por el art. 11, LCQ, para la demanda
de concurso preventivo (art. 92, LCQ). La presentacién se hace en el mismo expediente de la quie-
bra, pues se convierte esta, no abriendo la demanda de conversion -rectius: demanda de concurso
preventivo-, en un proceso concursal aut6nomo.
E] art. 91, LCQ, determina los efectos de dicho pedido de conversion. Es incorrecto entender,
como lo hace HEREDIA, que puedan disgregarse el pedido de conversion y la demanda de con-
curso preventivo, pues la demanda de concurso preventivo importa el pedido de conversion de
la quiebra declarada. No puede haber conversidn de la quiebra sin que se demande la apertura
del concurso preventivo y el quebrado no puede presentarse en concurso preventivo sino es por
medio de la conversidén. En otras palabras, la demanda de concurso preventivo es la que produce
la conversion,
Entonces, la presentacion de la demanda de concurso preventivo que importara la conversion
de la quiebra impide la impugnacidn de la sentencia de quiebra a través de los medios dispuestos
por los arts. 94 y 96, LCQ, y en caso de que ya se los haya interpuesto, se los tiene por desistidos
ipso iure, todo sin necesidad de manifestacién expresa por parte del fallido, es decir que la con-
version presume el decaimiento de la reposicion. El fundamento simple de la previsién es que
deviene abstracto resolver al respecto y la argumentaci6n compleja en apoyo de la soluci6n legal,
es que el recurso impugna una sentencia de quiebra entendida ilegitima y la conversion requiere
una sentencia de quiebra legitima.
Lo que no paraliza el pedido de conversi6n es el planteo de incompetencia en los términos del
art. 100, LCQ, pues las mismas reglas (art. 3, LCQ) para fijar la competencia se aplicaran al concur-
so preventivo. Sin embargo, si se le reconoce al planteo de incompetencia los efectos suspensivos
del procedimiento, el juez no podra avocarse a analizar la conversion.
La ley no prevé que se suspenda el procedimiento de la quiebra con la sola presentacion de
la conversi6n, respecto de lo cual hubiese sido buena solucién que se suspendiera la liquidacién
con excepcion de la que corresponda a los bienes perecederos, igualando asi los efectos de la
presentacién de la reposicién. La previsién del art. 203, LCQ, que impide la realizacién de los
bienes en caso de conversion (art. 90, LCQ) solo es aplicable a partir de la sentencia de conversion
que deja sin efecto la quiebra y abre el concurso preventivo. Entonces la mera interposicién de
la conversion no impide el cumplimiento de los efectos de la sentencia de quiebra, hasta el mo-
mento en que aquella sea admitida judicialmente, De la misma manera, los efectos del concurso
preventivo, especialmente aquellos validos a partir de la presentacion, seran tenidos en cuenta a
partir de dicha demanda y no desde la apertura del concurso preventivo, en tal sentido, la ley no
varia la situacién ya sea se trate de un concurso preventivo originario 0 de uno derivado de una
quiebra convertida.
3. Resolucion
En cuanto al pronunciamiento que debera dictarse al decidir sobre la conversién, impone in-
terpretar que el fallo contendrd dos partes, una que ineludiblemente dejard sin efecto la sentencia
de quiebra y otra que abrira el concurso preventivo con las previsiones del art. 14, LCQ, algo asi
como dos resoluciones 0 decisiones en una sola sentencia. El sentido funcional de la pretension
se orienta en el sentido del favor debitoris corrigiendo la sentencia de quiebra validamente dic-
tada, mediante la sustitucidn de la misma por la sentencia de apertura del concurso preventivo
(GARAGUSO).
El art. 93, LCQ prevé que “vencido el plazo fijo segun el articulo anterior, el juez deja sin efecto
la sentencia de quiebra y dicta sentencia conforme lo dispuesto en los arts. 13 y 14. Solo puede
rechazar la conversion en concurso preventivo por no haberse cumplido los requisitos del arti-
culo 11” El cumplimiento de los requisitos de la demanda de concurso preventivo impone que el
juez decida sobre la conversion (art. 93, LCQ). La conversion extingue el proceso falimentario y se
presenta como una forma especial de concursamiento preventivo.
La ley pareciera que taxativamente permite rechazar la conversién, por la sola causal de in-
cumplimiento de los recaudos del art. 11, LCQ, aunque, igualmente podra rechazarse por la falta
de concurrencia de las condiciones de admisibilidady fundabilidad establecidas legalmente (Ga-
RAGUSO), es decir, cuando la conversion sea extemporanea 0 hubiese sido solicitada por un sujeto
no legitimado para ello (arts. 2, 5 y 90, LCQ) y también cuando el presentante carezca de perso-
neria en los términos de los arts. 6, 7 y 8, LCQ. En caso de no haber ratificaci6n conforme a las
exigencias de los articulos citados se tendra al deudor por desistido del concurso, lo que deviene
insoslayable, aunque la ley no lo prevea expresamente para este caso, porque es necesaria para la
vinculacién de las voluntades involucradas, ademas de que se esta, no solo ante una conversion,
sino ante una demanda de concurso preventivo,
ERREIUS 355
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La resolucién que deniega la conversién es apelable (andlogamente, art. 13 in fine, LCQ), con
efecto suspensivo. El efecto suspensivo del recurso no impide la continuaci6n de la quiebra por-
que tal efecto se refiere a la sentencia denegatoria de la conversién, por lo que no se deja sin efecto
la sentencia de quiebra ni se abre el concurso preventivo, por lo que, en la practica, respecto al
tramite falencial, el recurso funcionarad como de efecto devolutivo. La sentencia que abre el con-
curso preventivo y deja sin efecto la sentencia de quiebra es inapelable, incluso para el acreedor
peticionante de la quiebra.
4. Efectos
Se planted en doctrina los efectos concretos de la conversién sobre la quiebra. La unica refe-
rencia legal para solucionar la cuestién es que la ley expresa que ante la conversion se “deja sin
efecto la sentencia de quiebra’ Se pasa del status de fallido al del concursado preventivamente.
La primera tesis se apoya en la “consecucidn” del derecho italiano y sostuvo que teniendo en
cuenta el principio de unidad del proceso concursal, se debe entender que si fracasa el concurso
preventivo que convirtié la quiebra, continua la quiebra anterior, pues su abrogacién, como pro-
ceso concursal liquidativo, esta sometida a la condicion de que se tramite exitosamente el concur-
so preventivo (CONIL Paz - Mosso - RIVERA), argumentos perfectamente validos pero sostenibles
solamente de lege ferenda. Ello, porque si bien dicha solucidn parece la mas compatible con la
justicia y con los principios concursales, no puede escapar de la previsi6n expresa de la ley que
impone dejar sin efecto la quiebra, lo que implica que no recuperara sus efectos.
La segunda afirma que no afectaria el principio de unidad porque el proceso concursal co-
menzaria con el concurso preventivo y no con la quiebra convertida, por lo que la cristalizacio6n
del pasivo no se producira al momento de la quiebra sino cuando se presenta la conversion, que
implica la presentacidn en concurso preventivo (TRUFFAT - MaFria). Hubiera sido preferible que
se dicte una sentencia de conversidn que respete la consecucién del procedimiento sin solucioén
de continuidad. Marrfa avizora la posibilidad de plantear la inconstitucionalidad del art. 93, LCQ.
Una posicion intermedia es la intentada por HEREDIA, quien entiende que desistido el concur-
sO preventivo que produjo la conversi6n como la sentencia de quiebra ha sido dejada sin efecto,
no puede renacer, sino que se dictara una nueva sentencia de quiebra, importando para nosotros,
como viene propuesto, un supuesto de declaracion de quiebra ex officio que resulta totalmente
desconocido en nuestra legislacién.
Conforme el texto del art. 93, LCQ “el juez deja sin efecto la sentencia de quiebra’ y ello el con-
cluyente, Al dejarse sin efecto la quiebra, no existe una verdadera conversién, porque el concurso
liquidativo no se convierte en conservativo, sino que deja de existir y nace el concurso preventivo,
no hay transformacién, mutaci6n 0 evolucion de un proceso a otro, sino que hay abrogacién de la
quiebra, una revocacion entendida en sentido /aio.
Podria decirse que tal solucién impondria ademas dejar sin efecto la designacién del sindico
de la quiebra y designar uno nuevo para el concurso preventivo. Sin embargo, en la practica es
habitual que el juez haga continuar al sindico ya designado. En principio, como los sorteos de
contadores se hacen independientemente para las quiebras y para los concursos preventivos, de-
jada sin efecto la falencia deberia reintegrarse al contador ala lista y sortear uno nuevo del listado
correspondiente al concurso preventivo.
Aquellos que han hecho cesar los efectos de la quiebra convertida se dividen en dos grupos;
uno, que correctamente, entiende de estricta le ge lata que desistido el concurso no se decreta la
quiebra ni recobra validez la anterior convertida, y el otro afirma que debe decretarse una nueva
quiebra de oficio (HEREDIA), lo que parece una solucién contra legem, atento la improcedencia,
en nuestro derecho, de la quiebra ex officio.
Lamentablemente el texto legal no deja dudas y la quiebra ha sido dejada sin efecto y, por ello,
no recobra su validez. Es decir que, desistido el concurso preventivo que convirtié la quiebra, se
produce solo eso, el desistimiento del proceso y habilita una nueva peticion de quiebra, la cual
no podra ser convertida, pues ello constituiria un ejercicio abusivo del derecho en los términos
del art. 10, CCCN, sometiéndose el deudor a una situacién de concursamiento constantemente
frustrado.
La otra cuestidn, es el caso de los créditos nacidos durante la quiebra dejada sin efecto, que
ante ella eran prededucibles (vgr., honorarios del sindico o del letrado del peticionante de la quie-
bra) y abierto el concurso preventivo, pasan a ser comunes de causa 0 titulo anterior a su presen-
tacién -rectius: conversién-.
Para MARTORELL encuadran en el art. 240, LCQ, igualmente luego de la conversion. Si bien
es cierto, como ha expuesto YADAROLA, que estos créditos se cualifican a partir de dos elementos
basicos: que el crédito haya nacido con posterioridad 0 concomitantemente a la apertura judicial
del concurso, aunque excepcionalmente su nacimiento podia ser anterior y, en el caso de que sea
de fecha anterior, es necesario que se hayan originado en actos que beneficien directamente a la
masa. Si se trata de un crédito de causa anterior a la quiebra, este no sera prededucible, pero en el
caso que estos gastos hayan beneficiado a los acreedores, entra en juego otro principio que es el
del enriquecimiento y se produce la prededucibilidad. Sin embargo, en la conversion, dejandose
sin efecto la quiebra, no puede afirmarse que la misma haya beneficiado de alguna manera a los
acreedores y aquella excepcion del crédito prededucible devengado anteriormente al concurso
no resulta aplicable.
Estas divergencias planteadas son consecuencia de la incongruencia ininteligible en su apli-
cacién, y ello es verdad, solo se tuvo en cuenta que el traspaso del proceso liquidativo al preven-
tivo debia hacerse al poco tiempo de decretada la quiebra y no cuando ella ya ha avanzado, para
asi posibilitar la utilizacidn del instituto y que no pasase intrascendente como el anterior acuerdo
resolutorio. Todo ello no puede ser compatibilizado con el verdadero tramite del proceso concur-
sal y principalmente con la unidad, que lo rige como principio. La conversién historicamente fue
conocida de preventiva a liquidativa y ha tenido un amplio desarrollo doctrinario y jurispruden-
cial para concatenar los efectos producidos en el concurso preventivo luego devenido en quiebra
indirecta. Ello falta atin en la conversién de la quiebra en concurso preventivo, lo que unicamente
se solucionaria con una modificacion legislativa.
ERREIUS 357
CAPITULO XxV
EFECTOS PERSONALES
I, INTRODUCCION
Son diversos los efectos que produce la sentencia de quiebra. Constituida la quiebra de iure, la
misma acarrea consecuencias patrimoniales y personales.
La sentencia de quiebra produce efectos en forma inmediata. El dies a quo de la produccion
de los efectos falimentarios es el dictado de la sentencia de quiebra sin importar el momento en
que la misma adquiera firmeza (doct. arts. 106, 128, 234 y cones., LCQ). Al reconocerse la exis-
tencia del estado de cesacidn de pagos y de tratarse de un sujeto concursable (presupuestos sus-
tanciales) se abre el proceso concursal y se crea la quiebra. De tal manera la sentencia de quiebra
declara la existencia de la insolvencia y constituye el estado falencial. La quiebra decretada pro-
duce efectos en diversas direcciones temporales, para el pasado, presente y futuro (SATANOWSKY).
El hecho de que los efectos se produzcan desde el mismo dictado de la sentencia, los actos
realizados el mismo dia deben ser considerados posteriores a la quiebra, porque la sentencia de
quiebra al ser fechada tiene efectos en relacién al dia en que se dicta y desde la hora cero de dicho
dia, siendo irrelevante a tales fines, la alegacidn de buena fe o ignorancia del tercero (CAMARA).
Prevalece el interés general concursal por sobre el particular, atento que el presupuesto concursal
sustantivo se constituye en un periodo de tiempo anterior a la quiebra, perfectamente conocido
por el fallido.
La quiebra en sus origenes era considerada un delito y en relacién a los efectos personales
sobre el fallido extremadamente sancionatoria. En aquella época existian verdaderos efectos per-
sonales.
En la actualidad, los efectos personales, se traducen en limitaciones a la libertad personal
del fallido. Sin embargo, la quiebra, procedimiento universal de tinte netamente patrimonial, no
deberia producir efectos personales. Esto es el status de fallido del que ha hablado PajarpI. Aun-
que, en realidad, la distincion entre efectos personales y patrimoniales es relativa, pues los efectos
recaen siempre sobre el fallido, dado que no puede separarse el patrimonio de la persona, porque
es un atributo de ella. Sin embargo, lo que se llama efectos personales son los que recaen sobre
la persona del fallido strictu sensu. Se esta ante consecuencias que surgian de antiguas concep-
ciones continentales de la quiebra, que entendian al quebrado como un defraudador, decoctor
ergo fraudator, existiendo contra el fallido una presuncién de fraude. Se trata de efectos que ac-
tualmente fueron morigerados por las legislaciones modernas, principalmente las que se estan
adecuando a modelos anglosajones. Se pasa de las penas infamantes de los estatutos italianos
(prision, tortura y muerte, la rotura del banco del mercado, etc.) a la consideracion de la quiebra
como un desenlace propio del ejercicio del comercio.
ERREIUS 359
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Estos efectos personales son conocidos como interdicciones legales, dirigidas al fallido y no
directamente a proteger intereses de los acreedores (HEREDIA). Entre los efectos personales, en
la ley concursal se encuentran la cooperacion del fallido, la limitacion a la libertad de salida del
pais, intercepcién de la correspondencia y limitaciones para el ejercicio de ciertas actividades, lo
que se conjuga con la inhabilitacion que produce la quiebra. Ello no implica incapacidad alguna,
de hecho, ni de derecho.
Hay que reconocer que estas restricciones a derechos, no tendrian ningun sentido sino vienen
impuestas, aunque sea en forma indirecta, en protecci6n del interés de los acreedores a quienes
afecta la quiebra. En otras palabras, si bien estos efectos estan dirigidos al fallido tienden a hacer
efectiva la finalidad de la quiebra, en resguardo de los intereses protegidos por el concurso.
Es indiscutible el anacronismo y sinsentido de la regulacién legal en la materia, sumado a la
ausencia de aplicacidn practica de los preceptos. Carece de sentido la imposicién del deber de
colaboracién sin ninguna sancién concreta por su falta de cumplimiento. Es inapropiada la inter-
diccion de salida del pais a esos fines si en definitiva no puede hacerse cumplir al fallido la orden
de informar sobre su patrimonio si es reticente a ello.
1. Deber de cooperacién
En derecho procesal que cuando una persona se somete a la jurisdicci6n debe hacerlo con
buena fe y con el deber de auxiliar a la justicia, esto es, facilitar el conocimiento de los hechos y
contribuir para el desarrollo normal del tramite.
En el art. 102, LCQ, bajo el rétulo “cooperacién del fallido’ la ley prevé que el deudor fallido y
sus representantes, y los administradores cuando se trate de una persona juridica, deben prestar
toda colaboracién al oficio falencial (juez, sindico) cuando les sea requerido para determinar la
verdadera situacion patrimonial del fallido, ya sea en su faz activa -bienes- o en su faz pasiva -
deudas-. Tal dispositivo alcanza a los herederos en la quiebra del patrimonio del fallecido, pero
no en el caso de muerte del fallido.
En el caso de persona humana, se entiende por representantes a aquellos que tienen faculta-
des de administracion (vgr., factor), por lo que no alcanza al representante que no tenga injeren-
cia en la administracidn, pues el mismo no tendra conocimiento sobre la situacion patrimonial
del deudor, asi como tampoco a los apoderados judiciales, quienes se encuentran bajo el secreto
profesional (HEREDIA).
No se trata como expresa la ley de “los administradores de la sociedad” sino que la cuesti6n
debe ser extendida a cualquier persona juridica. Se ha discutido en doctrina el alcance del deber
de cooperacién de los representantes y administradores de la fallida, cuando se trate de personas
juridicas. Por un lado, se sostuvo que solo correspondia a quienes ejercian tales funciones al mo-
mento del decreto de quiebra (CAMARA) y para otros obligaba también a quienes lo hayan sido
desde la fecha del inicio del estado de cesacién de pagos, aunque no estuviesen en funciones al
momento de la quiebra (QUINTANA FERREYRA). Sin embargo, ello no puede ser asi, porque los ex
administradores no forman parte de la persona ideal al momento de la quiebra y ello no imposibi-
lita que los que ejercen dicho cargo contemporaneamente con la quiebra no puedan colaborar y
dar informacion sobre cuestiones acontecidas con anterioridad. Si bien es cierto que la situacion
patrimonial que debe analizarse es la anterior ala quiebra, también lo es que a aquellos ex admi-
nistradores 0 ex representantes no puede extendérseles un deber que pesa en realidad sobre la fa-
llida de la cual no forman mas parte. Ello, sin perjuicio de que puedan quedar luego involucrados
por las acciones de responsabilidad falimentaria o social.
Teniendo en cuenta la naturalezay el objeto de la obligacion, la misma no puede ser delegada.
Si bien, respecto de la forma de hacerse efectiva la prevision legal, la norma dispone expre-
samente, y de acuerdo con el art. 274, inc. 1, LCQ, que sera el juez quien hara comparecer al falli-
do, incluso por la fuerza publica, a dar explicaciones, también podra requerir tal colaboracion el
sindico en ejercicio de las atribuciones del art. 275, inc. 3, LCQ, principalmente al momento de
proceder a la incautacion de los bienes y en la etapa tempestiva de verificaci6n. En caso de que el
funcionario crea necesaria la fuerza publica para el comparendo debe solicitarselo al juez. Para
el cumplimiento de dicho deber no puede dejarse de lado la garantia constitucional que exime al
declarante de manifestarse en su contra (art. 18, CN), por lo que no corresponde disponer el jura-
mento de decir verdad. No existe sancidn alguna si se negase a dar las explicaciones requeridas,
por lo que su silencio no acarrea consecuencia alguna.
La ley 19.551 también preveia la posibilidad de arrestar a quien incumpliera con tal deber de
colaboraci6n, por el término de treinta dias. Resabio de los efectos penales que producia anti-
guamente la quiebra. Igualmente, ello no era aplicado con asiduidad en la practica, sino que en
algunas oportunidades se imponia multa por el incumplimiento.
El deber de colaboracién perdura durante todo el proceso hasta que se concluya la quiebra
(RIVERA - ROITMAN -ViTOLO) y se trata de un deber juridico personalisimo que no se transmite a
los herederos.
A los fines de posibilitar el cumplimiento efectivo del deber de colaboracién que pesa sobre
el fallido, la ley le impone una restriccién ambulatoria que le exige solicitar autorizacién judicial
para salir al exterior del pais. La interdiccidn no es absoluta y no determina la obligacién de resi-
dencia en el pais, La prevision se relaciona con el inc. 8 del art. 88, LCQ, que impone realizar las
comunicaciones necesarias para que el fallido no pueda salir sin la debida autorizaci6n judicial
mientras dure la interdiccién,
La interdiccién para salir del pais es otro resabio de la antigua quiebra que producia el arresto
del fallido. No solo se privaba al deudor de la libertad ambulatoria sino de la libertad personal en
general, porque se presumia que el quebrado era un deudor fraudulento.
Dicha medida no tiene connotaciones penales, sino que tiende solo a fines de seguridad para
el cumplimiento de la colaboraci6n referida. La norma contenida en el art. 103, LCQ, debe ser in-
terpretada con criterio restrictivo para no ver asi afectada la garantia constitucional de la libertad
ambulatoria (art. 14, CN), lo que hace primar el otorgamiento de la autorizacién, la cual no puede
verse condicionada por requisitos ajenos a los expresamente previstos por la ley, La aplicaci6n de
la autorizacion para viajar al exterior, no puede desvirtuar ni desnaturalizar la proteccién consti-
tucional, por lo que la ponderacion judicial debe ser siempre a favor de su otorgamiento (RIVERA
- ROITMAN - VITOLO).
Se trata de una prohibicién instrumental, en tanto esta prevista para posibilitar el deber de
colaboracién. No tiene una finalidad en si misma, represiva o sancionadora, sino que es com-
plementaria de la obligaci6n de cooperacion. La medida se hace efectiva con su toma de razon
en el Registro de Aptitud Migratoria de la Direcci6n Nacional de Migraciones, dependiente del
Ministerio del Interior.
La estricta interpretacién impone que la norma solamente afecte al fallido persona humana,
incluidos los socios con responsabilidad ilimitada (art. 160, LCQ) y a los administradores de la
persona juridica. En cuanto a estos tltimos, la hermenéutica estricta que exige la interdicci6n,
impone que solo sean aquellos que se encontraban en funciones al momento de decretarse la
quiebra, quedando fuera del alcance de la restriccié6n aquellos que por cualquier causa ya no lo
estuviesen. Tampoco quedan incluidos los representantes de la persona juridica, los sindicos de
las sociedades anénimas, la comisi6n fiscalizadora, y los directores suplentes que nunca entraron
en funciones.
En principio, la necesidad de autorizacién judicial para ausentarse al exterior se requiere has-
ta la presentacion del informe general por el sindico. El pedido tramita a través de una simple
incidencia dentro del expediente principal, con intervencién de la sindicatura. En la presenta-
cién, el concursado debe indicar fecha del viaje -salida y llegada-, su destino y la causa de este. Se
resolvera previa vista al sindico.
El juez otorgara la autorizacién siempre que la presencia del sujeto, en los términos del art.
102, LCQ, no sea requerida o cuando la solicitud se funde en casos de necesidad y urgencia en
realizar el viaje. Puede darse el caso en que se superponga la necesidad de la colaboracidn del
fallido con la necesidad y urgencia del viaje, pareciera que deberia primar el interés del concurso
ERREIUS 361
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
por sobre el personal del quebrado (ARGERI); sin embargo, ello no debe ser tajante y el juez debera
analizar cada caso en particular.
Otorgada la autorizacion, el fallido debera salir del pais con testimonio de la misma.
A través de resolucion fundada el juez podra extender la referida interdiccion. El fundamento
debe centrarse en la necesidad de la colaboraci6n especifica del fallido para recomponer el activo
falimentario, ya no puede referirse a la composicion del pasivo, pues la etapa de verificacion or-
dinaria ya ha sido cumplida. La extensidn no puede superar los seis meses y la resolucidn que la
decida es apelable con efecto devolutivo.
Luego de presentado el informe general y cuando el juez no decida la extension de la interdic-
cidn, el fallido podra solicitar su levantamiento oficiandose al Ministerio del Interior para comu-
nicar tal circunstancia,
Tampoco en este caso, se prevé sancién para el caso de violarse la norma legal, aunque que-
dara enmarcada en la desobediencia de la orden judicial (art. 240, CPen.).
3. Intercepcidn de la correspondencia
E] art. 88, inc. 6, LCQ, prevé que en la sentencia de quiebra el juez ordene interceptar la co-
rrespondencia dirigida al fallido, prescripcidn que se complementa con el art. 114, LCQ, previsto
para la quiebra, que dispone la forma de hacer operativa aquella manda. La finalidad de la pres-
cripcién es tratar de recabar informacién sobre el patrimonio cesante, ya sea ubicando bienes o
conociendo su pasivo.
Se trata de una medida investigativa e inquisitoria. Si bien la norma se encuentra dentro de
la seccidn que regula el desapoderamiento se esta ante un verdadero efecto personal que debe
ser interpretado restrictivamente atento la garantia constitucional de inviolabilidad de la corres-
pondencia epistolar y los papeles privados (art. 18, CN). Es necesario que en caso de que existan
justificativos para el allanamiento y la ocupacién de dichos papeles, una ley regule tal situacion y
eso es lo que hace la ley concursal. El art. 114, LCQ, reglamenta en cierto modo aquella garantia
constitucional. Para algunos la norma es infamante y debe ser derogada (GrisPo). En la actuali-
dad resulta carente de utilidad, pues atento el avance de las comunicaciones es casi imposible
interceptar alguna, en los limites constitucionales, que sea valedera a los fines del concurso.
La norma no solo se refiere a la correspondencia sino también a comunicaciones, lo que per-
mitiria extender la previsién a otros medios ya sean de soporte papel o electrénico incluyéndose
los correos electrénicos, aunque resulta casi imposible su intercepcion o desvio, En contrario, el
art. 88, inc. 6, LCQ, dispone que la sentencia de quiebra solamente ordenara la intercepcion de la
correspondencia y no de toda otra comunicacion.
La intercepcién se cumple remitiendo los correspondientes oficios a las distintas oficinas
de correos, pero también podran tomarse medidas complementarias para interceptar comuni-
caciones que no se corresponda exclusivamente con la correspondencia epistolar, pudiéndose
interceptar correos electronicos a través de comunicaciones dirigidas al proveedor del servicio
de e-mail.
La operatividad de la norma implica que la correspondencia sera abierta en el ambito judicial,
con la presencia del juez, el sindico y el fallido y se debera labrar acta por el actuario. El sindico
solamente debe ocuparse de aquella correspondencia relacionada con el patrimonio y reintegrar
al fallido las estrictamente personales. Cuando la correspondencia tiene contenido estrictamente
personal debe ser reintegrada al fallido y el sindico que tuvo conocimiento de la misma debera
sujetarse al deber tacito de confidencialidad que impone la garantia constitucional. El fallido tie-
ne derecho a conocer el contenido de toda correspondencia y el sindico el deber de mantener
en secreto aquella sin vinculacién patrimonial (PajArD1), En caso de duda respecto del caracter
personal de la comunicaci6n debe resolver el juez teniendo especialmente en cuenta los derechos
del fallido. No afecta la correspondencia enviada por el fallido sino solamente aquella que le sea
remitida a él, la interpretacion restrictiva no nos permite entender otra cosa. Sin embargo, cuando
se trata de una persona juridica, debe interceptarse, asimismo, aquella correspondencia dirigidaa
sus representantes o administradores, cuando sea enviada en tal caractery no en forma personal.
Como en la actualidad las comunicaciones se realizan en forma mucho mas rapida y efectiva,
a través de otros medios que no podran ser controlados por el juez (teléfono, fax, e-mail, etc.), la
prevision es carente de utilidad.
ERREIUS 363
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La muerte, la incapacidad nila inhabilitacién del fallido afectan el tramite de la quiebra, que
es sustituido por los herederos, el representante necesario o curador, segun el caso (art. 105, parrs.
ly3, LCQ).
En el caso del curador, como bien afirma Rivera, no hay sustitucidn del fallido, sino que in-
tegra la declaracion de voluntad del inhabilitado, por lo que existira una participacion conjunta.,
En puridad técnica juridica, los herederos, tampoco sustituyen al causante, sino que lo suceden
y lo reemplazan por modificacién de la relacién sustancial involucrada en el proceso, En el caso
del representante legal, ni sustituye ni sucede, sino que acta en nombre del incapaz. En este caso
también debe asumir el Ministerio Publico la representacién promiscua.
Tampoco la quiebra produce ningun efecto sobre la sucesion, no hay efectos patrimoniales ni
personales sobre los herederos cuando se acepte la herencia con beneficio de inventario para que
no se confundan los patrimonios del causante fallido con el de sus herederos. Soluciones concor-
dantes con el caracter patrimonial del instituto y del proceso falencial. Existe un deslinde entre el
juicio sucesorio y la quiebra, ambos universales, pero con distinto objeto por!o que los efectos pa-
trimoniales quedan reservados para el proceso concursal. El tramite sucesorio debe llegar hasta
el dictado de la declaratoria de herederos 0 aprobaci6n de testamento, sin que se disponga nada
acerca de los bienes, hasta tanto finalice el proceso de quiebra; de existir remanente la sucesi6n
contintia hasta la particién.
Lo mismo ocurre en el caso de la quiebra decretada directamente sobre el patrimonio del
fallecido, pues no deriva de la falencia, efecto personal alguno al respecto, ni afecta a la sucesi6n.
Concretamente, la quiebra produce la disolucién social, asi lo dispone la ley (interpretacién li-
teral), continudndose el proceso liquidativo falencial a ese fin, con la entidad en liquidacion, sin
perjuicio de las posibilidades de reconduccién posibilitadas, no por la ley societaria sino por la ley
concursal, a las que hicimos referencia (interpretaci6n sistematica).
Dicha soluci6n no se ve enervada ante la continuacion de la actividad de la fallida pues, desde
el punto de vista societario, la liquidacidn de la sociedad disuelta puede hacerse con continuidad
de la actividad para transferir el fondo empresarial en funcionamiento y desde la érbita concursal,
la continuidad de la actividad de la empresa en quiebra tiene tal finalidad (TONON).
En principio, la disolucién no se produce cuando la quiebra fue revocada (art. 94 y ss., LCQ)
o convertida en concurso preventivo (art. 93, LCQ) y en caso de conclusién de la quiebra por
avenimiento (art. 94, inc. 6, LGS), pero, en realidad, si dicha falencia culmina por alguna de las
formas de conclusién no liquidativa (falta de acreedores, carta de pago), no quedaria producida
tal disoluci6n.
La disolucién se produciria en casos de falta de activo, distribucién final y pago total y el iter
extintivo culminara con la extinci6n misma de la persona de existencia ideal y las cancelaciones
registrales correspondientes. Pero como bien explica TONON, en el caso de conclusién de la quie-
bra por pago total con saldo para la sociedad debera continuarse con dicha liquidacion a los fines
disolutorios o podria reconducirse el ente en los términos del art. 95, LGS.
ERREIUS 365
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Ley 24.522
La ley 24.522 suprime la calificaci6n de conducta, lo que se venia pregonando desde 1940, en
el Primer Congreso Argentino de Derecho Comercial, sin que nunca se haya adecuado la norma-
tiva penal. Considerado un régimen represivo, el de la calificaci6n de conducta, se sostuvo, luego
de la reforma, que era aplicable el principio de la ley penal mas benigna (C. Nac. Com., en pleno,
ED 128-306), por lo quedaban los fallidos subsumidos en el nuevo sistema inhabilitatorio,
El nuevo régimen inhabilitatorio, instaurado por la ley 24.522 es automatico en cuanto a su
inicio, siendo totalmente objetivo, por la sola existencia de la quiebra, sin ninguna connotacion
subjetiva relacionada con la actuacion del fallido. La inhabilitacién actual, es un mas automatica
que la de la ley 19.551 y menos subjetiva que la de la ley derogada (GARcia),.
Esta inhabilitacién, si bien no importa incapacidad, limita el ejercicio de ciertos derechos del
fallido, afectandolo personal y patrimonialmente, pues tiene consecuencias directas respecto del
desapoderamiento, Es una disminucién en la capacidad. La inhabilitacién falimentaria no debe
ser confundida con otras inhabilitaciones del derecho (civil, penal o comercial), con las cuales,
si bien tiene similitudes, no son idénticas. En tal sentido, la inhabilitaci6n falencial imposibilita
el ejercicio de ciertos derechos o el desempeno de determinada actividad, asi como también la
limitaci6n al ejercicio de ciertos cargos o actividades profesionales (Garcia).
1.1. Efectos
En el parr. 3 del art. 236, LCQ, la ley prevé la posibilidad de prorroga de la inhabilitacidn cuan-
do el sujeto es sometido a proceso penal.
Se discute en doctrina cuando debe entenderse que el fallido ha quedado sometido a proceso
penal. Por un lado, se sostiene que la indagatoria convierte al sujeto en procesado latu sensu; en otro
sentido, se exige auto de procesamiento firme y, en ultimo orden, se entiende que el proceso penal
comienza desde el primer auto que lo abre, independientemente del procesamiento, pues este es
solo una etapa del proceso. Si bien es cierto que el proceso penal no es iniciado con el auto de pro-
cesamiento, y que el primer acto procesal que relaciona al sujeto con el proceso es la indagatoria,
ERREIUS 367
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
del fallido en el medio tempore pero sin afectar los derechos de los terceros adquirentes de buena
fe y a titulo oneroso, que contrataron con el fallido rehabilitado.
La inhabilitacion de la persona fisica cesa igualmente por la conclusion de la quiebra (inclui-
do el caso de conversién en concurso preventivo) producida antes de la rehabilitacién.
ERREIUS 369
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Debe tenerse en cuenta que la resolucién que fija la fecha de inicio del estado de cesacion de
pagos, al adquirir firmeza, hace cosa juzgada respecto del fallido, los acreedores y los terceros que
participaron del tramite, y es presuncién iuris tantum respecto de los no participes, por lo que si
el ex administrador no intervino, podra oponerse a dicha resolucién, probando que el inicio de la
insolvencia fue posterior a su desvinculacion del ente.
El régimen queda complementado con el sistema de responsabilidades de terceros (art. 173,
LCQ), donde se analizard la conducta del cémplice del fallido.
habilitacion. Pero todos los bienes que hasta ese momento estaban sujetos al desapoderamiento
conformando la masa activa de la quiebra, permaneceran en esa situaci6én, y respecto de ellos, el
fallido no readquiere su libre administraci6n y disposicién, lo que fundamenta el mantenimiento
de la traba de la inhibicién general de bienes.
ERREIUS 371
CAPITULO XXxVI
EFECTOS PATRIMONIALES
I, INTRODUCCION
Como instituto y proceso universal destinado a la soluci6n de una afeccion patrimonial, los
efectos principales de la quiebra son aquellos que recaen directamente sobre el patrimonio, es
decir, los patrimoniales. Y todas las demas secuelas de la falencia tienen directa relacion con es-
tos efectos patrimoniales, existiendo una concatenacidn estrecha entre ellos. Como principio, la
quiebra produce efectos patrimoniales y, entendidos ellos en sentido /ato, se abarcaria a todos
los demas efectos, pues de una u otra manera son patrimoniales y afectan al patrimonio in mailis.
Siguiendo la clasica clasificacién de los efectos de la quiebra, se presentan los efectos patrimo-
niales strictu sensu, es decir, el desapoderamiento, como efecto primordial y sustancial, y la incau-
tacién, como efecto formal, a los fines de hacer efectivo aquel desapoderamiento. Si se considera
ala quiebra como productora de efectos patrimoniales se concluye que el desapoderamiento es el
principal de ellos y la incautacién, el modo de hacerlo efectivo. Se busca con ello la cristalizacién
del activo 0, como afirma Marria la conformacion e intangibilidad de la masa activa falencial.
Il. DESAPODERAMIENTO
Como recaudo necesario del concurso liquidativo, la ley prevé una especie de patrimonio se-
parado que queda afectado desde la sentencia de quiebra, al régimen concursal, hasta su enaje-
nacion. El sistema patrimonial concursal impone la afectacién de los bienes que componen el
activo liquidable sobre los cuales los acreedores concursales haran valer sus derechos. E]! efecto
patrimonial de la quiebra por excelencia, el desapoderamiento, descansa en las ideas de patri-
monio y responsabilidad, en la idea del patrimonio como prenda comtin de los acreedores. El
desapoderamiento mantiene incdlume la garantia de los acreedores.
El desapoderamiento, como instituto propio del derecho concursal, es el efecto asegurativo
que permite mantener intangible el patrimonio, para liquidarlo y distribuir su producido entre los
acreedores. Es la inmovilizacién del patrimonio cesante. El desapoderamiento es el efecto sustan-
cial de la quiebra y, la incautacidén, el formal que lo hace operativo. Su antecedente remoto se lo
encuentra en la missio in possesionem del derecho romano y el contrapunto historico lo represen-
ta el arrest process 0 secuestro real del derecho germanico.
El desapoderamiento no requiere, para lograr operar con plenitud y eficacia, materializaci6n
ni exteriorizacién alguna, sino que es un efecto implicito en la sentencia de quiebra (GARAGUSO).
La extensidn del desapoderamiento y su dies a quo detalladamente son previstos por la ley; por
un lado, el art. 106, LCQ, senala que la sentencia de quiebra hace producir el desapoderamiento
como efecto falencial y, por otro lado, el art. 107, primera parte, LCQ, dispone la extensién de
dicho desapoderamiento, el cual se produce ipso iure -desde la sentencia- respecto de los bienes
existentes a la fecha del decreto de quiebra y los que adquiera hasta el cese de la inhabilitacion.
ERREIUS 373
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Naturaleza juridica
Arduamente se ha discutido sobre la naturaleza del desapoderamiento, desarrollandose va-
rias teorfas. Tempranamente fueron descartadas aquellas con fundamentos subjetivos que en-
tendian que la quiebra y el desapoderamiento producian una afeccién en la capacidad del fallido,
atento el caracter del patrimonio como atributo de la personalidad. Se dividian entre las que en-
tendian al fallido como incapaz (Masse) y las que lo consideraban un muerto civil. Con mayor re-
levancia actual, pueden sistematizarse las tesis objetivas en aquellas que entienden que el fallido
pierde la propiedad de sus bienes y ello traspasa al sindico, los acreedores 0 el Estado (Rocco), o
se constituye un ente moral transitorio como patrimonio de afectacién (BONELLI); y aquellas que
afirman que el fallido conserva la propiedad de su patrimonio, las cuales se subdividen en la que
entiende que los acreedores adquieren un derecho real de prenda sobre el patrimonio (KOHLER,
THALLER, BOLAFFIO, NAVARRINI, BRUNETTI, entre otros), la que considera el desapoderamiento
un secuestro, ya sea a través de la teoria de la representacién por parte del sindico (SALGADO DE
SOMOZA, con gran influencia en el derecho germano) 0 como consecuencia procesal, semejante
al embargo, con el fin de la liquidacién (FERRARA, CARNELUTTI, CrcU, SATTA, PROVINCIALI, entre
otros). Otras teorias menos importantes fueron las que consideraron el desapoderamiento como
una hipoteca legal de masa, como un patrimonio de afectacién (CaNDiaN), pérdida de la legitima-
cion, como una transmision fiduciaria (LAFAILLE), entre muchas otras. Ninguna de las antiguas
tesis satisface a la doctrina moderna, pues no se esta ante diferentes naturalezas sino frente a
diversas consecuencias.
En realidad, se reduce el ius abutendi del fallido, limitandose la legitimacién para actuar sobre
su patrimonio, tanto para disponer como para administrarlo, continuando en la titularidad del
dominio de los bienes que componen la universalidad patrimonial. El desapoderamiento no solo
afecta la transmisién de los bienes, sino que también la constituci6n de gravamen y en general la
celebracioén de actos juridicos que importen directa o indirectamente un desmedro patrimonial
(QUINTANA FERREYRA). Se trataria, de una situacién material de aprehensidn del patrimonio para
su administracion, su liquidacién y la proporcional distribucién del producido (PajARDI).
2. Conceptualizacion
brado. El corpus posesorio lo detenta el sindico con la unica finalidad de administrarlo y partici-
par de la ejecucién forzada judicial que se haga, pues nunca posee nomine proprio, es un simple
tenedor de los bienes (art. 1910, CCC).
3. Operatividad
Producido el desapoderamiento del fallido y privado de las facultades de disposicion y admi-
nistracion sobre su patrimonio corresponde al régimen concursal determinar quién las ejercera
y, la funcion le correspondera al sindico. Se busca asi una unidad de direccién a los fines de la
liquidacion. El sindico tampoco representa al deudor ni alos acreedores en la administracién de
los bienes, sino que lo realiza por mandato legal.
La administracién del patrimonio del fallido pasara a manos del sindico del concurso y la
disposicion de los bienes que lo componen, de titularidad del quebrado, estara a cargo del juez
concursal con participacion de la sindicatura (art. 109, parr. 1, LCQ). En consecuencia, no existe
transferencia de dominio de los bienes desapoderados al sindico y mucho menos a sus acreedo-
res. La unica transferencia que se produciria es la de los poderes de administracion y disposicién
del patrimonio cesante a manos del oficio de la quiebra (FERNANDEZ).
En realidad, la actividad del funcionario concursal, en cuanto a la administracién, estara
enderezada a realizar actos de custodia -conservacion fisica-, conservacidn -conservaci6én va-
lorativa- y productividad -administraci6n strict sensu- sobre los bienes afectados al desapode-
ramiento. Y concretamente respecto de los actos de disposici6n -administracion alineativa-, el
sindico participa de la enajenacidn de los bienes que se realiza por cuenta de la quiebra y bajo la
autoridad del juez.
Como el accionar de la sindicatura tiende a la liquidacion del patrimonio y a la distribucién
del producido entre los acreedores, entre los poderes legales sobre los bienes desapoderados no
puede incorporarse aquellos que impidan dichos fines (vgr., liberalidades). Por ello, la adminis-
tracién falimentaria encuentra su razon de ser en la conservacién del patrimonio, ya sea fisica a
través de la custodia 0 juridica conservandolos en especie, valor y percibiendo para el concurso
los frutos de los mismos.
La ley se refiere a los actos de administracion ordinarios, pues cuando se esta ante actos ex-
traordinarios de administracion, el sindico debera requerir autorizacion judicial previa, la decla-
racién jurisdiccional integrara asi las facultades de la sindicatura. Los actos de administracién
extraordinaria se encuentran bajo la orbita del sindico con necesidad de ser integrados por el
magistrado concursal para que aquel pueda realizarlos operativamente (CAMara). Si bien la falta
de autorizacion previa, y mas alla de las sanciones correspondientes al funcionario publico, podra
producir que el acto sea anulado, atento su nulidad relativa (art. 388, CCC) y el caracter integrativo
de la autorizacién judicial, igualmente puede ratificarse judicialmente el acto luego de su con-
figuracion. Ello, porque si bien los actos de administracién, en principio, se encuentran dentro
de la érbita del control judicial, cuando aquellos sean extraordinarios corresponde la actuacién
jurisdiccional directa teniendo el juez, a su cargo, la tutela de los intereses comprometidos en la
falencia (ARGERI).
La operatividad del desapoderamiento hace que pierda vigencia el principio del prior in tem-
pore potior in ius para darle preeminencia a la par condicio creditorum. El concurso hace perder
también la preferencia procesal del primer embargante, ningtin acreedor ante el desapodera-
miento puede ejercitar individualmente sus derechos.
4. Extensién
ERREIUS 375
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
E] desapoderamiento no es un efecto absoluto, pues no se aplica sobre todos los bienes com-
ponentes del patrimonio sino solamente sobre aquellos que componen la prenda comin de los
acreedores del titular de aquella universalidad. Respecto de los bienes excluidos del desapodera-
miento, el fallido conserva sus facultades de disposicién y administracidn. Es por ello que existen
patrimonios separados, uno afectado a la quiebra y al desapoderamiento y otro sin afectacion
falencial.
El art. 108, LCQ, contiene el catalogo de los bienes excluidos del desapoderamiento, los que
importan las excepciones al principio de universalidad concursal consagrado en el parr. 2, art. 2,
LCQ. La enumeracion que hace la norma, como exclusién, debe interpretarse en forma estric-
ta, sin posibilidades de extensién analdgica. En concordancia con tal interpretacion restrictiva
la enumeracion legal es taxativa (CAMARA - GARAGUSO), aunque no produce un numeras clau-
sus, pues deja abierta la posibilidad de ampliacion por intermedio de otras leyes (QUINTANA FE-
RREYRA —- HEREDIA - RIVERA).
Siguiendo a BRUNETTI se ha clasificado a los bienes excluidos del desapoderamiento en bie-
nes indisponibles por su naturaleza (art. 108, inc. 1, 5 y 6, LCQ), bienes indisponibles por ser in-
alienables (art. 108, inc. 3 y 4, LCQ) y bienes indisponibles por ley (art. 108, inc. 2 y 7, LCQ). Para
GARAGUSO, las excepciones legales se dan por razones cualitativas, cuantitativas o temporales.
Son cualitativamente excluidos cuando se tienen en cuenta el sentido econdémico, la posicion del
fallido ante sus titulares o por razones estrictamente humanitarias; en cambio, la exclusi6n es me-
ramente cuantitativa cuando se afecta un determinado porcentaje de los bienes (salarios, remu-
ERREIUS 377
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
fuesen bienes de administracién conjunta existiendo condominio entre los cényuges (doct. 1895,
CCC), salvo que el cényuge del fallido pruebe que sean propios o gananciales bajo su administra-
cion, es decir que debe acreditar haberlos adquirido antes o durante el matrimonio.
La doctrina, desarrollada en tiempos del antiguo Cédigo Civil, era casi undanime sobre el tema,
al entender que la solucién es consecuencia del régimen separado de gestion de bienes que existe
entre los conyuges, ya sean bienes propios o gananciales, quien responde por las deudas es el
cényuge que las ha contrafdo, pues el acreedor contraté con una persona y no con la sociedad
conyugal, y asf queda afectado a la prenda comun de sus acreedores, los bienes propios y los ga-
nanciales que administre el fallido, Por el contrario, y como unica excepcién se entendi6d que la
quiebra produce la disolucién del régimen patrimonial del patrimonio fundandose en art. 1294,
CCiv. -similar al art. 477, CCC) y el cényuge in bonis tiene derecho a los bienes gananciales ne-
tos, sin esperar el remanente que resta una vez desinteresados los acreedores del otro cényuge
(Esparza). Prevalece la primera de las posiciones expuestas atento que el concurso solo habilita
a pedir la disolucidn de la sociedad conyugal, pero no la produce ipso iure. Y en caso de que
sea solicitada dicha disolucion, en la liquidacion de la sociedad conyugal, el conyuge in bonis
solo tendra derecho a la mitad indivisa de los bienes gananciales administrados por el cényuge
fallido, luego de atendidos los acreedores de la quiebra (SCJ Mendoza, salaI ED, 160-72, SCBA,
30/6/2004, “Garcia Diez”). Es decir que el crédito del cényuge no fallido, atento que la disolucién
por causa del concurso, es solicitada y se produce luego de la declaracion de quiebra, es de natu-
raleza posconcursal, Ello, porque con la disolucién del matrimonio y la consiguiente disolucién
de la sociedad conyugal, nace claramente para el c6nyuge no titular el derecho a participar en la
mitad de los gananciales administrados por el otro, en la medida de que esos bienes no hayan
quedado previamente sujetos a la accion de los acreedores por deudas anteriores ala cesacidn de
la comunidad.
Los bienes que no quedan afectados por el desapoderamiento son aquellos propios y ganan-
ciales de titularidad del cényuge no fallido, cuya administracién y disposicidn le corresponden
y también aquellos propios del conyuge in bonis, cuya administraci6n corresponda al conyuge
fallido.
En conclusién, solamente quedan sometidos a la quiebra los bienes que se encuentran bajo el
dominio del quebrado, incluidos propios y gananciales (SCBA, “Garcia Diez’, 30/6/2004).
En relacion al bien de familia se habian reconocido diversas posiciones que no lograban im-
ponerse concretamente en las soluciones jurisprudenciales.
Una, excluia al bien de familia de la quiebra (FLoRIT - Rossi), la cual contaba con escasos
adeptos debido a que afectaba a los acreedores a los cuales el bien de familia les era inoponible;
una segunda que excluye también el bien de familia de la quiebra si se constituy6 antes del inicio
de la fecha de inicio del estado de cesacién de pagos, en caso contrario el bien queda desapode-
rado (SAJON), otra que propiciaba que en el caso de desafectacién del inmueble constituido como
bien de familia en la quiebra, por la existencia de acreedores anteriores a su inscripcién o benefi-
ciarios de las excepciones del art. 38, ley 14.394, el saldo remanente debia ser restituido al fallido,
continuando la tutela de la ley, a través de la subrogacién real sobre el monto residual de la rea-
lizacion del bien, excluyéndose beneficio alguno de los acreedores posteriores a la constitucién
(KEMELMAJER DE CARLUCCI); otra que ante dicha circunstancia, la desafectaci6n aprovechaba a
todo el concurso y propiciaba la aplicaci6n extrema de la par condicio creditorum, es decir que
beneficio a todos los acreedores concursales (Bouzat, CSJN, ED, 169-235, SCBA, 9/5/1995, “Klos-
ERREIUS 379
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
ter”), haciendo primar la ley concursal por sobre la del bien de familia; y la Ultima, segun la cual,
primero cobran los acreedores anteriores 0 excepcionados por el art. 38 de la ley y el remanente
pasa a la masa y se distribuye conforme las reglas del concurso (TRuFFAT, SCBA, 2/7/2010, “Kle-
mensiewicz”).
4.2.4.2. EFECTOS BAJO EL REGIMEN DEL CCC
A partir de la sancién del Cédigo Civil y Comercial, la cuestién ha logrado expresa soluci6n,
ya que el art. 249, CCC prevé que si bien la ejecucion de la vivienda en la quiebra solo puede ser
solicitada por los acreedores a los que la afectacion les es inoponible, “los acreedores sin derecho
arequerir la ejecucién no pueden cobrar sus créditos sobre el inmueble afectado, ni sobres los im-
portes que la sustituyen en concepto de indemnizacion o precio, aunque sea obtenido en subasta
judicial’ incluida la falencial. Luego se prevé que “si el inmueble se subasta y queda remanente,
este se entrega al propietario del inmueble’ asi se adopta la tesis de KEMELMAJER DE CARLUCCI.
La solucidn legislativa no parece la mas adecuada, porque primero debieran cobrar los acree-
dores que provocaron la desafectacién del bien, pero sin corresponder restituir el remanente al
fallido, porque al cesar la inoponibilidad, desaparecido el asiento de la tutela de la vivienda, los
acreedores posteriores pueden servirse del saldo. Entonces, ante la desafectacion forzosa del bien
en la quiebra, desinteresados los acreedores a los cuales originariamente no les era inoponible la
proteccion de la vivienda, debiera ingresar al activo concursal el remanente; quedandole la po-
sibilidad al deudor fallido de requerir voluntariamente la desafectacion del inmueble para hacer
frente a las deudas anteriores y sustituirlo por otro para ser constituido en el mismo régimen con
efecto retroactivo a la inscripcién primitiva. Con el régimen anterior, se admitio jurisprudencial-
mente, la posibilidad de sustituci6n del inmueble afectado como bien de familia, por otro bien de
similares caracteristicas, siendo este el Unico supuesto de subrogacién real, en sentido amplio,
admisible, pues es el unico que continua con la tutela de la vivienda, pues en los toros casos de
subrogacion real (dinero), no existe conexion directa entre el bien desaparecido, su reemplazante
y la tutela referida (CCC, San Isidro, sala 1, LLBA, 1997-527). En tal sentido le asistia al deudor
la posibilidad de que, ante la eminente desafectacién de un inmueble afectado al régimen de
proteccion de la vivienda, constituyera uno nuevo como bien de familia con efecto retroactivo
a la primera inscripcidn y asi lograr la proteccién de la vivienda familiar (art. 14 bis, CN). El ra-
zonamiento contrario importa para el deudor la obligaci6n de no poder mudar su morada, sino
sacrificando la tutela impuesta. Todo ello en pro de la proteccién de la vivienda familiar y siempre
evitando el fraude a los acreedores. Tampoco se negaba el caracter constitutivo de la inscripcion
registral, por lo que la unica forma en que puede producirse esta sustitucion es a través de la venia
judicial, A través de una sentencia declarativa que instituye en el nuevo bien, los efectos reconoci-
dos y constituidos en el otro a partir de la toma de razon en el registro de su afectaci6n como bien
de familia. No es una subrogaci6n real, sfrictu sensu, porque dicha instituci6n, debe ser evaluada
en el caso concreto y a fin de continuar aplicando el amparo del bien de familia y no en otros ca-
sos, en que, si bien se podria producir tal subrogaci6n, no se cumple con la proteccién pretendida.
Ademas, lo cierto es que la ley busca la proteccién de la vivienda y es indispensable para ello, la
existencia de un inmueble con las condiciones descriptas en la ley, por ello, la protecci6n dispues-
ta solo puede ser concebida respecto a un inmueble y no sobre dinero que los sustituya; porque
lo expuesto exira commercium, con la afectacién del bien de familia, es el inmueble como asiento
humano y no su valor pecuniario. Sin embargo, en caso de quiebra existe la posibilidad de que el
fallido solicite la sustitucién del inmueble protegido para pagar los créditos anteriores, por otro
que cumpla las caracteristicas legales, siendo su constitucién retroactiva a la primera inscripcion,
También ahora, expresamente el art. 248, CCCN prevé la subrogacion real, permitiendo que
‘la afectacidn se transmite a la vivienda adquirida en sustitucién de la afectada y a los importes
que la sustituyen en concepto de indemnizacién o precio” (SCBA, 2/7/2010, “Klemensiewicz”).
4.2.4.3. LEGITIMACION PARA LOGRAR LA DESAFECTACION EN LA QUIEBRA
El art. 249, in fine, CCC dispone que “en el proceso concursal, la ejecucién de la vivienda solo
puede ser solicitada por los acreedores enumerados en este articulo; que no son otros que aque-
llos a los que la afectacion les es inoponible, por lo que el sindico carece de legitimacién para
lograr la desafectacion de la vivienda protegida en caso de concurso. Con el régimen anterior, se
le reconocia legitimacion al sindico, y ahora, con la expresa disposicion legal, tampoco se excluye
el interés del sindico como funcionario concursal. Tal interés del funcionario concursal, o mejor
dicho del concurso, se centra en el hecho de que los acreedores a los cuales les es inoponible el
sistema de afectacion de la vivienda podran cobrar sus créditos de estos bienes, pero no necesa-
riamente pueden solicitar su desafectacién sino que también podran concurrir a la quiebra a ser
desinteresados en moneda falencial sin ocurrir a la liquidaci6n de dicho inmueble, por lo que
disminuirfan el activo destinado a cubrir los créditos concursales a los cuales la proteccién de la
vivienda les es oponible. Entonces el sindico deberia poder, aun en el sistema actual, desafectar
el inmueble de dicha proteccién para que cobren los acreedores a los cuales el régimen les es
inoponible para que ellos no disminuyan los bienes desapoderados sobre los que se cobraran los
restantes acreedores sometidos al concurso.
En definitiva, en la actualidad se aplica el sistema legal por el cual, la vivienda tinicamente
puede ser desafectada y liquidada por los acreedores a los cuales les es inoponible el régimen
protectorio, y sobre su producido solo ello puede cobrarse sus créditos y en caso de remanente,
el mismo es ajeno al concurso, restituyéndose al propietario y aplicandose el principio de subro-
gacion real.
5. Inoponibilidad
El art. 109, LCQ prevé la sancién de inoponibilidad respecto de los actos otorgados por el
concursado en infraccion al sistema del desapoderamiento. De igual manera y con la misma con-
secuencia se sanciona a los pagos hechos al fallido o los por él realizados, luego de decretada la
quiebra.
La inoponibilidad es la consecuencia concreta de la violacion de las reglas del desapodera-
miento, pues ante la afectacidn de la integridad patrimonial, a través de los actos realizados por
el fallido, la ley prevé que ello no afecte a los acreedores. El acto continta siendo valido entre las
partes otorgantes, quienes afectado el bien objeto del acto al concurso podran demandarse la
indemnizacion correspondiente. En el ambito de la validez, la inoponibilidad produce una inva-
lidez con relatividad subjetiva (CAMARA). En caso de que la quiebra concluya sin que se liquide
dicho bien objeto de la inoponibilidad el mismo sera restituido al tercero. Se trataria de un siste-
ma de intangibilidad patrimonial a favor de los acreedores (desapoderamiento e inoponibilidad).
Tales efectos los prevé el art. 109, parr. 2, LCQ, el cual remite al art. 119, pentltimo parrafo,
LCQ, aunque debe entenderse que el envio se produce al art. 118, LCQ, por tratarse de un eviden-
te error legislativo. Si la remisidn legal es considerada correcta, la inoponibilidad sera declarada
a través de un juicio ordinario o incidente si hay acuerdo; en caso contrario, si se entiende que
debi6 remitirse al art. 118, LCQ, la inoponibilidad se producira ipso iure. Pareciera, que la inopo-
nibilidad debio estipularse de pleno derecho, de la misma manera que para ciertos casos de actos
celebrados antes de la quiebra (art. 118, LCQ), por lo que la ley impone un procedimiento mas
complejo para declarar la inoponibilidad estando vigente el desapoderamiento que para hacerlo
respecto de un acto celebrado en el periodo de sospecha antes de la declaracién de quiebra. Asilo
advirtié rapidamente la mayoria de la doctrina (IGLESIAS - LORENTE). No resulta tan facil explicar
como puede dejarse de lado el dispositivo legal, el cual hace una remisi6n expresa a un parrafo
concreto de un articulo, la interpretacién literal no permite otra conclusién que la aplicacion del
art. 119, LCQ, y ello importarfa una modificacién del régimen de la ley 19.551 que imponia la in-
oponibilidad de pleno derecho. Respecto de los pagos hechos al fallido, la norma del inc. 5, art.
88, LCQ, que dispone que los mismos seran “ineficaces’, habilitarfa definir que la inoponibilidad
se producira de pleno derecho; tal dispositivo implicaria una contradicci6n con el art. 109, parr. 2,
que remite al art. 119, LCQ, por lo que una interpretaci6n integradora del sistema de inoponibili-
dad concursal haria primar la declaracion ipso iure para este caso y para los otros actos que afec-
ten el desapoderamiento, pues ello es consecuencia de la sentencia de quiebra, siendo aplicable
el art. 118, LCQ. Es indiscutible el error del legislador.
Sin perjuicio de que se imponga la inoponibilidad ipso iure, para que opere la misma se re-
quiere indefectiblemente una resolucion judicial que la declare. Ello sin necesidad de sustancia-
ERREIUS 381
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
cidn previa, pues el derecho de defensa queda diferido para la etapa impugnativa, habilitandose
la misma por apelacion o por incidentes.
Si bien el art. 88, inc. 5, LCQ solamente se refiere a los pagos hechos al fallido, el art. 109, LCQ
integra la cuestion con estos mas los pagos que efectue el fallido porque ambos son violatorios del
desapoderamiento, los primeros porque el fallido recibe fondos que forman parte de su patrimo-
nio y por ende sujeto al desapoderamiento, y los segundo porque excluye fondos patrimoniales
que estarian afectados al activo falencial. Declarada la inoponibilidad, en caso de que el pago
haya sido hecho al fallido, el mismo no tendra efecto cancelatorio, para el concurso sera como no
realizado y el sindico podra ejecutar el crédito; el pago hecho por el fallido impone la restitucién
de lo percibido por el tercero.
Entendiéndose ala legitimacion para estar en juicio como un acto de administracion sobre los
bienes involucrados, lo normado al respecto es una consecuencia general del desapoderamiento
y de la pérdida de las facultades que ello conlleva.
En realidad, el principio general es permitir la participacion del deudor en el proceso, ga-
rantizando su derecho de defensa enjuicio, la excepcién de la norma y referida a los juicios que
recaigan sobre bienes desapoderados busca a través de la limitacién de la actividad procesal del
fallido, evitar abusos y dilaciones indebidas (Escut1). Ello, porque el quebrado no podra cumplir
actos que comprometan el activo falencial. Actualmente el sindico reemplaza al fallido, en cuanto
a su actuacion ante la justicia cuando se vea involucrada la masa activa falencial, pero no lo hace
en forma absoluta, Asimismo, la relatividad de la ilegitimacion procesal se debe a que el fallido es
desapoderado de sus bienes, pero no expropiado de ellos.
Entonces, el sindico adquirira la calidad de parte, sustituyendo al fallido. Concretamente en
el supuesto del art. 110, primera parte LCQ, el sindico asume la legitimacién en la causa perdida
por el fallido, respecto de los juicios referidos a bienes desapoderados. Esa legitimatio ad causam
es asumida por el sindico, quien no lo hace en nombre propio, sino que lo hace en ejercicio de
sus funciones concursales sustituyendo al fallido. Es comun decir que la legitimacion del sindico
respecto de los bienes sometidos al desapoderamiento se hace en representacion del deudor, de
los acreedores o de la quiebra, pero en realidad el sindico se erige en parte sustancial por manda-
to legal. El sindico no solo actuara como actor ejerciendo pretensiones a los fines de incorporar
bienes al activo falencial, como por ejemplo las acciones de cobro de créditos, sino que también
sera parte para procurar que bienes no sean detraidos del activo desapoderado, como por ejem-
plo en una accién por exclusi6n de bienes por entenderse que los mismos quedan exceptuados
del desapoderamiento. De la misma manera la legitimacién para las acciones de recomposicién
patrimonial y de extensién de quiebra.
Como dicha sustitucién se produce desde el mismo momento de la quiebra, se revocan to-
dos los mandatos procesales otorgados por el ahora fallido y la actuacién del sindico se produce
sin solucién de continuidad. En tal sentido, los actos procesales posteriores—a la quiebra y de-
sarrollados por el fallido seran inoponibles a los acreedores y aquellas resoluciones recaidas en
los procesos judiciales en los cuales no ha intervenido el sindico, tampoco seran oponibles a los
acreedores. Sin embargo, el sindico puede asumir los actos procesales cumplidos, importando
ello una especie de ratificacié6n oponible a los acreedores (CAMARA).
ERREIUS 383
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
dor) 0 pasiva en todo caso que se insintie algtin crédito concursal (en general en todo el tramite
verificatorio). Para Rivera y Marria, el hecho de que la norma exprese que el fallido “puede ha-
cerse parte” en la etapa eventual de verificacion implica que no es necesario correr traslado al
fallido en los incidentes de revision o verificacidn tardia, sino que es facultad de él hacerse parte
en ellos, Sin embargo, la posibilidad que tiene el fallido de hacerse o no parte en un incidente es
independiente del traslado que se le dé del mismo; en consecuencia, debera darsele intervencion
a través del correspondiente traslado y el fallido se hara o no parte en el incidente contentando o
no dicho traslado.
Igualmente, de otras normas de la ley concursal surge que el fallido tiene legitimacién para
actuar en el concurso, asi, puede participar en el tramite de fijaci6n de la fecha inicial del estado
de cesacién de pagos (art. 117, LCQ), ser parte en las acciones de inoponibilidad concursal (art.
119, LCQ), participar en los incidentes de restitucion de bienes de terceros (art. 188, LCQ), obser-
var el informe final (art. 218, LCQ), solicitar la conclusi6n de la quiebra por avenimiento 0 pago
total (arts. 225, 228y 229, LCQ), entre muchos otros casos.
En caso de quiebra del heredero, este no se ve afectado para aceptar o repudiar la herencia y
en el proceso sucesorio siempre el sindico sustituira al heredero fallido. El sindico podra intimar
al quebrado a fin que dentro del plazo de treinta dias exteriorice su voluntad de aceptar o repudiar
la herencia, de acuerdo con lo reglado por el art. 2289, CCC. En caso de silencio el sindico podra
subrogarse en los derechos del deudor (art 739, CCC), hasta la concurrencia de los derechos de
los acreedores y gastos falenciales, debiendo presumirse de pleno derecho que la aceptacion lo es
con beneficio de inventario.
Cuando el heredero fallido fuere aceptante de la herencia, atento la limitacién de responsabi-
lidad (art. 2317, CCC), primero seran desinteresados los acreedores del causante y las cargas de la
sucesion y el saldo ingresa a la quiebra y es afectado al desapoderamiento, Ello habilita a que los
acreedores concursales puedan cobrar sus acreencias de los bienes del causante, los cuales, des-
interesados los acreedores del de cujus y cumplidas las cargas de la sucesién son desapoderados
hasta el limite de los créditos concursales. Tal interpretaci6n surge en concordancia con las nor-
mas comunes y de una armonizacion con el parr. 2, art. 111, LCQ. Si los acreedores del causante
no quedasen desinteresados con el patrimonio sucesorio, cobraran de los bienes desapoderados,
luego de pagados los acreedores concursales y los gastos del concurso, salvo que se dé el supuesto
de ilimitaci6n de responsabilidad en los términos de los arts. 2321 y 2322, CCC. Si esto ocurre,
debe distinguirse el momento en que se produce la ilimitacion de responsabilidad. Si ocurre antes
de la quiebra, los acreedores, tanto concursales como los del causante, concurriran a prorrata so-
bre los bienes desapoderados, ya sean los originarios del heredero como los incorporados por la
sucesion. Si ello ocurre luego de decretada la quiebra, existira preferencia de estos y de los gastos
del concurso sobre los bienes desapoderados no sucesorios.
Ante el repudio de la herencia por parte del fallido, atento tratarse de un acto a titulo gratuito
corresponde la declaracién de inoponibilidad de pleno derecho (arts. 111 in fine y 118, inc. 1,
LCQ), provocando ello que los bienes del acervo hereditario conformen parte de la masa activa
falencial hasta cubrir los créditos y los gastos del concurso. En tal sentido, como el repudio de la
herencia no puede perjudicar a los acreedores del heredero fallido, los bienes de la sucesién en-
traran a la quiebra hasta el interés de los acreedores y los créditos prededucibles y el remanente
sera restituido a la sucesion. La inoponibilidad de la repudiacion no impide su aceptacién por el
sindico, pero la sancién solo se establece en interés de los acreedores, de tal suerte que quedara
firme la repudiacidn en cuanto exceda del interés concursal, que representan los créditos verifica-
dos de los acreedores y los gastos integros del concurso de acuerdo con la regla del art. 240, LCQ.
ERREIUS 385
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
podran ser desapoderados hasta que no exista aceptacion de la donacion. El! sindico no puede
sustituir al deudor en la aceptacidn de la donacién.
En caso de que la donacion sea con cargo, la misma puede ser aceptada por el sindico que-
dando obligado el concurso por el cargo y, si resulta rechazada por el sindico y aceptada por el
fallido, el donante no tiene derecho contra el concurso por el cargo impuesto. En rigor, se impide
a quien no es donatario aceptar o rechazar la donacion, por lo que repetimos que el sindico no
se encuentra habilitado para aceptar o rechazar la donacion strictu sensu, sino que en interés de
los acreedores puede oponerse a la voluntad exteriorizada al respecto por el fallido. Para tener
por aceptada la donacién con cargo o rechazar la aceptada por el fallido, el sindico debe hacerlo
con previa autorizacién judicial (ROUILLON - HEREDIA). El incumplimiento del cargo permite al
donante o a los beneficiarios del cargo reclamar el cumplimiento del mismo, cuyo crédito sera
considerado prededucible (art. 240, LCQ). Es claro que el beneficio obtenido en el concurso por
la incorporacion de los bienes provenientes de la donacion con cargo implica asumir como gasto
de concurso el cumplimiento del mismo, y su exigibilidad en términos predeductivos
II. INCAUTACION
La incautaci6n es la aprehensién de los bienes componentes del patrimonio in malis corres-
pondiente al fallido, por parte del funcionario publico concursal -el sindico-, lo que se produce
en forma inmediata posterior al dictado de la sentencia de quiebra. En realidad, ello no es tan asi,
lo que si tiene inmediatez es el desapoderamiento, la incautacién se hace con la mediatez propia
de las situaciones defacto; lo que si deja ver la norma es que se llevara a cabo sin necesidad de que
la sentencia de quiebra adquiera firmeza, ni aun que quede notificada.
Dentro del sistema patrimonial concursal, la incautaci6n carece de autonomia, es una nece-
saria consecuencia del desapoderamiento y acta como complementaria del mismo. La incauta-
cidn es una fase formal del sistema patrimonial concursal que materializa el desapoderamiento.
La incautacién perdura hasta la conclusion de la quiebra, pues esta configura el dies ad quem
del desapoderamiento.
Es el acto que materializa el desapoderamiento, privando al fallido del corpus de la posesion
de los bienes que integran su patrimonio. La incautacion es un hecho juridico que se realiza como
consecuencia de la situacién juridica creada y constituida por el desapoderamiento establecido
por la sentencia de quiebra (RAMIREZ). Como el quebrado contintia con la propiedad de dichos
bienes, el sindico no adquiere el animus posesorio sino solo la tenencia como un simple deposi-
tario de dichos bienes, a los fines de la liquidaci6n patrimonial.
La incautacion es un instituto concursal de naturaleza precautoria, que tiende a cautelar el
patrimonio del fallido a los fines de su liquidacién.
La incautacion es sin lugar a duda alguna un efecto patrimonial de la sentencia de quiebra,
que complementa el sistema normativo. En efecto, por una parte, se priva al deudor de los dere-
chos de administracion y disposicion de sus bienes, y por otra se le priva de la tenencia, se los ad-
ministra en interés de los acreedores, se los conserva y por ultimo se los realiza. El primer aspecto
mencionado es el desapoderamiento, los siguientes la incautacion y el ultimo la liquidacién.
1. Operatividad
La concatenacién del desapoderamiento con la incautacién se produce en la misma senten-
cia de quiebra donde se ordena la materializacién de aquel por intermedio de esta. El juez con-
cursal en la sentencia ordenara la traba de la inhibicién general de bienes, la entrega de bienes al
sindico, la entrega de libros comerciales e informara sobre la prohibicidn de hacer pagos al fallido,
designando para todo ello el funcionario que procedera a la incautacién, previo inventario.
La ley exige que la incautacion se lleve a cabo “inmediatamente’, la inminencia de la incau-
tacion y la imposibilidad material de su concrecién no quita que la mencién legal se refiera a la
urgencia con que deben ser incautados los bienes del fallido, sin necesidad de que la sentencia
de quiebra quede notificada y a que los funcionarios deben llevarla a cabo sin ningun tipo de
dilacién.
La incautacion alcanza a todos los bienes desapoderados. Cuando se trata de bienes inem-
bargables y, por ende, exceptuados de desapoderamiento, el art. 177, ultimo parrafo, LCQ, pres-
cribe en forma innecesaria que aquellos bienes que sean imprescindibles para la subsistencia del
fallido y su familia no seran incautados, aunque si inventariados y seran entregados a aquel bajo
recibo,
En forma reiterativa, el antepentltimo parrafo del art. 177, LCQ, prevé que la incautacion tam-
bién se practicara sobre los bienes de los socios ilimitadamente responsables, sin embargo, como
ellos son declarados en quiebra, en forma refleja (art. 160, LCQ), la incautaci6n de sus bienes no
es consecuencia de la quiebra social, sino que lo es de la propia.
En la incautacioén también quedan comprendidos los papeles y libros comerciales del fallido a
los fines de poder hacer la reconstrucci6n del patrimonio cesante y su evolucion hasta la quiebra.
ERREIUS 387
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Tal incautacién debe comprender todos los papeles del fallido y no solo los libros contables sino
todos los libros de comercio, la documentacién respaldatoria de los registros, los libros y registros
societarios, los laborales, los libros, registros y documentacién impositiva, los documentos vin-
culados con la titularidad y el dominio de los bienes, la documentacidn donde consten contratos
celebrados por el fallido y las autorizaciones y habilitaciones para funcionar o que importen algun
permiso o concesi6n (GARAGUSO). En realidad, la incautacién importa la de todos los “papeles”
referidos ala actividad patrimonial del fallido. No corresponde que dicha documentacion sea en-
tregada al juzgado interviniente, pues la incautaci6n y, por ende, conservacién de los mismos es
responsabilidad del sindico. Es obligacion del sindico la conservacién de los papeles comerciales
del fallido, lo que debe extenderse temporalmente al término de diez afios (art. 328, CCC), pu-
diendo afectar, con autorizacion judicial, fondos para proveerse de un lugar fisico suficiente para
ello, Transcurrido los diez anos, los libros y documentacion podran ser destruidos, sin embargo,
debe hacerse la salvedad de aquella documentaci6n necesaria en los casos en que la sindicatura
haya promovido acciones de responsabilidad concursal o societaria 0 cualquier otra en la cual
sea indispensable, como medio de prueba, la referida instrumental (MARTORELL).En la diligencia,
conforme al art. 180, LCQ, el oficial encargado de la misma debe intervenirlos, cerrando los claros
y colocando nota datada al final del Ultimo asiento, con constancia de las hojas utilizadas. Si bien
la ley prevé que dicha atestacién debe ser suscripta por el sindico y por el funcionario o notario
que intervenga, lo cierto es que, si en la incautacion acttia uno, no lo hard el otro, por lo que sera
suscripto por el sindico u oficial que realice la diligencia y, en su caso, por el notario cuando sea
el inventariador.
El art. 177, parr. 2, LCQ, determina que la incautacion debe ser hecha en la forma mas conve-
niente teniendo en cuenta la naturaleza de los bienes. En las diligencias que se practiquen podra
intervenir el fallido, En forma ejemplificativa, la ley determina la manera en que se desarrollara la
incautacién de los bienes inmuebles, bienes muebles y bienes en poder de terceros. Respecto de
los bienes inmuebles, se procedera a la clausura del establecimiento del deudor, de sus oficinas
y demas lugares donde se encuentren sus bienes y documentos. En caso de tratarse de la vivien-
da familiar, si aquella queda afectada al desapoderamiento, podra dejarsele la ocupacién de la
misma al fallido y su familia hasta el momento de la liquidacién de dicho bien. Para el caso de los
bienes muebles debera levantarse inventario, en el que constara la descripcién de aquellos y se-
ran entregados directamente al sindico 0 al oficial que realice la diligencia. Igualmente, el art. 179,
parr. 2, LCQ, permite que la ocupacion de los bienes pueda ser hecha por un tercero mandatario
del sindico.
Cuando existan bienes de propiedad del fallido que estuviesen en poder de terceros y ellos
estuviesen afectados al desapoderamiento, el oficio falencial procedera a su incautacion. Si el ter-
cero tuviere los bienes en su poder en virtud de una causa que le da derecho a continuar con la
tenencia de los mismos (vgr., contrato de alquiler), sera su carga probar el titulo que ostenta sobre
el bien y, en consecuencia, la incautacién quedara cumplida con la notificacion al tercero del
decreto de quiebra, ello a los fines de que tome conocimiento de la afectacién del desapodera-
miento y para que cuando deba cumplir la obligacién de restitucidn lo haga al sindico y no al fa-
llido. Igualmente, en el caso de que el tercero no tuviere aquel derecho de tenencia del bien podra
ser designado depositario si fuese persona de notoria responsabilidad. Es necesario, si el tercero
invoca un derecho sobre los bienes inexistente, que sea descalificado judicialmente para poder
proceder a laincautacién (GARAGUSO).
deber se ve plasmado de facto (art. 179, parr. 1, LCQ). Estas funciones sindicales variaran segun
la naturaleza de los bienes componentes del activo y deberan desarrollarse dentro del paradigma
del buen administrador de bienes ajenos (doct. art. 1725, CCC). En tal sentido se lo ha comparado
con el fiduciario, administrador social 0 mandatario, en el sentido de que se trata del profesional
en el arte de administrar patrimonios (JUNYENT Bas).
Sin embargo, el fallido tendra vocacion sobre el saldo de la quiebra (art. 228, ultimo parra-
fo, LCQ) se le permite realizar las actividades extrajudiciales conservatorias de sus bienes, cuan-
do exista omisién del sindico (art. 110, parr. 1, LCQ), Pareciera que también podrian hacerlo los
acreedores a través de la subrogacién (accién oblicua) informando oportunamente al juez y al
sindico (GARAGUSO).
Para conservar los bienes, hacerles producir frutos o simplemente como consecuencia de la
administracién que la ley le encomienda el sindico puede celebrar contratos. En concreto, el art.
185, LCQ, permite al sindico, previa autorizacién del juez concursal, realizar las contrataciones
necesarias para la conservacién y administracién de los bienes incautados (v.gr., seguro). Tam-
bién queda habilitado el funcionario, en caso de urgencia, a contratar aun sin venia judicial, bajo
el deber de poner el hecho inmediatamente en conocimiento del juez. Tanto para otorgar la auto-
rizaci6n previa como para aprobar la contratacion urgente, el magistrado debera tener en cuenta
la economia de los gastos y el valor corriente de los servicios referidos segun la plaza donde sean
contratados.
Conforme al art. 181, LCQ cuando exista riesgo en la conservacién de los bienes, el sindico
puede tomar las medidas convenientes a fin de evitar aquella inseguridad, ya sea solicitandolas
previamente al juez o practicandolas directamente con posterior comunicaci6n al juez concursal.
Tratandose de casos de urgencia es comuin que se realicen con dispensa de la autorizaci6n judi-
cial. Tales medidas de seguridad tienden a evitar sustracciones, pérdidas o deterioros. Pareciera
que lo previsto en la norma en comentario es redundante y el deber impuesto por ella al sindico
se encuentra implicito en el art. 179, parr. 1, LCQ, y todo queda circunscripto en la diligencia que
debe aplicar el funcionario para cumplir con la conservacion de los bienes. El articulo es mera-
mente ilustrativo o ejemplificativo de las funciones sindicales.
3. Cobro de créditos
El sindico también tiene a su cargo procurar el cobro de los créditos del fallido (art. 182, LCQ),
lo que importaria ya la liquidaci6n de parte del patrimonio in malis. Para ello, y como resultado de
la pérdida de la legitimacién procesal del fallido sobre los bienes desapoderados (art. 110, LCQ),
tiene la legitimacion activa de los juicios cuya titularidad pertenece al quebrado.
Estas acciones, atento tratarse de juicios en que el quebrado es titular de la accion y no de-
mandado, tramitaran ante los jueces naturales conforme a las reglas de competencia locales, no
quedando alcanzadas por el fuero de atraccién concursal. Quedara habilitado el sindico para
contratar el asesoramiento letrado correspondiente, debiendo hacerse patrocinar, forzosamente,
por abogado matriculado. Los honorarios de dicho profesional estaran a cargo de la quiebra por
aquella obligatoriedad del patrocinio. Bajo la vigencia de la ley 19.551, para que no se viera com-
prometido el activo falencial, el sindico solamente podia perseguir los créditos exigibles, necesi-
tando autorizacion judicial para el resto. Mas alla de lo expuesto es claro que también el sindico
es el legitimado para continuar las acciones que se encuentren en curso donde el fallido persiga
el cobro de créditos a su favor, El funcionario concursal no solo desplaza al fallido sino también a
sus apoderados.
El sindico no debera oblar tasa de justicia, sellado o cualquier otro gravamen para incoar o
proseguir la accién, sino que ello sera abonado al liquidarse el crédito, a cargo del demandado
condenado en costas y, en caso de que las costas fuesen impuestas al concurso, se convertiran en
créditos prededucibles (art. 240, LCQ). Tal facultad se extiende a la de percibir judicial 0 extrajudi-
cialmente créditos del fallido, pudiendo a tal fin extender recibos con fuerza cancelatoria.
La principal actividad extrajudicial en procura del cobro de los créditos del fallido es la inter-
pelacién al deudor para el pago y, si el mismo no se realiza voluntariamente, producir la consti-
tucién en mora, en los casos en que ello sea necesario, como recaudo previo a la iniciacién de la
ERREIUS 389
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
accion judicial y promover el cobro coactivo del crédito. Igualmente, y como actividad extrajudi-
cial, el sindico deberda procurar evitar la caducidad de las inscripciones de los derechos reales de
garantia, interrumpir la prescripcion de las acciones 0 realizar el protesto de documentos.
Demias esta que la ley expresamente prevea que debe requerir las medidas conservatorias
judiciales, o practicar las extrajudiciales, pues ello es una consecuencia propia de la legitimacion
otorgada para el cobro de los créditos y la conservacion de los bienes, porque no queda limitado
a la simple iniciacion del juicio. La actividad judicial sindical no queda limitada al inicio de las
acciones tendientes al cobro de los créditos del fallido, sino que de otras disposiciones legales
surge que debe ejercer toda otra accién que sirva para conservar o incrementar el patrimonio del
fallido o impida su disminucion.
Si bien en alguna oportunidad se sostuvo que el sindico debia solicitar autorizacién judicial
para deducir acciones tendientes al cobro de los créditos del fallido, a fin de prevenir aventuras
judiciales y gastos inutiles (CARRANZA), es claro que, en la actualidad, conforme al texto legal y
para no dificultar la labor del sindico provocando trabas y constantes pérdidas de tiempo, ello
es innecesario. En forma acertada, se exige que aquella autorizacion especial sea solicitada para
disponer del proceso y, por ende, del crédito en cuestion, no solo a través de transacciones que
otorguen quitas, esperas al deudor o produzcan la novacion de la obligacién, sino también cuan-
do se haga a través del desistimiento y también para someter la cuestion ajuicio arbitral. Esto
ultimo debe ser extendido a la mediaci6én, porque en ella de alguna u otra manera se produce la
disposicion del derecho material.
El art. 183, parr. 1, LCQ, impone al sindico que las sumas percibidas deben ser depositadas en
la cuenta judicial del concurso en el término de tres dias. El incumplimiento del deposito de los
fondos del concurso hard incurrir al sindico en grave negligencia que podra ocasionarle sancio-
nes, inclusive la remocidn de su cargo, y la mora en el depdsito determinara el accesorio de pagar
los intereses devengados hasta el cumplimiento de la obligacion.
Sin embargo, con autorizacién del juez podran conservar se los fondos necesarios para reali-
zar gastos ordinarios o aquellos extraordinarios que haya autorizado (art. 183, parr. 3, LCQ).
En su caso, y cuando se crea conveniente, el juez puede disponer el depdsito de las sumas en
cuentas que devenguen intereses, incluso también puede autorizar el depdsito de documentos al
cobro. Prevé la ley que siempre debe tratarse de bancos de primera linea sin importar que sean
publicos o privados (art. 183, ultimo parrafo, LCQ). En realidad, la norma habilita al juez a autori-
zar todo tipo de inversion abriendo el abanico de posibilidades del ejercicio del ius fruendi de los
fondos concursales.
En caso de los documentos al cobro que tenga el sindico como producto de la incautacidn, es
decir, aquellos que se encontraban en poder del fallido atin no vencidos; el funcionario puede ser
autorizado judicialmente para depositar tales valores en bancos oficiales 0 privados a través del
contrato de descuento de documentos, para percibir los fondos correspondientes (art. 185, LCQ).
En la prevision legal quedan comprendidos los bienes perecederos, es decir aquellos que por
su naturaleza son degradables sin la actuacién de elemento externo alguno, como el casos de
alimentos y de todos aquellos productos que tengan fecha de vencimiento (vgr., productos far-
macéuticos), también bienes susceptibles de una grave disminucién de precio que son aquellos
que también por su naturaleza experimentaran una disminucién de valor independientemente
del eventual alea comercial, donde se incluyen por ejemplo aquellos bienes con valor temporal
cuyo precio puede variar por la finalizaci6n de la temporada (vgr., prendas de moda), los bienes
de conservacién dispendiosa que son los que su mantenimiento constante producen erogaciones
que no podran ser recuperadas con su valor, es decir que el costo de su guarda es despropor-
cionado respecto de su valor real, atento el volumen o las caracteristicas de conservacion de los
bienes (ver., ganado) y finalmente aquellos que deban liquidarse anticipadamente para afrontar
los gastos del concurso que deben ser abonados en forma inmediata (vgr., gastos de conservacion
de otros bienes).
La venta de dichos bienes se realizara conforme a las formas ordinarias previstas por la ley
para la liquidacion general de los bienes desapoderados, incluida la venta directa, cuando el juez
la crea conveniente atento las caracteristicas del caso. La venta debe hacerse, como primera op-
cin, a través del remate publico, siendo excepcional, cuando la utilidad manifiesta lo requiera,
la autorizacién de la venta directa o por algtin sistema especial segtin la naturaleza de los bienes
(ver. ganado en el mercado de feria).
La ley prevé la posibilidad de que el sindico le dé continuidad al uso natural de los bienes
incautados, La finalidad econémica no es obtener la mayor utilidad posible sino a mantener la ac-
tividad natural del bien, La inutilizacion de dichos bienes por un tiempo mas o menos prolongado
puede provocar disminuci6n en su precio.
El sindico también debe procurar la obtencidn de los frutos civiles de los bienes desapodera-
dos (art. 186, LCQ), pudiendo, a tal fin, proveer, previa autorizacidn del juez del concurso, la con-
tratacién que crea conveniente (v.gr., locacidn) siempre que no importe la disposicidn del bien
y que no exceda los limites temporales impuestos para la liquidacién (art. 205, LCQ). Ello por
supuesto sin perjuicio de las consecuencias propias en el caso en que se decida la continuacién
de la explotacién de la empresa (arts. 192 a 199, LCQ).
Para estos casos, y respecto de la autorizacion judicial, el art. 187, LCQ, prevé que el juez pue-
da requerir diferentes propuestas contractuales y que se ofrezcan garantias. Ademas, la misma
norma regula cuestiones contractuales imperativas, prescribiendo que la prestaci6n a cargo del
tercero sera considerada esencial y su incumplimiento producira la resoluci6n del contrato ipso
iure y, en tal caso, o cuando se produzca el vencimiento del contrato, el juez debe disponer la
inmediata restitucion sin necesidad de tramite previo alguno, asi como tampoco sin que sea ad-
misible ningtin recurso sobre la resolucién que dicte al respecto.
Para facilitar su propia gestion, el sindico debe ser lo mas claro posible ante el juez concursal
y describir detalladamente las condiciones de la contratacion, las garantias y la forma en que se
dara por culminado el convenio, al solicitar la autorizacion judicial, fundandose en el beneticio
para el concurso.
La ley 26.684 incorpora la posibilidad de que la cooperativa de trabajo formada por trabajado-
res de la fallida proponga este tipo de contratos.
La reforma viene a reconocer la legitimacién de la cooperativa de trabajo para celebrar con-
tratos respecto de los bienes desapoderados, lo que se venia reconociendo pretorianamente, pues
la situaci6n no se encontraba prohibida, encuadrando tal situacion en el art. 186 LCQ -respecto al
contrato de locacién de la hacienda empresaria-.
ERREIUS 391
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Se trata de una norma que regula la locaci6n estatica con reformas pensadas para una loca-
cién dindmica de un fondo de comercio.
Se permite que la cooperativa garantice el contrato con los créditos laborales de sus asocia-
dos debiendo los acreedores dar su consentimiento en audiencia ante el juez del concurso y con
intervencion de la asociacidn sindical legitimada. Sin embargo, la verdadera garantia estara dada
por el eventual dividendo concursal que perciban en la quiebra, y no por el valor nominal de los
créditos, caso contrario seria ilusoria la garantia correspondiente a la diferencia entre el dividen-
do concursal y el valor nominal, aparentando la cooperativa una solvencia para responder ante
los eventuales dafios que ocasione, que en la practica no es tal.
La ejecucié6n del contrato estara controlada por el sindico, estando el funcionario autorizado
a ingresar al establecimiento para controlar la conservacidn de los bienes y fiscalizar la contabi-
lidad, siempre en interés del concurso. Debera poner en conocimiento del juez de la quiebra las
irregularidades que advierta.
El sindico no es responsable de la explotacién sino de la fiscalizacién para la conservaci6n de
los bienes y que la cooperativa pague el canon correspondiente.
EFECTOS RETROACTIVOS
I, INTRODUCCION
Las importantes consecuencias de la insolvencia y el resguardo de los derechos de los acree-
dores hacen que los sistemas concursales prevean en ciertos casos la produccidn de efectos re-
troactivos de la quiebra, esto es que las consecuencias de la falencia se apliquen a actos juridicos
realizados antes de la sentencia de quiebra. La disciplina que constituye una auténtica teoria de
la inoponibilidad concursal, se desarrolla en torno a los efectos retroactivos de la quiebra, que al-
canzan a hechos acontecidos antes de que sea declarada, desde el origen mismo del presupuesto
objetivo necesario para su apertura, es decir, el estado de cesacion de pagos.
Los antecedentes de estos efectos se encuentran en la acci6n pauliana del derecho romano
como consecuencia del consilium fraudis en perjuicio de los acreedores.
Se busca de tal manera mantener la igualdad entre los acreedores y la integridad patrimonial
del deudor, Como toda aplicacion retroactiva es de interpretacion restrictiva y en principio queda
limitada a actos perjudiciales a los acreedores. El sistema falencial que ataca dichos actos se basa
en presunciones legales que desencadenan en la inoponibilidad concursal.
Atento que la quiebra se desarrolla sobre el patrimonio cesante, las consecuencias de aque-
llos actos en perjuicio de los acreedores imponen que se produzca la recomposicién patrimonial
aun determinado momento, buscando que bienes que han salido del patrimonio reingresen al
mismo 0, mejor dicho, que dicha disminucién patrimonial sea inoponible a los acreedores y pue-
dan concretar la garantia que sobre aquel tienen. Se busca hacer reflejar los efectos de la quiebra
al periodo de “incubacién” (PROVINCIALI) 0 de “gestacién” (CAMARA), que no es otro que aquel
en el cual se fue originando el estado de cesacioén de pagos, que como tal no se origina en forma
subita, sino que se va generando paulatinamente. En dicha etapa, donde la quiebra de hecho se
encuentra consumada, se pretende retrotraer los efectos de la quiebra de derecho para mantener
la par condicioy recomponer el patrimonio cesante garantia de los acreedores.
El objetivo de la recomposicion patrimonial es satisfecho mediante diferentes acciones 0 me-
dios procesales, entre los que se encuentran las ordinarias de derecho comtin, como son las ac-
ciones de nulidad, subrogatoria, revocatoria, simulacion, etc., y las especificas falenciales, entre
las que se encuentran las de recomposicién patrimonial directa como es la inoponibilidad de ple-
no derecho y la accion de inoponibilidad por conocimiento del estado de cesacidn de pagos y de
reconstitucion patrimonial indirecta, entre las que se hallan la extensién de quiebra y las acciones
de responsabilidad.
ERREIUS 393
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
E| sistema de fijacion legal es aquel que determina la aplicacion de los efectos retroactivos de
la quiebra en un periodo legal fijo sin importar la exteriorizacidn de la cesacién de pagos (paises
germanicos, anglosajones, Legge Fallimentare). La determinaci6n judicial del periodo de sospe-
cha sin limite alguna es la que dejaba librada a la apreciaci6n judicial la determinacion del limite
retroactivo en relacién de la cesaci6n de pagos, sin tope legal (codigo comercial francés 1838,
Ordenanzas de Bilbao de 1737) y por su parte el sistema de determinacion judicial con limite es
aquel que fija el perfodo de sospecha considerando el nacimiento de la cesaciédn de pagos pero
siempre con un tope temporal para la retroaccion fijado legalmente (ley francesa, antiguo codigo
italiano de 1882, ley argentina).
Pareciera que el sistema mas equilibrado, y el de mayor apoyo doctrinario local, es el de la
fijacion judicial con tope legal, pues en él se conjugan las bondades de ambos sistemas, la equi-
dad y seguridad juridica del sistema legal y la eficacia y radicalidad del sistema judicial con limite
maximo.
El denominado periodo de sospecha es aquel que transcurre entre la fecha de inicio del esta-
do de cesacion de pagos y la sentencia de quiebra.
En nuestro sistema aquella fecha de inicio del estado de cesacion de pagos sera fijada judicial-
mente a través del procedimiento determinado por la ley teniendo en cuenta los hechos revelado-
res de aquel estado, sin ningun limite temporal (art. 116, parr. 2, LCQ). Sin embargo, los efectos de
la retroaccion de inoponibilidad no pueden extenderse mas alla de dos anos desde la sentencia de
quiebra o de la presentacion en concurso preventivo (art. 116, parr. 1, LCQ).
De una simple interpretacion literal del art. 116, LCQ, surgen diferencias, pues el mismo, al
referirse al periodo de sospecha, prevé que es el que transcurre entre la fecha que se determine
como de inicio del estado de cesacién de pagos y la sentencia (parr. 2) y al prescribir los efectos de
la retroaccién indica que la fecha de inicio del estado de cesacién de pagos no puede ir mas alld de
los dos afios anteriores a la quiebra 0 a la presentaci6n en concurso preventivo (parr. 1).
Aunque es comtin en general y con escasas excepciones igualar el periodo de sospecha con la
llamada retroaccion, la que se encuentra limitada a dos ajios, la ley no los confunde o, mas bien,
ante la definicién dada, los distingue. La confusion en la doctrina y la legislacién ha sido advertida
y planteada concretamente por RAMIREZ.
Entonces, el perfodo de sospecha se cuenta desde la fecha concreta fijada por el juez como
de comienzo del estado de cesacion de pagos, la cual, sino supera los dos afios, coincidira con la
retroaccién; en cambio, si se supera dicho limite seran diferentes. La ley reserva la denominada
retraccién para las inoponibilidades concursales de los arts. 118 y 119, LCQ.
La distincién no es baladi porque la retroaccién y la consumacidén de los efectos retroactivos
de la quiebra, con el limite legal, tienen primordial importancia para las acciones de inoponibi-
lidad concursal; en cambio el periodo de sospecha, de fijacién judicial sin limite temporal, ad-
quiere relevancia también para la aplicacién de otros efectos retroactivos a través de la accion
revocatoria 0 pauliana, para los efectos del derecho de receso de los socios (art. 149, LCQ), para
la extension refleja de la quiebra (art. 160, LCQ), para las acciones de responsabilidad (art. 174,
LCQ) y para la inhabilitacién de los administradores (art. 235, LCQ), pues en todos esos casos se
“sospecha’ la realizacidn de actos clandestinos por parte del deudor para tratar de superar la cri-
sis patrimonial que lo acecha, produciendo perjuicio a los acreedores.
Entonces, el denominado periodo de sospecha es aquel que transcurre entre la fecha de inicio
del estado de cesacidn de pagos y la sentencia de quiebra y la retroaccion, a los fines del sistema
de inoponibilidad concursal, se desarrolla retrocediéndose temporalmente desde la sentencia de
quiebra o desde la presentacié6n en concurso preventivo en caso de quiebra indirecta, hasta la
fecha del inicio del estado de cesacién de pagos con un limite de dos afos. Para ambos casos se
necesita la fijacién judicial de la fecha de inicio del estado de cesacién de pagos.
Tanto la sentencia de quiebra como la que fija la fecha inicial del estado de cesacidn de pagos
tienen como sustrato factico idéntico, el estado de cesacién de pagos, que les sirve como presu-
puesto, pero la primera establece el estado falencial para todas sus consecuencias y la segunda
solo produce efectos respecto de los actos realizados antes del decreto de quiebra (CuzzERI -
Cicu).
ERREIUS 395
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
correr vista al sindico para que adecue si lo cree asi, en cuanto a la fecha de inicio del estado de
cesaci6on de pagos, el informe general presentado en el concurso preventivo.
1.2. Tramite
La fijacién de la fecha de inicio del estado de cesacion de pagos tramita a través de un inciden-
te especifico o autonome, el cual se inicia con las impugnaciones del art. 117, LCQ 0 las observa-
ciones del art. 40, LCQ.
Se correra vista a la sindicatura de las impugnaciones interpuestas en los términos del art. 117,
LCQ, y se incluiran las observaciones del art. 40, LCQ, efectuadas en la etapa de concurso preven-
tivo, las cuales no fueron sustanciadas en aquella oportunidad. También de la impugnacién reali-
zada por un acreedor o un tercero, juntamente con la vista al sindico, deberd corrérsele traslado al
fallido, pues seria el principal afectado por dicha impugnacién, lo cual ademas se corrobora con
la posibilidad de apelacidn que le otorga la ley, aunque el fallido no haya realizado impugnacién
alguna (GRILLO).
Luego, el juez podra abrir el incidente a prueba en el caso de que existan hechos controverti-
dos y conforme al ofrecimiento de medios probatorio por parte de los interesados.
Y finalmente, el juez concursal dictara sentencia fijando la fecha precisa de inicio del estado
de cesacion de pagos y alli quedara determinado el periodo de sospecha y el de retroaccidn. La fe-
cha fijada determinara el inicio del periodo de sospecha, aunque la retroaccidn quedara limitada
alos dos anos de la sentencia de quiebra 0 presentacion en concurso preventivo, si aquella fuese
mas alejada (art. 116, LCQ).
El juez tiene plena libertad para fijar la fecha sobre los antecedentes recogidos en el expe-
diente, sin necesidad de quedar subordinado por las fechas propuestas por el sindico, el fallido o
los impugnantes. Para la determinacion de tal fecha es virtualmente relevante la exteriorizacion
del estado de insolvencia a través de sus hechos reveladores, aunque debe analizarse el estado
patrimonial en conjunto debiendo el juez evaluar todas las cuestiones de hecho, que importen la
generalidad y permanencia de aquel estado. En tal sentido resulta insuficiente el simple incum-
plimiento y, por lo tanto, en principio, el primer incumplimiento no implica la fecha de inicio del
estado de cesacion de pagos. No debe confundirse el inicio del estado de cesacién de pagos y sus
hechos reveladores, cuando la fecha de inicio generalmente sera anterior a que se produzca un
hecho revelador. Se advierte que aqui es donde adquiere real importancia el concepto de estado
de cesacién de pagos y su significaci6n teérica, en la actualidad, la aplicaci6n concreta de la tesis
amplia bonelliana.
1.3. Apelacion
La resolucién sera apelable en relaci6n y con efecto suspensivo, pudiéndolo hacer el fallido,
haya 0 no participado del procedimiento, y los acreedores y terceros que intervinieron en el tra-
mite, ya sea observando el informe general en la oportunidad del art. 40, LCQ, para el caso de los
acreedores, 0 en el momento del art. 117, LCQ para acreedores y terceros. Se ha planteado el pro-
blema del interesado que no observa o impugna el informe del sindico por no afectarlo -el acto
otorgado queda fuera de la fecha propuesta-; sin embargo, cuando el juez fija la fecha de inicio
del estado de cesacidén de pagos, la retrotrae de tal manera que el acto queda dentro del periodo
de sospecha. En caso de ser un tercero podria desvirtuar la presuncion con prueba en contrario,
pero tratandose de un acreedor para quien la sentencia hace cosa juzgada debe habilitarsele la
apelacion, aunque no haya participado del incidente.
Hay acuerdo en la doctrina legitimando la apelacion por parte de la sindicatura cuando el juez
se ha apartado de la fecha por él propuesta, porque en el sistema de recomposicion patrimonial,
el sindico acttia como parte que insta acciones que dan lugar a procesos que tramitan ante el juez
de la quiebra.
Sin embargo, atento el caracter de funcionario publico imparcial que detenta el sindico, quien
actua como dictaminante de técnica econédmico-contable y forma parte del oficio de la quiebra
no siendo contradictor, por lo que carece de legitimacién para apelar. Ademas, claramente, la re-
solucion no le causa agravio alguno, pues él no se vera afectado por la fecha que fije el juez; ello,
aunque tenga la legitimacidn causal sobre los bienes desapoderados (art. 110, LCQ), pues ella
nace respecto de los bienes conmovidos por los efectos retroactivos luego de fijada la fecha de
inicio del estado de cesacién de pagos, es decir cuando exista la posibilidad de litigio, La mencién
a la legitimacién para apelar, que hace la ley expresamente para los participantes en el incidente,
se refiere a aquellos que tienen la posibilidad o no de hacerlo, y nose refiere claramente al sindico,
quien tiene el deber funcional de intervenir como integrante del oficio concursal en la determi-
nacién de la fecha de inicio del estado de cesacién de pagos. El juez deberd resolver lo que corres-
ponda y el sindico colabora para ello, pero no debe -rectius: puede- disconformarse con lo que
se resuelva. Ademas, la actuacién del sindico en las acciones de recomposicion patrimonial, lo
hace a través de una sustituci6n procesal de la legitimacion del fallido, no en interés propio, por lo
que ejerce la legitimatio ad causam de aque! en beneficio de los acreedores, por lo que no puede
quedar legitimado a apelar la fecha fijada por el juez, en beneficio de unos u otros, sino que cada
uno de los interesados tiene legitimacion para hacerlo por si mismo.
2. Cosa juzgada
La resolucién que fija la fecha de inicio del estado de cesacion de pagos, conforme al art. 115,
parr. 1, LCQ, hace cosa juzgada respecto del fallido, todos los acreedores concursales, aunque atin
no sean concurrentes y los terceros que intervinieron en el tramite de su fijacion, importando una
presuncion iuris tantum para los terceros que no participaron en dicho procedimiento.
El fallido intervino en la quiebra si se trata de una quiebra indirecta, o directa voluntaria, 0
directa forzosa en la que comparecid a estar a derecho, y en este ultimo caso si no comparecid
de todas formas fue convocado a hacerlo. De modo tal que en ninguin supuesto puede ser consi-
derado un extrano a la quiebra, y en consecuencia la sentencia firme que determina la fecha de
cesacion de pagos reune la calidad de cosa juzgada a su respecto.
El tercero que no intervino en el tramite para la determinacidn de la fecha de inicio de la in-
solvencia, no fue convocado para hacerlo y constituye un extrafio a ella, por lo cual la sentencia
firme que determin6 la fecha inicial de la cesaci6n de pagos no retine la calidad de cosa juzgada,
sino que constituye una presuncion iuris tanium.
Los acreedores generan dudas porque pueden ser asimilados al grupo del fallido y de los
terceros que intervinieron en el tramite, 0 al de los terceros que no lo hicieron. Los signos de
puntuacion y la conjuncién del texto legal, parecen asimilarlos a los terceros, La expresién “los
acreedores” es separada por una coma de la referencia “del fallido’ y parece ser asociada con la
conjuncion “y” ala suerte de “los terceros” de quienes no los separa coma alguna. Pero el resto
de la construccién de la oracién parece indicar lo contrario. Todos los acreedores concursales
han tenido la posibilidad de participar no solo en el concurso sino también en el procedimiento
de fijacién de la fecha de inicio del estado de cesaci6n de pagos y se abstuvieron de hacerlo por
la razon que sea. La “presuncion que admite prueba en contrario” es predicada respecto de “los
terceros que no intervinieron” sin hacerlo con relacién a los acreedores que procedieron de la
misma forma, por lo cual estos Ultimos quedarian alcanzados por la cosa juzgada.
Aquellos terceros que no han participado en el tramite y que resultan, en principio, extranos a
la quiebra pero que pueden verse afectados por las acciones de inoponibilidad, responsabilidad o
por la inhabilitaci6n concursal, podran impugnar la fecha fijada judicialmente, pues respecto de
ellos la sentencia crea una presuncion iuris tantum. La cuestién se dilucida dentro de las acciones
o tramites correspondientes en los cuales sea demandado el tercero interesado, es decir que sera
opuesto el tema como defensa, no solo por economia procesal sino por consecuencia del propio
interés de los terceros, quienes no se presentaran a impugnar la fecha de inicio de la insolvencia si
no existe pretensién alguna en su contra que pudiese hacerle recaer los efectos de la quiebra. Tal
impugnacion por parte de los terceros, en la cual no participaran aquellos acreedores y terceros
que participaron en la fijacién de la fecha y para los cuales aquella resolucion tiene autoridad de
cosa juzgada, lleva a que puedan quedar fijadas dos fechas diferentes del inicio de la insolvencia.
De ninguna manera, el juez puede variar a través de esta participacion del tercero, la fecha fijada
oportunamente en la quiebra por el tramite del art. 117, LCQ. Entonces, en la quiebra puede haber
ERREIUS 397
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
mas de una fecha de cesacion de pagos, la que afecta a la generalidad y la que se determine en
concreto en una /itis singular contra un tercero que la haya cuestionado exitosamente
III. INOPONIBILIDAD
Las nociones de inoponibilidad se aplican a actos celebrados antes y después de la declara-
cin de quiebra, los primeros a través de sus efectos retroactivos y los segundos como consecuen-
cia del desapoderamiento concursal, atenuado en el concurso preventivo y pleno en el proceso
falencial.
Hubo desde siempre divergencias terminolégicas sobre este topico. Se ha hablado de “im-
pugnaci6én” (derecho aleman), “nulidad” o “anulabilidad” (ley italiana 1883 y nuestro antiguo de-
recho concursal), “revocabilidad” (derecho romano), “ineficacia” (Legge Fallimentare) e “inopo-
nibilidad” (ley francesa 1967). Finalmente se desarroll6 en Francia, a través de JAPIOT y BASTIAN,
la teorfa de la ineficacia, que desdobl6é dentro de un género de invalidez a dos especies, una in-
validez e ineficacia absoluta, la “nulidad’ y otra relativa, la “inoponibilidad’ la primera, privando
de efectos al acto respecto de las partes y la segunda quitandoselos frente a terceros, pero mante-
niendo la validez inter pars. Sin embargo, dicha diferencia también se sustent6, no solo respecto
de los efectos sino teniendo en cuenta el nacimiento del acto, por un lado, aquel afectado en sus
elementos esenciales (nulidad) y aquel perturbado por circunstancias exteriores a él (inoponibi-
lidad). MAFFia realiza otra distincién, aunque en la misma orientacién apuntada, apoyandose en
las construcciones nacidas en Italia a través de Betti, relacionando la invalidez con la nulidad y,
en caso de validez, habla de ineficacia o inoponibilidad como sindénimos. Hay que reconocer que
en la ley los vocablos son tomados como sindnimos. El problema queda relegado a cuestiones de
denominacion y no de conceptos.
Desde el nacimiento de la acci6n pauliana en el derecho romano se ha hablado de “revoca-
bilidad” como consecuencia privativa de efectos de un acto respecto del impugnante, noci6n que
se repite actualmente a través de la “inoponibilidad” y su relacién con los acreedores concursa-
les. La “impugnaci6n” es la denominacion de la accidn 0 defensa concreta frente al acto que de
alguna manera se pretende invalidar. Las nociones de nulidad e inoponibilidad, si bien especies
de un mismo género, en cierto modo son excluyentes y la inoponibilidad implica la necesidad
de validez, pues en el caso de que la privaci6n relativa de efectos que daria lugar a la inoponibili-
dad naciese a partir de un vicio estructural del acto, se estaria ante la nulidad del mismo, la cual
abarcaria a la anterior, pues los efectos de la nulidad implican también los de la inoponibilidad
(RIBICHINI). En ese orden de ideas, no habria declaracién de inoponibilidad cuando existe una
nulidad absoluta por un vicio manifiesto, pues el juez deberia declararla ex oficio (art. 387, CCC),
pero nada privaria a que la hubiere cuando la nulidad es relativa sino hubo pronunciamiento ju-
dicial al respecto (TONON). En los casos de actos anulables de nulidad absoluta el juez, advertido
del vicio invalidante, debe pronunciarse por la nulidady no por la inoponibilidad ergo no siendo
ella la pretension impugnativa y no pudiendo pronunciarse de oficio al respecto, debe limitarse a
declarar la inoponibilidad.
La terminologia ha quedado aclarada con el nuevo Codigo Civil y Comercial pues se impone,
ahora expresamente, la ineficacia como género y la nulidad y la inoponibilidad como especies
(art. 382, CCC).
1. Efectos de la inoponibilidad
una vez concluido el concurso podrd el tercero contratante demandar el cumplimiento de la con-
vencion 0 el resarcimiento de los dafios y perjuicios. En caso contrario, cumplido el acuerdo, los
actos inoponibles y cumplidos quedan consolidados.
La inoponibilidad se concreta como una manera de extender el desapoderamiento retroacti-
vamente a lo que por comodidad lingiiistica se ha referenciado como los bienes pasados (art. 124,
in fine, LCQ), para asi distinguirlos de los bienes presentes en el patrimonio del fallido al momen-
to de decretarse la quiebra y los bienes futuros que serian los que ingresen hasta el momento de
la rehabilitacion.
El efecto de la declaracion de inoponibilidad no hace reingresar el bien objeto del acto jurfdi-
co atacado al patrimonio del fallido, aunque si se produce su liquidacién en la quiebra. No se pro-
duce la reivindicacién del bien, pues el efecto es recompositivo o reintegratorio y no restitutorio;
la reintegraci6n o restituci6n importa que el bien vuelva al patrimonio del fallido, lo que ocurre
en la nulidad (art. 390, CCC), y la recomposicion permite ejercer los derechos de los acreedores, a
través del desapoderamiento (art. 124, LCQ), sobre el bien que se encuentra en el patrimonio del
tercero. Ello, posibilita la ejecucién del bien en beneficio de los acreedores.
El conocimiento del estado de cesacion de pagos, si bien habilita la inoponibilidad concursal,
no implica necesariamente el conocimiento del tercero del perjuicio a los acreedores, ni mucho
menos la connivencia dolosa de aquel con el fallido, por lo que puede haber actuado de buena fe.
Sin embargo, en lo concreto, el tercero no puede ser considerado sino de mala fe, aplicandose los
arts. 1798 y 1935, CCC, por lo que debe restituir, curmi oni causa, los frutos percibidosy los que por
su culpa hubiese dejado de percibir, debiendo indemnizar !os frutos civiles si se hubieren podido
obtener y, ademas, debe restituir los productos que obtuvo de la cosa, todo desde el momento en
que se celebré el acto, por lo que los efectos de la sentencia seran considerados ex func, por ser
declarativa, en todos los supuestos, porque declara la existencia de los presupuesto de la inopo-
nibilidad.
El art. 124 en su parr. 2, LCQ, senala que la inoponibilidad implica afectar al desapoderamien-
to concursal los bienes reintegrados a la quiebra, lo que importa que seran administrados por el
sindico para su liquidaci6n, reconociéndosele asi el caracter reconstitutivo patrimonial de dicho
sistema. La ley no diferencia los acreedores anteriores y posteriores al acto revocado, por lo que la
inoponibilidad beneficia a todos los acreedores por igual.
2. Retroaccién
La ley legisla diferentes casos de inoponibilidades, los que corresponden a la retroacci6n son
los legislados por los arts, 118 y 119, LCQ, es decir, la inoponibilidad de pleno derecho y aquella
por conocimiento del estado de cesacién de pagos, sin embargo, en otros pasajes de la ley se de-
termina, otros casos de inoponibilidad como son los del art. 88, inc. 5, LCQ, respecto de los pagos
hechos al fallido, el art. 109, parr. 2, LCQ, cuando se viola el desapoderamiento, norma que para el
concurso preventivo y su desapoderamiento atenuado esta contenida en el art. 17, parr. 1, LCQ, y
el del art. 122, LCQ, y los pagos hechos al acreedor peticionante de la quiebra.
Atento que pretende extender a la quiebra virtual los efectos de la quiebra decretada no caben
dudas de que es presupuesto objetivo de la retroaccién la existencia del estado de cesacion de pa-
gos y sufundamento radica en el mantenimiento de la par condicio erigida en el proceso falencial,
incluso en la quiebra de hecho.
La retroaccién, a los fines del sistema de inoponibilidad concursal, se desarrolla retrocedién-
dose temporalmente desde la sentencia de quiebra 0 desde la presentaci6n en concurso preven-
tivo en caso de quiebra indirecta, hasta la fecha del inicio del estado de cesacién de pagos con un
limite de dos anos.
2.1. Presupuestos
Este sistema de inoponibilidad concursal retroactivo (arts. 118 y 119, LCQ) adquiere opera-
tividad a partir de la existencia de distintos requisitos, a saber: sentencia de quiebra, sentencia
que fija la fecha de inicio del estado de cesacion de pagos, realizacién por el deudor de algunos
ERREIUS 399
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
de los actos referidos en los arts. 118 y 119, LCQ, dentro del periodo de retroaccion, y perjuicio a
los acreedores.
E| primer presupuesto es evidente porque la inoponibilidad que venimos tratando es aquella
que se produce como efecto retroactivo de la quiebra, por lo que para que la quiebra produzca
efectos es necesaria su declaracion judicial. la quiebra debe estar subsistente y no haber sido con-
cluida.
En relacién a la fijacién de la fecha de inicio del estado de cesaci6n de pagos, la misma se
constituye en un recaudo necesario para conocer a partir de cuando existe la insolvencia del deu-
dor, sin embargo, ello no importa reconocer efectos como se hacia en la antigua doctrina de la
quiebra virtual, porque aqui no hay ninguna posibilidad de aplicar la retroaccion sin que la quie-
bra tenga juridica constitucion a partir de la sentencia que la declara.
Como tercer presupuesto, para la declaracién de inoponibilidad es necesario que el acto de
disposicion patrimonial que disminuye el activo, se haya ejecutado dentro del periodo de retroac-
cidn el cual podra quedar delimitado por la fecha fijada como de inicio del estado de cesacion de
pagos, si ella fue determinada en un término menor a los dos anos anteriores a la sentencia de
quiebra, o por el contrario, si esta fecha excede dicho plazo, la retroacci6n queda limitada legal-
mente por un periodo bienal contado desde la sentencia de quiebra hacia el pasado.
Por ultimo, es necesario que dicho acto, ejecutado en el periodo suspecto de la retroacci6n
haya producido presumida 0 efectivamente perjuicio al concurso 0 mas precisamente a los acree-
dores.
legalmente el predominio del derecho de los acreedores sobre el patrimonio del fallido por sobre
el de los terceros.
Dicha intencion fraudulenta del deudor y del tercero, en forma objetiva se presume iure et de
iure, en la inoponibilidad de pleno derecho juntamente con el perjuicio y en la accion de inoponi-
bilidad por intermedio del conocimiento del estado de cesacidn de pagos por parte del tercero. En
cambio, la consecuencia de dicho fraude, es decir, el perjuicio, en algunos casos se presume iure
el de iure y en otros iuris tantum. Ademas, el fraude sin perjuicio no existe como fundamento de la
inoponibilidad, por lo que destruida la presuncion de este cae aquel. El presupuesto objetivo del
sistema de inoponibilidad concursal subsume en si mismo el postulado subjetivista del fraude,
pues el perjuicio es elemento constitutivo del fraude, El consilium fraudis se presume in re ipsa, En
realidad, una cosa es el presupuesto objetivo del sistema de inoponibilidad (eventus damni) y otro
distinto es el fundamento legal del mismo (consilium fraudis). La inoponibilidad funciona a través
del perjuicio, pero se origina en la idea de fraude, ello con el fin de mejorar la operatividad de las
acciones de inoponibilidad por sobre la pauliana, el sistema actua para evitar el fraude, pero sin
requerirlo para que funcione. Es verdad que la ley excluye al fraude como presupuesto subjetivo
del sistema de inoponibilidad, pero va mas alla, ya que lo presupone objetivamente, insito en el
mismo acto. El hecho que no se exija acreditar el fraude no excluye que la ley lo reconozca como
fundamento, pues ante el estado de cesaci6n de pagos, tanto el deudor como el tercero pudieron
actuar sabiendo el default y el dafio producido, pero aceptaron tal disvalioso obrar.
Entonces, en los casos de la inoponibilidad de pleno derecho (art. 118, LCQ) se presume iure
et de iure el fraude y el dafio; en cambio, en la accién del art. 119, LCQ, si el tercero tuvo conoci-
miento del estado de cesacion de pagos se presume iure el de iuwre que fue de mala fe y por lo tanto
hubo fraude, y debera destruirse con prueba en contrario la presuncién iuris tantum de la exis-
tencia del perjuicio. De otra manera no existe fundamento juridico sobre el sistema de inoponibi-
lidades concursales, pues qué seria lo que determina que el perjuicio a los acreedores por el acto
celebrado en el periodo de retroacci6n es juridicamente mas importante que el perjuicio sufrido
por el tercero ante la inoponibilidad. Todo el andamiaje del sistema se construye para darle ope-
ratividad y mejorar su efectividad frente alas acciones de recomposicion patrimonial del derecho
comun. La ley entiende la existencia de fraude, pero su acreditacion dificultaria -hasta incluso la
inoperancia- las acciones concursales, por lo que excluye tal probatio diabollica.
2.3. Subadquirente
El sistema de inoponibilidad concursal en principio funciona respecto del tercero que ha con-
tratado con el fallido. Las normas de derecho comtin permiten que, en caso de quiebra, pueda
promoverse la accién “revocatoria ordinaria” conforme lo autoriza el art. 120, ap. 2, LCQ, respecto
de los subadquirentes (art. 340, CCC). La ley concursal carece de norma semejante para la inopo-
nibilidad concursal.
Sin embargo, a pesar de la inexistencia de prevision legal, y si bien la inoponibilidad concursal
solo es descripta expresamente respecto de los actos del fallido y terceros con quienes contrato
conforme al texto de los arts. 118 y 119, LCQ, debe entenderse que implicitamente incluye la si-
tuacion de los subadquirentes, por aplicacién de la norma sobre legitimacion pasiva, de la acci6én
revocatoria ordinaria aplicable en la quiebra (art. 120, LCQ).
Siempre que se haya declarado la inoponibilidad de un acto, pero el bien haya pasado del ter-
cero aun sucesor singular, debe irse contra este nuevo acto, integrandose la /itis con aquel. Si un
acto es inoponible respecto de quien contrato con el fallido, puede serlo respecto de otro acto rea-
lizado en beneficio de un tercero subadquirente, siempre y cuando la subadquisicién haya sido a
titulo gratuito o el subadquirente tuviera conocimiento del estado de cesaci6n de pagos del falli-
do; pero si el acto realizado por el fallido no es inoponible de pleno derecho ni por conocimiento
del estado de cesacion de pagos, en ningtin caso puede serlo el realizado a favor del subadquiren-
te, aunque fuera a titulo gratuito o tuviera conocimiento del estado de cesacién de pagos.
Entonces si ambas adquisiciones o transferencias son a titulo gratuito, no existe problema en
declarar la inoponibilidad de ambas, si ambas son a titulo oneroso deben darse en el acto cele-
brado entre deudor y tercero, y entre este y el subadquirente los presupuestos del art. 119, LCQ,
principalmente el conocimiento del estado de cesacidn de pagos por ambos adquirentes, sino se
ERREIUS 401
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
2.4, Caducidad
3.1. Perjuicio
En este caso el perjuicio es presumido iure et de iure, ya que no se exige que sea probada su
existencia ni autoriza a quien podria ser afectado por la declaraci6n de inoponibilidad a probar la
inexistencia de perjuicio derivado del acto privado de efectos respecto de los acreedores.
Ello es asi puesto que el perjuicio a los acreedores no deriva de circunstancias particulares
que pudieran presentarse en cada acto que sea alcanzado por dicha declaraci6én, sino de la mera
comprobacion de la realizacion de alguna de las conductas descriptas por el art. 118, LCQ, du-
rante el periodo de retroaccién de la quiebra. Ocurre que la realizacién de los actos descriptos en
la norma ejecutados por quien no puede cumplir regularmente sus obligaciones exigibles, nece-
sariamente ocasiona perjuicio a sus acreedores, puesto que los priva del valor que egres6 sin ser
compensado por contravalor alguno que ingresara en el patrimonio del cesatus, o de la parte que
les hubiera correspondido del pago si se hubiera realizado respetando el trato paritario de los
acreedores de la misma graduacion, o de la garantia que beneficia a un acreedores en desmedro
de los restantes. El perjuicio se presume de manera absoluta, por lo que el tercero no podria pre-
tender excluirse de la declaracion de ineficacia probando que el acto no fue perjudicial porque no
afecto el patrimonio del deudor ni vulneré la igualdad de los acreedores,
El fundamento de la prevision legal es la produccién del dafio a través del fraude a los acree-
dores, quitandosele el fin altruista a los actos a titulo gratuito y afectando la par condicio en el
pago anticipado o constituci6n de garantias.
En el texto legal vigente la presunci6n se constituye sin admitir prueba en contrario. Sin em-
bargo, pueden darse una circunstancia excepcional por la cual no proceda disponer una inoponi-
bilidad de pleno derecho, es mas, podria existir una sentencia firme que dispusiera una inoponi-
bilidad de pleno derecho o por conocimiento del estado de cesacién de pagos, y que no pudiera
ser ejecutada por la demostracion palmaria de la suficiencia del activo concursal para hacer fren-
te a todos los acreedores incluidos en el pasivo concursal y los pendientes de resoluci6n judicial,
incluyendo los intereses suspendidos, y la totalidad de las costas. En tal caso no procede ningtin
mecanismo de recomposici6én del patrimonio del fallido por resultar innecesario.
No obstante, en ninguno de estos casos se trata de la inexistencia de perjuicio sino de algo
enteramente distinto, esto es, la inexistencia de interés de los acreedores en continuar con la re-
composicién del patrimonio y con la liquidacién de bienes, por existir bienes desapoderados que
liquidar o de fondos depositados en la cuenta de autos, suficientes para pagar a todos los acree-
dores y las costas.
La ley hace una enumeracion taxativa de los actos afectados, lo que impone que la interpreta-
cion se haga en forma estricta no pudiéndose extender la prevision legal analdgicamente a situa-
ciones no contempladas.
La declaracion de inoponibilidad no opera automaticamente ministerio legis, sino de planeo
derecho o ipso iure necesitando una resoluci6n judicial que la declare. La inoponibilidad debe ser
resuelta por sentencia declarativa que tendra efecto retroactivo al momento de la realizacion del
acto. Si bien no es necesario incoar accidn alguna o peticién expresa, ello no impone la inoponibi-
lidad automatica, sino que permite la declaraci6n ex oficio por parte del juez. Nada impide que se
llegue ala declaracion de inoponibilidad por denuncia de cualquiera de los acreedores 0 incluso
del sindico. Y en estos casos -denuncia de acreedor-, la circunstancia de que sea sin tramitacion
no excluye que se le corra vista previa al sindico, lo que si pretende referir es que no debe sustan-
ciarse con el fallido ni con el tercero involucrado.
La ley prevé distintas vias impugnativas de la sentencia declarativa de la inoponibilidad, la
eleccién entre la via recursiva y la incidental variaraé, conforme lo entienda el afectado, segin que
ERREIUS 403
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
ERREIUS 405
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
agrega que la constitucion de preferencia debe hacerse, para el régimen de ineficacia, sobre obli-
gacién no vencida.
La ley expresamente se refiere a la hipotecay la prenda, pues se trata de los casos mas comu-
nes, pero no queda limitado el caso a las garantias reales sino a todo tipo de preferencia, por lo
que el precepto es meramente enunciativo.
En cuanto a la constitucion de garantia real sobre obligacion quirografaria, la virtualidad a los
fines de la inoponibilidad la tiene la inscripcién registral, sin perjuicio de que la constitucién de
la garantia se haya hecho fuera del periodo de retroaccién, de otro modo no seria oponible a ter-
cero, es decir, los acreedores concursales (art. 1893, CCC). En el caso de la prenda con registro la
inscripcién debe hacerse, para producir efecto retroactivo al momento de la constituci6n, dentro
de las veinticuatro horas (art. 19, decreto-ley 15.348/1946). Por supuesto que la inoponibilidad
nunca alcanzara la reinscripcién de la garantia. Cuando la preferencia no es registrable la consti-
tucién se produce con su perfeccionamiento.
Deben incluirse en el supuesto, reducciones de plazo, reconocimiento de intereses, aumento
de tasa pactada, cesion de créditos con garantia real. También importa el otorgamiento indirecto
de una preferencia, el reconocimiento del derecho de retencion, pues si bien la quiebra suspende
el ius retentionis (art. 131, LCQ), se le otorga el privilegio del art. 241, inc. 5, LCQ; si bien es cierto
que el derecho de retencién solamente tiene origen legal de la misma manera que los privilegios,
el deudor podra realizar actos tendientes a que se cumplan los presupuestos legales para que
se perfeccione aquel derecho. De la misma manera, la subordinacion crediticia referida a una
deuda no vencida resultara inoponible. Quedaria afectado por la inoponibilidad el fideicomiso
de garantia constituido en el periodo de retroaccién respecto de una obligacidn que no tenia tal
aseguramiento; dicho supuesto no puede ser considerado a titulo gratuito porque el fiduciante
como contraprestacidn obtiene la cancelacién de la deuda, pero quedaria inmerso en el supuesto.
No queda alcanzada por la inoponibilidad la refinanciacion de deuda vencida a través de la cons-
titucién de una garantia real.
Se da una situaci6én peculiar que es la que el crédito con la preferencia otorgada sea insinuado
por su acreedor en la quiebra. En tal hipotesis, en oportunidad de Ja verificacién tempestiva o
eventual (revisién o tardia), el juez podra declarar la inoponibilidad ex officio, o por introduccién
del tema por parte de la sindicatura en el informe individual, 0 en el informe incidental de la etapa
eventual (art. 56, parr. 9, LCQ), 0 a través de alguna observacion de los pedidos de verificacién por
parte de los acreedores (art. 34, LCQ).
El lugar de la garantia atacada concursalmente es ocupado por los acreedores concursales,
por lo que el producido del bien desapoderado es destinado a la distribucidn en la medida de la
garantia declarada inoponible, por lo que no se ven mejorados los acreedores con garantias poste-
riores en el rango. En nuestro sistema registral, fundado en el llamado rango de avance, extinguida
una garantia real, las posteriores ascienden al lugar de aquella, pero dispuesta su inoponibilidad
concursal ello no sucede, puesto que el lugar de la garantia privada de efectos es ocupado por el
concurso. El acto tiene efectos entre el deudor y el acreedor cuya garantia fue declara inoponible
y es oponible a los acreedores de rango inferior, por lo que, liquidado el bien en la quiebra, el
concurso se beneficiara de su producido en la proporcién que le corresponderia al acreedor cuya
garantia fue declarada inoponible. En caso de que lo distribuido en la quiebra no consuma la to-
talidad del crédito del acreedor cuya garantia fue declarada inoponible, en caso de remanente, se
desinteresaran los acreedores de rango inferior.
La ley legisla una accién in personam para lograr la inoponibilidad de actos a titulo oneroso,
no incluidos en el art. 118, LCQ, en los cuales el tercero cocontratante tuvo conocimiento del es-
tado de cesacion de pagos del ahora fallido y se ha causado perjuicio a los acreedores. Indistinta-
mente se la denomina a esta accién con su designacién histdrica de “revocatoria concursal” o con
la mas correcta técnicamente de “inoponibilidad concursal”
Como alerta el art. 121, LCQ, no quedan afectados por la inoponibilidad los actos otorgados
por el fallido durante el tramite del concurso preventivo fracasado, pero si quedan sometidos al
4.1. Presupuestos
Los presupuesios de la accion, ademas de la existencia de la quiebra, los determina el art. 119,
parr. 1, LCQ, yson la celebracion del acto en el periodo de retroaccion -la norma mal se refiere al
perfodo de sospecha-, pero ademas, por un lado debe haber conocimiento del estado de cesacién
de pagos por parte de quien ha contratado con el fallido en el periodo de retroaccion (presupuesto
subjetivo) y desde otro costado aquel tercero no debe acreditar que hubo perjuicio para el concur-
so por la celebracién del acto, lo que se presume iuris tantum (presupuesto objetivo).
ERREIUS 407
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
4.1.2. Perjuicio
En cuanto al perjuicio, la ley 24,522 agrega una frase a la norma que expresamente hace men-
cidn al dafio, dejandose de lado asi las posiciones erigidas en ancien régime que exclufan el per-
juicio de la accién de inoponibilidad.
La ley impone, para enervar la accion, una carga procesal al tercero demandado y ella es que
pruebe la inexistencia del perjuicio, lo que hace concluir que el damnum se presume iuris tan-
tum. Es claro que sin perjuicio no hay accion por inexistencia del interés tutelable. La ley le da pre-
eminencia al perjuicio en la declaraci6n de inoponibilidad, para proveer a la seguridad juridica y
darle estabilidad alos actos del deudor.
El tercero, debe probar un hecho negativo, es decir la inexistencia de perjuicio.
Se han dado diversas conceptualizaciones respecto de lo que se entiende por perjuicio con-
cursal, en la idea de la inoponibilidad. Una parte de la doctrina, principalmente italiana (RAGUSA
MAGGiIorE, FERRARA, MAFFEI ALBERTI entre otros) retrotrayendo la existencia del perjuicio al mo-
mento de la celebracién del acto, lo entendio como agravamiento del estado de cesacion de pagos
(v.gr., endeudamiento). Esta doctrina tuvo varias derivaciones, afirmandose, por un lado, que no
importaba la relaciodn de causalidad, incluyéndose todos los actos celebrados por el deudor en
periodo retroactivo y por otro, se le otorga virtualidad al nexo causal, presumiéndoselo, pero ad-
mitiendo la prueba del tercero respecto de que no se provocé ni agravé la insolvencia del deudor.
Lo importante aqui es que el acto atacable debe ser posterior al inicio del estado de cesacion de
pagos porque no la genera, sino que la agrava. De esta teoria surge tangencialmente aquella que
entiende al dano como lesién a la garantia patrimonial de los acreedores (Payarp1), la cual entien-
de al agravamiento del estado de insolvencia como el endeudamiento del deudor y la afecci6n a
la garantia como la disminucién de la misma, por lo que el dafo solo podra ser determinado al
momento de la distribucién final, no siendo necesario individualizar el perjuicio concreto, pues
es suficiente la insolvencia al momento de celebrar el acto para menoscabar el patrimonio (PRO-
VINCIALI).
Surge también la tesis que entiende el perjuicio como la insuficiencia del activo para cancelar
el pasivo sosteniendo, a los fines de la proponibilidad de la accion, la subsistencia del interés tu-
telable (SATTA). ALEGRIA advierte que hay que tener dos parametros diversos y no excluyentes en
cuanto al dafio, uno el interés de los acreedores en orden a la suficiencia de los bienes del activo
para su satisfaccién y, si son suficientes, la inoponibilidad no se declara 0 incluso puede limitarse
hasta el limite de tal interés; y el segundo es el dafio concreto producido por el acto, sin cuyo dano
no hay inoponibilidad, aunque el activo sea insuficiente. Es decir que mas alla de que el acto haya
agravado la insolvencia, haya reducido la garantia de los acreedores o haya afectado la igualdad
entre los acreedores, si hay bienes suficientes no hay accién.
En tal orientacion a fin de lograr una idea acabada del perjuicio o mas precisamente de aque-
llo que debe probar el tercero para que el acto no sea declarado inoponible, debe remitirse a un
dano historico, es decir, a aquel producido al momento de celebrarse el acto con el consiguiente
nexo causal, a la subsistencia de dicho perjuicio como dato presente atento la insuficiencia pa-
trimonial al momento de la distribucién final. “La inoponibilidad no es una respuesta o remedio
a la insolvencia, sino a la insuficiencia de bienes cuya realizacié6n forzada pretende conjurarse
aquella” (RIBICHINI). La insuficiencia patrimonial en la quiebra es la que habilita la reconstitucion
patrimonial, siendo insuficiente para ello, en forma aislada que el acto haya sido, al momento de
su celebracion, danioso.
Entre aquellos parametros histéricos del perjuicio, prevalece por encuadrar en todos los ca-
sos, al que lo entiende como menoscabo a la garantia patrimonial de los acreedores, la cual de
alguna manera incluira al agravamiento de la insolvencia y la violacién de la par condicio.
La legitimacién del sindico para demandar por la inoponibilidad concursal por conocimiento
del estado de cesacién de pagos se complementa con la autorizaci6n de una determinada mayo-
ria de los acreedores.
La autorizacion de los acreedores para promover la accion de inoponibilidad concursal tuvo
origen en nuestro derecho en la ley 11.719, habiendo sido derogada por la ley 19.551, reinsta-
landola la ley 24.522 sin razones de peso que lo justifiquen. El fundamento de esta autorizaci6n
ERREIUS 409
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
radica en que sean los acreedores los que evaluien la pertinencia de una accidén enderezada a
satisfacer sus pretensiones de cobro, que en el caso de no prosperar conllevara la imposicién de
costas a la quiebra
Tal recaudo de legitimacion perjudica el sistema de inoponibilidad concursal, complicandolo
innecesariamente lesionando a los acreedores concursales, porque pueda ocurrir la existencia
de intereses contrarios de quienes, desean que la accién no sea iniciada, incluso podria existir
connivencia entre el deudor y los acreedores mayoritarios para evitar el otorgamiento de la auto-
rizacion. El recaudo legal no debié estipularse como integrativo de la legitimacio6n como hecho
positivo, sino que debi6 ser suficiente el anoticiamiento a los acreedores de la accién a promo-
verse por el sindico, dandoseles la oportunidad de oposicién a la misma, debiendo ser su silencio
considerado como manifestacién positiva de voluntad a favor del ejercicio de la accién (art. 263,
CCC); después todo lo demas quedaria acotado al ambito de las responsabilidades.
Entonces seran los acreedores quienes decidiran si la quiebra corre el riesgo de interponer la
accidn. La conformidad de los acreedores no hace a la legitimacién en la causa como elemento
sustancial de la litis, sino a la legitimacion en el proceso como presupuesto procesal o, dicho, en
otros términos, requisito extrinseco de admisibilidad de la pretension.
Se exige mayoria simple de acreedores verificados y declarados admisibles, ya sea en la opor-
tunidad de la verificaci6n tempestiva o la eventual. No siendo necesario que las mayorias deban
ser dadas en asamblea, donde puede haber mayoria simple (votos afirmativos entre presentes)
debe entenderse que se trata de una mayoria absoluta, es decir, a mas de la mitad del capital com-
putable, sea que se otorgue individualmente o a través de acto colegial. El computo de la mayoria
se determina contabilizando el capital sin tenerse en cuenta la mayoria de personas. Se excluye
de dicho cémputo el acreedor que vaya a ser demandado y a todos aquellos inhabilitados para
prestar conformidad a la propuesta de acuerdo preventivo (art. 45, LCQ).
La ley guarda silencio, sin exigir formalidad alguna, por lo que podran ser recabas las ma-
yorias en asamblea o también sera suficiente y mucho mas practico que el sindico en forma ex-
trajudicial logre aquella mayoria y acredite la conformidad a prestarle la autorizacién con firma
certificada (ROITMAN). El art. 263, CCC, que autoriza a considerar el silencio como manifestacién
de voluntad solo cuando a ello se refiere la ley, sin poder ser modificado ello judicialmente, por lo
que la mayoria debe constar en afirmaciones que otorgan la autorizacion. De una u otra manera
los acreedores deben estar perfectamente informados sobre la accidn que se pretende incoar, la
pretension, el acto que sera atacado, sujeto demandado, y pareciera importante que tales circuns-
tancias estuvieran transcriptas en la autorizaci6n expresa que se le otorgue al sindico.
No es necesario que exista un pronunciamiento previo judicial sobre la autorizacion de los
acreedores. Ello porque, como dicha autorizacion se referira exclusivamente a la interposicion
de una o varias acciones determinadas y concretas referidas a uno o varios actos también deter-
minados, es suficiente que el sindico incoe la acci6n acompanando la autorizacion de la mayoria
de los acreedores y es alli donde sera evaluada por el juez su legitimacién activa. Se postulé que
el sindico podria solicitar dicha declaracién judicial previa a fin de evitar que se le oponga la ex-
cepcion de falta de legitimacion por deficiencias al momento de recabar las adhesiones 0 en el
cémputo de las mismas (GRILLO). La inexistencia de autorizaci6n invalida la legitimacién y podra
rechazarse, en forma perentoria, la demanda por falta de accion, a través de una excepcion previa
(art. 347, inc. 3, CPCCN).
4.2.1.2. ACCION POR LOS ACREEDORES
También, como prevén los dos primeros parrafos del art. 120, LCQ, la accién podra ejercerla
cualquier acreedor, previa intimacion al sindico para que lo haga.
Ante la amplitud legal “cualquier acreedor interesado” se entiende que cualquier acreedor
concursal concurrente, quirografario o privilegiado podra iniciarla, se encuentre verificado o ad-
mitido en el pasivo concursal o incluso habiendo promovido incidente de revision o de verifica-
cién tardia, siempre que su exclusién del pasivo no haya adquirido autoridad de cosa juzgada y,
también, tendran legitimacion los acreedores posconcursales prededucibles (art. 240, LCQ).
La accién podra iniciarse luego de los treinta dias posteriores a la intimacién al sindico, o
directamente luego de conocido el hecho de que se le ha denegado la autorizacion, pues ello
deja expedita la accion. Con Ja ley 19.551 no habia ningun problema con la intimacion al sindico
pero ahora, atento la necesaria autorizaci6n de los acreedores que aquel necesita para demandar,
debe considerarse que para que la accién pueda ser ejercida por los acreedores debe realizarse
la intimacién previa al sindico cuando este no inst6 la autorizacidn de los acreedores 0 cuando
la tuviese y no ha ejercido la accién, pero siendo necesaria cuando aquella autorizacién le fue
implicitamente denegada por los acreedores. Se ha admitido la promocién de la accién por un
acreedor sin intimacion previa al sindico cuando aquella se ha ejercido para evitar la caducidad
(CSJN, LL, 2010-F-343.).
La accion por acreedor se viabiliza por omisién del sindico, por lo que su legitimacién es re-
sidual y subsidiaria (RIBICHINI), actuando en nombre propio, pero en interés ajeno (HEREDIA), El
ejercicio de la accidn por un acreedor no obstara la responsabilidad del funcionario, a quien no le
cabria en principio otra sancién que la remocién.
En un excesivo cautelar de intereses ajenos al concurso ya fin de evitar aventuras judiciales, la
ley impide que el acreedor demandante actte con beneficio de litigar sin gastos, exigiéndole ade-
mas que afiance las eventuales costas del proceso, bajo apercibimiento de tenerlo por desistido.
Esto ultimo, atento la literalidad legal, no sera dispuesto ex officio por el juez, sino que debera ser
instado a peticién de parte a través de la conocida excepcidn de arraigo. La prevision resulta total-
mente disvaliosay desalienta la promocion de la accion. Incluso puede ser cuestionada la consti-
tucionalidad de la norma por importar una denegatoria de justicia. No se incluye a los acreedores
laborales, los cuales actiian con carta de pobreza ipso iure.
Como consuelo para el acreedor, el parr. 4, art. 120, LCQ, prevé para este caso y para la accion
pauliana, si se declara la inoponibilidad del acto por la accién del acreedor, que tendra derecho al
resarcimiento de los gastos y se le otorgara una preferencia especial sobre los bienes recuperados
entre la tercera (1/3) y la décima (1/10) parte del producido de la liquidacién de dichos bienes,
segun la graduacion que haga el juez, por supuesto con el limite de su crédito.
Se trata de un privilegio especial, que recae sobre el bien o bienes recuperados, pero la ley
no determina su rango, aunque necesariamente debe ser ubicado en primera posici6n, pues sin
la accion del acreedor, el bien no hubiese ingresado nuevamente al patrimonio del deudor y los
acreedores con privilegio especial no hubieran podido ejercer su preferencia. Igualmente se de-
ben dejar a salvo ciertos casos particulares que, valorados concretamente y ante la imprevision
legal, pudiera el juez considerarlos de rango preferente, cuando el crédito gozara del mismo pri-
vilegio si el bien no fuese reincorporado al concurso, es decir que la inoponibilidad concursal no
los afectaria, pues mantienen el mismo derecho en uno u otro caso, En tal sentido podria darse
el caso, entre otros, de la enajenacién de un bien con una garantia real hipotecaria, consintiendo
el acreedor hipotecario tal operatoria, sin verse perjudicado, pues su crédito contra el fallido se-
guiria, ante la enajenacién, garantizado sobre el mismo bien, que pasaria a manos de un tercero
hipotecante no deudor; entonces, estando el bien en el dominio del tercero o del fallido, la ga-
rantia hipotecaria igual subsiste sobre el bien, por ello declarado inoponible para los acreedores
concursales, el hipotecario deberia mantener su rango preferente, aun superior al estipulado en
el articulo analizado.
ERREIUS 41
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
que no se estaria ante un litisconsorcio pasivo necesario, pero por la accién que contra él tuviese
el tercero, ya sea directa 0 por intermedio de la quiebra, no podria negarsele formar parte del
proceso -litisconsorcio facultativo (art. 88, CPCCN)-, a través de su intervencién voluntaria (art.
90, CPCCN) u obligada, a través de la citacién realizada por intermedio del sindico o del tercero
(art. 94, CPCCN). Si bien ante la inoponibilidad naceria una accion en favor del tercero contra el
fallido, ello Gnicamente se lograra por intermedio de la verificacién tardia de créditos.
Atento que el tercero demandado y vencido en la accién, no puede ser considerado sino de
mala fe, aplicandose los arts. 760 y 1935, CCC, debera restituir los frutos percibidos y los que por
su culpa hubiese dejado de percibir, debiendo indemnizar los frutos civiles si se hubieren podido
obtener y, ademas, debe restituir los productos que obtuvo de la cosa, todo desde el momento en
que se celebré el acto, por lo que los efectos de la sentencia seran considerados ex tune.
En el caso de que se levante un pedido de quiebra pagandose el crédito del acreedor al ins-
tante por intermedio de un tercero o por el mismo deudor (art. 87, parr. 2, LCQ), igualmente se
declara la quiebra en virtud de otra peticién, la norma del art. 122, LCQ determina que, si aquel
pago queda dentro del periodo de retroaccidn se presume iure et de iure realizado a favor de todos
los acreedores, siendo inoponible a ellos lo contrario. Es una consecuencia directa de la nocion
de que el pedido de quiebra no es un medio ejecutivo para el cobro de los créditos en forma in-
dividual.
La inoponibilidad funciona inicamente cuando se dan bienes en pago o se configura una
dacién en pago, no asi cuando se utilizan otras formas de pago.
Elart. 87, parr. 2, LCQ, por remision al art. 122, parr. 1, LCQ, dispone la inoponibilidad de cual-
quier pago realizado por el deudor 0 un tercero al acreedor que desistié del pedido de quiebra, se
trate de una dacién en pago o del cumplimiento de la prestacién convenida en dinero o en espe-
cie. Es claro que el supuesto del art. 87, LCQ queda limitada al caso de desistimiento del acreedor
del pedido de quiebra instado contra el deudor, el pago a que se refiere el art. 122, LCQ, produce
que el expediente de peticién de quiebra queda paralizado 0, cuando mucho, finalizado a través
de la caducidad de instancia.
En consecuencia, todo pago que se haga al acreedor peticionante de la quiebra en forma ex-
trajudicial por el deudor o tercero resulta inoponible, y carece de efecto extintivo. La tinica excep-
cién importa el caso de que el pago lo haga un tercero de alguna manera coobligado en relaci6n
al mismo crédito y acreedor (vgs: fiador, codeudor solidario) atento que el mismo extingue la
obligacion a su respecto; ello, sin perjuicio del derecho que tenga en relacidn a subrogarse contra
el deudor en los derechos del acreedor. Mas precisamente, la inoponibilidad no se producira en
relacién a los terceros interesados, es decir con derecho a pagar (ius solvendi).
Por analogia, la inoponibilidad sera declarada en la forma prevista por el art. 118, in fine, LCQ,
es decir operara de pleno derecho sin necesidad de peticion 0 accion alguna.
El parr. 3 del art. 120, LCQ, prevé la promocién de la llamada accién revocatoria, pauliana o de
fraude (arts. 338 a 342, CCC) en la quiebra.
En el Ambito del derecho comuin son presupuestos de esta accidn, atento el art. 338, CCC, el
fraude (consilium fraudisy participatio fraudis) y el perjuicio (eventos damni). Ademas, conforme
al art. 339, CCC, se requiere que el crédito sea anterior al acto impugnado (inc. a), que el acto
haya causado o agravado la insolvencia, lo que se presume en caso de quiebra (inc. b), que el
contratante a titulo oneroso conozca que el acto provoca o agrava la insolvencia (inc. c). El fraude
se presume iuris fantum en caso de insolvencia y del conocimiento de dicho estado por parte
del tercero y aun ante tal ignorancia en caso de actos a titulo gratuito (art. 339, CCC). Ademas, la
accion tendra efecto de inoponibilidad en interés nico del acreedor instante y hasta el limite de
su crédito (art. 342, CCC) y el tercero podra hacer cesar la accidn satisfaciendo el crédito de los
acreedores demandantes. Claramente el art. 340, CCC, regula la situacién de los subadquirentes,
quedando a salvo solamente aquellos a titulo oneroso y de buena fe.
Algunas variantes se observan de la pauliana ejercida en sede falencial, cuya primordial ven-
taja respecto de las inoponibilidades concursales es que con ella pueden atacarse actos celebra-
dos fuera del periodo de retroaccién, En cambio, la deficiencia de esta accidn frente a las concur-
sales es que debe probarse el fraude, el perjuicio causado y en el caso de que se promueva por
acreedor, su crédito debe ser anterior al acto.
La accidn prescribe a los dos afios desde que se conocidé o pudo conocer el vicio del acto (art.
2562, CCC), aunque en el ambito falimentario aquel resulta superado por la caducidad del art.
124, LCQ la que se produce a los tres afios de la sentencia de quiebra. En principio la prescripcién
corre para los acreedores y la caducidad para el sindico concursal, aunque la accion no prescripta
en relacion a los acreedores antes de la quiebra, para ellos queda sometida a la caducidad des-
pués de la falencia. El sindico queda sometido tinicamente al plazo concursal de caducidad. Una
cosa es la prescripcion liberatoria y otra el limite temporal para promover o proseguir la accién
luego de la quiebra. La prescripcion sera tenida en cuenta antes de la declaracién de quiebra y la
caducidad luego de ella, siempre que con relacion a algun acreedor que quiera ejercer la accion
falencial, no haya prescripto antes. Tal diferencia surge de la forma de desarrollarse una y otra, la
prescripcién es considerada individualmente respecto de cada acreedor, implicando una fecha
de inicio independiente para cada uno de ellos, seguin las circunstancias de hecho; en cambio, la
caducidad es colectiva e inicia a contarse inicamente a partir del derecho falencial.
La ley nada dispone en relacién a la competencia, pero debiera tramitarse en sede concursal.
En cuanto a la legitimacién activa, atento tratarse de una accién de la quiebra, le corresponde
al sindico sin necesidad de autorizacién de los acreedores, pues la ley no la exige, teniendo tam-
bién legitimacioén activa los acreedores por inaccién de aquel funcionario, sin importar que el
crédito sea anterior al acto, siendo suficiente que sea existente el estado de insolvencia. En estos
casos, la legitimacién activa no solo comprende el inicio de la accion sino la posibilidad de con-
tinuar aquella iniciada antes de la quiebra. No resulta aplicable la restriccion del art. 120, parr. 2,
LCQ, respecto del beneficio de litigar sin gastos y la exigencia alli dispuesta sobre el arraigo, pre-
cepto que queda limitado, atento la interpretacion restrictiva que él merece, al caso de acciones
de inoponibilidad ejercida por acreedoresy no para la pauliana.
En relacion a la legitimacion pasiva, fuera del concurso existiria un litisconsorcio pasivo nece-
sario formado por el fallido, sin embargo, en la quiebra habiendo perdido legitimacién no debera
ser demando por lo que la legitimacién pasiva, le corresponde solamente al tercero cocontratan-
te, la cual la integrara, en su caso, el subadquirente. En este caso también juega la preferencia del
art. 120, parr. 4, LCQ, cuando la accion haya sido ejercida o continuada por un acreedor, pues la
accion pauliana ejercida en la quiebra en principio beneficié a todos los acreedores.
Las acciones de simulacion (arts. 333 a 335, CCC), de nulidad (art. 332 CCC) y la subrogatoria
u oblicua (art. 739, CCC) también son viables en la recomposicién patrimonial concursal.
ERREIUS 413
CAPITULO XXVIII
I, INTRODUCCION
La quiebra, en cuanto a los efectos que produce, no queda limitada a la persona ya los bienes
que componen el activo del patrimonio cesante, sino que también recae necesariamente sobre el
sistema obligacional del fallido, afectando las relaciones juridicas en las cuales aquel ha formado
parte, lo que impone que la ley las regule.
En realidad, la importancia debe ser vista desde el lado activo de la relacién juridica, es decir
desde el crédito, pues principalmente sera el acreedor quien deba observar las normas legales,
para conocer cémo debe comportarse dentro del concurso, por ello los efectos de la quiebra sobre
los créditos concursales. Todas las relaciones juridicas comprometidas en la quiebra son preexis-
tentes (MaFFfA), aunque, en la especie, la ley regula aquellas no finalizadas al momento de la
quiebra (SATTA).
En este tramo, no solo la ley 24.522, sino también sus antecesoras y sus similares del derecho
comparado, encuentran un importante desorden y falta de sistematizacién del tema, desengra-
nandose en una excesiva casuistica sin llegar en algunos casos a sentar principios generales para
que queden abarcadas todas las situaciones posibles. A ello debe sumarsele el hecho de que nece-
sariamente la regulaci6n debera ser complementada con las normas del derecho comun, es decir,
con el CCC, segun el caso.
Comienza la ley sentando los principios de concursalidad (art. 125, LCQ) y concurrencia (art.
126, parr. 1, LCQ), sometiendo a todos los acreedores a la ley concursal e imponiéndoles la carga
de verificar sus créditos en el proceso concursal, regla basica, para todos los concursos. Histéri-
camente se atentia en el concurso la relaci6n actor-demandado por un debate mas amplio, en el
que participaran el sindico y todos los demas acreedores.
Aqui es donde se delata el desorden referido, pues dichas normas se encuentran mal inclui-
das, debiendo estar incorporadas en una parte general o cuanto mucho en el apartado sobre ve-
rificacién de créditos.
ERREIUS 415
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1, Conversién de créditos
En una norma connatural al concurso, el art. 127, LCQ, determina que las obligaciones en mo-
neda extranjera -art. 765, CCC- y en general las obligaciones de dar cosas que no fuesen dinero
-de dar cosa cierta, arts. 750a 761, CCC, de género arts. 762 a 763, CCC, o de dar bienes que no son
cosas, arts. 764, CCC-, obligaciones de hacer o no hacer ~arts. 773 a 778, CCC- y aquellos casos en
que el valor del crédito se determina sobre la base de alguin bien -art. 1133, CCC- quedaran cuan-
tificadas en moneda nacional al momento de la declaracion de quiebra, pero dandole la opcion al
acreedor de que dicha conversién se haga a la fecha del vencimiento, si este fuese anterior.
De la misma manera que para el concurso preventivo, en la quiebra, para conocer el porcen-
taje que le corresponde a cada acreedor sobre el producido de la liquidacidén de bienes, la ley
prevé que las obligaciones no dinerarias sean convertidas al momento de la sentencia de quiebra,
en moneda de curso legal. Transformando la acreencia en numeraria se le posibilita al acreedor
a participar en el cobro de manera proporcional, produciéndose la homogeneizacion del pasivo
para la concurrencia de los acreedores a prorrata. La conversién falencial se distingue de la del
concurso preventivo porque es definitiva y la del régimen preventivo es provisoria, a los fines del
concurso. La ley en cuanto a la conversién no distingue entre créditos quirografarios o privilegia-
dos, sino que se aplica a todos por igual.
Respecto de las obligaciones en moneda extranjera, las que conforme el art. 765, segunda
parte, CCC son consideradas no dinerarias, la conversion se hara al tipo de cambio vendedor
en el mercado de cambio financiero y no en el comercial, pues en aquel resulta mas efectiva la
comercializacién de la divisa, Debe utilizarse el tipo de cambio oficial. En la quiebra no existe
la posibilidad de hacerse el calculo de las obligaciones en moneda extranjera como ocurre en el
concurso preventivo (art. 19. parr. 2, segunda parte, LCQ) sino que la conversién a moneda de
curso legal es definitiva.
Alos fines de la conversion, cuando se trate de obligaciones de dar, se tendra en cuenta el cos-
to de reposicion (valor dinerario); en el caso de dar cantidades de cosas, previamente deberan ser
contadas, pesadas o medidas, y en las obligaciones de hacer y no hacer la importancia esta en la
significacion econémica que representa el hecho positivo o negativo objeto de la obligacién (HE-
REDIA). La verificacién de una obligacién de no hacer solo tiene importancia crediticia cuando se
produce la violacién de la misma, por lo que en tales casos nace una obligacién de dar o de hacer
por aquel incumplimiento, cuyo valor fue ponderado para proceder a su conversi6n, Siempre que
no existan elementos convincentes para producir la conversién se debera recurrir a una tasacion,
pero como ella no puede ser realizada sino en la etapa de verificacién eventual, es comun que los
acreedores se presenten tempestivamente a verificar su acreencia indicando la forma mas conve-
niente para proceder ala conversién, aunque no sea el valor real y este sea atin superior (TONON).
En cuanto a aquellas obligaciones cuyo crédito se determina teniendo en cuenta el valor de
ciertos bienes, se esta ante los casos en que una determinada prestacion sera fijada conforme los
valores de un cierto mercado en un momento preestablecido -precio corriente de plaza- y ante
aquellas hipdtesis en que el valor se determina con referencia a una cosa cierta -precio de venta-.
En realidad, la obligacién es dineraria, pues debe ser satisfecha en dinero, pero la cantidad de
moneda sera determinada especialmente conforme al valor de un bien o bienes.
La conversion se hace a la fecha de la quiebra 0, a eleccidn del acreedor, a la del vencimiento
de la obligacién si este fue anterior a la quiebra. La opcion debera ser exteriorizada al momento de
insinuar el crédito en el pasivo concursal. Todos los acreedores concurriran a verificar su obliga-
cion originaria optando por el momento de su conversién en dineraria. Luego la conversion sera
realizada por el sindico en la oportunidad de presentar los informes individuales (art. 35, LCQ), y
finalmente quedara definitivamente consolidada en la sentencia de verificacién.
Las excepciones al principio de conversion dineraria se encuentran en el art. 138, LCQ, que
regula la restituci6n de bienes de terceros; el art. 146, segunda parte, LCQ, donde se permite per-
cibir en la quiebra y en especie la escrituracién de un inmueble, la cual importa una perfecta
obligacion de hacer, y el caso de los arts. 143 y 144, LCQ, y los contratos en curso de ejecucion con
prestaciones reciprocas pendientes.
ERREIUS 47
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
los excluye de la suspension, pero se refiere a los intereses compensatorios en una demostra-
cién clara de desconocimiento del tema, porque este tipo de acreencias no devengan intereses
compensatorios, sino moratorios. Se esta ante una infortunada incorporacion, la cual carece de
criterio juridico basico, La excepcion de las garantias reales se refiere a intereses privilegiados que
se cobraran sobre el bien asiento del privilegio, pero en relacién a los intereses de los créditos la-
borales, solo tienen privilegio los que se devenguen dentro de los dos anos desde la mora de cada
rubro, Los intereses exceptuados de la suspension son quirografarios y se devengan luego de la
quiebra.
4. Compensacién
La ley concursal contiene en el art. 130, LCQ, una norma que solamente permite oponer a
la quiebra aquella compensaci6n operada antes de la declaracién, aunque tal solucion tuvo un
largo batallar en el derecho concursal, tanto jurisprudencial como doctrinal, antes de llegar a su
exteriorizacion legal.
La compensacién es un modo de extincion de las obligaciones que tiene lugar cuando dos
personas por derecho propio retinen la calidad de acreedor y deudor reciprocamente, extinguién-
dose con fuerza de pago las deudas, hasta el importe de la menory desde el momento que comen-
zaron a coexistir (art. 921, CCC). La compensacion sera legal (arts. 924, CCC) cuando se retinan
los requisitos de reciprocidad (calidad de deudor-acreedory acreedor-deudor en las partes), fun-
gibilidad (homogeneidad en las prestaciones), liquidez (deuda ciertay determinada), exigibilidad
(posibilidad de reclamo de cumplimiento), libre disponibilidad del crédito (reclamo expedito),
embargabilidad (no créditos inembargables) y subsistencia civil (no obligacién natural, ni nulas
oanulables). Sera convencional la compensacién cuando por acuerdo de voluntades entre partes
se extinguen ambas obligaciones como consecuencia de la autonomia de la voluntad, Y la com-
pensacion judicial es la ordenada por el juez en la sentencia cuando no pueda producirse la legal
por falta de algtin requisito,
La norma concursal se refiere a la compensacién legal operada antes de la quiebra, extin-
guiéndose consecuentemente los créditos reciprocos, entre el sujeto in bonisy el fallido, hasta el
importe del menor, La compensacion convencional ocurrida dentro del periodo de retroaccién
puede ser atacada por inoponibilidad, aunque generalmente, atento tratarse de un modo extinti-
vo de las obligaciones, debe ser asimilado al pago y si ella produce la anticipacién de la cancela-
cion de la deuda caeria bajo el inc. 2 del art. 118, LCQ. Lo mismo ocurriria con la compensacién
judicial, pues nada impediria que las partes se sometieran a proceso judicial para hacer producir
tal compensacion en perjuicio del resto de los acreedores. En el caso de la legal, no importa si
dicha compensacion operé en el periodo suspecto, pues la ley no hace distingo alguno, aunque
en todo caso aquella sera analizada a la luz de los arts. 118y 119, LCQ. Para la concreta aplicaci6n
de la previsién legal la compensacién debe operar espontaneamente, por lo que no tendra efecto
si se produce a través de una cesidn de créditos a favor del deudor ahora fallido (SEGOVIA). Si se
produce la compensacion por una cesion realizada en el periodo de sospecha podra ser atacada a
través de la inoponibildad, la concursal si entra dentro de la retroaccion. Primero el sindico debe-
ra lograr la inoponibilidad de la cesién, para luego ejecutar el crédito a favor del fallido.
Si bien es claro que la compensacion en tales circunstancias se produce ministerio legis, ello
no excluye que deba ser invocada en la quiebra y precisamente en la verificacién de créditos,
pues si no el acreedor no podra excepcionarse en la ejecucién que haga el sindico del crédito del
fallido. Si alguno de los créditos no cumple con los recaudos de la compensaci6n legal, el acreedor
debera cumplir con su prestacion y verificar en la quiebra la que esté a cargo del fallido o el sindi-
co debera ejecutar la obligacion a cargo del sujeto in bonis.
Las excepciones a este principio se las encuentra en el art. 211, LCQ, es decir que existe posibi-
lidad de que los acreedores con garantia real compensen su crédito con el precio de venta del bien
sobre el cual recae el privilegio y en el intrincado art. 203 bis, LCQ incorporado por la ley 26.684
respecto de la adquisicion de la empresa fallida por la cooperativa de trabajo.
ERREIUS 419
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
5, Derecho de retencion
Finalmente, y si bien no se trata de una prevision concreta sobre la consolidacién del pasivo
sino mas bien sobre efectos patrimoniales, mas precisamente el desapoderamiento, la ley deter-
mina los efectos concretos frente al ejercicio del derecho de retencion (art. 131, LCQ). En realidad,
la ley establece como debe procederse respecto del bien e indica que el acreedor debera verificar
su crédito.
El derecho de retenci6én, importa la facultad que corresponde al tenedor de una cosa ajena,
para conservarla hasta el pago de lo que se le debe por la misma cosa (art. 2587, CCC). En tal senti-
do cumple funciones coercitivas y cautelares similares a una garantia. Es un accesorio del crédito,
de origen legal, que nace en los casos en los cuales el cumplimiento de una obligacion a cargo del
retenedor fue la ocasion para que naciera la deuda ajena a la cosa retenida. Son requisitos para su
ejercicio, tenencia o posesion de la cosa, ademas de crédito cierto y exigible, liquido o no. El parr.
3° del art. 3946, incorporado por la ley 17.711, disponfa que el derecho de retencidn subsiste en
caso de concurso, en la actualidad se convierte en un privilegio especial, seguin el caso (art. 2582,
inc. d, CCC).
En la prescripcion legal, que nace bajo el régimen de la ley 19.551, sucintamente se previd,
conforme continua haciéndolo la ley 24.522, que debe entregarse al sindico por efecto del desa-
poderamiento el bien objeto del derecho de retencion, debiendo el acreedor verificar su crédito,
transmutando aquel derecho por el privilegio especial contenido en el art. 241, inc. 5, LCQ. Ello es
consecuencia propia de los principios sentados en los arts. 125 y 126, LCQ, por los cuales todos los
acreedores quedan sometidos a la ley concursaly subordinados al proceso concursal, ademas de
la efectivizacion de la incautacién del bien como consecuencia del desapoderamiento a los fines
de su liquidacién.
La entrega del bien al sindico, debe hacerse al momento de producirse la ocupacién de todos
los bienes del fallido.
En cuanto al privilegio especial, la reforma de 1995 (art. 243, inc. 2, LCQ). Lo iguals al previsto
en el Cédigo Civil (art. 3946, parr. 2, CCiv.) en cuanto a que para determinar el rango de dicha
preferencia se debia aplicar el principio prior in tempore respecto de los otros acreedores privi-
legiados sobre el mismo bien. El fundamento de la previsién radica en que el acreedor no pierde
el derecho de retencién, sino que su ejercicio queda suspendido material 0 fisicamente con la
quiebra (ARGERI). Por tal razon se le reconoce privilegio especial.
Si la quiebra concluye antes de la enajenacion del bien renace el derecho de retencion y el
bien debe ser restituido al acreedor a costa del deudor. Si bien en el caso de conclusién de la
quiebra por pago a través de cartas de pago (art. 229, LCQ), puede ser que tampoco se haya liqui-
dado el bien, con aquella cesa el derecho de retencién por extincién del crédito por desinterés del
acreedor,
E] primer supuesto es el del parr, 1, art. 135, LCQ y el caso de quiebra de todos los obligados
solidarios, es decir que todos sean fallidos.
El acreedor de los fallidos puede concurrir verificando su crédito en todas las quiebras por el
total nominal de su acreencia, pudiendo cobrar hasta el monto integro de tal crédito, percibien-
do dividendo en todos los concursos. La prevision se aplica cuando todos los coobligados estén
fallidos y para los supuestos en que solo alguno o algunos estén en quiebra y otros in bonis. No
estando prevista la situacion para el concurso preventivo, se aplican analogicamente las mismas
normas determinadas para la quiebra.
El hecho de que la ley haga referencia al “valor nominal” no excluye los accesorios, pues ello
hace significar que el acreedor puede recurrir por el valor total del crédito en cada uno de los con-
cursos. El acreedor debe insinuar su crédito en todos los concursos independientemente como
si cada fallido fuese su unico deudor. Mas alla de que se le permita al acreedor insinuarse contra
todos los codeudores por todo su crédito, en relacién a la percepcién debera descontar lo que
viniera recibiendo en cada concurso en relacién al dividendo que le corresponda. No cambia el
derecho del acreedor sino se presentare a verificar su acreencia contra alguno de los fallidos, pues
podra reclamar del resto, ello, solo beneficia al codeudor que no lo tiene incorporado en su pasivo
concursal.
ERREIUS 421
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
garantia real, por lo que no debiera ser limitada a la hipoteca y la prenda. El precepto es tomado
de la Legge Fallimentare sin que el tratamiento total que hace aquella respecto de las obligaciones
solidarias sea traido por entero a nuestra ley, quedando incongruente, en algun sentido lo previsto.
En principio, la norma prescribe que quien ha pagado concurre a la quiebra, a través de la ve-
rificacién de créditos, por el monto efectivamente pagado o por la suma que tuviese privilegio, la
que fuese mayor. Esto ultimo se entiende en el sentido de que la concurrencia por el monto mayor
del crédito privilegiado respecto de lo desembolsado, lo es al solo efecto verificatorio, por lo que
nunca podra repetir mas de lo pagado y sus accesorios. En tal sentido se verificara, por un lado,
lo abonado y, por otro y condicionalmente, el resto por el pago potencial que pueda hacerse al
acreedor, Igualmente, sino ha pagado el garante, debe verificar la totalidad de la acreencia como
eventual. Entonces, si el pago anterior a la quiebra fue integro, la verificaci6n, por efecto de la su-
brogacién que haga el coobligado o garante en los derechos del acreedor desinteresado, sera por
el monto total pagado con privilegio especial. El acreedor desinteresado no puede concurrir al
concurso. Si en cambio el pago fue parcial, el acreedor podra insinuarse por el saldo pendiente de
pago, y quien pago (coobligado o fiador del fallido) se presentara a verificar el monto abonado con
privilegio especial (arts, 241, inc. 4 y 242, inc. 2, LCQ) y alos fines de la repeticién, eventualmente
la suma no pagada también con privilegio especial.
Liquidado el bien, y hasta el monto del privilegio, primero se satisface al acreedor del fallido
y después se hace efectivo el derecho de repeticién por la suma pagada por el coobligado o fia-
dor, siempre que no existan otras preferencias que lo releguen (vgr., créditos prededucibles). Si el
asiento del privilegio es insuficiente el crédito pasara a ser quirografario y se cobrara a prorrata
con el resto de los créditos comunes sin privilegio.
Esta solucion es muy particular porque hace que la garantia dada por el deudor a su garante,
sea en realidad aprovechada por el acreedor (RIVERA).
1. Operatividad
El principio concursal resulta aplicable a los juicios contra el fallido de contenido patrimonial
de causa 0 titulo anterior a la sentencia de quiebra. El nuevo art. 132, LCQ -segun ley 26.086-
remite a las excepciones de los inc. 1 a3 del art. 21, LCQ, y al régimen alli dispuesto para dichas
excepciones, por lo que se concluye que solamente se suspenderan y se atraerdn en la quiebra
los juicios ejecutivos, incluidos aquellos referidos a garantias reales. Quedan exceptuados de la
norma, de la misma manera que para el concurso preventivo, los tramites administrativos, pues
no son considerados juicios, los juicios sin contenido patrimonial, los referidos a bienes excep-
tuados del desapoderamiento (doct. art. 108, LCQ), los juicios de expropiaciones, los fundados
en relaciones de familia (inc. 1, art. 21, LCQ), los juicios de conocimiento y los laborales, salvo
que el actor opte por suspenderlos y verificar (inc. 2, art. 21, LCQ), y aquellos en los cuales exis-
ta litisconsorcio pasivo necesario formado por el fallido (ine. 3, art. 21, LCQ). Respecto de esto
ultimo, la reforma que se hace al parr. 2 del art. 133, LCQ deviene innecesaria y directamente
debié suprimirse el parrafo. Ello porque lo previsto en la reforma del art. 133, LCQ, respecto de
la excepcion del fuero de atraccion para el caso del litisconsorcio pasivo necesario formado por
el fallido, ya estaba contenido en el parr. 3 del art. 21, LCQ, que determina el régimen procesal
para las excepciones comprendidas en dicha norma. También quedan excluidas del régimen las
ejecuciones por remate no judicial (art. 210 y su remision al art. 24, LCQ, aunque erréneamente
la ley consigna el art. 23).
Si bien expresamenite la ley se refiere al fuero de atraccién y a la suspension de acciones, tam-
bién debe entenderse, en concordancia con el art. 125, LCQ, que la norma se refiere igualmente a
la prohibicion de deducir nuevas acciones.
El comienzo del fuero de atraccidn -dies a quo- se produce desde el dictado de la sentencia de
quiebra sin necesidad de que la misma adquiera firmeza, aunque cabe alertar que la suspension
recién opera cuando la quiebra quede firme, por lo que quedaran ante el juez falencial radicados
todos los juicios, continuandose su tramitacién con el sindico hasta que la sentencia quede firme.
Igualmente, al producirse la atraccién los juicios quedaran suspendidos ipso facto hasta su radi-
cacién ante el juzgado falencial. Sin embargo, aun antes de que la sentencia adquiera firmeza, y
sea operativa la suspensién de iure, no podran realizarse actos de ejecucién forzada, como la ven-
ta judicial. La finalizacién del fuero de atraccién -dies ad quem- se produce cuando por cualquier
medio concluya la quiebra.
La operatividad del fuero de atraccién se llevara a cabo con la comunicacién del decreto de
quiebra al juez donde tramite el juicio que corresponda ser atraido y suspendido. La violacion al
sistema instaurado respecto de la suspension y atraccion importa la nulidad de los actos proce-
sales realizados luego de la publicacién de edictos o de recibida la comunicacién de la quiebra,
porque la imposibilidad de proveer por parte del juez natural, producido el fuero de atraccién, se
debe a su incompetencia (arts. 1, 3 y 4, CPCCN).
La ultima parte del art. 132, LCQ impide la realizacion de actos de ejecucién forzada fuera
del concurso. La finalidad de la norma es evitar que las acciones individuales, o mejor dicho las
sentencias dictadas en ellas, tengan cumplimiento fuero del ambito concursal. La ejecucion indi-
vidual queda subsumida en la colectiva.
2. Litisconsorcio voluntario
El parr. 1 del art. 133, LCQ, regula el caso de litisconsorcio voluntario formado por el fallido,
dandole la posibilidad al acreedor de optar entre desistir del proceso contra el fallido, sin que-
dar obligado por las costas y continuar el juicio ante el juez originario, o dejar que el juicio que-
de atraido y suspendido ante el juez concursal. En ambos casos el acreedor debera verificar su
acreencia contra el fallido. Esta hipotesis, considerando la nueva regulacion de la ley 26.086, sola-
mente seria aplicable para los casos de juicios ejecutivos, pues en las demas hipotesis los juicios
se continuarian tramitando en sede originaria sin necesidad de desistir contra el fallido, salvo la
opcidn del inc. 2 del art. 21, LCQ, de suspenderlos y verificar.
ERREIUS 423
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
3. Arbitraje
Finalmente, el legislador dispone una norma referida al proceso arbitral, la cual también se
extiende a la llamada pericia arbitral.
Sobre ello, preliminarmente cabe, diferenciar las etapas del pacto arbitral o clausula compro-
misoria (pactum de compromittendo) que es el pacto entre partes de una relaci6n juridica para
someter uno, varios o todos los conflictos que de ella surjan de aquella relacion a la resoluci6n
de arbitros 0 amigables componedores; del compromiso arbitral, que es consecuencia de la apli-
cacién de aquella clausula compromisoria y determina los puntos litigiosos o el sometimiento a
arbitros de una disputa existente y determinada. En ambos casos se desarrolla un proceso privado
que culmina con el correspondiente laudo y la posterior ejecucién judicial (juicio arbitral). La ex-
presion utilizada en la ley abarca tanto la clausula compromisoria como el compromiso arbitral.
Concretamente el art. 134, LCQ prescribe, conforme direccién jurisprudencial sentada por la
Corte Suprema (Corte Sup,, LL 1989-B-476, Corte Sup., LL 1997-A-7), que la quiebra hace inope-
rante la clausula compromisoria, salvo que se haya constituido el tribunal arbitral antes de que
aquella sea sentenciada.
A los fines de determinar el momento en que se considerara constituido el tribunal arbitral,
debe recurrirse a las legislaciones locales; asi, conforme al art. 744, CPCCN ello ocurrira cuando
los tres arbitros acepten el cargo para el cual han sido propuestos, Se discrepa en doctrina, enten-
diéndose que la constitucion del tribunal se produce con el juramento luego de la aceptacion del
cargo (QUINTANA FERREYRA), agregandose a ello, para otros, la constitucién formal mediante acta
(MaFrFia). Para otros, si bien se pronuncian por la tesis de la aceptacion del cargo para los consti-
tuidos ad hoc, dejan de lado el caso de los arbitrajes institucionales con tribunales de caracter per-
manente de los arbitros (HEREDIA - JUNYENT Bas), por lo que en dichos casos debe considerarse
el sometimiento formal del litigio al tribunal.
Antes se entendia que se producia una diferencia sustancial entre los procesos judiciales
(atraidos) y los arbitrales (no atraidos) (GARCIA MARTINEZ - RIVERA - MARTORELL) pero, a partir
de la reforma de 2006, tal distincidn desaparece, pues la ley 26.086 dispuso la no atraccion actual
de los juicios de conocimiento en tramite. La Corte también ha admitido la validez del arbitraje
constituido durante el tramite del concurso preventivo fracasado que termina en quiebra (CSJN,
LL, 2005-D-158). En el juicio arbitral debera darsele intervencién al sindico (art. 110, LCQ) y no
existen problemas para que actte el fallido (art. 110, parr. 2, LCQ).
También la ley, en concordancia con el art. 182, parr. 2, in fine, LCQ (fallido acreedor), prevé
que el juez pueda autorizar al sindico para someter a arbitraje a través del pacto de la clausula
compromisoria o admita la constitucién del tribunal arbitral conforme anteriormente lo habia
convenido el fallido, aunque pareciera que la importancia de estos medios alternativos de so-
lucién de conflictos queda relativizada ante el principio de igualdad entre los acreedores, y la
exclusién al fuero de atraccidn que como consecuencia acarrearifa el transito del proceso arbitral.
La critica ronda en el entendimiento que aquello que se somete ajuicio arbitral debié ser ob-
jeto del proceso de verificacién y control multidireccional de los acreedores (SEGAL). Por un lado,
se sostuvo que solo podrian comprometerse arbitralmente cuestiones que no tenian una trami-
tacidn especifica en la ley concursal (QUINTANA FERREYRA) y, por otro, se entendié que como la
ley no distingue todo litigio puede ser admitido (TONON), ademas el juez concursal, al autorizar
el juicio arbitral, estaraé ponderando la conveniencia del mismo por sobre el proceso especial le-
gislado por la ley. Siempre, atento que el laudo arbitral posee autoridad de cosa juzgada material,
consentido y ejecutoriado constituye titulo, por lo que quien sea acreedor del fallido debera veri-
ficar la acreencia reconocida en el laudo, en el concurso.
ERREIUS 425
CAPITULO XXIX
I, INTRODUCCION
Histéricamente el conjunto de efectos producidos por la quiebra sobre bienes de terceros fue
mal llamado “reivindicacién en la quiebra”
El rotulo es erréneo porque la reivindicacién del derecho comun (art. 2248, CCC) es aquella
ejercida por el titular de dominio que ha perdido la posesi6on del bien contra el actual poseedor;
en cambio, en los casos detallados por la ley, para la quiebra, el fallido reconoce la propiedad en
un tercero y no ostenta la posesién sino solo la tenencia de los bienes (art. 1910, CCC) 0, en los
casos de transferencia de dominio, atin no ha tomado la posesién efectiva o si la tuviese, recau-
dos contractuales incumplidos hacen imposible la perfeccién del dominio, otorgandosele asi una
preferencia al vendedor. La regulacién especifica realizada en la ley concursal no excluye que
pueda ejercerse la accién reivindicatoria del derecho comun (art. 2252 y ss., CCC), cuando un ter-
cero titular dominial pretenda recuperar
la posesién perdida que ostenta el fallido, pareciera que
tampoco habria ébice respecto de las acciones confesoria (art. 2264 y ss., CCC) o la negatoria (art.
2262 y ss., CCC). En igual sentido podran intentarse las acciones del derecho comun tendientes al
cumplimiento de la obligacion de restitucién (arts. 1892, 760, 761 y cc., CCC).
Es comin que, producida la incautacién como materializaci6n del desapoderamiento, el sin-
dico encuentre entre los bienes algunos que sean propiedad de terceros, pero entregados al fallido
por titulo que no transfiere dominio o, cuando se ha enajenado tal derecho real, ello no ha que-
dado perfeccionado.
Las soluciones legales se fundamentan en la proteccion e integracién del dominio de terce-
ros contra el avasallamiento que importa la apropiacién por el sindico como consecuencia de la
quiebra y su consiguiente amenazada de liquidacion. Antiguamente, a estos terceros se los deno-
minaba acreedores de dominio, aunque se trata de titulares de derechos reales dominiales sobre
cosas que se encuentran en poder del fallido; criticando aquella formula, y propugnando su eli-
minacidn, se la consideré acertadamente impropia no pudiendo considerarse a alguien acreedor
por el importe de objetos que le pertenecen y respecto de los cuales podria ejercer los derechos
emergentes de la propiedad (YADAROLA). La exclusion en las leyes concursales de estos acreedo-
res de dominio fue prevista en el Proyecto de Ley Nacional de Bancarrotas de 1950, y finalmente
concretada en la ley 19.551 de 1972.
Se legislan dos acciones concursales concretas una en relacién a las cosas que se encuentran
en el activo falencial que estaban en poder del fallido antes de la quiebra a partir de un titulo no
destinado a transmitirle el dominio, y otra, por el contrario, si bien le transmitia el dominio no
habian legado a estar efectivamente bajo la posesion del deudor al momento de la quiebra. En el
primer caso se tratarian de cosas incautadas y en el segundo de muebles que podrian caer bajo la
incautacion, pero sin embargo en ninguno de los supuestos se trata de bienes desapoderables, es
decir que son ajenos a tal efecto falencial porque no se trata de bienes del fallido.
ERREIUS 427
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La hipétesis contenida en el parr. 1 del art. 138, LCQ, se refiere a los bienes que se encuentran
bajo la tenencia del fallido y que han llegado a su poder por titulos no destinados a transferirle el
dominio de los mismos. Solo se transmite el corpus posesorio y nunca, en estos casos, el animus
domini.
Algo desacertadamente se relaciona la hipotesis legal con las particularidades de la actio rei
vindicatio y su adecuacion al tréfico comercial con las actio rei vindicatio utiles del antiguo de-
recho romano (ALFERILLO), pues en realidad se esta ante la accién personal de restitucidn que
surge del vinculo obligacional existente entre Jas partes (YADAROLA). Algunos se refieren especifi-
camente al “derecho de separacién” (Dasso - MARTORELL), el cual comprenderia la facultad que
asiste al dueno de una cosa para retirarla de la quiebra, cuya entrega al ahora fallido no tuvo causa
transmitente de dominio o, mas precisamente, se busca como finalidad lograr la separacién de
bienes indebidamente comprendidos en la incautaci6n por no pertenecer irrevocablemente al
fallido al tiempo de declararse la quiebra (HEREDIA).
En concreto, no se esta ante una reivindicaci6n porque no es una accion que le corresponde al
dueno de la cosa y no se constituye en el reconocimiento del derecho real de dominio, sino que se
esta ante una accion de restitucion contra quien no tiene derecho de dominio que busca separar
los bienes de terceros de los que componen el activo desapoderado de la quiebra.
1. Supuestos
Lo fundamental de la accién de separacion de bienes del art. 138, LCQ es que la entrega se
constituy6 a través de un titulo no destinado a transmitir el dominio.
El objeto de dichos contratos deben ser cosas no fungibles que puedan ser determinadas
como de propiedad del tercero y que se encuentren en el patrimonio del fallido, lo que la consti-
tuye en una accion de naturaleza real (principio de identidad).
Aqui entra en juego el tema de la transformacion de la cosa, la cual podra ser formal, cuando
se modifica con el trabajo la materia solamente en su aspecto formal, caso en el cual resulta viable
la accién porque la cosa propiedad del tercero continua existiendo con una diferente forma; otra
situacién se da en Ja transformacidn sustancial, la que se origina cuando se produce la imposibili-
dad de recuperar la materia a su forma anterior, por lo que resultaria irreivindicable. La excepcion
en este ultimo caso se produce con la incorporacién de la ley 25.113 de 1999 y los contratos a ma-
quila, similares al trabajo a fagon.
A modo ejemplificativo, el tramite se aplicara a los casos de comodato (art. 1533, CCC), loca-
cién de cosa (art. 1187, CCC), mandato de administracion (art. 1319 y cc., CCC), depdsito regular
(art. 1356 y cc., CCC), leasing (art. 1227 y ss., CCC), y aquellos casos en que la cosa esté bajo la
tenencia del fallido para realizar una prestacion suya sobre ella. En este ultimo caso es indispen-
sable que el tercero cumpla la prestaci6n que le corresponda -pago del precio- si no la quiebra
podra ejercer el derecho de retenci6n.
También existen contratos respecto de los cuales no se genera la obligacion de restituir los
bienes en caso de quiebra, ya que existe transferencia de la propiedad, por lo que al tercero solo le
queda la verificacién de su crédito (ver., depdésito irregular -art. 1367, CCC-). La misma solucion
debe aplicarse cuando el bien del tercero no es hallado en el patrimonio del fallido, restandole a
aquel solo la verificacién del crédito por el valor de la cosa (art. 127, LCQ). Tampoco puede res-
tituirse la cosa dada en mutuo o préstamo bancario porque se ha transferido la propiedad (arts.
1525 y 1408, CCC).
Existen otros contratos, en virtud de los cuales el fallido ostenta la tenencia de bienes, pero sin
que surja la obligacién de restitucidn por la quiebra. La situacién la prevé el parr. 4 del art. 138,
LCQ, el cual dispone que si no existe obligacidn actual de restituir el bien (v.gr., locacién), el juez
podra resolver de oficio o a pedido del sindico continuar con la ejecucién del contrato a cargo del
concurso, en cuyo caso seran aplicables las normas referidas a los contratos en curso de ejecu-
cin (arts. 143 y 144, LCQ), y el contratante in bonis verificara si fuere procedente el crédito que
tenga contra el fallido en caso de que este haya incumplido su prestacion y asumiendo la quiebra,
garantias a favor del tercero y la preferencia del art. 240, LCQ, por las prestaciones que estaban a
cargo del fallido y deben ser cumplidas en la continuacién de la ejecucién del contrato en etapa
falencial (art. 144, inc. 7, LCQ),
La hipotesis de que el fallido tenga bienes en su poder a través de la constitucion de derechos
reales sobre cosa ajena que se ejercen por intermedio de la posesion, ya sean de disfrute (vgr.,
usufructo) o de garantia (vgr., prenda, anticresis), no se encuentra prevista en la ley concursal.
Sin embargo, echando mano a normas de derecho comin en los derechos reales de disfrute el
fallido continuara en la titularidad del derecho sin perjuicio de que el mismo pueda quedar, en
cierta forma, embargado y afectado al concurso (doct. art. 2144, CCC) y, atento la imposibilidad
de enajenarlo (doct. art. 2142, CCC), el derecho sera ejercido por el sindico, ingresandose los fru-
tos al concurso. El uso o habitacién, otro derecho real de disfrute intuitu personae, se encuentra
excluido del desapoderamiento porque no pueden ser agredidos por los acreedores, por lo que
quedara fuera de la quiebra. Respecto de los derechos reales de garantia, los mismos continuaran
vigentes hasta que el fallido sea desinteresado con el pago del crédito, el cual sera perseguido, en
caso de incumplimiento, por el sindico a través de la ejecucion.
2. Contratos “a maquila”
La ley 25.113, que regula sistematicamente la figura, reforma el originario art. 138, LCQ, e in-
corpora en su parr. 2 el caso de los contratos llamados “a maquila’ o depésito “de maquila’;, por los
cuales se obtienen bienes a través de la transformacioén de productos elaborados. El art. 1 de la ley
determina que habra contrato a maquila o depdsito de maquila cuando el productor agropecua-
rio se obligue a suministrar al procesador o industrial materia prima con el derecho de participar,
en las proporciones que convengan, sobre el o los productos finales resultantes, los que deberan
ser de idénticas calidades a los que el industrial o procesador retengan para si. Se trata de una
conjunci6n entre un contrato de locacién de obra y del depésito,
Esta incorporacion en la ley concursal, se debe a una importante evoluci6én de la doctrina de
nuestra Corte Suprema, cuando ya en 1978, reconoci6 al productor ser acreedor de dominio y no
simple acreedor quirografario, por lo que se habia admitido la procedencia de la reivindicacién
falimentaria para estos casos (Corte Sup., ED 78-707) y la ley 24.054 habia previsto la figura, con
algunos matices, modificando el art. 142, ley 19.551, lo que no fue reproducido por la ley 24.522,
por lo que se produce su reincorporacion legislativa luego en 1999.
En tal hipétesis se prevé que el producto de la materia prima mantiene, en todo el proceso de
transformacién o elaboraci6n del producto, la propiedad del productor 0 maquilero (comoditie)
y luego sobre la porcion del producto final que le corresponde. Debe tratarse de contratos que
consten protocolizados en registros publicos, recaudo que merece reproche inconstitucional por
afeccion al derecho de propiedad (art. 17, CN). En realidad, debe diferenciarse la determinacion
de la cosa de su individualizacion y es suficiente para que proceda la restitucion que la cosa sea
determinable, sin necesidad ab initio de que sea individualizada, sino que ello debera cumplirse
al momento de producirse la restitucién efectiva y no sobre la materia originaria sino sobre el
producto elaborado. Aunque no ha sido objeto de la inclusién en el art. 138, LCQ, debe conside-
rarse aplicable la norma a los casos de contratos de provisién de materia prima agropecuaria para
procesamiento, industrializacién y/o transformacién, donde el productor no entrega un producto
elaborado, sino que su obligaci6n es dinerada 0 con otro objeto diverso al producto elaborado,
En caso de quiebra del elaborador, el comoditie puede solicitar la restitucién del producto en
estado primario o su proporcional del producto elaborado, segtin como se encuentre en poder del
procesador al momento de la quiebra. Si no hubo transformacion, el productor no perdi6 el domi-
nio de la materia prima por lo que tiene derecho a la restitucién de ella, y si hubo transformaci6n,
al no habérselo identificado antes de la quiebra, no ha pasado al dominio del elaborador, porque
es considerado un depositario, por lo que también puede accionarse por restitucién. En cambio,
si hubo identificacién del producto elaborado en etapa prefalencial, conserva para si la propor-
cién que corresponde a su contraprestacién, lo que queda afectado por el desapoderamiento,
siendo restituible el resto.
ERREIUS 429
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Es una clara forma de proteger los derechos de los productores que proveen de materia prima
agricola, posibilitandoseles reclamar la restituci6n de los productos obtenidos por el sistema de
elaboracién con pago a maquila que se encuentren en el activo falencial.
3. Tramite
Comprobada la existencia del contrato que obliga al fallido a la restitucién del bien sin mas,
o por la sola circunstancia de habérsele decretado la quiebra, debera aplicarse el tramite del art.
188, LCQ, el cual importa un incidente aut6énomo, siendo improcedente plantear la terceria del
derecho procesal comun, El tramite de restitucion de los bienes de terceros se encuentra ajusta-
damente contenido en la seccién correspondiente a la incautaci6n de bienes, porque mas alla
que el mismo sea consecuencia de una situacién contractual (art. 138, LCQ), se trata de bienes
que han sido “incautados’, de cuya tenencia ha sido privado el deudor y que “naturalmente” no
pueden ser liquidados en interés de los acreedores.
A solicitud del tercero, titular de dominio, previa vista al sindico y al fallido si existe en tramite
revocatoria contra la sentencia de quiebra y siempre que no haya sido enajenado el bien en la
quiebra, debera restituirse el bien.
El procedimiento de restituci6n de bienes es una excepcion al tramite verificatorio, es decir
que el acreedor sujeto activo de la obligacién de hacer que importa la restitucion del bien, se in-
corpora al concurso a través del procedimiento del art. 188, LCQ sin necesidad de presentarse a
verificar, importando el tramite, en todo caso, una manera atipica de verificacion. En caso de que
no haya concluido la etapa tempestiva de verificacién, el juez podra exigir que el tercero preste
caucion suficiente. La previsidn no se refiere a la verificacién del crédito del tercero, pues el régi-
men descripto no queda sometido a ella, sino que lanormase refiere al tramite que deben realizar
todos los acreedores, en previsi6n de que alguno de ellos pudiera tener algtin derecho sobre el
bien en cuestidn que pudiese interferir con la restitucién (MaAFF{aA). En consecuencia, se trata de
una cauci6n para acreedor con mejor derecho sobre el bien en cuestion.
E] parr. 3, art. 138, LCQ, prevé la posibilidad de que, durante el tramite, el tercero solicite al
juez medidas de conservacion, las que al ser admitidas debera ejecutar a su costa, siendo la tipica
a tales efectos la prohibicién de contratar 0, mas especificamente, al caso de enajenar (art. 231,
CPCCN). También podra darse el bien en deposito al tercero reclamante y, al respecto, atento que
el bien fue incautado por el oficio falencial, aquello debera ser realizado por el sindico y no por el
deudor.
1. Supuestos
Como excepcién a los efectos falimentarios, la ley le otorga una preferencia al vendedor de
bienes al fallido, a quien se le permite recuperar la cosa, cuando el fallido no haya tomado la
efectiva posesion del bien antes de la quiebra o cuando no haya cumplido con la prestaci6én a su
cargo o en el caso de que terceros hayan adquirido derechos reales sobre el bien (art. 139, LCQ).
Claramente se trata de enajenaciones de cosas muebles a titulo oneroso (vgr., venta, permuta).
Es un caso de resolucion de la venta y de readquisici6n de la posesion y no de reivindicacion
como erréneamente se lo consigna desde antafo, pues claramente se producen los efectos del
pacto comisorio (YADAROLA), como situacién de excepcidén del principio del art. 145, LCQ, que ex-
cluye la accién resolutoria en la quiebra. Aunque tal resolucién no la produce ipso iure la senten-
cia de quiebra sino por la pretension de readquisicién posesoria del vendedor. Ademas, aqui la ley
se aparta de lo normado en general para los contratos en curso de ejecucién (arts. 143 y 144, LCQ).
El caso mas comun donde se aplica la norma es el de la venta a distancia, donde la mercaderia
se encuentra en viaje. En tales circunstancias se necesita de un intermediario para que llegue al
comprador, pudiendo exigir el vendedor que el transportista no haga la entrega, como efectivo
acto posesorio. Durante el transporte, el vendedor puede, siempre que lo haga antes que el com-
prador, ordenar el cambio de destino de la carga o la suspensién de su entrega al destinatario (YA-
DAROLA). Silo hubiere hecho antes el comprador, por enajenacion a un tercero de las mercaderias
compradas o por constitucion de derechos reales a favor de terceros sobre dichas mercaderias
(vgr., prenda), habria adquirido la posesién efectiva 0, si lo hizo algtin tercero, la llamada accion
reivindicatoria en la quiebra quedaria excluida. La posesidn material y efectiva del comprador o
de un tercero subadquirente pone fin al viaje de la mercaderia (FERNANDEZ).
Contrariamente al supuesto del art. 138, LCQ, aqui la accion le corresponde al tercero enaje-
nante en virtud de contrato tendiente a la transferencia del dominio a favor del comprador luego
fallido, es decir con titulo destinado a transferir el dominio.
Y como recaudo para la procedencia de la accién el art. 139, inc. 1, LCQ requiere ausencia de
la posesién sobre las cosas por parte del fallido. Es la pérdida por parte del vendedor del animus
y el corpus posesorio (art. 1931, CCC), con tradicién mediante. La ley prevé, en el art. 140, LCQ,
la situacion en la cual pudo haberse producido la tradicién simbdlica (art. 1925, CCC, vgr., venta
a distancia con clausulas CIF y otras de costo de transporte a cargo del vendedor -clausulas C
Incoterms-), permitiendo que el vendedor igualmente ejerza la preferencia, pues efectivamente
el fallido comprador no ha tomado Ja posesidn efectiva del bien. En rigor de verdad, y como la
posesion no puede quedar en blanco, el enajenante no ha perdido aquella posesion, sino que el
comprador la ha adquirido en forma ficta, simbolica o virtual y no ha logrado hacerla real, efectiva
y material. Lo cierto es que la desposesion se produce cuando el vendedor ya no puede hacer acto
de disposicién alguno sobre la cosa, la entrega material y efectiva pone fin al transito de la merca-
deria, No obsta la accion la efectiva posesién del bien efectuada luego de la sentencia de quiebra.
Otro recaudo exigido por la ley para la procedencia de la readquisicion de la posesi6n por
el vendedor, es que el comprador ahora fallido no haya hecho efectiva la totalidad de la contra-
prestacién a su cargo (art. 139, inc. 2, LCQ), lo cual excluiria prima facie las ventas al contado; sin
embargo, no seria tan asi para el caso de promesa de pago al contado al recibir la mercaderia. No
existirian dudas de la procedencia de la accién en las obligaciones con la modalidad del plazo
pues la prestacion a cargo del fallido estara pendiente al momento de la quiebra. En el caso de
pago con papeles de comercio negociables, la efectivizacién de la contraprestacién a cargo del fa-
llido no se produce hasta que el vendedor no haya cobrado dichos titulos, por lo que readquirida
la posesién debera restituir dichos “papeles” al juzgado donde tramita la quiebra (art. 140, inc. 4,
LCQ). En el caso de la permuta, el cumplimiento de la contraprestacion sera considerado cuando
el cocontratante in bonis haya adquirido la posesion del bien enajenado por el fallido.
Otra condicién, para que proceda el incidente, es que ningun tercero haya adquirido dere-
chos reales sobre la cosa que se intenta recuperar, con excepcidn del supuesto del art. 141, LCQ,
por lo que solamente se refiere a la adquisicién del dominio por la reventa de la cosa (art. 139, inc.
3, LCQ).
2. Tramite
El tramite viene legislado en el art. 140, LCQ. Se desarrolla un incidente especifico, el cual se
inicia con la peticién del vendedor, la cual debe ser hecha dentro de los treinta dias siguientes a la
ERREIUS 431
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
ultima publicacion de edictos, en caso de publicacion en el lugar donde se deban entregar los bie-
nes sera considerada la ultima publicacién realizada en dicha jurisdiccidn (art. 139, inc. 1, LCQ).
En caso de que exista constituido, antes de la quiebra, derecho prendario sobre el! bien, y el
acreedor fuese de buena fe, el vendedor debera desinteresarlo para recobrar el bien pagando ca-
pital, intereses y gastos (art. 139, inc. 3, LCQ), Se trataria de un supuesto de prenda con despla-
zamiento constituida antes de la quiebra y de la efectiva posesion de la cosa vendida y remitida
(conf. art. 2219 y concs., CCC). Ello se da en las compraventas a distancia el comprador puede
haber constituido prenda en garantia de una carta de crédito mediante la entrega de la documen-
tacidn representativa de la mercaderia (RIVERA). En relacién a la buena fe, el acreedor prendario
no debio tener conocimiento del estado de cesacion de pagos del deudor fallido.
Admitida la peticion, el enajenante debera tomar efectivamente la posesién del bien dentro
de los treinta dias de que se le haya notificado aquella resolucién judicial, debiendo depositar
en la quiebra los gastos insumidos por el bien, incluidos los de transporte, seguros, impuestos,
guarda y cualquier otro referido a su conservacién, juntamente con la contraprestacion recibida
del fallido -precio- (art. 139, ine. 4, LCQ). El fundamento de la prevision radica en que, como no
hubo resolucién por incumplimiento sino por la accién del vendedor en la quiebra, razones juri-
dicas imponen que sean a su cargo los gastos necesarios para volver las cosas al status quo, y por
razones de equidad ello debe ser asi atento el beneficio excepcional obtenido por el reivindicante,
privando al concurso de los bienes (YADAROLA). La admisién de la accién produce como efecto
concreto la readquisicién de la posesion por parte del vendedor como consecuencia propia de la
resolucién de contrato, La improcedencia de la accién no hace perder todo derecho al recurrente,
sino que siempre le quedara latente la posibilidad de verificar el crédito correspondiente al valor
de la contraprestacion a cargo del fallido. En ningun caso y en concordancia con el art. 142, parr.
3, LCQ, el enajenante podra reclamar ser indemnizado por los danios y perjuicios sufridos por la
aplicacién de la norma falimentaria, asi como tampoco intereses punitorios o clausulas penales
(art. 139 inc. 5, LCQ).
Respecto de los derechos reales constituidos sobre el bien que el vendedor pretende read-
quirir la posesion, claramente la hipotesis queda reducida al derecho de dominio y al caso de la
reventa. Para tales situaciones, el art. 141, LCQ, prevé que, si el tercero comprador adeuda su pres-
tacion, el vendedor originario in bonis podra requerir la cesidn del crédito a su favor, si fuese de
igual naturaleza que el debido por el fallido y en caso de diversa naturaleza se le concede un pri-
vilegio especial sobre la contraprestaci6n pendiente por parte del tercero, hasta la concurrencia
de su crédito. Anteriormente la figura era conocida como la reivindicaci6én del precio, entendida
no como una cesién de créditos sino como una subrogacion legal (YADAROLA). La realidad indica
que, en la actualidad, mas alla de que la ley haga referencia a una cesi6n de créditos, se trata de
una subrogacién porque el enajenante se subroga en los derechos del fallido para cobrarle al ter-
cero el precio adeudado por este (art. 739, CCC).
Cuando las prestaciones fuesen de diversa naturaleza la ley crea un privilegio especial a favor
del enajenante con asiento en la prestacion debida por el tercero al fallido hasta la concurrencia
de su crédito. La ley no determina el rango del privilegio, pero debe ser ubicado en la primera po-
sicion, pues sin la entrega del bien por parte del vendedor, nunca hubiese ingresado al patrimonio
del deudor y los acreedores con privilegio especial no hubieran podido ejercer su preferencia. El
sindico es quien debe procurar el cobro del crédito del tercero (art. 182, LCQ) para que del mismo
se cobre el enajenante, Por imposibilidad de readquirir la posesi6n, la misma norma preferencial
se aplica respecto de los casos en que haya desaparecido la cosa y existan seguros u otras indem-
nizaciones a cargo de otros responsables, teniendo el vendedor derecho a la cesion del crédito 0
al otorgamiento del privilegio sobre las sumas debidas.
El incumplimiento de los plazos fijados por el art. 140, LCQ, hace adquirir el bien para el fa-
llido definitivamente. Asimismo, el sindico, dentro de los quince dias de efectuada la peticion del
vendedor, con autorizaci6n judicial puede optar por cumplir con la prestacién a cargo del fallido,
tomar la posesion efectiva del bien para asi mantener los bienes en el patrimonio cesante para
producir su liquidacion en la quiebra (inc. 2) y, en caso de que el cumplimiento de la prestacién a
cargo del fallido no pueda hacerse en forma inmediata, debe garantizar al tercero y reconocérsele
la preferencia del art. 240, LCQ (arts. 143 y 144, LCQ).
ERREIUS 433
CAPITULO Xxx
I, INTRODUCCION
Lo que la ley llama los efectos de la quiebra sobre ciertas relaciones juridicas en particular son
en realidad efectos que produce la falencia sobre los contratos prefalenciales. Serfa apropiado re-
ferirse a los efectos sobre las obligaciones que derivan de los contratos, pero la realidad es que la
ley tiene en vista los contratos y no las obligaciones que de él emergen (Parry). Claro es que lo que
interesa son las relaciones que derivan de dichos contratos, pues ellas son las que hacen nacer los
créditos que se haran valer en la quiebra.
Lo que interesa son las relaciones juridicas preexistentes entendidas como aquellas perfec-
cionadas que no han sido culminadas o consumadas al momento de la declaracién de quiebra
(Sara), es decir que el deudor concerté estos negocios antes de la quiebra pero su ejecucién o
cumplimiento quedaron pendientes al momento de sentenciarse la falencia (RAM{REZ); pero no
solo ello, sino también importan en este caso aquellas relaciones patrimoniales no adquiridas
atin, por no haberse insertado todavia en el patrimonio del deudor fallido, las cuales llegan a la
quiebra en pleno desarrollo dinamico (PAJARDI).
El tema viene complejo en cuanto a su regulaci6én pues en principio no solamente la ley con-
cursal legisla la cuestion, sino que puede surgir de otras leyes que prevén concretamente ciertos
contratos y los efectos que sobre ellos produce la quiebra. Pero ello no es todo, pues la ley 24.522
no se limita a prever principios aplicables alos contratos en general, sino que ello lo hace escueta-
mente y luego desarrolla un amplio bagaje de normas aplicables a contratos en particular, dejan-
do lagunas para otros casos no previstos. La metodologia empleada por la vigente ley concursal
mantiene los vicios inculcados por normativas anteriores.
Los efectos de la quiebra sobre los contratos se dan en tres ordenes distintos: contratos que
quedan resueltos (arts. 147, 148, 153 y 158, LCQ), contratos que continuan o son asumidos por
la quiebra (arts. 157, inc. 1, y 154, LCQ) y aquellos contratos que quedan suspendidos hasta que
judicialmente se resuelva sobre su continuacién 0 no (art. 144, LCQ).
Como la casuistica propuesta nunca puede incluir todos los casos, para dichas lagunas la ley
prevé una norma de aplicacién analdgica que subsidiariamente entrara en juego cuando la si-
tuacidn no fue prevista, aunque para ello son suficientes los arts. 1 y 2, CCC. El art. 159, LCQ,
otorga al juez concursal una regla para resolver las situaciones legislativamente no contempladas,
utilizandose en principio la analogia y luego los principios generales del concurso, tales como la
proteccién del crédito, la integridad del patrimonio, el concurso y el interés general. Esto ultimo,
bastante dificil de aplicar en su totalidad pues dichas ideas rectoras resultan contradictorias entre
si, por lo que el juez debera optar por la aplicacién de alguna o algunas en detrimento de otra y
otras, segtin cada caso en particular (ROUILLON). La norma debe aplicarse como una regla de in-
terpretacién de todas las situaciones patrimoniales que se dan en un concurso en general donde
existe una racionalizacion de intereses en conflicto. Por ello, no queda limitada al ambito contrac-
tual-concursaly es claro que las directrices del articulo son meramente enunciativas y pueden ser
complementadas por otras incluidas en otras normas del ordenamiento concursal (vgr. arts. 16,
ERREIUS 435
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
ultimo parrafo, 24, LCQ, entre otros) y del ordenamiento juridico en general (vgr., arts. 1063/1068,
279, CCC, entre muchos otros).
damente, por lo que para ellos resulta inaplicable lo previsto para los contratos en curso de ejecu-
cin. Las disposiciones del swb examine se refieren a los contratos bilaterales y sinalagmaticos en
curso de ejecucién, diferenciandose aquellos en los cuales se encuentra pendiente la prestacion
a cargo de una de las partes, ya sea la fallida o la que se encuentra in bonis, de aquellos en los que
existen prestaciones reciprocas pendientes.
No quedan incluidos en las normas generales sobre resolucién de contratos con prestaciones
rec{procas pendientes los contratos con prestaciones iniuitu personae, los normativos y de ejecu-
cion continuada (art. 147, LCQ), los contratos a término (art. 153, LCQ), el contrato de seguro (art.
154, LCQ) las promesas de contratos y los boletos de compraventa de inmuebles, los cuales tienen
una regulacion especifica en la ley concursal,
La pendencia reciproca de prestaciones en los contratos en curso de ejecucién se determina
desde un aspecto interno de la relaci6n contractual, a cada una de las prestaciones que deben
realizar los contratantes (ROITMAN). Se advierte facilmente que se esta ante contratos bilaterales,
por lo que los unilaterales quedan fuera de esta prescripcion legal, y si el obligado es el fallido, el
acreedor deberda verificar y en el supuesto inverso, la accion sera ejercida por el sindico (art. 182,
LCQ).
2.1. Efectos
El art. 143, LCQ, determina los efectos de la quiebra sobre los contratos con prestaciones pen-
dientes, los cuales igualmente pueden inferirse sin necesidad de la existencia de la norma.
Sila ley no previera, como lo hace en el inc. 1°, que cumplida la prestacion del fallido, la pen-
diente del contratante in bonis debe ser cumplida, se llegaria a la misma conclusion, pues se tra-
tarfa de un crédito del fallido y el incumplimiento habilitarfa su ejecucién (art. 182, LCQ) o la
eventual revision bajo el regimen de las inoponibilidades (arts. 118, 119 y 120, LCQ).
No ese trata de un caso de prestaciones reciprocas pendientes porque unicamente se encuen-
tra pendiente de cumplimiento la prestacién a cargo del tercero cocontratante in bonis.
Similar solucién para el supuesto del inc. 2 y la pendencia de la prestacién a cargo del fallido,
pues ello implica un crédito a favor del tercero cocontratante, el que no escapara de la via verifi-
catoria (art. 126, parr. 1, LCQ). Lo previsto puede aplicarse también a contratos unilaterales en los
cuales no se ha cumplido con la prestaci6n a cargo de la parte obligada.
Para el caso de que exista cumplimiento absoluto por parte del cocontratante e incumpli-
miento total o parcial por parte del fallido, la soluci6n es similar. Otro supuesto donde no hay
prestaciones reciprocas pendientes, sino que solamente resta el cumplimiento de la prestacién a
cargo del fallido. En el supuesto la prestacion debida a cargo del fallido, implica un crédito a fa-
vor del tercero cocontratante, el que no escapara de la via verificatoria (art. 126, parr. 1, LCQ). En
ningun caso el cocontratante tiene la facultad de resolver el contrato (art. 145, LCQ). Si en virtud
del contrato el cocontratante entrego al fallido un bien sin intencién de transmitirle el dominio,
ademas de la verificacién de su crédito tiene la accién de restitucién (arts. 138 y 188, LCQ).
En cuanto al inc. 3, el cual se refiere al caso de existencia de prestaciones reciprocas pendien-
tes y la posibilidad de pedir la resolucién del contrato por parte del cocontratante in bonis, debié
ser incluida en el extenso art. 144, LCQ. La posibilidad prevista implica una excepcion a la impo-
sibilidad resolutoria contractual por caso de quiebra que surge del art. 145, LCQ, aunque igual-
mente tal resolucién no se produce ipso iure sino que debe ser demandada concursalmente por
sujeto interesado, Por un lado, se refiere a la solicitud de resolucion que sera decidida por el juez
y por otro a la imposibilidad de que el contratante no fallido resuelva el contrato per se. Sila reso-
lucién se produjo o fue demandada antes de la sentencia de quiebra, el contrato sera considerado
resuelto, pero en la quiebra, el cocontratante del fallido pierde, por disposicion legal, el derecho
a resolver el vinculo contractual que lo une a la otra parte, so pretexto del nuevo estatus juridico
falencial que a esta afecta, CASTILLO explicaba la inconveniencia de que la quiebra produjese la
resolucién de los contratos de pleno derecho por el hecho de que en aquella existe la posibilidad
de que el concurso pague {ntegramente a los acreedores 0 que se asuma, a través del sindico, la
obligacién a cargo del fallido.
ERREIUS 437
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El inc. 3, del art. 143, LCQ, debi ser incluido en el extenso art. 144, LCQ, el que regula el sis-
tema resolutorio de los contratos con prestaciones reciprocas pendientes en la quiebra, en una
disposicisn, si bien clara, “insoportablemente minuciosa y extensa” (MAFFiA).
2.2. Tramite
La ley 24.522 produce alguna modificaci6n muy poco sustancial en el precepto de laley 19.551,
siendo la mas importante la de facultar a realizar la denuncia de la existencia del contrato a acree-
dores y a cualquier interesado pudiendo dar su opinién sobre la continuaci6n o no del mismo.
La situacién viene regulada en el art. 144, LCQ con alguna diversidad respecto de lo previsto
para el concurso preventivo, pues en este la iniciativa le corresponde al deudor; en cambio, en
la quiebra, la primacia la tiene la parte no fallida. De las relaciones juridicas preexistentes, aqui
importan aquellas en curso de ejecuci6n, bilaterales con obligaciones reciprocas pendientes. Se
estd ante los Ilamados “contratos pendientes” (HEREDIA).
La ley regula en general los efectos concursales sobre las promesas de contratos y aquellos
contratos celebrados sin las formas exigidas por el ordenamiento juridico y, en segundo término,
trata especialmente el caso del boleto de compraventa de inmuebles.
1. Norma general
En el parr. 1 del art. 146, LCQ, en general, se prevé la situacidn de las llamadas promesas de
contrato donde quedarfan incluidos los precontratos y los contratos preliminares o preparatorios
que obligan a la celebracion de otro contrato, como asi también los contratos celebrados sin la
forma exigida por la ley. En ningun caso, podra exigirse el cumplimiento en la quiebra.
La ley iguala las promesas de contrato con aquellos celebrados sin las formas legales, porque
por la regla de la conversion del contrato nulo, las partes quedan obligadas a otorgar el contrato en
la forma prevista por la ley (doct. art. 285, CCC). La previsién legal abarca los contratos solemnes,
formales ad solemnitatem relativos, es decir, aquellos, confirmables o convertibles. No se incluyen
los contratos no solemnes o formales ad probationem cuyo efecto es unicamente procesal a los
fines de la prueba del acto. Tampoco la norma se refiere a aquellos contratos solemnes y formales
ad solemnitatem absolutos, pues la forma se prevé constitutiva y sustancial, bajo pena de nulidad
absoluta, pues la inobservancia de la forma lo convierte en nulo sin posibilidad de confirmacién
(art. 1018, CCC).
Como principio general este tipo de convenciones no son exigibles en la quiebra, se resuelven,
debiendo el acreedor verificar su crédito, correspondiente a la prestacién debida por el fallido. La
inexigibilidad concursal del contrato por parte del tercero se traduce en su inoponibilidad a los
acreedores (Corte Sup., ED 97-340). La inexigibilidad de la promesa de contrato se basa en que se
esta ante una relacidn contractual respecto de la cual la quiebra es un tercero no sucesor del falli-
do (PROVINCIALI). El fundamento de la inexigibilidad falencial de las promesas de contrato radica
en que, si en situacién de solvencia su cumplimiento no puede lograrse sino excepcionalmente,
con menos raz6n en caso de quiebra podria exigirse la ejecucién del contrato.
La tinica excepcién a la regla, en similares términos al art. 144, LCQ, es la existencia de autori-
zacion judicial para su continuacidn, previa solicitud del sindico y del tercero cocontratante, con-
curriendo ambas voluntades. La asuncién del contrato por el concurso, es decir la sustitucié6n de
ERREIUS 439
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
la posicion contractual del fallido por el sindico implica un supuesto de confirmacion del contrato
que excluye su inoponibilidad concursal. Tal posibilidad queda limitada a las promesas de con-
trato porque no habria problemas, si fuese conveniente al concurso, para que este otorgue el con-
trato definitivo, en cambio no es tan asi para el supuesto de contratos sin las formalidades legales.
Si bien no es necesario que la peticidn sea realizada conjuntamente por el sindico y el tercero,
pareciera ineludible para resolverse su continuacién que ambas partes (el sindico por el fallido)
estén contestes en que no quede resuelto el contrato, es decir que uno lo solicitara y el otro debera
prestar su conformidad previo al auto judicial.
La peticién debera hacerse dentro de los treinta dias habiles desde la ultima publicacién de
edictos realizada en la jurisdiccién del juzgado. El término fijado por la ley resulta, sin fundamen-
to alguno, diferente al previsto por el art. 144, LCQ, no solo en el plazo que es de treinta dias y no
de veinte, sino también en la forma de computarselos, pues se corresponde a dias habiles al no
preverse que sean corridos (art. 273, inc. 2, LCQ). Varia también en su dies a quo, para el cual no
se tendra en cuenta la publicacién edictal en el domicilio del tercero sino solamente la realizada
en la sede del juzgado donde tramita la quiebra. Nada hubiera impedido que se prevea un plazo
comuin para solicitar la continuacion de todos los contratos que ameriten tal posibilidad.
La posibilidad de cumplimiento del contrato debe ser analizada por el juez teniendo en cuen-
ta la conveniencia para el concurso y la no afeccion de la garantia comun de los acreedores.
En esta hipotesis la ley no prevé la preferencia del art. 240, LCQ, para la prestacion a cargo de
la quiebra, pero pareciera no existir inconveniente interpretativo para concluir que igualmente le
corresponde aquella, atento la naturaleza misma de los créditos a los cuales se le otorga, es decir
que se trata de acreencias nacidas con posterioridad a la quiebra y originadas en beneficio de los
acreedores (analog art. 144, inc. 7, apart. a, LCQ).
2.1, Antecedentes
El originario Cédigo Civil hasta 1968 establecia que los llamados boletos de compraventa de
inmuebles en caso de quiebra del vendedor no otorgaban al adquirente derecho alguno para exi-
gir su cumplimiento (art. 1185).
La CAMARA Nacional Civil, resolviendo cuestiones de los antiguos concursos civiles legisla-
dos en los cédigos procesales, reconocié el derecho del adquirente con boleto y el derecho al
otorgamiento de la escritura traslativa del dominio, si habia pagado el precio y tenia posesién del
inmueble (C. Nac. Civ., ED 5-650, ED 10-157, LL 65-78, LL 98-524, entre muchos otros). La misma
orientacion seguia la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires para la provincia de Buenos Aires
(Sup. Corte Bs. As., ED 25-691). En el Ambito comercial, la CAMARA Nacional en lo Comercial, en
pleno, en el conocido caso “Lozzi” (C. Nac. Com., en pleno, ED 20-497), con el especialisimo voto
del Dr. HALPERIN, a mediados de la década del 60 resolvio sobre la inoponibilidad en la quiera del
boleto de compraventa de inmuebles, mandando al adquirente a verificar su acreencia nacida por
el precio pagado como quirografaria,
Luego devino la reforma del Cédigo Civil por la ley 17.711 y especialmente el art. 1185 bis
de aquel cuerpo legal, que hacia oponible a la quiebra el boleto de compraventa de inmuebles
cuando se hubiese abonado el veinticinco por ciento del precio y adquirido de buena fe. Luego y
en concordancia con el iter reformatorio, la ley 19.551 incorpora el art. 150 que remite y hace apli-
cable lo normado por el art. 1185 bis, CCiv., pero limitadamente alos inmuebles que tienen como
destino la vivienda, exigiendo un nuevo recaudo.
Durante aquella época se discutio si el destino referido seria el objetivo, teniendo en cuenta
la idoneidad del inmueble para ser destinado a vivienda, amparandose tanto al adquirente ha-
bitante como al comprador locador 0 revendedor y, por otro lado, se estaba al destino principal,
subjetivamente entendido, por lo que se excluia a las sociedades compradoras. La injusta limita-
cién discriminatoria que hacfa el art. 150, ley 19.551, llevé ala reaccién jurisprudencial, que tan-
gencialmente y dejando en cierta medida de lado dicha previsién legal, aplica objetivamente el
recaudo del destino de vivienda sin importar la voluntad del comprador, es decir, si lo compraba
ono para vivienda.,
Finalmente, con la ley 24.522, el art. 146, parr. 2, LCQ, vuelve al sistema del art. 1185 bis, CC, y
deja de lado el requisito de destino para vivienda. La regulacién en el CCC viene dada por el art.
1171, CCC,
2.2.1. Recaudos
El instrumento requerido por la ley concursal es un boleto escrito, siendo insuficiente el con-
cluido en forma oral, pues la expresion “boleto” alude a un instrumento escrito sin poder ser su-
plida por otros medios.
La norma requiere que el adquirente sea de buena fe, lo que se presume exista 0 no posesion
(arts. 961 y 1919, CCC). Debe descartarse el consilium fraudis entre vendedor y comprador. La
buena fe se reputa al momento de otorgamiento del boleto. Si la venta se concerté en el periodo
de retroaccion el comprador no debio conocer, el estado de cesacién de pagos del vendedor (art.
119, LCQ). En ningun caso la situacién recaera en la norma del art. 118, LCQ. Lo importante para
dirimir la cuestién es que quede descartada toda sospecha de connivencia fraudulenta entre ven-
dedor y comprador.
No existen dudas de que el comprador debié abonar, antes de la quiebra (C. Nac, Com., en
pleno, LL 1981-C-645), cuanto menos el veinticinco por ciento del precio, no pudiéndose apli-
car para lograr dicho porcentaje intereses ni erogaciones correspondientes a gastos propios de
la transaccién, pues claramente la norma se refiere al pago del precio al vendedor, es decir que
solamente se computara el capital. La prueba del pago debe ser analizada con amplitud procesal,
pero generalmente se hace a través del recibo o constancia en el mismo contrato, sin embargo,
para que ello sea oponible al concurso se ha entendido que es necesario que se acredite el efec-
tivo traspaso de los fondos (CNCom., sala E, LL 2007-D-59). Queda descartada la exigencia de
fecha cierta para el recibo de pago, porque imponerle eso al comprador, significaria introducir
un verdadero vallado que desvirtuaria por completo la intencién del legislador (CNCiv., Sala B,
JA, 1977-IV-149), porque, ello, no constituye una modalidad habitual. En caso de que la compra
ERREIUS 441
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
haya sido convenida con la modalidad del plazo, el comprador que opone el boleto en el concurso
podra valerse de dicho término para el pago del precio constituyéndose hipoteca en primer grado
sobre el inmueble, a favor del concurso,
A partir de la unificacion legislativa del derecho privado, con la norma del art. 1171, CCC,
la fecha cierta en los términos del art. 317, CCC, es recaudo necesario para la oponibilidad del
boleto, Bajo el régimen del Cédigo Civil la fecha cierta no era exigida expresamente, pero debia
quedar acreditado de alguna manera que el contrato es anterior ala sentencia de quiebra (C. Nac.
Com., en pleno, LL 1981-C-476; Sup. Corte Mendoza, en pleno, JA 1997-1-83). Como el concurso
es un tercero en la relacién juridica nacida del boleto, es suficiente exigir, por principios concur-
sales inamovibles, que el contrato aparezca de fecha anterior ala quiebra en forma fehaciente., La
fecha cierta, deviene ahora como requisito sine qua non para la efectiva oponibilidad del boleto,
aunque la cuestién no va a verse modificada realmente, porque si bien con el régimen anterior
no se exigia fecha cierta, la necesidad de conocer que el contrato fuese anterior al concurso, hacia
ineludible que existieran elementos fehacientes de ello. En la nueva norma, la fecha cierta se pa-
rece mas a ello, que a lo que era la fecha cierta en el derogado Codigo Civil, es decir que la fecha
cierta requerida en la actualidad por el art. 317, CCC es bastante similar a aquellas consideracio-
nes facticas que debia tener en cuenta el juez para saber si el contrato que estaban oponiendo al
concurso habia nacido con anterioridad a este.
En concordancia con el texto legal y la doctrina del art 1185 bis, CCiv. -ahora art. 1171, CCC-
, no se exige que se haya tomado posesion del inmueble (C. Nac. Com., en pleno, ED 94-648).
Aunque si bien no se exige expresamente, se sostuvo que la oponibilidad del boleto requiere la
publicidad posesoria o registral -si la legislaci6n local admitiese la inscripcién del boleto-, y asi
se evitarian enajenaciones fraudulentas concertadas en instrumentos privados horas antes de la
quiebra (Sup. Corte Mendoza, en pleno, JA 1997-1-83, Corte Sup. Just Tucuman, JA 1992-IV-193;
Sup. Trib. Just. Entre Rios, JA 1995-I-108). También se resolvid que conforme la ratio legis y la
interpretaci6n restrictiva, debiera existir posesion, a fin de evitar maniobras fraudulentas y como
recaudo necesario para la oponibilidad de los derechos, es decir, publicidad, aunque mas no sea
imperfecta -doctr. art. 1170, CCC- (Sup. Corte Mendoza, en pleno, JA 1997-1-83), sin embargo, el
art. 1170, CCC exige posesion para oponer el boleto en una terceria de mejor derecho.
2.2.2. Tramite
También arduamente discutido fue el tramite procesal por el cual debe oponerse el boleto de
compraventa inmobiliaria en el concurso.
Por una parte, se entendié que se tratarfa de un incidente auténomo (art. 280 y ss., LCQ) de
oposicion del boleto, Dicha tesis se sustentaba en el hecho de que solo son verificables las obli-
gaciones de dar (dinerarias 0 no), por lo que la obligaci6n de hacer que implica la escrituracién
no es verificable, salvo que se hubiere transformado en el pago de dajios y perjuicios (TONGN) la
norma del art. 146, LCQ, importa una excepcién a la regla general verificatoria. El acreedor no
pretende, a través de la oposicién del boleto, incorporarse en el pasivo concursal, sino, por el con-
trario, busca escaparle al concurso y excluir por intermedio de la escrituraci6n un bien inscripto
enel dominio del fallido y, como tal, integrante de su activo; someterlo a la verificaci6n importaria
la renuncia al derecho de escriturar y solo seria viable admitirla cuando el cumplimiento de la
escrituracion se haya tornado imposible y asi deberan verificarse en el concurso por su valor en
dinero, Para GARAGUSO seria una forma anomala de verificacion en sentido lato, pues no se trata
de insinuarse en el pasivo concursal sino de excluir el bien del patrimonio del concursado, no hay
concurrencia de pasivo sino exclusi6n de activo. También se ha considerado que se trataba de una
terceria de dominio o una terceria de mejor derecho (Sup. Corte Bs. As., ED 153-635, Sup. Corte
Bs. As., JA 1993-IV-391). En la actualidad esta postura ha quedado ya casi descartada.
Sin embargo, la oposicion del boleto, como entiende la mayoria de la doctrina, se hace a través
de la verificacién de créditos (art. 32 y concs., LCQ) porque la unica forma de incorporacién al
concurso es la verificacion de créditos con el correspondiente control multisubjetivo de los acree-
dores, la cual en este caso se trataria de la obligacion de escriturar (obligacién de hacer). No puede
el comprador, a fin de hacer valer su derecho en el concurso, escapar a la regla de la concursalidad
y la concurrencia (doct. art. 125, LCQ), aunque se trate de una prioridad excluyente que solo tien-
ERREIUS 443
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
En tales situaciones puede estarse ante una infungibilidad expresa, la que se da por razones de
confianza y nace de la autonom{a de la voluntad de las partes, o ante una infungibilidad presunta,
cuando la prestaci6n es personal e irreemplazable, por la idoneidad cualitativa del sujeto que
debe cumplirla (iniuitu personae) o por su capacidad técnica, organizativa o productiva (intuitu
instrumenti), surgen de la naturaleza de la prestaci6n o las circunstancias del caso, La resolucion
concursal viene dada por el hecho de que el deudor resulta insustituible y por ende el contrato no
puede ser asumido por la quiebra y ejecutado por el sindico.
En principio la norma concursal se refiere a los casos de infungibilidad presunta, aunque la
enunciacién del articulo podria llevar a concluir que también se resolverian los contratos con
infungibilidad expresa, es decir, los contratos de confianza 0 fiduciarios. En realidad, en los casos
de infungibilidad expresa habra imposibilidad juridica de reemplazo por el sindico y, aunque no
se trate de una prestacién personal del ahora fallido, lo cierto es que necesariamente el contrato
debera quedar resuelto, pues la convenci6n que impone la infungibilidad expresa impide de iure
el cumplimiento de la misma por parte del sindico pues no puede modificarse falencialmente
la voluntad contractual. No hay dudas de que en caso de infungibilidad presunta personal y la
prestacion no pueda ser cumplida por el sindico por ser irreemplazable, el contrato queda re-
suelto. Sin embargo, cuando la infungibilidad es expresa, no habra resoluci6n cuando decidida
la continuacién de la explotacién empresaria en la quiebra la prestacién contractual que estaba
a cargo del fallido puede ser cumplida por el sindico y sea asi aceptada por el acreedor (art. 881,
CCC). En realidad, la ratio legis da una vision objetiva y la prestacion sera irreemplazable cuando
material o juridicamente no pueda ser cumplida por el sindico. Es cierto, que el hecho de que la
ley haga referencia a la prestacién irreemplazable por el sindico, no implica que el contrato pue-
da continuarse en caso de que el sindico pueda ejecutar la prestacién, ya que lo que se tuvo en
mira fue destacar que por la naturaleza del contrato la prestacidn no puede ser cumplida por el
funcionario concursal, salvo la continuacion de la explotacion de la empresa y la posibilidad de
que pueda ser cumplida por el oficio concursal (RIveRA - ROITMAN - ViTOLO). Nada impide que el
fallido cumpla con la prestacion cuando se trate del ejercicio de actividades inherentes a su arte,
profesién o en relaci6n de dependencia (art. 104, LCQ).
otra excepcion la conveniencia en la liquidacion, porque el art. 147, LCQ, impone la resolucion,
salvo que ella sea el fundamento de aquella continuacién, que es la tinica que evita el efecto fa-
lencial sobre el contrato.
3. Contratos normativos
Los contratos normativos (ratione materiae) son aquellos en virtud de los cuales se crean nor-
mas de caracter general y objetivo que regiran situaciones juridicas futuras de los otorgantes sin
fuerza para concluir dichas convenciones futuras. Los contratos normativos reglan y fijan el con-
tenido de contratos futuros y eventuales. El caso mas tipificante de estos contratos son las con-
venciones colectivas de trabajo, pero también la cuenta corriente comun o bancaria son contratos
normativos.
La quiebra resuelve estos contratos porque ante la liquidacién no existe posibilidad de que
se concreten los contratos respecto de los cuales el normativo le sirve de base (GEBHARDT). La
excepcion, como en todos los casos, es la continuacién de la explotacion de la empresa fallida.
4.1. Mandato
La ley alude a cualquier contrato de mandato. El mandato es entendido como aquel contrato
de colaboracion por el cual el titular de un negocio juridico encomienda la realizacion de deter-
minados actos juridicos, en su nombre y representacién.
La ley no determina si los efectos falimentarios se producen en cualquier clase de mandato y
si se ve afectado tanto en la quiebra del mandante como del mandatario, En principio, no existen
excepciones, donde la ley no distingue no debe hacerlo el intérprete por lo que la resolucién con-
tractual afecta tanto al mandato civil como al comercial y en la quiebra tanto del mandante como
del mandatario. Se entendié que inicamente la referencia legal es al caso de quiebra del manda-
tario pues la norma especifica el recaudo de prestacién pendiente personal del fallido para con-
figurar la aplicaci6n de la manda legal (MaFrFia), aunque tan fina reflexion excede la ratio legis.
ERREIUS 445
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
puede convalidarse que el mandatario, fallido el mandante, pase a ser representante de la quiebra
sin intervencién de los 6rganos oficiales de la misma (RivaroLa). En realidad, de alguna u otra
manera no hay remedio respecto de la resolucion del contrato, pero ambas posiciones conllevan
a ello y, si bien no podra negarse la condicién de intuit personae lato sensu del contrato, lo cierto
es que esa condicidn indispensable estara vista desde el lado del mandatario y no desde la del
mandante, pero la consiguiente imposibilidad de continudrselo ejecutando cuando el mandan-
te cae en quiebra se ve claramente en las inhabilitaciones que a él afectan y en la disposicion y
administraci6n asumida por los organos falenciales, lo que impide que ello sea realizado por el
mandatario del fallido.
En concordancia con las normas de derecho comin, el mandato cesara a partir de la publica-
cién de edictos (arts. 361, 381 ycc., CCC), es decir, cuando el mandatario debié tener conocimien-
to de la quiebra o cuando efectivamente conocié la misma cuando ello acontece en tiempo ante-
rior a aquella publicaci6n. Cesado el mandato, el mandatario debera rendir cuentas a la quiebra
(arts. 858, 1324, inc. f, 1334y cc., CCC).
No quedara resuelto el mandato que no se refiera a bienes afectados por el desapoderamien-
to, es decir, referido a actos extrapatrimoniales 0 personales del fallido (vgr., juicio de divorcio). Se
llega a tal conclusién por el simple hecho de que los actos involucrados en el mandato son ajenos
ala quiebra. La misma soluci6n debe adoptarse para los mandatos ad litem, debiéndose estar a
los actos que pretenda ejecutar el representante procesal o al derecho de su mandante que con-
cierne aquellos. En especial referencia al mandato ad litem, si bien no escaparia a la regla general
aquel que incumbiese situaciones patrimoniales del fallido, como serfa su defensa en la quiebra,
ergo en la practica el mismo no es cuestionado, pues el deudor que contesta la vista del art. 84,
LCQ, por intermedio de su mandante, hace lo propio y en virtud del mismo mandato procesal,
luego de la quiebra con la revocatoria o el levantamiento sin tramite.
En la regulacién de la cuenta corriente debe incluirse, no solo la comtn, sino tanto a la mer-
cantil como a la bancaria. Se trata de contratos netamente normativos y de ejecucidn continuada
y en cierta medida la cuenta corriente bancaria es también intuitu personae. La verdadera expli-
cacidn para fundamentar la previsidn legal es que el desapoderamiento impide que la cuenta
corriente siga ejecutandose, pero no puede negarse su caracter normativo y en cierto modo ele-
mentos intuito personae.
La norma concursal es concordante con el art. 1441, inc. a, CCC, por lo que estos contratos
quedan resueltos por la quiebra, aunque pueden ser asumidos por la quiebra en caso de que se
decida sobre la continuacion de la explotacidn de la empresa del fallido, sin que en tal circuns-
tancia sea necesario celebrar un nuevo contrato. La ley 19.551 preveia la posibilidad, cuando se
oponga el sindico, de que el contrato de cuenta corriente prosiguiese en caso de continuacién de
la actividad.
En el supuesto de la cuenta corriente comin, en la quiebra del remitente, como se produce el
cierre de la cuenta, el saldo a favor del receptor debe verificarse y si el saldo es a favor del remiten-
te fallido, el sindico debe hacer ingresar el crédito a la quiebra (art. 182, LCQ). Sila quiebra es del
receptor sus derechos de crédito serdn ejercidos por el sindico. En la cuenta corriente mercantil o
bancaria, producida la resolucion, se compensan las cuentas hasta la fecha de la quiebra (art. 130,
LCQ), si el saldo es favorable al fallido, las sumas ingresaran a la quiebra como parte de su activo
y en caso contrario existira un crédito a favor de la contraparte o del banco por haber otorgado
descubierto, acreencia que debera ser verificada en la quiebra.
Tales contratos quedaran resueltos por la quiebra salvo que se decida sobre la continuacién
de la empresa en quiebra y pueda ser cumplido por el sindico, siendo en la mayoria de los ca-
sos contratos elementales y fundamentales para el desarrollo y la actividad de la empresa. En
contrario, la resoluci6n contractual en caso de quiebra sin continuaci6on de la explotacion viene
impuesta por la incompatibilidad entre la ejecucion del contrato y la liquidacion falencial. En el
caso del contrato de agencia se ha discutido la cuestion referida a si la quiebra produce ipso iure
la resolucién del contrato y si aquella es solo una causal para declararla.
La resolucion del contrato de agencia se produce tanto frente a la quiebra del preponente
como del agente. Si bien en este tipo de contrato la prestaciOn intuito personae se encuentra en
cabeza del agente, la resoluci6n contractual por quiebra del preponente se produce porque la
liquidaci6n que se producira en la quiebra resulta incompatible con la ejecucién del contrato
de agencia. En la concesién, tampoco la ley distingue y por ende la resolucién se produce tanto
en caso de quiebra del concedente como del concesionario. No puede negarse que el contra-
to de concesién tiene como elemento esencial la confianza entre las partes lo que lo constituye
necesariamente en un contrato intuito personae. Ello impone que el contrato se resuelva por la
quiebra (art. 147, LCQ). Tampoco puede negarse que el contrato es de ejecucién continuada y por
supuesto que normativo. La resolucién del contrato de distribucién es el hecho de que se trata
de un contrato de ejecucién continuada. Aqui también dicho efecto se produce por la quiebra
de cualquiera de las partesy no solo del distribuidor, por lo que elemento justificativo de tal con-
secuencia es el hecho de que el contrato no podra seguir siendo ejecutado luego de que una de
las partes caiga en quiebra, independientemente de la cualidad de iniuito personae que alcanza
solamente al distribuidor.
4,4, Comisi6n
La comision, asi denominada, ha sido derogada con la reforma producida por el CCC, en la
actualidad queda subsumida en la regulacién correspondiente al mandato (art. 1319 y ss., CCC,
especialmente art. 1321, CCC).
Teniendo en cuenta el derogado art. 222, parr. 2, CCom., la comisi6n se daba cuando una
persona realiza negocios por otro u otros, actuando anombre propio y sobre negocios individual-
mente determinados. El comisionista siempre quedaba directamente obligado con aquellos con
los cuales contrats, sin que los terceros tengan acci6n contra el comitente, Si bien se la considera-
ba una subespecie del mandato 0, mas precisamente, un mandato sin representacién, tenia una
regulacion especial contenida en la ley para la comision de compraventa, Si bien la consignacion,
como otro caso de mandato sin representacién, puede ser asimilada a la comisién, el hecho de
que pueda celebrarse para negocios generales y no determinados impide la aplicaci6n de las pre-
visiones del art. 148, LCQ, pero no la resoluci6n prevista en el art. 147, LCQ.
En tal sentido, ademas de la resolucion prevista por el art. 147, LCQ, la cual alcanza a cual-
quier caso de comision, el art. 148, LCQ, exclusivamente previsto para la comisién de compraven-
ta determina los efectos de aquella resoluci6n en resguardo de derechos de terceros en caso de
quiebra del comisionista.
ERREIUS 447
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Cuando la quiebra sea del comisionista, en la hipotesis de venta de bienes, por la parte del
precio impaga habra un crédito a favor del comitente vendedor quien podra reclamarlo directa-
mente del comprador con el limite de lo que se le debiese. En caso de compra por el comisionista
fallido, el vendedor tendra acci6n de cobro directa contra el comitente comprador hasta el monto
del precio debido, Técnicamente se opera una suerte de subrogacién legal a favor del comitente,
como si el comisionista fallido le hubiese cedido sus derechos. Lo previsto se refiere a las sumas
correspondientes al precio no abonadas, pues si ya se ha pagado al comisionista, el vendedor
debera verificar, a los efectos del cobro, su crédito en la quiebra. Y, en caso de que el bien objeto
de la comision se encuentre en poder del fallido, podra pedirse su restitucion en los términos del
art. 138, LCQ, Sila ley no tuviese esta prevision, el crédito corresponderia a la quiebra
y el sindico
deberia reclamarlo directamente del comprador y el vendedor verificaria su acreencia contra el
comisionista fallido sometiéndolo a la regla del dividendo, por lo que en cierta manera la norma
altera la par condicio. Aunque tratandose de dinero de tercero, la soluci6n concuerda con la del
art. 138, LCQ, y la restitucién de bienes de terceros.
En el caso de que la quiebra sea del comitente, el contrato quedara resuelto (art. 147, LCQ),
pero no existira la acci6n directa prevista en la norma del art. 148, LCQ, por lo que en caso de que
haya habido una venta, el sindico reclamara las sumas correspondientes al comisionista, pero no
al comprador y, en caso de compra, el vendedor reclamara al comisionista y no al comitente fa-
llido. Siempre debe hacerse peticidn previa al juez, previa vista al sindico y con resoluci6n donde
expresamente se autorice el pago directo al vendedor, pues es indispensable con ello evitar que
dinero de terceros se confunda en la masa activa del fallido (C. Civ. y Com. Bahia Blanca, LL 1981-
C-387). La comisién siempre debera ser abonada a la quiebra, si no el sindico debera reclamarla
como crédito a favor del fallido (art. 182, LCQ).
tratante in bonis podra reclamar la diferencia a su favor al momento del vencimiento del contrato
sino la hubo al momento de la quiebra.
El contraste de la prevision legal carece de equidad y equilibrio, pues ponderando la situacion
al momento del vencimiento respeta el alea para el sujeto in bonis y, luego, lo sustrae del mismo
permitiéndole la soluci6n menos onerosa, considerando la fecha de la quiebra y el vencimiento
del contrato (HEREDIA). Lanorma solamente debio respetar el plazo del contrato cuando existiese
diferencia a favor del fallido al momento de la quiebra, en caso de que la diferencia fuese mayor
al momento de la liquidacion contractual, importa un alea asumido por el tercero contratante.
Ante la inexistencia de diferencia, el contrato igualmente queda resuelto sin reclamo alguno
entre las partes por las prestaciones pendientes.
No existe posibilidad de que el contrato sea continuado en la quiebra y el contratante no fa-
llido no puede, en ningtin caso, reclamar beneficio alguno hasta la fecha de vencimiento. El art.
144, LCQ, excluye la posibilidad de que el contrato, en caso de prestaciones pendientes (art. 143,
inc. 3, LCQ), sea ejecutado hasta su vencimiento en caso de continuacién de la explotacién de la
empresa fallida.
Como la quiebra igualmente produce ciertos efectos particulares en las relaciones internas
contractuales en el ambito societario, la ley contiene algunas normas particulares al respecto.
Cabe recordar someramente un tema referido a los llamados efectos personales de la quiebra, y
es el previsto en el art. 94, inc. 6, LGS, que determina que la falencia es causal de disolucion de la
sociedad, por lo que ella no se produce opes legis por la sentencia de quiebra.
ERREIUS 449
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Derecho de receso
Particularmente el art. 149, LCQ, regula las consecuencias de la quiebra sobre el derecho de
receso previsto en el art. 245, ley 19.550.
La ley claramente diferencia el ejercicio del derecho de receso de la efectivizacion del mismo,
Como se preveia en el régimen anterior, por efecto propio del desapoderamiento de la so-
ciedad fallida producida por la quiebra, cesa la posibilidad de los socios para ejercitar o hacer
efectivo el derecho de receso, ello ya que tal receso importa una reduccion de capital y una dismi-
nucién de la responsabilidad patrimonial de la fallida. Hay que distinguir, ejercitar el derecho de
receso consiste en manifestar, la voluntad de separarse de la sociedad y hacerlo efectivo consiste
en percibir el crédito que naci6 con el ejercicio del derecho de receso (TONON). La efectivizacién
del derecho de receso se hace a través del reembolso, el cual comprende, conforme al art. 245,
LGS, el capital correspondiente a su participacion societaria, calculado conforme al timo balan-
ce realizado o a realizarse, con mas los intereses desde la notificacién del receso. El fundamento
de la norma radica en el hecho de que si se admitiera que cada uno de los socios pudiera eludir
la responsabilidad patrimonial resultarfa afectada la seguridad juridica, el trafico mercantil y los
derechos de los acreedores que no hallarfan sustento en la responsabilidad del patrimonio del
deudor (ARGERI).
Si antes de declarase la quiebra se ha ejercido el receso -incluso antes de la fecha de inicio del
estado de cesacion de pagos- y se ha hecho efectivo el reembolso cuando la sociedad fallida ya es-
taba en estado de cesacién de pagos, la ley impone que el socio reintegre a la quiebra lo percibido
como reembolso, mas los intereses desde la sentencia de quiebra, para mantener asi inalterable
el patrimonio social a los fines falenciales. La percepcién del crédito del socio recedente -el cual
en la quiebra de la sociedad es subordinado- importa una alteracién a la par condicio (Dasso).
Para tal efecto no debe aplicarse el limite de la retroaccion, sino que debe considerarse la fecha de
inicio del estado de cesaci6n de pagos fijada judicialmente (art. 116, LCQ). Lanorma importa una
presuncidn legal respecto de que el socio recedente tenia o debié tener conocimiento del estado
de insolvencia de la sociedad y que el receso se hace en fraude a los acreedores. La restitucion se
llevara a cabo por la via de los incidentes genéricos (art. 280y ss., LCQ), sin necesidad de aplicar
el sistema de inoponibilidad concursal, pues no encuadra en ninguno de los supuestos previstos
(arts. 118 y 119, LCQ), desde que no se aplica el limite de retroaccién. Son aplicables al caso, las
previsiones procesales del art. 150, LCQ, especialmente lo referido al limite del reintegro hasta la
concurrencia de los acreedores y los gastos de justicia. En caso de que el receso se haya ejercitado
antes de la quiebra, con la correspondiente notificacidn a la sociedad, el socio no podra exigir el
reembolso correspondiente a su participacion social. Entonces, decretada la quiebra e impedido
el ejercicio del receso, los recedentes seguiran con su calidad de socios de la fallida y, en su caso,
podra extendeérseles la quiebra en los términos del art. 160, LCQ (CasTILLo). En cambio, siel rece-
so se ejercid, pero no se efectiviz6 o efectivizado se restituye lo percibido, el socio ya resulta sepa-
rado de la sociedad sin posibilidad de que se llegue a la quiebra refleja, y no readquiere el caracter
de socio, sino que se convierten en acreedores subordinados por el reembolso que no pueden
percibir o que debieron restituir por la quiebra (TONON - ROITMAN). En este caso, la subordina-
cién corresponde respecto de los acreedores sociales, pero no con relacidn a los demas socios
acreedores -salvo por derecho de receso-, a los cuales prevalece (doct. art. 150, LCQ).
mora, pues aquella exigibilidad es lisa y llana, debiéndoseles exigir el cumplimiento del aporte
mis los intereses desde la mora. Véase que los socios, por la falta de integracién de aportes, son
deudores de la sociedad.
Como es una forma de engrosar el activo falencial y la garantia de los acreedores, tiene como
limite, tal integracion, el interés de los acreedores y los gastos del concurso,
En cuanto al referido limite de la integracion se advirtid que puede ocurrir que algunos socios
no lleguen a aportar su saldo, cuando otros aportaron todo lo adeudado y, con ello, se cubrié el
pasivo y los créditos prededucibles, permitiéndose evitar el reparto de las cargas sobre las deudas
sociales, es decir, unos aportan todo y otros solo una parte. En realidad, la cuestién se soluciona
prescribiéndose que los aportes deberan cumplirse proporcionalmente, conforme a las deudas
sociales, o en su caso si se aporta todo, se distribuira el remanente entre los socios o mejor dicho
ala sociedad y sera objeto de la liquidaci6n que se haga de la misma si no existe reconducci6n,
es decir que el socio se comportara como un acreedor subordinado, El verdadero problema se
centra en el hecho de que tinicamente luego de liquidados los bienes y distribuido su producido
podra saberse si ello es suficiente para satisfacer los créditos concursales y prededucibles o deben
integrarse los aportes, salvo que el activo falencial sea manifiestamente insuficiente.
La integracién no debera cumplirse si la quiebra concluye por algtin medio no liquidativo
(vgr., avenimiento) o cuando existiese pago total.
La integracién de aportes sera reclamada por el sindico (art. 182, LCQ) por la via incidental
(art. 280 y ss., LCQ). Debe diferenciarse la accién tipica del art. 182, LCQ, la cual tramitara ante el
juez natural, conforme las normas procesales comunes, de la que surge de los arts. 149 y 150, LCQ,
pues si bien se trata de perseguir la percepcién de un crédito de la fallida, estas se haran ante el
juez del concurso y por incidente (ROITMAN).
Podra el juez, en el incidente, trabar medidas cautelares en forma inmediata para asegurar
el cumplimiento de los aportes siempre que no se trate de socios con responsabilidad ilimitada,
pues en tal caso el tema sera objeto de la quiebra refleja del socio. Tales medidas cautelares (en ge-
neral, embargo preventivo o, subsidiariamente, la inhibicién general de bienes) deberdn trabarse
conforme a las normas procesales locales, por lo que debera acreditarse el peligro en la demora,
aunque no podra exigirsele a la quiebra la prestaci6n de contracautela.
Finalmente se prevé en el ultimo parrafo del art. 150, LCQ, que la quiebra de los socios con
responsabilidad ilimitada no tiene posibilidad de reclamo alguno frente a la sociedad fallida por
lo que a ellos les adeude.
La ratio legis hace que la norma se aplique ya sea que la quiebra del socio preceda a la social,
como en el caso de que sea refleja de la quiebra de la sociedad 0 cuando la quiebra del socio sea
posterior, aunque no por extension, es decir, los casos de responsabilidad ilimitada. En tal senti-
do, el articulo seria aplicable en todos los casos de quiebras simultaneas entre los sujetos. En la
hipotesis especifica, si bien en la quiebra refleja del art. 160, LCQ, se forman masas separadas de
cada uno de los sujetos fallidos, la ley impide la concurrencia de los socios en la masa pasiva de la
sociedad y, por ende, dicho crédito no forma parte de la masa activa de la quiebra de los socios.
Ello, claro, no impide que la sociedad verifique los créditos que tenga contra los socios, en la
quiebra de estos.
3. Sociedad accidental
La norma del art. 151, LCQ, regula la situacion de la sociedad accidental o en participacion, la
cual fue excluida de nuestro ordenamiento juridico a través de la ley de sanci6n del Cédigo Civil
y Comercial (art. 3 inc. b, ley 26.994), regulandose como negocio en participacidn (art. 1448 yss.,
CCC).
En la norma concursal se prevé que la quiebra del socio gestor de una sociedad accidental
o en participacién producia la disolucién de la misma. La inexistencia de personalidad juridica
para este tipo de sociedades, impedia que sea sujeto concursable, pues, no era persona juridi-
ca, ni sujeto de derecho, adquiriendo relevancia inicamente la quiebra del socio gestor, la cual,
disolvia la sociedad. En tal caso los socios ocultos, quedaban postergados en el pasivo falencial
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SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
por los acreedores del socio gestor y los gastos del concurso. Tal subordinacion tenia relevancia
para el reclamo de derechos sobre el activo desapoderado para incorporarse en el pasivo como
acreedores del socio gestor. Ello para los créditos relacionados con la sociedad accidental o en
participacion; en cambio, silas acreencias son a titulo personal, concurrian ala quiebra del socio
gestor a través de la verificaci6n de créditos.
En el régimen actual, tratada la cuestid6n como un negocio en participacion, la situacién, regu-
lada por la norma concursal, se desarrolla de la misma manera en relacidn a la quiebra del gestor
(art. 1449, CCC),
El art. 154, LCQ, regula los efectos de la quiebra sobre el contrato de seguros, el cual no queda
resuelto cuando se trata de danos patrimoniales. El fundamento de la prevision se sienta en la
proteccion de los bienes asegurados que afectados al desapoderamiento benefician al concurso.
La ley no hace referencia al seguro de personas, el cual quedara resuelto (art. 147, LCQ).
Y aunque la ley concursal nada prevea, la ley de seguros, especialmente en el art. 147 de la ley
17.418, dispone que “la quiebra o el concurso civil del asegurado no afecta al contrato de seguro.
Los acreedores solo pueden hacer valer sus acciones sobre el crédito por rescate ejercido por el
fallido 0 concursado o sobre el capital que deba percibir si se produjo el evento previsto’ Es claro
que el concurso no tiene interés en el seguro por lo que no tiene sentido que asuma el contrato.
En la actualidad, la quiebra no extingue el seguro por danios patrimoniales que cubren bienes
desapoderados o en general que preservan la integridad patrimonial y la cobertura contintia. El
fundamento de la previsi6n radicaria en el interés conservatorio de la quiebra de mantener el
seguro por dafos patrimoniales sobre bienes afectados al desapoderamiento, como una forma de
asegurar
la integridad patrimonial. Ello es concordante con el art. 185, LCQ, que autoriza al sindi-
co acontratar el seguro sino existiese. En realidad, no se trata de una continuacién del contrato en
forma forzosa, sino que la ley no lo resuelve ipso iure y otorga la posibilidad, segtin la convenien-
cia de la quiebra, de continuar con la ejecucién del contrato de seguro.
Para continuar con el contrato, el sindico debera abonar las primas adeudadas con mas sus
accesorios por mora, en su caso, y seguir abonando las devengadas luego de la quiebra, graduan-
dose dicho crédito, tanto por el monto preconcursal como por el posconcursal prededucible (art.
240, LCQ). El pago por la quiebra como prededucible de la prima impaga sin importar el origen
temporal del crédito se basa en el principio de indivisibilidad de la prima (HEREDIA), Como con-
secuencia de ello, el contrato de seguro pasa a la quiebra ipso iure desde la sentencia de quiebra
con todos los derechos y las obligaciones que tenia el asegurado. Existe una modificacion de la
titularidad del interés asegurable, pasando del fallido a la quiebra. La norma dispone que sera
nula toda convencidn en contrario, es decir, aquella que impida la continuacién del seguro en
caso de quiebra.
Si el sindico no continua con el contrato, el crédito concursal debera ser verificado y concu-
rrira en la quiebra como quirografario. Lo mismo ocurrira si no se prosigue con el seguro tomado
por el fallido y el sindico contratase uno nuevo. En realidad, la ley debi referirse a la quiebra del
tomador, quien cuando no coincide con el asegurado sera quien abonara la prima. Aunque como
la ley inicamente hace mencion al asegurado, en la quiebra del tomador de un seguro por cuenta
ajena, los derechos del asegurado no seran afectados y aquella Gnicamente tendra a su favor los
derechos patrimoniales contra el asegurado (vgr., reembolso de primas). La aseguradora verifica-
ra su crédito por primas impagas en la quiebra del tomador, aunque también podra reclamarlas
contra el asegurado, pues asi lo prevé el art. 27, parr. 2, ley 17.418, para el caso de que el tomador
haya caido en insolvencia.
VII. ALIMENTOS
Si bien no se esta ante un contrato, asistematicamente, entre los efectos de la quiebra sobre
ellos, se incluye un articulo que regula en parte los efectos falenciales sobre la obligacion alimen-
taria (art. 537 yss., CCC).
Se discute en doctrina si la quiebra es causal de cesacién de la obligacién alimentaria. Quie-
nes se adhieren a la tesis afirmativa entienden que la insolvencia declarada hace cesar la obliga-
cién alimentaria a cargo del fallido, porque desapoderado no puede prestar alimentos hasta que
sea rehabilitado (ARGERI). Sin embargo, y por la negativa, no hay norma que imponga el cese de la
referida obligacién, por lo que subsiste a la quiebra del obligado, aunque los alimentos devenga-
dos luego de la sentencia de quiebra son posconcursales por lo que podran cobrarse de los bienes
exceptuados al desapoderamiento, 0 adquiridos 0 que ingresen al patrimonio del fallido luego de
la rehabilitacion.
En tal sentido el art. 156, LCQ, dispone que tnicamente tiene derecho el alimentado a recla-
mar a través de la verificacién alimentos adeudados por el fallido hasta la sentencia de quiebra,
ERREIUS 453
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
es decir, aquellos que sean concursales. En dicho orden, la prestacio6n alimentaria a que se en-
contrarfa obligado el ahora fallido, si bien no cesa con la quiebra, se ve perjudicado el reclamo de
aquella prestacién por imposibilidad material de suministrar los alimentos. El fundamento radica
en el hecho de que la prestacién de alimentos corresponde a aquel que esta en posibilidades de
brindarla y es claro que el fallido no tiene la capacidad economica para hacerlo, consecuencia
de su insolvencia. Ello, salvo que el fallido procure fondos para hacer frente a dicha obligaci6n a
través del desempenio de empleo, profesién u oficio (art. 104, LCQ), siempre en la proporcién no
afectada al desapoderamiento (arts. 107 y 108, inc. 3, LCQ).
El crédito que se verifica carece de prioridad alguna de pago, no solo no se le otorga alguna
preferencia temporal como el pronto pago, sino que ni siquiera tiene privilegio y se trata de un
crédito quirografario.
Entonces el contrato podra quedar resuelto a peticién del locador o asumido por la quiebra,
segtin lo consideren el sindico y el juez, teniendo los alquileres posfalenciales la preferencia del
art. 240, LCQ. Si se decide la continuaci6n de la explotaci6n en la quiebra se resolvera sobre el
mantenimiento de los contratos locativos, siendo nula toda convencién en contrario (art. 193,
LCQ). Los créditos anteriores a la quiebra deberan verificarse y cobrarse en moneda falencial.
La previsidn legal resulta coherente
No ocurre lo mismo en el caso de que el inmueble sea destinado a vivienda familiar, pues el
inc. 3, para la hip6tesis de quiebra de la persona humana -incluido el socio con responsabilidad
ilimitada- reza que el contrato sera ajeno al concurso y no podran reclamarse en la quiebra los
adeudados pre o posfalenciales. En nuestro medio algunos han tildado la solucion legal como
“poco ortodoxa” y “poco razonable” (Rivera), otros no le encuentran explicacién (GEBHARDT -
MARTORELL) 0 la consideran un “curioso fenédmeno” (ALBERTI).
El fallido locatario debera pedir autorizacién en la quiebra para poder pagar los canones y
sino lo hace el locador in bonis podra demandarle el desalojo. Las deudas anteriores no podran
verificarse, por lo que el locador no podra perseguir su cobro en la quiebra, inicamente podra
ser desinteresado a través de bienes no afectados al desapoderamiento (arts. 103, 104, 107, 108 y
concs., LCQ).
En realidad, la solucién legal importa una excepcién al principio de concursalidad, la cual
termina siendo injusta e incluso inconstitucional (art. 18, CN); en definitiva, una previsién insoli-
ta y sin fundamento. Cabe agregar aqui, como lo destaca ROITMAN, que el tema vino modificado
cuando la quiebra no importa solo la del comerciante, sino que afecta también las relaciones civi-
les (desde la ley 19.551) y ademas la derogacion efectuada por la ley 24.522 del privilegio especial
a favor del locador por arrendamientos vencidos por los tres periodos anteriores al concurso y
operaba como excepcion de la no exigibilidad en la quiebra de los alquileres adeudados. Se trata
de un resabio inaceptable de la antigua quiebra comercial.
Igualmente, siempre quedara vigente la responsabilidad del fiador por incumplimiento del
locatario fallido.
Se complica la solucién legal cuando el destino sea mixto, es decir, cuando el inmueble sea
utilizado en parte como vivienda y en parte como comercial. En tal caso el juez debera decidir el
destino principal del inmueble y su divisibilidad teniendo en cuenta las circunstancias contrac-
tuales. Criterio fundamental de interpretacién contractual para resolver la cuesti6n sera induda-
blemente la voluntad de las partes. Si existiese duda, el contrato o, mejor dicho, las prestaciones
que de él surgen se consideraran indivisibles y se aplicaran las reglas para el inmueble destinado
ala explotacién comercial. Sila locacién fuese divisible se aplicaran las normas segtin sea el caso,
debiendo el juez fijar el valor locativo de la parte destinada a vivienda.
Pareciera que la mas justa solucién hubiese sido que todos los casos sean tratados de igual
manera, con alguna preferencia en la continuaci6én contractual para el caso en que el inmueble
sea destinado ala explotacidn comercial, pero siempre permitiendo al locador concurrir ala quie-
bra por los alquileres impagos.
ERREIUS 455
CAPITULO XxxI
EXTENSION DE QUIEBRA
I, INTRODUCCION
Como parte del espectro de la recomposicién patrimonial, la ley prevé un elemento mas a tal
fin, lamado en principio extensidén de quiebra, el cual hace repercutir la falencia de un sujeto direc-
tamente en otro, que también sera declarado en quiebra. Se aumenta de dicho modo la masa activa
liquidable en resguardo de los intereses de los acreedores de la quiebra principal (GEBHARDT),
Este instituto pretende propagar los efectos de una quiebra principal con bienes insuficientes
hacia el patrimonio de un sujeto relacionado con aquella a fin de paliar la situacion deficitaria de
los acreedores de la fallida principal (ROUILLON). Hay una incorporacién de nuevos patrimonios
para afrontar el pasivo del sujeto titular de la quiebra principal, ya sea en forma directa (extensién
de la quiebra con masa tinica) 0 en forma indirecta con un fondo comun (extensién de la quiebra
con masas separadas).
El sistema funciona adjudicando efectos falenciales a sujetos relacionados con el deudor
principal, pero que en realidad no son deudores de los acreedores de aquel, sino que de alguna
manera se responsabilizan del pasivo de la deudora principal. Incluso puede ser que estos sujetos
no se encuentren en estado de cesacién de pagos, En tal sentido, el regimen que se instaura lleva
a que su interpretaciOn sea restrictiva.
Concretamente se le declarara la quiebra a un sujeto distinto del fallido, ya sea por existencia
de responsabilidad ilimitada o por haberse efectivizado alguna conducta ilicita que importa la
quiebra como sancién teniendo en cuenta la injerencia que tuvo sobre el quebrado principal. El
sentido del instituto tiene cabida inicamente en las quiebras liquidativas y no en otros supuestos
donde no concluyen a través de esa forma, pues no habria responsabilidad de terceros frente a los
acreedores de la sociedad.
Se tutelan los intereses de los acreedores de la quiebra de la sociedad, la quiebra principal se
configura en presupuesto de las quiebras reflejas, pero nunca se extienden o comunican sus efec-
tos. Las diversas formas de extension de quiebra han sido denominadas como sincronicas por un
lado o asincronicas por el otro; las primeras son las que dependen directamente de una quiebra
ya pronunciada y se decretan simultaneamente y las segundas son aquellas cuya declaracion no
se produce con esa inmediatez con la quiebra de la sociedad, sino luego de un juicio de conoci-
miento.
La meta de la extension de la quiebra, es afectar activos al pago de los acreedores de una
quiebra originaria, que no sean (arts. 160y 161, inc. 1 y2, LCQ) -o que no esté claro que sean (art.
161, inc, 3, LCQ)- de propiedad del sujeto de derecho por el cual fue dispuesta dicha quiebra. Y
el método es, en ciertos supuestos estrictamente tipificados por la ley, disponer la quiebra de un
sujeto de derecho distinto de aquel por el cual fue dispuesta la quiebra originaria, debido a que el
estado de cesacion de pagos de esta afecta (art. 160, LCQ) o es reprochable (art. 161, LCQ) a aquel,
y -por regla general (art. 168, LCQ)- afectar el remanente que resulte una vez pagados los acree-
dores de la primera a satisfacer los acreedores insatisfechos de la segunda, o -por excepcion (art.
167, LCQ)- realizar todos los activos y destinarlos al pago de todos acreedores de ambas quiebras
ERREIUS 457
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
como si se tratara de un mismo sujeto de derecho, o -de un modo especial (art. 160, LCQ)- cobrar
los acreedores de la quiebra originaria tanto del producido de los bienes de ella cuanto de los de
la quiebra derivada junto con os acreedores de esta ultima.
La llamada quiebra dependiente o refleja es la prevista en el art. 160, LCQ, e involucra a los
socios con responsabilidad ilimitada. Se trata del supuesto de extension de quiebra que sobrevive
en nuestro derecho desde el primer Codigo de Comercio de 1862. Ello es consecuencia légica de
la necesidad de lograr la efectividad de la responsabilidad ilimitada de los socios frente al pasivo
social (MALAGARRIGA). Es el caso concreto de comunicacién -como !o denominan los espanoles-
de una quiebra principal, asi ocurre con la quiebra social con relacién a sus socios solidarios.
Concretamente se decretara la quiebra en forma automatica de los socios con responsabili-
dad subsidiaria, solidaria e ilimitada por las obligaciones sociales de la fallida, es un acto sincro-
nico, que se produce en forma simultanea o contemporanea con la quiebra de la sociedad. El art.
160, LCQ dispone que la quiebra de la sociedad “importa” -es decir: ocasiona 0 causa-e “implica”
-o sea: lleva consigo o significa- la de sus socios ilimitadamente responsable. La situacion no se
produce a la inversa, es decir que la quiebra de un socio con aquel alcance de responsabilidad no
hace producir la quiebra de la sociedad.
Entonces, se trata de aquel instituto falimentario a través del cual los efectos de la quiebra de
una sociedad -falencia principal declarada, firme y subsistente- se trasladan automaticamente a
los socios con responsabilidad subsidiaria, solidaria e ilimitada por las obligaciones sociales de la
fallida -falencia refleja- que formaren parte de la misma a ese momento o que se hubieran retira-
do o hubieran sido excluidos después de la fecha de inicio del estado de cesacién de pagos -caso
en el que responderan por las deudas sociales anteriores a la inscripcion del retiro en el Registro
Publico-.
1. Presupuesto subjetivo
El presupuesto subjetivo es la existencia en el ambito de la fallida principal de socios que fue-
ran ilimitadamente responsables. Por supuesto que el presupuesto objetivo es la existencia de la
quiebra de la sociedad.
Importante, interesante y arduo ha sido el debate para determinar qué debe entenderse por
socio con responsabilidad ilimitada en el ambito de la extensién de quiebra. El tema también
tuvo importante discusion en el derecho comparado, conclusiones que se extendieron al derecho
local. Ante tal divergencia doctrinaria, la Nota de Elevacién del proyecto elaborado en los afios
noventa por la comisién designada por el Ministerio de Economia explicaba que la extension de
quiebra a los socios solidarios comprende solo los casos en que esta limitaci6n resulte del tipo
social. Cabe recordar que el proyecto que termino en ley en 1995 fue el redactado por intermedio
del Ministerio de Economia, cuyos antecedentes no traen tal prevision y se limité a reproducir la
norma contenida en la ley 19.551.
La primera tesis desarrollada en el ambito local fue lade MAFFIA quien reconoce que la refor-
ma de 1972 ha dejado de ser especifica como lo era Ja ley 11.719 y ya no hace referencia al tipo de
sociedad ni al socio solidario sino tnicamente al socio con responsabilidad ilimitada.
Afirma, que los socios con responsabilidad ilimitada a los que se refiere la ley son aquellos
que ab initio tienen dicha cualidad, nacida voluntaria y contractualmente, conforme al tipo social
elegido, es decir, el socio contractualmente solidario. De la misma manera lo preveia la Ley Cas-
TILLO. Como argumentos que apoyan tal conclusién, deja ver que la Exposicién de Motivos de la
ley 19,551, al referirse a la extensi6n de quiebra, prevé que el sistema es igual al de la ley que se
reformaba, incluyéndose tinicamente el caso del socio recesado; ademas, insiste en el momento
en que se gest6 la ley 19.551, concomitante con la Ley de Sociedades Comerciales que seria la
ley 19.550, en la cual se gestaban otras sociedades con responsabilidad ilimitada las cuales eran
desconocidas por el legislador concursal, por eso no se las menciona expresamente (argumento
hist6rico).
Apoya su tesis, principalmente, en una interpretacidn sistematica y en el hecho de que la ley
concursal, en su texto, cuando se refiere a socios con responsabilidad ilimitada, siempre lo hace
teniendo en cuenta a aquellos solidarios contractualmente conforme al tipo social (arts. 12, 14,
inc. 1, inc. 7, 18, 23, 25, 27, 39, inc. 5, 56, 83, 86, 88, inc. 1, 94, LCQ, entre otros). Sostiene que los
casos de responsabilidad ilimitada por sancion son anémalos y derivados, sin que pueda encon-
trarse en ellos presupuestos y consecuencias comunes que permitan crear una Clase, incluso en
algunos de ellos la responsabilidad ilimitada no es tan ilimitada como la del socio colectivo, Ade-
mas, los socios contractualmente solidarios son los que gobiernan la sociedad y no otros, que
pueden llegar a tener responsabilidad ilimitada a través de una sancion social. Los socios ilimita-
damente responsables conforme al tipo social que resulte del contrato constitutivo son los inicos
que pueden ser conocidos y declararsele la quiebra en forma simultanea con la de la sociedad.
Esta tesis se apoya en el hecho de que la ley concursal, en su texto, cuando se refiere a socios
con responsabilidad ilimitada, siempre lo hace teniendo en cuenta a aquellos que lo son contrac-
tualmente conforme al tipo social (arts. 12, 14 inc. 1 y 7, 18, 23, 25, 27, 39 inc. 5, 56, ap. 2, 83 in fine,
86, parr. 3, 88, inc. 1 y 2, 90, 94y 160, LCQ).
A la tesis restrictiva se la ha desacreditado a través del principio whi lex non distinguit que im-
pide al intérprete hacer distingos cuando la ley no los hace, y Ja ley no hace referencia a los socios
con responsabilidad ilimitada contractual, pues no se los encuadra en ninguno de los supuestos 0
tipos legales, quedando asi un montén de casos de responsabilidad ilimitada excluidos por dicha
postura de la extensién de quiebra sin que ello surja de la ley.
ERREIUS 459
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La correcta hermenéutica, segun las normas legales, lleva a la aplicaci6n de la tesis restrictiva.
Y aella se le debe agregar que desde el punto de vista practico y teniendo en cuenta la respon-
sabilidad patrimonial y el patrimonio como prenda comun del crédito, que los acreedores que
contrataron con la sociedad fallida, tuvieron en miras a los fines de aquella garantia, unicamente
el patrimonio de los socios con responsabilidad ilimitada fue conforme al tipo y el contrato social,
pues asi el conjunto patrimonial, sociedad y socio con responsabilidad ilimitada, respondera por
las deudas sociales impagas.
En cambio, en la mayoria de los casos de ilimitaci6n de responsabilidad por sancion, los
acreedores no conoceran los socios con responsabilidad ilimitada atribuida en dicha forma y su
patrimonio no fue asimilado como integrante de la “prenda” que garantizaba su crédito. Ello, sin
perjuicio de los casos en que se pueda extender la quiebra como sancion, pero este no es el topico.
En tal sentido, en el art. 160, LCQ, se incluye a los socios colectivos (art. 125, LGS), alos socios
comanditados (arts. 134 y 315, LGS) y a los socios capitalistas (art. 141, LGS).
Ademas, como agrega MARTORELL, los casos excluidos del art. 160, LCQ, por la interpretacion
que venimos haciendo, quedaran incluidos en el plexo falencial mediante las acciones de respon-
sabilidad societaria.
Ante tal divergencia doctrinaria, no debe dejarse de mencionar que la Nota de Elevacion del
proyecto elaborado en los afios noventa por la comisi6n designada por el Ministerio de Economia
explicaba que la extensidn de quiebra a los socios solidarios comprende solo los casos en que esta
limitacion resulte del tipo social. Cabe recordar que el proyecto que termin6 en ley en 1995 fue el
redactado por intermedio del Ministerio de Economia, cuyos antecedentes no traen tal previsi6n
y se limit6 a reproducir la norma contenida en la ley 19.551.
En tal sentido deben incluirse, aunque ciertamente no se trataba de un tipo social, sino de
un régimen sancionatorio, a los socios de la sociedad de hecho y los de las sociedades irregulares,
pues ab initio son socios con responsabilidad ilimitada y asi son conocidos por los acreedores
(SC, Buenos Aires, 9/2009, Abeledo Perrot, Buenos Aires).
Como regla general, se extienden los efectos de la quiebra de la sociedad a todos aquellos su-
jetos que revistan la calidad de socio al momento de declaracién falencial de aquella -fallida prin-
cipal- y que respondan ilimitadamente. Pero también la extensién falencial alcanza a los socios
con responsabilidad ilimitada (contractual o no -segtin la postura doctrinaria que se adopte-)
que se hayan retirado o hayan sido excluidos después de la fecha de inicio del estado de cesacién
de pagos, es decir, en el periodo de sospecha del art. 116, parr. 2, LCQ, sin implicancia del limite
de retroaccion del parr. 1 del articulo citado.
La situacién legal incluye los casos de receso (voluntario), la exclusién del socio (sancidn) o el
caso de resolucion parcial del contrato social (nulidad, art. 16, LGS).
La norma se funda en la presuncién de que el retiro del socio obedece a la intencién de sus-
traerse de las responsabilidades sociales
Tales socios responderan por las deudas sociales anteriores a la inscripcion del retiro en el
Registro Publico. Si no constase tal inscripci6n respondera por todo el pasivo social, pues el re-
ceso, exclusion o resolucion parcial deviene inoponible a terceros. La responsabilidad de los ex
socios, cuando existe inscripcion registral, queda limitada a las obligaciones sociales anteriores a
tal toma de razon, lo que sera delimitado en la etapa de verificacion de créditos de la quiebra dela
persona fisica, terminando afectado todo el patrimonio del ex socio al cumplimiento de parte del
pasivo social, es decir, se esta ante una responsabilidad ilimitada parcial.
Teniendo en cuenta que para producirse la extensidn de quiebra en este supuesto debe te-
nerse fijada la fecha de inicio del estado de cesacién de pagos en la quiebra de la sociedad, en el
caso, el decreto de quiebra al ex socio no se producira inmediatamente sino ya pasado un tiempo
considerable desde la quiebra principal.
Se tratara, entonces, de un supuesto de quiebra asincronico, por cuanto no sera posible decre-
tarla en el mismo acto que la de la sociedad atento ala necesidad de contar con la fecha exacta de
cesacién de pagos y la determinacion de los socios retirados 0 excluidos luego de aquel entonces.
ERREIUS 461
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Cabe concluir, que el socio ilimitadamente responsable recedido o excluido de una so-
ciedad declarada en quiebra se liberara de la aplicacién del instituto en andlisis solo en la medida
que tal situacién (receso o exclusi6n) se hubiera producido con anterioridad a la fecha real de
inicio de la cesacién de pagos y, ademas, la misma hubiera cumplido con las exigencias de publi-
cidad acordes con las obligaciones del comercio.
2. Régimen procesal
Primariamente y como ya puede sustraerse de lo expuesto cabe aclarar que los presupuestos
de la quiebra dependiente son la quiebra decretada de una sociedad y la calidad de socio con
responsabilidad ilimitada del sujeto a quien se le extendera la quiebra.
El] ultimo parrafo del art. 160, LCQ, dispone que “cada vez que la ley se refiere al fallido o
deudor, se entiende que la disposicién se aplica también a los socios indicados en este articulo”
Lo expuesto en el parrafo transcripto, deviene innecesario, pues no es imperioso el contenido de
una norma explicativa respecto de la forma en que se ha expresado el legislador, prescribiendo
que siempre que la ley se refiere al fallido, lo hace haciendo referencia a la sociedad 0 al socio
indistintamente.
cio de conocimiento, aunque podria admitirse la defensa del socio solidario contractualmente, a
través de la citacién del art. 84, LCQ, en los casos de quiebra de la sociedad pedida por acreedor,
pues tal traslado correspondera a la sociedad y en todo caso a los socios con responsabilidad ili-
mitada contractual, aunque no a los otros. Para Marri, la vista del art. 84, LCQ, debe corrérsele,
junto con la sociedad, al socio contractualmente responsabilizado ilimitadamente. Sin embargo,
puede ocurrir que, ante la inexistencia procesal del contrato social, no exista posibilidad de que
sean conocidos los socios con responsabilidad ilimitada, por lo que la quiebra de ellos debera ser
decretada al momento de conocerse todos los presupuestos sustanciales para ello, teniendo ya la
quiebra de la sociedad, restara conocer los socios contractualmente solidarios.
El ejercicio del derecho de defensa por parte del socio cuando su quiebra sea decretada si-
multaneamente con la de la sociedad quedara diferido para el momento de la impugnacion de la
misma, pues la inmediatez que se requiere para constituirse la quiebra a los fines de la proteccién
de los patrimonios involucrados impide que ello se vea prolongado en el tiempo.
2.2. Impugnacion
El ejercicio del derecho de defensa por parte del socio cuando su quiebra sea decretada si-
multaneamente con la de la sociedad quedara diferido para el momento de la impugnacion de la
misma, pues la inmediatez que se requiere para constituirse la quiebra a los fines de la proteccién
de los patrimonios involucrados impide que ello se vea prolongado en el tiempo.
La via impugnativa de los socios afectados correra en forma independiente que la que se in-
tente contra la sentencia de quiebra social.
Ello no impide que el socio con responsabilidad ilimitada interponga la reposicion contra la
sentencia de quiebra de la sociedad cuando aquella importa una quiebra forzosa o en el caso de
la voluntaria, cuando dicho socio no presté conformidad. Cualquiera sea la causa por la cual se
deje sin efecto la sentencia de la quiebra social (arts. 90, 94 0 96, LCQ), ello hace cesar la quiebra
dependienie.
Mas alla de la impugnaci6n que se haga contra la quiebra de la sociedad, el socio podra atacar
el presupuesto subjetivo de su quiebra a través de la revocatoria de la sentencia que lo declara
fallido.
Procedera la accion impugnativa de la revocatoria cuando no sea un socio solidario ilimitada-
mente responsable. Cuando la extensidn se haya tramitado a través de los incidentes 0 el juicio de
conocimiento, el socio quedara habilitado para apelar la sentencia (arts. 285 y 278, LCQ).
El socio impugnante no podra alegar que se encuentra in bonis, pues el estado de cesacién
de pagos no es un presupuesto sustancial de su quiebra -si lo es de la de la sociedad-, por lo que
tampoco podra plantear el llamado levantamiento sin tramite del art. 96, LCQ. La insolvencia no
es presupuesto de la quiebra extendida, pero en la concepcion clasica del instituto se sostuvo que
de alguna manera el legislador presume iure et de iure el estado de cesacion de pagos atento que
los socios no han concurrido a evitar la quiebra de la sociedad (SaTTA), porque si en realidad el
socio se encuentra in bonis igualmente no podra evitar su quiebra. La verdad es que la extensién
de quiebra a los socios es una sancién y su presupuesto es la quiebra de la sociedad.
También el socio se encuentra habilitado para convertir su quiebra en concurso preventivo;
no existe 6bice para que coexista la quiebra social y el concurso preventivo de un socio con res-
ponsabilidad ilimitada (art. 90, parr. 2, LCQ).
ERREIUS 463
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Entonces a la masa pasiva social concurriran Unicamente los acreedores de la sociedad y co-
braran el correspondiente dividendo surgido del producido de la liquidacidn de los bienes socia-
les. También los acreedores de la sociedad y los acreedores de los socios concurriran a la masa pa-
siva de la quiebra de su socio deudor, cobrandose en moneda de quiebra sin ninguna preferencia
entre ellos. No habra masa residual 0 remanente, si sobrase activo en la quiebra de algun socio, los
acreedores sociales fueron desinteresados y el remanente se devuelve al socio, y si sobrase en la
quiebra social también sus acreedores fueron desinteresados, con lo cual el remanente via cuota
de liquidaci6n societaria ingresara proporcionalmente a cada uno de los activos de las quiebras
de los socios para el pago de los saldos impagos de los acreedores particulares de ellos. No se
aplica la regla de la responsabilidad subsidiaria y no existe beneficio de excusion para los socios.,
Como se esta ante codeudores solidarios (sociedad y socios) se aplicara lo previsto por el art.
135, LCQ, y dichos acreedores concurriran a cada quiebra por el valor nominal de su crédito hasta
el integro pago. También corresponde aplicar la regla del art. 136, LCQ, que impide la accién entre
los concursos de los coobligados solidarios, salvo silo pagado excede el monto del crédito. No re-
sulta acertado que se permita el derecho de repeticion alos socios en virtud de su responsabilidad
subsidiaria, pues al imponer la ley la extensidn de la quiebra en forma inmediata y simultanea
deja de lado tal subsidiariedad obligacional (Sup. Corte Bs. As., ED 183-38), la cual unicamente
es aplicable en el régimen de la responsabilidad y no de la extensidn de quiebra. En estos casos se
aplica la norma del art. 150, in_ fine, LCQ, por la cual el concurso de los socios no puede reclamar
lo adeudado a estos por la sociedad fallida, por lo que no concurriran en la masa pasiva social
los créditos correspondientes a los socios. Sin embargo, en la masa activa de la sociedad deberan
incluirse los créditos que esta tenga contra los socios por aportes no integrados (art. 150, parr. 1,
LCQ).
1. Evolucién
En el inciso 1 del art. 161 de la LCQ se legisla sobre el supuesto incorporado en 1972 por la ley
19.551 y que consiste en la extension de la quiebra de un sujeto a otro por utilizacién del primero
en interés personal del segundo.
2.1. Antecedente
El supuesto original de la ley 19.551 nace como consecuencia de las doctrinas del disregard of
legal entity anglosajon y de la penetracion de la personalidad de la doctrina alemana, aunque en
la ley la situacion no ha quedado limitada a las sociedadesy al problema del socio oculto.
ERREIUS 465
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Concretamente la doctrina entiende que una sociedad utilizada para violar la ley no sera con-
siderada como tal, se levantard el velo de su personalidad y sus miembros responderan personal-
mente,
Si bien la norma tuvo tal origen, la forma en que quedo redactada no trata un necesario caso
de desestimacién de la personalidad societaria porque en la hipotesis la persona juridica podra
ser real o ficticia. La configuracion del supuesto se da cuando se acttie bajo la apariencia de ac-
tuacidn de la fallida.
Especificamente deben darse las circunstancias del “dueno del negocio” o maitre de laffaire
del derecho francés, también conocida como el “hombre de paja” -prestanombre o testaferro-, es
decir, el uso del sujeto fallido, ya dijimos persona fisica 0 juridica, como cubierta de la actuacién
del beneficiado a quien se le extendera la quiebra, quien podra integrar algun 6rgano de la perso-
na de existencia ideal o ser un tercero. Para ALBERTI es una simulacién subjetiva.
Aello debe sumarsele el hecho de que tal actuacion debera ser realizada en fraude a los acree-
dores, como presupuesto subjetivo, siendo insuficiente la acreditacién del mero perjuicio. La ley
no permite presumir inris tantuwm la defraudacion, debe ser probada por el sindico, Hubiese sido
preferible para la operatividad de la figura y para evitar divergencias interpretativas que la misma
quede configurada, inicamente a través del perjuicio a los acreedores, en forma objetiva e inde-
pendientemente del fraude, lo que ademas de ser de mas facil comprobacion, resulta mas realista
con los fundamentos de la quiebra y la responsabilidad patrimonial de los sujetos involucrados.
El control sera abusivo cuando la posicién dominante de la controlante haga trasladar to-
dos los riesgos de Ja empresa a la controlada dejando a salvo su responsabilidad patrimonial. Sin
embargo, existen diversos tipos de control societario y diversas relaciones de subordinacion. Se
entiende por control al dominio de un sujeto por otro a tal punto de que aquel tiene la potestad de
formar la voluntad social de este bajo cualquier punto de vista, conjugado con el poder de ejecu-
tar esa voluntad, mas sintéticamente como el poder efectivo de direccién de los negocios sociales
ERREIUS 467
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Las distintas formas de control que difieren en su génesis y en sus consecuencias juridicas
pueden distinguirse entre control externo de facto o contractual y control interno, el cual podra ser
de derecho o mayoritario, o de hecho o minoritario. Existe alguna diferencia entre el control so-
cietario regulado por la ley de sociedades, y el control previsto por la ley concursal, pues en la ley
19.550 la controlante siempre es una sociedad y en el sistema concursal podra serlo una 0 varias
personas humanas 0 juridicas, pues la ley no hace distincién alguna.
El control externo de hecho, tiene génesis fuera de los 6rganos sociales, es aquel ejercido so-
bre una sociedad a través de particulares relaciones econémicas 0 contractuales o, tal como lo
establece la normativa societaria, mediante especiales vinculos existentes entre las sociedades,
en el cual la participacion accionaria no juega ningun papel preponderante (cf. art. 33 inc. II, par-
te final LGS). No tiene vinculacién juridica sino mas bien econdmica y se refiere a los contratos
cuyo objeto consiste en la subordinacidn de la actividad empresarial de una sociedad a la de otra,
pero no alos casos de contratos de dominacion donde se conviene el acatamiento de los adminis-
tradores de una sociedad a las directivas impartidas por otra, pues estos tltimos seran de objeto
ilicito (arts. 279, 725 y 1003, CCC). También el control externo puede darse por otro tipo de vincu-
laciones no contractuales que habilitan la direcci6n o el mando en algunas decisiones que debe
tomar el administrador del ente controlado, Estos vinculos especiales a los que hace referencia la
legislacién societaria, deben ser suficientemente efectivos y de hecho generar una dependencia
y sometimiento de manera estable y continuada de una sociedad a las decisiones e instrucciones
de otra.
En cambio, el control interno, se desarrolla en el seno de la sociedad y se da cuando un ac-
cionista o socio, o un grupo de ellos se encuentran en condiciones de formar la voluntad social.
Podra ser de derecho o mayoritario, el manejo de la voluntad social, ya que se cimienta princi-
palmente en el hecho de tener el poder de voto para imponerse en las reuniones sociales 0 asam-
bleas. (art. 33, inc. 1, LGS) y se configura cuando se tiene la mayoria de los votos calculados sobre
la totalidad de los votos posibles segtin la clase de sociedad y su contrato o estatuto; es decir, se
trata de una mayoria absoluta y de derecho, que se computa in abstracto y sobre la totalidad de
los votos posibles. En cambio, el de hecho 0 minoritario se define por la circunstancia de ejercer
una influencia dominante como consecuencia de acciones, cuotas o partes de interés, situaci6n
que implica una dispersidn accionaria que le da prevalencia a la relacién de dominio (art. 33, inc.
II, primera parte, LGS) y es el que se ejerce de hecho por la efectiva concurrencia y votacién en
las asambleas o reuniones de socios en que se adoptan las decisiones, siendo consecuencia de
que el resto del capital esta atomizado en miiltiples socios que no concurren a las mismas, 0 se
abstienen de votar o acuerdan direccionar su voto en uno u otro sentido, por lo que depende de
circunstancias de hecho contingentes.
en virtud del presupuesto de abuso control interno mayoritario de derecho, el apartado a) del
inc. 2° art. 161, LCQ requiere votos necesarios para formar la voluntad social, por lo que serian
exclusivamente aquellos que fatal e inexorablemente, siempre y en toda circunstancia, aseguren
hacerlo con solo proponérselo, Entonces solo el control interno de derecho 0 mayoritario ejercido
abusivamente constituye uno de los requisitos para la extensién falencial. Solo se comunicara la
quiebra de la controlada cuando la controlante formase en abstracto la voluntad social de aque-
lla a través de los votos necesarios en el 6rgano de gobierno, ya sea que lo haga en forma directa
0 a través de otra controlada o juntamente con otras personas para lograr la mayoria necesaria.
El control interno mayoritario puede ejercerlo directamente un socio 0 accionista que posee la
mayoria necesaria por si mismo, lo que se conoce como control directo. Pero también puede ejer-
cerse a través de otra sociedad controlada que posee la participacién necesaria para formar la
voluntad social, siendo la controlante de esta la que también controla a la fallida, lo que seria el
control indirecto. Y también puede darse a través de la sindicacidn de acciones, que es el pacto
entre accionistas por el cual se comprometen a actuar, dentro del seno asambleario, de una deter-
minada manera, conocido como control plural o multiple, al cual también se lo ha denominado
control interno de hecho por alianzas. No existe posibilidad legal de extender la quiebra al con-
trolante interno minoritario, pues la exigencia de “votos necesarios para conformar la voluntad
social” denota concretamente la necesidad de mayoria conforme a las reglas internas sociales y
con posibilidad de ejercicio en cualquier circunstancia de hecho. La conformaci6n de la volun-
tad social por intermedio de un control minoritario se hard a través de votos suficientes, pero no
necesarios. La quiebra no puede extenderse en virtud del presupuesto de abuso control interno
minoritario de hecho, porque no se trata de un controlante, sino de un ejercicio ocasional de con-
trol (RIVERA - ViTOLO).
Luego se exige la desviacién del interés social, entendido este como la actuacién idénea para
cumplir el objeto social, que redundara en una ganancia para la sociedad que luego se traducira
en un provecho proporcional para los socios, por lo que aque! desvio quedara configurado cuan-
do la sociedad controlada se vea impedida de cumplir con su objeto social con repercusién para
los socios. El interés social exige que las decisiones se adopten para fines sociales y en el interés
general de la sociedad observando la causa del contrato social, el objeto social, la buena fe y el
abuso del derecho. Necesariamente tal desvio del interés social debe ser indebido, aunque en
realidad todo desvio del interés social es indebido (arts, 52, 248 y 272, LGS), pues el cumplimiento
del objeto social presupone la realizacién del interés social y el desvio de este importara apartarse
de aquel objeto y, siempre sera indebido.
Luego, se requiere la existencia de una direccioén unificada, lo que importa reconocer la exis-
tencia de un grupo societario, pues si bien tal tipo de unificacién en la direccién no es elemento
necesario del control sf lo es del agrupamiento societario. Desde un punto de vista econdémico se
esta ante “la imposicion, con caracter de permanencia, de las directivas fundamentales en lo que
hace al gobierno de las sociedades controladas, a Ja titularidad por la controlante del capital ma-
yoritario, a la elaboracion de la politica empresarial del grupo, a la asistencia técnicay financiera,
ala autorizacion para utilizar marcas y patentes y todos esos modos de manejo impuestos por la
dominante que Ilevaron a hablar de unidad de empresa con pluralidad subjetiva” (Marria). En
tal sentido, no es necesaria una central burocratica de operaciones siendo suficiente la emisidn de
instrucciones comunes a los administradores de las diversas sociedades que conforman el grupo
(ALBERTI), entonces quedara configurada la direcci6n unificada ya sea a través de la administra-
cién unica o por intermedio de una unidad de decisiones.
Finalmente se requiere que exista un beneficio grupal o suprasocial. Algunos entienden que
ello no es determinante, siendo indiferente quien se beneficia con el desvio del interés social, pues
el mismo por si solo es suficiente para extender la quiebra (ROUILLON — ROITMAN entre otros), sin
embargo, la ley es clara y no privilegia el interés del grupo por sobre el interés individual de cada
componente, asi como tampoco la ley relaciona el estado de cesacién de pagos de la quebrada
principal con las conductas desplegadas por los sujetos controlantes como para que se constitu-
yan en recaudo suficiente para producir la comunicaci6én falencial. Tampoco se exige la produc-
cidn de un dan efectivo, ni fraude a los acreedores. Como puede verse, en ningtin supuesto la ley
requiere que exista relacidn de causalidad entre la insolvencia de la controlada y la actuacion de
la controlante.
ERREIUS 469
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
mente prolija” En realidad, el término “confusién” debe ser aprehendido en un sentido corriente
y no técnicamente juridico.
Debe sustituirse la confusion patrimonial inescindible, visto desde un punto de vista estatico,
por una nocion patrimonialmente mas dinamica y subjetiva, referida a la administracion o ges-
tidn promiscua de los patrimonios, es decir, el manejo de los activos (bienes) y pasivos (deudas).
Todo apuntaria a la gesti6n conjunta de ambos patrimonios a través de un promiscuo manejo
negocial, pero nunca se confundirdan aquellos inescindiblemente, lo que en la realidad importaria
no poder conocer -de facto- quién es el obligado por el pasivo, a quién corresponde el activo y
quién es el beneficiario de la actividad, por la simple razén de que se esté ante una unidad eco-
ndémica. Se trata de supuestos, donde con un mismo patrimonio varias personas actuaban ante
terceros, por lo que los acreedores creian contar con un patrimonio que garantizaba sus créditos,
el cual en realidad estaba compartido (OTAEGuUI).
Pareciera que asi no existe posibilidad de extender la quiebra en el supuesto del art. 161, inc.
3, LCQ, pues no se darian las condiciones facticas para ello, pero, a los fines de darle operatividad
ala norma, y la descripcidn contenida en ella, debe transmutarse el supuesto de extension de la
confusi6n patrimonial a la gestion promiscua de los patrimonios, a fin de evitar asi el fraude a los
acreedores por simulacién patrimonial ilicita (doct. art. 334, CCC). Seria una especie de “unidad
economica’, que denota la idea de patrimonios confundidos en forma inescindible, pero tal con-
fusién no se produce por desconocimiento o indeterminacion de su titularidad sino por la forma
de su gestion, El manejo unitario del patrimonio, desde un punto de vista estrictamente material,
tanto respecto del activo como del pasivo, pudiendo corresponder uno a un sujeto y el otro a otro,
hace que, frente a terceros, tal “unidad econémica” compuesta por mas de un sujeto se comporte
como si fuese un solo patrimonio.
Esta conducta que produce la confusién patrimonial debe ser desarrollada sobre todo el ac-
tivo y pasivo (en realidad, sobre todo el patrimonio) o sobre la mayor parte de este, debiéndose
entender, strictu sensu, que se refiere a mas de la mitad de los activos y pasivos, aunque en una
interpretacion mas amplia debera analizarse cada caso en particular para que la prudente apre-
ciacion judicial determine la efectiva existencia de confusion en la mayoria de los patrimonios in-
volucrados. Un mejor posicionamiento de la figura llevaria a dejar de lado la estrictez de la prime-
ra interpretacion para permitir evaluar las situaciones particulares que pueden promiscuamente
producir confusidn en los patrimonios afectados, entendidos in totwm (activo y pasivo).
La ley concursal, luego de establecer quienes son los sujetos pasivos de este instituto falimenta-
rio (arts. 160 y 161, LCQ) se ocupa de las reglas procesales, regulando lo atinente a la competencia
para entender en la solicitud de extensidny en las eventuales quiebras reflejas (art. 162, LCQ), con-
tinuando con la tematica sobre las cuestiones procesales en el pedido de extension de la quiebra.
1. Competencia
La primera regla procesal impuesta por la ley corresponde ala competencia y se encuentra ex-
presadaen elart. 162, LCQ. La competencia para decidir la extension de la quiebra corresponde al
ERREIUS 471
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
mismo juez que entiende en la quiebra principal, pues es el que previno y el que tiene los elemen-
tos de cognicién necesarios para resolver sobre la existencia de los supuestos legales de extension.
E| tramite de la extensién de quiebra, hasta que no sea declarada, no suspende los concursos
abiertos, salvo la distribucion final si existe una quiebra. Esto Ultimo porque si se produce el pago
en moneda concursal en la falencia en tramite fracasaria la pretension de la extension de la quiebra.
Una vez dictada la sentencia de extension se produce una nueva distribuci6n de competencia
conforme lo normado por el art. 162, LCQ. Se impone el principio de concentracién. Extendida la
quiebra, entendera en todos los procesos falenciales en aplicacion del principio de unidad, el juez
que sea competente, seguin las reglas del art. 3, LCQ, respecto del sujeto que, prima facie, tenga el
activo mas importante.
La solucién legal difiere de la prevista en el art. 67, parr. 1, LCQ, que para el concurso en caso
de agrupamiento determina la competencia del juez seguin el activo mas importante, de acuerdo
con lo que surja del ltimo balance de cada sujeto. La unidad de las quiebras se funda en la po-
sibilidad de vinculacié6n que puede existir entre los fallidos, la eventualidad de que se forme una
masa Unica y la coordinaci6n que debe producirse entre todas las quiebras. Nada facil sera deter-
minar qué se entiende por “activo mas importante” En principio, para determinar la importancia
del activo debe estarse necesariamente a los bienes afectados por el desapoderamiento, pues son
los tinicos que interesan en la quiebra. En tal sentido, seria l6gico suponer como importante -o
como el mas importante- el activo considerando su valor de realizacién (cuantificacién econ6-
mica), estimado prima facie, algo extremadamente dificil para el juez concursal, para que lo haga
sin valuaciones 0 tasaciones, y apremiado por el tiempo que imprime dirimir la competencia del
asunto. De comun, y porque es la tinica forma que lo permite la practica, se determinard el activo
mas importante teniendo en cuenta cuantitativamente la composicidén de dicho activo, es decir
que el que tuviese mas bienes -vgr., registrables- serd el mas importante, siendo asi la tinica so-
lucién prima _facie que se le puede dar a la cuesti6n, pues no corresponde realizar tasaciones, ni
otro tipo de investigaciones.
Y si tal conclusion no pudiese sacarse con los elementos existentes en autos, sera competente,
ante la duda, el juez que previno, es decir, el de la quiebra principal. Hubiese sido preferible que
la regla de la competencia siempre le confiera esta al juez que previno, siendo la solucién mas
practica y mas saludable para todos, especialmente para la celeridad falencial (ROUILLON).
2. Legitimacidén activa
La segunda regla procesal surge del parr. 1 del art. 163, LCQ, y se refiere a la legitimacién acti-
va, es decir, al sujeto titular de la accion de extension de quiebra, La extensi6n de la quiebra podra
ser demandada por el sindico de la quiebra principal o por cualquier acreedor de aquella quiebra,
resultando (quiebra o acreedor) actores de la relacién procesal del juicio de extensién.
El sindico actuara como parte en el proceso. Ejercera la legitimacion perdida por el fallido
principal, produciéndose una sustitucién procesal. No requerira autorizacién de los acreedores.
Aqui se desdibuja el fundamento dado para exigir tal venia para la inoponibilidad concursal, pues
las consecuencias serian las mismas, es decir, cargar la quiebra con las costas por el rechazo de la
demanda, las que seran consideradas como prededucibles (art. 240, LCQ).
El acreedor tiene legitimaci6n originaria sin necesidad de intimar previamente al sindico para
que inicie la acci6n. Quedaran exceptuados los sujetos impedidos por el art. 81, LCQ, para peti-
cionar la quiebra de su deudor (conyuge, ascendientes, descendiente del deudor y cesionarios de
créditos del deudor).
En principio, el acreedor que insta la extension, sin importar la graduaci6n de su acreencia,
debiera ser, no solo concursal sino necesariamente concurrente, verificado o declarado admi-
sible, para tener la legitimacién para ello, pues solamente a partir de su concurrencia podra ser
considerado acreedor. Pero la ley dice “cualquier acreedor” por lo que, si bien, preferiblemente
deberia tratarse de un acreedor incorporado al pasivo concursal, aun sin resolucién firme, 0 uno
declarado inadmisible con revision en tramite en un andlisis integral del sistema, teniendo en
cuenta el plazo para deducir la accion, debiera ser suficiente que se trate de un acreedor insinuan-
3. Caducidad
El parr. 2 del art. 163, LCQ, prevé el momento en que puede demandarse la extensién de quie-
bra y fija un plazo de caducidad para el ejercicio de tal derecho, el cual se contara de diversa ma-
nera segtin el tipo de proceso de que se trate. Tal caducidad fue incorporada por la ley 24.522, pues
bajo la vigencia de la ley 19.551 la mayoria de la doctrina entendia que era de prescripcion, a la
misma conclusién habia llegado la jurisprudencia (C. Nac. Com., sala A, ED 157-306). La deman-
da de extension puede incoarse luego de decretada la quiebra, aunque atin no se encuentre firme,
solo que no podra resolverse la extension hasta que aquella no adquiera firmeza.
El término de la caducidad es de seis meses corridos (art. 6, CCC), el cual en caso de que la
quiebra principal sea directa se contara a partir de la presentacién del informe general (art. 39,
LCQ); en el caso de quiebra indirecta, si la misma proviene de un concurso preventivo donde no
se obtuvieron las mayorias, el término se contara desde el vencimiento del periodo de exclusivi-
dad (art. 43, LCQ) 0 del periodo comun del cramdown (art. 48, LCQ); si la quiebra indirecta fue
consecuencia de la no homologacién del acuerdo o de su incumplimiento o nulidad el plazo se
contara desde el dia siguiente a que quede firme la sentencia de quiebra.
Hubiera sido axiol6gicamente mas coherente y mucho mas simple que en todos los casos de
quiebra indirecta la caducidad para la extensidn de quiebra comience a contarse a partir de la
fecha en que adquiera firmeza la sentencia que decreta dicha quiebra indirecta, pues en el caso
de que no se obtengan las conformidades tal circunstancia no opera constatada ipso facto desde
el vencimiento del plazo para acompanarlas al expediente, ya sea en el tramite del concurso pre-
ventivo o del salvataje, sino adquiere virtualidad a partir de la sentencia de quiebra que declara
la inexistencia de tal recaudo para la existencia del acuerdo. Ademas, la ley no prevé el caso de
quiebra indirecta por no haberse hecho publica la propuesta de acuerdo en forma oportuna, el
caso de condicionamiento del acuerdo de los quirografarios al acuerdo de los privilegiados y este
no retine las mayorias, la falta de inscripcién en el cramdown, la admisién de la impugnaci6én del
acuerdo y la manifestaci6n del deudor de su imposibilidad de cumplir el acuerdo, casos en los
cuales, por analogia (arts. 1 y 2, CCC), la fecha en que la sentencia de quiebra indirecta se encuen-
tra firme, la que debiera unificarse para todas las hipotesis.
ERREIUS 473
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
fallido, actuando el sindico por dicha quiebra. Y mucho peor sera, en caso de que se resuelva por
la extensidén, interrelacionar ambas quiebras, la primeray la segunda.
En cuanto a la intervencién de los fallidos, ya sea el de la quiebra principal o aque! que ya se
encontraba en quiebra y se le pretende extender otra, carecen de legitimacion para participar del
proceso de extension, raz6n por la cual se habilita que lo haga el sindico.
Respecto del fallido de la quiebra principal, su falta de interés se traduce tanto desde el pun-
to de vista de su legitimacién activa como pasiva; tal interés tampoco alcanzaria el eventual re-
manente, pues ello es consecuencia del desapoderamiento y liquidacion de sus bienes, para lo
cual no se encuentra legitimado por el art. 110, LCQ, su legitimacion para ello nace en forma
concomitante con el remanente, no antes. En referencia al sujeto ya fallido que se demanda por
la extension de otra quiebra, la norma del art. 110, parr. 1, LCQ, le impide participar como legiti-
mado pasivo de dicho proceso, pues el mismo incumbe necesariamente a los bienes afectados al
desapoderamiento, habiendo, sin embargo, una excepcion y sera la hipdtesis de que se encuentre
rehabilitado y haya adquirido nuevos bienes donde su legitimacién renacera, pues en virtud de
ellos debera garantizarsele el efectivo derecho de defensa (art. 18, CN).
La segunda parte del parr. | del art. 164, LCQ, dispone que la instancia en el juicio de exten-
sién de quiebra perima a los seis meses, ampliaindose asi, los tres meses previstos en el art. 277,
LCQ. La norma también fue incorporada por la ley 24.522 conforme a la jurisprudencia que se
desarrollo bajo la vigencia del régimen anterior.
Finalmente, el parr. 2 del art. 164, LCQ, autoriza al juez a dictar las medidas precautorias pre-
vistas en el art, 85, LCQ, respecto de los sujetos a los que se les pretende extender la quiebra, bajo
la responsabilidad del concurso, Las medidas seran tendientes a asegurar la integridad del pa-
trimonio y para su traba deben cumplirse los recaudos sustanciales exigidos por las leyes locales
(art. 278, LCQ), es decir, verosimilitud del derecho y peligro en la demora (doct. art. 195, CPCCN).
La medida se despachara sin contracautela, la garantia sera que los eventuales dafios y costas
serdan considerados prededucibles (art. 240, LCQ), por lo que, es suficiente decretar la medida
bajo la responsabilidad de la quiebra para eximirla de contracautela. En caso de que la extensién
haya sido solicitada por un acreedor, la contracautela, asi como la responsabilidad, deberia recaer
sobre este y no sobre la quiebra principal.
El hecho de que existan recursos contra la sentencia que decreta la quiebra principal no es
obice para tramitar la extension de quiebra, pero la sentencia de la extension solo podra dictarse
cuando aquellos fueron desestimados, conforme lo prevé el art. 165, LCQ. Si la quiebra principal
hubiese concluido o hubiese sido convertida en concurso preventivo no existe la posibilidad de
extensién porque han cesado los efectos de la quiebra principal. La sentencia solo puede dictarse
cuando se desestimen los recursos.
5. Coordinacién de procedimientos
La sentencia que admite el pedido de extensién de quiebra no solo pondra fin al proceso con
una sentencia definitiva, sino que ademas dictara la quiebra del sujeto al cual se le ha extendido
la quiebra principal, por lo que ademas debera contener los recaudos del art. 88, LCQ. Como se
trata de una sentencia dictada en juicio ordinario por aplicacién de las reglas procesales locales
(art. 278, LCQ), la misma sera recurrible a través de la apelacién.
Los efectos de la sentencia de extensién estan previstos en el art. 171, LCQ, donde se determi-
na que produce efectos ex nunc, es decir, para el futuro, por lo que se esta ante una sentencia de
quiebra constitutiva del estado de quiebra del sujeto al que se le ha extendido.
Dictada la sentencia de extension de quiebra, existen una o mas quiebras ligadas a la quiebra
principal, las cuales deberan tramitar ante un mismo juez -el del activo mayor o el que previno-,
por lo que es indispensable que se coordinen los procedimientos de las distintas falencias. El parr.
1 del art. 166, LCQ, prevé, en concordancia con el art. 274, LCQ, que el juez al decretar la quiebra
por extension disponga de las medidas que crea necesarias para coordinar los procedimientos de
todas las quiebras. De la ley se desprende que tales medidas deberan ser tomadas al momento de
sentenciar el juicio ordinario y decidir la extensién.
Las medidas referidas deberan ser tomadas por el juez que decidio la extension atento la pre-
mura con que debe proceder a la coordinacién de los procesos falenciales, Y en caso que el juez
que adopte las medidas de coordinacién no resulte el magistrado a cargo de la radicacion definiti-
va de las quiebras, tales disposiciones no causaran estado, siendo susceptibles de ser modificadas
si el ultimo asi lo estima menesterpero dentro de dichas decisiones debera determinar si debe
sostener su competencia y ante la duda debera mantenerla pues es el juez que previno.
La principal medida de coordinacién sera resolver si las quiebras se desarrollaran con masa
unica o masas separadas.
El parr. 2 del art. 166, LCQ, fija una norma legal de coordinacién de estos procesos, disponien-
do que el sindico designado en la quiebra principal interviene en los concursos de las personas a
quienes se les ha extendido aquella. También el juez podra designar una sindicatura plural (varios
sindicos) si la complejidad del tema asi lo requiere (art. 253, ultimo parrafo, LCQ). La dificultad
de mantener la sindicatura de la quiebra principal se produce, si existe un desplazamiento de la
competencia por la regla de competencia del art. 162, parr. 2, LCQ, y las quiebras quedan pro-
rrogadas en su competencia en otra jurisdiccion obligando la previsién legal a un sindico de una
jurisdiccion intervenir en otra. En este caso habra que designarse un nuevo sindico, el cual debera
corresponder a la jurisdiccion del juez que tenga la competencia.
En todas las extensiones de quiebra habra masas separadas, salvo la existencia de confusién
patrimonial inescindible, en el caso de la extension a los socios con responsabilidad ilimitada esa
separacion de masas sera sin masa residual.
La formacioén de masa unica implica que la masa activa quedaraé conformada por todos los
bienes que correspondan a todos los sujetos fallidos y la masa pasiva por todas las deudas de ellos.
Hay pluralidad de quiebras, pero unificacién de activo y pasivo.
Conforme el art. 167, LCQ, se formara masa Unica cuando se extienda la quiebra por la exis-
tencia de confusién patrimonial inescindible (art. 161, inc. 3, LCQ) o cuando se haya extendido
por cualquiera de los otros dos supuestos de extension falencial sanci6n (art. 161, inc. 1 y 2, LCQ)
y luego se haya comprobado que existié confusion patrimonial inescindible.
El fundamento de la solucion legal surge de la Exposicion de Motivos de la ley 22.917 y radica
en el hecho de que es claro que, mediando una imposibilidad factica de atribuir asiento tanto a
los pasivos como a los activos, se impide la delimitacién y distribucion especifica de cada fallido.
ERREIUS 475
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El acreedor de varios fallidos solidarios con identidad de causa podra verificar su crédito en
cada una de las quiebras (art. 135, LCQ), no existiendo accion entre los concursos de los coobliga-
dos solidarios por los dividendos pagados a dicho acreedor, salvo si el monto total pagado excede
el importe del crédito (art. 136, LCQ).
Los créditos entre fallidos seran directamente verificados a través del informe individual del
sindico sin necesidad de insinuacion, por lo que el funcionario debera incluirlos en dicho informe
en forma oficiosa (art. 170, LCQ). El problema que se plantea es la imposibilitar el control multidi-
reccional del deudor y del resto de los acreedores en la etapa verificatoria tempestiva.
Cuando se trate de quiebra extendida a socios ilimitadamente responsables, si existe rema-
nente no se formara una masa residual, porque si hay saldo activo positivo en la quiebra del socio,
como alli concurrieron también los acreedores sociales, no habria saldo insoluto alguno de los
créditos de estos ultimos y, por ende, aquel saldo activo debe entregarse al socio.
En cambio, en los supuestos de extensidn de quiebra sanci6n, se impone un régimen especial
a través del sistema de remanente, por el cual si hay sobrante dinerario en alguna de las masas de
las quiebras extendidas, no se pagan los intereses suspendidos, sino que se forma una masa resi-
dual que es un fondo comun que tendra como unica finalidad atender los créditos no satisfechos
del quebrado principal, porlo que el acreedor insatisfecho en la quiebra principal es el tinico que
puede concurrir al fondo comun, sin privilegios porque no tienen asiento en la masa formada por
el remanente de los fallidos por extensién. Tal situacion, si bien pareciese remoto, puede darse
cuando hubo extension a algun sujeto que se encontrase in bonis y perfectamente con su activo
atendié su pasivo y tuvo remanente. No procede la distribucion por ningtin concepto entre los
acreedores insatisfechos en las masas de los quebrados reflejos, y asi debe interpretarse la refe-
rencia a “créditos” en el ultimo parrafo del art. 168, LCQ porque interpretar lo contrario desvirtua-
ria el sentido de la extensién. Los créditos entre fallidos no participan tampoco del fondo comun
(art. 170, segunda parte, LCQ). Si hubiese remanente del fallido principal se aplicara al pago de
los intereses suspendidos de los acreedores de la quiebra principal (art. 228, parr. 2, LCQ) y nunca
se formara masa residual porque los acreedores de la quiebra principal fueron desinteresados.
El legislador concursal incluye en el art. 169, LCQ una norma de coordinacion de las falencias
para la puntual determinacidn de la fecha de inicio del estado de cesacién de pagos. En el caso de
que las quiebras se desarrollen con masas separadas, se determinara la fecha de inicio del estado
de cesacién de pago de cada una de las falencias independientemente y el perfodo de retroaccién
se computara desde la fecha de cada una de las sentencias de quiebra. Si alguno de los fallidos
reflejos no se encontrase en estado de cesacién de pagos no podra fijarse la fecha de inicio de la
insolvencia por ser inexistente, por lo que no procederan las acciones concursales de recompo-
sicién patrimonial (arts. 118 y 119, LCQ) y de responsabilidad (art. 173, LCQ), aunque si podran
ejercerse las acciones de responsabilidad civiles y societarias, las cuales no se relacionan con la
idea de un sujeto in malis.
ERREIUS 477
CAPITULO XxxII
ACCIONES DE RESPONSABILIDAD
I, INTRODUCCION
En tanto fendémeno econdmico, el estado de cesacion de pagos resulta ser una fuente gene-
radora de danos, por lo que la legislacién concursal procura a través de esta via hacer efectiva la
responsabilidad de quienes, atento a ciertos parametros de atribucion -directa o indirectamen-
te- contribuyeron a agravar la situacién patrimonial del deudor. Por el contrario, la quiebra, por
si misma, no genera responsabilidades por los dafios que produce por la insatisfaccién de los
créditos de los acreedores del fallido.
Si bien no se constata con estas acciones propiamente la recomposicién patrimonial, como
surge de la inoponibilidad, a través de ellas y por intermedio de la correspondiente indemniza-
cién se busca la subsanacién de los danos producidos sobre el patrimonio, que lo llevaron a la
insolvencia. Las sumas que ingresen en concepto de indemnizacion sustituyen los bienes exclui-
dos del patrimonio reconstituyéndolo para mantener, de alguna manera su intangibilidad y como
sostenimiento de la igualdad entre los acreedores.
En este escenario, el ordenamiento concursal organiza un régimen de atribucion de respon-
sabilidad civil para supuestos en los que determinadas personas, humanas 0 juridicas, distintas al
fallido, hubieran contribuido dolosamente a la quiebra de aquel. La responsabilidad de terceros
en la quiebra nace a partir de la realidad de que otros sujetos intervienen en la actividad de la fa-
lida comprometiéndola patrimonialmente y causando la insolvencia misma.
El sistema de responsabilidad de la ley concursal prevé tres acciones, no excluyentes; una di-
rigida a los que ella llama representantes, la que en realidad incluye otros integrantes de 6rganos
sociales o de la estructura funcional de la empresa, otra que alcanza a los terceros propiamente
dichos, es decir, aquellos que no forman parte de la organizacién empresarial interna del fallido y,
finalmente, habilita el ejercicio concursal de las acciones de responsabilidad societarias.
Se esta ante acciones de responsabilidad civil exclusivamente patrimonial. Dichas acciones
se verdn extinguidas si los acreedores del fallido son desinteresados integramente en la quiebra,
ya sea a través de un pago total o por concluirse aquella por cualquier otro modo no liquidadvo5
pues en tales casos no habria daho alguno que deba ser resarcido. Es decir que toda forma con-
clusiva no liquidativa produce la extincion de las acciones por convertir sus efectos en abstractos.
La accion de responsabilidad civil contra representantes, como la designa la ley, esta prevista
en el parr. 1 del art. 173, LCQ, y puede ejercerse tanto en la quiebra de personas humanas como
juridicas.
Este supuesto quedara neutralizado si se les ha extendido la quiebra, pues sus activos estaran
afectados a la quiebra principal, ya sea a través del sistema de masa unica 0 a través de los rema-
nentes (Corte Sup., LL 1990-E-139).
ERREIUS 479
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Legitimacién pasiva
Por legitimados pasivos, ya sean representantes 0 administradores, se incluye a todos aque-
llos sujetos (personas humanas) que forman parte de la actividad patrimonial y empresarial en
el ambito juridico-negocial del fallido ya sea en forma funcional (administrador, miembros del
directorio, socio gerente, etc.), contractual (mandatario, gestor de negocios, etc.) o legal (repre-
sentante, presidente del directorio, etc.) y, en general, aquellos que han tenido poder de dispo-
sicién sobre los bienes del quebrado, incluyéndose, atento que la enunciaci6n no es taxativa, al
interventor y administrador judicial, padres, tutores o curadores que administren el patrimonio
de sus hijos menores o pupilos, gestor de negocios, administradores y representantes sociales, asi
como también administrador de la sucesién, interventor judicial o el fiduciario,
Pero también, deben incluirse entre los legitimados pasivos los administradores de hecho,
pues la ley no distingue entre administradores de iure o de facto y tampoco entre mandato expreso
o tacito, lo que importa no es el cargo efectivo sino los actos realizados por el sujeto. También es
indiferente que los sujetos pasivos de la accion se encuentren o no en funciones al momento de la
quiebra, bastard con que hayan producido las conductas danosas.
En dicho orden no se incluyen aquellos que no participan en la administracion de los bienes
de la fallida (sindicos, miembros del consejo de vigilancia o del organo de fiscalizacion social,
curadores de inhabilitados).
2. Presupuestos
Para configurar el presupuesto de la accién deben darse aquellos necesarios para la viabilidad
de toda accién de responsabilidad civil. En consecuencia debe estarse ante la conducta antijuri-
dica, factor de atribucidn, relacion de causalidad y dafio. Las conductas reprochadas seran anali-
zadas bajo las nociones de autoria en libertad, antijuridicidad como ilicitud material e imputabi-
lidad sobre la base del discernimiento, sin las cuales la responsabilidad seria inexistente.
Dichas conductas, entendidas /ato sensu como de accion y omision, se encuentran descriptas
por la ley. Las conductas reprochadas por la norma se refieren aquellas que tienen como resul-
tado a la insolvencia, por lo que, “producir” importa una actuacion directa tendiente a originar,
ocasionar, causar 0 aportar una condicién sine qua non al resultado dafioso; “facilitar” denota
complicidad y es hacer posible la ejecuci6n de una cosa o la consecucién de un fin, coadyuvar a
generar la insolvencia; “agravar” es extender el resultado danoso, mientras que se entiende por
“permitir” una conducta de omisién, consistente en no impedir lo que se pudo evitar; abandono
de obligaciones legales 0 abandono de tareas, en cuanto a la referencia a “prolongar’; la misma
debe ser incluida dentro de la permisién o de la agravaci6n (RIVERA).
En cuanto al factor de atribucién bajo el ancien régime se discutia si unicamente como fac-
tor subjetivo se preveia el dolo (ROITMAN) o incluso se consideraba la culpa por la infraccidn a
normas inderogables de la ley (ALBERT!). La modificacién introducida por la ley 24.522 lo redujo
al dolo. La reforma, originada en el seno de la Comision del Ministerio de Justicia, se fund en el
hecho de que, si se admitiera la culpa, se revisarfan todos los actos realizados por la fallida desde
al afio anterior al inicio del estado de cesacion de pagos, lo que afectaria gravemente la seguridad
de las transacciones comerciales (ROITMAN). Aunque la falta de introduccién de la culpa como
factor de atribucién de la responsabilidad concursal, termina no solo por comprometer la via-
bilidad de la propia acci6n, sino tornandose irracional porque la responsabilidad del régimen
societario, impone al administrador de una sociedad in bonis, actuar con la lealtad y diligencia de
un buen hombre de negocios (art. 59, LGS), y por lo tanto mas severa que la concursal, cuando las
conductas debiera ser mas gravosa por haber conducido a la quiebra. También en el régimen co-
mun se exige el actuar de buena fe, lo que puede verse quebrantado no solo frente a una conducta
dolosa, sino también por una culposa (arts. 729, 961, 991, 1061 CCC, entre otros). También el art.
160, CCC se refiere a la responsabilidad de los administradores de una persona juridica, atribuible
a titulo de culpa. El dolo debe ser entendido como la conducta desplegada a sabiendas y con la
intencién de dafar la persona 0 los derechos de otro por lo que se configura por la produccién de
un dafio de manera intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos (art. 1724,
CCC). Para GEBHARDT es suficiente el dolo eventual, lo que parece ineludible con la nueva norma
del CCC.
La insolvencia 0 su agravamiento es el resultado dafoso que hace nacer la responsabilidad,
concretamente el dano se produce por |a insatisfaccidn total de los acreedores. Sin dano no hay
responsabilidad (art. 1739, CCC).
La ley no hace referencia alguna a la extensidn del daho resarcible por lo que queda sometido
a las reglas generales de la responsabilidad civil debiendo ser cierto, personal -del acreedor de-
mandante-, subsistente -no debe haberse desinteresado al acreedor-, y del cual resulta la lesi6n a
un interés protegido por la ley -derecho de crédito-. La extensién del resarcimiento tendra como
limite el efectivo dano sufrido, lo que en la practica se representa, en el caso de haber producido la
insolvencia, por el saldo insoluto de la liquidaci6n falencial. En cambio, sila conducta se limit6 a
agravar el estado de cesacién de pagos, la extensién del resarcimiento quedara conformada por el
valor equivalente a la disminucién del activo o al aumento del pasivo producido por aquel actuar
antijuridico.
Asimismo, se exige relacidn de causalidad entre el acto y el dano o los perjuicios causados, es
decir que debe relacionarse con la produccién del estado de cesacién de pagos o con el agrava-
miento de la situaci6n patrimonial del fallido.
1. Legitimacién pasiva
La ley alude a todos los terceros, con lo cual comprende a las personas humanas 0 juridicas
que hayan contribuido al resultado dafioso,
La norma incluye a todos aquellos sujetos que de alguna manera son externos a la empresa,
es decir, distintos al fallido, sus representantes 0 administradores. Externos a la empresa no im-
plica que sean ajenos a la persona juridica por lo que quedaran incluidos los sindicos, integrantes
del consejo de vigilancia o de otros érganos de fiscalizaci6n. También quedardn afectados por la
prevision legal aquellos otorgantes de actos declarados inoponibles, las situaciones de abuso de
control, etc. De la misma manera fueron incluidos el administrador concursal (art. 18, LCQ) y el
coadministrador falencial (art. 182 y ss., LCQ), por actos posteriores al concurso.
2. Presupuestos
Nuevamente se requieren los presupuestos necesarios para la existencia de responsabilidad.
La conducta antijuridica, que podra producirse antes 0 después de la quiebra, sera la reali-
zacion de actos que produzcan disminucioén del activo o exageracion del pasivo, también podra
incluirse el hecho de proporcionar ayuda al deudor para que oculte bienes afectados al desapo-
deramiento para que no puedan ser incautados; se trataria de toda disminucion de la responsabi-
lidad patrimonial del deudor que desencaden6 en Ja insolvencia.
ERREIUS 481
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Aquellos actos podran consistir en actos simulados o actos inoponibles. En definitiva se con-
figura la hipétesis de responsabilidad cuando el tercero a través de sus hechos 0 actos desvie, de
facto o de iure, bienes del patrimonio cesante 0 aumente, también de hecho -exageracion por
deuda inexistente- 0 de iure -exageracidn por deuda irreal-, el pasivo concursal. La nocién de
participacion abarca tanto la autoria como la complicidad y otras cuestiones de menor intensidad
(ROUILLON).
El factor de atribucién subjetivo de nuevo sera exclusivamente el dolo, por lo que no quedaran
alcanzadas las conductas realizadas culposa o negligentemente. Asimismo, como la ley hace refe-
rencia a conductas positivas, es decir “participacién” en “actos’} no serdn reprochables en cuanto
a la responsabilidad de terceros, las omisiones sean culposas o dolosas.
En cuanto al dano resarcible, la norma especificamente lo relaciona directamente con el valor
de los bienes disminuidos del activo, con mas la indemnizacion correspondiente por el efectivo
dano causado por el actuar, y en el caso de que el bien estuviese atin en poder del tercero debera
ser reintegrado. Cuando la conducta fue dirigida a la exageracién del pasivo, el dano sera cuan-
tificado teniendo en cuenta conforme ala cuota concordataria o el dividendo falencial que haya
percibido con mas sus accesorios, los danos efectivos producidos, con mas los gastos y costas
irrogados.
Las acciones se extinguiran por la conclusi6n no liquidativa de la quiebra, pues tal forma con-
clusiva convierte en abstracta la recomposicién patrimonial buscada con el ejercicio de las accio-
nes referidas,
La ley concursal hace mencién a las acciones de responsabilidad contra socios y adminis-
tradores contenidas en la Ley General de Sociedades, no crea nuevas acciones sociales de res-
ponsabilidad, sino que se refiere, con ciertas modificaciones y discutida técnica legislativa, a las
reguladas por la ley 19.550.
Hubiera sido preferible que el legislador remitiese expresamente a los articulos correspon-
dientes a la Ley General de Sociedades que prevén las acciones sociales de responsabilidad. La
ley no se refiere y por lo tanto no incluye a las acciones por cumplimiento de aportes y sus danos
y perjuicios, acciones de reintegro contra los recedentes y sus danos y perjuicios.
En realidad, la Ley General de Sociedades (ley 19.550) regula dichas acciones en la secci6n
correspondiente a los directores de las sociedades anonimas; sin embargo, analogicamente se
aplicardn a todos los tipos sociales.
Tales acciones podran clasificarse en individuales o sociales: las primeras son las que perso-
nalmente podran iniciar los socios, accionistas 0 terceros (art. 279, LGS); las segundas son aque-
llas que corresponden a la sociedad, previa resolucién del érgano de gobierno (art. 276, LGS).
También los socios podran ejercer la accién social cuando la sociedad no ha iniciado la accién
que le compete, dentro de los tres meses contados desde la acci6n asamblearia (art. 277, LGS) o
cuando se hayan opuesto formalmente a la gestidn de los administradores y dicha oposicién im-
porte el cinco por ciento del capital social (art. 276, in fine, LGS).
No deben confundirse las acciones sociales con las concursales del art. 173, parr. 1, LCQ, pues
si bien pueden contener el mismo legitimado pasivo, se diferencian principalmente en las con-
ductas reprochables y en el factor de atribucién.
Relacionando las acciones sociales con la quiebra, el art. 278, LGS, dispone que “en caso de
quiebra de la sociedad, la accidn de responsabilidad puede ser ejercida por el representante del
concurso y, en su defecto, se ejercera por los acreedores individualmente’.
Se trata de acciones tnicamente ejercitables en casos de quiebra de sociedades, no extensi-
bles para quiebra de otras personas juridicas, asi como tampoco para personas humanas. La ley
concursal también permite armonizar el tema con la Ley General de Sociedades, tratando tnica-
mente las acciones sociales de responsabilidad (arts. 276 y 277, LGS), dejando en mano de cada
legitimado las acciones individuales de responsabilidad societaria (art. 279, LGS), siendo ellas
ajenas al concurso.
En el art. 175, parr. 1, LCQ, se dispone que tales acciones tramitaran ante el juez del concurso.
Las mismas lo haran a través de las normas del juicio ordinario, sin embargo, la remisidn del art.
176, LCQ al art. 119, LCQ, permite que las acciones tramiten por via ordinaria o por incidente si
existiese acuerdo entre las partes. En caso de que aquellas acciones se encontrasen en tramite,
seran atrafdas por la quiebra.
1. Legitimacién activa
La legitimacion activa en principio correspondera al sindico.
En el caso de que las acciones se encontrasen en tramite podra el sindico, cuando se trate de
una accion social promovida por algun socio, hacerse parte coadyuvante pero, en caso de que la
accién iniciada la haya ejercido la sociedad, perdiendo la legitimacién procesal por causa de la
quiebra (art. 110, LCQ), el sindico sustituira procesalmente a aquella. El sindico podra optar entre
continuar la accion iniciada o iniciar directamente las acciones de responsabilidad por la quiebra
(art. 175, parr. 2, LCQ).
ERREIUS 483
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Para que el sindico ejerza la accion social de responsabilidad, como la ejercera por la quiebra,
no necesitara autorizacidn del érgano de gobierno como lo prevé la Ley General de Sociedades
para el ejercicio de la accién por la sociedad, pues la inaccién de los socios impediria el ejercicio
de la accién. No puede requerirse la aprobacién de la asamblea para que el sindico inicie la ac-
cién, pues dispuesta la quiebra, los 6rganos sociales pierden legitimaci6én para intervenir por la
sociedad en los términos del art. 110, LCQ; incoar dicha accién importa el reclamo de un crédito
de la sociedad que conformara su masa activa falencial, ya no se trata de una accién en el interés
directo de la sociedad e indirecto de los socios sino en interés directo de los acreedores falenciales.
La remisién que hace el art. 176 en su parr. 3, LCQ, a los arts. 119 y 120, LCQ, iguala las accio-
nes de responsabilidad con la inoponibilidad, por lo que se exige la autorizacion de los acreedores
para el ejercicio de estas acciones por el sindico (ROUILLON).
La Ley General de Sociedades prevé la posibilidad de que los acreedores puedan ejercer la
accién, pero Ja ley concursal, no hace lo propio en relacion a la posibilidad de que los concursales
suplan al sindico en el ejercicio de tales acciones, sin embargo, con la ley 24.522, haciendo una
aplicacion analdgica del art. 120, LCQ, por la remision del art. 176, parr. 3, LCQ, debe estarse por
admitirles legitimacion.
Las acciones individuales que tengan los acreedores y accionistas contra directores 0 sindicos
en los términos del art. 279 LGS, siempre pueden ser continuadas o promovidas por ellos, con
total independencia de la quiebra.
2. Prescripcion
En la actualidad no existiendo norma alguna que determine la prescripcién de las acciones so-
ciales de responsabilidad debe aplicarse el plazo quinquenal general previsto en el art. 2560, CCC.
E] tema result6 arduamente discutido con el régimen anterior al CCC. Para algunos, la ac-
cién social como es consecuencia del contrato social o de operaciones sociales (responsabilidad
contractual) siempre prescribia a los tres afios desde que la promocién de la accién se encuentre
expedita, conforme a la norma especifica del art. 848, inc. 1, CCom. (C. Civ. yCom. Bahia Blanca,
voto Dr. Pliner, DJ 19884-599 - ALEGRIA). Otros, si bien se ajustaban a dicha tesis, entendian que
si la accion la ejercia un socio o tercero prescribia, al tratarse de una responsabilidad aquiliana,
a los dos afios (art. 4037, CCiv.), lo mismo si la ejercia la quiebra pues deviene tercero en relacién
con la sociedad (RorrMaN). En contrario se sostuvo que estas acciones prescribian decenalmente
por tratarse de una cuesti6n netamente mercantil -art. 846, CCom.- (BERGEL - NISSEN). En for-
ma diametralmente opuesta se entendid que siendo una responsabilidad extracontractual debia
aplicarse siempre la prescripcién bianual del art. 4037, CCiv. (MARTORELL). También se entendié
que no correspondia diferenciar y a estas acciones se les debia aplicar el art. 174, LCQ, y la pres-
cripcién bienal para las acciones de responsabilidad concursales (HALPERIN).
En cuanto al comienzo del término prescriptivo debe estarse a lo previsto por la Ley de Socie-
dades debiéndose contar desde cada uno de los hechos 0 actos que legitiman la accién y no desde
la sentencia de quiebra. El plazo de prescripcién de la accién ejercida por la sociedad comenzara
acontarse a partir de la asamblea que decide el ejercicio de la acci6n o desde el momento en que
se realizé o debid llevarse a cabo la asamblea que decidiese al respecto; en cuanto a la ejercida
uti singuli, la prescripcion correra a partir de la asamblea que aprobé la gestién y en la cual hubo
oposicién de los accionistas minoritarios (ALEGRIA). El mismo cémputo prescriptivo corresponde
sila accion fuese ejercida en la quiebra por el sindico 0 los acreedores.
No obstante, deben analizarse los concretos casos para desentranar el plazo prescriptivo y, en
definitiva, el dies a quo para su cOmputo; es que existen situaciones tan particulares que operan
como causas de suspension de facto del plazo.
3. Legitimacién pasiva
La legitimaci6n pasiva de estas acciones les corresponde a los socios con responsabilidad li-
mitada, los administradores, sindicos e integrantes de los 6rganos de fiscalizacién y controlantes
no socios, en general se trata de sujetos que actuaron en nombre de la fallida o de alguna manera
incidieron en su conducta. Como se trata de una accion societaria ejercida por el concurso, serfan
legitimados pasivo tanto aquellos que se desempenaban en la sociedad, antes 0 después del naci-
miento del estado de cesacidn de pagos, pues el presupuesto de la acci6n es la infraccién y el dafio
(ALBERTI). La accion es personal.
El art. 274, parr. 30, LGS, impone la solidaridad en la responsabilidad para los integrantes del
organo de administracién por los actos de este, salvo que se haya dejado constancia de la contra-
posicion al acto colegial, lo que lo eximiria individualmente de responsabilidad.
4, Presupuestos
Para conocer cémo se desarrollan dentro de! ambito de la responsabilidad estas acciones
debe recurrirse a la ley 19.550, Y en ella se advierte que las conductas antijuridicas reprochadas
son varias, siendo las primordiales el mal desempeno en el cargo (arts, 59 y 274, LGS), la violacién
de la ley, estatuto o reglamento (art. 274, LGS), la violacién de la prohibicion de contratar (art.
271, LGS) o la realizacién de actos contrarios al interés social (art. 272, LGS) o en competencia
(art. 273, LGS) por parte de los administradores, abuso de control o de la personalidad juridica
(art. 54, LGS), respecto de los socios el voto positivo de decisiones nulas (art. 254, LGS), también
los integrantes de los 6rganos de fiscalizaci6n por incumplimiento de sus obligaciones de control
(art. 296, LGS), entre otras (vgr., arts. 182, 183, 184, 200, LGS). Tales conductas se corresponden
con factores de atribucién subjetivos, comprendiéndose tanto a la culpa como al dolo.
La culpa seré relacionada con el paradigma comercialista del “buen hombre de negocios”
recogido por la primera parte del art. 59, LGS. Como la obligacién asumida por los integrantes
de los 6rganos sociales es de medio y no de resultado seran responsables por la mera violaci6n
de la ley, el estatuto o el reglamento, pues se trata de una exigencia legal que pone el acento en
el manejo de bienes ajenos donde se exige un deber de fidelidad. El modelo del buen hombre
de negocios para el derecho comercial tiene su correlacién con el “buen padre de familia” del
derecho civil 0 con la teoria del error empresario o del riesgo empresario, lo que ademas debera
ser analizado a través de otros modelos similares que nacen del derecho comparado; ast, habra
culpa grave, por la mera actuacion sin la debida informacion violando el deber de diligencia (duty
ojeare del derecho norteamericano) o quedara constituida aquella culpa grave por continuar con
la actividad empresaria cuando no existan perspectivas razonables de afrontar el pasivo a su ven-
cimiento (wrongful trading del derecho inglés). AisLadamente, en posicién que carece de sustento
legal, se sostuvo que podran incluirse, reconociéndose un factor de atribucién de responsabilidad
objetivo, infracciones por incumplimiento del deber de lealtad y diligencia sin indagar sobre su
intencionalidad dolosa 0 negligencia culposa (ALBERTI).
Estas acciones no daran lugar a la indemnizacion de los dafios causados a los acreedores, sino
que, siendo reguladas por el régimen societario, el dano indemnizable sera el que se ha producido
ala sociedad sin limitacién alguna relacionada con el pasivo concursal, sila indemnizacidn fuese
mayor al pasivo habra saldo que se devolvera a los socios de la sociedad (art. 228, parr. 2, LCQ). Si
existiese dano a los acreedores, debera instarse la accion del art. 173, LCQ.
Finalmente, el art. 176, LCQ, contiene prescripciones de orden procesal que resultan aplica-
bles a las acciones concursales y a las acciones societarias de responsabilidad, es decir que las
previsiones de la norma son aplicables para los arts. 173 y 175, LCQ.
De la misma manera que para la extension de quiebra, la ley habilita expresamente la traba de
medidas cautelares a pedido del sindico y bajo la responsabilidad de la quiebra, cuando sea acre-
ditado con grado de verosimilitud el derecho que se pretende resguardar con ellas (fumus bonis
iuris). A ello debera agregarse la acreditacién del peligro en la demora. La urgencia, el periculum
in mora, es un recaudo insoslayable de la medida, sin ella se pierde el interés en la cautelar, ya que
seria lo mismo cautelar con verosimilitud de derecho que esperar la existencia de la sentencia
ERREIUS 485
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El] nuevo sistema del CCC contempla dos funciones basicas del derecho de dafios, la preven-
cién y la reparaciOn. La nueva codificaci6n toma el rumbo de la corriente que suma a la clasi-
ca funcién resarcitoria del dano producido, la de evitar que el mismo se produzca, o bien la de
hacerlo cesar si ya ha comenzado a generarse, impidiendo en cualquier caso su continuacién o
agravamiento. El nuevo ordenamiento del Derecho Privado impone a todas las personas el “deber
de prevencidn del dafio” (art. 1710, CCC), ya quienes acrediten un interés razonable les concede
accion preventiva para evitar su producci6n o agravamiento (arts. 1711 y 1712, CCC).
E] deber de prevencién se encuentra descripto en el art. 1710, CCC, que impone a “toda perso-
na” los deberes de “evitar causar un dano no justificado” (inc. 1), “adoptar, de buena fe y conforme
a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se produzca un dano, o disminuir
su magnitud” (inc. 2), y “no agravar el dafo, si ya se produjo” (inc. 3). La principal novedad es el
expreso reconocimiento legislativo de la accién preventiva en el art. 1711, CCC que dispone que
“la accién preventiva procede cuando una accion u omisién antijurfdica hace previsible la pro-
duccién de un dafio, su continuacién o agravamiento”
Dentro del concurso principalmente la cuestién viene relacionada con el dajio que la insol-
vencia le causa 0 puede causar a los acreedores y en el ambito societario con el deber de los admi-
nistradores de evitar el estado de cesacion de pagos o su agravamiento.
Cuando la administrada ingresa en el estado de cesacién de pagos, el administrador no puede
continuar su actividad como si nada hubiera pasado, sino que debe modificar sustancialmente
su politica de administracién, debe buscar la reversion de la crisis, y en caso de ser imposible,
mantener la composicion del activo y respetar el trato paritario del pasivo. En caso contrario se
causarian danos, tanto a su administrada, cuanto, a los trabajadores, a los acreedores, a los pro-
veedores, a los clientes y a todos los que se relacionan con ella. Por ello es necesario adoptar las
medidas saneatorias.
En la mayoria de los casos la prevencién o cesacion de la conducta lesiva se muestra como
la via mas eficiente -e incluso como la unica via posible- frente a una eventual e hipotética re-
paracién que, de tan tardia, dificultosa e ineficaz, no podra seriamente predicarsela como tal sin
prescindir de un elemental sentido de realidad.
Y para ello, el juez podra ejercer una tutela inhibitoria, y con ese alcance disponer el cese de
determinadas conductas lesivas del patrimonio social. Para ello, el art. 1713, CCC consigna dos
criterios interpretativos que deben ponderarse, por un lado, el “de menor restriccién posible” y
por otro el “de medio mas id6éneo para asegurar la eficacia en la obtencién de la finalidad” Seria
desde luego impensable que apelando a esta ultima pauta -y en violacién flagrante de la prime-
ra- el juez sustituyera lisa y llanamente a los socios en decisiones de politica empresaria que solo
ellos pueden adoptar.
ERREIUS 487
CAPITULO XXXII
CONTINUACION DELA
EXPLOTACION DE LA EMPRESA
I. INTRODUCCION
Mas alla de los antecedentes legales y principalmente el Primer Congreso Nacional de Dere-
cho Comercial, donde se postulé que en los primeros procedimientos falenciales deberia autori-
zarse la explotacion de los negocios del deudor, si la inmediata clausura de los mismos fuera per-
judicial para los intereses de la masa, existieron a fines de la década del sesenta ideas que daban
cuenta de una aparentemente saludable contraposicion entre la finalidad liquidativa falencial y la
continuacion de la explotacién de la empresa apoyada en la idea de su conservaci6n misma para
mejorar asi su valor de realizacién.
La conservacion de la empresa como principio concursal fue directiva fundamental del le-
gislador que sancion6 la ley 19 .551, lo que se debid al desarrollo del concepto de empresa y su
diferenciaci6n con el empresario.
Si bien tal distinci6n -empresa y empresario- no se plasm6 en la consideracién del presu-
puesto subjetivo concursal, si se lo hizo indirectamente en otros institutos, principalmente, el
de la continuacién de la explotacién de la empresa. En la actualidad, reconocida la inexistencia
de tantas bondades respecto de aquellos principios, excepcionalmente podra continuarse la ex-
plotacién de la empresa fallida para promover la liquidacién de la empresa en marcha y lograr
asi su conservacion. Es la ultima oportunidad de recuperacion de la empresa insolvente, luego
de pasados los estadios preventivos que buscan su conservacién (acuerdo preventivo, salvataje,
conversién de la quiebra, etc.). Tales directivas de pensamiento surgen a partir de la ley francesa
de 1838 y del Codigo de Comercio italiano de 1882, que disponia la continuacién del comercio
del fallido cuando la interrupcién de la actividad perjudicase irreparablemente a los acreedores.
Tales ideas se repitieron en la Legge Fallimentare, las cuales fueron ampliadas en la ley francesa
de 1935 junto con la incorporacion del interés publico y las nociones de empresa socialmente util
y necesaria. Una sustancial diferencia entre los derechos concursales francés e italiano, pues el
primero se desarrolla a través del concepto de empresa y el segundo con la idea de empresario,
siendo este ultimo el seguido por nuestra legislacién.
Con ello, el legislador no solo ha buscado el mantenimiento de bienes productivos dentro de
la economia sino también su preocupacion ha pasado por el mantenimiento de las fuentes de
trabajo y la marca social que tal pérdida conlleva. Por ello, el cierre de una empresa, como unidad
econémica, produce un impacto econdémico-social con afectacién directa al interés publico.
La directriz fundante del instituto de continuacién de la empresa, es la posibilidad de man-
tener la fuente de trabajo, pero no puede desconocerse que el principio de conservacién de la
empresa constituye una directriz central de todo el proceso concursal, que en realidad debe ser
interpretado como la conservacidn de la empresa econdmicamente viable.
ERREIUS 489
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Formas de continuacién
Se mantiene la clasica division entre la Jamada continuacién inmediata (art. 189, LCQ) y la
denominada continuacién ordinaria o comin a todos los procesos (art. 190, LCQ).
La ley prevé dos formas en que se dispondra la continuacidn de la explotaci6n de la empresa,
una, la que luego del tramite legal, es resuelta por el juez previo informe del sindico, siendo ella la
forma ordinaria de aplicacion del instituto y la inmediata, que es la que se produce al momento
ERREIUS 491
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La previsién legal sobre la decision del sindico de continuar en forma inmediata con la explo-
tacion de la empresa en quiebra 0 cuando se haga a pedido de la cooperativa de trabajo, no exclu-
ye que ello sea resuelto por el juez ex officio (MORELLO - GEBHARDT) cuando tuviese a su alcance
elementos que permitan darle conocimiento sobre la viabilidad de la empresa. Principalmente
ello podra suceder en los casos de quiebra directa, donde no existe sindico inmediatamente de
decretada aquellay no haya solicitud de la cooperativa de trabajo, por lo que estara bajo la estricta
responsabilidad del juez proveer o no la continuacién inmediata a fin de paralizar la empresa y
producir los efectos nocivos no deseados por las leyes concursales al incorporar el instituto bajo
sus normas. La ley 19.551 preveia expresamente la posibilidad de que el juez decidiera de oficio
la continuacion de la explotacion de la empresa, disposicion posteriormente derogada en 1995.
Resulta evidente que la continuacién inmediata es una simple modalidad que se introduce en
el esquema del art. 190 y ss., LCQ, articulandose en forma definitiva la explotacion recién con la
resolucion judicial que fija las pautas de la explotacion.
Por mas que se haya decidido la continuacién inmediata, a los fines de coordinar los efectos
de la quiebra, el procedimiento de la continuacion y el tramite falencial, la ley prevé un procedi-
miento que culminara con la decisién judicial de la continuacién o no de la explotacidn. La fina-
lidad primaria es liquidar la empresa en marcha.
Esta segunda modalidad de continuacion de la empresa, conocida bajo el acapite de “tramite
comun a todos los procesos’, esta disciplinada en todas las quiebras, incluidas aquellas en las que
se haya dispuesto la continuacién inmediata. El texto legal autoriza al juez a disponer la conti-
nuacién de la explotacién de la empresa, previo informe sindical donde se emita opinién técnica
sobre la conveniencia de mantener la continuacion de la explotacién en orden a la factibilidad de
enajenar la empresa en marcha.
ERREIUS 493
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La ley, en el parr. 2 del art. 189, LCQ, prevé ciertas normas precisas que se aplicaradn en los
casos en que la empresa, cuya explotacién se decida continuar en la quiebra, sea prestadora de
servicios publicos,
Las politicas que han producido las privatizaciones han hecho que el legislador concursal se
preocupara especialmente respecto de los servicios publicos concesionados a empresas privadas
que en caso de insolvencia pueden transitar un proceso concursal. Es sabido que las caracteristi-
cas de los servicios ptiblicos son la continuidad, es decir que no debe interrumpirse la prestacién,
la regularidad a través de reglas preestablecidas, la uniformidad 0 la igualdad frente a la sociedad
y la generalidad o la posibilidad de uso para todos los habitantes. En el Ambito de la insolvencia se
presenta el problema de la imprescindibilidad, el cual se centra en la realidad de que las presta-
ciones de servicios que carecen de sustituci6n y en la obligacion estatal de prestar dicho servicio
ya sea per se o a través de la delegaci6n privada.
La quiebra de las empresas prestadoras de servicios publicos produce graves prejuicios eco-
ndémico-sociales por lo que su normal funcionamiento debe quedar garantizado por el Estado en
procura de resguardar el interés general comprometido en este tipo de explotaciones.
La continuacion de la explotacién de la empresa prestadora de servicios publicos fallida se
produce como principio o regla general ipso iure y en forma automatica, pues el servicio publi-
co que satisface necesidades publicas determinadas, no puede ser interrumpido. Se privilegia la
continuacion de la actividad prestadora del servicio publico por sobre el interés de los acreedores.
La prevision legal se aplica sin distinciones entre empresas con participacion estatal 0 entera-
mente privadas.
Decidida la continuacion inmediata de la explotacion, lo que resulta imperativo para el juez
conforme al inc. | del art. 189, LCQ, debe ponerse en conocimiento de la autoridad concedente,
ente regulador o aquella que sea competente, el hecho de haberse decretado la quiebra de la
prestadora de un determinado servicio publico. Luego, se decidira previo informe del sindico,
la continuacién o no de Ja explotacién en los términos del art. 190, LCQ. La decisidn sobre la
continuacién también debe ser puesta en conocimiento del concedente, no pudiéndose cesar
la explotacién hasta pasados treinta dias de esta comunicacion. Tal plazo se implementa con la
finalidad de que el ente concedente o regulador pueda tomar las medidas necesarias para proveer
la prestacion del servicio publico, sin que quede suspendido 0 cuanto mucho tal suspensién sea
minima, y lo menos socialmente traumatica posible.
El ente regulador podra asumir la prestacion del servicio o transterirlo a un tercero otorgan-
dole una nueva concesion. La forma en que se regula el tema tiene como objetivo, en cierta for-
ma, descargar la responsabilidad del concurso y transferirla al ente regulador o concedente. Es
razonable que cuando el juez concursal haga cesar la prestacidn del servicio publico por entender
inviable la continuacién de la empresa, tal resolucién sea apelable con efecto devolutivo por el
sindico (art. 191, in fine, LCQ) y por la autoridad concedente o ente regulador, para algunos en
este ultimo caso con efecto suspensivo.
Finalmente se dispone que seran ajenas a la quiebra las resoluciones que tome la autoridad
concedente sobre la empresa cuya explotacion ha sido continuada, sin embargo, no puede negar-
se que la autoridad reguladora podra limitadamente participar en la quiebra para coadyuvar al
mantenimiento del servicio publico (ALBERTI). Esta hipotesis excepcional se habilita para evitar
un danio grave a los acreedores y a la conservacién del patrimonio; por ello, la norma faculta al
juez a tomar todas las medidas que estime pertinente. Va de suyo que el prestador goza del privi-
legio del art. 240, LCQ por las prestaciones posteriores a la continuacidn.
3. Cooperativas de trabajo
En 2002, la ley 25.589 hace un agregado referido a la continuacién de la explotacién de la
empresa fallida por los trabajadores bajo la forma de una cooperativa de trabajo, en respuesta a
una realidad social del pais; ante el retardo en la liquidacién de la empresa, los trabajadores se
organizaban como alternativa para la continuacion.
ERREIUS 495
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
3.1.1. Peticion
Para realizar la solicitud la cooperativa de trabajo -rectius: sus asociados- deben representar
las dos terceras partes del personal en actividad o de los acreedores laborales. La f6rmula contie-
ne idéntica imprecision que la incorporada por la ley 25.589 en el art. 190, LCQ.
Para la viabilidad del pedido deben hacerlo aquellos que representen las dos terceras par-
tes del personal en actividad o de los acreedores laborales. La petici6n de continuar la explota-
cién por la cooperativa debe entenderse que corresponde a los trabajadores en relacion de de-
pendencia, que segun el caso deberan representar la mayoria del personal en actividad o de los
acreedores laborales; carecen de legitimacion para peticionar la continuacién de la empresa los
acreedores laborales ex trabajadores. La norma contiene una textura técnica defectuosa, ya que,
por un lado, habla del personal en actividad, lo que supone continuidad de una relaci6n laboral,
y por el otro, habla de los acreedores laborales, lo que incluye también a todos los trabajadores
que tengan créditos contra la empresa, aun cuando no se mantenga la relaci6n de dependencia.
El nuiimero de peticionantes -trabajadores en relacion de dependencia- debe configurar las dos
terceras partes de ellos, es decir, del personal en actividad, o deben representar la misma mayoria
con relacién a los acreedores laborales. Cualquiera sea la soluci6n que se tome, los fundamentos
de la creaci6én del instituto evan a que el mismo se instrumente con los trabajadores en relaci6n
de dependencia, por lo que la peticién y las mayorias debieron ser consideradas tinicamente te-
niendo en cuenta el personal en actividad. La base del calculo seran entonces los trabajadores en
relacién de dependencia pudiendo ser acreedores 0 no; 0 los acreedores laborales en relacion de
dependencia.
Para ello, los trabajadores deberan necesariamente constituirse en asamblea para decidir so-
bre la constitucién de la cooperativa a los fines de continuar con la explotacién de la empresa falli-
da y alli computar las adhesiones que conformaran la mayoria, las cuales deberan ser presentadas
ante el juez con firmas certificadas, como es costumbre en otros casos concursales (vgr., acuerdo
preventivo, avenimiento, etc.). Para el c6mputo de las mayorias y para evitar corruptelas debera
estarse a los libros o registros oficiales en cuanto a los empleados, ademas de que deberan acre-
ditar su calidad a través del tiltimo recibo de haberes; y a la verificaci6n de créditos para conocer
los acreedores laborales en los casos de quiebra indirecta, cuando la quiebra fuere directa y no se
inicié la etapa verificatoria deberan acreditar verosimilmente su derecho con prueba documen-
tal. En tal sentido no podra ser considerado el personal no registrado o “en negro”
Hay que distinguir la peticion de continuar con la explotacién de la empresa con la constitu-
cién de la cooperativa de trabajo, la cual puede hacerse en el iter de aquella tramitacion, estando
en formacion. Se exige que la cooperativa de trabajo en formacion se regularice en el lapso de 40
dias, término que puede extender por razones no imputables.
ERREIUS 497
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
de trabajo, segun el caso, pueden realizar per se los actos de administracion ordinaria que corres-
pondan a la explotacién de la empresa, entendiéndose que estaran autorizados para ello.
Dicha administracion ordinaria, si bien sera enmarcada en los conceptos derivados del art.
16, LCQ, abarcara, como actividad normal y habitual de una empresa, modificaciones operati-
vas, administrativas, contables y otras similares tendientes al mas efectivo desarrollo de las tareas
necesarias para la explotacion. Para los actos que excedan aquellos actos deberan ser autoriza-
dos judicialmente, cuando se funden en necesidad y urgencia evidentes. También el juez podra
autorizar la constitucion de garantias especiales cuando fuesen indispensables para asegurar la
continuidad de la explotacién. Cuando se pretenda disponer de bienes sujetos a garantias reales
previamente debera desinteresarse al acreedor o sustituirle la garantia, Para tales supuestos debe-
ra corrérsele vista al comité de acreedores (doct. art. 16, in fine, LCQ). La excepcidn la componen
los bienes perecederos, pues por aplicacion del art. 184, LCQ, podran ser vendidos por el sindico
inmediatamente sin necesidad de autorizacion judicial.
Las deudas contraidas por el sindico 0 el coadministrador seran consideradas prededucibles
(art. 240, LCQ). La solucién legal posibilita la contratacién por parte de los administradores de la
explotacién falencial pues sino unicamente lo podrian hacer al contado. En caso de que la quiebra
se extinga tramitandose la continuacién de la explotacion de la empresa, el deudor asumira ipso
iure las obligaciones contraidas en la continuacion, produciéndose asi una extension patrimonial
sin solucién de continuidad. En caso de que la continuadora sea la cooperativa de trabajo esta
no obliga a la quiebra, ubicandosela como un tercero que debe continuar con la explotacidn y,
oportunamente adquirir la empresa, si le fuese posible; y cuando aquella es la titular de la explo-
tacion las obligaciones que contraiga son a su exclusivo cargo y no gozan de la preferencia de los
acreedores del concurso, contrariamente alo que se dispone cuando el sindico es el continuador.
Ademias de ello, la ley prevé ciertas consecuencias que produce la decision de continuar la ex-
plotacién de la empresa fallida para proceder a su enajenacion en marcha sobre ciertas relaciones
juridicas preexistentes.
Respecto del contrato de locacion, en el cual el fallido ha sido locatario y en donde la cosa
alquilada, mueble o inmueble tiene relaci6n directa con la explotacién de la empresa, en neta
modificacién a las reglas impuestas por el art. 157, LCQ, el art. 193, LCQ, dispone que cuando se
decida la continuacién de la explotacién o cuando el sindico exprese -dentro de los treinta dias
de la quiebra- la conveniencia de la venta de los bienes en bloque, los contratos de locacién se
continuaran ejecutando en las condiciones pactadas, respondiendo al concurso, en los términos
del art. 240, LCQ, por los arrendamientos y demas consecuencias posteriores a la quiebra, como
impuestos, servicios y otras cargas que correspondan al locatario, quedando liberado al respecto
el garante originario del contrato, si existiese, salvo que al finalizarse la quiebra no se hubiere
abonado la totalidad de la deuda al locador.
El tercero adquirente de la empresa también podra asumir el contrato de locacién, el cual
no habiendo sido resuelto por la quiebra contintia vigente hasta su vencimiento, salvo que sea
rescindido, Son considerados nulos los pactos que establezcan la resolucién del contrato por la
declaracién de quiebra, por lo que lo normado al respecto sera considerado de orden publico.
Luego el art. 194, LCQ, dispone que, si existiesen cuestiones del locador contra la quiebra,
ellas no impediran la continuacién de la explotacion ni la liquidacion en bloque; ergo deberan
considerarse dichas circunstancias en las bases pertinentes de la venta prevista en el art. 205, LCQ.
Tales previsiones no se refieren a los contratos de locacién en que el fallido sea locador; sin
embargo, en caso de que existan este tipo de contratos y sean indispensables para la explotacién
de la empresa por los ingresos que generen, no se continuaran por aplicacion del art. 193, LCQ,
sino conforme lo previsto por el art. 191, inc. 6, LCQ.
ERREIUS 499
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
los bienes necesarios para la explotacion cuando sus créditos no se hallasen vencidos a la fecha
de la sentencia de quiebra, debiendo el sindico hacerlos efectivos a su vencimiento respetandose
los terminos pactados originariamente, importando ello una excepcion al art. 128, LCQ, que de-
termina la caducidad de los plazos pendientes por causa de la quiebra. No pagados los créditos
oportunamente o dejada sin efecto la continuacién de la explotacion, dichos acreedores podran
ejecutar el bien a través del concurso especial. Son considerados nulos los pactos en contrario.
La hipétesis es de dificil realidad, pues muy rara vez el insolvente podra llegar a la quiebra sin
mora en el cumplimiento de los créditos con garantia real, pues generalmente son los mas impor-
tantes cuantitativamente.
También se suspendera el ejercicio del concurso especial cuando los créditos vencidos al de-
cretarse la quiebra no tuviesen resoluci6n verificatoria firme que le reconozca la garantia real (rec-
tius: el privilegio). La previsién choca con el art. 126, LCQ, el cual contintia permitiendo solicitar la
formacion de concurso especial, sin perjuicio del cumplimiento oportuno de la carga de solicitar
la verificacion del crédito. También, a estos fines, los acreedores pueden prestar conformidad y no
ejercer la ejecucion especial que le otorga la garantia real.
La reforma de 2011 también prevé que por resolucion fundada y a pedido de la cooperativa
de trabajo, en su caso, el juez podra suspender las ejecuciones prendarias y/o hipotecarias por
un término que puede llegar, como maximo los dos afos. Sin justificacién alguna, mas que la de
conservar la fuente de trabajo, que es el espiritu que deja traslucir la ley 26.684, la cooperativa
lograra frenar las ejecuciones de las garantias reales mediante un simple escrito en el que asi lo
solicite. Se esta mas, ante un perjuicio de los acreedores hipotecarios y prendarios, que, ante un
beneficio para las cooperativas de trabajo, sin lograr advertirse, la raz6n de la discriminaci6n para
el supuesto de que la explotacién de la fallida haya sido continuada por el sindico, donde no se
prevé igual solucién. Mayor atin es el sacrificio que se le exige a tales acreedores al no concederle
una preferencia a los intereses que se devenguen durante el lapso que dure la suspension de la
ejecucién, como si lo contempla el art. 24, LCQ, debiéndose conformar con cobrar los mismos
con el limite del producido de la venta del bien asiento de la garantia real y aguardar la eventual
existencia de remanente que haga renacer los intereses suspendidos y participar de dicha distri-
bucién (conf. art. 228, LCQ).
Uno de los temas mas preocupantes en Ja insolvencia es el de los trabajadores y los derechos
laborales, por ello, el legislador concursal y laboral tanto se han preocupado por esta interseccion
de derechos de muy dificil armonizacién. El tema es de aplicacidn en supuestos donde la conti-
nuacion de la explotacion de la empresa no sea realizada por la cooperativa de trabajo. La idea de
continuacion de la explotacion a los fines de conservar la empresa llevaria a mantener las relacio-
nes laborales para que quien adquiera la empresa en marcha asuma los contratos de trabajo de la
fallida, respetandose asi la antigiiedad de la relaci6n de dependencia.
Se evidenciaba, durante la vigencia de la ley 19.551, un grave problema que se presentaba en
las enajenaciones empresariales no fallidas, que se traducia en la renuencia del adquirente de la
empresa de respetarlos contratos laborales y las contingencias que con ellos se tienen, lo que se
ve ampliado en caso de una empresa fallida debido a la falta de informacién al respecto, es decir,
el desconocimiento concreto sobre las relaciones laborales que se le pretende transferir. Por ello,
con la reforma de 1995, la continuaci6n de la empresa respetaba el vinculo laboral pero el mismo
se extinguia cuando la empresa pasaba a manos de un tercero sin que este asumiera responsabi-
lidad alguna al respeto, dandosele asi preeminencia al derecho concursal por sobre el laboral. A
partir de la reforma de la ley 26.684 se vuelve a la solidaridad laboral.
1.1. Suspension
La quiebra produce ipso iure la suspensién del contrato de trabajo por el término de sesenta
dias corridos, vencidos ellos sin que se decida la continuacién de la empresa, el contrato quedara
disuelto a la fecha de la quiebra pudiendo los trabajadores verificar sus créditos. El contrato de
trabajo no se resuelve por quiebra.
La suspension se produce de pleno derecho a partir de la sentencia de quiebra sin necesidad
de notificacién alguna, siendo preeminente la regla concursal por sobre la norma del art. 218,
LCT. La suspension en realidad no se produce solo de pleno derecho, sino que se hace automati-
camente por la sola declaracion de quiebra.
El plazo de suspension de sesenta dias, tiene como objetivo operativizar los pasos necesarios
para decidir sobre la continuacion o no de la empresa (NEGRE DE ALONSO). Los dias se cuentan
corridos porque asi lo dispone la ley, atento no tratarse de un término procesal.
La suspension aludida implica la subsistencia de la relaciédn laboral, siendo una situacién
transitoria donde dejan de cumplirse la prestacion y contraprestaci6n inherentes al contrato de
trabajo y durante este periodo de paralizacion del contrato las partes no pueden denunciar el
contrato por incumplimiento de la contraria.
El fundamento de la norma es mantener al trabajador vinculado a la empresa para el caso de
que se decida sobre la continuaci6n de su explotacién, lo que contiene un resultado disvalioso
porque seguira relacionado a una empresa cuando inexorablemente tal vinculo se extinguira por
la enajenacion a un tercero y si quisiese celebrar un nuevo contrato de trabajo debera renunciar
(Rivera). Ademas, el sentido de la suspension y posterior continuacion del contrato de trabajo
tenia su razon de ser bajo la ley 19.551 cuando aquellos eran respetados y asumidos por el adqui-
rente, pero ahora, con la modificacién de 1995, definitivamente se extinguiran cuando la empresa
sea enajenada.
La suspension del contrato de trabajo por causa de quiebra, no es remunerada por lo que,
durante los sesenta dias corridos, los trabajadores no percibiran salario alguno, renaciendo el de-
recho al sueldo vencido dicho plazo y decidida la continuacion de la explotacién de la empresa.
Si bien esa es la solucién legal concebirse que trabajadores pudiesen seguir ligados condicio-
nalmente a una empresa sin percibir sus salarios, a lo que debe agregarse la dificultosa supervi-
vencia del empleado y su familiar durante el lapso de la suspension sin su sueldo. Habra derecho
a percibir haberes si durante la suspension el trabajador prestare servicios efectivos, pues podra
el juez disponer del personal necesario para el mantenimiento de la actividad en ciertos sectores
empresariales que necesariamente deben conservarse activos a los fines de posibilitar luego la
continuacién de la explotaci6n (ROUILLON). También habra derecho a percibir haberes o mejor
dicho renacerd tal derecho durante el término de la suspensién, si la quiebra resulta concluida
por una forma no liquidativa (v.gr., reposici6n, avenimiento), ello sin perjuicio de que no hayan
trabajado efectivamente durante tal periodo.
1.2. Extincién
Sino se decide sobre la continuacion de la empresa, el contrato quedara disuelto - rectius: re-
suelto- retroactivamente a la fecha de la sentencia de quiebra, conforme surge del parr. 2 del art.
196, LCQ. La resoluci6n se produce como si nunca se hubiera suspendido.
La ley dispone que tal disoluci6n o resolucién del contrato de trabajo se producira ipso iure
luego de vencido el plazo legal de la suspension o al decidirse negativamente sobre la continua-
ERREIUS 501
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
cion de la explotacion, si esta resolucion fuese anterior. Pero a pesar del texto legal, el vencimiento
del plazo legal no produce ningtin efecto ipso iure. La norma determina que vencido el plazo sin
decidirse la continuacion se tiene por disuelto el contrato y si dicha continuacion se decide dentro
del término el contrato se reconduce, sin embargo, nada quita que el juez decida la continuacién
luego de vencido el plazo legal, porque tal resolucidn, conforme los plazos previstos para su dic-
tado, puede ser posterior.
La regla de extincidn es aplicable inicamente a los contratos de trabajo destinados o afecta-
dos ala explotaci6n empresaria y no a aquellos destinados a actividades privadas del fallido.
Extinguido el contrato de trabajo, el trabajador tendra derecho a las indemnizaciones por ex-
tincién del contrato de trabajo, sin culpa del empleado (art. 245, LCT), reducida en la mitad por
producirse tal extinci6n por causa de quiebra considerada no imputable al empleador (art. 247,
LCT). De este modo se mantiene vigente el criterio de supeditar el monto indemnizatorio a la
imputabilidad de la quiebra al empleador. De alli, que, si las causas de la falencia son imputables
al deudor, la indemnizacidn sera plena (art. LCQ). Sila falencia es casual, procedera la indemni-
zacion abreviada que se fija en el termino medio de la anteriory cuyo soporte lo constituye el art.
247, LCQ.
Bajo el ancien régime se producian divergencias jurisprudenciales pues la calificacién de la
quiebra a los fines de la indemnizacidn laboral la practicaban los jueces del fuero laboral produ-
ciéndose divergencias entre ellos, aunque en la mayoria de los casos no se practicaba la reduc-
cion de la indemnizacion, por lo que la ley 24.522 modifica el parr. 2 del art. 251, LCT, que ahora
dispone que tal calificacién sera realizada por el juez de la quiebra al momento de resolver sobre
cada una de las verificaciones de las correspondientes indemnizaciones (art. 36 y cones., LCQ).
Durante la vigencia del originario fuero de atraccion de la ley 24.522 tal decision se realizaba con-
juntamente, es decir, la calificacién de la quiebra y la incorporacién al pasivo falencial del crédito
correspondiente a la indemnizacién. Con la reforma de la ley 26.086, se vuelve en cierta forma al
régimen de verificacién de créditos laborales de la ley 19.551, sentencia en sede laboral y verifica-
cién en sede concursal, por lo que conforme al art. 132, parr. 1, LCQ, y su remision al ine. 2 del art.
21, LCQ, los juicios laborales quedan exceptuados del fuero de atraccidn. Entonces, los jueces de
los tribunales de trabajo resolveran sobre la existencia o no de Ja indemnizacion del art. 245, LCT,
pero sobre su reduccién 0 no, conforme al art. 247, LCQ, tinicamente podra resolverse cuando
aquella sentencia dictada en sede laboral se presente a verificar en la quiebra.
No corresponde indemnizacion sustitutiva del preaviso ni integracion del mes de despido,
La quiebra no es una forma de extincién voluntaria del contrato de trabajo produciéndose por
disposicion legal y no por voluntad del trabajador, por lo que no procede el preaviso (NEGRE DE
ALONSO). Lo cierto es que no habra indemnizaci6n sustitutiva del preaviso cuando el mismo es
materialmente impracticable por causa de quiebra, pues la tempestividad falencial produce la
imposibilidad del empleador de realizar aquel preaviso para exonerarse de la referida indemniza-
cién. Igual solucién es correcta para la integracién del mes de despido (art. 233, LCT) y la impro-
cedencia de la indemnizaci6n al respecto. Debe aplicarse la regla del art. 251, LCT, y determinar
sila quiebra es o no imputable al empleador para resolver sobre la procedencia de tal indemniza-
cién (RIVERA - MARTORELL), a los fines de la indemnizaci6n del art. 245, LCT.
En cambio, si se resuelve dentro de los sesenta dias de producida la suspensién del contrato
de trabajo por la quiebra y antes de que quede resuelto continuar con la explotacion de la empre-
sa fallida, se producira la reconduccidn del contrato de trabajo, asi lo prevé el parr. 3 del art. 196,
LCcQ.
Entonces, si se resuelve continuar con la explotacién de la empresa fallida, dentro de los se-
senta dias de producida la suspensién del contrato de trabajo por la quiebra 0 antes de que se con-
sidere por el trabajador resuelto el contrato, se producira la reconduccién del contrato de trabajo,
asi lo prevé el parr. 3 del art. 196, LCQ. No se reconducen todos los contratos sino aquellos corres-
pondientes a los trabajadores elegidos por el sindico para seguir prestando servicios durante la
2.1. Reconducci6n
Tanto los trabajadores despedidos como aquellos que continuasen con la relacién de depen-
dencia podran presentarse a verificar sus créditos, estos Ultimos seran considerados, a tales fi-
ERREIUS 503
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
nes, como despedidos a la fecha de la quiebra por lo que no incrementara derecho alguno por
el perfodo de continuacién de la explotacién de la empresa. En otras palabras, este trabajador
no incrementa su antigiiedad ni por el periodo de sesenta dias ni por el de diez dias posteriores
a la resoluci6n de continuaci6én de la explotaci6n de la empresa. Ni goza, tampoco, de derecho a
retribucién por ese periodo de diez dias que la ley acuerda al sindico para elegir el personal que
se afectara a la continuaci6n de la explotacién.
Aquellos trabajadores con contratos reconducidos tinicamente tendran créditos por haberes
u otros conceptos adeudados antes de la quiebra, sin que para ellos haya nacido crédito alguno
causado por la extincién del contrato laboral. Tales trabajadores habran tenido un periodo, de
mas 0 menos unos setenta dias corridos, sin que hayan percibido ni que tuviesen derecho a perci-
bir remuneracion alguna, asi como tampoco tendran obligacién de presentarse a trabajar. Dicho
perfodo se compone de los sesenta dias en que qued6 suspendido el contrato de trabajo y los diez
dias con que cuenta el sindico para proceder a la eleccion del personal que continuara.
Luego, reconducido el contrato, percibiran sus haberes, aunque efectivamente no se reanude
la actividad (art. 196, in fine, LCQ) y debera discutirse si las remuneraciones que podran cobrar
son las del periodo suspendido 0 a partir de la llamada reconduccion. La cuestién asi resuelta
puede tener alguna objecion, pues considerando que el mismo contrato continua sin solucién
de continuidad, el trabajador tendra derecho a percibir los sueldos que se devengaron durante el
periodo de suspensi6n, pero la letra de la ley pareciera referirse a los emolumentos posteriores a
la reconduccion, aunque no se efectivicen tareas laborales.
El art. 198, parr. 1, LCQ, determina las reglas a seguir respecto de los contratos de trabajo en
la continuacion de la empresa, previendo que las remuneraciones deberan ser abonadas en los
términos legales y en su caso seran considerados créditos prededucibles del art. 240, LCQ. En este
sentido, tanto los sueldos y demas rubros derivados de la relaci6n laboral, como el incremento
de la indemnizacién que pudiera corresponder, son gastos del juicio de conformidad a la expresa
prevision del art. 240, LCQ.
Como el contrato de trabajo continua en las mismas condiciones que antes de la quiebra se
pagaran las retribuciones de la misma manera que se hacia antes de la quiebra sin que exista con-
venio de crisis ni suspension de las convenciones colectivas de trabajo.
Si ello no ocurriera, es decir no se abonara el salario o se hiciere en forma insuficiente, el tra-
bajador puede colocarse en situacion de despido indirecto.
Entonces a partir de 2011 quien adquiera la empresa continuada en la quiebra solo sera con-
siderado sucesor del concurso con respecto a los derechos de los trabajadores cuyas relaciones
se mantuvieron en el periodo de explotaci6n continuada en la quiebra, Entonces, no sera sucesor
respecto de los créditos concursales, es decir lo adeudado antes de la quiebra. La solidaridad la-
boral no implica la asunci6n del pasivo laboral, por lo que el precepto resulta de justicia palmaria,
pues se limita a los contratos laborales seleccionados para continuar en la explotacién de la em-
presa.
La responsabilidad del comprador de la empresa por las deudas laborales es limitada. Solo
responde por aquellas generadas en la continuaci6n, pues las anteriores se encuentran a cargo de
la quiebra. La reformulacién legal es totalmente razonable. La regla es que el adquirente compra
sin pasivo laboral. En tal sentido, la disposicion del art. 199, LCQ supone que la expresa previsi6n
de inexistencia de sucesidén resulta indispensable para que concurran interesados en la adquisi-
cidn de la empresa.
En conclusién, cuando se trata de trabajadores que se han mantenido durante el periodo de
continuacion de la explotacién, el adquirente debe responder a las partes generales del derecho
laboral y asumir a dichos empleados con todas las responsabilidades correspondientes, ya que
aseguraron el funcionamiento de la empresay no puede predicarse con justicia el actual esquema
de ruptura del principio de solidaridad.
En caso de que la adquirente sea la cooperativa de trabajo debe estarse a la ley 20.337, es decir
al régimen de las cooperativas. Se trata de ese modo de proteger a los asociados de la cooperativa
que han contribuido a sostener la empresa en marcha en el periodo de la continuidad.
En cuanto a los convenios colectivos de trabajo, el parr. 3 del art. 198, LCQ, prevé su extincion
ipso iure respecto del adquirente, sin perjuicio de que ellos sean renegociados.
La norma resulta ajena al derecho concursal siendo propia del derecho del trabajo. Ademas, la
solucion es criticable netamente porque extinguidos los contratos de trabajo para el adquirente,
no existe sujeto en relacién de dependencia a quien aplicarle aquellas convenciones colectivas
(NEGRE DE ALONSO). Sin embargo, continuada la actividad por el adquirente sera necesario que
produzca la renegociacién de dichos convenios colectivos. No hubiera sido desacertado que la ley
previera la posibilidad de presentar, dentro del 4mbito concursal, un convenio de crisis, como lo
preveia para el concurso preventivo la segunda parte del art. 20, derogada por la ley 26.684, el cual
tendria vigencia a partir de la adquisicién de la empresa por un tercero y hasta que se concluya
una nueva convencion colectiva.
La norma es realmente conflictiva y resulta de dificil aplicacién, por cuanto violenta el carac-
ter general que tienen las convenciones colectivas de trabajo. El trabajador se encontrara ante
un contrato nuevo por extincidn del anterior, y ademas se enfrentara a la renegociacion de sus
condiciones de trabajo.
ERREIUS 505
CAPITULO XXXIV
PERIODO INFORMATIVO
I, INTRODUCCION
En las anteriores leyes concursales e incluso en los antiguos cédigos de comercio se llamaba
periodo informativo al que abarcaba la verificaci6n de créditos y la presentacidn del informe ge-
neral por parte del sindico. Tal denominacion se debia al hecho de que en tal etapa procesal se re-
cogia toda la informacion correspondiente a la situacién patrimonial del deudor concursado, tan-
to referida a la faz pasiva (verificacion e informe general) como a la fase activa (informe general).
Nacido el concurso preventivo, tal rubrica se traslado a igual etapa de dicho proceso concur-
sal limitandose en la quiebra a remitir a aquellas normas; aunque originariamente el perfodo
informativo nacia a partir de la publicacion de edictos en la convocatoria de acreedores hasta la
presentacién de la propuesta de concordato, La ley 19.551 dio un giro al respecto y deslindé en
el concurso preventivo la verificacién de créditos del informe general, y dejé la designacién de
periodo informativo para el proceso falencial, donde en un solo articulo remite a aquellas etapas
reguladas para el concurso preventivo. Entonces, el periodo informativo falencial queda com-
prendido por la etapa de verificaci6n, que sera tempestiva y/o incidental, y la presentacion del
informe general sindical.
La ley actual, en el capitulo denominado “Periodo informativo en la quiebra’” no solo regula la
verificacion de créditos y el informe general, sino también la constitucién del comité de controly
la verificacién de créditos por via incidental. Sin embargo, debe tratarse conjuntamente la verifi-
cacién tardia falencial y el pronto pago laboral en la quiebra.
1. Quiebra directa
En los casos de quiebra directa, ya sea voluntaria o forzosa, la ley en una inconcebible regula-
cion contenida en el art. 200, LCQ, transcribe los arts. 32,33 y 34, LCQ, y manda a aplicar los arts.
35, 36, 37, 38, 39 y 40, LCQ, por lo que iguala la verificacién de créditos y la presentacién del infor-
me general -o que denomina periodo informativo- al del concurso preventivo.
La prevision legal se aplica para los casos de extensidn de quiebra, ya sea la de los socios con
responsabilidad ilimitada del art. 160, LCQ, como los casos de quiebra refleja sancion del art. 161,
LCQ, pues todos los casos se comportan procesalmente como si fuesen quiebras directas, sin im-
portar que exista o no concurso anterior.
La buena técnica legislativa indicaria que si el tramite verificatorio y el informe general, es el
mismo en el concurso preventivo que en la quiebra, la ley debiera contener un capitulo comun
ERREIUS 507
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
que trate el tema unificadamente para ambos procesos concursales, para evitar remisiones inne-
cesaria y peligrosas omisiones.
Hay dos importantes omisiones, la del art. 56, LCQ referido a la verificacidn tardia y el art. 41,
LCQ que contiene las observaciones al informe general. Hay que reconocer que la omisi6n mas
patente es la de la verificacion tardia (art. 56, LCQ), pero en la actualidad luego de las reformas
asistematicas soportadas por la ley 24.522, se omiten también, las remisiones a la verificacion
de titulos emitidos en serie (art. 32 bis, segtin ley 25.589) y la posibilidad de los trabajadores no
acreedores participen en la etapa tempestiva de verificacién (art. 34, Ultimo parrafo, LCQ, segun
ley 26.684, no reproducido en el art. 200 LCQ). Normas todas aplicables a la quiebra, por analogia
(art. 2, CCC).
Entonces, el juez en la sentencia de quiebra debera determinarse el cronograma del periodo
informativo incluyendo la etapa verificatoria y la fecha de presentaci6n del informe general. En-
tonces debera fijar la fecha hasta la cual se presentaran los acreedores a verificar tempestivamen-
te ante el sindico, la fecha para la presentacion de los informes individuales y la correspondiente
al informe general.
La verificacién tempestiva en estos supuestos donde se fija un periodo informativo, en caso de
quiebra directa comprende a todos los acreedores concursales, es decir aquellos de causa 0 titulo
anterior ala sentencia de quiebra.
2. Quiebra indirecta
solucion legal para el caso de incumplimiento del! acuerdo sera el hecho de que homologado el
acuerdo se ha generado nuevo pasivo y ademas han variado las relaciones crediticias originales
por la novacién concursal que incluye a los acreedores no concurrentes,
Se distingue claramente el mecanismo de insinuacién concursal de los acreedores posterio-
res ala demanda de concurso preventivo en el caso de quiebra indirectay la incorporacion en la
quiebra indirecta de los acreedores anteriores a la demanda de concurso preventivo ya declara-
dos verificados 0 admisibles.
En los casos de quiebra indirecta donde el juez no fije un plazo para concurrir tempestiva-
mente a la oficina del sindico, la verificacion correspondera solo a los acreedores posteriores a la
presentacién concursal preventiva y anteriores a la quiebra, por via incidental -y aquellos que ve-
rificaron sus créditos en el concurso preventivo seran recalculados por el sindico (art. 202, LCQ)-.
En estos casos no habra presentacion de un nuevo informe general por el sindico, sino que tnica-
mente se tendra el presentado en el concurso preventivo.
La diferencia fundamental radica respecto de los acreedores posteriores ala demanda de con-
curso preventivo, los cuales en el primer caso tendran una etapa de verificacién tempestiva y en el
segundo lo haran por via incidental.
Como la ley no determina un plazo tempestivo para producir la verificacién por via incidental,
no existe la categoria de acreedores tardios, razén por la cual la verificacién en la quiebra indirec-
ta que hagan los acreedores posteriores a la demanda de concurso preventivo por esta via, sera, en
principio, sin costas. No se trata del supuesto de aquellos acreedores anteriores a la presentaci6n
en concurso preventivo que no incoaron verificacién en él, los cuales, en todos los supuestos de
quiebra indirecta, deberan iniciar el tramite incidental de la verificacidn tardia, con costas a su
cargo, siempre que no se haya producido la prescripcién de su crédito -art. 56, LCQ- (GEBHARDT).
Todos los acreedores incorporados al pasivo concursal en el concurso preventivo, sea que lo
hayan hecho en la verificaciédn tempestiva o en la eventual, quedan sometidos a este sistema de
recalculo de sus créditos, sin necesidad de reiterar la peticion.
El recalculo de dichos créditos implica que el sindico los considerara cuantitativamente al
momento de la sentencia de quiebra, considerando las pautas tenidas en cuenta enla verificacion
resuelta con autoridad de cosa juzgada. Deberan considera entonces los intereses devengados
desde la demanda de concurso preventivo hasta la sentencia de quiebra, especialmente la nova-
ERREIUS 509
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
ci6n concursal producida, en su caso, si hubo homologacion del acuerdo y el cumplimiento del
mismo, y los intereses devengados desde el vencimiento de cada cuota concordataria incumplida.
La resolucion que recaiga sobre el recalculo de créditos deviene apelable, pues es el unico
remedio pertinente para ello, debiéndose excepcionarse del principio del inc. 3 del art. 273, LCQ.
La ley 19.551 preveia, para el caso de quiebra indirecta, dos normas que fueron derogadas en
1995: una que estipulaba que los acreedores posteriores al concurso preventivo que verifiquen
sus acreencias en la quiebra indirecta podian impugnar los créditos incorporados en el concurso
preventivo, y otra que los equiparaba a los terceros en cuanto a la determinaci6n de la fecha inicial
del estado de cesacién de pagos.
En la actualidad, los acreedores que se incorporen en la quiebra indirecta deberan respetar
la cosa juzgada recaida en la verificacién de créditos del concurso preventivo (doct. art. 37, LCQ),
aunque dicha cosa juzgada podra modificarse, cuando se supere su limite subjetivo, cuando se
haga lugar a una pretension de inoponibilidad concursal que modificaria una acreencia 0 su pri-
vilegio (arts. 118, 119 yss., LCQ) o también podra atacarse a través de la accién aut6noma de nuli-
dad por cosa juzgada irrita o fraudulenta. No hay posibilidad concreta para atacar la cosa juzgada,
si la intension del legislador hubiera sido permitir el control reciproco entre los acreedores de la
misma manera que se hace en la etapa tempestiva de verificacion, directamente hubiera determi-
nado un nuevo periodo informativo para este supuesto también.
Sin embargo, en las verificaciones incidentales, de la misma manera que en los incidentes de
la etapa eventual de verificacion, debe admitirse que los demas acreedores se hagan parte en di-
cho incidente en resguardo del control multidireccional de los acreedores 0 principio de concur-
salidad. De ese modo, cualquier acreedor concursal concurrente puede intervenir como tercero
interesado, aplicandose las normas del art. 90 y cones., CPCCN.
Respecto de la fecha de inicio del estado de cesacién de pagos, se comportaran igualmente
como terceros respecto de la resolucion que la fije si no pudieron presentar observaciones en la
oportunidad del art. 40, LCQ, por lo que ella sera una mera presunci6n iuris tantum que podra ser
destruida a través de la prueba en contrario.
La prescripcién abreviada concursal prevista en el art. 56, LCQ, en principio, no resulta apli-
cable en la quiebra, pues ella es exclusiva del concurso preventivoy atento la naturaleza extintiva
de la prescripcién se impide su aplicacion analdgica.
Sin embargo, se encuentran dos excepciones, una la quiebra indirecta por incumplimiento
del acuerdo homologado y la otra en Ja quiebra directa dictada estando pendiente el cumplimien-
to de un acuerdo homologads. En dichos casos, sila prescripci6n concursal se ha operado dentro
del concurso preventivo con acuerdo homologado, sin declaracién judicial, fracasado el concur-
so por quiebra indirecta o por quiebra directa posterior, tiene virtualidad en la quiebra aquella
prescripcién, porque la accién prescripta no renace y se declara su extincién cuando es ejercida.
En el resto de los casos de quiebra indirecta solo puede oponerse aquella prescripcién decla-
rada por sentencia recaida en autoridad de cosa juzgada en el concurso preventivo, sin importar
la forma en que este culmine. Y aunque que en la quiebra no se aplique la prescripcién concursal
abreviada los créditos quedan sometidos alas normas comunes que rige prescripcion de la accién
individual.
Otra forma de incorporacioén al pasivo concursal en la quiebra es la del pronto pago previsto
en el parr. 2 del art. 183, LCQ, o también llamado pago inmediato, Es una forma de proteccién de
los créditos laborales sino idéntica, muy similar a la prevista para el concurso preventivo.
La norma remite expresamente al art. 16, parr. 2, LCQ, pero tal remisi6n queda limitada al pro-
cedimiento del pronto pago, sin alcanzar la limitacién de los créditos que tienen pronto pago en
el concurso preventivo, ni ala forma de hacerlo efectivo, pues ello se encuentra especificamente
previsto en la norma correspondiente a la quiebra. Tal preferencia temporal en el cobro podra
ejercerse inmediatamente después de decretada la quiebra y antes de producida la clausura del
procedimiento o la conclusién de la quiebra.
La presentacion del informe final y proyecto de distribuci6n implica la conclusi6n del periodo
durante el cual se encuentra vigente el pronto pago falencial porque se pierde la prioridad tempo-
ral que permite el cobro antes de la distribucion final.
4,2. Tramite
De la misma manera que en el concurso preventivo, el pronto pago tiene dos etapas, una re-
ferida a la incorporacidn concursal del crédito y otra al efectivo pago del mismo. El incidente
de pronto pago servird para incorporar el crédito al pasivo concursal, pero nada excluye que se
solicite el pago inmediato de un crédito ya verificado en la etapa tempestiva 0 a través de algun
incidente de verificacion.
La ley prevé que en la quiebra los créditos reconocidos por pronto pago se atiendan con los
primeros fondos que se recauden en la falencia y especialmente para los créditos con privilegio
ERREIUS 511
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
especial con el producido de los bienes asiento de tales privilegios. Reconocido el crédito e in-
corporado concursalmente si existiesen fondos se pagara inmediatamente al acreedor laboral,
debiendo el sindico tener especialmente en cuenta los acreedores de igual rango y aquellos pre-
ferentes y, en todo caso si los fondos fuesen insuficientes, los de igual categoria seran pagadas a
prorrata.
El acreedor laboral podra solicitar el pago de su crédito, en caso de tener privilegio especial,
con el producido de la liquidacién de los bienes sobre los cuales recae la preferencia o que se le
abone con los primeros fondos que se recauden, aunque no sean de la liquidacion de tales bienes.
No habra inconveniente con ello, porque el crédito laboral con privilegio especial que no se cubre
con el bien asiento del privilegio pasa a ser crédito con privilegio general, por lo que el acree-
dor puede comportarse como acreedor con privilegio especial o con privilegio general. Como
los acreedores laborales con privilegio especial carecen de la posibilidad de concurso especial,
no podran instar la liquidacion de los bienes asiento de su privilegio sino aguardar a que sean
liquidados por el sindico, sin perjuicio de solicitarle al funcionario la venta de tales bienes en la
quiebra a los fines del pago de su crédito.
Cuando el acreedor laboral tinicamente tuviese privilegio general podra pedir el pago de su
crédito con los primeros fondos que ingresen a la quiebra. Si tales fondos son consecuencia de la
liquidacion de bienes sobre los que recaen privilegios especiales, deberan reservarse las sumas
necesarias para el pago de tales acreedores preferentes.
A los fines de las reservas necesarias para afrontar el pronto pago en la quiebra, el sindico de-
bera presentar un proyecto de distribucién ad hoc desarrollado a través de una contabilidad por
origenes de fondo, para poder determinar los fondos que debe reservar para los acreedores pre-
ferentes, Se tendran en cuenta los créditos prededucibles y los privilegiados de rango superior. La
prevision legal no admite reservas para créditos de igual rango, solo para preferentes, por lo que
no habra que afectar fondos para otros créditos laborales no insinuados 0 que no hayan solicitado
el pronto pago, asi como tampoco debera considerarse el limite de extension de los privilegios ge-
nerales del art. 247, LCQ. Ello no impide que los créditos de igual jerarquia (laborales con derecho
a pronto pago) insinuados al pasivo concursal, ya sea que se encuentren resueltos o pendientes
de resolucion, sean prorrateados en el proyecto de distribucion ad hoc. El juez al ordenar el pron-
to pago podra exigir fianza previa para atender los acreedores preferentes o de igual rango, para
no convertir asi al instituto en un superprivilegio y evitar que se cobre mas de lo que legalmente
corresponda.
ERREIUS 513
CAPITULO XXXV
LIQUIDACION Y DISTRIBUCION
I, INTRODUCCION
La quiebra como proceso de ejecucién colectiva tiende a la liquidacién del activo que compo-
ne el patrimonio in malis, por lo que el proceso de liquidacion se convierte en uno de los aspectos
mas importantes de la falencia. Es el desencadenamiento o culminacion del desapoderamiento, a
los fines de distribuir el producido entre los acreedores.
En esta etapa se conjugan diversos elementos que a simple vista pueden resultar contrapues-
tos, como la celeridad y la optimizacion de resultados, lo que hace que la mayoria de las veces el
tema se complique sobremanera en la practica. Los bienes no dinerarios que componen el activo
falencial deben ser convertidos en dinero -liquidacién- a los fines de que con su producido se co-
bren los acreedores concursales en la proporcion que le corresponda a cada uno -distribucién-.
El sistema patrimonial concursal, tiene fases sustanciales y otras practicas o formales, clara-
mente la liquidaci6n y la distribucion, se encuentran en estas ultimas, yendo concatenadas a los
fines de que los acreedores concursales puedan cobrar sus créditos. Se trata de la transformacién
del patrimonio o mas precisamente los bienes desapoderados que lo componen, en dinero distri-
buible entre los acreedores concursales.
II. LIQUIDACION
La etapa liquidativa y en general la quiebra estara regida por las directrices sentadas por el
principio de conservacién de la empresa, por el cual primero debera evaluarse la posibilidad de
continuar la explotacién para la venta de la empresa en marcha; el principio de discrecionalidad
judicial, por el que el juez sera quien decida la forma de liquidaci6én; el principio de publicidad, el
que indica que la enajenacién debe hacerse primordialmente en forma publicay con la suficiente
exteriorizacion; el principio de celeridad, que impone que la liquidacidn se haga lo mas rapido
posible y, finalmente y en relacion especifica a la forma de enajenacién, aunque sumamente re-
lativizado con la ley 26.684, debera aplicarse el principio de prevalencia del mayor precio, salvo el
caso de cooperativa de trabajo.
Liquidar es convertir en dinero un bien no dinerario. Los bienes no dinerarios que componen
el activo falencial deben ser convertidos en dinero -liquidacion- a los fines de que con su produ-
cido se cobren los acreedores concursales en la proporcién que le corresponda a cada uno -dis-
tribucién-. La liquidacion falencial importa la venta de los bienes que componen el activo a fin de
distribuir el producido en moneda de quiebra a todos los acreedores. Es decir que de lo obtenido
en la liquidacién cada acreedor cobrara conforme a las reglas de dividendo.
ERREIUS 515
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
1. Oportunidad
A los fines de aumentar los resultados de la liquidacién y no solo ello sino el resultado de la
propia quiebra, esto es el cobro por parte de los acreedores de la mayor parte de sus créditos en la
forma mas rapida posible, la reforma de 1995 ha dado preeminencia a la celeridad de esta etapa
de proceso.
Ello se debié ala necesidad de ponerle coto a las interminables liquidaciones que se llevaban
a cabo bajo la ley 19.551 que con el afan de obtener mayores precios se retrasaba la liquidaci6n
dando en definitiva magros resultados reales para los acreedores. Tal error de interpretacion y el
fracaso del ancien régime sobre el punto se debid al hecho de que en la realidad los bienes no son
pagados en la quiebra conforme lo que crea el juez y el sindico que valen, sino lo que realmente
alguien esté dispuesto a pagar por ellos, por lo que se propone la liquidacién inmediata para favo-
recer el cobro de los acreedores, aunque realmente el exiguo plazo impuesto por la ley, calificado
de ilimitadamente ingenuo, no tendra eficacia practica alguna.
1.1. Inmediatez
El art. 203, LCQ, dispone la liquidacién inmediata de los bienes. Se fundamenta la prevision
legal en el hecho de que se ha derogado el acuerdo resolutorio que era el instituto que impedia,
en algunos casos, que los bienes se liquidaran no bien se decretaba la quiebra. Y se busca a par-
tir de la celeridad la proteccion de los derechos de los acreedores, y el cobro de los créditos en
la proporcidn que le corresponde, conforme el dividendo concursal, lo mas rapido posible. La
inmediatez impone rapidez y eficacia, aunque su aplicabilidad practica hace que ello sea mucho
mas dogmatico que real.
En concordancia con el art. 203, LCQ, el art. 88, inc. 9, LCQ, dispone que la misma sentencia
de quiebra deba contener la orden de liquidacidn de los bienes y la designaci6n de quien estard a
cargo de ello, lo que, en realidad, no se hace en la practica. Si bien la sentencia de quiebra podra
ordenar en forma genérica la realizacion de los bienes, ella no podra hacerse efectiva hasta que no
se conozcan los bienes que componen el activo y el sindico recabe la informacién y documenta-
cion necesaria para llevar a cabo tal liquidacién. No habria inconveniente en que la sentencia de
quiebra ordene la desinsaculacién del enajenador, tarea que en la mayortfa de los casos es llevada
a cabo por un martillero, En realidad, la inmediatez a que hace referencia la ley no es respecto de
la liquidacién en si misma sino de la realizacién de los actos procesales preparatorios de aquella.
Aun frente a estas excepciones a la rapidez liquidativa, los bienes perecederos, los que estén
sometidos a una grave disminucion de precio y los bienes que sean de conservacién dispendiosa,
se liquidan en forma inmediata (art. 184, LCQ).
Tal celeridad en la liquidaci6n impone, en principio, el estricto cumplimento del art. 273, inc.
3, LCQ, por lo que las resoluciones referidas a la enajenacién del activo falencial seran inapela-
bles, Aunque, la liquidacién falencial no se realizara de inmediato cuando se hubiere interpuesto
recurso de reposicion contra la sentencia de quiebra o haya sido admitida por el juez la conver-
sién de la quiebra en concurso preventivo o cuando se haya continuado la explotacién de la em-
presa. Y si bien la ley no lo expresa en el art. 203, LCQ, la misma solucién debe aplicarse para el
caso de que exista un recurso de apelaci6n pendiente contra la sentencia que decreta una quiebra
indirecta, pues tal recurso se concede con efecto devolutivo relativo, es decir que suspende o im-
pide que se inicie la liquidacion (doct. arts. 51,61 y 63, LCQ). Igual consecuencia, es decir, impedir
el inicio de la realizacién de los bienes, debe aplicarse para el caso de que exista un recurso de
apelacion concedido contra la sentencia que decreta una quiebra por extension.
La fijacién de un plazo para la liquidaci6n compromete el éxito de la misma, por las diversida-
des de naturaleza, destino e importancia de los bienes involucrados (CaAsTILLo). Y ello no implica
que dilatada injustificadamente la liquidaci6n pueda dar lugar a sanciones para sus responsables.
La norma deviene inoperante porque los tramites preparativos de la liquidacién (informes,
antecedentes —art. 576, CPCCN-, tasacion, publicidad, etc.), insumiran el exiguo plazo fijado an-
tes de que puedan enajenarse los bienes, Si existiese algun problema dominial con los bienes y
se complican los tramites previos seguramente que ni siquiera los pasos preparatorios podran ser
cumplidos antes del término fijado por el legislador.
En el caso del art. 205, LCQ los plazos varian y la real enajenacion de los bienes en tal supuesto
podra demandar un término mayor, con la expresa autorizacién legal, por lo que la adjudicacion
o una segunda licitaci6n podran quedar fuera de aquel término. Y cuando se hubiese decidido la
continuacion de la explotacién de la empresa no se aplicaré la inmediatez en la liquidaci6n y se
estara al plazo previsto para dicha continuacion, conforme el] art. 191, inc. 2, LCQ.
Cualquiera de los sujetos involucrados en la liquidaci6n que no observare los plazos fijados
seran sancionados conforme corresponda, tratandose del sindico o el enajenador podran ser re-
movidos y en caso del juez su actuacion podra ser reputada como causal de mal desempeno del
cargo. La realidad muestra, ademas de lo ilusorio de los plazos, que tales sanciones nunca son
impuestas por improcedencia factica de cumplimiento del término legal, no habra sancion 0 res-
ponsabilidad, cuando el deber legal impuesto excede la posibilidad factica del sujeto, lo produjo
el desuetudo de la norma. Cuando no se aprecie negligencia o incuria en la actuacidn de los fun-
cionarios destinada a la liquidacién de los bienes, no cabe aplicar la sancién de remocién, aunque
no se hayan cumplido los plazos legales.
2. Sujetos
En la liquidacion de los bienes desapoderados quedan involucrados tres sujetos componen-
tes del oficio concursal, uno el juez, otro el sindico y finalmente, como auxiliar de la justicia, el
enajenador. También debe en esta etapa considerarse la actuacion del comité de control.
En la liquidacion de los bienes desapoderados quedan involucrados tres sujetos componen-
tes del oficio concursal, uno el juez, otro el sindico y finalmente, como auxiliar de la justicia, el
enajenador.
Como la propiedad de los bienes sigue en cabeza del fallido, él sera considerado vendedor y
los adquirentes seran sus sucesores singulares, Pero como la venta se lleva a cabo a través de actos
de ejecucion forzada, pues es consecuencia de la ejecucidn falencial, tal liquidaci6on es realizada
por el juez, o mas precisamente es ordenada a través de una resolucion judicial. La ejecucidn for-
zada importara un negocio civil realizado a través de un acto procesal.
El juez como director del proceso es quien decide la oportunidad de la liquidacién y es res-
ponsable de su eficacia. Sera quien determine la forma mas conveniente de practicarse la liquida-
cidn de los bienes, especialmente en la determinacién del procedimiento a seguirse.
En rigor de verdad, la tesis procesalista respecto de la naturaleza juridica de la subasta judicial!
sostiene que quien vende los bienes embargados es el juez en virtud del ejercicio de un poder
auténomo instado por el pedido de venta que formula el ejecutante en la etapa de cumplimiento
de la sentencia de remate, se trata de un acto procesal cuyo contenido consiste en el contrato de
compraventa que se configura al aceptar el martillero (auxiliar del juez) la oferta formulada por el
mejor postor supeditado a la aprobacién de la subasta (Sup. Corte Bs. As., AyS 1988-1-300). Como
consecuencia de ello, el comprador, en principio, no puede responsabilizar al vendedor por los
vicios redhibitorios u ocultos de la cosa vendida (art. 1051, CCC) asi como tampoco respecto dela
eviccion (art. 1044, CCC), lo que quedara reducido a la restitucién del precio. La documentacién
pertinente para producir la transferencia de bienes cuando la ley exige cierta forma sera suscripta
por el juez o por el sindico si en él delega tal actividad, como en realidad se realiza en la practica.
El sindico, por efecto del desapoderamiento, participara de la liquidacion de los bienes, lo que
importa que debera proveer lo necesario para que ella se lleve a cabo, promoviendo la designa-
cion del enajenador, incorporando los elementos necesarios para producir la realizacion de los
ERREIUS 517
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
3. Formas
Las diversas maneras en que puede desarrollarse la hacienda del fallido y los diversos com-
ponentes que puede tener la fase activa del patrimonio llevan a la ley a prever diversas maneras
o modos de llevar a cabo la liquidacion falencial con el objetivo de un mejor producido. En los
inicios de la quiebra como ejecucién forzada la liquidacion de los bienes del cessatus se hacia
unicamente a través de la venta singular en ptiblico remate.
Sea cual fuese la forma de liquidacion lo que se produce es una ejecucién forzada judicial, lo
que impone que el vendedor (fallido por intermedio del juez) no responde por vicios redhibito-
rios u ocultos ni por eviccion.
El art. 204, LCQ, dispone que la realizacién de los bienes podra hacerse a través de diversos
procedimientos, incluso combinados entre si, pero llevaran un orden de preferencia, debiéndose
primero estimarse la enajenacion de la empresa como unidad, en segundo término, la enajena-
cidn de los bienes en conjunto cuando integren un establecimiento del fallido y finalmente la
venta singular, En caso de que se haya decidido la continuacion de la explotacién de la empre-
sa, como ella sera liquidada en marcha, la realizaci6n sera de la empresa como unidad, pero tal
forma de enajenaci6n no es exclusiva de tal hipotesis, sino que el juez podra ordenarla en otras
situaciones, aunque no se haya producido la continuacién de la explotacion.
La norma no es imperativa por lo que fundadamente el juez podra dejar de lado el orden pre-
ferente fijado por la ley, lo que en la practica generalmente se hace sin fundamento alguno 0 con
aquel implicito en la mejor operatividad de la liquidacién. La ley impone una prioridad en la ena-
jenacion, pero la misma es flexible, dejando la necesaria discrecionalidad a la decisién judicial.
3.1.2. Licitacién
La licitacién no es la forma exclusiva de la liquidacién de la empresa, sino la preferente para
ley.
Cuando se decida esta forma de enajenacion, el sindico con la colaboracién del enajenador,
si se hubiere designado, debera confeccionar el pliego de condiciones, el cual en definitiva debe-
ra ser aprobado por el juez, en resoluci6n fundada, dictada dentro de los veinte dias de su pre-
sentacion, para lo cual podra requerir el asesoramiento de especialistas (bancos de inversion,
consultoras u otras con calificaciones técnicas al respecto). Existe en la regulacion legal una con-
traposicion de asesoramiento que va en desmedro de los costos de la liquidacién, asi pareciera
innecesario que el juez solicite asesoramiento extra, cuando ya tiene el del sindico y el del enaje-
nador, funcionarios que se suponen dotados de conocimientos sobre la enajenacion,
El pliego que se constituye en un reglamento de la liquidacion, debe contener la base del
precio, las modalidades del acto, descripcién sucinta de los bienes y las demas cuestiones que
fuesen de interés (inc. 4), Los términos de la licitaci6n quedan fijados en el pliego y no pueden ser
modificados ulteriormente, luego del acto, porque variaria las condiciones tenidas en cuenta por
los oferentes.
ERREIUS 519
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
La enajenacion debera ser publicitada por edictos por el término de dos dias en el Boletin
Oficialy en otro diario de gran circulacién de la jurisdicci6n donde se va a llevar a cabo la liquida-
cion, Cuando la importancia de lo que se va a enajenar lo requiera, el juez podra ordenar publici-
dad adicional para lograr una mayor cantidad de oferentes, incluso podra hacerlo en el extranjero,
Los edictos deben indicar sucintamente ubicacién y destino del establecimiento, base de venta
y demas condiciones de venta. Ademas, deben expresar el plazo en que se puedan acompanar
ofertas en sobre cerrado conforme al art. 212, parr. 2, LCQ, y el dia y la hora de su apertura (inc. 5).
La mejor publicidad hace a los mejores resultados de la licitacidn publica, cuanto mas importante
sean los bienes involucrados mayor debe ser la publicidad, para lograr la mayor eficacia.
3.1.2.1. BASE DE LA LICITACION
La enajenacion debe ser hecha, en primera instancia, con base. En cuanto a la base propuesta,
la misma no puede ser inferior a la tasacidn y en todo caso debera incrementarse segtin los valores
de los créditos de los bienes gravados; asimismo, podran incluirse los créditos pendientes de rea-
lizacién, lo que hard que se incremente prudencialmente la base (inc. 4). La tasaci6n se constituye
en el piso minimo del precio, por lo que la base puede ser superior a la tasacién, seguin lo decida el
juez con los elementos recabados, también considerando los créditos privilegiados que la haran
incrementar.
En tal sentido el art. 206, LCQ, dispone que, ante la existencia de acreedores con privilegio
especial, la preferencia se hace efectiva sobre el precio obtenido, por lo que el mismo no podra ser
inferior a dichos créditos. Entonces la base del precio no puede ser inferior tampoco a la suma de
los créditos con privilegio especial involucrados, porque al precio obtenido se traslada el ejercicio
de dichos derechos, produciéndose la subrogaci6én real a que se refiere el art. 245, LCQ (Rour-
LLON).
Alos fines de determinar la referida base, el sindico debera informar la tasacién de los bienes
incluidos en la enajenaci6n que estén sometidos a derechos reales de garantia y aquellos afecta-
dos a otros privilegios especiales y también debe incluir especialmente -en planilla especial dice
la ley- el valor de los créditos privilegiados.
El sindico debera presentar un informe sobre la participacién que tienen los bienes asiento
de privilegios especiales sobre el valor probable de realizacion de la empresa o establecimiento
en condiciones de mercado 0 sobre el precio obtenido (art. 206, parr. 2, LCQ). La aprobacién del
informe se hara previa tramitacién de un incidente aut6nomo que regula la norma. De dicho
informe se correra vista a los interesados por cinco dias, quienes podran observar o impugnar el
informe del sindico, con la posibilidad de ofrecer la prueba que crean conveniente (documental,
informativa, pericial) a fin de acreditar el valor de los bienes asiento del privilegio especial. Luego
el juez resolvera fijando la participacién de los bienes sobre el valor total o precio obtenido, reso-
lucién que sera apelable con un efecto suspensivo relativo, pues nunca afectara la adjudicacién ni
la entrega de los bienes vendidos.
Igualmente, aquellos acreedores munidos de garantias reales podran ejecutar el bien asiento
de su privilegio a través del concurso especial judicial (art. 209, LCQ) o extrajudicial (arts. 23 y 210,
LCQ), salvo que sean desinteresados en los términos del art. 126, parr. 3, LCQ.
Las ofertas deberan presentarse en sobre cerrado, Debe contenerse la perfecta expresion del
precio ofrecido, acompanandose una garantia de mantenimiento de oferta equivalente al 10% del
precio ofrecido, la que debera hacerse en efectivo, titulos publicos o fianza bancaria exigible a pri-
mera demanda. Tal solucion es la incorporacién de las conocidas garantias abstractas o a primera
demanda, lo que hace que los términos de la licitaci6n sean inamovibles (inc. 6). Tales garantias
buscan darle seriedad a la oferta.
La apertura de los sobres se harda en la fecha y hora fijadas, La efectuara el juez en presencia
del sindico, los oferentes y acreedores que concurran. Cada oferta sera suscripta por el actuario
del juzgado, para su individualizacion, debiéndose labrar acta. En realidad, el acto de apertura de
sobres se lleva a cabo en audiencia publica.
En caso de empate en el precio ofrecido, el juez podra llamar en el mismo acto a un mejora-
miento de oferta, el cual podra hacerse en la misma audiencia si los oferentes estuviesen presen-
tes, inicidndose asi una puja en el mismo acto. Si no estuvieren presentes en la audiencia todos
los oferentes, el juez como director del proceso debera arbitrar los medios necesarios para realizar
un llamamiento a mejorar la oferta procurando la igualdad de oportunidades, por lo que general-
mente se designa una nueva audiencia para posibilidad la concurrencia de todos.
Como el plazo de la enajenacion sera de cuatro meses, ampliable a por solo noventa dias, que-
daran fuera del plazo, el perfeccionamiento de la venta y la posible segunda licitaci6n o subasta,
por lo que en estos casos la liquidacién de la empresa 0 establecimiento superara el término del
art. 217, LCQ (ine. 7).
Con la ley 19.511 la adjudicacion se otorgaba el oferente cualitativa y cuantitativamente mas
favorable, en cambio la ley 24.522 se ajusté al principio del mejor precio. La ley 26.684 deroga tal
previsién, Ahora, dandosele prioridad al derecho de los trabajadores, para la adjudicacion el juez
tendra especialmente en cuenta la continuacion de la actividad empresaria con el correspondien-
te plan de explotacién y la magnitud de la planta de personal que se mantendra en actividad en
resguardo de la fuente de trabajo (inc. 8).
El juez dictara una resolucion de adjudicaci6n. La misma deberd ser notificada por cédula al
adquirente y en caso de que la misma se adopte en la audiencia de apertura de ofertas y el adqui-
rente estuviese presente quedara notificado en dicho acto.
Conforme el inc. 4 del art. 204, LCQ, como condicién de venta, la misma debe ser al contado.
La venta al contado se ha fundado en el hecho de que el financiamiento para la adquisicidn de-
berdn hacerlo entidades especializadas para ello, es decir, los bancos y no debe ser trasladado a
los acreedores a través de una cancelacion del precio a plazo (RIVERA). La previsi6n legal de venta
al contado ha sido igualmente criticada entendiéndose que ello dificultaba la enajenacién, pues
implica el movimiento de grandes sumas de dinero (IGLESIAS).
En tal sentido, el precio debe ser pagado integramente antes de la toma de posesi6n, lo que no
podra exceder de veinte dias de notificada la resolucién que apruebe la adjudicacion. Sin embar-
go, en el caso de que el adquirente sea la cooperativa de trabajo, puede disponerse en el pliego de
condiciones el plazo para el pago del precio en dicho especial caso. Depositado el saldo de pre-
cio en el banco oficial a la orden del juzgado y acompanada la boleta de depdsito al expediente,
el juez ordenara las inscripciones correspondientes (art. 587, CPCCN) y otorgara la posesion al
adquirente librandose el correspondiente mandamiento, quedando asi perfeccionada la venta.
3.1.2.3. FRACASO DE LA LICITACION
ERREIUS 521
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
E] juez ante el fracaso de la primera forma de liquidaci6n podra optar por otra. Entonces,
juez. ante el fracaso podra ordenar otra modalidad de liquidacién, que serfa lo mas adecuado, de-
biendo primar la subasta judicial de los bienes en forma individual. Ello, principalmente cuando
existiesen acreedores con privilegio especial sobre ellos, los cuales quiza en la segunda licitacion,
sino se aplica la venta separada del art. 207, LCQ, vean intensamente perjudicados sus derechos.
basta, el martillero debera abrirlas al iniciar el remate y la puja en la subasta se hara a partir de la
oferta mas alta.
También y en forma excepcional, el juez podra ordenar la venta directa de algun bien. Tiene
como fundamental ventaja, la economia, no solo de gastos sino también de tiempo, pero debe ser
la ultima instancia, pero necesariamente debe ser excepcional, para los casos donde no sea viable
la via de licitacién o de subasta publica, es decir que previamente han fracasado o directamente
sean antiecondmicas.
Cuando por la naturaleza de los bienes se haga inconveniente su enajenacioén judicial, su es-
caso valor no justifique los gastos, o por el fracaso de otra forma de enajenaci6n, lo que vaticinaria
el fracaso de otro intento, el juez puede autorizar la venta directa (art. 213, LCQ). La resoluci6n ju-
dicial debe hacerse previa vista al sindico ya la cooperativa de trabajo, pudiendo realizarse la ven-
ta por intermedio de aquel funcionario, un intermediario o instituciédn o mercado especializado.
Generalmente para abaratar costos, la venta directa es efectuada por el sindico convirtiéndo-
se, aunque no sea lo requerido por la ley, en una negociaci6n privada entre dicho funcionario y el
interesado en la adquisicién. En otros casos frecuentes directamente el interesado es el que insta
la compra directa realizando ofertas al sindico cuando conocen que otra forma de venta fracasa-
ria, El juez, recibida la oferta de compra, podria hacer un llamado publico de mejoramiento, para
que la venta directa no importe adjudicaci6n privada (ALBERTI), sin embargo, ello podria elevar
los costos, por lo que seria suficiente que la informe cuidadosamente en el expediente, porque
seria una situacion para prescindir del remate. Luego la venta debera ser aprobada por el juez, por
lo que se trata igualmente de una venta judicial.
La ley prevé también la hipotesis de que la liquidaci6én se tropiece con bienes invendibles, ya
sea porque materialmente no pueden venderse 0 porque su realizacién resulta infructuosa y, ante
tal situacion, el art. 214, LCQ, autoriza al juez la entrega de los mismos a asociaciones de bien pu-
blico. Se trataria de una donaci6n legal con orden judicial, dirigida a entidades que no persiguen
fines de lucro. Se esta ante bienes sobre los cuales no habria compradores interesados o aquellos
que por su escaso valor de realizacién seria mas oneroso la preparacién de la venta que lo que se
obtuviese en ella.
Como la resoluci6n se toma previa vista al sindico y al deudor, estos podran apelar si se hubie-
ren opuesto a dicha entrega.
4. Supuestos especiales
Mas alla de las distintas modalidades de liquidacién que determina la ley, se regulan otras que
solamente se aplican en circunstancias concretas, segun el tipo de créditos de que se trate.
Los acreedores munidos con un derecho real de garantia no estan obligados a esperar las
resultas del concurso general para proceder a ejercer sus acciones contra los bienes gravados. La
posibilidad de instar el concurso especial surge de los arts. 126, parte 2, y 209, LCQ, y se constituye
en una preferencia temporal de cobro que refuerza el privilegio y el ius persequendi de la garantia
real.
Se le reconoce a los acreedores con garantia real, el derecho a solicitar la ejecuci6n de su cré-
dito, con independencia de la liquidacién general de los bienes, mediante la venta del bien que
constituye el asiento de la garantia y con el limite del producido (concurso especial). Tal procedi-
miento constituye un método de liquidaci6n anticipado de caracter opcional o facultativo, que no
suple la carga de concurrir a la verificacién.
ERREIUS 523
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
En definitiva, se trata de una via procesal alternativa y especifica prevista para actuar el dere-
cho real de garantfa, que no depende del grado de avance del juicio principal y en el que la rea-
lizacion del bien gravado y la disposicion de su producto proceden sin necesidad de declaracion
jurisdiccional de certeza sobre el mérito de este.
El concurso especial podra instarse desde la declaracién de quiebra y siempre que la liquida-
cidn del bien no se haga en el expediente principal por el sindico.
Instrumentalmente, el concurso especial es una via procesal. Un tramite instado por el bene-
ficiario de la garantia, que no depende -en principio- del estado de avance del concurso general
y donde la realizacién del bien y la disposici6n de su producto para satisfacer la garantia real
proceden con base en la quiebra y en la exhibicion del titulo (ALBERTI). En el tramite del concur-
so especial se encuentra incorporada la nocién de concurrencia -concurso-, ello asi, toda vez
que implica la existencia de otros acreedores con preferencia especial, de igual o inferior rango,
quienes por estar afectado su privilegio al mismo bien, pueden concurrir para ser pagados con su
producido antes o después de quien inicia el concurso especial, seguin el caso. En efecto, todos los
que tengan vinculacion con la cosa o con el producido de las subastas deben concurrir al concur-
so especial.
Son legitimados activos para incoar al concurso especial, todos los acreedores que tengan ga-
rantias reales de sus créditos, quedando comprendidos los que tengan hipoteca, prenda, sea con
desplazamiento o con registro (art. 34, decreto-ley 15.348/1946), hipoteca o prenda naval (arts.
499, 513, ley 20.094), hipoteca aeronautica, los warrants (art. 18, ley 9643) y las obligaciones nego-
ciables (art. 152, inc. 1, LCQ). Sitales acreedores ya estuviesen tramitando la ejecucién individual,
esta quedara suspendida por la quiebra.
En el caso de que el fallido sea un tercero hipotecante no deudor, habiendo dado en garantia
un bien propio en resguardo de una deuda ajena, el acreedor hipotecario -no concursal- podra
ejercer la facultad de ejecuci6n a través del concurso especial previa sentencia de “trance y rema-
te” contra el deudor in bonis (art. 599, CPCCN, doct. art. 2200, CCC).
E] sindico, con autorizacién del juez, podra pagar integramente el crédito con garantia real
que ejecuta un bien en concurso especial, con fondos liquidos existentes en la quiebra, cuando la
conservacion del bien sea evidentemente beneficiosa para los acreedores. A tal fin el juez puede
autorizar la venta de otros bienes o la constitucion de garantias sobre ellos. Un remedio de im-
posible concrecion, utdpico, ya que no existiran fondos, no podra demostrarse el beneficio de la
conservacion, ni sera econémico constituir otras garantias.
4.1.1. Tramite
El concurso especial se desarrolla como un incidente especifico, el cual, instando por el inte-
resado ante el juez de la quiebra, tramitara por expediente separado.
El concurso especial puede iniciarse sin perjuicio del cumplimiento oportuno de la carga ve-
rificatoria por lo que a diferencia del caso del concurso preventivo donde se exige la insinuaci6n
para poder llevarse a cago la ejecucién forzada del bien, aqui en la quiebra la inexistencia de
demanda verificatoria no es 6bice para iniciar el concurso especial, liquidar e incluso cobrar el
crédito.
Cuando se haya decidido la continuacién de la explotacion de la empresa fallida el derecho a
instar el concurso especial queda suspendido en los términos del art. 195, LCQ.
De la demanda se correra vista al sindico, quien examinara el titulo, limitandose a un anilisis
extrinseco o formal del instrumento, porque el examen sustancial sera hecho en la etapa de veri-
ficacion.
Una vez oida la sindicatura, el juez del concurso ordenara la subasta de los bienes objeto de la
garantia, la cual se levard a cabo conforme a las normas rituales locales (art. 278, LCQ).
Para que proceda el concurso especial, el bien afectado al privilegio debe existir en el patrimo-
nio del deudor. Si ello no ocurre, ya sea porque no ha podido ser ubicado o directamente porque
no existe, no tiene ningtin sentido incoar tal procedimiento, porque ademas de no haber nada
que rematar, el supuesto titular solo tiene un crédito quirografario. El concurso especial necesita
4.1.2. Costas
Respecto de las costas del concurso especial, las mismas son a cargo del acreedor, porque
ellas son necesarias para hacer efectiva la garantia dentro del sistema especial de ejecucidn. Ex-
cepcionalmente, podran imponerse las costas a cargo del concurso cuando exista oposici6n ma-
nifiesta e infundada de la sindicatura.
Ello surge de los principios propios del régimen de las costas procesales, pues el concurso
especial no es la via -Unica y necesaria- que le permite al acreedor hacer efectiva la garantia real,
ya que sencillamente la misma podria ejecutarse en la quiebra general. Pero la ley les permite a
estos acreedores adelantar en el tiempo la efectivizacion de dicha garantia a través del concurso
especial, lo que lo transformaria en una preferencia temporal para el cobro de su acreencia.
En el caso de que el bien sobre el cual recayese privilegio especial se ejecute en el tramite
general de la quiebra, igualmente se aplicara la reserva de gastos sobre el producido de su rema-
te, pero no existiran costas a cargo del acreedor por no haber utilizado el camino del concurso
especial.
No existira una regulacion de honorarios independiente en el concurso especial para el sin-
dico, sino que la misma quedara diferida para la oportunidad del art. 265, LCQ, sin perjuicio de
que se realice la correspondiente reserva en los términos del art. 244, LCQ, para afrontar aquellos
proporcionalmente con el producido del bien liquidado en el concurso especial.
4.1.3. Distribucion
Producida la liquidacion del bien debe llevarse a cabo la distribucion del producido.
Para ello debera determinarse el rango de preferencia de los créditos involucrados y de los
gastos prededucibles, todo en los términos de los arts. 241, 242, 243 y 244, LCQ.
El acreedor con garantia real se encuentra ante la posibilidad de compensar su crédito con el
precio de la venta si se hubiese convertido en adquirente en la subasta, debiendo prestar fianza
antes de que se le transfiera la propiedad, para garantizar acreedores con mejor derecho (art. 211,
LCQ).
En la etapa distributiva del concurso especial debe exigirse fianza al acreedor cuando no se
encuentra resuelta la verificacidn de su crédito. Ello implica que, la falta de pronunciamiento ve-
rificatorio no solo no obsta la formacién del concurso especial, nila aprobacidn del remate, sino
que tampoco el pago, porque los derechos del concurso quedan amparados con la fianza exigida
(arts. 126, parr. 2, y 209, LCQ), porque la fianza es requerida para el retiro de los fondos.
Necesariamente la fianza debe ser otorgada por una tercera persona ajena al ejecutante, pues
él, de todas maneras, respondera por aquello que haya cobrado de mas, segtin el resultado de la
verificacién de su crédito, o en cuanto a la distribucién que a fortiori resulté sobre el producido
del bien y la aparicidn de acreencias preferentes a la suya. Dicha fianza se extingue cuando el
acreedor obtiene sentencia verificatoria favorable y, si tal resolucién, es contraria respecto del
crédito o del privilegio se ejecutara la fianza por el sindico, la cual funciona como garantia de lo
percibido sin derecho.
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SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
5. Compensacién
Cualquiera que sea la modalidad en que se realice la liquidacion de los bienes, el art. 211,
LCQ, excluye la posibilidad de que en caso de que un acreedor sea el adquirente de los bienes
compense el pago del precio con su crédito, pues ello importaria una importante alteracion de la
par condicio.
Tal prohibicion resulta reiterativa pues resulta suficiente el art. 130, LCQ, que impide la com-
pensacion no operada antes de la quiebray el art. 930, inc. f, CCC, que es del mismo tenor.
Historicamente, la unica excepcion era para el acreedor titular de una garantia real, pero la
reforma de la ley 26.684, incorpora el art. 203 bis, LCQ dando la posibilidad de compensacién a
los trabajadores constituidos en cooperativa de trabajo.
Respecto a los titulares de garantias reales, podran compensar sus créditos con el precio de la
venta del bien asiento del privilegio, pues careceria de sentido que lo deposite para luego cobrarse
prioritariamente, aunque también debera prestar fianza de acreedor preferente. Para tal compen-
sacién, si bien es necesario que el acreedor con garantia real haya instado la verificacién, no lo
es que tenga sentencia verificatoria firme, pues en caso de que el crédito o el privilegio no tenga
reconocimiento concursal debera hacerse efectiva la indemnizaci6n sustitutiva contra el acree-
dor. Ello, sin perjuicio de que, si el crédito es indeterminado, resultara razonable por aplicaci6én
analégica de los arts. 209 y 211, LCQ, exigirle la prestacion de fianza que garantice la eventual in-
demnizacidn sustitutiva referida. En cambio, sera necesario que el crédito se encuentre expedito
y sea exigible (art. 923, inc. c, CCC), por lo que debera tratarse de una garantia de primer grado.
La reforma de 2011 en una disposicién discutidisima, incluso constitucionalmente agrega al
plexo normativo el art. 203 bis, LCQ donde se prevé que para los trabajadores constituidos en coo-
perativa de trabajo no se aplica la prohibicion del art. 211, LCQ, pudiendo compensar para adqui-
rir la empresa los créditos privilegiados que les correspondan, aunque dicha compensacién no
debiera admitirse por el total de las acreencias sino que debio necesariamente tener como limite
el dividendo concursal que percibiran en la quiebra una vez aprobado el proyecto de distribucién
de fondos presentado por el sindico. Igual continua una gran incongruencia insalvable, que son
los derechos de los acreedores preferentes a los laborales, lo que afectaria de constitucionalidad a
la norma (art. 17, CN). La tinica solucion seria que la compensacién solo valga cuando sea hecha
por créditos laborales con privilegio especial y asiento de estos sobre maquinarias, materias pri-
mas 0 mercaderias. Luego establece que el monto de las indemnizaciones nacidas por el cese de
la relacion laboral, sera calculado, a los fines de la compensacién, de conformidad con el art. 245,
LCT, estatutos especiales, convenios colectivos o contratos individuales, el que sea mas favorable
al trabajador. Los créditos compensables deben ser cedidos voluntariamente a la cooperativa. Tal
cesién, que puede ser absoluta o parcial se efectivizara en una audiencia ante el juez concursal
con intervencion de la asociacién sindical legitimada. Con la norma se trata de disminuir el pro-
blema que representaba la imposibilidad de la cooperativa de trabajadores de tener dinero en
efectivo para pagar el valor de la empresa.
III. DISTRIBUCION
Realizada la liquidaci6n y convertidos todos los bienes componentes del activo falencial en
dinerarios corresponde distribuir el producido de aquella entre los acreedores teniendo en cuen-
ta las preferencias de cada uno. Tales acreedores cobraran en moneda de quiebra, es decir que
tendran derecho a un determinado dividendo, el cual quedara determinado en la distribucién
que haga el sindico. La ley 24.522, a los fines de abreviar los términos, unifica en un unico paso
procesal la presentacién del informe final y el proyecto de distribuci6n, los cuales en la ley 19.551
se presentaban sucesivamente.
La referida distribucion sera realizada por el funcionario concursal al culminarse la liquida-
cién de los bienes, variando asi el sistema del ancien régime que permitia efectuar distribuciones
parciales cuando se hubiese liquidado una parte del activo. El fundamento de la reforma radica
en la coherencia entre la inmediatez de la liquidacién y su distribucién, lo que se contrapone con
distribuciones parciales que distraerian la atencion hacia ella dejando de lado la enajenacién de
los restantes bienes atin no liquidados.
1. Informe final
El parr. 1 del art. 218, LCQ, prevé que, culminada la liquidacion y dentro de los diez dias de
aprobada -y firme- la ultima enajenacidén, el sindico debe presentar un informe final, que detalle
el resultado de la liquidacion y contenga la rendicién de cuentas de la misma y el proyecto de dis-
tribucion segun la graduacion de los créditos verificados.
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SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Innecesariamente la ley prescribe que tal informe debera ser presentado en doble ejemplar,
pues todas las actuaciones de importancia deben adjuntarse necesariamente con una copia para
el legajo (art. 279, LCQ), aunque la digitalizacién de los procesos judiciales ha quitado relevancia
a estos requerimientos.
La falta de presentacion del informe final hard pasible al sindico de las sanciones previstas en
el art. 255, LCQ, por mal desempeno en sus funciones, para cuya imposicién se tendran en cuenta
las circunstancias del caso.
El informe final debe contener una detallada rendici6n de cuentas de las operaciones efec-
tuadas por el sindico en la etapa liquidativa, acompafiando los correspondientes comprobantes
de las mismas.
La rendicién de cuentas serd una memoria, reiteracién y conjuncion de todas las rendiciones
que oportunamente el sindico ha realizado cada vez que utilizé fondos de la quiebra. Sin em-
bargo, esta sera la oportunidad de impugnaci6én de dichas cuentas por parte de los acreedores
y el fallido conforme a las reglas procesales locales (art. 654 y ss., CPCCN), pues las rendiciones
realizadas durante el tramite falencial unicamente pasaron por el control judicial. De esta mane-
ra se permite el control de las operaciones de venta, inversiones y otras negociaciones que haya
realizado el sindico en ejercicio de la administracion y disposicion de los bienes desapoderados.
La rendicién de cuentas no solo comprendera las operaciones de enajenacion sino toda dis-
posicion de fondos que haya realizado el funcionario durante el proceso, tinica forma de que las
cuentas sean concordantes con el saldo dinerario depositado en la cuenta de autos (inc. 1). No se
trata de solo la enumeracidn de los actos realizados sino también de su correcta documentacion
por lo que se impone acompaniar los comprobantes necesarios.
También debe detallarse el resultado de la realizacién de los bienes. Ello variara segun la for-
ma de enajenacion elegida, sila realizacion se efectuo individualmente debera ademas detallarse
el producido de cada uno, y si tales bienes fueron liquidados en conjunto debera expresarse lo
obtenido por todos o algunos bienes en total sin necesidad, por imposibilidad, de detallarse el
producido de cada uno de ellos.
Esto permite conocer concretamente el monto del producido de la liquidacidn, que sera dis-
tribuido entre los acreedores, lo que debera ser acreditado por el sindico a través del correspon-
diente informe bancario, respecto del cual el funcionario debera preferentemente incluir una
explicacién de la evolucién de tal depdsito (inc. 2), Se trata de un verdadero estado de cuenta de
liquidacion.
En general todo el procedimiento de enajenacién de bienes y su rendicidn en autos esta a
cargo del responsable de la enajenacidn, generalmente martilleros, incluidas las pertinentes ren-
diciones de cuentas.
14.1. Reservas
En el proyecto de distribuciédn deben considerarse las reservas necesarias para pagar los cré-
ditos que se encuentren pendientes de resoluci6n y de determinacidn judicial.
Deben reservarse los fondos necesarios para cubrir los acreedores cuyos créditos estan suje-
tos a condicién suspensiva, es decir que son inexigibles, pues cuando lo sean tendran derecho a
cobrar su dividendo, la reserva lo sera por el monto total del crédito verificado. No es el caso de
la condicién resolutoria, pues ante ella el acreedor cobrara su crédito debiendo prestar fianza
para el caso de que se cumpliese la condicién y tuviese que restituir lo percibido. También habra
reserva de aquellos créditos que se encuentren pendientes de resolucion, ya sea judicial o admi-
nistrativa, dado que si se resuelve favorablemente al acreedor también tendra derecho a percibir
su crédito en moneda de quiebra, la reserva sera por el monto total del crédito insinuado.
El sindico debe reservar las sumas destinadas a cubrir las eventuales costas que deba afrontar
la quiebra por las acciones incoadas por el sindico y que se encuentren en tramite, asi como tam-
bién por las eventuales costas de los procesos verificatorios pendientes.
Alos fines de que tales fondos reservados produzcan frutos civiles, el sindico debera abrir en
el banco oficial una cuenta productora de intereses, generalmente se trata del llamado plazo fijo.
Es comun que los sindicos prevean las reservas en un apartado especial del proyecto de dis-
tribucién; sin embargo, una buena practica indica que tales reservas deben ser incluidas en la
proporcién y el rango que corresponda a cada crédito, es decir, en la misma posicién que hubiese
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SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
tenido su titular si su crédito fuese exigible, Esto indica que las reservas igualmente deben preser-
var el orden de preferencias de los diversos créditos involucrados en la distribucién.
La desafectacion de reservas se produce cuando los créditos a los cuales ellas fueron desti-
nadas han quedado definitivamente excluidos de la quiebra por resolucion firme, por lo que los
montos referidos seran distribuidos entre los acreedores, respetando el orden de preferencias que
corresponda y a prorrata en su caso, Salvo el caso en que la desafectaci6n corresponda ser realiza-
da entre el momento de presentaci6n del proyecto de distribucién y el de su aprobacidn judicial
convirtiéndolo en estado de distribucién, el procedimiento para la disposicién de estos fondos y
su nueva asignacién a los demas acreedores, debera tramitar como distribuci6n complementaria
segun el art. 222, LCQ.
2. Publicidad y notificacion
La ley prevé un doble sistema de publicidad, el que sera evaluado respecto de su convenien-
cia, seguin la cantidad de acreedores que deban tomar conocimiento del informe final y del pro-
yecto de distribucion.
Como modo principal de notificacién el parr 3 del art. 218, LCQ, prevé que se haga por edic-
tos, los que se publicaran por dos dias en el Boletin Oficial, pudiendo el juez ordenar, si lo estima
conveniente y el haber de la quiebra lo permite, la publicacién en otro diario, debiendo ser el de
mayor circulacion de la jurisdiccion donde tramita la quiebra. Tales edictos deben dar a conocer
la presentaci6n, por parte del sindico del informe final y del proyecto de distribuci6n, sin que sea
necesario transcribir su contenido, También se publicara la regulacion de honorarios realizada
por el juez concursal de primera instancia, siendo necesario aqui que se den a conocer los sujetos
y montos de tales regulaciones, pues la leyno manda a publicar el hecho de que se hayan regulado
sino que impone dar a conocer la regulacién de honorarios, lo que importa titulares a quienes se
les ha regulado y sumas que alcancen tales emolumentos; sin embargo, en la practica, de manera
correcta, solo se refiere el hecho de haberse regulado los honorarios, sin determinar beneficiarios
ni montos para no exponer puiblicamente cuestiones privadas. La ley debi prever la notificaci6n
por cédula de los honorarios, lo que no afectaria la celeridad concursal.
La segunda forma de notificacién la prevé la ley para los casos en que el numero de acreedores
ola economia de gastos y de tiempo aconsejen prescindir de los edictos. En tal sentido, el art. 219,
LCQ, dispone que la publicacién de edictos podra ser sustituida, por orden judicial, por notifica-
ci6n personal o por cédula a los acreedores, entendiéndose por estos, tanto los verificados y ad-
mitidos como aquellos que se hayan insinuado y todavia no se encuentre resuelta su pretension.
Su fundamento radica en el hecho de evitar la onerosidad de los edictos. Tal notificacion también
debe ser dirigida al fallido. El sindico, como es quien ha presentado el informe final y el proyecto
de distribucion, quedara notificado ministerio legis de la resolucién que lo tiene por presentado y
regula los honorarios (doct. arts, 133 y 134, CPCCN). La cédula se remitird a los domicilios ad li-
temy, sino existiesen por no haber sido constituidos, tales sujetos quedaran anoticiados por nota.
La Corte Nacional (CSJN, 1/8/2013, “Clinica Marini”) vino a cuestionar la eficacia juridica de
la notificacién por edictos cuando se trate de créditos de naturaleza laboral, senalando la inapli-
cabilidad de lo dispuesto en tal sentido por el art. 218 y, analizando la particular proteccién de
estos créditos en el orden juridico y en el concursal, las garantias constitucionales respecto del
trabajador insita en el art. 14 bis dela CN y en el art. 8, inc. 1 del Convenio 173 de la OIT, concluyé
en que no cabe otra forma de notificacion a los acreedores laborales que las previstas en la pre-
sente norma -art. 219 LCQ-. Descalificé de tal modo, por arbitrariedad, la sentencia que declaré
caducos los dividendos de los acreedores laborales, por haber computado el plazo de un ano pre-
visto en el art. 224, LCQ a partir de la publicacion de edictos, ordenando el dictado de un nuevo
fallo con arreglo a lo dispuesto. Este fallo, al descalificar la sentencia recurrida con fundamento
en la teoria de la arbitrariedad, no traté ciertas tachas de inconstitucionalidad planteadas en el
recurso, tanto con relacion al art. 218, LCQ, en cuanto al sistema de notificacién por edictos, como
al art. 224, LCQ en cuanto a la figura de la caducidad y al destino de los fondos para el patrimonio
estatal, siempre como planteo acotado a los créditos de naturaleza laboral.
3. Observaciones y aprobacién
Luego de la publicidad o notificacion se habilita las observaciones 0 impugnaciones del infor-
me final y proyecto de distribuci6n y/o apelacién de los honorarios (art. 218, cuarta parte, LCQ).
La posibilidad de apelar la regulaci6n de honorarios surge del art. 272, LCQ, el cual también
prevé la elevacion del expediente de la quiebra en consulta a la alzada cuando no ha existido
apelacion.
La legitimacio6n para presentar las aludidas observaciones o impugnaciones corresponde al
fallido y a los acreedores verificados y declarados admisibles 0 pendientes de resolucion, y tam-
bién aquellos titulares de créditos prededucibles. El fallido controlando los dividendos puede te-
ner interés en recuperar fondos propios que no corresponden ser asignados a los acreedores.
Las observaciones 0 impugnaciones, que podran hacerse hasta diez dias después de la ultima
publicacion de edictos o de la notificacién personal o por cédula, deben ser presentadas en tres
ejemplares, acompanando la prueba que tenga en su poder el interesado y ofreciendo la restante
de que intente valerse, cuando lo alegado no surja del expediente. La razén de ser del triplicado,
era agregar un original al expediente de la quiebra, una copia al legajo de copias y otra para ser en-
tregada al sindico, ahora con la informatizacién del proceso judicial y la creacién del expediente
electrénico, ello carece de aplicacidn practica.
Tales observaciones versaran unicamente sobre omisiones, errores o falsedades del informe
en cualquiera de sus puntos, es decir que no necesariamente se referiran al proyecto de distribu-
cion, Pareciera que la falsedad quedaria reservada a la rendici6n de cuentas y las omisiones y los
errores a todo el informe final. ALBERTI lo explica de otra manera, entendiendo que la necesaria
coherencia de la causa de los informes y del proyecto de distribuci6n, determinan que la impug-
nacion alcance la consecuencia, es decir, el proyecto de distribucién, con fundamento en el vicio
de falsedad atribuido a la informacion precedentemente detallada en el informe, o en su caso, en
la inadecuacién del proyecto, ya que fuere por error u omision respecto de aquellos antecedentes.
Reconoce luego que las observaciones a la distribucién son poco esperables y el origen de la ma-
yor controversia seran las reservas.
Presentadas las observaciones, se corre vista a la sindicatura, la que debera ratificar sus opi-
niones y fundamentos 0 rectificar los errores o reelaborar el informe en caso de omisiones, y tam-
bién, en su caso, explicarse respecto de las falsedades alegadas, pudiendo también acompanar y
ofrecer prueba.
El juez si lo estima procedente podra convocar a una audiencia, a la que concurriran los im-
pugnantes y, en su caso, al fallido, los acreedores involucrados y tambien al sindico. Tal audiencia
tendrd la finalidad de proveer toda la prueba referida a la observacién, se desarrollara como una
vista de causa, limitada a la prueba que pueda producirse en ese acto. Generalmente en la prac-
ERREIUS 531
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
tica se prescinde de la prueba pues la impugnacion puede resolverse con constancias del expe-
diente, dado que los antecedentes son actuaciones ya incorporadas en el concurso, pero, en caso
contrario, cuando la cuestién no fuese de puro derecho, la incidencia se abriera a prueba por el
término necesario para que sea producida la ofrecida.
Luego, el juez debera resolver en el término de diez dias de haber quedado firme la regulacion
de honorarios, o mejor dicho desde que el expediente se encuentre devuelto a primera instancia.
Tal resolucién causa ejecutoria, es decir sera inimpugnable tanto ante el mismo juez como ante
la alzada. Sin embargo, si la cuesti6n versa sobre preferencias podra ser apelada y en el caso de
tratarse de errores materiales los mismos deberan ser rectificados de oficio 0 a pedido de parte
interesada aun cuando la resolucion estuviese firme, tratandose de una aclaratoria sin termino
para su interposicion. No obstante, se ha admitido jurisprudencialmente la apelacién en otros
supuestos (Corte Sup., LL 1986-E-556; C. Nac. Com., sala D, JA 2002-1-88).
Firme la regulaci6n de honorarios y resueltas las impugnaciones en su caso, el proyecto de
distribucién debera ser adecuado por el sindico proporcionalmentey a prorrata, incorporandose
elincremento en los fondos por acrecidos y deduciendo el importe de los honorarios regulados. Y
aunque no existan observaciones, el juez tiene el ttimo control sobre el proyecto de distribucion
por lo que sino se ajusta a derecho podra desecharlo ex officioy mandar al sindico a rectificarlo.
Aprobado el proyecto pasa a ser un estado de distribucién definitivo, correspondiendo al juez
ordenar el pago del dividendo que le corresponde a cada acreedor.
4, Dividendo concursal
Se conoce como dividendo concursal al monto dinerario que corresponde a cada uno de los
acreedores en Ja distribucién de los fondos provenientes de la liquidacién falencial. Es lo conoci-
do como moneda de quiebra. El art. 221, LCQ, determina que aprobado el proyecto de distribu-
cién y convertido en un estado de distribucion se procedera al pago del dividendo concursal que
corresponde a cada acreedor.
ALBERTI, con la calidad lingitistica que lo caracteriza, realiza una calificacién legal de la da-
cidn del dividendo, es decir, de la entrega de los fondos asignados a cada beneficiario de la distri-
bucion, afirmando que esa tradicién de dinero no configura rigurosamente un pago en el sentido
de los actuales arts. 865 a 869, CCC, con relacion a los vinculos crediticios anteriores al concurso,
porque no tendran el contenido, nila especificidad, ni la oportunidad prevista en aquellos, razon
por la cual no quedan liberados los coobligados del fallido.
E| dividendo concursal, que importa el pago en moneda de quiebra de lo que le corresponde a
cada acreedor, cuando es cobrado o declarado caduco extingue la obligacion concursal por pago
forzoso en el limite del dividendo. En todos los casos los intereses suspendidos se extinguen por
extincién del crédito principal con el pago del dividendo. El saldo insoluto se extingue por pago
del dividendo en la distribucion final o con la rehabilitaci6n o prescripcion anterior a ella, en la
conclusién previa clausura del procedimiento por falta de activo. El pago del dividendo concursal
no libera a los fiadores o codeudores aunque si se ven beneficiados con la reducci6n sufrida en el
crédito.
4.1. Pago
El monto total de lo que deben cobrar los acreedores mas las reservas debe coincidir con lo
depositado a nombre de la quiebra. El pago en moneda de quiebra se efectiviza en moneda de
curso legal.
La ley prevé que tal pago podra ser ordenado por el juez, para que se realice directamente por
el banco oficial. Se hace a través del libramiento de un oficio dirigido ala entidad bancaria donde
constan los datos pertinentes para que proceda el cobro, nombre y apellido del acreedor o de su
apoderado y el correspondiente numero de documento, debiéndose consignar perfectamente el
monto correspondiente a cada uno de ellos y el total de la suma existente en la cuenta de autos.
El banco debera dejar constancia de cada pago que efecttie y transcurrido el término de un afo
referido por el art. 224, LCQ, que produce la caducidad del! dividendo -generalmente dispuesto en
el mismo oficio- debera remitir al juwez concursal constancia de aquellos acreedores que no hayan
concurrido a cobrar su dividendo.
También el pago podra ordenarse a través de transferencias bancarias, cuando asi lo solicite
el acreedor, corriendo este con los gastos que ello acarree. Generalmente los entes publicos son
aquellos que solicitan que el pago del dividendo concursal se lleve a cabo a través de transferencia
a sus cuentas. Aunque la ley no lo disponga, la discrecionalidad judicial y las facultades del juez
concursal habilitan para que dicho magistrado, cuando el numero de acreedores lo permite, orde-
ne el pago de los dividendos falenciales a través de giro, libranza 0 cheque judicial.
En caso de que el crédito conste en titulos-valores es necesario que el pago se haga a través
de cheque emitido por el juzgado, porque al efectuarse el pago el secretario debera anotarlo en el
referido instrumento. La finalidad de ello es permitir que el documento siga circulando y también
que el acreedor pueda cobrar el saldo impago por la quiebra al librador, endosantes 0 avalistas,
segtin sea el caso. Sin embargo, la practica indica que, de ser cobrable el crédito contra terceros fir-
mantes del documento, el acreedor ya habra accionado contra ello, con presumiblemente mayor
éxito y celeridad que en la quiebra, por lo que la hipotesis se presentaria poco probable (GrRisPo).
El art. 224, LCQ, aplicando una especie de presuncién de abandono, determina que el dere-
cho de los acreedores de percibir el dividendo concursal determinado en la distribucion caduca
ipso iure al ano contado desde la aprobacion del referido estado de distribucién. Tal caducidad
sera declarada de oficio atento que se produce ministerio legis.
La solucion legal afecta a los acreedores concursales concurrentes con dividendo aprobado,
sin efectivizacién del cobro.
Tal caducidad sera declarada de oficio atento que se produce ministerio legis. Sin embargo,
cabe reconocer que, en la practica, generalmente la caducidad del dividendo viene planteada por
el sindicoy previa a su declaracion se le corre traslado al acreedor involucrado.
La norma también prevé que los importes correspondientes al dividendo caduco deberan
destinarse al patrimonio estatal para el fomento de la educaci6n comun, por lo que queda in-
volucrado el interés publico del Estado Nacional, debiendo el juez concursal dar intervencion al
agente fiscal nacional, quien en defensa de los intereses estatales determinara el destino de los
referidos fondos, los cuales debieran ser afectados al Consejo Nacional de Educacién para apli-
carlos al Sistema Educativo Nacional.
Tal solucion legal ha dado lugar a que sea cuestionada constitucionalmente. El inconveniente
de convencionalidad se bas6 en el hecho de que los fondos no cobrados por los acreedores perte-
necen al fallido y deberian serle reintegrados como remanente 0 en todo caso acrecen el monto a
cobrar por el resto de los acreedores debiéndose distribuir entre ellos, Se entiende que se produce
una confiscacién y la derogacién de los principios de la prescripcién adquisitiva, porque el dis-
positivo atribuye un bien privado al Estado sin causa, sin justificacion legal (art. 17, CN), siendo
lesionado el deudor fallido en unos casos 0 los acreedores de este en otros casos. La inaccion del
acreedor es el unico hecho que determina el derecho del Estado, cualquiera que sea la causa por
la cual aquel adopte esa actitud, ya porque renuncia transitoriamente a su derecho aun cuando
sea con el fin de hacer una liberalidad (arts. 944, 945, 949 y cc., CCC) o porque involuntariamente
hace factible la caducidad de su derecho (ALBERTI).
En favor de la previsi6n se afirmo que, hecha la distribucion, aprobada esta y ordenado el
pago de ese dividendo, los mismos ya han dejado de pertenecer al patrimonio del fallido y, en
consecuencia, no puede posteriormente pretender que se reincorporen por el hecho de que un
acreedor no concurra a cobrar su parte y tampoco afectan la regla de la prescripci6n, pues se fija
un plazo de caducidad especifico, es una ley especial que puede establecer términos privativos;
tampoco se afectan los derechos de los acreedores pues el mismo queda limitado al dividendo sin
posibilidad de acrecer (GARciA MARTINEZ - FERNANDEZ MADRID).
También la Corte Suprema (Corte Sup., LL, 2007-A-116) se ha pronunciado al respecto sos-
teniendo que “el pago que se hace a los acreedores del correspondiente dividendo concursal im-
porta para el quebrado la pérdida de la propiedad sobre los fondos provenientes de la liquidaci6n
ERREIUS 533
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
falencial, con el efecto propio de liquidar la deuda, es decir, de extinguir la obligacion existente
entre el particular acreedor y el quebrado. Liquidacién que, naturalmente, tiene caracter defini-
tivo, toda vez que el pago asi realizado es irrevocable, Si el acreedor no retira el pago en el tiempo
que marca la ley, se produce la caducidad de su derecho en los términos del art. 224, LCQ, en el
entendimiento de que ha operado un abandono suyo a la propiedad de fondos que le pertenecen
a titulo de dividendo concursal, sin que dicho abandono revierta al fallido o a los acreedores.
Ciertamente, en tal solucién no hay agravio constitucional alguno, pues el fallido no es privado de
algo que le pertenezca, habida cuenta de que, en esta etapa de la quiebra, los fondos respectivos
pertenecen al accipiens y no al quebrado. Por su lado, la no reversion del pago a favor del resto
de los acreedores, constituye una soluci6n que -partiendo de la distincién entre deuda y garan-
tia- sin desconocer el debitum de cada uno, es solo expresiva de una limitacion de la garantia que
para todos ellos representa el patrimonio comun del concursado, y que desde el punto de vista
constitucional encuentra suficiente sustento en la facultad que tiene el Congreso de legislar sobre
bancarrotas; facultad que, comprende la de reglamentar el ejercicio y la extincidn de las acciones
contra los fallidos. En este sentido, no se afecta el derecho de propiedad de los restantes acreedo-
res, toda vez que él se encuentra acotado al cobro del dividendo concursal emergente del proyec-
to de distribucion aprobado, que les corresponde en cada caso, ni se afecta la garantia de igualdad
en los términos invocados por la sindicatura recurrente, pues la no reversi6n del pago ala masa
no significa ninguna contribucién adicional impuesta a los acreedores, sino mera limitacion de la
garantia patrimonial del deudor. El hecho de que el abandono que hiciese el acreedor beneficie
al patrimonio estatal, es soluci6n que consulta principios comunes, que encuentra semejanza en
otras normas del ordenamiento legal (art. 18, ley 19.550), y ala cual no es ajeno el derecho com-
parado. En suma, la disposicion del parr. 2 del art. 224, ley 24.522, no resulta inconstitucional por
irrazonable, ni es contraria a los arts. 16 y 17, CN, invocados por la sindicatura recurrente’
5. Distribuciones complementarias
El legislador tuvo que prever la posibilidad de que ciertos bienes, por su naturaleza u otras
cuestiones (vgr., dificultad en la venta), no puedan ser liquidados con la celeridad que se deman-
da, por lo que enajenados los bienes falenciales, si existiere alguno o algunos que no pudieron ser
liquidados inmediatamente, el sindico igualmente presentard el informe final, donde debera dar
cuenta de los bienes que no se han podido liquidar y realizara el proyecto de distribucidn con el
producido de los bienes liquidados.
La intencién de la ley 24.522 fue proveer un solo proyecto de distribucién que se produciria
luego de liquidados inmediatamente todos los bienes. Tal solucion procura evitar detrimento en
los créditos y el pago a los acreedores lo mas rapido posible. En tal sentido se excluyen en el nuevo
ordenamiento las distribuciones parciales, las cuales, en su momento, fueron muy certeramente
criticadas por considerarlas poco agiles, pues solo producia comodidad del procedimiento con
una multiplicidad exagerada, excesivo ritualismo y no favorecia la liberacién del dividendo.
En la actualidad, a medida que se vaya liquidando el resto de los bienes, como lo autoriza el
art. 222, LCQ, el sindico podra presentar las distribuciones complementarias correspondientes
al producido de los mismos. También se admitira la distribuci6n complementaria de los fondos
proveniente de la desafectaci6n de reservas, el cobro de créditos del fallido y de la liquidacidn de
bienes ingresados a la quiebra posteriormente. También existe distribucion complementaria en
los supuestos donde se concluye la quiebra por pago total y existe remanente para atender los in-
tereses suspendidos, si estos no fueron liquidados en la distribucién final. Sin embargo, conforme
el texto del art. 228, parte 2, LCQ, pareciera que se trata de una distribucién complementaria con
tramite especial, con aprobacién previa vista al deudor, interesado en la existencia del eventual
saldo.
Las distribuciones complementarias tendran como antecedente necesario la distribucién an-
terior, ya sea que se trate de la presentada juntamente con el informe final o de una complemen-
taria anterior. En tales distribuciones se ira cubriendo el capital de los créditos verificados, pero,
cancelado el mismo, se pagaran - con dividendos- los intereses suspendidos por la sentencia de
quiebra, los que se tornan exigibles al cancelarse el capital y existir remanente (art. 228, parr. 2,
LCQ).
Tales distribuciones se haran sin tramite previo, a través de la simple propuesta del sindico,
la que debera ser aprobada por el juez. Sin embargo, no podra excluirse la posibilidad de que los
interesados (acreedores y fallidos) cuestionen la nueva distribuci6n para no verse afectado su
derecho de defensa.
Corresponde asimismo efectuar una regulacién de honorarios complementaria teniendo en
cuenta como base para ello el monto a distribuir, cuando la distribuci6n complementaria ten-
ga origen en fondos nuevos generados por nuevas enajenaciones, cobranzas de créditos u otras
causas posteriores al informe final, En el caso que los fondos provengan de desafectaciones de
reservas, los mismos integraron la base regulatoria de la distribucién final, por lo que no corres-
pondera una nueva asignacién de remuneracidén.
Seria de buena praxis judicial que el juez, silos fondos lo permiten, ordene una nueva publi-
cacién edictal, para dar a conocer el pago del nuevo dividendo.
ERREIUS 535
CAPITULO XXxxVI
PREFERENCIAS CONCURSALES
I, INTRODUCCION
En la ejecucion colectiva -la liquidacién falencial-, por intermedio del principio de paridad
entre los acreedores, se busca con la ejecucién forzada de la llamada prenda comun, la satisfac-
cion de los derechos de los acreedores en forma proporcional, dejando a salvo las preferencias
establecidas por ley, los privilegios.
La doctrina no ha logrado a través de los anos otorgarle soluciones a la problematica de los
privilegios, son tan divergentes y numerosas las tesis y posiciones asumidas al respecto que se tra-
ta de un instituto complicadisimo, desde su concepcién legislativa hasta su interpretacién cien-
tifica. Las diferentes fuentes estudiadas y tenidas en cuenta por el legislador en esta materia y la
falta de técnica legislativa (0 siendo la técnica elegida incorrecta) han hecho del ordenamiento
juridico respecto de las preferencias una marana de normas, las cuales, en algunos casos, no tie-
nen relaci6n entre si, llegando también a ser contradictorias.
El problema real que se presenta es que la duplicacién de disposiciones y la falta de coordi-
nacion entre las normas sobre privilegios. El ideal seria la unificacion de los privilegios en un solo
cuerpo de leyes, evitandose asi las remisiones de un cuerpo legislativo a otro, lo que se ha logrado
a medias con el CCC porque si bien trata de igualar el tema al concursal, ain mantiene diferen-
cias. El crédito no debe variar en las diferentes situaciones, pues el acreedor y los terceros deben
saber a qué atenerse en todo momento, no debe importar la calidad del deudor, ni el proceso en
el cual el acreedor deba hacer valer su preferencia.
La definicién legal en nuestro ordenamiento juridico se encuentra en el art. 2573, CCC, que
dispone que “es la calidad que corresponde a un crédito de ser pagado con preferencia a otro”
Frente ala regla general de que todos los acreedores estan en igualdad de condiciones, existen
excepciones por la cuales la ley otorga prerrogativas o privilegios a créditos de algunos acreedores
con relacién a otros; en estos supuestos se rompe dicha igualdad. Tal prioridad sera otorgada en
razon de la calidad o naturaleza del crédito en cuestion, sin tener en cuenta el sujeto titular del
mismo, En definitiva, privilegio en sentido lato es la preferencia concedida a determinados cré-
ditos para ser pagados en mejores condiciones que otros, ya sean temporales (ver., pronto pago),
funcionales (vgr., remate extrajudicial) o cualitativos (vgr., privilegios strictu sensi).
El privilegio resulta ser una prerrogativa inseparable de ciertos créditos. Aunque en realidad
el privilegio no agrega nada a la facultad del acreedor, solo la califica fijandole un grado frente a
las facultades que tienen los otros acreedores de cobrarse sus créditos. El privilegio no se dirige
contra el deudor sino contra los otros acreedores que concurren a cobrar sus créditos sobre el
patrimonio insuficiente de un mismo deudor.
Los privilegios son cualidades o propiedades del crédito al cual acceden y le dan al acreedor
derecho preferente al cobro del mismo, como modo de ser o cualidad de dicha acreencia. Los
privilegios solo tienen como fuente la ley -creacidn legal- que otorga la calidad de privilegiados
a ciertos créditos.
ERREIUS 537
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El asiento de los privilegios queda constituido por las sumas de dinero respecto de las cuales
estos se van a ejercer. Los privilegios no determinan una relaci6n directa entre el acreedor y la
cosa que es propiedad del deudor, sino que la preferencia de que goza su crédito funciona contra
los acreedores que desean hacer efectivos también sus respectivos créditos, sobre lo obtenido de
los bienes que eran propiedad del deudor. No hay traslacién del privilegio de las cosas a su precio,
sino que el privilegio solo puede ejercerse en la oportunidad que se haya subastado la cosa, no se
ejerce sobre la cosa en si pues no hay facultad inherente al privilegio que pueda aplicarse directa-
mente sobre la cosa del deudor, pues carece del ius persequendi.
Los caracteres del privilegio son la legalidad, pues son unicamente creados por la ley, no pue-
den ser creados por via de convencion (arts. 2574, CCC, y 239, primera parte, LCQ); la accesorie-
dad, ya que el privilegio por si solo no puede existir, tiene su razén de ser en la existencia de lo
principal que es el crédito, por lo que se transmiten con este (art. 2576, CCC); la excepcionalidad,
que importa que la regla o el principio general es la igualdad entre los acreedores frente a la pren-
da comin, esto es, el patrimonio del deudor y, como el privilegio, resulta de caracter excepcional,
de aqui deriva la prohibicion de su extension analdgica; la objetividad, que significa que la prefe-
rencia sera otorgada en razon del crédito sin consideracién de su titular; y, finalmente, la indivi-
sibilidad que resulta ser el cardcter natural de los privilegios, impone su unidad y la division de la
deuda no lo afecta (doct. arts. 2191, 2592, etc., CCC).
1.1. Exclusividad
El parr. 1 del art. 239, LCQ, dispone que las preferencias, en materia concursal, se regiran con-
forme a la disposicion de la ley 24.522 y unicamente se le reconoceran privilegios a los créditos
enumerados por dicha ley.
Un privilegio reconocido por una ley ajena a la concursal y no reconocido por esta podra ha-
cerse valer en una ejecucién individual, pero en el concurso tnicamente si la legislacién especial
admite la misma preferencia, ya sea expresamente o por remision. El régimen del CCC 0 el de
otra ley que contenga 0 regule privilegios permaneceran vigentes en los casos en que se ejerciten
acciones individuales por la via de la terceria de mejor derecho, mientras que, si el privilegio se
opone mediante concurso, la ley concursal desplaza a aquellas leyes, salvo remisién expresa. Esto
puede llegar a determinar que un crédito tutelado por un privilegio especial vea desaparecer su
preferencia si durante el tramite de la ejecucién individual el deudor abre su concurso.
Igualmente, la ley concursal se integra con otros ordenamientos, que regulan privilegios es-
peciales y expresamente la ley remite y hace aplicables los mismos. Era casi undnime la doctrina
respecto ala derogaci6én implicita de los privilegios generales reglados por el CC. El CCC recepta
la doctrina y la jurisprudencia dominante en cuanto a que los privilegios generales se ejercen solo
en los procesos colectivos, por lo que regula solo los privilegios especiales, los generales rigen solo
en los procesos universales, haya o no insolvencia, de manera tal que si el proceso es universal
(también en el caso del proceso sucesorio), rige la ley concursal y no el CCC (art. 2579, CCC).
La ley concursal dispone un determinado orden de los privilegios. Para ello en principio de-
ben delimitarse los bienes sobre los que recaen privilegios especiales y, sobre ellos, tendran un
primer rango los créditos prededucibles del art. 244, LCQ, y luego los créditos con privilegios es-
peciales del art. 241, LCQ. Sobre la masa activa formada por los bienes sobre los que no se afectan
privilegios especiales y con el saldo 0 remanente del producido de los bienes afectados a dichos
privilegios especiales, seran créditos de primer orden los prededucibles del art. 240, LCQ, luego el
capital por sueldos, salarios y remuneraciones con privilegios generales (art. 246, inc. 1, LCQ), el
tercer rango corresponde al resto de los créditos con privilegio general (art. 246, LCQ), en cuarto
lugar los créditos quirografarios (art. 248, LCQ) y finalmente los créditos pagaderos en el extranje-
ro cuando no exista reciprocidad (art. 4, parr. 3, LCQ).
ERREIUS 539
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
los dos privilegios. La norma no rige para el caso de los créditos laborales, porque tal preferencia
se refiere a los adeudados por remuneraciones y subsidios familiares por el término de seis meses
sin indicar que sea inmediatamente anterior ala apertura del concurso preventivo 0 quiebra, por
lo que el privilegio queda limitado a tal lapso; ademas, los sueldos devengados luego del concurso
preventivo y antes de la quiebra seran, prededucibles. No puede discutirse en la quiebra posterior
el caracter privilegiado de un crédito y su rango ya fijado en el concurso preventivo anterior.
2. Créditos prededucibles
La actividad juridica que se desarrolla durante todo el procedimiento concursal comporta la
asunci6on de nuevas obligaciones, por las cuales responde el patrimonio cesante, ilimitadamente
y con anticipaci6on, respecto de la responsabilidad concursal (Pajarp1). Tales acreencias nacen
a consecuencia de la dinamica propia de la organizacion procesal de superacioén de la crisis que
afecta un patrimonio. Son necesarios para que el proceso siga su curso y logre sus fines. Por ello,
el fundamento de esta clase de créditos y de su preferencia se lo encuentra en el hecho de que, sin
estas erogaciones, los acreedores concursales (de causa o titulo anterior a la apertura del juicio
universal de concurso) no podrian cobrarse, y si esta posibilidad existiera, esta se veria mejorada
por dichos gastos. Por eso se ha afirmado que estos créditos prededucibles han contribuido a
conservar o acrecer el patrimonio im malis (Ripert).
Se trata de los gastos de conservacion y justicia, los Wamados anteriormente como acreedores
de la masa o los denominados acertadamente en la doctrina italiana como créditos prededuci-
bles, concepto univoco y que evita la discusién de que si existe o no privilegio respecto de estos
créditos y permite la posibilidad de jerarquizar en forma interna y extraconcursal de los diversos
créditos que la integran, con arreglo a las prelaciones propias.
Los gastos de conservacidn y justicia son preferidos a todos los créditos en el interés de los
cuales se han causado. Para la existencia de la preferencia basta que hayan sido utiles para el
concurso, habiendo favorecido a todos o alguno de los acreedores del concurso. YADAROLA, ca-
lificaba este tipo de acreencias a partir de dos elementos basicos, que el crédito haya nacido con
posterioridad o concomitantemente a la declaraci6n de quiebra hecha por el tribunal, aunque
excepcionalmente su nacimiento podia ser anterior y que en el caso de que sea de fecha anterior
que se hayan originado en actos que beneficien directamente a la masa. El primero es el criterio
fundamental y el segundo de excepci6n, pues juega otro principio, el de enriquecimiento, pues
los acreedores se benefician y por lo tanto deben resarcir, aunque el crédito sea antes del concur-
so. Si se trata de un crédito de causa anterior a la quiebra, este no sera prededucible, pero en el
caso que estos gastos hayan beneficiado a los acreedores, entra en juego otro principio que es el
del enriquecimiento y se produce la prededucibilidad.
Estos créditos son una especie sui generis dentro de las preferencias creadas por las leyes,
estando por sobre cada uno de los acreedores privilegiados a los cuales beneficia. La Corte Su-
prema de Justicia de la Nacién (Corte Sup., ED, 54-577) se ha expresado en el sentido de que “los
créditos del concurso no constituyen privilegios, sino una categoria ajena y extraconcursal, pues
su régimen de satisfaccién no sigue la secuencia y marcha del proceso colectivo, atendiéndose los
respectivos reclamos inmediatamente y -en el supuesto de insuficiencia de fondos-, esta previsto
el prorrateo y no la preferencia de alguno de los débitos respecto de otros” En definitiva, se trata
de preferencias o privilegios lao sensu, el tema es solo una cuestidn terminoldgica y se plantea
solo dentro de la semantica juridica. Con la ley actual tales preferencias se clasifican teniendo
en cuenta la prelacién que tienen los diferentes créditos aludidos, diferenciando entre la reserva
de gastos del art. 244, LCQ, que tiene preferencia sobre los privilegios especiales, y los gastos de
conservacion y justicia propiamente dichos del art. 240, LCQ, que tienen preferencia sobre los
privilegios generales.
Teniendo en cuenta la causa de la acreencia, puede clasificarselos en dos grandes grupos, los
créditos provenientes de gastos necesarios para la seguridad, conservacién y administraci6n de
los bienes del concurso y los correspondientes a honorarios y costas por diligencias judiciales o
extrajudiciales de beneficio comun. Aunque tal diferenciacion es meramente literal, la ley distin-
gue aquellos que benefician a todos los acreedores (gastos de conservacion y justicia) con prefe-
rencia todo el patrimonio en general y los que benefician solo a acreedores con privilegio especial
(reserva de gastos), preferidos a estos.
ERREIUS 541
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
del proceso, son los honorarios de los funcionarios del concurso, los cuales tanto en el preventivo
como en el liquidatorio se regulan al final.
desinteresar a estos acreedores al momento en que su acreencia sea exigible, no quedarian afec-
tados sus derechos si al momento en que existan fondos con la primera liquidacién que se realice,
se paguen estos créditos con mas los intereses devengados a partir de su exigibilidad.
Cualquiera sea el motivo por el cual no se pague, el crédito devenga intereses moratorios y los
que se hayan pactado por el retardo en el pago. Para que comience a correr el curso de los intere-
ses es necesario que el acreedor constituya en mora al concurso, lo cual diferira segtin el crédito
de que se trate, por lo que podra ser automatica 0 a través de interpelacién.
ERREIUS 543
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
caso de los créditos con garantias reales previstos en el inc. 4 del art. 241, LCQ, especificandose
ademas que la preferencia esta dada por las costas, intereses anteriores a la quiebra, capital y los
compensatorios posteriores, en este orden. Finalmente, para los casos del inc. 6 del art. 241, LCQ,
se remite a los respectivos ordenamientos.
La ley en el art. 245, LCQ, admite la subrogacién real en el caso de los créditos con privilegio
especial. El efecto de esta subrogacidn real reside en que el bien subrogado entra en el patrimo-
nio gravado con los mismos derechos, 0 sea con la misma afectacién que pesaba sobre el bien
enajenado, La subrogacién real se relaciona con el asiento subsidiario de los privilegios, por lo
que, en principio, desaparecida la cosa sobre cuyo precio de venta debian hacerse efectivos los
privilegios, corresponde extender el asiento a determinados montos dinerarios distintos al pre-
cio de venta. La subrogaci6n real, se produce ipso iure y tiene vigencia en tanto la sustitucién se
produzca mediante una regular enajenacion -en sentido /ato- del bien. Son requisitos para que
proceda la subrogacion real, la existencia de bienes individualizados en el seno del patrimonio,
la pérdida (indemnizaci6n) o enajenacidn (precio venta) de los bienes, ingreso de nuevos bienes
individualizados, lazo de filiaci6n directo y seguro entre el bien originario y el entrado en su reem-
plazo (BONNECASE). Ademas, quien pretende ampararse en la subrogacién real necesita no solo
invocar su privilegio sino probar que en el caso que plantea se dan los recaudos que permitan afir-
mar dicho supuesto, lo que quiere decir que el acreedor que pretenda hacer valer la subrogacion
real debe, mas alla de determinar el privilegio de su crédito, probar la sustitucién de bienes que se
produjo con la subrogacion real operada.
El inc. 1 del art. 241, LCQ, otorga privilegio especial a los créditos por gastos de construcci6n,
mejora o conservacién de bienes del concursado, fundado en el beneficio que reporta a los de-
mas acreedores la inversidn de gastos realizados en cardcter de necesarios para la misma cosa.
Los gastos de construccion incorporan un bien el patrimonio del deudor, el gasto de mejora hace
aumentar el valor de una cosa existente en el patrimonio y los gastos de conservaci6n mantienen
la cosa en el patrimonio del deudor, evitando su disminuci6n de valor por deterioro 0 su pérdida
por destruccion.
Para configurar el privilegio, la ley exige que sea el deudor quien haya requerido los gastos
y que la cosa se encuentre atin en su poder, en el sentido juridico del derecho dominial, pues el
privilegio carece de ius persequendi.
No existe el privilegio si la cosa se transmitiéd a un tercero como asi tampoco si el acreedor
ejerce el derecho de retencion. El privilegio cesara cuando el bien sale del patrimonio del deudor,
es decir, cuando pierde el derecho de dominio, pues no podra hacerse valer con relaci6n a bienes
ajenos al deudor, salvo que haya ingresado en su lugar algtin otro bien que haga operable la su-
brogacion real.
Silos gastos no se hubieran hecho por cuenta del concursado, sino de un tercero, el eventual
crédito contra el concursado a causa del enriquecimiento indebido no estaria amparado por el
privilegio que se consagra; ello porque el obligado es el tercero que contrajo la obligacién, mas
alla que la prestacion recaiga sobre el bien del fallido.
Se comprenden aqui los honorarios y gastos de quien construy6, conserv6 o mejor6 una cosa,
por lo que debe considerarse mano de obra y materiales, repuestos y otros insumos necesarios
para realizar el trabajo. Tratandose de cosas, quedan excluidos los gastos realizados para la con-
servacion de créditos y derechos.
Se incluye el crédito por expensas comunes de la propiedad horizontal devengado con ante-
rioridad a la sentencia de quiebra, esto en virtud de que es impensable la existencia de un edificio
sin estos gastos cuya falta de pago significarfan la ruina del edificio; es importante destacar que
resulta irrita la composicidn de las expensas, en cuanto a los rubros que incluye, por lo que como
esta preferencia solo se extiende al capital, resulta necesario que las expensas comunes sean dis-
criminadas para determinar qué conceptos en ellas incluidos tienen el caracter de crédito privile-
giado especial. El CCC expresamente las incorpora en el inc. a, art. 2582.
ERREIUS 545
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
También esta incluido en este inc. a) la prima de seguro que ampara los riesgos de la cosa, que
tiene privilegio por el importe anterior a la declaracién de quiebra pues, si bien el seguro no con-
tribuye necesariamente a conservar materialmente la cosa, posibilita la conservacion del valor de
esta en el patrimonio del deudor. Esto por aplicacién del principio de equidad y justicia,
Los créditos laborales tienen una amplia consideracién en el ambito concursal, a los cuales
se les reconoce amplias preferencias, ya sean temporales (vgr., pronto pago) como cualitativas,
pudiendo ser prededucibles, con privilegio especial o general, Solamente nacen de la relaci6n
laboral. El fundamento de esta preferencia radica en la naturaleza alimentaria del crédito laboral
(art. 14 bis, CN).
Para la configuracion de este privilegio (art. 241, inc. 2, LCQ) se exige que los bienes sobre los
cuales recae, mercaderias, materias primas y maquinarias, sean de propiedad del deudor.
Ademas, la ley exige que ellos se encuentren en el establecimiento donde el acreedor presta
servicios 0 que sirva para su explotacién, aunque no es indispensable que se encuentren en un
solo lugar, ni que el personal preste necesariamente servicios en el local o establecimiento donde
estén ubicadas o depositadas, sino que esos bienes sirvan para la explotacion del establecimien-
to donde prestan servicios, es decir que siempre habra vinculacion entre los diversos estableci-
mientos salvo que sean netamente independientes, en orden a la producci6n, administraci6n y
comercializacion. Esto se fundamenta en el hecho que limitaria la preferencia a los trabajadores
que realizan actividades de produccion, dejando de lado a otros empleados, como los administra-
tivos, que podrian llevar a cabo sus labores, en otro establecimiento, donde no se encuentran los
bienes asiento de esta preferencia. La justificacién de la preferencia en cuanto a las mercaderias,
es clara, pues seria injusto que otros acreedores, ajenos al proceso de produccion, se beneficiaran
con el mayor valor del trabajo incorporado al producto. Pero cuesta explicarla respecto de las ma-
terias primas y maquinarias, pues resulta un beneficio excesivo frente al proveedor de las prime-
ras y el vendedor de las segundas, por la parte impaga. La norma legal no alcanza a todos los com-
ponentes del fondo de comercio, quedando limitada a los tres supuestos previstos expresamente.
Alinsinuarse el crédito para su incorporacion al pasivo concursal es necesario que ademas de
invocarse el privilegio deba indicarse el asiento del mismo, pues sin asiento no hay privilegio. Si
el producido del asiento del privilegio no basta para satisfacer los créditos con privilegio especial,
el saldo insoluto, contrariamente a lo que ocurre en los demas privilegios especiales, no pasa a
ser quirografario, sino que goza de privilegio general (arts. 245, ultima parte, y 246, inc. 1, LCQ).
El privilegio, queda limitado a los créditos comprendidos en la norma sin posibilidad de que
sea extendido a otros créditos laborales. En tal sentido comprende las remuneraciones debidas
al trabajador por seis meses, las indemnizaciones por accidentes de trabajo, las indemnizaciones
por antigitedad y despido, la indemnizacién por falta de preaviso y fondos de desempleo.
Respecto de las remuneraciones se reconoce la preferencia a las debidas por seis meses in-
dependientemente de la fecha del concurso., La preferencia no necesariamente alcanza a las re-
muneraciones devengadas durante seis meses, sino que podra ser extendida a lo que propor-
cionalmente corresponda a los haberes de esos seis meses cuando la deuda devengada importe
mas periodos, El concepto de remuneracion es el que surge del art. 103, LCT, englobandose en
él diversas especies del género salario: comisiones, horas extra, guinaldo etc, en la medida en
que su percepcidén pueda ser considerada como normal y habitual. Se podra dudar en relacién al
sueldo anual complementario, el cual expresamente se encuentra mencionado en relacién a los
privilegios generales y no hace lo propio la norma referida a los especiales, pudiéndose entender
que carece de privilegio especial, sin embargo, no puede negarse su cardcter remunerativo lo que
hace que quede incluido dentro de los privilegios especiales, y la referencia que hace el art. 246,
inc. 1, LCQ termina siendo redundante, al preverse el privilegio general para las remuneraciones.
EI saldo insatisfecho del rubro remuneraciones, agotado el asiento del privilegio especial pasaa
ser un crédito residual con privilegio general, sin embargo, debe considerarse especialmente que
también el privilegio general queda limitado también a los seis meses, por lo que las remunera-
ciones que superan ese lapso siempre son créditos quirografarios.
La conjuncién que se produce entre el derecho concursal y el tributario hace que el tema de
los créditos fiscales concursales sea de muy dificil aprehensién y uno de los principales proble-
mas interpretativos nace a partir de la multiple legislaci6n en materia tributaria, pudiendo nacer
del orden nacional, del régimen estadual o del municipal. Sin embargo, tal combinacién queda
limitada ala creacién de los impuestos, tasas y contribuciones, y sus condiciones, pero los cédigos
fiscales locales no podran inmiscuirse en cuestiones inherentes a la legislacidén de fondo, como la
forma de extincién de tales créditos y la preferencia que a ellos se les reconozca, lo que quedara
reservado a la legislacién nacional. A los créditos del Fisco se le reconoce una triple preferencia,
pudiendo ser prededucibles cuando se devengan luego de la apertura del concurso, con privilegio
especial cuando recaen sobre bienes determinados 0 con privilegio general cuando afectan todo
el patrimonio. Y reconocerle al Estado un privilegio de tal naturaleza para asegurarle el cobro de
sus créditos resulta necesario por constituir esta, su fuente principal de ingresos para atender a
las multiples necesidades publicas con finalidades sociales. El privilegio nace por la naturaleza
del crédito al que accede.
Los créditos fiscales comprendidos en la norma y que tienen privilegio especial (art. 241, inc.
3, LCQ) como se trata de preferencias que se aplican a créditos que revelan una estrecha relacion
entre la causa de la obligacién y la cosa misma, el asiento seran bienes determinados sobre los
que se aplican directamente ciertos tributos. Entonces para saber si el crédito fiscal tiene privile-
gio especial, debe tenerse en cuenta primero, si esta relacionado con algtin bien determinado del
contribuyente y en el caso que asi sea, si le correspondera la preferencia, para lo que se acude ala
ley reguladora del tributo. Sera suficiente que haya sido el bien el hecho imponible del tributo, sin
importar si la naturaleza del tributo tiene 0 no relacién directa con la cosa.
Siel asiento sobre el que recae el privilegio especial se agotara y quedara un saldo deudor, no
pasa a tener el privilegio general que acuerda el art. 246, inc. 4, LCQ, sino que se considera qui-
rografario. La redaccion del inc. 3 del art. 241, LCQ, hace referencia a los “impuestos y tasas que
se aplican particularmente a determinados bienes”; en cambio, el art. 246, inc. 4, LCQ, no incluye
especificamente a los tributos que recaen sobre bienes determinados, en la misma forma que se
hace con los créditos laborales y tampoco hace referencia a los saldos impagos. Atento la interpre-
tacion restrictiva y la naturaleza de los privilegios generales, los cuales no quedan relacionados
con un bien determinado sino con todo el patrimonio como universalidad, el remanente impago
del crédito fiscal con privilegio especial pasa a ser quirografario.
La norma se refiere indistintamente a tributos nacionales, provinciales o municipales y la pre-
ferencia solo se aplica a impuestos y tasas, y al no estar expresadas en la previsién, no se amparan
con este privilegio las contribuciones por mejoras, ni las multas fiscales. Impuesto es la carga
publica general y colectiva destinada a cubrir gastos por servicios que benefician a todos los ha-
bitantes del pais, es obligatorio, legal y no contiene servicio alguno; y tasa es la contraprestacion
impuesta a los particulares en retribucién de un servicio publico divisible y determinado y se
funda en la posibilidad de uso del referido servicio, sea que se use efectivamente o no. A modo
de ejemplo pueden enumerarse como créditos garantidos con privilegio especial a los impuestos
internos, impuestos inmobiliarios y de automotores y algunos aduaneros y tasas municipales.
ERREIUS 547
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
El derecho de retencion es la facultad que la ley le otorga a ciertos acreedores de retener una
cosa de propiedad del deudor, hasta tanto este abone lo que adeuda en razon de la misma cosa. Es
una garantia otorgada al acreedor, en virtud de la cual se priva al deudor de la posesion de la cosa,
en resguardo de un derecho personal de crédito. Resulta ser una medida cautelar en seguridad de
un crédito que en la quiebra se transforma en privilegio sobre la cosa.
Dispone el ine. 5 del art. 241, LCQ, que tendra privilegio especial lo adeudado al retenedor
por razon de la cosa retenida a la fecha de la sentencia de quiebra (art. 131, LCQ), extendiéndose
el privilegio ala garantia establecida en el art. 2593, CCC, el cual hace referencia ala autorizaci6n
que puede dar el juez para que se sustituya el derecho de retencion por una garantia suficiente. El
fundamento de la prevision radica en que el acreedor no pierde el derecho de retencion, sino que
su ejercicio queda suspendido material 0 fisicamente con la quiebra. El asiento del privilegio es el
producido de la liquidacion de la cosa retenida por el acreedor.
Para la existencia del derecho de retencion es necesario que el acreedor tenga la posesion de
la cosa del fallido, con la intencion de conservarla hasta el pago de lo que le es debido por aquel
en virtud de la misma cosa (art. 2587, CCC). El ius retentionem funciona como ius in re y requiere
una conexidén entre la cosa retenida y el crédito del que la retiene.
En cuanto al rango de esta preferencia del retenedor, ocupa el quinto lugar entre los privile-
gios especiales. La ley 24.522 baja su rango, porque bajo la ley 19.551 ocupaba el primer lugar en-
tre los de su categoria. Igualmente, en cierto modo, el privilegio es mejorado pues, si la retencidn
comenzé a ejercerse ante de nacer los créditos que le son preferentes, pasa a aventajarlos (art.
243, inc. 2, LCQ). Esto quiere decir que el retenedor se rige por el principio prior in tempore, como
resulta del CCC (art. 2586, inc. b, CCC), por lo que en este caso se deja de lado el principio que rige
en la materia, cual es el adagio privilegia non ex tempore aestimatur, sea ex causa.
La ley concursal convierte el ius retentionem en un privilegio especial. Acaecida la quiebra,
el retenedor debe proceder a la entrega del objeto retenido al sindico, quien tomara posesion del
mismo bajo inventario, no quedando perjudicado el retenedor por razén del privilegio especial
que esta ley le acuerda. Si cesa la quiebra antes de la enajenacion del bien, continua el ejercicio
del derecho de retencién, debiéndose restituir el bien al retenedor, a costa del deudor. El concur-
so suspende el ejercicio del derecho de retenci6n sustituyendolo por un privilegio especial, pero
por el hecho suspensivo, si cesa la quiebra, cesa la suspension y debe restituirse la cosa para que
se continue en el ejercicio del derecho (art. 131, LCQ). Pueden darse tres situaciones juridicas en
que puede hallarse el retenedor dentro de un proceso concursal: si el bien objeto de Ja retencién
es enajenado por el concurso, el retenedor goza de privilegio especial por su crédito hasta la fecha
de declaracién de quiebra sobre el producido del bien; si el bien objeto de la retencidén ha sido
sustituido por una garantia, el retenedor goza de privilegio especial sobre la garantia otorgada;
y si el bien no ha sido enajenado por el concurso y cesa la quiebra, el bien debe ser restituido al
retenedor a costa del deudor.
ERREIUS 549
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
que deriven de la busqueda, asistencia o salvamento de la aeronave que tienen privilegio sobre la
aeronave y sobre la carga o flete; supuesto que no requiere inscripcidn.
Todos estos privilegios se extienden exclusivamente al capital porque la ley nada determina
en relacién a la extension de los privilegios en ella estipulados por lo que la interpretacion restric-
tiva que rige la materia nos impone aquella conclusion limitada. En la hipoteca aeronautica (art.
53, CAero.), el privilegio se extiende al capital y las costas, pero no a los intereses (art. 60, CAero.).
En cuanto a la graduacion de estos créditos, los créditos que se refieren a un mismo viaje son
privilegiados en el orden que se establece en el art. 60, CAero., y cuando se trate de privilegios de
igual categoria, los créditos se cobraran a prorrata (art. 61, CAero.). El Cédigo Aerondutico aplica
el mismo principio temporal de la Ley de Navegacién por el cual los créditos privilegiados del
ultimo viaje son preferidos a los de los viajes precedentes (art. 61, CAero.). En el caso de créditos
provenientes de la busqueda, asistencia o salvamento de la aeronave, los mismos tiene el tercer
rango segun el art. 60, CAero.) entre los créditos cuyo asiento es la aeronave, pero adquieren el
primer rango cuando la preferencia se hace valer sobre la carga o flete. En el caso de acreedor
hipotecario, el mismo solo queda postergado por los gastos causidicos, el crédito por salvamento,
los créditos por utilizacidn de aerodromos y demas servicios, crédito por aprovisionamiento y
reparacion realizados durante el viaje y los sueldos de la tripulacién por el Ultimo mes de trabajo
(art. 57, CAero.).
3.8. Superprivilegio del Banco Central de la Republica Argentina (art. 53, ley 21.526)
Si bien este privilegio ya estaba consagrado por el art. 54, ley 21,526, ahora con el texto ordena-
do por las leyes 24.144 y 24.485 rige en el art. 53, que luego de la ley 24.522 yla reforma que sufrid
el articulo por la ley 24.627 ha adquirido otros matices. La reforma de 1995 lo incorporaa la galeria
de preferencias concursales, con rango superior a los créditos prededucibles.
Para algunos, al otorgarse este privilegio al Banco Central de la Republica Argentina en virtud
de su calidad como acreedor, se vuelve al caracter personalista de los privilegios, el cual fue des-
terrado hace tiempo de la teoria general sobre este instituto (CAMARA). En contra, sé sostuvo que
no se trata de un privilegio personal, sino que, por la naturaleza del crédito, el legislador fundan-
dose en el hecho de favorecer el contralor que ejerce el Banco Central de la Republica Argentina
en el sistema financiero nacional crea el privilegio, la preferencia es la que debe tener el Banco
Central en el cumplimiento de sus funciones indelegables (BONFANTI). El privilegio es creado de
esta manera, teniendo en cuenta el legislador su naturaleza técnico-financiera que deriva, como
ya dijimos, de las obligaciones asumidas por el Banco Central de la Republica Argentina como
prestamista de tltima instancia en su funcion asistencial en el sistema financiero.
En principio, el original art. 54, ley 21.526, del ano 1977 introdujo la cuestion de la preferencia
a cualquier otro acreedor respecto de lo gastos en que incurriera el Banco Central de la Republica
Argentina como ente liquidador de las entidades financieras. En 1982, con la reforma de la ley
22.529 extendio este privilegio a cualquier otro conceptoy le dio el rango de “privilegio absoluto”
(Marri), excepto respecto de hipoteca, prenda, créditos laborales privilegiados. En consecuen-
cia, el privilegio no regia para créditos determinados sino para gastos de cualquier naturaleza que
haga el ente bancario central en la liquidacion de una entidad financiera, En 1993, con el dec. 2075
incluye ciertos créditos del Banco Central de la Republica Argentina como gastos del concurso y
preferente a los gastos prededucibles de la quiebra, pero la ley 24,485 dejaba lo suficientemente
claro que los créditos del Banco Central no postergaban los créditos del concurso sino los de la
fallida (MARTORELL).
Actualmente, podria llegar a considerarse a estos créditos como con un superprivilegio, va-
riando su rango segtin sea la naturaleza del crédito. Cuando el crédito, por su naturaleza, pueda
ser relacionado con algtin bien, tendra privilegio especial (art. 241, inc. 6, LCQ, art. 53, LEF) y cede
ante créditos hipotecarios o prendarios, créditos laborales con privilegio especial y créditos de de-
positantes. Como siempre, el privilegio debe ser considerado segtin la naturaleza de la acreencia,
cuando no exista la posibilidad de ser privilegio especial, no rige el art. 241, inc. 6, LCQ, y entra
en juego solamente el art. 53, LEF, con su “privilegio absoluto’, es decir que cuando sea gasto pre-
deducible sera preferido a todos los gastos del concurso y cuando sea crédito anterior al proceso
concursal sera un privilegio superior a los generales o “privilegio general absoluto”
3.9. Privilegios del seguro de responsabilidad civil (arts. 118 y 160, ley 17.418)
Este privilegio es acordado por los arts. 118 y 160, ley 17.418, y la ley 24.522 los incluye dentro
del plantel de los concursales. Para estos casos la ley concursal le reconoce privilegio especial,
pero la ley 20,091 en su art, 54, inc. b, le reconoce privilegio general, sin embargo, atento lo norma-
do por el art. 239, LCQ tal preferencia careceria de vigencia, por lo menos cuando la liquidacién
de la entidad aseguradora se rija por la ley de concursos.
La Ley de Seguros -limitada al seguro de responsabilidad civil- (ley 17.418) en el art. 118 otor-
ga privilegio especial al crédito del damnificado sobre la suma asegurada y sus accesorios, con
preferencia sobre el asegurado y cualquier acreedor de este. Este privilegio merecio la critica de
cierta doctrina que interpreta que en el caso del art. 118 se sustenta la opinion de que se trata de
un privilegio general, a causa de la indeterminacion de su asiento especifico, pues la mencion que
la norma hace de la suma asegurada y sus accesorios no es la determinacion de un asiento sino de
la extension del privilegio (IGLEsias). En realidad, la preferencia se ejerce ante la quiebra del ase-
gurado y el damnificado tendra derecho a cobrar su indemnizacion sobre la suma asegurada que
ingrese al patrimonio del fallido e indirectamente esté destinada a mantenerlo indemne. Como
puede verse debe existir contrato de seguro y citacién en garantia de la aseguradora. En caso de
quiebra del asegurado el damnificado tendra derecho a cobrar la suma asegurada. El asiento del
privilegio es la suma asegurada y sus accesorios. La ley no prevé la extensién del privilegio, pero
como la ley hace referencia a los “accesorios” la extensidn corresponde al capitaly sus intereses.
Por su parte el art. 160, LS dispone que, en caso de liquidacién voluntaria o forzosa del ase-
gurador, el conjunto de los asegurados gozara de privilegio especial sobre el saldo acreedor que
arroje la cuenta del asegurador con el reasegurador. Para la existencia de la preferencia es necesa-
rio que exista contrato de reaseguro entre la companifa liquidada y otra aseguradora. Ello implica
que se liquidaran las cuentas existentes entre asegurador y reasegurador y si existe saldo a favor
de la aseguradora liquidada, existe preferencia a favor de los asegurados sobre aquel saldo. El
asiento del privilegio es el saldo acreedor a favor de la aseguradora liquidada en la cuenta de su
reasegurador. La ley no determina la extensién del privilegio, por lo que queda limitada al capital.
En el régimen estatal de reaseguro (INDER) esta preferencia tendra poca aplicacion practica, lo
que se tornara factible en caso de reaseguradora privada. En este supuesto la preferencia del ase-
gurado se ejerce en la quiebra o liquidacién de la aseguradora, gestidn que debera hacerse por la
sindicatura ante la reaseguradora, previa verificacion de los créditos por parte de los asegurados.
ERREIUS 551
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Los privilegios generales se extienden exclusivamente al capital, con excepcion de los créditos
laborales del inc. 1, art. 246, LCQ, atento que la parte final de la norma prevé que en el privilegio
“se incluyen los intereses por el plazo de dos afos contados a partir de la mora, y las costas judicia-
les en su caso” El privilegio general ampara también a los honorarios de los letrados del trabajador
y auxiliares de la justicia (v.gr., perito) en el juicio laboral, cuando integren las costas. Sin embargo,
tales créditos por honorarios no tienen habilitado el pronto pago en el concurso preventivo (art.
16, LCQ), aunque pareciera viable en la quiebra, alcanzando a todos los créditos laborales privile-
giados (art. 183, segunda parte, LCQ).
El art. 247, LCQ, determina una limitacién en el asiento del privilegio y crea un rango diverso
entre los privilegios generales. Si bien conforme el art. 249, in fine, LCQ los créditos con privilegio
general, tienen todos, el mismo rango, y en caso de que no puedan cubrirse todos los créditos
con el producido de los bienes, cobraran a prorrata; por aplicacion del art. 247, LCQ los crédi-
tos laborales emergente de sueldos, salarios y remuneraciones mencionadas en el inc. 1 del art.
246, LCQ tienen un rango superior al resto de los créditos. Una vez satisfechos los créditos con
privilegio especial con el producido del asiento de los mismos, con deduccion de la reserva de
gastos (art. 244, LCQ), desinteresados los acreedores del concurso (art. 240, LCQ), y cubiertos los
sueldos, salarios y remuneraciones, los créditos con privilegio general no pueden absorber mas
del cincuenta por ciento del producto liquido de los bienes, quedando la parte no satisfecha de
tales créditos convertida en créditos quirografarios, cobraran a prorrata con las acreencias co-
munes. Esta norma si bien es fundamental para posibilitar que la mayor parte de los acreedores
puedan concurrtir sobre el producido del patrimonio del deudor, la solucidn no se advierte como
correcta, no son convincentes las razones aducidas, resulta ser una mutilacion a los créditos con
privilegio general. Silos créditos con privilegio general gozan de esas preferencias no hay motivo
para reducir el asiento de los mismos. Deberia, en todo caso, reelaborarse los privilegios generales
restringiéndolos y considerando concretamente sus fundamentos. Entonces en caso de concurrir
varios créditos con privilegio general, desinteresados los acreedores por salarios, si no alcanzan
los fondos para satisfacer integramente tales acreencias, la distribucién se hace pari passu entre
ellos hasta el cincuenta por ciento del producido liquido de los bienes, por el saldo concurren a
prorrata con los créditos comunes.
Flinc. 1 del art. 246, LCQ, regula el privilegio general de los créditos laborales.
Es una norma meramente enunciativa, pues como bien surge de su literalidad el privilegio
abarca a “cualquier otro (crédito) derivado de la relacién laboral’) con lo cual quedan cubiertos
todos los créditos que tengan causa laboral. Ello hace que queden comprendidos los créditos la-
borales que, habiendo tenido privilegio especial, resulta un remanente insoluto, el que pasa a
tener privilegio general. Los unicos créditos laborales que seran quirografarios son los salarios y
subsidios familiares que excedan de los seis meses y los intereses que van mas alla de los dos anos
desde la mora.
El otorgamiento de privilegio general a casi todos los créditos laborales se condice con la
orientacién legislativa de proteccién concursal de tales créditos, apuntalada por normas supra-
legales contenidas en el Convenio (OIT) 173 ratificado por ley 24.285 (art. 75, inc. 22, CN). Se les
otorga preferencia temporal de cobro con el pronto pago, otras veces, cuando se devengan luego
del concurso, son prededucibles y cuando son concursales, podran tener privilegio especial o
general, segun el caso. Incluso, la Corte Suprema (CSJN, 26/3/2014, “Pinturas y Revestimientos”)
ha desplazado el régimen de privilegios concursales, dandole preeminencia a un crédito laboral,
especialmente sobre los créditos estatales, incluidos aquellos con privilegio especial.
La preferencia es reconocida para el capital, las costas y los intereses por dos anos desde la
mora.
De la misma manera que para los privilegios especiales, respecto de las remuneraciones y
ahora también para los subsidios familiares, la ley contiene el limite temporal de los seis meses.
Dicho limite no comienza a contarse desde la apertura del concurso preventivo o de la sentencia
de quiebra, sino que se incluyen los créditos debidos por los ultimos seis meses de la relacion
laboral independientemente del comienzo del proceso falimentario. En los privilegios generales
se incluye expresamente al sueldo anual complementario, por lo que este crédito no queda com-
prendido en el rubro remuneraciones, como ocurre en caso de privilegio especial, y entonces no
tendra la limitaci6n de los seis meses. Por lo que respecta a las indemnizaciones por accidentes
de trabajo es indiferente a los fines de la concesién del privilegio, que se obtenga su cobro por la
accion especial o la del derecho comun. Los créditos por asignaciones familiares, cuando estan a
cargo del empleador si bien no integran el salario, estan cubiertas por el privilegio general
ERREIUS 553
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
Esta prelacién no se basa en la calidad del acreedor, sino que se considera el hecho de que el
sistema tributario y los ingresos que origina son indispensables para que el Estado pueda cumplir
con sus fines,
Se encuentran amparados con el privilegio general del inc. 4 del art. 246, LCQ, solamente
los créditos por impuestos y tasas que recaen sobre la universalidad de bienes componentes del
patrimonio del fallido. Existe privilegio especial cuando se trata de créditos sobre bienes determi-
nados, y los privilegios generales recaen sobre bienes indeterminados, por lo que el remanente
impago de los privilegios especiales no tiene privilegio general, sino que es quirografario.
El privilegio general le corresponde al capital por los impuestos y tasas adeudados al fisco
nacional, provincial o municipal y no se extiende a los intereses devengados, recargos, multas, ni
a ningun otro accesorio, como asi tampoco a ninguna otra acreencia que no corresponda al fisco.
A diferencia de lo que ocurre en caracter de privilegio especial, nitidamente el legislador los limité
al capital,
La ley, incorporando el inc. 5 al art. 246, LCQ, crea un privilegio general a favor del librador de
la factura de crédito, por el solo hecho de la forma instrumental y con un limite por monto que se
computa por cada letra.
La ley 24.760 crea la denominada factura de crédito, titulo valor que debe ser creado en todo
contrato en el que alguna de las partes esté obligada a emitir factura. La exigencia de tal docu-
mento es para los contratos de compraventa y locaci6n de cosas muebles, y para las locaciones de
servicios y de obra, siempre que ambas partes se domicilien en la Argentina, se convenga un plazo
para el pago del precio posterior a la entrega de la cosa o servicio, y que el comprador o locatario
adquiera, almacene, utilice o consuma las cosas, los servicios o la obra para integrarlos directa
o indirectamente en procesos de produccion, transformacio6n, comercializacién o prestacion a
terceros, sea de manera general o especifica (art. 1).
El privilegio general corresponde al capital por facturas de crédito aceptadas por hasta $
20.000 por cada vendedor o locador, derecho que podra ejercitar el librador de las mismas in-
cluso por reembolso a terceros o cesionario de ese derecho del librador. El privilegio también se
extiende, en las mismas condiciones del cedente, al tercero que obtuvo la factura por cesion del
derecho comun. El privilegio tiene un limite nominal por cada vendedor o locador, prescindiendo
del nimero de facturas. También cabe precisar que comprende solo al capital, lo que excluye del
privilegio a los intereses y demas recargos que correspondieran.
La solucién es poco ortodoxa, pues privilegia a las facturas de crédito respecto de otros titulos
valores, tales como la letra de cambio, pagarés o cheques, que no gozan de similar preferencia.
5. Créditos quirografarios
ERREIUS 555
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
extranjeros no esté prevista la reciprocidad a que hace referencia el art. 4, parr. 3, LCQ. Dentro
del orden de prelacion que surge de la interpretaci6n integral de la ley corresponde situar luego
de los acreedores comunes a los acreedores pagaderos en el extranjero, en cuyos ordenamientos
falimentarios no esté prevista la referida reciprocidad.
La postergacion de los acreedores pagaderos en el extranjero no les impide ejercer las ejecu-
ciones o pedir la quiebra en el extranjero, sino que la preferencia de los acreedores locales se tra-
duce en impedir que aquellos acreedores pretendan, actuando en el concurso abierto en el pais,
disputarles su derecho de cobro, antes que ellos, con los bienes locales.
7. Créditos subordinados
La disposiciédn enunciada en el art. 250, LCQ, precepttia que el titular de un crédito que hu-
biere subordinado su pago a la propia satisfaccion de ciertos acreedores no podra mejorar su
situacion por el hecho de la quiebra de su deudor.
La legislacion concursal, como novedad en este campo del derecho, se ocupa de los negocios
juridicos de subordinacion crediticia, entendidos como aquellos en que un acreedor -subordina-
do- consiente que otro acreedor -superior- goce de mayores derechos para el cobro de su crédito
respecto de un deudor comun a ambos, La incorporacion de estos pactos al régimen juridico na-
cional la hace la ley 24.441 al reformar el art. 3876, CCiv., ahora los prevé expresamente el 2575,
GGG.
También se refiere a créditos en que las partes hayan dispuesto la postergacién de su percep-
cidn hasta la satisfaccién de otras deudas presentes o futuras del deudor. Estos créditos subor-
dinados concurren sobre el excedente que pudiere quedar después de atendidas las restantes
categorias precedentes y segun las respectivas condiciones de la subordinacién.
La ubicacion de estos créditos dependera de la negociacién entre el deudor y acreedor, aun-
que seria poco probable en la practica imaginarse a un acreedor hipotecario postergando su cré-
dito. No debe confundirse, los acreedores subordinados lo son con relaci6n a otros acreedores o
a otra categoria de acreedores, pues cobran con posterioridad a estos y siempre sus créditos se
regiran por las condiciones de su subordinacion. Es necesario que la convencion sea anterior ala
quiebra, la cual necesariamente debe ser puesta en conocimiento del juez concursal.
CONCLUSION DE LA QUIEBRA
I, INTRODUCCION
Existen diversas formas de conclusién concursal, algunas comunes al concurso preventivo y
la quiebray otras particulares de cada instituto.
La ley 24.522 deroga el acuerdo resolutorio como conclusivo de la quiebra, fundandose el
legislador en los magros resultados obtenidos por el mismo a lo largo de la historia concursal y,
en cierta manera, lo sustituye por el nuevo instituto de Ja conversion de la quiebra en concurso
preventivo, bajo el argumento que sera mucho mas factible la reconduccién patrimonial, al poco
tiempo de abierta la quiebra, y no luego de transitada la misma con los efectos propios que produ-
cen sus efectos sustanciales, como principalmente el desapoderamiento, lo que impide cualquier
acuerdo exitoso entre el deudor y sus acreedores.
Hay que diferenciar aquellos modos conclusivos que remueven la sentencia de quiebra de
aquellos que la presuponen, En el primer caso (v.gr., revocacion, conversion), la conclusion tiene
efectos ex tune y se considera como si nunca hubiese existido, salvo excepciones legales respecto
de ciertos efectos consumados; en cambio, en el segundo supuesto, que se da cuando la sentencia
de quiebra ha adquirido firmeza y alcanzado la autoridad de cosa juzgada (ver., avenimiento, con-
clusion luego de la clausura del procedimiento), la quiebra es presupuesto, por lo que los efectos
son ex nunc, es decir, desde la fecha del decreto.
ERREIUS 557
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
miento seguido para el caso del concurso preventivo y el art. 56, LCQ (CoNIL Paz), sin embargo,
la inexistencia de bienes deja sin objeto la ejecucién, por lo que existe imposibilidad material
de ejecucion. Ello es consecuencia del juego armonico del desapoderamiento y la inhabilitacion
(arts. 104, 107 y cc., LCQ). Entonces, la conclusién falencial importa una suerte de caducidad
de los derechos de los acreedores para perseguir el cobro de la porcion impaga de sus créditos,
tanto del saldo insoluto como los intereses suspendidos. En la misma orientacin, en tales casos
de conclusion de la quiebra (y de hecho en todas las liquidativas) los acreedores concursales no
concurrentes no recuperaran sus acciones individuales atento haberse producido la liquidacién
total de los bienes. En todas las quiebras liquidativas rehabilitado el fallido y concluida la quiebra
cesa el desapoderamiento como efecto patrimonial por lo que no existen bienes sobre los cuales
puedan ejercer los derechos los acreedores concursales.
1. Avenimiento
1.1, Formalidades
Las conformidades para el avenimiento son logradas por el deudor, en general, a través de
negociaciones individuales con cada uno de los acreedores, las cuales son extraconcursales y no
necesitan ser exteriorizadas en el expediente falencial, por lo que dicho voluntarismo hace que
queden circunscriptos al ambito privado. En tal orden, no debe respetarse la par condiicio y la
negociacion es libre entre las partes. E] juez no ejerce contro] alguno sobre el contenido de tales
acuerdos, los cuales incluso podran ser no escritos.
No existe problema en que la conformidad sea presentada en un solo escrito 0 en tantos como
acreedores existan, es un acto formal no solemne. Solo debera acompanarse al expediente la con-
formidad escrita de todos los acreedores verificados con firmas certificadas por ante escribano
publico, autoridad administrativa o por el secretario del juzgado concursal.
Se ha discutido la posibilidad de que algtin acreedor revoque la conformidad dada para el
avenimiento. Por un lado, ALBERTI se pronuncid a favor de ello para el caso de que no se haya lo-
grado la unanimidad y no se haya pactado la irretractabilidad. En contrario, RIVERA, rebatiendo la
anterior opinion y con razon, entiende que ello seria imposible porque, si bien se trata de una de-
claracion de voluntad unilateral, esta destinada a regir en el ambito de actuacién del fallido don-
de produce sus efectos, por lo que impide ser dejada sin efecto unilateralmente salvo que exista
alguin vicio de la voluntad (error, dolo o violencia) o de los actos juridicos (lesién, simulacién o
fraude). Hay que reconocer que nada impide que el consentimiento dado por el acreedor haya
sido sometido a una condicién o plazo resolutorio, como propician los defensores de la otra tesis.
1.2, Unanimidad
ERREIUS 559
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
mente en la ley, es impedir la insinuaci6n de nuevos acreedores al pasivo concursal, siempre ello
condicionado a que el avenimiento sea aprobado (ALBERTI). Ello surge entendiendo que verifica-
cidn queda suspendida como tramite propio de la quiebra.
E| juez al resolver sobre el avenimiento se limitara a hacer un control sobre el cumplimiento
de los recaudos y, de concurrir la unanimidad de los acreedores (conformidad, depdsito o garan-
tia) sin homologar acuerdo alguno, resolvera sobre la conclusién de la quiebra por avenimiento o
composicién de la /itis falencial. Se explica lo innecesario de la homologacién en el hecho de que
no corresponde al juez tutelar judicialmente los derechos de los acreedores, ello atento la una-
nimidad requerida o en su caso la suficiente garantia de los ausentes o pendientes de resolucién
(Cont Paz).
Al presentarse el avenimiento, el juez al admitirlo deberda fijar la suma que corresponda a los
acreedores ausentes 0 pendientes de resolucion, resolviendo si debe depositarse la suma 0 sera
suficiente una garantia, la cual debera determinarla el juez. Luego, conforme al parr. 2 del art. 226,
LCQ, al resolver sobre la conclusién de la quiebra, el juez debera fijar la garantia que debe prestar
el deudor para hacer frente a los gastos de justicia y el plazo para su otorgamiento, regulandose
también los honorarios de los funcionarios intervinientes, los cuales deberan ser garantizados.
En cuanto a la tasa de justicia, la misma sera liquidada conforme al pasivo verificado, pues es él
el que adquiere relevancia en la quiebra concluida por avenimiento y no el activo liquidado 0 li-
quidable. No cumplida la garantia exigida en el plazo pertinente renace la quiebra como si nunca
hubiese sido concluida, continuandose con la liquidaci6n y admitiéndose la presentacion tardia
de acreedores.
1.4, Efectos
El art. 227, LCQ, dispone los efectos del avenimiento, aunque los previstos en el parr. 1 en
realidad, se convierten en los efectos propios de toda conclusién falencial. En tal sentido, toda
conclusion falencial hace cesar los efectos de la quiebra, siendo validos los actos cumplidos por
los funcionarios concursales.
Los efectos propios de la conclusi6n quedan diferidos para el momento en que se satisfaga la
garantia para el pago de los gastos y las costas del juicio, por lo que la resolucion quedara latente
hasta dicho instante. Y, en caso de incumplimiento, la conclusién fue inoperativa sin alcanzar
finalmente eficacia. En cambio, cumplidas las garantias cesaran todos los efectos sustanciales y
procesales de la quiebra quedando totalmente extinguida con efectos ex nunc. En caso de que
tales garantias no hayan sido suficientes y existan acreedores prededucibles insatisfechos, ellos
deberan instar las acciones individuales sin posibilidad de enervar la conclusion de la quiebra
y, en caso de apertura de un nuevo concurso, tales acreencias seran consideradas quirografarias
pues no tienen el caracter de la prededucibilidad en el nuevo concurso (arts, 239 y 240, LCQ).
También como efecto propio del avenimiento, los acuerdos llevados a cabo por el deudor con
sus acreedores, en caso de incumplimiento, no reabren la quiebra, sino que los acreedores ten-
dran los derechos que de ellos surjan, pudiendo ejecutarlos o solicitar la apertura de un nuevo
concurso. En la hipdtesis de inexistencia de un acuerdo acreditable judicialmente, los acreedores
no recuperaran las acciones individuales correspondientes a sus créditos, Tales acuerdos, como
modalidad negocial antecedente al avenimiento, producirén, en su caso, una novacién objetiva
del crédito (Dasso), lo que importara también la extincién de los efectos respecto de los fiadores,
garantes y los codeudores solidarios, porque se benefician de la extincién de la obligacién prin-
cipal (arts. 835, 846, 940, y 1597, CCC). El asentimiento del avenimiento puede importar el desin-
terés del acreedor por cualquier medio de pago, entendido ello en sentido amplio. La obligacioén
se extingue por pago lato sensu, liberandose a los obligados accesorios. Tal desinterés debe ser
documentado en forma separada 0 conjunta con la conformidad para concluir la quiebra. El con-
sentimiento para levantar la quiebra por avenimiento sin existencia de acuerdo se convierte en
una renuncia tacita del crédito o remision de la deuda. (doctr. art. 227, 2 parr., LCQ). Implica una
renuncia tacita porque el acreedor realiza un acto positivo contrario ala percepcion del crédito,
pues el asentamiento no puede ser igualado al desistimiento procesal, pues el mismo implica no
solo desistir del proceso sino también de la quiebra como instituto sustancial, dejandose sin efec-
to el desapoderamiento, elemento primordial que resulta necesario para hacer efectivo un crédito
2. Pago total
El pago total seria la forma conclusiva ideal de la quiebra, aunque es la que mas dificilmente
pueda darse, ya que se produce cuando, liquidados los bienes del activo falencial, su producido
alcanza a cubrir el total de los créditos verificados, los pendientes de resolucién y los créditos
prededucibles (art. 228, LCQ).
En realidad, se trata de un pago total por distribucidn final de los bienes, pues también se
concluira la quiebra, existiendo cancelacion total de los créditos, en el caso de que el fallido acom-
pane cartas de pago. Es una dacion de pago efectuada por el sindico como organo concursal con
el producido de la liquidacion.
Si bien la ley requiere que el pago total se haga con los bienes desapoderados -rectius: produ-
cido de ellos en la liquidacién-, igualmente tal conclusion por pago total podra producirse cuan-
do el saldo insoluto, luego de aplicado al pago el producido de la venta de los bienes, se cancele
depositando los fondos, ya sea el deudor o un tercero. Lo que debe admitirse, en una postura
flexible, porque no existe razon para continuar la quiebra, cualquiera fuese la forma en que los
acreedores queden desinteresados. La cuestion es clara si los fondos los deposita el deudor, sin
embargo en caso de que el pago lo haga un tercero, ello seria factible solo si renuncia a su derecho
de repeticién contra el fallido, porque en caso contrario ocupa el lugar del acreedor desinteresado
y no puede haber conclusién.
La conclusion por pago total podra hacerse luego de aprobado el proyecto de distribucién
definitivo, pues es ahi donde se podra constatar que los bienes fueron suficientes para la cance-
lacién de los créditos y costas. La resolucién de conclusién debera ser decretada oficiosamente
por el juez, aunque nada impide que ella sea impulsada a través de una petici6on realizada por el
sindico 0 el fallido.
El] pago total no solo abarca los créditos verificados, sino que el producido de la liquidacién
de los bienes también debe ser suficiente para cubrir los créditos pendientes de resolucién, los
que quedaran contenidos, en la distribuci6n, como reservas conforme al inc. 2 del art. 220, LCQ.
Resueltos aquellos incidentes de verificaci6n, en caso de haberse admitido la acreencia, se pagara
alos acreedores y en caso contrario se liberara la reserva y constituird el remanente 0 en su caso
el saldo.
2.1. Remanente
La ley prevé la posibilidad de que exista remanente, el que se configura ante la suficiencia de
los fondos obtenidos para cubrir los créditos verificados, los pendientes de resolucion y los prede-
ducibles, quedando atin dinero en la quiebra. Para que se produzca el pago total es suficiente que
ERREIUS 561
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
se configure la primera hipotesis, es decir, cuando se pagan los créditos verificados, los pendien-
tes y las costas, sin necesidad de que exista remanente.
Ante la existencia de tal remanente el mismo debera ser aplicado a la cancelacidn de los inte-
reses suspendidos respetando los privilegios. Esta ultima regla fue incorporada por la ley 24.522,
pues el régimen anterior distribuia el remanente sin considerar las diversas preferencias de los
intereses. La soluci6n del ancien régime fue interpretada con relatividad por la Corte Suprema
(Corte Sup., LL 1985-C-757), la cual entendié que la consideracién debfa aplicarse para los crédi-
tos hipotecarios y laborales, inicos con intereses privilegiados, pues el privilegio de los restantes
créditos inicamente se extiende al capital. Se sostuvo que la nueva norma es congruente con este
criterio, pero aplicable a todos los acreedores (RIVERA - ROITMAN - ViTOLO), aunque ello no es asi,
porque la ley no extiende el privilegio del capital del crédito a sus intereses, sino lo que se dispone
es que, sobre el remanente, primero cobraran los intereses privilegiados y luego los quirografa-
rios, sin que estos ultimos tengan preferencia alguna por tener privilegio el capital en virtud del
que se devenguen.
Con la ley 24.522 los unicos intereses privilegiados que se suspendian eran los de los créditos
laborales por dos anos desde la mora (arts. 242, inc. 1, y 246, inc. 1, LCQ), pues en los supuestos de
garantias reales, los intereses suspendidos (moratorios) son quirografarios (art. 242, inc. 2, LCQ),
con la reforma de la ley 26.684, aun con la imprecision legal al referirse a los compensatorios
cuando se trata de moratorios, los intereses de los créditos laborales no se suspenden (art. 129,
ultimo parrafo, LCQ), por lo que no existen ahora intereses preferenciales que queden suspen-
didos por la quiebra, por lo que existiendo remanente se abonaran los intereses quirografarios a
prorrata.
La distribucién del referido remanente sera propuesta por el sindico, la que debera ser apro-
bada por el juez, previa vista al deudor.
Si excepcionalmente el producido falencial cancelase con el remanente los intereses suspen-
didos y atin quedase dinero, ello es lamado por la ley, saldo, y debera ser reintegrado al fallido.
Dicho saldo podra quedar bajo las acciones individuales que les correspondan a los eventuales
acreedores posfalenciales porque podra ser embargado para evitar la percepcion por el fallido.
En caso de que la fallida sea una sociedad, tal remanente no sera entregado a los socios sino a
la sociedad, la cual recupera su personalidad al cesar su inhabilitacién por levantamiento de la
quiebra (art. 237, LCQ).
2.2, Efectos
Concluida la quiebra por pago total, tratandose de una conclusion liquidativa, los acreedo-
res que no se hayan insinuado en el concurso no recuperan sus acciones individuales, pues el
derecho de ellos qued6 reducido a los bienes desapoderados, y liquidados estos en la quiebra no
existen bienes que agredir por aquella accion.
La extincién de la quiebra por pago total produce el cese de la inhabilitacién, haciendo con-
cluir el desapoderamiento (arts. 107 y 237, LCQ). La unica posibilidad de accion por el acreedor
no insinuado sera la existencia de bienes que caerian bajo el desapoderamiento y no liquidados
en la quiebra, ya sea por ocultacion hecha por el deudor, desconocimiento o cualquier otra causa
que haya impedido que sean falencialmente liquidados.
3. Cartas de pago
Otro modo conclusional dado por la ley son las denominadas cartas de pago, que consisten en
el documento escrito emanado de cada uno de los acreedores concursales concurrentes verifica-
dos o declarados admisibles, donde se manifiesta que han sido desinteresados. La conclusién por
presentacion de cartas de pago se configura con la declaracién de voluntad de todos los acreedo-
res, resultando tales los que al momento de la peticidn hayan obtenido pronunciamiento firme en
sede falencial, en cuanto a su verificaci6n o declaracion de admisibilidady los que contando con
tal caracter se encuentren sometidos a incidente de revision sin sentencia firme.
No existira ningun problema, en que con las cartas de pago se logre la conclusion de la quie-
bra a través de aplicacién de formas mixtas, es decir, por ejemplo, hacer la conjuncidn de las car-
tas de pago con el avenimiento, en cuyo caso quedaran saldadas algunas obligaciones y otras, en
su caso, podran haber sido novadas a partir de un acuerdo entre deudory acreedor.
Tal supuesto deberd darse antes de que concluya la liquidacion falencial pues si no perdera
su sentido.
Tal cancelacién del crédito podra haber sido realizada por pago dinerario efectuado por el
deudor, renuncia del acreedor, transaccién o cualquier otra forma de extincién de las obligacio-
nes, las cuales no interesa que sean exteriorizadas en la quiebra. Se produce un pago en sentido
amplio, pues existe, de una u otra manera, satisfaccién de los acreedores, En realidad, la carta de
pago se comporta como un verdadero recibo de pago donde consta la cancelacién del crédito,
aunque no siempre por haberse producido una verdadera percepcion. Incluso si existiere pago
dinerario nada quita que el mismo haya sido por el deudor o un tercero.
Conforme al parr. 1 del art. 229, LCQ, tales cartas de pago emanadas de los acreedores deben
ser presentadas en el expediente de la quiebra debidamente autenticadas, lo que podra hacerse
por notario o autoridad administrativa o judicial, segun el caso, pues es necesaria
la participaci6n
de un fedatario de la firma. No es necesario que la carta de pago sefale la forma en que es desinte-
resado el acreedor ni al monto en su caso, siendo suficiente que se haga mencién a la cancelaci6n
del crédito. De la misma manera que para el avenimiento se requiere unanimidad. Cumplido ello,
para producir la conclusion de la quiebra deberan pagarse los gastos de justicia.
Las cartas de pago son una forma de conclusion de la quiebra por extincidn o cancelacién de
las obligaciones que componian el pasivo concursal. Sin embargo, y de la misma forma prevista
para el avenimiento, ante la existencia de acreedores pendientes de resolucién 0 aquellos que no
puedan ser razonablemente hallados, el deudor podra depositar en el expediente las sumas co-
rrespondientes a tales acreencias, En el segundo de los casos el juez podra a su criterio sustituir el
depésito por una garantia suficiente.
Presentas las cartas de pago, tanto el deudor como el sindico o incluso de oficio el juez, po-
dran instar la conclusion de la quiebra, previo pago de los créditos prededucibles. Ello, es claro en
virtud de que pierde justificacidn la liquidacién, pues se ha producido la autocomposicion de la
litis concursal por liberacién del deudor por la unanimidad de acreedores. Respecto a los acree-
dores concurrentes, su desinterés libera a los fiadores y codeudores (arts. 846, 1596 y cc., CCC).
Tratandose de una conclusién no liquidativa, los acreedores no concurrentes recuperan sus
acciones individuales, atento la inexistencia de liquidacién total de los bienes desapoderados.
Tales acciones tienen como limite la prescripci6n.
4, Inexistencia de acreedores
La quiebra igualmente podra concluirse por falta de pasivo, lo cual se dara cuando no se haya
presentado ningtin acreedor a verificar su crédito o cuando insinuado no ha sido admitido al pa-
sivo concursal.
Si bien la ley tnicamente se refiere a la falta de presentacion de acreedores en la etapa de veri-
ficacién tempestiva, lo cierto es que el fundamento de la conclusién esta dado por la inexistencia
de pasivo admitido o incorporado al concurso, por lo que también debera incluirse el caso de que
presentados acreedores, ellos no fueron admitidos al concurso en la resolucién del art. 36, LCQ.
Y es claro que solo debe importar la verificaci6n tempestiva, pues, en caso de que exista algtin
acreedor no concurrente, concluida la quiebra por inexistencia de acreedores no debera iniciar el
incidente de verificaci6n tard{a, sino que debera ejercer la accién individual que le corresponda.
Distinta es la solucién para cuando exista revision, pues si no hay acreedores insinuados se de-
clarara la conclusién de la quiebra, pero si hay acreedores presentados, pero no admitidos debera
aguardarse a que la resolucién que los desestima quede firme y en caso de que se incoe un inci-
dente de revisidn no podra concluirse la quiebra.
Nada impide que este tipo de conclusion se produzca en quiebras forzosas o voluntarias, aun-
que en caso de quiebra pedida por acreedor debe darse que el peticionante de la quiebra, siendo
ERREIUS 563
SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
el unico acreedor, no se haya presentado a verificar 0, en caso de haberlo hecho, haya sido deses-
timada su pretension por el juez concursal.
La hipotesis se encuentra prevista en el parr. 2 del art. 229, LCQ, y claramente se produce por
la inexistencia de uno de los presupuestos procesales de toda ejecucion, el acreedor, el destinata-
rio de los bienes a realizar, el garantizado en la quiebra con el patrimonio en default.
La quiebra no requiere pluralidad de acreedores por lo que no existe conclusion falencial por
la existencia de un solo acreedor. Sin perjuicio del principio de concursalidad, no es necesaria
la pluralidad de acreedores, pues dicha pluralidad es un elemento natural y no esencial de los
concursos. Es decir que puede existir concurso con un solo acreedor, sin importar que ello lo
exija la ley Gnicamente para la determinacién del estado de insolvencia, pues este es presupuesto
necesario del concurso como proceso. Abierto el concurso, debe proseguir hasta su culminacion,
aunque exista un solo acreedor. La ley es clara, no exige pluralidad de acreedores para abrir el
concurso y tampoco dispone que se concluya por la existencia de un solo acreedor, sino que la
conclusion se produce por la inexistencia total de acreedores.
Tal conclusién debera ser decretada de oficio por el juez, aunque podra ser instada por el
deudor o la sindicatura, la cual sera operativa luego de haberse oblado los gastos del concurso,
Tal modo de conclusién no liquidativo, no libera al fallido, sino que los acreedores no concu-
rrentes recuperan sus acciones individuales.
1. Efectos
El efecto concreto de la clausura del procedimiento surge claramente del parr. 3 del art. 231,
LCQ, y es que no provocada la reapertura en el término de dos anos se produce la conclusién de
la quiebra.
En contrario se han dado una innumerable cantidad de efectos que se entienden cesados por
la clausura, los cuales en la realidad no dejan de producirse en la etapa clausurada, pues no cesala
actividad del oficio falencial, el deudor no recupera la posesion de los papeles y libros incautados,
ni la capacidad de estar enjuicio, ni son validos los actos que realice en contra de los efectos fa-
lenciales como por ejemplo realizar pagos, entre otros. Tampoco cesa en sus funciones el sindico,
quien debera seguir emitiendo opinién e informes en los incidentes de verificacién pendientesy
en todo tramite concursal inconcluso.
La clausura tampoco afecta las etapas procesales -a excepcion de la liquidacion- pues segui-
ran tramitandose los incidentes referidos a la determinacién del pasivo que se encontrasen en
tramite. En tal sentido, mantendran vigencia los 6rganos y funcionarios concursales, los cuales
continuaran con las funciones que les corresponda. Sin embargo, el art. 231, parr. 2, LCQ, dispone
que no podran presentarse nuevos incidentes de verificacién si no se denuncia la existencia de
nuevos bienes.
No es indispensable que los nuevos bienes liquidables sean denunciados por dichos acree-
dores, sino que es necesario que existan nuevos bienes, luego de la clausura, para que se habilite
la verificacién de su crédito (doct. arts. 223 y 231, parr. 2, LCQ). En contrario, la mayoria de la
doctrina entiende que sobre el producto de la liquidacién realizada luego de la reapertura no pue-
den concurrir los acreedores que no se insinuaron antes de decretada la clausura, salvo que ellos
hayan denunciado la existencia de bienes. Tal solucién no seria justa, e incluso hasta anticonsti-
tucional (art. 17, CN), pues puede darse el caso de que el activo a liquidarse luego de la clausura
sea de real importancia, que permita una amplia distribucién y carece de fundamento excluir a
los tardios, lo que se vera con mayor disvalor en el caso de clausura por falta de activo, la cual se
produce al culminar la etapa tempestiva de verificacién y los acreedores que no se presentaron
dificilmente habran iniciado el incidente de verificacion tardia por carecer de interés, el que rena-
cera ante la existencia de bienes.
En el caso de que existan acciones de recomposicién en tramite, atento que a partir de ellas
se recuperen bienes del fallido afectados al desapoderamiento que podran ser liquidados en la
quiebra, no corresponde decretar la clausura del procedimiento atento que la resolucién de tales
acciones podra demandar un tiempo mayor a los dos afios en que la ley limita la reapertura del
procedimiento y se produciria la conclusién de la quiebra sin la reincorporacion de los referidos
bienes. En todo caso, decretada la clausura, pendiente el tramite de estas acciones, nunca podria
concluirse la quiebra hasta que aquellas queden resueltas, pero como el efecto de la clausura es la
conclusion a los dos anos sin reapertura es aconsejable no decretar dicha clausura hasta tanto se
decida la suerte de las acciones referidas.
2. Reapertura
Conforme al parr. 1 del art. 231, LCQ, el procedimiento liquidativo podra reabrirse ante la
existencia de bienes afectados al desapoderamiento, ya sean desconocidos con anterioridad, re-
cuperados 0 nuevos ingresados al patrimonio antes de la rehabilitacion. Se trataria en realidad
de una revocacién de la clausura del procedimiento (ROUILLON) o de una interrupcidn del plazo
conclusivo (RIVERA), lo que debera producirse antes de los dos anos de decretada. Ello importa
que reabierto el procedimiento debera decretarse una nueva clausura y transcurrirse los dos anos
para producirse la conclusion del concurso.
La clausura del procedimiento tiene caracter provisional. En la reapertura, la que implica la
continuacion de la quiebra provisoriamente clausurada, no podran presentarse los acreedores
posteriores a la quiebra, los que son ajenos a este proceso concursal.
Alos fines de proveerse la reapertura sera necesario que los bienes aparecidos tengan valor de
realizacion suficiente como para hacer frente a los gastos concursales y producir una distribuci6n
complementaria dando nacimiento a nuevos dividendos concursales. La escasez del valor impe-
dira la reapertura del procedimiento por tornar inutil la actividad judicial.
Reabierto el procedimiento debera decretarse una nueva clausuray transcurrirse los dos anos
para producirse la conclusion del concurso.
La falta de reapertura por dos anos y el dictado de la conclusion falencial, como se constituye
en una conclusion liquidativa se produce la liberacién del deudor tanto del saldo insoluto como
de los intereses suspendidos. Cualquiera sea la causa por la que el juez clausure la quiebra (sea
por distribuci6n final o por falta de activo) solo podra concluirse la quiebra si luego de transcurri-
dos dos afios de ese primer decreto el magistrado se pronuncia efectivamente en ese sentido, por
lo que no se produce de pleno derecho, Dictada la sentencia de conclusi6n cesan todos los efectos
patrimoniales y personales de la quiebra, con excepcién de las consecuencias penales derivadas
de una imputacidn en esa sede (conf. art. 236).
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SISTEMA NORMATIVO CONCURSAL
3. Distribucion final
4. Falta de activo
Originariamente la clausura del procedimiento de la quiebra por falta de activo, hacia recupe-
rar a los acreedores las acciones individuales, aunque se mantenia el status da fallido. Siempre se
reconocio para este supuesto la presuncion de fraude.
En la hipotesis de que el activo no alcanzase para pagar ni siquiera los créditos prededucibles
y ello se constatase luego de concluida la verificacién tempestiva de créditos (art. 36, LCQ) debera
clausurarse el procedimiento por falta de activo. Asi surge del art. 232, LCQ, el que hace referencia
a los gastos de juicio incluidos los honorarios, suma que prudencialmente estimara el juez segun
su apreciacion. Si luego de producida la sentencia del art. 200, LCQ o en la oportunidad del art.
202, LCQ, se advierte la inexistencia de bienes propiedad del fallido que resulten suficientes para
satisfacer los costos del proceso y los honorarios, el juez falencial se encuentra en condiciones de
clausurar la quiebra.
Sin perjuicio del texto legal parece razonable que la resolucion sobre la clausura por falta de
activo se dicte luego de culminadas las tareas de investigacion e incautacién, independientemen-
te de la suerte de la etapa verificatoria, pues son aquellas las que determinaran la existencia 0 no
de bienes suficientes, por lo que por lo que genera la decision se produce luego de la presentacion
del informe general. Si bien pareceria que no se trata de un caso estricto de clausura, sino que se
impediria la apertura de la etapa liquidativa cuando los bienes desapoderados sean insuficientes,
lo cierto es que ello no impide la clausura, cuando se ha iniciado la liquidacion y el producido de
los bienes no alcanza a cubrir los gastos del juicio.
Para algunos sera suficiente para enervar la clausura por falta de activo que se depositen en la
quiebra, por el fallido o por un tercero, los fondos suficientes para cubrir los gastos del concurso
(ALBERTI - RIVERA), sin embargo, la clausura por falta de activo y la presuncién de fraude quedan
constituidas cuando los bienes desapoderados e incautados 0 su producido no cubren los referi-
dos gastos, y tal forma de valoracion es netamente objetiva.
La peticion debera ser hecha por el sindico y de ella se dara traslado al fallido. La resolucion
que se dicte sera apelable con efecto suspensivo.
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