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Cazador De Lobos
Por Charlie Richards
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Fuera de la jaula: incluso los mejores planes pueden salir mal, a veces en la más
maravillosa de las formas.
Raven se preocupa de una persona: él mismo, su confort, sus deseos y su
libertad para hacer lo que le plazca. Está harto de que el científico Sampson
Marlow tome decisiones por él y listo para comenzar un nuevo capítulo en su
vida. Una última asignación sale terriblemente mal, y él es el que termina en una
jaula... de especie. Viendo la silenciosa guerra entre las dos partes desde el punto
de vista de los cambia formas involucra a su conciencia, algo que jamás
admitiría ante nadie.
Tras escapar de los lobos y volviendo a las instalaciones del científico con
la intención de entregar su renuncia, Raven se siente atraído por un pequeño
cambia formas zorro del Ártico cautivo de los científicos. Aunque pone los
planes de Raven de seguir adelante y olvidar que existen los paranormales en un
segundo plano, parece que no puede ayudarse. Raven hace algo que nunca pensó
que haría.
Va al enemigo en busca de ayuda para liberar al cambia formas. Raven
sólo quiere devolver al pequeño zorro a su manada. Seguro como los fuegos del
infierno que nunca va a mantenerlo. Luego va a seguir adelante con su vida.
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¿Qué podría salir mal?
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A los editores de todo el mundo, gracias por llevarnos a los escritores a la tarea.
No siempre lo decimos, pero realmente valoramos sus ideas e intuiciones.
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Raven miró hacia el hombre de pie sobre él. Él y Miach habían estado en el
mismo lado una vez, pero cuando Miach se había enamorado de un cambia
formas lobo, había elegido cambiar sus lealtades. Jodido traidor. Elegir a los
paranormales sobre su propia especie.
Lo que más quemaba las bolas de Raven era el hecho de que había sido
capturado. Por supuesto, había sido necesaria una serpiente gigante de nueve
metros y un elefante para hacerlo, pero todavía picaba en su orgullo. ¿Quién
sabía que había cambia formas como esos ahí fuera?
—¿Qué jodidos quieres? —preguntó Raven, manteniendo su tono suave,
casi coloquial—. Pensaba que habías acabado conmigo.
Miach no estaba de guardián a menudo. Sobre todo, ese honor recaía en un
par de docenas de cambia formas lobos que se agrupaban en parejas. A un lobo,
Raven podría someterlo. ¿Dos? No sin un poco de ingenio... y suerte, la ventaja
de la sorpresa y un arma. Esos dos últimos, nunca lo lograría con éxito. Estos
cambia formas eran cuidadosos.
—¿Por qué odias tanto a los cambia formas? —preguntó sin rodeos Miach.
Raven levantó lentamente una ceja. Interesante. Nadie se había tomado la
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molestia de preguntarle eso antes. Se burló. —No lo hago —respondió. Ante la
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conmigo todos los días. La vista desde las ventanas enrejadas era de pinos. —Se
detuvo varios segundos, permitiendo que las comisuras de sus labios se curvaran
hacia arriba, antes de añadir: —era bastante bonito, especialmente durante los
meses de invierno, cuando los carámbanos colgaban de las ramas.
Vaya, es bueno que sé mentir tan bien.
Aunque, si realmente pensaba en ello, la mayoría de lo que decía era
cierto... excepto la parte de no haber aprendido nada de los lobos. Raven sabía
todo sobre ellos, desde quien estaba apareado con quien, a donde vivían, en que
trabajaban y el número de niños que tenían. Aun así, había prometido no
compartir esa información, y Raven mantendría su palabra.
—Ya que no cumplí el contrato, entiendo que no se me pagará —indicó
antes de que el enojado científico jefe pudiera decir nada más—. Me voy de
vacaciones. No te pongas en contacto conmigo de nuevo —ordeno.
Por el rabillo del ojo, Raven observó la sonrosada cara de Sampson. Al
hombre claramente no le gustaban sus palabras. —Has estado fuera de contacto
durante diez meses, y luego entras aquí y ¿esperas que me crea algo de lo que
dices? —gruñó Sampson—. ¿Y ahora estás dejándonos de nuevo? ¡Me lo debes!
Raven llevó el vaso a los labios y bebió. La rabia se filtraba a través de él,
haciendo que la sangre corriere fría a través de sus venas. No les debía a estos
idiotas nada. Les había dado ocho años de su vida, permitiéndoles experimentar
con él, ajustando su ADN. Raven se negaba a perder más tiempo en este
agujero... y eso era exactamente lo que pensaba de él.
Raven se había negado a cooperar con los cambia formas más por orgullo
que por otra cosa. No daba una mierda por la venganza de Sampson contra los
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cambia formas. La destrucción de una raza por las acciones de unos pocos era
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poco ético, no es que Raven sintiera que su propia ética era algo por lo que
juzgar.
Una vez que tragó el licor, endureció su tono y respondió: —no me importa
una mierda si me crees o no, Sampson. He estado retenido contra mi voluntad
durante meses por esos bárbaros bastardos. —Raven se burló de Sampson. El
científico era el verdadero bárbaro, pero tenía que salir de aquí sin ser
detenido—. Antes de empezar mis vacaciones, te diré una cosa que he
aprendido. —Entrecerró los ojos y fijó su mirada en Sampson—. Estos chicos
son mucho más coordinados que el crédito que les das. No son animales que
pueden convertirse en humanos. Son humanos que pueden convertirse en un
animal, y piensan racionalmente en ambas formas. No serán capturados por
sorpresa de nuevo.
Depositó el vaso sobre la mesa de café, ignorando los posavasos, Raven se
dirigió hacia la puerta. Se detuvo con la mano en la manilla, y miró sobre su
hombro a Sampson. —Estuve de acuerdo para que hicieras experimentos
ilegales en mí. Sé todo acerca de operación, Sampson. Tratar de detenerme sería
una malísima idea.
Evidentemente, el frío en su voz, finalmente, fue registrado por Sampson, a
tenor de lo pálido que se puso. Después de unos segundos, el científico no podía
sostener la mirada de Raven, y la bajó a su escritorio.
Satisfecho de que había hecho su punto, Raven se giró y salió.
Raven caminaba por los pasillos, ignorando a los que le rodeaban. No se
preocupaba de ninguno de estos científicos o soldados. Según Sampson, eran
prescindibles, como él. Había oído al idiota hablar con otros dos hombres hacia 14
casi un año, justo antes de dirigirse a su última expedición de exploración y
recopilación de información. Un hombre que había reconocido como su socio
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científico, el doctor Riley Grouper y el tercer hombre que nunca había visto
antes y no había vuelto a ver. No sabía su nombre, pero por la conversación,
Raven pensó que el tipo era algún tipo de apoyo financiero.
Incluso entonces, había sabido que sería su última misión. Había dedicado
más que suficientes años de su vida a ellos. En un momento, Raven había
pensado que Sampson era su amigo. Durante una misión de operaciones
encubiertas a un país que había olvidado pronto, Raven había rescatado a
Sampson de la milicia local. Habían pasado tres días y medio escondidos juntos.
Sampson había estado enfermo, con fiebre alta y delirante. Había revelado algo
de la mierda paranormal que había visto y le preguntó a Raven si le ayudaría a
librar al mundo de los monstruos en la oscuridad.
Raven estuvo de acuerdo. Una vez que había salido, había mirado a
Sampson. Al menos había conseguido algo de ello... aumento de la fuerza,
velocidad, agilidad y sanar de casi cualquier cosa. En los últimos seis años, ni
siquiera había tenido un resfriado.
Mientras decidía que era irrelevante detenerse en sus recuerdos, Raven
pasó de largo las viviendas de la instalación. Nunca dejó nada propio en la
habitación que Sampson le había dado tan grandiosamente mientras se
recuperaba de todas y cada una de las pruebas y procedimientos que había
permitido que le hicieran. En ese momento, había pensado que estaba ayudando
a la humanidad. Era un ex militar, después de todo, como la mayoría de los
soldados en este lugar. Demasiado mal que en realidad nunca le había gustado
recibir órdenes, pero a los dieciocho años, había tenido que elegir entre militares
o prisión.
Decisión difícil..
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Un aroma interesante tiró de Raven, haciendo que se detuviera. Dio un
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paso atrás y se quedó mirando al pasillo que acababa de pasar. Raven sabía que
si iba por ese corredor, se iba a encontrar en los corrales. Después del
sorprendente trato que había recibido de los cambia formas, ¿quería lidiar con
eso? Inhalando profundamente, Raven cerró los ojos y disfrutó del olor de...
algo. Cuando notó que su pene se estaba empezando a llenar en sus gastados
vaqueros negros, frunció el ceño. ¿Qué carajo? Ahora en realidad quería saber
qué demonios causaba el olor. Había enterrado sus necesidades sexuales tan
profundo que no podía recordar la última vez que había sentido lujuria. Ni
siquiera se había pajeado en años.
Raven tragó un gruñido y fue por el pasillo. Lo que sea que encontrara tan
atractivo, quería saber... para poder evitarlo en el futuro. Raven odiaba que las
cosas se salieran de su control.
Se detuvo ante la puerta de la perrera. Realmente le disgustaba entrar en
esta zona. Incluso antes de que hubiera visto cómo vivían los cambia formas, se
había sentido culpable, no era un sentimiento que disfrutara. Eso era por lo que
se había quedado alrededor, observándolos durante tanto tiempo. En realidad
había aprendido todo lo que había necesitado para transmitir a los científicos en
el primer par de semanas. El siguiente mes que había pasado por ahí lo había
estado postergando.
Sacudiendo la cabeza a sí mismo, Raven introdujo un código en el panel de
seguridad, luego presionó el pulgar en la almohadilla. Un segundo después, oyó
un pitido y se desbloqueó. Raven empujó la puerta y entró. Cuando la puerta se
cerró y bloqueó de nuevo, Raven frunció el ceño y miró por encima del hombro.
Sabía que su nariz era buena, pero ¿cómo había olido algo a través de la maldita
puerta? Sacudiendo su cabeza, juntó las manos a la espalda y se dirigió por el 16
pasillo.
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Raven ignoró las jaulas en cada lado. La mayoría estaban vacías. Siguió a
su nariz. Pasó a través de una segunda puerta. El olor era más fuerte ahora, casi
estancado en el aire.
¿Estoy oliendo a un cambia formas? Había un guardia firme en el otro
extremo de la sala, cerca de la puerta. No reconoció al hombre. Alivio inundó a
Raven. Debo estar olfateando al chico. Tal vez usa algún tipo de colonia.
Sintiéndose un poco mejor, Raven se encaminó hacia el chico. Había visto
suficientes parejas del mismo sexo en el último año, viendo a los cambia formas
emparejándose, por lo que la idea de estar con un hombre no le molestaba. Se
observó captando la masculinidad de un hombre más de una vez, aunque nunca
había actuado por la atracción. Pero este tipo... el olor de este tipo tenía la polla
de Raven dura como el acero en sus vaqueros negros, lo cual era bastante
incómodo. Si el guardia no era contrario a un poco de exhibicionismo, quizás
podrían pajearse entre sí allí mismo.
A Raven le gustó ese plan. Al acercarse al guardia, pasó la mirada sobre el
hombre. Delgado, pero musculoso, el guardia tal vez era unos dos centímetros y
medio más alto que Raven de un metro ochenta y cinco. Eso sería interesante...
mirar arriba a su amante.
Sólo había abierto la boca para saludar al chico, cuando un destello blanco
captó su atención. Quería ignorarlo, pero se encontró desviando su mirada a la
izquierda en contra de sus deseos. Su intestino se tensó mientras miraba al
segundo nivel de la jaula. Quería negarlo, pero su nariz no mentía. La bola
blanca de pelusa en la jaula desprendía el increíble aroma.
La mandíbula de Raven se apretó. ¡No! ¡No podía creer lo que estaba 17
sintiendo. Sus dedos picaban por abrir la jaula y llevar al animal a su pecho. No
importaba que Raven no estuviera ni siquiera seguro de lo que era el animal.
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Raven apretó los dientes mientras su sedán alquilado rebotaba sobre los surcos
en el camino de grava. —¿Por qué demonios no mantiene sin baches su maldito
camino de la entrada? —se quejó—. No todo el mundo conduce un maldito
camión.
Frunciendo los labios, Raven apenas logró evitar raspar los bajos de su
coche en un bache particularmente profundo. Llegó a un claro y detuvo el
vehículo. Dejando escapar un largo y bajo suspiro, se quedó mirando la casa.
Después de un segundo, Raven abrió la puerta y bajó del coche.
—Esta es una muy mala y jodida idea —murmuró, caminando a propósito
a la puerta principal. Lástima que no había sido capaz de pensar en otra cosa.
Conduciendo toda la noche, se las había arreglado para convertir el viaje en
coche de normalmente nueve horas en siete y media por exceso de velocidad y
confiando en sus capacidades mejoradas para mantenerse a salvo.
Sus zapatos de suela blanda no hicieron ruido mientras subía al porche.
Tomando una fortificante respiración, Raven levantó el puño y llamó con fuerza.
Dio un paso atrás y se apoyó en la barandilla del porche. Su sensible audición le
permitió oír el murmullo de la conversación y el arrastre de zapatos en la madera 21
dura.
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norte de Capitol Reef en Utah —sonrió—. ¿Qué mejor lugar para ocultar una
enorme instalación que bajo tierra? —Ahora que estaba sentado en una cómoda
silla, el cansancio de viajar le cayó encima. Inclinó la cabeza hacia atrás y se
quedó mirando el techo—. Hay tres entradas... una al norte y dos al sur. Todas
tienen dos guardias, requieren un escáner de retina y una tarjeta para entrar.
Dios estoy cansado. Trató de recordar cuántas horas llevaba despierto.
¿Veintiocho? ¿Treinta? Y al menos diez de esas horas escapando de estos
mismos cambia formas. ¿En qué demonios estaba pensando volviendo aquí?
El rico aroma de café alcanzó su nariz. Raven se obligó a abrir sus ojos.
Maldita sea, ¿cuándo los cerré? Lark, con una expresión divertida, estaba frente
a él sosteniendo una taza grande. El vapor se elevaba de la superficie.
—Diablos, sí —dijo Raven entre dientes, tomando la bebida. No queriendo
esperar, se la llevó a los labios y sorbió el líquido hirviendo. Se quemó todo el
camino—. Tan bueno —jadeó.
Para sorpresa de Raven, Declan se burló, una sonrisa curvando sus oscuros
rasgos. —Tal vez, deberías tomar una siesta mientras esperamos a que todos
lleguen. Tengo una extraña sensación que si decidimos que no estás
engañándonos, tendremos un montón de planes que hacer. Probablemente no
tendrás otra oportunidad.
Raven abrió la boca, luego se detuvo de responder, un comentario mordaz
sobre no estar dispuesto a dormir bajo su techo. Se dio cuenta que si Declan
hubiera querido verlo muerto, el alfa ya había tenido un montón de
oportunidades para matarlo. Además, necesitaba dormir y esto, tal vez, mostraría
su confianza. 28
—Voy a tomarte la palabra —declaró Raven. Empezó a poner la taza de
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café sobre la mesa, pero qué demonios decidió. Inclinando la cabeza hacia atrás,
Raven bebió el humeante líquido. Lamiéndose los labios, Raven guiñó un ojo a
Lark—. Excelente.
Lark rio. —No deberías haber hecho eso si realmente vas a tratar de dormir
un poco —señaló.
Raven se encogió de hombros y se puso de pie. —Una taza de café, no
importa qué tan fuerte sea, no me va a mantener despierto si la cama es
realmente cómoda. —Apoyó las manos en sus caderas y mantuvo otro
bostezo—. Me señalas la dirección correcta.
Miach se levantó e inclinó la cabeza a Declan. —¿Puedo llevarlo a la sala
gris, alfa?
Declan asintió brevemente. —Y luego me informarás en el estudio. Nick
—dijo, cambiando el enfoque al otro hombre—. Por ahora, me gustaría que
cuides la puerta de Raven. Si temes que vaya a huir, le perseguirás. Es la única
razón para entrar.
—Sí, alfa —respondió Nick, dejando al descubierto su cuello también.
Para sorpresa de Raven, aunque no lo demostraba, Miach lo condujo al
pasillo y abrió una puerta para revelar una escalera. Raven sonrió, pero se
abstuvo de hacer comentarios mientras era llevado más allá de un pequeño
laboratorio a una habitación incluso más pequeña, probablemente, diseñada
originalmente como almacén. La cama de matrimonio dominaba el espacio. Se
veía cómoda y eso era todo lo que a Raven le importaba.
—Agradable —murmuró Raven, moviéndose más allá de Miach en la 29
habitación. Sacando su sudadera, sonrió a los hombres en la puerta—. No se
preocupen. No voy a ninguna parte, sino allí—dijo, señalando la cama.
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Miach ladeó la cabeza. —Todavía estoy un poco confuso por lo que te hizo
cambiar de opinión, pero estoy feliz de que vinieras, Raven.
—Perdona que mi presencia haya puesto en peligro tu lugar en la manada
—dijo Raven encogiéndose de hombros.
—Sí, bueno, sabía que saldría con el tiempo —admitió Miach. Asintió,
luego se volvió y se alejó.
Encontrándose como receptor de una dura mirada, Raven sonrió a la pareja
de Miach y alcanzó el botón de sus vaqueros. —¿Esperas un espectáculo? ¿Un
soldado no es suficiente para ti?
Los labios de Nick se rizaron y un gruñido salió de su pecho. —Idiota
—gruñó. Nick agarró el pomo y golpeó la puerta cerrándola.
Raven rio mientras se sacaba las botas pateándolas debajo de una silla. Se
quitó los vaqueros, dejándolos sobre la silla con su sudadera. Una vez que se
había despojado de sus calzoncillos, Raven se dejó caer en la cama y gimió feliz.
El colchón tenía la justa firmeza.
Levantando los pies, Raven agarró la manta doblada a los pies de la cama y
la extendió sobre sus piernas, a continuación, se relajó y puso un brazo sobre su
rostro.
—Muy bueno —murmuró. Con la facilidad de un soldado entrenado para
dar algunas cabeceadas cuando podía, Raven se quedó dormido.
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—¿Es seguro creerle?
—No completamente creo —respondió Declan a la pregunta planteada por
el primer hombre. Raven supuso que el alfa estaba hablando con Shane, el beta
de la manada.
Raven sonrió mientras miraba al techo. Sabía que varios hombres estaban
instalados en el estudio de Declan en el piso de arriba. También sabía que los
hombres no hablarían tan libremente si supieran que Raven podía oírlos. Tal vez
no se le había ocurrido a Declan que este pequeño e improvisado dormitorio
estaba directamente debajo de su estudio.
Ya habían discutido la escasa información que Raven había dado a Declan
y estaban planeando la mejor manera de extraer más información de él.
Calculando bien podría restablecer una normalidad, después de todo, cuanto
antes completaran los planes, antes podría rescatar al maldito zorro.
Pensando en la linda criatura, Raven sintió que su pene se apretó e hinchó.
—Hijo de puta —se quejó.
Empujando a un lado la manta, ignoró su hinchada polla y agarró sus
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vaqueros. Tirando de ellos más o menos, no se molestó con los calcetines, botas
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Era tiempo de que me preguntaran. Por supuesto, Raven sabía por qué no
lo habían hecho. La conversación que había oído lo había dicho todo. No
confiaban en él. Y, bueno no deberían.
—Tu cara esta puesta en un poster en la caseta de seguridad en cada
entrada —dijo, señalando a Jared. Sonriendo, añadió—, después de tus pequeños
trucos en Colin e Idaho, no están tomando ningún riesgo. Tendrás que ir
disfrazado. —Escaneó la habitación llena de hombres, mentalmente catalogando
pros y contras de cada hombre, a continuación, descartando opciones—. Tú
—decidió finalmente, señalando.
—Oh, diablos, no —gruñó Rainy. El cambia formas lobo, técnicamente no
necesitaba estar allí, pero su compañero, Travis, era veterinario—. No te llevarás
a mi compañero.
Raven alzó la barbilla y se volvió para mirar a Declan, ignorando el
estallido del hombre. —Quiero a tu veterinario. Será capaz de asegurarse de que
está bien mover a los cambia formas, y si están demasiado heridos, tendrá que
darles algo para aliviar su sufrimiento.
—No hay manera en el infierno que esté poniendo a cambia formas a
dormir, gilipollas —dijo Travis.
Haciendo una pausa, Raven se dio cuenta que Travis había mal
interpretado sus palabras. Sonrió al humano rubio. —Quería decir que
probablemente tendrías analgésicos o algo para ponerlos inconscientes, mientras
los movíamos.
—Oh. 34
—Todavía no están llevando a mi compañero —rugió Rainy. Sus brazos se
apretaron alrededor de Travis, sosteniéndolo a su lado.
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Declan levantó su mano. Sus ojos oscuros parecían mirar dentro del alma
de Raven. Era casi espeluznante. —¿Cuál es tu plan? ¿Cómo me garantizas su
seguridad?
Raven resopló. —No estoy garantizando nada. Sólo digo que esos dos son
los que estoy dispuesto a llevar conmigo. Entraremos en la oficina de Sampson y
echaremos abajo la seguridad de la puerta sur. Cualquiera con una tarjeta y el
globo ocular será aprobado. También controlaremos las comunicaciones, así los
guardias no podrán pedir ayuda. Será vuestro trabajo sacarlos en silencio —les
dijo, señalando a los otros cambia formas en la habitación.
Inclinándose hacia adelante, Raven apoyó sus codos en las rodillas. La
excitación lo recorrió mientras planeaba la operación. —Cada mesa de
seguridad se comprueba cada treinta minutos. Necesitas dejar a alguien allí para
hacer eso —afirmó. Miró entre Declan, Shane y Carson—. Te daré los planos
para estudiarlos mientras volamos allí. Te mostraré los corrales de espera,
laboratorios, oficinas, todo. Lleva dentro al que te dé la gana, pero necesitas
entrar y salir en una hora. —Miró a Jared—. Te dejaré en la oficina de Marlow
para descargar sus archivos —sonrió ante la repentina sonrisa maliciosa del
hombre—. Pensé que te gustaría eso. —Luego miró a Travis—. Te llevaré a la
zona de espera. Quiero a mi zorro fuera de allí.
—¿Tu zorro? —Kade saltó sobre eso. Inclinándose hacia adelante,
presionó. —¿Qué significa, tu zorro?
Raven deseó poder retirar las palabras, pero no lo hizo. Cuanto más tiempo
estaba lejos de su misterioso zorro, más quería al pequeño cambia formas. Se
guardó su sospecha de lo que significaba y en cambio miró a Kade. —Está bien.
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El jodido zorro es mío. Haz lo que te dé la gana con el resto, pero llevaré a la
Página
—Maldita sea, eres demasiado buen chico para que te hagan esto.
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podía apartar la mirada de la cara de Raven y la feroz mirada que lucía. Liam
observó, aturdido, mientras Raven se acercaba y sin una palabra de explicación,
agarraba el cuello del científico y lo retorcía.
El crujido de los huesos llenó el silencio. Los ojos del doctor Grouper se
abrieron en shock, su cuerpo se sacudió, su mandíbula se abrió y la luz se
desvaneció de sus ojos marrones. Raven soltó el cuerpo de Grouper dejándolo
caer al suelo.
Gretchen gritó. Raven al instante levantó un arma y le disparó. Su cuerpo
se sacudió varias veces, cayendo al suelo.
Un segundo hombre apareció, también vestido de negro y de camuflaje,
pero miraba con horror al cuerpo del científico muerto. El tipo hablaba, pero
Liam sintió que el sedante hizo su efecto y su cerebro zumbaba. Parpadeó,
tratando de mantenerse enfocado. Cuando los fríos ojos negros de Raven se
posaron en él, sus párpados se cerraron y no sintió nada.
—Espera, ¿qué pasa con los otros cambia formas? —preguntó Travis,
trotando detrás de Raven mientras se dirigía hacia la puerta.
—Son problema de tu manada. Me llevo al zorro fuera de aquí. —Paró y
frunció el ceño a Travis—. No te preocupes, dije que me aseguraría que estás a
salvo y lo dije en serio. Te llevo con Declan y tu gente. El resto depende de
vosotros.
Para alivio de Raven, el lobo alfa y los demás estaban con Ryan en uno de
los corredores de la perrera. Salía un poco de ira de Declan, a quien Ryan miraba
con miedo, pero el cambia formas no podía influir en que se quedara. Raven
había aportado su granito de arena.
—Ryan puede mostrarte donde están detenidos todos los cambia formas.
Jared tiene las llaves del Hummer. Si quieres hablar conmigo, estaré en el hotel
—declaró Raven por encima del hombro mientras se alejaba.
Raven salió a través de la entrada sur, asintiendo hacia Kade y Cliff. Le
dieron una mirada interrogante, pero al ver el zorro sedado en sus brazos, no
dijeron nada. Apenas resistiendo el impulso de correr, Raven alargó su paso.
Miró alrededor del garaje, pero no lo vio.
Buscando en su bolsillo, Raven apretó un botón y el gutural rugido del
motor de su Corvette cobró vida. Sonrió, amando el botón de auto encendido de
su coche. Cuidadosamente, estableció al zorro en el asiento del pasajero,
intentando no encogerse ante la idea de lo que esas garras podían hacer a su
interior de cuero.
Diez minutos más tarde, Raven salió del camino y aceleró el motor. El ZR1
los llevó con rapidez lejos de los científicos y su instalación.
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Raven se relajó en una silla, con los pies sobre la pequeña mesa. Giraba la cabeza
periódicamente para examinar al zorro blanco acurrucado en medio de la cama.
De acuerdo, Raven podía admitirlo, al menos para sí mismo. Posaba su
mirada sobre el cambia formas cada vez que hacia algún ruido o su cuerpo se
contraía. Era todo lo que podía hacer para evitar acostarse en la cama y curvar su
gran cuerpo a su alrededor... por eso estaba al otro lado de la habitación.
Después de tres horas de espera y vigilancia, sonó un golpe en la puerta,
interrumpiendo su vigilia. Se levantó y cruzó la habitación, parándose ante la
puerta, Raven inhaló profundamente, sabiendo que Declan, Carson, Travis y
Rainy estaban al otro lado.
Ingenioso truco.
Raven abrió la puerta. En realidad, había estado esperándolos. Los había
oído regresar hacía media hora. A través de la pared, Raven escuchó a Carson
reprender a su compañero por introducir un virus informático en el sistema del
científico que acabaría con cada dato en su red dentro de ocho horas. Raven se
había reído por eso. 51
Maldición, molestaría a Sampson. Pensamientos del científico
desaparecido hicieron que Raven se preguntara dónde estaba. Realmente había
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Un gruñido bajo se filtró a través de la pared. Por lo que Raven podía oír,
imaginó que sonaría bastante ruidoso en la habitación.
—Tranquilo ahora —dijo el agente Haroldson con tono conciliador—. No
estamos aquí para causar problemas a su gente. De hecho, mis superiores están
de acuerdo en que, siempre y cuando se mantengan en las sombras, como lo han
estado haciendo, no interferiremos.
—Entonces, ¿qué quieres? —dijo Shane, claramente sin creerle—. Si han
sabido de nosotros desde hace tiempo, ¿por qué no han detenido a Sampson?
—Su existencia llegó a nuestro conocimiento recientemente —afirmó el
Agente Haroldson—. Estábamos en el proceso de recopilación de pruebas contra
él cuando... irrumpieron en la instalación de Sampson.
Otro hombre habló, y por sus palabras, Raven supuso que era el agente
Craigson. —Uno de los tuyos infectó los sistemas informáticos de la
Corporación Crystal Lake. Necesitamos que se detenga.
—No —dijo Jared inmediatamente a la petición del hombre. Raven sonrió,
sacudiendo la cabeza. No podía evitar estar impresionado por la forma en que el
humano podía hacer que una palabra sonase tan burlona.
—No entienden…
Jared cortó la refutación del agente Craigson. —Nadie necesita esa
información.
—Uno de nuestros agentes… se infiltró en su sistema anoche —admitió el
agente Haroldson—. Todavía estábamos conectados al descargar el virus.
Algunos de nuestros sistemas están ahora en peligro.
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Alguien rio con diversión, aunque Raven no podía decir quién. Un par de
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los hombres rieron.
—No es divertido —insistió el agente Craigson, irritación llenando su
tono.
—Lo es, en realidad —respondió Shane.
—No nos hagas tomarte por terrorista —dijo el agente Haroldson
razonablemente—. Eso sólo sería crear un mundo de problemas.
—Jared —dijo Declan, sólo una palabra como orden.
—Bien, bien —respondió Jared. Cojines crujieron y Raven imaginó al
humano a una de las sillas que había visto en la suite—. Les daré... seis horas
veintidós minutos. —Alguien empezó a protestar, pero se detuvo. Jared
continuó: —eso será cuando el noventa por ciento de la información de la
corporación haya sido destruido. Sus sistemas no han sido dañados
irreparablemente en ese tiempo. Te daré el... anti-virus, si estuvieras, en ese
momento.
Uno de los hombres, probablemente el agente Craigson, que parecía el más
volátil, gruñó con frustración. El agente Haroldson respondió: —está bien. Pero
hasta entonces, estarán bajo arresto.
—Cree realmente que nos pueden mantener aquí, ¿verdad? —preguntó
Declan con frialdad.
Raven podía imaginar cómo se sentía el lobo alfa con este giro de los
acontecimientos. 58
—Actualmente puedo. Si desea permanecer en términos amistosos con la
CIA, será a nuestra manera —respondió el agente Haroldson.
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Decidiendo que había oído suficiente, Raven se apartó de la pared y miró
entre Travis y Rainy. Por la expresión de sorpresa del cambia formas lobo,
Raven sabía que había oído todo, también.
—La habitación está pagada por la noche. Ambos son bienvenidos a
quedarse y utilizarla. Tomaré a Liam y saldré de aquí —dijo Raven.
—No se debería mover, todavía —advirtió Travis.
—No hay nada que hacer —dijo Raven—. No voy a meterme en esto. Sólo
dime lo que tengo que hacer para mantenerlo bastante sedado y cómodo,
mientras que sus cuerpo se cura y purga la mierda que el científico puso en su
sistema.
Travis se levantó, asintiendo. Sacó un pequeño frasco que contenía
pastillas blancas. —Estos son analgésicos para cambia formas diseñados por
Lark y un par de amigos. Lo mantendrán bastante fuera de él, pero al menos será
capaz de comer. Comienza con sopa el primer día de viaje, parando cada cuatro
horas más o menos. Después de eso, alimentos más sólidos, pero nada
demasiado pesado.
Raven asintió. —Lo tengo.
—¿Qué está pasando? —preguntó Travis—. ¿Por qué necesitas irte?
—Dejaré que tu compañero te lo explique —dijo Raven. Arrojó un par de
billetes de cien dólares en el escritorio y le guiñó un ojo—. Por el edredón.
—Luego procedió a envolver el edredón sobre el zorro y cuidadosamente lo
recogió. 59
—Buena suerte —declaró Rainy, yendo a la puerta para abrirla.
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—Y para ti.
Veinte minutos más tarde, tras esperar pacientemente que el hombre que
vigilaba la entrada trasera mirara hacia otro lado, Raven se deslizó hacia la
noche, llevando a su cambia formas con él.
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Liam se sentía cálido y cómodo por primera vez en... no podía recordar. Le
picaba la oreja, haciendo que se contrajera contra la suave tela que lo envolvía.
—Ah, finalmente, volviste en ti, ¿verdad?
La profunda voz de tenor que había perseguido los sueños de Liam se filtró
en su cerebro.
¿Todavía estoy soñando?
—Vamos, pequeño. Necesito que te despiertes. Tengo un poco de sopa
aquí para ti. Espero que te guste la de fideos con pollo —continuó el hombre—.
Algunas veces, mi madre solía hacerla para mí cuando estaba enfermo.
—Riéndose, el hombre, Raven recordó Liam, continuó—. Nunca pensé que
alimentaría a alguien más.
Liam abrió un párpado. Parpadeó y todo se enfocó, como debía ser. Se le
escapó un suspiro de alivio. Al menos su vista había vuelto a la normalidad.
Olfateando tentativamente, la desesperación inundó a Liam y gimió cuando se
dio cuenta que no podía oler nada.
—Oye, tranquilo, pequeño —canturreó Raven—. Estás a salvo. No dejaré
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que nadie te haga daño. No más científicos.
Página
La promesa en las palabras del hombre sonaba tan bien. Liam volvió la
cabeza para mirar al chico a su lado. Intentó reconstruir sus complicados
recuerdos, pero sólo pudo agarrarse a una sola cosa, Raven mató al malvado
científico que continuamente lo hería. Raven había salvado la vida de Liam.
Liam ladró suavemente, tratando de golpear su cola como un perro
amigable. ¿El chico sabía que era un cambia formas? ¿O era algún ecologista
fanático que había entrado y pensó que estaba liberando animales?
Los ojos casi negros del chico le observaban solemnemente, su expresión
serena. —Tengo un tazón de sopa aquí —dijo Raven en voz baja, poniendo la
comida que le ofrecía más cerca de la nariz de Liam. Sólo un indicio de vapor
flotaba alrededor de la superficie del líquido dorado y Liam deseaba poder
olerlo—. Eres bienvenido a tomarla así. No me ofenderé. Si prefieres cambiar,
está bien, también.
Bien, eso respondió la pregunta. El chico sabía de los cambia formas. ¿Era
Raven uno también? Si Liam hubiera sido capaz de olerlo, lo sabría. Sabiendo
que no tenía la fuerza para cambiar todavía, Liam levantó la cabeza y miró a su
alrededor por un segundo. Fue entonces cuando notó que estaba en un vehículo.
Por la estructura de los asientos, imaginó que sería algún tipo de coche
deportivo.
El retumbante estómago de Liam le recordó cuánto tiempo había pasado
desde que había tomado una comida de verdad. Lamió sus labios y se acercó más
al tazón. Raven no le hizo esforzarse. Puso con cuidado el tazón sobre la manta
cerca de su cabeza y con una mano lo mantuvo estable.
—No me muerdas, ¿eh, Liam? Sólo la sopa —dijo Raven, finalmente, 62
esbozando una leve sonrisa.
Página
Congelándose, Liam miró al hombre inclinado sobre él. ¿Cómo sabía este
hombre? Nunca lo había visto antes. ¿Quién le había enviado? El miedo y la
preocupación lo inundaron y se alejó. Miró alrededor buscando una vía de
escape. Por supuesto, incluso si encontrara una, no significaba que tendría la
fuerza para conseguir alejarse del tipo. Liam sabía que estaba prácticamente
muerto.
—Oye, tranquilo, pequeño —canturreó Raven. Con la mano libre, se
acercó y suavemente la colocó en la cabeza de Liam y lo rascó detrás de la
oreja—. No voy a hacerte daño. Relájate. Come tu sopa. Necesitas recuperar tus
fuerzas —instó.
El tono melodioso del hombre junto con la forma en que rascó la oreja de
Liam hizo que su cuerpo se relajase y el miedo se disipase. Los párpados de
Liam cayeron y si era un cambia formas canino, sólo sabría que su pata estaba
enorme.
Raven se rio suavemente. —Está bien, Liam. Vamos a intentarlo de nuevo.
Come la sopa antes que se enfríe —ordenó suavemente—, a continuación,
puedes volver a dormir. —Alejó la mano y se recostó un poco.
Liam quería protestar por la pérdida de contacto, lo que no tenía ningún
sentido. No había manera en el mundo que este tipo fuera gay, o incluso
bisexual, mucho menos querría a un chico desnutrido y herido como él.
Decidiendo que la mejor cosa a hacer sería ponerse bien para que este hombre no
tuviera que cuidar de él nunca más, Liam se esforzó en sus patas delanteras y
tentativamente lamió el tazón de sopa. Al menos sus papilas gustativas
funcionaban. Se quejó feliz por el sabor del caldo de pollo, recogió los fideos
blancos y finos y masticó algún que otro trozo de carne.
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—Tranquilo —advirtió Raven.
Página
Liam hizo una pausa y miró al hombre, preguntándose que necesitaba.
—Trata de no derramar todo sobre mi bebé, ¿eh?
Tomando otra mirada alrededor, esta vez Liam observó el interior de
cuero, todos los botones de la consola, y el sistema GPS integrado en el
salpicadero. Las banderas rojas y negras en el tablero llamaron su atención. Oh...
¡oh, Dios mío! El logo ZR1 en el volante llamó su atención. ¡Mierda! Si
estuviera en forma humana, sabía que lo habría dicho en voz alta. Liam notó que
estaba acurrucado en un Corvette.
Liam giró la cabeza hacia atrás para poder mirar a Raven, que ahora tenía
una divertida expresión. Su ceja estaba un poco levantada y la comisura de los
labios se torcieron. —Sí, es un Vette ZR1 del 2012. No te preocupes. El pelaje se
puede quitar con una buena limpieza, pero las manchas de comida... son un poco
más difíciles —indico, dándole un guiño—. Por no mencionar el olor. Baja el
valor.
Liam asintió, sin saber qué otra cosa hacer.
—Vamos, pequeño. —Raven movió el tazón medio vacío—. Termina.
Necesitas alimentarte y descansar para recuperarte. Tenemos un largo camino
por recorrer hoy y me gustaría ponernos en marcha.
Tomando más cuidado esta vez, Liam terminó su comida, mirando la
expresión de Raven cada pocos segundos. Se encontró queriendo agradar al
hombre, a pesar de que en realidad no sabía nada sobre él. No tenía mucho
sentido, por lo que Liam lo atribuyó al culto al héroe o agradecimiento al hombre
por salvarlo.
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Una vez que había lamió el tazón, Liam miró alrededor, buscando gotas
Página
caídas, por si acaso. No vio ninguna, para su alivio.
—Está bien —murmuró Raven, llamando su atención—. No debería haber
dicho nada.
Liam se preguntó por el cambio, pero entonces un bostezo lo alcanzó.
Raven tarareó. —Eso es una buena señal. Descansa un poco. Esas costillas
deberían sentirse mejor en un par de días.
Liam asintió y se acurrucó en el edredón. Sus párpados se sentían tan
pesados y sus miembros se movían letárgicamente mientras ajustaba su
posición. Afortunadamente, las costillas de Liam sólo protestaron un poco.
Llevó su cola alrededor y la puso sobre su nariz, excavando en las suaves hebras.
Raven tuvo que moverse de nuevo, sus manos moviéndose expertamente
sobre los controles. Liam se preguntó qué se sentiría al tener esos dedos anchos y
romos moviéndose sobre su cuerpo. Se había sentido tan bien ser tocado con
afecto de nuevo, cuando Raven lo hizo.
Antes de que pudiera dejarse llevar con sus ridículas fantasías, los
párpados de Liam se cerraron y su mente se fue a dormir.
Liam se despertó con una mano acariciando su cabeza. Miró adormilado a
Raven que le ofrecía otro tazón de sopa, ésta de huevo por el aspecto y el sabor.
Liam ladró suavemente en agradecimiento y rápidamente se la comió, atento a
no derramarla.
Una vez hecho esto, Liam, de nuevo, cedió a la necesidad de dormir. 65
Su cuerpo fue empujado ligeramente y la sensación de fuertes brazos a su
alrededor hicieron que Liam se endureciera, a continuación, intentó zafarse de
Página
Raven soltó una risa ante sus travesuras y levantó las manos en señal de
rendición.
Liam bebió la sopa rápidamente, a continuación, comió la mitad del
sándwich. Con el estómago lleno, Liam sintió la fatiga, una vez más sobre su
cuerpo, los dolores y molestias regresando rápidamente. Suspirando, se
acomodó contra la almohada y cerró los ojos, momento en el cual su vejiga llena
se hizo presente.
—Mierda —murmuró.
—¿Estás bien? —preguntó Raven.
—Necesito orinar.
—Buena idea. Cuarto de baño, analgésicos y dormir. En ese orden
—respondió Raven.
El desplazamiento de la cama le dijo a Liam que el hombre se levantó. Su
pecho se apretó, y necesitando saber dónde estaba Raven, Liam abrió un
párpado. Raven rodeó la cama y sin ni siquiera un con tu permiso, deslizó sus
brazos por debajo de Liam y lo levantó. Liam chilló y agarró violentamente la
camisa de Raven.
Raven pareció sopesar de forma experimental por un segundo, luego le
miró. —Eh, incluso de humano no puedes pesar más de unos cincuenta y cuatro
kilos. Cosita pequeña, ¿verdad?
Liam enrojeció, sin saber qué decir a eso. Hubo un tiempo en que había
tenido un poco de músculo en su metro setenta. Ahora, sabía que Raven tenía
razón. Había perdido entre trece y dieciocho kilos de músculo en los últimos dos
69
meses.
Página
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Página
Raven apoyó las manos a cada lado del lavabo y deseó su erección lejos.
Sostener al hombre más pequeño, tocándolo, había hecho muy difícil de
mantener las cosas clínicas. Raven quería explorar cada centímetro del delicioso
cuerpo del pequeño hombre. ¿Y cómo de enfermo lo hacía querer violar a un
hombre severamente desnutrido y herido? Tomándose su tiempo, Raven se lavó
lentamente, haciendo todo en su poder para ignorar el hecho de que el objeto de
su obsesión yacía desnudo en la cama en el otro lado de la puerta. No funcionó.
Para el momento en que entró en la ducha, su polla latía, sus bolas dolían y los
toques destinados a asearse inflamaron su sangre.
Por primera vez en casi cinco años, Raven dejó caer la toalla y empuñó su
pene. Gruñó cuando un hormigueo de placer bajó por su eje, a través de sus bolas
y subió por su columna vertebral. Bajando la cabeza, apoyó la barbilla en el
pecho y cerró los ojos.
Raven presionó su palma contra la pared de la ducha mientras lentamente
movía las sensaciones que cursaban placer, inflamando su sangre, las chispas de
dolor bailando a lo largo de su escroto. Sus testículos rodaron en su saco,
metiéndose en su cuerpo cuando frotó su pulgar sobre su hendidura con fuga en
el siguiente tirón de su otra mano. Se concentró a través de su sistema, los
73
zarcillos de placer, tragando saliva, Raven abrió la boca y jadeó en busca de aire.
Página
sacudió a Liam más rápido, queriendo que el hombre más pequeño se corriera
con él. Liam gimió, su cuerpo tembló mientras lanzaba la cabeza sobre la
almohada, mostrando su placer. Para Raven, el enrojecimiento de la piel de Liam
combinado con la expresión de placer-dolor en su rostro era la viva imagen de la
belleza.
—Ahora, Liam —ordenó en voz baja justo antes de ceder a la tentación de
hincar sus dientes en Liam.
El cuerpo de Liam se arqueó mientras su erección explotaba, recubriendo
los dedos de Raven y las sabanas con semen. El olor del placer de su amante fue
la gota final. La polla de Raven estalló, su semilla salió de él en oleadas de
exquisita dicha.
Después de varios segundos disfrutando la sacudida de endorfinas, Raven
soltó la carne en su boca. Probó el hierro y supo que había roto la piel. Con
cuidado, soltó su agarre y lamió el último par de gotas.
Al menos había mordido al hombre en la parte posterior del cuello, por lo
que no era probable que Liam se diera cuenta, decidió Raven cuando se dio la
vuelta y agarró la toalla del suelo. Volviendo su atención al hombre en la cama,
Raven vio que Liam una vez más estaba fuera de combate, si alguna vez había
estado despierto para empezar. Su pecho subía y bajaba constantemente y
soplaba respiraciones suaves entre sus labios sonrientes.
Una extraña calidez inundó a Raven, una que no quería nombrar, y mucho
menos reconocer. Suspirando, hizo un trabajo rápido de limpiar los rastros de su
momento íntimo. Cuando volvió a acostarse, se curvó alrededor de Liam, esta
vez su mano en la cadera del cambia formas. 78
Escuchando las suaves respiraciones de Liam, Raven se preguntó qué
Página
que responder de forma negativa. —Sólo las magdalenas entonces, por favor.
Raven asintió y dejó el recipiente sobre la cama junto a su cadera. Hizo un
guiño y agarró uno más antes de ponerla en su boca. Liam se sonrojó y se centró
en la comida, comiendo tres magdalenas y bebiendo la mitad del café antes de
perder la velocidad. —¿A dónde vamos? —le preguntó antes de comer otra
magdalena.
Agarrando su ropa sucia y metiéndola en su bolsa, Raven respondió sin
mirarlo. —Estoy llevándote a casa, donde estarás a salvo.
—¿A tu casa? ¿Dónde es eso?
La sorprendente pregunta causó que Raven hiciera una pausa y mirara al
hombre. ¿Eh? ¿Por qué pensaría Liam que lo llevaría a mi casa? ¿Quiere
quedarse conmigo? ¿Está sintiendo deseo por mí, después de todo? Es igual. No
importa.
—No, me refería…
Un golpe con fuerza en la puerta de la habitación lo interrumpió. Raven
abrió un lado de su bolsa y sacó una pistola. Ignorando el jadeo de Liam, se
dirigió hacia la puerta.
81
Página
Liam vio con horror como Raven sacaba una pistola de su bolsa y la llevaba
como si supiera exactamente cómo utilizarla, acercándose a la puerta. La visión
del Raven envolviendo sus brazos alrededor del cuello del doctor Grouper y
torciéndoselo pasó por su mente. Raven había parecido tan... tranquilo cuando
tomó la vida del otro hombre, como si no fuera nada.
La comprensión de que no sabía nada sobre Raven golpeó duro a Liam.
Raven planeaba llevarlo a su casa. ¿Era una buena idea?
—Maldita sea —murmuró Raven, redirigiendo la atención de Liam.
Raven metió el arma en la parte trasera de su pantalón y tiró de su camisa
sobre ella. Con el ceño fruncido, abrió la puerta y pregunto: —¿sí?
—Oye, hombre, ¿ese es tu coche?
Liam no podía ver al interlocutor, pero la voz masculina sonaba joven… al
principio de los veinte años, ¿tal vez?
—Sí, lo es —respondió Raven, su tono cada vez menos conflictivo. Agarró
sus llaves de la mesa, se tomó un segundo para guiñar un ojo a Liam, y luego se
dirigió hacia la puerta, cerrando detrás de él.
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Saltando de la cama, Liam se acercó a la ventana y se asomó por la cortina.
Página
Raven pulso el botón de la llave y el Corvette cobró vida. El hombre de
pelo oscuro con Raven sonrió. Raven abrió la puerta y se inclinó dentro abriendo
el capó. Mientras lo levantaba, Raven comenzó a hablar de RPM y de las
estadísticas de cero a sesenta. Varias personas desafiaron el frío y húmedo aire
temprano de la mañana para acercarse, escuchar y hacer preguntas.
Después de veinte minutos, un trueno retumbó. Raven miró al cielo y,
sonriendo, hizo un comentario que tuvo a los otros hombres riendo. Raven cerró
el capó, apagó el motor, y se dirigió hacia el interior, saludando a los que seguían
dando vueltas.
Liam volvió de nuevo a la cama y se sentó en el borde. Metió sus pies
debajo de él y tiró de la manta sobre su regazo. Raven dio un paso a través de la
puerta, se detuvo cuando se encontró con los ojos de Liam por un instante, luego
sonrió mientras cerraba la puerta. —No pudiste resistir ver el espectáculo, ¿eh?
Inseguro de cómo Raven sabía que lo había estado observando, Liam
asintió lentamente y luego preguntó: —¿por qué lo hiciste?
Raven se encogió de hombros. —Se crea menos impresión si sólo les
muestras lo que quieren. En un día o dos, todos ellos recordarán el fantástico
coche y no a mí. Si hubiera sido un idiota y cerrado la puerta en su cara, me
habría recordado a mí, en su lugar —sacudió su cabeza—. No tengo ningún
deseo de ser recordado.
—Oh —murmuró Liam.
—¿Cómo se sienten tus costillas esta mañana? 83
—Bien, en general. Sólo siento punzadas de vez en cuando —respondió
Liam. Se mordisqueó el labio, tratando de averiguar cómo preguntar sobre la
Página
él, después de todo, ¿no? Parecía pensar que la seguridad de Liam era
primordial. Tal vez... sólo tal vez, una vez que las cosas se asentaran, pudiera
encontrar una manera de acercarse al hombre. Liam nunca había tenido que
acercarse a un hombre antes. En cualquier momento en que había ido a un club
gay, los seres humanos lo llamaban twink. Estaba seguro de que si alguna vez
hubiera mostrado su verdadera fuerza, tal vez si hubiera presionado el pecho de
uno de los corpulentos hombres que lo tomaron, los habría conmocionado.
—Liam.
Levantando la cabeza, Liam se centró en Raven. El hombre le estaba dando
una mirada divertida. —¿Estás bien? —En realidad no podía responder, así que
se levantó, se trasladó a la puerta, y observó expectante a Raven. Raven lo miró
fijamente durante otro par de segundos y luego se giró y sacó su bolsa por la
puerta. Liam vio como Raven abría la puerta de su Corvette negro y metía la
bolsa atrás. Miró alrededor, y luego movió sus dedos hacia él, indicándole que
debía ir.
Liam cruzó el estacionamiento lo más rápido que su cuerpo en curación se
lo permitió. Raven dio un paso atrás y Liam se metió en el asiento del conductor.
Se puso rápidamente al otro lado y se acurrucó en el suelo, metiendo su cola
sobre la nariz de manera protectora.
Sin mirarlo, Raven murmuró: —ya vuelvo.
Cerró la puerta y se dirigió fuera de la vista. El cuerpo de Liam tembló y
mientras miraba el pequeño interior del coche deportivo, se esforzó por controlar
su creciente pánico. Raven regresará. No estoy atrapado. No me dejará. Raven
me dejará salir. 88
Había repetido las palabras dos veces y estaba a la mitad de la tercera
Página
preguntó de dónde había salido la toalla blanca. Raven debió haber notado su
curiosidad, mientras dejaba las hamburguesas sobre ella, le hizo un guiño y dijo:
—la robé del motel esta mañana. Pensé que podríamos necesitarla.
Liam ladeó la cabeza. ¿Su posible compañero robó la toalla? ¿Raven era un
ladrón? Liam trataba de decidir cómo se sentía sobre eso. El tipo tenía que ser ex
militar por la forma en que se movía, su arma y cómo lo salvó de los científicos,
sin embargo, robó cosas, obviamente, sin ningún remordimiento. ¿El individuo
sentía remordimiento? ¿Sentía algo?
Mientras comía, Liam trató de no pensar en ello demasiado. No era como
si pudiera hacer sus preguntas en este momento de todas formas. En cambio, se
enroscó de vuelta en el suelo y, sabiendo que su cuerpo necesitaba reposo por
encima de todo para sanar, se volvió a dormir.
Los neumáticos del coche crujieron sobre grava despertando a Liam de un
ligero sopor. Levantó la cabeza y miró por la ventana, pero sólo pudo ver los
árboles en la luz del oscuro atardecer. ¡Wow, dormí todo el día!
—Oh Dios. Estás despierto. Estamos aquí —dijo Raven. Frunció el ceño
mientras miraba a través del parabrisas. Murmurando, agregó: —creo.
¿Qué? ¿Raven no sabía dónde estaba su casa? Liam estiró su cuerpo y
puso sus patas delanteras en el asiento para tener una mejor visión exterior.
Espera, este bosque se ve muy familiar. Una mansión entró en su visión al girar
en la curva y el corazón de Liam comenzó a latir violentamente al darse cuenta
de dónde estaba y quien era la gente que estaba esperando en el porche y en el
patio.
—Ah, ahí está —dijo Raven. Sonrió, aunque parecía un poco forzado—.
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Estoy seguro de que tu familia estará encantada de verte. —Le guiñó un ojo—.
Página
la mirada baja. Devanándose el cerebro, Liam buscó una manera de salir de esto.
Tal vez, una vez que llegara a la casa, podría deslizarse a través de la ventana del
baño.
—Fue un placer conocerte, Liam —dijo Raven a sus espaldas. Liam miró
por encima del hombro al hombre, deseando desesperadamente que realmente
hubieran hablado. Eso siempre había sido su problema. Liam no se comunica
bien y acaba de hacer suposiciones sin llegar a una aclaración. Una vez más, ese
defecto venía a morderlo en el culo. Ladró muy suavemente, luego se volvió y
siguió a su alfa lejos de Raven. Su corazón pareció detenerse con cada paso,
haciéndole difícil mantenerse en movimiento. Un golpe en su cadera le hizo
mirar por encima del hombro, y se dio cuenta de que los ejecutores de la manada,
Kelley y Roland, estaban flanqueándolo.
Entrando en la casa, Liam escuchó la aceleración del motor. El sonido del
coche en la distancia fracturó su corazón y la cola de Liam cayó. Raven se había
ido, y ahora, una vez más, estaba a merced de su homofóbico alfa.
92
Página
La imagen de Liam entrando en la mansión atormentaba a Raven mientras
conducía. Algo en ello lo fastidiaba, y no fue hasta esa noche cuando estaba
sentado frente al televisor de su habitación de hotel, bebiendo una cerveza que lo
entendió.
Liam se veía sometido... casi derrotado.
Raven había visto un Liam herido, un Liam enfermo y desnutrido, un Liam
en pánico e incluso un Liam juguetón. Con su cola baja, su cabeza gacha y sus
hombros encorvados, Liam parecía subyugado. Pensando en ello ahora, Raven
frunció el ceño. Liam estaba en casa. ¿Por qué tendría ese aspecto?
Recordó el olor del alfa mientras hablaba. Había estado... fuera de lugar, de
alguna manera. No era como si estuviera mintiendo en lugar de decir toda la
verdad. A Raven no le gustaba. Todos los instintos que tenía estaban diciéndole
que localizase a Liam y se asegurase de que estaba bien.
Gruñendo en voz baja, Raven se levantó y dejó la cerveza sobre la mesa.
En tres minutos, estaba vestido todo de negro, agarrando sus llaves y saliendo
por la puerta. Sabía que le sería imposible descansar mientras sintiera esta
incertidumbre.
93
Raven condujo durante cuarenta y cinco minutos, volviendo por donde
Página
había venido. Cuando llegó al final del camino, escaneó los árboles, en busca de
un lugar para aparcar que ocultara a su bebé sin un rasguño sobre él. No había
mucho, pero se las arregló para encontrar un desvío a 800 metros más allá de la
calzada. Se metió en él, apagó el vehículo y se bajó. Agarrando su glock, sujetó
la funda en su muslo y guardó sus llaves antes de dirigirse hacia el bosque.
Basándose en la memoria y su mejorada visión nocturna, Raven corrió
sostenidamente. Se imaginó que le llevaría veinte minutos a un ritmo constante
llegar a la mansión. Lo que haría cuando llegara allí quedaba por ver.
Oyó llamadas de ladridos y desaceleró, determinando la dirección. Sonaba
como una manada de zorros corriendo no muy lejos de aquí y Raven decidió que
necesitaba saber quién estaba en ella. No serviría de nada bueno, dejar que el
orgullo por sí solo de Raven, fuese atrapado en el territorio de los zorros sólo
para descubrir que Liam corría feliz con su familia.
Raven rodeó con cuidado la manada de cambia formas hasta que estuvo a
400 metros a favor del viento. Lentamente, inhaló. Reconoció el olor del alfa, y
otros dos que parecían muy familiares... tal vez, ¿la familia de Liam?
Pero no Liam.
¿Por qué no estaba corriendo con su familia? ¿Estaba demasiado cansado?
Había dormido todo el viaje hasta aquí.
Raven necesitaba encontrarlo. Bordeando el grupo de corredores, corrió
hacia la mansión. Encontrar el enorme edificio no era el problema. Conseguir
entrar... lo era. Raven rodeó el edificio dos veces antes de decidir su punto de
entrada… una ventana abierta en el segundo piso. 94
Mirando la ventana abierta arriba, Raven se puso bajo el balcón más
cercano. Se agarró al soporte de madera y se alzó subiendo la pierna con
Página
carrera que el resto del grupo estaba disfrutando en el exterior, ¿era una victoria
por que había regresado?
¡Maldición! ¿Qué he hecho?
Luego sonrió. El cachorro estaba solo en la casa según su propia admisión.
Era hora de rescatar a su compañero de una vez, y esta vez, Raven sabía que no
iba a permitir que el pequeño zorro se alejara.
Raven sacó su glock de la funda y empezó a avanzar. Con pasos
silenciosos, se arrastró hasta la escalera. El olor de su compañero hormigueó sus
sentidos. Se mezclaba con un olor que era similar, pero menos almizclado.
Raven se preguntó quién estaba allí con él. ¿Un hermano o primo, tal vez?
Subió la escalera y se asomó por encima del borde. La vista que vio causó
que la furia corriera a través de su sistema. Liam estaba todavía en forma de
zorro, con un pesado grillete negro, quizás hecho de hierro, alrededor de su pata
trasera izquierda, y los únicos lujos en el pequeño espacio era un delgado
colchón y una manta.
—Alto ahí —ordenó Raven, la ira dando a sus palabras un duro borde.
El joven se giró y se quedó sin aliento. Levantó las manos dejando caer el
plato de comida que sostenía. —¿Quién eres tú?
¿Este adolescente con la cara llena de granos estaba subiendo comida a
hurtadillas a Liam?
Raven gruñó bajo y profundo en su garganta. El joven palideció.
Frunciendo los labios, Raven gruñó. —Ni siquiera tengo familia y sé que tengo
mucho que aprender sobre el comportamiento aceptable.
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—No... quiero decir, ¡no fui yo! —chilló el muchacho.
Página
Burlándose, Raven dijo: —entonces supongo que no tienes la llave,
tampoco, ¿no? —Raven se arriesgó a mirar hacia Liam, como si esta humedad
detrás de las orejas de su bebé podría conseguir posiblemente caer sobre él. Liam
estaba sentado, sus orejas hacia adelante, y sus ojos tenían un infierno de mucha
más vitalidad en ellos que la primera vez que había dado un vistazo alrededor del
ático convertido en prisión.
—¿Cómo estás, pequeño? —canturreó Raven—. ¿Por qué demonios no
me dijiste que tu hogar y tu familia no eran amables?
Liam ladeó la cabeza, y luego dejó caer la nariz. Se parecía demasiado a la
derrota para Raven, y no le gustó, sobre todo, no dirigido a él.
—Vamos a salir de aquí en un momento —le aseguro. Volviendo a mirar al
adolescente de amplios ojos, le preguntó: —¿sabes dónde están las llaves? Y no
me mientas.
El joven sacudió la cabeza lentamente.
—Bien —dijo Raven. Agitó el arma, utilizándolo para indicar que se
pusiera en la esquina de la buhardilla a tres metros de Liam. También estaba más
lejos de la escalera—. Siéntate. Las manos en la cabeza. —Raven no pensaba
que el cambia formas podría caer sobre él, pero no tenía sentido invitar a los
problemas. Quería al cachorro inmovilizado.
Una vez que el cambia formas estaba sentado a su gusto, Raven metió la
glock en la funda y se acercó a Liam. Se agachó y pasó una tranquilizadora mano
sobre su compañero. Dioses de arriba, este pensamiento no debería sonarme tan
bien. Rascando detrás de las orejas de Liam, a continuación, bajo su barbilla y
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por el cuello hacia abajo, no se le escapó que Liam puso un montón de fe en
Página
todo y aspiró una gran bocanada de aire, en busca de ruido u olor. Cuando le
llegó una gran cantidad de olores indicándole una variedad de cambia formas, a
Raven no le gustó que hubieran terminado contra el viento del grupo.
Cambiando de dirección, Raven corrió con fuerza en un ángulo recto. Una
mirada por encima de su hombro le dijo que Liam estaba al galope en sus
talones.
Después de cinco minutos, llegaron al borde de la calzada y Raven
desaceleró a un paseo. La preocupación lo llenó por la forma en que el pecho de
Liam se movía a causa del esfuerzo. El pobre cambia formas no estaba para esto.
¡Maldición!
Raven no quería dejar a Liam, pero no pudo ver ninguna alternativa.
Mirando alrededor, vio un claro de hierba al lado del camino de entrada, y
decidió que sería un lugar fácil para gira un coche alrededor. Llegó al borde de
los árboles y se arrodilló al lado del zorro blanco nacarado. —Quiero que
cambies, escales ese árbol, y me esperes —murmuró Raven, erizando el pelaje
de Liam—. ¿Puedes hacer eso?
En respuesta, Liam cambió. Raven observó mientras desaparecía el pelaje,
las extremidades se reformaban y los huesos se reajustaban. Le había dicho que
no era un proceso particularmente doloroso la mayoría de las veces, aunque
sonaba como que sí, pero con Liam todavía recuperándose, para el momento en
que terminó, el pecho de Liam exhaló.
Rápidamente, Raven se quitó la camisa y la pasó sobre el pálido cuerpo de
Liam. Le llegaba a la mitad del muslo, pero al menos le proporcionaría a su piel
una pequeña protección contra la áspera corteza. Además, tal vez su olor en el 101
tejido podría ayudar a Liam a ocultarse si su alfa fuese tan tonto como para tratar
de seguirlos.
Página
102
Página
Liam observó a Raven desaparecer en la oscuridad. Su sangre cantaba por sus
venas por el beso que le había dado y lo único que podía pensar era en una cosa,
bueno, en dos cosas. ¡Raven regresó por mí! ¡Es mi compañero!
Se agarró a una rama del árbol con fuerza, tratando de reducir la velocidad
de su corazón. Sabía que su manada estaba allí fuera, corriendo en alguna parte.
Por la forma que Raven había cambiado repentinamente de dirección y corrió, se
imaginó que tenían que estar cerca, también. Deseaba que su sentido del olfato
volviera más rápido. Todo olía... apagado, como si el olor llevase días.
Si Raven no lo hubiera besado, y Liam quería besar al hombre de nuevo,
Liam no habría estado seguro que Raven era su compañero. El hecho de que el
hombre se había alejado, cuando ya había reconocido que eran compañeros,
preocupó a Liam.
¿Había algo mal con él? Raven era un hombre tan fuerte, viral y rebosante
de confianza. Claro, tenía que cuidar de Liam ahora, pero eso no duraría para
siempre. Liam sanaría.
¿Cómo puedo hacer que mi compañero vea que puedo cuidarle, también? 103
De alguna forma, Liam encontraría la manera. Ahora que sabía a ciencia cierta
que Raven era su compañero, haría lo que fuera para demostrar su valía.
Página
Cuando los ejecutores habían venido por él esa vez, Liam había corrido...
directo a las manos de los científicos. No estaba seguro de qué era peor.
—Ahí estás, Liam. ¿Qué haces ahí arriba? —comentó Roland.
Mirando abajo Liam se encontró directamente con los divertidos ojos
marrones del ejecutor. El alfa William, el beta Josiah y el ejecutor Kelley se
unieron a Roland debajo del árbol.
William puso las manos en sus caderas y le sonrió. —¿Qué? ¿Pensaste que
subirte a un árbol te ayudaría a escapar? —resopló—. Todo ese semen que has
debido chupar te ha podrido el cerebro.
Liam se sonrojó, avergonzado a pesar de sí mismo. Nunca había oído a su
alfa hablar tan groseramente.
—Basta de perder el tiempo. Baja tu culo aquí, Liam —exigió el alfa.
Agarrando las ramas con más fuerza, Liam se resistió a su automático
instinto de someterse y obedecer al cambia formas más fuerte. Sacudió la
cabeza.
El alfa William frunció los labios al tener su orden negada. —¿Qué?
¿Piensas que ese humano idiota vendrá de nuevo por ti? ¡Ja! ¡Te dejó en un
árbol! No va a volver. Y aunque lo hiciera —continuó el alfa con sarcasmo—,
¿qué podría hacer? Es un maldito humano. Le despedazaremos.
Incapaz de contener su lengua por más tiempo, Liam gritó: —¡es mi
compañero y volverá!
El brillo de odio en los ojos del alfa sorprendió a Liam. Le mantuvo en una 105
jaula, había esperado ver el desprecio y el odio de los que lo rodeaban, pero
nunca de su alfa, ¡el cambia formas que se suponía cuidaba y vigilaba a cada uno
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en su manada!
—Eres una abominación, Liam —gruñó el alfa William—. Eres una
afrenta al destino. ¡Nunca te daría un compañero! —William se volvió a Kelley
y rugió—. Bájalo aquí. ¡Ahora!
Liam se mordió el labio inferior, mirando al ejecutor aproximándose y se
preguntaba qué debía hacer. Justo cuando Kelley alcanzaba la primera rama, el
gutural rugido de un potente motor captó la atención de todos. A la vuelta de la
esquina aceleraba el Corvette de Raven, la luz de la luna brillando en la oscura
pintura. El vehículo entró en el claro y derrapó ejecutando un impresionante giro
hasta parar, pulverizando rocas y hierba en todas direcciones en el proceso.
El alfa William y los otros se lanzaron fuera del camino, apenas evitando
ser golpeados por el vehículo que se deslizó marcha atrás.
La puerta del lado del conductor se abrió y Raven salió, pistola en mano.
—Liam, amor, tu coche te espera. —Raven, arrastró las palabras, a pesar de que
mantuvo su enfoque en los cambia formas que lentamente se levantaban.
Liam cuidadosamente empezó a bajar, pasando de rama a otra. Cuando
llegó a la última antes de saltar, se detuvo. Fue bueno que lo hiciera porque vio a
Josiah avanzar poco a poco hacia él.
Evidentemente, Raven lo vio al mismo tiempo. —Ah, ah, ah, zorrito. Alfa,
dile a tu gente que retroceda o lo mataré.
Raven dijo las palabras casi conversando, pero Liam escuchó el toque
subyacente de la amenaza. Así lo hizo su alfa. Hizo un gesto a los otros y cada 106
uno dio tres pasos atrás. —No vas a salirte con la tuya —prometió el alfa
William—. Te denunciaré por secuestro.
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Sonriendo ampliamente, Raven respondió: —lo gracioso sobre el
secuestro es que la persona tiene que ser forzada contra su voluntad.
—No importará al Consejo Shifter —se jactó el alfa Williams—. Cuando
oigan esto, enviarán a alguien para rastrearte.
—Oh, no te preocupes. El Consejo Shifter se enterará de esto —dijo
Raven—. Escucharán cómo encadenaste a uno de los tuyos en el ático, lo
perseguiste por ser homosexual y trataste de apartarlo de su compañero.
La cara del alfa William se tornó en una interesante sombra púrpura antes
de que rugiera. —Nunca serás capaz de probar nada de eso. Liam es una
abominación. ¡No puede tener un compañero!
Raven sonrió, lo que pareció enfurecer más al alfa. —Veremos. —Fue
todo lo que dijo.
En ese momento, Liam estaba deslizándose en el asiento del pasajero.
Raven no perdió tiempo en subir detrás del volante. Liam se agarró de la manija
mientras su compañero aceleraba el motor, haciendo girar los neumáticos en la
suciedad, hierba y grava, y el coche salió disparado de vuelta al camino de
entrada, llevando a ambos lejos del furioso alfa de Liam.
Cuando llegaron a la carretera, Raven giró a la derecha, alejándose de la
cercana ciudad y sacó su teléfono. Después de marcar un número en la
marcación rápida, se lo llevó a la oreja.
—¿Sí? —respondió una voz masculina, cadenciosa.
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—Declan, necesito acceso a una manada comprensiva con los
apareamientos entre homosexuales —declaró Raven sin preámbulo.
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—Sí, puedo ver eso —respondió Declan—. Sólo sé que si tomas ese tono
con el alfa de la manada donde voy a enviaros, probablemente no hablarás de esa
manera a nadie más, porque felizmente arrancará tu garganta.
—Debidamente anotado —respondió Raven, sonriendo ligeramente.
—Está bien, dirígete directamente al sur, a una manada de leones fuera de
Salina, Kansas. Conozco al compañero del alfa. Es un tipo decente, pero su
compañero es un poquito sobreprotector, por lo que no hagas ni digas nada que
suene como una amenaza —advirtió Declan.
—Una vez más, debidamente anotado.
—Bien, entonces. Busca a Terence y Perrin. Perrin es el alfa. Terence es su
compañero —dijo Declan—. Llamaré a Terence, así que os esperará. Le pediré
que os guie a través del proceso de la presentación de una queja ante el Consejo.
Os enviaré sus coordenadas.
El hombro de Raven se hundió y la tensión disminuyó de su cuerpo. La
liberación de la tensión fue prácticamente palpable. —Ha pasado mucho tiempo
desde que le agradecí algo a alguien y en realidad quería decir eso, pero gracias.
La alegría en la profunda voz masculina en el otro extremo de la línea se
escuchó fuerte y clara. —Entonces, decidiste mantener a Liam después de todo.
Te lo dije.
Luego se cortó la comunicación.
Raven gruñó, pero no había real ferocidad en el sonido.
Liam rio, su alegría natural en aumento. —No creo que le guste tu actitud 109
más de lo que te gusta la suya —bromeó.
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Liam hizo una mueca. —Oh. Está bien. —Caray, ¿qué significaba eso para
su apareamiento? —Los callosos dedos de Raven agarraron su mandíbula y
trajeron el enfoque de Liam de nuevo a Raven. —Entonces, qué si nunca me he
considerado homosexual. Nunca he tenido mucho impulso sexual —indicó—.
Hasta que te olí en la instalación de los científicos, no me había molestado en
pajearme en casi cinco años. Ahora apenas puedo mantener mis manos fuera de
ti.
¿No puede mantener sus manos fuera de mí? ¿Eh? —Debes tener un
control sorprendente —comentó Liam.
—No tanto —dijo Raven, sacudiendo la cabeza—. Anoche, cuando
estabas en mis brazos, te tomé sin permiso. Contigo presionado contra mí,
maullando con necesidad, no pude detenerme —susurró antes de acercarse y
presionar sus labios contra los de Liam en un suave contacto.
La respiración de Liam se aceleró, y cuando Raven se retiró trató de
seguirle. Raven deslizó los dedos desde la barbilla a la nuca de Liam y lo
mantuvo en su lugar. Lamiéndose los labios, Liam murmuró: —¿Eso no fue un
sueño?
Raven se echó a reír. —Oh, no, mi pequeño compañero sexy. Eso
definitivamente no fue un sueño.
—Entonces, si sabías que soy tu compañero, y sabes de los cambia formas,
¿por qué me dejaste? —Liam finalmente tuvo el valor suficiente para
preguntarle lo que se había preguntado durante el último par de horas.
Suspirando, los labios de Raven se tensaron en una mueca. —Porque no 111
pensé que me querrías, y pensaba que merecías algo mejor que yo. Era la rata de
laboratorio de los científicos por elección, Liam. Firmé porque pensaba que
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Raven se aseguró de que tenía todo, entonces se dio prisa en volver al coche.
Sabía que era absurdo, pero el temor de que Liam lo dejara mientras no estaba,
lo llevó a correr por las escaleras. Había dejado caer una bomba sobre el hombre
y le preocupaba cuál sería su respuesta.
Dios, odio compartir sentimientos. Excepto, que Raven sabía que era la
manera en que funcionaban las relaciones. Una pareja compartía cosas.
No podía negar el alivio que sintió al ver a Liam sentado en el coche
esperándolo. Sentándose detrás del volante, Raven le sonrió y dijo: —en camino
de nuevo.
Liam sonrió y asintió. Tan pronto como estuvieron en la carretera, se giró
en su asiento, metiendo una pierna bajo su trasero para poder enfrentar a Raven.
—Tengo un par de preguntas. ¿Estás dispuesto a responderlas?
Raven le miró y luego asintió. —Me puedes preguntar lo que sea.
—Dijiste que pensabas que no te quería. ¿Por qué pensabas eso?
Resoplando, Raven admitió que no fue lo primero que pensó que Liam 113
preguntaría. Al menos tenía una respuesta. —No tengo citas, Liam, así que
admito que podría ser un poco ajeno a la atracción, pero en nuestro tiempo,
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—entonces, ¿qué pasa con esa mierda de mereces algo mejor? ¿Y cómo sabes
sobre los cambia formas? ¿Quién es Declan?
—Whoa —sonrió Raven, le alegraba que parecían estar más allá de la
incomodidad—. Una pregunta a la vez.
Liam asintió. —Bueno. ¿Sabías de los cambia formas antes de decidir
trabajar para Sampson?
—Sí. Conocí a Sampson cuando estaba en el ejército. Me habló de los
cambia formas, que eran enloquecidos asesinos en forma animal y tenían que ser
destruidos para garantizar la seguridad de toda la humanidad. —Raven miró a
Liam, tratando de evaluar cómo se lo estaba tomando. Hasta el momento, la
expresión del cambia formas se mantenía interesada, aunque un poco
preocupada—. Lo salvé del ejército del país en el que estábamos, del que no
puedo contarte —añadió.
—Comprensible.
—De todos modos —continuó Raven—. Me ofreció un trabajo y cuando
dejé el ejército, lo tomé. —Cuando Raven miró a Liam de nuevo, sus cejas se
fruncieron.
—¿Cuándo te diste cuenta de que no eran sólo máquinas de matar sin
sentido? —preguntó Liam en voz baja.
—Hace algunos años —admitió Raven—. Durante los primeros cinco
años, me quedé en la base y entrené a sus soldados. Había estado haciendo
experimentos durante algún tiempo antes de que firmara. Me mostró algunos de
los cambia formas más viciosos que tenía en cautiverio, Sampson me convenció 115
para dejarlo experimentar en mí. —Hizo una mueca—. Cómo si no enfrentaría a
un león o un tigre cambia formas, ¿verdad? Necesitaba reflejos más rápidos, más
Página
Liam explicar cómo su alfa dirigía la manada con mano de hierro, usando al beta
y los ejecutores, que eran igual de intolerantes y fríos, para hacer cumplir sus
propios ideales, Raven deseó poder regresar a la noche anterior y poner una bala
en cada cabeza.
Por supuesto, entonces tendría al Consejo Shifter tras él en su lugar. Al
darse cuenta de ello, Raven agarró a su compañero y lo puso en su regazo. Liam
lo miró con sorpresa, pero luego sonrió cálidamente y frotó las manos arriba y
abajo por sus brazos.
—Oye, ¿estás bien? —preguntó Liam con suavidad.
Raven asintió. —Sólo de pensar en lo cerca que estuve de perderte. No me
gustaba la idea ni un poco —admitió.
—Bueno, no lo hiciste, ¿verdad? Estoy bien. Estás bien. Así que deja de
preocuparte.
—Tan sabio —respondió Raven con voz ronca, su mirada cayendo a la
boca de Liam. Realmente quería otra probada.
—Vale, vale, pájaros del amor —se burló Terence—. Os mostraré vuestra
habitación. Por las bolsas bajo sus ojos, podrían dormir un poco —bromeó,
sonriendo a Raven—. Aunque, tengo la rara idea de que no sucederá pronto.
Raven no se molestó en responder. Sólo se levantó con Liam en sus brazos.
Su compañero se sonrojó, pero se acurrucó contra el pecho de Raven sin
comentarios. Eso hizo que Raven sonriera. Le gustaba la confianza que su Liam
mostraba con él y agradecimiento lo inundó por no haberlo perdido después de
todo lo que le había contado. 121
Terence abrió la marcha fuera del ala donde estaba el estudio y a través de
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la casa. Se dirigió a través de una sala de recreo donde varios cachorros estaban
jugando un videojuego. Cuando señaló fuera de la cocina y del enorme comedor,
Raven miró a través de las puertas correderas de cristal a la enorme terraza en el
porche trasero. Levantó una ceja sorprendido por la media docena de leones
tomando el sol en los tablones de la terraza.
Viendo su interés, Terence le hizo un guiño. —Después del desayuno,
siesta. —Se encogió de hombros—. Es una especie de tradición del sábado.
—Ah —dijo Raven—. Es una impresionante vista.
Terence lo miró y asintió. —Lo es, ¿no es así? —Señaló hacia un león con
una melena marrón oscuro. Los ojos azules del enorme cambia formas los miró a
través del cristal como si evaluara si eran una amenaza para el compañero del
alfa—. Ese es Valarius. Es uno de nuestros ejecutores. Si tienes un problema con
algo más los próximos días... o alguien —agregó, mirando al pequeño cambia
formas en brazos de Raven—, díselo. Se dirigirá a casa de Declan en menos de
una semana para representar a nuestra manada en una asamblea de cambia
formas, así que si no está alrededor, acércate a Grimes. Está en el otro lado del
porche. Te lo señalaré en otro momento cuando no estén tan cansados —dijo,
guiñándole un ojo.
Raven gruñó en reconocimiento, y comenzaron a moverse de nuevo.
—Esta asamblea —comentó Raven con curiosidad—, ¿es sobre los científicos y
el hecho de que perdimos a Sampson?
Terence asintió mientras abría el camino subiendo un tramo de escaleras.
—Exactamente. Van a distribuir su imagen y llegaran a un plan para rastrearlo.
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Asintiendo, Raven agarró a su compañero con más fuerza, tenía toda la
intención de mantener a su amante tan lejos del científico loco como fuera
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posible.
—Este es el ala para las parejas apareadas. Siempre tenemos un par
habitaciones de invitados listas, así que creo que estarán cómodos. —Terence
abrió una puerta y entró en la habitación.
Mirando alrededor del espacio, Raven observó que estaba decorada en
agradables tonos tierra. La cama grande tamaño king dominaba una pared, una
colcha marrón la cubría. Un armario en una esquina. A lo largo de otra pared
había una cómoda con un televisor de pantalla plana montado sobre él.
—Muy agradable. Gracias —declaró Raven superficialmente.
Terence rió. —Correcto. Mientras tuviera una cama decente, no te habría
importado —dijo, riéndose. Hizo un guiño—. Después de obtener un poco de
sueño, el baño está tras esa puerta. —Señaló la puerta de la izquierda—. El
lubricante está en la mesita de noche. Son bienvenidos a tomar cualquier cosa de
la nevera si tienen hambre. La cena se servirá a las siete si están listos para tener
compañía —agregó mientras salía.
Después de que la puerta se cerró, Raven se giró y se centró en Liam. —La
única compañía que necesito ahora eres tú —declaró, caminando hacia su
compañero que se encontraba al otro lado de la habitación admirando los
muebles.
Liam se sonrojó viendo su acercamiento, pero sostuvo la mirada de Raven.
—¿Algo que necesites? —susurro, lamiéndose los labios.
—Sí —respondió Raven, su voz más baja y ronca de lo que nunca podía
recordar escucharla—. Definitivamente te necesito, Liam. —Con una ardiente 123
necesidad que nunca había sentido por otro. Había esperado demasiado tiempo
para descubrir lo que se sentía al amar a su pareja.
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Liam gimió y se balanceó sobre ellos. Eran más gruesos que los suyos y se
sentía tan bien. Al pasar el tercero, Raven frotó sobre su próstata. Gimiendo,
arqueó la espalda y trató de que lo hiciera de nuevo. En lugar de ello, Raven se
detuvo, posando su otra mano en la columna de Liam.
—¿Estás bien?
—Sí, claro. Más que bien —aseguró Liam—. Esa es mi próstata. Se siente
tan bien cuando la frotas. Por favor, hazlo de nuevo —rogó, tratando de
conseguir que Raven empezara a moverse de nuevo.
—¿Esta?
Raven ajustó el ángulo y presionó el haz de nervios, disparando zarcillos
de placer a través del cuerpo de Liam. —Oh, Dios, sí, ahí —balbuceó Liam
mientras Raven continuó frotándolo.
—Hmm —tarareó Raven—. ¿Puedes correrte sólo por esto? —preguntó,
presionando un poco más duro en el siguiente pase.
Liam se estremeció y arqueó su espalda. —Siii —siseó—. Otro dedo. Por
favor, dame otro dedo —rogó—. Lo necesito.
Otro dedo lubricado se deslizó al lado de los otros. Liam abrió más sus
piernas y trató de levantar su culo más alto, pero la mano de Raven en su
columna forzó sus hombros sobre la cama. Con su mejilla presionada contra la
almohada, Liam no podía mover nada salvo sus caderas y no pudo evitar
mecerse descaradamente en la mano de Raven.
Chispas se dispararon por su sangre mientras Raven frotaba la próstata en 129
cada pasada. Sus bolas se tensaron en su cuerpo y su pene rezumó otra gota de
líquido pre-seminal.
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Raven se inclinó sobre él, su pecho hacia la espalda de Liam. —Te gusta
que te abra, ¿no es así, Liam? —preguntó Raven bruscamente, su voz
profundizándose con lujuria y necesidad—. No puedes esperar a que mi pene
llene tu pequeño culo apretado, ¿no? —Su cálido aliento mientras hablaba hizo
que los pelos de Liam se pusieran de punta.
—Sí, quiero tu pene. Quiero que me llenes —respondió Liam, casi sin
sentido con su necesidad de correrse.
La polla de Raven chocó contra las bolas de Liam, pintándolas con
pre-semen. —Oh, te llenaré, compañero —canturreó Raven—. Voy a bombear
mi polla en tu apretado canal y vas a sacar la leche de mí, ¿verdad? Vas a rogar
por mi semilla en tu culo.
Liam gimió en el visual. —Sí, te quiero. Tu polla en mi culo. Lléname. Por
favor.
—Córrete por mí, Liam —ordenó Raven—. Córrete ahora y entonces te
llenaré.
Durante un segundo, Liam no se creía capaz de obedecer. No estaba lo
suficientemente cerca. Entonces, como si su cuerpo respondiera a las órdenes de
su pareja, sus testículos se tensaron, disparando su semilla en el edredón bajo él.
Dicha rugió a través de su sistema, estrellándose sobre él como un maremoto.
Su cuerpo se tensó y estremeció, sacudiéndose en el agarre de Raven.
—Tan hermoso cuando te corres —comentó Raven. Frotó a través de la
próstata de Liam de nuevo, una vez, dos veces, haciéndole gemir y su polla se
sacudió e hinchó en lugar de ablandarse—. Ahora te daré lo que quieres, mi polla 130
te llenará.
Página
lentitud—. Todavía tan apretado y ahora todo sedoso con mi esperma. Tan
jodidamente sexy. Sus palabras fueron ligeramente mal articuladas, y cuando
Liam miró sobre su hombro, se encontró con una enorme y auto-satisfecha
sonrisa en la cara de Raven.
Haciendo lo que Raven le había pedido, Liam apretó los músculos de su
culo en un ritmo lento y constante mientras Raven continuaba con sus lánguidas
medio embestidas.
—¿Cómo puedes estar todavía duro? —preguntó Liam finalmente.
Raven se levantó en su codo y sonrió a Liam, sin cesar en sus movimientos.
—Tengo casi cinco años de abstinencia que compensar.
La mandíbula de Liam cayó, luego sonrió. —Bueno, entonces sin duda
tenemos que compensar el tiempo perdido por todos los medios.
De pronto, Raven sacó su erección del cuerpo de Liam. Antes de que
tuviera tiempo de protestar, Liam se encontró de espaldas con sus piernas
abiertas. Raven se situó entre los muslos de Liam y se empujó profundo de
vuelta.
Posesividad y afecto llenaron la expresión de Raven mientras se detenía en
el lugar y bajaba la cabeza. —Mis pensamientos exactamente —susurró contra
los labios de Liam antes de capturar su boca y empujar su lengua dentro.
Liam envolvió sus brazos y piernas alrededor de su amante, su compañero
y se entregó al cuidado del hombre. Estaba más que dispuesto a ir adelante por el
paseo.
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Charlie Richards vive en un pequeño rancho en Utah con su marido y su peludo
chico de cuatro patas. Comenzó a escribir fantasía cuando tenía ocho años, y
después de tropezar con su primer romance erótico a los diecinueve años, se dio
cuenta de su verdadera vocación. Ahora se centra en escribir romance erótico,
normalmente paranormal, con héroes y heroínas de todo tipo.
A menudo puedes encontrarla acurrucada con su portátil y una taza de té o
una copa de vino, creando su siguiente historia. Charlie disfruta explorando las
montañas a caballo, en todoterreno o en motocicleta. Su ejercicio favorito es
saltar con su caballo árabe Apache o su yegua pura sangre Repo.
Y no puede tener suficiente de highlanders sexy con sus faldas escocesas y
espadas. En este momento, ella y su musa están trabajando con dedicación en la
serie Lobos de Stone Ridge y en la serie Kontra’s Menagerie.
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