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La Perdición Del Mercenario

Cazador De Lobos
Por Charlie Richards

Lobos de Stone Ridge —18


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trabajo realizado por fans, dirigido hacia todas las personas que por circunstancias adversas no pueden adquirir el libro.
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culminación de éste proyecto.
Además advertimos que esta obra es de contenido homoerótico, es decir tiene escenas sexuales explicitas hombre/hombre,
si te molesta este tema no lo leas, además que su contenido no es apto para cardíacos.
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Un Hombre Lobo En El Zoo ―1
Prerrogativa De Alpha ―2
Aceptando A Su Animal ―3
Aceptando A Su Humano ―4
Encontrando El Equilibrio ―5
Aguijoneando Al Ejecutor ―6
A Través De Los Ojos De Dagus ―7
Amando Al Enemigo ―8
La Mordedura De Amor De Casey ―9
El Compañero Del Lobo De Los Motoristas ―10
La Arriesgada Caza De Kyle ―11
Un Cajún En Colorado ―12
Capturando Un Pedacito De Irlandés ―13
Las Aventuras De La Gárgola Gustav ―14
Eligiendo Su Milagro De Navidad ―15
El Especial Amado Del Vampiro ―16
Liberando Al Lobo De Demitri ―17
La Perdición del Mercenario Cazador de Lobos ―18

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Fuera de la jaula: incluso los mejores planes pueden salir mal, a veces en la más
maravillosa de las formas.
Raven se preocupa de una persona: él mismo, su confort, sus deseos y su
libertad para hacer lo que le plazca. Está harto de que el científico Sampson
Marlow tome decisiones por él y listo para comenzar un nuevo capítulo en su
vida. Una última asignación sale terriblemente mal, y él es el que termina en una
jaula... de especie. Viendo la silenciosa guerra entre las dos partes desde el punto
de vista de los cambia formas involucra a su conciencia, algo que jamás
admitiría ante nadie.
Tras escapar de los lobos y volviendo a las instalaciones del científico con
la intención de entregar su renuncia, Raven se siente atraído por un pequeño
cambia formas zorro del Ártico cautivo de los científicos. Aunque pone los
planes de Raven de seguir adelante y olvidar que existen los paranormales en un
segundo plano, parece que no puede ayudarse. Raven hace algo que nunca pensó
que haría.
Va al enemigo en busca de ayuda para liberar al cambia formas. Raven
sólo quiere devolver al pequeño zorro a su manada. Seguro como los fuegos del
infierno que nunca va a mantenerlo. Luego va a seguir adelante con su vida.
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¿Qué podría salir mal?
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A los editores de todo el mundo, gracias por llevarnos a los escritores a la tarea.
No siempre lo decimos, pero realmente valoramos sus ideas e intuiciones.

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Raven miró hacia el hombre de pie sobre él. Él y Miach habían estado en el
mismo lado una vez, pero cuando Miach se había enamorado de un cambia
formas lobo, había elegido cambiar sus lealtades. Jodido traidor. Elegir a los
paranormales sobre su propia especie.
Lo que más quemaba las bolas de Raven era el hecho de que había sido
capturado. Por supuesto, había sido necesaria una serpiente gigante de nueve
metros y un elefante para hacerlo, pero todavía picaba en su orgullo. ¿Quién
sabía que había cambia formas como esos ahí fuera?
—¿Qué jodidos quieres? —preguntó Raven, manteniendo su tono suave,
casi coloquial—. Pensaba que habías acabado conmigo.
Miach no estaba de guardián a menudo. Sobre todo, ese honor recaía en un
par de docenas de cambia formas lobos que se agrupaban en parejas. A un lobo,
Raven podría someterlo. ¿Dos? No sin un poco de ingenio... y suerte, la ventaja
de la sorpresa y un arma. Esos dos últimos, nunca lo lograría con éxito. Estos
cambia formas eran cuidadosos.
—¿Por qué odias tanto a los cambia formas? —preguntó sin rodeos Miach.
Raven levantó lentamente una ceja. Interesante. Nadie se había tomado la
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molestia de preguntarle eso antes. Se burló. —No lo hago —respondió. Ante la
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mirada incrédula de Miach, se encogió de hombros—. Diría que soy un enemigo


de la igualdad de oportunidades, pero eso no es realmente cierto. Encuentro
bastante fascinante a los cambia formas.
Miach lo fulminó. —¿Fascinante? ¿Es por eso que coges a los cambia
formas y se los entregas a esos hijos de puta para que experimenten y torturen?
Porque ¿estás fascinado por ellos?
Sonriendo, Raven se levantó de su asiento. Miach retrocedió en
consecuencia, manteniendo un cauteloso ojo sobre él.
—Ah, pero sabes. Nunca he cogido a ningún cambia formas, excepto un
bonito pequeño lobo. —Juntó las manos detrás de su espalda y curvó su labio en
una maliciosa sonrisa—. Eso fue sólo un poco de diversión. No lo habría
devuelto a Sampson —sonrió—. Ahora hay un trabajo real. Podrías pensar que
su familia fue asesinada por un delincuente o algo así. —En realidad, eso fue
exactamente lo que había ocurrido con el padre de Sampson, no es que a Raven
realmente le importara.
—Entonces, ¿qué es exactamente lo que haces para los científicos... para
Sampson?
Raven se rio en voz alta. —Y esa, detective, es la pregunta correcta —dijo,
citando una de sus películas favoritas.
Miach frunció el ceño. —¿Qué?
Rodó los ojos. —Proporciono a los científicos información sobre la
localización de los miembros de la manada. Donde corren. —Le guiñó un ojo—.
¿Quién está acoplado con quién?
—¡Hijo de puta! —gritó Miach.
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Raven se deslizó alrededor del sofá, con las manos en aplacamiento.


Estaba disfrutando de esto demasiado para ser estrangulado. —Relájate. No les
dije nada de ti. Código de hermanos de armas y todo eso —dijo, ondeando la
mano y agitando la cabeza.
—Pensé que estabas aquí para liberarme de los cambia formas —dijo
Miach interrogante.
Con el ceño fruncido, Raven dijo bruscamente, —¿no estás escuchando?
Dije eso como parte de mi pequeña diversión. Sampson y sus amigos saben que
no volverás. Si tenían alguna duda, tu mano ayudando a los lobos a volar la
instalación en Idaho remedió su forma de pensar. —Apoyó las manos en el
respaldo del sofá y se inclinó hacia su agitado... carcelero—. Te avisaré sin
embargo que hay una orden de dispararte al verte.
—Maldita sea —dijo Miach entre dientes, en realidad, mirándolo
sorprendido por esa noticia. Luego sacudió la cabeza y frunció el ceño a
Raven—. Está bien, no tienes la intención de capturar a ninguno de los
miembros de la manada. Sólo planeas decirle a los científicos todo sobre ellos,
permitiéndoles capturarlos. ¿Es correcto?
—Sí —respondió Raven, sin arrepentirse.
—Entonces me gustaría ofrecerte un acuerdo —dijo Miach.
Sus cejas se levantaron lentamente por propia voluntad. —¿De verdad?
—Saltó sobre el sofá y se instaló en los cojines. Abrió los brazos a ambos lados
del respaldo del sofá y sonrió—. Estoy escuchando.
Por un segundo, Miach parecía como si quisiera retirar sus palabras, pero
finalmente dijo: —promete no decir nada a los científicos sobre lo que has
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aprendido aquí y, a cambio, te dejaré ir.
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Bien, bien…
Raven permaneció en silencio unos segundos, buscando algún signo de
engaño en su antiguo camarada. —¿Por qué harías eso?
—Porque mantener a un hombre prisionero está mal, incluso si hacen que
se sienta cómodo. Porque he estado dónde te encuentras y es una mierda.
—Miach cruzó los brazos sobre el pecho—. Porque sé que la única cosa que
mantendrías, es tu palabra.
Poco a poco, Raven se levantó. —Sí, lo es —dijo arrastrando las palabras.
La perspectiva de su libertad hizo que su corazón se acelerara. ¿Podría estar de
acuerdo en guardar silencio sobre todo lo que había aprendido de la manada de
Declan McIntire? ¿Cómo diablos iba a explicar su ausencia a los chicos que le
pagaban? ¿A Sampson?
No es que realmente necesitara el dinero. Había escondido bien sus ahorros
en los últimos años. No necesitando muchas comodidades hizo que su dinero
aumentara. Su única excepción era su coche, un Corvette ZR1 del 2012 de
diseño personalizado. Pero ya que no podía disfrutar de su coche atascado aquí...
—Tienes un acuerdo —dijo, extendiendo la mano.
Miach la tomó lentamente, estrechándolas.
—Entonces. —Raven soltó la mano de Miach y colocó sus puños en las
caderas—. ¿Cómo exactamente quieres hacer esto? ¿Tienes un plan? Si sólo
dejas que me vaya, sabrán que fuiste tú —señaló.
Suspirando, Miach asintió. —Lo sé. —Sacó su cuchillo de la funda atada a
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su muslo. Por un segundo, agarró el mango con fuerza, con los nudillos blancos
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por la tensión, entonces dio la vuelta al cuchillo para agarrar la hoja y


ofrecérselo—. Me golpeaste con la lámpara en la cabeza mientras estaba
haciendo la cena, tomaste mi cuchillo, que convenientemente olvide dejar en
casa, y me apuñalaste varias veces. —Hizo una mueca—. No golpes letales, por
favor.
Raven tomó el arma. Sonriendo, se giró y cogió la fea lámpara azul con la
otra mano. —Mejor que vayas a la cocina entonces —sugirió con sequedad,
pensando ya en los mejores lugares para apuñalarlo incapacitándolo.
Miach se giró, y antes de que hubiera dado dos pasos, Raven dejó caer la
lámpara en su cabeza. Tropezando hacia adelante, Miach casi cayó al suelo. Se
medio giró y lo miró. —Mierda. ¿Qué tal algo de advertencia? —gruñó,
frotándose el cuero cabelludo.
Exponiendo el cuchillo, Raven giró la hoja. Miach movió el brazo que
frotaba su cuero cabelludo, instintivamente bloqueándolo, tal y como Raven
sabía que haría. El tipo era un soldado entrenado. No estaba en su naturaleza ser
pasivo, y si lo hubiera sido, las heridas no habrían sido creíbles de todos modos.
La afilada hoja se hundió en el antebrazo de Miach. La sangre salió a
borbotones, pero Miach no gritó. En su lugar, gruñó. Raven sacó el cuchillo,
dejando a Miach tropezar hacia atrás un par de pasos. Moviéndose rápidamente,
Raven giró el cuchillo, cambiando su agarre, luego lo hundió en el bajo
abdomen. Esta vez, Miach no trató de detenerlo.
Miach gruñó, sus ojos azules ampliándose de dolor.
Raven liberó el mango del cuchillo. —Déjalo ahí por un segundo, mientras
saco las sábanas de la cama —ordenó.
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La mandíbula del otro hombre se tensó. Sus fosas nasales se ensancharon.
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Girando rápidamente, Raven entró en la habitación y quitó primero la
colcha, dejándola caer al suelo, luego sacó la sabana encimera. Volvió con
Miach. —Esto va a doler —advirtió, agarrando el cuchillo de nuevo.
Una vez Miach asintió, Raven lo sacó cuidadosamente. El otro hombre
siseó entre dientes, revelando su dolor. Un par de rápidos cortes a la sabana, y
Raven tuvo la prenda verde en tiras. Primero, hizo una bola con una, a
continuación, utilizó varias tiras para atarla sobre la herida que había hecho en el
costado de Miach. A continuación, rápidamente se la envolvió en el antebrazo.
Raven se arrodilló junto a Miach. —Necesito que me des dos horas, luego,
llama a tu compañero —sonrió ligeramente.
—Nick va a estar aterrorizado —murmuró. Por un segundo, Raven se
preguntó cómo sería tener a alguien preocupado por él, pero luego alejó la inútil
idea.
—Entendido —respondió Miach con brusquedad.
Asintiendo, Raven se levantó y se dirigió hacia la puerta. Se detuvo y dio
su a ex compañero lesionado una sonrisa. —Gracias.
Miach sólo gruñó.
Apartándose, Raven deslizó el cuchillo en su cinturón, y salió. Tomando
una lenta y profunda respiración, evaluó su ubicación y entorno. Los científicos
habían manipulado sus sentidos olfativos, lo que le permitía oler, como
cualquier canino. También habían alterado el aroma de Raven, haciéndole oler
como la salvia y el musgo, lo que hacía casi imposible para los cambia formas 11
seguirle la pista. Había utilizado ambas ventajas en el pasado.
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Eligiendo una dirección, Raven comenzó a correr.


—¿Me estás diciendo que no puedes recordar nada de tu tiempo en cautiverio?
Raven se dirigió hacia el aparador y se sirvió varios dedos de whisky. En
realidad no le importaba el tono de Sampson Marlow. En lugar de comentarlo,
hizo lo que sabía que iba a enojar al hombre más. Se tragó el whisky
extremadamente caro de un trago, luego se sirvió un poco más.
—Por supuesto, recuerdo —respondió Raven finalmente—. Estaba en una
cabaña decorada como un pabellón de caza. Había una chimenea de leña, una
pequeña cocina con encimeras verde militar, y un comedor que contenía una
mesa redonda de madera para cuatro.
Se acercó a la ventana, haciendo una pausa para mirar la falsa escena más
allá. Sampson había leído en alguna parte que esas ventanas funcionaban bajo
tierra. La vista de Sampson hacía parecer como si estuviera en un edificio alto.
El cielo era azul con varias nubes blancas flotando, y la gente paseando. Hasta
los pájaros eran simulados.
Lamiendo una gota de whisky de su labio superior, Raven decidió qué
lejos quería impulsar la paciencia de Sampson. Tal vez sólo un poco más. —Me
dieron un montón de comida, cómodo lugar que se mantenía más tranquilo si
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hacía parecer que no estaban, de hecho, condiciones de vida, e incluso hablaban
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conmigo todos los días. La vista desde las ventanas enrejadas era de pinos. —Se
detuvo varios segundos, permitiendo que las comisuras de sus labios se curvaran
hacia arriba, antes de añadir: —era bastante bonito, especialmente durante los
meses de invierno, cuando los carámbanos colgaban de las ramas.
Vaya, es bueno que sé mentir tan bien.
Aunque, si realmente pensaba en ello, la mayoría de lo que decía era
cierto... excepto la parte de no haber aprendido nada de los lobos. Raven sabía
todo sobre ellos, desde quien estaba apareado con quien, a donde vivían, en que
trabajaban y el número de niños que tenían. Aun así, había prometido no
compartir esa información, y Raven mantendría su palabra.
—Ya que no cumplí el contrato, entiendo que no se me pagará —indicó
antes de que el enojado científico jefe pudiera decir nada más—. Me voy de
vacaciones. No te pongas en contacto conmigo de nuevo —ordeno.
Por el rabillo del ojo, Raven observó la sonrosada cara de Sampson. Al
hombre claramente no le gustaban sus palabras. —Has estado fuera de contacto
durante diez meses, y luego entras aquí y ¿esperas que me crea algo de lo que
dices? —gruñó Sampson—. ¿Y ahora estás dejándonos de nuevo? ¡Me lo debes!
Raven llevó el vaso a los labios y bebió. La rabia se filtraba a través de él,
haciendo que la sangre corriere fría a través de sus venas. No les debía a estos
idiotas nada. Les había dado ocho años de su vida, permitiéndoles experimentar
con él, ajustando su ADN. Raven se negaba a perder más tiempo en este
agujero... y eso era exactamente lo que pensaba de él.
Raven se había negado a cooperar con los cambia formas más por orgullo
que por otra cosa. No daba una mierda por la venganza de Sampson contra los
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cambia formas. La destrucción de una raza por las acciones de unos pocos era
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poco ético, no es que Raven sintiera que su propia ética era algo por lo que
juzgar.
Una vez que tragó el licor, endureció su tono y respondió: —no me importa
una mierda si me crees o no, Sampson. He estado retenido contra mi voluntad
durante meses por esos bárbaros bastardos. —Raven se burló de Sampson. El
científico era el verdadero bárbaro, pero tenía que salir de aquí sin ser
detenido—. Antes de empezar mis vacaciones, te diré una cosa que he
aprendido. —Entrecerró los ojos y fijó su mirada en Sampson—. Estos chicos
son mucho más coordinados que el crédito que les das. No son animales que
pueden convertirse en humanos. Son humanos que pueden convertirse en un
animal, y piensan racionalmente en ambas formas. No serán capturados por
sorpresa de nuevo.
Depositó el vaso sobre la mesa de café, ignorando los posavasos, Raven se
dirigió hacia la puerta. Se detuvo con la mano en la manilla, y miró sobre su
hombro a Sampson. —Estuve de acuerdo para que hicieras experimentos
ilegales en mí. Sé todo acerca de operación, Sampson. Tratar de detenerme sería
una malísima idea.
Evidentemente, el frío en su voz, finalmente, fue registrado por Sampson, a
tenor de lo pálido que se puso. Después de unos segundos, el científico no podía
sostener la mirada de Raven, y la bajó a su escritorio.
Satisfecho de que había hecho su punto, Raven se giró y salió.
Raven caminaba por los pasillos, ignorando a los que le rodeaban. No se
preocupaba de ninguno de estos científicos o soldados. Según Sampson, eran
prescindibles, como él. Había oído al idiota hablar con otros dos hombres hacia 14
casi un año, justo antes de dirigirse a su última expedición de exploración y
recopilación de información. Un hombre que había reconocido como su socio
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científico, el doctor Riley Grouper y el tercer hombre que nunca había visto
antes y no había vuelto a ver. No sabía su nombre, pero por la conversación,
Raven pensó que el tipo era algún tipo de apoyo financiero.
Incluso entonces, había sabido que sería su última misión. Había dedicado
más que suficientes años de su vida a ellos. En un momento, Raven había
pensado que Sampson era su amigo. Durante una misión de operaciones
encubiertas a un país que había olvidado pronto, Raven había rescatado a
Sampson de la milicia local. Habían pasado tres días y medio escondidos juntos.
Sampson había estado enfermo, con fiebre alta y delirante. Había revelado algo
de la mierda paranormal que había visto y le preguntó a Raven si le ayudaría a
librar al mundo de los monstruos en la oscuridad.
Raven estuvo de acuerdo. Una vez que había salido, había mirado a
Sampson. Al menos había conseguido algo de ello... aumento de la fuerza,
velocidad, agilidad y sanar de casi cualquier cosa. En los últimos seis años, ni
siquiera había tenido un resfriado.
Mientras decidía que era irrelevante detenerse en sus recuerdos, Raven
pasó de largo las viviendas de la instalación. Nunca dejó nada propio en la
habitación que Sampson le había dado tan grandiosamente mientras se
recuperaba de todas y cada una de las pruebas y procedimientos que había
permitido que le hicieran. En ese momento, había pensado que estaba ayudando
a la humanidad. Era un ex militar, después de todo, como la mayoría de los
soldados en este lugar. Demasiado mal que en realidad nunca le había gustado
recibir órdenes, pero a los dieciocho años, había tenido que elegir entre militares
o prisión.
Decisión difícil..
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Un aroma interesante tiró de Raven, haciendo que se detuviera. Dio un
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paso atrás y se quedó mirando al pasillo que acababa de pasar. Raven sabía que
si iba por ese corredor, se iba a encontrar en los corrales. Después del
sorprendente trato que había recibido de los cambia formas, ¿quería lidiar con
eso? Inhalando profundamente, Raven cerró los ojos y disfrutó del olor de...
algo. Cuando notó que su pene se estaba empezando a llenar en sus gastados
vaqueros negros, frunció el ceño. ¿Qué carajo? Ahora en realidad quería saber
qué demonios causaba el olor. Había enterrado sus necesidades sexuales tan
profundo que no podía recordar la última vez que había sentido lujuria. Ni
siquiera se había pajeado en años.
Raven tragó un gruñido y fue por el pasillo. Lo que sea que encontrara tan
atractivo, quería saber... para poder evitarlo en el futuro. Raven odiaba que las
cosas se salieran de su control.
Se detuvo ante la puerta de la perrera. Realmente le disgustaba entrar en
esta zona. Incluso antes de que hubiera visto cómo vivían los cambia formas, se
había sentido culpable, no era un sentimiento que disfrutara. Eso era por lo que
se había quedado alrededor, observándolos durante tanto tiempo. En realidad
había aprendido todo lo que había necesitado para transmitir a los científicos en
el primer par de semanas. El siguiente mes que había pasado por ahí lo había
estado postergando.
Sacudiendo la cabeza a sí mismo, Raven introdujo un código en el panel de
seguridad, luego presionó el pulgar en la almohadilla. Un segundo después, oyó
un pitido y se desbloqueó. Raven empujó la puerta y entró. Cuando la puerta se
cerró y bloqueó de nuevo, Raven frunció el ceño y miró por encima del hombro.
Sabía que su nariz era buena, pero ¿cómo había olido algo a través de la maldita
puerta? Sacudiendo su cabeza, juntó las manos a la espalda y se dirigió por el 16
pasillo.
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Raven ignoró las jaulas en cada lado. La mayoría estaban vacías. Siguió a
su nariz. Pasó a través de una segunda puerta. El olor era más fuerte ahora, casi
estancado en el aire.
¿Estoy oliendo a un cambia formas? Había un guardia firme en el otro
extremo de la sala, cerca de la puerta. No reconoció al hombre. Alivio inundó a
Raven. Debo estar olfateando al chico. Tal vez usa algún tipo de colonia.
Sintiéndose un poco mejor, Raven se encaminó hacia el chico. Había visto
suficientes parejas del mismo sexo en el último año, viendo a los cambia formas
emparejándose, por lo que la idea de estar con un hombre no le molestaba. Se
observó captando la masculinidad de un hombre más de una vez, aunque nunca
había actuado por la atracción. Pero este tipo... el olor de este tipo tenía la polla
de Raven dura como el acero en sus vaqueros negros, lo cual era bastante
incómodo. Si el guardia no era contrario a un poco de exhibicionismo, quizás
podrían pajearse entre sí allí mismo.
A Raven le gustó ese plan. Al acercarse al guardia, pasó la mirada sobre el
hombre. Delgado, pero musculoso, el guardia tal vez era unos dos centímetros y
medio más alto que Raven de un metro ochenta y cinco. Eso sería interesante...
mirar arriba a su amante.
Sólo había abierto la boca para saludar al chico, cuando un destello blanco
captó su atención. Quería ignorarlo, pero se encontró desviando su mirada a la
izquierda en contra de sus deseos. Su intestino se tensó mientras miraba al
segundo nivel de la jaula. Quería negarlo, pero su nariz no mentía. La bola
blanca de pelusa en la jaula desprendía el increíble aroma.
La mandíbula de Raven se apretó. ¡No! ¡No podía creer lo que estaba 17
sintiendo. Sus dedos picaban por abrir la jaula y llevar al animal a su pecho. No
importaba que Raven no estuviera ni siquiera seguro de lo que era el animal.
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Prácticamente podía sentir la desesperación del cambia formas como suya y


quería aliviarla.
El sudor estalló en su labio y frente, mientras su mente se mezclaba con sus
deseos. No tenía un hueso educado en su cuerpo, entonces, ¿qué demonios
estaba pasando con él? ¿Por qué quería calmar a este cambia formas?
A continuación, la cola blanca y esponjosa se levantó sólo una pizca, y
pálidos y vidriosos ojos azules, sin duda por los sedantes, se fijaron en él. La
respiración de Raven se atascó en la garganta. Levantando una mano, tomó la
malla de alambre del frente.
—Disculpa. ¿Puedo ayudarte?
Al oír la pregunta del guardia, Raven señaló con la mano hacia atrás. Se
obligó a apartar la mirada del cambia formas que le había llamado la atención y
miró al guardia. —No —dijo, pensando rápidamente—. Estaba interesado en ver
que se mueva. Es muy… esponjoso y quería saber que animal es.
El guardia de hecho sonrió y asintió, su mirada desviándose al cambia
formas. —Sí —bufó el chico—. Definitivamente esponjoso.
Durante un segundo, Raven pensó que el chico estaba burlándose de la
bola blanca de pelo rizado en la jaula. Un chorro de protección se disparó a
través de él, pero entonces vio la ternura en los ojos del hombre, y rápidamente
se transformó en posesividad. Eso, también, apretó. En cambio, sólo sonrió y
levantó una ceja en una silenciosa pregunta.
—Es un cambia formas zorro del Ártico. —La sonrisa del guardia se
desvaneció—. Ha estado aquí un poco más de un mes. —El hombre tragó saliva, 18
con la mandíbula apretada, y cruzó los brazos sobre el pecho—. Lo tienen
bastante drogado ahora. Pasó ayer cuando lo llenaron de algún nuevo
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medicamento que inventaron. —Sacudió su cabeza—. Siempre ha sido tan lindo


y dulce antes de eso. Voy a extrañarlo.
Raven frunció el ceño ante el comentario. —¿Extrañarlo? ¿Por qué? ¿Lo
transfieren o algo?
—No —dijo el hombre, su labio se encrespó—. Vi su papeleo. Está
programado para ser afeitado por completo y metido en un armario de carne en
unos pocos días. Quieren saber si con lo que lo llenaron ayer le permitirá
mantener el calor —se burló—. No creo que eso suceda.
El aliento pareció congelarse en su pecho, el corazón de Raven tartamudeó.
¡No! Su cerebro gritó.
—Ya sabes, no me importa lo que dicen —se quejó el guardia, claramente
ausente de la agitación de Raven—. Estos chicos no se merecen este tratamiento.
No puedo creer que se conviertan en asesinos enloquecidos cuando toman la
forma animal. —Agitó una mano hacia el zorro—. Este tipo no es un asesino.
—No lo son. —Raven finalmente logró encontrar su voz—. Son
conscientes en forma animal. Reconocen su entorno, saben quién es cada uno,
son exactamente los mismos, excepto que están en el cuerpo de un animal
—susurró.
El guardia frunció el ceño. —Eso no es lo que he oído, aunque no siempre
les creo todo. ¿Quién te dijo eso? ¿Quién eres?
Al sentir la desconfianza del otro hombre, Raven finalmente apartó la
mirada de los ojos de color azul grisáceo narcotizados asomando por debajo de
la esponjosa cola. Sus ojos se estrecharon. —Estoy en la división de inteligencia 19
—reveló. Después de un segundo, bajó la voz y añadió: —y tienes razón. Lo que
los científicos están haciendo está mal.
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Caray, ¿qué demonios me ocurre? ¿Por qué demonios me importa
siquiera?
Esas eran preguntas que Raven no podía responder, y eso le molestaba. Por
extraño que parezca, su ira corría tan profunda como la rabia todavía latente de
escuchar lo que Sampson y sus idiotas planificaron hacer con el lindo zorro que
olía tan bien. Apartándose, Raven comenzó a ir por el pasillo. Para su sorpresa,
una mano se cerró sobre su brazo. Raven hizo una pausa y miró a los
interrogantes ojos color avellana.
—¿Vas... vas a hacer algo al respecto? —susurró.
—Tal vez —admitió Raven, a pesar de que todavía realmente no había
decidido qué hacer, en todo caso.
El guardia vaciló una fracción de segundo, y luego soltó el brazo de Raven
y le tendió una mano. —Soy Ryan. Lo que sea que planees hacer, estoy dentro.
Raven alzó una ceja, tomó la mano que le ofrecía el hombre, y se acercó.
Inhaló el olor del hombre, guardándolo en su memoria. —Te encontraré —dijo,
antes de soltar la mano de Ryan e irse a zancadas.
Sin embargo, mandita sea si sabía lo que iba a hacer.

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Página
Raven apretó los dientes mientras su sedán alquilado rebotaba sobre los surcos
en el camino de grava. —¿Por qué demonios no mantiene sin baches su maldito
camino de la entrada? —se quejó—. No todo el mundo conduce un maldito
camión.
Frunciendo los labios, Raven apenas logró evitar raspar los bajos de su
coche en un bache particularmente profundo. Llegó a un claro y detuvo el
vehículo. Dejando escapar un largo y bajo suspiro, se quedó mirando la casa.
Después de un segundo, Raven abrió la puerta y bajó del coche.
—Esta es una muy mala y jodida idea —murmuró, caminando a propósito
a la puerta principal. Lástima que no había sido capaz de pensar en otra cosa.
Conduciendo toda la noche, se las había arreglado para convertir el viaje en
coche de normalmente nueve horas en siete y media por exceso de velocidad y
confiando en sus capacidades mejoradas para mantenerse a salvo.
Sus zapatos de suela blanda no hicieron ruido mientras subía al porche.
Tomando una fortificante respiración, Raven levantó el puño y llamó con fuerza.
Dio un paso atrás y se apoyó en la barandilla del porche. Su sensible audición le
permitió oír el murmullo de la conversación y el arrastre de zapatos en la madera 21
dura.
Página

Segundos después, un alto afroamericano abrió la puerta. Al verlo, los ojos


oscuros del hombre se estrecharon. —Raven —gruñó.
—Hola, Declan —respondió Raven.
El cambia formas lobo alfa se lanzó sobre él. Raven se deslizó hacia atrás
por las escaleras, con las manos levantadas tratando de mostrar que no estaba
armado. Lástima que no podía decir lo mismo de Declan. El gran hombre
cambió en el aire, desgarrando su ropa mientras se transformaba en un enorme
lobo de ciento treinta y seis kilos.
El gran lobo marrón aterrizó sobre el pecho de Raven. Raven estaba
tendido sobre el césped, con el agresivo lobo gruñendo sobre él. Por un segundo,
se quedó sin aliento, el viento eliminado de él. Raven sabía que sólo tenía un
segundo antes de convertirse en comida de lobo.
—El científico principal es Sampson Marlow. Tiene títulos en bioquímica,
biología, y neurología — soltó Rave, tomando una profunda respiración.
—Declan, espera —dijo otro hombre.
Raven se arriesgó a mirar hacia el porche y vio a Lark, con su boca abierta,
y a Nick, el compañero de Miach, con ira llenando su expresión.
—Por favor, Declan —dijo Lark de nuevo—. Tal vez, deberíamos dejarlo
hablar.
—Quizás sólo deberíamos matarlo ahora —sugirió Nick, mirándolo.
Poco a poco, Declan se quitó de encima. En otro par de segundos, el lobo
había cambiado una vez más a su forma humana. 22
¡Maldición, cambia rápido!
Página

—Lark tiene razón —declaró Declan, con los ojos entrecerrados y la


mandíbula tensa—. Tienes treinta segundos para decirnos qué demonios haces
aquí, Raven.
—Maldita sea, eres un hombre tolerante —murmuró Raven.
Declan gruñó suavemente. —Sabes donde vivo, Raven. ¿Quién más lo
sabe? ¿A quién le dijiste?
Raven se sentó. —Mantuve mi palabra —respondió, curvando los labios
ante la insinuación del hombre. —No les dije nada.
Para su sorpresa, Declan frunció el ceño. —¿Tu palabra? —repitió con
cautela.
La realidad golpeó a Raven y sonrió. —Oh, entonces Miach no admitió su
plan. Ya veo. —Había estado seguro que Miach le diría todo al alfa una vez que
Raven estuviera lejos.
—¿Qué plan? —espetó Nick—. ¿Qué estás diciendo sobre mi pareja?
Antes de que Raven tuviera que pensar en una respuesta, Miach apareció
en la puerta y se apoyó contra en el marco. —Lo siento. Debería haberlo
admitido.
—¿Admitir qué? —preguntó Nick, corriendo a su lado—. No deberías
estar fuera de la cama.
Miach le sonrió con cariño, levantando una mano a la mandíbula de Nick.
—No podía decírtelo. Habrías sentido el deber de decirle a Declan. —El hombre
movió su mirada hacia el alfa antes de volver su atención a Nick. Por el rabillo 23
del ojo, Raven vio que los ojos de Declan se estrecharon—. Te dije que Raven
me acuchilló —murmuró Miach, haciendo una mueca—. Simplemente no te dije
Página
que le di el cuchillo.
Un gruñido bajo retumbó en Declan. —Todo el mundo a la casa —ordenó
con brusquedad—. ¡Ahora!
Para el momento en el que Raven se levantó, todo lo que vio fue el oscuro
trasero de Declan mientras empujaba a todos a la casa delante de él. Se detuvo en
la puerta y miró a Raven. —Entra aquí, y mi próxima orden será que mis
ejecutores te rastreen y te maten en cuanto te vean —amenazó.
Con su propia ira levantándose, Raven marchó hacia adelante.
—Maldición. Estoy aquí para ayudar ahora.
Nick estaba esperando junto a la puerta. Raven vio a Nick lanzar el golpe
justo a tiempo para volver la cabeza, lo que le permitió golpear la mandíbula en
lugar de romperle la nariz. Se tambaleó hacia atrás contra la puerta y le levantó la
mano para frotar la zona golpeada.
—Supongo que me lo merecía —dijo Raven. Cuando un claramente
enojado Nick dio un paso hacia él, obviamente, con la intención de golpearlo de
nuevo, señaló y advirtió: —sin embargo, no creo que vaya a permitirte un
segundo golpe.
—Nick, es suficiente —dijo Declan cortante—. Siéntate con tu pareja.
Nick se mofó de Raven, luego fue al lado de su compañero. Miach
descansaba en el sofá, con el rostro pálido. —¿Estás bien? —preguntó Nick,
preocupado.
—Bien —respondió Miach, agarrando la parte posterior del cuello de Nick
24
y bajándolo para un suave beso. Una vez que soltó los labios de su amante, se
Página

volvió y miró a Declan, que ya se había puesto unos andrajosos pantalones de


chándal gris—. Creo que estoy en problemas, ¿eh?
—Sí —declaró Declan, sin tratar de endulzarlo—. Tus acciones pusieron
en peligro a la manada, Miach. Serás castigado.
—Si sirve de algo —dijo Raven a la ligera—, me hizo prometer que no
revelaría lo que había aprendido antes de darme el cuchillo.
—¿Se puede confiar? —preguntó Lark sin rodeos.
Raven se volvió y miró al pequeño humano. Sabía que Lark era el
compañero del alfa y médico. A pesar de que parecía un humano débil, su
confianza y fuerte personalidad le hacía un buen partido para templar la
naturaleza dominante del alfa. Le dio al hombre una ligera sonrisa. —Eso
depende de la situación —respondió con sinceridad.
—No me estás ayudando, capullo —dijo Miach.
Riéndose, Raven sonrió y cruzó los brazos sobre el pecho. —Mira, cumplo
mi palabra cuando hago un trato con un compañero de armas. Miach y yo
hicimos un trato. Arregló mi fuga, y, a cambio, no cumplí mi contrato con los
científicos. —Ante el ceño fruncido de Declan, Raven se encogió de hombros—.
Soy contratista independiente.
—¿De verdad? ¿Y la pérdida de dinero que? ¿No te importa? —preguntó
Nick, todavía abrasivo.
Raven se echó a reír. —Crecí en el lado equivocado de las vías. Nunca
necesité mucho entonces y todavía no necesito tanto. —Se encogió de
hombros—. Además, después de trabajar para Sampson durante tanto tiempo,
25
tengo un montón de dinero a buen recaudo.
Página

Lark miró a Declan. La incierta mirada en sus ojos azules le recordó a


Raven los ojos del zorro en la jaula, a pesar de que eran más grises y habían
estado confusos por las drogas.
—Mierda —siseó, llamando la atención de todos.
—¿Qué? —preguntó Declan con brusquedad.
Permitiendo que sus párpados se cerraran para poder ver su recuerdo con
mayor claridad, Raven escapó de su alrededor varios segundos y recordó por qué
estaba allí en primer lugar. Volvió a abrir los ojos y fijó su mirada en Declan.
—Durante muchos años pensé que lo que Sampson estaba haciendo era
aceptable. No pensaba que fueran criaturas sensibles. —Se encogió de
hombros—. No me malinterpreten. Creo que conducir a un animal a la extinción
es tonto, pero entiendo la supervivencia del más apto. Quería que fuésemos
nosotros, la raza humana, y voluntariamente hice la vista gorda a los métodos de
Sampson.
—¿Qué cambió? —preguntó Lark.
Maldita sea, el humano era mucho más intuitivo de lo que Raven le había
dado crédito. Dudó en responder.
Declan no era tan paciente. —Pasaste meses con nosotros, negándote a
cooperar. Te has ido hace tres días. Algo tuvo que haberte empujado. ¿Qué fue?
¿Por qué estás dispuesto a ayudarnos ahora?
—Me topé con un zorro ártico. Le han llenado de algún suero. Mañana,
van a afeitarlo y congelarlo para ver si el suero lo mantendrá con vida. —Su ira
se alzó sólo con pensar en ello—. Es un experimento de mierda. 26
—¿Lo has descubierto ahora? —murmuró Nick secamente.
Página

Raven no se molestó en defender sus acciones. La opinión de Nick no le


importaba. Se cruzó de brazos. —¿Quieres detenerlos o no? —preguntó,
centrándose en Declan.
—¿Dónde está ese lugar? —Declan habló lentamente, su mirada centrada
en Raven—. ¿Cuántos cambia formas se encuentran detenidos? ¿Cómo es la
seguridad? ¿Cómo entraremos?
El alivio que inundó a Raven lo conmocionó. La tensión disminuyó de su
postura. Ni siquiera se había dado cuenta de que apretaba sus puños. Raven
obligó a sus manos a relajarse primero, luego sus brazos y finalmente sus
hombros. Se dirigió a una silla dejándose caer en ella antes de decir: —me
gustaría una taza de café. Conduje toda la noche para llegar aquí.
Nick rodó los ojos. Miach se pasó una mano por la cara, mirando a todos
como si estuviera mordiéndose la lengua.
—Les gusta poner a prueba mi paciencia —gruñó Declan. Sin embargo, se
giró hacia a Lark. —Por qué no nos consigues un poco de café, luego ponte en
contacto con Shane y nuestros ejecutores. Grady y Gordon, también.
Lark asintió. —Vuelvo enseguida.
Mientras se alejaba, Declan cruzó la sala y se sentó en una silla de cuero.
Se inclinó hacia delante, descansando los antebrazos en los muslos, y miró a
Raven. —Ahora, responde mis preguntas.
Raven decidió que sería mejor jugar al balón. No era como si fuese capaz
de salir. Por qué estaba poniendo su propia vida en peligro por un cambia formas
todavía lo confundía. 27
—Su principal complejo está escondido dentro de una de las montañas al
Página

norte de Capitol Reef en Utah —sonrió—. ¿Qué mejor lugar para ocultar una
enorme instalación que bajo tierra? —Ahora que estaba sentado en una cómoda
silla, el cansancio de viajar le cayó encima. Inclinó la cabeza hacia atrás y se
quedó mirando el techo—. Hay tres entradas... una al norte y dos al sur. Todas
tienen dos guardias, requieren un escáner de retina y una tarjeta para entrar.
Dios estoy cansado. Trató de recordar cuántas horas llevaba despierto.
¿Veintiocho? ¿Treinta? Y al menos diez de esas horas escapando de estos
mismos cambia formas. ¿En qué demonios estaba pensando volviendo aquí?
El rico aroma de café alcanzó su nariz. Raven se obligó a abrir sus ojos.
Maldita sea, ¿cuándo los cerré? Lark, con una expresión divertida, estaba frente
a él sosteniendo una taza grande. El vapor se elevaba de la superficie.
—Diablos, sí —dijo Raven entre dientes, tomando la bebida. No queriendo
esperar, se la llevó a los labios y sorbió el líquido hirviendo. Se quemó todo el
camino—. Tan bueno —jadeó.
Para sorpresa de Raven, Declan se burló, una sonrisa curvando sus oscuros
rasgos. —Tal vez, deberías tomar una siesta mientras esperamos a que todos
lleguen. Tengo una extraña sensación que si decidimos que no estás
engañándonos, tendremos un montón de planes que hacer. Probablemente no
tendrás otra oportunidad.
Raven abrió la boca, luego se detuvo de responder, un comentario mordaz
sobre no estar dispuesto a dormir bajo su techo. Se dio cuenta que si Declan
hubiera querido verlo muerto, el alfa ya había tenido un montón de
oportunidades para matarlo. Además, necesitaba dormir y esto, tal vez, mostraría
su confianza. 28
—Voy a tomarte la palabra —declaró Raven. Empezó a poner la taza de
Página

café sobre la mesa, pero qué demonios decidió. Inclinando la cabeza hacia atrás,
Raven bebió el humeante líquido. Lamiéndose los labios, Raven guiñó un ojo a
Lark—. Excelente.
Lark rio. —No deberías haber hecho eso si realmente vas a tratar de dormir
un poco —señaló.
Raven se encogió de hombros y se puso de pie. —Una taza de café, no
importa qué tan fuerte sea, no me va a mantener despierto si la cama es
realmente cómoda. —Apoyó las manos en sus caderas y mantuvo otro
bostezo—. Me señalas la dirección correcta.
Miach se levantó e inclinó la cabeza a Declan. —¿Puedo llevarlo a la sala
gris, alfa?
Declan asintió brevemente. —Y luego me informarás en el estudio. Nick
—dijo, cambiando el enfoque al otro hombre—. Por ahora, me gustaría que
cuides la puerta de Raven. Si temes que vaya a huir, le perseguirás. Es la única
razón para entrar.
—Sí, alfa —respondió Nick, dejando al descubierto su cuello también.
Para sorpresa de Raven, aunque no lo demostraba, Miach lo condujo al
pasillo y abrió una puerta para revelar una escalera. Raven sonrió, pero se
abstuvo de hacer comentarios mientras era llevado más allá de un pequeño
laboratorio a una habitación incluso más pequeña, probablemente, diseñada
originalmente como almacén. La cama de matrimonio dominaba el espacio. Se
veía cómoda y eso era todo lo que a Raven le importaba.
—Agradable —murmuró Raven, moviéndose más allá de Miach en la 29
habitación. Sacando su sudadera, sonrió a los hombres en la puerta—. No se
preocupen. No voy a ninguna parte, sino allí—dijo, señalando la cama.
Página
Miach ladeó la cabeza. —Todavía estoy un poco confuso por lo que te hizo
cambiar de opinión, pero estoy feliz de que vinieras, Raven.
—Perdona que mi presencia haya puesto en peligro tu lugar en la manada
—dijo Raven encogiéndose de hombros.
—Sí, bueno, sabía que saldría con el tiempo —admitió Miach. Asintió,
luego se volvió y se alejó.
Encontrándose como receptor de una dura mirada, Raven sonrió a la pareja
de Miach y alcanzó el botón de sus vaqueros. —¿Esperas un espectáculo? ¿Un
soldado no es suficiente para ti?
Los labios de Nick se rizaron y un gruñido salió de su pecho. —Idiota
—gruñó. Nick agarró el pomo y golpeó la puerta cerrándola.
Raven rio mientras se sacaba las botas pateándolas debajo de una silla. Se
quitó los vaqueros, dejándolos sobre la silla con su sudadera. Una vez que se
había despojado de sus calzoncillos, Raven se dejó caer en la cama y gimió feliz.
El colchón tenía la justa firmeza.
Levantando los pies, Raven agarró la manta doblada a los pies de la cama y
la extendió sobre sus piernas, a continuación, se relajó y puso un brazo sobre su
rostro.
—Muy bueno —murmuró. Con la facilidad de un soldado entrenado para
dar algunas cabeceadas cuando podía, Raven se quedó dormido.
30
Página
—¿Es seguro creerle?
—No completamente creo —respondió Declan a la pregunta planteada por
el primer hombre. Raven supuso que el alfa estaba hablando con Shane, el beta
de la manada.
Raven sonrió mientras miraba al techo. Sabía que varios hombres estaban
instalados en el estudio de Declan en el piso de arriba. También sabía que los
hombres no hablarían tan libremente si supieran que Raven podía oírlos. Tal vez
no se le había ocurrido a Declan que este pequeño e improvisado dormitorio
estaba directamente debajo de su estudio.
Ya habían discutido la escasa información que Raven había dado a Declan
y estaban planeando la mejor manera de extraer más información de él.
Calculando bien podría restablecer una normalidad, después de todo, cuanto
antes completaran los planes, antes podría rescatar al maldito zorro.
Pensando en la linda criatura, Raven sintió que su pene se apretó e hinchó.
—Hijo de puta —se quejó.
Empujando a un lado la manta, ignoró su hinchada polla y agarró sus
31
vaqueros. Tirando de ellos más o menos, no se molestó con los calcetines, botas
Página

o camiseta. En lugar de ello, Raven abrió la puerta y se asomó al cuarto


principal.
Un gran hombre, de pelo oscuro, con sus musculosos brazos cruzados
sobre el pecho, tirado en un taburete amplio, con la espalda apoyada contra la
pared. Sólo le tomó un par de segundos a Raven y un segundo vistazo a la cara
con perilla y profundos ojos verdes para situar al hombre.
—Hola, Kade —dijo Raven—. Te quedaste atascado con el servicio de
guardia, ¿eh?
Los ojos de Kade se estrecharon. —Siempre estoy feliz de seguir las
órdenes de mi alfa. Asegurarme de que no puedas escapar de nuevo es sólo una
ventaja.
Raven sonrió. Había introducido a Tom, el compañero de Kade, al hecho
de que existían los cambia formas. Ver la conmoción e incredulidad del humano
había sido... entretenido. Había sabido que Kade era un tipo bastante decente,
por lo que había imaginado que sería capaz de adentrar a Tom con el menor
daño. Dado que Kade solamente le frunció el ceño, Raven supuso que lo hizo.
Todavía…
—¿Cómo está Tom? —preguntó Raven, sonriendo.
—Bien —dijo Kade bruscamente, sus labios mostrando sus dientes—. Ve
—ordenó, apuntando hacia la escalera.
Raven sonrió y le dio un saludo descuidado, pero hizo lo que le ordenó.
Cuanto antes completaran esta pequeña misión de rescate, antes podría decidir
qué demonios hacer con su vida. Un retiro temprano nunca se vio tan bien. 32
—No me estás escuchando —comentó Raven, pasó distraídamente su
Página

pulgar sobre su muslo—. No funcionará.


—Sí, lo hará —declaró Jared Templeton con firmeza.
Raven observó al enjuto humano. Acoplado a Carson Angeni, ejecutor jefe
de la manada, Jared compartía el rango con su amante cambia formas. Un poco
de investigación por parte de Raven había revelado que Jared solía trabajar como
asesino y disfrutaba volar cosas. También era un hacker. Raven había pensado
en piratear los sistemas de Jared, sólo por el gusto de hacerlo, pero no había
encontrado el momento todavía.
Sonrió. Ahora, eso sería darle vida a su retiro. Piratear las cosas que no
debía, sólo por el placer de hacerlo.
Ahora, sin embargo, Raven tuvo que disuadir a Jared de su plan. —No, no
—insistió. Jared abrió la boca, probablemente con la reivindicación una vez más
de que estaba bien, así que Raven volvió a hablar—. Hay tres revisiones internas
a las que no se puede acceder desde el exterior. Literalmente, tendrías que estar
dentro del edificio y utilizar uno de los tres ordenadores del edificio para acceder
a los protocolos. Eso, o tendrías que estar en la sala de servidores en el sótano, y
la puerta para entrar en ese lugar está bloqueada no sólo con el mismo lector de
tarjeta y escáner de ojos, sino también con un escáner de huellas digitales, más
necesitas introducir un algoritmo. —Se inclinó hacia delante y miró—. Te lo
digo, no funcionará.
Eso pareció finalmente llegar hasta el hombre. Los ojos color avellana de
Jared se estrecharon, volviéndose casi helados y lo inmovilizó con una mirada
penetrante durante varios segundos. Si Raven no dominara satisfactoriamente
ese tipo de la mirada, se sentiría intimidado.
Shane rompió el silencio. —Entonces, ¿qué sugieres?
33
Página

Era tiempo de que me preguntaran. Por supuesto, Raven sabía por qué no
lo habían hecho. La conversación que había oído lo había dicho todo. No
confiaban en él. Y, bueno no deberían.
—Tu cara esta puesta en un poster en la caseta de seguridad en cada
entrada —dijo, señalando a Jared. Sonriendo, añadió—, después de tus pequeños
trucos en Colin e Idaho, no están tomando ningún riesgo. Tendrás que ir
disfrazado. —Escaneó la habitación llena de hombres, mentalmente catalogando
pros y contras de cada hombre, a continuación, descartando opciones—. Tú
—decidió finalmente, señalando.
—Oh, diablos, no —gruñó Rainy. El cambia formas lobo, técnicamente no
necesitaba estar allí, pero su compañero, Travis, era veterinario—. No te llevarás
a mi compañero.
Raven alzó la barbilla y se volvió para mirar a Declan, ignorando el
estallido del hombre. —Quiero a tu veterinario. Será capaz de asegurarse de que
está bien mover a los cambia formas, y si están demasiado heridos, tendrá que
darles algo para aliviar su sufrimiento.
—No hay manera en el infierno que esté poniendo a cambia formas a
dormir, gilipollas —dijo Travis.
Haciendo una pausa, Raven se dio cuenta que Travis había mal
interpretado sus palabras. Sonrió al humano rubio. —Quería decir que
probablemente tendrías analgésicos o algo para ponerlos inconscientes, mientras
los movíamos.
—Oh. 34
—Todavía no están llevando a mi compañero —rugió Rainy. Sus brazos se
apretaron alrededor de Travis, sosteniéndolo a su lado.
Página
Declan levantó su mano. Sus ojos oscuros parecían mirar dentro del alma
de Raven. Era casi espeluznante. —¿Cuál es tu plan? ¿Cómo me garantizas su
seguridad?
Raven resopló. —No estoy garantizando nada. Sólo digo que esos dos son
los que estoy dispuesto a llevar conmigo. Entraremos en la oficina de Sampson y
echaremos abajo la seguridad de la puerta sur. Cualquiera con una tarjeta y el
globo ocular será aprobado. También controlaremos las comunicaciones, así los
guardias no podrán pedir ayuda. Será vuestro trabajo sacarlos en silencio —les
dijo, señalando a los otros cambia formas en la habitación.
Inclinándose hacia adelante, Raven apoyó sus codos en las rodillas. La
excitación lo recorrió mientras planeaba la operación. —Cada mesa de
seguridad se comprueba cada treinta minutos. Necesitas dejar a alguien allí para
hacer eso —afirmó. Miró entre Declan, Shane y Carson—. Te daré los planos
para estudiarlos mientras volamos allí. Te mostraré los corrales de espera,
laboratorios, oficinas, todo. Lleva dentro al que te dé la gana, pero necesitas
entrar y salir en una hora. —Miró a Jared—. Te dejaré en la oficina de Marlow
para descargar sus archivos —sonrió ante la repentina sonrisa maliciosa del
hombre—. Pensé que te gustaría eso. —Luego miró a Travis—. Te llevaré a la
zona de espera. Quiero a mi zorro fuera de allí.
—¿Tu zorro? —Kade saltó sobre eso. Inclinándose hacia adelante,
presionó. —¿Qué significa, tu zorro?
Raven deseó poder retirar las palabras, pero no lo hizo. Cuanto más tiempo
estaba lejos de su misterioso zorro, más quería al pequeño cambia formas. Se
guardó su sospecha de lo que significaba y en cambio miró a Kade. —Está bien.
35
El jodido zorro es mío. Haz lo que te dé la gana con el resto, pero llevaré a la
Página

pelota de pelusa donde tiene que estar.


Cerrando la boca, Raven no comprendía donde había salido esa decisión.
—Muy bien —declaró Declan, redirigiendo el enfoque de todos—. Todos
en el aeropuerto en una hora.
Cuando Declan había dicho todos quería decir todos. Incluso unos pocos
hombres que no habían estado en la casa llegaron para el vuelo privado al sur de
Utah. En poco menos de cuatro horas, Raven se encontró mirando a Jared
mientras terminaba lo último de su maquillaje. Entre las lentillas que cambiaron
sus ojos color avellana a verde, la peluca rubia, la prótesis de nariz y lo que
acababa de ponerse para oscurecer su piel, el tipo parecía un vagabundo surfista
recién salido de la playa.
—Wow —dijo Raven, impresionado—. Bien hecho.
Jared sólo gruñó y le tendió la mano. Raven puso la tarjeta manipulada que
había recibido de Ryan, en la palma del hombre, a la vez que rezaba que este
estuviera con él. No era frecuente que tuviera que depender de otro, y Raven
sabía que su capacidad de leer a la gente no siempre era la mejor. Por eso prefería
permanecer solo.
—Hora de irnos —declaró Declan.
Rainy agarró a Travis en un apretado abrazo durante varios segundos. El
veterinario pasó las manos por su espalda, tratando de calmarlo. Raven sabía que
se habían acoplado hacía varios años y todavía estaban locamente enamorados.
Ladeó la cabeza y verlos darse suaves besos, entre las murmuraciones de Travis,
causaron un extraño oleaje en las inmediaciones del corazón de Raven. 36
Por último, Rainy liberó a Travis y frunció el ceño a Raven. —Mantenlo a
salvo o no habrá lugar en el mundo en el que estés a salvo —advirtió.
Página
—Estoy al tanto —respondió Raven sin rodeos, sin molestarse en ofrecer
disculpas.
Dando la espalda al cambia formas, Raven se dirigió hacia las puertas de la
suite. Escuchó a medias como Carson le decía a Jared que tuviese cuidado y
recibía un presumido siempre como respuesta. No tenía ni idea de quién besaba a
quién, y no le importaba. Quería volver con el maldito zorro que atormentaba sus
pensamientos... y su pene.
Pasos siguieron a Raven por el pasillo hasta el ascensor. Después que
apretó el botón, Raven miró a Jared y Travis.
El ascensor sonó y las puertas se abrieron. Raven dio un paso adelante y de
repente sintió un brazo a través de la parte posterior de los hombros y un firme
agarre en su brazo, conduciéndolo hacia el fondo del ascensor. Poniéndolo en su
lugar con una fuerza sorprendente, Jared se acercó.
—Si esto es una trampa y algo le pasa a mis amigos, Rainy será el menor
de tus problemas —siseó Jared en su oído.
Raven volvió la cabeza y sonrió por encima del hombro al humano. —A
pesar de que esto no es una trampa, espero coincidir un día contigo.
Ante eso, Jared sonrió y lo soltó. —En cualquier momento.
Nadie habló durante el viaje a la instalación.
Entrando a una pista de tierra, Raven condujo el Hummer alquilado a lo
largo de lo que se suponía era el barranco seco del río, cuando de hecho, era un
camino cuidadosamente mantenido... mantenido cuidadosamente para parecer
37
un barranco seco de un río. Justo antes de que la última curva los llevara a la
Página

vista del estacionamiento de la estructura subterránea, Raven detuvo el coche.


Miró en el espejo retrovisor y vio los tensos rasgos de Travis y la forma en que
frotaba sus manos en los vaqueros.
—Relájate —instó Raven—. Todo esto terminará pronto.
—Nunca he hecho algo como esto antes —admitió Travis.
Como si Raven no se hubiera dado cuenta de esto por su cuenta. —Lo sé
—indicó—. Todo lo que necesitas recordar es mantener los ojos enfocados al
frente y escuchar mis órdenes y las de Jared. Nosotros haremos el resto.
—Correcto —murmuró Travis.
Raven tenía toda la intención de mantener su palabra. Si no hubiera olido al
intrigante zorro, nunca habría regresado a este lugar. Habría tomado su dinero y
probablemente encontrado una bonita cabaña en medio de la nada, tal vez en un
lago, y vivir el resto de su vida en soledad. En vez de eso, aquí estaba de nuevo,
con sus lealtades comerciales en ayudar a los cambia formas. Había tenido
mucho tiempo para pensar en por qué se sentía tan protector sobre el zorro, y si
tuviera que decirle a Miach o Declan sobre sus sentimientos, probablemente le
dirían que el pequeño zorro era su compañero. Raven no tenía ningún deseo de
estar atado a nadie, pero tampoco podía alejarse y permitir que la preciosura
muriera.
Rescataría al desconocido y lo llevaría a casa. Tal vez, si se sentía
generoso, advertiría a la familia del zorro de la amenaza del científico. De
cualquier manera, con el zorro seguro, su conciencia estaría limpia.
Con su objetivo claramente en mente, Raven miró su reloj. —Es el 38
momento —dijo. Habían esperado el tiempo suficiente. Los otros debían estar
listos. Si no era así, eso sería el problema de Jared.
Página
Raven condujo alrededor de la esquina y llegó a una alta valla de seguridad
que mostraba una señal de advertencia de alta tensión. Bajando la ventanilla,
pulsó un código en el cuadro de seguridad, provocando que la puerta se abriera.
Raven sabía que no tenían una torre de vigilancia ya que no querían llamar la
atención, más de lo que una cerca eléctrica de alta potencia causaría… a la
instalación. Sampson y con los que trabajaba pensaban que su ubicación aislada
y oculta y su seguridad interna era suficiente.
Muy arrogante y funcionará en mi favor.
Siguiendo el camino desde el aparcamiento a la entrada sur, Raven se
acercó rápida y confiadamente. Sus dos compañeros lo siguieron en silencio.
Cuando llegaron a la puerta, trató de no mostrar su sorpresa al ver a tres hombres
en la cabina. Afortunadamente, mientras se acercaban, observó a uno de los
hombres, un guardia rubio de metro ochenta y siete, que golpeaba ligeramente en
el hombro a un guardia de pelo oscuro que salía.
Asintiendo a los dos hombres, Raven pasó su tarjeta por el lector y puso su
ojo en el escáner. La electrónica sonó, liberando el bloqueo, y pasó a través de la
puerta de cristal a prueba de balas.
—Oí el rumor de que no ibas a volver, Raven —declaró el guardia con la
cabeza afeitada y un ceño fruncido en su cara.
Raven se detuvo, dando al hombre una sonrisa torcida. —Cuál es el
problema, Gerard. ¿Ya me extrañabas?
La puerta sonó por segunda vez y Travis entró. 39
Gerard siguió centrado en Raven. —Alguien puso una solicitud para que tu
tarjeta fuese cancelada si no venías en cuarenta y ocho horas. ¿Qué es todo eso?
Página
—preguntó con beligerancia.
Sonriendo, Raven se acercó a los guardias sentados detrás del escritorio.
Puso una mano en el mostrador de madera y le hizo un guiño. —Sí, me
extrañaste —dijo, bajando la voz—. Eso es dulce, pero no eres mi tipo.
Como era de esperar, el labio de Gerard se curvó en una mueca mientras
Jared entraba por la puerta. —Tu jo…
Sus palabras se perdieron cuando el otro guardia, que había estado
observando el monitor del detector de metales, se puso de pie y gritó: —oye,
amigo. No puedes traer un arma no autorizada aquí.
—No puedes decirme eso —declaró Jared en un tono aburrido, sacando la
Taser de detrás de su espalda.
—Qué demonios estás haciendo con… —El segundo hombre nunca
terminó la frase.
Jared levantó el arma y disparó, sorprendiendo al guardia.
Al mismo tiempo, Raven agarró el hombro de la camisa del uniforme de
Gerard y tiró de él hacia delante, golpeando la cabeza del guardia en el escritorio
de madera. Ambos hombres cayeron. Raven dio un paso a través de la abertura
en la parte posterior. Gerard gimió y levantó la cabeza.
Raven pateó a Gerard en la sien y el hombre se derrumbó.
—Caray —murmuró Travis—. ¿Era completamente necesario?
—Sí —respondieron Raven y Jared al unísono.
40
Página

Travis palideció ligeramente e hizo una mueca.


—Están vivos —aseguró Jared, re-enfundando su Taser—. Vamos.
Raven asintió y empezó a correr por el pasillo vacío. Sólo escuchó un
conjunto de pasos detrás de él, pero una mirada por encima del hombro le mostró
que los dos lo seguían. Impresionante.
Llegaron a la oficina de Sampson Marlow sin encontrarse con nadie.
Raven lo había calculado así... cuando un nuevo cambio se iniciaba lo que
significaba entre rondas de vigilancia. Llamó a la puerta y frunció el ceño
cuando no recibió respuesta.
Inclinándose, Raven intentó abrir la puerta. Estaba cerrada con llave.
—Hijo de puta —gruñó. Después de ordenar a Jared vigilar, se arrodilló y sacó
un estuche de herramientas de la bota.
—Pensé que habías dicho que Sampson estaría aquí —declaró Jared, casi
acusatorio.
—Pensé que estaría —respondió Raven, entonces ignoró al hombre
mientras trabajaba forzando el bloqueo electrónico. No quería disparar una
alarma, por lo que le tomó varios minutos.
—Date prisa —susurró Jared—. Viene un guardia por el pasillo a las tres.
El sudor caía por la espalda de Raven mientras aumentaba su frustración.
Por último, el mecanismo sonó y la luz pasó de roja a verde. Agarrando la
manilla, Raven la abrió y arrastró a Travis dentro. —Vamos —dijo por encima
del hombro a Jared.
Esta vez, Jared no perdió el tiempo en obedecer. Corrió varios pasos hacia
41
ellos, saltó al cuarto, y cuidadosa y silenciosamente cerró la puerta.
Página
—¿Tendremos algo más saliendo mal? —gruñó Jared.
Raven frunció los labios. —¿Cuál es el problema, Jared? ¿Estás
volviéndote tan suave que ya no puedes improvisar sobre la marcha?
—Si hubieras reflexionado más sobre esto, no tendría que hacerlo
—respondió Jared, mirando a Raven.
Abriendo la boca por una rápida e impertinente respuesta, Raven se detuvo
cuando Travis agarró su brazo y el de Jared. —Basta —dijo el veterinario—.
Vamos a hacer lo que vinimos a hacer y larguémonos de aquí.
Raven miró el pálido rostro de Travis y sintió sus frías y húmedas manos
respuesta. Dioses de arriba, este tipo está fuera de su elemento. Asintiendo,
Raven dio un paso atrás antes de girar y caminar hacia el escritorio de Sampson.
Dejó un pedazo de papel sobre el escritorio y levantó una ceja mientras miraba a
Jared.
—Esto es la identificación de usuario y posibles contraseñas de Sampson.
Si no son actuales, serán una variación de estas. ¿Crees que serás capaz de
obtener el control de las comunicaciones y la vigilancia de vídeo en diez 42
minutos?
Página

Jared se acomodó en la silla, se puso guantes y empezó a trabajar. —Por


supuesto.
—Bueno. Nos veremos en el exterior. —Raven se volvió y agarró el brazo
de Travis—. Estás conmigo, Doc.
—¿Qué? —dijo Travis, mirando entre los dos hombres—. ¿No seguiremos
juntos?
—Raven, ¿qué haces? —preguntó Jared con frialdad.
Volviéndose para mirar al hacker, Raven respondió: —te lo dije antes.
Llevo a Travis a la perrera. Tengo que llegar allí. Ya es más tarde de lo que
quería y Ryan sólo será capaz de parar todo durante un tiempo. —Raven pudo
ver la objeción en los ojos verdes de Jared. Rápidamente añadió: —si algo le
pasa a Travis significara que ya estoy muerto. ¿Es lo suficientemente bueno para
ti?
Las cejas de Jared en realidad se dispararon por la sorpresa. —Sí. Sí, lo es.
—Entonces le miró—. No hagas que me arrepienta de mi decisión en esto.
Raven bajó la cabeza, y se dirigió a la puerta. Después de abrirla, salió de la
habitación como si tuviera todo el derecho de estar allí. No había nadie a la vista.
—Vamos —ordenó, aliviado de que Travis no protestara.
Dirigiendo el camino por el pasillo, Raven pasó rápidamente los giros y
puertas necesarias para llegar al área de espera. Tan pronto como entraron en la
primera sección, Travis se quedó sin aliento. Raven miró sobre su hombro y vio
la pálida y conmocionada cara del hombre.
—Sí, las condiciones apestan —murmuró Raven.
43
—Para, tenemos que ayudarlos —dijo Travis, agarrando su brazo.
Página
Raven utilizó el agarre del hombre para mantenerlos en movimiento.
—No, tengo que llegar al zorro antes de que lo maten.
—¿Es por eso que volviste? ¿Van a matar a tu pareja?
Travis expresó la idea que había estado rebotando en la cabeza de Raven
por días. Miró al humano. —Sí. Programaron al zorro para un experimento hace
treinta minutos, pero Ryan dijo que encontraría la manera de posponerlo. Tengo
que detenerlos.
—Está bien —dijo finalmente Travis.
Apresurándose a través de la siguiente cerradura, el sentido de urgencia de
Raven se intensificó. Vio a Ryan en su puesto al final de la sala, pero cuando
llegó a la jaula, estaba vacía. Ryan apareció junto a él, y Raven agarró al hombre.
—¿Dónde está? —preguntó Raven.
Señalando detrás de él, Ryan respondió. —He estado posponiéndolo tanto
como pude, alegando que estaba teniendo problemas con el mecanismo de
bloqueo. Simplemente se lo llevaron hace cinco minutos. Date prisa.
Mientras Raven corría hacia el final del pasillo, hizo algo que no había
hecho desde que tenía diez años de edad. Rezó.

—Maldita sea, eres demasiado buen chico para que te hagan esto.
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Página

Liam se aferró a esas palabras. El guardia había hablado tan agradable y


amablemente, pero al final, había tenido que seguir las órdenes. Liam no sabía
por qué el chico había retrasado la apertura de su jaula, y con la cabeza tan
confusa y las extremidades tan pesadas, no pudo reunir la suficiente curiosidad
para importarle.
El tipo había reportado dos veces en el walkie–talkie del hombro que no
podía abrir la jaula, que había algo mal con el mecanismo de apertura. Excepto,
que Liam no había visto al guardia tratar de abrir la jaula. Tal vez, se lo perdió.
Sus ojos seguían deslizándose dentro y fuera de foco. Un segundo hombre
apareció en frente de su jaula, entonces el instante siguiente, estaba a varios
pasos de distancia mirando hacia el otro extremo de la sala. Pero eso no tenía
sentido, ¿verdad?
Por último, el sonido de una puerta desbloqueándose llegó hasta él. Fue
entonces cuando el guardia finalmente tiró de la puerta de su jaula abriéndola.
—Oh, justo a tiempo, señor —dijo el guardia—. Acabo de desbloquear la
jaula. Sólo tiene que acercar la camilla aquí y la mantendré abierta.
Cuando dos personas más aparecieron en la limitada línea de visión de
Liam, se quejó. Estas personas, un científico varón y su asistente femenina, eran
malos y frío. Pinchaban a Liam con agujas y le bombeaban fluidos que le dolían
o le hacían sentirse divertido. Liam tuvo problemas para hacer funcionar a sus
pies y sólo logró fracasar a un lado.
A través de su borrosa visión, Liam creyó ver en la boca del guardia un lo
siento, pero ¿por qué haría eso?
Liam sabía que luchar contra las manos no le haría ningún bien, pero tenía
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que intentarlo de todos modos. Tampoco podía levantar la cabeza. Incluso sus
Página

piernas apenas se movieron cuando trató de arañarles.


En cuestión de segundos, Liam sintió grandes manos agarrando su
mandíbula, cuerpo y piernas. Al menos trataron de ser suaves, más o menos. Las
costillas rotas en curación protestaron por el movimiento. Hacía dos días, bueno,
pensaba que hacía dos días, aunque tal vez realmente debería estar pensando en
hacía dos experimentos ya que el tiempo era casi imposible de decir aquí, el
guardia que lo había sacado de la jaula había usado excesiva fuerza. Cuando
había luchado, el guardia le había golpeado repetida veces.
Ahora los guardias no podían tocarlos a menos que fuera bajo la
supervisión de los científicos. El guardia bueno, ¿es eso una contradicción?,
también se lo había dicho. Era una pequeña bendición. Si Liam hubiese estado
en forma humana, se habría reído. Eso sólo le dijo lo mal que estaba.
Sintió girar el mundo, y luego aterrizó en una superficie plana y dura.
Sintiendo las correas a su alrededor, Liam se quejó de nuevo. No estaba listo
para más experimentos. No se había recuperado de los golpes que le habían dado
durante los últimos tres días. No quería otro. Lo dejaban desorientado y
dolorido, como con chispas de fuego bailando por sus venas.
Liam había comenzado a soñar con su manada... volver antes de que
tuviera que huir para salvar su vida. Vio los ojos llenos de amor de sus padres, la
admiración de su alfa al ver su habilidad en la caza, el culto al héroe de su
hermano cuando le enseñó a rastrear. Le dolía, porque Liam sabía, incluso si se
las arreglaba para escapar, que nunca vería esas cosas de nuevo.
La rodante carretilla debajo de él se detuvo, y Liam forzó a un párpado a
medio abrirse. Vio el difuso contorno de mesas llenas de tubos de ensayo, vasos
de precipitados y viales. Moviéndose inquietamente, Liam lucho contra sus
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ataduras, queriendo alejarse. Sabía que el dolor en sus costillas no sería nada con
Página

lo que le tenían planeado esta vez.


—Doctor Riley Grouper —dijo alguien desde la izquierda en una profunda
voz de tenor—. Debería haber sabido que estarías detrás de este ridículo
experimento.
El chico sonaba enojado. ¿Por qué era eso?
—¿Qué quieres, Raven? —espetó el doctor Grouper—. Estoy muy
ocupado.
Liam observó cómo un hombre de anchos hombros cruzaba la habitación
con paso depredador. Al ver el frío brillo en los ojos negros del hombre, Liam se
estremeció. Este chico gritaba militar con sus pantalones de camuflaje y jersey
de cuello alto negro.
Algo sobre el extraño molestó los sentidos de Liam, pero no podía
entender por qué. Inhaló profundamente, pero no sólo la vista le estaba dando
problemas. Su sentido del olfato también lo había abandonado. El miedo corrió a
través de él cuando se dio cuenta que no podía oler nada en absoluto, ni siquiera
los productos químicos verde, azul y amarillo que llenaban los vasos de
precipitados, que, por su experiencia pasada, olían a nocivo.
Liam se quejó, finalmente consiguiendo que sus piernas se moviesen a
través de la superficie de la carretilla de metal.
—Gretchen, sédalo —ordenó el doctor Grouper, y luego se alejó un paso
del hombre al que llamó Raven, que por fin había llegado a su lado—. ¿Qué
demonios? Tengo trabajo que hacer. Puedes ser el favorito del doctor Marlow,
pero no el mío. Todavía estaría feliz de informarte. 47
El agudo pinchazo de una aguja en el hombro de Liam le hizo darse cuenta
que la asistente del doctor Grouper había seguido sus instrucciones. Aun así, no
Página

podía apartar la mirada de la cara de Raven y la feroz mirada que lucía. Liam
observó, aturdido, mientras Raven se acercaba y sin una palabra de explicación,
agarraba el cuello del científico y lo retorcía.
El crujido de los huesos llenó el silencio. Los ojos del doctor Grouper se
abrieron en shock, su cuerpo se sacudió, su mandíbula se abrió y la luz se
desvaneció de sus ojos marrones. Raven soltó el cuerpo de Grouper dejándolo
caer al suelo.
Gretchen gritó. Raven al instante levantó un arma y le disparó. Su cuerpo
se sacudió varias veces, cayendo al suelo.
Un segundo hombre apareció, también vestido de negro y de camuflaje,
pero miraba con horror al cuerpo del científico muerto. El tipo hablaba, pero
Liam sintió que el sedante hizo su efecto y su cerebro zumbaba. Parpadeó,
tratando de mantenerse enfocado. Cuando los fríos ojos negros de Raven se
posaron en él, sus párpados se cerraron y no sintió nada.

—¿Eso era necesario? —preguntó Travis, claramente sorprendido—. Sí


—respondió simplemente Raven. El doctor Grouper era sólo un segundón para
Sampson. Se le habían ocurrido muchas de las brutales pruebas en nombre del
progreso de la ciencia. Pasando sobre el cuerpo del doctor Grouper, Raven se
dirigió hacia la asistente derribada. Cogió los pinchos de la Taser sacándolos de
su pecho, restableciendo en el arma, y la metió en el bolsillo. Sonrió,
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preguntándose si Jared ya había notado que le faltaba.
Página

Raven sabía cómo se lo tomaría el ex-asesino. Como un desafío, y sería


divertido ver cómo respondía. Volviendo su atención al pequeño zorro en la
carretilla, Raven vio a Travis que ya había iniciado un examen superficial.
—¿Cómo está?
—Tiene un par de costillas rotas, pero aparte de eso, diría que está
sufriendo de la mierda que bombea en su torrente sanguíneo —respondió Travis
rápidamente. Agarró el portapapeles en el segundo nivel de la carretilla. Escaneó
la primera página y pasó rápidamente a la segunda—. Caray, ni siquiera sé lo
que es la mitad de esta mierda. Necesito llamar a Lark y ver si sabe.
—Maldita sea —gruñó Raven—. ¿Cuánto tiempo crees que durará el
sedante? —Raven no quería dañar al cambia formas en caso de que se despertara
desorientado, asustado o agresivo. No se engañaba sobre lo que los afilados
dientes podrían hacerle si el zorro luchaba contra él.
Travis cogió la jeringa caída. —Caray, es una fuerte dosis —exclamó, con
el ceño fruncido—. Seis horas —dijo Travis después de un segundo,
encontrando su mirada.
—Bien. Me lo llevo de aquí —declaró Raven. Comenzó a coger al cambia
formas, pero se detuvo—. Con las costillas rotas, ¿Tiene riesgo de perforar un
pulmón o cualquier cosa?
Frunciendo el ceño, Travis sacudió la cabeza. —Mientras seas cuidadoso,
estará bien.
Raven gruñó, luego tomó al animal en sus brazos, lo más cuidadosamente
posible. Maldición, el cambia formas no debía pesar más de veintitrés kilos
mojado. Podía sentir todos los huesos bajo el grueso pelaje. —Maldita sea,
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necesita ganar peso —murmuró.
Página

—Espera, ¿qué pasa con los otros cambia formas? —preguntó Travis,
trotando detrás de Raven mientras se dirigía hacia la puerta.
—Son problema de tu manada. Me llevo al zorro fuera de aquí. —Paró y
frunció el ceño a Travis—. No te preocupes, dije que me aseguraría que estás a
salvo y lo dije en serio. Te llevo con Declan y tu gente. El resto depende de
vosotros.
Para alivio de Raven, el lobo alfa y los demás estaban con Ryan en uno de
los corredores de la perrera. Salía un poco de ira de Declan, a quien Ryan miraba
con miedo, pero el cambia formas no podía influir en que se quedara. Raven
había aportado su granito de arena.
—Ryan puede mostrarte donde están detenidos todos los cambia formas.
Jared tiene las llaves del Hummer. Si quieres hablar conmigo, estaré en el hotel
—declaró Raven por encima del hombro mientras se alejaba.
Raven salió a través de la entrada sur, asintiendo hacia Kade y Cliff. Le
dieron una mirada interrogante, pero al ver el zorro sedado en sus brazos, no
dijeron nada. Apenas resistiendo el impulso de correr, Raven alargó su paso.
Miró alrededor del garaje, pero no lo vio.
Buscando en su bolsillo, Raven apretó un botón y el gutural rugido del
motor de su Corvette cobró vida. Sonrió, amando el botón de auto encendido de
su coche. Cuidadosamente, estableció al zorro en el asiento del pasajero,
intentando no encogerse ante la idea de lo que esas garras podían hacer a su
interior de cuero.
Diez minutos más tarde, Raven salió del camino y aceleró el motor. El ZR1
los llevó con rapidez lejos de los científicos y su instalación.
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Página
Raven se relajó en una silla, con los pies sobre la pequeña mesa. Giraba la cabeza
periódicamente para examinar al zorro blanco acurrucado en medio de la cama.
De acuerdo, Raven podía admitirlo, al menos para sí mismo. Posaba su
mirada sobre el cambia formas cada vez que hacia algún ruido o su cuerpo se
contraía. Era todo lo que podía hacer para evitar acostarse en la cama y curvar su
gran cuerpo a su alrededor... por eso estaba al otro lado de la habitación.
Después de tres horas de espera y vigilancia, sonó un golpe en la puerta,
interrumpiendo su vigilia. Se levantó y cruzó la habitación, parándose ante la
puerta, Raven inhaló profundamente, sabiendo que Declan, Carson, Travis y
Rainy estaban al otro lado.
Ingenioso truco.
Raven abrió la puerta. En realidad, había estado esperándolos. Los había
oído regresar hacía media hora. A través de la pared, Raven escuchó a Carson
reprender a su compañero por introducir un virus informático en el sistema del
científico que acabaría con cada dato en su red dentro de ocho horas. Raven se
había reído por eso. 51
Maldición, molestaría a Sampson. Pensamientos del científico
desaparecido hicieron que Raven se preguntara dónde estaba. Realmente había
Página

pensado que lo atraparían en algún lugar de la instalación, pero no estaba allí.


Declan no había estado feliz, pero incluso si el lobo preguntaba, Raven no tenía
ni idea. Tal vez, después que su zorro estuviera seguro, localizaría al hombre.
—Adelante —dijo Raven, a pesar de que no era necesario. Los tres
hombres ya estaban entrando—. Todavía duerme. —Ese comentario fue dirigido
a Travis.
Travis asintió. —No es sorprendente. Lo tenían muy drogado —dijo con
una mueca—. Déjame ver cómo siguen sus costillas. También me gustaría
conectar una intravenosa para darle líquidos, pero no podré hacerlo hasta que
estemos en nuestro territorio.
Raven apretó la mandíbula, simplemente para evitar gruñir por el casual
comentario. En su lugar, vio a Carson levantar su ceja, habiéndole notar que no
había mantenido todos sus sentimientos fuera de la cara.
—De acuerdo con sus marcas, su nombre es Liam Brager —dijo Declan,
mirando a Carson, señaló la punta gris de su cola blanca más los dedos de los
pies negros en su pierna trasera izquierda.
Carson gruñó afirmativamente.
—¿Cómo sabes eso? —preguntó Raven. Liam. El nombre del cambia
formas es Liam. Mierda, incluso su nombre me enciende.
Declan le frunció el ceño, sus aletas nasales aletearon y los ojos se
entrecerraron. Raven supuso que Declan olió su excitación, pero en lugar de
comentarlo, dijo: —cuando dijimos al Consejo sobre este lugar y nuestros
planes, me enviaron una lista de los cambia formas dados por desaparecidos en 52
el último año. Liam es el único zorro ártico en la lista. Su alfa, William Castrol,
informó que se había ido hace poco más de un mes.
Página
—Ya veo —dijo Raven entre dientes, sin saber qué más decir.
—Es tu compañero. —La mirada de Carson le traspasó mientas afirmaba
lo obvio... bueno, obvio para un cambia formas.
—Sí —admitió Raven.
Declan ladeó la cabeza. —¿Y cuáles son tus intenciones? ¿Estás
estableciéndote?
—No —dijo de inmediato.
—Entonces, ¿qué? —presionó el alfa.
Cualquiera que sea los genes cambia formas que los científicos habían
utilizado para fortalecer y mutar su ADN comenzó a gritar a Raven para
someterse a Declan, para contestarle... con la verdad. Le había tomado todo
resistir el impulso la primera vez que lo había sentido, atrás en la cabaña, cuando
era un cautivo. Esta vez, sólo no le preocupaba lo suficiente para luchar y abrió
la boca para responder.
Al darse cuenta de lo que hizo, Raven frunció los labios y dijo: —¿Qué
carajo, Declan? ¿No crees que sepa que merece algo mejor que yo? ¿No crees
que sepa que soy un idiota egoísta? Bien, lo hago —gruñó en voz baja, su mente
trabajando a mil por hora mientras se alejaba hacia la ventana.
Metiendo sus manos en su pelo corto y negro, Raven cerró los ojos y se
esforzó por seguir con su ya decidido curso de acción. Raven se dio la vuelta y se
enfrentó a los hombres. Ignoró la preocupada expresión en el rostro de Carson y
se centró en Declan.
53
—No soy un compañero conveniente para nadie —declaró Raven con
Página

firmeza—. Ambos lo sabemos. Lo llevaré con su familia y lo dejaré en un lugar


seguro. Eso es todo lo que puedo hacer por él. —Durante varios segundos,
Declan no respondió, limitándose a mirarlo. Raven contuvo el impulso de
retorcerse bajo el poder de la mirada del cambia formas.
Por último, Declan le dio un lento asentimiento. —Muy bien. Si eso es lo
que crees que es mejor.
Raven frunció el ceño. ¿Lo que pensaba era lo mejor? Pensaba que sería
mejor si el cambia formas acostado en la cama estuviera despierto y sano, y que
estuvieran solos para poder joderlo. En la experiencia de Raven rara vez
conseguía lo que quería.
—Dime dónde llevarlo, y lo haré. Considéralo... —Hizo una pausa y tragó
el nudo en su garganta ante la idea de dejar a Liam en cualquier lugar—.
Considéralo mi última buena acción para vosotros.
—Creo que estás equivocado —declaró Declan, aunque no aclaró en
qué—. Pero, una vez más, haremos esto a tu manera. —Se volvió a su ejecutor y
ordenó: —dale a Raven la información sobre la familia de Liam.
—Sí, alfa —respondió Carson inmediatamente. Abrió su teléfono—. ¿Cuál
es tu número?
Raven le dio su número sin pensarlo dos veces, y luego parpadeó. Maldita
sea, ¿cuándo fue la última vez que lo hice sin dudar? Demasiado tarde ahora.
—Correcto —murmuró Carson—. Tendrás la información en un minuto.
—Gracias —respondió Raven. 54
Declan se aclaró la garganta mientras cruzaba hasta la cama. —¿Cuál es el
veredicto, Travis?
Página
El veterinario apenas le miró. —Ayúdame a girarlo un poco. Le vendaré
las costillas. Con su delgadez, no estoy seguro siquiera que tenga la fuerza para
cambiar —les dijo. Después de vendar el torso del zorro, sacó una aguja y un vial
de su bolsa.
—Eh, ¿qué haces ahí? —preguntó Raven, saltando hacia adelante para
interceder. Ante la sorprendida mirada de Travis, le espetó: —¿no crees que ha
sido pinchado y cortado lo suficiente?
Travis levantó sus manos, con la aguja en una. —Tranquilo, Raven —dijo,
su tono suave—. Necesito sacarle sangre, para que Lark pueda comprobarla.
Hay que asegurarse de que no se le ha dado algo que amenazará su vida o le
impedirá curarse.
Raven sabía que estaba siendo irrazonable, pero maldición si era difícil de
controlar. Lo odiaba y le gustaba al mismo tiempo. Quería ser el hombre a cargo
del bienestar del zorro, de Liam. Decidiendo rápidamente que llevar a Liam
donde necesitaba ir era lo mejor, Raven asintió y dio un paso atrás.
Veinte minutos más tarde, Travis empacó sus cosas. Otro golpe sonó en su
puerta. Raven se movió hacia ella e inhaló, pero no reconoció el olor. Abrió la
puerta y gruñó al pelirrojo. —¿Qué?
—Soy Manon. Estoy buscando a Declan. Sé que está dentro. —El cambia
formas tenía un acento cajún y dio a Raven una arrogante sonrisa.
El nombre apareció en su memoria. Manon Lemelle era el tercer ejecutor
de Declan. —Dentro —murmuró, irritado por tener a tanta gente en su
habitación—. Que sea rápido —ordenó.
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Manon se limitó a sonreír ampliamente y le hizo un guiño antes de entrar
Página

en la habitación de Raven. Raven reprimió un gruñido, apretando los puños. Los


quería fuera... ¡ahora!
Afortunadamente, tan pronto como Manon dijo a Declan que unos
hombres trajeados habían llegado a su puerta, Declan gruñó y se dirigió fuera,
llevando a Manon y Carson con él. Raven no pudo evitarlo, se sintió intrigado.
¿Trajeados?¿Quiénes son?¿Qué quieren?
Después que su puerta se cerró, Raven se movió a un lado de la habitación
que compartía una pared con la de Declan. Sabía que la mayoría de los cambia
formas habían optado por estar con su alfa por razones de seguridad.
—¿Declan McIntire? —preguntó una voz profunda y baja que Raven no
reconoció.
—¿Sí? —respondió Declan con cautela.
—Soy el agente Haroldson de la CIA —dijo el hombre—. Este es mi
compañero, el agente Craigson.
—¿Qué diablos están haciendo aquí? —murmuró Raven.
—¿Quién?
Raven prácticamente se había olvidado de la presencia de Travis con su
curiosidad. —Agentes de la CIA —respondió distraídamente, luego levantó una
mano para pedirle silencio.
—Iré directo al punto —dijo el agente Haroldson. Evidentemente, el
agente Craigson no decía mucho—. Sabemos de la existencia de los cambia
formas. Sabemos que es uno. Y sabemos que está tratando de evitar que el doctor 56
Sampson Marlow experimente con los de su tipo.
Página

Un gruñido bajo se filtró a través de la pared. Por lo que Raven podía oír,
imaginó que sonaría bastante ruidoso en la habitación.
—Tranquilo ahora —dijo el agente Haroldson con tono conciliador—. No
estamos aquí para causar problemas a su gente. De hecho, mis superiores están
de acuerdo en que, siempre y cuando se mantengan en las sombras, como lo han
estado haciendo, no interferiremos.
—Entonces, ¿qué quieres? —dijo Shane, claramente sin creerle—. Si han
sabido de nosotros desde hace tiempo, ¿por qué no han detenido a Sampson?
—Su existencia llegó a nuestro conocimiento recientemente —afirmó el
Agente Haroldson—. Estábamos en el proceso de recopilación de pruebas contra
él cuando... irrumpieron en la instalación de Sampson.
Otro hombre habló, y por sus palabras, Raven supuso que era el agente
Craigson. —Uno de los tuyos infectó los sistemas informáticos de la
Corporación Crystal Lake. Necesitamos que se detenga.
—No —dijo Jared inmediatamente a la petición del hombre. Raven sonrió,
sacudiendo la cabeza. No podía evitar estar impresionado por la forma en que el
humano podía hacer que una palabra sonase tan burlona.
—No entienden…
Jared cortó la refutación del agente Craigson. —Nadie necesita esa
información.
—Uno de nuestros agentes… se infiltró en su sistema anoche —admitió el
agente Haroldson—. Todavía estábamos conectados al descargar el virus.
Algunos de nuestros sistemas están ahora en peligro.
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Alguien rio con diversión, aunque Raven no podía decir quién. Un par de
Página
los hombres rieron.
—No es divertido —insistió el agente Craigson, irritación llenando su
tono.
—Lo es, en realidad —respondió Shane.
—No nos hagas tomarte por terrorista —dijo el agente Haroldson
razonablemente—. Eso sólo sería crear un mundo de problemas.
—Jared —dijo Declan, sólo una palabra como orden.
—Bien, bien —respondió Jared. Cojines crujieron y Raven imaginó al
humano a una de las sillas que había visto en la suite—. Les daré... seis horas
veintidós minutos. —Alguien empezó a protestar, pero se detuvo. Jared
continuó: —eso será cuando el noventa por ciento de la información de la
corporación haya sido destruido. Sus sistemas no han sido dañados
irreparablemente en ese tiempo. Te daré el... anti-virus, si estuvieras, en ese
momento.
Uno de los hombres, probablemente el agente Craigson, que parecía el más
volátil, gruñó con frustración. El agente Haroldson respondió: —está bien. Pero
hasta entonces, estarán bajo arresto.
—Cree realmente que nos pueden mantener aquí, ¿verdad? —preguntó
Declan con frialdad.
Raven podía imaginar cómo se sentía el lobo alfa con este giro de los
acontecimientos. 58
—Actualmente puedo. Si desea permanecer en términos amistosos con la
CIA, será a nuestra manera —respondió el agente Haroldson.
Página
Decidiendo que había oído suficiente, Raven se apartó de la pared y miró
entre Travis y Rainy. Por la expresión de sorpresa del cambia formas lobo,
Raven sabía que había oído todo, también.
—La habitación está pagada por la noche. Ambos son bienvenidos a
quedarse y utilizarla. Tomaré a Liam y saldré de aquí —dijo Raven.
—No se debería mover, todavía —advirtió Travis.
—No hay nada que hacer —dijo Raven—. No voy a meterme en esto. Sólo
dime lo que tengo que hacer para mantenerlo bastante sedado y cómodo,
mientras que sus cuerpo se cura y purga la mierda que el científico puso en su
sistema.
Travis se levantó, asintiendo. Sacó un pequeño frasco que contenía
pastillas blancas. —Estos son analgésicos para cambia formas diseñados por
Lark y un par de amigos. Lo mantendrán bastante fuera de él, pero al menos será
capaz de comer. Comienza con sopa el primer día de viaje, parando cada cuatro
horas más o menos. Después de eso, alimentos más sólidos, pero nada
demasiado pesado.
Raven asintió. —Lo tengo.
—¿Qué está pasando? —preguntó Travis—. ¿Por qué necesitas irte?
—Dejaré que tu compañero te lo explique —dijo Raven. Arrojó un par de
billetes de cien dólares en el escritorio y le guiñó un ojo—. Por el edredón.
—Luego procedió a envolver el edredón sobre el zorro y cuidadosamente lo
recogió. 59
—Buena suerte —declaró Rainy, yendo a la puerta para abrirla.
Página
—Y para ti.
Veinte minutos más tarde, tras esperar pacientemente que el hombre que
vigilaba la entrada trasera mirara hacia otro lado, Raven se deslizó hacia la
noche, llevando a su cambia formas con él.

60
Página
Liam se sentía cálido y cómodo por primera vez en... no podía recordar. Le
picaba la oreja, haciendo que se contrajera contra la suave tela que lo envolvía.
—Ah, finalmente, volviste en ti, ¿verdad?
La profunda voz de tenor que había perseguido los sueños de Liam se filtró
en su cerebro.
¿Todavía estoy soñando?
—Vamos, pequeño. Necesito que te despiertes. Tengo un poco de sopa
aquí para ti. Espero que te guste la de fideos con pollo —continuó el hombre—.
Algunas veces, mi madre solía hacerla para mí cuando estaba enfermo.
—Riéndose, el hombre, Raven recordó Liam, continuó—. Nunca pensé que
alimentaría a alguien más.
Liam abrió un párpado. Parpadeó y todo se enfocó, como debía ser. Se le
escapó un suspiro de alivio. Al menos su vista había vuelto a la normalidad.
Olfateando tentativamente, la desesperación inundó a Liam y gimió cuando se
dio cuenta que no podía oler nada.
—Oye, tranquilo, pequeño —canturreó Raven—. Estás a salvo. No dejaré
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que nadie te haga daño. No más científicos.
Página

La promesa en las palabras del hombre sonaba tan bien. Liam volvió la
cabeza para mirar al chico a su lado. Intentó reconstruir sus complicados
recuerdos, pero sólo pudo agarrarse a una sola cosa, Raven mató al malvado
científico que continuamente lo hería. Raven había salvado la vida de Liam.
Liam ladró suavemente, tratando de golpear su cola como un perro
amigable. ¿El chico sabía que era un cambia formas? ¿O era algún ecologista
fanático que había entrado y pensó que estaba liberando animales?
Los ojos casi negros del chico le observaban solemnemente, su expresión
serena. —Tengo un tazón de sopa aquí —dijo Raven en voz baja, poniendo la
comida que le ofrecía más cerca de la nariz de Liam. Sólo un indicio de vapor
flotaba alrededor de la superficie del líquido dorado y Liam deseaba poder
olerlo—. Eres bienvenido a tomarla así. No me ofenderé. Si prefieres cambiar,
está bien, también.
Bien, eso respondió la pregunta. El chico sabía de los cambia formas. ¿Era
Raven uno también? Si Liam hubiera sido capaz de olerlo, lo sabría. Sabiendo
que no tenía la fuerza para cambiar todavía, Liam levantó la cabeza y miró a su
alrededor por un segundo. Fue entonces cuando notó que estaba en un vehículo.
Por la estructura de los asientos, imaginó que sería algún tipo de coche
deportivo.
El retumbante estómago de Liam le recordó cuánto tiempo había pasado
desde que había tomado una comida de verdad. Lamió sus labios y se acercó más
al tazón. Raven no le hizo esforzarse. Puso con cuidado el tazón sobre la manta
cerca de su cabeza y con una mano lo mantuvo estable.
—No me muerdas, ¿eh, Liam? Sólo la sopa —dijo Raven, finalmente, 62
esbozando una leve sonrisa.
Página

Congelándose, Liam miró al hombre inclinado sobre él. ¿Cómo sabía este
hombre? Nunca lo había visto antes. ¿Quién le había enviado? El miedo y la
preocupación lo inundaron y se alejó. Miró alrededor buscando una vía de
escape. Por supuesto, incluso si encontrara una, no significaba que tendría la
fuerza para conseguir alejarse del tipo. Liam sabía que estaba prácticamente
muerto.
—Oye, tranquilo, pequeño —canturreó Raven. Con la mano libre, se
acercó y suavemente la colocó en la cabeza de Liam y lo rascó detrás de la
oreja—. No voy a hacerte daño. Relájate. Come tu sopa. Necesitas recuperar tus
fuerzas —instó.
El tono melodioso del hombre junto con la forma en que rascó la oreja de
Liam hizo que su cuerpo se relajase y el miedo se disipase. Los párpados de
Liam cayeron y si era un cambia formas canino, sólo sabría que su pata estaba
enorme.
Raven se rio suavemente. —Está bien, Liam. Vamos a intentarlo de nuevo.
Come la sopa antes que se enfríe —ordenó suavemente—, a continuación,
puedes volver a dormir. —Alejó la mano y se recostó un poco.
Liam quería protestar por la pérdida de contacto, lo que no tenía ningún
sentido. No había manera en el mundo que este tipo fuera gay, o incluso
bisexual, mucho menos querría a un chico desnutrido y herido como él.
Decidiendo que la mejor cosa a hacer sería ponerse bien para que este hombre no
tuviera que cuidar de él nunca más, Liam se esforzó en sus patas delanteras y
tentativamente lamió el tazón de sopa. Al menos sus papilas gustativas
funcionaban. Se quejó feliz por el sabor del caldo de pollo, recogió los fideos
blancos y finos y masticó algún que otro trozo de carne.
63
—Tranquilo —advirtió Raven.
Página
Liam hizo una pausa y miró al hombre, preguntándose que necesitaba.
—Trata de no derramar todo sobre mi bebé, ¿eh?
Tomando otra mirada alrededor, esta vez Liam observó el interior de
cuero, todos los botones de la consola, y el sistema GPS integrado en el
salpicadero. Las banderas rojas y negras en el tablero llamaron su atención. Oh...
¡oh, Dios mío! El logo ZR1 en el volante llamó su atención. ¡Mierda! Si
estuviera en forma humana, sabía que lo habría dicho en voz alta. Liam notó que
estaba acurrucado en un Corvette.
Liam giró la cabeza hacia atrás para poder mirar a Raven, que ahora tenía
una divertida expresión. Su ceja estaba un poco levantada y la comisura de los
labios se torcieron. —Sí, es un Vette ZR1 del 2012. No te preocupes. El pelaje se
puede quitar con una buena limpieza, pero las manchas de comida... son un poco
más difíciles —indico, dándole un guiño—. Por no mencionar el olor. Baja el
valor.
Liam asintió, sin saber qué otra cosa hacer.
—Vamos, pequeño. —Raven movió el tazón medio vacío—. Termina.
Necesitas alimentarte y descansar para recuperarte. Tenemos un largo camino
por recorrer hoy y me gustaría ponernos en marcha.
Tomando más cuidado esta vez, Liam terminó su comida, mirando la
expresión de Raven cada pocos segundos. Se encontró queriendo agradar al
hombre, a pesar de que en realidad no sabía nada sobre él. No tenía mucho
sentido, por lo que Liam lo atribuyó al culto al héroe o agradecimiento al hombre
por salvarlo.
64
Una vez que había lamió el tazón, Liam miró alrededor, buscando gotas
Página
caídas, por si acaso. No vio ninguna, para su alivio.
—Está bien —murmuró Raven, llamando su atención—. No debería haber
dicho nada.
Liam se preguntó por el cambio, pero entonces un bostezo lo alcanzó.
Raven tarareó. —Eso es una buena señal. Descansa un poco. Esas costillas
deberían sentirse mejor en un par de días.
Liam asintió y se acurrucó en el edredón. Sus párpados se sentían tan
pesados y sus miembros se movían letárgicamente mientras ajustaba su
posición. Afortunadamente, las costillas de Liam sólo protestaron un poco.
Llevó su cola alrededor y la puso sobre su nariz, excavando en las suaves hebras.
Raven tuvo que moverse de nuevo, sus manos moviéndose expertamente
sobre los controles. Liam se preguntó qué se sentiría al tener esos dedos anchos y
romos moviéndose sobre su cuerpo. Se había sentido tan bien ser tocado con
afecto de nuevo, cuando Raven lo hizo.
Antes de que pudiera dejarse llevar con sus ridículas fantasías, los
párpados de Liam se cerraron y su mente se fue a dormir.
Liam se despertó con una mano acariciando su cabeza. Miró adormilado a
Raven que le ofrecía otro tazón de sopa, ésta de huevo por el aspecto y el sabor.
Liam ladró suavemente en agradecimiento y rápidamente se la comió, atento a
no derramarla.
Una vez hecho esto, Liam, de nuevo, cedió a la necesidad de dormir. 65
Su cuerpo fue empujado ligeramente y la sensación de fuertes brazos a su
alrededor hicieron que Liam se endureciera, a continuación, intentó zafarse de
Página

quien lo retenía. Se retorció, tratando de salir de debajo de la manta que lo


cubría.
—Tranquilo, pequeño. —La voz de Raven venía de la oscuridad—. Te
dejaré fuera de la manta pronto. Sólo necesito conseguir meterte en la habitación
del motel sin ser visto. —Liam se quedó inmóvil, con las orejas moviéndose
nerviosamente mientras trataba de escuchar a través de la tela.
Evidentemente, Raven podía sentir su malestar, porque murmuró lo
suficientemente fuerte para que lo oyera. —Estoy en la puerta. Sólo la abriré y
entraremos. —El tintineo de las llaves llegó a sus oídos mientras una llave giraba
en la cerradura y oía el deslizamiento de una puerta corredera sobre la
alfombra—. Allá vamos. Estoy cerrando la puerta y aquí está la cama
—continuó Raven suavemente, haciéndole saber cada paso que daba.
Segundos más tarde, Liam sintió una superficie de felpa debajo de él.
—Está bien, no es la cama, pequeño. Tómate tu tiempo y acomódate —le dijo
Raven. Segundos más tarde, Raven bajó la parte superior de la manta y le
sonrió—. Ahí tienes.
El movimiento no alcanzó sus ojos, aunque el hombre se veía feliz. Casi
parecía como si sonreír no fuera algo que hacía a menudo y tuviera que
recordarse cómo funcionaban los músculos de los labios. Liam quería besar esos
gruesos labios y ver si realmente eran tan firmes como parecían.
A su vez los pensamientos de Liam tenían a su cuerpo reaccionando, y
comenzó a cambiar. Apenas contuvo el sorprendido ladrido de dolor mientras
sus músculos se desencajaban, sus tendones estallaban y sus huesos se
reacomodaban. Aparte de la primera vez que cambió, Liam no podía recordar el 66
proceso doliéndole tanto. Sus ojos se sentían como si hubieran salido fuera de su
cráneo mientras éste cambiaba de forma, la nariz puntiaguda de su zorro
Página
contrayéndose en su humana cara.
Finalmente, su cuerpo se detuvo, el cambio completo. Lástima que eso no
significaba que el dolor disminuyera. Liam yacía en la cama, olas de dolor
pulsante a través de él a ritmo con los latidos de su corazón. Gimiendo, Liam se
estremeció. No sabía cuánto tiempo yació allí, la agonía dispuesta a ceder.
El toque de grandes y calientes manos sobre su piel sacó finalmente a Liam
de la neblina gris en la que su mente lo había retirado. Raven deslizó suavemente
su mano en el hombro de Liam, por su brazo, de nuevo arriba y a continuación,
sobre su pecho. El suave tacto alivió el dolor, relajando los tensos músculos.
—Ahí estás, pequeño tonto —murmuró Raven—. No era necesario que
cambiases si esto te provocaba tal dolor.
—No me di cuenta —murmuró Liam, sorprendido al escuchar su voz
ligeramente pastosa.
—Probablemente te dieron algo para evitar que cambiases, incluso si no
tenías la fuerza —reflexionó Raven en voz baja.
Los ojos de Liam se abrieron asombrados. No sabía que eso fuera posible.
Así que, todo ese tiempo que había tratado de cambiar y hablar con los
científicos, averiguar por qué estaban haciendo esto, abogando por su vida, no
había sido por instinto de conservación de su zorro. ¿Había sido debido a una de
las drogas en su sistema? Terror frío se filtró a través de él. ¿Cómo puede alguien
ser tan cruel?
—Relájate —canturreó Raven—. No quería molestarte. 67
Pero Liam no podía evitarlo. Su cuerpo se estremeció al recordar estar
Página

atrapado, solo y asustado.


—Está bien, vamos a conseguir un poco de caldo y algunos analgésicos
para ti. El descanso es lo mejor.
Liam miraba, luchando por respirar mientras Raven se alejaba. En el
último segundo, se acercó y agarró la muñeca del hombre. —P-por favor
—rogó—. No te vayas.
Raven miró desde donde Liam sostenía su muñeca a cara. Temiendo haber
hecho algo mal, Liam aflojó su agarre. En lugar de ello, Raven apoyó su mano
libre sobre la de Liam y le dio un suave apretón. —Está bien. No me voy lejos.
Hay un microondas justo allí, —dijo, mirando hacia el escritorio contra la pared.
Liam siguió su mirada y vio el aparato. Se humedeció los labios y
consiguió su respiración en algún lugar cerca de lo normal. —Está bien
—alcanzó a decir, soltando la mano de Raven.
Asintiendo, Raven se alejó suavemente. Por un instante, Liam apretó su
agarre antes de soltar al hombre. Se puso de costado y agarró una almohada
contra su pecho mientras seguía los movimientos de Raven con su mirada. Si el
otro hombre no le hubiera dirigido una sonrisa cada pocos segundos, Liam sabía
que se sentiría como un acosador.
Un momento después, Raven dejó un pequeño tazón de sopa de tomate y
un sándwich frente a él. —Sé que no es tu costumbre, pero ya que ir a un
restaurante está fuera, es esto o comida rápida y no creo que tu estómago pueda
manejar eso todavía. —Se inclinó y le hizo un guiño—. Si el sándwich es
demasiado para ti, no te sientas como que necesitas comerlo. Es de carne y
resulta que disfruto mucho de ellos. 68
Sonriendo, Liam se sentó. Tomó el plato y gruñó juguetonamente. —Mío.
Página

Raven soltó una risa ante sus travesuras y levantó las manos en señal de
rendición.
Liam bebió la sopa rápidamente, a continuación, comió la mitad del
sándwich. Con el estómago lleno, Liam sintió la fatiga, una vez más sobre su
cuerpo, los dolores y molestias regresando rápidamente. Suspirando, se
acomodó contra la almohada y cerró los ojos, momento en el cual su vejiga llena
se hizo presente.
—Mierda —murmuró.
—¿Estás bien? —preguntó Raven.
—Necesito orinar.
—Buena idea. Cuarto de baño, analgésicos y dormir. En ese orden
—respondió Raven.
El desplazamiento de la cama le dijo a Liam que el hombre se levantó. Su
pecho se apretó, y necesitando saber dónde estaba Raven, Liam abrió un
párpado. Raven rodeó la cama y sin ni siquiera un con tu permiso, deslizó sus
brazos por debajo de Liam y lo levantó. Liam chilló y agarró violentamente la
camisa de Raven.
Raven pareció sopesar de forma experimental por un segundo, luego le
miró. —Eh, incluso de humano no puedes pesar más de unos cincuenta y cuatro
kilos. Cosita pequeña, ¿verdad?
Liam enrojeció, sin saber qué decir a eso. Hubo un tiempo en que había
tenido un poco de músculo en su metro setenta. Ahora, sabía que Raven tenía
razón. Había perdido entre trece y dieciocho kilos de músculo en los últimos dos
69
meses.
Página

—Oye, lo siento, pequeño —murmuró Raven, mientras empezaba a


moverse. —No soy mucho de personas y tiendo a decir lo que me viene a la
cabeza, para bien o para mal. —Encontró su mirada y se encogió de hombros,
empujándolo un poco—. Me han llamado idiota más veces de las que puedo
contar.
Abriendo su boca, Liam quiso defender a Raven, excepto que no sabía
nada sobre el hombre. No de verdad. Pero había sido tan amable con él,
rescatándolo y cuidando de él. Una vez más la cuestión de por qué Raven estaba
haciendo esto, salió a la superficie, pero entonces estaban en el baño y Raven lo
dejó sobre el borde de la bañera.
Raven se arrodilló delante de él. —¿Estás bien para manejar las cosas
desde aquí?
Liam asintió rápidamente. Incluso si se quedaba dormido en la ducha, no
había manera de que quisiera a Raven aquí con él. Incluso lesionado, Liam
simplemente sabía que su cuerpo iba a reaccionar a la cercanía de Raven y
realmente no quería insultar a su salvador.
—Está bien. —Raven sonrió ligeramente y le dio un rápido
asentimiento—. Grita si necesitas algo. Estaré fuera.
Cuando la puerta se cerró, Liam sintió otra oleada de pánico golpeándolo.
¿Qué pasaba si Raven lo dejaba mientras estaba aquí? Tragando saliva, Liam
respiró a través de su repentino ataque de nervios. En su lugar, se centró en
levantarse sobre sus dos pies para que poder mear, a continuación ducharse.
Utilizó los suplementos del hotel para lavarse.
Por el momento en que Liam terminó, sus piernas y brazos temblaban de
70
fatiga. Agarrando una toalla, la envolvió alrededor de sus hombros y se sentó en
Página

el borde de la bañera. Liam se concentró en respirar y conseguir sólo un poco


más de fuerza para hacer el viaje a la habitación.
El chasquido de la puerta abriéndose llamó la atención de Liam y obligó a
sus párpados a abrirse. ¿Cuándo los cerré? Observó a Raven entrar en la
habitación. No parecía nada sorprendido al verlo sentado allí.
Tomándolo con calma y sin una palabra, Raven tomó una segunda toalla y
la frotó sobre el blanco-rubio cabello de Liam. Una vez más arrodillado, le frotó
primero una pierna y luego la otra. A continuación, Raven pasó un brazo
alrededor de su cintura y le ayudó a ponerse en pie.
—Cogí un nuevo cepillo de dientes —le dijo Raven, señalando el artículo
en cuestión que había colocado en el mostrador—. Sólo apóyate en mí y tómate
tu tiempo.
Sorprendido ante su consideración, Liam miró por encima del hombro al
hombre. —Gracias —susurró. Por un segundo, Liam creyó ver un destello de
algo, ¿deseo?, en los ojos de Raven. Entonces desapareció bajo una expresión
cuidadosamente educada.
—Por supuesto —respondió él, dándole una sonrisa rápida.
Después de que Liam se cepilló los dientes, Raven le entregó una pequeña
y blanca píldora. Frunciendo el ceño ante la píldora, Liam tragó saliva. Poco a
poco, volvió la cabeza y miró a Raven, fijándose en sus oscuros rasgos.
—¿Qué es eso? —Apenas logró decir las palabras.
Raven le miró durante dos segundos antes de hacer una mueca. —Maldita
sea, debería haberme dado cuenta de lo que te haría al pedirte que tomes una
71
pastilla para el dolor. —Su mirada de ojos negros se suavizó mientras le
Página

miraba—. Esto es un analgésico. Va a hacer sentirte somnoliento y ayudarte a


dormir. Eso es todo. Tengo algunos amigos. Amigos, cambia formas —aclaró
rápidamente—, me ayudaron a rescatarte. Un médico cambia formas vino para
ayudar a los heridos por los científicos. Tienes mi palabra. No te hará daño.
Durante un largo momento, Liam se quedó mirando la cara de la que se
estaba encaprichando rápidamente. Las oscuras cejas se elevaron preocupadas,
los ojos negros brillaban con preocupación y simpatía y los finos labios estaban
presionados en una línea firme.
Por último, asintió. —Está bien. —Poco a poco, alargó una mano.
Ignorando el temblor de sus dedos, Liam tomó la píldora y la metió en su boca.
Raven le entregó una taza de agua y la tragó.
—Eso es, pequeño —murmuró Raven, retirando suavemente el pelo de su
cara—. Vamos a la cama. Te tendremos bien en poco tiempo. —Raven lo cogió
en sus brazos y Liam de nuevo se encontró aferrándose al hombre.
Unos minutos más tarde, cálido y cómodo en la cama, el sueño lo reclamó.

72
Página
Raven apoyó las manos a cada lado del lavabo y deseó su erección lejos.
Sostener al hombre más pequeño, tocándolo, había hecho muy difícil de
mantener las cosas clínicas. Raven quería explorar cada centímetro del delicioso
cuerpo del pequeño hombre. ¿Y cómo de enfermo lo hacía querer violar a un
hombre severamente desnutrido y herido? Tomándose su tiempo, Raven se lavó
lentamente, haciendo todo en su poder para ignorar el hecho de que el objeto de
su obsesión yacía desnudo en la cama en el otro lado de la puerta. No funcionó.
Para el momento en que entró en la ducha, su polla latía, sus bolas dolían y los
toques destinados a asearse inflamaron su sangre.
Por primera vez en casi cinco años, Raven dejó caer la toalla y empuñó su
pene. Gruñó cuando un hormigueo de placer bajó por su eje, a través de sus bolas
y subió por su columna vertebral. Bajando la cabeza, apoyó la barbilla en el
pecho y cerró los ojos.
Raven presionó su palma contra la pared de la ducha mientras lentamente
movía las sensaciones que cursaban placer, inflamando su sangre, las chispas de
dolor bailando a lo largo de su escroto. Sus testículos rodaron en su saco,
metiéndose en su cuerpo cuando frotó su pulgar sobre su hendidura con fuga en
el siguiente tirón de su otra mano. Se concentró a través de su sistema, los
73
zarcillos de placer, tragando saliva, Raven abrió la boca y jadeó en busca de aire.
Página

Aceleró su puño, moviéndolo más rápido, y comenzó a frotar la palma sobre su


glande en cada estoque. La imagen de los ahumados ojos azules enmarcados por
largas pestañas negras en una pálida y traviesa cara con puntiagudo mentón le
vino a la mente.
¡Liam!
Su pene saltó en su agarre. Un incendio floreció en la base de su columna
vertebral. Un estremecimiento se acumuló en Raven y sus bolas tiraron a ras de
su cuerpo, casi sintiendo que se volvieron al revés. Su semilla salió de su pene y
recubrió la pared de la ducha con chorros de color blanco nacarado.
Apretando la mandíbula para contener su grito, Raven no pudo detener el
gemido mientras su orgasmo rodaba a través de él. Su pecho se movía, sus
caderas se sacudían y su cuerpo temblaba. Sus dedos trataron de curvarse en la
porcelana bajo sus pies.
Raven se inclinó hacia adelante, apoyó la cabeza en su antebrazo y disfrutó
de la dicha de las endorfinas a través de su sistema. —Maldita sea, ¿por qué dejó
de tener relaciones sexuales? —Pero sabía la respuesta a eso. Nada del sexo que
había tenido antes se había sentido así, su cuerpo energizado como si acabara de
correr una maratón, mientras sacaba el hartazgo al mismo tiempo.
Pensar en los ojos de su pequeño cambia formas le tenía corriéndose más
duro que cuando era un adolescente. —Maldición. No es mi cambia formas.
Cerrando los ojos, Raven suspiró. Otro día. Otro día y llegaría a Dakota del
Norte y a la familia de Liam, entonces el hombre ya no sería su responsabilidad.
¿Por qué ese pensamiento hacía que su pecho se apretara? 74
Enderezando los hombros, Raven giró el cuello haciéndolo crujir, oh tan
bueno. Cerró el grifo y agarró una toalla, secándose rápidamente. Después de
Página

envolver la toalla alrededor de su cintura, salió del cuarto de baño, apagando la


luz mientras salía, sumergiéndolo en la oscuridad.
Le tomó apenas dos segundos a sus ojos ajustarse. Se detuvo al pie de la
cama y miró la forma dormida de Liam. Cuando Raven se había registrado en el
motel, pensó que estaría compartiendo la habitación con un zorro, no un hombre.
No se le había ocurrido pedir dos camas tamaño queen. Ahora tenía dos
opciones, dormir en una silla o compartir la cama.
Raven forzó un suspiro, y luego dejó caer la toalla y se movió alrededor de
la cama. De ninguna manera dormiría en la silla si podía evitarlo. Además, sólo
porque se empalmó ante el aroma de Liam, evidentemente, a Liam no le afectada
igual. El pequeño cambia formas no le había dado ninguna muestra de que
sintiera atracción por él, que reconociera a Raven como su compañero.
Eso tranquilizaba a Raven y lo entristecía al mismo tiempo. —Hará mi
vida más fácil —se susurró mientras se acomodaba bajo las sábanas.
Manteniendo la mayor distancia entre ellos como era posible, Raven cerró
los ojos y se obligó a caer dormido.
La conciencia llegó rápidamente a Raven y se quedó quieto, determinando
que lo había despertado. Abriendo los párpados, vio la oscuridad todavía
envuelta en la habitación. Registró la presencia de un cuerpo frío presionado
contra su costado. Un frío cuerpo que se estremecía y maullaba cada minuto más
o menos.
¡Maldita sea! ¡El pobre hombre se está congelando! Raven se reprendió
por no haber pensado en eso antes. Liam había estado en forma de zorro, con
grueso pelaje para mantener su calor. En forma humana, no tenía esa protección.
75
Incluso las mantas no parecían estar ayudándole.
Página

Raven se movió con cuidado, rodando a su lado, y apretó su pecho contra


la espalda de Liam. Envolvió su brazo alrededor del torso del hombre y deslizó
una pierna entre las de Liam, acomodándose contra el otro hombre. Luchó contra
el estremecimiento de su propio cuerpo causado por la fría piel presionándose
contra la suya.
Suavemente, Raven frotó su mano sobre el pecho y el abdomen de Liam,
consciente de sus costillas en curación. —Tranquilo, pequeño —canturreó en el
oído del hombre—. Estarás caliente en un momento. Relájate.
Liam parecía fundirse con él, presionando su culo contra la ingle de Raven.
Su pene comenzó lentamente a rellenarse donde se encontraba ubicado entre las
firmes nalgas de Liam. Luchando contra un gruñido mientras el deseo surgía a
través de sus venas, Raven mantuvo los toques suaves en el pecho de Liam.
—Ah, Liam —murmuró, frotando su mejilla contra el cuello y pelo del
cambia formas—. ¿Qué voy a hacer contigo?
Para sorpresa de Raven, Liam gimió en su sueño y se estremeció en sus
brazos. Excepto que esta vez, no era de frío. La piel de Liam ahora se sentía
caliente contra él y su excitación, una fragancia embriagadora, perfumó el aire.
Raven gimió ante el exquisito aroma. Presionando su nariz contra la suave
piel debajo de la oreja de Liam, inhaló profundamente, con ganas de deleitarse
con el aroma del hombre. Sin darse cuenta, Raven metió la mano más abajo. El
dorso de los dedos frotó a lo largo de algo largo, caliente y duro.
Liam se quejó, inclinando la cabeza para dar más espacio a Raven mientras
mecía sus caderas, frotando su culo más firmemente contra la erección dura
como una roca de Raven.
76
—Dios, Liam —gruñó Raven.
Página
Incapaz de resistir el canto de sirena de los ruidos producidos por el dulce
hombre en sus brazos, Raven bajó la mano y arrastró sus dedos por los suaves
rizos que rodeaban la ingle de Liam. Mantuvo el dorso de sus dedos presionado
contra la erección de Liam, burlándose de él.
A la vez, Raven rodó sus caderas, empujando su pene a lo largo de la
hendidura del culo de Liam. Su ranura filtraba, difundiendo líquido pre-seminal
a lo largo del valle del hombre, facilitando el deslizamiento y la creación de la
más deliciosa fricción.
—P-por favor. —Liam arrastró las palabras, con los ojos todavía cerrados.
Raven no estaba seguro de si el hombre estaba despierto o soñando, pero
no pudo evitar responder a esas palabras. Con inercia los dedos subieron hasta la
erección de Liam, trazó la prominente vena a lo largo de la parte inferior antes de
envolver la mano alrededor en un firme agarre. Con el pulgar, frotó la arrugada
carne bajo la punta, masajeando la sensible carne, antes de moverse hacia arriba
y deslizarla sobre el glande de Liam.
Una nueva ola de excitación inundó a Raven al descubrir la cantidad de
líquido que rezumaba de la hendidura de Liam. Su pequeño cambia formas
ciertamente parecía estar disfrutando. Comenzó lentamente jalando el pene del
hombre, consiguiendo la sensación del pene de otro hombre en su mano, de
forma similar y sin embargo tan diferente a la suya.
Liam gimió. Balanceó sus caderas, obviamente, buscando una mayor
fricción. Raven se la dio. Su propia polla se engrosó y sacudió donde acariciaba
la parte trasera de Liam. Sus bolas se apretaron en su saco y deliciosos 77
cosquilleos bajaron por su columna. Incluso el hecho de que se había corrido
hacia sólo unas horas en la ducha no pudo detener su inminente orgasmo. Raven
Página

sacudió a Liam más rápido, queriendo que el hombre más pequeño se corriera
con él. Liam gimió, su cuerpo tembló mientras lanzaba la cabeza sobre la
almohada, mostrando su placer. Para Raven, el enrojecimiento de la piel de Liam
combinado con la expresión de placer-dolor en su rostro era la viva imagen de la
belleza.
—Ahora, Liam —ordenó en voz baja justo antes de ceder a la tentación de
hincar sus dientes en Liam.
El cuerpo de Liam se arqueó mientras su erección explotaba, recubriendo
los dedos de Raven y las sabanas con semen. El olor del placer de su amante fue
la gota final. La polla de Raven estalló, su semilla salió de él en oleadas de
exquisita dicha.
Después de varios segundos disfrutando la sacudida de endorfinas, Raven
soltó la carne en su boca. Probó el hierro y supo que había roto la piel. Con
cuidado, soltó su agarre y lamió el último par de gotas.
Al menos había mordido al hombre en la parte posterior del cuello, por lo
que no era probable que Liam se diera cuenta, decidió Raven cuando se dio la
vuelta y agarró la toalla del suelo. Volviendo su atención al hombre en la cama,
Raven vio que Liam una vez más estaba fuera de combate, si alguna vez había
estado despierto para empezar. Su pecho subía y bajaba constantemente y
soplaba respiraciones suaves entre sus labios sonrientes.
Una extraña calidez inundó a Raven, una que no quería nombrar, y mucho
menos reconocer. Suspirando, hizo un trabajo rápido de limpiar los rastros de su
momento íntimo. Cuando volvió a acostarse, se curvó alrededor de Liam, esta
vez su mano en la cadera del cambia formas. 78
Escuchando las suaves respiraciones de Liam, Raven se preguntó qué
Página

demonios acababa de hacer.


Raven no durmió más esa noche. Su mente viajó en demasiadas
direcciones. Le había dicho a Declan que llevaría a Liam con su familia, donde
estaría a salvo. Había dicho al lobo alfa que era un idiota egoísta y Liam merecía
algo mejor. Su lujuria por el pequeño cambia formas, que ni siquiera parecía
atraído por él, sólo demostró el egoísmo de Raven. Liam había estado dormido
en su encuentro, probablemente soñando con una mujer de su pasado.
¿Por qué ese pensamiento dolía tanto? Peor aún, ¿por qué la idea de
dejarle dolía incluso más? Raven sabía que, al final, no importaba. Por primera
vez en su vida, iría en contra de sus propios deseos. Iba a hacer lo que era mejor
para Liam.
Estableciendo su camino, Raven se quedó en la cama hasta que los rayos
pálidos y suaves de la primera luz se filtraron a través de la ventana. Disfrutó de
la primera y única vez que conseguiría sostener a Liam.
Finalmente, Raven soltó el flexible cuerpo de su amante. Liam murmuró
en su sueño, y le dio unas suaves caricias por la espalda. Raven no pudo resistirse
y cedió a la tentación. Se inclinó y le dio un beso suave en la marca que había
dejado en el cuello de Liam. Éste tarareó, se retorció un poco y luego suspiró.
Soplando una respiración a través de los labios entreabiertos, Raven
sacudió la cabeza ante sus ridículos actos y se alejó. Agarró su bolsa y sacó un
cambio de ropa. Mientras se las ponía, se le ocurrió que no tenía nada que
siquiera se acercara a ser apropiado para Liam. Pensó en dejarlo para hacer una
rápida carrera para comprar, pero recordó cómo había actuado Liam la noche
anterior, casi con pánico cuando creyó que iba a dejarlo solo. 79
En su lugar, encendió la cafetera y sacó el recipiente de plástico lleno de
magdalenas de arándano de tamaño de bocado. Se metió una en la boca y
Página

masticó mientras esperaba. Después de un segundo, agarró una barrita de


cereales y se la comió también.
Raven se sirvió una taza de café y se sentó en la silla junto a la cama. Se
había bebido una taza y media antes de inquietarse. Levantándose se sirvió otra
taza de café. Raven se sentó en el borde de la cama y ondeó la aromática bebida
bajo la nariz de Liam, con la esperanza de tentarlo a despertarse. Cuando eso no
funcionó, Raven colocó su mano sobre el hombro de Liam y lo sacudió
suavemente. —Es hora de levantarse, dormilón. Tenemos mucho camino por
recorrer.
—Mmm, que… —Liam se giró y lo miró. Luego su mirada se desvió a la
taza que Raven sostenía—. ¿Es café?
Raven pensó que el olor de la bebida le habría dado esa información, pero
sonrió con indulgencia ante el atontado cambia formas. —Sí. ¿Quieres crema o
azúcar?
—Azúcar, por favor.
Después de echar un par de paquetes que encontró entre los elementos de
café de cortesía, Raven regresó con Liam. El cambia formas ahora se apoyaba
contra el cabecero, la sabana sobre su cintura. Raven desvió rápidamente la
mirada del pálido pecho de Liam centrándose en sus ojos. Liam sonrió y tomó la
taza que le ofrecía. —Gracias —susurró.
—No hay problema. Tengo magdalenas de arándanos y barritas de cereales
para el desayuno. ¿Qué te gustaría?
—¿Tienes leche? 80
La esperanza en la voz de Liam hizo que Raven sonriera, y lamentó tener
Página

que responder de forma negativa. —Sólo las magdalenas entonces, por favor.
Raven asintió y dejó el recipiente sobre la cama junto a su cadera. Hizo un
guiño y agarró uno más antes de ponerla en su boca. Liam se sonrojó y se centró
en la comida, comiendo tres magdalenas y bebiendo la mitad del café antes de
perder la velocidad. —¿A dónde vamos? —le preguntó antes de comer otra
magdalena.
Agarrando su ropa sucia y metiéndola en su bolsa, Raven respondió sin
mirarlo. —Estoy llevándote a casa, donde estarás a salvo.
—¿A tu casa? ¿Dónde es eso?
La sorprendente pregunta causó que Raven hiciera una pausa y mirara al
hombre. ¿Eh? ¿Por qué pensaría Liam que lo llevaría a mi casa? ¿Quiere
quedarse conmigo? ¿Está sintiendo deseo por mí, después de todo? Es igual. No
importa.
—No, me refería…
Un golpe con fuerza en la puerta de la habitación lo interrumpió. Raven
abrió un lado de su bolsa y sacó una pistola. Ignorando el jadeo de Liam, se
dirigió hacia la puerta.

81
Página
Liam vio con horror como Raven sacaba una pistola de su bolsa y la llevaba
como si supiera exactamente cómo utilizarla, acercándose a la puerta. La visión
del Raven envolviendo sus brazos alrededor del cuello del doctor Grouper y
torciéndoselo pasó por su mente. Raven había parecido tan... tranquilo cuando
tomó la vida del otro hombre, como si no fuera nada.
La comprensión de que no sabía nada sobre Raven golpeó duro a Liam.
Raven planeaba llevarlo a su casa. ¿Era una buena idea?
—Maldita sea —murmuró Raven, redirigiendo la atención de Liam.
Raven metió el arma en la parte trasera de su pantalón y tiró de su camisa
sobre ella. Con el ceño fruncido, abrió la puerta y pregunto: —¿sí?
—Oye, hombre, ¿ese es tu coche?
Liam no podía ver al interlocutor, pero la voz masculina sonaba joven… al
principio de los veinte años, ¿tal vez?
—Sí, lo es —respondió Raven, su tono cada vez menos conflictivo. Agarró
sus llaves de la mesa, se tomó un segundo para guiñar un ojo a Liam, y luego se
dirigió hacia la puerta, cerrando detrás de él.
82
Saltando de la cama, Liam se acercó a la ventana y se asomó por la cortina.
Página
Raven pulso el botón de la llave y el Corvette cobró vida. El hombre de
pelo oscuro con Raven sonrió. Raven abrió la puerta y se inclinó dentro abriendo
el capó. Mientras lo levantaba, Raven comenzó a hablar de RPM y de las
estadísticas de cero a sesenta. Varias personas desafiaron el frío y húmedo aire
temprano de la mañana para acercarse, escuchar y hacer preguntas.
Después de veinte minutos, un trueno retumbó. Raven miró al cielo y,
sonriendo, hizo un comentario que tuvo a los otros hombres riendo. Raven cerró
el capó, apagó el motor, y se dirigió hacia el interior, saludando a los que seguían
dando vueltas.
Liam volvió de nuevo a la cama y se sentó en el borde. Metió sus pies
debajo de él y tiró de la manta sobre su regazo. Raven dio un paso a través de la
puerta, se detuvo cuando se encontró con los ojos de Liam por un instante, luego
sonrió mientras cerraba la puerta. —No pudiste resistir ver el espectáculo, ¿eh?
Inseguro de cómo Raven sabía que lo había estado observando, Liam
asintió lentamente y luego preguntó: —¿por qué lo hiciste?
Raven se encogió de hombros. —Se crea menos impresión si sólo les
muestras lo que quieren. En un día o dos, todos ellos recordarán el fantástico
coche y no a mí. Si hubiera sido un idiota y cerrado la puerta en su cara, me
habría recordado a mí, en su lugar —sacudió su cabeza—. No tengo ningún
deseo de ser recordado.
—Oh —murmuró Liam.
—¿Cómo se sienten tus costillas esta mañana? 83
—Bien, en general. Sólo siento punzadas de vez en cuando —respondió
Liam. Se mordisqueó el labio, tratando de averiguar cómo preguntar sobre la
Página

pistola y el científico. No quería hacer que el hombre se enojara y sin su sentido


del olfato, no podía oler sus emociones.
—Travis pensó que podrías tardar un par de días en sanar totalmente, por
lo que aún deberías tomarlo con calma —le dijo Raven. Sonrió de repente, el
movimiento llegó realmente a sus ojos, haciendo que brillaran—. Sin embargo,
estoy contento de que estés mejor.
—Gracias —susurró Liam. Abrió la boca, luego la cerró, la incertidumbre
inundándolo.
La sonrisa de Raven se desvaneció y la frente se levantó. Manteniendo la
mirada de Liam con profundos ojos oscuros que parecían ver en su alma, Raven
rodeó la cama y se sentó en la silla junto a ella, enfrentándole. Se inclinó hacia
delante. —Pregunta —ordenó Raven suavemente—. Todo lo que quieras.
—Mataste el científico —dijo Liam.
Asintiendo una vez, Raven respondió: —eso no era una pregunta.
—¿Por qué lo hiciste?
—Tenía que morir. Había hecho suficiente daño a tu clase. La muerte era
la única forma de detenerlo —. La contundente respuesta de Raven delataba
honestidad. La tensión de Liam se alivió un tanto—. Bien.
—¿Bien?
Liam sonrió ante el tono de sorpresa de Raven. Asintió. —Bien.
Sonriendo, Raven se enderezó. —Bien. 84
Sintiendo que habían llegado a algún tipo de conexión, Liam soltó: —¿tu
Página

nombre es realmente Raven?


Las cejas de Raven se levantaron y soltó una carcajada. Para sorpresa de
Liam, se acercó, agarró su hombro y apretó suavemente. Casi parecía como un
gesto afectuoso. Liam le gustaba... mucho. El sonido que hizo Raven, junto con
el calor de su mano, hizo que el pene de Liam temblara con interés.
Eso le recordó el fabuloso sueño que había tenido la noche anterior. Le
había parecido tan real. Raven se había enroscado alrededor de él, sosteniéndolo
cerca como si Liam fuera algo especial. Había palmeado su pene y trabajado
usando su pulgar para masajear su sensible piel y frotar su glande. En su sueño,
la estimulación se había sentido increíble, y cuando por fin se corrió, el orgasmo
de Liam se sintió mejor que incluso cualquier mamada que hubiese recibido.
—Sí, en parte —dijo Raven, devolviendo la atención de Liam a su
conversación—. Mi nombre es Bailey Blackraven. —Le tendió la mano, que
Liam tomó automáticamente. Raven sonrió y le dio una sacudida—. Mucho
gusto, Liam Brager.
Liam resopló, devolviéndole la sonrisa. —Gracias por salvarme.
Raven asintió. —Es un placer. —Le soltó y se levantó—. Ahora creo que
es hora de irnos. —Yendo por su bolsa, Raven miró a Liam y sonrió con
tristeza—. Me temo que no tengo nada que se ajuste a ti. Podría salir y conseguir
algo más apropiado. O bien, puedes cambiar a tu zorro y acurrucarte en el suelo.
Es totalmente decisión tuya. —Hizo una pausa, y luego añadió: —si lo prefieres,
te podría dar una de mis camisetas y calzoncillos.
Durante un segundo, Liam pensó en ello. Realmente le gustaba la idea de
usar la ropa del otro hombre. Excepto, que pareció que Raven lo agregó como 85
una ocurrencia tardía. Tal vez realmente no quería compartir sus cosas.
—Cambiaré. Si pudieras abrir la puerta del coche y echar una mirada fuera,
Página
entraré en el coche —se ofreció.
Raven asintió. —Lo suficientemente justo. Sólo déjame agarrar lo último
de mis cosas.
Mientras Raven hacía eso, Liam tomó una profunda respiración y llamó a
su zorro. El cambio a su forma animal fue más fácil y rápido que la experiencia
de la noche anterior. Liam dejó escapar un suspiro de alivio y saltó de la cama.
Sentado en el suelo cerca del pie de la cama, esperó a que Raven metiera lo
último de sus cosas en su bolso.
Haciendo una pausa en la puerta del cuarto de baño, Raven le sonrió.
—Tienes una cola muy suave y esponjosa. Sé que suena extraño, pero... —Se
detuvo y pasó una mano por su pelo. Haciendo una mueca, terminó: —¿puedo
tocarla?
Si Liam pudiera sonreír en forma de zorro, lo habría hecho. El gran y malo
soldado, quería tocar su cola. Liam se acercó a él y Raven se arrodilló.
Tentativamente, Raven le alcanzó. Sintiéndose juguetón, Liam pasó por debajo
de la mano y se frotó contra la pierna del chico, lo que puso su tupida cola frente
a la cara de Raven. Liam movió su cola, haciendo que la punta cosquilleara a
Raven.
Raven escupió por un segundo, balanceándose sobre sus talones, luego se
rio. Agarró la cola de Liam, pero saltó a los lados, ladrando suavemente, su nariz
en el aire. Un leve cosquilleo atrapó los sentidos de Liam, algún aroma que era
muy, muy agradable y se detuvo por la sorpresa.
Deteniéndose así, Liam no pudo escapar del agarre de Raven en sus patas
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delanteras. Ladró con sorpresa cuando fue arrastrado y arrojado al suelo. Liam
Página

yacía jadeante, sorpresa corriendo a través de su sistema por la fuerza y


velocidad de Raven. Sólo había perdido un par de segundos la concentración y
Raven había tomado fácilmente ventaja de ello. Liam miró a Raven,
observándolo con cautela. Pero todo lo que Raven hizo fue dejar una mano sobre
sus hombros, animándole a permanecer quieto, mientras pasaba la otra por su
cola. Poco a poco, una gran sonrisa se extendió por su cara. La mirada de alguna
manera parecía fuera de lugar en sus ásperos y oscuros rasgos y quitó el aliento a
Liam.
—Sabía que sería suave —murmuró Raven. Pareció sacudirse y la sonrisa
se volvió arrogante mientras miraba a los ojos de Liam—. Eres un pequeño
juguetón, ¿verdad?
Liam no podía evitarlo. A su zorro simplemente le gustaba jugar
demasiado, y había pasado demasiado tiempo desde que había podido hacerlo.
Torciendo la cabeza, Liam pasó la lengua por el dorso de la mano de Raven.
El sabor del hombre explotó a través de sus papilas gustativas.
Mentalmente, gimió por el increíble sabor del sudor almizclado y masculino. Le
llevó todo en él evitar una erección en forma de zorro. Antes de que pudiera
obtener otra muestra, Raven se apartó y se puso de pie.
—¿Quieres otra pastilla para el dolor antes de que estemos en camino?
—preguntó—. ¿O crees que estarás bien?
Liam sacudió su cabeza, mirando al hombre con nuevos ojos. ¿Podría
Raven ser mi pareja? Había sabido horriblemente bueno. ¡Si sólo tuviera mi
sentido del olfato!
—Vamos entonces, pequeño. Miro alrededor y cuando esté libre, saldrás.
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Liam asintió. ¿Sería Raven receptivo a ser su pareja? Lo llevaba a casa con
Página

él, después de todo, ¿no? Parecía pensar que la seguridad de Liam era
primordial. Tal vez... sólo tal vez, una vez que las cosas se asentaran, pudiera
encontrar una manera de acercarse al hombre. Liam nunca había tenido que
acercarse a un hombre antes. En cualquier momento en que había ido a un club
gay, los seres humanos lo llamaban twink. Estaba seguro de que si alguna vez
hubiera mostrado su verdadera fuerza, tal vez si hubiera presionado el pecho de
uno de los corpulentos hombres que lo tomaron, los habría conmocionado.
—Liam.
Levantando la cabeza, Liam se centró en Raven. El hombre le estaba dando
una mirada divertida. —¿Estás bien? —En realidad no podía responder, así que
se levantó, se trasladó a la puerta, y observó expectante a Raven. Raven lo miró
fijamente durante otro par de segundos y luego se giró y sacó su bolsa por la
puerta. Liam vio como Raven abría la puerta de su Corvette negro y metía la
bolsa atrás. Miró alrededor, y luego movió sus dedos hacia él, indicándole que
debía ir.
Liam cruzó el estacionamiento lo más rápido que su cuerpo en curación se
lo permitió. Raven dio un paso atrás y Liam se metió en el asiento del conductor.
Se puso rápidamente al otro lado y se acurrucó en el suelo, metiendo su cola
sobre la nariz de manera protectora.
Sin mirarlo, Raven murmuró: —ya vuelvo.
Cerró la puerta y se dirigió fuera de la vista. El cuerpo de Liam tembló y
mientras miraba el pequeño interior del coche deportivo, se esforzó por controlar
su creciente pánico. Raven regresará. No estoy atrapado. No me dejará. Raven
me dejará salir. 88
Había repetido las palabras dos veces y estaba a la mitad de la tercera
Página

cuando la puerta del conductor se abrió y Raven se metió en el vehículo. —Oye


—lo calmó Raven. Se inclinó y pasó la mano por el pelo de la cabeza de Liam—.
Cálmate. Estás bien. Estás seguro.
Liam no sabía cómo el hombre sabía lo molesto que estaba, pero los
tranquilizadores toques lo calmaron. Agradecido, sacó su lengua y lamió al
hombre. Una vez más, sus papilas gustativas se encendieron a la vida, enviando
un agradable hormigueo a través de él. Trató de lamerle de nuevo, pero Raven se
apartó.
Su risa sonó tensa cuando dijo: —muy bien, entonces. Vamos a movernos.
El vehículo rugió a la vida y en cuestión de segundos, estaban en marcha.
El bajo repiqueteo del poderoso motor junto con el suave jazz que tocaban en la
radio, nunca en un millón de años Liam creería que el gran hombre armado hasta
los dientes estaría interesado en el jazz, arrulló a Liam, se relajó, y pronto el
sueño lo alcanzó.
Raven despertó a Liam comer. El hombre le sonrió y le dijo: —sé que el
veterinario dijo que no deberías comer nada demasiado pesado durante unos
pocos días, pero tengo que admitir que tengo antojo de una hamburguesa con
todos los añadidos. ¿Qué dices?
Liam no estaba seguro de cómo iba a responder al hombre, pero de todos
modos ladró suavemente. Riendo, Raven respondió: —creo que debería haber
especificado. Un ladrido para sí, dos ladridos para no. —A él le gustaba que el
hombre tratara de comunicarse con él, incluso en forma de animal. Ladró una
vez—. Lo tengo.
Veinte minutos más tarde, Raven puso una toalla de mano en el asiento del
89
pasajero. Observando al hombre desenvolver las hamburguesas, Liam se
Página

preguntó de dónde había salido la toalla blanca. Raven debió haber notado su
curiosidad, mientras dejaba las hamburguesas sobre ella, le hizo un guiño y dijo:
—la robé del motel esta mañana. Pensé que podríamos necesitarla.
Liam ladeó la cabeza. ¿Su posible compañero robó la toalla? ¿Raven era un
ladrón? Liam trataba de decidir cómo se sentía sobre eso. El tipo tenía que ser ex
militar por la forma en que se movía, su arma y cómo lo salvó de los científicos,
sin embargo, robó cosas, obviamente, sin ningún remordimiento. ¿El individuo
sentía remordimiento? ¿Sentía algo?
Mientras comía, Liam trató de no pensar en ello demasiado. No era como
si pudiera hacer sus preguntas en este momento de todas formas. En cambio, se
enroscó de vuelta en el suelo y, sabiendo que su cuerpo necesitaba reposo por
encima de todo para sanar, se volvió a dormir.
Los neumáticos del coche crujieron sobre grava despertando a Liam de un
ligero sopor. Levantó la cabeza y miró por la ventana, pero sólo pudo ver los
árboles en la luz del oscuro atardecer. ¡Wow, dormí todo el día!
—Oh Dios. Estás despierto. Estamos aquí —dijo Raven. Frunció el ceño
mientras miraba a través del parabrisas. Murmurando, agregó: —creo.
¿Qué? ¿Raven no sabía dónde estaba su casa? Liam estiró su cuerpo y
puso sus patas delanteras en el asiento para tener una mejor visión exterior.
Espera, este bosque se ve muy familiar. Una mansión entró en su visión al girar
en la curva y el corazón de Liam comenzó a latir violentamente al darse cuenta
de dónde estaba y quien era la gente que estaba esperando en el porche y en el
patio.
—Ah, ahí está —dijo Raven. Sonrió, aunque parecía un poco forzado—.
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Estoy seguro de que tu familia estará encantada de verte. —Le guiñó un ojo—.
Página

Probablemente no te dejarán fuera de su vista por un tiempo.


Liam abrió la boca para estar de acuerdo, aunque no sería por la razón que
Raven probablemente pensaba. Apenas había escapado de su manada la primera
vez, y ahora, ¿el hombre que creía era su compañero lo regresaba a ellos? ¿Por
qué? ¿Qué pasó con ir a la casa de Raven?
Eso es cuando llegó a Liam. Raven nunca le había dicho que lo llevaría a
casa con él. Liam sólo lo asumió. Nunca habían terminado su conversación, y
con Liam preocupado sobre recuperarse del cautiverio, a continuación, el
conocimiento de que Raven podría ser su compañero, había tenido otras cosas en
la cabeza.
El coche se detuvo y antes de que Liam pudiera averiguar qué hacer, cómo
decirle a Raven que esto era un enorme error, se abrió la puerta del coche y su
alfa lo observó. Liam encogió sus hombros, escondió el rabo entre las piernas y
bajó la cabeza.
—Liam, alabado los dioses que te han devuelto de forma segura a nosotros.
—La voz del alfa William Castrol se disparó a través del interior del vehículo. El
chico sólo medía metro ochenta, pero su presencia y su zorro compensaban su
falta de altura. William movió su mirada hacia Raven—. Gracias por traer a
Liam de vuelta. Su madre se estaba volviendo loca de preocupación.
Por un segundo, los ojos de Raven se entrecerraron y sus labios se
apretaron. A continuación, suavizó sus facciones y dio al alfa una suave sonrisa
que no llegó a sus ojos. —De nada —indicó.
—Vamos, Liam. Vamos a llevarte a casa —ordenó el alfa William, su tono
sin embargo firme—. Te sentirás como nuevo una vez que te hayas limpiado. 91
Poco a poco, Liam se arrastró fuera del coche. Mantuvo la cabeza gacha y
Página

la mirada baja. Devanándose el cerebro, Liam buscó una manera de salir de esto.
Tal vez, una vez que llegara a la casa, podría deslizarse a través de la ventana del
baño.
—Fue un placer conocerte, Liam —dijo Raven a sus espaldas. Liam miró
por encima del hombro al hombre, deseando desesperadamente que realmente
hubieran hablado. Eso siempre había sido su problema. Liam no se comunica
bien y acaba de hacer suposiciones sin llegar a una aclaración. Una vez más, ese
defecto venía a morderlo en el culo. Ladró muy suavemente, luego se volvió y
siguió a su alfa lejos de Raven. Su corazón pareció detenerse con cada paso,
haciéndole difícil mantenerse en movimiento. Un golpe en su cadera le hizo
mirar por encima del hombro, y se dio cuenta de que los ejecutores de la manada,
Kelley y Roland, estaban flanqueándolo.
Entrando en la casa, Liam escuchó la aceleración del motor. El sonido del
coche en la distancia fracturó su corazón y la cola de Liam cayó. Raven se había
ido, y ahora, una vez más, estaba a merced de su homofóbico alfa.

92
Página
La imagen de Liam entrando en la mansión atormentaba a Raven mientras
conducía. Algo en ello lo fastidiaba, y no fue hasta esa noche cuando estaba
sentado frente al televisor de su habitación de hotel, bebiendo una cerveza que lo
entendió.
Liam se veía sometido... casi derrotado.
Raven había visto un Liam herido, un Liam enfermo y desnutrido, un Liam
en pánico e incluso un Liam juguetón. Con su cola baja, su cabeza gacha y sus
hombros encorvados, Liam parecía subyugado. Pensando en ello ahora, Raven
frunció el ceño. Liam estaba en casa. ¿Por qué tendría ese aspecto?
Recordó el olor del alfa mientras hablaba. Había estado... fuera de lugar, de
alguna manera. No era como si estuviera mintiendo en lugar de decir toda la
verdad. A Raven no le gustaba. Todos los instintos que tenía estaban diciéndole
que localizase a Liam y se asegurase de que estaba bien.
Gruñendo en voz baja, Raven se levantó y dejó la cerveza sobre la mesa.
En tres minutos, estaba vestido todo de negro, agarrando sus llaves y saliendo
por la puerta. Sabía que le sería imposible descansar mientras sintiera esta
incertidumbre.
93
Raven condujo durante cuarenta y cinco minutos, volviendo por donde
Página

había venido. Cuando llegó al final del camino, escaneó los árboles, en busca de
un lugar para aparcar que ocultara a su bebé sin un rasguño sobre él. No había
mucho, pero se las arregló para encontrar un desvío a 800 metros más allá de la
calzada. Se metió en él, apagó el vehículo y se bajó. Agarrando su glock, sujetó
la funda en su muslo y guardó sus llaves antes de dirigirse hacia el bosque.
Basándose en la memoria y su mejorada visión nocturna, Raven corrió
sostenidamente. Se imaginó que le llevaría veinte minutos a un ritmo constante
llegar a la mansión. Lo que haría cuando llegara allí quedaba por ver.
Oyó llamadas de ladridos y desaceleró, determinando la dirección. Sonaba
como una manada de zorros corriendo no muy lejos de aquí y Raven decidió que
necesitaba saber quién estaba en ella. No serviría de nada bueno, dejar que el
orgullo por sí solo de Raven, fuese atrapado en el territorio de los zorros sólo
para descubrir que Liam corría feliz con su familia.
Raven rodeó con cuidado la manada de cambia formas hasta que estuvo a
400 metros a favor del viento. Lentamente, inhaló. Reconoció el olor del alfa, y
otros dos que parecían muy familiares... tal vez, ¿la familia de Liam?
Pero no Liam.
¿Por qué no estaba corriendo con su familia? ¿Estaba demasiado cansado?
Había dormido todo el viaje hasta aquí.
Raven necesitaba encontrarlo. Bordeando el grupo de corredores, corrió
hacia la mansión. Encontrar el enorme edificio no era el problema. Conseguir
entrar... lo era. Raven rodeó el edificio dos veces antes de decidir su punto de
entrada… una ventana abierta en el segundo piso. 94
Mirando la ventana abierta arriba, Raven se puso bajo el balcón más
cercano. Se agarró al soporte de madera y se alzó subiendo la pierna con
Página

facilidad. Incapaz de resistirse, intentó abrir la puerta corredera de cristal y... se


movió.
Apenas resistió reírse. Sólo porque una puerta estaba en el segundo piso en
el medio del bosque no quería decir que debía dejarse abierta. Abriendo la
puerta, Raven inhaló profundamente. La habitación no tenía un olor distintivo y
por la falta de efectos personales parecía estar desocupada.
Perfecto.
Raven cerró cuidadosamente la puerta detrás de él y se deslizó a través del
cuarto. Escuchó en la puerta e inhaló de nuevo. Una miríada de olores inundó sus
sentidos, pero todos eran una enmarañada mezcla desvaneciéndose, que le dijo
que no había nadie afuera.
Sabiendo que necesitaba llegar con seguridad tan cerca de la puerta
principal como fuese posible, Raven comenzó su camino. A medio camino de
allí, según su estimación, Raven captó una bocanada de su compañero. Mierda,
¡no debería estar pensando en él de esa manera!
Aun así, Raven siguió el olor hasta el final de un pasillo y se asomó por la
esquina. A mitad del siguiente pasillo, vio una escalera que, obviamente,
conducía a un ático. Dio un par de pasos hacia adelante cuando se dio cuenta de
que podía distinguir el murmullo de voces... o más bien, una voz.
—Liam, te dije que no volvieras. ¿Qué estabas pensando? —dijo una voz
masculina suave—. Esto es comida y agua, pero no puedo liberarte. Soy el único
aquí en este momento. ¡Sabrían que fui yo! —El murmullo junto con una
ocasional ruptura en la voz, le dijo a Raven que el tipo era probablemente joven. 95
Las palabras se hundieron en él y Raven tuvo que parar un gruñido
saliendo de su garganta. ¿Mantenían a su Liam contra su voluntad? ¿Por qué? La
Página

carrera que el resto del grupo estaba disfrutando en el exterior, ¿era una victoria
por que había regresado?
¡Maldición! ¿Qué he hecho?
Luego sonrió. El cachorro estaba solo en la casa según su propia admisión.
Era hora de rescatar a su compañero de una vez, y esta vez, Raven sabía que no
iba a permitir que el pequeño zorro se alejara.
Raven sacó su glock de la funda y empezó a avanzar. Con pasos
silenciosos, se arrastró hasta la escalera. El olor de su compañero hormigueó sus
sentidos. Se mezclaba con un olor que era similar, pero menos almizclado.
Raven se preguntó quién estaba allí con él. ¿Un hermano o primo, tal vez?
Subió la escalera y se asomó por encima del borde. La vista que vio causó
que la furia corriera a través de su sistema. Liam estaba todavía en forma de
zorro, con un pesado grillete negro, quizás hecho de hierro, alrededor de su pata
trasera izquierda, y los únicos lujos en el pequeño espacio era un delgado
colchón y una manta.
—Alto ahí —ordenó Raven, la ira dando a sus palabras un duro borde.
El joven se giró y se quedó sin aliento. Levantó las manos dejando caer el
plato de comida que sostenía. —¿Quién eres tú?
¿Este adolescente con la cara llena de granos estaba subiendo comida a
hurtadillas a Liam?
Raven gruñó bajo y profundo en su garganta. El joven palideció.
Frunciendo los labios, Raven gruñó. —Ni siquiera tengo familia y sé que tengo
mucho que aprender sobre el comportamiento aceptable.
96
—No... quiero decir, ¡no fui yo! —chilló el muchacho.
Página
Burlándose, Raven dijo: —entonces supongo que no tienes la llave,
tampoco, ¿no? —Raven se arriesgó a mirar hacia Liam, como si esta humedad
detrás de las orejas de su bebé podría conseguir posiblemente caer sobre él. Liam
estaba sentado, sus orejas hacia adelante, y sus ojos tenían un infierno de mucha
más vitalidad en ellos que la primera vez que había dado un vistazo alrededor del
ático convertido en prisión.
—¿Cómo estás, pequeño? —canturreó Raven—. ¿Por qué demonios no
me dijiste que tu hogar y tu familia no eran amables?
Liam ladeó la cabeza, y luego dejó caer la nariz. Se parecía demasiado a la
derrota para Raven, y no le gustó, sobre todo, no dirigido a él.
—Vamos a salir de aquí en un momento —le aseguro. Volviendo a mirar al
adolescente de amplios ojos, le preguntó: —¿sabes dónde están las llaves? Y no
me mientas.
El joven sacudió la cabeza lentamente.
—Bien —dijo Raven. Agitó el arma, utilizándolo para indicar que se
pusiera en la esquina de la buhardilla a tres metros de Liam. También estaba más
lejos de la escalera—. Siéntate. Las manos en la cabeza. —Raven no pensaba
que el cambia formas podría caer sobre él, pero no tenía sentido invitar a los
problemas. Quería al cachorro inmovilizado.
Una vez que el cambia formas estaba sentado a su gusto, Raven metió la
glock en la funda y se acercó a Liam. Se agachó y pasó una tranquilizadora mano
sobre su compañero. Dioses de arriba, este pensamiento no debería sonarme tan
bien. Rascando detrás de las orejas de Liam, a continuación, bajo su barbilla y
97
por el cuello hacia abajo, no se le escapó que Liam puso un montón de fe en
Página

Raven para permitir que le tocara de esta manera.


—Vamos a echar un vistazo a esto —dijo Raven, moviendo su atención al
grillete alrededor de la pierna de Liam.
El grande y viejo grillete parecía limpio y bien cuidado. También parecía
fácil de abrir. Raven sacó un pequeño trozo de tela enrollada de su bolsillo
trasero, extrajo dos varillas delgadas y se puso a trabajar. Mantuvo un oído por
signos de la manada de zorros regresando y utilizó su visión periférica para
vigilar al otro cambia formas.
En menos de cinco minutos, el grillete se abrió y lo sacó de la pierna de
Liam. Inmediatamente, Liam se inclinó hacia delante y lamió su mejilla. Raven
se rio de las payasadas de Liam, y su pene tomó nota del afecto, engordando en
sus vaqueros.
Agarrando el grueso pelaje de la parte posterior del cuello de Liam, Raven
miró a los ojos azul pálido del cambia formas. —Tú y yo vamos a trabajar en
nuestra comunicación —susurró, antes de ceder a su propia necesidad de mostrar
afecto y presionar un rápido beso a un lado de la peluda cabeza del zorro. Raven
se apartó y miró al joven cambia formas—. Ahora, ¿por qué demonios
mantienen a Liam aquí? —Probablemente debería haber preguntado eso
primero.
—P-porque e-es gay —respondió el otro cambia formas, mirando entre
ellos con confusión.
Con el ceño fruncido, Raven torció un labio con disgusto. —¿Cuál es tu
nombre? —exigió.
—Toby.
98
—Ven aquí, Toby —ordenó con brusquedad. —Nos vamos, y no podemos
Página
dejar que le digas a tu manada, ahora ven.
Poco a poco, Toby se acercó. Liam se deslizó fuera del camino y Raven
cerró el grillete alrededor del tobillo de Toby. De pie sobre el joven, Raven dijo:
—ahora, a continuación. Dale a tu alfa un mensaje por mí. Raven tiene amigos
en lugares altos. Si va tras cualquiera de nosotros, no dudaré en tomar
represalias… con fuerza mortal. Nadie ataca lo que es mío, y desde este día en
adelante, Liam es mío. —Le dio al hombre una mirada con los ojos
entornados—. ¿Crees que puedes recordar todo esto?
Toby bajó la mirada, obviamente, oliendo que Raven era mucho más
dominante que él. —Sí señor.
—Bien. —Empezó a girarse, entonces se detuvo y añadió: —y para que
conste, tu alfa es un idiota intolerante y así son todos lo que le siguen sin
cuestionarle. —Después de esas palabras de despedida, Raven se dirigió hacia
las escaleras—. Vamos, pequeño. ¿Tienes ropa que desees empaquetar? ¿O sólo
deberíamos irnos?
Liam sacudió la cabeza, una curiosa luz llenando sus ojos. Raven sabía que
tenía sus propias explicaciones que dar, pero este no era ni el momento ni el
lugar.
—Muy bien, vamos. Permanece cerca y en silencio —ordenó en voz baja.
Haciendo una pausa ante los escalones, Raven miró entre Liam y la
escalera. Sin preguntarle, levantó al zorro en sus brazos y lo bajó. Complació a
Raven que podía determinar una diferencia en el peso desde la primera vez que
lo había sostenido hacía varios días. No era mucho, tal vez un poco más de dos
99
kilos, pero aun así complacía a Raven que la salud del cambia formas se había
Página

incrementado mientras estuvo bajo su cuidado.


Fue una reacción tan extraña que en realidad Raven se detuvo en la parte
inferior de la escalera y ladeó su cabeza. Nunca había sentido nada así antes.
Después de unos segundos, Liam se movió en sus brazos, trayéndolo de vuelta al
presente.
Raven sonrió, incapaz de detener la tímida mirada que sabía debía estar en
su rostro. Puso al zorro abajo y trotó por el pasillo. El raspar de garras en la dura
madera le dijo que Liam lo seguía. Volviendo a la habitación por la que había
entrado, Raven se arrastró por el oscuro espacio, abrió un poco la puerta y se
asomó a la noche.
No oyó ni olió nada.
Dando un paso hacia el balcón, cerró la puerta detrás de Liam. —Una vez
que llegue abajo, salta. Te atraparé. —Raven sonrió a Liam... de alguna manera
el cambia formas logró una mirada de incredulidad—. Podrías cambiar y seguir
de esa manera.
Raven pasó la pierna sobre la barandilla y saltó, aterrizando ligeramente en
cuclillas sobre el suelo. Una vez más, escaneó la línea de árboles con la mirada.
No podía oír los sonidos de los zorros que corrían, lo que realmente le preocupó.
Prefería saber al menos en qué dirección se encontraban. Volviéndose, miró
hacia arriba, viendo a Liam entre dos barrotes mirándole. Raven hizo un gesto y
mantuvo los brazos. ¿Confiaría el cambia formas en él lo suficiente para saltar?
El orgullo lo inundó cuando Liam ni siquiera dudó y saltó. Raven atrapó a Liam,
dando un paso atrás para amortiguar la fuerza.
—Sígueme de cerca —susurró Raven, poniéndolo en el suelo. 100
Raven comenzó a correr por el bosque en dirección a su coche. Escuchó
Página

todo y aspiró una gran bocanada de aire, en busca de ruido u olor. Cuando le
llegó una gran cantidad de olores indicándole una variedad de cambia formas, a
Raven no le gustó que hubieran terminado contra el viento del grupo.
Cambiando de dirección, Raven corrió con fuerza en un ángulo recto. Una
mirada por encima de su hombro le dijo que Liam estaba al galope en sus
talones.
Después de cinco minutos, llegaron al borde de la calzada y Raven
desaceleró a un paseo. La preocupación lo llenó por la forma en que el pecho de
Liam se movía a causa del esfuerzo. El pobre cambia formas no estaba para esto.
¡Maldición!
Raven no quería dejar a Liam, pero no pudo ver ninguna alternativa.
Mirando alrededor, vio un claro de hierba al lado del camino de entrada, y
decidió que sería un lugar fácil para gira un coche alrededor. Llegó al borde de
los árboles y se arrodilló al lado del zorro blanco nacarado. —Quiero que
cambies, escales ese árbol, y me esperes —murmuró Raven, erizando el pelaje
de Liam—. ¿Puedes hacer eso?
En respuesta, Liam cambió. Raven observó mientras desaparecía el pelaje,
las extremidades se reformaban y los huesos se reajustaban. Le había dicho que
no era un proceso particularmente doloroso la mayoría de las veces, aunque
sonaba como que sí, pero con Liam todavía recuperándose, para el momento en
que terminó, el pecho de Liam exhaló.
Rápidamente, Raven se quitó la camisa y la pasó sobre el pálido cuerpo de
Liam. Le llegaba a la mitad del muslo, pero al menos le proporcionaría a su piel
una pequeña protección contra la áspera corteza. Además, tal vez su olor en el 101
tejido podría ayudar a Liam a ocultarse si su alfa fuese tan tonto como para tratar
de seguirlos.
Página

Sin detenerse a pensar en sus acciones, Raven tomó la mandíbula de Liam,


le inclinó la cabeza hacia atrás y presionó sus labios en los de Liam. Había
pasado años desde que Raven había besado a alguien, y nunca un hombre, pero
mientras deslizaba su lengua en la boca del otro hombre y probaba al atractivo
cambia formas, Raven sabía que nunca sería lo suficiente.
Raven sabía que si no paraba se distraería rápidamente, por lo que
suavemente terminó el beso mucho antes de lo que le hubiera gustado. La
aturdida mirada de sorpresa y asombro en el rostro de Liam causó una mueca en
los labios de Raven.
—Sí, somos compañeros —susurró Raven—. Sí, tenemos mucho que
discutir. Siento haberte dejado aquí. —Rozó sus labios contra los de Liam de
nuevo en el más elemental de los contactos antes de alejarse—. Quédate arriba,
pequeño. No bajes hasta que me veas. Para nada. ¿Lo tienes?
—Sí —respondió Liam en voz baja, obviamente, todavía conmocionado.
Raven asintió y ayudó a Liam a subir al árbol. Incluso resistió el impulso
de capturar una sensación del exquisito culo blanco del hombre. Una vez que
Liam subió a unos seis metros, las hojas del árbol le ocultaban al ojo promedio.
Raven no se engañaba, si un cambia formas quería encontrar a Liam, lo
localizaría fácilmente. Sabía que era su trabajo volver por Liam en primer lugar.
—Volveré tan rápido como pueda —prometió en voz baja.
Sin esperar una respuesta, Raven se giró y corrió hacia la noche.

102
Página
Liam observó a Raven desaparecer en la oscuridad. Su sangre cantaba por sus
venas por el beso que le había dado y lo único que podía pensar era en una cosa,
bueno, en dos cosas. ¡Raven regresó por mí! ¡Es mi compañero!
Se agarró a una rama del árbol con fuerza, tratando de reducir la velocidad
de su corazón. Sabía que su manada estaba allí fuera, corriendo en alguna parte.
Por la forma que Raven había cambiado repentinamente de dirección y corrió, se
imaginó que tenían que estar cerca, también. Deseaba que su sentido del olfato
volviera más rápido. Todo olía... apagado, como si el olor llevase días.
Si Raven no lo hubiera besado, y Liam quería besar al hombre de nuevo,
Liam no habría estado seguro que Raven era su compañero. El hecho de que el
hombre se había alejado, cuando ya había reconocido que eran compañeros,
preocupó a Liam.
¿Había algo mal con él? Raven era un hombre tan fuerte, viral y rebosante
de confianza. Claro, tenía que cuidar de Liam ahora, pero eso no duraría para
siempre. Liam sanaría.
¿Cómo puedo hacer que mi compañero vea que puedo cuidarle, también? 103
De alguna forma, Liam encontraría la manera. Ahora que sabía a ciencia cierta
que Raven era su compañero, haría lo que fuera para demostrar su valía.
Página

El chasquido de una ramita en la distancia, seguido por otro, éste más


cerca, captó la atención de Liam. Se asomó a través del follaje, trabajando duro
para permanecer oculto.
—Liam!
Encogiéndose ante el sonido de la voz de su alfa, Liam rogó que Raven se
diera prisa.
—¡Sé que estás por aquí, Liam! —llamó el alfa William—. Sal ahora
—ordenó, su voz endureciéndose—. Sólo estás haciendo las cosas más difíciles
para ti ocultándote.
Liam se agarró al árbol y se obligó a respirar lento. Dentro y fuera,
mentalmente cantado. Raven estaría aquí pronto.
—¿Qué pasa? ¿Tu pequeño rescatador decidió que no valías la pena
después de todo? —se burló el alfa con crueldad—. ¿No podías seguir el ritmo
de modo que te dejó?
Con el ceño fruncido, Liam se mordió la lengua para no hacer una réplica
mordaz. Sabía que el alfa sólo estaba tratando de hacer que delatara su posición.
—No puedes escapar, Liam —dijo Josiah, el beta de la manada—. Que sea
fácil para ti. Vuelve con nosotros.
Liam se dio cuenta de que nunca, habían dicho que estaban bien con su
homosexualidad. Cuando lo habían encontrado besando a un muchacho el año
pasado, el alfa William había decidido que podía sacar la homosexualidad de
Liam. Convenció al alfa de que lo había hecho y lo puso en libertad. Liam había 104
pensado que estaba siendo astuto al salir con humanos varones a más de tres
ciudades. Se había equivocado.
Página

Cuando los ejecutores habían venido por él esa vez, Liam había corrido...
directo a las manos de los científicos. No estaba seguro de qué era peor.
—Ahí estás, Liam. ¿Qué haces ahí arriba? —comentó Roland.
Mirando abajo Liam se encontró directamente con los divertidos ojos
marrones del ejecutor. El alfa William, el beta Josiah y el ejecutor Kelley se
unieron a Roland debajo del árbol.
William puso las manos en sus caderas y le sonrió. —¿Qué? ¿Pensaste que
subirte a un árbol te ayudaría a escapar? —resopló—. Todo ese semen que has
debido chupar te ha podrido el cerebro.
Liam se sonrojó, avergonzado a pesar de sí mismo. Nunca había oído a su
alfa hablar tan groseramente.
—Basta de perder el tiempo. Baja tu culo aquí, Liam —exigió el alfa.
Agarrando las ramas con más fuerza, Liam se resistió a su automático
instinto de someterse y obedecer al cambia formas más fuerte. Sacudió la
cabeza.
El alfa William frunció los labios al tener su orden negada. —¿Qué?
¿Piensas que ese humano idiota vendrá de nuevo por ti? ¡Ja! ¡Te dejó en un
árbol! No va a volver. Y aunque lo hiciera —continuó el alfa con sarcasmo—,
¿qué podría hacer? Es un maldito humano. Le despedazaremos.
Incapaz de contener su lengua por más tiempo, Liam gritó: —¡es mi
compañero y volverá!
El brillo de odio en los ojos del alfa sorprendió a Liam. Le mantuvo en una 105
jaula, había esperado ver el desprecio y el odio de los que lo rodeaban, pero
nunca de su alfa, ¡el cambia formas que se suponía cuidaba y vigilaba a cada uno
Página
en su manada!
—Eres una abominación, Liam —gruñó el alfa William—. Eres una
afrenta al destino. ¡Nunca te daría un compañero! —William se volvió a Kelley
y rugió—. Bájalo aquí. ¡Ahora!
Liam se mordió el labio inferior, mirando al ejecutor aproximándose y se
preguntaba qué debía hacer. Justo cuando Kelley alcanzaba la primera rama, el
gutural rugido de un potente motor captó la atención de todos. A la vuelta de la
esquina aceleraba el Corvette de Raven, la luz de la luna brillando en la oscura
pintura. El vehículo entró en el claro y derrapó ejecutando un impresionante giro
hasta parar, pulverizando rocas y hierba en todas direcciones en el proceso.
El alfa William y los otros se lanzaron fuera del camino, apenas evitando
ser golpeados por el vehículo que se deslizó marcha atrás.
La puerta del lado del conductor se abrió y Raven salió, pistola en mano.
—Liam, amor, tu coche te espera. —Raven, arrastró las palabras, a pesar de que
mantuvo su enfoque en los cambia formas que lentamente se levantaban.
Liam cuidadosamente empezó a bajar, pasando de rama a otra. Cuando
llegó a la última antes de saltar, se detuvo. Fue bueno que lo hiciera porque vio a
Josiah avanzar poco a poco hacia él.
Evidentemente, Raven lo vio al mismo tiempo. —Ah, ah, ah, zorrito. Alfa,
dile a tu gente que retroceda o lo mataré.
Raven dijo las palabras casi conversando, pero Liam escuchó el toque
subyacente de la amenaza. Así lo hizo su alfa. Hizo un gesto a los otros y cada 106
uno dio tres pasos atrás. —No vas a salirte con la tuya —prometió el alfa
William—. Te denunciaré por secuestro.
Página
Sonriendo ampliamente, Raven respondió: —lo gracioso sobre el
secuestro es que la persona tiene que ser forzada contra su voluntad.
—No importará al Consejo Shifter —se jactó el alfa Williams—. Cuando
oigan esto, enviarán a alguien para rastrearte.
—Oh, no te preocupes. El Consejo Shifter se enterará de esto —dijo
Raven—. Escucharán cómo encadenaste a uno de los tuyos en el ático, lo
perseguiste por ser homosexual y trataste de apartarlo de su compañero.
La cara del alfa William se tornó en una interesante sombra púrpura antes
de que rugiera. —Nunca serás capaz de probar nada de eso. Liam es una
abominación. ¡No puede tener un compañero!
Raven sonrió, lo que pareció enfurecer más al alfa. —Veremos. —Fue
todo lo que dijo.
En ese momento, Liam estaba deslizándose en el asiento del pasajero.
Raven no perdió tiempo en subir detrás del volante. Liam se agarró de la manija
mientras su compañero aceleraba el motor, haciendo girar los neumáticos en la
suciedad, hierba y grava, y el coche salió disparado de vuelta al camino de
entrada, llevando a ambos lejos del furioso alfa de Liam.
Cuando llegaron a la carretera, Raven giró a la derecha, alejándose de la
cercana ciudad y sacó su teléfono. Después de marcar un número en la
marcación rápida, se lo llevó a la oreja.
—¿Sí? —respondió una voz masculina, cadenciosa.
107
—Declan, necesito acceso a una manada comprensiva con los
apareamientos entre homosexuales —declaró Raven sin preámbulo.
Página

Sus palabras cosecharon una embarazosa pausa antes de que el chico en el


otro extremo de la línea dijera: —ah, saludos, Raven. Estoy seguro de que
estarás complacido de saber que hemos vuelto a las tierras de la manada y que
todos los cambia formas que rescatamos están en vías de recuperación. —Hubo
un instante de silencio, y Raven, con el ceño fuertemente fruncido abrió su boca,
pero entonces Declan continuó diciendo: —tu amigo Ryan ha sido de gran
ayuda. Incluso va a mostrarnos otra instalación en Oregón. ¿No es grandioso?
A través de los dientes apretados, Raven dijo: —sí. Eso es fantástico.
—Eso pensé —respondió Declan, una sonrisa en su tono—. Ahora, ¿qué
puedo hacer por ti? ¿Cómo está Liam?
—Mal. Necesito a la manada más cercana que conozcas a la manada de
Liam... por favor. —Pareció que lo añadió como una idea tardía.
—¿Qué está pasando? —exigió Declan.
—Estoy yendo hacia el sur de Dakota del Norte. Saqué a Liam de su
manada. Su puto alfa lo tenía encadenado en un ático cuando lo rescaté. No voy
a dejar a mi compañero en esa situación, no importa lo mucho que piense que se
merece algo mejor que yo —espetó Raven—. Dime a dónde puedo ir a presentar
una queja con tu maldito Consejo Shifter contra el ex-alfa de Liam antes de que
decida que es más fácil volver y ¡matar al bastardo yo mismo! —En el momento
en que había terminado de hablar, Raven estaba prácticamente rugiendo,
claramente molesto. Liam se acercó y frotó la pierna de Raven. Cuando su
compañero se giró hacia él, Liam le dio una tentativa sonrisa. Raven suspiró y le
devolvió la sonrisa—. Lo siento —dijo en voz baja, probablemente más para
Liam que para Declan. Afortunadamente, continuó: —toda esta situación me 108
tiene… molesto.
Página

—Sí, puedo ver eso —respondió Declan—. Sólo sé que si tomas ese tono
con el alfa de la manada donde voy a enviaros, probablemente no hablarás de esa
manera a nadie más, porque felizmente arrancará tu garganta.
—Debidamente anotado —respondió Raven, sonriendo ligeramente.
—Está bien, dirígete directamente al sur, a una manada de leones fuera de
Salina, Kansas. Conozco al compañero del alfa. Es un tipo decente, pero su
compañero es un poquito sobreprotector, por lo que no hagas ni digas nada que
suene como una amenaza —advirtió Declan.
—Una vez más, debidamente anotado.
—Bien, entonces. Busca a Terence y Perrin. Perrin es el alfa. Terence es su
compañero —dijo Declan—. Llamaré a Terence, así que os esperará. Le pediré
que os guie a través del proceso de la presentación de una queja ante el Consejo.
Os enviaré sus coordenadas.
El hombro de Raven se hundió y la tensión disminuyó de su cuerpo. La
liberación de la tensión fue prácticamente palpable. —Ha pasado mucho tiempo
desde que le agradecí algo a alguien y en realidad quería decir eso, pero gracias.
La alegría en la profunda voz masculina en el otro extremo de la línea se
escuchó fuerte y clara. —Entonces, decidiste mantener a Liam después de todo.
Te lo dije.
Luego se cortó la comunicación.
Raven gruñó, pero no había real ferocidad en el sonido.
Liam rio, su alegría natural en aumento. —No creo que le guste tu actitud 109
más de lo que te gusta la suya —bromeó.
Página

Resoplando, Raven le miró antes de dividir su atención entre la carretera y


el GPS situado en el salpicadero. —¿Piensa? —Después de un momento, una
ruta apareció en la pantalla—. Parece que tenemos alrededor de unas nueve
horas en coche. Tengo que pasar por mi hotel y recoger el resto de mi equipo,
pero al menos esta de camino.
—Pasaremos mucho tiempo en tu coche —murmuró Liam.
—No siempre será así —dijo Raven, tratando de tranquilizarlo.
—¿Dónde está tu casa?
—En realidad no tengo una —admitió—. Crecí en la parte equivocada de
Filadelfia. Me metí en algunos problemas con bandas. —Se encogió de
hombros—. Era la cárcel o el ejército. —Le miró y sonrió—. ¿Adivinas cuál
elegí?
—¿Todavía estás en el ejército?
—No. Salí hace ocho años. Yo… —Se detuvo de repente y,
permaneciendo en silencio, hizo un par de giros y estacionó en una popular
cadena hotelera. Raven se volvió y miró a Liam, sosteniendo su mirada—. Hay
cosas que tengo que decirte sobre mí, Liam. Cosas que probablemente no te
gustarán. —La preocupación inundó a Liam ante el grave tono de Raven.
Empuñó sus manos y las clavó en sus muslos mientras trataba de endurecerse
para calmar su agitación. ¿Estaba Raven a punto de decirle que no lo quería
después de todo?
—No eres gay, ¿verdad? —murmuró Liam.
110
Las cejas de Raven se levantaron ante su pregunta. —Bueno, no, nunca
pensé en mí de esa manera —respondió.
Página

Liam hizo una mueca. —Oh. Está bien. —Caray, ¿qué significaba eso para
su apareamiento? —Los callosos dedos de Raven agarraron su mandíbula y
trajeron el enfoque de Liam de nuevo a Raven. —Entonces, qué si nunca me he
considerado homosexual. Nunca he tenido mucho impulso sexual —indicó—.
Hasta que te olí en la instalación de los científicos, no me había molestado en
pajearme en casi cinco años. Ahora apenas puedo mantener mis manos fuera de
ti.
¿No puede mantener sus manos fuera de mí? ¿Eh? —Debes tener un
control sorprendente —comentó Liam.
—No tanto —dijo Raven, sacudiendo la cabeza—. Anoche, cuando
estabas en mis brazos, te tomé sin permiso. Contigo presionado contra mí,
maullando con necesidad, no pude detenerme —susurró antes de acercarse y
presionar sus labios contra los de Liam en un suave contacto.
La respiración de Liam se aceleró, y cuando Raven se retiró trató de
seguirle. Raven deslizó los dedos desde la barbilla a la nuca de Liam y lo
mantuvo en su lugar. Lamiéndose los labios, Liam murmuró: —¿Eso no fue un
sueño?
Raven se echó a reír. —Oh, no, mi pequeño compañero sexy. Eso
definitivamente no fue un sueño.
—Entonces, si sabías que soy tu compañero, y sabes de los cambia formas,
¿por qué me dejaste? —Liam finalmente tuvo el valor suficiente para
preguntarle lo que se había preguntado durante el último par de horas.
Suspirando, los labios de Raven se tensaron en una mueca. —Porque no 111
pensé que me querrías, y pensaba que merecías algo mejor que yo. Era la rata de
laboratorio de los científicos por elección, Liam. Firmé porque pensaba que
Página

Sampson estaba haciendo algo para ayudar a la humanidad.


La mandíbula de Liam se abrió por la sorpresa. —¿Trabajabas para ellos?
—chilló.
—Sí —respondió Raven, mirándolo a los ojos—. Trabajé para ellos.
Raven lo soltó, abrió la puerta del coche y salió. Pausando, Raven se
reclinó en el coche y, sus ojos se estrecharon con intensidad. —Me doy cuenta
ahora que lo que Sampson estaba haciendo está mal, pero no lo hice cuando me
uní. Te estoy manteniendo, Liam. Mejor acostúmbrate a la idea. Ya vuelvo.
—Entonces cerró la puerta del coche y se fue, entrando al hotel.
Liam se quedó en estado de shock. Eso explicaba... mucho... y nada en
absoluto. Quería saber por qué Raven trabajó para los científicos. ¿Qué pasó
para cambiar de opinión? ¿Qué quería decir que no pensaba que Liam le querría?
Y, sobre todo, ¿qué quiso decir cuando dijo que pensó que Liam merecía algo
mejor?
Cruzando los brazos sobre el pecho, Liam esperó a que su compañero
volviera. Tenían nueve horas, y planeaba aprovecharse del tiempo forzado
juntos.

112
Página
Raven se aseguró de que tenía todo, entonces se dio prisa en volver al coche.
Sabía que era absurdo, pero el temor de que Liam lo dejara mientras no estaba,
lo llevó a correr por las escaleras. Había dejado caer una bomba sobre el hombre
y le preocupaba cuál sería su respuesta.
Dios, odio compartir sentimientos. Excepto, que Raven sabía que era la
manera en que funcionaban las relaciones. Una pareja compartía cosas.
No podía negar el alivio que sintió al ver a Liam sentado en el coche
esperándolo. Sentándose detrás del volante, Raven le sonrió y dijo: —en camino
de nuevo.
Liam sonrió y asintió. Tan pronto como estuvieron en la carretera, se giró
en su asiento, metiendo una pierna bajo su trasero para poder enfrentar a Raven.
—Tengo un par de preguntas. ¿Estás dispuesto a responderlas?
Raven le miró y luego asintió. —Me puedes preguntar lo que sea.
—Dijiste que pensabas que no te quería. ¿Por qué pensabas eso?
Resoplando, Raven admitió que no fue lo primero que pensó que Liam 113
preguntaría. Al menos tenía una respuesta. —No tengo citas, Liam, así que
admito que podría ser un poco ajeno a la atracción, pero en nuestro tiempo,
Página

juntos, ¿no deberías haberme puesto al tanto de que me querías?


—Probablemente no era la manera más diplomática para responder, pero Raven
tenía curiosidad.
Arrugando el ceño, Liam murmuró: —después de ser capturado y
torturado por los científicos, realmente ¿crees que confiaría en alguien? ¿Qué me
tomaría tus extrañas pastillas? ¿Y el hecho de que pensaba que estabas
llevándome a tu casa contigo? ¿Cómo te perdiste eso?
Raven asintió lentamente. —Está bien, puedo ver eso. —Dio un vistazo a
Liam, tomando su expresión herida. Apretó la pierna de Liam—. Te dije que soy
un poco denso —murmuró, sonriendo ligeramente.
Liam realmente se sonrojó ante el contacto, pero esta vez parecía ser de
placer. —Creo que debería contarte que... a pesar de que estaba atraído por ti, no
estuve seguro de que eras mi compañero hasta que me besaste.
Sus cejas se levantaron con sorpresa. —Pensé que los cambia formas
conocían a sus compañeros por el olor.
—De eso se trata —admitió Liam—. Los científicos me hicieron perder mi
sentido del olfato. No puedo oler la mayor parte de nada. Yo… —Cerró la boca e
hizo una mueca antes de admitir—. Me preocupa que nunca vuelva.
—Ah, pequeño, lo siento —susurró Raven. Echando un vistazo a Liam, vio
la torturada expresión antes de que Liam lograra ocultarla—. Mira. El
veterinario que te revisó, te extrajo sangre. Una vez que hayamos resuelto esto
con tu ex-alfa, le llamaré. Tal vez sea capaz de ayudarnos a descubrir cómo
revertir eso. 114
—Está bien —respondió Liam en voz baja. Dio a Raven una apreciativa
sonrisa que calentó algo muy dentro de él. Ladeando la cabeza, Liam preguntó:
Página

—entonces, ¿qué pasa con esa mierda de mereces algo mejor? ¿Y cómo sabes
sobre los cambia formas? ¿Quién es Declan?
—Whoa —sonrió Raven, le alegraba que parecían estar más allá de la
incomodidad—. Una pregunta a la vez.
Liam asintió. —Bueno. ¿Sabías de los cambia formas antes de decidir
trabajar para Sampson?
—Sí. Conocí a Sampson cuando estaba en el ejército. Me habló de los
cambia formas, que eran enloquecidos asesinos en forma animal y tenían que ser
destruidos para garantizar la seguridad de toda la humanidad. —Raven miró a
Liam, tratando de evaluar cómo se lo estaba tomando. Hasta el momento, la
expresión del cambia formas se mantenía interesada, aunque un poco
preocupada—. Lo salvé del ejército del país en el que estábamos, del que no
puedo contarte —añadió.
—Comprensible.
—De todos modos —continuó Raven—. Me ofreció un trabajo y cuando
dejé el ejército, lo tomé. —Cuando Raven miró a Liam de nuevo, sus cejas se
fruncieron.
—¿Cuándo te diste cuenta de que no eran sólo máquinas de matar sin
sentido? —preguntó Liam en voz baja.
—Hace algunos años —admitió Raven—. Durante los primeros cinco
años, me quedé en la base y entrené a sus soldados. Había estado haciendo
experimentos durante algún tiempo antes de que firmara. Me mostró algunos de
los cambia formas más viciosos que tenía en cautiverio, Sampson me convenció 115
para dejarlo experimentar en mí. —Hizo una mueca—. Cómo si no enfrentaría a
un león o un tigre cambia formas, ¿verdad? Necesitaba reflejos más rápidos, más
Página

fuerza y velocidad. —Raven sacudió la cabeza ante su credulidad—. Me tragué


el anzuelo, línea y plomada.
—Parece que fuiste manipulado, también —dijo Liam, apoyando su mano
en el brazo de Raven, obviamente, tratando de calmarlo.
Raven asintió lentamente, esperando que lo que dijera a continuación no
fuese una cuña insuperable entre ellos. —Noté eso, también, pero seguí
trabajando para él de todos modos. Incluso después que descubrí que los cambia
formas eran sensibles. El dinero era demasiado bueno.
Durante un largo momento, el único sonido en el coche fue el hombre de la
radio diciendo a todos que agiten esa cosa. Raven hizo una mueca,
preguntándose si debería disculparse, pero realmente ¿cuál era el punto? No era
como si fuera ese hombre todavía. Pero, de nuevo, no podía lastimarle. —Lo
siento.
—¿Por qué? —preguntó Liam, claramente sorprendido.
—¿Por perjudicar a tu especie? —respondió Raven, luchando por dar una
respuesta más viable.
Liam resopló. —Nuestra propia especie nos lastima un montón. Basta con
mirar mi situación con mi alfa. Tu especie se lastima entre sí, también. Hay
persecución en todas partes. Es como funciona la vida. —Inclinando la cabeza,
preguntó: —¿qué te hizo dejarlo?
—Fui atrapado por una manada de lobos en Colorado —resopló Raven,
recordando los largos y aburridos meses encerrado en una cabaña en el
bosque—. Habían estado luchando contra los científicos durante años, y 116
Sampson quería información sobre ellos. Es decir, que quería saber todo sobre
ellos. —Sacudió la cabeza—. Ya había decidido que la misión para obtener la
Página

información de Sampson sería la última, pero estaba teniendo un duro tiempo


dando vueltas a lo que había aprendido de Sampson. Estaba confuso, fui
engreído y me atraparon. — Raven miró a Liam y se encogió de hombros—. Me
trataron muchísimo mejor que cualquiera de los científicos tratara a tus chicos.
Decidí terminar mis relaciones con Sampson. Sólo estaba preparándome para
dejarlo cuando te olí.
Liam asintió lentamente, luego sonrió y apoyó su mano en el muslo de
Raven. —Gracias por rescatarme.
—De nada.
Una vez más, se quedaron en silencio. Raven pensó que Liam tendría más
preguntas, pero si el olor del tipo decía algo, éste parecía contento de sentarse y
escuchar la radio. Finalmente, Raven no pudo aguantar más. —¿No vas a decir
nada?
Liam parecía sorprendido por su arrebato. —¿De qué?
Raven resopló, mirándolo con sorpresa. —De lo que dije.
Sacudiendo la cabeza, Liam lo miró con una extraña mirada de afecto.
—¿Por qué? ¿Frotar en tu cara que fuiste engañado y que ayudaste a alguien a
dañar a inocentes? —Liam frotó su pierna, tal vez, para alejar el aguijón de sus
palabras, luego se inclinó y besó la mejilla de Raven. Aún cerca, murmuró:
—eso es algo con lo que tienes que vivir. Lo entiendo. Pero me rescataste, y tan
extraño como suena, estoy agradecido.
Una avalancha de asombro golpeó a Raven, seguido por una oleada de
calor que se instaló en el corazón de Raven. Le tomó un momento reconocer la 117
sensación. Por primera vez en... siempre, sintió genuino afecto por otra persona.
Volviendo la cabeza, le dio un rápido beso en los aún cerrados labios de Liam.
Página
—Gracias.
La sonrisa de Liam apareció brillante, iluminando sus ojos azules.
—Entonces, vamos a Salina. ¿Qué vamos a hacer después de haber presentado
tu queja? ¿De verdad crees que el Consejo Shifter hará algo?
— Sí. Hay una serie de cambia formas homosexuales por ahí, Liam.
Desearía poder ser una mosca en la pared del alfa William cuando se dé cuenta
que mis quejas se tomarán muy seriamente. —Al ver el cabeceo de Liam, Raven
dio un guiño a su compañero mientras sonreía descaradamente—. ¿En cuanto a
después? Encontrar una cama, joderte en el colchón y reclamar tu sexy culo.
—¿De verdad crees que soy sexy? —susurró Liam, como si no pudiera
creer las palabras de Raven.
—Lo creo, y no te preocupes, pasaré un montón de tiempo demostrándolo
—prometió Raven.
Riendo, Liam se acomodó en su asiento. Apoyando la cabeza en el
reposacabezas y mirándolo, Liam dijo: —Tendré en cuenta eso.
Raven condujo a través de la noche, más que dispuesto a perder unas
cuantas horas de sueño para conseguir llegar a puerto seguro. Disfrutó de la
charla ocasional de Liam, tanto como de los cómodos lapsos de silencio.
Descubrir que compartían interés en un montón de cosas, incluyendo el deseo de
viajar, el disfrute de las novelas de misterio y un afecto secreto por los dramas,
hizo que Raven supiera lo afortunado que era. No renunciaría al resultado de los
extraños giros que había dado su vida en los últimos dos días por nada. 118
Los rayos de la mañana se filtraban sobre el horizonte cuando Raven se
detuvo en un camino de entrada y rodó lentamente por la pista de grava. Después
Página

de unos cuatrocientos metros, los árboles dieron paso a un prado de varias


hectáreas. En el medio del mar de altas hierbas había una gran mansión de tres
pisos.
Después de aparcar el coche, Raven se inclinó y reivindicó la boca de Liam
en un beso. Deslizó su lengua dentro, explorando al hombre, disfrutando el
embriagador sabor de su pareja. Su pene se endureció en sus vaqueros y se estiró
y agarró el muslo desnudo de Liam. Sabía que tenía que parar, sólo había
pretendido que fuese una suave reivindicación de labios para recordar a Liam
que le pertenecía, pero ahora que había conseguido otra muestra del hombre, su
pene tenía otras ideas.
El toque en la ventanilla se filtró a través de la lujuriosa mente de Raven.
Succionó suavemente el labio inferior de Liam, tirando ligeramente, antes de
soltar a su compañero y girarse para mirar a quien los interrumpía.
Raven observó al gran hombre de piel bronceada. Mechones color miel
que caían sobre su frente, casi oscureciendo sus dorados ojos llenos de regocijo.
Lucía una gran sonrisa divertida. —Tal vez les gustaría continuar en una cama
—bromeó el tipo—. He oído que has estado conduciendo durante bastante
tiempo.
Decidiendo que sería mejor no alejar al tipo que esperaba que le ayudaría,
Raven asintió. —Mantén ese pensamiento —murmuró a Liam—. Vamos a
entrar y conseguir un lugar cómodo. —En el momento en que Raven salió del
vehículo, el primer hombre estaba acompañado por otro, un enorme
afroamericano.
—Soy Raven —dijo, tendiendo su mano al primero—. Gracias por 119
permitirnos un santuario en tu territorio.
Página

El primer hombre asintió y aceptó su mano. —Soy Terence Williams. Este


es mi compañero, el alfa Perrin —dijo, indicando a la montaña de metro noventa
y seis a su lado.
—El alfa Declan dice que has tenido algunos problemas con el alfa de tu
pareja —comentó Perrin, cruzando sus brazos sobre el pecho. Levantó una ceja,
obviamente, esperando una explicación.
Liam llegó a su lado, y Raven inmediatamente envolvió su brazo alrededor
de él. —Sí, alfa Perrin —dijo Raven, asintiendo en deferencia, a pesar de que era
la última cosa que quería hacer—. Este es mi compañero, Liam Brager. Su alfa
es un idiota intolerante que decidió encadenar a Liam en el ático cuando
descubrió que era gay.
—Pensó que lo había sacado a golpes de mí —interrumpió Liam
suavemente—, pero cuando descubrió que no lo hizo, hui en lugar de ser
encerrado y golpeado de nuevo.
Raven miró al suelo, no le gustaba ese pequeño conocimiento en absoluto.
Su brazo se apretó alrededor de su amante instintivamente.
Perrin gruñó bajo en su garganta. —Ya veo. Entremos. Terence les
ayudará a llenar los formularios necesarios y los enviaré.
—Formularios —dijo Raven entre dientes mientras seguía a los dos
hombres al interior—. Maldición.
Liam se rio en voz baja. —Incluso los cambia formas tienen algunas reglas
que seguimos.
120
Se tardó más de una hora para tener todo escrito. No era frecuente que
Raven deseara poder hacer algo de nuevo. Sin embargo, mientras escuchaba a
Página

Liam explicar cómo su alfa dirigía la manada con mano de hierro, usando al beta
y los ejecutores, que eran igual de intolerantes y fríos, para hacer cumplir sus
propios ideales, Raven deseó poder regresar a la noche anterior y poner una bala
en cada cabeza.
Por supuesto, entonces tendría al Consejo Shifter tras él en su lugar. Al
darse cuenta de ello, Raven agarró a su compañero y lo puso en su regazo. Liam
lo miró con sorpresa, pero luego sonrió cálidamente y frotó las manos arriba y
abajo por sus brazos.
—Oye, ¿estás bien? —preguntó Liam con suavidad.
Raven asintió. —Sólo de pensar en lo cerca que estuve de perderte. No me
gustaba la idea ni un poco —admitió.
—Bueno, no lo hiciste, ¿verdad? Estoy bien. Estás bien. Así que deja de
preocuparte.
—Tan sabio —respondió Raven con voz ronca, su mirada cayendo a la
boca de Liam. Realmente quería otra probada.
—Vale, vale, pájaros del amor —se burló Terence—. Os mostraré vuestra
habitación. Por las bolsas bajo sus ojos, podrían dormir un poco —bromeó,
sonriendo a Raven—. Aunque, tengo la rara idea de que no sucederá pronto.
Raven no se molestó en responder. Sólo se levantó con Liam en sus brazos.
Su compañero se sonrojó, pero se acurrucó contra el pecho de Raven sin
comentarios. Eso hizo que Raven sonriera. Le gustaba la confianza que su Liam
mostraba con él y agradecimiento lo inundó por no haberlo perdido después de
todo lo que le había contado. 121
Terence abrió la marcha fuera del ala donde estaba el estudio y a través de
Página

la casa. Se dirigió a través de una sala de recreo donde varios cachorros estaban
jugando un videojuego. Cuando señaló fuera de la cocina y del enorme comedor,
Raven miró a través de las puertas correderas de cristal a la enorme terraza en el
porche trasero. Levantó una ceja sorprendido por la media docena de leones
tomando el sol en los tablones de la terraza.
Viendo su interés, Terence le hizo un guiño. —Después del desayuno,
siesta. —Se encogió de hombros—. Es una especie de tradición del sábado.
—Ah —dijo Raven—. Es una impresionante vista.
Terence lo miró y asintió. —Lo es, ¿no es así? —Señaló hacia un león con
una melena marrón oscuro. Los ojos azules del enorme cambia formas los miró a
través del cristal como si evaluara si eran una amenaza para el compañero del
alfa—. Ese es Valarius. Es uno de nuestros ejecutores. Si tienes un problema con
algo más los próximos días... o alguien —agregó, mirando al pequeño cambia
formas en brazos de Raven—, díselo. Se dirigirá a casa de Declan en menos de
una semana para representar a nuestra manada en una asamblea de cambia
formas, así que si no está alrededor, acércate a Grimes. Está en el otro lado del
porche. Te lo señalaré en otro momento cuando no estén tan cansados —dijo,
guiñándole un ojo.
Raven gruñó en reconocimiento, y comenzaron a moverse de nuevo.
—Esta asamblea —comentó Raven con curiosidad—, ¿es sobre los científicos y
el hecho de que perdimos a Sampson?
Terence asintió mientras abría el camino subiendo un tramo de escaleras.
—Exactamente. Van a distribuir su imagen y llegaran a un plan para rastrearlo.
122
Asintiendo, Raven agarró a su compañero con más fuerza, tenía toda la
intención de mantener a su amante tan lejos del científico loco como fuera
Página

posible.
—Este es el ala para las parejas apareadas. Siempre tenemos un par
habitaciones de invitados listas, así que creo que estarán cómodos. —Terence
abrió una puerta y entró en la habitación.
Mirando alrededor del espacio, Raven observó que estaba decorada en
agradables tonos tierra. La cama grande tamaño king dominaba una pared, una
colcha marrón la cubría. Un armario en una esquina. A lo largo de otra pared
había una cómoda con un televisor de pantalla plana montado sobre él.
—Muy agradable. Gracias —declaró Raven superficialmente.
Terence rió. —Correcto. Mientras tuviera una cama decente, no te habría
importado —dijo, riéndose. Hizo un guiño—. Después de obtener un poco de
sueño, el baño está tras esa puerta. —Señaló la puerta de la izquierda—. El
lubricante está en la mesita de noche. Son bienvenidos a tomar cualquier cosa de
la nevera si tienen hambre. La cena se servirá a las siete si están listos para tener
compañía —agregó mientras salía.
Después de que la puerta se cerró, Raven se giró y se centró en Liam. —La
única compañía que necesito ahora eres tú —declaró, caminando hacia su
compañero que se encontraba al otro lado de la habitación admirando los
muebles.
Liam se sonrojó viendo su acercamiento, pero sostuvo la mirada de Raven.
—¿Algo que necesites? —susurro, lamiéndose los labios.
—Sí —respondió Raven, su voz más baja y ronca de lo que nunca podía
recordar escucharla—. Definitivamente te necesito, Liam. —Con una ardiente 123
necesidad que nunca había sentido por otro. Había esperado demasiado tiempo
para descubrir lo que se sentía al amar a su pareja.
Página

Alcanzando al hombre más pequeño, Raven tomó la mandíbula de Liam


con ambas manos y capturó su boca. Empujó su lengua dentro del calor del otro
hombre. Metiendo la lengua de su amante en su propia boca, Raven chupó el
apéndice.
Liam gimió y se aferró a él con dulzura, moldeando su cuerpo al de Raven.
Deslizando un brazo alrededor del esbelto cuerpo del cambia formas, Raven lo
atrajo contra él, amando la sensación del hombre en sus brazos. Lamió los labios
y dientes del hombre, explorando su boca antes de entrelazar sus lenguas juntas.
Raven levantó la cabeza y miró a Liam. Se fijó en los dilatados y lujuriosos
ojos marrones, en los húmedos e hinchados labios y en la necesitada expresión.
—Si no quieres esto, si no me quieres, entonces dímelo ahora. Tengo
suficiente ADN cambia formas en mí para unirme a ti y definitivamente siento el
tirón —advirtió.
Liam sacudió sus caderas hacia delante, presionando su propio eje duro
contra el muslo de Raven. Raven gruñó ante la sensación del estómago de su
compañero aplicando presión a su pene donde se presionaba contra la bragueta
de sus vaqueros.
—No te atrevas a parar ahora —declaró Liam.
Haciendo una mueca, Raven murmuró: —no soñaría con eso. —Pasando
sus manos debajo la camisa de Liam, Raven la levantó por encima de la cabeza
del hombre. Se quedó sin aliento cuando toda esa pálida y hermosa piel apareció
a la vista. Incluso bajo de peso, con sus costillas sobresaliendo, Liam era
impresionante—. Mío—gruñó, salvaje posesividad inundándolo como nada que 124
jamás hubiese sentido antes.
Página
Liam gimió, amando la posesión en bruto en el tono de Raven. Los tenues
zarcillos del olor de su pareja se filtraron a través de su sistema, diciendo a Liam
sobre la excitación de su amante. —Tuyo—jadeó—. Todo tuyo.
Gruñendo su aprobación ante la respuesta de Liam, Raven lo tomó en sus
brazos. Liam chilló y se retorció, no tanto tratando de escapar como de despertar
el instinto dominante de Raven. Funcionó. Raven lo arrojó sobre la cama con
brusquedad ordenada. —No te muevas —dijo mientras se arrancaba su propia
ropa.
En muy poco tiempo un atractivo y desnudo hombre estaba a los pies de la
cama. A pesar de que Liam había estado desnudo delante de Raven varias veces,
no había visto mucho más que el pecho del hombre. Ahora que pasó su mirada
sobre la forma desnuda de Raven, realmente le gustó lo que veía.
Los músculos ondearon bajo la suave piel, firmes pectorales formaban un
amplio pecho y los anchos hombros cónicos rematados en un poderoso paquete
de seis. Un puñado de pelo en el pecho a través de sus pectorales bajando a un
ombligo, a continuación, bajaba a la gruesa mata de pelo oscuro que enmarcaba
un impresionante pene... tal vez de unos veinte centímetros... que Liam 125
realmente quería probar y luego tener enterrado en su culo. Liam se humedeció
los labios y declaró: —por favor, deja que te pruebe.
Página
—Como si pudiera resistirme a una oferta así —canturreó Raven,
subiéndose a la cama e instalándose con las rodillas a ambos lados de los
hombros de Liam. Colocando una palma en el cabecero, agarró su pene con la
otra y frotó la cabeza contra los labios de Liam, pintándolos con pre-semen.
Lamiéndose los labios, Liam gimió ante el sabor ligeramente amargo.
Abrió la boca y levantó la cabeza, tratando de coger la polla del hombre, pero
Raven sacudió sus caderas lejos de él.
—Oh, no —canturreó—. Recuéstate hacia atrás y toma lo que te doy.
El pulso de Liam se aceleró, deleitándose en no tener que tomar ninguna
decisión. Su amante le diría que hacer. Obedeciendo, Liam puso su cabeza sobre
la almohada y esperó, a pesar de que hizo todo lo posible para implorar su
necesidad con sus ojos.
Con una salvaje sonrisa curvando sus labios, un bajo gruñido sonando
como placer saliendo de él, Raven bajó sus caderas y guio su polla hasta la
boca de Liam que esperaba. Liam chupó ligeramente la cabeza y sumergió su
lengua en la ranura de Raven, sacando más pre-semen. Trabajó la sensible carne
arrugada bajo el frenillo, amando la forma en que hizo temblar al gran hombre.
Los oscuros ojos de Raven brillaban con pasión apenas contenida. Liberó
su polla y pasó los dedos ligeramente sobre la mandíbula de Liam, luego
alrededor de los labios, trazándolos mientras empujaba más profundo, estirando
la boca de Liam.
—Tan hermoso —susurró Raven—. Tan hermoso chupando mi polla. Eso 126
es. Te gusta cuando te doy mi polla, ¿no, compañero?
Liam nunca habría adivinado que Raven hablaría sucio, pero al escuchar al
Página

hombre hablarle, el evidente placer y lujuria en su tono, causó que su erección se


sacudiera y rezumara. Gimió alrededor de su boca llena con el pene de Raven y
alcanzó sus testículos.
La mandíbula de Raven se tensó ante el tacto y sacudió sus caderas,
presionando la cabeza de la polla en la garganta de Liam. Alentado por la
respuesta, pasó suavemente los dedos por encima y alrededor de los duros
testículos en sus blandos sacos. Liam acarició a su amante, aprendiendo lo
sensible que era y cómo le gustaba que le toquen. Alcanzando y frotando el
suave parche de piel detrás de sus bolas tuvo a Raven rugiendo y echándose
hacia atrás.
—Ahora —jadeó.
Agarrando las caderas de Liam, Raven fácilmente lo lanzó. Demasiado
sorprendido por la repentina sensación de urgencia de Raven, Liam no se
resistió. Su propia polla se balanceaba, rozando el edredón mientras Raven
levantó sus caderas y abrió sus piernas amplias. No fue hasta que sintió la cabeza
del pene de Raven contra su agujero que Liam encontró su sentido común.
—¡Espera, para! —exclamó Liam, alejando a Raven.
Al menos, Liam lo intentó. El agarre de Raven se tensó, sosteniéndolo
rápido como si se congelara por las palabras de Liam. —¿Liam? —El tono
estrangulado de Raven habló de su confusión y necesidad.
Mirando sobre su hombro, Liam sonrió a Raven, tratando de calmar la
expresión torturada en la cara del hombre. —Obligatorio estirarme y lubricante.
—Recordando la sensación del grueso miembro de Raven en su boca, agregó: 127
—un montón de lubricante.
—¿Estirarte? ¿Lubricante? —Raven arqueó las cejas mientras miraba a
Página
Liam, con evidente confusión.
Las palabras que Raven le dijo anoche antes de que regresara deprisa. De
que nunca había estado con un hombre. Por supuesto, Raven no tenía ni idea
sobre la preparación requerida.
Liam se retorció un poco, y esta vez el agarre de Raven se relajó.
Inclinándose, Liam abrió el cajón que el cambia formas león le había indicado
antes de salir y se encontró con una botella de KY. La abrió y puso una generosa
cantidad en sus dedos. Alcanzando tras de sí, empujó primero un dedo en su
culo, recubriendo su canal, y luego añadió un segundo.
La extensión envió una cálida quemazón por su canal directamente a su
pene. Liam suspiró de placer por la sensación. —Me tengo que estirar con
lubricante antes de que deslices tu gran polla en mí, amante —murmuró Liam,
mirando sobre su hombro a Raven.
Vio cómo Raven miraba su culo, viéndolo deslizar sus dedos dentro y
fuera. Recordando el hablar sucio de Raven antes, Liam sonrió y le preguntó
entrecortadamente: —¿te gusta cómo se ve, semental? ¿Te gusta verme
jodiéndome con los dedos?
Raven gimió. —Demonios, sí. Quiero ser quien lo haga.
—Lubrícate y empújate en mí, chico grande.
Le tomó un segundo a Raven alejar su mirada el tiempo suficiente para
agarrar el lubricante ofrecido y poner un poco en sus dedos. Liam sacó los suyos,
entonces movió su culo en invitación y Raven no perdió el tiempo en aceptar 128
metiendo dos dedos.
Página

Liam gimió y se balanceó sobre ellos. Eran más gruesos que los suyos y se
sentía tan bien. Al pasar el tercero, Raven frotó sobre su próstata. Gimiendo,
arqueó la espalda y trató de que lo hiciera de nuevo. En lugar de ello, Raven se
detuvo, posando su otra mano en la columna de Liam.
—¿Estás bien?
—Sí, claro. Más que bien —aseguró Liam—. Esa es mi próstata. Se siente
tan bien cuando la frotas. Por favor, hazlo de nuevo —rogó, tratando de
conseguir que Raven empezara a moverse de nuevo.
—¿Esta?
Raven ajustó el ángulo y presionó el haz de nervios, disparando zarcillos
de placer a través del cuerpo de Liam. —Oh, Dios, sí, ahí —balbuceó Liam
mientras Raven continuó frotándolo.
—Hmm —tarareó Raven—. ¿Puedes correrte sólo por esto? —preguntó,
presionando un poco más duro en el siguiente pase.
Liam se estremeció y arqueó su espalda. —Siii —siseó—. Otro dedo. Por
favor, dame otro dedo —rogó—. Lo necesito.
Otro dedo lubricado se deslizó al lado de los otros. Liam abrió más sus
piernas y trató de levantar su culo más alto, pero la mano de Raven en su
columna forzó sus hombros sobre la cama. Con su mejilla presionada contra la
almohada, Liam no podía mover nada salvo sus caderas y no pudo evitar
mecerse descaradamente en la mano de Raven.
Chispas se dispararon por su sangre mientras Raven frotaba la próstata en 129
cada pasada. Sus bolas se tensaron en su cuerpo y su pene rezumó otra gota de
líquido pre-seminal.
Página

Raven se inclinó sobre él, su pecho hacia la espalda de Liam. —Te gusta
que te abra, ¿no es así, Liam? —preguntó Raven bruscamente, su voz
profundizándose con lujuria y necesidad—. No puedes esperar a que mi pene
llene tu pequeño culo apretado, ¿no? —Su cálido aliento mientras hablaba hizo
que los pelos de Liam se pusieran de punta.
—Sí, quiero tu pene. Quiero que me llenes —respondió Liam, casi sin
sentido con su necesidad de correrse.
La polla de Raven chocó contra las bolas de Liam, pintándolas con
pre-semen. —Oh, te llenaré, compañero —canturreó Raven—. Voy a bombear
mi polla en tu apretado canal y vas a sacar la leche de mí, ¿verdad? Vas a rogar
por mi semilla en tu culo.
Liam gimió en el visual. —Sí, te quiero. Tu polla en mi culo. Lléname. Por
favor.
—Córrete por mí, Liam —ordenó Raven—. Córrete ahora y entonces te
llenaré.
Durante un segundo, Liam no se creía capaz de obedecer. No estaba lo
suficientemente cerca. Entonces, como si su cuerpo respondiera a las órdenes de
su pareja, sus testículos se tensaron, disparando su semilla en el edredón bajo él.
Dicha rugió a través de su sistema, estrellándose sobre él como un maremoto.
Su cuerpo se tensó y estremeció, sacudiéndose en el agarre de Raven.
—Tan hermoso cuando te corres —comentó Raven. Frotó a través de la
próstata de Liam de nuevo, una vez, dos veces, haciéndole gemir y su polla se
sacudió e hinchó en lugar de ablandarse—. Ahora te daré lo que quieres, mi polla 130
te llenará.
Página

Raven sacó sus dedos, alineó su pene y empujó en el estirado agujero de


Liam, que gimió mientras sus músculos cedían, dejando que su compañero se
deslizase fácilmente en su interior. Una vez que las bolas de Raven descansaron
contra el culo de Liam, se detuvo y envolvió sus brazos alrededor del torso de
Liam.
—Eres mío, Liam —susurró Raven en su oído—. Nunca te dejaré ir.
Alivio y alegría inundaron a Liam en igual medida. Giró la cabeza lo
suficiente para poder mirar sobre su hombro a Raven. —Nunca quiero que me
dejes ir.
Raven acarició su mejilla contra la de Liam y gruñó suavemente, más
vibrando en la espalda de Liam que realmente haciendo ruido. Por último,
comenzó a moverse. Salió lentamente y se sumergió de nuevo en Liam,
estableciendo un ritmo constante.
—Tan apretado, mi compañero. Mío —murmuró Raven, y Liam no estaba
seguro si Raven sabía que lo había dicho en voz alta.
—Tuyo —dijo Liam.
Siseando, los golpes de Raven tartamudearon por un instante, como si el
sonido de esa sola palabra sacudiera el núcleo del hombre.
—Tuyo —dijo Liam de nuevo, esta vez más fuerte—. Tu compañero.
Todo tuyo, Raven. Soy todo tuyo.
—Mío —dijo Raven, y de algún modo sus golpes se aceleraron aún más.
Su cuerpo se estremeció contra la espalda de Liam—. Mío. 131
Raven se inclinó y palmeó la erección de Liam, pajeándole al ritmo de sus
embestidas. Liam aulló de placer por la dual sensación de Raven taladrando su
Página
culo y pajeando su pene.
Cuando Raven hundió sus dientes en la nuca de Liam, sosteniéndolo en su
lugar como un semental en celo, fue el turno de Liam para estremecerse. Una vez
más sus bolas se tensaron, y Liam sabía que estaba a unos segundos de correrse
de nuevo. Queriendo a su amante cayendo sobre el borde con él, Liam apretó su
culo rítmicamente alrededor del eje de Raven.
Un estrangulado gemido escapó del hombre que lo sostenía, seguido de
otro estremecimiento. Raven se empujó con fuerza en dos ocasiones más antes
de congelarse en su lugar y empapar el canal de Liam con chorros calientes de
semilla. Liam renunció a luchar y su orgasmo rodó a través de él. Manchas
bailaban ante sus ojos y flotó en la dicha sin saber por cuanto tiempo.
Liam pensó que la tierra se movió con la fuerza de su pasión, entonces se
dio cuenta de que Raven no había salido a su lado sino que todavía estaba en
cuchara detrás de él con su dura polla todavía enterrada en el culo de Liam.
Espera, ¿dura polla?
—¿Raven? ¿Estás bien?
Raven se había corrido, ¿verdad?
—Maldición, esa fue una intensa jodida —murmuró Raven, luego lamió
suavemente la marca que había dejado en el cuello de Liam.
Liam apretó su culo de forma experimental, tratando de averiguar si Raven
se había suavizado. 132
Raven gruñó. —Sí, sigue haciendo eso. Joder, eso es bueno. — Raven sacó
su polla hasta la mitad del canal de Liam, luego se deslizó de vuelta con la misma
Página

lentitud—. Todavía tan apretado y ahora todo sedoso con mi esperma. Tan
jodidamente sexy. Sus palabras fueron ligeramente mal articuladas, y cuando
Liam miró sobre su hombro, se encontró con una enorme y auto-satisfecha
sonrisa en la cara de Raven.
Haciendo lo que Raven le había pedido, Liam apretó los músculos de su
culo en un ritmo lento y constante mientras Raven continuaba con sus lánguidas
medio embestidas.
—¿Cómo puedes estar todavía duro? —preguntó Liam finalmente.
Raven se levantó en su codo y sonrió a Liam, sin cesar en sus movimientos.
—Tengo casi cinco años de abstinencia que compensar.
La mandíbula de Liam cayó, luego sonrió. —Bueno, entonces sin duda
tenemos que compensar el tiempo perdido por todos los medios.
De pronto, Raven sacó su erección del cuerpo de Liam. Antes de que
tuviera tiempo de protestar, Liam se encontró de espaldas con sus piernas
abiertas. Raven se situó entre los muslos de Liam y se empujó profundo de
vuelta.
Posesividad y afecto llenaron la expresión de Raven mientras se detenía en
el lugar y bajaba la cabeza. —Mis pensamientos exactamente —susurró contra
los labios de Liam antes de capturar su boca y empujar su lengua dentro.
Liam envolvió sus brazos y piernas alrededor de su amante, su compañero
y se entregó al cuidado del hombre. Estaba más que dispuesto a ir adelante por el
paseo.
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Charlie Richards vive en un pequeño rancho en Utah con su marido y su peludo
chico de cuatro patas. Comenzó a escribir fantasía cuando tenía ocho años, y
después de tropezar con su primer romance erótico a los diecinueve años, se dio
cuenta de su verdadera vocación. Ahora se centra en escribir romance erótico,
normalmente paranormal, con héroes y heroínas de todo tipo.
A menudo puedes encontrarla acurrucada con su portátil y una taza de té o
una copa de vino, creando su siguiente historia. Charlie disfruta explorando las
montañas a caballo, en todoterreno o en motocicleta. Su ejercicio favorito es
saltar con su caballo árabe Apache o su yegua pura sangre Repo.
Y no puede tener suficiente de highlanders sexy con sus faldas escocesas y
espadas. En este momento, ella y su musa están trabajando con dedicación en la
serie Lobos de Stone Ridge y en la serie Kontra’s Menagerie.

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