Está en la página 1de 16

Prologo

Un día de invierno de 1728, una pareja joven


paseaba tranquilamente cogidos de las manos.
Ella era una hermosa muchacha de largos y
ondulados cabellos rojizos y grandes ojos
castaños, él un muchacho alto, de corto cabello
rubio y unos ojos verdes penetrante. Una
corriente de aire atravesó la calle y ella se
puso a tiritar, él se quito su chaqueta y la puso
sobre los hombros de ella, realmente no servía
de mucho porque estaba vieja y roída, pero ella
lo agradeció con una sonrisa. Siguieron de
camino a sus respectivas casas, vivían
relativamente cerca, se conocían desde muy
niños y todo el mundo había estado esperando
que acabaran juntos. Del cuello de ella prendía
una cadena de plata con una piedra morada
engarzada símbolo de su compromiso con él.
Charlando de sus cosas y riendo siguieron
caminando, dirigiéndose lentamente hacía el
bosque, ya faltaba poco para llegar a casa por
lo que aminoraron el paso y fueron disfrutando
del paisaje. Se internaron en el bosque en ved
de seguir el camino pues deseaban no tener que
separarse. Se pararon en un pequeño claro y
comenzaron a besarse lentamente, tiernamente.
De repente ella asustada se dio la vuelta pues
había escuchado un ruido, él la ignoro y le dijo
que serían imaginaciones suyas. La agarro por
la cintura aproximándola a él para besarla otra
vez. Ella se resistió y le dijo que no eran
imaginaciones que había oído algo de verdad.
Le tomo por la mano y tiro de él, pero no pudo
moverle. La sangre se había helado en las
venas del muchacho, una imagen
fantasmagórica se situaba detrás de ella. No
podía moverse su cuerpo no le respondía. De
entre las sombras dos criaturas totalmente
diferentes se abalanzaron sobre ellos.
Noche de caza

Era una fresca noche de verano. El clima era


perfecto, invitaba a salir y a divertirse. Las
terrazas de los bares estaban a reventar, en las
discotes y pubs no cabía un alma y todo el
mundo estaba animado y excitado. Era una
típica noche de esas de salir con los amigos a
pasarlo bien y despreocuparse, una situación
perfecta para Ella. Los humanos animados por
el alcohol y las ansias de pasarlo bien no eran
conscientes de que en las sombras había seres
acechando. Ella estaba expectante, esperaba el
momento y la presa ideal. Pero sabía que debía
esperar y controlar su sed, si se precipitaba
podían verla más humanos aparte de su presa, y
ello podía conllevar a que otros humanos se
alertaran y tener que cambiarse de ciudad, o en
el peor de los casos que la existencia de los de
sus especie pasara de ser un mito a un hecho
para los humanos. Cosa que no convenía para
nada a nadie de su especie. Estaba vigilante a la
vez, porque seguramente no era la única criatura
de la noche que rondaba ese día por allí. Las
condiciones eran perfectas para cazar y todos
como ella no desperdiciarían la oportunidad. No
le preocupaba encontrarse con otro vampiro,
pues en ese caso solo habría una pequeña
identificación y cada uno seguiría por su
camino, más bien estaba preocupada por si
aparecía algún licántropo. Aquellas odiosas
criaturas, no hacían más que molestar. Si alguno
aparecía por allí iría directamente a atacarla y la
pelea podía se vista por los humanos y una vez
más peligrar su identidad. Licántropos, suspiró,
aquellas criaturas que no eran ni humanos ni
lobos. Ni siquiera eran capaz de controlar su
mente de bestia totalmente, se dejaban llevar por
el instinto, eran peligroso, muy peligrosos debía
tener cuidado. De repente recordó lo que había
ido a hacer aquel día a la ciudad y reanudo su
tarea de buscar a una presa. A lo lejos vislumbro
a un muchacho de unos veinte años que se
dirigía solo hacía un parque. Se acerco
sigilosamente hasta estar justo detrás de él. Se
abalanzo sin dudarlo y cuando ya estaba a punto
de morderlo escucho lo que más temía en ese
momento oír, un aullido desgarrador justo a su
espalda.
Una desagradable sorpresa

Mierda, pensó Vanessa. No podía ser él, no él


no. Justo en este preciso momento un licántropo
y precisamente él. Siempre aparecía en el
momento más inesperado. O cuando había más
vampiros cerca, que en aquellos casos tenía que
disimular que lo conocía y ayudarle a escarpar a
la vez, o en ocasiones como estas en las que
había conseguido una buena presa. Se dio la
vuelta y vio a Ástralon, con su boca llena de
dientes una especie de sonrisa de mofa. Ella le
dirigió una mirada de odio.

-Ni se te pase por la cabeza que te voy a dejar


catar a este humano, hoy lo e cazado yo sola y
estoy harta de tener compartir mis presas con
tigo y de ayudarte cada vez que te ve otro
vampiro.

El licántropo empezó a saltar de un lado para


otro, moviendo el rabo al tiempo que decía:

-Sabes perfectamente que vas a dejarme parte de


ese humano, tu solo vas a chuparle la sangre,
déjame a mi aprovechar el resto-dijo
relamiéndose.

-¡Ay! ¡Déjame ya en paz! Estoy harta de ti y de


tus noñerias, sabes perfectamente que si fuera
un vampiro normal estarías muerto.
-Tan gruñona como siempre…

Vanessa no aguanto más y se lanzo hacia


Ástralon, intento golpearle y morderle. Aunque
en el fondo, como él sabía, no seria capaz de
hacerle ningún daño, lo apreciaba demasiado
para hacerle nada grabe. Después de dar tantas
vueltas por el suelo Vanessa estaba harta se
levanto y le dijo con desprecio:

-Hay tienes al humano devóralo si quieres pero


déjame en paz.

Y tras decir esto se alejo corriendo. Ástralon se


quedo mirando cómo se marchaba. Pensó esta
vez quizá se había pasado, era cierto que ponía
muchas veces en peligro a Vanessa y
aprovechaba cada oportunidad para robarle la
caza, ahora se sentía mal. Pero el olor a humano,
carne fresca y joven, apremio sus ansias de
comer y la mente de bestia no podía resistir ese
olor. Pensó que al amanecer iría a verla una vez
ya en su forma humana. Y tras esto comenzó a
devorar al humano.
Dos vidas paralelas

Vanessa llego a su casa bastante disgustada,


estaba harta de Ástralon, la sacaba de quicio.
Cada vez que ocurría un episodio de estos ella
terminaba siempre jurándose a si misma que no
volvería a hablarle, pero luego se acababa
arrepintiéndose de sus palabras y perdonándole
todo lo ocurrido. Pero esta vez había sido
diferente, esta vez el se había pasado, esta vez
no pensaba perdonarle aunque se lo rogara de
rodillas, a cuatro patas o como le diera la gana.
No esta vez había sido la última que se había
aprovechado de ella. Echo un vistazo a su
apartamento, un pequeño piso a las afueras de
una gran ciudad. En el salón-comedor no había
gran cosa, un sofá, una mesa con dos sillas, una
pequeña televisión casi no utilizada y un
escritorio con un teléfono y un ordenador. Del
salón-comedor salían tres puertas. La primera
llevaba a una cocina minúscula, estaba
totalmente inutilizada a excepción de la nevera,
donde guarda sus reservas de sangre. La
segunda puerta daba un pequeño cuarto de baño
con un wc y un plato de ducha. Y tras la ultima
puerta se encontraba un cuarto oscuro con las
ventanas tapiadas para que ni un rayo de luz
penetrara y un ataúd en el centro. Ella se dirigió
rápidamente hacía su cuarto, se metió en el
ataúd y espero con pocas ganas la llegada del
siguiente día.
Mientras, Ástralon terminaba con el humano y
enterraba los restos para que no quedaran pistas
de lo ocurrido. Tras terminar esto, se dirigió
hacía su propia casa. Era un chalet pequeño
cercano a un bosque. Había elegido esa casa
porque era perfecta para él. Cuando se
transformaba cada noche, si no tenía hambre
corría por el bosque sin ninguna dirección hasta
cansarse. En el bosque habitaba una pequeña
manada de lobos. Él mismo los había cuidado y
tratado como hermanos desde el principio, pero
por su gran tamaño y su inteligencia sin quererlo
conscientemente se había convertido en el líder
de la manada. Pero aquella noche no tenía
muchas ganas de reunirse con la manada. Estaba
afligido con lo ocurrido con Vanessa solo tenia
ganas de que llegara el amanecer para ir a
visitarla, aunque sabía que a ella no le aria
ninguna gracia que interrumpiera su sueño. Pero
era el único momento en el que podían estar
realmente juntos. Se acomodo en gran cojín
situado al lado de la ventana, apoyo su cabeza
sobre las patas delanteras y miro a trabes de la
ventana, le permitía ver el bosque, aquel bosque
que tantos recuerdos le traía de aquel oscuro día.
Bosque del que Vanessa se había alejado en
cuanto tuvo la oportunidad, pero que él no había
conseguido abandonar.
Sueños que conducen a recuerdos

Estaba junto a él. Le miro y pensó en lo guapo


que era y en la suerte que tenía de tenerlo a su
lado. Se pararon en un claro y comenzaron a
besarse, pero de repente oyó un ruido. Se lo dijo
a él pero le comento que serían imaginaciones
suyas. La agarro por la cintura con la intención
de besarla pero ella estaba muy preocupada
para eso. Le agarro por la mano y tiro de él
pero no pudo moverle, una expresión de pánico
marco él rostro del hermoso muchacho y dos
criaturas se abalanzaron sobre ellos. Eran dos
seres, un hombre el hombre más hermoso que
ella había visto en su vida, un lobo de gran
tamaño. El hombre se giro hacía ella y la dejo
vislumbrar los largos colmillos que asomaban
de su boca. Ella aterrorizada intento agarrar al
muchacho pero estaba en una dura pelea con él
lobo que intentaba morderle desesperadamente
a la vez que el muchacho se resistía. El vampiro
se acerco lentamente a ella. La cogió por la
nuca, al agarrarla la cadena con el colgante
callo al suelo, acto seguido mordió su cuello.
Ella sentía como le iba absorbiendo la sangre.
Pero no presto atención solo tenía ojos para el
muchacho, el lobo le mordió y él grito de dolor.
Con el ajetreo de las pelea las bestias chocaron
y se enzarzaron en una lucha reñida. El
vampiro empezó a huir y él lobo lo siguió
dejándolos hay desangrándose. Ella se
arrastro hasta situarse al lado del muchacho y
con un último su piro susurro su nombre.
-Astralon….

-Nooooo!!

Vanessa se despertó gritando. Aquel sueño,


aquel odioso sueño cada día… Aquel día su vida
quedo destrozada… Intento olvidarlo de todas
las maneras pero nunca fue capaz, porque
aunque no pensara en ello, la perseguía en sus
sueños y pesadillas.

-¡¡Riiiiingg!!

Era el timbre de la puerta, se levanto muy a su


pesar sabiendo que aun no serian más de las
12:00 del medio día. Se encamino lentamente
hacía la puerta, al abrirla los escasos rayos de
sol que entraban por las rendijas de las ventanas
la hirieron los ojos. Siguió caminando hasta
llegara a la puerta de la casa. Miro por la mirilla
y vislumbro al otro lado a un chico de unos 17
años, alto, guapo, rubio de ojos verdes. Ella
abrió la puerta.

-Que narices haces aquí Ástralon, ya te dije


anoche que no quería verte más.
-No dijiste justamente eso-contesto Ástralon-
más bien mi dijiste que te dejara en paz.

-Bueno viene a ser lo mismo y ahora si me lo


permites me voy a dormir-dijo Vanessa mientras
intentaba cerrar la puerta.

El pie de él se interpuso impidiendo que la


cerrara.

-As vuelto a soñar con aquel día en el bosque


¿Verdad Vanessa? No tienes buena cara.

Ella le miro con resentimiento pero vio en su


cara arrepentimiento y comprensión. En realidad
él era el único que realmente entienda su dolor,
pues estaba pasando por lo mismo que ella.
Final mente le dijo:

-Anda pasa.
Todo es más complicado

Ástralon atravesó la puerta, y fue a sentarse en


el sofá. Vanessa permaneció un momento de pie.

-Te ofrecería algo, aunque no creo que tengas


hambre y menos después de todo lo que debiste
comer anoche. ¿Me equivoco?

-Vanessa no e venido para discutir si no para


pedirte perdón.

-Pues es tarde para eso, estoy harta de tus


perdones, de tus lo siento, de tus disculpas sin
sentido. No me pidas perdón si a la noche
siguiente aras lo mismo. No me pidas perdón
para que luego todo sea una mentira.

-Vanessa…

-No ni Vanessa ni nada, estoy harta Ástralon


muy harta. No aguantare mucho más así-dijo
ella con lagrimas en los ojos-No puedo seguir
así.

-Pero nosotros podremos conseguirlo, los dos


juntos.

-Ástralon, no lo entiendes?, ya no hay un


nosotros, somos tan distintos, tan diferentes. Tú
piensas que todo es como en aquella época en la
que éramos felices pero piensa cuantos años han
pasado desde aquellos días, piensa en cuanto
hemos cambiado. Yo se que tu crees que ente los
dos podemos lograrlo, y yo al principio lo creía.
Pero han pasado casi tres siglos y cada día tengo
menos fe en estos, en los nuestro.

-Vanessa no digas eso.

-Si lo digo, lo digo y lo seguiré diciendo esto no


va bien Ástralon, lo mejor es que dejemos de
intentarlo.

-Me estas diciendo que tire por la borda todos


estos años a tu lado, que trate de olvidarlo todo,
que haga como si nada de esto hubiera ocurrido?

-Si eso mismo.

Las lágrimas se escapaban de los ojos de él


aunque intentara evitarlo.

-No lo entiendo por que?

-Porque ya no siento lo mismo hacia ti Ástralon


han pasado demasiados años, y ya no te quiero
igual que antaño.

Entonces el se levanto y se dirigió hacía la


puerta decidido.

-Entonces es mejor que me marche. No volveré


a molestarte ni a volver a visitarte. Pero si algún
día cambias de opinión o necesitas algo ya sabes
donde vivo.

Y tras decir esto cerro la puerta tras de sí.

Liberación para unos dolor para otros.


Ástralon salio de la casa deprisa, tras salir del
edificio las lagrimas se escapaban de sus ojos.
Como podía haber ocurrido, cuantos errores
había cometido. Como podía haberlo estropeado
todo. Ella era todo lo que tenía en la vida y lo
había echado a perder.

-Mierda, mierda ¡¡¡MIERDA!!!-grito en medio


de la calle- como puedo ser tan estúpido, soy
estúpido, mierda.

Siguió caminando y se dirijo hacía su propia


casa, sabía a la perfección que esta vez la había
cagado tanto que ya nada tenía remedio. Todo,
lo había echado todo a perder, su vida carecía ya
de sentido quizás debería eliminarse ya de este
mundo sin sentido, pero no se sentía capaz era
demasiado cobarde para hacerlo. Se subió al bus
que lo llevaría a casa mientras lagrimas de dolor
recorrían su rostro.

……………………………

Tras oír el portazo Vanessa se quedo paralizada,


no podía creer lo que acababa de de ocurrir.
Realmente había cortado con Ástralon? Las
piernas la fallaron y tuvo que sentarse para no
caerse. Si lo había echo, le había expulsado de
su vida. Se pregunto a si misma una y otra vez si
era verdad que ya no sentía lo mismo por él o
simplemente lo había dicho porque estaba
dolida. No supo que decir, estaba muy
confundida. Se dirigió a su cuarto otra vez y
decidió dormir.

Al anochecer se despertó como si acabara de


salir de un sueño. Un sueño o una pesadilla? No
estaba segura, pero cuando se dirijo al salón y
sintió el olor de Ástralon por toda la habitación..
Entonces comprendió que el sueño no era un
sueño, que todo había ocurrido realmente. Pero
no se sintió mal más bien liberada. No tendría
que preocuparse más por ayudarle de que no le
atacaran otros vampiros, no tendría que
preocuparse de que le robara la caza. Por fin era
libre de hacer todo lo que ella quisiera sin estar
pendiente de él. Salio corriendo a la calle y se
dirijo hacia un viejo barrio en donde muchos
chavales se reunían a diario a charlar nada más
anochecer si se daba prisa, conseguiría pillar a
alguno de vuelta a casa. Un grito de énfasis
escapo de su garganta cuando saltaba de tejado
en tejado.

También podría gustarte