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INFORME PSICO-GRAFODIAGNÓSTICO DE TIAGO xxx (Bs. As.

CABA 05/09/2015)

Se realizaron tres encuentros donde se administraron las siguientes técnicas y test para niños y
preadolescentes:

 Test de la casa (de personalidad y relación familiar)


 Test del árbol (de personalidad)
 Test de la figura humana (madurativo, autorreferencial, de personalidad)
 Test de los colores (aspectos afectivos)
 Test desiderativo (estructuración del yo, catexias positivas y negativas identificatorias)
 Test de Wartegg (refleja aspectos sociales, afectivos, intelectuales, de actividad y
aspiraciones)
 Test de persona bajo la lluvia ( respuesta a las presiones)
 Test de Bender (Respuesta visomotora, emotividad, personalidad)

Tiago se presenta en la primera oportunidad luego de la insistencia paterna: va a buscarlo con la


madre ya que no desea concurrir un sábado a esa hora.
Manifiesta en el primer contacto su sorpresa porque pensaba que tendría muchos encuentros y no
sólo tres, denotando alivio y mejor predisposición.

Conversamos sobre sus actividades, el deporte, el colegio. Manifiesta desagrado por estar dentro de
la agrupación de los “boy scout”. Algunos miembros también son del colegio y le molesta esa
presencia: desea un espacio nuevo donde no lo conozcan, no lo critiquen ni lo juzguen.

Se observa que prefiere estar en puestos solitarios y poco activos como el de arquero en el fútbol; el
basket le resulta algo incómodo (es grupal y muy exigente en el movimiento), como tampoco le
agrada la actividad propia del scout; le gusta más nadar y menciona que estaría feliz estudiando
piano. Esta predisposición señala una tendencia al aislamiento y a evitar contacto crítico de sus pares
o la autoridad.

Si bien relata que en los recreos está con dos varones más y a veces se suman cuatro chicas, se
recluyen en una esquina del patio, más protegidos y sin que los molesten.
La actitud es complaciente en cierta medida, con una mirada poco desafiante, más bien se sonríe con
frecuencia como aceptando lo que se le dice, aún pidiéndole que ponga cara de enojado.
Practicamos decir:”no me gusta” a aquellas conductas de los otros que lo afectan.

La postura habitual en los dos encuentros fue de esconder las manos y de presionarlas debajo de las
piernas mientras charlábamos, aspecto que denota control de posible agresividad interior y culpa.
Esta situación se repite en el test de la figura humana, donde esconde en el bolsillo las manos,
sacando la lengua como burlando. Se interpreta como evasión de problemas, temor a relacionarse
socialmente, posible sentimiento de culpa por masturbación, fantasías o tendencia a la apropiación
de objetos.

Busca evadirse y huir del ámbito familiar, con avidez por el cambio hacia una situación más
placentera. Necesita encontrar un lugar pacífico para elaborar el enojo, según expresa en el test
desiderativo: no desea ser alguien donde se descargue el enojo de otros, ni tampoco le gustaría ser
pendenciero o creído, peleando para ganar. Sin embargo cree que estaría bueno ser considerado una
persona habilidosa y rápida, nada aburrida y luminosa, aun siendo pequeño a los ojos de los demás.
Pudo estructurar su yo adecuadamente: su intelecto dominó la situación desestructurante propuesta
por la prueba.

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La imagen corporal del test de la figura humana está empequeñecida indicando baja autoestima,
compensando este sentimiento con la ilusión de estar por encima de la situación, tomando una
postura distante, algo burlona pero atenta a las opiniones de los demás. Desea ser amigable, divertido
y gracioso, según su decir y rechaza de sí mismo ser sensible, enojadizo y que ve sólo su lado
negativo. La postura rígida y autoexigente le impide encontrar opciones creativas para abordar las
cuestiones diarias. Debería elaborar la adaptabilidad para no ahogarse en un vaso de agua.

Los trazos son repasados, denotando alto monto de ansiedad, aspecto que corrobora el test de los
colores, donde se encontró una personalidad de tipo emocional: no puede dejar de lado nada, todo es
urgente y esto lo vuelve susceptible, reacciona impetuosamente ante el mínimo estímulo. Las
emociones tienden a manifestarse fácilmente y la conducta es menos predecible y menos lógica.
Se observa que desea compensar lo que cree que ha perdido, viviendo los momentos con exagerada
intensidad para liberarse de lo que lo oprime.

Cree que una situación es desesperada y rechaza lo que encuentra desagradable. Trata de protegerse
de lo que le molesta o lo deprime. Necesita de una compañía tan sensible como lo es él, si no lo
consigue puede abocarse a una aventura insólita que le despierte entusiasmo e interés. La
insatisfacción sentimental y la falta de aprecio lo llevan a una gran tensión, aspecto que le requiere
de un autocontrol desproporcionado para disimularlos.

Vive en gran tensión y frustración pero no tiene ya la voluntad para luchar contra las dificultades
presentes. Cree que necesita ayuda para mejorar esta situación, que debe romper ataduras para estar
más tranquilo y seguro. A pesar de todo permanece firme pero está sometido a una presión
intolerable que a veces canaliza en la acción. Añora ser respetado por sus realizaciones personales.

A través de la fantasía compensa lo que no logra efectivamente, satisface así su deseo de aplauso y
de predominio. A veces tiene sed de venganza y procede agresivamente, lo domina la impaciencia.
Procede con impulsividad o imprudencia. Estas cargas emocionales le generan complejos de culpa,
aspecto que le trae dificultades psicológicas. A veces compensa estas dificultades con la oralidad o
con la indiferencia.

Vive en la duda y la indecisión, está en una encrucijada respecto de sus objetivos: debe superar la
tendencia a dejarse llevar por los acontecimientos. Puede disminuir la atención y concentración,
buscando la comodidad hasta la misma inercia. Tenderá así a la dispersión, la huída y los pretextos.

En conclusión, Tiago está transitando su preadolescencia con una suerte de vaivenes emocionales
que lo llevan a tomar decisiones impulsivas, se siente culpable de su agresividad o de algún hecho
erróneo y al controlarse excesivamente se mantiene en constante atención y vigilancia. Puede
agotarse y disminuir su energía vital hasta sentirse distante y agobiado, entrando en una indiferencia
que frena su accionar.

Tiago es sólo un niño que está aprendiendo a transitar un tiempo donde deberá negar a sus padres
para hallar un grupo de pertenencia que le facilite definir su identidad sexual y de personalidad. Es
fundamental hablar mucho con él, escucharlo.

Es aconsejable realizar un tiempo de terapia infantil, acompañada de terapia familiar para ayudarlo
con técnicas adecuadas a salir de su problema encarando su realidad y apoyándolo
incondicionalmente. Que sienta el sostén afectivo de su núcleo de pertenencia, que no lo juzgue sino
que lo guíe sin comentarios desvalorizantes. Que sienta que puede decir lo que le pasa sin
angustiarse por la respuesta de aquellos de quienes necesita congruencia, seguridad y amor.

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