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ea­

re­
¿ Cómo serán las guerras
si-

lSa
del siglo XXI?
1. a-
24 Pedro Brieger
ón

ifi­ "El choque de las civilizaciones dominará la políti­ XX, opina que en el próximo, la política internacional
ías ca mundial en los próximos años", afirma el conocido estará dominada por la interacción entre Occidente y
·ue profesor de Harvard, Samuel Huntington 0993). Su ar­ las civilizaciones no occidentales: "Occidente y el res­
do tículo, "The Clash of Civilizations?" ("¿El choque de civi­ to". Esta interacción provocará un choque de civiliza­
5U­ lizaciones?"), publicado en 1993 en la influyente revis­ ciones y el retorno a las rivalidades tradicionales y tri­
ás, ta estadounidense Foreign Affairs, es considerado el bales. En su novedoso análisis sostiene la existencia de
ele más importante y polémico en estos tiempos de la post ocho grandes civilizaciones: occidental, confuciana, ja­
ier Guerra Fría. Su impacto, principalmente en los estratos ponesa, islámica, hindú, ortodoxa eslava, latinoamericana
:es
gubernamentales y académicos, es de tal envergadura, y africana. ¿Cómo será este enfrentamiento entre "Oc­
de
que se lo compara con el éxito que en su momento cidente y el resto"? ¿Qué respuesta darán las civilizacio­
no tuviera el famoso artículo de Francis Fukuyama "El fin nes no occidentales al poder y los valores de Occiden­
fa- de la Historia". te? Este parece ser el principal interrogante de
Huntington.
En la era "post reaganiana" las teorías de Fukuya­
�n - ma han pasado de moda, pero quién duda de que en Como la homogeneidad cultural de Occidente im­
no
su momento convulsionaron al mundillo político, a pe­ pedirá las guerras entre países occidentales, los enfren­
1ás
sar de sus limitaciones teóricas y del desdén con que tamientos probablemente serán entre Occidente y las
fueron recibidas en los principales centros académicos. otras civilizaciones. Para reafirmar su teoría, cita la Gue­
se­ En realidad, ambos trabajos probablemente hubieran rra del Golfo -el conflicto más importante desde la caí­
lor quedado restringidos solamente al ámbito académico si da del Muro de Berlín- porque fue un claro enfren­
no fuera porque sus autores ejercen, una particular in­ tamiento entre civilizaciones: Occidente frente al Islam.
fluencia sobre los principales estrategas políticos de los
Estados Unidos. Frente a un enigmático Siglo XXI, el in­ Consecuente con este razonamiento, Huntington
teresante y polémico trabajo de Huntington nos permi­ plantea que ya no tiene sentido agrupar países en tér­
te adentrarnos en la nueva cosmovisión que impera, o minos de sistemas políticos o de desarrollo económico,
seguramente imperará, en algunos diseñadores de es­ ni conviene utilizar las categorías de· "Primer" o "Tercer
Mundo". En su defecto, propone dividir las sociedades
trategias de la administración del presidente Bill Clin­
según criterios de cultura y civilización, haciendo hin­
ton.
capié en las religiones que perduraron a través del tiem­
¿Qué plantea Huntington? po y que hoy son un factor que provoca conflictos en­
Partiendo del colapso del comunismo, el triunfo tre diferentes pueblos.
del capitalismo y el fin de la Guerra Fría, Huntington ¿Por qué este "choque de civilizaciones"? Porque
plantea un eje central: que los futuros conflictos y gue­ los procesos de modernización económica y cambio so­
rras no estallarán a raíz de enfrentamientos ideológicos cial están separando a los pueblos de sus identidades
o económicos. Contrariamente a lo sucedido en el siglo tradicionales, lo que provocará --con el paso del tiem­
po- la reafirmación de estas entidades y el regreso a
las fuentes milenarias. Por otra parte, Huntington seña­
Pedro Brieger es Sociólogo y especialista en polltlca Internacional. la que los valores más importantes de Occidente, como

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individualismo, liberalismo, derechos humanos, igualdad, 9ccldente es superior
libertad, democracia y libre mercado, son los menos im­ Si bien muchos pensadores y analistas occidenta­ 1
portantes en las otras culturas, aquellas con las cuales les no concuerdan con el pronóstico de Huntington res­ I
Occidente entrará en conflicto. Esta reafirmación de la pecto de las características de los próximos conflictos (

identidad en términos étnicos y religiosos profundizaría internacionales, la mayoría está convencida de que la
la tendencia a construir relaciones del tipo "nosotros y caída del Muro de Berlín -como representación sim­ é
ellos". bólica- y la desintegración de la Unión Soviética per­ e
Su lectura de los acontecimientos en Rusia es muy miten la elaboración de tres axiomas. Primero: el fraca­ ¡::
so del Comunismo y el consecuente tir unfo ideológico n
particular. A diferencia de la mayoría de los especialis­
tas, que considera que los problemas de Yeltsin deri­ y económico del Capitalismo. Segundo: todas las socie­
van de la dificultad de concretar la transición económi­ dades aspiran a copiar el modelo occidental, y princi­ e
ca y política de una sociedad socialista a una capitalista, palmente el "American way of life". Tercero: que una l<
Huntington está convencido de que el problema de Ru­ vez desaparecido el comunismo y su principal repre­ c
sia radica en su intento por formar parte de Occidente. sentación práctica -la Unión Soviética- la lucha de n
Pero alerta· que la relación con Occidente podría volver­ clases y los conflictos sociales quedarán archivados en a
se distante y conflictiva si los rusos rechazan la demo­ la historia.
cracia liberal y comienzan a comportarse como rusos. Las categorías utilizadas por Huntington son una
Paradójicamente, y a "contracara" de la importan­ consecuencia de los tres axiomas mencion_ados ante­
cia que le otorga a lo cultural, Huntington reconoce que riormente y ti�nen como objetivo imponer nuevas
Occidente definiciones sociales, aunque algunas puedan parecer
extrañas y otras simplemente se apropien ele conven­
promociona sus intereses económicos e impone a
cionalismos lingüísticos de los medios de comunicación
las otras naciones las políticas económicas que con­ v:
sidera apropiadas. Los esfuerzos de Occidente por que, en realidad, desdibujan definiciones con mayor ri­ se
promover sus valores de democracia y liberalismo gor científico. Incluso Jeane Kirpatrick (1993), ex ase­ C<
como valores universales, para mantener su predo­ sora de George Bush, cuestiona los parámetros utiliza­
minio militar y adelantar sus intereses económicos,
dos por �untington para mezclar civilizaciones. "Si
provocan respuestas contrarias en otras civilizacio­
nes. (p. 39) definimos civilización con objetivos comunes: lenguaje,
historia, religión, costumbres e instituciones, ¿por qué
También reconoce que las decisiones tomadas en
distinguir Latinoamérica de Civilización Occidental? ¿Y
los más influyentes organismos internacionales, como las
qué es Rusia sino occidental? Las designaciones Este­
Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional, re­
Oeste de la Guerra Fría sólo tenían sentido en el con­
flejan los intereses de Occidente aunque son presenta­
texto eu�opeo" (p. 22, 23). Si se utilizara una mera de­
dos como deseos de la Comunidad Internacional. No es
finición geográfica, también el continente africano
de extrañar entonces que las otras culturas sostengan
debería formar parte de Occidente, o al menos una
que Occidente tiene pautas dobles: condena y ataca a
gran parte del mismo. Sin embargo, para Huntington e�
Irak por su invasión a Kuwait, pero es complaciente con
"Occidente" en realidad es sinónimo de países capita­ Cé
Israel, y no interviene cuando en Bosnia los musulma­
listas desarrollados; básicamente, Norteamérica y Europa. ét
nes son masacrados por cristianos.
La tesis central de Huntington respecto de la in­ di
Para que el siglo XXI no encuentre al mundo oc­ sil
cidental debilitado, Huntington plantea que, en primer teracción entre Occidente y las civilizaciones no occi­
Pe
lugar, debe mantener su poder económico y militar. dentales como producto del fin de la guerra fría desi­
be
Para prevenir conflictos debe fortalecer las instituciones deologiza los futuros conflictos y le resta importancia a
cr
los intereses económicos. Sin embargo, la interacción
internacionales que reflejan y legitiman · los intereses y
actual entre occidente y el "resto" no puede borrar las
o
valores de Occidente, limitar la fuerza militar de otros m
estados y mantener la superioridad militar en oriente. expediciones y tonquistas de las potencias coloniales
ce
En síntesis, un conjunto de valores que le permitirá a en los últimos 500 años en Africa, América y Asia, pues
de
Occidente proteger sus intereses frente a las otras han quedado grabadas en la memoria colectiva de las
pr
civilizaciones. diferentes civilizaciones que las sufrieron.
tal

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-- ��--- - --�-- ----·· -�--

Solamente si las ideologías hubieran perdido im­


nta­ portancia y no existieran intereses económicos, sería
res­ posible llegar a la conclusión de que el conflicto entre
:tos civilizaciones será inevitable, porque los valores son
e la "objetivamente" irreconciliables. Como para Huntington los "otros" reivindican una historia de valores superio­
im­ el conflicto es inevitable, considera "necesario que Oc­ res a los occidentales.
,er- cidente mantenga el poder económico y militar para
Para evitar que las otras civilizaciones se enfren­
1ca­ proteger sus intereses" (p.49), reconociendo explícita­
ten a Occidente, Huntington propone que adopten, en
:ico mente que los intereses no son meramente culturales.
primer lugar, la democracia liberal. A los rusos les ad­
=ie­ No es novedoso en el pensamiento norteameri­ vierte que si "rechazan la democracia liberal y comien­
ici­ cano -aunque también es atribuible a la mayoría de zan a comportarse como rusos las relaciones podrían
ma los países desarrollados que alguna vez fueron poten­ volverse distantes y conflictivas" (p. 45). Sin embargo,
1re­ cias coloniales- asegurar que Occidente es superior al ¿se puede exportar la democracia mediante la asisten­
de resto de las civilizaciones. Heruy Kissinger (1993), dice cia guía e intervención de los Estados Unidos o tam­
en abiertamente que bién esta asistencia refleja otros intereses? Por otra par­
por ser la única nación explícitamente creada para· te ¿se la quiere exportar siempre, o sólo cuando
ma reivindicar la idea de libertad, los Estados Unidos responde a conveniencias de Washington? las actitudes
siempre creyeron que sus valores eran relevantes ambivalentes respecto del Perú, Haití, Somalía, Argelia,
tte­ para el resto de la humanidad. [Por eso] el impulso
ras Turquía, Israel, Rusia o China plantean más interrogan­
de una obligación misionaría por transformar el
:er mundo a nuestra imagen. (p. 19). tes que respuestas.
!n- Esta concepción no es patrimonio de los conser­
ón vadores. Antony Lake (citado por Decomoy, 1993), ase­ ¿Occidente es superior?
ri­ sor de Seguridad Nacional de Clinton, también recono­ Es común creer en Occidente que las otras civili­
>e­ ce abiertamente que zaciones aspiran a adoptar las pautas culturales, mora­
�a­ les, sociales y económicas de los países capitalistas de­
debemos promover la democracia y la economía de
"Si mercado en el mundo porque eso protege nuestros sarrollados, especialmente como sinónimo de desarrollo.
.je, intereses y nuestra seguridad y refleja los valores que "¿Los africanos desean verdaderamente el desarrollo o
ué son a la vez americanos y universales. Nuestro lide­ prefieren una cultura tradicional , poco racional e inefi­
¿Y razgo es buscado y respetado en los cuatros rinco­ caz?" -pregunta el conocido pensador liberal Guy Sor­
nes de la tierra. Nuestros intereses e ideales nos obli­
te- man 0993)-. "¿Quferen realmente el desarrollo y es­
gan no solamente a embarcarnos, sino también a
,n- dirigir. (p. 8) tán dispuestos a incorporarse claramente al capitalismo
le- liberal y a sus imperativos laboriosos, puesto que no
A pesar de diferencias y matices, Huntington,
10 existe ninguna otra vía conocida hacia la prosperidad?".
lake y Kissinger coinciden respecto de la superioridad
na Sorman no cree que ''.la colonización y la destrucción
de los valores occidentales, más específicamente de los
)n de culturas tradicionales represente la causa de las
estadounidenses. Esta cosmovisión, típicamente "etno­
:a­ desgracias históricas del Tercer Mundo" (p. 9). En cam­
centrista", consiste en observar a todos los otros grupos
>a. bio, sí considera que la verdadera responsabilidad de
étnico-nacionales a través del prisma de la superioridad
Occidente radica en la exportación de falsas ideas, el
n­ del propio grupo -dotado de todas las cualidades po­
socialismo y el estatismo. A diferencia de Huntington,
:i­ sibles- frente a la inferioridad intrínseca de los "otros".
Sorman continúa utilizando la expresión "Tercer Mun­
,i- Por esta razón Huntington señala que individualismo, li­
do" como sinónimo de atraso, tradicionalismo y
beraHsmo, derechos humanos, igualdad, libertad, demo­
a subdesarrollo, frente a un "Primer Mundo" altamente
cracia y libre mercado, los valores más importantes de
)Il tecnificado.
Occidente, son los menos importantes en el resto del
as
mundo y tienen poca resonancia en culturas islámicas, En realidad, es imposible calificar países, pueblos
es
confucianas o japonesas. En la escala de valores occi­ y civilizaciones utilizando la mezcla de pautas culturales,
es
dentales, a diferencia de las culturas orientales, lo que sociales y económicas. Sin embargo, si por un momento
1S
prima es el "aquí y ahora". Rara vez la cultura occiden­ aceptamos su división arbitraria de la humanidad, es
tal dominante hace referencia a que la cultura china du- posible afirmar que estas civilizaciones, la confuciana,

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japonesa, islámica, hindú, ortod9xa
eslava, latinoamericana y africana,
construyeron su cosmovisión desde
su propio desarrollo histórico-social,
''
Las civilizaciones no
terio de Comercio e Industria Inter­
nacional (MITI) piensa que "las in­
dustrias norteamericanas deberían
re
y
o
occidentales mejorar el nivel de sus productos y
utilizando categorías propias de a­ no creer que son competitivas por te
nálisis y también, desde su superio­
construyeron su definición, porque no lo son" (p.
ridad frente a las otras civilizaciones, cosmovisión desde su 47).
porque el etnocentrismo no es pa­ propio desarrollo
Pero no hay que creer que los ni
trimonio occidental, se puede en­ histórico-social, japoneses solamente están interesa­
contrar en casi todos los pueblos, utilizando categorías dos en la competencia económica.
culturas y religiones.
propias de análisis! y Su análisis del Nuevo Orden Inter­
Para estas civilizaciones Occi­ desde su superioridad nacional suele incorporar elementos
dente representa la sistemática pe­ de su filosofía milenaria. Takeshi
frente a las otras
netración e imposición de valores, Umehara 0992), uno de los filóso­
comportamientos, instituciones e
civilizaciones, porque el fos más prominentes del Japón, está
identidad que los insta a ser moder­ etnocentrismo no es convencido de que

''
nos, dejar sus tradicionales y cómo­ patrimonio exclusivo de el total fracaso del marxismo es
das vestimentas por el incómodo Occidente. el hecho que antecede al co-
"blue jeans", comer hamburguesas, lapso del liberalismo occidental.
Lejos de ser la alternativa via­
y tomar "Coca-Cola". Para muchos,
ble para ocupar el lugar del
especialmente los gobernantes que marxismo derrotado y la ideo-
buscan los favores de Occidente, logía reinante "al finalizar la
éste puede ser un modelo atractivo y seductor. ¿Acaso historia", el liberalismo será la próxima pieza del do­
cuando Boris Yeltsin visitó los Estados Unidos en 1989, minó que caerá. Guiado por la filosofía cartesiana,
el mundo moderno está aniquilando la vida no hu­
después de un día y medio no reconoció haber cam­ mana y también amenaza con dar muerte a las es­
biado todas las impresiones que tenía sobre ese país y pecies humanas. (p. 14)
el capitalismo? Pero, aunque a los occidentales les cueste Umehara propone dos principios antiguos como
aceptarlo, este modelo dista de seducir a la mayoría de contribución posmodema del Japón para regir la vida
los pueblos poseedores de tradiciones milenarias. V(
social: el mutualismo o la ética de la responsabilidad in­
En el marco de este trabajo es imposible analizar ra
terpersonal y la responsabilidad generacional nacida del
el pasado y el presente de cada una de las civilizacio­ de
carácter cíclico en el tiempo.
nes con las cuales -según Huntington- Occidente ir
Esto significa que la sociedad humana no progresa
chocará. De todas maneras, es interesante conocer al­ o retrocede; en lugar de saqueadores durante el bre­ p.
gunas opiniones para comprender la "otra" visión exis­ ve episodio de esplendor mortal del hombre, el ser
tente respecto de la desintegración de la Unión So­ humano debe ser custodio de la continuidad de la ci
viética, el triunfo del Capitalismo y el Nuevo Orden vida. Durante los últimos treinta años, Occidente creó C\
un mundo abundante basado en la dominación de e1
Internacional dirigido por Occidente. la naturaleza por parte del hombre pensante. Du­
En el Japón existe una amplia coincidencia entre rante gran parte de ese período, el hombre no occi­
dental también fue sometido. Pero la abundancia de p
los analistas políticos respecto de la superioridad eco­
Occidente ahora está amenazada por la impo­
nómica de su país frente a los Estados Unidos. El resur­ sibilidad de la naturaleza de absorber las con­ ci
gimiento de corrientes políticas lideradas por políticos secuencias de su saqueo y por el resurgimiento, par­
ticularmente en Asia, de 'no occidentales' prósperos p
jóvenes, nacionalistas e impetuosos, está ligado al sen­
y competitivos. (p. 15) la
timiento de menosprecio que sienten por los Estados
El Islam, que parece haberse convertido en el zc
Unidos -una nación "a todas luces decadente"- que
nuevo enemigo de Occidente, crece y se desarrolla a ce
los condiciona políticamente desde 1945. En vez de im­
medida que se incrementa su enfrentamiento con el (1
poner cláusulas restrictivas en el intercambio comercial
mundo occidental. Contrariamente a una idea difundida rr
entre ambos países e impedir el liderazgo nipón en el
por los medios de comunicación, los principales fa
sudeste asiático, Noburu Hatakeyama 0993), del Minis-
d
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Inter­
as in- referentes islámicos no se oponen a la modernización Prácticamente no hay intelectuales rusos que pon­
1erían y a la importación de tecnología que provenga de deren el régimen soviético que perduró durante seten­
:tos y Occidente. Sus reparos salen a la luz cuando la ayuda ta años, pero esto no significa que se hayan convertido
s por tecnológica implica sumisión económica y cultural. en apologistas del capitalismo. Nikolai Zitsev (1992),
." (p. Subdirector del Instituto de América Latina de la Acade­
Ali Shariati (1989), uno de los teóricos "modernos" mia de Ciencias de Moscú asegura:
del islam y, en su momento, conocido opositor a la mo­
.e los narquía pro-occidental del Sha de Irán, es quien mejor Quedó demostrado que el sistema anterior de la
URSS no era funcional. Reconozco el triunfo de la
resa­ explica la visión del Islam respecto de las relaciones Oc­ ideología, pero el modelo occidental, si lo observamos
nica. cidente-Oriente. en la periferia es muy peligroso. Pongamos a Brasil,
nter­ por ejemplo, donde una capa pequeña de la socie­
:ntos ¿Por qué Oriente perdió su contacto con los recur­ dad tiene un estándar de vida similar al de un euro­
sos materiales y espirituales? ¿Por qué es incapaz de peo y la mayoría no come. (p. 19)
:eshi reconocer su potencialidad y utilizarla? ¿Qué tiene
óso­ Occidente qúe hace que Oriente sea incapaz? Para China, con un territorio algo mayor al de los Esta­
está reducir al pueblo a la esclavitud obediente hay que dos Unidos, ya se ha convertido en la cuarta econo­
privarlo de su propia personalidad, debilitándolo mo­ mía más grande del mundo y algunos economistas va­
ral y espiritualmente, de tal forma que nunca más se ticinan que en el año 2000 Hong Kong (en manos
10 es
sienta humano. Esta clase de gente no protestará al
. co­ chinas) será como Tokio, un gran centro financiero. Se­
ser usada como bestias de carga. Tan pronto como
·ntal.
carezcamos de nuestra propia personalidad, nos sen­ gún un detallado análisis de la revista inglesa Tbe Eco�
vía- nomist, si China continúa con el ritmo acelerado de re­
del tiremos inferiores a Occidente y nos consideraremos
deo­ menos independientes, nobles y eficaces que Occi­ formas y se convierte en una potencia industrializada y
.r la dente. No podemos remediarlo adulando y sirvien­ exportadora de bienes, el mundo asistirá a un cambio
do ­ do a los pies de Occidente, pidiendo su protección similar a la revolución industrial. (Cf. Powerless growth,
ana, y auxilio cultural e industrial, para que nuestra so­
ciedad tenga la nueva apariencia de modernidad. 1992, p. 34) ¿Cómo reaccionará Occidente ante este
hu­
Sólo cuando estemos en posesión de nuestra propiaper­ vertiginoso crecimiento? ¿Se opondrán los chinos al in­
, es-
sonalidad podremos ser independientes del dominio tento norteamericano de imponer la democracia al esti­
occidental. (p. 88) lo occidental tal cual se opusieron a la introducción del
,mo
Más lejos, desde Moscú, Ievgueni Evtushenko, tal comercio del opio a la fuerza, por los británicos en el
•ida
vez el poeta ruso más conocido, teme que los arcos do­ siglo XIX? "Los chinos, no tienen planes de sustituir la
[ in­
rados de Me Donald's se conviertan en el monumento cultura china por la occidental, insisten en que los valo­
del
de la era posterior a la Guerra Fría y reemplacen al arco res chinos son la esencia y la tecnología occidental sir­
iris de culturas. Justamente, uno de los factores que ex­ ve para fines prácticos". (The Titan Stirs, 1993, p. 37).
:esa
plica la magnitud del apoyo otorgado a Vladimir Shiri­ Este proceso, que parece inevitable, podría verse
Jre­
ser novsky en las elecciones parlamentarias del 12 de di­ sacudido en sus cimientos como producto de una gue­
� la ciembre de 1993 es su firme oposición a la disolución rra de sucesión en la cúpula partidaria, el descontento
:reó cultural rusa y al abandono de los valores tradicionales
de de la población que está en las regiones menos favore­
en aras de la cultura occidental y la "Coca-Cola". Este cidas o una reacción de los Estados Unidos o Japón para
)u­
cci- político --calificado como "un pequeño Hitler" por sus impedir su impetuoso crecimiento, provocando enton­
de propios pares-- conquistó la primera minoría del nue­ ces un "choque de civilizaciones".
::>o­ vo parlamento ruso, y con sus rimbombantes declara­
Jn­
ciones ya ha encendido una luz roja de alerta en Euro­ ¿Se pueden descartar las guerras
,ar­
ras pa, donde trazan un paralelo entre la Rusia de 1994 y económicas en el siglo XXI?
la profunda crisis social que azotó a Alemania a comien­ A diferencia de Huntington que descarta las gue­
el zos de la década del treinta. Dos años antes de cono­ rras comerciales, aunque considera que Occidente pue­
:la cer la magnitud del apoyo a Shirinovsky, Evtushenko de y debe imponer su interes, otros importantes analis­
el 0992) presagiaba que "si nuestra joven e inexperta de­ tas destacan que las guerras del Siglo XXI pueden
.da mocracia no puede proveer un mejor nivel de vida, el estallar por la propia dificultad de los Estados Unidos
.es fantasma del pasado será más monstruoso todavía cuan­ de convertirse en la primera y principal potencia ecó­
do regrese" (p. 72). nomica.

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Lester Thurow 0992), decano
de la Sloan Business School del
Massachussets Institute of Techno­
logy (MIT), estima que el dilema
''
En el japón existe una
Como complemento, y tal
vez como nudo central para com­
prender al mundo que se avecina,
g
e
e
Thurow se pregunta cuáles son las a
central respecto del próximo siglo, amplia coincidencia industrias necesarias para suministrar
j,
como en los anteriores, es saber entre los analistas un nivel de vida de cada categoría
d
quién se apoderará del mismo. El de siglo XXl a los ciudadanos de
Reino Unido dominó el siglo XIX,
políticos respecto de la te
una nación. Taxativamente señala
superioridad económica fa
Estados Unidos el siglo XX, ¿quién que quienes posean las industrias
dominará el próximo?, se pregunta. de su país frente a los microelectrónicas, biotecnología,
En 1945 había dos superpoten­ Estados Unidos. El nuevas industrias basadas en la g
cias militares, Estados Unidos y ciencia de los materiales, telecomu­ si
la Unión Soviética, luchando
resurgimiento de
nicaciones, aviación civil, robótica, rr
por la supremacía, y una super­ corrientes políticas más las máquinas herramientas y las L:
potencia económica, Estados lideradas por políticos
Unidos, que estaba sola. En computadoras, más el software ga­ re
1992 hay una superpotencia jóvenes ) nacionalistas e narán. No todos tendrán estas siete Ui
militar, Estados Unidos, que se impetuosos) está ligado industrias fundamentales -asegu­ n;
encuentra sola, y tres superpo­ ra-; por lo tanto, algunos ganarán ci
tencias económicas, es decir, al sentimiento de y otros perderán. V(
Estados Unidos, Japón y Euro­ menosprecio que sienten
pa, (centrada esta última en Pocos confían seriamente en h
Alemania), que luchan por por los Estados Unidos) que --en estas condiciones- los re

''
conquistar la supremacía eco­ una nación "a todas Estados Unidos sean los vencedo­ m
nómica. (p. 17) res. Robert Bartley 0993), editor te
luces decadente".
El problema central para los del Wall Street Journal se lamenta m
Estados Unidos es su intento de porque "perdimos confianza en ra
continuar asumiendo el rol de su- nuestras habilidades para diseñar la rn
perpotencia militar, lo que repre- nueva era" (p. 15). ¿Cómo se hace ta
senta un obstáculo para volver a ser la superpotencia para recobrar esa confianza perdida si los Estados Uni­
q1
económica. Para restaurar su prosperidad económica dos se convirtieron en la nación más endeudada del pla­
d(
necesita imperiosamente reducir el presupuesto de de­ neta, cuando diez años atrás era la más acreedora? ¿Se
C2
fensa, tal cual lo señaló el mismo Clinton. Pero si lo podrá lograr por intermedio de incursiones militares del
Ul
hace, corre el riesgo de perder su liderazgo como pri­ tipo Tormenta del Desierto contra Irak? James Chace
trc
mera potencia militar. Aparentemente, un callejón sin 0992), profesor de Relaciones Internacionales del Bard
N
salida. En otras palabras, está imposibilitado de ejercer College de Nüeva York, está convencido de que
eternamente su función de policía planetario -Globo­ es
es muy improbable que recibamos apoyo para nues­
cop según la expresión acuñada por la revista Time-­ tras aventuras de esa naturaleza en el plano exter­
no, y de ninguna manera para que actuemos como ¿I
y a su vez restaurar su prosperidad económica.
"la policía" del mundo, como es el deseo del Pen­
Son innumerables los trabajos que analizan las di­ tágono. La relación política con los países capitalis­ UI
ficultades de los Estados Unidos para mantener su lide­ tas desarrollados que durante la Guerra del Golfo
apoyaron a Estados Unidos es fundamental. Pero - la
razgo económico y los profundos problemas sociales
se pregunta Chace- ¿cómo van a reaccionar nues­ pi
que lo aquejan (Albert, 1992; Brieger, 1993; Reich,
tros aliados si en un documento del Pentágono se ce
1993; Thurow, 1992). Pero conviene recordar algunos dice que nuestro objetivo es desatentarlos para que no ne
datos aportados por Lester Thurow 0992): se atrevan a desafiar nuestra posición de vanguardia
y a subvertir el orden e_conómico y político estableci­ d::
En 1970, 64 de las corporaciones industriales más
grandes del mundo estaban en EE.UU., 26 en Euro­ do? Hay que ver si los japoneses y los alemanes es­ se
pa y sólo 8 en Japón. En 1988 sólo 42 estaban en tán dispuestos a volcar miles de millones de dólares Ci
EE.UU. 33, en Europa y 15 en Japón. En 1979, 19 para respaldar esa política. (p. 19) p::
de los 50 bancos más importantes eran de los ¿Cómo ven las perspectivas para el Siglo XXl los
EE.UU., en 1988 sólo 5. En 1990 entre los 20 prime­ "¿
dos grandes adversarios de los Estados Unidos? El japo­ ra
ros no había norteamericanos. En el sector Servicios,
9 de cada 10 de las empresas más importantes aho­ nés Shintaro Ishihara vaticina que la guerra militar entre é�
ra son japonesas. (p. 34) superpotencias del siglo XX será reemplazada por la

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guerra económica del siglo XXI, y deja fuera toda dis­ Sorman, 1993)-- La Segunda Guerra Mundial, los geno­
com­ cusión de que el Japón será el vencedor. Helmut Kohl, cidios, la destrucción de la naturaleza y, en el porvenir,
:cina,
el canciller alemán, está convencido de que la década ¿qué otra cosa?" (p. 6). En el fondo, es una crítica que
in las
del noventa será la década de los europeos y no de los cuestiona la autoridad moral de occidente, pero que no
tistrar
japoneses. Lo interesante es que implícitamente consi­ necesariamente debe derivar en una confrontación glo­
goría
dera que Estados Unidos está fuera de juego. Para Les­ bal. El atractivo de Occidente consiste en el bienestar
IS de
ter Thurow, en la batalla por el siglo XXI, el Japón es la material, pero si no lo aporta provoca el efecto contra­
:ñala
favorita. rio, el rechazo. Si Occidente, y principalmente Estados
;trias
)gía, Ninguna de las tres potencias está plenamente se­ Unidos, utilizan las instituciones internacionales, su po­
n la gura de su triunfo. ¿Puede esta competencia terminar derío militar y los recursos económicos solamente para
1mu­ sin vencedores ni vencidos? La historia, y muy especial­ proteger sus intereses, como dice Huntington, enton­
tica, mente la de este siglo, parecería afirmar lo contrario. ces sí, el "choque" de civilizaciones, de países o de regí­
y las Las discusiones en torno de los acuerdos de la GATI menes políticos, será inevitable. Mientras tanto, las
i ga­ representan un ejemplo de las dificultades por llegar a "otras" civilizaciones esperan agazapadas el zarpazo de
;iete un consenso en el Nuevo Orden Económico Internacio­ Occidente, porque consideran que su decadencia lo lle­
�gu­ nal. Para inclinar la balanza en su favor, las tres poten­ vará a lanzar el típico "manotazo de ahogado" como úl­
trán cias probablemente utilicen todos los recursos hasta timo intento por mantenerse en la cúspide.
vencer a sus principales contrincantes, y no es desca­ La diferencia con el pasado radica en que, por pri­
: en bellado sostener que para tal fin se vean obligadas a mera vez en la historia, las armas modernas y nucleares
los recurrir a la vía militar ¿Acaso las dos grandes guerras son capaces de volar el planeta y acabar con todo ves­
do­ mundiales de este siglo no fueron por oposición de in­ tigio humano.
itor tereses y crisis en el seno de las economías capitalistas
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'10
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dar que los cuestionamientos respecto de Occidente Reich, Robe1t. (1993). El trabajo de las naciones. Buenos Aires:
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>S
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