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II. ANTECEDENTES
1. Demanda
1 Fl. 2 a 14, C. 1.
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2. Contestación
2 Fl. 15 a 17, C. 1.
3 Mediante auto de 31 de marzo de 2011, el Tribunal Administrativo de Caldas rechazó la demanda
(Fl. 110 y 111, C. 1.). En contra del anterior se presentó recurso de apelación, el cual fue concedido
el 13 de mayo de 2011 (Fl. 114, C. 1.) y admitido el 20 de junio de 2011(Fl. 33, C. 1.). El 7 de julio
de 2014, el Consejo de Estado revocó el auto de rechazo de la demanda y resolvió admitir la
demanda y notificar a las entidades demandadas (Fl. 15 a 19, C. 1.). Por ello, el 12 de septiembre
de 2014, el Tribunal Administrativo de Caldas avocó conocimiento y ordenó continuar con el trámite
procesal (Fl. 118, C. 1.).
4 Fl. 125 a 129, C. 1.
5 Fl. 243, C. 1.
6 Fl. 247 a 253, C. 1.
7 Fl. 244 a 246, C. 1.
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5. Recurso de apelación
5.1. El extremo activo12 manifestó que los hechos que originaron el daño fueron
consecuencia de la negligencia del municipio de Villamaría, puesto que la
intersección vial donde ocurrió el accidente de tránsito carecía de señalización y/o
de reductores de velocidad.
III. CONSIDERACIONES
1. Competencia
2. Acción procedente
3. Vigencia de la acción
14 La suma de todas las pretensiones acumuladas asciende a 694 SMLMV (357.500.000) del año
2010.
15 “Artículo 86. Acción de reparación directa. La persona interesada podrá demandar directamente
la reparación del daño cuando la causa sea un hecho, una omisión, una operación administrativa o
ocupación temporal o permanente de un inmueble por causa de trabajos públicos o por cualquiera
otra causa. Las entidades públicas deberán promover la misma acción cuando resulten condenadas
o hubieren conciliado por una actuación administrativa originada en culpa grave o dolo de un servidor
o ex servidor público que no estuvo vinculado al proceso respectivo, o cuando resulten perjudicadas
por la actuación particular o de otra entidad pública.”
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Así pues, con el propósito de otorgar seguridad jurídica, de evitar la parálisis del
tráfico jurídico dejando situaciones indefinidas en el tiempo, el legislador, apuntando
a la protección del interés general17, estableció unos plazos para poder ejercer
oportunamente cada uno de los medios de control judicial. Estos plazos resultan ser
razonables, perentorios, preclusivos, improrrogables, irrenunciables y de orden
público, por lo que su vencimiento, sin que el interesado hubiese elevado la solicitud
judicial, implica la extinción del derecho de accionar, así como la consolidación de
las situaciones que se encontraban pendientes de solución.
16 Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia de 23 de junio de 2011, Exp. 21093: “[…] respecto
a la oportunidad para pronunciarse respecto a este fenómeno jurídico ha de decirse, en primer lugar,
que, por tratarse de un presupuesto procesal de la acción, ha de examinarse de manera oficiosa al
momento de admitirse la demanda por manera que, conforme prescribe el artículo 143, inc. 3 del
Código Contencioso Administrativo, habrá de rechazarla el juez cuando verifique que ha ocurrido,, o
bien podrá ser propuesta por el demandado mediante el recurso de reposición propuesto contra el
auto admisorio de la demanda, o en la contestación de la misma, formulada como excepción de
fondo- artículo 144 ordinal 3- e incluso declararla de oficio el Juez en la sentencia definitiva si se
encuentra probada, conforme a los mandatos del artículo 164 del C.C.A.”
17 Corte Constitucional. Sentencia C-394 de 2002: “La caducidad es una institución jurídico procesal
19 Consejo de Estado, Sentencia del 30 de enero de 2013: “Para garantizar la seguridad jurídica de
los sujetos procesales, el legislador instituyó la figura de la caducidad como una sanción en los
eventos en que determinadas acciones judiciales no se ejercen en un término específico. Las partes
tienen la carga procesal de impulsar el litigio dentro del plazo fijado por la ley y de no hacerlo en
tiempo, perderán la posibilidad de accionar ante la jurisdicción para hacer efectivo su derecho. Es
así como el fenómeno procesal de la caducidad opera ipso iure o de pleno derecho, es decir que no
admite renuncia, y el juez debe declararla de oficio cuando verifique la conducta inactiva del sujeto
procesal llamado a interponer determinada acción judicial”.
20 Corte Constitucional. Sentencia C-574 de 1998: “…[s]i el actor deja transcurrir los plazos fijados
por la ley en forma objetiva, sin presentar la demanda, el mencionado derecho fenece
inexorablemente, sin que pueda alegarse excusa alguna para revivirlos. Dichos plazos constituyen
entonces, una garantía para la seguridad jurídica y el interés general. Y es que la caducidad
representa el límite dentro del cual el ciudadano debe reclamar del Estado determinado derecho, por
ende, la actitud negligente de quien estuvo legitimado en la causa no puede ser objeto de protección,
pues es un hecho cierto que quien, dentro de las oportunidades procesales fijadas por la ley ejerce
sus derechos, no se verá expuesto a perderlos por la ocurrencia del fenómeno indicado”.
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dentro del término de dos (2) años para el vencimiento de la acción, teniendo en
cuenta: i) que el 12 de enero de 2009, Sergio Andrés Guevara Becerra fue
embestido por una camioneta en el municipio de Villamaría, producto de lo cual
sufrió varias lesiones físicas (hecho probado 7.1.1.); ii) que el 28 de abril de 2010,
la parte demandante presentó solicitud de conciliación extrajudicial, la cual se
declaró fallida el 27 de mayo de 201021; y iii) que la demanda se presentó el 10 de
diciembre de 201022.
4. Legitimación en la causa
4.1. Sergio Andrés Guevara Becerra (víctima) está legitimado en la causa por activa,
pues fue la persona que sufrió las lesiones físicas en el accidente de tránsito
ocurrido el 12 de enero de 2009, según da cuenta copia simple de la
correspondiente historia clínica24.
4.2. El municipio de Villamaría está legitimado en la causa por pasiva, pues se alega
en la demanda que las lesiones físicas que sufrió Sergio Andrés Guevara Becerra
se produjeron por falta de señalización y/o reductores de velocidad en la
intersección vial ubicada a la altura de la calle 8ª con carrera 7ª de dicho municipio.
Aunado a lo anterior, se probó que la intersección vial ubicada en la carrera 7ª con
calle 8ª de Villamaría, hacía parte de la red vial municipal, de conformidad con lo
5. Problema jurídico
25 “Artículo 17. (…) hace parte de la infraestructura distrital municipal de transporte, las vías urbanas,
suburbanas y aquellas que sean propiedad del municipio, las instalaciones portuarias fluviales y
marítimas, los aeropuertos y los terminales de transporte terrestre, de acuerdo con la participación
que tengan los municipios en las sociedades portuarias y aeroportuarias, en la medida que sean de
su propiedad o cuando estos le sean transferidos”.
26 Por la cual se dictan disposiciones básicas sobre el transporte, se redistribuyen competencias y
características de las señales de tránsito, su uso, su ubicación y demás características que estime
conveniente. Estas señales serán de obligatorio cumplimiento para todo el territorio nacional.
Parágrafo 1°. Cada organismo de tránsito responderá en su jurisdicción por la colocación y el
mantenimiento de todas y cada una de las señales necesarias para un adecuado control de tránsito
que serán determinadas mediante estudio que contenga las necesidades y el inventario general de
la señalización en cada jurisdicción. Parágrafo 2°. En todo contrato de construcción, pavimentación
o rehabilitación de una vía urbana o rural será obligatorio incluir la demarcación vial correspondiente,
so pena de incurrir el responsable, en causal de mala conducta”.
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La imputación no es otra cosa que la atribución fáctica y jurídica que del daño
antijurídico se hace al Estado y que lo obliga a repararlo y que comprende los daños
causados en ejercicio de la función pública y aquellos causados con motivo de ella,
de acuerdo con los criterios o causales de imputación que se han desarrollado para
ello, principalmente por la doctrina, y que han sido acogidos y aplicados por la
jurisprudencia, como ocurre, por ejemplo, con la falla del servicio, con el
desequilibrio de las cargas públicas, con el riesgo excepcional y con el daño
especial, entre otros33.
28 “Artículo 90. El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos que le sean
imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades públicas. En el evento de ser
condenado el Estado a la reparación patrimonial de uno de tales daños, que haya sido consecuencia
de la conducta dolosa o gravemente culposa de un agente suyo, aquél deberá repetir contra éste”.
29 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia del 2 de marzo de 2000. Rad.: 11945
30 Cfr. De Cupis. Adriano. Teoría General de la Responsabilidad. Traducido por Ángel Martínez
Responsabilitá Civile, a cargo de Pasquale Fava. Pág. 2407, Giuffrè Editore, 2009, Milán, Italia.
33 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, subsección C,
Ahora bien, la Sección Tercera del Consejo de Estado36 ha sostenido que para
efectuar el análisis de responsabilidad del Estado en eventos de accidentes de
tránsito por falta de señalización o mantenimiento de la vía, se debe tener en cuenta
que aquel está obligado a realizar las labores necesarias para cumplir con el
sostenimiento de la red vial.
34 Consejo de Estado, Sección Tercera. Sentencia del 19 de abril de 2012. Rad.: 21515.
35 Consejo de Estado, Sección Tercera, Sentencia del 13 de julio de 1993, Rad.: 8163; Sentencia del
10 de marzo del 2011, Rad: 17.738; Sentencia del 25 de julio de 2019, Rad.: 50315.
36 Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección A, Sentencia del 25 de agosto de 2011, Rad.:
17613.
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Por tal razón, el Estado deberá responder patrimonialmente en los eventos en que:
i) conozca las condiciones naturales del terreno, de las cuales sea previsible el
desprendimiento de materiales de las montañas aledañas a las carreteras y, sin
embargo, no adopte las medidas necesarias para evitar la ocurrencia de tragedias
naturales o accidentes de tránsito; y ii) cuando incurra en omisión de sus tareas de
conservación y mantenimiento rutinario y periódico de la infraestructura vial,
responsabilidad que acarreará mayor exigencia si se demuestra que los daños u
obstáculos permanecieron sobre una carretera durante un tiempo razonable para
actuar, sin que la entidad demandada hubiera efectuado las obras de limpieza,
remoción, reparación o señalización, con miras a restablecer la circulación normal
en la vía, evento en el cual se deberán evaluar las condiciones y circunstancias del
caso particular, con el fin de determinar la razonabilidad del tiempo, valoración que
será más estricta si se llega a demostrar que el hecho anormal que presentaba la
vía fue puesto en conocimiento de la accionada y que ésta omitió el cumplimiento
de sus funciones; no obstante, en este punto cabe advertir que la falta de aviso a la
entidad encargada no la exonera de responsabilidad37.
de un agente externo a la relación que existe entre la víctima o sujeto del daño y
aquel a quien pretende atribuírsele, y que esa actuación, causa eficiente del hecho
lesivo, es completamente ajena al servicio de manera que el agente estatal no se
encuentra vinculado en manera alguna con la afectación cuyo resarcimiento se
pretende.
Adicionalmente, sobre la revisión del actuar del tercero en la producción del daño,
esta Sección precisó que no es determinante ni se requiere que el tercero haya
actuado con culpa en razón a que la relación causal es un aspecto de carácter
objetivo. Asimismo, indicó que para que opere la exclusión de responsabilidad por
una causa extraña, se requiere que dicha conducta irresistible, imprevisible y
externo sea la causa adecuada y/o determinante del hecho lesivo42.
7. El caso concreto
41 Consejo de Estado, Sección Tercera, Subsección A. Sentencia del 8 de mayo de 2019, Rad.:
46858; Subsección C. Sentencia del 11 de marzo de 2019, Rad.: 43512; Subsección B. Sentencia
del 21 de noviembre de 2018, Rad.: 40350; Subsección C. Sentencia del 28 de enero de 2015, Rad.:
32912A; Subsección A. Sentencia de 13 de febrero de 2013, Rad.: 18148.
42 Ibídem.
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Bajo esta óptica, la Sala establecerá cuáles son los hechos probados, para
posteriormente analizar si los elementos que estructuran la responsabilidad del
Estado se encuentran acreditados.
Así las cosas, la Sala valorará sin restricción alguna las pruebas documentales
trasladadas del proceso penal No. 178736106803200960011, adelantado por la
Fiscalía 2ª Delegada de Manizales por el presunto punible de lesiones personales
culposas de Sergio Andrés Guevara Becerra44. Ello, por cuanto estas pruebas
fueron debidamente decretadas en el plenario y allegadas al proceso, de manera
que ambas partes conocieron su contenido y contaron con la oportunidad de ejercer
la contradicción de las mismas.
Por otro lado, se advierte que obran en el expediente las entrevistas de Jorge
Hernán Vargas Arias48 y José Fabian Espinosa Arango49, no obstante, éstas no
podrán ser valoradas en esta instancia, ya que no consta en el expediente que lo
dicho por ellos fuera ratificado bajo el apremio de manifestar la verdad, en atención
a lo dispuesto en el artículo 229 del Código de Procedimiento Civil50_51.
44 Fl. 5, 6 a 270 C. 2.
45 Fl. 1 a 3, C. 2.
46 “Articulo 194. Confesión judicial es la que se hace a un juez, en ejercicio de sus funciones; las
demás son extrajudiciales. La confesión judicial puede ser provocada o espontánea. Es provocada
la que hace una parte en virtud de interrogatorio de otra parte o del juez, con las formalidades
establecidas en la ley, y espontánea la que se hace en la demanda y su contestación o en cualquier
otro acto del proceso sin previo interrogatorio”.
47 “Artículo 195. La confesión requiere: 1. Que el confesante tenga capacidad para hacerla y poder
dispositivo sobre el derecho que resulte de lo confesado. 2. Que verse sobre hechos que produzcan
consecuencias jurídicas adversas al confesante o que favorezcan a la parte contraria. 3. Que recaiga
sobre hechos respecto de los cuales la ley no exija otro medio de prueba. 4. Que sea expresa,
consciente y libre. 5. Que verse sobre los hechos personales del confesante o de que tenga
conocimiento. 6. Que se encuentre debidamente probada, si fuere extrajudicial o judicial trasladada”.
48 Fl. 194, C. 2.
49 Fl. 11, C. 4. Fl. 115 a 116, C. 5.
50 Las entrevistas efectuadas por agentes de policía judicial recogen las versiones de personas
determinadas que atestiguan de forma directa o indirecta un hecho sobre el cual se indaga
penalmente, a fin de obtener información relevante que permita la reconstrucción de la realidad,
adelantar las diligencias y proferir las decisiones judiciales, de conformidad con las normas que se
consideren infringidas y constituyen un delito. Sin embargo, como las exposiciones que las personas
rinden ante estos servidores no se realizan bajo la gravedad de juramento, están a merced de
eventuales imprecisiones o tergiversaciones, situación que, en principio, impide al juez reconocerle
a este tipo de medios una capacidad probatoria con mérito de valoración judicial y, por tanto, dichos
documentos no pueden tenerse en cuenta en juicio, salvo que en este los deponentes de las
declaraciones allí vertidas ratifiquen lo dicho bajo el apremio de manifestar la verdad, en atención a
lo dispuesto en el artículo 229 del Código de Procedimiento Civil.
51 Sentencia del 11 de septiembre de 2013, exp. 20601.
17
Así pues, se evidencia que, de conformidad con los medios probatorios allegados
oportunamente al proceso, se demostraron los siguientes hechos:
7.1.1. Se demostró que el 12 de enero de 2009, a las 14:00 p.m., Sergio Andrés
Guevara Becerra sufrió un accidente de tránsito, cuando la motocicleta que
conducía fue impactada por una camioneta de propiedad de la empresa “Ferretería
Central de Construcciones la Aldea”, en el momento en que ambos coincidieron en
la intersección vial en donde se cruzan la carrera 7ª con calle 8ª de Villamaría
mientras se desplazaban de forma perpendicular el uno respecto del otro. En ese
sentido, quedó acreditado que el velocípedo se desplazaba por la calle 8ª y la
camioneta por la carrera 7ª, que el accidente de tránsito se produjo en una vía recta
de doble sentido, la cual contaba con dos carriles, pero no con señales de tránsito
y que el informe policial que se realizó con ocasión del insuceso señaló que “la
carrera 7ª tiene prelación sobre la calle 8ª por ser vía principal”. De esta información
da cuenta copia auténtica del informe de accidente tránsito No. 17873000
elaborado por la Policía de Carreteras, el cual contiene el croquis52, el informe
ejecutivo FPJ-353, el formato de actuación del primer respondiente FPJ-454, el
formato integral del programa metodológico55 y el reporte de inicio de la
investigación penal56. La imagen del croquis obrante en el informe de policía de
carreteras indica que el accidente se produjo de la siguiente manera:
52 Fl. 10 a 12, C. 2.
53 Fl. 7, C. 2.
54 Fl. 6, C. 2.
55 Fl. 77 a 80, C. 2.
56 Fl. 91 a 93, C. 2.
18
57 Fl. 61, C. 2.
58 Fl. 103 a 122, C. 2.
59 Fl. 91 a 93, C. 2.
19
Lo anterior, más allá de consistir en una metodología sugerida por la Sala, atiende
a una lógica en la que, naturalmente, ante la ausencia del daño como elemento
60 Fl. 87, C. 2.
61 Fl. 250 a 254, C. 2.
20
En el caso sub examine, se tiene que el daño alegado son las lesiones físicas
sufridas por Sergio Andrés Guevara Becerra, las cuales se encuentran debidamente
acreditadas con la historia clínica allegada al proceso (hecho probado 7.1.2.), en
donde consta que el señor Guevara Becerra sufrió lesiones físicas e ingresó al
Hospital San Antonio de Villamaría, donde se estableció que tenía un “trauma en
mano derecha, trauma en cara, trauma en tórax y abdomen”, “fractura de tibia” y
“fractura de fémur”. El daño tiene el carácter de antijurídico, pues se trata de la
62 Sobre este aspecto Consejo de Estado. Sala de lo Contencioso Administrativo. Sección Tercera.
Sentencias del 13 de agosto de 2008, Rad. 16516; 6 de junio de 2012, Rad. 24633; 5 de marzo de
2020, Rad. 50264.
63 Frente a la existencia del daño como elemento de la responsabilidad, la Corte Suprema de Justicia
considera lo siguiente: “cabe afirmar que dentro del concepto y la configuración de la responsabilidad
civil, es el daño un elemento primordial y el único común a todas las circunstancias, cuya
trascendencia fija el ordenamiento. De ahí que no se dé responsabilidad sin daño demostrado, y que
el punto de partida de toda consideración en la materia, tanto teórica como empírica, sea la
enunciación, establecimiento y determinación de aquel, ante cuy falta resulta inoficiosa cualquier
acción indemnizatoria”. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. Sentencia del 4 de abril
de 1968. Por su parte, el profesor Fernando Hinestrosa expresa sobre este particular lo siguiente:
“La responsabilidad, entendida latamente como la obligación de resarcir daños y perjuicios, parte de
un dato imprescindible: el daño. La presencia de un quebranto, independientemente del esmero en
su definición y de la exigencia de actualidad o consolidación de él, o de su certidumbre o su
advenimiento más o menos probable. En ausencia de daño no hay obligación, y el aserto, por demás
obvio, pone de presente el carácter estrictamente resarcitorio de la responsabilidad en el derecho de
tradición romanista.” Hinestrosa, Fernando., “Devenir del derecho de daños”, Revista de Derecho
Privado, Universidad Externado de Colombia, n.º 32, enero-junio de 2017, 5-26. Pág. 6.
21
7.2.2. La imputación
Así pues, en el caso sub examine, de los medios probatorios arrimados al proceso,
de los cuales ya se hizo un recuento en los hechos probados, se acreditó que el
que el 12 de enero de 2009, a las 14:00 p.m., Sergio Andrés Guevara Becerra sufrió
un accidente de tránsito, cuando la motocicleta que conducía fue impactada por
una camioneta, de propiedad de la empresa “Ferretería Central de Construcciones
la Aldea”, en el momento en que ambos coincidieron en el cruce de la carrera 7ª
por donde transitaba la camioneta y la calle 8ª de Villamaría por donde se
desplazaba la motocicleta cuyo operador resultó lesionado mientras los vehículos
se desplazaban de forma perpendicular el uno del otro (hecho probado 7.1.1.).
Así pues, según lo expuesto, para determinar si el daño fue ocasionado por una
falla del servicio de la Administración, de acuerdo a lo alegado en la demanda y en
22
Adicionalmente, el mismo manual indica que, teniendo en cuenta que los resaltos
son muy restrictivos para los conductores, debe constatarse que la señalización
vertical y horizontal no haya sido suficiente para disminuir la velocidad de los
automotores en la vía y que su uso no se debe establecer en vías urbanas: i)
principales o calles que enlacen a estas, ii) con volumen vehicular diario superior a
500 vehículos, iii) cuyo porcentaje de vehículos pesados supere el 5%, ni iv) con
pendientes superiores a 8%.
Así pues, está probado que el 12 de enero de 2009 no existían señales de tránsito
ni reductores de velocidad sobre la carrera 7ª de Villamaría, a la altura de la calle
8ª, pues la Policía de Carreteras hizo constar en el informe del accidente vehicular
que para esa fecha no existía señalización y/o reductores (hecho probado 7.1.1.).
Ahora bien, vale la pena precisar que el material probatorio que obra en el
expediente no arroja la información suficiente para determinar si, para la fecha de
los hechos, la calle 8ª y la carrera 7ª del municipio de Villamaría cumplían a
cabalidad o no, con la señalización preventiva que sugiere el manual de
señalización o si requería de la señal “SR-01.- PARE” o los referidos reductores
pues, se reitera, para instalarlos, debía comprobarse su necesidad, constatar
previamente que la señalización vertical y horizontal no había sido suficiente para
disminuir la velocidad de los vehículos, que no se tratara de una vía urbana
principal, con volumen vehicular diario superior a 500 vehículos, cuyo porcentaje de
vehículos pesados superara el 5%, o que tuviera pendientes superiores al 8%.
Entonces, a pesar de que se conoce que el lugar donde ocurrió el accidente era una
vía urbana, no obra en el proceso ningún tipo de información adicional y ello
resultaba necesario para determinar si, en efecto, la Administración incurrió en una
omisión al no instalar la señal “SR-01.- PARE” y/o los reductores de velocidad en la
intersección de la calle 8ª y la carrera 7ª, de conformidad con lo establecido en la
Resolución 1050 de 2004.
Por demás, y solo para enriquecer los argumentos que desde ya permiten inferir
que no se acreditó la falla endilgada en la demanda, es importante destacar que el
solo hecho de que posteriormente se hubiese instalado un resalto en la vía (hecho
probado 7.1.4.) no prueba que su ausencia para el momento de los hechos fue la
causa eficiente del daño, por cuanto, como se indicó, no se probó la existencia de
una situación imperativa que determine que siempre debió existir sobre la vía la
señal “SR-01.- PARE” y el resalto y/o que el insuceso habría podido prevenirse o
evitarse si estos hubieren estado sobre la vía.
De hecho, aunque el informe policial refirió que “la carrera 7ª tiene prelación sobre
la calle 8ª”, lo cierto es que para entonces la calle 8ª era la vía principal y por tanto
ostentaba prelación, pues la otra carretera era secundaria. Precisamente, el artículo
94 del Acuerdo 088 de 200765, expedido por el municipio de Villamaría, clasificó “la
calle octava entre carreras segunda y catorce” como una vía principal, y estipuló
que las vías secundarias “garantizan los enlaces entre las vías arterias principales
65https://villamariacaldas.micolombiadigital.gov.co/sites/villamariacaldas/content/files/000172/8563_
manual-de-construcciones-municipio-de-villamaria-acuerdo-088-de-2007.pdf
26
y los diferentes sectores del municipio”, como lo era para entonces la carrera 7ª. A
su vez, el artículo 105 de la Ley 679 de 200266, que determinó la prelación de las
vías conforme su clasificación, estipulaba que las vías principales tienen prelación
sobre las vías secundarias. Por demás, es menester poner de presente que el
artículo 70 de la Ley 769 de 2002, vigente para la época de los hechos, preveía que
“en intersecciones no señalizadas, salvo en glorietas, tiene prelación el vehículo
que se encuentre a la derecha”.
En ese sentido, se advierte que el accidente se produjo por el hecho del tercero
consistente en el actuar del conductor de la camioneta que circulaba por la carrera
7ª en sentido sur-norte, pues no respetó la prioridad legal del paso de la motocicleta
que circulaba por la calle 8ª y porque, al pretender cruzar la intersección entre la
carrera 7ª y la calle 8ª, debió tomar las precauciones debidas al llegar al cruce e
iniciar la marcha de manera prudente. Precisamente, al ingresar a la calle 8ª por
una bocacalle67, el señor Morales Betancourt debió intentar la maniobra sólo
cuando tuviera la vía despejada y no existiera riesgo alguno de constituirse en un
elemento que entorpeciera el desplazamiento de los automotores que circulaban
por dicha vía, lo cual no sucedió, pues no advirtió que en sentido oriente-occidente
de la carretera, circulaba la motocicleta conducida por la víctima.
Debe tenerse presente que según el artículo 66 de la Ley 769 de 2002 “el conductor
que transite por una vía sin prelación deberá detener completamente su vehículo al
llegar a un cruce y donde no haya semáforo tomará las precauciones debidas e
iniciará la marcha cuando le corresponda”.
Es que debe recordarse que cuando un vehículo llega a una bocacalle debe tomar
las precauciones debidas, ceder el paso a los vehículos que se presentan por su
derecha, e iniciar la marcha de manera prudente, pues son los vehículos que
circulan por la diestra los que tienen la prioridad legal de paso.
66 “Artículo 105. Clasificación de vías. Para efectos de determinar su prelación, las vías se clasifican
así: 1. Dentro del perímetro urbano: Vía de metro o metrovía, Vía troncal,
Férreas, Autopistas, Arterias, Principales, Secundarias, Colectoras, Ordinarias, Locales, Privadas
Ciclorrutas, Peatonales […]”. (Se resalta)
67 De conformidad con la Ley 769 de 2002, una bocacalle es una “embocadura de una calle en una
intersección”.
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Según lo expuesto, se advierte, entonces, que las lesiones físicas que sufrió Sergio
Andrés Guevara Becerra no son imputables a la entidad demandada y es atribuible
exclusivamente al hecho de un tercero, por tratarse de un hecho ajeno a la
Administración, que fue la causa exclusiva del daño y que fue imprevisible e
irresistible para la parte accionada, razón suficiente para que en la parte resolutiva
28
8. Condena en costas
RESUELVE
FIRMADO ELECTRÓNICAMENTE
NICOLÁS YEPES CORRALES
Presidente de la Sala