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IBED INES VILLALVA RIVAS

ÉTICA
Actividad 2 Reflexión sobre el "otro"

"Sí en la antigüedad el sentido de las cosas estaba en las cosas mismas; en la


modernidad, el sentido de las cosas es puesto por el sujeto".
¿Estás de acuerdo con este pensamiento?

Si, por que las cosas no son lo que son, sino lo que somos y en la antigüedad el
sentido de las cosas si estaba en las cosas mismas las personas inventaban cosas o
descubrían cosas y en mi pensar la sociedad era mejor así impone su identidad sobre
todas las cosas, proyecta su yo sobre el otro, busca incorporarlo, incluirlo, integrarlo
porque por ejemplo como en el video el señor le pide el WhatsApp al chofer de Darío
y él no sabía que era eso y antes cuando no había WhatsApp se comunicaban por
medio de cartas u otras formas de comunicación y así muchas otras cosas y el sentido
si estaba en la cosas mismas en cambio ahora el sentido de las cosas es puesto por
el sujeto tomando el ejemplo anterior ahora si no es por el WhatsApp, otras redes
sociales o llamadas telefónicas por ejemplo las familias que están a larga distancia
no tuviera como comunicarse, hoy en día las personas se basan en las cosas que en
la antigüedad las personas buscaron su sentido en las cosas mismas.

¿Qué connotaciones en la vida práctica tiene esta forma de pensar en el otro?

Que si pensamos mucho en el otro dejamos de pensar más en nosotros mismos y


nos influenciamos de lo que el otro es, siempre estamos relacionándonos con otros,
interfiriéndonos mutuamente, contaminando nuestras identidades, muchas veces
debemos que dejar de penar en el otro y centrarnos en nosotros porque la vida que
vivimos es la nuestra no la del otro y a veces el otro intenta hacernos daño y no nos
deja progresar como persona porque debemos de ver por nosotros ver que queremos
ser nosotros no ver que quiere ser o hacer el otro el otro se convierte en el prójimo
como dice el video hay un principio de proximidad que hace del prójimo alguien
cercano. Un prójimo es alguien próximo, que por eso se vuelve uno de los propios,
pero en ese acto pierde su otredad. La tolerancia nunca termina de alcanzar
completamente al otro, ya que el problema no es el prójimo, sino el distante, el ajeno,
el extraño, el extranjero, aquel que queda absolutamente por fuera de lo propio, aquel
cuya presencia nos amenaza, nos pone en peligro: su diferencia nos desestabiliza,
aunque también si no pensamos en el otro no sabemos que es lo que nos quieren
transmitir si es bueno o malo y somos nosotros mismos lo que tenemos que decidir
qué es lo que recibimos del otro y que es lo que queremos que ellos nos transmitan.

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