Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Características:
Es el cuarto chakra.
Indica además que una persona que está en este chakra no puede ser dañada, ya que su equilibrio
esta siempre latente.
En la tradición Yóguica se le llama Mente Neutral y en occidente se conoce como el estado Crístico.
Es la sede del hamsah (alma individual), es nuestra casa, es donde reside el SER esencial.
Es el principio de la vida.
El corazón es lo primero que desarrolla el embrión para nutrir física y energéticamente al ser.
Es quien nos permite entrar en estado de equilibrio, armonía y paz. Nos ayuda a serenarnos aún en
los momentos más difíciles.
www.sanam.com.co
www.sanam.com.co • info@sanam.com.co
• info@sanam.com.co Contacto
Contacto
317-886317-886
5969 5969 Santa Elena-Medellín
Santa Elena-Medellín
1
www.sanam.com.co • info@sanam.com.co Contacto
317-886 5969 Santa Elena-Medellín
Se asocia el aire con la sabiduría, el amor y todas las cosas ligeras y espirituales.
El aire simboliza la libertad, una libertad que no depende de nada externo, si no que es un estado
inherente al Ser
Es el amor libre, sin cadenas, sin ataduras, un amor que deja espacio, que suelta, sin apegos.
El aire es un elemento espacial que ocupa todo el espacio, se dispersa. Así es el Amor.
Representa también el aliento. Llamado también prana, o energía vital. Que es la unidad con la que
se construye la vida.
El prana es la energía que integra lo sútil (como la mente) con la materia (el cuerpo). Así el cuarto
chakra integra.
El chakra corazón es nuestro núcleo, el espíritu interior que unifica todas las fuerzas superiores e
inferiores, internas y externas.
Nos permite trascender el ego y progresar hacia algo más grande, profundo y más fuerte. Nos
lleva a expandirnos.
Ayudándonos a reconocernos como iguales y conectados con todo lo que existe, más allá de las
manifestaciones y roles que cada Ser experimenta.
Pudiendo observar desde un nivel elevado todo lo que ocurre. Comprendiendo a cada Ser en lo
que puede dar o hacer.
En él está el Amor sin objeto, un amor que se irradia desde lo más profundo del Ser hacia todo lo
que existe.
El amor del corazón es aquel que se expresa como la aceptación gozosa y total del lugar que nos
corresponde dentro de la totalidad de las cosas.
Es la Paz interior que resulta del estado de armonía con nuestro propio Ser
Es el reconocimiento de nuestra propia Luz y Esencia, que se irradia hacia todo lo que nos rodea.
Es un estado de comprensión del otro y de toda su experiencia de vida, basado en el total respeto.
Es un amor infinito, que en la media que se deja fluir atrae más hacia nosotros.
Una energía que debe empezar por ser entregada a nosotros mismos.
Necesitamos asumir el proceso de amarnos a nosotros mismos, para poder amar y ser amados por
otros.
Todas las dificultades que hemos vivido son el resultado del desamor propio o del no
reconocimiento personal.
El amor a nosotros mismos es un estado de total receptividad y aceptación de lo que somos, con
todo
.
Aprendiendo a reconocernos por lo que realmente valemos, más allá de lo que la cultura nos ha
impuesto y nos ha enseñado.
A reconocer que nuestro valor es independiente de todo lo externo y radica sólo en nuestra
esencia.
Y lo primero que necesitamos hacer para poder amarnos es conocernos, aprender a observarnos
con cada emoción, sentimiento, pensamiento y acción.
Es poder observarnos con honestidad, sin mentirnos, sin escondernos nada a nosotros mismos. Sin
prejuicios, ni calificativos. Más allá del concepto de “bueno” o “malo”.
Con toda la capacidad para aceptar cualquier aspecto de nuestro Ser, sin importar lo que eso
represente para los demás.
Esto implica reconocernos hasta las emociones más mal calificadas, como la tristeza, la ira, el
miedo, el dolor, etc.
Y poder enfrentarlas, sin esconderlas, sin contenerlas, sin la necesidad de negarlas o condenarlas.
Parte de empezar a amarnos, implica revivir el pasado, dejar salir las emociones contenidas y
aceptarlas como perfectas.
Para poder superar los estados de inercia y detención de nuestro propio proceso de ascensión,
que surgieron cuando condicionamos el amor, a los conceptos de la razón.
Entender que cada pensamiento, cada palabra, cada sentimiento, cada acto en el pasado eran
necesarios para nuestro proceso evolutivo, para nuestro aprendizaje
Pero que realmente no pueden modificar nuestro Ser esencial, sólo el reconocimiento de él
Incluso podríamos decir que entre más duro es lo que hemos vivido, más merecemos ser amados,
porque el amor empieza por la admiración.
Y entre más difícil es lo que hemos vivido, más admirable es nuestro Ser por haberlo elegido y
vivenciado.
A través del amor, nuestro Ser crece, se sostiene y se nutre. Es el amor que nos profesamos a
nosotros mismos lo que nos sostiene.
Sentirnos orgullosos de nosotros mismos, de todo lo que hemos logrado, de todo lo que hemos
caminado y trascendido en este plano.
Es admirarnos con todo, reconocernos y respetarnos.
El amor a nosotros mismos lo reflejamos en el cuidado y uso que damos al cuerpo, la forma como
nos alimentamos, nos nutrimos, nos permitimos recibir a través de él.
Al bañarnos, vestirnos, aplicarnos una crema, al descansar, comer, hacer ejercicio, etc. Hacerlo
conscientemente como una forma de nutrirnos y amarnos.
El amor propio también es reconocer nuestros talentos sin sentirnos mal, sin miedo, sin que se
opaquen por lo que aún nos falta por trascender.
Para poder lograr esto necesitamos cambiar la mirada del error, al valor.
Reconocernos cada pasó que damos, todo lo que vamos logrando, sin condicionarnos el amor a
nosotros mismos.
Y en la medida que más nos amemos, menos vamos a exigir a los seres amados que cambien sus
actos, sus palabras, sus sentimientos, sus pensamientos o lo que son, para amarlos.
Y menos sentiremos condicionado su amor, porque lo que nos den, será siempre una ganancia.
Entre más grande es nuestra apertura mental, más amor podemos tener.
Con los cercanos e iguales a mí, y con aquellos seres, aún desconocidos y distintos a mí.
Comprendiendo que en el fondo todos somos iguales. Y que amar no es someter o dominar, ni ser
sometido o dominado.
Porque el amor maduro, el amor desde el corazón y no desde el ego, toma lo que el otro ser tiene
para ofrecer.
Reconociendo que siempre será lo mejor y lo máximo, de acuerdo el nivel de consciencia de cada
Ser.
Es el que nos permite ver el mundo en unidad, sin el concepto de separación que pone el ego.
Es el que nos permite sentir, comunicar y guardar nuestra propia autonomía. Observando y
comprendiendo.
El amor es el que nos permite asumir nuestros propios sentimientos, sin culpar a nada ni a nadie,
sin buscar quien nos llene el vacío del desamor propio.
El chakra cordial es yin. Por eso el verdadero amor es el que respeta y deja en libertad para vivir.
Porque sabe que todo lo que existe y sucede en el universo es necesario y perfecto.
El Amor es tener un reconocimiento de la esencia, de la luz, de la consciencia que somos cada uno.
Y sabe que él, es esa misma conciencia, que es una con todo lo existente.
El Amor es la conexión con una profunda verdad fundamental común a toda vida y que todos
compartimos.
Nosotros somos ese amor, somos su expresión, su manifestación, su fuerza vital, su vehículo.
El Amor es la felicidad en la vida, no como un estado de alegría, sino como un estado de amor
propio, que nos ayuda a sentir que todo tiene un sentido.
Cuando nos sentimos solos, tristes, angustiados o aburridos en la vida, es sólo un reflejo de la
desconexión con nosotros mismos.
El Amor es la fuerza de lo eterno, de lo estable, es lo que hace que todo se mantenga, que
permanezcamos, que la vida siempre continúe.
Es la vida misma
El Amor es quien mantiene las relaciones, entre todos los seres existentes.
Une los ciclos de la naturaleza de una manera armónica. Permitiendo que exista un equilibrio
dinámico entre las partes.
Nos enseñaron a ser generosos hacia fuera, a dar ilimitadamente, simplemente porque los otros
esperan recibir de nosotros, como un acto de complacencia.
De esa manera dar para nosotros, se volvió un acto obligado, lo cual ha creado muchas cargas en
nuestro ser.
Si damos sin medida, sin sabiduría, el otro aprende a recibir, sin valorar lo que se le da. Y así el otro
siempre exigirá más.
El corazón nos permite dar lo que el otro realmente necesita y abrirnos siempre a recibir la
compensación necesaria a lo que damos.
Si el equilibrio entre el dar y el recibir se rompe, se rompe la relación existente.
Por eso las relaciones se terminan, porque se pierde el equilibrio entre lo que se da y lo que se
recibe.
Nos permite conocer el punto justo medio de cada cosa, según el momento, lugar y circunstancias.
Es poder escuchar su voz suave, que nos dice que hacer a cada instante.
Que si aprendemos a escucharla y le hacemos caso, nos permite acertar en la vida. Mantener el
equilibrio perfecto en todo.
Tenemos derecho a decir que NO, tenemos derecho a no querer ofrecer a otro ser lo que nos pide.
Cuando lo hacemos como una obligación, genera malestar o carga, es porque es un dar desde la
razón y no desde el corazón.
Nos enseñaron a condicionar lo que damos, muchas veces no damos por amor, sino por temor.
Por miedo a quedar mal, por no sentirnos malas personas, por no ser juzgados, por el temor a
perder a un ser querido, etc.
Y a veces damos más, negando algo, que dándolo por obligación.
Muchos seres incluso se pierden de sí mismo, pierden su centro, su propio corazón, pensando en
dar a sus seres amados. Sin comprender que:
“El sentido de las relaciones no es perdernos en el otro, sino encontrarnos a través del otro”.
Este centro nos permite recibir y sólo podemos recibir, cuando sentimos que lo merecemos.
Nos ayuda a abrirnos a recibir en todo sentido, físicamente, placer, palabras de amor,
pensamientos sabios, etc.
En este centro se encuentra la afinidad, aquella fuerza que nos permite sentirnos atraídos por otro
ser. Con el objetivo de equilibrar nuestra energía.
Así atraemos a aquellas personas que nos complementan, que nos permiten obtener algo que nos
hace falta.
En el existe una afinidad con nosotros mismos. Podemos tener coherencia entre lo que nos dicta
nuestro corazón y lo que decimos y hacemos.
Cuando no estamos conectados con nuestro propio ser, no nos escuchamos o hacemos caso,
nuestra energía se ve discordante.
Generamos una resonancia energética, que el otro percibe y se siente atraído por ella. Así no sepa
conscientemente que le atrae.
Por eso es tan importante entrar en afinidad, en alineamiento con nuestro propio ser.
Para poder saber qué es lo que realmente necesitamos y queremos en cada momento de la vida.
A través del corazón establecemos las relaciones con los otros, atraemos cada persona con quien
compartimos.
Cada ser que atraemos termina siendo un espejo que nos muestra como está la relación con
nosotros, especialmente la relación de pareja.
Si nos sentimos solos, que nadie nos quiere y que nadie nos presta atención, es porque eso mismo
hacemos con nosotros.
Y por el contrario si nos reconocemos, amamos, valoramos y aceptamos como somos, atraeremos
seres que lo hagan también.
Toda sanación se hace a través del Amor, que es la fuerza sanadora definitiva, el amor como la
comprensión de la experiencia.
Para encontrar la sanación necesitamos conectarnos con nuestra esencia y encontrar nuestro
propio punto de equilibrio.
Sólo cada Ser sabe donde encuentra su equilibrio, escuchándose atentamente.
La sanación es un proceso que abarca muchos más aspectos que el cuerpo físico.
Cuando no hay división entre el cuerpo, el pensamiento, las emociones, los sentimientos, el placer
y todos los niveles sutiles.
Y para poder lograr esto necesitamos entender que los síntomas físicos sólo son mensajeros, son
un llamado de atención que nos invita a recuperar el equilibrio.
Sanar no es quitar síntomas, es descubrir que nos quieren mostrar. Es tomar consciencia de
aspectos más profundos que se revelan a través de cada afección.
Toda afección tiene un significado profundo y cuando logramos encontrarlo, nos conectamos con
lo más profundo de nuestro Ser.
Que nos lleva a una sabiduría interna, que nos permite restablecer el orden y sanar de una manera
completa y real.
Hay muchas formas de afección, la enfermedad no sólo esta a nivel del cuerpo físico.
Con escasez o limitaciones económicas, con dificultad para vivir la sexualidad, con inseguridad y
temor, con resentimientos, rencores, con falta de comunicación, con pensamientos que nos
esclavizan, con olvido de nuestro ser esencial, con baja autoestima, con autoagresión, etc.
Cuando la enfermedad se manifiesta físicamente es porque el desequilibrio es mayor y es
necesario prestarle atención y resolverlo de inmediato.
El equilibrio del Ser está asociado a la fluidez en la energía, que ella permanezca en constante
movimiento, en una permanente entrada y salida de la energía.
Cuando se estanca, se contiene, se acumula, sin permitir que salga y se libere, surge la
enfermedad. O cuando es más la energía que se pierde que la que entra.
La energía de cada centro necesita fluir para permitir la interacción del Ser con su entorno y debe
haber un equilibrio entre la energía que tomamos, usamos y metabolizamos y la que liberamos.
Toda enfermedad nos muestra procesos pendientes por resolver, aspectos a descubrir y
reconocer.
El estado de enfermedad es un estado de fragmentación del Ser que se genera porque hay
aspectos de nuestro Ser que aún no hemos reconocido, que hemos rechazado, que no han sido
integrados.
Y sólo alcanzamos la sanación total cuando nos identificamos permanentemente con nuestro ser
esencial, más allá de toda estructura y rol vivido desde el ego.
Por eso la sanación sólo puede darse a través de un proceso de crecimiento personal, a través de
un trabajo interno.
A través de un proceso de reconocimiento y amor propio. Porque lo que más afecta nuestra salud
es la relación que tenemos con nosotros mismos.
Y necesitamos reconocer que tener algún síntoma no siempre indica enfermedad, por el contrario,
muchos de los síntomas que manifestamos, son el resultado de procesos de sanación.
Cuando empezamos a reconocer lo que había estado contenido, esa energía tiene que fluir, las
emociones guardadas necesitan salir. Y muchas veces esto genera malestar físico.
Para poder sanar necesitamos aceptar el proceso, como sea necesario que se dé, sin poner
condiciones, sin juzgarlo como correcto o equivocado.
Y el amor empieza por la aceptación y valoración de las experiencias que elegimos vivir, aún
aquellas de enfermedad o malestar físico.
La enfermedad física busca que cuidemos de nuestro Ser, que aprendamos a preservar nuestra
energía, que pensemos primero en nosotros mismos, antes que en los demás, que nos ocupemos
de nuestro propio Ser.
Y es necesario comprender que sanar no siempre implica revertir un malestar o un estado físico.
También muchas veces sanar puede implicar desencarnar. Morir conscientemente, como una
forma de continuar nuestro proceso evolutivo.
Todos tenemos un potencial sanador, en primera instancia con nosotros mismos. Y en la media
que aprendemos a sanarnos a nosotros, podemos impulsar y acompañar el proceso de sanación
de otros.
Nadie puede sanar a otro, como terapeutas sólo podemos movilizar al otro, impulsarlo para que se
sane a sí mismo.
Hay muchas formas de sanar, todo lo que impulse un estado de armonía y equilibrio, es sanación.
Se puede sanar a través de una mirada, con escuchar, con la palabra, con un abrazo, con la simple
presencia, con una caricia, con un detalle, con un proceso artístico (como la música, la danza, el
teatro, el cine, etc.), con un alimento y naturalmente a través de las manos.
La función de un sanador es estar en equilibrio, para ser catalizador de la sanación del otro.
Que a través de la resonancia de amor que emite, desde su propia conexión y sanación, el paciente
se encuentra y conecta consigo mismo.
El efecto más grande que tiene un sanador, lo logra simplemente a través de su presencia, si está
centrado y focalizado.
Para poder reconocer de acuerdo el proceso de cada Ser que se le puede ofrecer.
Todos los seres, independiente de los síntomas que tengas, necesitan formas de sanación
diferentes.
Por eso es importante dejarnos llevar por la intuición y hacer caso a lo que sentimos en primera
instancia debemos hacer, decirle o dejar de hacer.
Sin asumir cargas que no nos corresponden.
También nos puede servir tomar baños largos, luego de los procesos de sanación, usando levadura
y sal marina.
Descansar mucho.
Fortalecer en centro emocional, para no generar ganchos emocionales con los pacientes.
Los que reconozcan que tienen muy débil su centro emocional, evitar en lo posible hacer
sanaciones de liberación a otros.
De ser necesario protegerse con turmalina negra colocada directamente en el plexo solar.
El lugar donde trabajemos debe ser ventilado y luminoso. Usar los aceites esenciales que
armonizan la energía en el espacio, a través de inciensos o pebetero.
Tener una turmalina negra y una amatista programadas para limpiar el lugar.
Mantener siempre una vela prendida mientras se hace sanación y pedir al elemental del fuego que
transmute y limpie toda energía liberada.
Evitar en lo posible usar ropa sintética, que absorbe las energías negativas.
Y siempre ante toda sanación cubrirnos en luz dorada y recurrir a los rayos de luz que nos impulsen
los procesos de sanación.
El color de este Chakra es el verde, el color de la sanación. Y el rosado, el color del Amor
incondicional.
Este chakra rige la vida de la mujer desde los 21 a los 28 años y del hombre de los 24 a los 32 años.
Conectado con el centro coronario nos permite reconocer nuestra divinidad desde la luz,
trascender todo estado asociado al ego.
Asociado al centro mental nos permite entender, saber, comprender, recordar, tomar decisiones
que impulsen nuestro camino.
El amor asociado a la fuerza es invencible. Es un amor que se puede expresar en un estado firme,
que no mendiga, no se somete, no crea cadenas.
El amor asociado al centro sexual es creativo, fluido, favorece los cambios y preserva nuestro
cuerpo físico.
El amor asociado a nuestro centro raíz nos permite sentirnos en este plano, cómodos, seguros,
firmes, entendiendo que no somos seres perdidos, ni en soledad.
Necesitamos integrar la energía de cada centro a nuestro corazón para poder completar el
proceso de ascensión.
Equilibrado:
Cuando una persona vibra en este chakra se relaciona con sus cuerpos físico, emocional, mental y
espiritual de manera armónica.
El sentido que predomina es el tacto, por eso el órgano asociado son las manos.
Porque la forma más habitual de sanación es a través de las manos, del contacto, de la caricia.
Se caracteriza por ser una persona equilibrada, que mantiene un equilibrio dinámico, en
movimiento.
Acepta la vida y a cada ser humano, incluyéndose a sí mismo, tal cual es.
Es el despertar de la consciencia.
Con gran capacidad para comunicarse y expresar sus pensamientos, emociones y sentimientos con
sabiduría.
Cuando este chakra esta armónico, la persona se observa fluyendo con la vida sin perder su
identidad.
Permanece serena pase lo que pase, porque reconoce el valor de todo lo que vive.
Trabajan por el servicio a los demás, sin importar la recompensa o el reconocimiento. Y con una
total apertura a recibir lo que les corresponde en compensación.
Todo lo que hacen lo hacen por el Amor a la acción misma. Por el placer de servir a otros. En
equilibrio con el servicio a sí mismo.
Porque saben que todo lo que hacen nutre a su propio ser y les permite crecer cada día más.
Sabe que necesariamente todo lo que da, genera una correspondencia para recibir.
Jamás dará nada, sin pensar en su propio ser y sin escuchar su corazón.
Sabe que el amor empieza por si mismo, por eso al primero que siempre dará lo necesario es a su
propi Ser.
Se caracterizan por el desapego, porque sabe que todo lo que recibe es su propia creación, así que
siempre podrá proveer a su ser lo que necesita. Recibe todo como una ganancia, sin apegos o
dependencias.
Es y deja ser.
Es feliz con sí mismo, sin razón y sin excusas. Por eso es su mejor compañía.
Cuida de sí mismo. Tienen gran consciencia de su cuerpo, al cual cuidad con todo el amor.
Se alimentan de una manera consciente, dando a su cuerpo sólo aquellos alimentos que lo nutran
sanamente.
Manifiestan un gran respeto por toda forma de vida. Jamás matarían a otro Ser, por pequeño o
insignificante que pudiera parecer.
Expresan un gran respeto por las diferencias, lo cual les facilita el compartir con diferentes
culturas.
Son seres que miran profundamente a los ojos y generalmente expresan todo el amor y la
confianza sólo con su mirada.
Tienen un desarrollo espiritual, que no se limita a una práctica específica, sino una actitud de vida,
en todo momento.
Para poder desarrollar este chakra es necesario sanar todo nuestro pasado, dejar atrás todo el
dolor y los esquemas generados por él.
Son seres con gran Paz imperturbable.
Con la capacidad para aceptarse a sí mismos tal y como son, comprendiendo su proceso evolutivo.
Crean relaciones armónicas y de amor, generalmente con tendencia a ser duraderas en el tiempo.
Cuando está equilibrado se manifiesta como amabilidad, calidez emocional, simpatía, paciencia,
respeto, compasión, amor incondicional consigo mismo y con los demás.
Son seres generosos, con devoción, confianza, esperanza, fé, inspiración, equilibrio, aceptación,
compromiso, lealtad, dedicación.
Son espontáneos, alegres, con gran capacidad para trascender el perdón y convertir cada suceso
en agradecimiento.
Desequilibrado
O pueden ser calculadores, que dan sólo en la medida en que pueda ganar algo.
También puede observarse como una persona demasiado sensible, depresiva, llena de angustias y
preocupaciones por su vida o la de los demás.
Sufre por todo y por todos, pero no hace nada para cambiarlo.
Carga con el pasado. No comprende el sentido de lo que ha vivido, llegando a pensar que la vida es
injusta.
Esto la lleva a pensar que todo está equivocado, por eso se va en contra de todo lo que ocurre, no
acepta y sufre.
Se vuelve incluso interferente en los procesos de otros, porque no reconoce el valor de lo que
viven.
Puede ser un ser que da todo sin esperar nada a cambio, y jamás se da el permiso de recibir.
O es aquel que cree que ser “Bueno” es darlo todo sin recibir nada a cambio.
Puede ser un ser extremadamente religioso, cuyo fanatismo, en vez de ayudarle, le bloquea su
proceso evolutivo.
Es una persona que usualmente tiene baja autoestima, cree que no vale nada o no es capaz.
Y si reconoce alguna capacidad, la usa solamente para servir a los demás, jamás para sí mismo.
Por eso termina haciendo lo que otros le dicen que tiene que hacer y se vuelve complaciente,
olvidándose de sí mismo.
Inseguro de si mimos, lleno de miedos, con temor a lo que podría pasarle a él o los que ama. No se
ve como un creador.
No reconoce su esencia y su poder. Por ende tampoco reconoce la esencia y el poder de los otros.
Buscando siempre afuera quien le llene sus vacíos y lo haga sentir bien. Por eso no sabe estar sola.
Suelen ser personas muy susceptibles, que fácilmente se descompensan y sufren. Se ofenden
fácilmente, creyendo siempre que alguien afuera es culpable de sus emociones y sentimientos.
No comprende las diferencias, cree que todos deberían pensar o actuar como él, por eso critica y
juzga a todo el mundo.
Y en el fondo se auto exige demasiado, se auto castiga y agrede. No se perdona, carga muchas
culpas.
Se agrede con la palabra, el pensamiento y los sentimientos. Incluso puede auto agredirse
físicamente.
Culpa a los otros de sus sentimientos y emociones, por eso se llena de rencores y resentimientos.
Crea relaciones de conflicto y dolor. Guarda ese dolor a lo largo de los años.
Frente a la enfermedad, busca siempre alguien que le quite lo que siente, no comprende el valor
de esta experiencia y no asume su poder sanador.
No sabe servir
Puede ser egocéntrica y sólo pensar en sí misma. Toma sin dar nada a cambio.
Cree que tiene derechos que no se ha ganado, siempre exige más, nada le llena.
Es un ser desconectado de su esencia, que no ve la totalidad de las cosas.
Esto lo lleva a sentirse muy infeliz en la vida, lo cual aumenta, cuando intenta buscar afuera esa
felicidad y no la encuentra, concluyendo al final, que la vida no tiene sentido.
Desordenes Psicológicos:
Dificultades para asumir compromisos, por la falsa creencia de perder su libertad o por temor a ser
herido.
Rechazo, tendencia a estar solo. Porque cree que el amor no existe, por temor a ser herido, por
todo el dolor guardado y que se siente incapaz de enfrentar. Son personas que montan una
barrera para que nadie se les acerque, así no sea conscientemente.
Engaño, personas que son poco transparentes y claras. Tienen miedo a mostrar lo que son y su
vida como es, porque ellos mismos, no la aceptan. No se aceptan a sí mismos.
Debilidad emocional, el susceptible, que se siente mal por todo lo que los demás hagan o dejen de
hacer.
Las heridas no sanadas en el pasado, especialmente aquellas causadas por lo que llamamos
abandono o perdidas, causan posesión, celos, rabia, dependencia, manipulación, falta de habilidad
para seguir las pautas del corazón y para perdonar a otros o a sí mismo.
Necesidad de aceptación constante que puede llevar a ser complaciente y olvidarse de sí mismo.
Servilismo.
Desconfianza en todo.
A nivel Físico:
Cristales: (principales)