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Comentario crítico de la película “No te vayas sin decir adiós”

La película plasma diferentes situaciones que influyen en el proceder de las personas. El


autor nos hace reflexionar acerca del pasado, de lo difícil que es desprenderse de él y de
las consecuencias de no hacerlo, de cómo arrastrarlo a nuestro presente nos mantiene
atados a él.

Por otro parte, nos hace ver que a veces de las personas que menos esperamos, son
quienes nos ayudan y nos hacen crecer como personas, que juzgamos sin conocer y que
en ocasiones el hecho de pertenecer a un grupo social, cultural, político o religioso no nos
garantiza que estemos rodeados de buenas personas o que compartan en su totalidad
nuestra manera de pensar.

Así mismo, el no pertenecer a un grupo, sea un impedimento para aportar algo bueno a
quien esté dentro de él. Y es que muchas veces las etiquetas nos limitan y nos impiden
ver más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y distinguir.

Nos habla también de como la vestimenta dice de nosotros o como creemos que esta
influye en quienes somos y nos ven los demás. Podremos ser juzgados por nuestra forma
de vestir y a su vez también podríamos aparentar alguien que no somos. La ropa nos
hace creer que somos superiores a los demás y muchas veces pensamos que una prenda
nos identifica o nos da un lugar.

Otro punto interesante es el de la paciencia y la tolerancia, el controlar nuestras


emociones y ser más inteligentes que las personas que nos quieran sacar de nuestro
sitio, ya que la vida siempre nos hace coincidir con personas así, que disfrutan vernos
enojar. La inteligencia emocional es importante en la vida el ser humano.

Prueba de lo anterior tenemos al padre de la chica y al padre judío que vivían atrapados
en su pasado, uno buscando unas maletas que lo hicieran regresar a un momento de su
vida donde quizá fue feliz, pero que no lo permitía disfrutar de su presente, de su familia y
de todo lo bueno que lo rodeaba, el otro por su parte, no convivía con su hijo por los
recuerdos de su padre y su hermano que no quería se repitieran con él, sin darse cuenta
el daño tan grande que le hacía a su hijo, parece mentira pero la falta de atención y el
miedo que el padre ocasionaba al niño impedía que se desarrollara de forma natural o a la
par de sus hermanos. Pareciera que nuestro actuar, nuestros traumas y miedos solo
influyen con nosotros, pero no es así, las personas que están a nuestro alrededor se ven
afectados también.

De igual manera la chica que por necesidad acepto trabajar con los judíos fue de gran
ayuda para el desarrollo de los niños, principalmente a quien su padre no atendía. Y es
ahí donde queda claro que de quien menos esperas, es con quien la vida te sorprende y
es que ella logro lo que nadie hasta antes de su llegada pudo hacer, que hablara el niño.

Siempre necesitamos un apoyo emocional que nos haga creer en nosotros mismos y en
lo que somos capaces de hacer si nos lo proponemos. Quizá no profesaba la misma
religión pero se unió la necesidad de las dos partes y lograron algo maravilloso.

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Comentario crítico de la película “No te vayas sin decir adiós”

El portero es otro personaje que nos deja algunas lecciones y es que es el tipo de
personas con las que muchas veces nos toca y no queremos lidiar, pasa con los vecinos,
con los compañeros de trabajo, la escuela, etc. Personas que en lugar de sumar, restan;
que se vuelven una piedra en el zapato y de las cuales solo tenemos dos opciones, caer
en su juego o ser más inteligentes y salir avante a sus provocaciones. Por otra parte, el
momento en el que fue agredido y roto su uniforme, su mundo se vino abajo ya que era la
prenda que le daba el titulo o puesto que desempeñaba, creía que sin su uniforme nadie
podría saber quién era o qué lugar ocupaba dentro del edificio sin saber que era más que
eso.

Por lo anterior podríamos decir que la vida se vive una vez y que debemos de vivirla al
máximo, disfrutar el aquí y el ahora, aprender del pasado y quedarnos con las cosas
buenas y de las malas, solo sacar provecho y no cometer los mismo errores ni con
nosotros mismos ni con las personas que nos rodean, la vida es corta y no podemos
perder el tiempo y limitarnos a disfrutar de las personas que nos quieren y de todo lo lindo
que la vida nos ofrece. El tiempo no regresa, así que tenemos que ser más inteligentes
para no desaprovechar ningún minuto de nuestro paso por este mundo.

Que hagamos el bien sin mirar a quien, que por insignificante que parezca, las pequeñas
acciones dejan eco en quienes nos rodean e influyen en las personas. Cuando las
etiquetas desaparecen la vida se vuelve más fácil, más bonita, cuando miramos a quien
tenemos a un lado como ser humano, lejos del grupo al que pertenece nada nos separa y
todo nos une. Seamos ángeles en la vida de los demás, nada nos cuesta y la satisfacción
de haber ayudado a alguien no tiene precio.

Somos lo que somos por nuestras acciones, más allá de lo que traigamos puesto, nuestro
color de piel, nuestro origen, nuestra cultura, religión, etc. no nos define ni mucho menos,
somos más que eso.

Y por último y no menos importante… a donde sea que vayas, nunca te vayas sin decir te
quiero.

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