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UNIVERSIDAD

DUNAMIS

MAESTRIA EN ADMINISTRACIÓN

Maestrante: Larissa Córdova Escalante

Docente: C.P. Flavio Lucio Lara Llergo

Materia: Contabilidad financiera

Tarea: Resumen

Tema: Violencia en el ámbito laboral

Fecha: 17-abril-2024
Entendemos que la integridad física y moral de los trabajadores es algo que se conecta
con la vida y la dignidad de las personas y va mucho más allá de cualesquiera
consideraciones económicas.

1.- El acoso laboral o Mobbing, conflictos de conceptualización

Acoso. - Acción de acosar. Persecución y hostigamiento intolerable por quien lo sufre.


Hacer objeto a alguien de persecuciones o malos tratos. Que pretende destruir a alguien
considerado adversario. Importunar, perseguir, fatigar a uno(a) con molestias y trabajo.

“El acoso es un proceso inconsciente de destrucción psicológica, formado por acciones


hostiles, evidentes u ocultas de uno o varios individuos, hacia un individuo determinado,
cabeza de turco en el sentido propio del término”. El acoso moral, Anne Marie Irigoyen.

Otros definen que: El acoso ocurre cuando de forma repetida se abusa, se amenaza y/o
se humilla a uno o más trabajadores, por otro u otros trabajadores, sean sus superiores
jerárquicos o compañeros de trabajo de su mismo nivel o sus subordinados, en
circunstancias relacionadas con el trabajo, con el propósito o el efecto de violar su
dignidad, afectando con ello a su salud y/o creando un ambiente hostil en el trabajo. Se
trata, como es obvio, de conductas inaceptables, que atentan contra dos derechos
fundamentales de todo trabajador, como son el derecho a su dignidad anulándolo como
persona y a su salud destruyéndolo psicológica y moralmente; Art. 15 de la CE: “Todos
tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan
ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes”.

Por tanto, también conocido como abuso, mobbing o violencia psicológica, el acoso está
considerado como un riesgo psicosocial de máxima importancia en el trabajo. Hace
referencia a un comportamiento repetido e inaceptable dirigido a un trabajador o a un
grupo de trabajadores, con el propósito de hacer sufrir, humillar, perjudicar o amenazar a
aquellos a quienes va dirigido. El acoso puede implicar ataques tanto verbales como
físicos habituales, así como acciones más sutiles, como el aislamiento social, inclusive
también el acoso sexual, que abarca cualquier forma no deseada de conducta verbal, no
verbal o física de naturaleza sexual.

El art. 7 de la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de Marzo, para la igualdad efectiva de mujeres


y hombres, establece un concepto para el Acoso sexual y acoso por razón de sexo, y dice
que, constituye acoso sexual cualquier comportamiento, verbal o físico, de naturaleza
sexual que tenga el propósito o produzca el efecto de atentar contra la dignidad de una
persona, en particular cuando se crea un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo.
Constituye acoso por razón de sexo cualquier comportamiento realizado en función del
sexo de una persona, con el propósito o el efecto de atentar contra su dignidad y de crear
un entorno intimidatorio, degradante u ofensivo.

2.- Fundamentos Jurídicos-sociales

Fruto de las relaciones fundamentales para el ser humano, como es la de un trabajo digno,
consagrado en el art 35 de nuestra Carta Magna, podemos observar otro tipo de violencia,
se incrimina la conducta de acoso laboral, entendiendo como hostigamiento psicológico
u hostil en el marco de cualquier actividad laboral o funcionarial que humille al que lo
sufre, imponiendo situaciones de grave ofensa a la dignidad”. Con lo que “quedarían
incorporadas en el tipo penal todas aquellas conductas de acoso producidas en el ámbito
de las relaciones jurídico-privadas como en el de las relaciones jurídico-públicas. Es la
llamada violencia psicológica de acoso laboral o también denominada como acoso moral,
hostigamiento laboral o “Mobbing”, y con ciertos matices, bossing acoso por parte de
sus superiores jerárquicos; bulling acoso por sus propios compañeros; o stalking que
significa acoso apremiante, un seguimiento constante de tus movimientos; así contempla
el Código Penal art. 173 apartado primero, párrafo tercero: “Con la misma pena serán
castigados los que, en el ámbito de cualquier relación laboral o funcionarial
prevaliéndose de su relación de superioridad, realicen contra otro de forma reiterada
actos hostiles o humillantes que, sin llegar a constituir trato degradante supongan grave
acoso contra la víctima.”; y también encontramos una definición efectuada en el ámbito
de las normas Europeas la define como “un comportamiento negativo entre compañeros,
o entre superiores o inferiores jerárquicos, a causa del cual el afectado es objeto de acoso
y ataque sistemático durante un tiempo prolongado, de modo directo o indirecto, por parte
de una o más personas, con el objetivo y/o efecto de hacerle un vacío”.

La persona así acosada desarrolla muchas veces conductas inadaptadas desde el punto de
vista social, que pueden manifestarse desde el aislamiento a la agresividad, dificultades
para volver a integrarse en un puesto de trabajo; para una empresa este conflicto puede
acarrearle un mal clima laboral y por ende un deterioro en su imagen pública.

La persona así considerada “acosada” por tanto se ve sometida a una especie de amenaza
silenciosa donde se sufre una especie de espera interminable, porque se vive al albor del
maltratador o maltratadores, porque se espera, pero no se sabe, en qué momento se les
insultarán, ofenderán, se vive con un miedo creciente que cada día se va haciendo mayor
y que muchas veces impide ir a trabajar por propia voluntad, se vive esta situación en una
constante tensión, miedo y con una también creciente sensación de desamparo, donde
muchas de las veces sus propios compañeros de trabajo no quieren saber nada de él, al
contrario se crea un estado de opinión de que "es un personaje conflictivo", que "no se
comunica" o "no participa", que "no se integra", etc.

3.-Maltrato psicológico a una persona en el trabajo.

Es la agresión psicológica que por su gravedad, atendiendo a todo un proceso que se da


reiterativamente, con cierta frecuencia y con intencionalidad en el autor, va produciendo
efectos psíquicos graves en la víctima hasta el punto de inutilizar su voluntad
completamente en base a un trato degradante que recibe menoscabando su integridad y
estima como persona, su dignitas seña de identidad de todo ser humano. Llamada también
“Mobbing” al que la Enciclopedia Larousse define como derivada de la voz inglesa de To
Mob asediar, “reacción colectiva y agresiva de acoso en algunas especies, hacia uno de
sus miembros, por lo general más pacíficos e inofensivos”.

El Mobbing o acoso laboral causa enormes sufrimientos a las personas que lo padecen;
de esta manera el Mobbing señala el continuo y deliberado maltrato verbal y modal que
recibe un trabajador por parte de uno u otros de su entorno, que se comportan con él
cruelmente con vistas a lograr su aniquilación o destrucción psicológica y con el propósito
de obtener su salida de la organización a través de diferentes procedimientos, de esta
manera, en los lugares de trabajo en las que existen personas valiosas se trata de dejarles
fuera de circulación por una amplia gama de razones o argumentos inventados por la
maldad. Son aquellas personas que podrían seguir trabajando de modo eficiente o que
podrían alcanzar altas cotas de satisfacción elevadas si se las identifica y se las sitúa en
otro entorno de trabajo más pertinente, en el que pueda sacar a relucir su auténtica valía.
De esta forma el trato vejatorio y ultrajante del Mobbing tiene por objeto acabar con esta
cualidad de la persona-victima, con el equilibrio y la resistencia psicológica del otro,
minándolo y desgastándolo emocional y físicamente.

El cambio en la relación suele venir casi siempre por motivos de celos, envidia en la
mayoría de los casos, competición, el reconocimiento y posterior promoción de la persona
o también la llegada al trabajo como nuevo. Las manifestaciones de acoso suelen consistir
en hacer objeto a la víctima de críticas sistemáticas feroces e injustificadas hacia su
trabajo, su aspecto físico, su origen, su manera de hablar, sus ideas y planes en relación
con la tarea que desempeña y se le va retirando sus cometidos, todo ello a pesar de que
hubiere recibido antes un reconocimiento, por parte de su responsable, acerca de su valía.

De todas formas, los malos tratos en las instituciones casi siempre pasan desapercibidos.
El agresor institucional muchas de las veces suele propiciar el maltrato de forma reiterada,
si es tu superior muchas de las veces si tiene despacho propio lo utilizará para maltratarte
verbalmente sin que nadie pueda ser testigo de esas manifestaciones, será en todo caso tu
palabra contra la suya; entre una de las muchas causas que permite que surja, es como
consecuencia de un mal sistema organizativo de la institución, la envidia, los celos; la
violencia en estos centros es algo que puede contaminar a algunos de los integrantes
amigos de estos “agresores abusivos” y extender este abuso entre sus compañeros los que
por otro lado fomenta la dinámica de la violencia. Los actos de hostigamiento suelen
producirse de manera activa o por comisión, consistiendo entonces en gritos, insultos,
reprensiones, amenazas, humillaciones en público o en privado, falsas acusaciones,
intromisiones y obstaculizaciones en el trabajo, que va reduciendo su eficacia y calidad.

Toda relación laboral trae inevitablemente como consecuencia, la relación entre personas,
unos en grado superiores y otros en igualdad de grado, pero que por la antigüedad que
poseen en el lugar laboral se creen con el derecho a gozar de privilegios y un mayor
respeto, cuantas veces habremos escuchado eso de que “la antigüedad es un grado”, pues
nada más cierto, siempre que llega uno nuevo a determinado puesto de trabajo “el novato”
tanto en la empresa privada como en las públicas se ve sometido a una presión por parte
de los jefes pero además por parte de los más antiguos, el novato que muestre más
carácter, que no capacidad, puede sobrevivir y será dejado en paz, pero el más humilde,
más trabajador, se verá condenado a ser “víctima del acosador”.

Las personas contentas, integradas y satisfechas, con una vida familiar satisfactoria o una
relación de pareja, que funciona, suelen sin darse cuenta, llegar a ser objeto de acoso, la
razón estriba, en la comparación que muchas veces realiza el acosador de su vida a veces
miserable con las condiciones afectivas y familiares del acosado. De esta forma, la
felicidad de la víctima le resulta especialmente insoportable e insufrible y de paso le
recuerda su propia miseria emocional y afectiva, y además lo que verdaderamente
subyace tras estas actitudes por parte del acosador, es que son personas frustradas,
incompetentes, a la defensiva o simplemente enfermas psicológicamente, a veces
victimas ellas mismas en su infancia de agresiones o malos tratos, que no tienen ninguna
idea mejor de cómo realizar de otro modo su trabajo.

También muchas personas se ven acosadas solo por el simple hecho de disfrutar haciendo
su trabajo, cumplir con su horario, se multiplica en la realización de sus labores diarias y
algunas más y trata de organizar su trabajo, todos estos rasgos descritos, que pueden en
otros ambientes, tener características positivas como la capacidad para mantenerse en un
trabajo y de esta forma sacar adelante a su familia y que también puede influir en muchas
personas que poseen características negativas que al coincidir con las positivas puede
llegar a transformarlas, todo esto puede llegar a ser incómodo para algunos “coincidentes
laborales” acostumbrados a vivir bien haciendo lo menos y que trae como consecuencia
la búsqueda de su destrucción, lo que lo arrastrará irrevocablemente a una caída que puede
llegar a ser mortal y donde muchas veces a través de las palabras, las insinuaciones,
muchas veces sin llegar a la violencia física, valiéndose de las mayores artes maliciosas,
de forma enmascarada, el acosador trata de deshacerse de su víctima.
Todo esto con frecuencia y repetición a lo largo de un periodo de tiempo se vuelve
destructor para el sujeto “victima” la deja indefensa y posibilita que se le pueda agredir a
voluntad. Entonces es cuando nos encontramos frente a un proceso real de destrucción
moral que puede conducir a la enfermedad mental o al suicidio.La situación económica
que se vive hoy en día hace que las víctimas de esta situación se aferren desesperadamente
a su trabajo, aun a costa de sufrir un deterioro de su salud física y psíquica, pues no les
queda otra salida más que resistir lo más que puedan, añadido al convencimiento por parte
de la victima de que no será comprendida la situación por la que está atravesando, de que
está abandonada a su suerte, puesto que nadie le entiende, ni le cree, es más a veces se
llega, al contarlo, a que se le haga culpable de lo que le pasa, por eso prefiere callar y
sufrir en silencio

Ser sometido diariamente a fases de acoso durante un largo periodo de tiempo y con
propósitos hostiles suelen servir para, entre otros daños, estigmatizar a la víctima que es
tachada de loca y por ende ser acusada de culpable debido a sus problemas psíquicos.
Entra en la espiral de un tipo de stress creciente que va minándole físicamente y que
termina haciéndose crónico e inespecífico, dando lugar a multitud de afecciones o
enfermedades somáticas crónicas, que suelen conducirle a continuas bajas laborales.
Todo ello va a afectar a la calidad de su trabajo y a su eficacia, proporcionándose de este
modo nuevos argumentos al acosador para seguir justificando su agresión a la víctima e
incrementando perversamente la percepción pública de que se trata de un castigo
merecido por parte de estos. A partir de ese momento, el hostigador dispondrá de nuevas
razones en contra del acosado, como el absentismo, la mala salud, la baja productividad,
la personalidad hipocondriaca u obsesiva. Los intentos persistentes de intimidar a la
víctima y de hacerla parecer cada vez más estúpida y poco profesional no suelen ser
inmediatamente evidentes dentro de la organización por lo que son difíciles de identificar.

4.- La personalidad psicopática

El psicópata padece un trastorno de la personalidad que influye profundamente en su


vertiente afectiva y en sus relaciones interpersonales, así como en su comportamiento
social. Es un tipo egocéntrico, tiene una autoestima muy elevada y una sensación
omnipresente de que todo le está permitido, se cree un ser superior donde todo se debe
regir por sus propias normas, ausente en su bagaje cerebral las emociones realmente
humanas -empatía, sacrificio, honestidad- su gran motivación, la directriz fundamental
de sus esfuerzos se centra en lograr el control, el dominio de su ambiente, es claro, que
de esta forma está en poder de controlar a los demás y es incapaz de comprender que otra
persona tenga opiniones contrarias a las suyas y de esta forma es el enemigo a destruir,
encontramos pues en estos sujetos que muchas de sus conductas serán irracionales, sin
propósito real, sin que haya una meta sensata que justifique los pasos previos; en su
relación con los demás exhibe todas las características de dominio y humillación que traen
como consecuencia, desgracia y miseria, para todas aquellas personas que estén
vinculadas de alguna manera a él, si estamos fatalmente en su radio de influencia, nos
convertimos necesariamente en objetivo de su manipulación y de su crueldad.

Por eso se considera que el psicópata puede ser una persona totalmente desvinculada de
los sentimientos humanos que le permiten situarse en una posición de privilegio para
emprender acciones dañinas contra sus semejantes y se alimenta en virtud de estructuras
sociales, culturales y políticas.

Muchas personas con tendencias psicopáticas no las manifestarían o al menos no con la


intensidad con que a veces se ceban con algunas de sus víctimas si el medio pudiera
realmente inhibir estas acciones, puesto que el mal, el daño no puede ser tolerado. Buscan
poder controlar a los demás y se muestran incapaces de comprender que otras personas
tengan opiniones diferentes a las suyas, por tanto, no experimentan ninguna preocupación
por los efectos de sus actos en los demás, de esta forma el daño se produce merced a su
forma manipuladora y agresiva de manejar a los demás, su desconsideración hacia las
necesidades ajenas y su modo de tomar cualquier ventaja que se les presente por encima
de cualquier otra consideración.

Concluimos afirmando que las personas que adolecen de esta personalidad psicopática no
tienen por qué ser delincuentes, si bien es muy probable que sean responsables de muchos
actos colindantes con el delito, o inclusive de actos que constituyen delitos, solo que son
acciones que normalmente quedan sin descubrir, denunciar o sancionar.
En muchos actos el acosador aunque sin duda es causa de dolor y preocupación para los
demás, en muchas ocasiones, se pone en situaciones de gran inconveniencia para el
mismo, de tal modo que llama la atención a todas las imprudencias con que realizo una
determinada acción. En estos sujetos apreciamos una gran capacidad de mentir y
manipular y que encuentra una base sólida en el hecho de que sus palabras son armas
arrojadizas, elementos de un juego que llegan a manipular a su conveniencia.

Muchas de sus conductas serán irracionales, sin propósito real, sin que haya una meta
sensata que justifique los pasos previos, motivo por el cual nos dejan la sensación de que
nos manipulan o nos maltratan sin que, en realidad, obtengan una ventaja, algo que nos
desconcierta y nos produce cierta desazón, “Son Jueces que cometen los propios delitos
que en sus horas de Juzgado condenan con impecables razonamientos jurídicos”. Son
personas crueles y ambiciosas que se burlan de las leyes y la sociedad sin asomo de
culpabilidad o reparo, sus actos son una muestra de una decisión racional, calculada,
combinada con una escalofriante incapacidad para tratar a los demás como seres
humanos.

Entendemos que la integridad física y moral de los trabajadores es algo que se conecta
con la vida y la dignidad de las personas y va mucho más allá de cualesquiera
consideraciones económicas. El tratamiento preventivo y reparador de los riesgos
psicosociales en el trabajo viene suponiendo uno de los desafíos más importantes para las
políticas públicas y privadas que tratan de abordarlos. Es necesario por tanto analizar este
fenómeno dañino, que solo produce consecuencias negativas en los trabajadores en su
esfera socio familiar y en la propia organización del trabajo y fomentar condiciones más
seguras y saludables en el lugar de trabajo, hemos de ser conscientes de que una buena
salud laboral tiene un efecto positivo directo y mesurable en la productividad,
competitividad y contribuye de esta forma a mejorar la sostenibilidad de los sistemas de
seguridad social. En este sentido, conecta la prevención de este tipo de riesgos con el
cambio demográfico y la prolongación de la vida laboral clave para una mayor
productividad, debemos tener en cuenta que el estrés de origen laboral es más caro de lo
que puede parecer tanto para uno como otros actores, puesto que produce absentismo,
reducción de la productividad y la alta rotación de personal.

También así aparece reflejado en el resumen CEOE, que desde un punto de vista general,
se parte de la premisa de que el acoso moral afecta directamente a la dignidad de la
persona, así como a la productividad y a la eficiencia en el trabajo. Erradicar los supuestos
de acoso y violencia interesa, pues, a empresarios y trabajadores.
Conviene, por ello, que las empresas subrayen que los supuestos de acoso no serán
tolerados y que son contrarios a su cultura organizativa.

Referencias bibliográficas

Resolución de la Secretaria de Estado de las Administraciones Públicas de 26 de


Noviembre de 2015.

Resumen CEOE sobre acoso laboral, efectuado en Mayo de 2007, en relación al acuerdo
Marco Europeo sobre Acoso y violencia en el lugar de trabajo.

Acuerdo Marco Europeo sobre acoso y violencia en el lugar de trabajo de 15 de


diciembre de 2006.

Acuerdo Marco Europeo sobre estrés laboral 2004

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