Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad
– Karl Augustus Menninger.
Muy buenos días tengan los presentes, maestros, alumnos y personas que el día de hoy nos congregamos para escuchar las poderosas voces de protesta de quizá pequeños estudiantes, ¡pero con enormes ganas de un cambio! Michoacán, tierra de riquezas, de excelentes oportunidades y abundantes recursos, destinos turísticos, abundantes bosques, hogar de la mariposa monarca, playas, numerosos pueblos mágicos y su encantadora gente, sin duda alguna un maravilloso estado. Sin embargo, Michoacán se ha venido abajo por diversos factores alarmantes para la población y el principal es la violencia que diariamente se ve reflejada en sus calles. Siendo que 2022 se convirtió en la cuarta entidad con más homicidios de todo México lo que significa 2423 muertes violentas en tan sólo doce meses, manchando así la bella y colorida imagen de nuestro estado y tiñéndolo de rojo. Es necesario en estos tiempos eliminar de nuestras vidas lenguaje y cualquier concepto de odio no sólo de nuestro estado, sino comenzando con nuestro prójimo y así desde estas pequeñas e individuales acciones generar un cambio que tan necesario es. Es hora de tomar en serio la erradicación de la violencia y asignar recursos para ello. La violencia se ha convertido en nuestra principal problemática como sociedad y no podemos seguir permitiendo esto. “La paz comienza ti” Nuestra insensatez colectiva al no intervenir y tener una actitud de indiferencia es aún más agraviante que es problema. Diariamente tratamos con crímenes atentando contra la integridad de la población y al ser externos a nosotros vamos inconscientemente normalizando que todos estos actos acontezcan siendo que en realidad es alarmante y de suma importancia que tomemos cartas en el asunto. Necesitamos de una comunidad unida en Dios, una comunidad unida en la solidaridad con el prójimo y en nuestras oraciones, y tomar conciencia sobre todo de esta situación que está corrompiéndonos y matándonos, no tomarlo a la ligera ni con humor, no alentar a que estos actos sigan prosperando de ninguna manera, ni escuchando música que aplauda estas atrocidades ni alabando personajes que sigan este tipo de actos. Nuestra sociedad necesita de un cambio inmediato y de la colaboración de todos nosotros. Atendamos pues el llamado y comencemos por medio de los valores, desde casa, con la formación como seres humanos con principios y educación en la Fe. “Todo por Dios y en toda caridad” Así pues, finalizo este discurso haciendo un llamado a las personas para que dejemos pues esta imagen erronea de nuestro estado y pongamos en alto lo brillante y especial que es nuestro estado, retomando nuestros valores y nuestra. Recordando que “si no es por Dios, es perdido”