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Honorable jurado calificador

Distinguidas autoridades aquí presentes

Compañeros participantes

Publico que nos acompaña

Mi nombre es:___________________

Soy de la escuela telesecundaria “ENRIQUE RODRIGUEZ CANO”

Desde el amanecer de la civilización, el hombre ha tenido la necesidad de


relacionarse con los demás, de donde han surgido costumbres y valores que el
derecho ha transformado en leyes.Los valores del hombre se fermentan en la vida
del hogar con la presencia amorosa de los padres, en la escuela con sus maestros
y en la patria con sus héroes.Los valores son asunto de todos los días, y vivir en
ellos es requisito indispensable para formar buenos seres humanos. No basta con
ser bueno un solo día. Diariamente se nos pide elegir entre la ganancia personal y
la justicia, entre la conveniencia propia y la honestidad, entre el egoísmo y la
solidaridadA lo largo de los años los valores se han transmitido de unas
generaciones a otras. De padres a hijos, de maestros a alumnos a través de la
enseñanza y el ejemplo. Valores ¿algo perdido? Si se transmitían de generación
en generación ¿en qué generación se quedaron? ¿En qué pupitre están
escondidos? Si a diario vivimos bombardeados por mensajes que nos ofrecen una
imagen atemorizante del mundo: noticias negativas sobre la violencia, la
delincuencia, la carestía, la contaminación y la incertidumbre sobre el futuro.

El mundo de hoy es un lugar complicado y confuso, lleno de opiniones


contradictorias y mentiras. Todos quisiéramos vivir en un mundo más honesto y
más justo y los primeros pasos para lograrlo inician en casa, con la educación de
los hijos. Un valor se realiza, se hace pleno, cuando se convierte en un hábito,
pero… qué pasa cuando mamá o papá me dicen di siempre la verdad, obedece a
tus padres, y en un momento tan cotidiano de la vida llega alguien a buscarlos y
me piden que diga que ¡no están! ¿Qué hago? ¿Obedezco o digo la verdad?
Hemos visto hasta qué punto la falta de honestidad puede deteriorar la situación
de un país, la mentira, la simulación de diversas acciones para ocultar la realidad
de un hecho se han vuelto cada vez más comunes y muchas personas piensan
que pueden ser buenos medios para progresar, sin darse cuenta que en realidad
impiden el progreso y la solución de problemas.
Nadie es igual a ti…pero en el fondo, todos compartimos la misma naturaleza
humana, las mismas posibilidades. La intolerancia política, social y religiosa ha
conducido a guerras y matanzas que han cobrado millones de vidas a lo largo de
la historia. El hecho de que alguien sea distinto a nosotros no nos amenaza ni nos
pone en peligro, sólo nos revela una perspectiva diferente del mundo. ¡No
discrimines! Ser tolerante no solo implica soportar las diferencias, es aceptarlas
con amor, comprensión y entusiasmo por aprender de ellas. ¡Respeta!

El respeto debe ser la regla de convivencia en todos los ámbitos sociales. No se


trata sólo de respetar, sino también de de darte a respetar. La escuela es el
ámbito idóneo para promover que se asimile este valor en varias dimensiones:
aprecio por las diferentes creencias, igualdad de derechos sin distinción de
género, edad, raza, religión o situación económica.

Maestros, padres de familia, ¡ayúdennos a rescatar esos valores! ¡A demostrar


que no se han perdido, que siguen aquí aunque ante la mayoría pasen
desapercibidos!

La divulgación de los valores parten de un principio de reciprocidad: dar lo mejor


de nosotros mismos y estar preparados para recibir lo mejor de los demás.

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