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Teoría del valor de Ricardo

Desarrolló la teoría del valor en respuesta a la controversia sobre las leyes del trigo, defendiendo el libre
comercio internacional frente a los aranceles propuestos por algunos, como Malthus. Argumentaba que los
aranceles reducirían la tasa de beneficios y, por ende, la acumulación de capital, lo que afectaría
negativamente al crecimiento económico.

A diferencia de la teoría de Adam Smith, consideraba insatisfactoria la explicación del valor basada en el coste
de producción. Quería demostrar que eliminar los aranceles sobre los cereales era beneficioso para Inglaterra y
que influiría en la distribución de la renta.

Ricardo se interesaba en comprender las fuerzas económicas que causaban las variaciones de los precios
relativos con el tiempo, más que simplemente explicar los precios en un momento dado. Buscaba una medida
invariable del valor que revelara las verdaderas causas de las fluctuaciones de precios. Aunque intentó
formular una medida del valor absoluto, nunca logró hacerlo satisfactoriamente. Su principal preocupación era
entender qué factores causaban las variaciones de los precios relativos con el tiempo.

La teoría del valor de Ricardo basada en el coste del trabajo

Enfatiza que el valor de una mercancía depende de la cantidad relativa de trabajo necesario para su
producción, no de los salarios pagados al trabajo. Aborda la confusión entre valor de uso y valor de cambio,
argumentando que el valor de uso es esencial para el valor de cambio, aunque no lo determina. Señala que
algunos bienes tienen su precio determinado únicamente por su escasez, independientemente del trabajo
necesario para producirlos, y que su valor varía según las preferencias y la renta de los individuos. Sostiene
que el valor de una mercancía está determinado por la cantidad de trabajo requerida para producirla, excepto
en casos de bienes con oferta inelástica, cuyo precio depende principalmente de la demanda y de las
preferencias individuales.

Bienes producidos competitivamente

Su teoría del valor trabajo se aplica a las mercancías que podían reproducirse libremente y se producían en
mercados perfectamente competitivos, excluyendo las mercancías escasas que no podían reproducirse
libremente por ser una parte insignificante del mercado. Supuso que en el sector manufacturero los costes eran
constantes, lo que implicaba una curva de oferta perfectamente elástica, mientras que en la agricultura los
costes eran crecientes, reflejados en una curva de oferta con pendiente positiva y hacia la derecha.

Dificultades para formular una teoría del valor basada en el coste del trabajo

Sobre la medida de cantidad de trabajo, discrepaba con la perspectiva de Smith y afirmaba que la cantidad de
trabajo es lo que determina los precios relativos, no los salarios. Por lo tanto, propuso medir la cantidad de
trabajo únicamente mediante la cantidad de tiempo necesaria para producir un bien, es decir, utilizando las
horas de reloj como medida.

Se enfrentó a varias dificultades al utilizar las horas de reloj como medida de la cantidad de trabajo necesaria
para producir una mercancía, enfrentando el problema del trabajo cualificado. Para resolver este problema,
utilizó los salarios pagados a los trabajadores como medida de su productividad relativa, suponiendo que las
diferencias entre los salarios se mantienen constantes con el tiempo. Esta suposición le permitió argumentar
que las variaciones en los precios relativos no se deben a los salarios.

En cuanto al problema de los bienes de capital, consideró que el capital era simplemente trabajo acumulado,
por lo que la cantidad de trabajo en una mercancía producida con capital se medía sumando el trabajo aplicado
directamente y el tiempo equivalente de depreciación del capital utilizado en su producción. Sin embargo, esta
solución no resulta completamente satisfactoria ya que no tiene en cuenta la variabilidad de los costos de
intereses y no es coherente con una teoría del valor basada exclusivamente en el trabajo.

Abordó también la cuestión de la renta de la tierra, resolviendo el problema mediante su teoría de la renta de la
tierra, donde el precio de un producto depende del coste marginal del producto menos eficiente. Para él, las
diferencias en las rentas de las tierras de diferente fertilidad no influyen en las variaciones de los precios
relativos con el tiempo.

También consideró el papel de los beneficios en una teoría del valor trabajo. Aunque los beneficios pueden
variar dependiendo de varios factores, concluyó que no alteran su proposición fundamental de que las
variaciones en los precios relativos dependen de las variaciones en las cantidades relativas de trabajo
contenidas en las mercancías, y que la influencia de la tasa de beneficios no es cuantitativamente importante.

Ricardo no defendía exclusivamente su teoría, ya que reconocía que los cambios en la cantidad de trabajo
necesaria para producir bienes no son la única fuerza que afecta a los precios relativos. Sin embargo,
consideraba que estos cambios eran el factor más crucial en términos cuantitativos para explicar las
variaciones de los precios relativos. Lo que llevó a concluir que la mayoría de las grandes variaciones en el
valor relativo de las mercancías se deben a la cantidad de trabajo involucrada en su producción.
Bibliografía

Libro Historia del Pensamiento Económico 4ta edición Landreth Colader editorial McGraw Hill

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