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La teoría del valor-trabajo (TVL, también teoría laboral del valor o TLV) es una
teoría que considera que el valor de un bien o servicio depende de la cantidad de
trabajo que lleva incorporado. Estas eran representadas principalmente por
hipótesis de Adam Smith y David Ricardo.
La teoría del valor de Adam Smith distingue entre valor de uso y valor de cambio.
El primero proviene del hecho de que el producto satisface una necesidad. Por
ejemplo, los alimentos permiten saciar el hambre.
Adam Smith consideraba que el trabajo era la unidad de medida exacta para
cuantificar el valor. Para él, el valor era la cantidad de trabajo que uno podía recibir
a cambio de su mercancía. Se trata de la teoría del valor comandado o adquirido.
Aunque no era el factor determinante de los precios, estos oscilaban hacia su precio
de producción gracias al juego de la oferta y la demanda.
Posteriormente David Ricardo desarrolló una teoría del valor-trabajo incorporado en
su obra Principios de economía política y tributación (1817). En dicho ensayo
afirmaba que todos los costos de producción son costos laborales que se pagan de
una forma directa o acumulándolos al capital. Pensaba que los precios dependerían
de la cantidad de trabajo incorporado en los bienes o servicios.
La teoría del valor de David Ricardo toma en consideración dos elementos. Primero,
el esfuerzo laboral necesario para fabricar un bien. Este puede ser variable,
diferenciándose de Smith que lo asumió como constante.
Ricardo observa que en campos más fértiles son necesarias menos horas de
trabajo, en comparación a las zonas menos productivas.
De acuerdo con esta teoría, el comercio voluntario entre individuos implica que
ambas partes en el intercambio perciben subjetivamente los bienes, trabajo o dinero
que reciben como de mayor valor que aquellos a los que renuncian. La teoría
subjetiva del valor sostiene que alguien puede crear valor simplemente transfiriendo
su propiedad de algo a alguien que la valora más, sin necesariamente modificar tal
cosa. Si la riqueza se entiende como la valoración subjetiva de los individuos de sus
posesiones, el intercambio voluntario podría incrementar la cantidad de riqueza en
la sociedad.
LA OFERTA
Por otra parte, en ocasiones la oferta no viene dada por acciones del mercado, sino
que viene impuesta por alguna institución (Estado, Administración, Organización…)
para poder suplir unas necesidades. Esto se produce, aunque no haya demanda, e
incluso en ocasiones los productores pactan ofrecer unos mismos bienes a un
precio similar, rompiéndose la cadena de libre mercado y quebrando la
competencia.