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(Pérez Ortiz, 2002). En general, los cónyuges de edad avanzada aceptan sus respectivas
|deliciencias de saludy atienden alas necesidades fisicas y fisiológicas del otro del mejor
acto de amor (Bazo y
modo posible, considerándolo tanto un deber contraído como un
Maiztegui, 1999).
matrimonial se ha ido produciendo un
Unidoal cambio de concepción de la relación
aunque actualmente parece haberse estabi
progresivo aumento del número de divorcios, menos de 1 de cada 5 matrimonios y, en
algo
lizado. En Espana se divorciaban en 1995 que
de cada 7. No es una tasa muy alta, sobre todo si tenemos en Cuenta
el año 2000, 1 producen más
Unidos se divorcia l de cada 2. El periodo de edad en que se
en Estados
los 35 a los 44 años (Vega y Bueno, 1995). En general, la mayor
divorcios es el que va de ala independencia económica de
las mujeres,
actual de divorcio está asociada
elementos
incidencia
legales se han reducido, a una menor oposición religiosa y aun me
a que los obstáculos las ta
personas divorciadas. También se ha comprobado que cón
que atonan nor estigma social sobre las épocas de prosperidad económica (Rice, 1994).
Los
más altas en desarrollar sus
sas de divorcio son enriquezcan su vida, les ayuden a
compañeros apasionados. Cuando no se
insidencio yuges esperan que sus amorosos y sexualmente
potencialidades y sean compañeros considera razonable el divorcio. En estos
momen
mayor parte acep
alcanzan estos objetivos, la
fue en otras épocas que los matrimonios infelices
lo que muy probable que
tos es menos probable de que la situación puede mejorar, y es
reconozcan hi
ten su situación, que va a afectar negativamente a los esposos y a los
conflicto
piensen que la situación de divorcio no hadejado de ser
traumáica. Un
cambios, la vivencia del y au
jos. A pesar de estos cónyuges sentimientos de fracaso, culpa, hostilidad
divorcio siempre supone en los
menores que entre los más jóve
torrecriminación.
divorcio entre los 45 y los 65 años son
tasas de 65 y 74 años
Las
para los mayores de 65 años (0,69 por ciento entre
nes y son aún más bajas fenómeno que puede ir
ciento en los mayores de 75 años). No obstante, es un que
Tasas y 0,39 por probablemente, es más un efecto generacional
que, muy
en aumento en el futuro dado mediana edad en la
matrimonil. Los cambios que se producen durante la
Y mas de estabilidad
(salida de los hijos del hogar, cuidado de los padres, jubilación, etc.)
elementos estructura familiar con una vivencia
precipitar una crisis conyugal que, en algunos casos, se asocia
reterentes pueden adecuación de expectativas, que pue
vida y
crítica individual de reevaluación de la propia cambiar
desembocar en un sentimiento de inadecuación que implique la necesidad de
de obstan
suponga la ruptura del vínculo conyugal. No
la estructura vital (ahora o nunca) y
parejas mayores se separan por las mismas ra
te, las razones del divorcio no cambian; las
jóvenes: frustración de sus expectativas sobre el matrimonio y la creciente
zones que las
insatisfactoria.
necesidad de terminar con una relación
autoestima en la mediana edad que en la
El divorciosuele suponer mayor pérdida de las mujeres, tien
particularmente
Conseuen edad adulta temprana. Las personas de más de 50 años,
Cias del den a padecer más angustia cuando pasan por un divorcio que la gente joven (Vega y Bue
muchos años puede afectar más a la
divosdio no, 1995); la ruptura de una relación que ha durado
de un vínculo de corta duración. Por
Y elements identidad personal y a la autoestima que la ruptura muchos casos, la necesidad de bus
y, en
otra parte, la reorganización de la vicda en solitario
problemática para las mujeres de es
car un trabajo y conseguir ingresos suficientes es muy juntos supera al
Cobsecto tas edades. Sin embargo, el divorcio se produce cuando el estrés de estar
4 iUN
132 cONTEXTO FAMILIAR YDESARROLLO PSICoLÓGICO DURANTE LA
ADULTEZY LA TERCERA EDAD
que puede ocasionar la propia separación. Los
divorciados, yseparados mayores expresan
una satistacción vital mucho menor que los casados, los viudosolos solteros, Esto eS ast
fundamentalmente para los hombres mayores divorciados que se sienten menos satislechos
con los amigos y sus actividades extralaborales. Tanto en hombres como en mujeres, la tasa
de entermedad y muerte es más alta; quizá, como comenta Bazo (1900), por la
asoCaON
que se establece, en as personas mayores, entre salud y soledad. De hecho, el tencr recur
sos económicos suticientes, nivel educativo medio o alto y unas redes soCales ntensas col
tamiiares yamigos parece estar asociado al ajuste conectodespues deldvovi.
Por último, cabe cxponer algunos comentarios sobre los matimonios cn la vejez. En el
año 200l,se casaron en Espana 3.218 personas mavores de o0 ahos,de las cuales el 37,51
por cientoeran viudas y el 35,77 por ciento divorciadas o separadas (datos del INE) En es
tas edades se casan muchos más hombres que mujeres; las razones de que esto sea ast son
Datos varias: en general, los hombres tienden a casarse con mujeres masjovenes que ellos, mien
tras que para las mujeres se da menos este tipo de parejas en las que clla es el individuo de
Rxtous
del más edad. Las mujeres tienen mayor expectativa de vicla quelos hombres,lo cual supone
que hay más mujeres mayores viudas que hombres mayors viudos, Los hombres, en ge
Jiwsio. neral, tienen más probabilidades de volverse acasar cuando enviudan,mientras que las mu
jeres tienden a optar por vivir solas y relacionarse preferentemente con amig1s en su mis
'seqyndo
mugimanlo
ma situación (Papalia yWendkos, 1992). Por otrn parte, para las mujeres, sobre todo pata
aquellas que han cuidadode un marido entermo hasta su merte,u ndea de volverse aca
sar y tener que enfrentarse de nuevo con esa situacion, pero con un marido con el que no
han compartido tantas cUsas. puede resultar poco atractiva, por lo que prefieren mantener
| la relación de pareja sin casarse o vivir juntos.
Los hijos también pueden ser un problema para los segundos matrimonios de padres
mayores. La mayor parte de los hijos adultos considera que sus padres deberian consultar
Los
como
hijos con la fanmilia su intención de volverse a casar; los mayores, incluso, opinan que deben pe
dir permiso y, en general, no suelen comprender la nevesiclad que su padre/nadre tiene de
elem entos companía o de inimidad sexual. Muy frecuentemente los hijos consideran que un nuevo
que puewen matrimonio altera de forma importante las relaciones y la inimidad lamiliares. Lo que las
no farae personas mayores esperan de un nuevo matrimonio es fundamentalmente companta, al
Ces n guien con quien compartir la vida, un compahero para quien ser fundamental y que les
seyundo necesite. La necesidad de gustar a otro,ser quendoy ser la persona más inportante para
matsionio aquel a quien queremos no desaparece con los anos (WarneryWillis, 2003) nise satista
ce a través de las relaciones que se tienen con hijos y nictos, por nmuy cainosas y satis
factorias que éstas sean.