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INFLUENCIA DE LA ESPIRITUALIDAD EN LA SALUD DE

PACIENTES ONCOLÓGICAS DE 30 A 40 AÑOS DE EDAD, DEL


HOSPITAL GENERAL SIGLO XIX, EN 2022.

PROTOCOLO DE TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE

LICENCIADO EN ENFERMERÍA

P R E S E N T A

Andrade Ramos Alicia


Villalba Toledano Kendy Joselyne

PROPUESTA DE ASESOR:
FLORES VILLEGAS JULIO

VALLE DE CHALCO SOLIDARIDAD, MÉXICO Agosto 2022


INFLUENCIA DE LA ESPIRITUALIDAD EN LA SALUD DE
PACIENTES ONCOLÓGICAS DE 30 A 40 AÑOS DE EDAD, DEL
HOSPITAL GENERAL SIGLO XIX, EN 2022.
INDICE
LICENCIADO EN ENFERMERÍA 1
VALLE DE CHALCO SOLIDARIDAD, MÉXICO Agosto 2022 1
INTRODUCCIÓN 5
JUSTIFICACIÓN 6
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 7
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN 9
HIPÓTESIS 9
VARIABLES 9
OBJETIVOS 9
General. 9
Específicos. 9
MARCO TEORICO 10
1.1 CÁNCER 10
1.1.2 CAUSAS DEL CÁNCER 12
1.1.3 FACTORES DE RIESGO DE CÁNCER 13
1.1.4. REDUCCIÓN DE LA CARGA DE MORBIMORTALIDAD POR CÁNCER
13
2.1. ESPIRITUALIDAD Y RELIGIÓN. 15
2.1.2. Estudios de abordaje de la espiritualidad y la religiosidad en
psicoterapia y Medicina. 18
3.1. Espiritualidad y Cáncer 21
METODOLOGÍA 22
REFERENCIAS 29
ANTECEDENTES.

Con base a otros autores e investigaciones realizadas se ha observado que los


valores religiosos y espirituales son importantes para los habitantes de los
Estados Unidos de América. La mayoría de esos adultos dicen que creen en
Dios y que sus creencias religiosas afectan la forma en que viven sus vidas. Sin
embargo, las personas tienen diferentes ideas sobre la vida después de la
muerte, la creencia en milagros y otras creencias religiosas. Tales creencias se
pueden basar en el género, la educación y el origen étnico. Muchos pacientes
de cáncer dependen de las creencias y prácticas religiosas o espirituales para
ayudarlos a hacer frente a su enfermedad. Esto se llama afrontamiento
espiritual. Muchas personas a cargo del paciente también dependen del
afrontamiento espiritual. Cada persona puede tener diferentes necesidades
espirituales, según sus tradiciones culturales y religiosas. En el caso de algunos
pacientes gravemente enfermos, el bienestar espiritual se puede ver afectado
por la carga de ansiedad que sienten con respecto a la muerte. Para otros,
puede afectar lo que deciden sobre los tratamientos para la etapa final de la
vida. Algunos pacientes y los familiares que los cuidan pueden querer que sus
médicos hablen sobre sus preocupaciones espirituales, pero no están seguros
de cómo encarar el tema. Algunos estudios muestran que el apoyo de los
médicos para el bienestar espiritual de los pacientes muy enfermos ayuda a
mejorar su calidad de vida. Los proveedores de atención de la salud que tratan
a los pacientes que hacen frente al cáncer están considerando nuevas maneras
de ayudarlos a resolver las inquietudes religiosas y espirituales. Los médicos
pueden preguntar a los pacientes qué temas espirituales son importantes para
ellos, tanto durante el tratamiento como cuando se llega a la etapa final de la
vida. Cuando los pacientes con cáncer avanzado reciben apoyo espiritual del
equipo médico, es más probable que elijan la atención en un programa de
cuidados paliativos y un tratamiento menos intensivo en la etapa final de la vida.
(Para información sobre los aspectos relacionados con la etapa final de la vida,
consultar el sumario del PDQ sobre Planificar la transición para la atención del
cáncer avanzado en la etapa final de la vida.)

En otro estudio se dio a conocer qué; el impacto de salud que tiene el cáncer de
mama (CaMa), es debido a que se ubica como el cáncer más prevalente en las
mujeres en la gran mayoría de los países de todo el mundo, es decir en 145 de
los 187 países1. Se estima que para el año 2020, en el mundo habrá cerca de
dos millones de nuevos casos de CaMa, de los cuales 76% residirán en países
de ingresos medios y bajos, de éstos, 20% en América Latina, donde cada año
se diagnostican 114 mil 900 casos2,3. La importancia de explorar la
espiritualidad en la mujer con CaMa radica en su esencia, el ser humano es
espiritual, la espiritualidad es una especie de fuerza interna que dinamiza sus
dimensiones7, por lo que puede convertirse en una herramienta para un mejor
afrontamiento y trascendencia de la enfermedad, a fin de alcanzar un estado
óptimo de bienestar8. En enfermería los cuidados espirituales son considerados
importantes y relevantes, ya que se identifican como una necesidad para las
mujeres bajo esta condición de enfermedad, entendida como: la necesidad de
encontrar sentido, propósito y realización en la vida, la necesidad de esperanza
o de voluntad de vivir, la necesidad de creer, tener fe en uno mismo, en los
otros o en Dios9, sin embargo, carecen de una atención sistematizada, una de
las restricciones más referenciadas por los profesionales de enfermería se
relaciona con la insuficiente formación académica, que los habilite a una
asistencia más espiritual, adecuada a cubrir las necesidades de los pacientes10.

INTRODUCCIÓN

Hablar del cáncer en una investigación como la presente en la que se


involucran paradigmas conceptuales religiosos/ espirituales y científicos, nos
permite ahondar en un panorama general de este amplio y complicado tema.
Superar y propiciar la integración de éstos solo puede superarse con criterio, los
pacientes con cáncer que son más religiosos o espirituales también padecerían
menos síntomas físicos de la enfermedad y el tratamiento, además de una
mayor conexión social. Para muchas personas, la fe y la espiritualidad
desempeñan un papel importante en el manejo del cáncer. Según una revisión
realizada por Florenzano, Sieverson, Aspillaga, Aratto, et al. (2011), en salud
mental, ya desde el siglo XIX, Durkheim plantea que la religiosidad incidiría
positivamente en la disminución de los comportamientos suicidas. Esto es luego
confirmado posteriormente por varios autores en los últimos años. Los autores,
en su revisión, señalan también que actualmente existen más de 1.200 estudios
sobre espiritualidad y religión en el área de la salud. Es así como se ha
demostrado que existe un considerable aporte de la espiritualidad en los
pacientes en su enfrentamiento a las enfermedades. Muchos estudios han
demostrado ya incluso la positiva influencia de introducir la espiritualidad como
una herramienta más para aliviar al enfermo, por lo que cada vez se propugna
el uso de esta en los planteles médicos.

JUSTIFICACIÓN

Con base en las cifras de la Secretaría de Salud, los casos de cáncer de


mama se dispararon en casi 35 por ciento en el último año. Los casos
registrados pasaron de 8 mil 723 de 2020 a 11 mil 746 en 2021.Conforme a
datos del INEGI, la tasa de incidencia de tumor maligno de mama a escala
nacional es de 18.55 casos nuevos por cada 100 mil habitantes de 20 años y
más. La Secretaría de Salud, a través del boletín epidemiológico
correspondiente a la semana 39 de 2021, reportó que en el país se habían
atendido 11 mil 746 nuevos casos de tumores malignos de mama, cifra que
contrasta con el mismo periodo de 2020, cuando fueron 8 mil 723. La
problemática de esta patología afecta a mujeres jóvenes de entre 20 a 35
años de edad. Muchas de las ocasiones se ven ignorada la parte de la
espiritualidad en las esferas del ser humano cuando se presenta una
enfermedad que afecta biopsicosocial al individuo. Haciendo aún lado la parte
integral y moral centrándose sólo en el aspecto fisiopatológico, el centro de
estudio de la siguiente investigación es comprobar que la espiritualidad del
paciente tiene un enorme peso sobre la toma de decisiones en cuanto a su
tratamiento médico, el avance y la resiliencia de esta misma enfermedad que ha
venido a ser un parte aguas en sus actividades y vida diaria. Normalmente
cuando se habla de espiritualidad y fe lo primero que se piensa es sobre la
estigmatización de una religión que si bien para algunos individuos es
meramente un estilo de vida al Dios que profesa, el impacto espiritual está a un
nuevo nivel. Ayudando a nivel psicológico, incluso físico con mejoras
trascendentales en su nivel de salud.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA


La distribución del cáncer no es homogénea en el mundo. Algunos cánceres se
juzgan propios de los países desarrollados, como lo son el de mama, colon y
recto; otros son propios del subdesarrollo, como el de cuello uterino y el
gástrico. Los primeros se denominan así porque, comparativamente, su
incidencia es mucho más alta en los países desarrollados por sus procesos de
industrialización. Los cánceres denominados del “subdesarrollo” se llaman así
porque las tasas de mortalidad que producen son mucho más altas en estos
países, principalmente por fallas de diagnóstico y falta de tratamiento oportuno.
El cáncer es un problema importante de salud pública en México, debido a que
las tasas de incidencia y de mortalidad se han venido incrementando en las
últimas décadas. Esto se asocia con los cambios tenidos en algunos
determinantes de la enfermedad como el incremento en la esperanza de vida, el
desplazamiento poblacional hacia centros urbanos, el incremento en la
prevalencia de tabaquismo entre adolescentes y limitaciones importantes en el
acceso a los servicios de salud entre otros. Se han establecido protocolos de
manejo que se refieren al tratamiento, y la hospitalización, pero en algunos
casos no se tiene en cuenta cómo, el diagnóstico de cáncer altera la vida de la
paciente y su familia. Ya que debe vivir además de un diagnostico intimidante,
los miedos al deterioro, a la soledad, a perder el sentido de la vida, a la falta de
control, a lo desconocido, al rechazo, a ser una carga para sus familiares y
finalmente a la muerte. Como Profesionales de enfermería sabemos que las
situaciones de enfermedad crónica afectan de manera importante la vida de las
personas y la interrelación de éstas con su entorno y del entorno del cual ellas
forman parte. Como lo dicen Jennings y col: "La Enfermedad crónica es al
principio un intruso no bienvenido que de pronto se convierte en parte de uno
mismo", esta experiencia de vida es única para cada ser Humano, para cada
familia y para cada grupo y esto debe contemplarse al abordar el cuidado de su
Salud”. Este trabajo parte del interés por conocer la relación entre la
enfermedad oncológica. Al reconocer; que actualmente desde diferentes áreas
de las ciencias de la salud, hay un claro deseo de buscar nuevas formas
terapéuticas en donde se conciba al ser humano como un ser integral; lo que ha
generado un gran cambio en los paradigmas del cuidado de enfermería al
paciente con enfermedad oncológica y por lo tanto estos estudios se enfocan a
enriquecer éste conocimiento y finalmente transformar los escenarios de
cuidado.
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
¿Qué influencia tiene la espiritualidad en el afrontamiento del diagnóstico /
tratamiento en las mujeres con cáncer que asiste en el hospital Siglo XXI en el
2022 en CDMX?

HIPÓTESIS
La influencia de la espiritualidad en pacientes femeninos oncológicas (según su
credo) ayuda a disminuir significativamente en la resiliencia en el diagnóstico y
tratamiento oncológico de una mejor perspectiva favoreciendo a la 11va
necesidad según Virginia Henderson y 11vo patrón de acuerdo a Marjory
Gordon.

VARIABLES
I. Pacientes oncológicas

D. Influencia de la espiritualidad

OBJETIVOS
General.
Analizar la influencia de la espiritualidad en la salud de pacientes oncológicas
de 30 a 40 años de edad, del hospital general siglo xix, en 2022.
Específicos.
● Conocer el concepto de espiritualidad que tienen las pacientes
oncológicas.
● Describir la percepción de la espiritualidad en la forma en que las
pacientes oncológicas afrontan el diagnóstico.
● Examinar la percepción del personal de enfermeria, sobre cómo afecta la
espiritualidad en el curso y pronóstico de la enfermedad en pacientes
oncológicos.
MARCO TEORICO
1.1 CÁNCER
El Cáncer es considerado como el crecimiento descontrolado de células
anormales en el cuerpo, también denominadas malignas (University of Maryland
Medical Center, 2011). La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define
como: Un término genérico que abarca varios tipos de enfermedades y que
puede presentarse en cualquier parte del cuerpo, cuya característica es la
multiplicación rápida de células anormales, que pueden afectar a los órganos
contiguos o a cualquier parte del organismo. Este crecimiento desmedido de
células se origina de una que era normal y pasa a ser tumoral (OMS, 2013;
UMMC, 2011). Si bien el organismo naturalmente detiene el crecimiento de
estas células destruyéndolas o encapsulándolas, cuando se desarrolla un
Cáncer el sistema inmunitario no ha podido cumplir con esta función (Simonton,
1990; Albornoz y Peña, 1999; Beneit, 1992, en Bravo, 2001). La etiología de
este grupo de enfermedades, según la evidencia recolectada, se debe a una
relación entre las características genéticas del paciente con distintos tipos de
agentes externos: carcinógenos físicos, químicos y biológicos (OMS, 2013;
National Cancer Institute, 2013; UMMC, 2011). Si bien se han desarrollado
diversas teorías que tratan de dar cuenta de una etiología única del Cáncer, aún
no existe una sola respuesta, las Neoplasias serían el resultado de la
conjugación de diversos factores que pueden predisponer o ser de riesgo en el
desarrollo de la enfermedad (Bravo, 2001). Estos organismos plantean que los
factores de riesgo en la aparición del cáncer son el consumo de alcohol y
tabaco, las dietas que tienen bajo consumo de frutas y verduras, la inactividad
física, infecciones de virus como el del papiloma humano (PVH) y el de la
hepatitis B y C (VHB, VHC) (OMS, 2013; National Cancer Institute, 2013;
UMMC, 2011). Otro factor de riesgo es la edad, puesto que a mayor año de
vida, existiría un aumento en la exposición a los factores de riesgo de cáncer
(OMS, 2013).
El cáncer es la principal causa de muerte en todo el mundo: en 2020 se
atribuyeron a esta enfermedad casi 10 millones de defunciones. Los cánceres
más comunes en 2020, por lo que se refiere a los nuevos casos, fueron los
siguientes:

● de mama (2,26 millones de casos)

● de pulmón (2,21 millones de casos)

● color rectal (1,93 millones de casos)

● de próstata (1,41 millones de casos)

● de piel (distinto del melanoma) (1,20 millones de casos)

● gástrico (1,09 millones de casos).

Los tipos de cáncer que causaron un mayor número de fallecimientos en 2020


fueron los siguientes:

● de pulmón (1,8 millones de defunciones)

● color rectal (916 000 defunciones)

● hepático (830 000 defunciones)

● gástrico (769 000 defunciones)

● de mama (685 000 defunciones).

Cada año, cerca de 400 000 niños contraen un cáncer. Aunque los tipos de
cáncer más frecuentes varían en función del país, el de cuello uterino es el más
habitual en 23 países. Siguiendo la línea del gasto que producen estas
enfermedades por su grado de cronicidad y el alto costo de su tratamiento, es
que la OMS considera de vital importancia la detección temprana de esta
enfermedad, para un tratamiento más corto y las conductas de prevención,
asociadas a cambios de estilos de vida y conductas de riesgo, lo que se asocia
a mejorías en el diagnóstico y disminución de la morbilidad en países
desarrollados, en contraste con los de menos recursos, en donde muchas
naciones no cuentan con los dineros en salud para destinarlos a este tipo de
enfermedades. Así también el gasto destinado a investigación y tratamiento del
cáncer, no alcanza a cubrir los costos mínimos que esta patología requiere en
los países menos desarrollados. En relación a los tratamientos para esta
enfermedad, ellos se basan en un plan específico para cada paciente,
relacionado con factores específicos que él presente, como el tipo de tumor, su
localización y el tamaño, además de las condiciones basales del individuo
(sexo, edad, otras enfermedades, factores de riesgo, etc.).

Las principales modalidades de tratamiento son dos: la primera es la vía


quirúrgica y la segunda consiste en procedimientos como quimioterapia y/o
radioterapia. Además de estos tratamientos que combaten el cáncer, existen
tratamientos posteriores para los efectos que dichas intervenciones han
producido en el paciente, y que han medrado su calidad de vida, así como
existen tratamientos paliativos para pacientes terminales. Además de
tratamiento debe ser multidisciplinario, debido a los distintos ámbitos en los que
el Cáncer influye (físico, psicológico, familiar, social). Esto responde al modelo
médico actual, que es el biopsicosocial donde se considera la salud como un
bienestar físico, mental y social, más allá de la sola falta de enfermedad a nivel
biológico (OMS, 2020)

1.1.2 CAUSAS DEL CÁNCER

El cáncer se produce cuando células normales se transforman en células


tumorales a través de un proceso en varias etapas que suele consistir en la
progresión de una lesión precancerosa a un tumor maligno. Esas alteraciones
son el resultado de la interacción entre factores genéticos de la persona
afectada y tres categorías de agentes externos, a saber:

● Carcinógenos físicos, como las radiaciones ultravioletas e ionizantes;

● Carcinógenos químicos, como el amianto, sustancias contenidas en el


humo de tabaco, las aflatoxinas que contaminan los alimentos y el
arsénico presente en el agua de bebida; y carcinógenos biológicos, como
determinados virus, bacterias y parásitos.

El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) es un órgano


especializado de la OMS que mantiene una clasificación de los agentes
cancerígenos. La incidencia del cáncer aumenta muchísimo con la edad, muy
probablemente porque se van acumulando factores de riesgo de determinados
tipos de cáncer. A esta acumulación global se suma la pérdida de eficacia de
los mecanismos de reparación celular que suele ocurrir con la edad.

1.1.3 FACTORES DE RIESGO DE CÁNCER

El consumo de tabaco y de alcohol, la alimentación poco saludable, la


inactividad física y la contaminación del aire son factores de riesgo de cáncer y
de otras enfermedades no transmisibles. Además, también lo son algunas
infecciones crónicas, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos.
Cerca del 13% de los casos de cáncer diagnosticados en el mundo en 2018 se
atribuyeron a infecciones carcinógenas, especialmente las causadas
por Helicobacter pylori, los papilomavirus humanos, los virus de la hepatitis B y
de la hepatitis C y el virus de Epstein-Barr (2). Los virus de las hepatitis B y C y
algunos tipos de papilomavirus humanos aumentan el riesgo de contraer cáncer
de hígado y cáncer de cuello uterino, respectivamente, mientras que la infección
por el VIH multiplica por seis el riesgo de contraer un cáncer de cuello uterino y
aumenta sustancialmente el de otros tipos de cáncer, como el sarcoma de
Kaposi.

1.1.4. REDUCCIÓN DE LA CARGA DE MORBIMORTALIDAD POR


CÁNCER

En la actualidad se pueden evitar entre el 30% y el 50% de los casos de cáncer


reduciendo los factores de riesgo y aplicando estrategias preventivas basadas
en la evidencia. Además, esta carga se puede reducir mediante la detección
precoz y la atención y el tratamiento adecuados de los pacientes. Si se
diagnostican a tiempo y se tratan adecuadamente, las probabilidades de
curación de muchos tipos de cáncer son elevadas.

1.1.5. FISIOPATOLOGÍA DEL CÁNCER DE MAMA

En la patogénesis del cáncer de mama se encuentran involucradas diversas


vías, como es el caso de la vía fosfatidilinositol 3 kinasa (PI3K/AKT) y la ruta
Ras-Raf-MEK-ERK (RAS/MEK/ERK), las cuales se encargan de proteger a las
células de la apoptosis; sin embargo, cuando existe alguna mutación en los
genes que codifican para estas vías, el mecanismo de apoptosis pierde su
funcionalidad. Se ha podido demostrar que la exposición constante a
estrógenos genera estas mutaciones, además de que la sobreexpresión de
leptina (asociado a obesidad) en tejido adiposo mamario ocasiona un aumento
de la proliferación celular y a la vez la formación de cáncer. Otras mutaciones
asociadas son aquéllas en el guardián del genoma y del gen asociado a cáncer
de mama (BRCA 1 y BRCA 2), las cuales provocan división celular
descontrolada, inhibición de apoptosis y metástasis a órganos distantes.

1.1.6. CLASIFICACIÓN
Las células cancerígenas de mama cuentan con receptores, tanto en la
superficie como en su citoplasma y núcleo, los más importantes son los
relacionados a estrógeno, progesterona y a la proteína HER2. De acuerdo con
la presencia de estos receptores, el cáncer de mama puede clasificarse de la
siguiente manera:

 Luminal A: cuenta con receptores positivos para estrógeno y


progesterona, tiene buen pronóstico y responde bien a terapia hormonal.
 Luminal B: se subdivide en luminal B/HER2 positivo, el cual tiene
receptores positivos de progesterona, estrógeno y HER2, tiene peor
pronóstico que luminal A y responde bien a inmunoterapia y terapia
hormonal.

Por el otro lado, está el luminal B/HER2 negativo, que cuenta con receptores
positivos para estrógeno y progesterona, pero HER2 negativo se asocia a un
riesgo alto de proliferación celular y responde bien a la hormonoterapia. HER
2+: no cuenta con receptores positivos para estrógeno y progesterona, pero sí
para HER2, además de un pronóstico intermedio, responde muy bien a
inmunoterapia y con poca respuesta a quimioterapia. Triple negativo: no
cuentan con ninguno de los tres receptores, tienden a responder bien a
quimioterapia, pero recaen fácilmente. Histológicamente, el cáncer de mama se
puede clasificar en in situ (25%) e invasivo (75%). Entre los in situ se encuentra
el carcinoma ductal, el cual es el más común, y carcinoma lobulillar; mientras
que los invasivos se clasifican en carcinoma ductal invasivo y lobulillar invasivo.

2.1. ESPIRITUALIDAD Y RELIGIÓN.


El concepto de espiritualidad es difícil de definir, debido a la amplitud de dicho
concepto y de sus múltiples conceptualizaciones de acuerdo a las diferentes
visiones religiosas, culturales, filosóficas, entre otras (Arbeláez y Álvarez, 1995).
Desde la perspectiva de Mytko y Knight (citado en Martínez, Méndez y
Ballesteros, 2004), “una amplia definición de espiritualidad debe incluir
sentimientos de conexión consigo mismo, con la comunidad, con la naturaleza y
con el significado o propósito de vida” (p. 232). Para Ross (citado en Navas y
Villegas, 2007), el propósito (o significado) de nuestra existencia, la voluntad
por vivir y la fe (ya sea en un ser superior, en uno mismo, o en los demás), son
aspectos primordiales dentro del ámbito de la espiritualidad. Así también, otros
autores (Brady, Peterman, Fitchett et al., citado en Navas y Villegas, 2007)
plantean la relación de esta dimensión con el hecho de poder encontrar
respuestas satisfactorias acerca de la vida, la enfermedad, y la muerte (p. 36).
Por lo tanto, podemos decir que la espiritualidad, es un componente innato del
ser humano que le motiva y le permite buscar un sentido a la vida a preguntarse
sobre el origen, su identidad y bienestar (…); [que] fortalece las capacidades de
adaptación de las diferentes situaciones vitales (McClain, Rosenfeld y Breitbart,
citado en Gallegos y Herrera, 2008, p. 100). Por otra parte, es importante
distinguir que al hablar de Espiritualidad, no necesariamente estamos
refiriéndonos a Religión. Si bien dichos conceptos suelen estar relacionados, la
Espiritualidad se refiere a un aspecto más universal, interconectado con lo
esencial o lo sagrado a través de la experiencia de vida (Koenig citado en
Navas y Villegas, 2007). En cambio, la Religión hace referencia a un conjunto
de creencias, prácticas y valores, compartidos por una comunidad o amparados
por una institución organizada (Emmons y Paloutzian citado en Rodríguez,
2006; Koenig citado en Navas y Villegas,2007). Para Längle (2008), la
espiritualidad es la experiencia fundamental de cualquier religiosidad (p. 17).
Las convicciones y prácticas religiosas específicas deben diferenciarse de la
idea de una capacidad universal para experiencias espirituales y religiosas. Si
bien esta distinción puede no ser sobresaliente o significativa en el orden
individual, es importante conceptualmente para comprender varios aspectos de
la evaluación y la función de diferentes convicciones, prácticas y experiencias
en la superación del cáncer. La distinción general más útil en este contexto es
entre religión y espiritualidad. No hay consenso general sobre la definición de
cada uno de estos términos, pero se acepta la conveniencia de esta
diferenciación.

La religión se puede considerar como un conjunto específico de creencias y


prácticas relacionadas con una religión o denominación reconocida. La
espiritualidad se reconoce, por lo general, como abarcadora de aspectos
experienciales relacionados con la participación en prácticas religiosas o con el
reconocimiento de una sensación general de paz y conectividad. El concepto de
espiritualidad se encuentra en todas las culturas y a menudo se considera que
abarca una búsqueda del significado fundamental de las cosas mediante la
religión u otros medios. En el campo de la atención de la salud, las
preocupaciones sobre el bienestar espiritual o religioso se han visto algunas
veces como un aspecto de la medicina complementaria y alternativa (CAM); sin
embargo, esta percepción puede ser característica de los proveedores de
atención de la salud más que de los pacientes. En un estudio,[5] casi ningún
paciente, pero alrededor del 20 % de los proveedores dijeron que se solicitaron
los servicios de CAM con el fin de ayudar con asuntos espirituales o religiosos.
La religión está determinada en gran medida por la cultura; la espiritualidad se
considera una capacidad humana universal que, suele pero que no siempre,
está relacionada con la práctica religiosa y se expresa mediante esta. La
mayoría de las personas se consideran tanto seres espirituales como religiosas.
Algunos se pueden considerar religiosos pero no espirituales; otras, como
algunos ateos (personas que no creen en la existencia de Dios) o agnósticos
(personas que creen que no se puede mostrar que Dios existe), se pueden
considerar espirituales pero no religiosas. En una muestra representativa de
369 pacientes ambulatorios de cáncer de la ciudad de Nueva York (un 33 %
representaban a grupos minoritarios), el 6 % se identificaron como agnósticos o
ateos, el 29 % asistían cada semana a los servicios religiosos y el 66 %
expresaron ser espirituales pero no religiosos. Desde la perspectiva de la
investigación y de la bibliografía clínica sobre las relaciones entre religión,
espiritualidad y salud, es importante considerar la manera en que los
investigadores y autores definen y utilizan estos conceptos. Gran parte de la
bibliografía epidemiológica que indica una relación entre religión y salud se
basa en definiciones de participación religiosa como las siguientes:

● Afiliación con un grupo religioso.


● Frecuencia de asistencia a servicios religiosos.

Es posible considerar varias modalidades de intervención o asistencia en el


tratamiento de las inquietudes espirituales de los pacientes, como las
siguientes:

● Exploración por parte del médico u otro proveedor de atención de la


salud dentro del contexto de la atención médica habitual.
● Instar a los pacientes a buscar ayuda entre los miembros de su propio
clero.
● Derivación formal a un capellán de hospital.
● Derivación a un terapeuta religioso o especializados en cuestiones de fe.
● Derivación a grupos de apoyo que se sabe abordan cuestiones
espirituales.

2.1.2. Estudios de abordaje de la espiritualidad y la religiosidad


en psicoterapia y Medicina.
Son variados los estudios que se han realizado acerca de la
espiritualidad/religiosidad en medicina y salud mental. A juicio de Quiceno,
Vinaccia (2009), los estudios dedicados a la intervención espiritual
específicamente, son pocos, lo que iría en aumento son aquellos que hacen
referencia a la importancia que tiene la espiritualidad en la salud. Esto se
condice con una revisión bibliográfica de Hawks, Hull, Thalman y Richins (1995
en Quiceno, Vinaccia, 2009), cuyo objetivo era tener una visión respecto a
cuáles eran las intervenciones más efectivas para abarcar la salud en general y
en especial la espiritual. Lo encontrado por estos autores, muestra que las
técnicas de imaginería, meditación y actividades de apoyo social, tienen gran
relevancia en encontrar el significado de la vida, el contactarse consigo mismo,
con los otros y con algo superior, desarrollándose así la capacidad de
trascendencia. Junto con esto, encontraron que había efectos positivos en la
salud como disminución de las m afecciones cardíacas y de mortalidad por
Cáncer, al igual que incide en una baja de los estados de ánimo negativos y en
los estados ansiosos. En otro estudio realizado por Yanek, Becker, Moy,
Gittelsohn, Koffman (2001), en mujeres afroamericanas, compararon el impacto
que tiene en el riesgo cardiovascular la espiritualidad, en este caso abordada
desde la Iglesia a la que adscribían. En la comparación del grupo que recibía
apoyo espiritual, versus el de auto ayuda, hubo muchas mejoras en el primer
grupo como disminución colesterol, reducción de la presión arterial, entre otros,
donde lo más importante era el impacto de la espiritualidad en cambios
permanentes de vida. Quiceno, Vinaccia (2009), realizaron una revisión de
diversos estudios hechos los últimos años de la espiritualidad y salud, donde
algunos abarcan indicadores de salud objetivos como la reducción de cintura,
riesgo cardiovascular, cambios de hábito, realización de actividad física, etc.
mientras que otros estaban enfocados en pesquisar la percepción de los
propios pacientes como su calidad de vida, relación consigo y con otros,
aceptación de su estado de salud, percepción de su entorno, etc. En todos
estos estudios los efectos de la inclusión de la espiritualidad en las
intervenciones fue beneficioso para los pacientes, constatando así la relevancia
de la espiritualidad en la salud de las personas, tanto en lo físico como en lo
mental también lo relacional, además de ayudar y dar mejores herramientas de
afrontamiento en momentos de crisis. Eichelman (2007), comenta un estudio
realizado en Estados Unidos por Curlin et. Al (2007) donde se constata la
importancia de la inclusión de la espiritualidad en la medicina y la salud mental,
aunque un número no menor de Psiquiatras, considera que esta puede tener un
efecto negativo, cada vez más, en base a los estudios como el de Curlin, así
como la propia experiencia de los Psiquiatras en la clínica van avalando la
importancia de lo espiritual en el concepto de salud y bienestar psicosocial. En
una revisión realizada por Moreira-Almeida, Koenig (2008), referida al efecto
que tendría la espiritualidad/religiosidad en pacientes con fibromialgia y dolor
crónico, concluyen que respecto a la sintomatología de estos cuadros, la
evidencia no es significativa, sin embargo en los estados afectivos,
afrontamiento del cuadro clínico, ansiedad, la espiritualidad/ religiosidad sí tiene
un efecto positivo en los pacientes. Estos autores concluyen que es necesario
continuar con la investigación de la influencia de la espiritualidad en este tipo de
pacientes para de esta forma ayudar a mejorar la calidad de vida de los
pacientes con dolor crónico.
Siguiendo con lo anterior, Peres et. Al (2007) en la revisión que realizan
respecto a la importancia de la integración de la religión y la espiritualidad en
cuidados paliativos concluyen que cobra relevancia para el mejoramiento de la
calidad de los pacientes la inclusión de las variables ya mencionadas, siendo
necesaria una mayor investigación de tipo empírica para delimitar su real
eficacia y campo de acción, en los diferentes momentos de la enfermedad, e
inclusive en que ésta podría actuar como factor protector de ciertos
cuadros.Penna y Avezum (2007), también realizan una revisión acerca del
impacto de la espiritualidad en la salud física, encuentran que en afecciones
cardiovasculares tiene una influencia positiva, disminuyendo los riesgos de
padecer estas dolencias. También concluyen que en el ámbito de la salud
mental, la espiritualidad ayuda a tener un bienestar psicológico mayor,
disminuyendo el estrés, la ansiedad, en pacientes que padecen enfermedades
somáticas. En relación a la mortandad por Cáncer, en los estudios revisados no
hay una concordancia acerca de si la espiritualidad ayuda a disminuir los
fallecimientos por estas patologías. Estos autores concluyen que es necesario
aumentar la investigación respecto a estos temas para dilucidar cómo desde la
medicina y el campo de la salud mental, se ha de abordar la espiritualidad.
Araújo et. al (2008), investigan acerca del dolor espiritual en pacientes
terminales y la elaboración de nuevos significados a través de la intervención de
relajamiento, Imágenes mentales y espiritualidad (RIME). Esto es la “integración
de las técnicas de Relajamiento Mental y Visualización de Imágenes Mentales
con los elementos que constituyen la cuestión de la Espiritualidad, que fue
desarrollada con el objetivo de dar un nuevo significado al Dolor Simbólico de la
Muerte y del Dolor Espiritual de niños y adolescentes y de adultos”(p.
960).Concluyeron que en los estados previos a la muerte, ocurren en los
pacientes diversas reacciones, 1) Miedo de la muerte por negación de la
gravedad del cuadro clínico 2) Miedo de la muerte por percepción de la
gravedad del cuadro clínico 3) Miedo de la post-muerte por vivencias o sueños
espirituales negativos 4) Miedo del post-muerte por el sentimiento de
desintegración, de dejar de existir, de ser afectivamente olvidado 5) Ideas y
concepciones negativas en relación al sentido de la vida por la ausencia de este
sentido y sentimiento de vacío existencial, y 6) Ideas y concepciones negativas
en relación a la espiritualidad por experiencias de abandono afectivo,
proyectadas en los seres espirituales. Y que en todas estas manifestaciones el
otorgamiento de un nuevo sentido a la enfermedad y a la muerte desde la
espiritualidad, a través de esta técnica, ayudó a los pacientes en forma positiva
aumentando su bienestar psicológico y su calidad de vida. Rivera-Ledesma y
Montero-López Lena (2007), hacen una amplia revisión de la espiritualidad en
los diferentes ámbitos de la salud, desde la medicina, la enfermería, la salud
mental, los líderes religiosos. Concluyendo que el abordaje de esta temática no
es exclusiva de una sola rama, sino es transversal a todas las ya mencionadas
y remarcan la necesidad de su abordaje en base a los estudios que se han
hecho, que dan cuenta de la relevancia de este concepto en la salud y bienestar
de las personas. Seeman et. al (2003 en Taha N. et. al 2011), plantea que a
través de las diversas investigaciones, se ha logrado corroborar que hay vías
biológicas que funcionan como intermediarias entre la espiritualidad y una gran
gama de patologías médicas, por lo que el abordaje de la espiritualidad debe
ser una intervención psicosocial en el tratamiento de cuadros médicos y
mentales. Taha et. al (2011), en base al apoyo de la literatura, respecto a que la
espiritualidad actúa como factor protector, evitando las conductas suicidas,
realizaron un estudio con expertos, a modo de ver cuál es la relevancia de esta
variable en el riesgo suicida de los pacientes con cuadros mentales como la
depresión. Concluyeron que “la espiritualidad y religiosidad son elementos
adicionales útiles y complementarios a las intervenciones psicosociales
habituales” (p. 350). También determinaron que en ocasiones hay pacientes en
los que se manifiestan importantes cantidades de culpa en su estado de salud y
que la religión, no la espiritualidad, puede aumentar dicho sentir. En los
estudios y revisiones mencionados, en su mayoría determinan la importancia
del abordaje de la espiritualidad, en las diferentes patologías, haciendo
necesario la división con la religión, que pudiese en algunos casos ser un factor
negativo. También en su conjunto los estudios concluyen la relevancia de que la
investigación acerca de la Espiritualidad en la medicina, tanto física como
mental, se profundice y así aclarar las mejores formas de abordaje de esta
variable para el mejoramiento de la calidad de vida de los enfermos.

3.1. Espiritualidad y Cáncer

Ya Comstock, Partridge (1972, en Florenzano R., 2010), en un estudio


epidemiológico, observaron que las personas religiosas tenían una menor
mortalidad por ciertas enfermedades y entre ellas destacaba la enfermedad de
Cáncer. Atribuyeron esto al hecho que estas personas tenían estilos de vida
más saludables. Almanza & Holland (2000), plantean que la Psicooncología
considera la incorporación de la espiritualidad en los tratamientos de pacientes
oncológicos como algo de suma relevancia y que además proporciona una
mirada más integral de los pacientes.Nuñez, et. al (2011), haciendo una revisión
de los diferentes estudios que hablan acerca de la relación entre Espiritualidad
y la enfermedad de Cáncer, mencionan el de Puchalski, Ferrell, Virani, Otis-
Green et al. (2009), que plantean que la importancia de la variable de la
espiritualidad surge primeramente desde los cuidados paliativos y su incidencia
en la calidad de vida de estos pacientes. Otro trabajo citado es el de Balboni,
Vanderwerker, Block, Paulket, et al. (2007), donde marcan la importancia de
esta variable en base a que el 88% de los enfermos terminales de Cáncer, del
estudio, consideran relevante la religión/espiritualidad en este momento de su
vida. Así mismo documentaron que aquellos pacientes tenían una mejor calidad
de vida que aquellos pacientes sin desarrollo espiritual.
En el estudio de tipo cuantitativo y cualitativo, realizado a pacientes con Cáncer
terminal, de Alcorn, Balboni, Peteet, Kachnic et al. (2010 en Nuñez et. al.,
2011), un 78% de los participantes manifiestan que la espiritualidad/religión ha
sido importante en el afrontamiento de su enfermedad, llevándolos a
replantearse aspectos de su vidas. Estas variables fueron de ayuda, además de
mejorar el afrontamiento, en el otorgamiento de transformación de su situación
presente y del significado de su enfermedad. Además surgió como relevante
una comunidad de apoyo. En base a los estudios revisados y a la literatura, es
que Nuñez et. al (2011), concluyen que la enfermedad de Cáncer proporciona al
paciente oncológico la posibilidad de replantear sus creencias, espiritualidad y
el significado que otorga a su vida y al período de crisis que está viviendo.
Como se ha mencionado anteriormente el Cáncer es considerado un evento
estresor (Bañados y Tamblay, 2004) y que estos eventos de crisis en su
mayoría provocan un quiebre espiritual, en donde la persona tiene la libertad de
replantearse el significado de su vida, y de su enfermedad (Frankl, 1988, 1991,
1994).Albaugh (2003), Ferrell et al (2003), Murray et al. (2004 en Rodríguez,
2006) al igual que Frankl (1988), consideran que los momentos de crisis, en
este caso el Cáncer es capaz de provocar una crisis espiritual, y esto repercute
en la forma para afrontar dicha patología, y conlleva una búsqueda de sentido
de la enfermedad y de la vida. Rodríguez (2006), revisa diferentes estudios
respecto a espiritualidad y Cáncer, donde hay algunos como el de Moadel y
cols. (1999), en el que determinaron las necesidades espirituales de este tipo
de pacientes, destacaban vencer temores, encontrar esperanza, encontrar
sentido de la vida, entre otros. Araújo, et. al. (2008), con su estudio acerca de
RIME y el cómo influía en pacientes terminales de Cáncer daban cuenta
también de la importancia que cobra para los pacientes el abordaje de esta
dimensión espiritual, el poder hablar acerca de sus temores y también la
resignificación de este evento y cambio en algunos casos de sus creencias.
Respecto a esto mismo Taylor (2003 en Rodríguez, 2006), realizó un estudio
acerca de las necesidades de los pacientes y ellos sentían tener más
necesidades de este tipo, desde el diagnóstico de la enfermedad y la búsqueda
de sentido era primordial. Siguiendo con lo revisado por Rodríguez (2006),
destacan los estudios de Underwood, Shaikna y Bakr (1999) y Taylor (2001), en
donde la espiritualidad es un factor importante respecto a las creencias de la
enfermedad, las interpretaciones que hagan de esta y de los tratamientos.
En general Rodríguez (2006), llega a la conclusión que la mayor parte de los
estudios revisados determinan la importancia de la espiritualidad en la
mantención de un bienestar psicológico, menor ansiedad, disminución de la
angustia y los cuadros depresivos. Así como también documenta la existencia
de trabajos en los que no es positiva la asociación entre espiritualidad y salud
mental en estos pacientes, manifestándose inclusive un aumento de ansiedad.
También es relevante destacar lo determinado por Rifkin et al. (1999, en
Rodríguez, 2006), respecto a que en enfermos terminales de Cáncer, las
creencias fuertes en una religión, así como también para quienes vivencian con
fuerte convicción el ateísmo, disminuyen la ansiedad ante la enfermedad.
En los estudios respecto a la Espiritualidad y Cáncer, al igual que en los
referidos a esta variable y los estados de salud en general, no hay consenso
respecto a cómo ayuda, en qué medida y en qué ocasiones, sin embargo la
mayor parte de los estudios la considera como un factor protector, sin embargo
es necesaria a juicio de los autores revisados que continué la investigación
acerca de estas variables (Quiceno, Vinaccia, 2009; Araújo, et. al. 2008;
Moreira-Almeida, Koenig, 2008; Penna, Avezum, 2007; Peres et. al., 2007)m
METODOLOGÍA

La presente investigación se enmarca dentro de un análisis desde el enfoque


cualitativo, cuyo interés es abordar la espiritualidad desde la perspectiva de las
enfermeras en el contexto de la atención de pacientes oncológicas, buscando
rescatar la mirada particular de los profesionales de la salud en cuanto a sus
experiencias y significados subjetivos que le atribuyen a este ámbito
(Hernández, Fernández y Baptista, 2010) y comprender desde esta perspectiva
los posibles alcances que pudiera tener en la calidad de vida de los pacientes y
en el curso y desarrollo de la enfermedad.
El alcance de este estudio es exploratorio-descriptivo, ya que su interés radica
en tener una aproximación a las implicancias de la espiritualidad en el contexto
del cáncer, a la vez que busca relevar los aspectos importantes que surjan de
este análisis para futuras investigaciones, pretendiendo especificar propiedades
relevantes del fenómeno estudiado mediante la evaluación y/o análisis de
aspectos, dimensiones o componentes del mismo (Dankhe, 1986 en Hernández
et al, 2010). La recolección de datos se realizará por medio de una pauta de
entrevista semiestructurada, en relación a cuatro ejes claves basados en los
objetivos específicos de la investigación, orientados a explorar los aspectos
demográficos de la muestra, el concepto de espiritualidad que manejan, cómo
es abordada en su trabajo y finalmente, la percepción que tienen de cómo
influye ésta las distintas etapas de la enfermedad.
La muestra fue de tipo no probabilístico o dirigido de acuerdo a un criterio de
conveniencia que utilizó participantes voluntarios, seleccionados
intencionalmente de acuerdo a la factibilidad de acceso y a los criterios de
inclusión definidos previamente.

Entrevista Semiestructurada.
Edad:
¿Tiene algún tipo de creencia espiritual/religiosa en la cual se apoya
emocionalmente? ¿Cuál?
¿Considera que su creencia le ha ayudado a sobrellevar su padecimiento de
una mejor manera?
¿Durante su padecimiento existió algún momento en el que dudo de sus
creencias?
¿Existe dentro de su creencia algún tipo de impedimento para recibir algún
procedimiento mayor o tratamiento médico?
¿Qué impacto ha tenido su fe/creencia/religión en su enfermedad?
¿Cree que su fe/creencia le otorgará la sanidad?

Resultados
Interpretación de datos

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