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Análisis jurídico de las principales corrientes de la filosofía del derecho

Coanqui Rojas, Arlett Danizsa

Código Universitario: 2014047506

Gallardo Caceres, Natalia Jenifer de Jesus

Código Universitario: 2020067069

Guillermo Morales, Dayana Alejandra

Código Universitario: 2020067384

Ilaquita Flores, Cesar Anibal

Código Universitario: 2018060599

Ilasaca Vargas, Karoline Shantal

Código Universitario: 2020067091

Jimenez Flores, Josue Alonzo

Código Universitario: 2020066051

Juarez Soto, Merry Manuel

Código Universitario: 2017059492

Laura Mamani, Viviana Victoria

Código Universitario: 2019063164

Estudiantes de IX ciclo de la Facultad de Derecho

Universidad Privada de Tacna

Resumen

Este ensayo jurídico profundiza en las diversas corrientes filosóficas del derecho,

explorando sus fundamentos y cómo estas visiones han influido en la conceptualización y


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aplicación del derecho. Se inicia con el análisis del iusnaturalismo, en sus versiones teológicas y

racionales, resaltando la importancia de la razón y la naturaleza humana en la identificación de

los derechos naturales esenciales para una convivencia armónica. Filósofos como Finnis y

Bobbio discuten la interacción entre los principios universales del derecho natural y las técnicas

jurídicas del positivismo, sugiriendo una sinergia enriquecedora entre estas corrientes. El

iusnaturalismo teológico, defendido por pensadores como San Agustín y Santo Tomás de

Aquino, argumenta que el derecho deriva de un orden divino, imbuido en la naturaleza humana

como un conocimiento innato de lo justo. Esta concepción destaca el rol de lo divino en la guía

del comportamiento humano hacia la justicia. Siendo así, el iusnaturalismo racional marca un

giro hacia el reconocimiento de la capacidad humana para construir sistemas legales basados en

la razón, alejándose de los fundamentos exclusivamente teológicos y enfocándose en estructuras

racionales que promuevan la convivencia social. Desde una perspectiva crítica, el marxismo ve

al derecho como un reflejo y mantenimiento de las estructuras de poder existentes, desplazando

la idea de que el derecho funcione primordialmente como un instrumento de libertad e igualdad.

Las Escuelas del Realismo, tanto estadounidense como genovés, enfatizan el impacto real de las

leyes y decisiones jurídicas en la sociedad. Finalmente, el ensayo compara y contrasta estas

corrientes filosóficas, buscando identificar sus puntos de convergencia y divergencia, y

evaluando sus implicaciones prácticas para la sociedad. Este análisis ofrece una perspectiva

detallada sobre cómo cada corriente aborda los desafíos de aplicar el derecho de manera justa y

efectiva en el mundo actual. Corroborando así que, cada corriente aporta una visión valiosa para

entender el derecho.

Abstract
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This legal essay delves into the various currents of natural law, exploring their foundations and

how these views have influenced the conceptualization and application of law. It begins with an

analysis of natural law, in both its theological and rational versions, highlighting the importance

of reason and human nature in identifying the essential natural rights for harmonious

coexistence. Philosophers like Finnis and Bobbio discuss the interaction between the universal

principles of natural law and the legal techniques of positivism, suggesting an enriching synergy

between these currents. Theological natural law, defended by thinkers such as Saint Augustine

and Saint Thomas Aquinas, argues that law derives from a divine order, imbued in human nature

as an innate knowledge of what is just. This conception highlights the role of the divine in

guiding human behavior towards justice. Thus, rational natural law marks a turn towards

recognizing the human capacity to construct legal systems based on reason, moving away from

exclusively theological foundations and focusing on rational structures that promote social

coexistence. From a critical perspective, Marxism views law as a reflection and maintenance of

existing power structures, displacing the idea that law primarily functions as an instrument of

freedom and equality. The Schools of Realism, both American and Genovese, emphasize the

actual impact of laws and legal decisions on society. Finally, the essay compares and contrasts

these philosophical currents, seeking to identify their points of convergence and divergence, and

evaluating their practical implications for society. This analysis offers a detailed perspective on

how each current addresses the challenges of applying law in a fair and effective manner in

today's world. Thus confirming that each current provides a valuable insight into understanding

the law.
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Sumario: Introducción. I. Definición. II. Características. III. Teorías. IV. Conceptos. V.

Iusnaturalismo. VI. Iusnaturalismo teológico. VII. Iusnaturalismo laico o racional. VIII. El

Iusformalismo. IX. Marxismo y el derecho. X. La escuela del realismo estadounidense. XI. La

escuela del realismo genovés. XII. La escuela del realismo escandinavo. XIII. El realismo de la

interpretación jurídica francesa. XIV. La teoría tridimensional del derecho. XV. El positivismo

jurídico. XVI. El no positivismo principialista.

Palabras Clave: Corrientes filosóficas, derecho, seres humanos, noción, justicia y moral,

acciones, naturaleza, leyes.

Keywords: Philosophical currents, law, human beings, notion, justice and morality, actions,

nature, laws.

Introducción

El presente ensayo jurídico abarca el análisis a las principales corrientes de la filosofía

del derecho, a lo largo de la historia se han presentado diversas corrientes filosóficas, que

sostienen la teoría del derecho y su interacción con la sociedad, siendo así en el mundo del

derecho tenemos a diversas corrientes filosóficas que son denominadas como las principales, las

cuales buscan explicar y entender su naturaleza, origen y aplicación en la sociedad. Estas

corrientes, desde el iusnaturalismo hasta el no positivismo principialista, ofrecen distintas

perspectivas sobre cómo deberían formarse las leyes, cómo se relacionan con la moral y la

justicia, y cómo impactan en la convivencia humana. Este ensayo se adentrará en el análisis de

estas corrientes, destacando sus contribuciones únicas al pensamiento jurídico y evaluando cómo

cada una aborda los desafíos de aplicar el derecho de manera justa y efectiva.
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El estudio del derecho y su filosofía abarca un amplio espectro de teorías y perspectivas

que han evolucionado a lo largo de los siglos. Estas corrientes filosóficas no solo buscan definir

qué es el derecho, sino también profundizar en sus fundamentos, entender su relación con

conceptos éticos y morales, y determinar cómo debe ser interpretado y aplicado dentro del marco

de la sociedad.

Objetivos

 Explorar la diversidad de las corrientes filosóficas, examinando como se

enfatiza la existencia de un conjunto de principios universales, desde su creación hasta su

aplicación.

 Se discutirá la perspectiva que sostiene que el derecho se compone

exclusivamente de normas creadas por autoridades legítimas, resaltando la importancia

de la separación entre el derecho y la moral.

 Comparar las Corrientes buscando identificar áreas de convergencia y

divergencia entre estas corrientes filosóficas del derecho, considerando sus implicaciones

prácticas para la sociedad y como se manifiestan.

CAPITULO I

Definición

Las principales corrientes de la filosofía del Derecho, ofrece con cada una de sus

corrientes, una visión única sobre qué constituye el derecho, cómo debería ser interpretado y

aplicado, y cuál es su relación con la justicia y la moral. La diversidad de estas perspectivas

refleja la complejidad del fenómeno jurídico y la variedad de enfoques para entenderlo y

estudiarlo.
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Según el autor Campos, dentro del estudio de la filosofía jurídica, tres principales

corrientes ofrecen distintas explicaciones sobre la naturaleza y el entendimiento del derecho:

iusnaturalismo, iusformalismo e iusrealismo. Cada una de estas direcciones teóricas presenta una

visión única sobre qué es el derecho. (Campos, 2019).

En la misma línea Flores, refiere a las principales corrientes filosóficas del Derecho,

como aquellas que, tienen concepciones del derecho ofrecidas por las principales corrientes de la

filosofía jurídica iusnaturalismo, iusformalismo e iusrealismo, se hace evidente que cada una

aporta una dimensión esencial al entendimiento completo del derecho. Mientras el

iusnaturalismo enfatiza la importancia de los valores inherentes y la justicia, el iusformalismo se

centra en la validez formal de las normas, y el iusrealismo destaca la importancia de la eficacia y

la realidad práctica del derecho en la sociedad. (Flores, 1992).

Siendo así, el iusnaturalismo, con su énfasis en valores universales y principios éticos,

nos recuerda que el derecho no puede desvincularse completamente de consideraciones morales

sin perder su propósito de guiar hacia una convivencia justa. Por otro lado, el iusformalismo, al

enfocarse en la validez formal de las normas, destaca la importancia de la coherencia, la

predictibilidad y la estructura en el sistema jurídico, elementos sin los cuales el derecho sería un

ente caótico e incomprensible. Mientras tanto, el iusrealismo, al poner centra a la eficacia y la

realidad práctica del derecho, estableciendo que, las leyes no existen en el vacío, sino que deben

ser entendidas y aplicadas en el contexto de la sociedad real, con sus desafíos y dinámicas

particulares.

Características
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Como parte del análisis realizado, se puede denotar que las principales características de

las corrientes filosóficas se establecen en base a las propias corrientes y que estiman como

fundamento para constituirse, siendo así, el iusnaturalismo cree que hay principios de justicia

universales que vienen de la naturaleza humana, la lógica o incluso de un poder superior. Estos

principios son para todos y siempre, sin importar lo que digan las leyes de un país. Según esta

idea, estas leyes naturales son más importantes que las leyes hechas por las personas porque son

la base de lo que consideramos justo o correcto.

Racionalismo

 Primacía de la Razón: Sostiene que la razón es la fuente principal del conocimiento,

superior a la experiencia sensorial.

 Ideas Innatas: Acepta la existencia de conocimientos o ideas innatas que no derivan de la

experiencia.

Existencialismo

 Libertad Individual: Enfatiza la libertad, elección y responsabilidad individuales.

 Búsqueda de Sentido: Se centra en la búsqueda del sentido de la vida en un mundo

aparentemente absurdo o sin un propósito inherente.

Estructuralismo

 Estructuras Subyacentes: Busca identificar las estructuras subyacentes que determinan los

fenómenos culturales, lingüísticos y sociales.

 Análisis Sistémico: Emplea métodos de análisis que descomponen sistemas complejos en

sus elementos más simples para entender cómo funcionan.


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Positivismo

 Empirismo Lógico: Combina el enfoque empírico con el análisis lógico, enfatizando la

verificación a través de la observación y la experimentación.

CAPITULO II

Teorías

La teoría del iusnaturalismo cree que hay principios de justicia universales que vienen de

la naturaleza humana, la lógica o incluso de un poder superior. Estos principios son para todos y

siempre, sin importar lo que digan las leyes de un país. Según esta idea, estas leyes naturales son

más importantes que las leyes hechas por las personas porque son la base de lo que consideramos

justo o correcto.

Por otro lado, el positivismo jurídico dice que el derecho es simplemente lo que las leyes

del país establecen. Para ellos, una ley es válida no porque sea justa, sino porque la autoridad del

país la ha creado de la manera correcta. Esta teoría separa claramente el derecho de las ideas de

moral y justicia, enfocándose en lo que las leyes dicen y cómo se aplican.

El realismo jurídico pone la atención en cómo se usan las leyes en la vida real. Reconoce

que las decisiones de los jueces y cómo se interpretan las leyes pueden ser influenciadas por

muchas cosas, como la sociedad, la política y las opiniones. Según esta visión, entender el

derecho significa mirar más allá de lo que dicen las leyes y ver cómo funcionan realmente en el

día a día. (Diaz, 2020).

Cada teoría nos ofrece una forma distinta de ver el derecho y cómo puede interpretarse de

muchas maneras diferentes. Todas ellas juntas nos ayudan a entender mejor el papel del derecho

en la sociedad y cómo puede ayudarnos a vivir de manera justa y ordenada.


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Conceptos

Iusnaturalismo: El iusnaturalismo sostiene que existen principios de justicia universales y

eternos, derivados de la naturaleza humana o de un orden divino, que son anteriores y superiores

al derecho creado por los seres humanos.

Positivismo Jurídico: Separación entre Derecho y Moral. El positivismo jurídico

argumenta que el derecho es un conjunto de normas establecidas por una autoridad legítima,

cuya validez no depende de su contenido moral.

Realismo Jurídico: Pragmatismo y Eficacia. El realismo jurídico pone énfasis en cómo el

derecho es aplicado en la práctica, argumentando la toma de decisiones.

CAPITULO III

Iusnaturalismo

El iusnaturalismo analiza en su noción y aplicación el accionar del ser humano, y su

condición frente a su toma de decisiones que considera relevantes para emitir alguna acción, se

comprende de esta manera a la naturaleza humana, y su existencia relacionando a la naturaleza

como aquella que se sobrepone, ante todo siendo la principal fuente de existencia de los seres e

individuos, la naturaleza puede ser divina o racional de ello, se desprenden derecho válidos y

necesarios para la convivencia humana. Un punto relevante de cuestión es la razón, ya que,

gracias a ella podemos acceder a los derechos naturales.

Tras mencionarse a la razón, mediante el iusnaturalismo se realiza referencia a que, es la

razón el punto que nos permite diferenciar lo bueno y lo malo, permitiéndonos ejecutar algún

tipo de acción o no realizar ninguna, resultando un medio equivalente de vivencia en todos los
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seres humanos día tras día desde el mínimo movimiento al mayor, es la razón lo que se debe

entablar en todo tipo de contexto social para ejecutar un carácter de convivencia seguro y justo,

donde se sepa diferenciar lo que puede resultar perjudicial y lo que no. Entonces, es la razón lo

que permite que los seres humanos racionales logren concretar sus actitudes en base a lo que

establece la normativa designada en el entorno que se encuentran.

Realizando un análisis a la perspectiva de lo establecido por el filósofo Finnis, se puede

percibir que, tiene como principal propuesta una visión del derecho que va más allá de las

definiciones absolutas, resultando trascendental emplear los factores del positivismo analítico,

basándose principalmente en que, aunque el derecho natural ofrece una base esencial para

entender los principios universales de justicia y moral que deberán emplear los seres humanos,

su reconocimiento efectivo y de aplicación dependen de las técnicas desarrolladas dentro de la

jurisprudencia positivista. Esta intersección entre el derecho natural y el análisis positivista

implica una aceptación de la relatividad, una característica intrínseca al derecho positivo que,

según Finnis, no debilita, sino que enriquece la comprensión y aplicación del derecho.

Mientras que, la visión del filósofo Bobbio reconoce que, el derecho natural se aplica de

manera superior, para ello realiza una precisión que considera un aporte esencial para el derecho

natural, estableciendo así que, el derecho natural va a resultar predominante frente al derecho

positivo, ya que ello se manifiesta en base a las formas principales del iusnaturalismo

demostrando carácter de diversidad, el autor también realiza una crítica respecto a de qué manera

se aplican los principios de justicia, los cuales deben resaltarse como principios fundamentales y

de carácter universales. Para Bobbio, reconocer esta preeminencia del derecho natural es crucial

para asegurar una base moral sólida en la legislación y práctica jurídica.


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De lo resuelto por ambos autores, se puede determinar que ambos resaltan la importancia

del derecho natural y del derecho positivo para aplicar debidamente los principios de justicia,

fundamentos y aplicaciones del derecho. Mientras Finnis respalda las técnicas del positivismo

para el reconocimiento del derecho natural, Bobbio sostiene una jerarquía donde el derecho

natural tiene supremacía, y lo cataloga como uno de aplicación superior sugiriendo que las

verdaderas medidas de justicia trascienden las normas positivistas.

Iusnaturalismo teológico

El iusnaturalismo teológico tiene un enfoque religioso donde interviene Dios como el ser

todo poderoso, que también puede disponer en las actitudes y acciones del ser humano

entablándose así, desde lo dispuesto por la doctrina cristiana. En la lectura las principales

corrientes del Derecho, la parte teológica se centra en representar una corriente fundamental en

la historia del pensamiento jurídico, resultando relevante su finalidad de aplicar principios de

justicia universal derivados de la ley divina.

Para el filósofo San Agustín, la ley eterna se concibe como la manifestación de la razón

divina, siendo una prioridad que dirige todo lo creado hacia sus fines específicos. La ley eterna

no solo manda conservar el orden natural, sino que también prohíbe cualquier perturbación de

este. En este contexto, la ley natural nace como una expresión de lo eterno, inscrita en el corazón

y la conciencia de los hombres, haciendo que sus acciones se encuentren en el límite de lo justo,

y no trasgredan el entorno en el que se encuentran.

Adicionalmente a ello, es el filósofo Santo Tomás de Aquino, quien, por su parte,

profundiza en la relación entre la ley eterna, natural y humana, ofreciendo un marco que busca

armonizar estas dimensiones. Para el filósofo Aquino, la ley natural actúa como un puente entre
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la ley eterna y la ley humana, facilitando la incorporación de principios divinos en el

ordenamiento jurídico humano. La ley humana, en su visión, no solo debe alinearse con la ley

natural, sino que también debe esforzarse por promover el bien común, reflejando así la voluntad

divina, en relación con las actitudes que tenemos todos los seres humanos.

Es importante prescindir que, las contribuciones de San Agustín y Santo Tomás de

Aquino al iusnaturalismo teológico han dejado una teoría de prioridad en la concepción del

derecho. Su enfoque en la integración de principios divinos en el orden jurídico humano resalta

la búsqueda constante de un derecho que no solo sea eficaz en la regulación de la conducta

humana, sino que también aspire a una justicia trascendental basada en la ley eterna, así el ser

humano puede comprender que sus acciones tienen un resultado no siempre resuelto por el

reglamento de la sociedad, sino que transciende más allá.

Iusnaturalismo laico o racional

Si bien es cierto, el iusnaturalismo laico o racional se establece como aquel que, desde

sus raíces teológicas hasta su manifestación laica o racional, representa un fascinante recorrido a

través de la historia del pensamiento jurídico. Según Flores Mendoza, este tránsito se caracteriza

por un hilo conductor que, apoyándose en las contribuciones de los filósofos escolásticos,

culmina en la obra de Hugo Grocio, quien marca una distinción decisiva entre el derecho y la

religión.

El iusnaturalismo teológico, arraigado en la creencia de que el derecho emana de la ley

divina, reconoce en el hombre una capacidad racional dada por Dios para discernir el bien y el

mal. Esta corriente, representada por figuras como San Agustín y Santo Tomás de Aquino,

sostiene que la razón humana, aunque influenciada por la divinidad, es capaz de entender los
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principios fundamentales del derecho natural. Esta visión establece una conexión intrínseca entre

la moral, la religión y el derecho, considerando a la razón como un don divino para la

comprensión y aplicación de la ley natural.

En este capítulo es importante precisar que, el filósofo Flores Mendoza fundamenta la

transformación del pensamiento jurídico, para ello, se relacióna el derecho y la justicia con Dios,

considera que antes las reglas no eran más que mandatos divinos que los humanos debíamos

seguir. Esto tenía sentido en una época donde la religión explicaba casi todo en la vida. Sin

embargo, había personas que empezaron a ver las cosas de otra manera. Se dieron cuenta de que

los seres humanos, por serlo, pueden entender y crear reglas basadas en la lógica y la razón, para

asegurar su convivencia.

De lo precisado por el filósofo, se puede analizar que, la transición del iusnaturalismo

teológico al racional ilustra un cambio fundamental en la forma en que entendemos las leyes y

nuestra capacidad para concebir el derecho. La evolución de esta corriente refleja un movimiento

hacia el reconocimiento de la autonomía humana y la importancia de la razón en la construcción

de nuestros sistemas legales y morales. Siendo así de este recorrido histórico se destaca cómo la

humanidad ha pasado de ver las leyes como mandatos divinos a comprenderlas de una forma

como estructuras racionales diseñadas para facilitar la convivencia humana, respetando la

capacidad inherente de las personas para pensar, decidir y actuar conforme a principios lógicos y

éticos universales.

El iusformalismo

El iusformalismo en el libro de las principales corrientes filosóficas del Derecho, se

manifiesta como aquel, que se va a debatir entre la ética kantiana y el iusformalismo. En esta
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interpretación, las bases del derecho se cuestionan por el formalismo, ya que nace como una

corriente de pensamiento que pone énfasis en la estructura y los principios sobre los que se rige

el derecho. Al mantener este enfoque, se denota que en el iusformalismo se establece las

directrices para la interpretación y aplicación del derecho, marcando una diferenciación clara

entre los aspectos formales de la ley.

Por otro lado, Flores Mendoza, al mirar cómo ha evolucionado el pensamiento sobre el

derecho, ve que el derecho realmente refleja nuestra capacidad de pensar y decidir. Aunque

algunos lo han llamado positivismo, Mendoza prefiere llamarlo iusformalismo, destacando que

nuestras leyes y reglas vienen de nuestra propia capacidad de razonar, no solo de lo que nos

dicen que es correcto.

Augusto Comte, otro filosofo importante, describió tres etapas por las que pasa el

pensamiento humano, y manifiesta que ello se relaciona desde creer en lo sobrenatural, pasando

por una etapa de cuestionamiento y reflexión, hasta llegar a una fase basada en hechos y ajustada

a la realidad. De manera similar, el derecho ha evolucionado desde una época en que se centraba

en lo divino, pasando por una fase donde se valoraba la razón, hasta una época más moderna

enfocada en las leyes y su correcta interpretación.

Kant resaltó tres puntos claves del formalismo: la legalidad, la moralidad y la importancia

de hacer lo correcto simplemente porque es nuestro deber. Esto nos lleva a una forma de

entender el derecho que va más allá de lo práctico o material, enfocándose en su estructura y los

principios morales que la sustentan, para realizar lo justo en nuestra sociedad peruana.
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Es así como el debate desprende, la discusión entre el formalismo y otras formas de

entender el derecho, el cual muestra la diferencia entre ver las leyes como ideas abstractas y su

aplicación en la vida real. Los pensamientos de Kant y Mendoza permiten el comprender las

leyes de una manera más profunda, resaltando el papel de la ética, la voluntad propia y el

pensamiento lógico en la base del derecho. Este enfoque no solo profundiza nuestra comprensión

del derecho, sino que también nos orienta hacia una práctica más justa y racional para todos.

En razón al nuevo horizonte para el pensamiento jurídico, que va más allá del

formalismo, el mundo del derecho está en movimiento, evolucionando con la sociedad y

adaptándose a nuevas ideas y desafíos. Uno de los cambios más significativos en el ámbito

jurídico es la transición del formalismo metódico a un enfoque más amplio que considera el

contexto histórico, social y económico del derecho.

Sin embargo, el pensamiento jurídico moderno está empezando a cuestionar esta visión,

sometiéndola a un entorno más crítico. Este nuevo enfoque busca entender el derecho no solo

como un conjunto de normas y principios abstractos, sino como algo que también tiene raíces

históricas. Es decir, estamos empezando a ver el derecho no solo por cómo se presenta en los

libros, sino por cómo se relaciona con la vida real de las personas, la sociedad y la historia.

Enmarcándose su origen y establecimiento a través de los años.

Es así como esta perspectiva tradicional tiende a ver la conducta humana simplemente

como algo que debe ajustarse a estas normas abstractas, sin considerar las complejas razones

detrás de por qué las personas actúan como lo hacen. Por otro lado, el formalismo clásico no

lograr tomar en cuenta cómo el derecho interactúa con otras áreas de la vida social, como la

economía, la política y la sociología. Esto es problemático porque el derecho no existe en el


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vacío, sino que más allá de esto está profundamente entrelazado con todos estos otros aspectos

de la sociedad. Ignorar estas interconexiones es como intentar entender una película viendo solo

una escena.

Es así como este nuevo enfoque hacia el derecho busca comprenderlo no solo como un

sistema de normas y principios, sino como una parte integral y activa de nuestra realidad social y

cultural. Nos invita a ver el derecho no solo como algo que se estudia y aplica, sino como algo

que vive y respira, que evoluciona con nosotros y que tiene un impacto real en la vida de las

personas.

Este cambio de perspectiva es fundamental para desarrollar un entendimiento más

completo y humano del derecho. Nos desafía a mirar más allá de los libros y las aulas y a ver el

derecho en acción, en las calles, en los hogares, y en las vidas de las personas. Solo entonces

podremos realmente comprender lo que significa el derecho y cómo puede servir mejor a la

sociedad. Este es el nuevo horizonte para el pensamiento jurídico: un derecho más conectado,

más relevante y, en última instancia, más justo.

Marxismo y el derecho

Al realizarse referencia al marxismo y el derecho, podemos comprender que, la forma en

que Marx entiende el derecho nos muestra que tiene una visión distinta de pensar sobre las leyes

y las legislaciones, así como la función de estas mismas. El filósofo Rodríguez de Yurre nos

cuenta al principio, Marx estaba muy influenciado por las ideas de libertad y democracia de su

tiempo, siguiendo la línea de pensamiento de su maestro E. Gans. Marx tenía en su creencia, que
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el derecho debería trabajar para lograr la libertad e igualdad para todos, usándolo para señalar y

criticar lo que no funcionaba bien en su sociedad.

Marx cambió de opinión así, moviéndose hacia una crítica más fuerte de cómo opera el

derecho en la sociedad. Empezó a creer que el derecho no se basa tanto en ideas ideales, sino en

las reglas que la sociedad o el estado deciden seguir. Para él, lo que realmente importa no es si

una ley parece correcta en teoría, sino si realmente influye en cómo las personas actúan y viven.

Este enfoque pone mucha atención en las decisiones de los tribunales y cómo estas

decisiones crean lo que entendemos por derecho. Según esta visión, las leyes reflejan y

mantienen el poder y la estructura social como son.

El cambio de Marx a pensar más en la realidad del derecho coincide con su crítica al

capitalismo y su interés en las condiciones reales de vida de las personas. Para Marx, el derecho

es algo muy conectado con la economía y el poder en la sociedad, y las leyes pueden servir para

mantener o cambiar esas relaciones de poder.

Así es, la idea de Marx sobre el derecho nos promulga a pensar en las leyes más allá de

seguir las reglas establecidas. Y centrarnos en cómo se hacen las leyes, como se aplican y cómo

afectan realmente estas mismas a las personas, considerando por ejemplo el tema económico y

las influencias del poder.

La escuela del realismo estadounidense

Se puede identificar como un cambio de paradigma o perspectiva del mundo del Derecho,

con ello se comprende que, a finales del siglo XIX y principios del XX, el ámbito jurídico en
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Estados Unidos comenzó a experimentar un cambio significativo. Solar Cayón nos habla de

cómo empezaron a surgir ideas y enfoques jurídicos que desafiaban la manera tradicional de ver

el derecho. Aunque estas nuevas ideas eran bastante variadas, todas compartían una visión más

realista y práctica del derecho, centrándose en cómo este afectaba la vida real de las personas.

Llewellyn, una figura clave en este movimiento, nos dejó una lista de principios que

resumen bien lo que estos filósofos tenían en mente. Primero, querían entender cuál era el

impacto real de las leyes y las decisiones jurídicas en la sociedad. Esto significaba mirar más allá

de los libros y ver cómo funcionaban las leyes en la vida cotidiana de la gente.

Luego, sugerían que antes de crear nuevas leyes, se debía hacer un estudio sociológico.

Esto era para asegurarse de que las leyes que se iban a implementar realmente sirvieran para

mejorar la sociedad y no solo existieran en teoría. También se enfocaban en buscar maneras de

hacer que las leyes fueran realmente efectivas, no solo que sonaran bien en papel.

Además, de creer que era importante revisar y entender cómo se había manejado el

derecho en el pasado, viendo tanto los antecedentes como las consecuencias sociales de las

decisiones y leyes anteriores. Querían aprender de la historia para no repetir errores y para

entender mejor cómo las leyes afectaban a las personas en la realidad.

Otro punto importante era la idea de que las leyes deberían aplicarse de manera

individualizada. Esto significa que, en vez de usar la misma regla exacta para todos, los jueces y

abogados deberían considerar las circunstancias únicas de cada caso para tomar decisiones más

justas y efectivas. Finalmente, sugerían crear un Ministerio de Justicia en los países anglófonos

para asegurar que el sistema legal funcionara de manera más organizada y eficiente.
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La escuela del realismo genovés

A finales de la década de 1960, en la Universidad de Génova, se gestó un movimiento

intelectual que marcaría un hito en el ámbito del derecho. Encabezado por Giovanni Tarello, este

movimiento, conocido como la Escuela del Realismo Genovés, se distinguió por adoptar un

enfoque novedoso hacia el estudio del derecho, caracterizado por un meticuloso análisis y una

profunda comprensión de las dinámicas jurídicas.

Según Ferrer Beltrán y Batista Ratti, Tarello y sus seguidores se enfocaron en desentrañar

cómo los juristas toman decisiones y razonan, poniendo especial atención en los distintos

factores ideológicos, políticos, morales y sociológicos que influencian las culturas jurídicas y,

por ende, el trabajo de quienes practican y teorizan el derecho dentro de estos contextos

culturales.

Este movimiento no solo se dedicó a observar el derecho desde una perspectiva teórica,

sino que también se adentró en el estudio de la práctica jurídica, buscando comprender los

motivos y las consideraciones detrás de las decisiones legales. Esto representó un cambio

significativo respecto a los enfoques más tradicionales, que a menudo se centraban

exclusivamente en la interpretación de los textos legales sin considerar el entorno cultural y

social en el que estos operan.

La Escuela del Realismo Genovés puso de manifiesto que el derecho no se ejerce en el

vacío, sino que está profundamente arraigado en la sociedad y la cultura. Los juristas, lejos de ser

meros aplicadores de reglas preestablecidas, son influenciados por un sinfín de factores externos

que moldean su pensamiento y sus decisiones. De esta manera, el movimiento genovés abrió un
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espacio para la reflexión sobre cómo las predisposiciones ideológicas y las circunstancias

sociales afectan el razonamiento y la práctica jurídica.

La escuela del realismo escandinavo

Es la escuela del realismo escandinavo, la cual proyectó un futuro donde la metafísica y

los sistemas filosóficos convencionales perderían su preeminencia. Esta visión, que parecía más

una predicción audaz que una realidad inminente, encontró su confirmación en la Escuela de

Uppsala, fundada por Axel Hágerström. La filosofía de Uppsala, más que una simple corriente

de pensamiento se convirtió en un catalizador para una transformación profunda en la filosofía y

la teoría del derecho nórdico, y posteriormente, europeo.

Hágerström, al abordar extensamente cuestiones filosófico-jurídicas, no solo estableció

una base teórica, sino que, más allá de esto también inspiró a una generación de juristas que

dejarían una huella indeleble en el ámbito jurídico. Entre estos mismos se destacan figuras como

Wilhelm Lundstedt, Karl Olivecrona y Alf Ross, cuyas contribuciones enriquecieron

notablemente el pensamiento jurídico, a través de sus aportaciones relevantes. La influencia de la

Escuela de Uppsala en la filosofía y teoría del derecho radica en su enfoque crítico hacia los

fundamentos mismos del derecho y la moral. Desafiando las concepciones tradicionales, esta

escuela promovió una visión más empírica y analítica, centrada en la función social del derecho

y su impacto en la realidad concreta. En otras palabras, la Escuela de Uppsala se apartó de los

debates metafísicos para enfocarse en cómo el derecho opera en la vida de las personas y en la

sociedad.
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La trascendencia de la Escuela de Uppsala en el pensamiento jurídico europeo se debe

también a su papel pionero en la incorporación de un análisis crítico sobre el lenguaje y los

conceptos jurídicos. Al cuestionar la naturaleza y función de conceptos clave como la justicia, el

derecho y la obligación, esta escuela fomentó una reflexión más profunda sobre el significado y

el propósito del derecho en la sociedad moderna.

El realismo de la interpretación jurídica francesa

Explorando el realismo de la interpretación jurídica francesa, se puede comprender que es

aquel, que se materializa en el contexto francés, ofreciendo una perspectiva única y

transformadora sobre cómo se comprenden y aplican las leyes. Siendo así, Michel Troper, una

figura clave en este movimiento, propone una visión que desafía las ideas tradicionales sobre la

creación y aplicación del derecho.

Este proceso de interpretación, especialmente en manos de jurisdicciones cuyas

decisiones son definitivas y no admiten recurso, como el Consejo de Estado, el Tribunal

Supremo o el Consejo Constitucional en Francia, es donde verdaderamente toma vida el derecho.

La teoría de Troper nos invita a ver a los intérpretes de los textos legales no solo como

aplicadores de la ley, sino como sus verdaderos creadores. Esta perspectiva realista pone en

relieve el poder significativo que tienen los jueces y tribunales en dar forma a la ley a través de

sus interpretaciones. En este sentido, el derecho se convierte en un ente vivo, moldeado por las

decisiones y razonamientos judiciales, en lugar de ser una colección solamente de textos. Esta

perspectiva no solo reconoce la complejidad y dinamismo del derecho, sino que también destaca

la importancia de las decisiones judiciales en la construcción de la realidad legal. Al hacerlo,


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Troper repercute en que, nuestras concepciones sobre la autoridad, la validez y el poder en el

ámbito jurídico, abran el camino hacia una comprensión más matizada y realista del derecho.

La teoría tridimensional del derecho

La teoría tridimensional del derecho, presentada por figuras destacadas como el brasileño

Miguel Reale y el peruano Carlos Fernández Sessarego, ofrece una perspectiva holística sobre el

complejo fenómeno del derecho. Esta teoría descompone el derecho en tres dimensiones

esenciales: fáctica o sociológica, normativa y axiológica, proporcionando una comprensión más

rica y profunda de lo que significa el derecho en la sociedad.

La dimensión fáctica o sociológica nos recuerda que el derecho no opera en el vacío. Esta

dimensión enfatiza la importancia del contexto social, económico y cultural en el que el derecho

se desenvuelve. Las leyes no son solo teorías abstractas; son respuestas a necesidades, conflictos

y realidades sociales concretas. Esta visión pone de relieve cómo el derecho se alimenta de la

vida cotidiana y, a su vez, influye en la estructura de la sociedad.

Por otro lado, la dimensión normativa se centra en el derecho desde un punto de vista

estrictamente jurídico. Aquí, el foco está en cómo el derecho regula las conductas dentro de la

sociedad, estableciendo lo que está permitido y lo que no. Esta dimensión nos habla de la

estructura formal del derecho, de las reglas que ordenan la convivencia y que buscan asegurar un

equilibrio en las relaciones sociales.

El profesor García Belaunde apunta que, para Reale, el punto de partida es reconocer al

ser humano como un ente social e histórico que se mueve dentro de una realidad concreta, llena

de experiencias sociales. Esto significa que el derecho debe entenderse no solo en términos
23

abstractos o teóricos, sino como parte de la experiencia humana, una que está profundamente

influenciada por lo que vivimos.

El positivismo jurídico

El positivismo jurídico, a diferencia del derecho natural, ofrece una perspectiva única

sobre cómo entendemos y justificamos las leyes que rigen nuestras sociedades. Según Hans

Kelsen, una figura clave en esta corriente de pensamiento, la gran divergencia entre el derecho

natural y el positivismo jurídico radica en la manera en que cada uno justifica la validez y, por

ende, la aceptación de las leyes. Mientras que el derecho natural busca la justificación en una

correspondencia entre las normas positivas y un orden superior inherente a la naturaleza o al ser

humano, el positivismo jurídico se centra en las normas establecidas por la sociedad, sin recurrir

a principios externos.

En el corazón del positivismo jurídico se centra la convicción de que las leyes son válidas

no porque reflejen un orden natural o moral superior, sino porque surgen de un proceso

legislativo reconocido y aceptado dentro de una sociedad. Estas leyes, según esta perspectiva,

requieren obediencia porque son producto de un sistema de reglas establecido, el cual

proporciona la estructura para la organización social y la resolución de conflictos.

Aguiló Regla, otro filosofo en este campo, nos ayuda a profundizar en cómo el

positivismo jurídico ve la estructura de las leyes a través del modelo de reglas. En este modelo,

las leyes se conciben como normas que conectan de manera directa una situación específica con

una solución predeterminada. La idea es que las normas deben ser claras y directas, evitando la

necesidad de deliberaciones o juicios de valor en su aplicación. Este ideal de "tipicidad" busca


24

que las leyes sean generales y precisas, minimizando la interpretación y la valoración en su

aplicación.

El no positivismo principialista

Los principios jurídicos son normas que establecen lo que debe ser, pero a diferencia de

las reglas, no delimitan específicamente cuándo aplican. Su función es dotar de sentido y

dirección a las reglas, actuando como la brújula moral que orienta la interpretación y aplicación

del derecho. Esto significa que los principios nos permiten ver las reglas no solo como

instrumentos técnicos, sino como medios para proteger y promover ciertos valores y bienes

jurídicos esenciales.

Además, la aplicación de principios implica un ejercicio de deliberación y balance, ya

que a menudo es necesario sopesar y conciliar principios contrapuestos para resolver casos

concretos. Esta necesidad de deliberación destaca el carácter abierto de los principios y subraya

la importancia del juicio humano en la práctica jurídica.

Para García Figueroa, el enfoque principialista resalta las limitaciones del modelo

positivista del derecho, que se enfoca en las reglas y su lógica interna, muchas veces ignorando

el papel crucial que juegan los principios en la conformación del derecho. La centralidad de los

principios en este enfoque no significa que sean el único argumento contra el positivismo, sino

que representan un elemento fundamental en una crítica más amplia que también puede incluir

otras consideraciones, como las relativas a la injusticia extrema. Autores como Alexy y Dworkin

han explorado y debatido estas ideas, aunque en diferentes momentos de sus obras han

priorizado distintos aspectos en su crítica al positivismo. Por ejemplo, Dworkin ha sido conocido
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por su énfasis en los derechos individuales y la moralidad en el derecho, mientras que Alexy se

ha concentrado en la estructura argumentativa del razonamiento jurídico y los principios como

fundamentos normativos.

Conclusiones

Primera: El análisis de las principales corrientes de la filosofía del derecho revela una

diversidad de enfoques y principios que han moldeado la conceptualización, interpretación y

aplicación del derecho a lo largo de la historia. La exploración de estas corrientes filosóficas nos

permite comprender la complejidad del derecho y su papel fundamental en la organización y

convivencia entre sociedades.

Segunda: El contraste entre el iusnaturalismo y el positivismo jurídico, en particular,

destaca la tensión entre principios universales y las leyes creadas. Mientras el iusnaturalismo

apela a una fundamentación más allá de las decisiones humanas, el positivismo jurídico enfatiza

la autoridad y la estructura formal de la ley.

Tercera: El estudio de las corrientes filosóficas del derecho nos revela que no existe una

única respuesta o enfoque al complejo entramado de cuestiones legales, éticas y sociales. Desde

el iusnaturalismo, que subraya la existencia de principios universales basados en la naturaleza

humana, la razón o un orden divino, hasta el positivismo jurídico, que se enfoca en las normas

establecidas por autoridades legítimas y defiende la separación entre derecho y moral, cada

corriente aporta perspectivas únicas en el entendimiento del derecho.

Referencias bibliográficas
26

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Mexicano De Derecho Comparado, 1(90).

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Obtenido de: http://liz-martinezunadm.blogspot.com/2019/02/hecho-acto-y-sujetos-de-

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García Belaunde, D. (2019). La justicia en los orígenes de la filosofía del derecho: (1 ed.).

Ediciones Olejnik. https://elibro.net/es/lc/bibliotecaupt/titulos/235647

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Flores Mendoza, I. (2003). La concepción del derecho en las corrientes de la filosofía jurídica.

Revista jurídica UNAM.

http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/boletin/cont/90/art/art6.htm
27

Anexo 1: Lectura N°14 “ANALISIS”

Positivismo Jurídico y doctrina del derecho natural

Por: Hans Kelsen

En el artículo, el autor analiza las diferencias existentes entre el positivismo jurídico y la doctrina
del derecho natural, que en muchos casos se oponen el uno a la otra.

La primera contradicción existente entre la teoría del derecho positivo y la doctrina del derecho
natural surge en la justificación de la validez de la ley. Es decir, justificar si el derecho positivo
es aceptable o no.

El derecho natural considera que solo una parte del derecho positivo es aceptable, en cuanto esta
corresponda a un orden más elevado.

Para ello, el derecho natural se considera la justicia absoluta, inmutable y universal, que está por
encima del derecho positivo que es hecho por el hombre o sus instituciones, y puede cambiar de
acuerdo a la época y el lugar.

Por el contrario, el positivismo jurídico considera que el derecho positivo solo se puede justificar
por si mismo, y no reconoce otro orden superior a el.

El autor también analiza las contradicciones de la doctrina del derecho natural con tres
reflexiones.
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- La primera, es que el derecho no se puede deducir de la naturaleza, ya que está es un


conjunto de hechos entrelazados por la ley de la causalidad, mientras que el enunciado de
una norma no parte de un hecho sino del “debe ser”. Por ejemplo, en la naturaleza
podemos observar que el pez grande se come al chico, pero ello no implica que el pez
grande deba o no deba comerse al chico.
- Segundo, que el derecho natural atribuye una voluntad a la naturaleza, haciéndola ver
cómo legisladora de la conducta humana, lo que la convierte en un ser sobrenatural o que
apela a la existencia de Dios, aunque algunos representantes de esta doctrina afirmen lo
contrario.
- Tercero, que si el derecho natural no procede de alguna divinidad como afirman otros
autores, entonces proviene de sus representantes que proyectan sus propios
razonamientos del derecho en la naturaleza para deducirlas de ella. Entonces se
autoengañan.
A estos tres cuestionamientos a la validez del derecho natural, se suma la dificultad de establecer
que es natural y no. Por ejemplo, cuando se trata de deducir el derecho natural del hombre, nos
haya con la contradicción de que los comportamientos buenos o malos de las personas son
naturales, por lo que ambos serían válidos.

Aunque algunos afirmen que la conducta natural es la “conducta normal” del hombre, esta se
contradice con la historia, ya que conductas actualmente reprochables como la esclavitud, la
cacería de brujas, el sacrificio de personas a los dioses, u otros actos eran considerados normales
por la justicia de otros tiempos.

Sin embargo, en la actualidad muchos buscan la validez de las normas actuales (derecho
positivo) en el derecho natural, tratando de minimizar las contradicciones entre ambos.

¿Cuan válido es seguir haciendo esto ante los cuestionamientos que propone el autor de este
artículo?

Son aportes que nos ponen a reflexionar sobre la evolución y la validez de las normas que se van
promulgando en nuestros tiempos, y los debates que se generan en torno a las mismas.

Solo por citar un ejemplo, tenemos a la legislación sobre el matrimonio homosexual, las
prohibiciones a las mujeres que practican el islam.

¿Existe un derecho inmutable -es decir que no cambie en el tiempo- y que pueda aplicarse a
todos? Son cosas en las que hace pensar el autor.
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Anexo 2: Lectura N° 16 “ANALISIS”

Notas sobre el realismo jurídico

Por Albert Calsamigli

El texto presenta de manera clara y concisa las principales ideas del Realismo Jurídico, así como
las críticas y desafíos asociados con esta corriente de pensamiento. Se aprecia que el texto no
solo describe las características del Realismo Jurídico, sino que también plantea críticas y
desafíos asociados con esta perspectiva. Respecto a las ideas de Albert Calsamiglia, lo que añade
credibilidad y profundidad al análisis.

Se destaca adecuadamente que el Realismo Jurídico plantea desafíos importantes, como la


posible pérdida de certeza y predictibilidad en el derecho. Este reconocimiento es esencial para
una comprensión equilibrada de la corriente realista y sus implicaciones también exploraremos
algunas de las ideas clave presentadas por Albert Calsamiglia en relación con el Realismo
Jurídico y sus implicaciones para la teoría y la práctica del derecho. El Realismo Jurídico surge
como una reacción al formalismo legal, que enfatiza la aplicación mecánica de reglas abstractas
y la creencia en la neutralidad del proceso judicial. Los realistas jurídicos argumentan que esta
visión idealizada del derecho no refleja la complejidad y la contingencia del mundo real. En
30

cambio, sostienen que los jueces toman decisiones basadas en una variedad de factores, incluidos
sus propios prejuicios, experiencias y el contexto social y político en el que operan. Calsamiglia
destaca la importancia de reconocer la influencia del contexto social en la interpretación y
aplicación del derecho.

Argumenta que las leyes no son simplemente objetivas y neutrales, sino que están moldeadas por
relaciones de poder y conflictos de intereses en la sociedad. Por lo tanto, entender el derecho
requiere un análisis crítico de las estructuras sociales y políticas subyacentes que lo sustentan.
Una de las contribuciones más importantes del Realismo Jurídico es su enfoque en el papel de
los jueces como legisladores en la práctica. Mientras que el formalismo legal tiende a retratar a
los jueces como meros aplicadores de la ley, los realistas jurídicos argumentan que los jueces
inevitablemente ejercen discreción al interpretar y aplicar el derecho. Esta discreción puede ser
influenciada por una variedad de factores, como la ideología personal del juez, las presiones
políticas y las normas sociales dominantes. Sin embargo, el enfoque realista también plantea
desafíos importantes. Al destacar la naturaleza subjetiva e impredecible del proceso judicial,
algunos críticos argumentan que el Realismo Jurídico socava la certeza y la predictibilidad del
derecho, lo que puede tener implicaciones negativas para la coherencia y la estabilidad del
sistema legal. En conclusión, el Realismo Jurídico ofrece una perspectiva valiosa para
comprender la complejidad del sistema legal y las fuerzas que influyen en su funcionamiento.
Sin embargo, también plantea desafíos importantes en términos de garantizar la coherencia y la
equidad en la aplicación del derecho. Como estudiantes de derecho, es fundamental tener en
cuenta estas consideraciones al analizar y cuestionar las teorías y prácticas legales existentes.

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