EL PROBLEMA DEL BIEN
 No mentir, aunque sea para evitar un daño
Abre el debate y la discusión, entre intelectuales
porque no se sabe con claridad en diversas
circunstancias que es específicamente el bien. De
esto surge la pregunta ¿Qué es el bien? ¿Cómo se
determina lo bueno y lo malo? Muchos filósofos
dieron diversas respuestas a estas cuestiones,
planteando sus propias perspectivas acerca de la
definición, origen y papel en la ética y la moral, en
posturas filosóficas:
EUDEMONISM
El eudemonismo es una corriente filosófica que
afirma que la felicidad es el fin supremo de la vida
humana y que para lograrla hay que actuar de
acuerdo con la razón y la virtud. El principal
representante del eudemonismo fue Aristóteles,
quien consideraba que la felicidad consistía en el
ejercicio de la actividad racional propia del ser
humano. Algunos ejemplos de eudemonismo en la
vida cotidiana son:
 Las fundaciones y movimientos sociales que
buscan ayudar a las minorías.
 Las personas que realizan trabajos y
comparten sus conocimientos y energías
para instruir de manera gratuita a las
personas o buscan ayudar solo para
contribuir con un mundo mejor.
 Personas que realizan trabajos y comparten
sus conocimientos y energías para instruir
de manera gratuita a las personas o buscan
ayudar solo para contribuir con un mundo
EL FORMALISMO
El formalismo kantiano es una teoría ética que sostiene
que la moralidad de una acción no depende de sus
consecuencias ni de ningún bien supremo, sino de su
conformidad con una ley racional universal. Kant
propone el imperativo categórico como el principio
moral que debe guiar la conducta humana. Según Kant,
el valor moral de una acción radica en el móvil o la
intención que la determina. Una acción es moralmente
buena cuando se hace por deber, es decir, por respeto a
la ley moral, y no por inclinación o interés. El formalismo
kantiano se opone a las éticas materiales, que afirman
que la bondad o la maldad de la conducta humana
depende de algo que se considera bien supremo para el
hombre, como el placer, la felicidad o la virtud.
mayor, porque no podemos querer que la
mentira sea una ley universal.
 No robar, aunque sea por necesidad, porque no
podemos querer que el robo sea una ley
universal.
 No matar, aunque sea en defensa propia,
porque no podemos querer que el asesinato sea
una ley universal.
 No traicionar, aunque sea por amor, porque no
podemos querer que la traición sea una ley
universal.
 No ser egoísta, aunque sea por felicidad,
porque no podemos querer que el egoísmo sea
EL INTUICIONISMO
El intuicionismo ético es una forma de pensar sobre la
moral que dice que hay algunas verdades morales que
podemos conocer directamente, sin necesidad de
razonar o de basarnos en otras cosas. Por ejemplo, el
intuicionismo ético diría que sabemos que matar es
malo simplemente porque lo sentimos así, no porque
nos lo diga una ley o una religión. El intuicionismo
ético también dice que estas verdades morales son
independientes de nuestra mente, es decir, que existen,
aunque nadie las piense o las reconozca. El
intuicionismo ético se basa en la idea de que tenemos
una intuición moral, una capacidad especial para
percibir lo bueno y lo malo, que es diferente de otros
REFLEXIÓN
El bien es un concepto que nos acompaña desde que
somos capaces de pensar y actuar. Nos preguntamos
qué es lo bueno, qué debemos hacer y qué esperamos
de los demás. Sin embargo, el bien no es algo fácil de
definir ni de aplicar. El bien depende de muchos
factores, como nuestra cultura, nuestra historia, nuestra
educación, nuestra personalidad, nuestra situación y
nuestro momento. El bien también cambia con el
tiempo, con el progreso, con el aprendizaje, con el
diálogo y con la experiencia. El bien no es algo fijo ni
absoluto, sino dinámico y relativo.
Pero esto no significa que el bien sea algo arbitrario o
indiferente. El bien tiene un valor y una importancia
que no podemos ignorar ni negar. El bien nos orienta y
nos motiva, nos ayuda a vivir mejor y a convivir
mejor. El bien nos hace sentir orgullo y satisfacción,
nos hace crecer y mejorar. El bien también nos exige
responsabilidad y compromiso, nos hace enfrentar