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Es el proceso que comienza cuando una parte percibe que la otra afecta negativamente o está
próxima a afectar negativamente a algo que le concierne (Thomas, 1992: 653).
Se dice que dos individuos, un individuo y un grupo o dos grupos están en conflicto en tanto
que al menos una de las partes siente que está siendo obstruido o irritado por la otra (Van de
Vliert, 1998: 351).
Las condiciones de trabajo influyen siempre, ya sea de manera directa o indi - recta en la
situación de conflicto. Las consecuencias de los conflictos labora - les son graves por la
prolongación en el tiempo que puedan suponer y su natural acrecentamiento. Aparte de su
repercusión negativa en la organiza - ción, menor productividad, absentismo y rotación, se
producen tensiones emo - cionales que además de insatisfacción provocan ansiedad y
depresión.
Partiendo de esta base, gestionar los conflictos es un reto y un gran desafío, que supone un
proceso de crecimiento tanto personal como empresarial, ya que hacerlo implica un cambio en
la manera de acercarnos a las personas, además de un gran beneficio para la organización.
El Conflicto funcional es el resultado de una confrontación entre grupos, pero que de ser bien
gestionado puede resultar positivo para el rendimiento de la organización. El Conflicto
disfuncional o destructivo es aquel en el que la confrontación o interacción entre grupos
limita, perjudica o impide que las personas, los equi - pos o la organización global alcance sus
objetivos. De no resolverse a tiempo puede acrecentarse y generar graves consecuencias.
Los conflictos suelen tener componentes comunes o factores estructurales que son los que
permiten adentrarnos en sus características y facilitar su análisis, pero sobre todo, los
conflictos tienen una gran componente personal. Vivimos en un mundo complejo, expuestos a
adversidades que generan importantes tensiones emocionales. No se puede convivir mucho
tiempo con ellas ya que la persona necesita encontrar su equilibrio emocional. Así, la
acumulación de tensiones puede ocasionar que en un momento en el trabajo un conflicto
esta - lle sin causas aparentes que justifiquen su dimensión; aparte de que se acre - cienta de
no resolverse, extendiéndose por contagio.
Los conflictos se incuban hasta que un día por cualquier circunstancia estallan, pudiendo ser
tarde para paliar sus desastrosas consecuencias.
Los tipos de conflictos pueden ser Internos o externos. Los primeros son las disputas o
diferencias que pueden aparecer entre los trabajadores en el ámbito de la organización, que
afectan al buen funcionamiento de las personas y de los equipos o departamentos. Los
externos, son cuando tienen lugar entre personal de la institución, empresa u organización y
otras instancias externas que se relacionan cotidianamente, por ejemplo en actividades de
coordinación empresarial.
La dimensión del conflicto, viene determinado por el número de componentes y espacio que
abarca el conflicto. Son de pequeña dimensión si no supera las 3 personas, de mediana
dimensión, entre 4 y 10 personas, y de gran dimensión, cuando afecta a más de 10 personas.
La temporalidad del conflicto será en fase aguda si no lleva más de 6 meses y estará
cronificado si está enquistado con un tiempo superior. Cuanto más se tarde en actuar más
costosa y compleja puede resultar resolverlo. La evolu - ción, desde que el conflicto es latente
y es percibido, hasta que es plenamente asumido, pudiendo ser crítico, es exponencial.
El conflicto se tiene que ver como un proceso. Podemos detectar el conflicto en diferentes
momentos de su desarrollo: cuanto antes lo detectemos, más viable será su gestión. Por
ejemplo, puede haber indicadores de momentos de tensión o conflicto en las reuniones
cuando:
- Aumenta la energía del grupo, las personas empiezan a hablar entre ellas, a la vez, sin
respetar los turnos de palabra, o bien se empiezan a mover, se notan nervios y tensión en el
ambiente....
- Hay un silencio repentino, de estos que se pueden cortar con un cuchillo. O bien hay risas,
que no son respuesta a una situación relajada y distendida.
- Hay confusión, sentimientos personales fuertes, una o más de una persona expresan estas
emociones al grupo.
- Hay un ataque o una crítica fuerte y esto genera reacciones fuertes en otras personas - La
atmósfera o el ambiente de la reunión es tensa. Si estas cosas pasan muy a menudo, entonces
el conflicto está escalando, es decir, está sien - do más intenso y subiendo de tono.
- Hay tensión generalizada en el equipo, no solo en las reuniones, también entre pasillos. -
Cuesta mirarse a la cara, relacionarse de una manera distendida.
- Algunas personas que normalmente asistían dejan de venir y no es por motivos personales. -
A la mínima que hay una interacción o diálogo, escala y aumenta la tensión, subiendo el tono
de voz o bien de otras maneras, con independencia del tema que se trate.
2. PREVENCIÓN DE CONFLICTOS
Mientras los miembros del grupo crean que el líder es el mejor medio disponible para
conseguir sus objetivos, lo re - conocerán como tal.
Teniendo en cuenta que el conflicto surge y escala por “necesidades frustra - das”, por
“habilidades pobres” y/o por “relaciones débiles”, podrían correlacionarse tres modos
esenciales de prevenirlo.
No es fácil construir relaciones que tiendan puentes, en particular cuando existe un conflicto
real, pero debe plantearse revertir la situación, precisamente buscando la creación de vínculos
transversales para que las personas tengan la ne - cesidad de cooperar. Se trata de promover
la comprensión mutua para que las personas puedan hablar abierta y profundamente sobre
sus diferencias y des - cubrir sus puntos de vista comunes subyacentes. Es conveniente que
las personas tengan que explicarse el porqué de lo que hacen y piensan. Es la manera de que
puedan entenderse.
Pero todo ello no es suficiente. Si realmente se quieren evitar conflictos, son necesarios dos
aspectos adicionales que harán posible que lo expuesto para prevenirlos sea alcanzable: el
primero, construir una política empresarial fun - damentada en “valores” que hagan posible el
diálogo permanente, la transparencia y la generación de confianza. El otro es establecer un
mecanis - mo de control; o sea de procedimiento que permita y estimule a poner las
situaciones conflictivas en conocimiento del mando directo y del servicio de prevención desde
el momento que el conflicto sea percibido, aunque haya que determinar su alcance. Ello, de
manera similar a como sucede con el procedi - miento formal de comunicación de una
situación de acoso o de violencia en el trabajo.
Cómo ya hemos comentado, hacer un buen diagnóstico, será clave para saber cuál es la mejor
forma de proceder. Dependiendo del diagnóstico que hagamos del conflicto deberemos
utilizar una herramienta u otra. Lo primero que debe - mos saber es si somos capaces de
gestionar el conflicto, dentro de la organización, con nuestros propios recursos. Para ello, es
necesario estar formados y saber a lo que nos estamos enfrentando. Conocer mi nivel de
implicación en el conflicto y si ello va a hacer que la imparcialidad quede afec - tada.
Lo primero que nos tenemos que preguntar cuando detectamos un conflicto es si queremos
abordarlo o no. ¿Qué nos da miedo? ¿Qué podría pasar que no queremos que pase? ¿Qué nos
puede ayudar a minimizar el daño? ¿Es el mo - mento y el espacio? ¿Qué nos podría facilitar
cierta sensación de seguridad? ¿Necesitamos apoyo de una persona externa? Es importante
respetar un NO, ahora no estamos preparados/des para abordarlo o bien no en este espacio.
Hay que buscar el momento apropiado. Como herramientas, podemos trabajar, la entrevista
personal, la formación, la mediación, la negociación colaborativa, la facilitación, la
comunicación no vio - lenta (CNV) o bien el proceso de coach.
“el conflicto en sí mismo es una posibilidad de mejora y debemos ser valientes para atrevernos
a gestionarlo”.
La gestión de conflictos implica disponer de un plan de actuación para que los conflictos
que surjan en las organizaciones tengan una respuesta rápida y efectiva y, así, poder
evitar que una discusión sin importancia se acabe convirtiendo en un problema más serio.
Podemos encontrar alunas herramientas que facilitan el proceso de intervención del
conflicto.
Mediación
Entrevista individual
Comunicación no violenta
Negociación colaborativa
¿Qué es hacer una entrevista individual? Preparar una entrevista individual no es nada
sencillo. Aprender a no juzgar a quien tienes delante y ayudarle a trabajar la responsabilidad
que tiene ante el conflicto es un gran reto. Desde la entrevista individual acompañarnos a las
personas a detectar sus propias ne - cesidades y las del equipo para que decida cuál es la
mejor manera de comportarse.
El consejo. (30% de los casos). Es el caso en que ante un conflicto “se acon - seja” una medida
o acción determinada beneficiosa para las partes, aunque sea de “compromiso” con carácter
temporal.
Control autocrático. (20% de los casos). El líder actúa de forma unilateral con el uso de la
autoridad.
Efecto amenaza y/o evasión. (15% de los casos). Cuando a las personas del equipo se les instiga
a “solucionar el problema”, viéndose obligados a abando - nar sus quejas y restablecer una
supuesta normalidad. (El conflicto quedaría de manera latente a la espera de cualquier
situación difícil, que le haría resur - gir de nuevo)
Funcionamiento como árbitro. (15% de los casos). El directivo invita a las partes a que
expliquen su posición, siendo él quien al final determina la solu - ción.
Derivación a otras instancias. Se observa que a menudo, las personas o gru - pos en conflicto,
suelen ir de departamento en departamento, para continuar ascendentemente la queja o bien
para encontrar una supuesta solución.
Las emociones son una respuesta normal ante lo que estamos viviendo y están presentes para
indicarnos lo que sucede y cómo las situaciones impactan en nosotros. Para avanzar en la
gestión del conflicto, es clave identificarlas, aceptarlas, analizarlas. Este será el principio de una
buena gestión.
Poder identificar nuestra emoción y unirla a una necesidad básica será clave para mantener
conversaciones emocionales que nos permitan negociar y avan - zar sintiéndonos todos
cómodos y defendiendo nuestros intereses, al mismo tiempo que respetamos a los de los
demás. Para ello, será necesario que las organizaciones cuiden de desarrollar también de las
competencias emocionales de sus colaboradores para un buen desempeño y generar un
buen ambiente de trabajo, donde prime el diálogo y la transparencia. Las organiza - ciones
debieran ayudar a que las personas sean capaces de auto conocerse, sabiendo cuáles son sus
fortalezas y debilidades en su proceder y en sus rela - ciones, auto controlarse, actuando
siempre con serenidad y de manera consciente y no reactiva, y auto motivarse, para
encontrar sentido en todo lo que hacen actuando de manera empática ante las personas de
su entorno. Actualmente, las empresas han empezado a introducir diferentes herramientas de
comunicación, que a la vez ayudan en la gestión de conflictos. Trabajar en la comunicación es
también trabajar en la prevención del conflicto.
“El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento”
Hoy en día está en boga el término “empresa saludable”, y no es una moda pa - sajera. El
concepto de bienestar en el trabajo es esencial para la satisfacción del trabajador y la
eficiencia y productividad en el trabajo. Son diversas las ac - ciones que debe hacer una
empresa para el logro de tal bienestar del empleado y así conseguir sentimiento de
motivación y pertenencia. Y sin lugar a dudas, la comunicación y la gestión del conflicto debe
ser una de ellas.
El bienestar de los trabajadores es un elemento que debe cuidar la organiza - ción porque ello
revierte en la empresa, en la vida de las personas y las familias y por ende en el mundo Por ello
es una responsabilidad que tenemos todos y todas para contribuir a un mundo mejor
Las emociones son una respuesta normal ante lo que estamos viviendo y están presentes para
indicarnos lo que sucede y cómo las situaciones impactan en nosotros. Para avanzar en la
gestión del conflicto, es clave identificarlas, aceptarlas, analizarlas, es necesario que las
organizaciones cuiden de desarrollar también de las competencias emocionales de sus
colaboradores para un buen desempeño y generar un buen ambiente de trabajo. Actualmente,
las empresas han empezado a introducir diferentes herramientas de comunicación, que a la
vez ayudan en la gestión de conflictos. Trabajar en la comunicación es también trabajar en la
prevención del conflicto, el bienestar en el trabajo es esencial para la satisfacción del
trabajador y la eficiencia y productividad en el trabajo
“El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento”
Conflictos intrapersonales
Conflictos interpersonales
Conflictos Estructurales
Los que tiene que ver con tipos de trabajo, estructuras organizacionales, relaciones de grupo,
acceso y manejo de recursos.
Debemos ser
Empaticos
Comprensivos
Respetuosos
Amable
Participación y control.
Desarrollo profesional.
Estilo de liderazgo
Los tipos de conflictos pueden ser Internos o externos. Los primeros son las disputas o
diferencias que pueden aparecer entre los trabajadores en el ámbito de la organización, que
afectan al buen funcionamiento de las personas y de los equipos o departamentos. Los
externos, son cuando tienen lugar entre personal de la institución, empresa u organización y
otras instancias externas que se relacionan cotidianamente, por ejemplo en actividades de co -
ordinación empresarial.
os conflictos internos, por lo general, se dan dentro de la sala de juntas, mientras que los
conflictos externos normalmente involucran a los accionistas, aunque pueden también
incluir a otros interesados.
El conflicto interno es cuando el personaje lucha con algo dentro de sí mismo, como
sentimientos, deseos y creencias. Los conflictos externos, sin embargo, son cuando el
personaje lucha con algo que está fuera de su ser interior, como el clima, la enfermedad y
otros personajes.
El conflicto externo, por su parte, es aquel en el que nuestro personaje va a chocar contra
otros personajes. Esos personajes que comúnmente conocemos como antagonistas.
Para prevenir y resolver conflictos internos, los directores pueden encontrar más efectivo y
más adecuado pedir prestadas las técnicas de los MARC antes que utilizar los acercamientos
formales que requerirían la participación de terceros.
Este tipo de confñictos se desarrola cuando dos o mas oranizaciones crean una friccion, estos
se dan por lo eneral en terminos de la competencia que caracteriza a las empresas privadas
2. PREVENCIÓN DE CONFLICTOS
Teniendo en cuenta que el conflicto surge y escala por “necesidades frustra - das”, por
“habilidades pobres” y/o por “relaciones débiles”, podrían correlacionarse tres modos
esenciales de prevenirlo.
Facilitar que las personas satisfagan sus necesidades. Toda persona quiere
seguridad/bienestar, respeto y libertad. Si el líder puede ayudar a encarar estas tres
necesidades, evitaremos muchos conflictos destructivos. De este modo, el líder
debería actuar como “proveedor” para ayudar a compartir, res - petar y liberar. Tan
importante como compartir los recursos escasos es compartir los conocimientos, de
manera que las personas aprendan a satisfa - cer sus propias necesidades por sí
mismas. La gente quiere ser reconocida y respetada por lo que es. Y se reconoce la
libertad, que es consustancial con el ser humano, cuando las empresas asumen y
demuestran que para obtener lo mejor de las personas, éstas deben tomar la mayor
cantidad posible de decisiones y ser competentes para ello. Enseñar habilidades para
manejar el conflicto. Las personas deben adquirir competencias emocionales en el
trabajo para manejarse en sus relaciones. El primer paso es deslegitimar la violencia y
la agresividad, incluida la verbal, que impregna a la sociedad, causa enormes daños y
no resuelve nada. La alternativa a la violencia es la tolerancia, que no significa estar de
acuerdo con el otro, ni ser indiferente ante la injusticia, sino demostrar respeto por la
per - sona. También es necesario enseñar a la resolución conjunta de problemas. La
gente necesita modos prácticos de abordar las tensiones cotidianas para que no se
intensifiquen.
Forjar relaciones precisamente a través de las líneas de conflicto. No es fácil construir
relaciones que tiendan puentes, en particular cuando existe un conflicto real, pero
debe plantearse revertir la situación, precisamente buscan do la creación de vínculos
transversales para que las personas tengan la ne - cesidad de cooperar. Se trata de
promover la comprensión mutua para que las personas puedan hablar abierta y
profundamente sobre sus diferencias y des - cubrir sus puntos de vista comunes
subyacentes. Es conveniente que las personas tengan que explicarse el porqué de lo
que hacen y piensan. Es la manera de que puedan entenderse. Pero todo ello no es
suficiente. Si realmente se quieren evitar conflictos, son necesarios dos aspectos
adicionales que harán posible que lo expuesto para prevenirlos sea alcanzable: el
primero, construir una política empresarial fun - damentada en “valores” que hagan
posible el diálogo permanente, la transparencia y la generación de confianza. El otro es
establecer un mecanis - mo de control; o sea de procedimiento que permita y estimule
a poner las situaciones conflictivas en conocimiento del mando directo y del servicio
de prevención desde el momento que el conflicto sea percibido, aunque haya que
determinar su alcance. Ello, de manera similar a como sucede con el procedi - miento
formal de comunicación de una situación de acoso o de violencia en el trabajo.
Cómo ya hemos comentado, hacer un buen diagnóstico, será clave para saber cuál es la mejor
forma de proceder. Dependiendo del diagnóstico que hagamos del conflicto deberemos
utilizar una herramienta u otra. Lo primero que debe - mos saber es si somos capaces de
gestionar el conflicto, dentro de la organización, con nuestros propios recursos. Para ello, es
necesario estar formados y saber a lo que nos estamos enfrentando. Conocer mi nivel de
implicación en el conflicto y si ello va a hacer que la imparcialidad quede afec - tada. Lo
primero que nos tenemos que preguntar cuando detectamos un conflicto es si queremos
abordarlo o no. ¿Qué nos da miedo? ¿Qué podría pasar que no queremos que pase? ¿Qué nos
puede ayudar a minimizar el daño? ¿Es el mo - mento y el espacio? ¿Qué nos podría facilitar
cierta sensación de seguridad? ¿Necesitamos apoyo de una persona externa? Es importante
respetar un NO, ahora no estamos preparados/des para abordarlo o bien no en este espacio.
Hay que buscar el momento apropiado. Como herramientas, podemos trabajar, la entrevista
personal, la formación, la mediación, la negociación colaborativa, la facilitación, la
comunicación no vio - lenta (CNV) o bien el proceso de coach. (fig. 4)
Se puede observar que los líderes de los equipos, departamentos o grupos, tienen la tendencia
a aplicar una serie de prácticas comunes. Los porcentajes son fruto de nuestra experiencia y
tienen un valor solo orientativo.
6.1.4. Fase post proceso conflictivo: Resolución del conflicto El control del conflicto implica la
resolución de los conflictos a todos los niveles por la intervención en ellos – intrapersonal,
interpersonal, intragrupal e intergrupal. La resolución absoluta, la eliminación del conflicto en
todos los niveles es prácticamente imposible, por ello es mejor hablar de control que de
resolución. La idea de control amplía esta fase: no es suficiente una mera contabilidad de los
acuerdos favorables a cada una de las partes sino también quien obtiene una mayor
satisfacción a corto y a largo plazo. La resolución del conflicto ha sentado las bases para el
control, pero éste de nuevo es un proceso dinámico con evolución propia.
Por abandono de los objetivos –ya no tienen el atractivo que se le suponía o se acepta que es
inalcanzable-
Son múltiples las propuestas (Filley, 1975: método win-win; Gray, 1989: teoría de la
colaboración; Rubin et al. (1994):
Solución integrativa, etc.). Para buscar soluciones creativas Van de Vliert propone las
siguientes actividades:
Esta solución integradora del conflicto requiere unas características del grupo:
La eficacia diádica
La resolución de un conflicto puede ser parcialmente efectiva en el caso de que una de las
partes obtenga sus objetivos en un grado significativo. La perspectiva de los autores
holandeses es la de evaluar el resultado de un conflicto con el criterio de la efectividad diádica
-dyadic effectiveness-, es decir de la producción de los mejores resultados para la diada
organizacional mitigando los asuntos conflictivos, mejorando la relación entre las partes o de
ambas maneras a la vez (Van de Vliert, E., A. Nauta, M.C. Euwema y P. Janssen, 1997: 39).
Debido a su naturaleza es muy difícil hablar de soluciones en el caso del conflicto estructural
por lo que es mejor simplemente indicar las principales formas de afrontarlo:
Evitación. No quiere decir que se cierren los ojos al conflicto, sino que éste se aborda
en sus manifestaciones inmediatas ignorando los aspectos estructurales. De ese modo
se evita el entrar en el conflicto estructural.
Aceptación. La aceptación es el reconocimiento del mismo pero dando por hecho que
lo único que podemos hacer con él es estudiarlo y no intervenir en él. El conflicto es
inherente a la sociedad humana y cualquier intervención destinada a reducirlo está
condenada al fracaso.
Reforma gradual. Los conflictos estructurales están asentados en un largo devenir
social por lo que la intervención en ellos tiene que adoptar los mismos tiempos. Por
ejemplo contra las diferencias entre los miembros de la sociedad –ricos y pobres-:
progresividad de los impuestos.
Confrontación no violenta. La ausencia de violencia por una de las partes puede
debilitar la violencia de la otra y hacer más posible el cambio (Gandhi, Luther King,
sindicato polaco Solidaridad).
Confrontación violenta. Los que sostienen esta opción defienden que todo cambio se
produce mediante el conflicto y que el conflicto tiene un componente violento
insoslayable. Tanto el miedo a la violencia, para provocar pequeños cambios, como la
violencia a gran escala serían opciones a considerar en el afrontamiento del conflicto.
Muzafer y Carolyn Wood Sherif realizaron un trabajo con grupos de preadolescentes (11-12
años) publicado en 1.9534 en el que a lo largo de tres semanas hicieron pasar a los grupos por
tres etapas. Previamente se realizaron actividades cooperativas entre todos los participantes
que establecieron una relación de amistad entre ellos. Después en la primera etapa –la de
formación de grupo- se separó a los muchachos en dos grupos tratando que quedasen en
grupos distintos aquellos que habían establecido amistad. Cada grupo realizó tareas en las que
era necesaria la participación grupal para conseguir los objetivos fijados. La segunda etapa –
conflicto intergrupal- se caracterizó por la realización de actividades competitivas entre ambos
grupos en las que solo uno podía alcanzar el objetivo y en la que aparecieron actitudes
claramente hostiles entre los miembros de los grupos. Finalmente se abordó una tercera etapa
–de reducción del conflicto- en la que se desarrollaron actividades con metas que
sobrepasaban la capacidad de cada uno de los grupos por separado –metas supraordenadas-
de tal manera que tenían que cooperar para conseguirlas (previamente se había fracasado
intentando reducir el conflicto mediante información sobre el otro grupo, razones morales
para ello o por mero contacto). Este trabajo paradigmático muestra como las personas actúan
de modo intergrupal, es decir “en términos de su identificación de grupo” (Sherif, 1966)5 . En
un principio la interacción es libre entre todos los jóvenes por lo tanto se relacionan “en
términos de su identificación individual”, pero la mera pertenencia a un grupo trastoca esa
situación pasando de ser individuos a miembros del grupo X.
El planteamiento de los Sherif supone que las actitudes y comportamientos son un reflejo de
los intereses que persiguen en cada momento los grupos. Estos intereses pueden ser:
Estos intereses dan lugar a tres tipos de relaciones funcionales entre los grupos:
b) La Resolución de Conflictos según el paradigma del grupo mínimo de Tajfel Con respecto a
la teoría de la identidad social, las estrategias propuestas de resolución de conflictos inciden
en los procesos cognitivos que intervienen en las relaciones intergrupales, intentando
contrarrestar los procesos de favoritismo endogrupal y discriminación exogrupal. Las
principales medidas propuestas son: 1.- La individuación por descategorización: redefinir a los
miembros del exogrupo como individuos, minimizando su identidad social o grupal y
fomentando la individual y minimizando la percepción de homogeneidad del exogrupo. 2.-
Recategorización en un grupo único: focalizar la atención en una categoría de atención
supraordenada, que incluya endogrupo y exogrupo en una única representación grupal. 3.-
Cruce de categorías: se basa en la idea de que las personas pertenecen de forma simultánea a
varias categorías. Mientras las personas de un grupo pueden diferir en unas categorías
respecto a las de otro grupo, simultáneamente pueden asemejarse en otras categorías
distintas. Se trata de incidir en las conexiones categoriales parciales (o solapamientos) entre
los grupos.
a) El paradigma experimental de Tajfel Tajfel (1978a, 1978b, Tajfel et al. 1971) partiendo de
la experiencia de los Sherif pensó que se podía reducir la interacción entre los grupos y
mantener el conflicto entre ellos. Así desarrolló la pertenencia a grupos en individuos por
supuestas preferencias por pintores como Klee o Kandinski o incluso por el mero lanzar una
moneda al aire. El individuo pertenecía a un grupo del que no conocía a sus miembros y
reproducía un conflicto con los miembros de otro grupo a los que tampoco conocía ni había
visto. Ese conflicto se manifestaba incluso en preferir el máximo de diferencial en el beneficio
respecto al otro grupo antes que maximizar el beneficio del propio. El grupo de autores que
trabaja este paradigma interpreta estos resultados por el continuo categorización
socialidentidad-comparación social. Primero aparece una categorización –básicamente el
nosotros-ellos-, basándose en ello se produce el desarrollo de una identidad grupal que es la
referencia para la comparación con los demás que si es favorable al endogrupo reafirma su
posición y en caso contrario provoca movimientos para modificar la situación –cambiándose
de grupo, comparando otras dimensiones, modificando el valor obtenido en las dimensiones o
mejorando el valor escaso obtenido en la dimensión que sea.
1.- Las personas hacen uso de categorías para ordenar, simplificar y comprender mejor la
realidad social. Se adscriben a sí mismas y adscriben a los demás a ciertos grupos particulares
que guardan relación con el sexo, raza, orientación sexual, clase social, etc. (“nosotros” versus
“ellos”).
2.- El sentido de identidad social que tienen las personas está determinado por su pertenencia
a distintos grupos. La identidad constituye la parte del autoconcepto que está ligada al
conocimiento que el sujeto tiene de pertenecer a ciertos grupos sociales y a la significación
emocional y evaluativa resultante.
3.- Las personas prefieren tener un autoconcepto positivo que negativo. Es lógico que
prefieran pertenecer a grupos socialmente valorados. Como el valor del grupo es relativo,
establecen comparaciones con otros grupos.
4.- Las comparaciones dan lugar a sesgos que permiten diferenciar de forma favorable al
endogrupo de los exogrupos (establecer una “distintividad positiva”). El empleo de la
discriminación de los exogrupos (la estrategia de la diferencia máxima) contribuye
directamente a la construcción de una identidad social positiva y una mayor autoestima
ALGUNAS DEFINICIONES:
Arbitraje voluntario Proceso voluntario mediante el cual un tercero aceptado por ambas partes
conoce las causas respectivas de las partes y luego toma una decisión respecto del conflicto
entre ellas. El proceso está por lo general sujeto a revisión pero no a apelación.
Resolución judicial del tribunal de trabajo Proceso obligatorio mediante el cual un juez
designado por el Estado conoce las causas respectivas de las partes y luego toma una decisión
respecto del conflicto entre ellas. El proceso está por lo general sujeto a revisión y a apelación.
Huelga Cese del trabajo causado por la negativa de los empleados a trabajar.
Cierre patronal Cese del trabajo causado por el empleador en cuanto impide trabajar a los
empleados mediante el cierre del negocio.
rompió los paradigmas gerenciales de las más prestigiosas escuelas de dirección, los cuales
señalaban que el camino correcto era concentrarse en relanzar los productos del portafolio,
Jobs se concentró en renovar la “cultura Apple” basado en tres pilares:
Terminar con luchas internas entre los niveles ejecutivo y gerencial, creando un ambiente
donde los conflictos se abordarán de frente y en forma positiva, aniquilando cualquier posible
conducta destructiva.
Imprimir una visión multidisciplinaria en la operación global, Apple se convertiría en una
biósfera de trabajo en equipo desde la concepción de la idea de un producto, hasta su
comercialización.
1. Un buen líder
un equipo efectivo es aquél que cuenta con ciertas características que permiten
se trabaje de manera más productiva y efectiva. Desarrolla formas de compartir
los distintos roles de liderazgo de acuerdo a lo que se trate de alcanzar.
La lluvia de ideas es una forma de que a los grupos se les ocurra la solución a
un problema. Un equipo efectivo puede reunir información de parte de cada
miembro y formular esa información en una respuesta. El equipo se vuelve
adepto a descartar las ideas que no funcionarán y a incluir las ideas efectivas
en lo que se volvería la solución del equipo ante un problema.