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UNIDAD 3

APRENDER Y ENSEÑAR CINE


Aprender a ver cine para educar
Ya se mencionaba que el cine no solamente es un
espectáculo. Por supuesto, los medios de comunicación nos
impulsan y motivan a ver las grandes superproducciones del
momento, las sagas y las aventuras épicas en las que aún se
conserva la estructura narrativa del siglo XX, y que son
convertidas en la representación social y estereotipa de éxito
de taquilla: los buenos siempre ganan y una superpotencia
salva al mundo de la debacle, después del bombardeo de
imágenes y sonidos permanentes durante hora y media. Los
buenos y los malos siguen siendo la caricatura de la bondad y
maldad absolutas, sin grados ni tonos, por lo tanto, lejanos a
nosotros.

No obstante, el cine no solo se trata de espectáculo,


entendido desde esa perspectiva. Como medio cultural
permite la expresión de múltiples formas no univocas de ver e
interactuar en el mundo, de comprenderlo, de sentirlo y, por
supuesto, de aprenderlo.

Sin embargo, cabe preguntarse si como educadores


sabemos ver y leer cine para de esa manera explotar el
recurso. Peña (2010) plantea dos argumentos interesantes: 1)
afirma que no contamos con una cultura audiovisual y
cinematográfica que nos permita disfrutar críticamente el cine
y emplearlo como instrumento de reflexión pedagógica, 2)
expresa que estamos habituados a un cine “divorciado” del
pensamiento. Con ello se estaría haciendo referencia
justamente al cine espectáculo en el que ni la lógica ni la
profundidad en los planteamientos de las obras sirven como
referente para aprender y enseñar o, en términos de la autora,
al cine que no activa intelectualmente, que solo es un
activador para el disfrute y el descanso.

Peña (2010) adicionalmente indica que los puntos de entrada


de la educación y el cine son diferentes, por cuanto la primera
se caracteriza por la sistematicidad y su función social,
mientras el cine se caracteriza por la creación de imágenes
mentales. El punto de congruencia sería que los dos lados del
binomio están vinculados a la acción, expresión o a los medios
de comunicación social.

Esto nos lleva a la tradicional discusión sobre si hay puntos de


contacto en la lógica de la ciencia y del arte, a lo que la
mayoría de artistas responderían con un rotundo no. No
obstante, al observar cualquier obra de arte queda una
sensación o una idea que se vincula con mis experiencias y
conocimientos previos, lo que hace diferente y subjetiva la
experiencia. Esa posibilidad de interpretación, comprensión
y/o disfrute de una obra cinematográfica, así se trata de una
película experimental, desestruturada, expresionista o
absolutamente abstracta, crea una nueva experiencia o, en el
mejor de los casos, modifica mis ideas o mi forma de percibir
algo en el mundo. Justamente de eso se trata el aprendizaje:
de la modificación de las estructuras de conocimiento a
través de las cuales interactuamos y comprendemos el
mundo. Dicho esto, el cine es susceptible de ser retomado
como objeto u obra cultural que bien orientada permite o
faculta el aprendizaje.

Para canalizar de mejor forma esta experiencia formativa, y


educativa, es necesario que tanto docentes como
estudiantes conozcan el código, el lenguaje del cine, con lo
que podrá establecer un diálogo con el objeto cultural y con
las otras personas, tanto estudiantes como docentes.
De acuerdo con los profesionales del cine, un problema de
base para aprender a ver cine y asociarlo a los procesos
educativos es que la imagen no se reconoce con suficiencia
como una fuente de aprendizaje, por lo que hay poco interés
en aprender a interpretarlo, a pesar de que en promedio se
ven 10 horas de contenido audiovisual por cada hora de
lectura (Contreras, 2017). Por supuesto, esta conclusión se
reafirma para el grueso de nuestra población, que solamente
tiene acceso y gusto por las películas de fácil digestión, que no
impliquen esfuerzo intelectual para entenderlas, por cuanto
su mensaje no va más allá de la acción misma, del
entretenimiento.

Para modificar estas condiciones de apreciación del cine se


estima necesario enseñar a leer la imagen, volver a incluir la
cultura en los contenidos educativos, trabajar en la
alfabetización audiovisual, partiendo por los propios docentes
(Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de
España, 2019) y aprender a producir cine en las instituciones
educativas, de manera que la participación activa genere
conocimiento y masa crítica, con lo que el cine podría dejar de
ser solamente entretenimiento para ser una herramienta de
aprendizaje (Contreras, 2017). En la misma dirección apunta
Bustos (2010), para quien la cultura audiovisual debe ser un
contenido transversal en la educación, para reflexionar y asumir
una posición crítica sobre lo audiovisual, a la vez que tener las
competencias para expresarse mediante imágenes,
comprender e interpretar la sociedad contemporánea. Para este
autor la dificultad para leer la imagen, el analfabetismo
mediático, es propio de la sociedad de la información.
Claramente es indispensable generar proyectos que permitan
suplir este enorme vacío, puesto que en una sociedad que
cada vez más se decanta por los multimedios, por los
mensajes compuestos en los que lo audiovisual es parte
inherente a las herramientas de comunicación, interacción y
formación, los ciudadanos digitales no pueden ejercer en
propiedad su rol si no cuentan con las herramientas básicas
para interpretar y construir las comunicaciones.

El ejercicio docente, y el cumplimiento de la obligación social


que este rol implica, exigen contar con las herramientas para
leer y tratar la imagen, así como para ayudar a los estudiantes a
comprenderla y dominarla, en el entorno de una sociedad que
cada vez más se orienta al uso de las TIC para informarse,
comunicarse y aprender, por lo que la cultura audiovisual debe
hacer parte formal de los currículos escolares, en términos de
apreciación estética, actividad lúdica creativa, herramienta
para pensar y aprender, lenguaje de uso común e instrumento
para la transformación educativa y social.

El cine, como máquina para soñar, también nos permite


miradas cercanas a los hechos; la hiperrealidad y la realidad
virtual se nos asoman y nos deja ver más de lo habitual, de la
mano de las TIC transforman la mirada del lector abriendo
nuevas perspectivas para pensar.

Como lo ratifican Martínez y Orozco (2012), no es posible pensar


hoy sin el cine, como registro de la época y como lenguaje o
herramienta para pensar: “el buen cine nos hace pensar” (p. 53).
Es un medio que nos cobija y sobre el que se representan las
más variadas formas de ver el mundo, para ser repensadas y
transformadas en el acto educativo.

Además de lo mencionado, Martínez y Orozco (2012) indican


que en el cine participan la experimentación, el juego, la
composición, la superposición de planos, la discontinuidad, la
variación del tiempo y del espacio. Todos estos son elementos
que hacen de la cinematografía un espacio pedagógico y una
herramienta didáctica con alto potencial.

De acuerdo con Mercader (2012), no solo los estudiantes se ven


beneficiados con la inclusión del cine en el currículo. La
apreciación del cine desde la perspectiva académica le
permite a los docentes ser más creativos en el manejo y
comunicación de la información y ampliar su base de
experiencias y hechos para ejemplificar los contenidos.
Adicionalmente, cabe resaltar que la formación estética hace
brotar nuevas sensibilidades traducidas en otras formas de
sostener la relación con los estudiantes que, unidas al
desarrollo de las TIC, amplían el repertorio de posibilidades
expresivas.

Brunner (2000) puntualiza los cambios en los escenarios


educativos producidos por la revolución de la informática, el
cine, las telecomunicaciones y los multimedios, a saber:
* La información abunda, al punto de ser excesiva y
redundante (de hecho se habla de la infoxicación).

* Hay múltiples opciones para aprender: las instituciones


educativas no son ya los únicos espacios para aprender.

* El aprendizaje es rápido.

* Los medios visuales y tecnológicos se incorporan como


parte sustantiva de los contextos educativos.

* Se educa para y en entornos cambiantes.


En consecuencia, podría afirmarse que se trata de la formación
de nuevos sujetos pedagógicos en nuevos contextos físicos y
digitales, imbuidos en un mundo de múltiples imágenes de
cada hecho, disponibles para tener una toma multiplano de
cada evento de la realidad.

Aprender a enseñar desde el cine


Hay múltiples razones por las que el cine es un excelente
recurso didáctico. Para empezar, el video usa un lenguaje y
estructura cercanos a los estudiantes, familiarizados desde la
infancia con las pantallas, las imágenes, los videoclips, los
youtubers y, en general, la comunicación a través de imágenes
en movimiento.
Otras de las razones es que los videos implican información
procesada por la vista, la audición (y en algunos casos el tacto),
junto con la activación de la memoria sensorial, lo que
determina que estas contenidos multimediales se traduzcan
en experiencias multisensoriales. Dado que la información no
pasa únicamente por los receptores sensoriales de la vista
(como ocurre en la lectura), y es codificada y elaborada de tal
manera que se conecte con las sensaciones, emociones e
ideas de los espectadores, logra activar en mayor forma sus
mecanismos afectivos y cognitivos, es decir, prepara y dispone
a las personas para aprender.

Otra de las ventajas didácticas del cine, tanto para verlo como
para producirlo, es que la misma narrativa, los temas y los
recursos técnicos activan el potencial creativo, el pensamiento
divergente, la fantasía y la imaginación, con lo cual, de manera
paralela, se logra orientar el interés de los estudiantes,
canalizar la motivación intrínseca hacia la tarea y sus
herramientas, focalizar y mantener la atención hacia el
seguimiento y cumplimiento de la actividad, hacer más
vivenciales y contextuales las experiencias de aprendizaje, con
lo que se gana en mayores huellas y vínculos mnémicos con
los conocimientos previos, mayor reflexión porque implica
mayor trabajo con los contenidos y, en consecuencia, mayor
probabilidad de hacer procesos de análisis, síntesis de
información y conceptualización.
Otra de las funciones didácticas del cine se relaciona con servir
como instrumento para la culturización y el conocimiento de
otros contextos culturales, como ya se ha mencionado a lo
largo del curso.

Así se ha entendido desde algunas experiencias didácticas en


las que los maestros han partido del arte cinematográfico para
promover, por ejemplo, el emprendimiento, el compromiso y el
conocimiento de la realidad, la investigación, la creación
artística y la autoreflexión (Guzmán, Rincón y Cala, 2016). En la
propuesta de estos autores se buscó reunir las dimensiones
artística, cultural, pedagógica, social y empresarial del cine
para promover la autogestión de un emprendimiento
estudiantil con el objetivo de crear una empresa de proyección
veredal de cine que promueva la discusión, la reflexión y la
capacidad de solución de problemas comunitarios.

De esta manera se explota el cine como medio de información,


conocimiento y aprendizaje de los más variados temas, para
todas las edades y en las diferentes modalidades. Si bien el
cine es en sí mismo un medio de educación no formal (OCENDI,
2012), su fuerza permite incorporarlo a los procesos de
educación formal como espacio de diversión, sensibilización,
recreación, reconocimiento, comprensión, reflexión y
construcción de actitudes, afectos, valores, ideas, conceptos y
prácticas.
Al respecto, con base en el mismo documento de OCENDI
(2012) y en Mercader (2012), junto con observaciones del autor
de estas líneas, se mencionan algunas de las razones por las
que el cine es un instrumento educativo:

฀ Es diferente a las actividades rutinarias de clase.

฀ El estudiante aprende de forma lúdica, mientras se divierte,


casi sin percatarse de ello.

฀ Al ser una actividad no rutinaria genera mayor interés y


participación.

฀ Como expresión estética, cultural y técnica, el cine puede


ser objeto de estudio dentro de las humanidades, las artes, la
฀ tecnología y, en general, en el trabajo interdisciplinario.

฀ El cine es un referente cultural de nuestra época, por lo que


es un espacio común de conversación y discusión.

฀ El conocimiento del cine, como el arte más popular, faculta a


las personas para la comprensión de los fenómenos históricos y
sociales.

La presentación de la realidad social en las películas


permite comprender la realidad propia y la de otros.

A partir de la comprensión de la realidad social y de las


diferentes formas de entenderla, permite el desarrollo de
habilidades de resolución de conflictos.
฀ Permite la comprensión de códigos y lenguajes expresivos
basados en la unión de imágenes y textos, con lo que se amplía
la capacidad de comprensión de información, necesaria en la
cultura digital.

El cine hace parte de la realidad mediática y es necesario


que los estudiantes aprendan a leerlo e interpretarlo.

฀ Fomenta el desarrollo de competencias creativas, artísticas


y estéticas.

฀ Ofrece experiencias para reconocer los diferentes actores y


roles sociales presentes en los contextos de interacción.
฀ Promueve las competencias ciudadanas y de convivencia
por medio de la comunicación, la comprensión de otras formas
de ver el mundo y la tolerancia frente a la diferencia, a otras
opiniones y a otras formas de comportarse.

฀ Muestra modelos de conducta, tanto positivos como


negativos, que permiten el abordaje pedagógico de los
problemas y las situaciones reflejadas. Estas imágenes son
particularmente fuertes por el poder persuasivo del cine.

Adicionalmente, es pertinente decir que las obras


cinematográficas, tanto desde lo argumental como desde lo
narrativo, lo estético y lo técnico, sirven como ejes discursivos
susceptibles de ser bien incorporados en estrategias didácticas
que actualmente se entienden como idóneas para mediar en
los procesos de aprendizaje y enseñanza, tales como el
Aprendizaje Basado en Problemas (ABP), el Aprendizaje
Basado en Casos (ABC) y el Aprendizaje Basado en Proyectos
(ABPr). Así, los docentes deben hacer uso de su capacidad
creativa e innovadora para transformar los espacios y
situaciones de clase y emplear las películas como nodo
problémico del que saltar para comprender, comunicar,
interactuar, recrear e inventar nuevos mundos y nuevas
respuestas.

Por lo tanto, dado que las películas son uno de los productos
culturales que mayor atención e interés despiertan, y puesto
que en las cintas se encuentran modelos de conducta que los
estudiantes, dependiendo de su edad y condiciones
idiosincrásicas, pueden imitar, adaptar y controvertir, depende
de las propuestas didácticas y pedagógicas que los
estudiantes puedan aprovechar el cine para construir sus
propios entornos de vida.

El cine en la sociedad tecnologizada


La apreciación y uso del cine con fines didácticos requiere la
revisión de las formas en que actualmente se establece el
diálogo cinematográfico entre espectadores, docentes, obras
y sociedad. La revolución tecnológica que estamos viviendo ha
transmutado también la manera en que se produce y ve el cine.
Estas nuevas herramientas tecnológicas que las TIC han
puesto a disposición están modificando la relación entre
estudiantes, profesores, contenidos, aulas, espacios y formas
de entender el aprendizaje (Bustos, 2010). Con ello, la imagen
es interpretada y usada pedagógica y didácticamente de
acuerdo con los presupuestos de partida y con la forma en que
los docentes ven la educación, en general, y la pedagogía
visual, en particular.

En consecuencia, desde el aprendizaje significativo y las


diferentes vertientes constructivistas se entendería el trabajo
con la imagen como una situación problema o conflicto ante el
cual los estudiantes, en trabajo individual y/o colectivo,
exploran, investigan, construyen y descubren posibles
interpretaciones y soluciones a los problemas definidos en la
presentación de las imágenes. En tal proceso es necesaria una
propuesta didáctica sistemática y orientada hacia el desarrollo
del potencial personal, tanto en lo actitudinal como en lo
cognitivo, procedimental y social.

Puede pensarse que los parámetros generales para la


propuesta de actividades didácticas son los mismos para la
imagen que para el texto, en cuanto requieren planificación de
objetivos; secuencias didácticas; procedimientos de
desarrollo, seguimiento y evaluación; búsqueda de
información y medios y estrategias para el procesamiento,
análisis y producción de información, entre otros. No obstante,
las características estéticas, sintácticas, gramaticales,
semánticas y pragmáticas de la imagen como elemento
interactivo dispuesto a la manipulación, por medio de las TIC,
son diferentes a las del texto escrito y exigen, por lo tanto,
conocimiento de estas cualidades y de la forma en que la
imagen puede ser explotada como recurso didáctico para
aprender.

Cualquiera que sea el objetivo o el marco pedagógico de


referencia, a partir de Bustos (2010), Fernández y López (2013) y
la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de
España (2019), en conjunto con observaciones previas, se
mencionan aquí algunos objetivos a considerar cuando se
incluye el cine en los procesos educativos:

Sensibilizar a los estudiantes sobre la importancia del cine


como instrumento de aprendizaje.
Sensibilizar sobre el cine como puerta a la cultura y su
análisis crítico.

Reconocer las características del lenguaje


cinematográfico y su poder para comunicarnos y para
reflejar la realidad social y humana.

Valorar la técnica de tratamiento de la imagen como


fuente y vía para el entretenimiento, la creatividad, el arte y
la narración.

Apreciar el cine como actividad estética con tiempos y


espacios propios.
Apreciar el cine como estrategia para el desarrollo del
pensamiento.

Reflexionar críticamente sobre el mundo a través del cine.

Desarrollar competencias para expresarse sobre la


imagen y el cine, en diferentes formas que incluyan lo
visual y lo textual.

Desarrollar competencias para comunicarse con


imágenes.

Generar una visión multidisciplinar y reflexiva sobre los


contenidos plasmados en el cine.
Poner en práctica y desarrollar competencias actitudinales
que permitan apreciar, sentir, empatizar y comprender otras
realidades.

Desarrollar competencias intelectuales para identificar,


reconocer, ordenar, comprender, analizar, sintetizar,
reflexionar y discutir sobre las diferentes dimensiones de las
narraciones cinematográficas.

Proponer nuevas realidades o nuevas formas de entender y


solucionar los problemas, haciendo relación y transferencia
de los aprendizajes a los contextos de actuación propios.
¿Cómo usar el cine en la práctica educativa?

Para el uso didáctico del cine en los espacios académicos se


cuenta con una serie de posibilidades, de acuerdo con los
objetivos, la población y los temas abordados, entre otros
aspectos. Miremos algunas de estas estrategias.

Fichas de trabajo o investigación

A través de protocolos, más o menos formales, dependiendo


de los objetivos y del grado de escolaridad, se establece un
objetivo para la actividad, se describen y se preparan las
a c t i v i d a d e s q u e d e b e n re a l i z a r l o s e s t u d i a n t e s ,
preferiblemente paso a paso. De esta manera, se puede
indagar sobre el lenguaje de la película, las características
técnicas, el contexto, el problema, la narración y los demás
elementos cinematográficos. Es usual acudir a preguntas
abiertas que fomenten la reflexión, la discusión y la
transferencia de los aprendizajes a los contextos de los
estudiantes. Empleando las TIC se pueden hacer fichas en
línea para diligenciar en grupos (como wikis, blogs o
documentos de Google Doc, por ejemplo), usar formatos
diseñados en aplicaciones y usar aplicaciones de elaboración
de contenidos para representar gráfica o textualmente la
información.
En el siguiente enlace se encuentran páginas especializadas
en seleccionar películas, comentar y dar pautas para su
abordaje en clase (AulaPlaneta, 2015):

Enlace

En estos enlaces hay algunos ejemplos de fichas de trabajo


para que los lectores juzguen. Son propuestas de actividades
didácticas para niños y jóvenes, en las que se parte de la
observación y análisis de una película (Edukacine, s.f. y
Auladecine, s.f.):
Enlace
Y en este otro enlace se presentan dos esquemas para el
análisis de películas (Pérez, 2010):

Enlace

Foros
Los cineforos están entre las actividades más usuales cuando
se trata de usar el cine como estrategia de aprendizaje.
Generalmente se trata de actividades en las que se comentan
y analizan las cintas antes y/o después de exhibirlas. Cuando
se realizan en entornos educativos con frecuencia antes de
ver la película se diseñan algunas actividades preparatorias
para que los estudiantes tengan un contexto histórico, social,
cultural, argumental y/o estético, que les permita una mayor
apreciación de la obra. En algunos casos se extiende la
invitación a los diferentes agentes de la comunidad educativa,
incluyendo a padres y vecinos, o se amplían los objetivos para
crear lo que actualmente llamaríamos comunidades de
aprendizaje alrededor del cine.

Una de las iniciativas con las que podemos ejemplificar lo


mencionado ha sido la de La Institución Educativa Santander,
en San José del Guaviare, población con problemas de
seguridad, violencia y drogadicción (Hurtado, 2008). Allí han
organizado un método para hablar y pensar sobre el cine, con
el que se busca que los espectadores construyan procesos
de pensamiento y conocimiento, a la vez que se divierten,
junto con sus familias. Para lograrlo han vinculado la
propuesta al Proyecto Educativo Institucional, organizando
ciclos por temáticas y atendiendo a los diferentes niveles de
comprensión de las obras proyectadas. Adicionalmente, han
elaborado fichas técnicas de las cintas, con preguntas que
orientan el desarrollo de actitudes críticas, a la vez que
concluyen con un texto libre en el que el estudiante
autoorienta el descubrimiento y la reflexión sobre sus
avances.

E n e s t e e n l a c e e n c o n t r a r á n u n p ro c e d i m i e n t o y
recomendaciones para organizar un cineforo (Cinemanet, s.f.):

Enlace
Ensayos y reflexión escrita
Uno de los objetivos básicos de la educación es garantizar
que los estudiantes puedan leer y transitar por diferentes
códigos, y transferir los contenidos entre ellos en una
comunicación multimedial. La reflexión escrita permite
ampliar la comprensión y profundizar el aprendizaje en cuanto
implica la transferencia de los conceptos y elementos de la
imagen a un formato escrito, a partir de operaciones mentales
como las reflexividad, el análisis, la reorganización, la síntesis y
la crítica.
Al escribir las ideas los estudiantes cuentan con argumentos
más claros, explicitan sus puntos de vista, pueden seguir con
precisión las ideas de otros estudiantes y están en capacidad
de abrir un debate más profundo. El blog y plataformas de
presentación de contenidos son herramientas auxiliares que
facilitan el proceso.

Proyectos artísticos
Las obras cinematográficas dejan tras de sí una amplia gama
de sensaciones e ideas rondándonos. La transferencia de
estas obras a otros formatos artísticos (sean teatro, artes
plásticas, danzas, música o artes digitales), en adaptaciones o
reinterpretaciones, permite ahondar en los contenidos y
experiencias artísticas. Adicionalmente, es un espacio
productivo para comprender los fenómenos estudiados y
para mejorar las habilidades de trabajo en grupo, liderazgo,
experimentación, interpretación, creatividad y apreciación
estética, entre muchas otras.
Proyectos de indagación e intervención
El uso de estrategias didácticas que parten de situaciones
problema válidos contextualmente, para las cuales es
necesario que los estudiantes identifiquen, indaguen,
exploren, se documenten, seleccionen información,
comprendan y propongan cursos de acción, se ve fortalecido
con las obras cinematográficas. En este entorno, los espacios
dibujados en el cine pueden ser el punto de partida, el
conflicto o la motivación para emprender proyectos de
intervención o transformación social, desde modelos de ABP,
APC y ABPr, por ejemplo.
Construcción de piezas audiovisuales
El lenguaje audiovisual nos acerca a la comprensión de las
imágenes del mundo, por lo que la puesta en práctica de
proyectos de realización audiovisual relaciona a los estudiantes
con las condiciones técnicas y de producción de este tipo de
mensajes, habilidad necesaria en la cultura digital.

El uso de la muy variada oferta de aplicaciones gratuitas para la


producción y posproducción de imagen y sonido les ofrece a los
estudiantes herramientas para comunicarse en formatos
multimediales, jugando con significados y recursos
cinematográficos para transmitir un mensaje propio, lo que se
traduce en la construcción autónoma de conocimiento, objetivo
mismo del aprendizaje.
En los siguientes enlaces encuentran ejemplos de propuestas
visuales de educadores y herramientas TIC para producir cine:

฀ 50 canales con vídeos educativos en YouTube (Educación


3.0.,2018):
Enlace

฀ Los canales educativos de profesores en YouTube más


interesantes (Educación 3.0., 2017):

Enlace
Las 5 mejores alternativas gratis a Windows Movie Maker en
2019 (Gonzáles, 2019):

Enlace

฀ Una colección de 110 sitios con videos y herramientas para


educadores Santiago, 2015):

Enlace

Para concluir
El cine goza aún de cierta libertad, si nos referimos al llamado
cine arte. Para Martínez y Orozco (2012), al servir al público la obra
(para su apreciación estética, artística e intelectual) se convierte
luego en una acción política. A mayor exposición de una obra, o
mayor éxito, podríamos traducir, la imagen va tornándose más
un hecho de carácter ético (en cuanto postura frente a la
realidad y como manifestación de un punto de vista) y político,
por ser una propuesta pública que moviliza a la sociedad y la
obliga a pensarse y transformarse.

El anterior párrafo bien podría haber tenido como sujeto del que
se habla la educación, o el cine. Las dos formas de acción sobre
la realidad tienen en común:

฀ El manejo de la información.

฀ El uso del símbolo, del signo y de la imagen como


fundamentos del lenguaje.
La obligación de preparar a los ciudadanos para tranzar con
la imagen en el marco de la sociedad del conocimiento y
las TIC.

฀Son formas dialógicas de comunicación.

฀Son transversales en la sociedad.

฀La preocupación por comprender y valorar la diversidad de


sus miradas, que en su conjunto permiten ver el mundo
desde diferentes perspectivas.

฀Son espacios sociales privilegiados para la conversación, el


diálogo, la exposición y la palabra.
La búsqueda de la descripción, recreación e invención de
realidades.

฀Las dos son fiel reflejo de la sociedad y documento histórico


de cada época.

฀ L a obligación de soñar y promover la revolución


permanente, porque el cambio y la transformación son el
motor del aprendizaje.

฀Buscan formar a un lector ávido, honesto, que se divierta


con los contenidos, cree, tenga una actitud crítica, privilegie
el alimento para el intelecto y aprenda a aprender.
En consecuencia, estas semejanzas permiten aseverar que el
cine puede ser objeto, contenido transversal y estrategia para
aprender y educar.

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