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2 Samuel 1

David llora la muerte de Saúl


La Noticia de la muerte de Saúl 2 S.1: 1-10

El amalecita llegó hasta Siclag, con los vestidos rotos y con tierra en su cabeza, pretendiendo tener
duelo por Saúl y Jonatán. Podemos imaginarnos al amalecita, asumiendo que David se alegraría de que
su enemigo y rival estuviera muerto. Ahora David podría tomar la corona real y la argolla y usarlos él
mismo.
Los que tienen el espíritu amalecita, son unos verdaderos actores. Son unos verdaderos hipócritas que
juegan al preocupado por el ungido. Lo único que les interesa es capitalizar para su bienestar.
El ungido tiene que tener cuidado con esos “carteros” que le
llegan con noticias y paquetes para ser pagados en efectivo a
la entrada. individuos oportunistas, que quieren establecer
las reglas, del juego a su favor. Hay que tener “oídos” y “ojos”
ungidos para detectarlos. El ungido discierne
inmediatamente las motivaciones de los que se le acercan.
Era un “yoista” consumado. Se quiso hacer héroe ante los
ojos de David. ¡Cuán equivocado estaba, los ungidos no
pueden ser comprados!
Los sentimientos 2 S.1: 11-12

Cuando David se enteró de la muerte de Saúl, lloró. Podríamos haber esperado una celebración por la
muerte de este gran enemigo y rival, pero David y sus hombres lloraron.

1- Por pura envidia, odio, rencor, e impiedad, Saúl le arrebató a David su familia, hogar, carrera, seguridad
y los mejores años de su vida – y Saúl permaneció sin arrepentirse hasta el final. Sin embargo, David y sus
hombres lloraron y lamentaron y ayunaron cuando se enteraron de su muerte.

2- El contraste demuestra poderosamente que nuestro odio, amargura, y falta de perdón son una elección,
no nos son impuestos. A pesar de todo lo que Saúl hizo contra David, David escogió convertirse en un
mejor hombre en vez de amargarse.

Y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él: Estos hombres tenían sus propias razones para odiar
Saúl, pero siguieron el ejemplo de su líder, David, y respondieron al odio y al veneno de Saúl con amor.
Los sentimientos cont 2 S.1: 11-12
El verdadero ungido es uno que sabe perdonar. La unción no solo es una expresión de poder, es también
una manifestación de un carácter santo.

El verdadero ungido es uno que recuerda lo mejor de otros. “Es mejor resaltar las cualidades del enemigo,
que señalar sus faltas”.

La tristeza de David fue por Saúl, por su gran amigo Jonatán. Pero más que eso, era por el pueblo de Dios
como un todo, pues estaban en una peligrosa y desesperada posición debido a la muerte del rey y a la
derrota ante los filisteos.
David escuchó estas noticias que cambiarían su vida, ahora el trono de Israel estaba vacante y parecía que
la unción real que recibió alrededor de 20 años atrás, ahora podría cumplirse con la corona puesta sobre
su cabeza.Sin embargo, David expresó poco pensamiento sobre sí mismo. “Su alma generosa, ajena a sí
misma, derramó un torrente de las más nobles lágrimas que se derramaron por Saúl y por su hijo Jonatán,
por el pueblo del Señor y por la casa de Israel, porque habían caído a espada”.
El juicio 2 S.1: 13-16
El joven amalecita probablemente creía que David se estaba preparando para recompensarlo.
Ese amalecita no podía entender los sentimientos, ni el corazón del ungido, porque era “hijo de un
extranjero”. Espiritualmente son muchos los que son “hijos de extranjeros”. Estos “hijos de extranjeros” son
los que aunque conocen al pueblo de Dios, y se asocian con el mismo, tienen corazones de extranjeros.
Todo el que no entiende o desconoce la visión del líder, es un “hijo de un extranjero”. Los hijos de la casa o
los nacidos en casa, están familiarizados con el corazón del ungido.
Al asumir responsabilidad por la muerte de Saúl , este amalecita que en realidad mentía, descubría su falta
de respeto a la autoridad. David, respetó a Saúl como autoridad puesta por Dios, y por lo tanto, la actitud
del amalecita fue algo que le desagradó.
En este amalecita se manifestaba un espíritu de mentira, de orgullo y de falta de respeto a la autoridad. Al
ungido no le convenía asociarse con este amalecita. Si no respetó a Saúl, ¿quién aseguraría que este
respetaría al ungido? David dio la orden: “Vé y mátalo” El veredicto de David se basó en lo siguiente: “Tú
sangre sea sobre tu cabeza pues tu misma boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de Jehová” .
Un ungido debe eliminar cualquier relación con aquellas personas, que aunque al parecer activos, tienen
motivaciones equivocadas
La Endecha 2 S.1: 17-27

El dolor de David fue sincero y profundo. Elaboró una canción para expresar la profundidad de su
sentimiento. La cual se escribió en el libro de Jaser
El libro de Jaser y en hebreo (Yashar), el cual significa el Libro del Íntegro o el Libro del Hombre Justo es
un libro no canónico mencionado en la Biblia Es posible que fuera una colección de poemas épicos,
poesía hebrea y relatos históricos y que sirvió de fuente a algunos de los escritores del A.T, ya que al
parecer mantenía las tradiciones de Judá. Este libro es mencionado en Josué 10:13; 2S.1: 18

La elegía, endecha o poema fúnebre expresada por David(1:19–27), es clásico en todo el canon bíblico.
En la misma se resalta el respeto del ungido hacia Saúl y Jonatán, un rey y un príncipe caídos en batalla en
el monte Gilboa de Galilea conocido como Armagedón
La muerte de Saúl y de Jonatán le hizo estremecerse en su ser interior.
Para David esta endecha debería ser una lección para “los hijos de Judá”
La Endecha 2 S.1: 17-27
1- La exclamación (V 19)
Para el ungido, Saúl y Jonatán eran “la gloria de Israel”. Hasta los que consideramos amigos como Jonatán
y los que clasificamos enemigos como Saúl, para Dios pueden ser “la gloria” que da a su pueblo.
Y Saúl y Jonatán fueron dos valientes, que murieron con dignidad y en el desarrollo de una visión. Los
hombres y mujeres de Dios, aun con fallas y debilidades, al morir hay que darles honor de valientes.
2-El secreto (V-20)
El ungido es enfático, hay secretos que debe guardar el pueblo de Dios. Hay malas noticias que no se
deben anunciar delante de los filisteos. El mundo quiere que le digamos que ha pasado con nuestros
“valientes”. No podemos permitir que “los incircuncisos” se gocen de nuestras desgracias, de nuestras
derrotas y de nuestras pruebas.
Si se enteran que lo hagan por su cuenta. El mundo quiere saltar de gozo, cuando se entera de que algo
malo nos ha ocurrido. Seamos sabios y reservados con las cosas que son privadas para su pueblo.
3-La profecía (V21)
Galilea, tierra fértil como ninguna otra de Israel, pero alli se encuentra los montes de Gilboa que por su
La Endecha cont 2 S.1: 17-27
sequedad y aridez, allí no se cultiva ningún fruto. Notemos con que autoridad profética el ungido le habla a
los montes de Gilboa. A nosotros, la iglesia, se nos da autoridad espiritual para hablarle a los montes de los
problemas de las adversidades y de las dificultades. (Mt. 17:20; Mr. 11:23)
Consideremos esta declaración: “Porque allí fue desechado el escudo de los valientes, el escudo de Saúl, como
si no hubiera sido ungido con aceite” (1:21).
Primero, probablemente aquí es registrada alguna especie de ceremonia religiosa militar, donde antes de una
batalla los escudos eran presentados a Dios en un ceremonial religioso ungiéndolos con aceite consagrado.
Segundo, podría ser que los escudos eran mojados con aceite y aun con agua sobre su cubierta de piel; para
darles resistencia en la batalla.
Tercero, quizá después de la batalla los escudos tenían que ser limpiados con aceite de la sangre que se les
impregnaba.
No debemos ir a la batalla sin el escudo ungido. A todos Dios nos ha dado un escudo que debemos ungir. Si
ese escudo es la educación tenemos que ungirla. Si ese escudo es algún talento, tenemos que ungirlo. Si ese
escudo es alguna gracia especial, tenemos que ungirle.
La Endecha cont 2 S.1: 17-27
Al parecer, el escudo de Saúl fue desechado, a nadie le interesó, no se tomó en cuenta que había sido ungido
con aceite. ¡Cuantos escudos ungidos, ya no se les da ninguna importancia! Himnos que antes cantábamos;
ya no se cantan. Sermones que antes escuchábamos, ya no se escuchan. Vigilias y retiros que antes se tenían,
ya no se convocan. ¡Recojamos de nuevo esos escudos ungidos!
4-El reconocimiento (V22)
Hay quienes se hacen los fuertes entre los débiles, los grandes entre los pequeños, los valientes entre los
cobardes, los espirituales entre los carnales, los buenos entre los malos, los trabajadores entre los vagos.
Saúl y Jonatán median sus fuerzas entre los fuertes, su valentía entre los valientes... Personas como estas
merecen ser reconocidas. De frente atacaban a sus enemigos y en su lucha no retrocedían.
Jonatán era tremendo con su arco, cuando arrojaba las flechas daba siempre en el blanco. En la iglesia
necesitamos buenos arqueros con sus dones y ministerios. Personas que sepan arrojar bien las flechas.
Saúl era tremendo con su espada. Nunca le regresaba la misma vacía. Cuando se la hundía al enemigo, le
regresaba con prueba de su uso. (He. 4:12).
La palabra en griego de la que se traduce “eficaz” es energes y de ahí se toma la etimología para enérgico.
La Endecha cont 2 S.1: 17-27
Implica actividad, acción y eficacia. Los que usan la espada de Dios, su Palabra, reconocen que cuando
ella se mete en el corazón de alguien jamás regresará vacía. Sale y entra para cumplir su propósito.
5-La unción (V23)
Hasta el final, Jonatán fue un buen hijo que honró a un padre como Saúl. Aunque para muchos pudo ser
clasificado como malo, para Jonatán era un padre especial al cual él tenía que ser fiel.
En las buenas y en las malas estuvieron juntos. Nada debe asesorar la unión de un padre y un hijo.
A reyes se compara con reyes. Para David, Saúl y Jonatán eran águilas y leones, ligeros y fuertes.
6-La invitación (V24)
Posiblemente esto sea una alusión a la prosperidad económica que Israel experimentó bajo el reinado de
Saúl. El estado militar dirigido por él, benefició a muchos.
Ahora que estaba muerto había que recordarlo, había que llorarlo y había que mostrarle a través del
duelo el aprecio nacional. David declaró un duelo nacional. Le dio honores de héroe.
La Endecha 2 S.1: 17-27
7- El dolor (V 25,26,27)
Solo los valientes mueren en batalla. Los cobardes huyen del campo de
batalla. Saúl y Jonatán murieron con hombría. Dios está buscando
hombres verdaderos y mujeres verdaderas.
La expresión “¡Jonatán, muerto en las alturas!”, debe ser alusión a que
él murió en los altos de los montes de Gilboa. Pero, es una figura
poética que descubre que en la altura de su vida, este príncipe
amigable y fiel fue tronchado de vivir.
V 26 David encontró en Jonatán un amor ágape, espiritual no un amor
eros que solo podía conseguir en las mujeres. El amor de un verdadero amigo nadie lo puede dar.
V27 En la guerra espiritual, los hombres y mujeres que Dios usa son “armas de guerra” en el mundo
espiritual. Jonatán era un “arco” de guerra y Saúl era una “espada” de guerra. ¿Qué seremos nosotros, usted
y yo? ¿Tanques de guerra? ¿Aviones de guerra? ¿Granadas de guerra? ¿Mísiles de guerra? ¿Fusiles de
guerra? ¿Submarinos de guerra?... Nosotros podemos ser armas de guerra que Dios use para infligir daño
en el ejército enemigo.

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