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SUMA DE
TEOLOGÍA
II
PARTE I-II
COLABORADORES
Ángel Martínez • Donato González • Luis
López de las Heras • Jesús M. Rodríguez
Arias • Rafael Larrañeta • Victorino Rodrí-
guez • Antonio Sanchís • Esteban Pérez • An-
tonio Osuna • Niceto Blázquez • Ramón Her-
nández
SEGUNDA EDICIÓN
1. ARISTÓTELES, c.6 n.15 (BK 1106b36): S. TH., lect.7. 2. L.2 c.53 (DD 1,165). 3. De
div. nom. c.4 § 32: MG 3,733. 4. ARISTÓTELES, c.13 n.20 (BK 1103a7): S. TH., lect.20.
444 Tratado de las virtudes en general C.58 a.2
5. ARISTÓTELES, c.1 n.2 (BK 192b21): S. TH., lect.1. 6. L.4 c.21: ML 41,128; 1.22 c.24:
ML 41,789. 7. ANDRÓNICO DE RODAS, De affectibus, en ARNIM, Fragmenta v.3 c.5 § 7. Cf.
también DIÓGENES LAERCIO, en ARNIM, ib.; STOBEO, en ARNIM, ib.; CLEMENTE DE ALEJAN-
DRÍA, Strom. II, en ARNIM, ib. Puede verse 2-2 q.137 a.1 sed cont. 8. C.6: ML 32,876.
9. ARISTÓTELES, c.13 n.4 (BK 1134b21): S. TH., lect.11. 10. ARISTÓTELES, c.6 n.15 (BK
1106b36): S. TH., lect.7.
a Sea exacta o no esta correspondencia que señala Santo Tomás aquí y en el comentario
al II Ethic. lect.1, entre la doble significación del término mos latino y el distinto término grie-
go éthos y êthos, lo cierto es que una cosa es el modo de ser adquirido o hábito, que viene a
ser como una segunda naturaleza; y otra cosa es el modo de ser o carácter natural del hombre.
Piensa RAMÍREZ (Filosofía y filología: Arbor n.119 [1955] p.21) que el latín clásico traducía el
éthos griego por consuetudo, y el éthos griego por mos. Se trataría de la distinción entre propen-
sión natural (éthos, mos) y propensión adquirida (êthos, consuetudo). Los editores leoninos de los
comentarios de Santo Tomás a la Etica de Aristóteles recogen y aceptan otra interpretación:
mos es sinónimo de consuetudo, y la diferencia entre éthos y êthos está en que éthos significa la ope-
ración y êthos significa la cualidad engendrada en el alma por la operación; de modo que, así
como la palabra éthos da origen a la palabra êthos, así la operación da origen a la cualidad (Sen-
tentia Libri Ethicorum [Romae 1969] p.77 nota).
C.58 a.2 Distinción entre las virtudes morales e intelectuales 445
16
virtud intelectual, según se dice en el li- Filósofo que la razón impera al apetito
bro VI Ethic.11 Luego la virtud moral con dominio político, es decir, al modo
no se distingue de la intelectual. como el hombre gobierna a subditos li-
bres que tienen derecho a contradecir en
En cambio, se dice en el libro I
Ethic.12: Las virtudes se distinguen según esta algunas cosas. Por eso dice San Agustín,
diferencia: en que unas son intelectuales y Super Psal.17, que a veces el entendimiento
otras morales. señala el camino y se retarda o no sigue el
afecto, hasta tal punto, que a veces las pa-
Solución. Hay que decir: La razón es siones o los hábitos de la parte apetitiva
el primer principio de todas las obras impiden el uso de la razón en particular.
humanas. Los demás principios que con- Y en este sentido es en parte verdad lo
curren a su realización obedecen de al- que dijo Sócrates, que existiendo ciencia
gún modo a la razón, aunque de diversa no se peca, suponiendo que esto se ex-
manera. Efectivamente, unos obedecen a tienda hasta el uso de la razón en lo ele-
la razón en total disponibilidad, sin re- gible particular b .
sistencia alguna, como ocurre con los Así, pues, para que el hombre obre
miembros del cuerpo siempre que estén bien se requiere no sólo que esté bien
en su vigor natural, pues al imperio de dispuesta la razón por el hábito de la
la razón, la mano o el pie se ponen in- virtud intelectual, sino que también esté
mediatamente en movimiento, y así dice bien dispuesta la facultad apetitiva por el
el Filósofo, en el libro I Polit.13, que el hábito de la virtud moral. Por consi-
alma rige al cuerpo con imperio despótico, es guiente, así como se distingue el apetito
decir, como el señor al esclavo, que no de la razón, así se distingue también la
tiene derecho a desobedecer. Así, pues, virtud moral de la virtud intelectual. Por
algunos defendieron que todos los prin- lo que, así como el apetito es principio
cipios activos que existen en el hombre del acto humano en cuanto que participa
obedecen de este modo a la razón. Si de algún modo de la razón, así el hábito
ello fuese verdad, para obrar bien basta- moral es virtud humana en cuanto que
ría que la razón fuese perfecta. Y como se conforma con la razón.
la virtud es el hábito que nos perfeccio-
na para obrar bien, se seguiría que no Respuesta a las objeciones: 1. A la
existiría más que en la razón y, por lo primera hay que decir: San Agustín toma
tanto, que no existiría más virtud que la el arte en el sentido general de cualquier
intelectual. Tal fue la opinión de Sócra- razón recta, y, en este sentido, dentro
tes, que dijo que todas las virtudes son pru- del arte se incluye también la prudencia,
dencias, según se dice en el libro VI que es la recta razón de lo agible, como
Ethic.14 Sostenía, en consecuencia, que el arte es la recta razón de lo factible.
el hombre de ciencia no podía pecar, Según esto, lo que dice de que la virtud
sino que todo hombre que pecaba, peca- es el arte de bien vivir conviene esen-
ba por ignorancia15. cialmente a la prudencia, y, por partici-
Pero esto procede de un falso supues- pación, a las demás virtudes, en cuanto
to, porque la parte apetitiva no obedece dirigidas por la prudencia.
a la razón en total disponibilidad, sino 2. A la segunda hay que decir: Esas de-
con cierta resistencia, por lo cual dice el finiciones, quienquiera que las haya da-
11. ARISTÓTELES, c.13 n.4 (BK 1144b21): S. TH., lect.11. 12. ARISTÓTELES, c.13 n.20
(BK 1103a3): S. TH., lect.20. 13. ARISTÓTELES, c.2 n.11 (BK 1254b4): S. TH., lect.3.
14. ARISTÓTELES, c.13 n.3 (BK 1144b19): S. TH., lect.11. 15. Cf. ARISTÓTELES, Eth. 1.7 c.2
n.1 (BK 1145b23): S. TH., lect.2 y PLATÓN, Protag. (352 B; 355 A; 357 B). 16. ARISTÓTE-
LES, c.2 n.11 (BK 1254b5): S. TH., lect.3. 17. Enarr. in Psalm. salmo CXVIII, serm. 8 sobre
v.20: ML 37,1522.
b En la nota (b) de la cuestión 56 queda referida esta fuente del principado político de la vo-
luntad. Santo Tomás reconoce de buen grado la parte de verdad de la posición socrática: No
todo pecado es ignorancia, pero no se da pecado sin ignorancia de juicio práctico, obnubilado
por la pasión. A Santo Tomás le venían a la mente no sólo las citas de San Agustín, sino tam-
bién las de San Pablo. Puede verse el comentario Ad Rom. 7 lect.3.
446 Tratado de las virtudes en general C.58 a.3
c
do , tuvieron su origen en la concepción porque no versan sobre las pasiones, so-
socrática de la virtud, y han de explicar- bre las que versa principalmente la vir-
se conforme a lo que se ha dicho del tud moral. Luego la división de la vir-
arte (ad 1). tud en virtudes intelectuales y morales
3. Vale la misma respuesta para la no es suficiente.
tercera. En cambio, dice el Filósofo, en el li-
4. A la cuarta hay que decir: La recta bro II Ethic.19, que la virtud es doble: una
razón, propia de la prudencia, se pone intelectual y otra moral.
en la definición de la virtud moral, no
como parte de su esencia, sino como Solución. Hay que decir: La virtud hu-
algo participado en todas las virtudes mana es un hábito que perfecciona al
morales, en cuanto que la prudencia di- hombre para obrar bien. Ahora bien, en
rige todas las virtudes morales. el hombre hay un doble principio de ac-
tos humanos, a saber, el entendimiento
o razón, y el apetito, pues éstos son los
ARTICULO 3 dos motores que hay en el hombre, se-
¿Es adecuada la división de la virtud gún se dice en el libro III De anima20.
en intelectual y moral? Por consiguiente, es necesario que toda
virtud humana perfeccione a uno de es-
In Ethic. 2 lect.1. tos principios. Si perfecciona, pues, al
Objeciones por las que parece que la entendimiento, especulativo o práctico,
división de la virtud humana en virtud para el bien obrar del hombre, será una
moral y virtud intelectual no es sufi- virtud intelectual; y, si perfecciona la
ciente. parte apetitiva, será una virtud moral.
1. La prudencia parece ser algo me- Resulta, por tanto, que toda virtud hu-
dio entre la virtud moral y la virtud in- mana o es intelectual o es moral.
telectual, pues en el libro VI Ethic.18 se Respuesta a las objeciones: 1. A la
la enumera entre las virtudes intelectua- primera hay que decir: La prudencia, según
les, y también la enumeran comúnmente su esencia, es una virtud intelectual.
todos entre las cuatro virtudes cardina- Pero, en cuanto a su materia, conviene
les, que son virtudes morales, según se con las virtudes morales, ya que es la
verá más adelante (q.61 a.1). Luego la recta razón de lo agible, según se ha di-
división de la virtud en intelectual y mo- cho anteriormente (q.57 a.4), y en este
ral no procede adecuadamente como in- aspecto se enumera entre las virtudes
mediata. morales.
2. La continencia y la perseverancia, 2. A la segunda hay que decir: La con-
lo mismo que la paciencia, no se cuentan tinencia y la perseverancia no son per-
entre las virtudes intelectuales. Pero fecciones del apetito sensitivo, como
tampoco son virtudes morales, porque consta por el hecho de que en el hombre
no guardan el medio en las pasiones, continente y perseverante sobreabundan
sino que más bien son intensas en ellas pasiones desordenadas, lo cual no ocu-
las pasiones. Luego la división de la vir- rriría si el apetito sensitivo estuviese
tud en virtudes intelectuales y morales perfeccionado con algún hábito que lo
no es suficiente. conformase a la razón. Pero la continen-
3. La fe, la esperanza y la caridad cia, como también la perseverancia, es
son virtudes. Pero no son virtudes inte- una perfección de la parte racional, que
lectuales, ya que éstas son sólo cinco, a resiste a ser arrastrada por las pasiones.
saber, la ciencia, la sabiduría, el entendi- Sin embargo, no alcanza la condición de
miento, la prudencia y el arte (q.57 virtud, porque la virtud intelectual que
a.2.3.5). Tampoco son virtudes morales, dispone bien a la razón respecto de los
18. ARISTÓTELES, c.3 n.1 (BK 1139b16); c.5 n.8 (BK 1140b28): S. TH., lect.3.4; cf. 1.1 c.13
n.20 (BK 1103a3): S. TH., lect.20. 19. ARISTÓTELES, c.1 n.1 (BK 1103a14): S. TH., lect.1.
20. ARISTÓTELES, c.10 n.1.3 (BK 439a9; 439a21): S. TH., lect.15.
21. ARISTÓTELES, c.1 n.4 (BK 1145b1); c.9 n.6 (BK 1151b32): S. TH., lect.1.9. 22. Rhe-
tor. 1.2 c.53 (DD 1,165). 23. C.1: ML 76,212.
448 Tratado de las virtudes en general C.58 a.5
bien lo presupone la prudencia, que es la virtud intelectual puede existir sin la vir-
recta razón de lo agible. tud moral.
Respuesta a las objeciones: 1. A la 1. La perfección de lo anterior no
primera hay que decir: La inclinación natu- depende de la perfección de lo posterior.
ral en las cosas que carecen de razón se Pero la razón es anterior al apetito sensi-
realiza sin elección, y por eso no requie- tivo y motor del mismo. Luego la vir-
re necesariamente razón. Pero la inclina- tud intelectual, que es una perfección de
ción de la virtud moral es por elección, la razón, no depende de la virtud moral,
y, por tanto, para su perfección necesita que es una perfección de la parte apetiti-
que la razón esté perfeccionada por la va; puede, por tanto, darse sin ella.
virtud intelectual. 2. Lo moral es la materia de la pru-
2. A la segunda hay que decir: En el dencia, como lo factible es la materia del
hombre virtuoso no es necesario que sea arte. Pero el arte puede existir sin que
vigoroso el uso de la razón en todos los exista su propia materia, como existe el
órdenes, sino tan sólo respecto de aque- herrero sin el hierro. Luego también la
llo que se ha de obrar virtuosamente. Y prudencia puede existir sin las virtudes
en este sentido el uso de la razón se da morales, a pesar de ser, entre todas las
en todos los virtuosos. De ahí que tam- virtudes intelectuales, la más vinculada,
bién aquellos que parecen simples, por según parece, a las virtudes morales.
carecer de astucia mundana, pueden ser 3. La prudencia es la virtud de aconsejar
prudentes, conforme aquello de Mt bien, según se dice en el libro VI Ethic.27
10,16: Sed prudentes como serpientes y sim- Pero hay muchos que aconsejan bien,
ples como palomas. aunque carezcan de virtudes morales.
3. A la tercera hay que decir: La incli- Luego la prudencia puede existir sin vir-
nación natural al bien de la virtud es tud moral.
una incoación de la virtud, pero no vir- En cambio, querer hacer el mal se
tud perfecta. Tal inclinación, cuanto más opone directamente a la virtud moral,
fuerte es, tanto más peligrosa puede re- pero no se opone a aquello que puede
sultar, a no ser que medie la recta razón existir sin la virtud moral. Ahora bien,
por la cual se realice la recta elección de pecar queriendo se opone a la prudencia,
los medios convenientes para el fin debi- según se dice en el libro VI Ethic.28
do; así como el caballo en carrera, si es Luego la prudencia no puede darse sin
ciego, cuanto más corre tanto más vio- la virtud moral.
lentamente tropieza y se daña. Por eso, Solución. Hay que decir: Las demás
aunque la virtud moral no sea la recta virtudes intelectuales pueden existir sin
razón, como decía Sócrates24, sin embar- la virtud moral, pero la prudencia no
go, no sólo es según la recta razón, en puede existir sin la virtud moral. La ra-
cuanto que inclina a aquello que es con- zón de ello es porque la prudencia es la
forme a la recta razón, como afirmaron recta razón de lo agible, no sólo en ge-
los platónicos25, sino que es necesario neral, sino también en los casos particu-
también que se dé con razón recta, tal lares, donde se realizan las acciones.
como dice Aristóteles en el libro VI Ahora bien, la recta razón preexige unos
Ethic.26 principios de los que procede en su ra-
ciocinio. Pero es necesario que la razón
ARTICULO 5 sobre los casos particulares proceda no
sólo de los principios universales, sino
¿Puede darse la virtud intelectual sin también de los principios particulares.
la moral? En cuanto a los principios universales
de lo agible, el hombre está bien dis-
Infra q.65 a.1; In Ethic. 6 lect.10; De virt. card. a.2;
Quodl. 12 q.15 a.1. puesto por el entendimiento natural de
los principios, mediante el cual conoce
Objeciones por las que parece que la que nunca se ha de hacer el mal, o tam-
24. Cf. ARISTÓTELES, Eth. 1.6 c.13 n.3 (BK 1144b19): S. TH., lect.11. 25. Cf. PLATÓN,
Meno c.41. Y otra referencia en S. TH., In Ethic. 1.6 lect.2. 26. ARISTÓTELES, c.13 n.5 (BK
1144b21). 27. ARISTÓTELES, c.5 n.1 (BK 1140a25); c.7 n.6 (BK 111b10): S. TH., lect.4.6.
28. ARISTÓTELES, c.5 n.7 (BK 1140b22): S. TH., lect.4.
C.58 a.5 Distinción entre las virtudes morales e intelectuales 449
1. ARISTÓTELES, c.10 n.3 (BK 14b33). 2. In Luc. 1.5 sobre 6,20: ML 15,1738.
5. ARISTÓTELES, c.3 n.4 (BK 1123B30): S. TH., lect.8. 6. In Evang. 1.1 hom. 7: ML
76,1103. 7. L.2 c.53-54 (DD 1,165). 8. Cf. S. AMBROSIO, De off. minist. 1.1 c.36: ML
16,82; S. AGUSTÍN, De mor. Eccl. cathol. 1.1 c.15: ML 32,1322; S. GREGORIO, Moral. 1.22 c.1:
ML 76,212. 9. Cf. SÉNECA, Ad Lucilium epist. 67 (DD 651).
466 Tratado de las virtudes en general C.61 a.4
placeres del tacto; y se llama fortaleza a que es la recta razón de lo agible; la se-
la que causa firmeza ante los peligros de gunda, esto es, el elegir, parece pertene-
muerte. cer a la templanza, por la que uno no
Y así cesan también todas las objeciones: obra por pasión, sino por elección, re-
porque si otras virtudes pueden ofrecer frenando las pasiones; la tercera, el que
otros modos de principalidad, éstas, sin uno obre por el fin debido, alude a una
embargo, se llaman principales por ra- cierta rectitud, que parece pertenecer a
zón de la materia, según queda dicho la justicia; la última, esto es, la firmeza e
(sol.). inmovilidad, pertenece a la fortaleza.
Luego cualquiera de estas virtudes es
ARTICULO 4 condición general de todas las virtudes.
Luego no se distinguen entre sí.
¿Se distinguen entre sí las cuatro En cambio, dice San Agustín, en el
virtudes cardinales? libro De moribus Eccles.14, que la virtud es
In Sent. 3 d.33 q.1 a.1 q.a3; In Ethic. 2 lect.8; De vir- cuádruple debido al efecto vario del amor, y a
tut. a. 12 ad 23; De virt. card. a.1 ad 1. continuación habla de las cuatro antedi-
chas virtudes. Luego esas cuatro virtu-
Objeciones por las que parece que
des son distintas entre sí.
las cuatro antedichas virtudes no son
virtudes diversas ni distintas entre sí. Solución. Hay que decir: Según se ha
1. Dice San Gregorio, en el libro dicho anteriormente (a. 3), las antedichas
XXII Moral.10, que la prudencia no es ver- cuatro virtudes son tomadas en dos
dadera si no es justa, templada y fuerte; ni es acepciones por los diversos autores.
perfecta la templanza si no es fuerte, justa y Unos 15 las toman en cuanto significan
prudente; ni es íntegra la fortaleza si no es ciertas condiciones generales del alma
prudente, templada y justa; ni es verdadera la humana, que se encuentran en todas las
justicia si no es prudente, fuerte y templada. virtudes, de modo que la prudencia no
Pero esto no ocurriría si las dichas cua- es otra cosa que cierta rectitud de discre-
tro virtudes fuesen distintas entre sí, ción en toda clase de actos y de mate-
pues las diversas especies de un mismo rias; la justicia, cierta rectitud de alma
género no se denominan mutuamente. por la que el hombre obra lo que debe
Luego dichas virtudes no se distinguen en cualquier materia; la templanza, cierta
entre sí. disposición del alma que modera cual-
2. Tratándose de cosas distintas en- quier pasión u operación, para que no
tre sí, lo que es propio de una no se traspasen los límites debidos; la fortale-
atribuye a otra. Pero lo que es de la za, cierta disposición del alma por la que
templanza se atribuye a la fortaleza, pues se afianza en lo que es conforme a la ra-
dice San Ambrosio, en el libro I De of- zón frente a cualquier ímpetu pasional o
fic. 11: Con razón se habla de fortaleza cuando al cansancio de las operaciones. Ahora
cada uno se vence a sí mismo, y no se deja bien, estas cuatro condiciones distingui-
ablandar y doblegar por ningún atractivo. Y das de este modo no importan diversi-
de la templanza también dice 12 que guar- dad de hábitos virtuosos en cuanto a la
da la medida u orden en todas las cosas que justicia, la templanza y la fortaleza. En
juagamos que han de ser hechas o dichas. efecto, a cualquier virtud moral, por el
Luego parece que estas virtudes no son hecho de ser hábito, le corresponde cier-
distintas entre sí. ta firmeza, para no dejarse mover en
3. Dice el Filósofo, en el libro II contrario, lo cual se ha dicho que perte-
Ethic.13, que para la virtud se requieren nece a la fortaleza. Por ser virtud, ha de
estas cosas: primero, que sepa lo que hace; ordenarse al bien, en lo cual va implícita
segundo, que elija, y que elija por un fin deter- la razón de rectitud o débito, que se de-
minado; tercero, que se mantenga firme e in- cía pertenecer a la justicia. Por ser vir-
móvil en el obrar. Pero la primera condi- tud moral que participa de la razón ha
ción parece pertenecer a la prudencia, de mantener el modo de la razón en
10. C.1: ML 76,212. 11. C.36: ML 16,82. 12. C.24: ML 16,62. 13. ARISTÓTE-
LES, c.4 n.3 (BK 1105a31): S. TH., lect.4. 14. C.15: ML 32,1322. 15. A esta opinión se
refiere S. ALBERTO MAGNO, Summa de bono, quien la atribuye a Felipe Canciller.
C.61 a.5 Sobre las virtudes cardinales 467
todo sin extralimitarse, que se decía per- para mantenerse firme frente a los ímpe-
tenecer a la templanza. Tan sólo el tener tus de las delectaciones, pues, como dice
discreción, que se atribuía a la pruden- Tulio Cicerón, en el libro I De offic.17,
cia, parece distinguirse de las otras tres no es razonable que quien no se doblega por el
condiciones, en cuanto que esto pertene- miedo, sea vencido por la concupiscencia; ni
ce a la misma razón por esencia, mien- que sea vencido por el placer quien se muestra
tras que las otras tres condiciones im- invicto en el trabajo.
portan cierta participación de la razón, a 2. A la segunda hay que decir: Por lo
modo de cierta aplicación a las pasiones dicho ya es clara la respuesta a la segun-
u operaciones. Así, pues, según esto, la da objeción, pues la templanza guarda la
prudencia sería virtud distinta de las moderación en todo, y la fortaleza man-
otras tres; mas las otras tres no serían tiene el ánimo inflexible contra el atrac-
virtudes distintas entre sí, pues es claro tivo de los placeres, bien en cuanto que
que una misma e idéntica virtud es hábi- estas virtudes significan ciertas condicio-
to y es virtud y es moral. nes generales de las virtudes, bien por
Otros16, en cambio, con más acierto, redundancia, según queda explicado.
toman estas cuatro virtudes en su deter- 3. A la tercera hay que decir: Aquellas
minación a materias especiales, de modo cuatro condiciones generales de las vir-
que cada una de ellas se concreta en una tudes que señala el Filósofo no son pro-
materia en la que es de alabar principal- pias de las virtudes de que estamos ha-
mente aquella condición general que da blando, aunque pueden apropiarse a
nombre a la virtud, conforme se ha di- ellas conforme se ha explicado (sol.).
cho anteriormente (a.3). Y en este aspec-
to es manifiesto que dichas virtudes son
hábitos diversos, distintos según la di- ARTICULO 5
versidad de objetos. ¿Se dividen convenientemente las
Respuesta a las objeciones: 1. A la virtudes cardinales en virtudes
primera hay que decir: San Gregorio habla políticas, purgativas, de alma
de las cuatro virtudes mencionadas se- purificada y ejemplares?
gún la primera acepción. O también In Sent. 3 d.33 q.1 a.4 ad 2; d.34 q.1 a.1 obj.6; De
puede decirse que estas cuatro virtudes verit. q.26 a.8 ad 2.
se intercambian la denominación por
cierta redundancia, pues lo que es pro- Objeciones por las que parece que
pio de la prudencia redunda en las otras estas cuatro virtudes no se dividen con-
virtudes en cuanto que están dirigidas venientemente en virtudes ejemplares,
por la prudencia. Y cada una de las de- de alma purificada, purgativas y políti-
más redunda en las otras en el sentido cas.
de que quien puede lo que es más difícil 1. Según dice Macrobio, en el libro
puede también lo que es menos difícil. I Super somnium Scipionis™, las virtudes
De ahí que quien puede refrenar las con- ejemplares son las que existen en la misma
cupiscencias de los placeres del tacto mente divina. Pero dice el Filósofo, en el
para que no se excedan en el modo, lo libro X Ethic.19, que es ridículo atribuir a
que es dificilísimo, se habilita por lo Dios justicia, fortaleza, templanza y pruden-
mismo para refrenar la audacia de cara a cia. Luego estas virtudes no pueden ser
los peligros de muerte, para que no aco- ejemplares.
meta inmoderadamente, lo cual es mu- 2. Se llaman virtudes de alma purifi-
cho más fácil, y en este sentido se habla cada las que existen sin pasiones, pues
de fortaleza temperada. A su vez, se dice dice Macrobio 20 que es propio de la tem-
que la templanza es fuerte por la redun- planza de alma purificada no reprimir las
dancia de la fortaleza en ella, en el senti- concupiscencias terrenas, sino olvidarlas total-
do de que quien tiene, por la fortaleza, mente; y de la fortaleza, ignorar las pasiones,
el ánimo firme frente a los peligros de no vencerlas. Ahora bien, se ha dicho an-
muerte, cosa dificilísima, está habilitado teriormente (q.59 a.5) que estas virtudes
16. ARISTÓTELES, Eth. 1.2 c.7 n.2 (BK 1107a33); cf. también CICERÓN, De iuvent. l.2 c.53
(DD 1,165). 17. C.20 (DD 4,441). 18. C.8 (DD 33). 19. ARISTÓTELES, c.8 n.7 (BK
1178b10): S. TH., lect.12. 20. In somn. Scipion. l.1 c.8 (DD 33).
468 Tratado de las virtudes en general C.61 a.5
no pueden darse sin pasiones. Luego las cumplimiento de la ley eterna en sus
virtudes cardinales no pueden ser virtu- obras, tal como dijo Plotino27.
des de alma purificada. Y dado que el hombre es por natura-
3. Llama purgativas21 a las virtudes leza animal político, estas virtudes, en
de aquellos hombres que con cierta huida cuanto que existen en el hombre según
de las cosas humanas se entregan exclusiva- la condición de su naturaleza, se llaman
mente a las divinas. Pero esto parece vicio- políticas, por cuanto el hombre mediante
so, pues dice Tulio Cicerón, en el libro estas virtudes se comporta rectamente en
I De offic.22, que a quienes dicen despreciar las actividades humanas. En tal sentido
lo que la mayoría admira, el poder y la ma- hemos hablado de estas virtudes hasta
gistratura, pienso que no sólo no se les ha de aquí.
alabar, sino que más bien se les ha de vitupe- Pero como pertenece también al hom-
rar. Luego no hay virtudes purgativas. bre tender cuanto puede a las cosas divi-
4. Llama virtudes políticas23 a aque- nas, según dice también el Filósofo, en
llas por las que los buenos varones trabajan el libro X Ethic.28, y nos lo recomienda
por el bien de la república y por la seguridad de muchas maneras la Sagrada Escritura,
de la ciudad. Pero al bien común tan sólo como aquel pasaje de Mt 5,48: Sed perfec-
se ordena la justicia legal, según dice tos como vuestro Padre celestial es perfecto, es
Aristóteles, en el libro V Ethic.24 Luego, necesario poner algunas virtudes medias
las otras virtudes no deben llamarse po- entre las políticas, que son virtudes hu-
líticas. manas, y las ejemplares, que son virtu-
des divinas. Estas virtudes intermedias
En cambio, dice Macrobio en el lu- se distinguen según la diversidad que
gar citado25: Platino, príncipe con Platón hay entre el movimiento y el término.
entre los maestros de filosofía, dice que «son Es decir, que unas son las virtudes de
cuatro los géneros de las virtudes cuaternas. los que están en camino tendiendo a la
Las primeras de ellas se llaman políticas; las semejanza divina, y se llaman virtudes
segundas, purgativas; las terceras, de alma purgativas. Entonces, la prudencia, me-
purificada; las cuartas, ejemplares». diante la contemplación de las cosas di-
vinas, se desentiende de todas las cosas
Solución. Hay que decir: Como dice mundanas, y dirige todo el pensamiento
San Agustín, en el libro De moribus Ec- del alma a Dios; la templanza abandona,
cles. 26, es necesario que el alma vaya en pos de en cuanto lo permite la naturaleza, los
algo para que pueda nacer en ella la virtud; y cuidados que pide el cuerpo; la fortaleza
esto es Dios, cuyo seguimiento nos hace vivir hace que el alma no tema abandonar el
bien. Es necesario, por tanto, que el cuerpo y elevarse a las cosas superiores;
ejemplar de la virtud humana preexista y la justicia hace que el alma consienta
en Dios, lo mismo que en El preexisten totalmente seguir el camino de tal pro-
las razones de todas las cosas. Así, pues, pósito. Otras son las virtudes de los que
la virtud puede ser considerada en cuan- ya han conseguido la semejanza divina,
to existiendo ejemplarmente en Dios; y, y éstas se llaman virtudes del alma ya pu-
en este sentido, se habla de virtudes rificada. Entonces la prudencia se ocupa
ejemplares, de modo que la misma mente tan sólo en contemplar las cosas divinas;
divina se llame en Dios prudencia; tem- la templanza desconoce los deseos terre-
planza, la conversión de la intención di- nos; la fortaleza ignora las pasiones; la
vina sobre sí mismo, al modo como en justicia, imitando la mente divina, se
nosotros entendemos por templanza la asocia con ella en alianza perpetua. Se
conformidad del apetito concupiscible trata de las virtudes de los bienaventura-
con la razón; la fortaleza de Dios es su dos, o de algunas personas muy perfec-
inmutabilidad; y la justicia de Dios es el tas de este mundo b .
21. MACROBIO, In somn. Scipion. l.1 c.6 (DD 32). 22. C.21 (DD 4,441). 23. MACRO-
BIO, In somn. Scipion. l.1 c.6 (DD 32). 24. ARISTÓTELES, c.1 n.13 (BK 1129b15). 25. In
somn. Scipion. 1.1 c.8 (DD 32). 26. C.6: ML 32,1314. 27. Cf. MACROBIO, In somn. Sci-
pion. 1.1 c.8 (DD 34). 28. ARISTÓTELES, c.7 n.8 (BK 1177b26): S. TH., lect.11.
b Santo Tomás acepta la división de Macrobio de las virtudes en políticas, purgativas, de alma
purificada y ejemplares, como otros tantos grados de perfección accidental de la virtud. El aspec-
C.61 a.5 Sobre las virtudes cardinales 469
30
Respuesta a las objeciones: 1. A la rón poco antes : Quizás haya que tener
primera hay que decir: El Filósofo habla concesiones con los que no se ocupan de la re-
de estas virtudes referidas a las cosas hu- pública, porque, dotados de excelente ingenio,
manas, por ejemplo, la justicia que versa se dedicaron a la enseñanza; y también con
sobre las compras y ventas; la fortaleza, aquellos que, por su débil salud o impedidos
que versa sobre los temores, y la tem- por alguna causa más grave, se retiraron de la
planza que versa sobre las concupiscen- vida pública, cediendo a otros el poder y la
cias; pues en este sentido es ridículo atri- gloria de su administración. Lo cual con-
buirlas a Dios. cuerda con aquello que dice San Agus-
2. A la segunda hay que decir: Las vir- tín, en el libro XIX De civ. Dei31: La ca-
tudes humanas, es decir, las virtudes de ridad de la verdad busca el ocio santo; la nece-
los hombres que viven en este mundo, sidad de la caridad asume el negocio justo. Si
versan sobre las pasiones. Pero las virtu- nadie impone esta carga, uno se ha de dedicar
des de los hombres que han conseguido a la búsqueda y contemplación de la verdad;
la plena bienaventuranza se dan sin las pero si se impone, uno ha de aceptarla por la
pasiones. Por eso dice Plotino29 que las necesidad de la caridad.
virtudes políticas suavizan las pasiones, es 4. A la cuarta hay que decir: Sólo la
decir, las reducen al medio; las segundas, justicia legal mira directamente al bien
es decir, las purgativas, las quitan; las ter- común; pero ella, por el imperio, convo-
ceras, que son las del alma purgada, las ca a todas las demás virtudes al bien co-
olvidan; en las cuartas, es decir, en las mún, según dice el Filósofo, en el libro
ejemplares, no se permite nombrarlas. Aun- V Ethic.32 Pues hay que tener en cuenta
que también pueda decirse que habla que a las virtudes políticas, tal como se
aquí de las pasiones en cuanto significan entienden aquí, pertenece no sólo obrar
ciertos movimientos desordenados. bien en orden al bien común, sino tam-
3. A la tercera hay que decir: Descui- bién respecto de las partes del bien co-
dar las cosas humanas cuando la necesi- mún, como son las familias y las perso-
dad se impone, es vicioso. En otros ca- nas en particular.
sos es virtuoso. Por eso dice Tulio Cice-
29. MACROBIO, In somn. Scipion. l.1 c.8 (DD 32). 30. De off. l.1 c.21 (DD 4,441).
31. C.19: ML 41,647. 32. ARISTÓTELES, c.1 n.15 (BK 1129b31): S. TH., lect.2.