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Con Santo Tomás, dominico, se daría el paso de las Sentencias a la Suma: es el triunfo
del sistema y la pedagogía. La estructura de la Suma es muy sencilla: en un esquema
circular se habla de la salida de Dios de sí mismo al mundo y al hombre, y de nuevo
vuelta hacia Dios a través de Cristo comprendido como camino. Se trata del esquema
neoplatónico del ‘exitus-reditus’. Y no podemos hablar de Tomás de Aquino sin
mencionar a su oponente, San Buenaventura, de la escuela franciscana, más pendiente
de una teología cordial, de una teología que tiene más de sabiduría humanan y divina
que de ciencia positiva.
Otra figura destacada en este momento histórico es la de Bernardo de Claraval (S. XI-
XII), que en 1113 entra en Citeaux, el nuevo monasterio cisterciense fundado en 1098
para vivir la Regla de san Benito reformada. En 1115 es enviado a fundar en Claraval
(‘Clairvaux’), monasterio del que será abad hasta su muerte. Personaje controvertido y
crítico, predicó con no poca pasión la segunda Cruzada. Entre sus fuentes, a parte de la
Escritura, hay que señalar Agustín y Gregorio Magno o Casiano. Su obra maestra es
Sermones sobre el Cantar de los Cantares, enmarcada dentro de la así llamada ‘mística
nupcial’.
1
CF. CORDOVILLA, Á., El ejercicio de la teología, o.c., pp. 241-45.
2
Cf. ANDÍA, YSABEL DE, Homo Viator. Antropología del camino espiritual, Madrid: BAC, 2017, p. 66.
II. HISTORIA: AUTORES EN SUS TEXTOS 2. ESPIRITUALIDAD DEL MEDIEVO ‐ 114
Para Bernardo teólogo es el que ha gustado la bondad de Dios y sabe hacérsela gustar a
los demás. La suya es una teología monástica apoyada en la experiencia, frente a la
teología de escuela de carácter más especulativo. Se le ha llamado el ‘doctor melifluo’.
La Humanidad de Cristo, con los misterios de la Encarnación, Nacimiento y Pasión,
constituye uno de los grandes legados de san Bernardo a la espiritualidad occidental.
Y aunque tiene la reputación de ser ‘doctor mariano’, la debe sobre todo a textos que le
han sido atribuidos por error. Él mismo se opuso a la doctrina de la Inmaculada
concepción de María. He aquí un ejemplo de la retórica encendida que usaba en sus
sermones, y que ha perdurado hasta nuestros días: “Si se levantan los vientos de las
tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la estrella, invoca a
María. Si eres agitado por las ondas de la soberbia, mira a María. En los peligros, en las
angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca,
no se aparte de tu corazón…”
En uno de sus sermones sobre los Cantares afirmaba: “Si tienes cordura, te mostrarás
concha, y no canal. El canal despide el agua fuera de sí casi al recibirla, la concha no la
vierte sino al estar ya llena; entonces comunica lo sobrante sin perjuicio de sí misma…
Abundan hoy en la iglesia de Dios los canales y escasean las conchas”.
-SAN BERNARDO, Sermones sobre el Cantar de los Cantares, Madrid: BAC, 1987.
-CAVALLERA, F. “Bernard”, en: Ditionnaire de spiritualité ascétique et mystique,
Beauchesne: Paris, 1932-1995, vol. II, 1454-1502.
-PABLO MAROTO, D., Historia de la espiritualidad cristiana, Madrid: Editorial de
Espiritualidad, 1990.