CAPÍTULO 26 Venografía 307
El abordaje transhepático transcutáneo es una técnica directa útil
Figura 26.20 Venograma transhepático que muestra defectos de llena-
do atribuibles a trombos en la vena mesentérica pequeña, la vena pul-
monar principal, la vena pulmonar derecha y la vena pulmonar izquierda.
(De Ozkan U, Oguzkurt L, Tercan F, Tokmak N: Percutaneous transhe-
patic thrombolysis in the treatment of acute portal venous thrombosis.
Diagn Interv Radiol. 2006;12:105-107.)
Figura 26.21 La venografía de control después de la angioplastia con
balón y la infusión de activador de plasminógeno tisular recombinante
muestra una reducción de 90 % del trombo en la vena mesentérica su-
perior y la vena porta principal, aunque todavía hay trombos prominen-
tes en la rama de la vena pulmonar izquierda. (De Ozkan U, Oguzkurt
L, Tercan F, Tokmak N. Percutaneous transhepatic thrombolysis in
the treatment of acute portal venous thrombosis. Diagn Interv Radiol.
2006;12:105-107.)
La fase venosa de una inyección de AMS proporciona la visuali-
zación del drenaje mesentérico superior en el sistema venoso portal.
Después de lograr el acceso arterial, se avanza un catéter 5 F Simmons
1 hacia la aorta. Una vez que a la punta se le ha dado forma para que
esté orientada en dirección caudal, el catéter se manipula en el orificio
de la AMS. El medio de contraste de fuerza media inyectado a mano
es útil para confirmar la colocación del catéter. La inyección de mate-
rial de contraste con un inyector de potencia es útil para mejorar las
imágenes. Un protocolo de inyección de 5 ml/s para un total de 10
ml es apropiado. Las imágenes de la fase venosa se logran retrasando
la adquisición hasta después de la inyección o continuando la imagen
una vez que se ha completado la fase arterial.
para el acceso al sistema venoso portal. Bajo la guía ecográfica, la piel
se marca en el punto donde la vena porta derecha y la vena hepática
derecha se alinean en un plano con la vena porta más cerca de la sonda
de ecografía. Mediante el uso de una técnica aséptica, la vena porta
derecha se punza con una aguja de calibre 18. Después de la obtención
de imágenes, se ha demostrado que la vena mesentérica superior permite
la trombólisis, la angioplastia y la colocación de stent en un grupo de
pacientes muy selecto.58
El abordaje intrahepático transyugular de la venografía portal se
popularizó en la década de 1960 por Rösch, que modificó la técnica de
la biopsia hepática y desarrolló la técnica de derivación portosistémica
intrahepática transyugular.59-62 La derivación portosistémica intrahe-
pática transyugular se realiza mejor bajo anestesia general o sedación
intravenosa intensa. Una funda introductora de 10 F se coloca a través
de la vena yugular interna derecha en la VCI. Se utiliza un catéter
angiográfico curvado para seleccionar una vena hepática, y la punta
de la funda se introduce luego en la vena hepática. Se pasa una aguja
transyugular Colapinto de calibre 16 y 55 cm desde la vena hepática a
través del parénquima hepático a una rama de la vena porta. Se coloca
un alambre guía extrarrígido Amplatz de 0,035 pulgadas en la vena
mesentérica superior y se cambia la aguja por un catéter de angiografía
5 F. Se realiza venografía de la porta luego a través de un catéter de diag-
nóstico de agujeros múltiples colocado en la vena porta.63 Se ha llevado
a cabo rutinariamente la embolización angiográfica postdiagnóstico de
la vía formada, aunque esto está cambiando.
Interpretación
La vena mesentérica superior se une con la vena esplénica para formar
la vena porta. En general, los métodos no invasivos de formación de
imágenes se utilizan como la modalidad de diagnóstico inicial en el
caso de la enfermedad de la vena porta o mesentérica. La visualización
indirecta del sistema portomesentérico se puede lograr durante la arte-
riografía mesentérica mediante imágenes prolongadas de la fase venosa.
Sin embargo, este método no proporciona gran detalle o acceso para
el tratamiento. Los avances en la tecnología percutánea han llevado a
un mayor uso de abordajes transyugulares y transhepáticos.57,58,64 Estos
métodos conllevan un mayor riesgo de complicaciones hemorrágicas
subcapsulares o intraabdominales, especialmente si se combinan con
terapia trombolítica.
VENOGRAFÍA DIAGNÓSTICA DEL
SÍNDROME DE BUDD-CHIARI
El flujo venoso hepático normal se produce desde las venas hepáticas
derecha e izquierda hacia la vena cava retrohepática y luego hacia la au-
rícula derecha (Fig. 26.22). El síndrome de Budd-Chiari es el resultado
de la trombosis del flujo venoso hepático, que da lugar a la hipertensión
portal y sus secuelas. El hígado se congestiona y agranda y, a medida
que progresa la congestión hepática, la función hepática se deteriora y
se produce una falla. Por razones poco claras, algunos pacientes tienen
síntomas iniciales leves, mientras que otros presentan falla hepática
fulminante y necrosis hepática masiva.65 El síndrome de Budd-Chiari
puede ser el resultado de diversas causas, incluida la obstrucción mem-
branosa de la VCI, embarazo, uso de anticonceptivos orales, tumores,