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IES Fray Diego Tadeo González Hª DEL ARTE 2º BACH

TEMA 11. ROCOCÓ, NEOCLASICISMO, ROMANTICISMO E


HISTORICISMO
1. EL ROCOCÓ
Este movimiento artístico fue originario de Francia y se desarrolló entre 1730 y 1760. Mientras
que el Barroco estaba al servicio de la burguesía y la aristocracia, el Rococó lo estaba del poder
absolutista. Es un arte al servicio de la fiesta, el lujo y la comodidad. La elegancia de las obras,
la opulencia y los colores vivos son una clara contrariedad a la oscuridad y el pesimismo que
caracterizaba al Barroco. Tras recibir críticas por su superficialidad, el Rococó deja de estar de
moda en Francia y es sustituido por el orden y la seriedad del arte Neoclásico.

Dentro de este estilo artístico destaca la decoración de interiores, sobre todo, de los palacios
reales, que es completamente asimétrica y libre y además tenía preferencia por formas
irregulares y onduladas y un gran gusto por los materiales naturales como las piedras marinas,
las formas vegetales o las conchas. La exuberancia decorativa del interior contrasta con los
exteriores que se caracterizaban por la sencillez y la simplicidad.

Entre los pintores del Rococó destaca Jean-Honoré Fragonard, uno de los artistas favoritos de
la corte de Luis XV y Luis XVI gracias a sus escenas amorosas de delicados colores, situadas a
menudo en jardines, como una de sus obras más famosas, El columpio.

2. CONTEXTO HISTÓRICO
Los límites cronológicos del Neoclasicismo no son claros y, además, coincide en el tiempo con
el Romanticismo. Sus primeros indicios se remontan a mediados del siglo XVIII, perviviendo,
aunque con diferencias según los países, hasta bien entrado el siglo XIX. Coincide con la época
de la Ilustración, la Revolución Francesa, el imperio Napoleónico, la Restauración y las
Revoluciones Burguesas. Las ideas de la Ilustración, basadas en la razón, fueron la base crítica
del Antiguo Régimen y dieron lugar a las revoluciones burguesas en Europa y América (finales
del s. XVIII y primera mitad del s. XIX). La burguesía se hizo definitivamente con el poder y
acabó con la Monarquía Absoluta, la sociedad estamental y la economía feudal. Ello supuso un
cambio importante en la clientela artística, porque la Iglesia, la nobleza y la Monarquía dejaron
de ser los clientes exclusivos del arte, para incorporarse masivamente a ellos la burguesía, que
criticará el arte barroco y rococó por estar al servicio de los poderes tradicionales y solicitará
otro tipo de obras artísticas. La burguesía francesa convirtió a París en el principal centro
artístico europeo, dejando de serlo Roma.
En este contexto histórico surgieron, primero el Neoclasicismo y después el Romanticismo, y
ambos partieron del mismo planteamiento: tomar la historia como modelo de imitación. El
neoclasicismo se basó en el mundo grecorromano y el romanticismo en el pasado medieval y
en el exotismo oriental.
El triunfo de Neoclasicismo y su identificación con el poder establecido, mantuvo al naciente
Romanticismo en una situación embrionaria durante décadas. La vinculación de la estética
neoclásica y el Imperio Napoleónico provocó como reacción, sobre todo en los territorios
centroeuropeos, la identificación de Romanticismo con las nociones de independencia nacional
y sentimiento individual. La caída de Napoleón marcó el momento de eclosión del
Romanticismo
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La Europa surgida del Congreso de Viena en el que se establece la restauración del Antiguo
Régimen, estaba lejos de los ideales románticos. Su ideario se puede resumir en los siguientes
puntos:
 El intento de restaurar el Antiguo Régimen, pretensión que no fue secundada por el
Reino Unido

 La idea de legitimismo que reafirmaba el origen divino del poder de los reyes.
 La solidaridad entre los estados, lo que implicaba la cooperación mutua a través de una
política común capaz de neutralizar los potenciales movimientos revolucionarios.
 La búsqueda de un equilibrio entre las cinco grandes potencias: Austria, Gran Bretaña,
Rusia, Prusia y Francia.
 En la reordenación de las fronteras, que habían sido alteradas por las conquistas
napoleónicas, no se tuvieron en cuenta las aspiraciones nacionalistas, tampoco los
derechos de algunos príncipes que habían sido despojados de sus tronos por los
franceses en años precedentes.

3. NEOCLASICISMO
a. CARACTARÍSTICAS GENERALES

ORIGEN: Durante mucho tiempo se ha considerado el Neoclasicismo como una reacción al


Rococó. Sin embargo, existe cierta continuidad entre ellos. Aunque es cierto que el
Neoclasicismo representó un enorme cambio estético, formal y conceptual respecto al arte
anterior, comparte con él la iniciativa artística ligada a la nobleza y la monarquía ilustrada.
Ejemplo de ello será la creación de las Academias de Bellas Artes, como la española creada por
Fernando VI en 1752.

INFLUENCIAS: Los filósofos de la Ilustración critican la superficialidad de la decoración Rococó,


lo que sienta las bases de un nuevo gusto basado en la línea, el orden y la proporción. Por otro
lado, se renueva el gusto por la antigüedad clásica, debido a múltiples factores:

 Los hallazgos arqueológicos de Pompeya y Herculano, sepultadas por la erupción del


Vesubio. La excavación fue patrocinada por el futuro Carlos III de España (antes rey de
Nápoles, que pertenecía a la corona española).

 La publicación de las primeras obras sobre Historia del Arte, como la de Winckelmann y la
de Lessing, que pusieron de moda el arte griego.

 La aparición de las Academias de Bellas Artes, instituciones que sustituyeron a los gremios
en la enseñanza del oficio artístico, siendo las únicas que facilitaban la titulación para
poder ejercer. Estas Academias defendieron la superioridad del arte clásico y realizaron
campañas antibarrocas, y busca de lo que denominaron buen gusto. Pensaban que con el
arte clásico se había logrado la perfección artística y a partir de él había comenzado una
degeneración que acabó en el barroco y el rococó. Por ello impusieron un estilo copiado
básicamente de los modelos clásicos

b. LA ARQUITECTURA NEOCLASICISTA

La arquitectura neoclásica no es una simple imitación formal de los modelos griegos y


romanos, sino que se caracteriza por la investigación rigurosa y crítica de los modelos clásicos.
Cuando los arquitectos neoclásicos proyectan sus obras no pretenden tanto recuperar las
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formas clásicas como aprender de ellas. Su gran preocupación consiste en llevar a cabo una
arquitectura de la Razón, y el lenguaje clásico es la referencia formal para conseguirlo. La
arquitectura siguió las normas de las Academias de Bellas Artes, que impusieron el arte clásico,
dando lugar a obras muy uniformes estilísticamente como el Panteón, obra de Soufflot, en
Francia, el Capitolio de Washington, obra de Thorton y numerosos arcos de triunfo.

En esta época, además, se renovaron algunas ciudades, con grandes paseos, plazas, jardines y
nuevos tipos de edificios, como museos, bibliotecas, academias, hospitales, mercados,
teatros… y escasos edificios religiosos, a menudo iglesias con aspecto de templo griego, como
la Magdalena, obra de Vignon, en París. Así, las ciudades comenzaron a abandonar su aspecto
predominantemente religioso, a favor del aspecto civil.

No obstante, las posibilidades de la arquitectura neoclásica son muy variadas. La personalidad


de cada autor se materializa en una interpretación diferente que no se refiere sólo a su fuente
de inspiración, sino que va desde revisiones arqueologistas a otras puristas e inclusoutópicas.
Así, el Neopalladianismo inglés, desde William Chambers hasta Robert Adam, pasando por los
John Wood (padre e hijo); el Neogriego de James Stuart; el Neoclasicismo ecléctico de John
Soane y Karl Friedrich Schinkel; el Academicismo francés de Jacques-Germain Soufflot y Pierre
Vignon; los grabados de Giambattista Piranesi; la arquitectura visionaria de Étienne-Louis
Boullée y Claude Nicolas Ledoux, caben, aun dentro de sus enormes diferencias, dentro del
concepto de arquitectura neoclásica.

En España, el Barroco Clasicista había llegado de la mano de los reyes Borbones. El Palacio Real
de Madrid o la Puerta de Alcalá son ejemplos de ello. Entre los arquitectos decididamente
neoclásicos, tanto por formación como por su convencimiento, destaca Juan de Villanueva. Sus
estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid le proporcionaron
una base teórica que más adelante enriqueció con tres experiencias fundamentales: su viaje a
Roma, sus estudios de los principales monumentos musulmanes españoles y sus trabajos en las
obras complementarias del Escorial. El resultado es una arquitectura de gran originalidad y
calidad, con referencias palladianas, arqueológicas, revolucionarias y hasta elementos
románticos. Entre sus obras destaca el Observatorio astronómico de Madrid y el Museo del
Prado.

c. LA ESCULTURA NEOCLÁSICA. ANTONIO CÁNOVA

La escultura neoclásica imitó la de la Antigüedad, buscando la belleza ideal, sin expresar


emoción, sentimiento o pasión. El movimiento fue escaso, abundaron los desnudos y se
empleó generalmente el mármol blanco muy pulimentado. Los principales escultores fueron
Cánova y Thorwaldsen.

Antonio Cánova (1757-1882) se inspiró en el ideal de belleza de los modelos clásicos, que
conoció a través de la obra de Winckelmann. Aunque era italiano trabajó en París y buscó la
perfección de su obra, llegando incluso a encargar parte de su ejecución a técnicos
especialistas en el trabajo del mármol y limitándose, a veces, sólo a proyectar la obra.

Principal figura de la escultura neoclásica, Antonio Cánova se inspiró en la Antigua Grecia para
crear sus espectaculares esculturas, por las que fue considerado el mejor escultor europeo
desde Bernini. Pese a su gran clasicismo, también estuvo en contacto con el romanticismo
posterior, influyendo en la escultura de toda Europa y convirtiéndose en una referencia
respetada durante todo el siglo XIX, especialmente para la academia, siempre con gustos
clásicos.
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Con solo 11 años empieza a estudiar escultura en Venecia. Muy pronto se percibe la influencia
de Bernini, pero también se ve un intento por superar la tradición barroca. Su escultura busca
el ideal de lo bello a través de lo antiguo, ganando en serenidad, que puede parecer frialdad,
pero podemos distinguir cierta emoción, e incluso cierto erotismo fruto de una sensualidad
refinada. Es una obra que capta el movimiento, pero efectivamente con aspecto más
«congelado» que el de los maestros barrocos.

Temáticamente, Cánova trata el mundo greco-romano, de moda en la época (en parte gracias a
él). Inspirado en el pasado de la antigüedad (incluso hacía que alguien leyera a Ovidio u
Homero mientras trabajaba), su escultura triunfó por toda Europa, en plena fiebre neoclásica.

En lo personal, Canova mantuvo hábitos frugales y una rutina regular. Madrugador y muy
trabajador (toda una rareza en el mundo del arte), también fue muy religioso.Socialmente no
destacó demasiado, aunque tuvo muchos y muy buenos amigos, y aunque se le conocen varias
aventuras con varias mujeres, permaneció soltero toda su vida. Inmune a los celos, no le dio
nunca importancia ni a críticas ni a alabanzas.

Para el escultor, lo más importante era la escultura, y por ello, además de crear, coleccionó
numerosas piezas clásicas, de las que sin duda aprendió para dar un paso más en la historia del
arte.

Destacan:

- Paulina Bonaparte (1807): estatua yacente de la hermana de Napoleón representada


como una Venus.

- Amor y Psique (1787): composición en aspa en la que hay una emotividad que enlaza con
el Romanticismo.

- Teseo y el Minotauro (1817): Cánova respondió con esta violenta escultura a quien lo
calificaba de demasiado suave y elegante.

d. LA PINTURA NEOCLÁSICA. JACQUES LOUIS DAVID

Jacques Louis David (1748-1825) fue el pintor más destacado del neoclasicismo francés. Viajó a
Italia a estudiar su arte. Su obra fue una crónica de su tiempo porque reflejó los
acontecimientos históricos desde la Revolución Francesa hasta la caída de Napoleón, creando
una estética al servicio de la Revolución y el Imperio, con los que estuvo comprometido (fue
amigo de Robespierre y Marat, pintor de Napoleón…). Además, los temas mitológicos y del
mundo clásico le sirvieron para transmitir las ideas revolucionarias. Además, la pintura no era
más que un modo de expresión de una actitud personal. David era, ante todo, un
revolucionario: fue miembro de la Asamblea Nacional, votó a favor de la ejecución de Luis XVI y
participó activamente en las actividades de la Convención. David buscó la belleza ideal, con
composiciones sencillas o cerradas. En su obra predominó el dibujo y la minuciosidad y usó el
claroscuro para resaltar los volúmenes. Entre su obra destaca:

― El juramento de los Horacios (1784): trató de transmitir las ideas de patriotismo y el


heroísmo. El tema es el juramento, ante su padre, de los tres hermanos Horacios,
prometiendo luchar a favor de Roma hasta la muerte, en contra, los enemigos de la
República romana, los tres hermanos Curiácios.
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― La muerte de Marat (1793): pintura simple pero con gran expresividad. David vio a Marat
(colaborador de Robespierre), el día antes de su asesinato escribiendo sus ideas políticas
mientras se bañaba. Al conocer su asesinato quiso homenajear al héroe revolucionario y
lo captó así y con la mesa donde escribía convertida en lápida.

― Napoleón cruzando los Alpes (1801): a petición de Napoleón, David lo representa


conduciendo a sus tropas a través de los Alpes. David representa el viento soplando por
detrás, dando movimiento a la escena. El mensaje del cuadro era que, igual que Aníbal y
Carlomagno, Napoleón pronto sería emperador y conduciría a Francia a la gloria.

4. EL ROMANTICISMO
Se desarrolló en la primera mitad del s. XIX, sobre todo tras el Congreso de Viena de 1815,
conviviendo con el Neoclasicismo. Fue un arte basado en los sentimientos, en la subjetividad,
que apoyó los movimientos revolucionarios y nacionalistas, por eso a menudo su temática fue
política. No se configura como un movimiento monolítico sino que en su seno caben posturas
dispares desde el punto de vista ideológico. Peso a ello, existen unos núcleos básicos que
consiguen darle coherencia: individualismo, sensibilidad, inconformismo y un sentimiento de
huida en el espacio y en el tiempo, que se manifestará en el interés por los territorios
orientales y la Edad Media. El progreso de los transportes facilitó los viajes a países lejanos
(Próximo Oriente, Norte de África) lo que dio lugar al desarrollo de temas orientales y exóticos.
Además, los graves problemas de su presente llevó a los románticos a la alabanza e idealización
del pasado medieval y de su arte, que favorecerá el desarrollo de la pintura histórica y
arquitectura neogótica.

e. LA PINTURA ROMÁNTICA

La dictadura estética impuesta por David es el ambiente en el que se forman los tres pintores
claves del período romántico en Francia: Théodore Géricault, Eugène Delacroix y Jean Augusto
Ingres. Los dos primeros serán el iniciador y máximo representante, respectivamente, del
Romanticismo pictórico. El tercero personificará la cumbre del Academicismo.

Las figuras de Géricault y Delacroix están indisolublemente unidas, pese a la diferencia de


edad, en el Romanticismo pictórico. Ambos tuvieron maestros comunes, fueron
ideológicamente afines y defendieron una plástica similar. Con todo, el salto generacional,
unido a la temprana muerte de Géricault, provoca que sus trayectorias presentes claras
diferencias. Así, mientras Géricault es el iniciador del movimiento, Delacroix lo culminará.
Además, la producción de Delacroix es más amplia y variada, aportando una visión más
compleja del Romanticismo.

Jean Auguste Ingres no es un pintor romántico. Aunque el grueso fundamental de su carrera se


desarrollara en el período dominado por el Romanticismo, su forma de entender la pintura, a
partir del dibujo y de la preocupación por el estudio del cuerpo humano, le aleja de él, Ingres
es, el gran maestro del Academicismo. Es un pintor puro, no le interesa el componente
ideológico reivindicativo. No se siente fascinado por la Antigüedad. Lo que le preocupa es la
imagen de las cosas y su representación. Este concepto de la pintura, entendida sobre todo
como mirada, es lo que Renoir y Cezanne admiraron en Ingres.

Por su parte, en Inglaterra, en la segunda mitad del siglo XVIII, destaca la labor de dos
extraordinarios retratistas, Joshua Reynolds y thomas Gainsborough. Su pintura, galante y
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delicada, se mueve dentro de los principios de la estética rococó pero, a la vez, pone las bases
de la renovación estética de la generación posterior. Thomas Lawrence será su continuador en
el género del retrato, aunque depurando su lenguaje formal. John Constable y William Turner
abrirán un nuevo camino a la pintura inglesa: el paisaje.

Históricamente el paisaje venía considerándose un simple fondo en el que situar el asunto del
cuadro. Sólo en el mejor de los casos se podía admitir como un género pictórico menor. Sin
embargo, la atracción de los ilustrados hacia la naturaleza creó un clima intelectual favorable a
su tratamiento artístico. Posteriormente, el Romanticismo supuso un nuevo modo de acercarse
a ella, basado en lo individual y efímero. En este contexto, Constable y Turner convertirán el
paisaje en el centro de su pintura, iniciando un camino de extraordinarias consecuencias
posteriores.

5. HISTORICISMO Y ECLECTICISMO

La fascinación romántica por los mundos oriental y medieval habría de tener como resultado el
redescubrimiento de los monumentos árabes y góticos. Gran parte de la arquitectura del siglo
XIX tiene su origen en este hallazgo, dando lugar a los revivals o historicismos. Además, este
interés acabó derivando en preocupación por la conservación de las principales construcciones
históricas. Se inician entonces importantes labores de restauración, reconstrucción o
finalización de muchos edificios a lo largo de toda Europa. La más emblemática de todas estas
actuaciones fue la finalización de la catedral de Colonia (1824-1880), convertida en todo un
símbolo de la nación alemana, del sentimiento religioso y de la recuperación de la arquitectura
gótica. Los grandes teóricos del neogótico (Augustus W. Pugin, John Ruskin y Eugene-Emanuel
Viollet-le-Duc) admiraban sus formas.

La arquitectura de la primera mitad del siglo XIX está centrada en el debate entre el clasicismo
y el goticismo. Se trata de dos posturas, en principio irreconciliables desde el punto de vista
formal, pero que presentan un aspecto en común: ambas realizan una lectura lo más purista
posible de los estilos que les sirven de inspiración. Londres es un magnífico ejemplo de la
coexistencia de ambas tendencias. En la década de los años 40 coincidían en la ciudad la
finalización de la fachada sur del British Museum a cargo de Robert Smirke en una línea de
clasicismo neogriego, y el inicio de la construcción de las Casas del Parlamento de Charles
Barry y Augustus W. Pugin, máxima expresión del neogótico inglés.

Sin embargo, coincidiendo con la mitad del siglo XIX, la arquitectura va a experimentar un
cambio transcendental. A las opciones clásica y gótica, se añaden otras que, como la
musulmana o la bizantina, adquieren gran vigencia. Además, lo que todavía resulta más
importante, los estilos del pasado no se siguen de forma aislada, sino que se combinan sus
formas en función de las necesidades y en un mismo edificio. Nace así el Eclecticismo, la más
extendida e influyente forma de entender la arquitectura de todo el siglo XIX

En el triunfo y difusión del Eclecticismo resultó fundamental la intervención urbanística dirigida


por el barón Haussmann en París. Con tal motivo fue preciso llevar a cabo un enorme esfuerzo
constructivo que, teniendo en cuenta el impulso oficial y centralizado, logró una gran
coherencia. A partir de la arquitectura francesa anterior y de la reinterpretación de los estilos
históricos se definió una manera de construir a veces denominada Estilo Imperio, del que
derivará gran parte del gusto posterior. Se trata de una arquitectura sólida, colorista y variada,
en la que prima la libertad de inspiración.

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PREGUNTAS TEÓRICAS
- Razones del surgimiento del neoclasicismo y sus características generales
- La escultura neoclásica a través de la obra de Cánova
- El Romanticismo en la pintura de Ingres y Delacroix
- Características del historicismo en arquitectura y su evolución hacia el eclecticismo

OBRAS DE ARTE:
- Museo del Prado, Juan de Villanueva
- El juramento de los Horacios y La Muerte de Marat, de Jacques Louis David
- La libertad guiando al pueblo, de Delacroix
- Lluvia, vapor y velocidad, de Turner

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