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LA ARGUMENTACIÓN

¿Alguna vez se detuvo a pensar en la cantidad de veces que en la vida diaria se vio en la necesidad de exponer sus
razones o explicar su conducta, su modo de proceder, a otra persona, tratando de influir sobre ella, de convencerla del
porqué de su actitud?
Por ejemplo, ¿Quién no ha sacado alguna vez una nota baja en la escuela? ¿Y qué les respondió a sus padres...?
“- La profesora me odia” o “- La profesora no explicó bien el tema.” o “- Es que mi compañero de banco me estaba
molestando y el profesor me sancionó a mí.”
Y de esto se trata la argumentación, de tratar de convencer o impresionar a otra persona (receptor), mediante razones
que reflejen la opinión personal del emisor sobre determinado tema.

ESTRUCTURA DE LA ARGUMENTACIÓN

PUNTO DE PARTIDA
En muchas ocasiones, en el “Punto de partida”, aparece un elemento “disparador”, que es alguna frase o palabra que
impulsa la tesis expuesta, es decir, la aseveración que va a hacer desencadenar la argumentación posterior.
Todos los argumentos deberán apuntar a justificar la hipótesis inicial. Puede ser una afirmación o una pregunta retórica.
CUERPO DE LA ARGUMENTACIÓN
En muchas ocasiones, quien argumenta, lo hace a favor, otras veces en contra y, en otras oportunidades, se utilizan
argumentos a favor y en contra para reafirmar la tesis y lograr influir sobre el o los receptores de su discurso.
Trabajaremos ahora sobre la elaboración de argumentos.
CONCLUSIÓN
En la última parte de una argumentación o conclusión, generalmente aparece la opinión personal del emisor
evidenciando su intención, o sea, qué pretende respecto del receptor.
Básicamente, en la conclusión, el emisor toma partido por los argumentos a favor, si considera que la tesis es válida; en
contra, si considera, luego de su argumentación, que la tesis debe corregirse pues presenta falencias o aseveraciones
con las que él no está de acuerdo; o simplemente (según la clase de discurso del que se trate), deja planteado el tema,
expone todos sus argumentos - a favor y/o en contra - sobre la tesis planteada en el punto de partida, y decide conmover
al receptor.
Así, lo integra en su conclusión, lo hace partícipe de su opinión y lo invita a la reflexión. Esto motivará, tal vez, una
respuesta por parte de este último, que se hará manifiesta a través de una cata de lectores, o a lo mejor, de un diálogo o
de una nota editorial, etc., o quedará solamente, quizás, en el plano de la reflexión personal.
Hemos visto, con lo anterior, que en la vida cotidiana utilizamos la argumentación en muchas ocasiones. También es
común encontrar la estructura argumentativa en otros textos, como los que aparecen en periódicos y revistas: notas de
opinión, editoriales, críticas; publicidades; historietas; entre otros.

ESTRATEGIAS ARGUMENTATIVAS. CONECTORES.

Para persuadir al receptor de un texto argumentativo, para conducirlo -a través del discurso- con el propósito de que
adhiera al punto de vista del emisor, este puede utilizar diferentes ESTRATEGIAS argumentativas. Cada una de ellas
suelen aparecer vinculadas con el resto del texto a través de palabras o expresiones denominadas CONECTORES que
pueden indicar (según la estrategia) refutación, causa-consecuencia, ejemplificación, cita de autoridad, entre otras.
A continuación explicaremos cada una de las estrategias e indicaremos los posibles conectores que las incluyen.
a) Ejemplificación:
Se utilizan ejemplos y a través de ellos, el emisor puede confirmar la validez de sus argumentos.
Conectores:
“Por ejemplo”, “para ilustrar esta idea”, “pongamos por caso”, “así”, “a saber”, “como por ejemplo”.
b) Cita de autoridad y/o cita textual:
Es la inclusión de las palabras de algún experto en el tema (Deben colocarse entre comillas si se escriben textual y
colocar entre paréntesis el nombre, año y página donde está escrita o puede parafrasearse, es decir, expresar con
nuestras palabras lo que dijo el autor, en este caso para que no sea tomado como plagio, debe aclararse quién lo dijo y
entre paréntesis el año)
Conectores:
“tal como afirma…”, “según…”, “como sostiene…” “En palabras de…”
c) Planteo de causas-consecuencias:
Plantean que un hecho es causa o consecuencia de otro.
Conectores:
Causa: “porqué”, “ya que”, “dado que”, “puesto que”, “a causa de”, “debido a que”, “pues”
Consecuencia: “por lo tanto”, “porque”, “así que”, “por ello”, “en consecuencia”.
d) Refutación:
Ideas que se oponen a la que afirma el emisor en el punto de partida para poder discutirlas.
Conectores:
“por el contrario”, “tampoco”, “a pesar de que”, “sin embargo”, “pero”, “no obstante”, “en cambio”, “sino”, “aunque”.
e) Analogía:
Sirve para aclarar una idea planteada, comparándola con una similar o posiblemente conocida para el receptor.
Conectores:
“como…”, “tal como”.
f) Preguntas retóricas:
Es una manera de incluir al receptor en el texto, anticipando posibles interrogantes que este pueda formularse.
Conectores:
Signos de interrogación.
Existen además otros tipos de conectores que pueden ser usados para organizar las ideas. Estos son:
1. los temporales, que indican si un hecho ocurrió:
- con anterioridad: “antes”, “previamente”
- con simultaneidad: “mientras”, “entonces”, “al mismo tiempo”.
- con posterioridad: “luego”, “después”, “más tarde”, “por fin”.
2. los disyuntivos, que proponen una opción o la elección entre dos ideas: “o”, “o bien”, “ya sea”.
3. los aditivos, que agregan o suman ideas: “y”, “también”, “además”, “más aún”, “asimismo”, “y más”.
MODALIZADORES, DEÍCTICOS Y SUBJETIVEMAS
En los textos argumentativos el emisor expresa su opinión o su parecer sobre determinado tema y, como defiende sus
ideas a través de argumentos –para los cuales utiliza las distintas estrategias- su presencia es muy fuerte, visible.
Reconocemos la impronta del emisor a través de unas marcas que expresan la valoración, la duda o la certeza de dicho
emisor.
Entre ellas debemos reconocer:
 SUBJETIVEMAS, términos o palabras que incluyen una opinión (que pueden vincularse a lo afectivo o lo valorativo)
Son sustantivos, adjetivos, adverbios y verbos. La misma idea expresada en dicha palabra podría desarrollarse en un
párrafo. Por ejemplo:
“Ese libro aburrido”-------------------------Adjetivo (calificativo)
“Aquel es un pueblucho.”-----------------Sustantivo (despectivo)
“Apenas sabía contar.”--------------------Adverbio
“Eso conduciría a graves errores.”-----Pronombre demostrativo
MODALIZADORES, que muestran de qué manera el autor del texto introduce una idea, con seguridad, con duda, de
acuerdo o no. Pueden funcionar como modalizadores los adverbios, las frases adverbiales y los verbos.
LOS DEÍCTICOS: Son palabras cuyo significados es relativo a la persona hablante y se conoce, únicamente, en función
de ella.
Son pronombres o adverbios que sirven para señalar personas, situaciones o lugares. Su punto de referencia es relativo
a quien la expresa. Se interpretan en contexto, por ejemplo: tú, nosotros, ustedes, aquí, actualmente, etc.
Los deícticos pueden ser:
Anafóricos: cuando el objeto al que se refiere se nombró anteriormente.
Catafórico: cuando el objeto al que se refiere se nombrará luego
Inclusivos: Cuando el pronombre incluye al hablante y todos los oyentes.
Excluyente: cuando el pronombre excluye a parte del auditorio.
En resumen, debemos tener en cuenta que los SUBJETIVEMAS son palabras que dejan en claro la valoración que hace
el emisor, su opinión. Los DEÍCTICOS indican claramente el destinatario. Y los MODALIZADORES muestran el modo en
que opina, su actitud frente a determinado tema.

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