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Tratamiento térmico de los aceros

1. TEMPLE O ENDURECIMIENTO DEL ACERO.

El acero, con la excepción de algunos tipos especiales, puede ser endurecido por
calentamiento a temperatura elevada y rápido enfriamiento posterior. Al proceso mediante el
cual el acero se incrementa a su máxima dureza también se le conoce como temple o
templado. Es cierto que cada acero requiere su temperatura particular de calentamiento para
temple, pero las experiencias demuestran que la temperatura para conseguir el máximo de
endurecimiento es afectada, de manera regular, por el contenido de carbono en el acero.
(Perez Patillo , 1996)

2. FACTORES QUE INFLUYEN EN EL TEMPLE.

Otro factor importante en el temple o en cualquier tratamiento térmico es la


velocidad de calentamiento. En cualquier operación de tratamiento térmico, es
importante la velocidad de calentamiento. El calor fluye del exterior hacia el interior del
acero a una velocidad determinada. Si el acero se calienta demasiado rápido, el exterior
se vuelve tan caliente como el interior y no se puede obtener una estructura uniforme. Si
una pieza es irregular en su forma, lo más esencial es una velocidad lenta para eliminar
alabeo o agrietamiento. Mientras mayor es la sección, mayor deberá ser el tiempo de
calentamiento para lograr resultados uniformes. Aún después que se ha alcanzado la
temperatura correcta, la pieza deberá mantenerse a esa temperatura por un periodo de
tiempo suficientemente para permitir que su sección más gruesa obtenga una
temperatura uniforme. La dureza obtenida de un tratamiento dado depende de la
velocidad del temple, del contenido de carbono y del tamaño de la pieza. En los aceros
aleados, la clase y cantidad del elemento de aleación influye sólo en la templabilidad del
acero y no afecta la dureza excepto en aceros sin templar o parcialmente templados. |
Para aceros de bajo y medio carbono, el temple en un baño de agua es un método de
enfriamiento rápido que comúnmente se usa. Para aceros de alto carbono y aleados se
usa generalmente aceite como medio para el temple, debido a que su acción no es tan
severa como la del agua. Algunos aceites comerciales, tales como el aceite mineral,
tienen diferentes velocidades de enfriamiento y consecuentemente, imparten diferente
dureza al acero al templarse. Para enfriamiento extremo, lo más efectivo es usar
salmuera o rocío de agua. Ciertas aleaciones pueden endurecerse por enfriamiento al
aire, pero, para aceros ordinarios, la velocidad de enfriamiento que se obtiene es
demasiado lenta para dar un efecto de endurecimiento apreciable. Las piezas grandes
por lo común se templan en un baño de aceite, lo que tiene como ventaja el enfriarlas
rápidamente abajo de la temperatura ambiente, siendo así no demasiado severo. Para
logar resultados semejantes, la temperatura del medio para temple debe mantenerse
uniforme. Cualquier
baño para temple
utilizado en
trabajos de

producción deberá tener medios para el enfriamiento.

Bibliografía
Perez Patillo , J. (1996). Tratamientos térmicos de los aceros. Doctoral dissertation, Universidad
Autónoma de Nuevo León. https://doi.org/10.11100/125

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