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FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERIA

SEMINARIO

CAMBIOS ANATOMICOS, FISIOLOGICOS Y PSICOSOCIALES


EN EL EMBARAZO

INTEGRANTES:

 Luzón Guerrero Briana Belén


 Mendoza Pupuche Yoselyn
 Mendoza Peña Rosa Isabel
 Morales Coronel Dayra Xiomara

CURSO:
Cuidado Humanizado a la Mujer y al Neonato

DOCENTE:

LIC. Ugaldez Fernández, Martha Yrene

PIMENTEL, 2023
INTRODUCCION:

El embarazo es una etapa única en la vida de una mujer que conlleva una serie de
cambios significativos en aspectos anatómicos, fisiológicos y psicosociales. Estos
cambios son parte natural del proceso de gestación y son fundamentales para el
desarrollo saludable del feto y la adaptación de la madre a su nueva condición, el tema
sobre cambios en el embarazo puede abordar diversas perspectivas, desde las
transformaciones físicas y emocionales que experimenta la mujer hasta los impactos
que estos cambios tienen en su vida diaria y en la familia en general.

El embarazo es una etapa extraordinaria en la vida de una mujer, marcada por una
serie de cambios profundos que van más allá de lo meramente fisiológico. Este
periodo de gestación no solo implica el desarrollo físico de una nueva vida, sino que
también conlleva una serie de transformaciones emocionales, psicológicas y sociales
que afectan tanto a la futura madre como a su entorno cercano. A medida que el
cuerpo se adapta para albergar y nutrir al bebé en crecimiento, la mujer experimenta
una amalgama de emociones y ajustes que configuran una travesía única y, en
muchos casos, desafiante.

Desde la concepción hasta el parto, cada fase del embarazo está marcada por
modificaciones evidentes en el cuerpo de la mujer, algunas visibles y otras más sutiles,
pero igualmente significativas. Estos cambios físicos no solo se limitan al evidente
crecimiento del vientre, sino que también abarcan ajustes hormonales, circulatorios y
musculares que influyen en la salud general de la gestante. No obstante, más allá de
lo puramente biológico, el embarazo desencadena una serie de ajustes emocionales
que van desde la alegría y la anticipación hasta la ansiedad y las dudas propias de la
responsabilidad que implica traer una nueva vida al mundo

Este viaje transformador no solo concierne a la mujer embarazada, sino que también
afecta de manera directa a su entorno familiar y social. La pareja, los familiares y
amigos cercanos se ven involucrados en este proceso de cambio, adaptándose a las
nuevas dinámicas y asumiendo roles diferentes. La planificación y preparación para la
llegada del bebé se convierten en aspectos clave, y la comunicación abierta y el apoyo
emocional son fundamentales para transitar por este periodo de manera saludable.

En esta exploración de los cambios en el embarazo, examinaremos detenidamente


tanto las transformaciones físicas como las emocionales, destacando la importancia de
comprender y abordar estos cambios de manera integral.
 Objetivo general:
Comprender de manera integral los cambios físicos, emocionales y sociales
experimentados durante el embarazo, con el fin de promover la salud y el
bienestar tanto de la gestante como de su entorno cercano.

 Objetivos específicos
Investigar y describir en detalle los cambios físicos que ocurren en el cuerpo de
la mujer durante el embarazo, desde las adaptaciones hormonales hasta las
modificaciones en órganos y sistemas

CAMBIOS ANATOMICOS EN EL EMBARAZO

Durante el embarazo se producen cambios anatómicos a nivel cardiovascular,


especialmente un aumento significativo del volumen sanguíneo. Este aumento
comienza alrededor de la sexta semana de embarazo y alcanza aprox. 4700 ml a 5200
ml en la semana 32 de embarazo. A medida que aumenta el volumen plasmático,
también se redistribuye el flujo sanguíneo. Durante el embarazo, la cantidad de sangre
que ingresa al útero y la placenta representa el 25% de la frecuencia cardíaca, así
como la perfusión de la piel, los riñones y las glándulas. Las glándulas mamarias
también aumentan significativamente. El aumento del volumen plasmático se debe
principalmente al aumento de la actividad del sistema renina-angiotensina-aldosterona
(SRAA), ya que esta hormona se asocia con una mayor reabsorción de sodio a nivel
renal.

A nivel cardíaco, el gasto cardíaco (la cantidad de sangre bombeada fuera del
ventrículo izquierdo por minuto) aumenta hasta en un 50% (de 4,6 L/min a 8,7 L/min)
entre las 16 y 20 semanas de gestación y se asocia con varios factores: un aumento
en el volumen plasmático aumenta la precarga (retorno venoso), aumentando así el
volumen de eyección del ventrículo izquierdo, combinado con un aumento en la
frecuencia cardíaca y una disminución en la resistencia vascular periférica (poscarga),
ayuda a aumentar el gasto cardíaco, que es importante para mantener niveles
adecuados de circulación materna y perfusión placentaria. La frecuencia cardíaca de
la madre aumenta al principio del embarazo y permanece estable al final del
embarazo, momento en el que aumenta entre 12 y 20 latidos por minuto en
comparación con las frecuencias anteriores.

Algunos hallazgos del examen cardiovascular en mujeres embarazadas también


pueden cambiar, como edema periférico generalizado de las extremidades inferiores,
taquicardia sinusal leve, dilatación de la vena yugular y desplazamiento lateral del
vértice del ventrículo izquierdo (debido al desplazamiento), que son normales. Incluso
durante la auscultación cardíaca, el tercer ruido de Korotkoff (S3) se puede escuchar
sin interpretar la patología cardíaca. Estos cambios se asocian con un aumento del
grosor de la pared ventricular (hipertrofia), lo que resulta en un aumento de la
contractilidad del miocardio.

Durante el tercer trimestre del embarazo, el útero en decúbito comprime la vena cava
inferior, lo que reducirá el retorno venoso al corazón, lo que a su vez reducirá el gasto
cardíaco y provocará síntomas como debilidad y náuseas, mareos o incluso
desmayos, que también pueden provocar una disminución del flujo sanguíneo a la
placenta y al feto. Este fenómeno puede ocurrir entre el 0-5% y el 112% de las mujeres
embarazadas y se denomina síndrome de hipotensión supina del embarazo.

Los cambios en el sistema respiratorio durante el embarazo pueden comenzar muy


temprano. A partir de la 4ª semana de embarazo se pueden observar telangiectasias
en las mucosas de la nariz, boca y garganta y laringe. Esta afección puede provocar
hemorragias nasales durante el embarazo, que generalmente desaparecen. Al final del
embarazo, el crecimiento del útero de la mujer embarazada provoca un aumento
significativo del diafragma, lo que resulta en una disminución de la capacidad residual
funcional y de la capacidad pulmonar total pero la circunferencia del pecho aumenta
(de 5 a 7 cm) debido a la relajación de los músculos intercostales y también a la
relajación de la musculatura lisa bronquial, la capacidad pulmonar permanece sin
cambios, estos cambios son beneficiosos para la mujer durante el embarazo, los
síntomas del asma bronquial disminuye, esto sucede hasta en un 30% de las mujeres
con asma ya existente. Durante un examen físico de rutina, la frecuencia respiratoria
aumenta de 1 a 2 veces por minuto. Dado que el metabolismo es directamente
proporcional al consumo de oxígeno, el consumo de oxígeno también aumentará hasta
un 20%. Debido al aumento del volumen corriente, el volumen respiratorio aumenta
entre un 40% y un 50% por minuto, lo que provoca hiperventilación. Entonces, los
valores de gases en sangre arterial cambian, la pO2 aumenta, la pCO2 disminuye y el
bicarbonato también pasa por estos cambios para amortiguar estos cambios. Por
tanto, podemos decir que durante el embarazo observamos una leve alcalosis
respiratoria compensatoria (pH 7,44).

La disminución de la resistencia vascular periférica debido a la influencia hormonal es


uno de los cambios adaptativos más importantes que se producen en el cuerpo de la
mujer durante el embarazo. Una disminución de la presión arterial media conduce a
una mayor activación. Contribuyendo a la retención del volumen plasmático del SRAA
de sodio y a una mayor expansión. En relación con todos estos cambios, el tamaño del
riñón aumenta aprox 30% debido a la expansión del volumen vascular e intersticial y
puede expandirse de 1 a 1,5 cm. Debido a los cambios vasculares renales, el flujo
plasmático renal y la tasa de filtración glomerular aumentan entre un 40% y un 65% y
un 50% a 85%, respectivamente. El aumento de la tasa de filtración glomerular reduce
las concentraciones séricas de creatinina y urea. Esta disminución fisiológica es
particularmente importante de considerar clínicamente, ya que los niveles normales de
creatinina sérica y urea en mujeres embarazadas pueden indicar el desarrollo de una
nefropatía temprana e insuficiencia renal. Por otro lado, los cambios funcionales en el
túbulo proximal y el conducto colector, que normalmente absorben toda la glucosa, se
traducen en la presencia de glucosuria independientemente de los cambios en los
niveles de glucosa en sangre, y la absorción de proteínas ocurre de manera similar,
también se normaliza su presencia en la orina (albuminuria), aunque su cantidad
siempre debe ser inferior a 300 mg/24 horas o 30 mg/dl. Aunque la presencia de
glucosa y proteínas en la orina se vuelve común durante el embarazo, es importante
monitorear los cambios durante el embarazo porque pueden indicar problemas graves
como diabetes gestacional o preeclampsia. Por otro lado, cabe destacar que durante
el embarazo el umbral de estimulación de los receptores de la hormona anti diurética
disminuye, de modo que el valor de osmolaridad plasmática es de 270 mOsm/kg y la
concentración sérica de sodio disminuye de 4 a 5 mEq. /L. Una disminución de la
presión osmótica coloidal del plasma promueve la extravasación de líquido hacia el
lecho capilar, lo que, junto con la vasodilatación venosa, contribuye al desarrollo de
edema leve, especialmente en las extremidades inferiores.

Se cree que en el origen de las náuseas y vómitos pueden estar implicadas


determinadas hormonas como la gonadotropina coriónica humana (hCG), los
estrógenos y la progesterona. Las náuseas suelen desaparecer hacia la semana 20 de
embarazo, pero en ocasiones continúan hasta el final del embarazo, aunque en este
caso se deben descartar otras causas estomacales como la indigestión ácida.

A medida que avanza el embarazo, se producen cambios mecánicos en el tracto


digestivo debido al crecimiento del útero. El estómago se mueve hacia arriba,
provocando cambios en el eje anatómico y aumento de la presión intragástrica,
combinado con una reducción del tono del esfínter esofágico inferior y cierto grado de
gastroparesia, lo que contribuye al desarrollo de reflujo gastroesofágico, pirosis,
náuseas y vómitos. Los efectos hormonales en el canal de relajación del músculo liso
también predisponen al estreñimiento y la hinchazón, que pueden verse exacerbados
por una conducta dietética y un estilo de vida sedentario.
El triple aumento en el tamaño de la glándula pituitaria es principalmente el resultado
de la hipertrofia e hiperplasia de las células productoras de prolactina (prolactina) del
lóbulo anterior. A medida que avanza el embarazo, estas células aumentan la
producción de prolactina para preparar los senos para alimentar al recién nacido
después del nacimiento. Además, la glándula pituitaria puede tardar hasta 6 meses
después del nacimiento en volver a su tamaño normal antes del embarazo, ya que la
producción de prolactina se mantiene durante la lactancia.

El embarazo normal resulta en un estado hipercortisolémico fisiológico debido al


aumento de la producción de cortisol debido a la producción placentaria de ACTH y
CRH, así como a una disminución en la función normal del circuito de
retroalimentación negativa a nivel pituitario-hipotalámico, que revierte la disminución
en la producción del factor liberador hipotalámico, pero a pesar del aumento del
cortisol, todavía tiene los cambios habituales del ritmo circadiano. El estrógeno
provoca un aumento del doble en la síntesis de globulina transportadora de tiroxina
(T4) y triyodotironina (T3) en el hígado, por lo que el nivel sérico total de hormona
tiroidea aumenta, pero su fracción libre permanece sin cambios. A pesar del aumento
de los niveles hormonales, el tamaño de la glándula tiroides sigue siendo el mismo. La
hormona estimulante de la tiroides (THS), secretada por la glándula pituitaria anterior,
disminuye temporalmente al principio del embarazo debido a un aumento de la
gonadotropina coriónica humana (HCG), que es estructuralmente similar a la TSH y
produce retroalimentación negativa, pero se recupera lentamente los valores normales
al final del embarazo.

El metabolismo de la madre sufre cambios importantes, inicialmente, la madre puede


observar un estado anabólico con aumento de la deposición de grasa y sensibilidad a
la insulina ligeramente aumentada. La mayoría de los nutrientes se almacenan al
comienzo del embarazo para satisfacer las necesidades del feto, la placenta y la
madre durante las etapas posteriores del embarazo y la lactancia. Por el contrario, la
última etapa del embarazo se caracteriza por un estado catabólico de mayor
resistencia a la insulina, lo que resulta en un aumento en la concentración de glucosa
y ácidos grasos libres, lo que permite su mejor uso como sustratos para el crecimiento
fetal. Las células beta pancreáticas, que son responsables de la secreción de insulina,
muestran hiperplasia durante el embarazo, lo que resulta en una mayor producción de
insulina y una mayor sensibilidad a la insulina al comienzo del embarazo, seguidas de
una resistencia progresiva a la insulina. La resistencia materna a la insulina comienza
en el segundo trimestre y alcanza su punto máximo en el tercer trimestre. Durante el
embarazo se produce una disminución de la sensibilidad a la insulina en el tejido
adiposo y el músculo esquelético debido al aumento de los niveles de varias hormonas
"diabetogénicas", incluidas la prolactina placentaria, el cortisol, la progesterona y la
prolactina.

Los cambios en el sistema inmunológico incluyen cambios locales a nivel del


endometrio y la placenta, así como cambios sistémicos. En este sentido, se propone
dividir el embarazo en tres etapas: en la primera fase (primer trimestre) se produce
una importante inflamación local a nivel del endometrio, lo cual es muy importante para
la aparición y correcta formación de la implantación de la placenta. En el segundo
trimestre hay un estado antiinflamatorio dominado por una respuesta de los linfocitos
Th2, y finalmente, en el tercer trimestre, hay una segunda fase inflamatoria causada
por una respuesta de los linfocitos Th1, que es importante para el inicio y progresión
del parto. En este sentido, es importante resaltar que la visión de que el embarazo es
un estado inmunosupresor continuo y general es incorrecta, ya que la presencia de
períodos inflamatorios durante el embarazo también es importante para el correcto
desarrollo del mismo; Además, los estudios muestran que un útero normal. Por tanto,
está claro que los cambios en el sistema inmunológico durante el embarazo no son
uniformes, sino que están cuidadosamente regulados y son muy dinámicos. Al igual
que con los cambios en otros sistemas, la alteración de estos mecanismos de
tolerancia inmune puede provocar complicaciones graves en el embarazo, como la al
inmunización materna y fetal (que se produce debido a la incompatibilidad de los
antígenos de los glóbulos rojos maternos y fetales), preeclampsia, parto prematuro,
etc.

CAMBIOS FISIOLOGICOS EN EL EMBARAZO

El organismo de la mujer sufre una serie de cambios fisiológicos, a todos los niveles,
encaminados a adaptarse y responder a las enormes exigencias que representan las
40 semanas de embarazo que tendrán lugar para la formación de un nuevo ser
humano en su interior. Estos cambios ocurren de manera gradual, pero continua,
durante todo el embarazo. Los cambios fisiológicos están relacionados con el
desarrollo de diversos síntomas, signos y cambios en la mujer embarazada, así como
con cambios en los parámetros de los estudios paraclínicos, por lo que es muy
relevante que los médicos conozcan cuando esto ocurre en el embarazo, de manera
que se pueda realizar la identificación oportuna de cambios que puedan constituir una
condición patológica que pueda resultar en una amenaza al bienestar de la madre y
del feto.

1. Cambios hormonales en el embarazo:


Los cambios hormonales son necesarios para preparar el cuerpo para el
embarazo y mantenerlo. En la gestación existe un aumento principalmente a
nivel de la progesterona, estrógenos y la gonadotropina coriónica humana.

 La progesterona: se produce principalmente en el cuerpo lúteo y la


placenta y se encarga de mantener el embarazo especialmente al inicio.
Esta hormona también tiene un efecto trófico a nivel mamario y las
prepara para la adecuada producción de leche.
 Estrógeno: está en relación con un desarrollo saludable en el feto.
 Gonadotropina coriónica humana: es una hormona que se produce solo
en el embarazo, y se puede detectar a los 10 días posteriores a la
fecundación, por lo que se utiliza en las pruebas de embarazo.
 Relaxina: ayuda al desarrollo del bebe y a la salida del feto en el
momento del parto, ya que se encarga de relajar y dar elasticidad los
ligamentos de las articulaciones a nivel de la pelvis
 Lactógeno placentario: influye en el crecimiento fetal, modificando el
metabolismo materno, para utilizar como fuente principal los ácidos
grasos en relación a los carbohidratos.
 Oxitocina: está relacionada con la inducción del parto, para la
producción de las contracciones y ayuda a la lactancia materna.
 Hormona de crecimiento placentario: regula es paso de nutrientes a
nivel placentario.
 Las hormonas tiroideas: estas hormonas estimulan el crecimiento fetal.

2. Cambios en el sistema cardiovascular:


En la gestación existe un aumento de volumen sanguíneo con incremento del
gasto cardiaco, trabajo del corazón, y la frecuencia cardiaca.
La presión arterial disminuye al inicio del embarazo por lo que en mujeres
hipertensas la presión puede normalizarse. Posteriormente esta aumenta
discretamente. Además, existe un aumento de la presión venosa que favorece
a la formación de edemas y venas varicosas.
Por otro lado, también puede producirse un síndrome de compresión de la
aorta y la vena cava, que se da cuando existe una compresión por el útero a
nivel de estos vasos en la pelvis.
Por dicho motivo, se recomienda que, sobre las 20 semanas, la mujer
descanse en una posición más lateral para mejorar el gasto cardiaco y
disminuir la compresión. Es mejor evitar estirarse hacia arriba.

3. Cambios fisiológicos en el sistema respiratorio:


Los cambios fisiológicos en el embarazo y en el sistema respiratorio incluyen,
en ocasiones, una sensación de falta de aire que va aumentado conforme
aumenta la presión abdominal sobre el tórax. También una mayor frecuencia
respiratoria. En la gestación las mucosas de las encías y nariz también sufren
una hipervascularización que hacen que puedan sangrar más frecuentemente.

4. Cambios existentes en la piel:


Los cambios existentes en la piel implican un aumento de la pigmentación en
zonas como la cara, cuello, areolas, ombligo, periné y línea media del ombligo.
Por otro lado, la piel se distiende, lo que puede provocar la formación de
estrías, estas generalmente se producen en el abdomen, ombligo, mamas,
piernas entre otros, al inicio tienen un coloro rojo o morado y con el tiempo se
van volviendo nacaradas y menos visibles.
Por otro lado, el crecimiento del pelo se mantiene en el embarazo, sin
embargo, existe una gran caída de cabellos en el postparto que puede durar
hasta 6 meses.
También se puede presentar picores en la piel y esto se produce por sequedad
y estiramiento de la piel, por lo que es importante una adecuada hidratación.
Puede existir un aumento de la secreción vaginal que, si no existe picor o mal
olor, es totalmente normal.

5. Cambios en el sistema digestivo:


En referencia al sistema digestivo, existe un aumento de presión del estómago
por el crecimiento del uterino, existe un retraso en el vaciado gástrico que hace
la digestión más lenta y puede provocar mayor cantidad de gases y alteración
en el patrón de las deposiciones. Aparecen nauseas e inclusos vómitos
ocasionales.
Es normal que cuando avance la gestación la embarazada experimente un
aumento de apetito y en ciertos casos antojos, sin embargo, es importante
tener en cuenta que el aumento de peso, debe regularse a partir del índice de
masa corporal antes del embarazo. También pueden existir cambios a nivel
olfatorio, ya que el olfato está más sensible, y puede producir algún tipo de
repulsión a ciertos olores y puede existir mayor congestión nasal.

6. Cambios fisiológicos en el sistema renal:


Durante estos cambios se produce una ligera dilatación a nivel de las pelvis
renales y uréteres. Esto se da principalmente por la compresión uterina y por la
dilatación de la musculatura debido a las hormonas, lo que predispone a una
mayor cantidad de infecciones urinarias y litiasis renal.
Además, existe una disminución de la capacidad vesical conforme el embarazo
avanza, lo que hace que aumente la frecuencia de la micción.
Esto es más frecuente a la hora de acostarse y al final del embarazo, además
también se puede producir una pérdida de orina e incontinencia de esfuerzo.

7. Cambios fisiológicos en el sistema sanguíneo:


En el embarazo aumenta el volumen de sangre hasta en un 50% mayor que el
eritrocitario, las células rojas de la sangre, por lo que existe un desbalance que
puede producir una anemia dilucional que generalmente aparece en el
segundo trimestre. Por la misma razón, también hay una dilución en las
proteínas y un aumento de los edemas. Existe una hipercoagulación y un
mayor riesgo de efectos trombóticos en el embarazo, especialmente en el
postparto temprano ya que es un factor protector ante el sangrado en el parto.
Al mismo tiempo, existe una disminución de las plaquetas denominada
trombopenia y un aumento de los leucocitos que son las células blancas que
nos defienden de las infecciones, por lo que una leucocitosis sobre 15000,
pude considerarse normal en la mujer embarazada.

CAMBIOS PSICOSOCIALES EN EL EMBARAZO

Los cambios psicosociales son aquellos sentimientos y cambios que se presentan en


el embarazo, debido a que es una nueva etapa por la cual una mujer está pasando por
ello en el transcurso de este periodo la gestante atraviesa cambios emocionales,
temores e ilusiones, Esta es la manera en que se va haciendo a la idea de que va a
tener un bebé y le va haciendo hueco no sólo en tu cuerpo sino también en tu cabeza
y ¡en tu vida. Las emociones y sentimientos que puede experimentar una mujer en el
embarazo pueden ser de lo más diversos, por ejemplo: miedo, ambivalencia, soledad,
preocupación, tristeza, vulnerabilidad, cansancio, plenitud, ilusión, felicidad, fortaleza,
impaciencia, sensibilidad

Lo que está ocurriendo es que no solo el bebé se está gestando, sino también una
nueva identidad en la mujer, que pronto se convertirá en madre y ya no volverá a ser la
misma persona. Por ello este es un proceso en el cual la mujer asimila que está
embarazada, que traerá un ser a este mundo, y que su vida cambiará completamente,
considerándose una etapa muy significa en la vida de ella y de su bebé, ya que le está
dando vida a un nuevo ser y no solo ello, si no que en el embarazo son dos en uno,
debido a que todo lo que la gestante haga, se lo estará transmitiendo al bebé.

El primer trimestre: entre el temor y el deseo

El primer trimestre del embarazo es ciertamente contradictorio ya que en el cuerpo


aparecen pocos cambios y sin embargo internamente se remueven muchas cosas. El
cuerpo, aunque todavía no se note, se va adaptando al nuevo estado y se va
transformando; y la mente también tiene que ir madurando la idea de lo que supone el
mayor cambio en la vida de una mujer: convertirse en madre, los sentimientos que
pueden llegar a tener en este primer trimestre es la alegría, por un lado, el temor por
todo lo que puede transcurrir en este proceso o por contarle a los padres y cómo lo
tomarán

Los cambios físicos en el embarazo en este primer trimestre mayormente son, el


cansancio, las náuseas, vómitos y los mareos, aunque también puede que la mujer no
experimente ningún síntoma en su primer trimestre de gestación.

El segundo trimestre: el trimestre de la felicidad

El segundo trimestre suele dar paso a una sensación de bienestar, de energía y calma
generalizada, debido a que ya está superada la barrera psicológica de las 12
semanas, ya que es el tiempo donde una gestante se debe de cuidar más, cada día se
está mas segura de que el embarazo saldrá adelante, lo que nos permite estar
contentas e ilusionadas. En esta etapa te sientes feliz e ilusionada, pero te mueres de
miedo de que algo vaya mal. Los distintos controles médicos nos tranquilizan por un
lado pero por otro pueden suponer momentos de angustia ante una posible mala
noticia.

El tercer trimestre: la dulce espera


Internamente y después de todo lo que has ido viviendo a lo largo de estos meses, lo
más probable es que te sientas diferente. Seguramente estás más cerca de sentirte
una madre y lo que esto conlleva.

El miedo al parto es una de las cuestiones que más preocupa a las madres gestantes
y más si son primerizas, es algo desconocido y es normal que despierte ciertos
temores de que algo pueda ir mal, si es que será cesárea o parto normal, si es que
dolerá mucho, y entre otros pensamientos más, pero también está la preocupación de
cómo será nuestro hijo, si nos gustará o no, si se parecerá al papá o a la mamá, en
como saldrá, si estará bien o estará enfermo, son muchos pensamientos por la cual la
mujer atraviesa en este proceso; también se ponen a pensar en cómo cambiará su
vida; si serán buenas madres… Además, se ira preparando la ropa, cuna, habitación y
demás cositas que necesitará el niño. Como veis seguimos con la ambivalencia,
ilusión y miedos, alegría e inquietud; es todo un proceso en el cual se atraviesa por
una serie de cambios, tanto físicos como emocionales, por ello se debe de tratar de
mantener la calma y llevar un embarazo sano y calmado, ya que todo lo que se sentirá
en este hermoso proceso, lo transmitirán a tu bebé.

CONCLUSIONES:

 El embarazo no solo implica cambios físicos, sino también una complejidad


emocional única. Desde el primer trimestre, donde pueden surgir temores y
alegrías simultáneamente, hasta el tercer trimestre, caracterizado por la "dulce
espera", las emociones varían y evolucionan, abarcando desde la ansiedad
hasta la felicidad y la incertidumbre sobre el futuro.

 A lo largo del embarazo, el cuerpo experimenta una serie de ajustes


anatómicos y fisiológicos para acomodar y nutrir al feto en crecimiento. Estos
cambios van desde el aumento del volumen sanguíneo hasta la adaptación del
sistema cardiovascular y respiratorio, mostrando la asombrosa capacidad del
cuerpo para adaptarse a las demandas del embarazo.

 A medida que avanza el embarazo, la mujer experimenta una transformación


en su identidad, pasando de ser una persona individual a convertirse en madre.
Este cambio puede generar una mezcla de emociones, desde la plenitud y la
fortaleza hasta la vulnerabilidad y la sensibilidad.
 A lo largo de las etapas del embarazo, se desarrolla un vínculo especial entre
la madre y el feto. Los cambios físicos, como el crecimiento del útero y los
movimientos fetales percibidos, contribuyen a fortalecer este vínculo único que
culmina con la anticipación y la preparación para la llegada del bebé.

 Desde el inicio del embarazo, las preocupaciones sobre la salud del bebé, el
parto y la adaptación a la maternidad son omnipresentes. El tercer trimestre,
conocido como la "dulce espera", está marcado por la preparación activa para
la llegada del bebé, incluyendo la organización del entorno y las reflexiones
sobre el futuro.

REFERENCIAS:

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#:~:text=Las%20emociones%20y%20sentimientos%20que,%2C%20fortaleza
%2C%20impaciencia%2C%20sensibilidad%E2%80%A6

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