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METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN EN FILOSOFÍA

PROFESOR: RAÚL PUELLO ARRIETA


UNIVERSIDAD DE CARTAGENA
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
PROGRAMA: FILOSOFÍA

Fecha: 2 abril/2024
Shallulys Julio Sayabedra

Título

Conciencia, discurso y acción moral. Habermas para el vivir común

Problema de investigación

La falta de capacidad moral para abordar los conflictos individuales y colectivos


derivados del encuentro intra e inter subjetivo en el mundo compartido.

Preguntas de investigación

¿Por qué las personas se resisten al diálogo o al consenso moral para solucionar los
conflictos inter e intra?
¿Cuándo y cómo se da la resistencia?
¿Por qué las personas se resisten a ser recíprocas?

Planteamiento del problema

¿Qué se sabe del problema?


Poco se ha escrito sobre capacidad o incapacidad moral. Al consultar el tema en
repositorios universitarios y revistas académicas de Colombia e internacionales nos
encontramos, en el caso de la incapacidad moral, con una explicación e interpretación
jurídicas relacionadas con los poderes estatales ejecutivo y legislativo. En el caso de la
capacidad moral las definiciones encontradas apuntan a la posibilidad de hacer
voluntariamente juicios y deliberaciones que orienten la conducta de las personas hacia
la anteposición de la justicia y el reconocimiento del otrx frente a la resolución de
situaciones morales. Al respecto, las consideraciones de Roberto Rodríguez conllevan
a entender la incapacidad moral como la pérdida o falta de actuar íntegro conforme
valores y principios morales - “considerar a alguien como “incapaz” significa declarar
que ha perdido alguna de sus capacidades humanas, como las de hacer, aprender,
actuar, recibir, pensar algo, por lo cual sanamente hay que protegerla. Y hablar de
“moralidad” implica valorar y pensamientos y comportamientos como buenos, probos,
íntegros, de acuerdo con los códigos jurídicos y sociales”- (Rodríguez, R. Año).

¿Dónde y cuándo surge el problema?


En términos espaciales, el lugar o campo en que se genera la incapacidad moral es el
ser humano. No obstante, en términos de tiempo la falta de capacidad moral se da
justo en el momento en que un ser humano decide anteponer de forma egoísta sus
propios intereses frente a una situación de orden moral: cuando un ser humano utiliza
como medio aquello que ha sido pensado como fin o antepone, aunque fuere
razonado, la fuerza o la plata para solucionar un conflicto, cuando el estado manejado
por seres humanos impone leyes y decretos contradictorios con los derechos humanos
que dicen garantizar; en situaciones cotidianas, como cuando un ser humano decide
poner a sonar el picó la noche de velorio en casa del vecino de al lado. La falta de
capacidad moral se puede observar justo allí donde el capitalismo en su vertiente
neoliberal, apoyada en la industrialización y las tecnologías, ha sembrado un
individuocentrismo ético que no permite ver más allá del propio horizonte.

¿A quién afecta el problema?


Cuándo se habla de Coexistencia Intersubjetiva en el mundo compartido o de
convivencia se entiende implícitamente la presencia de seres/sujetos naturalmente
diversos en un mismo ambiente y mundo (cultural, político y social), lo que
inevitablemente permite suponer que se relacionan de distintas maneras para el vivir
compartido, común. De esto se entiende que los afectados por la falta de
capacidades morales para convivir, son todos los seres que se encuentran en el
ambiente/mundo y entre los que se da un entrelazamiento que permite la coexistencia.
No obstante, la falta de capacidad moral para convivir está referida directamente al
actuar o conducta de los seres humanos en relación con lxs otrxs seres que le rodean.
En otras palabras, aunque los seres que se diferencian de los humanos son afectados
por el problema de la incapacidad moral, no son típicamente vistos como responsables
del actuar moral.

¿Cómo se ha definido y debatido el problema en la literatura académica?


El tema de las condiciones o capacidades efectivas para la vida en comunidad o vida
social, así como la participación política y la resolución de conflictos que surgen
inevitablemente en el compartir cotidiano se ha estudiado desde distintas ciencias: en
filosofía, autores de occidente clásicos como Aristóteles y Kant, han deliberado y
teorizado sobre la ética y la moral como grandes determinantes de las relaciones
humanas buenas y justas por sí mismas, otorgando gran importancia a la razón como
facultad que posibilita la deliberación como un saber práctico y constitutivo de la acción
ética y de la acción moral. “Llamamos acción moral (πρᾶξις) a toda aquella que siendo
de carácter voluntario es elegida o preferida sobre otras posibilidades y, en
consecuencia, el agente tiene absoluta potestad de realizar la acción o no” Esponda
Contreras, K. (2018). Según esto, se entiende que la acción moral es el resultado de
un despliegue reflexivo y deliberativo de la conciencia moral, esencial para el desarrollo
de humanxs responsables y comprometidos con la reciprocidad y la alteridad y por
ende con la eliminación de problemas ético políticos como el racismo, el machismo, la
homofobia, entre otros; Filósofos modernos cómo Rousseau, Locke y Hobbes, desde
un enfoque más político, coinciden de cierta manera en el contractualismo, cuando sus
teorías tiran de la idea de que las sociedades conviven por medio de un contrato social
que en algún momento se firmó y que debe respetarse.
También desde las teorías filosóficas de feministas han surgido nociones éticas del
cuidado que tiene en cuenta valores como la empatía y la compasión como
componentes pedagógicos clave para la convivencia pacífica. En psicología, nos
encontramos con autores como Piaget con su teoría sobre el desarrollo cognitivo
intelectual y a Laurence Kohlberg y su teoría sobre las etapas del desarrollo moral.

A pesar de los avances que el desarrollo de las ciencias y las tecnologías, la industria y
el mercado han traído a la humanidad, ésta enfrenta una de sus etapas más violentas y
además justificada, una sociedad que profundiza cada vez más su racionalidad
instrumental. La falta de armonía, de equilibrio entre el razonamiento ético, el moral y el
práctico deriva en un problema que afecta a los diversos seres existentes en el
abordaje de los conflictos individuales y colectivos derivados del encuentro intra e inter
subjetivo en el mundo compartido. Al respecto, Piaget, Kolhberg y Habermas coinciden
en que hay que educar, formar y estimular el desarrollo de la conciencia, el
razonamiento y el discurso moral. Potenciar el saber y la acción moral derivan cuando
menos una Coexistencia pacífica entre grupos lo que resulta más fértil para una
convivencia pacífica, inclusive una democracia más efectiva.

Justificación

Es inevitable la necesidad de hablar sobre la recuperación del valor del saber/ capacidad moral
o como dice Habermas superar la racionalidad instrumental ya que no podemos seguir sumidos
en guerras o conflictos que no permiten el desarrollo efectivo en todas sus dimensiones para
todos y Jueguen Habermas es un autor que pueden brindar luces amplias sobre cómo lograr
armonía entre el discurso ético, el discurso moral y el discurso práctico.
Colombia se encuentra nuevamente apostando por la paz y por una convivencia y democracias
dónde la vida y la dignidad de todos los seres existentes en el ambiente/mundo compartido sea
el objetivo, el fin mismo cuando de relaciones humana-humana, humano-seres se trate. Sin
embargo el conflicto armado interno e histórico que arrastra, cobra nuevas formas en cada
intento de pacificación impidiendo que el diálogo y el consenso se den de forma duradera. En
ese sentido proporcionar explicaciones de la propuesta habermasiana nos ayuda a aclarar el
papel de los diversos grupos sociales en la constancia de la convivencia pacífica

Por otro lado, preguntarnos por las capacidades y condiciones con que cuentan las personas
para que puedan establecerse diálogos y consensos de forma justa es pertinente en una
sociedad que cada vez se individualiza más en función de unos sistemas económicos que
propenden de manera excesiva e interesada por la competencia y el desigual en el crecimiento
económico y que en casos como el de la ciudad de Cartagena, profundiza el discurso ético en
detrimento del discurso moral. En otras palabras, preguntarnos por cómo podemos convivir
pacíficamente es preguntar por como podamos legitimar, validar forma justa los principios que
nos permitirán relacionarnos inter e intra subjetivamente en los mundos compartidos

Metodología

Cronograma

Bibliografía

Roberto Rodríguez Fernández rrfernandez@unicauca.edu.co

Esponda Contreras, K. (2018). La deliberación en Aristóteles: la capacidad moral y la


responsabilidad política. En: Muñoz Joven, L. A. (comp.). Aproximación a la ética y la
ciudadanía, Las responsabilidades en las esferas moral y política. (pp. 93-112). Cali, Colombia:
Editorial Universidad Santiago de Cali. DOI: https://doi.org/10.35985/9789585522404.5
Habermas, J. (1993). Conciencia moral y acción comunicativa.

Habermas, J. (1991). Del uso Pragmático, Etico y Moral de la Razón Práctica

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