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que nos ocupa, de las intuiciones mora- tienen el orden, la jerarquía, la lealtad o la
les. El autor ilustra este aspecto con la sacralidad de la familia –la unidad social
metáfora del jinete –la parte racional de básica– y al promover políticas que se
nuestra mente– que ha evolucionado perciben como una amenaza para la co-
para servir a su amo el elefante –la intui- hesión social. Por el contrario, los republi-
ción moral. Según este esquema los ra- canos estadounidenses parecen apelar a
zonamientos morales funcionan más bien un número mayor de “papilas gustativas
como habilidades adquiridas por los indi- morales” y ser mucho más capaces de di-
viduos para mejorar nuestros procesos rigirse a aquella parte del electorado con
sociales y de cooperación, por lo que no un discurso que habla de manera más di-
entenderemos el razonamiento moral si recta al elefante, en este caso una intui-
pensamos en él como algo que las per- ción moral que tiene muy presente la
sonas hacen por voluntad propia para visión durkheimiana de la sociedad como
descubrir la verdad. un unum que une y cohesiona a un pluri-
bus, una multitud de individuos.
La segunda parte desarrolla el segundo
principio de la psicología moral según La tercera parte gira en torno al tercer
Haidt, a saber, que hay más en la morali- principio: la moralidad une y ciega. Una
dad que solo perjuicio o justicia. En las nueva metáfora recoge lo esencial de
modernas sociedades seculares, herede- estos últimos capítulos: «los seres huma-
ras del proceso racionalizador de la Ilus- nos somos un 90% chimpancé y un 10%
tración, el dominio moral tiende a limitarse de abeja» (p. 271). De este modo alude
a dos componentes básicos: la preocupa- Haidt al carácter dual de la naturaleza hu-
ción por el daño o el sufrimiento y la cues- mana. Somos por una parte seres egoís-
tión de la justicia o equidad. Pero, si tas que compiten los unos con los otros,
atendemos a la evidencia que proporcio- y por otra somos seres sociales que se re-
nan la etnología y la antropología cultural, alizan plenamente en, por y para la comu-
no será difícil ver que aquí opera una abs- nidad; y que son capaces de actos
tracción reduccionista que responde a genuinamente altruistas, de entrega de-
una ética individual y de la autonomía, la sinteresada y de sacrificio –resultado de
cual debería ser ampliada al menos con lo que Haidt llama el interruptor de la col-
los fundamentos de una ética de la comu- mena. Si por una parte la selección natu-
nidad y de la divinidad –sugiere Haidt en ral ha infundido en los individuos un fuerte
la estela de Richard Shweder. Ello daría instinto de autoconservación acompa-
lugar a una paleta de seis receptores gus- ñado de acusados impulsos egoístas y
tativos morales al añadir a las anteriores depredadores, la misma lógica evolutiva
las intuiciones relacionadas con la liber- darwiniana, operando a otro nivel, ha otor-
tad, la lealtad, la autoridad y la santidad. gado a los grupos humanos más cohesio-
Este modelo intuicionista social de la mo- nados y cooperativos una ventaja
ralidad explicaría, por ejemplo, las dificul- competitiva sobre los grupos compuestos
tades con que topa en EEUU el discurso de individuos egoístas. Haidt asume así la
racionalista del Partido Demócrata –y de importancia de la selección grupal –que
los izquierdistas o progresistas en gene- tanto debate suscitó entre los evolucionis-
ral– a la hora de conectar con una amplia tas a lo largo de la historia del darwi-
base del electorado, los conservadores nismo– para el desarrollo de la moralidad
sociales, al no tener en cuenta suficiente- humana. Como resultado se ha dado en
mente la relevancia moral que para estos los últimos cincuenta mil años una coevo-
lución cultura-genes a medida que los in- Sin embargo, aquel que aspire a desvelar
dividuos pertenecientes a aquellas comu- la verdad moral tal vez acoja con reservas
nidades exitosas se autodomesticaban, la propuesta de Haidt que, especialmente
puliendo –que no superando– su áspera en la parte primera parece desvalorizar la
naturaleza animal y adquiriendo rasgos imprescindible reflexión racional y filosó-
que, como sucede en la abeja, favorecían fica al hacerla subsidiaria de nuestras
su capacidad de cooperar por el bien del emociones e intuiciones morales. Es pre-
grupo. Entre estos rasgos Haidt destaca ciso tener en cuenta, sin embargo, que el
el desarrollo de una predisposición natural autor adopta un enfoque descriptivo de la
al sentimiento religioso, entendido este no moralidad dentro del marco de la ética ex-
como un virus que parasita a las personas perimental y que acude a los resultados
para producir en ellas la superstición, la de las investigaciones en neurociencia,
intolerancia y otros efectos perniciosos – evolucionismo, genética y psicología
como sostiene el Nuevo Ateísmo militante moral para determinar lo que las personas
de un Richard Dawkins o un Sam Harris– piensan que es moral. Si bien se acepta
sino como una intuición moral que, si- que el razonamiento importa, si lo que de-
guiendo a Durkheim, sacraliza aquello seamos es influir en la opinión de los otros
que es susceptible de crear comunidad y deberemos apelar a su elefante, y cuales-
así cohesionar una sociedad que se ex- quiera razones que podamos proporcio-
tienda mucho más allá de los meros lazos nar, por muy plausibles que sean, serán
de parentesco. casi siempre estériles en cuanto que re-
sulten contrarias a sus intuiciones mora-
En esta línea durkheimiana, Haidt nos les, ya que “los elefantes mandan”. En
proporciona una definición de sistema todo caso conviene señalar que, aunque
moral como un «conjunto de valores, vir- el enfoque de Haidt es empirista y des-
tudes, normas, prácticas, identidades, ins- criptivo, en nuestra opinión la identifica-
tituciones, tecnologías y mecanismos ción de seis fundamentos morales
psicológicos evolucionados que trabajan básicos comunes a todas las personas –si
para suprimir o regular el interés propio y bien ponderados de distinta manera por
hacer posibles las sociedades cooperati- cada uno– constituye un elemento univer-
vas» (p. 387). Por tanto la moralidad prin- salista que le aleja del relativismo moral
cipalmente une, pero también acarrea un –del que el propio autor se desmarca ex-
coste importante, ya que entre esos me- plícitamente (p.164).
canismos psicológicos que favorecen la
cohesión grupal se cuenta la capacidad Aún hay que añadir otro factor divisivo y
de aceptar acríticamente aquellos aspec- que dificulta el acuerdo en asuntos ideo-
tos que nos confirman y refuerzan en lógicos: nuestros genes, al regular el fun-
nuestras intuiciones morales. La moral, cionamiento de ciertos aspectos
por tanto, también ciega. Por otra parte, neurológicos, producen en nosotros de-
aunque relacionada con este aspecto, tal terminados rasgos disposicionales que
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y como reconoce el propio autor esta de- hacen que las personas sean más o
finición funcionalista de moralidad daría menos propensas a las experiencias no-
altas notas a sociedades fascistas, parti- vedosas y extrovertidas, más o menos
dos estalinistas o sectas religiosas des- miedosas, y con una mayor o menor ne-
tructivas. Por tal motivo no se puede cesidad de orden y estructura en sus
prescindir del proyecto de la ética norma- vidas, lo cual lleva a que sean liberales o
tiva. conservadoras. Este factor genético, sos-
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tiene Haidt, sería mucho más explicativo veces se encuentran detrás de nuestras
respecto a la variabilidad ideológica de las creencias ideológicas y morales. Meca-
personas que la educación, el entorno nismos que, incluso si no se consideran
cultural o el ambiente familiar. fatales o insuperables, habrán de ser te-
nidos en cuenta en todo caso si lo que se
Al terminar estas páginas, la pregunta que pretende es destensar progresivamente la
puede rondar a más de un lector o lectora polarización social –agravada en tiempos
quizá sea: además de razonamiento mo- de “redes sociales” que tienden a recluir-
tivado y autojustificación, en nuestra vida nos en “cámaras de eco”– y avanzar
moral ¿hay algún espacio para cierta bús- hacia una sociedad colectivamente más
queda desinteresada de la verdad y la jus- reflexiva, respetuosa y sensata.
ticia? Si como apunta el psicólogo
neoyorquino nuestra moral y nuestra ideo- Octavio Arriola, Rocío Culebras y
logía están fuertemente determinados por Krasimir Nikolaev
nuestras intuiciones pre-racionales, y si Estudiantes del grado en Filosofía de la
las razones que esgrimimos son casi Universidad Autónoma de Madrid
siempre justificaciones post hoc, aqueja-
das de un sesgo confirmatorio, de creen-
cias escasamente flexibles, la vía hacia el
común entendimiento difícilmente puede ROUTLEDGE HANDBOOK OF
consistir en una deliberación racional que MIGRATION AND
aspire a determinar qué fundamentos mo-
rales y qué principios políticos son prefe-
DEVELOPMENT
ribles a otros. La vocación de conciliación Tanja Bastia y Ronald Skeldon (eds.)
y moderación en Haidt –que se declara Routledge, Londres, 2020
centrista– solo puede plasmarse, desde 622 págs.
su postura intuicionista –no diremos “anti”
pero sí “no racionalista”– en una especie
de sincretismo que pasa por abrir nues- La relación entre la migración y el desa-
tras mentes a las cosas buenas que los rrollo es heterogénea y compleja. Hein de
otros tienen que ofrecer –ya sea el nece- Haas, en su publicación «Migration and
sario papel de un gobierno democrático Development. A Theoretical Perspective»
como limitador de los excesos de las (2010), a través de una reconstrucción del
grandes corporaciones, la superior efica- debate sobre el nexo migración-desarro-
cia y eficiencia de los “mágicos” merca- llo, argumenta cómo una perspectiva me-
dos, o la preservación de las tradiciones ramente economicista de dicha relación
sociales y de las creencias religiosas que no es suficiente para explicar su comple-
dotan de cohesión a nuestras sociedades jidad y heterogeneidad. El nexo migra-
y posibilitan su pervivencia. Posiblemente ción-desarrollo, además de ser complejo
encuentren los filósofos y las personas y heterogéneo, es político (cap. 51). Los
que ideológicamente se sitúen fuera de significados y las concepciones construi-
ese ecléctico centro político argumentos das en torno a estas dos dimensiones, y
para criticar La mente de los justos –sobre a las maneras en que se relacionan, están
todo en sus páginas finales–, pero ello no marcados por elementos culturales e
obsta para que la obra posea el indudable ideológicos que se traducen en políticas
valor de proporcionar una mejor compren- públicas e intervenciones directas. En
sión de los mecanismos que muchas este sentido, desde las ciencias sociales
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fico, para ese análisis del poder (análisis trabajo no excesivamente largo, hacer un
verdaderamente urgente y necesario, recorrido de gran profundidad sobre una
dado sobre todo los tiempos que nos está multitud de aspectos.
tocando vivir); pero también estamos ante
una obra de fuerte carácter literario. En todo caso, van a ser dos los ejes te-
máticos sobre los que trabaja su reflexión.
Son tres los factores que quisiera reseñar De entrada, el tema del cambio político,
en este comentario del libro. Dejo a la lec- es decir, esos momentos en los que, den-
tura del mismo ese desentrañar de la to- tro de esa unidad de poder constituida por
talidad de sus contenidos, pues, el Estado, se produce la sustitución de la
nuevamente, como ya hizo en anteriores cabeza ejecutiva. El Estado –esta es la
libros, el profesor Oliván resulta enorme- tesis central del autor y sobre la que viene
mente creativo, de hecho su escritura es trabajando desde hace más de una dé-
conformada sin el empleo de citas, cir- cada– ha funcionado bajo la mecánica de
cunstancia habitual en otros manuscritos la bola de nieve. Nacido allá a finales de
y que es digna de reconocimiento ante el la Edad Media, se nos presenta en un
modelo de escritura académica preponde- principio como un aparato pequeño y
rante de carácter apalancado, es decir, débil, para ir acumulando poder, vuelta a
hablar por boca de otro u otra de manera vuelta, siglo a siglo, hasta convertirse en
recurrente. Pero como digo, para esta la máquina de dominación más perfecta
nota me conformo con proponer estos jamás concebida por la historia. Como
tres aspectos que no solamente llaman anota el editor en la contraportada, el Es-
poderosamente la atención, sino que re- tado moderno es el modo de organización
sultan sumamente interesantes. política de más alta perfección sistémica.
De entrada, como decimos, ese sustrato Con ello se avanza en una lectura que ya
inequívocamente científico. Oliván viene encontró su análisis teórico en Antropolo-
diseñando desde hace ya varios años gía de las formas políticas en occidente,
toda una línea de investigación que ya el carácter artificial del modo Estado.
empieza a dar grandes frutos. Estamos Frente a otras formas de organización so-
ante un trabajo que profundiza en la sus- cial como la familia, la tribu, la gens, la
tancia del poder en el espacio del Estado horda, por ejemplo, donde de una forma
como lo hacen pocos. Su mirada, aunque u otra podemos detectar fundamentos
va dirigida a la realidad actual que vivimos que pudiéramos denominar “naturales”,
–ese es su principal interés– se levanta, en el caso del Estado estamos ante una
gracias a una erudición ya poco corriente construcción radicalmente artificial, un
y hercúlea, sobre el análisis de casos y modo de organización comunitaria dise-
acontecimientos de todo nuestro espacio ñado desde un principio para el control de
cultural. Sin embargo, en esta obra no se la comunidad política y la expansión de
busca un discurso cerrado y completo, tal esta dominación. Es decir, el Estado tiene
y como hace, por ejemplo, en su última una fecha de nacimiento y, por ello, posi-
publicación, La democracia inencontrable blemente tendrá también un momento de
(Tirant, 2019). Aquí su propuesta queda extinción. Oliván data el acontecimiento
más abierta, la brevedad de los capítulos de ese nacimiento en ese tiempo que la
y su división interna manifiestan ya una historiografía clásica denomina Baja Edad
voluntad fragmentaria alejada del modo Media y Renacimiento, es decir, entre los
sistema, lo que le permite, a través de un siglos X y XIV. Con ello, el modo Estado
se distingue, por un lado, de esas otras se afanan en cubrir, con el velo de la le-
formas a las que hemos calificado de “na- galidad, las vergüenzas del emperador
turales” y que el profesor Oliván vincula al desnudo. Sin embargo, son momentos
derecho privado, tales como la esfera de de horror repletos de violencia. Walter
la familia, pero también de esas otras for- Benjamin los describe como la confronta-
mas asociadas a lo que el autor denomina ción entre el poder constituido, empeñado
“El milagro griego”, es decir, la polis y su en negar todo cambio, y un poder consti-
invención de lo público. tuyente que busca abrir nuevos ciclos. Es
a esto a lo que llamamos “cambio político”
Público y privado se oponen así, no solo y a lo que el autor, analizando las fortísi-
como las dos esferas de convivencia so- mas dosis de violencia física y simbólica
cial, sino como dos realidades históricas que se movilizan, denomina «golpe de
que desarrollan dos formas radicalmente Estado».
distintas de organizar el poder. La tesis de
Oliván es que, el Estado, aún naciendo Si este es el eje central que unifica esta
dentro de la realidad de ese modo confi- obra con anteriores trabajos, hay aquí
gurado por la política (es decir, en el también un nuevo eje, justamente ese
marco del espacio público) recrea, en su que da razón de ser al título del libro: «El
cúpula, las formas privatistas de organi- golpe de estado como espectáculo». Es
zación del poder. En definitiva, tras el fra- decir, frente a los otros modos de organi-
caso de la polis con la crisis del Bajo zación social de tipo familiarista, es decir,
Imperio, y que se arrastrará a lo largo de esas tribus, gens, hordas, etc., donde el
toda la Edad Media, en esos siglos que cambio se produce siempre en la intimi-
van del X al XIII se diseñará, fruto del tra- dad de “la casa” –Oliván lo describe como
bajo de las universidades y con el apoyo la alcoba–, en el modo Estado esos cam-
del descubrimiento del Corpus Iuris Civilis bios requieren de una espectacularidad
justinianeo, un nuevo modo de organiza- propia. Es decir, en el modo Estado, esos
ción política: el Estado moderno. momentos de cambio se presentan bajo
la forma del espectáculo. Una teatralidad
Ahora bien, también desde sus orígenes, que, en el espacio que ocupa occidente,
el Estado, los Estados, tienen un punto constituyen desde siempre el mayor es-
débil, es el momento del cambio político. pectáculo del mundo.
En esos momentos de sustitución del
poder, ya sea por la muerte del rey, la cri- Para explicar este fenómeno, Oliván re-
sis de un gobierno, el agotamiento de una coge un viejo mito que sobrevivirá en
legislatura, el surgimiento de otras fuerzas Roma casi hasta tiempos históricos, el co-
o la pérdida de confianza en la mayoría, y nocido como “Rey del bosque”. Frazer, en
que inevitablemente se dan cada cierto La rama dorada (FCE, 2011), nos des-
tiempo, el aparato político entra en una cribe esta leyenda del siguiente modo. En
crisis que amenaza con destruirlo. Es ahí la región de Nemi, entre los montes Alba-
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donde el autor centra su análisis pues es nos, había una tradición que, a nuestra
en esos momentos de cambio cuando el mentalidad, resulta absolutamente incom-
cuerpo del Estado se contempla en su prensible. En el bosque vivía un ermitaño
máxima desnudez. Los juristas, como los que era reverenciado como un verdadero
sacerdotes de las viejas religiones, nos rey, sin embargo, estaba sometido a una
dice, se aprestan a borrar esos detalles. ley inexorable: para alcanzar ese reinado
La ideología, la propaganda y el derecho tenía que asesinar al anterior titular del
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mienzan a decaer: cada vez cuesta más introducirse los smartphones. A cada
esfuerzo lograr alguna mejora, estas son salto, el coste en terminales, nuevas an-
cada vez menores, y llega el momento en tenas, sustitución de las antiguas y con-
que el simple mantenimiento de la com- sumo energético, debido sobre todo a la
plejidad existente comienza a exigir más ampliación de la cobertura y al incremento
y más energía (el efecto Reina Roja, en del tráfico de datos, fue aumentando de
honor al personaje de Lewis Carroll). En manera considerable. La 4G apenas su-
última instancia la sociedad comienza a puso, desde el punto de vista de la funcio-
perder complejidad y entra en lo que Tain- nalidad, más que una ampliación en el
ter denomina colapso (esto es: una reduc- ancho de banda (más velocidad). Y en
ción brusca y profunda del nivel de ese punto estábamos cuando la industria
complejidad). decidió dar un nuevo salto e inventó la 5G
cuyos costes anunciados resultan desco-
La apuesta por la quinta generación de te- munales no sólo en instalaciones nuevas
lefonía móvil es un moderno ejemplo de (incluidos miles de satélites) sino también
este proceso y un claro aviso de la llegada en consumo energético (varias veces el
de nuestra civilización industrial a dicho de la 4G). Y toda esta nueva complejidad,
punto de inflexión. Si nos remontamos al ¿para solucionar qué problema social,
inicio de la telefonía deberemos reconocer exactamente? Entre las funciones nuevas
que supuso un salto de enorme trascen- que se han anunciado se incluyen la lla-
dencia en las capacidades sociales de co- mada “internet de las cosas” (conexión
municación a distancia, con un coste domótica de electrodomésticos, por ejem-
relativamente bajo en instalación de lí- plo), la conducción de vehículos autóno-
neas de par trenzado y en construcción mos, la descarga casi instantánea de
de centralitas y terminales, relativamente películas, la comunicación más rápida
sencillos de fabricar con la tecnología del entre robots en las fábricas o la posibili-
momento: la curva de rendimientos de la dad de realizar operaciones quirúrgicas a
complejización en esta área tecnológica distancia. A nada que se sopesen costes
comenzaba con una pendiente elevada. contra beneficios parece claro que hemos
La puesta en marcha de la primera gene- llegado a unos escasos rendimientos so-
ración de telefonía celular (analógica, en ciales comparados con el salto de com-
1979) fue otro salto notable en las capa- plejidad/energía/recursos que se nos
cidades de telecomunicación, al indepen- propone (o más bien se nos impone,
dizarlas de un punto fijo de conexión. Las puesto que los planes de despliegue
inversiones comenzaban a complicarse, están ya en marcha, con un nulo debate
pues ya no servían los millones de km de público).
cables de la telefonía fija y se necesitaba
instalar antenas allí donde quisiera ofre- En este contexto es en el que se publica
cerse cobertura. un pequeño pero bien armado arsenal de-
fensivo contra la 5G en forma de libro.
La siguiente generación, la 2G, supuso Sus coordinadores (y autores de buena
otro paso relevante de la mano de la digi- parte de los textos) son Adrián Almazán y
talización, aunque realmente el gran Jorge Riechmann, representantes de dos
avance de liberarse del punto fijo de co- generaciones de filósofos implicados en
nexión se había producido ya en la fase la lucha ecologista más consciente, y que
anterior. La 3G aportó después la primera se están destacando en estos últimos
conectividad a Internet, y comenzaron a tiempos por una crítica radical al desplie-
exento de emisiones de CO2, más bien tidiana y económica» (p. 15). El golpe de
todo lo contrario). A los autores españo- Pinochet o la desintegración de la URSS
les, con Almazán y Riechmman a la ca- fueron algunos de los shocks históricos
beza, se une en el primero de los textos, aprovechados por el neoliberalismo para
el que introduce el concepto de doctrina imponer por la vía rápida los dogmas de
del shock digital, el colectivo francés los Chicago boys, como nos reveló Naomi
Écran total. Klein. Ahora el libro de Riechmann y Al-
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CUADERNO DE NOTAS
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rramos a cualquier clavo ardiendo para como es lógico esperar, sobre todo entre
evitar la acción, para terminar planteando quienes demuestran más sensibilidad con
líneas de acción, de lo individual a lo co- respecto al alcance de los nefastos im-
lectivo en las que, más allá de los cam- pactos, así como la capacidad de poder-
bios que habitualmente se nos proponen los contrarrestar, y también entre aquellos
para atajar la crisis ambiental, adquieren que sienten la responsabilidad y el miedo
relevancia otras cuestiones como la cons- de estar hipotecando, con determinados
trucción de igualdad, la mejora de condi- comportamientos, el futuro de las genera-
ciones de vida, sueldos y tiempos, las ciones venideras. ¡Qué ansias o, mejor
redes de cuidados o la apelación a valo- dicho, qué eco-ansias!
res como la austeridad bien entendida, la
fraternidad, la cooperación, la empatía, la El contenido de este libro cuenta la histo-
paciencia o la solidaridad para promover ria y las preocupaciones de Irene Baños,
transformaciones sociales. una periodista especializada en temas
ambientales, cuenta su experiencia y la
FUHEM Ecosocial construcción de esta “conciencia ecoló-
gica” que, sin embargo, y como reconoce
la misma autora, podría ser la historia de
cualquier persona que mira de forma no
miope y con sensibilidad crítica, pero no
paralizante, la gran crisis multidimensional
que estamos viviendo y que, muy posible-
mente, sufrirá un aumento en la intensi-
dad de sus consecuencias negativas en
un futuro no muy lejano.
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¿Y ahora qué compro? ¿Estaré haciendo Y eso, sin pretender buscar recetas per-
lo correcto? ¿Por qué tengo que dejar de fectas, sino intentando buscar soluciones
comer carne mientras otros viajan en su que se dediquen a atacar las causas y no
avión privado? ¿En qué plásticos están solo los síntomas de la enfermedad.
envueltos los alimentos? ¿qué impactos
tiene la camiseta que he elegido? ¿qué “Las empresas están empezando a reac-
consecuencias tienen los lujos que esta- cionar ante la presión de los consumido-
mos normalizando en las sociedades más res que exigen productos más
opulentas? sostenibles, y así, sí se puede motivar el
cambio. Así, y votando, porque el cambio
Con estas inquietudes como telón de tiene que ir acompañado de políticas de
fondo, mejor dicho, estas ecoansias con apoyo”, escribe la periodista. Quizás,
las cuales lidiar, Baños nos invita a ser apartando un poco ese eje de pragma-
parte activa de la solución, desde el sen- tismo un tanto ingenuo que, a veces,
tido común, sin dar con fórmulas mágicas, sigue inconscientemente la lógica que el
ni con soluciones unívocas, sin pretender sistema quiere que sigamos, siendo los
dar recetas, sin buscar la perfección en falsos protagonistas de cambios cosméti-
las respuestas. El suyo pretende ser un cos, habría que recordar que ese cambio,
llamamiento a la acción. justo y sostenible para todos y todas, ten-
dría que ser impulsado y exigido por la po-
“…no podemos dejar que lo perfecto sea lítica a través de un papel activo, y no
enemigo de lo bueno”, es una frase que parasitando procesos impuestos y contro-
resumen todo el pragmatismo bien inten- lados por otros actores. ¿Nosotros de ver-
cionado de la autora, para que los indivi- dad tenemos ese poder de empezar el
duos nos organicemos, para que nos remolino que lo cambia todo? Combatir
hagamos oír mejor. En ese sentido, Baños los espejismos significa combatir, por
reconoce un papel central y un gran poder ejemplo, el buenismo de lo bio, aconsejar
a la responsabilidad y capacidad indivi- o discutir sobre otros modelos o pautas al-
dual de cada uno de nosotros para cam- ternativas de consumo que se salgan de
biar las cosas, pero quizás de un modo un lo convencional, pero sin perder nunca de
tanto inocente. Sin negar aquí la impor- vista que, para mucha gente, esas pautas
tancia de ser individuos críticos, conscien- o esos modelos siguen siendo inalcanza-
tes, solidarios y comprometidos, hasta bles y marginales, que no tienen libertad
que el engranaje del sistema capitalista de elegir y, sin embargo, esto debería ser,
no se rompa, quizás será muy difícil salir dentro de lógicas no capitalistas, un dere-
del mero reformismo e intentar ser más cho para todas las personas.
radicales en la búsqueda de soluciones
realistas y verdaderamente rompedoras. FUHEM Ecosocial