La pantomima o su subgénero dramático la mi mica es una representación artística en escena

donde el lenguaje no verbal es su más importante característica ya que pretende trasmitir

emociones a través de movimientos coordinados dando uso de su cuerpo como trasmisor de
lenguaje, se entiende que cuentan una historia sin usar palabras, solo sus expresiones faciales y
corporales llegando al entendimiento visual de público, por otro lado la lengua de señas más que
representar un arte, es una de las tantán formas de comunicación que poseemos como seres
humanos en el mundo posee un alfabeto y una construcción de lenguaje así como lo poseen otros
idiomas de diferentes países y naciones, su objetivo no es entretener si no brindar las
herramientas de comunicación para lograr una interacción entre nosotros mismos.

Nos es muy difícil reconocer la diversidad que independientemente de una discapacidad nos
representan a cada uno de nosotros, culturalmente o por adoctrinamiento de generaciones
pasadas rechazamos o aislamos cosas o situaciones que ni siquiera entendemos, de este modo
creamos mitos o creencias erróneas frete a diversas situaciones en este caso particular
enfocándonos en la sordera se desencadenan múltiples malas informaciones que nos llevan a caer
en ignorancia o irrespeto hacia personas con este tipo de condición, como por ejemplo entre las
más comunes están: “porte es sordo no puede hablar”, una afirmación como esta clasifica y pone
etiquetas, ya que hay muchos casos donde la perdida de la audición se presenta cuando la persona
ya adquirido el lenguaje verbal, o en otro de ellos casos hay implantes u otra serie de tratamientos
que pueden ayudar a las personas con sordera o pérdida parcial de la audición a que adquieran el
lenguaje y puedan hablar, otro mito que se puede generar en los espacios educativos es que “los
niños que presentan sordera aprenden más lento”, esta afirmación es totalmente errónea ya que
es claro que si hay agentes educativos capacitados tendrán la capacidad para impartir
conocimiento y eliminar las brechas de aprendizaje que se puedan presentar en el aula sin
importar condición o limitaciones, esto reconociendo que la sordera no delimita la capacidad de
los niños en la adquisición de aprendizaje o su facultades cognitivas.