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Apuntes – Medio ambiente y sociedad

Este libro consiste en una serie de investigaciones que, desde distintas perspectivas,
enfoques y temáticas, tratan sobre la relación entre la naturaleza y el medio ambiente. En sí,
el propósito del libro es abrir y construir nuevas miradas desde las ciencias sociales para
comprender los procesos relacionados sobre la reapropiación de la naturaleza, los derechos
sociales del medio ambiente y la construcción de nuevos territorios sustentables.
Desde la década del 60, los problemas ambientales fueron principalmente preocupación de
las ciencias naturales y la economía. Solo a partir de finales del siglo XX, los problemas
ambientales comenzaron a ser objeto de preocupación para las ciencias humanas y sociales.
Este libro aborda lo ambiental desde tres temáticas principales: una discusión conceptual de
los riesgos ambientales; la racionalidad y territorio abordado desde lo jurídico y la nueva
institucionalidad nacional y conflictos ambientales asociados a recursos como el agua,
minería y la pesca artesanal.
Apartado I: Conceptos, debates y aproximaciones
El primer artículo expuesto en este libro discute sobre las implicancias ambientales que
tiene el desarrollo del progreso y de la sociedad moderna, destacando las grandes
contradicciones resultantes entre los avances tecnológicos y científicos y las consecuencias
perjudiciales al medio ambiente y la naturaleza.
“la humanidad colisiona con los éxitos que acompañan su desarrollo y creciente bienestar”
(pág 29).
Gracias a la actividad humana, el medio ambiente se esta interviniendo de manera negativa
o se esta modelando a medida de los intereses del neoliberalismo y sus actividades. Estas
actividades están entrando en contradicción con el modelo de desarrollo económico y social
que necesita nuestra sociedad.
El control de las amenazas ambientales debe comprometer a su sociedad en su conjunto, no
a sistemas o áreas aisladas (conocimientos, educación, leyes, ética).
Marco epistemológico: el ambiente y las atribuciones que se le entregan pasan por
resultados de operaciones comunicativas realizadas por sistemas sociales que participan de
la sociedad.
El medio ambiente no tiene un mecanismo social para comunicar sobre sus problemas. Solo
tiene signos de irritación que afectan a las poblaciones. De la forma en que comuniquen
estos problemas las comunidades es como se visualizan en la sociedad en su conjunto.
“Los sistemas funcionales sólo tienen la posibilidad de orientarse internamente hacia
problemas identificados por su propia estructura y no obedeciendo a un principio
integrativo a nivel global” (pág 38)
Esto quiere decir que diferentes organizaciones participan de la comunicación ambiental,
pero que se limitan a describir las consecuencias de sus actividades sociales en el medio
ambiente según sus determinaciones estructurales propias. El ámbito publico (gobiernos,
municipios, hospitales), el privado (empresas, medios de comunicación) y organizaciones
no gubernamentales (comités ambientales, ong, etc.) observan los problemas a través de sus
propias estructuras, parcializando las observaciones.
“El medio natural donde operan los sistemas sociales solo logra irritar a alguno de los
sistemas sociales cuando desde las posibilidades de observación de estos sistemas, existe la
posibilidad de comunicar sobre ello.” (Pág 39)
La reflexión de las causas y efectos de los problemas ambientales se mueve a través de
sistemas autónomos, con lo que generan comunicaciones contradictorias y limitantes,
impidiendo una reflexión unitaria y un abordaje de los problemas ambientales globales.
A pesar de que los riesgos ambientales afecta a toda la población global, los países
subdesarrollados y periféricos están en desventajas.
“(…) las personas con menos posibilidades de inclusión social son las que se ven más
expuestas a un ambiente contaminado y, en muchos casos, nocivo para la salud” (Pág. 42)
Ante esta situación ocurre una contradicción recurrente en los países y territorios en vías de
desarrollo. Al momento de instalarse una empresa con una actividad industrial perjudicial
para la naturaleza y la propia salud de las personas, muchas veces se omite estos efectos de
su instalación y se privilegia el impacto económico que pueda producir a partir de la
generación de empleo y satisfacción de necesidades básicas de sustento para la población
afectada por efectos ambientales nocivos.
“los movimientos de protesta son un nuevo tipo de sistema social que tiene por función
provocar inestabilidades comunicativas en la sociedad contemporánea, reintroduciendo el
peligro en los riesgos, construyendo formas a través de las cuales la sociedad de observa a
si misma” (pág. 44).
La gobernabilidad en relación con los riesgos ecológicos tiene que ver con ciertos tipos de
orientación y coordinación social, siendo la capacidad política para intermediar intereses,
garantizar legitimidad y resolver conflictos.
Uno de los problemas recurrentes del sistema político son los conflictos por el acceso a los
recursos naturales.
Las expectativas de las comunidades en torno a las operaciones sociales que afectan su
territorio y las percepciones sobre sus efectos, son fundamentales para observar el impacto
social de las amenazas ambientales.
Ante toda la discusión antes expuesta, desde las ciencias sociales, emergen dos conceptos
relevantes para abordar las problemáticas ambientales globales: “Racionalidad Ambiental”
y “Riesgos Ecológicos”
Racionalidad Ambiental: Propone una nueva valoración de las formas productivas que
emerge de una transformación social, en la cual el resguardo de los recursos naturales se
transforma en uno de los principales objetivos por alcanzar. Esta visión se rescata el
vinculo entre valores culturales, principios éticos y prácticas productivas que se opongan a
la devastación del medio natural.
Se habla de racionalidades ambientales cuando los diferentes sistemas observadores
observan sus propias distinciones y evalúan los riesgos ecológicos que involucran.

Territorio y ciencias sociales: trayectorias espaciales y ambientales en debate (Enrique


Aliste)

El concepto de territorio sienta sus bases en la influencia de la sociedad sobre el espacio


vivido. Teniendo en cuenta este aspecto, surge la necesidad de visualizar los modos y
trayectorias espaciales como señales de los significados asociados a la dinámica del
territorio.
Lugar como noción de posición y ocupación, de referencia. El concepto de lugar hace
alusión a la conexión con lo cotidiano en un espacio que se socializa, que se va haciendo
propio. Esto nos lleva a afirmar que el concepto de territorio debe ser capaz de contener
espacios cargados de lugares, de significados, de lecturas y de hechos que adquieren
sentido y diversas formas de expresión.
El concepto de territorio evoca a una idea de espacio concebido de diferentes formas: como
propiedad, de lugar, de identidad, de memoria, de historia, de lo político, lo cotidiano y lo
complejo. En relación a lo ambiental, el territorio es continente y contenido de los
diferentes fenómenos, consecuencias, impactos o aspectos ambientales, estableciendo un
dialogo constante entre ellas.
Para entender la influencia reciproca entre medio ambiente y territorio, es importante
entender el papel y rol de mediador que juega la cultura en esta relación. El territorio se
aprecia y se materializa en el paisaje.
Idea de trayectoria y dinámica del territorio.

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