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1. Las mujeres tienen que trabajar 79 días más al año para cobrar lo mismo.
4. Desigualdad estructural.
La diferencia entre lo que ganan hombres y mujeres en España por un trabajo de igual
valor se situó al cierre de 2012 en un 23,93%, la tasa más alta desde el año 2002 y
resultado de un incremento sostenido desde el inicio de la crisis económica que, en la
práctica, supone que para obtener la misma pensión, una trabajadora deba cotizar once
años y medio más que su homólogo masculino.
Esta es una de las conclusiones del informe de UGT Trabajar igual, cobrar
igual, presentado este lunes por su responsable del área de Igualdad, Almudena
Fontecha, con motivo de la conmemoración, el 22 de febrero, del Día por la Igualdad
Salarial. Con datos de 2008 a 2012, afirma que España es ya la "campeona europea" de
brecha salarial.
"No sólo nos hemos vuelto a situar en los niveles de 2002, sino que esta brecha se
produce cuando la tasa de empleo es menor, es decir, hay menos mujeres trabajadoras y
sufren una mayor brecha salarial", ha señalado Fontecha. En total, las diferencias
retributivas por género implican que en 2012 las mujeres dejaron de percibir 27.783
millones de euros en sueldos y que tendrían que trabajar 79 días más al año para ganar
lo mismo que ellos.
"A las mujeres se nos decía que alcanzaríamos nuestro maná de la igualdad cuando
tuviéramos los niveles de formación que el mercado laboral demandaba y cuando
pudiéramos conciliar. Hoy ninguno de estos argumentos se soporta. No existe ninguna
razón objetiva que justifique que a las mujeres se les pague menos", afirma Fontecha,
que apunta al "dumping y la competencia empresarial" como otra posible causa.
Teniendo en cuenta que Eurostat sólo refiere la brecha salarial en sueldo por hora, sin
considerar la jornada parcial y en determinadas empresas, UGT indica que España
alcanza una de las cotas más altas del entorno comunitario, con un 19,3% (similar al
20,2% registrado en 2002), frente a una media europea del 16,5%. Sólo Hungría,
Alemania y Eslovaquia superan el 20%.
El informe toma como referencia las encuestas anuales de estructura salarial del
Instituto Nacional de Estadística para mostrar cómo la brecha salarial se ha
incrementado entre 2008 y 2012 en prácticamente todos los sectores de actividad.
Destaca el incremento experimentado en servicios relacionados con lo público: en el
ámbito educativo la brecha creció un 7,65% en cinco años, y en el sanitario y social se
incrementó un 6,02%.
UGT explica que las diferencias más elevadas de salarios se producen en las
ocupaciones que exigen menos cualificación, precisamente las más feminizadas, como
en el sector servicios, donde las tareas no cualificadas son realizadas en un 80% por
mujeres, que cobran un 30,67% menos que sus iguales varones. No obstante, también
hay brecha en las cotas más altas, donde las directoras y gerentes cobran un 16,08%
menos que los hombres en estos puestos.
"La recuperación económica de nuestro país pasa por el reconocimiento del trabajo
remunerado de las mujeres en términos económicos. Se revela como una vía primordial
de reactivación del consumo ya que son ellas las encargadas de una parte importante de
las compras dentro de los hogares españoles, ello acarrearía el aumento de la demanda
de productos del mercado, la creación de empleo y además, contribuiría a eliminar parte
de la pobreza en nuestro país", concluye UGT.
El contrato a tiempo parcial en
España (y la UE) es para las
madres
El 30% de las mujeres con hijos y empleo tiene trabajo por horas
frente al 6% de padres. Hay menos diferencia que en Europa
El País Madrid 8 MAR 2016 - 08:34 CET
Si una es madre, es mucho más probable que trabaje por horas. Según los datos
publicados por Eurostat este lunes, con motivo del Día Internacional de la Mujer(que se
celebra este 8 de marzo), en España, el 30% de las mujeres con hijos tiene un contrato a
tiempo parcial, mientras que en el caso de los padres esa proporción ronda el 6%. Son
datos de 2014 referidos a la población ocupada entre 25 y 49 años, una franja donde se
concentra la crianza de hijos a edades tempranas. Y es también un claro indicador de
que la conciliación de la vida laboral y familiar recae en mucha mayor medida en
las mujeres.
Si tener hijos eleva la probabilidad de tener un trabajo por horas para las mujeres (del
21,5% al 30% de las ocupadas), lo reduce en el caso de los hombres con empleo (del
9,5% a cerca del 6%). En parte, tiene que ver con la edad -los jóvenes se ven forzados a
aceptar contratos a tiempo parcial, y es más probable que logren una jornada a tiempo
completo con la experiencia, cuando muchos son ya padres-. Pero en el caso de las
mujeres ese factor pierde claramente peso en favor de la conciliación con la vida
familiar, cosa que no ocurre con los hombres.
La contratación a tiempo parcial ha aumentado con la crisis: si en 2007 el 11% de los
ocupados trabaja por horas (el 3% de los hombres y el 21% de mujeres), en 2014 esa
proporción superó el 16% (el 7% de los ocupados y el 26% de las empleadas). Es un
patrón que se repite en los países más golpeados por la recesión (Grecia, Irlanda,
Portugal, Italia...).
Así, en Holanda el 79% de las madres con un hijo (el 87% de las que tienen tres) tiene
trabajo a tiempo parcial, frente al 14% de los hombres (el 12,3% cuando son tres o más
hijos). En Alemania, la proporción es el 59% de las madres con empleo frente al 5% de
los padres (con un hijo) y la diferencia se estira (78% frente al 7%) cuando se tienen
tres o más hijos. Austria y Reino Unido exhiben cifras similares, mientras que la brecha
es aún más significativa en Luxemburgo: el 52% de las madres con tres hijos con
empleo trabaja por horas, mientras que en el caso de los padres el porcentaje es
irrelevante (cercano al 0%).
PRESIDENTA DE FADEMUR
El convenio del campo firmado para los próximos cuatro años establece subidas de
entre el 0,60% en esta campaña y el 1,4% en 2017. El jornal de 6,15 horas para un
trabajador agropecuario se establece en 49,60 euros, mientras que para vareadores y
recogedores de la aceituna es de 50,67 euros. Las diferencias salariales empiezan a
establecerse cuando se trata de jornaleros que usan maquinaria agrícola, una tarea
mayoritariamente destinada a los hombres. Así, un tractorista cobrará 53,68 euros el
jornal, y un auxiliar de vibradora autopropulsada o un vareador con vara mecánica,
52,93 euros. “A las mujeres nos pagan como peones, pero lo cierto es que hacemos las
mismas tareas que los hombres en el campo”, zanja Paqui Murillo mientras recoge la
aceituna en Baeza.
Desigualdad estructural
El País. Prat del Llobregat, Barcelona 25 MAY 2014 - 00:00 CEST
La mayoría de los ciudadanos españoles, las mujeres, soportamos una realidad flagrante
marcada por la desigualdad en derechos y deberes. Las ganancias por nuestro trabajo
son un 30% inferiores a las que perciben nuestros conciudadanos varones; con un nivel
de formación similar o superior, seguimos soportando menores oportunidades para
ocupar cargos de responsabilidad. La presencia de mujeres en muchos ámbitos y
puestos de responsabilidad decrece a medida que devolvemos al ámbito familiar todas
aquellas tareas de cuidado de las cuales se beneficia el conjunto de la sociedad.
Es una violencia de la que no se habla. O se habla poco. Y el debate sobre la
desigualdad sigue pivotando en torno a cuestiones de violencia física. Continuamos sin
situar el centro de la cuestión: existe una desigualdad estructural en España por la cual
la minoría disfruta de mayores derechos y oportunidades por el simple hecho de
pertenecer al género masculino.— Gloria Rodríguez Klaus.
“Para estas mujeres ha supuesto el final de una lucha muy larga”, manifestaba Benson.
El jefe del equipo legal que las defendió ha explicado que, si bien los salarios de
hombres y mujeres eran los mismos sobre el papel (entre 10.000 y 15.000 libras
anuales), solo ellos percibieron unas pagas extraordinarias que en la práctica podían
llegar a doblar el sueldo. “Las mujeres solo quieren recibir el mismo pago por el trabajo
que hicieron”, apostilló el abogado. Trabajos como “limpiar, vestir, cuidar de otras
personas… hacer de todo” que Joan Clulow realizó durante cinco lustros sin
bonificación alguna: a esta hoy septuagenaria se le “revuelve el estómago” al rememora
el doble rasero salarial por razones de género. Su compañera Pam Saunders (67) se
mostraba contenta por la victoria, pero también “enfadada por haber tenido que llegar
tan lejos para conseguir lo que era nuestro”.