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Un arco de flores de cempasúchil mezclado con amapolas, generan un aroma que sin duda ameniza y le da ese
toque agradable al ambiente y al hogar que esta se presta para acobijar la ofrenda y al ser querido que está por
llegar. Según la costumbre de este pueblo, este arco representa la entrada y la salida del inframundo y que en
toda ofrenda de la región oaxaqueña se realiza a base de flores que ellos mismos siembran en agosto para que en
el mes de Noviembre estas estén listas para el altar que ofrendan a sus ánimas y que le da un color excepcional
que se congenia con la luz de las velas que en la mayoría de las veces ellos mismos también las realizan a base
de cera de abeja.
Día de Muertos, en ese municipio no solo es para recordar a sus seres queridos sino también para hacerles una
fiesta con el llamado “TORO DE PETATE”, que es solo una representación de un toro elaborado con palma
seca y que encabeza el desfile que recorre todo el pueblo, he allí el nombre que adopta. Dentro de esta
celebración participan habitantes que se caracterizan como animales y otros como vaqueros que según narran
ellos, representa la búsqueda del toro para que los jaguares no se lo coman. En compañía con una banda de
viento de la misma comunidad que le da un ambiente de alegría y felicidad que no se hace esperar y se nota en
cada uno de los rostros de los vecinos que disfrutan pasar el desfile por sus casas. La celebración junto con el
desfile empieza desde las 10 de la mañana para terminar a las 9 de la noche con una misa que el sacerdote
ofrece en el panteón del pueblo.