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Apunte Derecho Internacional Privado Primer examen.

Unidad 1.

Definición: Conjunto de casos jusprivatista con elementos extranjeros y sus soluciones, descritos casos y
sus soluciones por normas inspirados en los métodos indirectos, analíticos y sintético judicial, basados
las soluciones en el respeto al elemento extranjero. – Goldshmith.

Los casos en los que se interesa el DIPr son los relativamente internacionales (nace nacional pero se
convierte internacional) y absolutamente internacional que nacen con componentes extranjeros desde
su origen. En el derecho privado rige el principio de la extraterritorialidad pasiva, el juez no solo aplica el
derecho propio sino también el derecho extranjero. Para que sea parte del DIPr el caso debe contener
al menos un elemento extranjero.

Las soluciones que ofrece el DIPr pueden ser territorialistas, extra territorialistas y soluciones no
territorializadas. Las soluciones territorialistas aplican el derecho privado del juez, en caso de soluciones
extra territorialista el juez aplica el derecho extranjero (Lex Fori), por ultimo las soluciones no
territorializadas se da en contratos extranjeros internacionales en donde prevalece la autonomía de la
voluntad, las partes actúan como legisladores.

Métodos para solución de problemas Jusprivatista.

 Método Indirecto: elegida la solución extra territorialista se ponen en tela de juicio ante el juez
diferentes legislaciones, en este caso la norma indica el derecho aplicable de allí su nombre
indirecto, es univoco en los casos relativamente internacionales mientras que es multivoco en
los casos absolutamente internacionales. En estos últimos casos además se necesita un método
auxiliar además del método indirecto, estos son el método analítico-analógico y el sintético-
judicial.
 El método analítico analógico es analítico porque descompone la norma en sus distintos
aspectos, Ej: forma, capacidad, validez, efectos con el fin de aplicar a cada uno un derecho
idóneo. En este método el análisis de la controversia se realiza utilizando analógicamente las
categorías del derecho civil, de allí su nombre.
 El método sintético judicial: hace referencia a que solo lo aplica el juez que ante un caso
jusprivatista con componente extranjeros donde se aplican varios derechos para la solución del
problema pero la solución planteada es incoherente, el juez adapta los distintos derechos para
sintetizar la sentencia logrando un resultado justo – Caso Grimaldi.

El respeto al derecho extranjero es fundamental en estos casos jusprivatistas para ello se hace uso de la
teoría del uso jurídico en donde se trata de imitar la sentencia del juez extranjero cuyo derecho es
aplicable.

Tanto el DIPr como el DIPub, se nutren de la misma fuente axiológica: en efecto, los Tratados de
Derechos Humanos que impregnan los contenidos de las normas y colman los vacíos legales revistiendo
una envolvente influencia que se destaca como fuente primigenia y principal de ambas vertientes
jurídicas.

Objeto del DIPr.


El objeto del DIPr está dado por la relación jurídica privada internacional. Empero, no es cualquier
relación jurídica, sino una relación calificada, cuya nota tipificante la constituyen dos elementos:

a) Debe tratarse de relaciones de Derecho Privado.


b) obligaciones, contratos, filiación, adopción, derechos reales, obligaciones extracontractuales,
etc.; esto es, relaciones horizontales o entre particulares en que ninguna de las partes actúa
revestida de un poder soberano o estatal, lo que no significa que una de las partes no pueda ser
un Estado pero actuando como particular.

El contexto internacional en que estas relaciones se desarrollan. Este es el elemento que distingue al
DIPr de otras ramas del Derecho Privado. ¿Por qué? Porque son relaciones entre particulares que al
desplegarse en el contexto internacional conducen a la vinculación de dos o más ordenamientos
jurídicos.

El elemento extranjero implica que el caso jusprivatista multinacional debe vincularse a través de por lo
menos uno de sus elementos personales, reales o voluntarios con el Derecho de un Estado extranjero.

En definitiva, la relación jurídico-privada internacional puede definirse como aquella que presenta una
vinculación entre dos o más Derechos, es decir que pone en relación a distintos sistemas jurídicos.

Es decir que para que el supuesto pertenezca al DIPr Debe haber al menos un elemento de la relación
jurídica de carácter extranjero.
Los elementos de la relación jurídica pueden ser: personales (por ejemplo, domicilio, residencia habitual
o nacionalidad de los protagonistas), reales (por ejemplo, lugar de situación del bien) y conductistas o
voluntarios (por ejemplo, lugar de ejecución o lugar de cumplimiento de un contrato).

Tipos de relaciones DIPr Según los componentes extranjeros.

a) Relaciones jurídico-privadas absolutamente nacionales: son aquellas en las cuales todos sus
elementos se vinculan a un mismo país. Por ejemplo, el caso en el cual se juzga la validez de un
matrimonio celebrado en Argentina, contraído entre dos personas de nacionalidad y con domicilio en la
Argentina.

b) Relaciones jurídico-privadas relativamente internacionales: son aquellas que nacen como un caso
absolutamente nacional, pero que por una circunstancia sobreviniente se convierten en internacionales.
Ejemplo: se juzga la validez de un matrimonio celebrado en España, entre dos españoles con domicilio
en España, que se trasladan a Argentina fijando su domicilio en el país e interponen demanda de
divorcio ante los jueces de la República.

c) Relaciones jurídico-privadas absolutamente internacionales: el caso ya desde su génesis muestra


elementos internacionales, reclamando la posible aplicación de varios Derechos. Por ejemplo,
controversia sobre la validez de un matrimonio celebrado en Roma entre un francés y una española, en
este caso entran en juego varios sistemas jurídicos, el español y el francés por la nacionalidad de los
esposos y el italiano por el lugar de celebración del matrimonio.

Caracteres del DIPr.


El carácter internacional de la situación privada justifica ampliamente un régimen autónomo, de forma
general más flexible, en razón de la concurrencia de factores exógenos, que el que rige las relaciones
internas. La posición enunciada estriba en tener en claro que los caracteres del DIPr son:

1) Estatalidad: Cada país tiene su propio DIPr. En Argentina, por ejemplo, las normas contenidas en
el Libro 6 Título 4 del nuevo Código Civil y Comercial reflejan este carácter, aunque no de
manera completa pues continúa existiendo cierta dispersión en el DIPr autónomo ya que son
varias las leyes especiales que completan la regulación jurídica de la materia.
2) autonomía científica: La autonomía científica no plantea discusión alguna desde que se trata de
una disciplina jurídica diferenciada. Desde mediados del siglo pasado está reconocida su
autonomía científica al tener un objeto propio, un método específico y un sistema propio de
normas.
3) exclusividad: La exclusividad del DIPr significa que a la hora de resolver los problemas o
cuestiones jurídicas que suscitan las relaciones jurídico-privadas internacionales, los tribunales
del país aplican sus propias normas, sean de la dimensión que fueren, pero se aplican con
exclusividad las normas nacionales de DIPr. En suma, significa que los jueces argentinos aplican
exclusivamente las normas nacionales de DIPr para:
 determinar la jurisdicción de tribunales y autoridades del país en casos internacionales;
 el Derecho aplicable a las situaciones privadas internacionales,
 la validez y eficacia jurídica en Argentina de sentencias dictadas en el extranjero.
4) El carácter de la relatividad tiene un doble significado aplicado al DIPr Por un lado significa que
el DIPr es distinto de Estado a Estado. Por lo que una misma situación privada internacional se
resuelve de modo diferente o puede ser resuelta de manera distinta por las autoridades de los
diversos Estados pues aplican su propio sistema al mismo caso. En consecuencia, la relatividad
en esta materia implica que frente a un único caso los resultados materiales son distintos de
Estado a Estado. Como consecuencia natural de la relatividad del DIPr aparece el llamado forum
shopping, fenómeno que se verifica cuando las partes eligen una jurisdicción para que resulte
de aplicación una determinada ley que sea favorable a sus pretensiones.

Contenido del DIPr.

El DIPr Está integrado por tres sectores que hacen a su esencia: la jurisdicción competente, la ley
aplicable y el reconocimiento de decisiones extranjeras. Estos son los tres tópicos a los que habrá que
dar solución frente a los interrogantes básicos que plantea la materia, a saber:

1. ¿Qué tribunal es competente para entender en un conflicto generado a partir de una relación
jurídico-privada internacional?

2. ¿Qué Derecho resulta aplicable a dicha relación?

3. ¿Qué eficacia tendrá en otros Estados la eventual sentencia dictada por los tribunales que
hayan asumido competencia en la causa?

UNIDAD 2. – MÉTODOS.

SOLUCIONES UTILIZADAS PARA RESOLVER CASOS DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO.


Artículo 2595. Aplicación del derecho extranjero
Cuando un derecho extranjero resulta aplicable:
a) el juez establece su contenido, y está obligado (carácter imperativo) a interpretarlo como lo harían
los jueces del Estado al que ese derecho pertenece, sin perjuicio de que las partes puedan alegar y probar
la existencia de la ley invocada. Si el contenido del derecho extranjero no puede ser establecido se aplica
el derecho argentino; (Aplicación de la Teoría del Uso Jurídico o CIDIP II – imita la sentencia del juez
extranjero cuyo derecho es aplicable, en casos de imposibilidad de aplicar el derecho extranjero aplica el
derecho nacional).
b) si existen varios sistemas jurídicos covigentes con competencia territorial o personal, o se suceden
diferentes ordenamientos legales, el derecho aplicable se determina por las reglas en vigor dentro del
Estado al que ese derecho pertenece y, en defecto de tales reglas, por el sistema jurídico en disputa que
presente los vínculos más estrechos con la relación jurídica de que se trate;
c) si diversos derechos son aplicables a diferentes aspectos de una misma situación jurídica o a diversas
relaciones jurídicas comprendidas en un mismo caso, esos derechos deben ser armonizados, procurando
realizar las adaptaciones necesarias para respetar las finalidades perseguidas por cada uno de ellos.

En casos jusprivatistas con elementos extranjeros la norma nos indica el método de solución indirecto,
que es univoco en casos relativamente internacionales en tanto es multívoco en casos absolutamente
internacionales.

En casos absolutamente internacionales el método indirecto necesita de métodos auxiliares para la


solución del problema como el método analítico analógico o constitutivo que se dirige al legislador.
Consiste en descomponer la norma en cada uno de sus distintos elementos, Ej: un contrato lo
descompongo en sus elementos forma, capacidad, efectos con el fin de aplicar a cada uno un método. El
análisis de la controversia se realiza analizando analógicamente situaciones similares planteadas en el
derecho civil. El método Sintético judicial solo lo aplica el juez: en casos de varios derechos aplicables el
juez “sintetiza”: compone, adapta o armoniza con el fin de sintetizar en su sentencia una solución justa
en respeto de todos los elementos de la situación.

Teoría de uso jurídico: el juez imita la probable sentencia del juez extranjero cuyo derecho es aplicable.
Con aplicación de esta teoría se da respeto al elemento extranjero característico de este tipo de
situaciones iusprivatistas.

En el contexto actual de la evolución del DIPr Nos permite comprobar la existencia de un pluralismo
metodológico al servicio de nuestra disciplina, donde resultan tres los métodos fundamentales de los
cuales se vale el DIPr para reglamentar la relación privada internacional: el método de elección o de
atribución; el método de creación o sustancialista o método de las normas materiales; y el método
autolimitativo o exclusivista, o método de las normas de aplicación necesaria o inmediata.

TIPO DE NORMA. MÉTODO UTILIZADO.


MÉTODO INDIRECTO O DE ELECCIÓN: brinda
NORMA DE CONFLICTO: se caracteriza por indirectamente la solución material al caso
dar una solución al caso multinacional por designando el derecho que decidirá sustancialmente
medio de la elección indeterminada del el mismo. Establece una relación jurídica entre la
derecho material nacional o del derecho situación jurídica y el ordenamiento. Encuentra
material extranjero. fundamento en el principio de proximidad, pero
también en el de soberanía o el de autonomía de la
voluntad.
MÉTODO DIRECTO O DE CREACIÓN: Aquí el caso
NORMA MATERIAL: en ella el caso
multinacional está conectado a varios sistemas
jusprivatista multinacional está conectado a
jurídicos nacionales, y puede ser resuelto
varios sistemas jurídicos nacionales, cuya
mediante la creación de un derecho nacional
solución se puede dar por un derecho
especialmente aplicable a casos multinacionales.
nacional elegido, una solución material o
Cuando estemos frente a principios idénticos, el
individual.
legislador elegirá el método de creación.
MÉTODO DE AUTOLIMITACIÓN: Aquí se autolimita
NORMA DE POLICÍA: son normas inspiradas
exclusivamente la aplicabilidad del derecho
en rigurosas consideraciones de orden
nacional a un caso multinacional, ello debido a que
público, excluyendo así el funcionamiento
el caso queda vinculado exclusivamente al derecho
de las otras dos clases de normas.
nacional propio.

MÉTODO CONFLICTUAL O DE ELECCIÓN.


Actualmente, el método conflictual sigue ocupando un lugar privilegiado y un rol preponderante dentro
de nuestra disciplina. No existe realmente un conflicto entre los diferentes ordenamientos estatales,
sino tan solo una pluralidad de ordenamientos jurídicos con los que se halla conectada la relación
privada internacional, donde el problema a solucionar es la elección del derecho aplicable entre todos
aquellos a los que ésta se encuentra vinculada. Así, por ejemplo, estaremos frente a un conflicto de
leyes cuando un inglés y una italiana contraigan matrimonio en Alemania y luego se muden a vivir al
Perú: si dicha pareja entabla un proceso judicial con relación al régimen patrimonial del matrimonio, a
los derechos y deberes de los cónyuges o sobre el derecho al divorcio o la separación de cuerpos, ¿cuál
será la ley que el juez peruano aplicará para resolver estos casos? Él puede recurrir a su propia ley, la
cual es al mismo tiempo la ley del domicilio de los cónyuges; también puede considerar la aplicación de
la ley nacional del marido (Ley inglesa), la ley nacional de la esposa (Ley italiana), la ley del lugar donde
se celebró el matrimonio (Ley alemana) o la ley del domicilio conyugal (Ley peruana). Cada una de estas
leyes otorga diferentes soluciones al caso; y al tener todas ellas vocación de ser aplicadas, generan lo
que la doctrina tradicional ha denominado un conflicto de leyes.

METODO DE CREACIÓN O SUSTANCIALISTA:


Para Antonio Boggiano el método sustancialista consiste en crear un nuevo derecho, adaptado a la
naturaleza internacional de la relación a regular.
Este método de creación sustancialista provee al DIPr de normas sustantivas especiales que regulan de
modo directo las consecuencias jurídicas de un supuesto de hecho con elementos extranjeros
jurídicamente relevantes, dotando así a la relación jurídica internacional de una regulación material
directa específica y propia; en contraposición al método conflictualista, que no regula directamente el
supuesto de tráfico externo, sino que cumple su función mediante la designación del derecho material
competente para reglamentarlos.
En el método de creación o sustancialista se busca proporcionar una solución preventiva que
adelantándose a la generación del problema prevea su solución material y directa de manera anticipada,
evitando así que ocurrido el problema se produzca un conflicto de leyes entre los ordenamientos
jurídicos en presencia y que se tenga, por tanto, que elegir entre aquellos el derecho aplicable. El
método material deja de lado la diversidad y propone soluciones concretas para una cierta y decidida
temática jurídica internacional.
METODO AUTOLIMITATIVO O EXCLUSIVISTA:
La relación privada internacional también puede ser regulada a través de la autolimitación del derecho
material propio, la cual se realiza a través de las denominadas normas de policía y seguridad y de orden
público. Estas normas, son la manifestación más importante del intervencionismo estatal en el
desarrollo de las relaciones internacionales ocurrido en el transcurso de estos años, y su observancia es
necesaria para la salvaguardia de la organización política, social y económica del país.

ESTRUCTURA DE LA NORMA.

TIPO LEGAL: Contiene la descripción de los hechos cuya reglamentación describen la consecuencia
jurídica de la norma.

CARACTERISTICA POSITIVA: Su existencia es necesaria para que la norma pueda ser aplicada, son:

LA CAUSA: Describe un aspecto del caso jusprivatista con elementos extranjeros (no todo el caso), lleva
a que se produzca la consecuencia jurídica. Ejemplo: capacidad de hecho y de derecho, forma.

LOS HECHOS SUBYACENTES A LOS PUNTOS DE CONEXIÓN: Son aquellos utilizados por la consecuencia
jurídica para indicar el derecho aplicable. Ejemplo: residencia-domicilio. Goldschmidt aclara que si bien
los puntos de conexión los encontramos en la consecuencia jurídica, estos se basan en hechos, que
como tales, aparecen descriptos en el tipo legal.

EL OBJETO DEL TIPO LEGAL EN GENERAL: La delimitación exacta del tipo legal, es de indudable
importancia en atención al hecho de que la consecuencia jurídica opera dentro del campo cercado por
el tipo legal.

CARACTERISTICA NEGATIVA: Es imprescindible su inexistencia para el buen desencadenamiento de la


consecuencia jurídica.

Las consecuencias positivas del tipo legal de la norma indirecta desencadenan la realización de la
consecuencia jurídica, siempre que no haya fraude a la ley. El fraude recae sobre la segunda
característica positiva del tipo legal: los hechos subyacentes a los puntos de conexión y consiste en el
intento de los interesados de vivir en un país con la legislación de otro, lo cual les permite lo que aquel
les prohíbe.

FRAUDE A LA LEY: Puede ser definido como la alteración maliciosa y voluntaria del punto de conexión
establecido por la norma de conflicto, con el fin de evadir el derecho coactivo aplicable al caso. Si se
determina la existencia de fraude, la sanción que corresponde es la no aplicación del derecho
seleccionado maliciosamente, esto es en virtud de la manipulación realizada, y debe restablecerse la
vigencia del derecho evadido.

Hay fraude a la ley cuando se realiza un acto jurídico al amparo de una ley vigente, con la maliciosa
intención de eludir la ley imperativa reguladora de la situación privada. El particular ejercita su voluntad
y crea hechos artificiales con el fin de evadir el derecho coactivo. ¿Cómo probar el fraude? La doctrina
logró determinar dos indicios que prueban la existencia de fraude a la ley:

 Expansión territorial, quien comete fraude se desplaza territorialmente fuera de su residencia


habitual o domicilio.
 Contracción temporal, los actos son llevados a cabo en un lapso temporal corto.

JURISPRUDENCIA: El Caso Bauffremont es un caso paradigmático en derecho internacional privado por


fraude a la ley en materia de nacionalidad.

Antecedentes: Se trataba de una princesa de origen belga quien se fue a vivir a Francia, donde conoce al
príncipe Bauffremont, con quien contrae matrimonio. En 1874 la "princesa Bauffremont" obtiene en el
país galo la separación personal a causa de hábitos perversos de éste. Debido a que la ley francesa no
admitía el divorcio, la condesa de Charaman Chimay se traslada a Alemania (que sí aceptaba el divorcio),
se naturaliza alemana e invocando su nacionalidad alemana obtiene del tribunal alemán la conversión
de su separación de hecho a divorcio, y contrae nuevo matrimonio con el príncipe rumano Bibescu,
obteniendo la nacionalidad rumana.

Fondo del caso: Pasado el tiempo el príncipe Bibescu es destinado a Francia, por lo que ella regresa a
ese país como la "princesa Bibescu". El duque de Bauffremont solicita ante los tribunales franceses que
declaren la bigamia de la ex "princesa Bauffremont" atacando, la nacionalidad alemana de la princesa, la
sentencia de divorcio obtenida en Alemania y la validez del segundo matrimonio, argumentando que el
cambio de nacionalidad tuvo por motivo únicamente acogerse a la ley alemana (que la beneficiaba) y
defraudar a la ley francesa (que la perjudicaba).

Decisión: La Corte de Casación de Francia en sentencia del 18 de marzo de 1878 resolvió no declarar
nula la naturalización alemana, por considerarlo una cuestión reservada a la soberanía de los Estados
nacionales, mas da lugar a las pretensiones de Bauffremont, respecto del divorcio vincular y del segundo
matrimonio, señalando que ambos no eran válidos en Francia.

Solución legislativa CCyC: Art 2598 CCyC. Para la determinación del derecho aplicable en materias que
involucran derechos no disponibles para las partes no se tienen en cuenta los hechos o actos realizados
con el solo fin de eludir la aplicación del derecho designado por las normas de conflicto.

La existencia del fraude a la ley produce el efecto de la propia ineficacia del acto. La norma indirecta
resulta inaplicable a los hechos artificialmente creados. Todo ellos como consecuencia de que el acto
fraudulento no tiene protección legal bajo el amparo del derecho elegido y debe aplicarse la ley
imperativa que se pretendió excluir con la actuación.

CONSECUENCIA JURÍDICA: Esboza la solución. Emplea un método diferente según que la solución
adoptada sea por aplicación del principio de territorialidad o de extraterritorialidad. En el caso del
principio de territorialidad la consecuencia jurídica resuelve inmediatamente el problema suscitado en
el tipo legal; en el segundo supuesto - Extraterritorialidad, al contrario, la consecuencia jurídica, lejos de
enfrentar el problema planteado en el tipo legal, se contenta con indicar el derecho que lo debe
resolver (norma indirecta).

Urge distinguir entre casos propios y casos extranjeros, y con miras a estos últimos respetar el derecho
del país al que ellos pertenecen. La justicia exige, por ende, el respeto al carácter extranjero de un caso.
El respeto consiste en hacer con el caso lo que probablemente con él harían en el país al que pertenece.
Lo que nosotros hacemos, no es, pues en realidad aplicación, sino que es imitación del derecho
extranjero (teoría del uso jurídico).
CARACTERISTICAS POSITIVAS:

PUNTOS DE CONEXIÓN: “Es el medio técnico (personal-real-conductista) de la descripción abstracta


(hecho desmembrado) del derecho aplicable (un derecho para cada punto de conexión).

Es el elemento técnico del que se vale la norma e indica el derecho aplicable a la situación jurídica
iusprivatista con elemento extranjero planteada.

La determinación del derecho aplicable, exigida por el método indirecto, puede hacerse de manera
estable y nominativa (mediante la conexión), o de manera variable y determinante en función de las
circunstancias aludidas del caso (mediante puntos de conexión). En el primer supuesto, la norma
indirecta indica nominativamente el derecho aplicable; en el segundo, lo describe mediante
características generales que solo en cada caso dado llegan a individualizarse.

Los puntos de conexión contienen la indicación del derecho aplicable mediante una expresión variable,
la cual se individualiza en atención a las particularidades del caso dado, las cuales aquella enfoca.

La conexión contiene la indicación nominativa del derecho aplicable. En el DIPr interno aparecen
conexiones en normas indirectas unilaterales.

Los puntos de conexión pueden clasificarse en atención al objeto de referencia. Esta clasificación tiene
en cuenta los elementos del caso que pueden ser matizados de extranjería; y es, por ello, que la
clasificación de los puntos de conexión con miras a su objeto coincide con la de los elementos
extranjeros.

Los puntos de conexión requieren, para su completa precisión, una determinación temporal. El
problema de la determinación temporal es denominado a veces problemas del cambio de estatuto.

CONEXION: Lo conectado, es el derecho aplicable entre dos o más derechos.

CARACTERISTICA NEGATIVA:

ORDEN PÚBLICO: Es la vía clásica para excluir la aplicación del derecho extranjero al proceso, cuando el
derecho foráneo sea incompatible con los principios y valores fundamentales de la comunidad y del
estado. La excepción de orden público resulta aplicable cuando el derecho extranjero vulnere en el caso
concreto la estructura jurídica básica del derecho nacional.

SE EXAMINA EL RESULTADO, a posteriori, si es contrario a nuestros principios, el juez no lo aplica por ser
contrario a los mismos.

NO VALE si las partes pactan.

TENER EN CUENTA que no es lo mismo el orden público nacional que el internacional. CADA VEZ es
mayor como se impone el Estado (en el ORDEN PUBLICO) en el derecho privado.

“Orden público internacional es uno de los recursos con los que cuenta el estado para mantener a salvo
los principios fundamentales de su legislación”.
Articulo 2600 CCyC: “Las disposiciones de derecho extranjero aplicables deben ser excluidas cuando
conducen a soluciones incompatibles con los principios fundamentales de orden público que inspiran el
ordenamiento jurídico argentino.”

La norma no establece una solución legal, sin embargo, en virtud que el CCyC prioriza soluciones
respetando la internacionalidad del caso, debe darse una solución prescindiendo del derecho nacional y
aplicar otra regla próxima del derecho aplicable u otra fuente en un tratado internacional que ordene la
materia en cuestión, dejándose acudir como última solución al derecho nacional.

La Corte IDH define al orden público como: el conjunto de las condiciones que aseguran el
funcionamiento armónico y normal de instituciones sobre la base de un sistema coherente de valores y
principios.

Está integrado por el conjunto de principios sociales y valores fundamentales del derecho del foro. Son
en esencia los valores y principios deducidos de la CN y los tratados de DDHH incorporados con jerarquía
equivalente a la Carta Magna.

Tratados de Montevideo: “las leyes de los demás estados, jamás serán aplicadas contra las instituciones
políticas, las leyes de orden público o las buenas costumbres del lugar del proceso.”

El concepto de orden público supone dos circunstancias, dos teorías según Goldschmidt:

1. Una diversidad ideológica dentro de la comunidad de aquellos pueblos que aplican mutuamente
sus respectivos derechos.

2. El reconocimiento de una obligación jurídica de aplicar derecho extranjero.

¿Qué es una norma directa? Norma Material o “normas materiales especiales” (reglamentación
directa). Estas normas proporcionan una respuesta jurídica directa, inmediata y sustantiva a las
situaciones privadas internacionales. No remiten a la Ley de ningún país. – Art. 2595, 2596.

¿Qué es la norma indirecta en el Derecho internacional privado?

La norma indirecta, a través del instrumento “punto de conexión”, elemento técnico del que se vale la
norma e indica qué ordenamiento jurídico regulará la situación jurídica. Pero existe fraude a la ley
cuando los particulares realizan un cambio fraudulento del punto de conexión con el fin exclusivo de
eludir la ley que normalmente les sería aplicable.

Norma de policía es una norma de aplicación directa, no hace a un control negativo para excluir la
aplicación del derecho extranjero, sino que es una expresión positiva del orden público o de esas
rigurosas consideraciones de interés público, por las cuales marca su aplicación que es inmediata”.

UNIDAD 3 -Jurisdicción Internacional.

La jurisdicción es la facultad de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado; es una potestad emanada de la


soberanía estatal que consiste en la atribución que tienen los jueces para decir el Derecho aplicable.
El tema pertenece a la órbita del Derecho Público y se proyecta internacionalmente. De allí que
corresponde al Congreso de la Nación y no a las provincias la sanción de las normas que deciden
cuándo los órganos judiciales están facultados para entender en un litigio que surge a partir de
conflictos Jusprivatistas internacionales.
Las provincias han delegado la facultad de legislar en materia de fondo en el gobierno central
reservándose la potestad de hacerlo en materia procesal (CN art. 75 inc. 12). Sin embargo, la
competencia exclusiva del gobierno federal y de las provincias son funciones concurrentes que ejercen
simultáneamente en tanto dicho ejercicio no sea incompatible (CN arts. 125 y 126).
La jurisdicción competente para entender en los supuestos que atañen al Derecho Privado cuando
intervienen diferentes ordenamientos, está establecida en la CN, en las convenciones ratificadas
por Argentina y, a falta de convenios, como adelantamos, de manera general en el Capítulo 2 y de
manera particular en el Capítulo 3 del Título 4, Libro Sexto del nuevo Código Civil y Comercial.
Además, también hay normas relativas al sector, en leyes especiales, en los códigos procesales
provinciales y en el CPCCN.

Foros constitutivos de jurisdicción.


¿Qué son los foros en tanto criterios atributivos de competencia judicial internacional?
Los foros son circunstancias fácticas o jurídicas presentes en las cuestiones o litigios derivados de las
situaciones jurídico-privadas de tráfico externo que sirven al legislador para determinar la competencia
judicial internacional de sus órganos jurisdiccionales (Rodríguez Benot). Esas circunstancias fácticas
pueden ser el domicilio, la nacionalidad, el lugar de ejecución del contrato, etc.
Los foros, como criterios atributivos de jurisdicción, pueden clasificarse en atención a diferentes
parámetros. Atendiendo a su naturaleza y alcance, se distinguen los foros generales de los foros
especiales. De acuerdo al sistema de atribución de competencia, los foros se clasifican en exclusivos,
concurrentes y puede agregarse aquí el criterio del paralelismo. También se destaca la relevancia del
foro de necesidad, a los fines de evitar la denegación de justicia. Veamos en qué consiste cada una de
estas categorías.

 Foros generales: aquellos que atribuyen competencia a los jueces de un Estado, cualquiera sea
la materia afectada, sobre la base de criterios comunes que conectan al caso con los jueces
nacionales. En el DIPr el domicilio y la residencia habitual son dos de los foros generales
predilectos.
El fundamento del domicilio como foro general no requiere excesivas explicaciones, máxime
cuando si consideramos que si se efectúa un reclamo a alguien, siempre es más eficiente
hacerlo en el país en que la persona puede ser obligada coactivamente a cumplir lo que se le
reclama.
En la legislación argentina la conexión domiciliaria así como la residencia habitual priman sobre
la nacionalidad. En esta línea, el art. 2608 prescribe: Excepto disposición particular, las acciones
personales deben interponerse ante el juez del domicilio o residencia habitual del demandado.
Por lo tanto, en los casos relacionados con materias en las que no hay una norma que determine
la jurisdicción competente, las acciones personales deben iniciarse en el lugar del domicilio o
residencia habitual del demandado, sumando a los argumentos ya esgrimidos a favor de este
foro que es donde el accionado tiene mejores posibilidades de ejercer su derecho de defensa.
A su vez, la importancia del domicilio y/o residencia habitual en el sistema argentino de
jurisdicción internacional se deduce de los numerosos institutos que los habilitan como foros de
competencia internacional únicos o alternativos. En el Código Civil y Comercial el domicilio
determina la jurisdicción internacional, concurriendo en algunos casos con otras bases en las
acciones personales, separación, divorcio y nulidad de matrimonio, alimentos, ausencia, tutela,
contratos y sucesiones.
Hay que tener en cuenta que este foro admite excepciones expresadas por la autonomía de la
voluntad de las partes en la prórroga de jurisdicción que permite la elección del foro. Expresado
en el art. 2605 del CCyC, que textualmente expresa:
Acuerdo de elección de foro. En materia patrimonial e internacional, las partes están facultadas
para prorrogar jurisdicción en jueces o árbitros fuera de la República, excepto que los jueces
argentinos tengan jurisdicción exclusiva o que la prórroga estuviese prohibida por ley.
Para finalizar con las bondades que se atribuyen al domicilio del demandado como foro general,
digamos que se trata de una regla prácticamente universal, común a todos los sistemas de
jurisdicción internacional, que encuentra sus raíces en la historia de la materia y se mantiene en
el Derecho Comparado vigente.

 Foros especiales: Los foros especiales determinan el tribunal del país que se encuentra investido
de jurisdicción internacional para conocer en el proceso, en función de cada materia específica,
siempre bajo la perspectiva de justicia del legislador nacional y con el límite que esto aporta.
Ejemplo, en materia sucesoria es competente el juez del último domicilio del causante y para el
caso de bienes inmuebles situados en la República, el juez argentino. El nuevo Código Civil
recepta el foro especial en su art. 2619. En cuanto al foro del patrimonio cabe citar también la
Ley 24.522 en tanto admite la apertura de un concurso si hay bienes en el país, tratándose de un
deudor con domicilio en el extranjero (art. 2 inc. 2). El foro internacional del patrimonio le
atribuye jurisdicción internacional al juez del país donde el demandado tiene localizados bienes
que integran su patrimonio. ¿Cuál es la situación que justifica la competencia del juez argentino
que asume jurisdicción internacional en función del lugar de situación de los bienes del
demandado?
Los foros especiales responden a los principios de proximidad y de razonabilidad y provocan que
un sujeto domiciliado en el extranjero quede sometido a la jurisdicción nacional porque la
internacionalidad de la relación jurídica y su localización en Argentina le es imputable al
demandado.
 Foros exclusivos: Los foros exclusivos se fundamentan en razones de la especialidad de la
materia en que versa la cuestión judicial y en el fuerte vínculo que existe entre el litigio y el país
que los torna exclusivos.
Se trata de los casos en que el tribunal argentino es el único que debe intervenir, a punto tal que
la competencia de un tribunal extranjero resulta inaceptable para nuestro país pues así lo ha
decidido el legislador nacional.
Actualmente, el nuevo Código elimina toda duda y evita la necesidad de acudir a
interpretaciones judiciales y doctrinales, estableciendo explícitamente la jurisdicción exclusiva
de Argentina en la materia, en el texto del art. 2609 que dispone:
Sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales, los jueces argentinos son exclusivamente
competentes para conocer en las siguientes causas:
a) en materia de Derechos Reales sobre inmuebles situados en la República;
b) en materia de validez o nulidad de las inscripciones practicadas en un registro público
argentino;
c) en materia de inscripciones o validez de patentes, marcas, diseños o dibujos y modelos
industriales y demás derechos análogos sometidos a depósito o registro, cuando el depósito o
registro se haya solicitado o efectuado o tenido por efectuado en Argentina.
El fundamento de este foro es el interés público.
 Foros concurrentes: La jurisdicción internacional es concurrente cuando las respectivas reglas la
confieren de manera alternativa a dos o más países.
En Argentina el artículo 2650 del CCyC es ilustrativo al efecto dado que en materia contractual, a
opción del actor, resultan competentes para entender en el litigio, no habiendo elección de
foro, los jueces del domicilio o residencia habitual de cualquiera de los demandados, o los
jueces del lugar de cumplimiento de cualquiera de las obligaciones contractuales, o los jueces
del lugar donde hay una agencia, sucursal o representación del demandado.
 Paralelismo: El paralelismo consagra la competencia del juez del país cuyo Derecho resulta
aplicable al fondo del proceso; este principio no se formula como competencia exclusiva pues
ello implicaría la negación de la extraterritorialidad de la ley extranjera. En Argentina se aplica a
los casos captados por los TDCIM ya que lo recepta el art. 56 de ambos Tratados: "Las acciones
personales deben entablarse ante los jueces del lugar a cuya ley está sujeto el acto jurídico
materia del juicio.
A este criterio se le reconoce una base de conveniencia y practicidad ya que el juez cuyo
Derecho resulta aplicable es quien mejor conoce su ordenamiento; también se esgrime como
ventaja que se evitan los problemas de calificación, reenvío y orden público. Sin embargo, se ha
señalado como desventaja del paralelismo que en muchas ocasiones puede dar lugar al llamado
"fórum shopping".
 Foro de necesidad: Como principio general, la jurisdicción argentina para entender en un caso
jusprivatista internacional debe derivar siempre de una norma de competencia cuyo foro se
localiza en el territorio nacional. Excepcionalmente y a los fines de evitar la denegación
internacional de justicia, el Estado puede avocarse al conocimiento del caso siempre que el
mismo presente un mínimo de contacto con la Nación y se garantice la tutela judicial efectiva de
todas las partes.
En este sentido, el artículo 2602 del nuevo Código consigna en su texto un dispositivo claro a
seguir. Dice el artículo: Aunque las reglas del presente Código no atribuyan jurisdicción
internacional a los jueces argentinos, estos pueden intervenir, excepcionalmente, con la
finalidad de evitar la denegación de justicia, siempre que no sea razonable exigir la iniciación de
la demanda en el extranjero y en tanto la situación privada presente contacto suficiente con el
país, se garantice el derecho de defensa en juicio y se atienda a la conveniencia de lograr una
sentencia eficaz. Se requiere, entonces, para que un juez esté investido de jurisdicción a nivel
internacional, una relación razonable entre el caso y el foro, que es lo mismo que afirmar que el
caso está sustancialmente relacionado con el tribunal del Estado.
Si bien la atribución de jurisdicción internacional se realiza sobre la base de foros, la figura del
forum necessitatis permite que el juez amplíe su competencia judicial internacional cuando no
está prevista legalmente, con sustento en el principio de la tutela judicial efectiva que es la
contracara de la prohibición de denegación de justicia. Dado que la utilización del foro de
necesidad implica una ampliación justificada y necesaria de la competencia, el pronunciamiento
debiera ser respetado y ejecutado en cualquier otro Estado.

Prórroga de jurisdicción. Generalidades


¿En qué consiste la prórroga de jurisdicción? En este orden de ideas, digamos que en sentido
estricto consiste en el acuerdo de las partes de adjudicar jurisdicción internacional a los jueces
de un país que no la tiene, en virtud de una norma convencional o legal aplicable.
El nuevo Código Civil y Comercial dedica expresamente una norma del Título de "jurisdicción
internacional" a esta temática.
Expresa el art. 2605:
En materia patrimonial e internacional, las partes están facultadas para prorrogar jurisdicción en
jueces o árbitros fuera de la República, excepto que los jueces argentinos tengan jurisdicción
exclusiva o que la prórroga estuviese prohibida por ley.

Clases de jurisdicción internacional


Las normas atributivas de jurisdicción internacional son unilaterales u omnilaterales.
Unilaterales son dirigidas a los jueces nacionales indicándoles cuándo gozan de jurisdicción,
quedando habilitados para conocer y decidir en el asunto planteado.
Omnilaterales cuando indican el país cuyos jueces poseen jurisdicción internacional en
determinado asunto; estas normas no se dirigen a los jueces nacionales ni tampoco a sus países
sino que dan al magistrado las pautas para que merite la jurisdicción del órgano requirente.
La jurisdicción directa.
En el ámbito internacional la jurisdicción también se pondera al inicio del proceso o con miras a
su iniciación pues en primer lugar se debe determinar ante los jueces de qué país habrá que
presentar la demanda, y el juez examinará su propia competencia internacional a los fines de
asumir o denegar jurisdicción en el asunto que se intenta someter a su decisión. En el Derecho
Procesal Internacional este supuesto se conoce como jurisdicción internacional directa para
diferenciarlo del supuesto de la jurisdicción internacional indirecta. Ambos tienen lugar en
diferentes momentos. La jurisdicción directa es la que analiza el juez ante quien se presenta un
caso con elementos conectados a distintos ordenamientos nacionales para determinar si su
Estado es competente o no en la esfera internacional. ¿Soy competente para entender en este
caso?

La jurisdicción indirecta responde a un segundo momento ya que es la que debe analizar el juez
del foro, respecto de un juez extranjero que le solicita cooperación. En esta última hipótesis, el
juez del foro analiza si la autoridad extranjera es competente para entender en la causa para la
cual le está solicitando la medida de asistencia judicial internacional. En este caso el juez se
interroga del siguiente modo: ¿es competente el tribunal que solicita el auxilio judicial
internacional ante mi tribunal?, o ¿es competente el juez que me solicita el reconocimiento y/o
ejecución de la sentencia por él dictada?
La respuesta a este interrogante puede darse desde dos aristas muy diferenciadas. La evaluación
de la competencia internacional se confía a las reglas de jurisdicción del Estado requerido, es
decir del país cuyo tribunal debe cumplir con el acto de cooperación, o se sujeta a la ley del
Estado requirente, esto es a la ley del Estado del juez que solicita la asistencia.

La diferencia que existe entre jurisdicción directa e indirecta es muy importante por varias
razones. Se refieren a momentos, circunstancias y finalidades diferentes y, principalmente,
responden a normas que pueden ser muy distintas.

Las normas y las clases de jurisdicción.


Las normas unilaterales tienen una función determinativa porque contienen un deber de actuar
de los jueces propios; mientras que las normas omnilaterales tienen una función valorativa pues
solo comprenden un deber ser que no implica un deber de actuar de los jueces extranjeros o de
los países a que pertenecen; se advierte entonces que existe una diferencia estructural entre
ambas normas.
Otra diferencia importante entre las normas atributivas de jurisdicción -directa e indirecta- está
dada por la finalidad que las inspira. Las normas de jurisdicción directa tienden a evitar la
efectiva privación de justicia, ningún litigio debe quedar sin juez competente. Si el legislador es
nacional, al ignorar si países extranjeros le ofrecen a las partes un juez competente, les brinda el
máximo de oportunidades. Si el legislador es internacional, intenta darles un juez dentro de la
comunidad internacional.
La jurisdicción indirecta, en cambio, desea asegurar la eficacia de un acto determinado e incluso
de una sentencia extranjera.
Desde esta perspectiva, la diferencia entre las normas atributivas de jurisdicción internacional
directa e indirecta es teleológica (los propósitos de las mismas).
Como ejemplo de un caso de jurisdicción indirecta cabe mencionar el precedente "Behrens
German Friedrich si sucesión ab intestato" de la CSJBA, en el cual se cuestionaba la
legitimación activa de la segunda esposa del causante, por encontrarse controvertida la
disolución del primer matrimonio, la que tuvo lugar por un tribunal alemán no obstante el
matrimonio había sido celebrado en Argentina. En su pronunciamiento, la CSJBA entendió en
cuanto a los efectos de la sentencia de divorcio vincular dictada en Alemania, que para saber si
el segundo matrimonio quedó convalidado es menester dilucidar si aquel divorcio fue decretado
o no por el juez competente (jurisdicción indirecta) en la esfera internacional.

Inmunidad de jurisdicción.
La inmunidad de jurisdicción es un principio consagrado por la ley (Ley 24.488) y por la
jurisprudencia nacional (véase "Ciaren Corporation el Estado Nacional (Arts. 517 y 518 CPCC
Exequatur).

Fallo Caso Manauta


En este caso, la Corte modifica su propia jurisprudencia respecto a la inmunidad de jurisdicción,
dejando de lado la postura clásica o absoluta y recepcionando la tesis relativa o restringida
adhiriendo a la evolución producida en el campo del derecho internacional.
El dictado de este fallo motivó que, el Congreso sancionara la ley 24.488 de Inmunidad de
Jurisdicción de los Estados extranjeros ante los tribunales argentinos.

Caso "Manauta c/embajada de la Federación Rusa (1994). Inmunidad de Estados extranjeros.


Manauta y otros demandaron a la Embajada Rusa los daños y perjuicios que les habría irrogado
el incumplimiento de las obligaciones en materia de aportes previsionales, sindicales y
asignaciones familiares, a cargo de la demandada.
En Primera Instancia, basándose en el decreto-ley 1285/58, se sostuvo que no se daría curso a
una demanda contra un Estado extranjero, sin que previamente éste diera su consentimiento
para ser sometido a juicio. En consecuencia, el Tribunal pidió el consentimiento, pero el
Gobierno de Rusia no contestó, entendiendo el magistrado este silencio como una negativa
tácita a someterse a la jurisdicción, con lo que siguiendo la postura de la inmunidad absoluta,
decidió reconocer la inmunidad de la Embajada y declarase incompetente para entender en el
asunto.
Manauta apeló, la Cámara confirmó el pronunciamiento de primera instancia que consideraba
que la justicia federal era incompetente, por lo que interpuso recurso extraordinario, el cual le
fue concedido.
La Corte Suprema hizo lugar al pedido de Manauta basándose en ciertos puntos:
a) No intervención: un Estado no puede intervenir en asuntos internos de otro estado.
b) Teoría restringida de la inmunidad de Estados extranjeros: para que un Estado tenga
inmunidad frente a otro, el demandado tuvo que haber actuado como soberano. Pero en este
caso no se trataba de un acto de gobierno sino de una obligación laboral y previsional cuyo
incumplimiento daba lugar al pedido de daños y perjuicios, por tanto no correspondía aplicar el
decreto-ley 1285/58.

En síntesis: No hay inmunidad de jurisdicción ante un reclamo por incumplimiento de


obligaciones laborales y previsionales por parte de una embajada. Se deben diferenciar actos
soberanos del estado (actos de imperio) de los actos que ese estado realiza como “particular”,
por ejemplo al contratar empleados para su embajada, estos actos como particular deben
cumplir con las normas del país en los que se realizan.

Se trata de un principio de orden público del Derecho argentino, razón por la cual este axioma
no puede ser dejado de lado, así como tampoco cabe desentenderse del requisito receptado en
el art. 517, inc. 4 del CPCCN (" Manauta, Juan J. y otros el Embajada de la Federación Rusa").
En tal sentido, la inmunidad de jurisdicción consiste en el derecho reconocido a cada Estado, en
razón de su soberanía, de no ser sometido a la potestad jurisdiccional de otro Estado. Se basa en
los principios de soberanía, igualdad e independencia que se sintetizan en la regla par in parem
non habet imperium. Frente a actos de gobierno o soberanos, el Estado se encuentra protegido
por esta inmunidad, a menos que haya prorrogado en forma expresa su jurisdicción. Mediante
un pronunciamiento, la CSJN expresamente entendió que el acto de diferimiento de pago de la
deuda a períodos futuros constituye una emanación de la soberanía nacional, más allá de los
términos con que fue anunciado a los acreedores extranjeros.

Teorías relativas a la inmunidad de jurisdicción.


En materia de inmunidad de jurisdicción existen dos teorías que permiten determinar los casos
en los cuales un Estado goza del derecho a no ser sometido a la potestad jurisdiccional de otro
Estado.
1) Teoría clásica o monista: la inmunidad puede ser invocada en todo caso por el Estado
extranjero, sin distinguir la clase de actos que realice. Esta teoría tiene en cuenta la naturaleza
de la persona que actúa, sin distinguir la naturaleza de sus actos.
2) Teoría moderna o diferencial: es una teoría moderada, que parte de considerar la naturaleza
de los actos realizados y no la naturaleza de la persona que actúa. Así distingue entre dos tipos
de actos: actos de imperio, que son aquellos en los que el Estado extranjero actúa en ejercicio
de su poder soberano. Nuestra legislación adhiere a esta teoría.

Evolución de la inmunidad de jurisdicción en el Derecho argentino


Inicialmente, el Decreto 1285/58 establecía un mecanismo a los fines de valerse de la facultad
de inmunidad. La demanda a un Estado extranjero exigía comunicarle que había sido iniciada
una demanda en su contra, a fin de que:
o Oponga la inmunidad de jurisdicción, en cuyo caso el particular debía recurrir ante los
tribunales del Estado extranjero.
o Manifieste la voluntad de someterse a la jurisdicción del Estado en donde se lo
demandó.
Se advierte que de acuerdo a lo dispuesto en el decreto, no se distinguía entre los dos
tipos de actos, adhiriendo conforme a su tenor a la teoría clásica.

Posteriormente la jurisprudencia, a través del caso "Gronda", consagró una morigeración de la


teoría anterior. El conflicto versa sobre un industrial italiano que realizó actividades comerciales
en nuestro país. El señor Gronda contrató con el Estado argentino, y como Argentina no le
abonó su crédito procedió a demandar al Estado ante los tribunales de Italia. El juez de aquel
país, en aplicación de la tesis diferencial que recepta Italia, hizo lugar a la demanda sin haberle
comunicado previamente del litigio a la Argentina y dispuso el embargo de un buque argentino
que se encontraba en el puerto de Génova.
Cuando fue notificada del embargo, Argentina reclamó alegando que no se le había comunicado
de la demanda para que pudiera oponer la inmunidad de jurisdicción. Ante el planteo de
Argentina, el juez italiano levantó el embargo entendiendo que no existía reciprocidad entre
ambos países, toda vez que Argentina acogía la teoría clásica por la cual un Estado siempre
podía oponer la inmunidad de jurisdicción, en tanto Italia adoptaba la teoría moderna que
diferenciaba los actos del Estado a los efectos de habilitarlo a oponer la inmunidad.
A raíz de este precedente, Argentina dicta el Decreto 9015/63, introduciendo la llamada
"Cláusula Gronda", que establece que el Estado argentino podrá declarar, respecto de un
Estado en particular, la falta de reciprocidad, y como consecuencia se podrá demandar al Estado
extranjero ante nuestros tribunales.
La cláusula "Gronda" dejaba varios flancos sin cubrir: no especificaba los casos en que se podía
declarar, ni los mecanismos. La jurisprudencia entonces fue elaborando supuestos en los que no
se permitía alegar la inmunidad de jurisdicción, y a través de las elaboraciones jurisprudenciales
se llega a la sanción de la Ley 24.488.
UNIDAD 4.

Calificaciones.

Determinación del ámbito material de aplicación de las normas de DIPr.


Consiste en definir el supuesto de hecho o tipo legal, seleccionar uno o varios puntos de
conexión y extraer de allí el Derecho aplicable, a definir el objeto de tales pretensiones y a elegir
la norma de DIPr aplicable. Seguidamente, tiene que determinar el punto de conexión que en la
norma de conflicto vincula la situación con un orden jurídico específico para estar en
condiciones de localizar a través del criterio de atribución el Derecho material aplicable. En
tercer lugar, deberá identificar dentro de ese Derecho concreto qué parte del mismo es la
destinada a regir la situación planteada. En esta tarea transitará por los problemas
que integran este capítulo y el siguiente.

El problema de la calificación.

Ante un problema iusprivatista con componentes extranjeros, el juez competente analizará las
pretensiones de las partes y los hechos que les dan origen y una vez identificados, efectuará la
interpretación de las normas llevando a cabo el examen correspondiente que lo conducirá a
establecer bajo qué reglas incluyen el tema suscitado por las partes.
Dos son los problemas que surgen. Por una parte, el problema sobre la interpretación de los
conceptos y por la otra, el problema de la calificación. La respuesta dada por el gran jurista
francés Étienne Bartin, es que debe llevarse a cabo con arreglo al Derecho del juez que está
entendiendo en el asunto (lex fori). Esta solución de gran aceptación en la doctrina y en la
jurisprudencia se justifica en el hecho de que las normas de conflicto que contienen estos
conceptos son normas lex fori y en consecuencia sus conceptos deben interpretarse y definirse
de igual manera que ese ordenamiento, es decir con los mismos criterios hermenéuticos.

Ejemplo, la norma del Código Civil y Comercial por la cual se establece que la capacidad se rige
por la ley del domicilio requiere que en primer término se precise qué es capacidad, qué debe
entenderse por capacidad.

El segundo tema surge luego de solucionar el anterior, y es uno de los problemas clásicos de la
materia. La calificación consiste en incluir o subsumir una situación jurídico-privada
internacional en el marco de un concepto jurídico que integre el supuesto de hecho de una
norma reguladora.

En el DIPr, la calificación presenta una particularidad: la naturaleza jurídica de numerosas


instituciones es distinta en los diferentes Derechos estatales. Por ejemplo, en un Estado el
testamento ológrafo es parte de formas y en otro, es parte de Derecho Sucesorio – Caso del
testamento Ológrafo Holandés.
El problema de la calificación gira en torno a determinar la norma de conflicto que en atención
al contenido de su tipo legal, se ajuste en cada caso de forma más adecuada a la situación
jurídico-privada que es objeto del litigio.
La complejidad aparece porque en ocasiones el mismo supuesto fáctico puede ser subsumido en
el tipo legal de varias normas de conflicto. Es este el auténtico problema de las calificaciones
que puede plantearse a través del siguiente interrogante:
1. ¿Cuál de los Derechos involucrados en la situación jurídica internacional brindará las
definiciones que requiere el tipo legal?
2. ¿Se procederá a una calificación de la norma material extranjera para saber a qué
categoría jurídica pertenece en su propio ordenamiento (calificación según la Lex
causae)? ¿O simplemente aplicamos al supuesto las disposiciones extranjeras a las que
nos remite la norma de conflicto del foro sin prestar atención a la categoría en que
están clasificadas?

La cuestión radica en precisar la norma de conflicto que debe ser utilizada en orden a
determinar el sistema legal aplicable al asunto que se presenta para que el juez resuelva.
 Consiste en definir el supuesto de hecho o tipo legal, seleccionar uno o varios puntos de
conexión y extraer de allí el Derecho aplicable.
 Seguidamente, tiene que determinar el punto de conexión que en la norma de conflicto
vincula la situación con un orden jurídico específico para estar en condiciones de
localizar a través del criterio de atribución el Derecho material aplicable.
 En tercer lugar, deberá identificar dentro de ese Derecho concreto qué parte del mismo
es la destinada a regir la situación planteada.

Calificar significa definir los términos empleados en la norma indirecta de derecho internacional
privado. Puede darse en cualquier parte de la norma indirecta, domicilio, capacidad, bienes
inmuebles, normas de los actos jurídicos, etc. Lo que tratamos de determinar es que
ordenamiento jurídico definirá la situación puesto que ocurre que existen términos o palabras
que en no tienen el mismo significado en distintos ordenamiento jurídicos, por lo que dichos
términos deben ser definidos previamente a la resolución del problema.

Ejemplos:

La viuda maltesa: un matrimonio de malteses se mudan a Argelia (Francia) donde al tiempo el


esposo fallece dejando muchos bienes, ante tal situación la viuda plantea un reclamo por el
régimen patrimonial del matrimonio que de acuerdo a la ley de Rohan (malta) se rige por el
primer domicilio conyugal que en este caso era malta y permitía a la viuda el usufructo del 25%
de los bienes de su marido. Por otro lado el código civil Francés considera que el régimen
patrimonial del matrimonio se resuelve por el derecho sucesorio que se rige por el lugar de
domicilio de los bienes (Argelia – Francia) y por tal régimen se desconoce la pretensión de la
viuda. Ante tal situación queda determinar si el régimen patrimonial del matrimonio se debe
resolver por el derecho sucesorio o por el régimen del matrimonio de Rohan. En fallo de la
cámara de casación de Francia se determinó que el régimen patrimonial del matrimonio en este
caso se rige por la ley de Rohan, con lo cual la viuda obtuvo el usufructo del 25% de los bienes del
marido. Para resolver esta situación la corte de casación de Francia consideró la teoría de la “Lex
Causae” para la solución de esta situación puesto que era la que resolvía la situación de la forma
más justa.

El testamento Ológrafo Holandés.

Se trata de un ciudadano holandés que realizó un testamento ológrafo en Francia y según el art.
994 del código civil de Holanda un súbdito holandés no puede realizar este tipo de testamento ni
en Holanda ni en el extranjero. Por tal motivo corresponde saber si la olografía es una cuestión
de forma, en tal caso el testamento es válido porque se rige por la regla del locus Regis actum o
lugar de realización del acto, en cambio sí es una cuestión relativa a la capacidad del testador el
testamento es nulo porque se rige por el derecho de la nacionalidad del testador. Para el derecho
Francés era una cuestión de forma en tanto para el derecho de Holanda era una cuestión relativa
a la capacidad. El punto de conexión de esta norma indica como aplicable el derecho de la
nacionalidad del testador, donde se establecen cuestiones de derecho público por tratarse de un
ciudadano holandés. Por otro lado al haber determinado como aplicable el derecho holandés
debemos preguntarnos qué es la capacidad testamentaria para el derecho Holandés. La ley de
Holanda especifica que la capacidad hace referencia a: la edad mínima, capacidad mental y la
olografía, esto hizo que la corte francesa aplicara para la solución la teoría de la lex causae con
lo cual determinó que el testamento era nulo puesto que el súbdito no tenía capacidad para
realizarlo.

Tipos de Normas.

1. Directas: que están formadas por un tipo legal + su consecuencia jurídica. La propia
norma nos da la solución, ejemplo art. 2613 define el domicilio para el derecho
internacional privado. Este tipo de norma nos da la solución al problema.
2. Indirectas: están formadas por el tipo legal + punto de conexión+ consecuencia jurídica.
El punto de conexión es el elemento técnico que nos indica el derecho aplicable.

La calificación:

A tal efecto, analizará las pretensiones de las partes y los hechos que les dan origen y una vez
identificados, efectuará la interpretación de las normas llevando a cabo el examen
correspondiente que lo conducirá a establecer bajo qué reglas incluyen el tema suscitado por las
partes. Para ello el juez utiliza la Lex fori.

La calificación consiste en incluir o subsumir una situación jurídico-privada internacional en el


marco de un concepto jurídico que integre el supuesto de hecho de una norma reguladora. En el
DIPr entonces, la calificación presenta una particularidad: la naturaleza jurídica de numerosas
instituciones es distinta en los diferentes Derechos estatales. Por ejemplo, en un Estado el
testamento ológrafo es parte de formas y en otro, es parte de Derecho Sucesorio. De esto surge
la necesidad de precisar con arreglo a qué Derecho estatal debe realizarse la calificación.

¿Cuál de los Derechos involucrados en la situación jurídica internacional brindará las


definiciones que requiere el tipo legal? ¿Se procederá a una calificación de la norma material
extranjera para saber a qué categoría jurídica pertenece en su propio ordenamiento (calificación
según la Lex causae)? ¿O simplemente aplicamos al supuesto las disposiciones extranjeras a las
que nos remite la norma de conflicto del foro sin prestar atención a la categoría en que están
clasificadas?

Calificación en la legislación Argentina.

Dado que los tribunales argentinos califican los asuntos que se les presentan de acuerdo a sus
propias nociones legales por aplicación de la lex fori pero el problema se presenta cuando se
trata de calificar instituciones legales desconocidas para el foro. En consecuencia, no apela a una
solución tajante o no se enrola en un criterio determinado sino que en función del resultado,
realiza la calificación. Esto implica adoptar una metodología que resulte acorde a criterios
teleológicos y axiológicos que no se aferran a una de las soluciones mencionadas. Además, a
efectos de evitar resultados injustos el problema que plantea la calificación puede resolverse a
través de la adaptación que está expresamente contemplada en el nuevo Código Civil y
Comercial.

Cuestión previa. - Delimitación del problema.


Es posible encontrar que en un caso jusprivatista internacional existan diversos aspectos
conectados entre sí. Cuando uno de esos aspectos es lógicamente condición del otro, al primero
se lo denomina cuestión previa. Ejemplo: sucesión jusprivatista en donde uno de los hijos es
adoptado. Antes de determinar la vocación sucesoria de este hijo en particular previamente
debo determinar si la adopción es válida puesto que si no lo es no formará parte de los
herederos.

Teoría de la equivalencia: A través de esta teoría se considera que ambas cuestiones están en
pie de igualdad; solo se diferencian por una cuestión terminológica. No se reconoce jerarquía
entre ellas, por lo que deben ser resueltas de manera independiente. De esta premisa se
desprende que para la cuestión previa, el juez consulta las normas del DIPr del foro que
determinan el Derecho nacional que resulta aplicable. Y, obviamente, procede así con relación a
la cuestión principal. Por lo tanto, el resultado es que ambos aspectos de la relación jurídica
pueden resultar regulados por el mismo o diferente Derecho, de acuerdo a las normas indirectas
que rijan cada supuesto.

A modo de ejemplo, tomando la hipótesis de la validez del matrimonio como condición de la


sucesión, la cuestión principal es la sucesión, en tanto que la cuestión previa es la validez del
matrimonio. Con relación a la cuestión principal, según el Derecho argentino la sucesión se rige
por el Derecho del domicilio del causante al tiempo del fallecimiento (art. 2644). Por su parte, el
art. 2622 establece que la validez del matrimonio se regula de acuerdo a la ley del lugar de
celebración. Como resultado de la aplicación de la teoría de la equivalencia, las normas que
regulan la cuestión previa y la cuestión principal tienen diferentes puntos de conexión, los que
pueden no localizarse en el mismo Estado.

Teoría de la jerarquización.
A diferencia de la anterior, esta teoría asume como punto de partida que ambas cuestiones
están vinculadas, por lo que no pueden ser resueltas de manera independiente. La teoría de la
jerarquización se divide en dos vertientes que postulan diferentes criterios para encontrar la
solución:
a) Teoría de la jerarquización con imperio del Derecho Privado.
Esta corriente teórica resuelve la cuestión principal consultando el DIPr del foro, el cual
determina el Derecho que resulta aplicable. Dada la estrecha vinculación con la cuestión previa,
a esta última corresponde aplicarle el mismo Derecho material que rige la cuestión principal,
que es aquel que señala el punto de conexión de la norma indirecta. La crítica que se le formula
es que con esta teoría se puede
arribar a una solución injusta ya que el Derecho nacional aplicable puede no tener,
necesariamente, vinculación con la cuestión previa.
b) Teoría de la jerarquización con imperio del Derecho Internacional Privado.
Esta postura entiende que si bien entre ambas cuestiones existe vinculación, esta no es tan
estrecha como considera el otro enfoque. Por lo tanto, la cuestión principal debe resolverse
consultando las normas de conflicto del foro, las cuales determinan el Derecho aplicable. En
tanto que para resolver la cuestión previa hay que consultar las normas indirectas del Estado
cuyo Derecho resulta aplicable a la cuestión principal.

Teoría de la equivalencia o equiparación: precedente caso de aplicación del método analítico


analógico + sintético judicial – Caso Grimaldi.

Ejemplos.

Fallo Casos Ponnoucannamalle:

Se trata de una familia británica originaria de la India la cual tenía varios hijos legítimos y uno
adoptivo de nombre Chokalingam, el padre tenían inmuebles en colonias Francesas de la
cochinchina. Chokalingam fallece antes que su padre dejando un heredero legítimo. El abuelo
adoptivo deshereda por testamento ante notario de las indias Francesas al hijo de Chokalingam
eliminando de su testamento a este nieto, luego el abuelo adoptivo fallece , comienza el juicio
sucesorio y la madre del hijo de Chokalingam impugna el testamento, la corte francesa rechaza
la pretensión de la madre al considerar que si bien es válida la adopción según la ley indú no así
para la ley Francesa cuyo código civil establece que habiendo hijos legítimos la adopción no
tiene validez, por lo tanto el nieto no tiene derecho a heredar. El tribunal de casación francés
adopto el criterio procesal donde la cuestión principal prevaleció sobre la cuestión previa es
decir sobre la validez de la adopción.

Fallo caso Miguel Angel Grimaldi.

El Sr. Grimaldi de nacionalidad Italiana, adopto a Concepción en Italia de acuerdo al código civil
de dicho país, seis años después fallece dejando como única heredera a Concepción. El causante
dejó en nuestro país 2 bienes, un inmueble y una cuenta corriente los cuales también eran
reclamados por el ministerio de educación de Argentina, el juez de primera instancia en
Argentina le niega a Concepción vocación hereditaria al sostener que la adopción es inválida e
incompatible con el orden público Argentino, la apelación en cámara resuelve que de acuerdo al
derecho italiano la adopción es válida y compatible con el orden público Argentino. La cámara
resolvió lo siguiente: en cuanto al bien inmueble el derecho argentino impera sobre la validez de
la adopción por lo que Concepción no hereda el bien inmueble. El derecho público argentino
impera sobre la validez de la adopción del derecho italiano. En cuanto a la cuenta corriente
consideró en función del código civil velezano que corresponde a Concepción la herencia de la
cuenta corriente. La fuente de aplicación para la solución de este problema la encontramos en el
art. 8 CIDIP II, y el art. 2595 inc. C, por aplicación de la teoría de la equivalencia - método
sintético judicial. ¿Porque? Porque el art. 2595 inc. c, nos habla que en caso de aplicación de
varios derechos a distintos aspectos de una relación jurídica hacen necesario “adaptar los
derechos para luego sintetizar o armonizar la sentencia”.
Fraude a la ley.
El fraude a la ley puede ser definido como la alteración maliciosa y voluntaria del punto de
conexión establecido por la norma de conflicto, con el fin de evadir el Derecho coactivo
aplicable al caso. De este modo se manifiestan sus dos elementos característicos: la evasión
voluntaria de un Derecho coactivo y la alteración del punto de conexión con intencionalidad
fraudulenta. En pocas palabras, podría decirse que el fraude a la ley consiste en la utilización de
un precepto para eludir el juego de otro.

Si se determina la existencia de fraude, la sanción que corresponde es la no aplicación del


Derecho seleccionado maliciosamente, esto es en virtud de la manipulación realizada, y debe
restablecerse la vigencia del Derecho evadido. De esta suerte se comprende que el fin del
legislador al incluir el fraude en el Código Civil y Comercial no es construir un precepto que
sanciona el fraude sino articular una regla que resulta descriptiva de lo que debe reputarse por
fraude a nivel conflictual.

Derecho imperativo y Derecho dispositivo.


La distinción entre Derecho imperativo y Derecho dispositivo radica en que la primera categoría
está excluida del ejercicio de la autonomía de la voluntad de las partes, es decir, su contenido,
alcance y efectos no puede ser alterado por la determinación particular, lo que sí es viable en el
caso de normas dispositivas. En síntesis, el hecho que una determinada materia configure
Derecho imperativo implica en DIPr que las partes no están facultadas a alterar el punto de
conexión establecido por la norma de conflicto y, en caso de hacerlo, su conducta merece una
sanción.

Evasión del Derecho aplicable en materias no disponibles:


fraude a la ley.
Como ya fuera analizado, las normas indirectas o de conflicto tienen una estructura bimembre,
compuesta de un tipo legal y de una consecuencia jurídica, El tipo legal, por tanto, describe la
"causa" de la norma, abarcando dicho componente los hechos en los que se sostiene la
consecuencia jurídica para indicar el Derecho aplicable. En la línea expuesta, en casos de
materias no dispositivas, reiteramos que el fraude a la ley consiste en la alteración maliciosa y
voluntaria del punto de conexión con el fin de evadir el Derecho coactivo aplicable al caso.

Efectos del fraude a la ley.


Los efectos del fraude legal se relacionan con su sanción, que consiste en tener por no efectuada
la maniobra y así aplicar el Derecho que se pretendió evadir, negando todas las consecuencias
derivadas de la elección fraudulenta. El país cuyo Derecho ha sido evadido, aplicará la sanción
por tal conducta maliciosa.

El fraude a la ley extranjera.


Reflexionemos brevemente sobre el supuesto en que el sujeto o las partes llevan a cabo una
manipulación que hace presumir que se pretende defraudar al Derecho extranjero. El caso sería,
por ejemplo, cuando una determinada persona que tiene su domicilio en el extranjero se muda
a Argentina y fija su domicilio en la República poco antes de su muerte, cuando conoce que el
deceso tendrá lugar por padecer una enfermedad incurable. Al poco tiempo se produce su
muerte y hay fundadas sospechas de que el cambio de domicilio se encuentra íntimamente
vinculado a su deseo de que la sucesión quede captada por la ley argentina.
UNIDAD 5.

PROBLEMAS DE APLICACIÓN DE LA NORMA DE CONFLICTO.

REENVIO: Es cuando un país debe aplicar una Ley Extranjera, teniendo en cuenta las
remisiones que hacen sus normas a la Ley de ese país.
El “Reenvío”, consiste en saber si la norma Indirecta nos dice qué debemos aplicar:
Entonces, el reenvío nos mandará a aplicar el Derecho Privado Extranjero solamente, o todo su
derecho.
Presupuestos para que se produzca el reenvío.
Para que exista reenvío deben configurarse tres condiciones:
A) Distintos ordenamientos legales con normas de DIPr Las normas de DIPr son la porción del
ordenamiento legal de un Estado que contempla la internacionalidad de las situaciones
jusprivatistas internacionales, ya sea brindando una solución directa o remitiendo al Derecho
que finalmente resolverá la cuestión. Por lo tanto, el reenvío es posible siempre que existan
diferentes ordenamientos legales con normas de DIPr Indirectas, de modo tal que pueda
efectuarse la remisión normativa de uno a otro.
B) Diferentes puntos de conexión. Es también necesario que los diversos sistemas nacionales de
DIPr Contemplen diferentes puntos de conexión para las mismas materias. Por ejemplo, para el
caso del Derecho aplicable a la sucesión por causa de muerte Argentina consagra el último
domicilio del causante, lo cual puede remitir al ordenamiento legal de otro Estado. Si ese país, a
su vez, contempla cualquier otro punto de conexión diferente (ejemplo: nacionalidad del
causante), puede dar lugar al reenvío hacia un tercer país, y así sucesivamente.
C) Teoría de la referencia máxima. Cuando la norma de conflicto remite a un sistema legal
foráneo, surge el interrogante sobre qué cantidad de aquel ordenamiento extranjero resulta
aplicable. Respecto de este último, debemos reseñar las respuestas que intentaron dar al
problema del Reenvío, desarrollándose tres posiciones doctrinarias.
Hay tres teorías que tratan de resolver esto.
1) Teoría de la Referencia mínima: sostiene que el DIPr del juez indica solo qué Derecho Privado
extranjero aplicar, con exclusión del DIPr Extranjero. Aplica el Derecho Material extranjero.

Ejemplo: un causante muere con último domicilio en Madrid. El juez Argentino aplica el derecho
español sin consultar el DIPr de aquel país. (Argentina aplica derecho interno español, excluye el
DIPr español).

2) Teoría de la Referencia media: el DIPr del juez indica como aplicable, en primer lugar, el DIPr
Extranjero y el de sus normas de exportación (son las que indican como aplicable el propio
derecho civil del juez). Si por el contrario, el DIPr Extranjero indica aplicable el DIPr Propio, lo
abandonamos y buscamos en nuestro propio DIPr un punto de conexión que nos resulte
afortunado.
3. Teoría de la Referencia máxima: en este impuesto se sostiene que se aplica todo el DIPr
Extranjero, tanto sus normas de importación, como de exportación. Es decir que el DIPr del juez
indica como aplicable el DIPr Extranjero y luego el derecho que aquel indique.

Nuestro CCyC en su Art. 2596, recepta la TEORIA DE LA REFERENCIA MAXIMA.-


Art 2596. “Reenvío. Cuando un derecho extranjero resulta aplicable a una relación jurídica
también es aplicable el derecho internacional privado de ese país. Si el derecho extranjero
aplicable reenvía al derecho argentino resultan aplicables las normas del derecho interno
argentino. Cuando, en una relación jurídica, las partes eligen el derecho de un determinado país,
se entiende elegido el derecho interno de ese Estado, excepto referencia expresa en contrario.”

Hay que tener en cuenta que en el Reenvío, se manda la aplicación de un Derecho de otro país,
no se manda el caso al otro país para que sea resuelto, traigo el derecho extranjero para
aplicarlo acá. Estamos ante un juego normativo, donde el juez aplica el derecho extranjero.
El Reenvío tiene un límite, y está dado por la Autonomía de la Voluntad de las Partes.

Clases de Reenvío: Distintos grados de reenvío.


1) Aceptación en sentido estricto: es cuando el DIPr extranjero por contener una norma
indirecta de exportación, declare aplicable su propio DIPr. Ejemplo: El juez argentino, resuelve
sobre la sucesión de un español muerto con último domicilio en Madrid;
2) Reenvío lisa y llanamente de Primer grado: el DIPr extranjero declare aplicable el Dcho Civil
del Juez Argentino (devolución) Ejemplo: Un Juez argentino resuelve la “Sucesión” de un muerto
argentino domiciliado en Roma (Italia). DIPr Argentino: la sucesión se rige por la ley del domicilio
del causante. Se envía. El DIPr Italiano quien aplica la “nacionalidad del causante”, por lo que
reenvía nuevamente al Derecho Civil Argentino.
3) Reenvío de segundo grado: el DIPr extranjero declara aplicable un tercer derecho civil
(envío). Ejemplo: juez Argentina Resuelve sobre la herencia de un alemán muerto con último
domicilio en Madrid, (DIPr Argentina, DIPr Español, Derecho Civil Alemán) ya que el DIPr
Alemán a imagen y semejanza del español, somete igualmente la sucesión al derecho nacional
del causante.
4) Reenvío doble: este supuesto no contiene un nuevo género de casos, es igual al segundo caso
lo que si destaca es una nueva solución de él: El DIPr extranjero declare aplicable el DIPr
Argentina, y este al tocarle el turno por segunda vez, indica como aplicable el Derecho Civil
Extranjero, al que la primera vez no lo utilizo porque lo bloqueaba el DIPr Extranjero (DIPr
Argentina; DIPr Español, DIPr Argentina, Derecho Civil Español).
El reenvío ha sido objeto de diversas posiciones mereciendo desde una suerte de rechazo
visceral hasta una aceptación fervorosa. A nuestro entender, debe considerarse un instrumento
de armonización entre los Derechos que colaboran en la obtención de la respuesta jurídica. Se
trata de una herramienta que coadyuva al respeto de la unidad del ordenamiento jurídico
extranjero declarado aplicable por la norma de conflicto del juez del foro. Principalmente se ha
dicho que favorece la armonía internacional de las soluciones.
El argumento que actualmente tiene más aceptación pasa por consignar que el reenvío
funcional o reenvío corrector de la localización es una herramienta que debe emplearse para
mejorar las soluciones proporcionadas por las normas de conflicto y para proporcionar
soluciones más justas (Calvo Caravaca: Carrascosa González). Dado que el fundamento de la
norma indirecta es el principio de proximidad, se entiende que la norma pretenda la aplicación
del Derecho del Estado que presenta los vínculos más estrechos con la situación privada
internacional, empero no todas las reglas respetan este principio.
Ciertamente, el reenvío no es una solución integral, ni general, tampoco es un mecanismo
automático, es solamente un instrumento al servicio de una mejor aplicación de las normas de
conflicto y así lo entendió el legislador nacional cuando incorpora una norma en el sistema
argentino que lo recepta con limitaciones. Se sostiene que "el reenvío es un mecanismo al
servicio de los conflictos de leyes del siglo XXI que sirve para corregir los defectos de ciertas
normas de conflicto elaboradas en la Edad Media" (P. Courbe).
Lo que importa es precisar en qué casos resulta conveniente admitirlo y en qué casos es mejor
negar su intervención. Bajo este prisma, es importante la interpretación sistemática y
teleológica que propicia el nuevo Código a tenor del art. 2 que textualmente expresa: La ley
debe ser interpretada teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las
disposiciones que surgen de los tratados sobre Derechos Humanos, los principios y los valores
jurídicos, de modo coherente con todo el ordenamiento.

ART. 2595.-Aplicación del derecho extranjero. Este artículo detalla los 3 casos de aplicación del
derecho extranjero por jueces Argentino.

1. Método Indirecto: Interpretando la ley como lo haría los jueces del estado al que
pertenece el derecho.
2. Método analítico – Analógico: En caso de varios sistemas legales covigentes por
aplicación de las reglas de vigor del estado al que pertenecen los derechos o en su
defecto por el sistema jurídico que presenta vínculos más estrechos con la relación
jurídica internacional.
3. Método sintético Judicial: Para caso de diversos derechos aplicables a distintos aspectos
de la misma relación jurídica el juez debe armonizar y adaptar la situación para lograr
una sentencia justa

El caso Forgo:
Se tratara de una cuestión de sucesión mobiliaria. Javier Forgo era un hijo natural, de
nacionalidad Bávara, que a la edad de 5 años había sido llevado a Francia por su madre.
Vivió en Pau, sin haber podio constituir allí su domicilio de derecho. Forgo nunca solicito su
domicilio de acuerdo a la ley Francesa por lo que al morir la ley francesa considero que sólo
tenía un domicilio de hecho, y que el domicilio de derecho lo había conservado en Baviera, lugar
de su nacimiento. Murió a los 68 años dejando una importante fortuna mobiliaria y
solamente parientes colaterales. Según las leyes sucesorias francesas, esos parientes no eran
herederos, por lo que el juez francés declaro que los bienes de Forgo pasasen al fisco francés.
Así las cosas, los parientes colaterales de Forgo ejercitaron la acción de petición de herencia,
basados en que su derecho estaba reconoció en el código bávaro, en virtud de una norma de
conflictos francesa según la cual la sucesión mobiliaria debía regirse por el último domicilio del
causante, en este caso Baviera. En segunda instancia los parientes colaterales obtienen
sentencia estimatoria de su pretensión al decidir que la ley aplicable a la sucesión era la del
domicilio de derecho el difunto, o sea, la ley Bávara. No conformes con esta resolución los
fiscales franceses investigan la ley Bávara y descubren que ella contenía una regla de derecho
internacional privado, que determinaba que las sucesiones mobiliarias quedaban sometidas a la
ley del lugar del domicilio efectivo del difunto. Encontrándose este en Francia, la ley bávara
competente remitía, por lo tanto, la solución el asunto a la ley sucesoria francesa y
el estado francés debía recoger, pues, la sucesión. La corte de casación de Francia acogió el
recurso en sentencia de 24 de junio de 1878 triunfando así la tesis del reenvío.

Orden Público.

El Orden Público puede ser definido como: el conjunto de principios inalienables que prohíben la
aplicación del Derecho Extranjero cuando contraríe a las leyes o espíritu de nuestra legislación, o
ponga en peligro la moral y las buenas costumbres.
Es la vía clásica para excluir la aplicación del derecho extranjero al proceso, cuando el derecho
foráneo sea incompatible con los principios y valores fundamentales de la comunidad y del
estado. Es un remedio de carácter excepcional. Tiene efectos negativo y positivo, el primero
produce la inaplicabilidad de la ley extranjera mientras que el segundo produce la aplicabilidad
del derecho nacional.
Articulo 2600 CCCN “Las disposiciones de derecho extranjero aplicables deben ser excluidas
cuando conducen a soluciones incompatibles con los principios fundamentales de orden
público que inspiran el ordenamiento jurídico argentino.”
La norma no establece una solución legal, sin embargo, en virtud que el CCyC prioriza soluciones
respetando la internacionalidad del caso, debe darse una solución prescindiendo del derecho
nacional y aplicar otra regla próxima del derecho aplicable, u otra fuente en un tratado
internacional que ordene la materia en cuestión, dejándose acudir como última solución al
derecho nacional.
El orden público tiene como finalidad ser un límite general que va a establecer que cuando una
norma extranjera es incompatible no sea aplicada. Es un remedio legal, que es la excepción a la
aplicación del derecho extranjero.
Tratados de Montevideo: las leyes de los demás Estados, jamás serán aplicadas contra las
instituciones políticas, las leyes de orden público o las buenas costumbres del lugar del proceso.

Al Orden Público se lo puede considerar como:


Conjunto de Disposiciones: considera al orden público como de aplicación apriorística. Primero
debe aplicarse nuestro Derecho Interno, nuestros principios orientadores, luego el Derecho
Extranjero. Para esta teoría no debería existir el Derecho Extranjero. En resumen, siempre
aplicamos el Derecho Propio, diga lo que diga el Derecho Extranjero, no hay casi posibilidades
que se aplique el Derecho Extranjero.
2. Conjunto de Principios: Considera al Orden Público de aplicación a posteriori.
Primero, vemos que derecho debemos aplicar por medio del DIPr; segundo, ver cómo soluciona
el caso del Derecho Extranjero; y tercero, a posteriori vamos a estudiarlo y tratar de
compatibilizarlo con nuestro propio derecho. Si no compatibiliza con nuestro derecho, recién lo
desechamos. El orden público marca la excepción de la aplicación del Derecho Extranjero,
porque afecta nuestro Orden Público, no compatibiliza con él.

Puntos de Conexión:

Es la circunstancia del caso que nos permite determinar el derecho aplicable. Es la característica
positiva de la consecuencia jurídica. Goldschmidt lo define como el medio técnico de la
descripción abstracta del derecho aplicable.

Se clasifican en: Personales (nacionalidad – domicilio – residencia); Reales (Art 2644, 2663 –
2667 ); Conductistas, en los que encontramos a: la autonomía de la voluntad; Lugar de
celebración del contrato; Lugar de ejecución del contrato; Lugar de perpetración de un acto
ilícito.

PERSONALES.

a) La Nacionalidad es la relación de las personas el Estado y el Territorio, es el vínculo político –


jurídico del Estado y sus súbditos. Cabe aclarar que el concepto varía de acuerdo a los Estados,
ya que algunos adoptan a la nacionalidad desde el nacimiento, por naturalización, por herencia
de sangre, o bien, por matrimonio; tal es el caso de la pareja de chinos que tiene un hijo en
Argentina, acá se sostiene que toda persona que nace en Argentina, tiene nacionalidad
argentina, en China por la herencia de sangre, se lo considera como un nacional de China
también. Lo que define a la nacionalidad, es el domicilio.
b) Domicilio: Es la residencia habitual y permanente de una persona, con la intención de
permanecer allí. El “Domicilio” como punto de Conexión es receptado por el Derecho Argentino,
por el Derecho Anglosajón, también por el Tratado de Montevideo. Rige el domicilio todo lo
referido a la capacidad, la existencia de la vida humana, el matrimonio en todos sus aspectos
(Salvo: Celebración), el ejercicio de la responsabilidad parental, filiación, derecho sucesorio,
adopción, fecundación in vitro, casos concretos de los contratos. Para que exista se deben tener
en cuenta dos requisitos: 1.-residencia efectiva; 2.- animus.

Tipos de Domicilio Según el CCyC.

Domicilio Real: es el asiento principal de su residencia y sus negocios.


Domicilio Legal: el lugar donde la ley presume que la persona reside para el ejercicio de sus
derechos y el cumplimiento de sus obligaciones.
Domicilio especial: es el elegido por las partes en los contratos para la ejecución de sus
obligaciones.

Artículo 2613.- Domicilio y residencia habitual de la persona humana. A los fines del derecho
internacional privado la persona humana tiene:
a) su domicilio, en el Estado en que reside con la intención de establecerse en él.
b) su residencia habitual, en el Estado en que vive y establece vínculos durables por un tiempo
prolongado. La persona humana no puede tener varios domicilios al mismo tiempo. En caso de
no tener domicilio conocido, se considera que la tiene donde está su residencia habitual o en su
defecto, su simple residencia.
Artículo 2614.- Domicilio de las personas menores de edad.- El domicilio de las personas
menores de edad se encuentra en el país del domicilio de quienes ejercen la responsabilidad
parental.
Artículo 2615.- Domicilio de otras personas incapaces.- el domicilio de las personas sujetas a
curatela u otro instituto equivalente de protección es el lugar de su residencia habitual.
Unidad 4
Artículo 77.- Cambio de domicilio.- El domicilio puede cambiarse de un lugar a otro. Esta
facultad no puede ser coartada por contrato, ni por disposición de última voluntad. El cambio de
domicilio se verifica instantáneamente por el hecho de trasladar la residencia de un lugar a otro
con ánimo de permanecer en ella.

Artículo 2616.- capacidad.- la capacidad de la persona humana se rige por el derecho de su


domicilio.
Domicilio Diplomático: los funcionarios del servicio exterior y que desempeñan funciones en el
exterior conservan su domicilio legal en la República, País al que una persona presta su servicio.
c) Residencia.

Es el lugar en el cual vive una persona. Es el punto de conexión subsidiario del domicilio. Tanto
el domicilio como la residencia establecen una relación entre una persona y un lugar, pero se
diferencia por la habitualidad, permanencia, exteriorización (se reputa conocido por tercero) del
domicilio.
Los tratados de Montevideo desconocen la residencia como punto de conexión principal.
El DIPr usa igualmente la residencia como punto de conexión condicional subsidiario, quien no
tenga domicilio es tratado en virtud de la ley de su residencia (art. 90 inc. 5).
El DIPr interno coincide con los tratados al considerar la residencia un domicilio fingido, pero
tampoco en aquel puede la ficción alterar la realidad, o sea, que en el DIPr a diferencia de los
tratados, aparece la residencia como punto de conexión principal, en efecto los derechos
personales entre cónyuges se rige por el derecho de su residencia Argentina (art. 3 de la ley
matrimonial).
T.M.D. Civil de 1889: las condiciones para que la residencia constituya domicilio se rigen por la
ley del lugar de su residencia.
T.M.D. Civil de 1940: en su artículo 5 inc. 4 el domicilio de la persona física se determina en
última instancia por la simple residencia.
El DIP interno también lo utiliza (art. 62 de la Ley 23.515 que habla del domicilio efectivo en
cuanto al matrimonio; en caso de duda, la de última residencia).
Habrá residencia cuando el negocio jurídico, que es objeto del litigio, deba recaer sobre un bien
sito en el extranjero o estar matriculado allí. Acá nos referimos al lugar de situación del
inmueble o de la cosa mueble.
En los tratados de Montevideo es el punto de conexión para encontrar el derecho aplicable a la
constitución, modificación y cancelación de derechos reales.
El DIPr interno somete al derecho de la situación, la constitución, la modificación y la
cancelación de derechos reales sobre inmuebles argentinos.
Artículo 2667. “Derecho aplicable. Derechos reales sobre inmuebles: Los derechos reales sobre
inmuebles se rigen por la ley del lugar de su situación.

El derecho real sobre el bien inmueble se constituye según el derecho del lugar de situación que
abarca en el derecho argentino al dominio, condominio, propiedad horizontal, conjuntos
inmobiliarios, superficie, usufructo, uso, habitación, servidumbre y los derechos reales de
garantía. También, el lugar de situación del inmueble determina el contenido, los modos de
adquisición, registración, publicidad, alcance y extinción. La segunda parte de la norma
contempla el supuesto de que por medio de un contrato celebrado en el extranjero se
transfieran derechos reales sobre inmuebles situados en la República.

Artículo 2668. “Derecho aplicable. Derechos reales sobre bienes registrables:.


El Código consagra el derecho aplicable a los bienes registrables al del Estado del registro. Están
comprendidos en esta categoría los automotores, aeronaves, barcos, buques, aerodeslizadores,
caballos de carrera, ganado y bienes muebles sometidos a leasing, entre otros. Esa previsión
evita el problema del conflicto móvil, porque aunque se trata de bienes que son susceptibles de
traslado de un país a otro, la radicación petrifica el derecho aplicable en el Estado del registro.

Art. 2669. “Derechos reales sobre muebles de situación permanente. Cambio de situación:
En este caso la norma emplea el criterio de conexión en el lugar de locación material de los
bienes muebles con situación permanente. Es un concepto fáctico que no presenta dificultad
alguna porque al mantener una situación, no se presenta conflicto móvil con relación a la ley
aplicable. Ahora bien, la relación jurídica real una vez constituida se mantiene aquilatada con el
derecho vigente al momento de celebrarse, por lo tanto se mantiene el criterio de la ley del
lugar de situación.

Artículo 2670. “Derechos reales sobre muebles que carecen de situación permanente: Los
derechos reales sobre los muebles que el propietario lleva siempre consigo o los que son de uso
personal, esté o no en su domicilio, como también los que tiene para ser vendidos o
transportados a otro lugar, se rigen por el derecho del domicilio del dueño. Si se controvierte o
desconoce la calidad de dueño, se aplica el derecho del lugar de situación”.
En este caso la norma propone foros concurrentes, el primer supuesto contempla los muebles
que el propietario lleva consigo: se trata de elementos personales que generalmente no
representan gran valor económico siendo su característica, precisamente, que son llevados
siempre consigo. El segundo supuesto examina la situación jurídica real de los bienes que están
destinados a ser vendidos o que deberán ser transportados de un lugar a otro.
Generalmente esta situación revela que se trata de bienes que están en tránsito o que ya tienen
un destino cierto o eventual de ser trasladados al extranjero. Ante estos supuestos, el Código
brinda una solución sencilla, que se rigen por el derecho del domicilio de su dueño.

AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD.

Hablamos sobre la “Autonomía de la Voluntad”, dentro del marco del DIPr, donde las partes
son iguales y tienen que ver con la libertad o la voluntad de cada una de estas partes, donde
pueden decidir por sí mismas qué comprar, dónde comprar, lo mismo con las ventas, lo mismo
con las transacciones comerciales o jurídicas, etc. Todo lo que una parte quiere, puede hacerlo,
siempre y cuando no atenten sus actos con la moral, las buenas costumbres y el orden público,
cuando atente contra algo de esto, no podrá ser aprobado el acto, se considera irrealizable.
Como sabemos tenemos dos tipos de Orden Público, el Nacional y el Internacional, la
Autonomía de la Voluntad pertenece al “Orden Público Nacional”.
Hoy, con nuestro CCyC podemos dividir a nuestros contratos en dos tipos: Contratos de
Consumo, y Contratos de No Consumo, donde solamente en este último, las partes pueden
pactar haciendo uso de la Autonomía de la Voluntad.
Esta facultad de pactar libremente, convenir libremente sus pautas haciendo uso de la
Autonomía de la Voluntad, puede ser dirigida a la elección del juez competente, para entender
en los problemas que se puedan suscitar como también en el derecho aplicable al caso.
Hay dos tipos de Autonomía de la Voluntad:

La Autonomía de la Voluntad Conflictual (de elección de la norma), este tipo de autonomía


posee dos variantes:
a) Está circunscripta a una Autonomía impropia, porque es indirecta, donde las partes alteran en
el buen sentido de la palabra, en el Punto de Conexión para someterse a un derecho
determinado. Por ejemplo, una de las partes vive en Paraguay y otro de las partes en Argentina
y el de Paraguay conviene con el argentino que se celebre el contrato en Paraguay, donde la
legislación es más conveniente para ambos, donde si surge algún problema, es de aplicación la
ley paraguaya.
b) Otra de las variantes que presenta, también impropia e indirecta como la anterior, se
presenta cuando se pacta en el contrato la justicia que va a entender, los jueces que van a
entender en la causa si surge problema. Generalmente lo realizan por medio de una cláusula
donde las partes “prorrogan al juez” que entenderá en la causa, en casos de conflicto. Entonces,
interviene el juez pactado y aplica su Derecho Privado.

El interrogante que se plantea acá es: ¿Qué normas aplicará el juez? ¿Directas o indirectas?, si
las partes nada pactaron sobre ello, el juez que interviene en el caso, es quien deberá deducir
esto, mediante la interpretación de si se aplica también su derecho, o si no lo hará.

TIPOS DE AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD.

La Autonomía de la Voluntad Material (de creación de la norma), nos encontramos aquí con
dos grados diferentes.
a) Autonomía de la Voluntad de “Primer Grado” o “Universal” (universal, porque no se
someten a ninguna legislación en particular). El Derecho es el Contrato. En estos contratos las
partes convienen la sanción de su incumplimiento, la pena, las indemnizaciones, entre otras
cláusulas, con tal de que no resulte aplicable ninguna legislación, y se rijan pura y enteramente
por lo dispuesto en el contrato.
b) Autonomía de la Voluntad de “Segundo Grado”: Las partes en este caso pueden pactar el
derecho aplicable al caso y el juez que intervendrá en caso de conflicto. Pueden pactar para
todo el contrato, o para cada parte del contrato el derecho aplicable y el que intervendrá en
caso de problemas entre las partes. Incluso, las partes pueden pactar un derecho subsidiario
para aplicar para el hipotético caso de que el derecho elegido cambie sustancialmente.

Lugar de Celebración del Contrato:


Esto se basa en el principio de que la Ley del Lugar rige la forma de los actos.
Si el acto es válido donde fue celebrado, es válido en todas partes, aún en los lugares donde este
es inválido de acuerdo a su forma.-
Artículo 2649. Formas y solemnidades. “Las formas y solemnidades de los actos jurídicos, su
validez o nulidad y la necesidad de publicidad, se juzgan por las leyes y usos del lugar en que los
actos se hubieren celebrado, realizado u otorgado”.

Lugar de Ejecución del Contrato:


Hoy se tiene en cuenta más el lugar de Ejecución del Contrato, que el lugar de Celebración del
Contrato, pasando este último a ser subsidiario del primero.-
Se basa en la tesis de Savigny, que somete: la validez intrínseca del contrato y sus efectos al
derecho de su ejecución. Determina que ese es el momento del perfeccionamiento del contrato.
Salvo que este no se pueda establecer por participar varios países o si no tuviera lugar de
ejecución, entonces se rige por el Lugar de su Celebración (art. 33 a 38)
Por ello los Tratados de Montevideo afirman que la Ley del Lugar en donde los contratos deben
cumplirse rige: su existencia, su naturaleza, su validez, sus efectos, sus consecuencias, su
Ejecución. Y todo lo que concierne a los contratos, bajo cualquier aspecto que sea.
Lugar de Perpetración del Acto Ilícito.
Si hubiere dudas sobre la determinación del lugar de perpetración del acto ilícito habrá de
recurrir al Tratado de Derecho Penal Internacional ratificado en 1889, que establece:
1) Los hechos de carácter delictivo, perpetrado en un Estado que serían justiciables por las
autoridades de éste, si en él produjeran sus efectos, pero que solo dañan derechos e intereses
garantizados por las leyes de otro Estado, serán juzgados por los Tribunales y penado según las
leyes de este último. (El delito se produce en un estado pero daña a otro). Ejemplo: falsificación
de la moneda (dólares).
2) Cuando un delito afecta a diferentes Estados, prevalecerá para juzgarlos la competencia de
los tribunales del país damnificado en cuyo territorio se capture al delincuente. (Daña a varios
países pero es competente quien capture al delincuente).
3) Si el delincuente se refugiase en un Estado distinto a los damnificados prevalecerá la
competencia de los Tribunales del país que si tuviese la prioridad en el pedido de la extradición.
(Es competente quien prioriza para extradición).
Conclusión: El lugar de la perpetración de un acto ilícito se halla en cuantos países el hecho
produzca sus efectos, mientras que no se encuentra en el lugar en el que se desarrolla
exclusivamente la actividad (repudio a la ley de ubicuidad).
Ejemplo: si desde la Argentina se envía carne congelada en malas condiciones al Paraguay,
Uruguay y Perú, donde sus consumidores caen enfermos, el delito solo se ha cometido en éstos
tres últimos países. Rigiéndose el acto ilícito, en cada uno de ellos por la ley respectiva.
Cuando un delito afecta a diferentes Estados, prevalecerá para juzgarlo, la competencia de los
tribunales del país damnificado en cuyo territorio se captura el delincuente. Si este se refugiase
en Estado distinto, el país que tuviese prioridad en el pedido de extradición.

UNIDAD 6.

Temas que integran el DPCI.


¿Cuáles son los temas que integran el DPCI?
Estos pueden ser agrupados en tres ámbitos, a saber:
a) Jurisdicción internacional, cuyo objeto es determinar cuándo son competentes los tribunales
de un determinado Estado para entender en un litigio internacional.
b) Reconocimiento y ejecución de decisiones extranjeras cuyo objeto es determinar qué
efectos tendrán las decisiones provenientes de autoridades extranjeras y cómo se debe
proceder a su ejecución cuando el deudor o sus bienes se encuentran en un Estado distinto a
aquel en que se dictan.
c) Desarrollo del proceso con elementos transfronterizos. En este ítem se incluyen las
cuestiones que específicamente se relacionan con los aspectos procedimentales que plantean
estos litigios, tales como: notificaciones, obtención de pruebas, entre otros.
El DPCI, aunque internacional por su origen, es nacional por su naturaleza. Cada Estado tiene su
propio sistema, hecho que no es obstáculo para que los países se pongan de acuerdo con el fin
de establecer reglas comunes que faciliten la continuidad de los procesos incoados en una
jurisdicción.

Derecho aplicable al proceso internacional.


Existen cuestiones cuya calificación como procesal o como sustantiva no es muy clara. Un caso
paradigmático es la prescripción liberatoria. Hay sistemas jurídicos que la consideran una
cuestión procesal o causa extintiva de la acción (los anglosajones), en tanto que para otros
sistemas (europeo continental) es una cuestión sustantiva que obra como límite temporal para
el ejercicio del Derecho subjetivo que se pretende hacer valer. En consecuencia, antes de decidir
si una cuestión vinculada al proceso está sujeta o no a la lex fori, es preciso proceder a su
calificación.

Ejemplo interesante se plantea en el siguiente caso. Un contrato celebrado entre una empresa
italiana y una empresa con sede en Argentina. La empresa italiana demanda ante nuestros
tribunales a la empresa con sede en el país por incumplimiento contractual, alegando la
empresa demandada que la acción se encuentra prescripta. Según se califique el supuesto como
sustancial o procesal, corresponderá aplicar la ley que regula el contrato o la ley argentina como
lex fori processum.

En el nuevo Código Civil y Comercial se incluye el art. 2671 que establece "La prescripción se rige
por la ley que se aplica al fondo del litigio".

¿Qué significa este principio?

Así como se reconocen otros Estados soberanos, el sistema procesal propio reconoce la
existencia de otros servicios jurisdiccionales estatales, los que pueden equipararse al argentino.
Siendo así, podría ofrecerse potencialmente una tutela judicial declarativa en iguales
condiciones que la ofrecida en el país extranjero. Esta afirmación no implica desconocer que hay
exclusiones que surgen del respeto a principios y normas insoslayables del propio sistema; pero,
como punto de partida, es posible dejar sentado el enunciado.

Objetivo del DPCI.


Así como internamente se reconoce como función del Derecho Procesal garantizar la tutela
judicial efectiva, en el DIPr ésta no se modifica por el solo hecho de desarrollar su objeto en una
plataforma ampliada. El DPCI es internacional por su objeto, signado por los problemas de
internacionalidad procesal; pero es Derecho interno por su naturaleza. No existe un DPCI
mundial sino que cada Estado tiene sus propias reglas. Independientemente de que se acuerden
tratados internacionales estableciendo reglas comunes en este campo, esto no modifica el
punto de partida que consiste en que al DPCI lo aplican las autoridades del país, sea
convencional, institucional o transnacional, lo que trae consigo problemas de interpretación;
pero en concreto quienes aplican las normas son las autoridades nacionales.

Ley del Foro.

El principio por el cual la ley del foro rige el proceso tiene sustento en el principio de la
territorialidad y en el carácter público de las normas procesales. Se admite prácticamente de
manera universal pues es una solución práctica y sencilla ya que su aplicación hace que los
tribunales manejen su propio Derecho Procesal sin necesidad de distinguir los casos en
nacionales o internacionales.
Sin embargo existen algunas excepciones, pues hoy se admite en algunos supuestos la aplicación
extraterritorial de normas procesales. Un ejemplo interesante está dado por el Derecho
norteamericano en el que existen jurados civiles en los casos de responsabilidad por daños,
sistema inexistente en nuestro país para esos supuestos. Otra razón que apoya la regla lex fori
regit processum se vincula directamente al principio de seguridad jurídica pues sintoniza con el
rol que asume el Derecho Procesal reconocido como canalizador de las pretensiones de las
partes ante los tribunales. Otro sustento de la regla se encuentra en que resulta neutral para las
partes pues los derechos de éstas y el fondo del asunto quedan sujetos a la ley designada por las
normas de conflicto correspondientes, pero la aplicación de las normas procesales del Estado
cuyos tribunales conocen del asunto no las beneficia ni las perjudica a ninguna de ellas.

Cuestiones relacionadas con el proceso no sujetas a la lex fori processi.


Las cuestiones relativas a la situación de las partes en el proceso, es decir la capacidad para ser
parte y la capacidad procesal, quedan bajo el imperio de la ley personal, en nuestro caso, la ley
del domicilio. "
También, en casos excepcionales, las cuestiones procesales muy conectadas con el fondo del
asunto, relativas a la legitimación procesal o al objeto y carga de la prueba, pueden quedar
reguladas por la ley que rige el fondo del litigio. Sobre este tema volveremos al tratar la
cooperación de primer grado.

El extranjero en el proceso.
La intervención de un no nacional en el proceso civil plantea cuestiones relativas a su capacidad
procesal, a la legitimación tanto activa como pasiva, a la representación, asistencia jurídica
gratuita, y caución de arraigo en juicio entre otros problemas.
Igualdad de trato procesal.
En Argentina y en general en la región, no es relevante el tema de la nacionalidad. Nuestros
países están adscriptos al sistema del domicilio en cuanto se refiere a la condición del litigante
extranjero. Solo con carácter ilustrativo digamos que los sistemas de Derecho Procesal
comparado contienen en su haber no pocos ejemplos de situaciones de discriminación hacia el
litigante extranjero, quien muchas veces padece graves complejidades al litigar ante un tribunal
foráneo.

El Código Civil y Comercial se ha pronunciado claramente en este sentido refrendando principios


constitucionales. En el artículo 2610, sobre igualdad de trato, se determina que las personas
físicas y jurídicas, residentes en Argentina o en el extranjero, se encuentran en pie de igualdad
frente a los tribunales nacionales a fin de reclamar por sus derechos. Este articulo también
incluye la excepción de arraigo en su segundo párrafo prescribiendo: “Ninguna caución o
depósito, cualquiera sea su denominación, puede ser impuesto en razón de la calidad de
ciudadano o residente permanente en otro Estado”.

Exequátur.

El exequátur tiene por objeto convertir la sentencia extranjera en un título ejecutorio local, para
lo cual se exige -entre otros recaudos- su compatibilidad con los principios de orden público del
derecho argentino. En efecto, el artículo 517 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación sujeta el reconocimiento de la fuerza ejecutoria de una sentencia extranjera a que esta
"no afecte los principios de orden público del derecho argentino".

Unidad VII - Personas humanas:


Cada ordenamiento jurídico engloba un conjunto de reglas que delimitan el campo en el que
puede desarrollarse la libertad de los particulares, para realizar su voluntad a la hora de
constituir relaciones jurídicas, como expresión externa de dicha voluntad. A tal efecto regulan el
modo en que los vínculos pueden establecerse, construyen el marco normativo y les confieren
una protección concreta.
El consentimiento de las personas humanas se refleja en un cúmulo de relaciones que son
expresión unilateral o sinalagmática del consentimiento. Sirvan como ejemplo de estas
manifestaciones la celebración del matrimonio, la adopción, el divorcio, el testamento, el
contrato. También son derechos inherentes a la personalidad el derecho a la vida, a la integridad
física, el derecho al nombre, a la propia imagen, al honor, entre otros que revisten el carácter de
derechos humanos y por tanto gozan de una protección no solo constitucional, sino también
convencional. Asimismo, son derechos de la personalidad la determinación y el cambio de sexo,
habiendo sido contemplados por normas nacionales e internacionales.
El DIPr focaliza su estudio en aquellas peculiaridades que, en su ejercicio, generan la necesidad
de determinar cuál es el Derecho aplicable y cuál la jurisdicción competente para cada caso que
se plantea. El conjunto de instituciones referidas a la persona humana conforman lo que se
denomina "estatuto personal", en tanto configuran su condición como sujeto de derecho.
Dentro de este concepto existe consenso en analizar el estado, la capacidad y el nombre.
También se incluye en el análisis el domicilio, teniendo en cuenta que en muchos casos actúa
como criterio de atribución de competencia o punto de conexión para determinar el Derecho
aplicable a los otros atributos señalados.
Igualmente, atento a las consecuencias que puede provocar en el proceso sucesorio, se analiza
la temática vinculada con la ausencia con presunción de fallecimiento, ya que el proceso llevado
a cabo concluirá con la declaración del deceso de la persona en caso de no aparecer con vida,
hecho que deberá ser especialmente tenido en cuenta en el proceso sucesorio, cuyo estudio
pormenorizado corresponde efectuar en otro capítulo de este libro.

El estatuto personal.
Es a partir de la doctrina del jurista prusiano que la personalidad de las leyes y su alcance se
sustituye por la naturaleza de las relaciones jurídicas y el estatuto personal pasa a configurarse
por un conjunto de situaciones jurídicas vinculadas a la persona humana que por su naturaleza
se regulan por la ley personal.
Este concepto define tanto el estado del individuo como la ley que le resulta aplicable.
El estatuto personal es el conjunto de materias jurídicas relativas a la persona humana
conformando su condición como sujeto del Derecho. En su concepción amplia comprende
elementos tales como el estado civil, la capacidad jurídica y de obrar, el nombre, las relaciones
de familia, y la sucesión por causa de muerte.
La ley reguladora del estatuto personal.

En los países sudamericanos el domicilio, de neto contenido territorialista, es el conector más


utilizado. A modo ejemplificativo podemos mencionar además de Argentina, a Brasil, Paraguay,
Uruguay y Venezuela. Hoy adquiere una jerarquía razonable el imperio de la residencia habitual
dada la dinámica que caracteriza el contexto y la implicancia constante de los movimientos
migratorios que debilitan la conexión domiciliar. Principalmente, esta conexión se emplea en
tratados internacionales (v.gr., convenios provenientes de la Conferencia de La Haya y CIDIP).

Entre las principales ventajas que se destacan de este punto de conexión (residencia habitual)
está su carácter de conexión social, en tanto conduce a la aplicación del Derecho de la sociedad
en que la persona vive efectivamente. Argentina tiene una larga tradición domiciliar que resulta
bastante matizada en el nuevo articulado del Código Civil y Comercial de la Nación, ya que se
incluye la conexión de residencia habitual en institutos en los que es conveniente tener presente
sus beneficios.
En el DIPr el asiento jurídico de la persona es considerado el vínculo por excelencia para
determinar el Derecho aplicable y la jurisdicción internacional. El nuevo Código Civil y Comercial
inicia la Parte Especial del DIPr con la Sección referida a las "Personas Humanas".

El domicilio, la residencia habitual y el problema de las calificaciones


El domicilio y la residencia habitual no tienen el mismo significado en el Derecho interno y en el
Derecho Internacional Privado.
Domicilio refiere a la morada donde habita la persona con ánimo de permanecer, el segundo
hace alusión al Estado donde aquella tiene el centro de su vida.
En consecuencia, dado que en el DIPr el domicilio ha sido considerado históricamente como el
punto de conexión o el foro por excelencia para determinar el Derecho aplicable o la jurisdicción
en las situaciones en las cuales no está especificado otro vínculo jurídico.
En este sentido, el Código Civil y Comercial opta por una solución autónoma brindando la
definición de ambos términos. De este modo, soluciona el problema de las calificaciones a través
de una solución autárquica.

Domicilio.
En lo referente al domicilio, su configuración requiere tanto el factum como el animus. Para
adquirir domicilio en Argentina, la persona debe estar físicamente presente en el país y además
debe tener la intención de residir en el Estado por un período indefinido de tiempo.

Residencia habitual.
La residencia habitual es corpus despojado de animus, es decir, el lugar donde la persona se
asienta por un tiempo prolongado, pero sin la intención de establecerse allí de manera
permanente.
Desde una óptica política, esta conexión representa el ánimo de integración de los extranjeros
en el país en el que verdaderamente habitan, y en consecuencia implica la no discriminación con
los nacionales.
Simple residencia
La simple residencia, en tanto, muy poco interviene como contacto localizador ya que cuando se
analiza el Derecho que va a regir la situación jurídica se busca que tenga conexión con la persona
y el hecho de estar en un lugar -en un determinado momento no demuestra tal conexión, si bien
se recurre a él a fin de garantizar protección en caso de medidas urgentes.

Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1940


El TDCIM de 1940 en su art. 5 prescribe:
En aquellos casos que no se encuentran especialmente previstos en el presente Tratado, el
domicilio civil de una persona física, en lo que atañe a las relaciones jurídicas internacionales.
En este Tratado el domicilio se define a través de una norma material, que establece cuál es el
domicilio de la persona humana en cuanto atañe a las relaciones jurídicas internacionales en
que interviene. Como puede advertirse, se soluciona el problema de las calificaciones a través
de un criterio autárquico, pues la interpretación del factor de conexión domicilio no queda
sujeto a otra legislación sino que está expresamente determinada en la norma.

Asimismo, el TDCIM de 1940 plasma los principios de unidad y necesidad de domicilio (art. 6)
que recepta el DIPr autónomo actual.

Unidad del domicilio en el DIPr argentino interno.


El punto de conexión según se entiende en el DIPr, consiste en atribuir al domicilio la producción
de efectos jurídicos relacionados con un determinado territorio, y por tanto no se admite la
multiplicidad de domicilios. Como la persona es una, igualmente El domicilio es único. En caso
de falta o imposibilidad de determinación del domicilio -entendido éste como conjunción de
factum y animus- se aplica la ley de la residencia. Es decir, el DIPr autónomo recurre a la
residencia habitual como punto de conexión condicional subsidiario (ej.: arts. 2619 y 2620
CCyC), sin perjuicio de admitirse también el carácter concurrente que revisten ambas
conexiones (ej.: art. 2629 CCyC).
Por último, y solo ante la hipótesis de no poder establecerse dónde la persona vive y tiene
vínculos durables por un tiempo prolongado, el juez debe recurrir al Derecho del Estado en el
cual la persona posee simple residencia, es decir, el lugar donde aquella se encuentra
momentáneamente, sin elementos de permanencia (art. 2613). En caso de no tener domicilio
conocido, se considera que lo tiene donde está su residencia habitual o en su defecto, su simple
residencia.

Domicilio de los menores de edad e incapaces


Con relación al domicilio de las personas menores de edad, el art. 2614 del Código Civil y
Comercial manifiesta que las personas menores de edad, no emancipadas, carecen de capacidad
legal para elegir el lugar de su asiento, el cual se localizará en donde se encuentran quienes
ejercen la responsabilidad parental.
El Código integra el DIPr autónomo con esta norma enrolada en la protección del interés
superior del niño, estableciendo que los menores víctimas de sustracción o retención ilegal no
adquieren, a los efectos legales, nuevo domicilio en el lugar donde se encuentren
retenidos, sino que lo conservan en el Estado donde lo tenían legítimamente antes del traslado
o la retención ilícitos.
Ahora bien, para los supuestos de personas sujetas a tutela, curatela, ausencia e inhabilitaciones
especiales (art. 48 CCyC referido a la prodigalidad), dado que no se crean relaciones personales
ni patrimoniales entre representantes e inhabilitado, las personas incapaces se consideran
domiciliadas en el lugar donde residen con carácter estable, conforme lo dispone el art. 2615 del
Código Civil y Comercial.

Capacidad legal.

Como toda persona física tiene capacidad de disfrute y, como tal, es titular de derechos y
obligaciones, en consecuencia, todas las personas humanas poseen también personalidad
jurídica y son capaces de ser partes en un proceso judicial.
Ahora bien, la ley que rige el estatuto personal, en nuestro caso, el derecho del domicilio,
establece cuándo y en qué condiciones un "ser" es una persona y cuándo y en qué condiciones
deja de serlo.
CAPACIDAD - CCyC.
a) la capacidad de derecho: la aptitud de la persona humana para ser titular de derechos y
deberes jurídicos (conf. art. 22 Cód. Civ. y Com.);
b) la capacidad de obrar o de ejercicio: la idoneidad para ejercer de manera eficaz derechos y
obligaciones (art. 23 Cód. Civ. Y Com.), y
c) las capacidades o incapacidades legales específicas: son prohibiciones establecidas por la
ley para realizar actos jurídicos determinados.
En el sistema argentino el domicilio gobierna la capacidad de derecho y la de obrar. Sin
embargo, hay materias que receptan otros factores de conexión, como por ejemplo, la validez
del matrimonio, institución respecto de la cual la capacidad de los contrayentes se sujeta al
Derecho del lugar de celebración (art. 2622 Cód. Civ. y Com.).

El Código Civil y Comercial actual.


El art. 2616 CCCyC Legisla sobre el Derecho aplicable a la capacidad de la persona humana. Se
desprende de la norma que tanto la capacidad o incapacidad de derecho y de ejercicio de una
persona se determina por la ley del lugar donde tiene su domicilio, es decir su asiento físico con
las condiciones que fuera analizado. Si la persona ha adquirido capacidad según la ley del
domicilio, no la pierde por mudarse a un Estado para cuyo Derecho aún es incapaz. Frente a este
supuesto se plantean los siguientes interrogantes:
Una persona capaz ¿Mantiene ese estatus o lo pierde? ¿Un incapaz se torna capaz al cruzar
las barreras jurisdiccionales?

Es decir que desde la mirada del DIPr autónomo, si una persona mayor de edad o un menor
emancipado, muda su domicilio a un Estado cuyas leyes lo consideran incapaz, será igualmente
considerado capaz en Argentina aun cuando no lo sea según el Derecho de su nuevo domicilio.
Por el contrario, si una persona con capacidad según las leyes de su domicilio anterior se muda a
Argentina, en donde las leyes lo consideran incapaz, prevalecerán las normas del Estado en el
cual adquirió la capacidad. De este modo, mediante el principio de la irrevocabilidad de la
capacidad adquirida, se vela por la seguridad de las relaciones jurídicas.
Personas incapaces.
El art. 2617 del Cód. Civ. y Com. regula algunos supuestos de personas incapaces, estableciendo
que: La parte en un acto jurídico que sea incapaz según el Derecho de su domicilio, no puede
invocar esta incapacidad si ella era capaz según el Derecho del Estado donde el acto ha sido
celebrado, a menos que la otra parte haya conocido o debido conocer esta incapacidad.
Esta regla no es aplicable a los actos jurídicos relativos al Derecho de Familia, al Derecho
Sucesorio ni a los Derechos Reales Inmobiliarios. A través de esta norma, se pretende resguardar
el principio de buena fe.

En materia de Derecho de Familia, Sucesiones e Inmuebles, el Código contempla también una


excepción, ya que en los supuestos en que una persona incapaz según la ley de su domicilio
celebra actos jurídicos relativos al Derecho de Familia, Sucesiones o Inmuebles, en un Estado en
el que se la considera capaz para realizar tales actos, es posible invocar la incapacidad derivada
de su domicilio.

Nombre.
Los TDDHH han elevado el derecho a tener un nombre al estatus de derecho personalísimo,
incluyéndolo en las convenciones internacionales sobre la materia.
El nombre en el Código Civil actual.
Actualmente, el art. 2618 del Cód. Civ. y Com. Dispone que:
El Derecho aplicable al nombre es el del domicilio de la persona de quien se trata, al tiempo de
su imposición. Su cambio se rige por el Derecho del domicilio de la persona al momento de
requerirlo.
En la misma línea argumentativa, se hace regir el cambio de nombre y apellido por la ley del
lugar donde se domicilia la persona al tiempo de la solicitud. Es el lugar en que el individuo
reside con ánimo de permanecer, el Estado a cuyo Derecho se somete voluntariamente,
dado que allí se encuentran los elementos culturales que influencian la elección y que, a su vez,
informan la ley que regula el nombre.
Ausencia y presunción de fallecimiento.
La ausencia de la persona humana y la presunción de fallecimiento son dos institutos de
naturaleza diferente.
La ausencia se vincula a todos los ámbitos de la personalidad humana y es necesario aplicar un
único Derecho. No sería razonable bajo- óptica alguna que a una persona se la juzgue
presuntivamente fallecida en un país y se la tenga por viva en otros Estados.
Jurisdicción.
En el Código Civil y Comercial el art. 2619 recoge ambos institutos, que convergen a la hora de
determinar la jurisdicción competente. En los casos de ausencia simple (art. 79 CCyC)
y ausencia con presunción de fallecimiento (arts. 85 y 86 del CCyC), son competentes los jueces
del Estado donde el causante tenía su último domicilio conocido y, en caso de ser imposible
determinar el domicilio, la jurisdicción corresponde a los jueces de la última residencia
habitual.
Además, para los casos en que no sea factible determinar alguno de aquellos elementos
domicilio o residencia habitual, se prevén dos soluciones: el foro internacional del patrimonio y
el foro del juez argentino.
Tratándose de un ausente sin domicilio conocido, los jueces de Argentina pueden asumir
competencia internacional en el caso en que la situación se encuentre vinculada con un interés
legítimo de protección por el Estado, como es garantizar la certeza jurídica o brindar una
respuesta a situaciones subordinadas a una declaración de ausencia o de fallecimiento. Cuando
la situación se torna especialmente difícil para obtener una resolución eficaz en un tercer
país o cuando no es razonable que quien promueve el pedido deba iniciarlo en el extranjero, se
admite asumir jurisdicción al tribunal del foro.
Derecho aplicable.
Con arreglo al art. 2620 del CCyC prescribe:
La declaración de ausencia y la presunción de fallecimiento se rigen por el Derecho del último
domicilio conocido de la persona desaparecida o, en su defecto, por el Derecho de su última
residencia habitual. Las demás relaciones jurídicas del ausente siguen regulándose por el
Derecho que las regía anteriormente.
Los efectos jurídicos de la declaración de ausencia respecto de los bienes inmuebles y muebles
registrables del ausente se determinan por el Derecho del lugar de situación o registro de esos
bienes.
La excepción se vincula a los bienes inmuebles y muebles registrables del causante,
adoptándose en estos tópicos la teoría del fraccionamiento, ya que se somete su regulación al
Derecho del Estado en el que cada uno de los bienes se encuentra situado o registrado siendo
fiel así a la regla Lex rei sitae que tiene un carácter predominante en la mayoría de las
legislaciones.

Falta completar personas jurídica, asociaciones y fundaciones, ver Derecho comercial Ley 20744
art. 121.

UNIDAD VIII

CUESTIONES GENERALES DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO Y DERECHO DE FAMILIA

La constatación del rol que asumen en la actualidad los DDHH y la influencia que ejercen en la
ciencia jurídica ocupa un espacio de enorme significación.
En este orden de ideas, el Derecho Internacional de Familia que integra el DIPr, es un sector en
el que las transformaciones reflejan un alto grado de visibilidad.
Partimos de una premisa: el objetivo principal de los TDDHH consiste en establecer y ampliar
una barrera que obre como límite meridiano a los regímenes nacionales amparados en la
impunidad que ellos mismos generan, en cuanto vulneran sin escrúpulos derechos individuales y
colectivos.

El Derecho Internacional de Familia en su contexto.


La institución de la familia, considerada eje en torno al cual gira la sociedad y plataforma sobre
la que se construye y desarrolla, es actualmente centro de embates profundos en tanto se
debate incluso acerca de su propia existencia. Los TDDHH, promueven la libertad individual y la
igualdad de la persona humana, "sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión,
opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición" conforme establece la Declaración Universal de Derechos
Humanos, art. 2, inc. 1.
De esta forma el DIPr, enmarcado en la concepción axiológica, indaga en los valores de esta
sociedad multicultural y pluralista respetuosa de las diversidades, a la vez que echa mano del
diálogo de las fuentes a nivel vertical y horizontal.

La universalización de los DDHH y el Derecho Internacional de Familia.


A partir de la incorporación de los Convenios de Derechos Humanos a los ordenamientos
nacionales, las soluciones de DIPr, sea que provengan de la legislación, sea de fallos judiciales,
responden a lo dispuesto en el proceso de humanización encarado por los países. La protección
de los derechos humanos lejos de ser un asunto limitado a la esfera de la competencia
doméstica de los Estados se convierte en una cuestión internacional, dado su valor esencial en la
comunidad internacional.
En esta línea se pronuncian la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre,
Capítulo Primero, art. VI, y la Declaración Universal de Derechos Humanos, art. 16.

En orden a los acuerdos de subrogación y la identificación de las cuestiones atinentes al DIPr, las
investigaciones que se llevan a cabo hacen especial alusión a la importancia que reviste la
metodología para establecer la ley aplicable a la filiación o a la nacionalidad del niño.

La eficacia de los fallos se vincula principalmente a la interpretación judicial, y en mucho a la


concepción de soberanía, al alcance de la excepción de orden público y, muy especialmente, al
rol de la cooperación jurisdiccional, como venimos destacando.
En los procesos de familia internacional, particularmente en los casos de sustracción
internacional en los que está en juego el interés de los niños, se plantea el equilibrio entre el
respeto de estas reglas y la celeridad que exige el supuesto.
Hemos señalado ya que la tutela judicial efectiva campea en todas las situaciones jurídicas.

La protección del incapaz.


La existencia de una incapacidad, sea motivada por la edad, la enfermedad o cualquier otra
causa, genera problemas específicos, a saber: la protección del incapaz, la declaración de
incapacidad, las medidas urgentes de protección y las instituciones específicas de protección.
La responsabilidad parental.
La responsabilidad parental refiere al conjunto de deberes y derechos que corresponden a los
padres tanto respecto de la persona como de los bienes de los hijos, desde la concepción hasta
la mayoría de edad o su emancipación. Los deberes y las facultades de los progenitores alcanzan
a la persona del niño procurándole una formación integral y atendiendo a los que son de
naturaleza patrimonial, referidos a la administración de sus bienes.
A modo de apretada síntesis cabe afirmar que este instituto comprende el deber-derecho de los
progenitores de proveer lo necesario para la subsistencia, habitación y vestido de sus hijos, velar
por su desarrollo integral, procurar su sostenimiento y educación, dirigir su proceso educativo,
vivir con ellos, representarlos en los actos de la vida civil mientras sean incapaces y administrar
sus bienes.
Dimensión autónoma.
En el Código Civil y Comercial, la responsabilidad parental es un concepto muy amplio. Así, la
responsabilidad parental es considerada como el conjunto de deberes y derechos que
corresponden a los padres tanto respecto de la persona como de los bienes de los hijos, desde la
concepción hasta la mayoría de edad o su emancipación.
Este instituto comprende el deber-derecho de los progenitores de proveer lo necesario para la
subsistencia, habitación y vestido de sus hijos, velar por su desarrollo integral, procurar su
sostenimiento y educación, dirigir su proceso educativo, vivir con ellos, representarlos en los
actos de la vida civil mientras sean incapaces y administrar sus bienes.

En el Derecho argentino interno (art. 638 del CCyC.) Define la RESPONSABILIDAD PARAENTAL .
La responsabilidad parental está presidida por principios que son claramente normas
internacionalmente imperativas, pues tienen rango constitucional y dejan establecido una vez
más que el Código constitucionaliza el Derecho Privado.
Nos referimos particularmente a los siguientes:
a) el interés superior del niño;
b) el derecho del niño a ser oído y a que su opinión sea tenida en cuenta según su edad y grado
de madurez.
El CCyC se refiere expresamente a la responsabilidad parental para el DIPr en el art. 2639: “
Todo lo atinente a la responsabilidad parental se rige por el Derecho de la residencia habitual del
hijo al momento en que se suscita el conflicto. No obstante, en la medida en que el interés
superior del niño lo requiera se puede tomar en consideración el Derecho de otro Estado con el
cual la situación tenga vínculos relevantes”.
En consecuencia, los derechos y deberes emergentes del vínculo entre el hijo menor de edad y
sus progenitores deben regirse por el Derecho correspondiente al Estado de la residencia
habitual del primero al tiempo del conflicto, sin perjuicio de que el interés superior del niño
demande la aplicación de otro Derecho con el que el caso tenga vínculos estrechos.
La competencia de los jueces de la residencia habitual del niño se suma a los foros Generales:
domicilio o residencia habitual del demandado (art. 2608 Cód. Civ. y Com.).
Asimismo, resulta de aplicación la competencia de la autoridad que la asuma si se plantea
resolver una medida urgente (art. 2641 Cód. Civ. y Com.).
En todos los aspectos concernientes al instituto de la responsabilidad parental, el centro de
gravedad se ubica en la residencia habitual del niño, elección que engarza directamente con la
naturaleza de la temática en análisis.

Se introduce la categoría de "adolescente" para designar a la persona menor de edad que


cumplió trece años (art. 25 Cód. Civ. y Com.) la cual tiene un tratamiento especial.

La incorporación de la cláusula de excepción.


Lo dispuesto por la última parte del art. 2639 se relaciona estrechamente con la prescripción del
artículo 2597 (cláusula de excepción), que admite la posibilidad de no aplicar el Derecho
designado por la norma de conflicto, en este punto: "la residencia habitual".
La razón que anida en el espíritu de la excepción radica en no permitir un resultado injusto en el
caso concreto, al que podría conducir el normal desenvolvimiento de la norma. En
consecuencia, para evitar un desenlace incompatible con el objeto y la finalidad que la
disposición persigue, el juez está habilitado a aplicar el Derecho del país con el cual el supuesto
presenta los vínculos más estrechos. Va de suyo que la competencia en estos casos recae en los
jueces argentinos de la residencia habitual del niño, dado que es donde se encuentra el centro
de gravedad de la relación.

MÉTODO DEL RECONOCIMIENTO – Sentencias.


En el método de reconocimiento la base del razonamiento judicial no es la norma de conflicto,
sino las normas que regulan la cuestión de saber si las decisiones extranjeras deben surtir
efectos jurídicos en un Estado concreto.
De esta forma se evita el reconocimiento de la sentencia extranjera que acredita el Estado y en
consecuencia el trámite previsto para el exequátur contemplado en el art. 517 del CPCCN y sus
equivalentes en los códigos provinciales, ya que se inserta una situación jurídica que fuera ya
creada en el marco de un Derecho foráneo.

Medidas urgentes.
Frente a circunstancias urgentes el magistrado debe aplicar su propio Derecho ya que de esta
manera resguarda con celeridad el interés en conflicto y, principalmente, respeta el fundamento
de estas medidas que radica en la protección de todo individuo desamparado.
La razonabilidad de aplicar la ley del foro es meridiana ya que se basa en la inmediatez entre el
juez y el Derecho frente a circunstancias que lo ameritan.

Dimensión autónoma.
El Código Civil y Comercial dispone en el art. 2641 que:
La autoridad competente debe aplicar su Derecho interno para adoptar las medidas urgentes de
protección que resulten necesarias respecto de las personas menores de edad o mayores
incapaces o con capacidad restringida, o de sus bienes, cuando se encuentren en su territorio,
sin perjuicio de la obligación de poner el hecho en conocimiento del Ministerio Público y, en su
caso, de las autoridades competentes del domicilio o de la nacionalidad de la persona afectada,
excepto lo dispuesto en materia de protección internacional de refugiados.
La decisión del juez debe comunicarse de inmediato al Ministerio Público y a las autoridades
competentes del domicilio o la nacionalidad del incapaz, salvo en el caso de que se trate de un
refugiado, quien, por su especial estatus, goza de la protección del Derecho Internacional de
Refugiados.
La excepción está dada por lo dispuesto con relación a la protección internacional de refugiados.

Falta art. 2640 – Tutela y curatela.

FILIACION.
Argentina reconoce en su Derecho interno la filiación por naturaleza, mediante técnicas de
reproducción humana asistida y la adopción, y sin diferenciar entre la filiación matrimonial y
extramatrimonial, acuerda expresamente los mismos efectos aunque admitiendo las
particularidades que devienen de cada caso (CCyC art. 558).
La filiación en el DIPr, gira en torno a las cuestiones relativas a determinar la jurisdicción frente
a casos alcanzados por la existencia de elementos extranjeros, a la legislación que corresponde
aplicar cuando el supuesto es captado por al menos dos ordenamientos jurídicos nacionales y al
reconocimiento del emplazamiento filial constituido en el extranjero.
Dimensión autónoma - Jurisdicción.
La norma del Código Civil y Comercial que establece la jurisdicción en la materia, es el art. 2631
que dispone: “Las acciones relativas a la determinación e impugnación de la filiación deben
interponerse, a elección del actor, ante los jueces del domicilio de quien reclama el
emplazamiento filial o ante los jueces del domicilio del progenitor o pretendido progenitor.”
En caso de reconocimiento son competentes los jueces del domicilio de la persona que efectúa
el reconocimiento, los del domicilio del hijo o los del lugar de su nacimiento.
La interpretación de esta norma debe efectuarse en concordancia con los artículos referidos a:
fuentes de la filiación (art. 558), voluntad procreacional (art. 561), fuentes de jurisdicción (art.
2601), foro de necesidad (art. 2602), domicilio o residencia habitual del demandado (art. 2608),
domicilio o residencia habitual de la persona humana (art. 2613), domicilio de las personas
menores de edad (art. 2614).

Estado de hijo.
La filiación es la institución mediante la cual el Derecho establece vínculos jurídicos entre el hijo
y sus progenitores, creando para el primero una situación jurídica que se denomina estado de
hijo o status filii.
La solución es prácticamente indiscutida y en las relaciones progenitor/a-hijo/a es un principio
de política legislativa atender siempre al mejor interés del menor, situación que se conoce
internacionalmente como principio favor filii y que encuentra su inspiración en los TDDHH en
los que el interés superior del niño es una regla sin excepción posible.

Acciones de determinación e impugnación de la filiación


La primera categoría abordada por la norma es la referida a las acciones tendientes al
establecimiento e impugnación de la filiación, es decir, las que pretenden lograr el
emplazamiento o desplazamiento del estado de hijo. Se pueden plantear en distintos
contextos: en el de la inscripción del recién nacido, en el de reconocimiento posterior y en el del
establecimiento judicial.
En Argentina el DIPr de fuente interna ha optado por el foro del domicilio, brindando al actor la
posibilidad de elegir entre los jueces de su domicilio o los del domicilio del presunto progenitor,
con el objetivo de viabilizar al demandante accionar ante los tribunales que considere que le
brindan mejores posibilidades de ejercer sus derechos.
Acto de reconocimiento
El legislador se ha decidido por una norma con foros concurrentes que permiten elegir entre los
tribunales del domicilio del actor, los del domicilio del hijo o los del lugar de nacimiento del hijo.

Derecho aplicable
A efectos de resolver casos jusprivatistas internacionales relativos al establecimiento y la
impugnación de la filiación a cuestiones referentes a la legitimación activa y pasiva, el plazo y
los requisitos para entablar la demanda, y los efectos de la posesión de estado filial, el Código se
ha decidido por permitir optar entre el Derecho del domicilio del hijo o del progenitor, ambos
al momento del nacimiento, o el lugar de celebración del matrimonio, resultando en definitiva
aplicable el que se presente más favorable al reconocimiento de la filiación.
El Derecho aplicable en razón de esta norma determina la legitimación activa y pasiva para el
ejercicio de las acciones, el plazo para interponer la demanda, así como los requisitos y efectos
de la posesión de estado.
Principio favor filii y puntos de conexión alternativos
En concordancia con el art. 2631 Cód. Civ. y Com. En la búsqueda de los criterios localizadores
más precisos, el legislador se decide por permitir al juez elegir entre el Derecho del domicilio del
hijo al momento del nacimiento, el Derecho del domicilio del progenitor al momento del
nacimiento del hijo, o el lugar de celebración del matrimonio, resultando en definitiva aplicable
el que se presente más favorable al reconocimiento de la filiación.
Otro aspecto a tener en cuenta radica en que el Derecho aplicable se corresponde con la época
en que se produjo el nacimiento del hijo; es decir que no se trata del que pueda regir a la hora
de interponer la demanda sino que está claramente determinado el corte temporal.
Alcance de la norma
Es decir, la facultad del juez competente para elegir el Derecho aplicable (entre las tres opciones
mencionadas en el apartado anterior) se extiende a su competencia para decidir sobre el
emplazamiento o el desplazamiento filial, la legitimación activa y pasiva para el ejercicio de las
acciones, el plazo para interponer la demanda, y los requisitos y efectos de la posesión de
estado.
Acto de reconocimiento del hijo
El Cód. Civ. y Com. Dedica una norma expresa al reconocimiento filial. El art. 2633 señala que:
Las condiciones del reconocimiento se rigen por el Derecho del domicilio del hijo al momento
del nacimiento o al tiempo del acto o por el Derecho del domicilio del autor del reconocimiento
al momento del acto. La capacidad del autor del reconocimiento se rige por el Derecho de
su domicilio.
La forma del reconocimiento se rige por el Derecho del lugar del acto o por el Derecho que lo
rige en cuanto al fondo.
El domicilio sigue siendo la conexión elegida en función de las ventajas que se le atribuyen y que
fueran señaladas. En orden a la capacidad del autor del reconocimiento se elige la solución que
adopta el Código a modo de regla, es decir la sujeta al Derecho de su domicilio, por lo que debe
interpretarse en consonancia con los arts. 2616-2613 del Cod. Civ. y Com. En tanto que la forma
del reconocimiento puede respetar el Derecho del lugar del acto o el Derecho que lo rige en
cuanto al fondo.
Emplazamiento filial constituido en el extranjero
El Código Civil y Comercial se pronuncia en el art. 2634 sobre el reconocimiento del
emplazamiento filial constituido en el extranjero. En dicha norma se prescribe que: Todo
emplazamiento filial constituido de acuerdo con el Derecho extranjero debe ser reconocido en
la República de conformidad con los principios de orden público argentino, especialmente
aquellos que imponen considerar prioritariamente el interés superior del niño.
TECNICAS DE REPRODUCCION ASISTIDA.
Los principios que regulan las normas sobre filiación por técnicas de reproducción humana
asistida integran el orden público y deben ser ponderados por la autoridad competente en
ocasión de que se requiera su intervención a los efectos del reconocimiento de estado o
inscripción de personas nacidas a través de estas técnicas. En todo caso, se debe adoptar la
decisión que redunde en beneficio del interés superior del niño.
Por esta vía, que se vale del método de reconocimiento, evita tener que acudir al procedimiento
establecido en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (art. 517) y sus equivalentes
provinciales.
La norma consta de dos párrafos que conviene diferenciar para una mejor comprensión. Como
punto de partida digamos que sienta el principio del reconocimiento en el país de todo
emplazamiento filial constituido bajo las reglas de un ordenamiento extranjero, sea que se trate
de filiación por naturaleza o proveniente de técnicas de reproducción asistida. El límite se
encuentra en la compatibilidad con los principios de orden público entendiendo su
direccionamiento a la salvaguardia del interés superior del niño.
Gestación por sustitución y aplicación.
En el campo internacional los casos que suelen plantear diferentes problemas desde la
gestación por sustitución tienen lugar:
a) Cuando los comitentes desean trasladar al niño del país donde nació para llevarlo al país
donde tienen su domicilio o residencia habitual.
b) Una vez que arriban con el niño al país de la residencia de los comitentes y requieren
regularizar su situación legal.
En relación con a) el problema se plantea cuando la gestación tiene lugar en países que no
otorgan la nacionalidad a hijos de extranjeros nacidos en su territorio -India, Ucrania- aunque
los comitentes son padres legales.
Jurisprudencia ilustrativa
a) A efectos de ilustrar lo dispuesto por el art. 2634, veamos los párrafos que se refieren a la
norma en un caso resuelto por el Juzgado de Familia Nº 7 de Lomas de Zamora en la causa "H.
M. y otro si medidas precautorias art. 232 del CPCC" (30/12/2015).
Se trata de una pareja que no puede gestar debido a una enfermedad congénita que padece la
mujer. En consecuencia solicita a su hermana llevar a cabo una técnica de reproducción asistida
en su útero. La gestación se realiza y la pareja solicita inscribir a la niña por nacer como hija de
ambos, que son quienes aportaron los gametos y no como hija de quien dará a luz a la pequeña.
El juez de Familia hace lugar a la petición declarando la inconstitucionalidad del art. 562 del
Código Civil y Comercial de la Nación por el cual se establece que los niños nacidos por técnicas
de reproducción humana asistida son hijos de quien los dio a luz, con independencia de quien
haya aportado los gametos.
Este caso interesa al DIPr, no por los hechos en sí, que están vinculados solamente con el
ordenamiento nacional, sino porque entre los argumentos que se utilizan para declarar la
inconstitucionalidad y anticonvencionalidad del art. 562 Cód. Civ. y Com. Se cita expresamente
el art. 2634 referido al reconocimiento del emplazamiento filial en el extranjero.
Así, resuelve el tribunal que:
En virtud de la justicia preventiva estructurada por el Código Civil y Comercial, la inmediata
inscripción de la niña por nacer, como hija de quienes han querido ser sus padres y/o madres
mediante maternidad por sustitución debe ser ordenada, pues, ante la falta de reglas claras
sobre este tipo de gestación debe determinarse con precisión el vínculo de filiación a favor de
quienes recurrieron a la técnica reproductiva.
En cuanto a lo que nos preocupa, dice el Tribunal: Toda vez que el art. 2634 del Código Civil y
Comercial reconoce el emplazamiento filial constituido en el extranjero, las prohibiciones
legales o las limitaciones emergentes de la falta de regulación de la maternidad por sustitución
resultan discriminatorias, en tanto se aplican mayormente a personas o parejas que no pueden
afrontar los costos de una práctica compleja como esta en el exterior.

Adopción Internacional.
La adopción internacional del niño sólo será otorgada por autoridades competentes que
conceden un marco de legalidad y siempre que sea un medio de cuidado de su persona.
De allí que rige en las adopciones internacionales el criterio de subsidiariedad que se refiere a la
necesidad de resguardar al niño principalmente en la familia de origen y solo excepcionalmente
otorgar la adopción si no puede ser atendido en su país.
El texto más importante fue la Declaración de Naciones Unidas sobre los Principios Sociales y
Jurídicos Relativos a la Protección y Bienestar de los Niños:
“Conscientes de la necesidad de proclamar principios universales que hayan de tener en cuenta
en los casos que se inicien procedimientos en el plano nacional o internacional relativos a la
adopción de un niño o su colocación en un hogar de guarda”.
Los principios inspiradores del Convenio quedaron posteriormente plasmados en la Convención
de los Derechos del Niño de 1989, texto que en nuestro país es Derecho vigente de jerarquía
constitucional y que cobra enorme impacto en las legislaciones y decisiones judiciales de la
comunidad internacional. Sus reglas ponen de relieve directrices esenciales de los derechos del
niño como sujeto de Derecho, siendo el principio rector de la Convención el axioma relativo al
respeto al interés superior del menor que debe obrar como guía de toda regulación jurídica y
toda decisión judicial.
La adopción internacional será así una medida subsidiaria de la adopción nacional. Por tanto, se
concederá prioridad a colocar a un niño en el propio país o en un entorno cultural, lingüístico y
religioso próximo a su entorno de procedencia. Teniendo en la mira el interés superior del niño,
las autoridades competentes procurarán que esta búsqueda se haga sin demoras injustificadas.
(CDN art. 21-b; CLH preámbulo apartado 3, art. 4).
Dimensión convencional.
Tratados de Montevideo de 1889 y 1940.
El TDCI M de 1889 no contiene normas de adopción internacional por tratarse de una institución
no contemplada en los países de la región en la época de su formulación. En consecuencia sólo
estamos vinculados por las normas de adopción internacional contenidas en el TDCI M de 1940,
en el que se aceptan ciertos efectos sobre la ley aplicable.

Jurisdicción.
Al no contar el TDCI M de 1940 con normas sobre jurisdicción internacional para la adopción en
forma específica, las acciones se someten a las disposiciones del art. 56, párrafo primero, que
establece la competencia de los jueces a cuya ley está sometido el acto jurídico materia del
juicio.

Derecho aplicable.
El Derecho aplicable a la constitución del vínculo adoptivo como a sus efectos ha sido receptado
en una norma de conflicto de carácter acumulativa, que requiere la concordancia de las leyes
del domicilio de las partes, a fin de evaluar los requisitos que deben tener las personas
involucradas en el proceso de adopción.

Establece el TDCIM de 1940 en su art. 23 que:


La adopción se rige en lo que atañe a la capacidad de las personas y en lo que respecta a
condiciones, limitaciones y efectos, por las leyes de los domicilios de las partes en cuanto sean
concordantes, con tal de que el acto conste en instrumento público.
En cuanto a las condiciones de forma, el TDCIM de 1940 condiciona la extraterritorialidad de la
adopción a que el acto "conste en instrumento público".
En la práctica jurisprudencial, el TDCIM de 1940 tuvo su relevancia jurídica aplicándose sus
normas por analogía. Ante la carencia de normas de fuente interna la norma sirvió para
fundamentar casos con países no vinculados al TDCI M de 1940.

Convención interamericana sobre Conflictos de Leyes en Materia de Adopción de Menores.


En el ámbito regional, en el marco de las CIDIP se propició la firma de esta Convención, la que se
signa en la Tercera Conferencia interamericana celebrada en Bolivia en 1984.; Argentina,
continuando con su política legislativa refractaria a la adopción internacional, no ratifica este
Acuerdo.
La Convención capta las formas plenas y afines admitiendo asimismo extender su ámbito de
aplicación a cualquier otra forma de adopción internacional, incorporando la adopción plena
que es, sin lugar a dudas, la que mejor refleja las necesidades de la adopción internacional. La
adopción plena tiene la gran ventaja de asegurar la inmutabilidad e irrevocabilidad del vínculo
adoptivo y la ruptura del vínculo sanguíneo.

Dimensión autónoma.
Evolución y posición del Derecho argentino.
En Argentina, dado el carácter público de la institución, la adopción resulta de una decisión
judicial y requiere la intervención del representante del menor. Esta dimensión es proyectada a
la adopción internacional desde la perspectiva interna.
En nuestros días, adquiere destacado relieve a raíz de los movimientos de población derivados
de migraciones, del desarrollo del transporte, de las profundas crisis laborales, sociales y
políticas; pero también de desastres imprevisibles como son, por ejemplo, los terremotos o las
inundaciones.

Código Civil y Comercial de la Nación


La Sección sexta del Capítulo 3 del Título 4 regula la adopción internacional a través de los
artículos 2635 a 2638. Estas normas abordan temas que integran los tres sectores del DIPr, a
saber: la jurisdicción internacional, el Derecho aplicable y el reconocimiento de adopciones
otorgadas en el extranjero y su conversión.
Las normas que abordan el instituto muestran total sintonía con la posición que consagra el país
en esta materia a nivel internacional que, como hemos expresado, se traduce tanto en la
reserva efectuada a la hora de ratificar las CDN (art. 2, Ley 23.849), como en la abstención de
Argentina de ratificar los convenios aprobados tanto a nivel universal (Conferencia de La Haya)
como a nivel regional (CIDIP IV sobre Conflictos de Leyes en Materia de Adopción de Menores).

Jurisdicción.
En todos los aspectos que involucren cuestiones sobre el procedimiento para una adopción
internacional, cuando el domicilio del niño se halla en la República, entenderán exclusivamente
los jueces argentinos.
La respuesta al cuestionamiento sobre el juez que debe entender en el supuesto de niños
domiciliados en el país, esto es, a la jurisdicción internacional directa, es terminante. Solo los
jueces argentinos son competentes para la declaración en situación de adoptabilidad, la
decisión de la guarda con fines de adopción y para el otorgamiento de una adopción.
Lo dispuesto en la primera parte del art. 2635 se compadece con la posición fijada por Argentina
y tiene un norte que no es otro que preservar por sobre todo la protección de los niños
domiciliados en el país, mantener su cultura, sus raíces y su identidad.
Por otra parte, los jueces argentinos tendrán competencia internacional para disponer medidas
urgentes cuando se verifiquen circunstancias de ilicitud o de peligro que afecten al adoptado y
que pudieren dar lugar a la revocación o la anulación de la adopción.
En este caso el foro de necesidad del art. 2602 y de medidas urgentes del art. 2641 del Cód. Civ.
y Com. Habilitan la jurisdicción argentina por el domicilio actual del adoptado.
Derecho aplicable: El Derecho aplicable al instituto se encuentra plasmado en el art. 2636 del
Cód. Civ. y Com. que dispone: Los requisitos y efectos de la adopción se rigen por el Derecho del
domicilio del adoptado al tiempo de otorgarse la adopción.
La anulación o revocación de la adopción se rige por el Derecho de su otorgamiento o por el
Derecho del domicilio del adoptado.

Reconocimiento de la adopción conferida en el extranjero.


La adopción conferida en el extranjero puede ser reconocida en el país, como estipula el art.
2637 del Cód. Civ. y Com.:cuando haya sido otorgada por los jueces del país del domicilio
del adoptado al tiempo de su otorgamiento. También se deben reconocer adopciones
conferidas en el país del domicilio del adoptante cuando esa adopción sea susceptible de ser
reconocida en el país del domicilio del adoptado. Las adopciones internacionales son las que se
otorgan en supuestos en que adoptante y adoptado se domicilian en distintos Estados, mientras
que la adopción extranjera es totalmente interna de un país foráneo, ambas desde la mirada
argentina.
En esta materia el rol que asumen los jueces es esencial, ya que les corresponde llevar a cabo
una trabajosa a la vez que artesanal tarea para constatar el cumplimiento de cada uno de los
pasos que deben darse para asegurarse que se cumpla con los requisitos establecidos, y
principalmente con aquellos que garanticen el interés superior del niño, atendiendo a preservar
su derecho a la identidad, especialmente en los supuestos de adopción internacional en que los
traslados hacen necesario poner especial hincapié en el tema.

Conversión de la adopción otorgada en el extranjero


El art. 2638 del Cód. Civ. y Com. tiene como fuentes el art. 340 del CCD, y el art. 27 de la
Convención sobre Protección de Niños y Cooperación en Materia de Adopción Internacional, La
Haya, 1993.Siguiendo lo dispuesto por la legislación anterior, la conversión de la adopción
extranjera otorgada en el domicilio del adoptado podrá transformarse en plena siempre que se
verifiquen dos condiciones:
a) Que se reúnan los requisitos del Derecho argentino para la adopción plena;
b) Que presten consentimiento adoptante y adoptado. Si éste es menor de edad debe intervenir
el Ministerio Público.
El supuesto que contempla la norma material se refiere al caso de una adopción simple
concedida en el domicilio extranjero del adoptado, que puede ser transformada en el país con
los efectos de la adopción plena. Esa conversión requiere seguir los pasos previos del
reconocimiento de adopción extranjera conforme el art. 2637.
Certificado de idoneidad
No debemos perder de vista que la adopción es un instituto de protección de la niñez desvalida
orientada en su esencia a resolver la asistencia del niño desamparado. En este orden de ideas,
los Estados han implementado la exigencia de presentar certificados de idoneidad a los
adoptantes. Esto significa que el Estado de recepción debe verificar que los futuros adoptantes
cumplen con las condiciones jurídicas de la adopción y que poseen las condiciones socio-
psicológicas necesarias a tal efecto.
Las autoridades administrativas o jurisdiccionales argentinas deben prestar cooperación a las
personas con domicilio o residencia habitual en la Argentina, aspirantes a una adopción a
otorgarse en país extranjero, que soliciten informes sociales o ambientales de preparación o de
seguimiento de una adopción a conferirse o conferida en el extranjero.
La jurisprudencia reporta un viraje importante a favor de extender estos certificados que
responden al principio de cooperación jurisdiccional que recepta el actual Cód. Civ. y Com.,
como uno de los ejes en torno al cual gira el DIPr actual, sin perjuicio de encontrar también
fallos que continúan denegando el otorgamiento judicial del informe.
En el caso particular de la adopción internacional, asegurar el interés superior del niño se
traduce en brindarle todas las garantías respecto de los pretensos adoptantes y la posibilidad de
concretar sus derechos en el Estado al que va a ser desplazado.

RESTITUCION INTERNACIONAL DE MENORES.


¿Cuándo se configura la sustracción internacional de niños?
La sustracción internacional de menores se configura cuando un menor ha sido trasladado de un
país a otro o retenido de forma ilícita en un Estado distinto de aquel en el que tenía su
residencia habitual antes del traslado o retención.
El instituto se encuentra receptado principalmente en el Derecho convencional; así
encontramos convenciones en la dimensión universal a través de la labor de la Conferencia de
La Haya y en la lnteramericana mediante la labor de la CIDIP en el marco de la OEA, sin pasar por
alto algunos ejemplos bilaterales como es el caso de los Convenios Argentino-Uruguayo de
1982, Uruguayo-Peruano de 1989 y Uruguayo-Chileno de 1982, sólo por citar algunos.
Los Convenios se inspiran en un axioma categórico: el interés superior del niño.
En el ámbito interno por la Ley nacional 26.061 de Protección Integral de Derechos de Niños,
Niñas y Adolescentes se hace eco de esta necesidad receptando este instituto en su art. 3 inc. f )
“Su centro de vida. Se entiende por centro de vida el lugar donde las niñas, niños y adolescentes
hubiesen transcurrido en condiciones legítimas la mayor parte de su existencia. Este principio
rige en materia de patria potestad, pautas a las que se ajustarán el ejercicio de la misma,
filiación, restitución del niño, la niña o el adolescente, adopción, emancipación y toda
circunstancia vinculada a las anteriores cualquiera sea el ámbito donde deba desempeñarse.
Cuando exista conflicto entre los derechos e intereses de las niñas, niños y adolescentes frente a
otros derechos e intereses igualmente legítimos, prevalecerán los primeros”.

Dimensión convencional
Argentina ratificó numerosos documentos sobre sustracción internacional de niños en tres
niveles. A nivel universal ratificó la Convención de La Haya sobre los Aspectos Civiles de la
Sustracción Internacional de Menores; a nivel continental ratificó la Convención lnteramericana
sobre Restitución Internacional de Menores y, asimismo, nuestro país cuenta con un
instrumento de carácter bilateral en la materia: el Convenio Argentino-Uruguayo sobre
Protección Internacional de Menores.

Calificaciones autárquicas (definen con claridad los conceptos a fin de evitar interpretaciones
erróneas de los operadores judiciales).
Dimensión autónoma.
La recepción en el Código Civil y Comercial
El art. 2642 recepta el instituto de la restitución internacional de niños, estableciendo que:
Principios generales y cooperación. En materia de desplazamientos, retenciones o sustracción de
menores de edad que den lugar a pedidos de localización y restitución internacional, rigen las
convenciones vigentes y, fuera de su ámbito de aplicación, los jueces argentinos deben procurar
adaptar al caso los principios contenidos en tales Convenios, asegurando el interés superior del niño.
El juez competente que decide la restitución de una persona menor de edad debe supervisar el
regreso seguro del niño o adolescente, fomentando las soluciones que conduzcan al cumplimiento
voluntario de la decisión.
En este sentido, la norma rescata el carácter subsidiario que ya aparece en otros artículos de este
título (arts. 2594 y 2601 Cód. Civ. y Com.), reafirmando cuando resultan de aplicación las normas
de DIPr autónomo.

Esta norma se articula con el art. 2611 que contempla de modo genérico el deber de brindar
cooperación; empero, tratándose de resguardar el interés superior del niño, se entendió
conveniente regular explícitamente algunas conductas de cooperación que se han revelado eficaces
para garantizar la seguridad de los niños en el proceso de regreso, tras una orden judicial de
restitución, conforme surge del segundo párrafo de la norma.

UNIDAD 9.

DERECHOS REALES.

Clasificación: A los fines de proteger e incentivar el intercambio de bienes en el escenario


internacional el DIPr está llamado a contribuir, proporcionar herramientas que son útiles para
asignar con la máxima claridad los derechos reales a sus titulares, a través de determinar los
tribunales competentes para entender frente a un potencial conflicto y el Derecho aplicable en
materia de derechos reales.
El régimen de bienes tradicionalmente queda atrapado bajo la concepción del "estatuto real". Esta
expresión se utiliza para hacer referencia al derecho que deberá aplicarse a las cosas consideradas
individualmente.

Estos bienes pueden ser materiales o inmateriales:


a) Los bienes materiales diferencian por su naturaleza según sean muebles o inmuebles.
b) Los bienes inmateriales, (derechos de propiedad industrial e intelectual) dado el desarrollo que
revisten en el plano económico internacional, ameritan un abordaje desde el Derecho del
Comercio Internacional.
El estatuto real determina el contenido y los efectos de los derechos reales, el conjunto de
prerrogativas y facultades que su titular puede ejercer con relación a la cosa y las limitaciones
imperantes. Los bienes considerados singularmente son, en principio, sometidos a la ley del lugar de
su situación (lex reí sitae).
Los inmuebles estaban sometidos a la ley de su situación, mientras que a los muebles se les aplicó la
ley personal del titular, es decir, la ley del domicilio del dueño, ya fuera por virtud de una ficción que
suponía que tales cosas estaban situadas en dicho lugar, aunque de hecho no se encontraran allí, ya
fuera por aplicación del adagio mobilia sequuntur personam (“los bienes muebles siguen a la
persona”).

Jurisdicción Internacional.

a) Las acciones reales sobre bienes inmuebles.


Se observa que el principio receptado en el art. 2664 del CCyC ha recogido como asiento de la
competencia en las acciones reales relativas a bienes inmuebles, al juez del lugar en el que ellos
se sitúan que es, en definitiva, el foro que se venía utilizando. En este sentido, se observa que la
norma precedentemente citada, establece que: “Los jueces del Estado en el que están situados
los inmuebles son competentes para entender en las acciones reales sobre dichos bienes”.
b) Acciones reales sobre bienes registrables.
En el art. 227 CCyC los bienes muebles han sido calificados como aquellas cosas que pueden
desplazarse por sí mismas o por una fuerza externa.
La distinción no obedece a la movilidad o inmovilidad de la cosa, sino a su importancia
económica y a la posibilidad de individualizar el bien que va a ser objeto de la registración,
permitiendo que se extienda además de a los inmuebles- a una cantidad de cosas muebles,
generando las categorías de "bienes muebles registrables" y "bienes muebles no registrables".
En el art. 2665 del CCyC se dispone que: “Los jueces del Estado en el que fueron registrados los
bienes son competentes para entender en las acciones reales entabladas sobre dichos bienes”. El
régimen imperante en el DIPr actual se manifiesta en esta norma que refiere a los "bienes
registrables" sin determinar si sólo alude a los muebles registrables o también comprende a los
inmuebles. Ahora bien, existiendo una norma de jurisdicción abarcativa de inmuebles (art. 2664
CCyC) parecería lógico pensar que los sometidos a la jurisdicción de los jueces del Registro son
solamente los bienes muebles registrables. A su vez, también cabe poner de relieve que en
nuestro país desde antaño los bienes inmuebles son registrables.

c) Acciones reales sobre bienes no registrables.


El CCyC en su Sección "Derechos Reales" establece normas de jurisdicción para las acciones
relacionadas no solo con bienes inmuebles y con bienes muebles registrables, sino que cubre el
espectro completo al incorporar en el art. 2666 las reglas de jurisdicción relativas a las acciones
reales sobre bienes no registrables. Señala la norma: “Los jueces del domicilio del demandado o del
lugar de situación de los bienes no registrables son competentes para entender en las acciones reales
sobre dichos bienes”.
Para esta categoría de bienes (fungibles, divisibles), el artículo considera dos foros atributivos que
funcionan de manera alternativa: uno personal (domicilio del demandado) y otro real (lugar de
situación de los bienes).

DERECHO APLICABLE.

a) Derechos reales sobre inmuebles


La segunda parte del art. 2667 CCyC, el legislador ha establecido para los contratos hechos en un
país extranjero con el objeto de transferir derechos reales sobre inmuebles situados en el territorio
argentino, el requisito de que se vuelquen en instrumentos públicos y se presenten legalizados.
Por imperio del principio "locus regit actum", que establece que la ley del lugar de celebración del
acto impone la forma en que éste debe ser instrumentado y la ley que rige los aspectos sustanciales
del negocio es la que reglamenta la forma establecida por la ley de celebración (art. 2649 CCyC).

b) Derechos reales sobre bienes registrables.


El registro es considerado el situs del bien mueble registrable. Por tanto, el Código entiende que la
mayor vinculación de dicho bien, no obstante ser por naturaleza móvil, es con el Estado donde tiene
su radicación, es decir donde se encuentra registrado. Y de tal manera entiende que el Derecho más
apto para regir las acciones reales relacionadas con este tipo de bienes es el Derecho del Estado del
registro.
El art. 2668 prescribe que: “Los derechos reales sobre bienes registrables se rigen por el Derecho del
Estado del registro”.
En este sentido, la norma determina que las acciones reales que comprenden a los bienes muebles
registrables se encuentran sometidas a la ley del lugar del registro, quedando subsumidos en dicho
Derecho, aun cuando luego puedan ser trasladados de un Estado a otro.
Integran esta categoría los automotores, los barcos, los caballos de carrera, el ganado, etc.

c) Derechos reales sobre muebles de situación permanente.


El art. 2669 CCyC reglamenta las acciones reales sobre bienes de “situación permanente”. Dispone
que:
“Los derechos reales sobre muebles que tienen situación permanente y que se conservan sin
intención de
transportarlos, se rigen por el derecho del lugar de situación en el momento de los hechos sobre los
que se plantea la adquisición, modificación, transformación o extinción de tales derechos.
El desplazamiento de estos bienes no influye sobre los derechos que han sido válidamente
constituidos bajo el imperio de la ley anterior”.
Se adopta una calificación autónoma propia del DIPr en lo que la doctrina venía llamando "muebles
inmóviles".
Al igual que en el régimen anterior, la norma indirecta establece que todo lo relativo a los derechos
reales sobre este tipo de bienes queda sometido al Derecho del lugar de situación, estableciéndose
de este modo un punto de conexión simple y real (nos referimos a conexión de carácter real).
Cabe observar que el lugar de situación queda definido en el momento de los hechos sobre los que se
plantea la adquisición, modificación, transformación o extinción de los derechos reales. De esta
forma, se recogen prescripciones contenidas a nivel convencional, en la jurisprudencia y en el
Proyecto de Ley de Derecho Internacional Privado.
Derechos reales sobre muebles que carecen de situación permanente
El art. 2670 CCyC: Los derechos reales sobre los muebles que el propietario lleva siempre consigo o
los que son de su uso personal, esté o no en su domicilio, como también los que se tienen para ser
vendidos o transportados a otro lugar se rigen por el Derecho del domicilio de su dueño. Si se
controvierte o desconoce la calidad de dueño, se aplica el Derecho del lugar de situación.
De ello se sigue que en cuanto a los bienes muebles que el propietario lleva siempre consigo, los que
son de su uso personal y los que se tienen para ser vendidos o transportados a otro lugar se rigen
por la ley del domicilio del propietario, ya que no es posible, con relación a ellos, identificar un situs.
Sin embargo, cuando se trate de bienes muebles "móviles", si el propietario es desconocido o si se
discute qué persona reviste el carácter de propietario, corresponde aplicar la ley de situación del
bien por resultar inaplicable la ley personal del propietario.

DIMENSION CONVENCIONAL.

La asignatura relativa a Derechos Reales, a nivel convencional, se encuentra receptada en los TDCIM
de 1889 y de 1940. Al legislarse sobre el estatuto real, en ambas fuentes jurídicas no se diferencia en
torno a la calidad de mueble o inmueble de los bienes, sino que los dos Tratados establecen una
regulación idéntica en la materia.
Jurisdicción: en lo que a juez competente se refiere, el TDCIM de 1889 y el TDCIM de 1940
establecen que las acciones reales sobre inmuebles se plantean ante un foro exclusivo, esto es,
únicamente se puede accionar en materia de derechos reales inmobiliarios ante los tribunales del
país donde el inmueble en cuestión está situado.
Derecho aplicable: tanto en el TDCIM de 1889 como en el de 1940 se establece que los aspectos
relativos a la calidad de los bienes -muebles o inmuebles, su posesión, su enajenabilidad absoluta o
relativa y todas las relaciones de derecho de carácter real de que son susceptibles, serán
exclusivamente regidas por la ley del lugar en donde existen los bienes.
La prescripción: prescripción se encuentra regulado en los arts. 52 al 55 de ambos TM. La
prescripción extintiva de acciones reales, como también la adquisitiva, quedan regidas por la ley del
lugar de situación del bien gravado. Seguidamente se agrega que si aquel fuere mueble y hubiese
cambiado de situación, la prescripción se regirá por la ley del lugar en que se haya completado el
tiempo necesario para prescribir.

DIMENSION AUTÓNOMA.

La calificación en el régimen del Código Civil y Comercial.

La novel regulación en el art. 2663 del CCyC establece la calificación en pleno seguimiento de la
teoría de la Lex causae, lo cual implica que la definición estará proporcionada por el Derecho de
fondo que resulte aplicable al caso. En efecto, el art. 2663 prescribe que: “La calidad de bien
inmueble se determina por la ley del lugar de su situación”. Por exclusión también quedan
calificados los bienes muebles, no sólo porque no existe otra disposición que establezca cómo será
la calificación de estos, sino también porque al ser la ley del lugar de situación la que define la
calidad de bien inmueble, será la misma ley la que determinará si un determinado objeto merece ser
catalogado como mueble o inmueble.
REGIMEN PATRIMONIAL DEL MATRIMONIO.

Art 2625 CyC. Efectos patrimoniales del matrimonio. “Las convenciones matrimoniales rigen las
relaciones de los esposos respecto de los bienes. Las convenciones celebradas con anterioridad al
matrimonio se rigen por el derecho del primer domicilio conyugal; las posteriores se rigen por el
derecho del domicilio conyugal al momento de su celebración.

DERECHO SUCESORIO INTERNACIONAL.

La cuestión relativa a la transmisión de bienes por causa de muerte de la persona fallecida a sus
herederos, desde la perspectiva internacional, se adscribe a diferentes concepciones.

De esta suerte, no llama la atención la coexistencia de diferentes culturas jurídicas (sistemas) en


materia sucesoria que en el DIPr se circunscriben principalmente a dos:
a) El adscrito a la concepción personalista (Sucesión en la persona): La sucesión supone no solo la
adquisición de un patrimonio por parte de aquel, sino también la asunción de todas las relaciones
jurídicas activas y pasivas de las que era titular el causante, produciéndose una subrogación de tipo
universal.
b) La tesis patrimonialista, (Sucesión en los bienes): de neta raigambre germánica, entiende que la
sucesión importa la alteración de la titularidad de bienes que conforman la masa hereditaria. Bajo
esta concepción la sucesión debe regirse por tantas leyes como bienes relictos con situación
territorial diferente existan en el caso. Es, como se advierte, un sistema territorialista.
De esta suerte, se observa la "puja" entre dos grandes sistemas conocidos como el de la "unidad",
conforme al cual se aplicará una sola ley y la sucesión será regulada por el derecho personal, sea la
ley de la nacionalidad o la del último domicilio del causante, abriéndose un único proceso sucesorio;
y el de "fraccionamiento" o "pluralidad", en función del que habrá tantos juicios sucesorios como
bienes presentes haya en los diferentes Estados y a los que, por efecto transitivo, se les aplicarán
también diferentes leyes. Nuestra legislación adhiere a la teoría del fraccionamiento.

SUCESIONES TESTAMENTARIAS.

En el marco de las sucesiones testamentarias, un problema muy importante al cual el DIPr


autónomo debe dar respuesta es a la calificación de lo que debe entenderse por "testamento" ya
que este concepto está íntimamente ligado a la validez del documento en el proceso sucesorio. Si se
califica lex fori, hay que tener en cuenta las condiciones que el Derecho argentino impone para que
un acto jurídico sea considerado testamento, mientras que si se califica lex causae puede suceder
que en el extranjero se admita una forma testamentaria que nuestro país no admite.
En esta materia, a la pregunta sobre la calificación, el nuevo CCyC responde consagrando el principio
"favor testamenti", el cual propone una interpretación siempre a favor de la validez del testamento.
a) Forma del testamento
En efecto, el art. 2645 CCyC: “El testamento otorgado en el extranjero es válido en la República
según las formas exigidas por la ley del lugar de su otorgamiento, por la ley del domicilio, de la
residencia habitual, o de la nacionalidad del testador al momento de testar, o por las formas legales
argentinas”.
El legislador ha plasmado la posibilidad de selección en forma indistinta entre conexiones de
carácter personal (domicilio, residencia y nacionalidad), conductista o voluntario (lugar de
celebración) y finalmente, al hacer alusión a las formas argentinas, consagró la regla del favor
testamenti.
Sucesiones testamentarias.
b) Capacidad para testar.
El art. 2647 CCyC establece que: “la capacidad para otorgar testamento y revocarlo se rige por el
derecho del domicilio del testador al tiempo de la realización del acto”.
La nueva normativa sigue el principio general de la capacidad de la persona humana establecido en
el art. 2616 CCyC, por lo que el domicilio gobierna la capacidad de hecho y de derecho tanto para
otorgar, como para revocar un testamento.

c) El testamento consular.
El art. 2646 CCyC establece los requisitos de validez del testamento consular: “Es válido el
testamento escrito hecho en país extranjero por un argentino o por un extranjero domiciliado en el
Estado, ante un ministro plenipotenciario del Gobierno de la República, un encargado de negocios o
un cónsul y dos testigos domiciliados en el lugar donde se otorgue el testamento, teniendo el
instrumento la autenticación de la legación o consulado.
Del texto de esta norma se sigue que tanto los ciudadanos argentinos que se encuentran en un país
extranjero, como los extranjeros con domicilio en nuestro país, pueden testar ante un ministro,
encargado de negocios o cónsul en presencia de dos testigos, que pueden ser argentinos o
extranjeros, domiciliados en el lugar del otorgamiento.

HERENCIA VACANTE.

El art. 2648 CCyC introduce una nueva regla, relativa a la herencia vacante, que trata los derechos
del Estado Nacional o provincial del lugar de ubicación de los bienes relictos, en el excepcional
supuesto de ausencia de herederos en caso de sucesión regida por un Derecho extranjero. Desde
esta perspectiva, se advierte que la norma parte de la premisa de una sucesión en la cual no hay
herederos y determina que por aplicación del Derecho local los bienes pasan al Estado, como ente
en quien se delega el ejercicio del poder soberano.

DIMENSION AUTÓNOMA.

Jurisdicción
El art. 2643 CCyC prescribe que: “Son competentes para entender en la sucesión por causa de
muerte, los jueces del último domicilio del causante o los del lugar de situación de los bienes
inmuebles en el país respecto de éstos”.
El juez competente es el del último domicilio del causante, aunque se agrega, como segunda
alternativa, la posibilidad de articular la pretensión sucesoria por ante el juez del lugar de situación
de los bienes inmuebles en el país, siempre respecto de tales bienes. Se incluye un nuevo foro
atributivo de jurisdicción, que es el forum reí sitae.

Se observan dos sistemas concurrentes atributivos de jurisdicción: el de unidad y el de


fraccionamiento-, la cuestión de la jurisdicción en materia sucesoria se ha ubicado en un sistema
"mixto".
Derecho aplicable.
El art. 2644 CCyC establece que: “La sucesión por causa de muerte se rige por el derecho del
domicilio del causante al tiempo de su fallecimiento. Respecto de los bienes inmuebles situados en el
país, se aplica el derecho argentino”.

La primera parte del articulado, con una técnica absolutamente conflictualista, deja librado el
Derecho aplicable a la sucesión al Derecho del domicilio del causante al tiempo de su deceso, a
través de la fijación de un punto de conexión personal y apoyándose en el sistema de la "unidad".

La segunda parte, que reproduce el predicado del art. 10 del CC, al disponer que respecto de los
bienes inmuebles situados en el país se aplica el Derecho argentino, se erige en una norma
internacionalmente imperativa, de policía o de aplicación inmediata, que tiene su basamento en
razones de orden público y soberanía estatal.
Se establece un sistema mixto que combina un factor de conexión personal (último domicilio del
causante) con uno territorial (lex rei sitae). Así, puede decirse que se trata de un régimen ecléctico o
de universalidad mitigada, que se presenta legislativamente como la continuidad del argumento
ideológico seguido tanto jurisprudencial como doctrinalmente.

UNIDAD 10 - Forma de los actos jurídicos.

1. Forma de los actos jurídicos.


Regla locus regit actum: soluciones.
La forma es el conjunto de solemnidades que deben observarse en la celebración del acto para que
este tenga validez (ad solemnitatem) o para que pueda ser probado (ad Probationem). En esta línea,
puede concluirse que la forma de un acto consiste en la manifestación exterior de la declaración de
voluntad de las partes que le dan nacimiento al acto.

Teniendo en cuenta esta premisa, el DIPr debe determinar cuál es el Derecho más próximo y más
razonable a fin de regular la forma. Así, tradicionalmente se ha aceptado que la máxima Locus regit
actum, “el lugar rige el acto” hace referencia a la ley aplicable a las formas extrínsecas del acto con
abstracción del Derecho que rige el fondo de la relación jurídica. La expresión latina significa que la
observancia de las formas establecidas por la ley del lugar en que se celebra el acto jurídico, es
suficiente para otorgarle a dicha actuación validez internacional. Esa adhesión tan considerable
descansa en una variedad de fundamentos que pueden sintetizarse en las siguientes ideas:

a) el principio de soberanía, por el cual toda persona que realiza un acto en un determinado Estado
acepta tácitamente la ley de ese lugar;

b) el orden público, ya que las leyes relativas a las formas revisten íntima vinculación con axiomas
sobre los que se sustenta la legislación nacional;

c) el consenso universal que ha transformado la regla en una costumbre generalmente aceptada;

d) razones de índole práctica, dado que la regla se basa en razones de utilidad y comodidad;

e) la necesidad fundada en la dificultad de conocer las formas vigentes en lugares diferentes al de


realización del acto; y
f) fundamento complejo que compendia los elementos anteriores al que cabe sumar que las
condiciones de forma externa de un acto tienden a proteger a las partes de posibles fraudes.

La "imposición" y la "reglamentación" de la forma.


La imposición de la forma, es decir, la determinación de las solemnidades que deben revestir al acto
para su validez, se someten al Derecho que regula el fondo de la relación jurídica. En tanto que la
reglamentación de la forma queda captada por la ley del lugar de celebración del acto.
Ejemplo: se celebra en México un contrato de compraventa de un inmueble situado en Argentina.
Según el art. 2667 del Cód. Civ. y Com., el fondo de la relación jurídica estará regido por el Derecho
argentino, por lo cual deberán respetarse las formas establecidas por nuestro Derecho nacional,
entre ellas, la necesidad de realizar la transferencia mediante escritura pública bajo pena de nulidad.
Sin embargo, será el Derecho mexicano, que es el que corresponde al lugar de celebración, el que
determinará qué se entiende por escritura pública y cuáles son las formalidades para su confección
(regla locus regit actum).

Dimensión convencional.
Tratados de Montevideo de 1889-1940
El TDCIM 1889, contiene dos normas relativas al tema de la forma de los actos jurídicos (arts. 32 y
39). El Tratado de 1940 sólo contiene una norma (art. 36).
El TDCI M 1889 rechaza la regla de la locus y adhiere a la teoría según la cual la forma de los actos
jurídicos se rigen por la lex causae.
Esto significa que por ejemplo las formas a observarse en un contrato celebrado en la Argentina que
deba cumplirse en Uruguay serán las determinadas por la ley uruguaya.
La excepción a este principio la constituyen los instrumentos públicos; así lo establece el art. 39:
Las formas de los instrumentos públicos se rigen por la ley del lugar donde se otorgan.
Las formas y solemnidades de los actos jurídicos se rigen por la ley del lugar donde se celebran u
otorgan. Los medios de publicidad, por la ley de cada Estado.
Es decir que la exigencia y la calificación de la forma dependen de la ley del lugar de ejecución, que
es la ley que rige el acto jurídico en cuestión.

Ejemplo, si se trata de un contrato celebrado en nuestro país que deba cumplirse en Uruguay o
Paraguay, las leyes de esos países decidirán si el acto debe revestir determinada formalidad; pero las
formas se rigen por las leyes del lugar de celebración, o sea, la ley argentina.

Dimensión autónoma.
El nuevo art. 2649 del Cód. Civ. y Com. Prescribe:
Es decir que según el CCyC la regulación de la forma y solemnidades que pueda requerir el negocio
jurídico será juzgada conforme las leyes y los usos del lugar donde los actos se otorgaron.
Cuando la ley que resulta aplicable al fondo de la relación jurídica privada internacional requiera una
forma determinada, la equivalencia entre dicha forma y la realizada deberá interpretarse conforme
a la ley de dicho país.
En el caso en que los contratantes estén en distintos Estados al momento de celebración del
contrato, la forma del acto será regida por el Derecho del cual procedió la oferta que ha sido
aceptada, o a falta del mismo por el Derecho que se designe para resolver el fondo de la situación
jurídica internacional.
En los supuestos en que las partes contratantes del acto se encuentran en diferentes Estados, el
Derecho que rige la forma es el del lugar donde se perfecciona el acto -es decir, el lugar desde
donde parte la oferta aceptada- o, en su defecto, por el Derecho aplicable al fondo de la relación
jurídica.
Contratos internacionales.
La caracterización del contrato internacional requiere, preliminarmente, su distinción del contrato
nacional o internacional. Un contrato es nacional cuando todos sus elementos (personales, reales o
conductistas) tienen contacto con un único ordenamiento jurídico.
En la doctrina y la jurisprudencia se han propuesto diversos criterios sobre el punto. A nuestro juicio,
la calificación como internacional de un contrato depende de dos condiciones:

 la existencia de elementos efectivamente vinculados a distintos Estados y ordenamientos


jurídicos (internacionalidad objetiva);
 la relevancia de los vínculos que existen entre los elementos del contrato
y estos ordenamientos jurídicos (internacionalidad relevante).

Las vinculaciones que el supuesto contractual presente con diferentes Estados debe ser de suficiente
intensidad para permitir atribuirle el rango de internacional.
Consideramos, en abstracto y al margen de las normas positivas concretas, que cualquiera de los
elementos (personal, real o conductista) del contrato podría determinar su internacionalidad, en la
medida que sean susceptibles de incidir en la formación (tracto constitutivo) y cumplimiento (tracto
ejecutivo) del contrato, determinando potenciales conflictos de leyes o concurrencia de jurisdicciones.
Si bien en el DIPr de fuente interna (tanto en el Código Civil de Vélez como en el Código Civil y
Comercial), no contamos con una definición expresa de contrato internacional, de las normas aplicables
al caso se infiere que el contrato será internacional cuando el lugar de celebración, el lugar de
cumplimiento, o el domicilio de alguna de las partes, se encuentren en Estados diferentes; en tanto
que en el DI Pr de fuente convencional -como hemos visto- se considera que el contrato es internacional
cuando las partes tienen sus establecimientos en Estados diferentes.

Dimensión convencional.
2.2.1. Tratados de Montevideo de 1889 y 1940
La cuestión está regulada en el art. 56 de ambos TDCI M que se refieren a la jurisdicción en materia de
acciones personales, dentro de las cuales están comprendidas las derivadas de contratos, y por el
art. 5 del Protocolo Adicional a los Tratados de Montevideo de 1940.
Los criterios atributivos de jurisdicción internacional en materia de contratos son el principio del
paralelismo y el domicilio del demandado. Ambos TM de 1889 y 1940 (art. 56) atribuyen jurisdicción
internacional a los jueces del Estado cuya ley resulta aplicable a la relación jurídica (principio del
paralelismo) o a los jueces del domicilio del demandado, a elección del actor. Es necesario entonces
determinar la ley aplicable a la relación jurídica para conocer el juez competente.
El art. 5 del Protocolo Adicional al Tratado de Montevideo de 1940 impide pactar la jurisdicción al
momento de celebrar el contrato, pero la autonomía de la voluntad tiene posibilidad de ejercerse si el
Derecho aplicable a la relación jurídica de que se trate, por remisión de la norma de conflicto (y por
tanto "ley competente"), autoriza a las partes a elegir un tribunal arbitral o estatal diferente al previsto
en el art. 56 del TDCI M de 1940.
No obstante, el Tratado de 1940 permite la prórroga post-litem o sumisión tácita, que requiere la
presentación en el juicio del demandado, sin cuestionar la jurisdicción (art. 56, último párrafo
del Tratado de 1940). En casos de rebeldía, no hay prórroga de jurisdicción, ya que se impone una
expresión positiva y no ficta de la voluntad del demandado.

Dimensión institucional.
El Protocolo de Buenos Aires sobre Jurisdicción Internacional en Materia Contractual de 1994 establece
reglas comunes en materia de jurisdicción contractual para los países del MERCOSUR, a efectos de
promover y asegurar el desarrollo de las relaciones económicas en el sector privado de los Estados
Parte, garantizando la regulación de un tema sumamente conflictivo en la negociación internacional.
El Protocolo no regula acerca de la eficacia extraterritorial de las sentencias y laudos, tratada por el
Protocolo de Cooperación y Asistencia Jurisdiccional en materia Civil, Comercial, Laboral y
Administrativa de Las Leñas de 1992, y tampoco tiene normas referidas a la determinación del Derecho
aplicable a los contratos. Esta falta de regulación en el instrumento mercosureño ha sido señalado
como una de las falencias más significativas de las que adolece.

Dimensión autónoma.
Jurisdicción.
El art. 2650 del Cód. Civ. y Com. Expresa con relación a la jurisdicción internacional en materia
contractual:
No existiendo acuerdo válido de elección de foro, son competentes para conocer en las acciones
resultantes de un contrato, a opción del actor: a) los jueces del domicilio o residencia habitual del
demandado. Si existen varios demandados, los jueces del domicilio o residencia habitual de cualquiera
de ellos; b) los jueces del lugar de cumplimiento de cualquiera de las obligaciones contractuales; c) los
jueces del lugar donde se ubica una agencia, sucursal o representación del demandado, siempre que
ésta haya participado en la negociación o celebración del contrato.

Reglas de jurisdicción subsidiarias.


En ausencia de acuerdo, el domicilio o residencia habitual del demandado es el foro general por
excelencia. Sumar la residencia habitual a la conexión domiciliar comulga con los modernos criterios
adoptados a nivel convencional y de legislación comparada en los que la residencia habitual con
sobrados motivos ocupa un lugar relevante dentro de las conexiones personales. Por último, la tercera
opción -referida a la localización de agencia, sucursal o representación del demandado-, funcionando
alternativamente con las enunciadas en los incisos anteriores, condiciona la competencia del juez del
Estado al hecho de que la agencia, sucursal o representación del demandado haya sido el lugar en que
se negocia o celebra el contrato.

El Derecho aplicable a los contratos internacionales.


Al igual que ocurre en materia de jurisdicción, en el caso del Derecho aplicable a los contratos
internacionales existen dos hipótesis: a) Derecho aplicable escogido por las partes, en ejercicio de
la autonomía de la voluntad; b) Derecho aplicable cuando las partes han omitido su elección o dicha
elección resulta inválida, debiendo recurrirse a las reglas legislativas supletorias. Analizaremos
ambas situaciones.
La autonomía de la voluntad: concepto y clases.
En el caso del Derecho aplicable a los contratos cuando se trata de una elección efectuada por las partes
estamos frente a la denominada "autonomía de la voluntad". Esta posición responde a la idea de que
las partes son los mejores jueces de sus propios intereses; son quienes mejor conocen la relación
contractual y sus necesidades transaccionales y, consecuentemente, son también quienes están en las
condiciones adecuadas para identificar la ley que mejor se ajusta a su contrato.
También son quienes sufrirán directamente las consecuencias de su elección y por tanto tienen más
incentivos para que la ley elegida sea la más eficiente.
En el DI Pr, la autonomía de la voluntad en materia contractual se traduce en la posibilidad de que las
propias partes elijan la ley que va a gobernar al contrato. De este modo, en materia internacional
presenta dos manifestaciones: la autonomía conflictual y la autonomía material.
La autonomía conflictual admisible respecto a contratos internacionales importa la potestad que
tienen las partes de elegir el Derecho aplicable al contrato, elaborando la norma de conflicto individual
que indicará el Derecho sustantivo aplicable.
La autonomía material consiste en la posibilidad que tienen las partes de configurar el contenido
normativo del contrato en el ámbito del Derecho Privado o sustantivo competente. Supone la
"creación" de la normativa sustancial, material del contrato.

Límites a la autonomía de la voluntad.


Existen diferencias en cuanto a los límites de la autonomía conflictual y la material.
La primera se encuentra limitada por el conjunto de principios fundamentales que constituyen el orden
público de la lex fori, las normas coactivas del Derecho Privado elegido y las normas de policía. La
segunda tiene limitaciones mucho menores, comprendiendo exclusivamente los principios del orden
público y las normas de policía del Derecho elegido por las partes. Aquí no juegan rol alguno las normas
internas coactivas, que pueden ser suprimidas por la voluntad autoreguladora de las partes.

Dimensión convencional.
El TDCI M de 1889 guarda silencio sobre el punto; pero tampoco prohíbe la autonomía de la voluntad,
que en el TDCIM de 1940, a través del art. 5 del Protocolo Adicional sólo es aceptada en la medida que
sea admitida por el Derecho aplicable según las reglas establecidas en el mencionado Tratado.
La Convención de Viena de 1980, de Naciones Unidas, sobre los Contratos de Compraventa
Internacional de Mercaderías recepta la autonomía de la voluntad en forma expresa y de manera
amplia. Así, en el art. 6, se establece que: “las partes podrán excluir la aplicación de la presente
Convención, o Establecer excepciones a cualquiera de sus disposiciones o modificar sus efectos.

La Convención de La Haya de 1985 sobre Ley Aplicable a la Compraventa Internacional de Mercaderías


establece en su art. 7. L que "el contrato de compraventa se regirá por la ley que elijan las partes".
Recepta de esta manera la autonomía de la voluntad en forma expresa y amplia.
Una de las innovaciones más importantes de la CIDIPV es justamente el papel asignado a la autonomía
de la voluntad. Con respecto a la normativa aplicable a los contratos internacionales la Convención, en
primera instancia, confiere a las partes contratantes el derecho de escoger cuál será la ley aplicable a su
relación o vínculo contractual; el Derecho aplicable puede ser elegido en forma expresa o tácita (art.
7.1), requiriéndose que la voluntad tácita se manifieste o surja de manera evidente de la conducta de las
partes y de las cláusulas contractuales consideradas en su conjunto. La elección del Derecho puede
referirse ya sea a la totalidad del contrato o sólo a una parte de éste. La posibilidad de elección de la ley
es amplia, sin orientación alguna y la CIDIPV no exige un "contacto razonable" de la ley elegida por las
partes.

Dimensión autónoma.
En una extensa y comprensiva norma, contenida en el art. 2651, bajo el acápite: "Autonomía de la
voluntad. Reglas", el nuevo Código Civil y Comercial dispone:
Los contratos se rigen por el Derecho elegido por las partes en cuanto a su validez intrínseca, naturaleza,
efectos, derechos y obligaciones. La elección debe ser expresa o resultar de manera cierta y evidente de
los términos del contrato o de las circunstancias del caso. Dicha elección puede referirse a la totalidad o
a partes del contrato.
Este artículo no se aplica a los contratos de consumo.
Ahora bien, para que la elección del Derecho sea válida, debe ser expresa, y en consecuencia realizarse a
través de una cláusula contractual o mediante un acuerdo. También puede resultar de manera cierta y
evidente de los términos del contrato, v.gr., cuando las partes eligen el tribunal competente ya que esa
sumisión implica elegir el DIPr del lugar al que pertenece el juez elegido. También prevé el Código Civil y
Comercial que la elección pueda resultar de las circunstancias del caso; ejemplo el domicilio o residencia
habitual de las partes, o el idioma empleado.
En todas las hipótesis, la elección del Derecho aplicable debe ser fruto de las partes y no del juez.
Continuando con el desarrollo del ejercicio de la autonomía de la voluntad, cuando media en sentido
conflictual, se descarta, expresamente, la posibilidad de considerarse remitido al DIPr del país del
Derecho elegido, esto es, que se excluye expresamente el "reenvío", de conformidad con el consenso
general en materia contractual, salvo que se haya dispuesto voluntariamente lo contrario.

El nuevo Código recepta la autonomía material, lo que significa que las partes pueden crear en su
ejercicio las reglas que hacen al fondo de sus contratos e incluso, en este caso, pueden descartar la
aplicación de las normas coactivas del Derecho elegido. De esta suerte se desprende que siendo que los
contratantes son quienes crean normas materiales, pueden elaborar disposiciones que neutralizan las
normas coactivas del Derecho aplicable; es decir que establecen pactos, cláusulas o condiciones
convenientes y las hacen prevalecer por sobre normas coactivas opuestas de la ley aplicable.

Derecho aplicable en ausencia del ejercicio de la autonomía de la voluntad.


En caso que las partes por algún motivo omitan elegir el Derecho aplicable al contrato, este se
determinará en función de criterios subsidiarios, que examinaremos en las distintas dimensiones del
DIPr.
Dimensión convencional
Tratados de Montevideo de 1889 y 1940.
En este caso, el Derecho aplicable al contrato debe ser determinado de acuerdo a las normas contenidas
en los arts. 36 a 42 del TDCIM de 1940. Ambos TM, tanto de 1889 como 1940, declaran aplicable a los
contratos internacionales la ley del lugar donde deben cumplirse. Por esta razón todo sistema de
solución basado en la lex loci executionis se transforma en un sistema analítico, el cual mediante el
empleo de normas subsidiarias determina el lugar de cumplimiento de las distintas categorías de
contratos. El problema que surge es la determinación con precisión del lugar de cumplimiento del
contrato que depende del tipo de contrato realizado.

La CIDIPV sobre Derecho aplicable a los Contratos Internacionales de 1994.


Esta importante y novedosa Convención, que reiteramos no ha sido ratificada por nuestro país,
establece que cuando las partes no elijan expresamente la ley aplicable al contrato o desarrollen
conductas que pauten inequívocamente su voluntad en tal sentido, el acuerdo de voluntades queda
sometido a la ley del Estado con el cual tenga vínculos más estrechos.
La norma de DIPr aplicable al contrato internacional no contempla un punto de conexión abstracto, no
se trata de un factor de conexión inadecuado a la concreta relación jurídica privada de tráfico
externo, sino un punto de conexión concreto específico de la situación jurídica privada internacional.
De acuerdo a lo que establece el art. 11 de la Convención, se aplicarán necesariamente las disposiciones
del Derecho del foro cuando tengan carácter imperativo y será discreción del foro, en los
supuestos en que lo considere pertinente, aplicar las disposiciones imperativas del Derecho de otro
Estado con el cual el contrato tenga vínculos estrechos.

Dimensión autónoma.
El Código Civil y Comercial dispone en su art. 2652 con relación a la determinación del Derecho aplicable
en el supuesto que las partes no hagan uso de la facultad que se les reconoce, lo siguiente:
En defecto de elección por las partes del Derecho aplicable, el contrato se rige por las leyes y usos del
país del lugar de cumplimiento.
Si no está designado, o no resultare de la naturaleza de la relación, se entiende qué lugar de
cumplimiento es el del domicilio actual del deudor de la prestación más característica del contrato. En
caso de no poder determinarse el lugar de cumplimiento, el contrato se rige por las leyes y usos del país
del lugar de celebración.
La conexión "lugar de cumplimiento" del contrato.
Para definir lugar de cumplimiento del contrato se utiliza una conexión flexibilizadora como es el
domicilio actual del deudor de la prestación más característica, fórmula que prevalece en el Derecho y la
Jurisprudencia comparada.

La prestación característica.
En términos económicos, la prestación característica del contrato es generalmente la que proporciona la
denominación al acuerdo de voluntades o la obligación que lo caracteriza y lo define, y no aquella por la
cual se adeuda una suma de dinero. Ciertamente, la prestación característica del contrato revela su
función económico-jurídica. Ejemplo: en el caso de un contrato de edición se deberá priorizar el
Derecho del editor y no el del autor, aun cuando es el autor quien suministra el producto y el editor
el que imprime la obra, la comercializa y paga la regalía al autor. Generalmente no es la prestación
dineraria, pues el pago del precio no caracteriza al contrato al ser común a la mayor parte de
los negocios jurídicos.

Los usos y costumbres como principios del comercio internacional: la llamada "Lex mercatoria"
Los usos y costumbres integran el Derecho transnacional como fuente del DIPr que se genera en el
ámbito del comercio internacional -ius mercetorum- por la acción de los particulares o de
organizaciones privadas.
Esto significa que tanto para la concreción (interpretación y aplicación) de la lex fori como para la
concreción de la lex causae, eventualmente extranjera, los jueces deben tomar en cuenta los principios
del comercio internacional, por ejemplo los principios de UNIDROIT, para evitar cualquier interpretación
parroquial que conduzca a un resultado disfuncional, a un resultado inocuo, tomando en cuenta las
necesidades del tráfico mercantil internacional.

Cláusula de excepción como vínculo más estrecho.


Finalmente, el sistema contractual internacional cuenta con una norma específica que funciona como
cláusula escapatoria. Así, en el art. 2653 del Cód. Civ. y Com. se contempla la llamada Cláusula
de excepción en los siguientes términos:
Excepcionalmente, a pedido de parte, y tomando en cuenta todos los elementos objetivos y subjetivos
que se desprendan del contrato, el juez está facultado para disponer la aplicación del Derecho del
Estado con el cual la relación jurídica presente los vínculos más estrechos. Esta disposición no es
aplicable cuando las partes han elegido el Derecho para el caso.
En otras palabras, la norma establece que para aquellos casos en los cuales el contrato presente
vínculos con un país, y siempre que las partes no hayan hecho uso de la autonomía conflictual, el
juez, a pedido de parte, y en atención a los elementos objetivos y subjetivos que se desprenden del
contrato, tiene facultades con carácter excepcional para someterlo al Derecho del lugar con el
cual presente mayor proximidad.

Dimensión transnacional.
Los Principios de UNIDROIT.
En su intensa labor de unificación del Derecho Privado, en el año 1994 UNIDROIT compiló los "Principios
sobre los contratos comerciales internacionales" elaborados por un grupo de juristas expertos, de primer
orden en el dominio del Derecho de los Contratos y del Derecho Comercial Internacional, los cuales
tienen como objetivo establecer un conjunto equilibrado de reglas generales aplicables a los contratos
mercantiles internacionales, destinadas a ser empleadas a nivel mundial independientemente de las
específicas tradiciones jurídicas y condiciones económicas y políticas de los países en que se apliquen.
En la elaboración de los Principios se prescinde de las técnicas normativas tradicionales del DIPr,
empleándose una metodología material. La vigencia depende de que las partes hayan previsto su
aplicación a través del ejercicio de la autonomía de la voluntad, la que no debe ser expresa
necesariamente ya que puede inferirse cuando aceptan que el contrato se sujete a los principios
generales del Derecho o de la lex mercatoria.

Se trata de las reglas generales aplicables a los contratos mercantiles internacionales que rigen cuando
las partes acuerdan someter su contrato a ellas o, simplemente, si los contratantes acordaron regirse
por los principios generales del Derecho o lex mercatoria. Los principios UNIDROIT también pueden
utilizarse para interpretar o complementar otros instrumentos internacionales o el Derecho nacional.

Contrato de compraventa internacional de mercaderías.


Protagonista ineludible del comercio internacional
La complejidad del entramado negocial transfronterizo y la interdependencia jurídica que caracteriza la
época que nos toca atravesar provocan que se expanda considerablemente el elenco de situaciones que
desencadenan relaciones de tráfico jurídico externo, originando nuevos focos de preocupación para el
Derecho.
Convención de Viena sobre los Contratos de Compraventa
Internacional de Mercaderías (CNUDMI, 1980)
2.1. Antecedentes de suscripción y estructura
Entre marzo y abril de 1980 tuvo lugar en Viena, Austria, la Conferencia de Plenipotenciarios convocada
por la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas con el objeto de examinar el "Proyecto de
Convención sobre Compraventa Internacional de Mercaderías" elaborado en el seno de UNCITRAL
(Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional).
En el marco de esta Conferencia se aprobó la CVCIM, pero el instrumento entró en vigor el 1 º de enero
de 1988 con la adhesión o ratificación de Argentina, China, Egipto, Estados Unidos, Francia, Hungría,
Italia, Lesotho, Siria, Yugoslavia y Zambia.
Nuestro país la ratificó a través de la Ley 22.765/83, publicada el 30 de marzo de 1983, efectuando
reserva de no aplicar la disposición que autoriza que la celebración, modificación o extinción
por mutuo acuerdo, o la oferta, la aceptación o cualquier otra manifestación de intención no sean
formuladas por escrito, cuando cualquiera de las partes tengan su establecimiento en Argentina.

Ámbito de aplicación.
El artículo inaugural de la CVCIM puede definirse técnicamente como una norma de conflicto unilateral
que delimita el ámbito de aplicación espacial y material de la Convención.
En efecto, el art. 1 prescribe que:
l. La presente Convención se aplicará a los contratos de compraventa de mercaderías entre partes que
tengan sus establecimientos en Estados diferentes:
a) Cuando esos Estados sean Estados contratantes; o
b) Cuando las normas de Derecho Internacional Privado prevean la aplicación de la ley de un Estado
contratante.
2. No se tendrá en cuenta el hecho de que las partes tengan sus establecimientos en Estados diferentes
cuando ello no resulte del contrato, ni de los tratos entre ellas ni de información revelada por las partes
en cualquier momento antes de la celebración del contrato o en el momento de su celebración.
3. A los efectos de determinar la aplicación de la presente Convención no se tendrán en cuenta ni la
nacionalidad de las partes ni el carácter civil o comercial de las partes o del contrato.
Ahora bien, dado que la mayoría de los términos contenidos en la misma no se encuentran definidos en
el texto de la CVCIM es imprescindible ensayar un análisis esquemático de las conceptualizaciones que
se desprenden de cada uno de ellos a los fines de determinar el alcance del instrumento.

Ámbito material: compraventa de mercaderías.


• Compraventa: Del contenido de la reglamentación de las obligaciones de comprador y vendedor
surgen elementos que permiten conceptualizarla como el contrato sinalagmático en virtud del cual una
parte entrega a la otra la propiedad de una cosa a cambio del pago de un precio. El art. 3 distingue la
compraventa de los contratos de servicios.
• Mercaderías: Abarca operaciones de adquisición de cosas corporales de naturaleza mueble, de todo
tipo. En el art. 2 expresamente se excluye la aplicación de la CVCIM a las mercaderías compradas para
uso personal, en subastas judiciales, de valores mobiliarios y financieros, buques, aerodeslizadores,
naves y aeronaves y de electricidad.
• Internacionalidad: La CVCIM no se ocupa de definir cuando un contrato en general o una compraventa
en particular son internacionales. Únicamente se dedica a establecer cuáles son las compraventas
comprendidas en su regulación. Para ello, neutraliza expresamente la relevancia de factores como
la nacionalidad de las partes, su carácter de comerciante o no, así como la naturaleza civil o comercial
del contrato (art. 1).
Ámbito espacial.
El contrato debe celebrarse entre partes con establecimientos en Estados diferentes
• Partes: Al estar fuera de lo regulado será el Derecho nacional aplicable el que definirá qué se entiende
por partes según sus parámetros.
• Establecimiento: Es toda instalación de cierta duración, estabilidad y con determinadas competencias
para dedicarse a los negocios. No necesariamente debe ser el establecimiento principal, puede ser una
sucursal o filial. En caso de establecimientos múltiples se tendrá en cuenta aquel que guarde una
relación más estrecha con la operación de que se trate.
Si la parte no tuviese establecimiento (por ejemplo si es una persona física) se debe acudir a su
residencia habitual.
• Estados diferentes: Resulta indiferente el lugar de conclusión, situación de las mercaderías o
cumplimiento del contrato. Todos estos actos podrían hasta ocurrir en el mismo Estado. Lo que hace
encuadrar la compraventa en la CVCIM es el hecho de que los establecimientos de las partes se
encuentren en Estados diferentes.
Ámbito temporal.
Entre las disposiciones finales de la Convención, el art. 100 especifica que la CVCIM se aplicará a los
contratos que se celebren en la fecha de entrada en vigor del instrumento respecto de los Estados
contratantes donde se sitúen los establecimientos de las partes, o de aquel cuyo Derecho resulta
aplicable, o con posterioridad. Este artículo determinó la inaplicabilidad de la CVCIM en el caso "Mayer,
Alejandro el Onda Hofferle Gmbh & C. si Ordinario", en razón de la data de ratificación del instrumento
internacional por Alemania, país de situación del establecimiento de una de las partes

Para ser aplicable a la formación de los contratos, la propuesta de celebración del contrato debe ser
simultánea o posterior a la vigencia de la Convención en los Estados involucrados.
Autonomía de la voluntad.
El art. 6 consagra el carácter dispositivo de la Convención, desde que lo prescripto por ella puede ser
excluido total o parcialmente, antes, durante o después de su ejecución, expresa o tácitamente.
• Manera expresa: Mediante acuerdo especial. Deberá tenerse en cuenta la reserva hecha por nuestro
país en cuanto al requerimiento de la forma escrita.
• Manera tácita: Se desprende del conjunto de circunstancias que rodean el contrato, las que deberán
ser interpretadas según las pautas o principios que la misma Convención proporciona.

La consecuencia de la exclusión de la aplicación de la CVCIM implicará el recurso al DIPr del foro. Si se ha


hecho uso de la autonomía de la voluntad, la validez de dicha cláusula será dirimida por las normas fori.
A su vez, podríamos inferir la validez del acuerdo por el cual dos partes que no tienen establecimientos
en Estados contratantes se someten a la regulación de la CVCI M. En todo caso, habrá que dirimir si
estamos ante el uso de la autonomía material o conflictual para determinar los límites y alcances de esa
facultad de las partes, de acuerdo al Derecho designado por las normas de DIPr del foro.
Los usos y las prácticas del comercio internacional.
Los usos y las prácticas mercantiles son los comportamientos negociales que tienen que ser observados
en los círculos profesionales que pertenecen a un determinado sector económico. A diferencia de la
técnica normativa tradicional de Derecho Internacional Privado (eminentemente conflictual) los usos
mercantiles -frecuentemente codificados por agrupaciones gremiales, profesionales o corporativas- han
proporcionado la celeridad y certidumbre, la rapidez y seguridad jurídica que el comercio internacional
necesita.
En este contexto, el art. 9 de la CVCIM establece que se presume parte del contrato a las obligaciones
que asumen las partes por cualquier uso en que hayan convenido y por cualquier práctica que hayan
establecido entre ellas.
Pero no solo los usos y las prácticas vigentes entre las partes conforman el contenido del acuerdo, sino
que se considera –salvo pacto en contrario- que las partes han hecho tácitamente aplicable al contrato
un uso del que tenían o debían haber tenido conocimiento, con la condición de ser ampliamente
reconocido en el comercio internacional, regularmente observado por las partes en contratos del mismo
tipo en el tráfico mercantil de que se trate.

Contrato de consumo internacional.


La protección internacional del consumidor y las características del contrato internacional de
consumo.
Ante el fenómeno socioeconómico de la debilidad y asimetría negocial en que se encuentra el
consumidor -lego- frente al proveedor -profesional-, el Derecho contemporáneo ha respondido
con los mecanismos jurídicos -sustantivos y adjetivos- de protección del consumidor.
Sin perjuicio y más allá de la situación de "vulnerabilidad" en la que se encuentra el consumidor en
general, debemos destacar que los contratos de consumo en el ámbito internacional presentan
particularidades o especificidades que han llevado a la reformulación de las reglas y los principios
característicos del DIPr clásico (la autonomía de la voluntad, el apartamiento de determinadas
reglas generales de jurisdicción, el establecimiento de normas imperativas y de orden público, entre
otras).
Se considera que las relaciones de consumo internacionales aparecen generalmente cuando el
proveedor está domiciliado en un Estado y el consumidor en otro y éste adquiere un bien, usa un
servicio o recibe una información que traspasa las fronteras. Puede tratarse, entonces, de la adquisición
de un bien cuyo valor puede ser de variada índole o de un servicio como, por ejemplo, el de
turismo, la educación a distancia, etcétera.
Después de la reforma constitucional de 1994 (art. 42), empero, existe una exigencia y necesidad de
regulación. Así, primero por la Ley 24.240 y sus modificatorias y ahora por el Código Civil y Comercial, se
desarrolla una normativa particular sobre los contratos de consumo. El reciente Código Civil y Comercial,
además, incorpora una sección específica de DIPr, incorporación sumamente importante y acertada
teniendo en cuenta la internacionalidad creciente de las relaciones de consumo, producida, entre otros,
por fenómenos como el turismo masivo y la utilización de medios electrónicos de contratación.

Jurisdicción internacional.
Dimensión autónoma.
Hasta la reciente reforma con el Código Civil y Comercial de la Nación no existía en el Derecho de fuente
interna argentina una norma de jurisdicción referida específicamente a los contratos de
consumo.g
El flamante Código Civil y Comercial contempló expresamente los contratos de consumo en el ámbito
del DI Pr, regulándolos en el Título 4 "Disposiciones de Derecho Internacional Privado", Capítulo 3 de la
Sección 12.
De esta manera el art. 2654 establece en materia de jurisdicción internacional lo siguiente:
Las demandas que versen sobre relaciones de consumo pueden interponerse, a elección del
consumidor, ante los jueces del lugar de celebración del contrato, del cumplimiento de la prestación del
servicio, de la entrega de bienes, del cumplimiento de la obligación de garantía, del domicilio del
demandado o del lugar donde el consumidor realiza actos necesarios para la celebración del contrato.
También son competentes los jueces del Estado donde el demandado tiene sucursal, agencia o
cualquier forma de representación comercial, cuando estas hayan intervenido en la celebración del
contrato o cuando el demandado las haya mencionado a los efectos del cumplimiento de una garantía
contractual.
La acción entablada contra el consumidor por la otra parte contratante solo puede interponerse ante los
jueces del Estado del domicilio del consumidor. En esta materia no se admite el acuerdo de elección
de foro.
De manera exclusiva el Código Civil y Comercial adopta el foro del domicilio del consumidor, con lo cual
se intenta conceder a su persona la facilidad de litigar en el lugar en que tiene todo al alcance de su
mano.
Derecho aplicable.
Dimensión autónoma.
Debemos tener presente que en la reciente legislación nuestro país no sólo incorpora normas
específicas en materia de jurisdicción para las relaciones de consumo, sino también con relación al
Derecho aplicable.
Así, el art. 2655 establece:
Derecho aplicable. Los contratos de consumo se rigen por el Derecho del Estado del domicilio del
consumidor en los siguientes casos:
a) Si la conclusión del contrato fue precedida de una oferta o de una publicidad o actividad realizada en
el Estado del domicilio del consumidor y éste ha cumplido en él los actos necesarios para la conclusión
del contrato.
b) si el proveedor ha recibido el pedido en el Esta do del domicilio del consumidor.
c) si el consumidor fue inducido por su proveedor a desplazarse a un Estado extranjero a los fines de
efectuar en él su pedido.
d) si los contratos de viaje, por un precio global, comprenden prestaciones combinadas de transporte y
alojamiento.
En su defecto, los contratos de consumo se rigen por el Derecho del país del lugar de cumplimiento. En
caso de no poder determinarse el lugar de cumplimiento, el contrato se rige por el Derecho del lugar de
celebración.
La regla clave que asume el rol de eje en torno al cual gira la normativa adoptada es la proscripción de la
autonomía de la voluntad. Esta postura está fundada en la política tuitiva, que conduce a la adopción de
normas materialmente orientadas en resguardo del consumidor, las que necesariamente surgen del
análisis de las especificidades propias de estas relaciones, a saber: el desequilibrio informativo, la
discontinuidad, la masificación y las dificultades de re ejecución.
A fin de aplicar el Derecho del domicilio del consumidor deben materializarse las hipótesis
especialmente consignadas que se desprenden de cuestiones vinculadas con el Estado en que el
proveedor lleve a cabo la oferta, publicidad o actividad, que debe ser el del domicilio del consumidor en
el que éste cumple los actos requeridos para concluir el contrato; que el proveedor reciba el pedido en
el Estado en que el consumidor se domicilia; que el consumidor sea inducido a trasladarse a un Estado
extranjero con el objetivo de realizar en ese país su pedido, o en la hipótesis en que se trate de
contratos de viaje, por un precio global, cuando comprenden prestaciones combinadas de transporte y
alojamiento.
En el ordenamiento interno se regulan estas cuestiones con criterios favorables a la defensa del
vulnerable. En consecuencia, aplicar la ley del domicilio del consumidor en una demanda interpuesta
ante el juez nacional conduce directamente a la aplicación del Derecho interno del domicilio del
accionante en la República.

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