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Unidad 1.
Definición: Conjunto de casos jusprivatista con elementos extranjeros y sus soluciones, descritos casos y
sus soluciones por normas inspirados en los métodos indirectos, analíticos y sintético judicial, basados
las soluciones en el respeto al elemento extranjero. – Goldshmith.
Los casos en los que se interesa el DIPr son los relativamente internacionales (nace nacional pero se
convierte internacional) y absolutamente internacional que nacen con componentes extranjeros desde
su origen. En el derecho privado rige el principio de la extraterritorialidad pasiva, el juez no solo aplica el
derecho propio sino también el derecho extranjero. Para que sea parte del DIPr el caso debe contener
al menos un elemento extranjero.
Las soluciones que ofrece el DIPr pueden ser territorialistas, extra territorialistas y soluciones no
territorializadas. Las soluciones territorialistas aplican el derecho privado del juez, en caso de soluciones
extra territorialista el juez aplica el derecho extranjero (Lex Fori), por ultimo las soluciones no
territorializadas se da en contratos extranjeros internacionales en donde prevalece la autonomía de la
voluntad, las partes actúan como legisladores.
Método Indirecto: elegida la solución extra territorialista se ponen en tela de juicio ante el juez
diferentes legislaciones, en este caso la norma indica el derecho aplicable de allí su nombre
indirecto, es univoco en los casos relativamente internacionales mientras que es multivoco en
los casos absolutamente internacionales. En estos últimos casos además se necesita un método
auxiliar además del método indirecto, estos son el método analítico-analógico y el sintético-
judicial.
El método analítico analógico es analítico porque descompone la norma en sus distintos
aspectos, Ej: forma, capacidad, validez, efectos con el fin de aplicar a cada uno un derecho
idóneo. En este método el análisis de la controversia se realiza utilizando analógicamente las
categorías del derecho civil, de allí su nombre.
El método sintético judicial: hace referencia a que solo lo aplica el juez que ante un caso
jusprivatista con componente extranjeros donde se aplican varios derechos para la solución del
problema pero la solución planteada es incoherente, el juez adapta los distintos derechos para
sintetizar la sentencia logrando un resultado justo – Caso Grimaldi.
El respeto al derecho extranjero es fundamental en estos casos jusprivatistas para ello se hace uso de la
teoría del uso jurídico en donde se trata de imitar la sentencia del juez extranjero cuyo derecho es
aplicable.
Tanto el DIPr como el DIPub, se nutren de la misma fuente axiológica: en efecto, los Tratados de
Derechos Humanos que impregnan los contenidos de las normas y colman los vacíos legales revistiendo
una envolvente influencia que se destaca como fuente primigenia y principal de ambas vertientes
jurídicas.
El contexto internacional en que estas relaciones se desarrollan. Este es el elemento que distingue al
DIPr de otras ramas del Derecho Privado. ¿Por qué? Porque son relaciones entre particulares que al
desplegarse en el contexto internacional conducen a la vinculación de dos o más ordenamientos
jurídicos.
El elemento extranjero implica que el caso jusprivatista multinacional debe vincularse a través de por lo
menos uno de sus elementos personales, reales o voluntarios con el Derecho de un Estado extranjero.
En definitiva, la relación jurídico-privada internacional puede definirse como aquella que presenta una
vinculación entre dos o más Derechos, es decir que pone en relación a distintos sistemas jurídicos.
Es decir que para que el supuesto pertenezca al DIPr Debe haber al menos un elemento de la relación
jurídica de carácter extranjero.
Los elementos de la relación jurídica pueden ser: personales (por ejemplo, domicilio, residencia habitual
o nacionalidad de los protagonistas), reales (por ejemplo, lugar de situación del bien) y conductistas o
voluntarios (por ejemplo, lugar de ejecución o lugar de cumplimiento de un contrato).
a) Relaciones jurídico-privadas absolutamente nacionales: son aquellas en las cuales todos sus
elementos se vinculan a un mismo país. Por ejemplo, el caso en el cual se juzga la validez de un
matrimonio celebrado en Argentina, contraído entre dos personas de nacionalidad y con domicilio en la
Argentina.
b) Relaciones jurídico-privadas relativamente internacionales: son aquellas que nacen como un caso
absolutamente nacional, pero que por una circunstancia sobreviniente se convierten en internacionales.
Ejemplo: se juzga la validez de un matrimonio celebrado en España, entre dos españoles con domicilio
en España, que se trasladan a Argentina fijando su domicilio en el país e interponen demanda de
divorcio ante los jueces de la República.
1) Estatalidad: Cada país tiene su propio DIPr. En Argentina, por ejemplo, las normas contenidas en
el Libro 6 Título 4 del nuevo Código Civil y Comercial reflejan este carácter, aunque no de
manera completa pues continúa existiendo cierta dispersión en el DIPr autónomo ya que son
varias las leyes especiales que completan la regulación jurídica de la materia.
2) autonomía científica: La autonomía científica no plantea discusión alguna desde que se trata de
una disciplina jurídica diferenciada. Desde mediados del siglo pasado está reconocida su
autonomía científica al tener un objeto propio, un método específico y un sistema propio de
normas.
3) exclusividad: La exclusividad del DIPr significa que a la hora de resolver los problemas o
cuestiones jurídicas que suscitan las relaciones jurídico-privadas internacionales, los tribunales
del país aplican sus propias normas, sean de la dimensión que fueren, pero se aplican con
exclusividad las normas nacionales de DIPr. En suma, significa que los jueces argentinos aplican
exclusivamente las normas nacionales de DIPr para:
determinar la jurisdicción de tribunales y autoridades del país en casos internacionales;
el Derecho aplicable a las situaciones privadas internacionales,
la validez y eficacia jurídica en Argentina de sentencias dictadas en el extranjero.
4) El carácter de la relatividad tiene un doble significado aplicado al DIPr Por un lado significa que
el DIPr es distinto de Estado a Estado. Por lo que una misma situación privada internacional se
resuelve de modo diferente o puede ser resuelta de manera distinta por las autoridades de los
diversos Estados pues aplican su propio sistema al mismo caso. En consecuencia, la relatividad
en esta materia implica que frente a un único caso los resultados materiales son distintos de
Estado a Estado. Como consecuencia natural de la relatividad del DIPr aparece el llamado forum
shopping, fenómeno que se verifica cuando las partes eligen una jurisdicción para que resulte
de aplicación una determinada ley que sea favorable a sus pretensiones.
El DIPr Está integrado por tres sectores que hacen a su esencia: la jurisdicción competente, la ley
aplicable y el reconocimiento de decisiones extranjeras. Estos son los tres tópicos a los que habrá que
dar solución frente a los interrogantes básicos que plantea la materia, a saber:
1. ¿Qué tribunal es competente para entender en un conflicto generado a partir de una relación
jurídico-privada internacional?
3. ¿Qué eficacia tendrá en otros Estados la eventual sentencia dictada por los tribunales que
hayan asumido competencia en la causa?
UNIDAD 2. – MÉTODOS.
En casos jusprivatistas con elementos extranjeros la norma nos indica el método de solución indirecto,
que es univoco en casos relativamente internacionales en tanto es multívoco en casos absolutamente
internacionales.
Teoría de uso jurídico: el juez imita la probable sentencia del juez extranjero cuyo derecho es aplicable.
Con aplicación de esta teoría se da respeto al elemento extranjero característico de este tipo de
situaciones iusprivatistas.
En el contexto actual de la evolución del DIPr Nos permite comprobar la existencia de un pluralismo
metodológico al servicio de nuestra disciplina, donde resultan tres los métodos fundamentales de los
cuales se vale el DIPr para reglamentar la relación privada internacional: el método de elección o de
atribución; el método de creación o sustancialista o método de las normas materiales; y el método
autolimitativo o exclusivista, o método de las normas de aplicación necesaria o inmediata.
ESTRUCTURA DE LA NORMA.
TIPO LEGAL: Contiene la descripción de los hechos cuya reglamentación describen la consecuencia
jurídica de la norma.
CARACTERISTICA POSITIVA: Su existencia es necesaria para que la norma pueda ser aplicada, son:
LA CAUSA: Describe un aspecto del caso jusprivatista con elementos extranjeros (no todo el caso), lleva
a que se produzca la consecuencia jurídica. Ejemplo: capacidad de hecho y de derecho, forma.
LOS HECHOS SUBYACENTES A LOS PUNTOS DE CONEXIÓN: Son aquellos utilizados por la consecuencia
jurídica para indicar el derecho aplicable. Ejemplo: residencia-domicilio. Goldschmidt aclara que si bien
los puntos de conexión los encontramos en la consecuencia jurídica, estos se basan en hechos, que
como tales, aparecen descriptos en el tipo legal.
EL OBJETO DEL TIPO LEGAL EN GENERAL: La delimitación exacta del tipo legal, es de indudable
importancia en atención al hecho de que la consecuencia jurídica opera dentro del campo cercado por
el tipo legal.
Las consecuencias positivas del tipo legal de la norma indirecta desencadenan la realización de la
consecuencia jurídica, siempre que no haya fraude a la ley. El fraude recae sobre la segunda
característica positiva del tipo legal: los hechos subyacentes a los puntos de conexión y consiste en el
intento de los interesados de vivir en un país con la legislación de otro, lo cual les permite lo que aquel
les prohíbe.
FRAUDE A LA LEY: Puede ser definido como la alteración maliciosa y voluntaria del punto de conexión
establecido por la norma de conflicto, con el fin de evadir el derecho coactivo aplicable al caso. Si se
determina la existencia de fraude, la sanción que corresponde es la no aplicación del derecho
seleccionado maliciosamente, esto es en virtud de la manipulación realizada, y debe restablecerse la
vigencia del derecho evadido.
Hay fraude a la ley cuando se realiza un acto jurídico al amparo de una ley vigente, con la maliciosa
intención de eludir la ley imperativa reguladora de la situación privada. El particular ejercita su voluntad
y crea hechos artificiales con el fin de evadir el derecho coactivo. ¿Cómo probar el fraude? La doctrina
logró determinar dos indicios que prueban la existencia de fraude a la ley:
Antecedentes: Se trataba de una princesa de origen belga quien se fue a vivir a Francia, donde conoce al
príncipe Bauffremont, con quien contrae matrimonio. En 1874 la "princesa Bauffremont" obtiene en el
país galo la separación personal a causa de hábitos perversos de éste. Debido a que la ley francesa no
admitía el divorcio, la condesa de Charaman Chimay se traslada a Alemania (que sí aceptaba el divorcio),
se naturaliza alemana e invocando su nacionalidad alemana obtiene del tribunal alemán la conversión
de su separación de hecho a divorcio, y contrae nuevo matrimonio con el príncipe rumano Bibescu,
obteniendo la nacionalidad rumana.
Fondo del caso: Pasado el tiempo el príncipe Bibescu es destinado a Francia, por lo que ella regresa a
ese país como la "princesa Bibescu". El duque de Bauffremont solicita ante los tribunales franceses que
declaren la bigamia de la ex "princesa Bauffremont" atacando, la nacionalidad alemana de la princesa, la
sentencia de divorcio obtenida en Alemania y la validez del segundo matrimonio, argumentando que el
cambio de nacionalidad tuvo por motivo únicamente acogerse a la ley alemana (que la beneficiaba) y
defraudar a la ley francesa (que la perjudicaba).
Decisión: La Corte de Casación de Francia en sentencia del 18 de marzo de 1878 resolvió no declarar
nula la naturalización alemana, por considerarlo una cuestión reservada a la soberanía de los Estados
nacionales, mas da lugar a las pretensiones de Bauffremont, respecto del divorcio vincular y del segundo
matrimonio, señalando que ambos no eran válidos en Francia.
Solución legislativa CCyC: Art 2598 CCyC. Para la determinación del derecho aplicable en materias que
involucran derechos no disponibles para las partes no se tienen en cuenta los hechos o actos realizados
con el solo fin de eludir la aplicación del derecho designado por las normas de conflicto.
La existencia del fraude a la ley produce el efecto de la propia ineficacia del acto. La norma indirecta
resulta inaplicable a los hechos artificialmente creados. Todo ellos como consecuencia de que el acto
fraudulento no tiene protección legal bajo el amparo del derecho elegido y debe aplicarse la ley
imperativa que se pretendió excluir con la actuación.
CONSECUENCIA JURÍDICA: Esboza la solución. Emplea un método diferente según que la solución
adoptada sea por aplicación del principio de territorialidad o de extraterritorialidad. En el caso del
principio de territorialidad la consecuencia jurídica resuelve inmediatamente el problema suscitado en
el tipo legal; en el segundo supuesto - Extraterritorialidad, al contrario, la consecuencia jurídica, lejos de
enfrentar el problema planteado en el tipo legal, se contenta con indicar el derecho que lo debe
resolver (norma indirecta).
Urge distinguir entre casos propios y casos extranjeros, y con miras a estos últimos respetar el derecho
del país al que ellos pertenecen. La justicia exige, por ende, el respeto al carácter extranjero de un caso.
El respeto consiste en hacer con el caso lo que probablemente con él harían en el país al que pertenece.
Lo que nosotros hacemos, no es, pues en realidad aplicación, sino que es imitación del derecho
extranjero (teoría del uso jurídico).
CARACTERISTICAS POSITIVAS:
Es el elemento técnico del que se vale la norma e indica el derecho aplicable a la situación jurídica
iusprivatista con elemento extranjero planteada.
La determinación del derecho aplicable, exigida por el método indirecto, puede hacerse de manera
estable y nominativa (mediante la conexión), o de manera variable y determinante en función de las
circunstancias aludidas del caso (mediante puntos de conexión). En el primer supuesto, la norma
indirecta indica nominativamente el derecho aplicable; en el segundo, lo describe mediante
características generales que solo en cada caso dado llegan a individualizarse.
Los puntos de conexión contienen la indicación del derecho aplicable mediante una expresión variable,
la cual se individualiza en atención a las particularidades del caso dado, las cuales aquella enfoca.
La conexión contiene la indicación nominativa del derecho aplicable. En el DIPr interno aparecen
conexiones en normas indirectas unilaterales.
Los puntos de conexión pueden clasificarse en atención al objeto de referencia. Esta clasificación tiene
en cuenta los elementos del caso que pueden ser matizados de extranjería; y es, por ello, que la
clasificación de los puntos de conexión con miras a su objeto coincide con la de los elementos
extranjeros.
Los puntos de conexión requieren, para su completa precisión, una determinación temporal. El
problema de la determinación temporal es denominado a veces problemas del cambio de estatuto.
CARACTERISTICA NEGATIVA:
ORDEN PÚBLICO: Es la vía clásica para excluir la aplicación del derecho extranjero al proceso, cuando el
derecho foráneo sea incompatible con los principios y valores fundamentales de la comunidad y del
estado. La excepción de orden público resulta aplicable cuando el derecho extranjero vulnere en el caso
concreto la estructura jurídica básica del derecho nacional.
SE EXAMINA EL RESULTADO, a posteriori, si es contrario a nuestros principios, el juez no lo aplica por ser
contrario a los mismos.
TENER EN CUENTA que no es lo mismo el orden público nacional que el internacional. CADA VEZ es
mayor como se impone el Estado (en el ORDEN PUBLICO) en el derecho privado.
“Orden público internacional es uno de los recursos con los que cuenta el estado para mantener a salvo
los principios fundamentales de su legislación”.
Articulo 2600 CCyC: “Las disposiciones de derecho extranjero aplicables deben ser excluidas cuando
conducen a soluciones incompatibles con los principios fundamentales de orden público que inspiran el
ordenamiento jurídico argentino.”
La norma no establece una solución legal, sin embargo, en virtud que el CCyC prioriza soluciones
respetando la internacionalidad del caso, debe darse una solución prescindiendo del derecho nacional y
aplicar otra regla próxima del derecho aplicable u otra fuente en un tratado internacional que ordene la
materia en cuestión, dejándose acudir como última solución al derecho nacional.
La Corte IDH define al orden público como: el conjunto de las condiciones que aseguran el
funcionamiento armónico y normal de instituciones sobre la base de un sistema coherente de valores y
principios.
Está integrado por el conjunto de principios sociales y valores fundamentales del derecho del foro. Son
en esencia los valores y principios deducidos de la CN y los tratados de DDHH incorporados con jerarquía
equivalente a la Carta Magna.
Tratados de Montevideo: “las leyes de los demás estados, jamás serán aplicadas contra las instituciones
políticas, las leyes de orden público o las buenas costumbres del lugar del proceso.”
El concepto de orden público supone dos circunstancias, dos teorías según Goldschmidt:
1. Una diversidad ideológica dentro de la comunidad de aquellos pueblos que aplican mutuamente
sus respectivos derechos.
¿Qué es una norma directa? Norma Material o “normas materiales especiales” (reglamentación
directa). Estas normas proporcionan una respuesta jurídica directa, inmediata y sustantiva a las
situaciones privadas internacionales. No remiten a la Ley de ningún país. – Art. 2595, 2596.
La norma indirecta, a través del instrumento “punto de conexión”, elemento técnico del que se vale la
norma e indica qué ordenamiento jurídico regulará la situación jurídica. Pero existe fraude a la ley
cuando los particulares realizan un cambio fraudulento del punto de conexión con el fin exclusivo de
eludir la ley que normalmente les sería aplicable.
Norma de policía es una norma de aplicación directa, no hace a un control negativo para excluir la
aplicación del derecho extranjero, sino que es una expresión positiva del orden público o de esas
rigurosas consideraciones de interés público, por las cuales marca su aplicación que es inmediata”.
Foros generales: aquellos que atribuyen competencia a los jueces de un Estado, cualquiera sea
la materia afectada, sobre la base de criterios comunes que conectan al caso con los jueces
nacionales. En el DIPr el domicilio y la residencia habitual son dos de los foros generales
predilectos.
El fundamento del domicilio como foro general no requiere excesivas explicaciones, máxime
cuando si consideramos que si se efectúa un reclamo a alguien, siempre es más eficiente
hacerlo en el país en que la persona puede ser obligada coactivamente a cumplir lo que se le
reclama.
En la legislación argentina la conexión domiciliaria así como la residencia habitual priman sobre
la nacionalidad. En esta línea, el art. 2608 prescribe: Excepto disposición particular, las acciones
personales deben interponerse ante el juez del domicilio o residencia habitual del demandado.
Por lo tanto, en los casos relacionados con materias en las que no hay una norma que determine
la jurisdicción competente, las acciones personales deben iniciarse en el lugar del domicilio o
residencia habitual del demandado, sumando a los argumentos ya esgrimidos a favor de este
foro que es donde el accionado tiene mejores posibilidades de ejercer su derecho de defensa.
A su vez, la importancia del domicilio y/o residencia habitual en el sistema argentino de
jurisdicción internacional se deduce de los numerosos institutos que los habilitan como foros de
competencia internacional únicos o alternativos. En el Código Civil y Comercial el domicilio
determina la jurisdicción internacional, concurriendo en algunos casos con otras bases en las
acciones personales, separación, divorcio y nulidad de matrimonio, alimentos, ausencia, tutela,
contratos y sucesiones.
Hay que tener en cuenta que este foro admite excepciones expresadas por la autonomía de la
voluntad de las partes en la prórroga de jurisdicción que permite la elección del foro. Expresado
en el art. 2605 del CCyC, que textualmente expresa:
Acuerdo de elección de foro. En materia patrimonial e internacional, las partes están facultadas
para prorrogar jurisdicción en jueces o árbitros fuera de la República, excepto que los jueces
argentinos tengan jurisdicción exclusiva o que la prórroga estuviese prohibida por ley.
Para finalizar con las bondades que se atribuyen al domicilio del demandado como foro general,
digamos que se trata de una regla prácticamente universal, común a todos los sistemas de
jurisdicción internacional, que encuentra sus raíces en la historia de la materia y se mantiene en
el Derecho Comparado vigente.
Foros especiales: Los foros especiales determinan el tribunal del país que se encuentra investido
de jurisdicción internacional para conocer en el proceso, en función de cada materia específica,
siempre bajo la perspectiva de justicia del legislador nacional y con el límite que esto aporta.
Ejemplo, en materia sucesoria es competente el juez del último domicilio del causante y para el
caso de bienes inmuebles situados en la República, el juez argentino. El nuevo Código Civil
recepta el foro especial en su art. 2619. En cuanto al foro del patrimonio cabe citar también la
Ley 24.522 en tanto admite la apertura de un concurso si hay bienes en el país, tratándose de un
deudor con domicilio en el extranjero (art. 2 inc. 2). El foro internacional del patrimonio le
atribuye jurisdicción internacional al juez del país donde el demandado tiene localizados bienes
que integran su patrimonio. ¿Cuál es la situación que justifica la competencia del juez argentino
que asume jurisdicción internacional en función del lugar de situación de los bienes del
demandado?
Los foros especiales responden a los principios de proximidad y de razonabilidad y provocan que
un sujeto domiciliado en el extranjero quede sometido a la jurisdicción nacional porque la
internacionalidad de la relación jurídica y su localización en Argentina le es imputable al
demandado.
Foros exclusivos: Los foros exclusivos se fundamentan en razones de la especialidad de la
materia en que versa la cuestión judicial y en el fuerte vínculo que existe entre el litigio y el país
que los torna exclusivos.
Se trata de los casos en que el tribunal argentino es el único que debe intervenir, a punto tal que
la competencia de un tribunal extranjero resulta inaceptable para nuestro país pues así lo ha
decidido el legislador nacional.
Actualmente, el nuevo Código elimina toda duda y evita la necesidad de acudir a
interpretaciones judiciales y doctrinales, estableciendo explícitamente la jurisdicción exclusiva
de Argentina en la materia, en el texto del art. 2609 que dispone:
Sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales, los jueces argentinos son exclusivamente
competentes para conocer en las siguientes causas:
a) en materia de Derechos Reales sobre inmuebles situados en la República;
b) en materia de validez o nulidad de las inscripciones practicadas en un registro público
argentino;
c) en materia de inscripciones o validez de patentes, marcas, diseños o dibujos y modelos
industriales y demás derechos análogos sometidos a depósito o registro, cuando el depósito o
registro se haya solicitado o efectuado o tenido por efectuado en Argentina.
El fundamento de este foro es el interés público.
Foros concurrentes: La jurisdicción internacional es concurrente cuando las respectivas reglas la
confieren de manera alternativa a dos o más países.
En Argentina el artículo 2650 del CCyC es ilustrativo al efecto dado que en materia contractual, a
opción del actor, resultan competentes para entender en el litigio, no habiendo elección de
foro, los jueces del domicilio o residencia habitual de cualquiera de los demandados, o los
jueces del lugar de cumplimiento de cualquiera de las obligaciones contractuales, o los jueces
del lugar donde hay una agencia, sucursal o representación del demandado.
Paralelismo: El paralelismo consagra la competencia del juez del país cuyo Derecho resulta
aplicable al fondo del proceso; este principio no se formula como competencia exclusiva pues
ello implicaría la negación de la extraterritorialidad de la ley extranjera. En Argentina se aplica a
los casos captados por los TDCIM ya que lo recepta el art. 56 de ambos Tratados: "Las acciones
personales deben entablarse ante los jueces del lugar a cuya ley está sujeto el acto jurídico
materia del juicio.
A este criterio se le reconoce una base de conveniencia y practicidad ya que el juez cuyo
Derecho resulta aplicable es quien mejor conoce su ordenamiento; también se esgrime como
ventaja que se evitan los problemas de calificación, reenvío y orden público. Sin embargo, se ha
señalado como desventaja del paralelismo que en muchas ocasiones puede dar lugar al llamado
"fórum shopping".
Foro de necesidad: Como principio general, la jurisdicción argentina para entender en un caso
jusprivatista internacional debe derivar siempre de una norma de competencia cuyo foro se
localiza en el territorio nacional. Excepcionalmente y a los fines de evitar la denegación
internacional de justicia, el Estado puede avocarse al conocimiento del caso siempre que el
mismo presente un mínimo de contacto con la Nación y se garantice la tutela judicial efectiva de
todas las partes.
En este sentido, el artículo 2602 del nuevo Código consigna en su texto un dispositivo claro a
seguir. Dice el artículo: Aunque las reglas del presente Código no atribuyan jurisdicción
internacional a los jueces argentinos, estos pueden intervenir, excepcionalmente, con la
finalidad de evitar la denegación de justicia, siempre que no sea razonable exigir la iniciación de
la demanda en el extranjero y en tanto la situación privada presente contacto suficiente con el
país, se garantice el derecho de defensa en juicio y se atienda a la conveniencia de lograr una
sentencia eficaz. Se requiere, entonces, para que un juez esté investido de jurisdicción a nivel
internacional, una relación razonable entre el caso y el foro, que es lo mismo que afirmar que el
caso está sustancialmente relacionado con el tribunal del Estado.
Si bien la atribución de jurisdicción internacional se realiza sobre la base de foros, la figura del
forum necessitatis permite que el juez amplíe su competencia judicial internacional cuando no
está prevista legalmente, con sustento en el principio de la tutela judicial efectiva que es la
contracara de la prohibición de denegación de justicia. Dado que la utilización del foro de
necesidad implica una ampliación justificada y necesaria de la competencia, el pronunciamiento
debiera ser respetado y ejecutado en cualquier otro Estado.
La jurisdicción indirecta responde a un segundo momento ya que es la que debe analizar el juez
del foro, respecto de un juez extranjero que le solicita cooperación. En esta última hipótesis, el
juez del foro analiza si la autoridad extranjera es competente para entender en la causa para la
cual le está solicitando la medida de asistencia judicial internacional. En este caso el juez se
interroga del siguiente modo: ¿es competente el tribunal que solicita el auxilio judicial
internacional ante mi tribunal?, o ¿es competente el juez que me solicita el reconocimiento y/o
ejecución de la sentencia por él dictada?
La respuesta a este interrogante puede darse desde dos aristas muy diferenciadas. La evaluación
de la competencia internacional se confía a las reglas de jurisdicción del Estado requerido, es
decir del país cuyo tribunal debe cumplir con el acto de cooperación, o se sujeta a la ley del
Estado requirente, esto es a la ley del Estado del juez que solicita la asistencia.
La diferencia que existe entre jurisdicción directa e indirecta es muy importante por varias
razones. Se refieren a momentos, circunstancias y finalidades diferentes y, principalmente,
responden a normas que pueden ser muy distintas.
Inmunidad de jurisdicción.
La inmunidad de jurisdicción es un principio consagrado por la ley (Ley 24.488) y por la
jurisprudencia nacional (véase "Ciaren Corporation el Estado Nacional (Arts. 517 y 518 CPCC
Exequatur).
Se trata de un principio de orden público del Derecho argentino, razón por la cual este axioma
no puede ser dejado de lado, así como tampoco cabe desentenderse del requisito receptado en
el art. 517, inc. 4 del CPCCN (" Manauta, Juan J. y otros el Embajada de la Federación Rusa").
En tal sentido, la inmunidad de jurisdicción consiste en el derecho reconocido a cada Estado, en
razón de su soberanía, de no ser sometido a la potestad jurisdiccional de otro Estado. Se basa en
los principios de soberanía, igualdad e independencia que se sintetizan en la regla par in parem
non habet imperium. Frente a actos de gobierno o soberanos, el Estado se encuentra protegido
por esta inmunidad, a menos que haya prorrogado en forma expresa su jurisdicción. Mediante
un pronunciamiento, la CSJN expresamente entendió que el acto de diferimiento de pago de la
deuda a períodos futuros constituye una emanación de la soberanía nacional, más allá de los
términos con que fue anunciado a los acreedores extranjeros.
Calificaciones.
El problema de la calificación.
Ante un problema iusprivatista con componentes extranjeros, el juez competente analizará las
pretensiones de las partes y los hechos que les dan origen y una vez identificados, efectuará la
interpretación de las normas llevando a cabo el examen correspondiente que lo conducirá a
establecer bajo qué reglas incluyen el tema suscitado por las partes.
Dos son los problemas que surgen. Por una parte, el problema sobre la interpretación de los
conceptos y por la otra, el problema de la calificación. La respuesta dada por el gran jurista
francés Étienne Bartin, es que debe llevarse a cabo con arreglo al Derecho del juez que está
entendiendo en el asunto (lex fori). Esta solución de gran aceptación en la doctrina y en la
jurisprudencia se justifica en el hecho de que las normas de conflicto que contienen estos
conceptos son normas lex fori y en consecuencia sus conceptos deben interpretarse y definirse
de igual manera que ese ordenamiento, es decir con los mismos criterios hermenéuticos.
Ejemplo, la norma del Código Civil y Comercial por la cual se establece que la capacidad se rige
por la ley del domicilio requiere que en primer término se precise qué es capacidad, qué debe
entenderse por capacidad.
El segundo tema surge luego de solucionar el anterior, y es uno de los problemas clásicos de la
materia. La calificación consiste en incluir o subsumir una situación jurídico-privada
internacional en el marco de un concepto jurídico que integre el supuesto de hecho de una
norma reguladora.
La cuestión radica en precisar la norma de conflicto que debe ser utilizada en orden a
determinar el sistema legal aplicable al asunto que se presenta para que el juez resuelva.
Consiste en definir el supuesto de hecho o tipo legal, seleccionar uno o varios puntos de
conexión y extraer de allí el Derecho aplicable.
Seguidamente, tiene que determinar el punto de conexión que en la norma de conflicto
vincula la situación con un orden jurídico específico para estar en condiciones de
localizar a través del criterio de atribución el Derecho material aplicable.
En tercer lugar, deberá identificar dentro de ese Derecho concreto qué parte del mismo
es la destinada a regir la situación planteada.
Calificar significa definir los términos empleados en la norma indirecta de derecho internacional
privado. Puede darse en cualquier parte de la norma indirecta, domicilio, capacidad, bienes
inmuebles, normas de los actos jurídicos, etc. Lo que tratamos de determinar es que
ordenamiento jurídico definirá la situación puesto que ocurre que existen términos o palabras
que en no tienen el mismo significado en distintos ordenamiento jurídicos, por lo que dichos
términos deben ser definidos previamente a la resolución del problema.
Ejemplos:
Se trata de un ciudadano holandés que realizó un testamento ológrafo en Francia y según el art.
994 del código civil de Holanda un súbdito holandés no puede realizar este tipo de testamento ni
en Holanda ni en el extranjero. Por tal motivo corresponde saber si la olografía es una cuestión
de forma, en tal caso el testamento es válido porque se rige por la regla del locus Regis actum o
lugar de realización del acto, en cambio sí es una cuestión relativa a la capacidad del testador el
testamento es nulo porque se rige por el derecho de la nacionalidad del testador. Para el derecho
Francés era una cuestión de forma en tanto para el derecho de Holanda era una cuestión relativa
a la capacidad. El punto de conexión de esta norma indica como aplicable el derecho de la
nacionalidad del testador, donde se establecen cuestiones de derecho público por tratarse de un
ciudadano holandés. Por otro lado al haber determinado como aplicable el derecho holandés
debemos preguntarnos qué es la capacidad testamentaria para el derecho Holandés. La ley de
Holanda especifica que la capacidad hace referencia a: la edad mínima, capacidad mental y la
olografía, esto hizo que la corte francesa aplicara para la solución la teoría de la lex causae con
lo cual determinó que el testamento era nulo puesto que el súbdito no tenía capacidad para
realizarlo.
Tipos de Normas.
1. Directas: que están formadas por un tipo legal + su consecuencia jurídica. La propia
norma nos da la solución, ejemplo art. 2613 define el domicilio para el derecho
internacional privado. Este tipo de norma nos da la solución al problema.
2. Indirectas: están formadas por el tipo legal + punto de conexión+ consecuencia jurídica.
El punto de conexión es el elemento técnico que nos indica el derecho aplicable.
La calificación:
A tal efecto, analizará las pretensiones de las partes y los hechos que les dan origen y una vez
identificados, efectuará la interpretación de las normas llevando a cabo el examen
correspondiente que lo conducirá a establecer bajo qué reglas incluyen el tema suscitado por las
partes. Para ello el juez utiliza la Lex fori.
Dado que los tribunales argentinos califican los asuntos que se les presentan de acuerdo a sus
propias nociones legales por aplicación de la lex fori pero el problema se presenta cuando se
trata de calificar instituciones legales desconocidas para el foro. En consecuencia, no apela a una
solución tajante o no se enrola en un criterio determinado sino que en función del resultado,
realiza la calificación. Esto implica adoptar una metodología que resulte acorde a criterios
teleológicos y axiológicos que no se aferran a una de las soluciones mencionadas. Además, a
efectos de evitar resultados injustos el problema que plantea la calificación puede resolverse a
través de la adaptación que está expresamente contemplada en el nuevo Código Civil y
Comercial.
Teoría de la equivalencia: A través de esta teoría se considera que ambas cuestiones están en
pie de igualdad; solo se diferencian por una cuestión terminológica. No se reconoce jerarquía
entre ellas, por lo que deben ser resueltas de manera independiente. De esta premisa se
desprende que para la cuestión previa, el juez consulta las normas del DIPr del foro que
determinan el Derecho nacional que resulta aplicable. Y, obviamente, procede así con relación a
la cuestión principal. Por lo tanto, el resultado es que ambos aspectos de la relación jurídica
pueden resultar regulados por el mismo o diferente Derecho, de acuerdo a las normas indirectas
que rijan cada supuesto.
Teoría de la jerarquización.
A diferencia de la anterior, esta teoría asume como punto de partida que ambas cuestiones
están vinculadas, por lo que no pueden ser resueltas de manera independiente. La teoría de la
jerarquización se divide en dos vertientes que postulan diferentes criterios para encontrar la
solución:
a) Teoría de la jerarquización con imperio del Derecho Privado.
Esta corriente teórica resuelve la cuestión principal consultando el DIPr del foro, el cual
determina el Derecho que resulta aplicable. Dada la estrecha vinculación con la cuestión previa,
a esta última corresponde aplicarle el mismo Derecho material que rige la cuestión principal,
que es aquel que señala el punto de conexión de la norma indirecta. La crítica que se le formula
es que con esta teoría se puede
arribar a una solución injusta ya que el Derecho nacional aplicable puede no tener,
necesariamente, vinculación con la cuestión previa.
b) Teoría de la jerarquización con imperio del Derecho Internacional Privado.
Esta postura entiende que si bien entre ambas cuestiones existe vinculación, esta no es tan
estrecha como considera el otro enfoque. Por lo tanto, la cuestión principal debe resolverse
consultando las normas de conflicto del foro, las cuales determinan el Derecho aplicable. En
tanto que para resolver la cuestión previa hay que consultar las normas indirectas del Estado
cuyo Derecho resulta aplicable a la cuestión principal.
Ejemplos.
Se trata de una familia británica originaria de la India la cual tenía varios hijos legítimos y uno
adoptivo de nombre Chokalingam, el padre tenían inmuebles en colonias Francesas de la
cochinchina. Chokalingam fallece antes que su padre dejando un heredero legítimo. El abuelo
adoptivo deshereda por testamento ante notario de las indias Francesas al hijo de Chokalingam
eliminando de su testamento a este nieto, luego el abuelo adoptivo fallece , comienza el juicio
sucesorio y la madre del hijo de Chokalingam impugna el testamento, la corte francesa rechaza
la pretensión de la madre al considerar que si bien es válida la adopción según la ley indú no así
para la ley Francesa cuyo código civil establece que habiendo hijos legítimos la adopción no
tiene validez, por lo tanto el nieto no tiene derecho a heredar. El tribunal de casación francés
adopto el criterio procesal donde la cuestión principal prevaleció sobre la cuestión previa es
decir sobre la validez de la adopción.
El Sr. Grimaldi de nacionalidad Italiana, adopto a Concepción en Italia de acuerdo al código civil
de dicho país, seis años después fallece dejando como única heredera a Concepción. El causante
dejó en nuestro país 2 bienes, un inmueble y una cuenta corriente los cuales también eran
reclamados por el ministerio de educación de Argentina, el juez de primera instancia en
Argentina le niega a Concepción vocación hereditaria al sostener que la adopción es inválida e
incompatible con el orden público Argentino, la apelación en cámara resuelve que de acuerdo al
derecho italiano la adopción es válida y compatible con el orden público Argentino. La cámara
resolvió lo siguiente: en cuanto al bien inmueble el derecho argentino impera sobre la validez de
la adopción por lo que Concepción no hereda el bien inmueble. El derecho público argentino
impera sobre la validez de la adopción del derecho italiano. En cuanto a la cuenta corriente
consideró en función del código civil velezano que corresponde a Concepción la herencia de la
cuenta corriente. La fuente de aplicación para la solución de este problema la encontramos en el
art. 8 CIDIP II, y el art. 2595 inc. C, por aplicación de la teoría de la equivalencia - método
sintético judicial. ¿Porque? Porque el art. 2595 inc. c, nos habla que en caso de aplicación de
varios derechos a distintos aspectos de una relación jurídica hacen necesario “adaptar los
derechos para luego sintetizar o armonizar la sentencia”.
Fraude a la ley.
El fraude a la ley puede ser definido como la alteración maliciosa y voluntaria del punto de
conexión establecido por la norma de conflicto, con el fin de evadir el Derecho coactivo
aplicable al caso. De este modo se manifiestan sus dos elementos característicos: la evasión
voluntaria de un Derecho coactivo y la alteración del punto de conexión con intencionalidad
fraudulenta. En pocas palabras, podría decirse que el fraude a la ley consiste en la utilización de
un precepto para eludir el juego de otro.
REENVIO: Es cuando un país debe aplicar una Ley Extranjera, teniendo en cuenta las
remisiones que hacen sus normas a la Ley de ese país.
El “Reenvío”, consiste en saber si la norma Indirecta nos dice qué debemos aplicar:
Entonces, el reenvío nos mandará a aplicar el Derecho Privado Extranjero solamente, o todo su
derecho.
Presupuestos para que se produzca el reenvío.
Para que exista reenvío deben configurarse tres condiciones:
A) Distintos ordenamientos legales con normas de DIPr Las normas de DIPr son la porción del
ordenamiento legal de un Estado que contempla la internacionalidad de las situaciones
jusprivatistas internacionales, ya sea brindando una solución directa o remitiendo al Derecho
que finalmente resolverá la cuestión. Por lo tanto, el reenvío es posible siempre que existan
diferentes ordenamientos legales con normas de DIPr Indirectas, de modo tal que pueda
efectuarse la remisión normativa de uno a otro.
B) Diferentes puntos de conexión. Es también necesario que los diversos sistemas nacionales de
DIPr Contemplen diferentes puntos de conexión para las mismas materias. Por ejemplo, para el
caso del Derecho aplicable a la sucesión por causa de muerte Argentina consagra el último
domicilio del causante, lo cual puede remitir al ordenamiento legal de otro Estado. Si ese país, a
su vez, contempla cualquier otro punto de conexión diferente (ejemplo: nacionalidad del
causante), puede dar lugar al reenvío hacia un tercer país, y así sucesivamente.
C) Teoría de la referencia máxima. Cuando la norma de conflicto remite a un sistema legal
foráneo, surge el interrogante sobre qué cantidad de aquel ordenamiento extranjero resulta
aplicable. Respecto de este último, debemos reseñar las respuestas que intentaron dar al
problema del Reenvío, desarrollándose tres posiciones doctrinarias.
Hay tres teorías que tratan de resolver esto.
1) Teoría de la Referencia mínima: sostiene que el DIPr del juez indica solo qué Derecho Privado
extranjero aplicar, con exclusión del DIPr Extranjero. Aplica el Derecho Material extranjero.
Ejemplo: un causante muere con último domicilio en Madrid. El juez Argentino aplica el derecho
español sin consultar el DIPr de aquel país. (Argentina aplica derecho interno español, excluye el
DIPr español).
2) Teoría de la Referencia media: el DIPr del juez indica como aplicable, en primer lugar, el DIPr
Extranjero y el de sus normas de exportación (son las que indican como aplicable el propio
derecho civil del juez). Si por el contrario, el DIPr Extranjero indica aplicable el DIPr Propio, lo
abandonamos y buscamos en nuestro propio DIPr un punto de conexión que nos resulte
afortunado.
3. Teoría de la Referencia máxima: en este impuesto se sostiene que se aplica todo el DIPr
Extranjero, tanto sus normas de importación, como de exportación. Es decir que el DIPr del juez
indica como aplicable el DIPr Extranjero y luego el derecho que aquel indique.
Hay que tener en cuenta que en el Reenvío, se manda la aplicación de un Derecho de otro país,
no se manda el caso al otro país para que sea resuelto, traigo el derecho extranjero para
aplicarlo acá. Estamos ante un juego normativo, donde el juez aplica el derecho extranjero.
El Reenvío tiene un límite, y está dado por la Autonomía de la Voluntad de las Partes.
ART. 2595.-Aplicación del derecho extranjero. Este artículo detalla los 3 casos de aplicación del
derecho extranjero por jueces Argentino.
1. Método Indirecto: Interpretando la ley como lo haría los jueces del estado al que
pertenece el derecho.
2. Método analítico – Analógico: En caso de varios sistemas legales covigentes por
aplicación de las reglas de vigor del estado al que pertenecen los derechos o en su
defecto por el sistema jurídico que presenta vínculos más estrechos con la relación
jurídica internacional.
3. Método sintético Judicial: Para caso de diversos derechos aplicables a distintos aspectos
de la misma relación jurídica el juez debe armonizar y adaptar la situación para lograr
una sentencia justa
El caso Forgo:
Se tratara de una cuestión de sucesión mobiliaria. Javier Forgo era un hijo natural, de
nacionalidad Bávara, que a la edad de 5 años había sido llevado a Francia por su madre.
Vivió en Pau, sin haber podio constituir allí su domicilio de derecho. Forgo nunca solicito su
domicilio de acuerdo a la ley Francesa por lo que al morir la ley francesa considero que sólo
tenía un domicilio de hecho, y que el domicilio de derecho lo había conservado en Baviera, lugar
de su nacimiento. Murió a los 68 años dejando una importante fortuna mobiliaria y
solamente parientes colaterales. Según las leyes sucesorias francesas, esos parientes no eran
herederos, por lo que el juez francés declaro que los bienes de Forgo pasasen al fisco francés.
Así las cosas, los parientes colaterales de Forgo ejercitaron la acción de petición de herencia,
basados en que su derecho estaba reconoció en el código bávaro, en virtud de una norma de
conflictos francesa según la cual la sucesión mobiliaria debía regirse por el último domicilio del
causante, en este caso Baviera. En segunda instancia los parientes colaterales obtienen
sentencia estimatoria de su pretensión al decidir que la ley aplicable a la sucesión era la del
domicilio de derecho el difunto, o sea, la ley Bávara. No conformes con esta resolución los
fiscales franceses investigan la ley Bávara y descubren que ella contenía una regla de derecho
internacional privado, que determinaba que las sucesiones mobiliarias quedaban sometidas a la
ley del lugar del domicilio efectivo del difunto. Encontrándose este en Francia, la ley bávara
competente remitía, por lo tanto, la solución el asunto a la ley sucesoria francesa y
el estado francés debía recoger, pues, la sucesión. La corte de casación de Francia acogió el
recurso en sentencia de 24 de junio de 1878 triunfando así la tesis del reenvío.
Orden Público.
El Orden Público puede ser definido como: el conjunto de principios inalienables que prohíben la
aplicación del Derecho Extranjero cuando contraríe a las leyes o espíritu de nuestra legislación, o
ponga en peligro la moral y las buenas costumbres.
Es la vía clásica para excluir la aplicación del derecho extranjero al proceso, cuando el derecho
foráneo sea incompatible con los principios y valores fundamentales de la comunidad y del
estado. Es un remedio de carácter excepcional. Tiene efectos negativo y positivo, el primero
produce la inaplicabilidad de la ley extranjera mientras que el segundo produce la aplicabilidad
del derecho nacional.
Articulo 2600 CCCN “Las disposiciones de derecho extranjero aplicables deben ser excluidas
cuando conducen a soluciones incompatibles con los principios fundamentales de orden
público que inspiran el ordenamiento jurídico argentino.”
La norma no establece una solución legal, sin embargo, en virtud que el CCyC prioriza soluciones
respetando la internacionalidad del caso, debe darse una solución prescindiendo del derecho
nacional y aplicar otra regla próxima del derecho aplicable, u otra fuente en un tratado
internacional que ordene la materia en cuestión, dejándose acudir como última solución al
derecho nacional.
El orden público tiene como finalidad ser un límite general que va a establecer que cuando una
norma extranjera es incompatible no sea aplicada. Es un remedio legal, que es la excepción a la
aplicación del derecho extranjero.
Tratados de Montevideo: las leyes de los demás Estados, jamás serán aplicadas contra las
instituciones políticas, las leyes de orden público o las buenas costumbres del lugar del proceso.
Puntos de Conexión:
Es la circunstancia del caso que nos permite determinar el derecho aplicable. Es la característica
positiva de la consecuencia jurídica. Goldschmidt lo define como el medio técnico de la
descripción abstracta del derecho aplicable.
Se clasifican en: Personales (nacionalidad – domicilio – residencia); Reales (Art 2644, 2663 –
2667 ); Conductistas, en los que encontramos a: la autonomía de la voluntad; Lugar de
celebración del contrato; Lugar de ejecución del contrato; Lugar de perpetración de un acto
ilícito.
PERSONALES.
Artículo 2613.- Domicilio y residencia habitual de la persona humana. A los fines del derecho
internacional privado la persona humana tiene:
a) su domicilio, en el Estado en que reside con la intención de establecerse en él.
b) su residencia habitual, en el Estado en que vive y establece vínculos durables por un tiempo
prolongado. La persona humana no puede tener varios domicilios al mismo tiempo. En caso de
no tener domicilio conocido, se considera que la tiene donde está su residencia habitual o en su
defecto, su simple residencia.
Artículo 2614.- Domicilio de las personas menores de edad.- El domicilio de las personas
menores de edad se encuentra en el país del domicilio de quienes ejercen la responsabilidad
parental.
Artículo 2615.- Domicilio de otras personas incapaces.- el domicilio de las personas sujetas a
curatela u otro instituto equivalente de protección es el lugar de su residencia habitual.
Unidad 4
Artículo 77.- Cambio de domicilio.- El domicilio puede cambiarse de un lugar a otro. Esta
facultad no puede ser coartada por contrato, ni por disposición de última voluntad. El cambio de
domicilio se verifica instantáneamente por el hecho de trasladar la residencia de un lugar a otro
con ánimo de permanecer en ella.
Es el lugar en el cual vive una persona. Es el punto de conexión subsidiario del domicilio. Tanto
el domicilio como la residencia establecen una relación entre una persona y un lugar, pero se
diferencia por la habitualidad, permanencia, exteriorización (se reputa conocido por tercero) del
domicilio.
Los tratados de Montevideo desconocen la residencia como punto de conexión principal.
El DIPr usa igualmente la residencia como punto de conexión condicional subsidiario, quien no
tenga domicilio es tratado en virtud de la ley de su residencia (art. 90 inc. 5).
El DIPr interno coincide con los tratados al considerar la residencia un domicilio fingido, pero
tampoco en aquel puede la ficción alterar la realidad, o sea, que en el DIPr a diferencia de los
tratados, aparece la residencia como punto de conexión principal, en efecto los derechos
personales entre cónyuges se rige por el derecho de su residencia Argentina (art. 3 de la ley
matrimonial).
T.M.D. Civil de 1889: las condiciones para que la residencia constituya domicilio se rigen por la
ley del lugar de su residencia.
T.M.D. Civil de 1940: en su artículo 5 inc. 4 el domicilio de la persona física se determina en
última instancia por la simple residencia.
El DIP interno también lo utiliza (art. 62 de la Ley 23.515 que habla del domicilio efectivo en
cuanto al matrimonio; en caso de duda, la de última residencia).
Habrá residencia cuando el negocio jurídico, que es objeto del litigio, deba recaer sobre un bien
sito en el extranjero o estar matriculado allí. Acá nos referimos al lugar de situación del
inmueble o de la cosa mueble.
En los tratados de Montevideo es el punto de conexión para encontrar el derecho aplicable a la
constitución, modificación y cancelación de derechos reales.
El DIPr interno somete al derecho de la situación, la constitución, la modificación y la
cancelación de derechos reales sobre inmuebles argentinos.
Artículo 2667. “Derecho aplicable. Derechos reales sobre inmuebles: Los derechos reales sobre
inmuebles se rigen por la ley del lugar de su situación.
El derecho real sobre el bien inmueble se constituye según el derecho del lugar de situación que
abarca en el derecho argentino al dominio, condominio, propiedad horizontal, conjuntos
inmobiliarios, superficie, usufructo, uso, habitación, servidumbre y los derechos reales de
garantía. También, el lugar de situación del inmueble determina el contenido, los modos de
adquisición, registración, publicidad, alcance y extinción. La segunda parte de la norma
contempla el supuesto de que por medio de un contrato celebrado en el extranjero se
transfieran derechos reales sobre inmuebles situados en la República.
Art. 2669. “Derechos reales sobre muebles de situación permanente. Cambio de situación:
En este caso la norma emplea el criterio de conexión en el lugar de locación material de los
bienes muebles con situación permanente. Es un concepto fáctico que no presenta dificultad
alguna porque al mantener una situación, no se presenta conflicto móvil con relación a la ley
aplicable. Ahora bien, la relación jurídica real una vez constituida se mantiene aquilatada con el
derecho vigente al momento de celebrarse, por lo tanto se mantiene el criterio de la ley del
lugar de situación.
Artículo 2670. “Derechos reales sobre muebles que carecen de situación permanente: Los
derechos reales sobre los muebles que el propietario lleva siempre consigo o los que son de uso
personal, esté o no en su domicilio, como también los que tiene para ser vendidos o
transportados a otro lugar, se rigen por el derecho del domicilio del dueño. Si se controvierte o
desconoce la calidad de dueño, se aplica el derecho del lugar de situación”.
En este caso la norma propone foros concurrentes, el primer supuesto contempla los muebles
que el propietario lleva consigo: se trata de elementos personales que generalmente no
representan gran valor económico siendo su característica, precisamente, que son llevados
siempre consigo. El segundo supuesto examina la situación jurídica real de los bienes que están
destinados a ser vendidos o que deberán ser transportados de un lugar a otro.
Generalmente esta situación revela que se trata de bienes que están en tránsito o que ya tienen
un destino cierto o eventual de ser trasladados al extranjero. Ante estos supuestos, el Código
brinda una solución sencilla, que se rigen por el derecho del domicilio de su dueño.
AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD.
Hablamos sobre la “Autonomía de la Voluntad”, dentro del marco del DIPr, donde las partes
son iguales y tienen que ver con la libertad o la voluntad de cada una de estas partes, donde
pueden decidir por sí mismas qué comprar, dónde comprar, lo mismo con las ventas, lo mismo
con las transacciones comerciales o jurídicas, etc. Todo lo que una parte quiere, puede hacerlo,
siempre y cuando no atenten sus actos con la moral, las buenas costumbres y el orden público,
cuando atente contra algo de esto, no podrá ser aprobado el acto, se considera irrealizable.
Como sabemos tenemos dos tipos de Orden Público, el Nacional y el Internacional, la
Autonomía de la Voluntad pertenece al “Orden Público Nacional”.
Hoy, con nuestro CCyC podemos dividir a nuestros contratos en dos tipos: Contratos de
Consumo, y Contratos de No Consumo, donde solamente en este último, las partes pueden
pactar haciendo uso de la Autonomía de la Voluntad.
Esta facultad de pactar libremente, convenir libremente sus pautas haciendo uso de la
Autonomía de la Voluntad, puede ser dirigida a la elección del juez competente, para entender
en los problemas que se puedan suscitar como también en el derecho aplicable al caso.
Hay dos tipos de Autonomía de la Voluntad:
El interrogante que se plantea acá es: ¿Qué normas aplicará el juez? ¿Directas o indirectas?, si
las partes nada pactaron sobre ello, el juez que interviene en el caso, es quien deberá deducir
esto, mediante la interpretación de si se aplica también su derecho, o si no lo hará.
La Autonomía de la Voluntad Material (de creación de la norma), nos encontramos aquí con
dos grados diferentes.
a) Autonomía de la Voluntad de “Primer Grado” o “Universal” (universal, porque no se
someten a ninguna legislación en particular). El Derecho es el Contrato. En estos contratos las
partes convienen la sanción de su incumplimiento, la pena, las indemnizaciones, entre otras
cláusulas, con tal de que no resulte aplicable ninguna legislación, y se rijan pura y enteramente
por lo dispuesto en el contrato.
b) Autonomía de la Voluntad de “Segundo Grado”: Las partes en este caso pueden pactar el
derecho aplicable al caso y el juez que intervendrá en caso de conflicto. Pueden pactar para
todo el contrato, o para cada parte del contrato el derecho aplicable y el que intervendrá en
caso de problemas entre las partes. Incluso, las partes pueden pactar un derecho subsidiario
para aplicar para el hipotético caso de que el derecho elegido cambie sustancialmente.
UNIDAD 6.
Ejemplo interesante se plantea en el siguiente caso. Un contrato celebrado entre una empresa
italiana y una empresa con sede en Argentina. La empresa italiana demanda ante nuestros
tribunales a la empresa con sede en el país por incumplimiento contractual, alegando la
empresa demandada que la acción se encuentra prescripta. Según se califique el supuesto como
sustancial o procesal, corresponderá aplicar la ley que regula el contrato o la ley argentina como
lex fori processum.
En el nuevo Código Civil y Comercial se incluye el art. 2671 que establece "La prescripción se rige
por la ley que se aplica al fondo del litigio".
Así como se reconocen otros Estados soberanos, el sistema procesal propio reconoce la
existencia de otros servicios jurisdiccionales estatales, los que pueden equipararse al argentino.
Siendo así, podría ofrecerse potencialmente una tutela judicial declarativa en iguales
condiciones que la ofrecida en el país extranjero. Esta afirmación no implica desconocer que hay
exclusiones que surgen del respeto a principios y normas insoslayables del propio sistema; pero,
como punto de partida, es posible dejar sentado el enunciado.
El principio por el cual la ley del foro rige el proceso tiene sustento en el principio de la
territorialidad y en el carácter público de las normas procesales. Se admite prácticamente de
manera universal pues es una solución práctica y sencilla ya que su aplicación hace que los
tribunales manejen su propio Derecho Procesal sin necesidad de distinguir los casos en
nacionales o internacionales.
Sin embargo existen algunas excepciones, pues hoy se admite en algunos supuestos la aplicación
extraterritorial de normas procesales. Un ejemplo interesante está dado por el Derecho
norteamericano en el que existen jurados civiles en los casos de responsabilidad por daños,
sistema inexistente en nuestro país para esos supuestos. Otra razón que apoya la regla lex fori
regit processum se vincula directamente al principio de seguridad jurídica pues sintoniza con el
rol que asume el Derecho Procesal reconocido como canalizador de las pretensiones de las
partes ante los tribunales. Otro sustento de la regla se encuentra en que resulta neutral para las
partes pues los derechos de éstas y el fondo del asunto quedan sujetos a la ley designada por las
normas de conflicto correspondientes, pero la aplicación de las normas procesales del Estado
cuyos tribunales conocen del asunto no las beneficia ni las perjudica a ninguna de ellas.
El extranjero en el proceso.
La intervención de un no nacional en el proceso civil plantea cuestiones relativas a su capacidad
procesal, a la legitimación tanto activa como pasiva, a la representación, asistencia jurídica
gratuita, y caución de arraigo en juicio entre otros problemas.
Igualdad de trato procesal.
En Argentina y en general en la región, no es relevante el tema de la nacionalidad. Nuestros
países están adscriptos al sistema del domicilio en cuanto se refiere a la condición del litigante
extranjero. Solo con carácter ilustrativo digamos que los sistemas de Derecho Procesal
comparado contienen en su haber no pocos ejemplos de situaciones de discriminación hacia el
litigante extranjero, quien muchas veces padece graves complejidades al litigar ante un tribunal
foráneo.
Exequátur.
El exequátur tiene por objeto convertir la sentencia extranjera en un título ejecutorio local, para
lo cual se exige -entre otros recaudos- su compatibilidad con los principios de orden público del
derecho argentino. En efecto, el artículo 517 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación sujeta el reconocimiento de la fuerza ejecutoria de una sentencia extranjera a que esta
"no afecte los principios de orden público del derecho argentino".
El estatuto personal.
Es a partir de la doctrina del jurista prusiano que la personalidad de las leyes y su alcance se
sustituye por la naturaleza de las relaciones jurídicas y el estatuto personal pasa a configurarse
por un conjunto de situaciones jurídicas vinculadas a la persona humana que por su naturaleza
se regulan por la ley personal.
Este concepto define tanto el estado del individuo como la ley que le resulta aplicable.
El estatuto personal es el conjunto de materias jurídicas relativas a la persona humana
conformando su condición como sujeto del Derecho. En su concepción amplia comprende
elementos tales como el estado civil, la capacidad jurídica y de obrar, el nombre, las relaciones
de familia, y la sucesión por causa de muerte.
La ley reguladora del estatuto personal.
Entre las principales ventajas que se destacan de este punto de conexión (residencia habitual)
está su carácter de conexión social, en tanto conduce a la aplicación del Derecho de la sociedad
en que la persona vive efectivamente. Argentina tiene una larga tradición domiciliar que resulta
bastante matizada en el nuevo articulado del Código Civil y Comercial de la Nación, ya que se
incluye la conexión de residencia habitual en institutos en los que es conveniente tener presente
sus beneficios.
En el DIPr el asiento jurídico de la persona es considerado el vínculo por excelencia para
determinar el Derecho aplicable y la jurisdicción internacional. El nuevo Código Civil y Comercial
inicia la Parte Especial del DIPr con la Sección referida a las "Personas Humanas".
Domicilio.
En lo referente al domicilio, su configuración requiere tanto el factum como el animus. Para
adquirir domicilio en Argentina, la persona debe estar físicamente presente en el país y además
debe tener la intención de residir en el Estado por un período indefinido de tiempo.
Residencia habitual.
La residencia habitual es corpus despojado de animus, es decir, el lugar donde la persona se
asienta por un tiempo prolongado, pero sin la intención de establecerse allí de manera
permanente.
Desde una óptica política, esta conexión representa el ánimo de integración de los extranjeros
en el país en el que verdaderamente habitan, y en consecuencia implica la no discriminación con
los nacionales.
Simple residencia
La simple residencia, en tanto, muy poco interviene como contacto localizador ya que cuando se
analiza el Derecho que va a regir la situación jurídica se busca que tenga conexión con la persona
y el hecho de estar en un lugar -en un determinado momento no demuestra tal conexión, si bien
se recurre a él a fin de garantizar protección en caso de medidas urgentes.
Asimismo, el TDCIM de 1940 plasma los principios de unidad y necesidad de domicilio (art. 6)
que recepta el DIPr autónomo actual.
Capacidad legal.
Como toda persona física tiene capacidad de disfrute y, como tal, es titular de derechos y
obligaciones, en consecuencia, todas las personas humanas poseen también personalidad
jurídica y son capaces de ser partes en un proceso judicial.
Ahora bien, la ley que rige el estatuto personal, en nuestro caso, el derecho del domicilio,
establece cuándo y en qué condiciones un "ser" es una persona y cuándo y en qué condiciones
deja de serlo.
CAPACIDAD - CCyC.
a) la capacidad de derecho: la aptitud de la persona humana para ser titular de derechos y
deberes jurídicos (conf. art. 22 Cód. Civ. y Com.);
b) la capacidad de obrar o de ejercicio: la idoneidad para ejercer de manera eficaz derechos y
obligaciones (art. 23 Cód. Civ. Y Com.), y
c) las capacidades o incapacidades legales específicas: son prohibiciones establecidas por la
ley para realizar actos jurídicos determinados.
En el sistema argentino el domicilio gobierna la capacidad de derecho y la de obrar. Sin
embargo, hay materias que receptan otros factores de conexión, como por ejemplo, la validez
del matrimonio, institución respecto de la cual la capacidad de los contrayentes se sujeta al
Derecho del lugar de celebración (art. 2622 Cód. Civ. y Com.).
Es decir que desde la mirada del DIPr autónomo, si una persona mayor de edad o un menor
emancipado, muda su domicilio a un Estado cuyas leyes lo consideran incapaz, será igualmente
considerado capaz en Argentina aun cuando no lo sea según el Derecho de su nuevo domicilio.
Por el contrario, si una persona con capacidad según las leyes de su domicilio anterior se muda a
Argentina, en donde las leyes lo consideran incapaz, prevalecerán las normas del Estado en el
cual adquirió la capacidad. De este modo, mediante el principio de la irrevocabilidad de la
capacidad adquirida, se vela por la seguridad de las relaciones jurídicas.
Personas incapaces.
El art. 2617 del Cód. Civ. y Com. regula algunos supuestos de personas incapaces, estableciendo
que: La parte en un acto jurídico que sea incapaz según el Derecho de su domicilio, no puede
invocar esta incapacidad si ella era capaz según el Derecho del Estado donde el acto ha sido
celebrado, a menos que la otra parte haya conocido o debido conocer esta incapacidad.
Esta regla no es aplicable a los actos jurídicos relativos al Derecho de Familia, al Derecho
Sucesorio ni a los Derechos Reales Inmobiliarios. A través de esta norma, se pretende resguardar
el principio de buena fe.
Nombre.
Los TDDHH han elevado el derecho a tener un nombre al estatus de derecho personalísimo,
incluyéndolo en las convenciones internacionales sobre la materia.
El nombre en el Código Civil actual.
Actualmente, el art. 2618 del Cód. Civ. y Com. Dispone que:
El Derecho aplicable al nombre es el del domicilio de la persona de quien se trata, al tiempo de
su imposición. Su cambio se rige por el Derecho del domicilio de la persona al momento de
requerirlo.
En la misma línea argumentativa, se hace regir el cambio de nombre y apellido por la ley del
lugar donde se domicilia la persona al tiempo de la solicitud. Es el lugar en que el individuo
reside con ánimo de permanecer, el Estado a cuyo Derecho se somete voluntariamente,
dado que allí se encuentran los elementos culturales que influencian la elección y que, a su vez,
informan la ley que regula el nombre.
Ausencia y presunción de fallecimiento.
La ausencia de la persona humana y la presunción de fallecimiento son dos institutos de
naturaleza diferente.
La ausencia se vincula a todos los ámbitos de la personalidad humana y es necesario aplicar un
único Derecho. No sería razonable bajo- óptica alguna que a una persona se la juzgue
presuntivamente fallecida en un país y se la tenga por viva en otros Estados.
Jurisdicción.
En el Código Civil y Comercial el art. 2619 recoge ambos institutos, que convergen a la hora de
determinar la jurisdicción competente. En los casos de ausencia simple (art. 79 CCyC)
y ausencia con presunción de fallecimiento (arts. 85 y 86 del CCyC), son competentes los jueces
del Estado donde el causante tenía su último domicilio conocido y, en caso de ser imposible
determinar el domicilio, la jurisdicción corresponde a los jueces de la última residencia
habitual.
Además, para los casos en que no sea factible determinar alguno de aquellos elementos
domicilio o residencia habitual, se prevén dos soluciones: el foro internacional del patrimonio y
el foro del juez argentino.
Tratándose de un ausente sin domicilio conocido, los jueces de Argentina pueden asumir
competencia internacional en el caso en que la situación se encuentre vinculada con un interés
legítimo de protección por el Estado, como es garantizar la certeza jurídica o brindar una
respuesta a situaciones subordinadas a una declaración de ausencia o de fallecimiento. Cuando
la situación se torna especialmente difícil para obtener una resolución eficaz en un tercer
país o cuando no es razonable que quien promueve el pedido deba iniciarlo en el extranjero, se
admite asumir jurisdicción al tribunal del foro.
Derecho aplicable.
Con arreglo al art. 2620 del CCyC prescribe:
La declaración de ausencia y la presunción de fallecimiento se rigen por el Derecho del último
domicilio conocido de la persona desaparecida o, en su defecto, por el Derecho de su última
residencia habitual. Las demás relaciones jurídicas del ausente siguen regulándose por el
Derecho que las regía anteriormente.
Los efectos jurídicos de la declaración de ausencia respecto de los bienes inmuebles y muebles
registrables del ausente se determinan por el Derecho del lugar de situación o registro de esos
bienes.
La excepción se vincula a los bienes inmuebles y muebles registrables del causante,
adoptándose en estos tópicos la teoría del fraccionamiento, ya que se somete su regulación al
Derecho del Estado en el que cada uno de los bienes se encuentra situado o registrado siendo
fiel así a la regla Lex rei sitae que tiene un carácter predominante en la mayoría de las
legislaciones.
Falta completar personas jurídica, asociaciones y fundaciones, ver Derecho comercial Ley 20744
art. 121.
UNIDAD VIII
La constatación del rol que asumen en la actualidad los DDHH y la influencia que ejercen en la
ciencia jurídica ocupa un espacio de enorme significación.
En este orden de ideas, el Derecho Internacional de Familia que integra el DIPr, es un sector en
el que las transformaciones reflejan un alto grado de visibilidad.
Partimos de una premisa: el objetivo principal de los TDDHH consiste en establecer y ampliar
una barrera que obre como límite meridiano a los regímenes nacionales amparados en la
impunidad que ellos mismos generan, en cuanto vulneran sin escrúpulos derechos individuales y
colectivos.
En orden a los acuerdos de subrogación y la identificación de las cuestiones atinentes al DIPr, las
investigaciones que se llevan a cabo hacen especial alusión a la importancia que reviste la
metodología para establecer la ley aplicable a la filiación o a la nacionalidad del niño.
En el Derecho argentino interno (art. 638 del CCyC.) Define la RESPONSABILIDAD PARAENTAL .
La responsabilidad parental está presidida por principios que son claramente normas
internacionalmente imperativas, pues tienen rango constitucional y dejan establecido una vez
más que el Código constitucionaliza el Derecho Privado.
Nos referimos particularmente a los siguientes:
a) el interés superior del niño;
b) el derecho del niño a ser oído y a que su opinión sea tenida en cuenta según su edad y grado
de madurez.
El CCyC se refiere expresamente a la responsabilidad parental para el DIPr en el art. 2639: “
Todo lo atinente a la responsabilidad parental se rige por el Derecho de la residencia habitual del
hijo al momento en que se suscita el conflicto. No obstante, en la medida en que el interés
superior del niño lo requiera se puede tomar en consideración el Derecho de otro Estado con el
cual la situación tenga vínculos relevantes”.
En consecuencia, los derechos y deberes emergentes del vínculo entre el hijo menor de edad y
sus progenitores deben regirse por el Derecho correspondiente al Estado de la residencia
habitual del primero al tiempo del conflicto, sin perjuicio de que el interés superior del niño
demande la aplicación de otro Derecho con el que el caso tenga vínculos estrechos.
La competencia de los jueces de la residencia habitual del niño se suma a los foros Generales:
domicilio o residencia habitual del demandado (art. 2608 Cód. Civ. y Com.).
Asimismo, resulta de aplicación la competencia de la autoridad que la asuma si se plantea
resolver una medida urgente (art. 2641 Cód. Civ. y Com.).
En todos los aspectos concernientes al instituto de la responsabilidad parental, el centro de
gravedad se ubica en la residencia habitual del niño, elección que engarza directamente con la
naturaleza de la temática en análisis.
Medidas urgentes.
Frente a circunstancias urgentes el magistrado debe aplicar su propio Derecho ya que de esta
manera resguarda con celeridad el interés en conflicto y, principalmente, respeta el fundamento
de estas medidas que radica en la protección de todo individuo desamparado.
La razonabilidad de aplicar la ley del foro es meridiana ya que se basa en la inmediatez entre el
juez y el Derecho frente a circunstancias que lo ameritan.
Dimensión autónoma.
El Código Civil y Comercial dispone en el art. 2641 que:
La autoridad competente debe aplicar su Derecho interno para adoptar las medidas urgentes de
protección que resulten necesarias respecto de las personas menores de edad o mayores
incapaces o con capacidad restringida, o de sus bienes, cuando se encuentren en su territorio,
sin perjuicio de la obligación de poner el hecho en conocimiento del Ministerio Público y, en su
caso, de las autoridades competentes del domicilio o de la nacionalidad de la persona afectada,
excepto lo dispuesto en materia de protección internacional de refugiados.
La decisión del juez debe comunicarse de inmediato al Ministerio Público y a las autoridades
competentes del domicilio o la nacionalidad del incapaz, salvo en el caso de que se trate de un
refugiado, quien, por su especial estatus, goza de la protección del Derecho Internacional de
Refugiados.
La excepción está dada por lo dispuesto con relación a la protección internacional de refugiados.
FILIACION.
Argentina reconoce en su Derecho interno la filiación por naturaleza, mediante técnicas de
reproducción humana asistida y la adopción, y sin diferenciar entre la filiación matrimonial y
extramatrimonial, acuerda expresamente los mismos efectos aunque admitiendo las
particularidades que devienen de cada caso (CCyC art. 558).
La filiación en el DIPr, gira en torno a las cuestiones relativas a determinar la jurisdicción frente
a casos alcanzados por la existencia de elementos extranjeros, a la legislación que corresponde
aplicar cuando el supuesto es captado por al menos dos ordenamientos jurídicos nacionales y al
reconocimiento del emplazamiento filial constituido en el extranjero.
Dimensión autónoma - Jurisdicción.
La norma del Código Civil y Comercial que establece la jurisdicción en la materia, es el art. 2631
que dispone: “Las acciones relativas a la determinación e impugnación de la filiación deben
interponerse, a elección del actor, ante los jueces del domicilio de quien reclama el
emplazamiento filial o ante los jueces del domicilio del progenitor o pretendido progenitor.”
En caso de reconocimiento son competentes los jueces del domicilio de la persona que efectúa
el reconocimiento, los del domicilio del hijo o los del lugar de su nacimiento.
La interpretación de esta norma debe efectuarse en concordancia con los artículos referidos a:
fuentes de la filiación (art. 558), voluntad procreacional (art. 561), fuentes de jurisdicción (art.
2601), foro de necesidad (art. 2602), domicilio o residencia habitual del demandado (art. 2608),
domicilio o residencia habitual de la persona humana (art. 2613), domicilio de las personas
menores de edad (art. 2614).
Estado de hijo.
La filiación es la institución mediante la cual el Derecho establece vínculos jurídicos entre el hijo
y sus progenitores, creando para el primero una situación jurídica que se denomina estado de
hijo o status filii.
La solución es prácticamente indiscutida y en las relaciones progenitor/a-hijo/a es un principio
de política legislativa atender siempre al mejor interés del menor, situación que se conoce
internacionalmente como principio favor filii y que encuentra su inspiración en los TDDHH en
los que el interés superior del niño es una regla sin excepción posible.
Derecho aplicable
A efectos de resolver casos jusprivatistas internacionales relativos al establecimiento y la
impugnación de la filiación a cuestiones referentes a la legitimación activa y pasiva, el plazo y
los requisitos para entablar la demanda, y los efectos de la posesión de estado filial, el Código se
ha decidido por permitir optar entre el Derecho del domicilio del hijo o del progenitor, ambos
al momento del nacimiento, o el lugar de celebración del matrimonio, resultando en definitiva
aplicable el que se presente más favorable al reconocimiento de la filiación.
El Derecho aplicable en razón de esta norma determina la legitimación activa y pasiva para el
ejercicio de las acciones, el plazo para interponer la demanda, así como los requisitos y efectos
de la posesión de estado.
Principio favor filii y puntos de conexión alternativos
En concordancia con el art. 2631 Cód. Civ. y Com. En la búsqueda de los criterios localizadores
más precisos, el legislador se decide por permitir al juez elegir entre el Derecho del domicilio del
hijo al momento del nacimiento, el Derecho del domicilio del progenitor al momento del
nacimiento del hijo, o el lugar de celebración del matrimonio, resultando en definitiva aplicable
el que se presente más favorable al reconocimiento de la filiación.
Otro aspecto a tener en cuenta radica en que el Derecho aplicable se corresponde con la época
en que se produjo el nacimiento del hijo; es decir que no se trata del que pueda regir a la hora
de interponer la demanda sino que está claramente determinado el corte temporal.
Alcance de la norma
Es decir, la facultad del juez competente para elegir el Derecho aplicable (entre las tres opciones
mencionadas en el apartado anterior) se extiende a su competencia para decidir sobre el
emplazamiento o el desplazamiento filial, la legitimación activa y pasiva para el ejercicio de las
acciones, el plazo para interponer la demanda, y los requisitos y efectos de la posesión de
estado.
Acto de reconocimiento del hijo
El Cód. Civ. y Com. Dedica una norma expresa al reconocimiento filial. El art. 2633 señala que:
Las condiciones del reconocimiento se rigen por el Derecho del domicilio del hijo al momento
del nacimiento o al tiempo del acto o por el Derecho del domicilio del autor del reconocimiento
al momento del acto. La capacidad del autor del reconocimiento se rige por el Derecho de
su domicilio.
La forma del reconocimiento se rige por el Derecho del lugar del acto o por el Derecho que lo
rige en cuanto al fondo.
El domicilio sigue siendo la conexión elegida en función de las ventajas que se le atribuyen y que
fueran señaladas. En orden a la capacidad del autor del reconocimiento se elige la solución que
adopta el Código a modo de regla, es decir la sujeta al Derecho de su domicilio, por lo que debe
interpretarse en consonancia con los arts. 2616-2613 del Cod. Civ. y Com. En tanto que la forma
del reconocimiento puede respetar el Derecho del lugar del acto o el Derecho que lo rige en
cuanto al fondo.
Emplazamiento filial constituido en el extranjero
El Código Civil y Comercial se pronuncia en el art. 2634 sobre el reconocimiento del
emplazamiento filial constituido en el extranjero. En dicha norma se prescribe que: Todo
emplazamiento filial constituido de acuerdo con el Derecho extranjero debe ser reconocido en
la República de conformidad con los principios de orden público argentino, especialmente
aquellos que imponen considerar prioritariamente el interés superior del niño.
TECNICAS DE REPRODUCCION ASISTIDA.
Los principios que regulan las normas sobre filiación por técnicas de reproducción humana
asistida integran el orden público y deben ser ponderados por la autoridad competente en
ocasión de que se requiera su intervención a los efectos del reconocimiento de estado o
inscripción de personas nacidas a través de estas técnicas. En todo caso, se debe adoptar la
decisión que redunde en beneficio del interés superior del niño.
Por esta vía, que se vale del método de reconocimiento, evita tener que acudir al procedimiento
establecido en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (art. 517) y sus equivalentes
provinciales.
La norma consta de dos párrafos que conviene diferenciar para una mejor comprensión. Como
punto de partida digamos que sienta el principio del reconocimiento en el país de todo
emplazamiento filial constituido bajo las reglas de un ordenamiento extranjero, sea que se trate
de filiación por naturaleza o proveniente de técnicas de reproducción asistida. El límite se
encuentra en la compatibilidad con los principios de orden público entendiendo su
direccionamiento a la salvaguardia del interés superior del niño.
Gestación por sustitución y aplicación.
En el campo internacional los casos que suelen plantear diferentes problemas desde la
gestación por sustitución tienen lugar:
a) Cuando los comitentes desean trasladar al niño del país donde nació para llevarlo al país
donde tienen su domicilio o residencia habitual.
b) Una vez que arriban con el niño al país de la residencia de los comitentes y requieren
regularizar su situación legal.
En relación con a) el problema se plantea cuando la gestación tiene lugar en países que no
otorgan la nacionalidad a hijos de extranjeros nacidos en su territorio -India, Ucrania- aunque
los comitentes son padres legales.
Jurisprudencia ilustrativa
a) A efectos de ilustrar lo dispuesto por el art. 2634, veamos los párrafos que se refieren a la
norma en un caso resuelto por el Juzgado de Familia Nº 7 de Lomas de Zamora en la causa "H.
M. y otro si medidas precautorias art. 232 del CPCC" (30/12/2015).
Se trata de una pareja que no puede gestar debido a una enfermedad congénita que padece la
mujer. En consecuencia solicita a su hermana llevar a cabo una técnica de reproducción asistida
en su útero. La gestación se realiza y la pareja solicita inscribir a la niña por nacer como hija de
ambos, que son quienes aportaron los gametos y no como hija de quien dará a luz a la pequeña.
El juez de Familia hace lugar a la petición declarando la inconstitucionalidad del art. 562 del
Código Civil y Comercial de la Nación por el cual se establece que los niños nacidos por técnicas
de reproducción humana asistida son hijos de quien los dio a luz, con independencia de quien
haya aportado los gametos.
Este caso interesa al DIPr, no por los hechos en sí, que están vinculados solamente con el
ordenamiento nacional, sino porque entre los argumentos que se utilizan para declarar la
inconstitucionalidad y anticonvencionalidad del art. 562 Cód. Civ. y Com. Se cita expresamente
el art. 2634 referido al reconocimiento del emplazamiento filial en el extranjero.
Así, resuelve el tribunal que:
En virtud de la justicia preventiva estructurada por el Código Civil y Comercial, la inmediata
inscripción de la niña por nacer, como hija de quienes han querido ser sus padres y/o madres
mediante maternidad por sustitución debe ser ordenada, pues, ante la falta de reglas claras
sobre este tipo de gestación debe determinarse con precisión el vínculo de filiación a favor de
quienes recurrieron a la técnica reproductiva.
En cuanto a lo que nos preocupa, dice el Tribunal: Toda vez que el art. 2634 del Código Civil y
Comercial reconoce el emplazamiento filial constituido en el extranjero, las prohibiciones
legales o las limitaciones emergentes de la falta de regulación de la maternidad por sustitución
resultan discriminatorias, en tanto se aplican mayormente a personas o parejas que no pueden
afrontar los costos de una práctica compleja como esta en el exterior.
Adopción Internacional.
La adopción internacional del niño sólo será otorgada por autoridades competentes que
conceden un marco de legalidad y siempre que sea un medio de cuidado de su persona.
De allí que rige en las adopciones internacionales el criterio de subsidiariedad que se refiere a la
necesidad de resguardar al niño principalmente en la familia de origen y solo excepcionalmente
otorgar la adopción si no puede ser atendido en su país.
El texto más importante fue la Declaración de Naciones Unidas sobre los Principios Sociales y
Jurídicos Relativos a la Protección y Bienestar de los Niños:
“Conscientes de la necesidad de proclamar principios universales que hayan de tener en cuenta
en los casos que se inicien procedimientos en el plano nacional o internacional relativos a la
adopción de un niño o su colocación en un hogar de guarda”.
Los principios inspiradores del Convenio quedaron posteriormente plasmados en la Convención
de los Derechos del Niño de 1989, texto que en nuestro país es Derecho vigente de jerarquía
constitucional y que cobra enorme impacto en las legislaciones y decisiones judiciales de la
comunidad internacional. Sus reglas ponen de relieve directrices esenciales de los derechos del
niño como sujeto de Derecho, siendo el principio rector de la Convención el axioma relativo al
respeto al interés superior del menor que debe obrar como guía de toda regulación jurídica y
toda decisión judicial.
La adopción internacional será así una medida subsidiaria de la adopción nacional. Por tanto, se
concederá prioridad a colocar a un niño en el propio país o en un entorno cultural, lingüístico y
religioso próximo a su entorno de procedencia. Teniendo en la mira el interés superior del niño,
las autoridades competentes procurarán que esta búsqueda se haga sin demoras injustificadas.
(CDN art. 21-b; CLH preámbulo apartado 3, art. 4).
Dimensión convencional.
Tratados de Montevideo de 1889 y 1940.
El TDCI M de 1889 no contiene normas de adopción internacional por tratarse de una institución
no contemplada en los países de la región en la época de su formulación. En consecuencia sólo
estamos vinculados por las normas de adopción internacional contenidas en el TDCI M de 1940,
en el que se aceptan ciertos efectos sobre la ley aplicable.
Jurisdicción.
Al no contar el TDCI M de 1940 con normas sobre jurisdicción internacional para la adopción en
forma específica, las acciones se someten a las disposiciones del art. 56, párrafo primero, que
establece la competencia de los jueces a cuya ley está sometido el acto jurídico materia del
juicio.
Derecho aplicable.
El Derecho aplicable a la constitución del vínculo adoptivo como a sus efectos ha sido receptado
en una norma de conflicto de carácter acumulativa, que requiere la concordancia de las leyes
del domicilio de las partes, a fin de evaluar los requisitos que deben tener las personas
involucradas en el proceso de adopción.
Dimensión autónoma.
Evolución y posición del Derecho argentino.
En Argentina, dado el carácter público de la institución, la adopción resulta de una decisión
judicial y requiere la intervención del representante del menor. Esta dimensión es proyectada a
la adopción internacional desde la perspectiva interna.
En nuestros días, adquiere destacado relieve a raíz de los movimientos de población derivados
de migraciones, del desarrollo del transporte, de las profundas crisis laborales, sociales y
políticas; pero también de desastres imprevisibles como son, por ejemplo, los terremotos o las
inundaciones.
Jurisdicción.
En todos los aspectos que involucren cuestiones sobre el procedimiento para una adopción
internacional, cuando el domicilio del niño se halla en la República, entenderán exclusivamente
los jueces argentinos.
La respuesta al cuestionamiento sobre el juez que debe entender en el supuesto de niños
domiciliados en el país, esto es, a la jurisdicción internacional directa, es terminante. Solo los
jueces argentinos son competentes para la declaración en situación de adoptabilidad, la
decisión de la guarda con fines de adopción y para el otorgamiento de una adopción.
Lo dispuesto en la primera parte del art. 2635 se compadece con la posición fijada por Argentina
y tiene un norte que no es otro que preservar por sobre todo la protección de los niños
domiciliados en el país, mantener su cultura, sus raíces y su identidad.
Por otra parte, los jueces argentinos tendrán competencia internacional para disponer medidas
urgentes cuando se verifiquen circunstancias de ilicitud o de peligro que afecten al adoptado y
que pudieren dar lugar a la revocación o la anulación de la adopción.
En este caso el foro de necesidad del art. 2602 y de medidas urgentes del art. 2641 del Cód. Civ.
y Com. Habilitan la jurisdicción argentina por el domicilio actual del adoptado.
Derecho aplicable: El Derecho aplicable al instituto se encuentra plasmado en el art. 2636 del
Cód. Civ. y Com. que dispone: Los requisitos y efectos de la adopción se rigen por el Derecho del
domicilio del adoptado al tiempo de otorgarse la adopción.
La anulación o revocación de la adopción se rige por el Derecho de su otorgamiento o por el
Derecho del domicilio del adoptado.
Dimensión convencional
Argentina ratificó numerosos documentos sobre sustracción internacional de niños en tres
niveles. A nivel universal ratificó la Convención de La Haya sobre los Aspectos Civiles de la
Sustracción Internacional de Menores; a nivel continental ratificó la Convención lnteramericana
sobre Restitución Internacional de Menores y, asimismo, nuestro país cuenta con un
instrumento de carácter bilateral en la materia: el Convenio Argentino-Uruguayo sobre
Protección Internacional de Menores.
Calificaciones autárquicas (definen con claridad los conceptos a fin de evitar interpretaciones
erróneas de los operadores judiciales).
Dimensión autónoma.
La recepción en el Código Civil y Comercial
El art. 2642 recepta el instituto de la restitución internacional de niños, estableciendo que:
Principios generales y cooperación. En materia de desplazamientos, retenciones o sustracción de
menores de edad que den lugar a pedidos de localización y restitución internacional, rigen las
convenciones vigentes y, fuera de su ámbito de aplicación, los jueces argentinos deben procurar
adaptar al caso los principios contenidos en tales Convenios, asegurando el interés superior del niño.
El juez competente que decide la restitución de una persona menor de edad debe supervisar el
regreso seguro del niño o adolescente, fomentando las soluciones que conduzcan al cumplimiento
voluntario de la decisión.
En este sentido, la norma rescata el carácter subsidiario que ya aparece en otros artículos de este
título (arts. 2594 y 2601 Cód. Civ. y Com.), reafirmando cuando resultan de aplicación las normas
de DIPr autónomo.
Esta norma se articula con el art. 2611 que contempla de modo genérico el deber de brindar
cooperación; empero, tratándose de resguardar el interés superior del niño, se entendió
conveniente regular explícitamente algunas conductas de cooperación que se han revelado eficaces
para garantizar la seguridad de los niños en el proceso de regreso, tras una orden judicial de
restitución, conforme surge del segundo párrafo de la norma.
UNIDAD 9.
DERECHOS REALES.
Jurisdicción Internacional.
DERECHO APLICABLE.
DIMENSION CONVENCIONAL.
La asignatura relativa a Derechos Reales, a nivel convencional, se encuentra receptada en los TDCIM
de 1889 y de 1940. Al legislarse sobre el estatuto real, en ambas fuentes jurídicas no se diferencia en
torno a la calidad de mueble o inmueble de los bienes, sino que los dos Tratados establecen una
regulación idéntica en la materia.
Jurisdicción: en lo que a juez competente se refiere, el TDCIM de 1889 y el TDCIM de 1940
establecen que las acciones reales sobre inmuebles se plantean ante un foro exclusivo, esto es,
únicamente se puede accionar en materia de derechos reales inmobiliarios ante los tribunales del
país donde el inmueble en cuestión está situado.
Derecho aplicable: tanto en el TDCIM de 1889 como en el de 1940 se establece que los aspectos
relativos a la calidad de los bienes -muebles o inmuebles, su posesión, su enajenabilidad absoluta o
relativa y todas las relaciones de derecho de carácter real de que son susceptibles, serán
exclusivamente regidas por la ley del lugar en donde existen los bienes.
La prescripción: prescripción se encuentra regulado en los arts. 52 al 55 de ambos TM. La
prescripción extintiva de acciones reales, como también la adquisitiva, quedan regidas por la ley del
lugar de situación del bien gravado. Seguidamente se agrega que si aquel fuere mueble y hubiese
cambiado de situación, la prescripción se regirá por la ley del lugar en que se haya completado el
tiempo necesario para prescribir.
DIMENSION AUTÓNOMA.
La novel regulación en el art. 2663 del CCyC establece la calificación en pleno seguimiento de la
teoría de la Lex causae, lo cual implica que la definición estará proporcionada por el Derecho de
fondo que resulte aplicable al caso. En efecto, el art. 2663 prescribe que: “La calidad de bien
inmueble se determina por la ley del lugar de su situación”. Por exclusión también quedan
calificados los bienes muebles, no sólo porque no existe otra disposición que establezca cómo será
la calificación de estos, sino también porque al ser la ley del lugar de situación la que define la
calidad de bien inmueble, será la misma ley la que determinará si un determinado objeto merece ser
catalogado como mueble o inmueble.
REGIMEN PATRIMONIAL DEL MATRIMONIO.
Art 2625 CyC. Efectos patrimoniales del matrimonio. “Las convenciones matrimoniales rigen las
relaciones de los esposos respecto de los bienes. Las convenciones celebradas con anterioridad al
matrimonio se rigen por el derecho del primer domicilio conyugal; las posteriores se rigen por el
derecho del domicilio conyugal al momento de su celebración.
La cuestión relativa a la transmisión de bienes por causa de muerte de la persona fallecida a sus
herederos, desde la perspectiva internacional, se adscribe a diferentes concepciones.
SUCESIONES TESTAMENTARIAS.
c) El testamento consular.
El art. 2646 CCyC establece los requisitos de validez del testamento consular: “Es válido el
testamento escrito hecho en país extranjero por un argentino o por un extranjero domiciliado en el
Estado, ante un ministro plenipotenciario del Gobierno de la República, un encargado de negocios o
un cónsul y dos testigos domiciliados en el lugar donde se otorgue el testamento, teniendo el
instrumento la autenticación de la legación o consulado.
Del texto de esta norma se sigue que tanto los ciudadanos argentinos que se encuentran en un país
extranjero, como los extranjeros con domicilio en nuestro país, pueden testar ante un ministro,
encargado de negocios o cónsul en presencia de dos testigos, que pueden ser argentinos o
extranjeros, domiciliados en el lugar del otorgamiento.
HERENCIA VACANTE.
El art. 2648 CCyC introduce una nueva regla, relativa a la herencia vacante, que trata los derechos
del Estado Nacional o provincial del lugar de ubicación de los bienes relictos, en el excepcional
supuesto de ausencia de herederos en caso de sucesión regida por un Derecho extranjero. Desde
esta perspectiva, se advierte que la norma parte de la premisa de una sucesión en la cual no hay
herederos y determina que por aplicación del Derecho local los bienes pasan al Estado, como ente
en quien se delega el ejercicio del poder soberano.
DIMENSION AUTÓNOMA.
Jurisdicción
El art. 2643 CCyC prescribe que: “Son competentes para entender en la sucesión por causa de
muerte, los jueces del último domicilio del causante o los del lugar de situación de los bienes
inmuebles en el país respecto de éstos”.
El juez competente es el del último domicilio del causante, aunque se agrega, como segunda
alternativa, la posibilidad de articular la pretensión sucesoria por ante el juez del lugar de situación
de los bienes inmuebles en el país, siempre respecto de tales bienes. Se incluye un nuevo foro
atributivo de jurisdicción, que es el forum reí sitae.
La primera parte del articulado, con una técnica absolutamente conflictualista, deja librado el
Derecho aplicable a la sucesión al Derecho del domicilio del causante al tiempo de su deceso, a
través de la fijación de un punto de conexión personal y apoyándose en el sistema de la "unidad".
La segunda parte, que reproduce el predicado del art. 10 del CC, al disponer que respecto de los
bienes inmuebles situados en el país se aplica el Derecho argentino, se erige en una norma
internacionalmente imperativa, de policía o de aplicación inmediata, que tiene su basamento en
razones de orden público y soberanía estatal.
Se establece un sistema mixto que combina un factor de conexión personal (último domicilio del
causante) con uno territorial (lex rei sitae). Así, puede decirse que se trata de un régimen ecléctico o
de universalidad mitigada, que se presenta legislativamente como la continuidad del argumento
ideológico seguido tanto jurisprudencial como doctrinalmente.
Teniendo en cuenta esta premisa, el DIPr debe determinar cuál es el Derecho más próximo y más
razonable a fin de regular la forma. Así, tradicionalmente se ha aceptado que la máxima Locus regit
actum, “el lugar rige el acto” hace referencia a la ley aplicable a las formas extrínsecas del acto con
abstracción del Derecho que rige el fondo de la relación jurídica. La expresión latina significa que la
observancia de las formas establecidas por la ley del lugar en que se celebra el acto jurídico, es
suficiente para otorgarle a dicha actuación validez internacional. Esa adhesión tan considerable
descansa en una variedad de fundamentos que pueden sintetizarse en las siguientes ideas:
a) el principio de soberanía, por el cual toda persona que realiza un acto en un determinado Estado
acepta tácitamente la ley de ese lugar;
b) el orden público, ya que las leyes relativas a las formas revisten íntima vinculación con axiomas
sobre los que se sustenta la legislación nacional;
d) razones de índole práctica, dado que la regla se basa en razones de utilidad y comodidad;
Dimensión convencional.
Tratados de Montevideo de 1889-1940
El TDCIM 1889, contiene dos normas relativas al tema de la forma de los actos jurídicos (arts. 32 y
39). El Tratado de 1940 sólo contiene una norma (art. 36).
El TDCI M 1889 rechaza la regla de la locus y adhiere a la teoría según la cual la forma de los actos
jurídicos se rigen por la lex causae.
Esto significa que por ejemplo las formas a observarse en un contrato celebrado en la Argentina que
deba cumplirse en Uruguay serán las determinadas por la ley uruguaya.
La excepción a este principio la constituyen los instrumentos públicos; así lo establece el art. 39:
Las formas de los instrumentos públicos se rigen por la ley del lugar donde se otorgan.
Las formas y solemnidades de los actos jurídicos se rigen por la ley del lugar donde se celebran u
otorgan. Los medios de publicidad, por la ley de cada Estado.
Es decir que la exigencia y la calificación de la forma dependen de la ley del lugar de ejecución, que
es la ley que rige el acto jurídico en cuestión.
Ejemplo, si se trata de un contrato celebrado en nuestro país que deba cumplirse en Uruguay o
Paraguay, las leyes de esos países decidirán si el acto debe revestir determinada formalidad; pero las
formas se rigen por las leyes del lugar de celebración, o sea, la ley argentina.
Dimensión autónoma.
El nuevo art. 2649 del Cód. Civ. y Com. Prescribe:
Es decir que según el CCyC la regulación de la forma y solemnidades que pueda requerir el negocio
jurídico será juzgada conforme las leyes y los usos del lugar donde los actos se otorgaron.
Cuando la ley que resulta aplicable al fondo de la relación jurídica privada internacional requiera una
forma determinada, la equivalencia entre dicha forma y la realizada deberá interpretarse conforme
a la ley de dicho país.
En el caso en que los contratantes estén en distintos Estados al momento de celebración del
contrato, la forma del acto será regida por el Derecho del cual procedió la oferta que ha sido
aceptada, o a falta del mismo por el Derecho que se designe para resolver el fondo de la situación
jurídica internacional.
En los supuestos en que las partes contratantes del acto se encuentran en diferentes Estados, el
Derecho que rige la forma es el del lugar donde se perfecciona el acto -es decir, el lugar desde
donde parte la oferta aceptada- o, en su defecto, por el Derecho aplicable al fondo de la relación
jurídica.
Contratos internacionales.
La caracterización del contrato internacional requiere, preliminarmente, su distinción del contrato
nacional o internacional. Un contrato es nacional cuando todos sus elementos (personales, reales o
conductistas) tienen contacto con un único ordenamiento jurídico.
En la doctrina y la jurisprudencia se han propuesto diversos criterios sobre el punto. A nuestro juicio,
la calificación como internacional de un contrato depende de dos condiciones:
Las vinculaciones que el supuesto contractual presente con diferentes Estados debe ser de suficiente
intensidad para permitir atribuirle el rango de internacional.
Consideramos, en abstracto y al margen de las normas positivas concretas, que cualquiera de los
elementos (personal, real o conductista) del contrato podría determinar su internacionalidad, en la
medida que sean susceptibles de incidir en la formación (tracto constitutivo) y cumplimiento (tracto
ejecutivo) del contrato, determinando potenciales conflictos de leyes o concurrencia de jurisdicciones.
Si bien en el DIPr de fuente interna (tanto en el Código Civil de Vélez como en el Código Civil y
Comercial), no contamos con una definición expresa de contrato internacional, de las normas aplicables
al caso se infiere que el contrato será internacional cuando el lugar de celebración, el lugar de
cumplimiento, o el domicilio de alguna de las partes, se encuentren en Estados diferentes; en tanto
que en el DI Pr de fuente convencional -como hemos visto- se considera que el contrato es internacional
cuando las partes tienen sus establecimientos en Estados diferentes.
Dimensión convencional.
2.2.1. Tratados de Montevideo de 1889 y 1940
La cuestión está regulada en el art. 56 de ambos TDCI M que se refieren a la jurisdicción en materia de
acciones personales, dentro de las cuales están comprendidas las derivadas de contratos, y por el
art. 5 del Protocolo Adicional a los Tratados de Montevideo de 1940.
Los criterios atributivos de jurisdicción internacional en materia de contratos son el principio del
paralelismo y el domicilio del demandado. Ambos TM de 1889 y 1940 (art. 56) atribuyen jurisdicción
internacional a los jueces del Estado cuya ley resulta aplicable a la relación jurídica (principio del
paralelismo) o a los jueces del domicilio del demandado, a elección del actor. Es necesario entonces
determinar la ley aplicable a la relación jurídica para conocer el juez competente.
El art. 5 del Protocolo Adicional al Tratado de Montevideo de 1940 impide pactar la jurisdicción al
momento de celebrar el contrato, pero la autonomía de la voluntad tiene posibilidad de ejercerse si el
Derecho aplicable a la relación jurídica de que se trate, por remisión de la norma de conflicto (y por
tanto "ley competente"), autoriza a las partes a elegir un tribunal arbitral o estatal diferente al previsto
en el art. 56 del TDCI M de 1940.
No obstante, el Tratado de 1940 permite la prórroga post-litem o sumisión tácita, que requiere la
presentación en el juicio del demandado, sin cuestionar la jurisdicción (art. 56, último párrafo
del Tratado de 1940). En casos de rebeldía, no hay prórroga de jurisdicción, ya que se impone una
expresión positiva y no ficta de la voluntad del demandado.
Dimensión institucional.
El Protocolo de Buenos Aires sobre Jurisdicción Internacional en Materia Contractual de 1994 establece
reglas comunes en materia de jurisdicción contractual para los países del MERCOSUR, a efectos de
promover y asegurar el desarrollo de las relaciones económicas en el sector privado de los Estados
Parte, garantizando la regulación de un tema sumamente conflictivo en la negociación internacional.
El Protocolo no regula acerca de la eficacia extraterritorial de las sentencias y laudos, tratada por el
Protocolo de Cooperación y Asistencia Jurisdiccional en materia Civil, Comercial, Laboral y
Administrativa de Las Leñas de 1992, y tampoco tiene normas referidas a la determinación del Derecho
aplicable a los contratos. Esta falta de regulación en el instrumento mercosureño ha sido señalado
como una de las falencias más significativas de las que adolece.
Dimensión autónoma.
Jurisdicción.
El art. 2650 del Cód. Civ. y Com. Expresa con relación a la jurisdicción internacional en materia
contractual:
No existiendo acuerdo válido de elección de foro, son competentes para conocer en las acciones
resultantes de un contrato, a opción del actor: a) los jueces del domicilio o residencia habitual del
demandado. Si existen varios demandados, los jueces del domicilio o residencia habitual de cualquiera
de ellos; b) los jueces del lugar de cumplimiento de cualquiera de las obligaciones contractuales; c) los
jueces del lugar donde se ubica una agencia, sucursal o representación del demandado, siempre que
ésta haya participado en la negociación o celebración del contrato.
Dimensión convencional.
El TDCI M de 1889 guarda silencio sobre el punto; pero tampoco prohíbe la autonomía de la voluntad,
que en el TDCIM de 1940, a través del art. 5 del Protocolo Adicional sólo es aceptada en la medida que
sea admitida por el Derecho aplicable según las reglas establecidas en el mencionado Tratado.
La Convención de Viena de 1980, de Naciones Unidas, sobre los Contratos de Compraventa
Internacional de Mercaderías recepta la autonomía de la voluntad en forma expresa y de manera
amplia. Así, en el art. 6, se establece que: “las partes podrán excluir la aplicación de la presente
Convención, o Establecer excepciones a cualquiera de sus disposiciones o modificar sus efectos.
Dimensión autónoma.
En una extensa y comprensiva norma, contenida en el art. 2651, bajo el acápite: "Autonomía de la
voluntad. Reglas", el nuevo Código Civil y Comercial dispone:
Los contratos se rigen por el Derecho elegido por las partes en cuanto a su validez intrínseca, naturaleza,
efectos, derechos y obligaciones. La elección debe ser expresa o resultar de manera cierta y evidente de
los términos del contrato o de las circunstancias del caso. Dicha elección puede referirse a la totalidad o
a partes del contrato.
Este artículo no se aplica a los contratos de consumo.
Ahora bien, para que la elección del Derecho sea válida, debe ser expresa, y en consecuencia realizarse a
través de una cláusula contractual o mediante un acuerdo. También puede resultar de manera cierta y
evidente de los términos del contrato, v.gr., cuando las partes eligen el tribunal competente ya que esa
sumisión implica elegir el DIPr del lugar al que pertenece el juez elegido. También prevé el Código Civil y
Comercial que la elección pueda resultar de las circunstancias del caso; ejemplo el domicilio o residencia
habitual de las partes, o el idioma empleado.
En todas las hipótesis, la elección del Derecho aplicable debe ser fruto de las partes y no del juez.
Continuando con el desarrollo del ejercicio de la autonomía de la voluntad, cuando media en sentido
conflictual, se descarta, expresamente, la posibilidad de considerarse remitido al DIPr del país del
Derecho elegido, esto es, que se excluye expresamente el "reenvío", de conformidad con el consenso
general en materia contractual, salvo que se haya dispuesto voluntariamente lo contrario.
El nuevo Código recepta la autonomía material, lo que significa que las partes pueden crear en su
ejercicio las reglas que hacen al fondo de sus contratos e incluso, en este caso, pueden descartar la
aplicación de las normas coactivas del Derecho elegido. De esta suerte se desprende que siendo que los
contratantes son quienes crean normas materiales, pueden elaborar disposiciones que neutralizan las
normas coactivas del Derecho aplicable; es decir que establecen pactos, cláusulas o condiciones
convenientes y las hacen prevalecer por sobre normas coactivas opuestas de la ley aplicable.
Dimensión autónoma.
El Código Civil y Comercial dispone en su art. 2652 con relación a la determinación del Derecho aplicable
en el supuesto que las partes no hagan uso de la facultad que se les reconoce, lo siguiente:
En defecto de elección por las partes del Derecho aplicable, el contrato se rige por las leyes y usos del
país del lugar de cumplimiento.
Si no está designado, o no resultare de la naturaleza de la relación, se entiende qué lugar de
cumplimiento es el del domicilio actual del deudor de la prestación más característica del contrato. En
caso de no poder determinarse el lugar de cumplimiento, el contrato se rige por las leyes y usos del país
del lugar de celebración.
La conexión "lugar de cumplimiento" del contrato.
Para definir lugar de cumplimiento del contrato se utiliza una conexión flexibilizadora como es el
domicilio actual del deudor de la prestación más característica, fórmula que prevalece en el Derecho y la
Jurisprudencia comparada.
La prestación característica.
En términos económicos, la prestación característica del contrato es generalmente la que proporciona la
denominación al acuerdo de voluntades o la obligación que lo caracteriza y lo define, y no aquella por la
cual se adeuda una suma de dinero. Ciertamente, la prestación característica del contrato revela su
función económico-jurídica. Ejemplo: en el caso de un contrato de edición se deberá priorizar el
Derecho del editor y no el del autor, aun cuando es el autor quien suministra el producto y el editor
el que imprime la obra, la comercializa y paga la regalía al autor. Generalmente no es la prestación
dineraria, pues el pago del precio no caracteriza al contrato al ser común a la mayor parte de
los negocios jurídicos.
Los usos y costumbres como principios del comercio internacional: la llamada "Lex mercatoria"
Los usos y costumbres integran el Derecho transnacional como fuente del DIPr que se genera en el
ámbito del comercio internacional -ius mercetorum- por la acción de los particulares o de
organizaciones privadas.
Esto significa que tanto para la concreción (interpretación y aplicación) de la lex fori como para la
concreción de la lex causae, eventualmente extranjera, los jueces deben tomar en cuenta los principios
del comercio internacional, por ejemplo los principios de UNIDROIT, para evitar cualquier interpretación
parroquial que conduzca a un resultado disfuncional, a un resultado inocuo, tomando en cuenta las
necesidades del tráfico mercantil internacional.
Dimensión transnacional.
Los Principios de UNIDROIT.
En su intensa labor de unificación del Derecho Privado, en el año 1994 UNIDROIT compiló los "Principios
sobre los contratos comerciales internacionales" elaborados por un grupo de juristas expertos, de primer
orden en el dominio del Derecho de los Contratos y del Derecho Comercial Internacional, los cuales
tienen como objetivo establecer un conjunto equilibrado de reglas generales aplicables a los contratos
mercantiles internacionales, destinadas a ser empleadas a nivel mundial independientemente de las
específicas tradiciones jurídicas y condiciones económicas y políticas de los países en que se apliquen.
En la elaboración de los Principios se prescinde de las técnicas normativas tradicionales del DIPr,
empleándose una metodología material. La vigencia depende de que las partes hayan previsto su
aplicación a través del ejercicio de la autonomía de la voluntad, la que no debe ser expresa
necesariamente ya que puede inferirse cuando aceptan que el contrato se sujete a los principios
generales del Derecho o de la lex mercatoria.
Se trata de las reglas generales aplicables a los contratos mercantiles internacionales que rigen cuando
las partes acuerdan someter su contrato a ellas o, simplemente, si los contratantes acordaron regirse
por los principios generales del Derecho o lex mercatoria. Los principios UNIDROIT también pueden
utilizarse para interpretar o complementar otros instrumentos internacionales o el Derecho nacional.
Ámbito de aplicación.
El artículo inaugural de la CVCIM puede definirse técnicamente como una norma de conflicto unilateral
que delimita el ámbito de aplicación espacial y material de la Convención.
En efecto, el art. 1 prescribe que:
l. La presente Convención se aplicará a los contratos de compraventa de mercaderías entre partes que
tengan sus establecimientos en Estados diferentes:
a) Cuando esos Estados sean Estados contratantes; o
b) Cuando las normas de Derecho Internacional Privado prevean la aplicación de la ley de un Estado
contratante.
2. No se tendrá en cuenta el hecho de que las partes tengan sus establecimientos en Estados diferentes
cuando ello no resulte del contrato, ni de los tratos entre ellas ni de información revelada por las partes
en cualquier momento antes de la celebración del contrato o en el momento de su celebración.
3. A los efectos de determinar la aplicación de la presente Convención no se tendrán en cuenta ni la
nacionalidad de las partes ni el carácter civil o comercial de las partes o del contrato.
Ahora bien, dado que la mayoría de los términos contenidos en la misma no se encuentran definidos en
el texto de la CVCIM es imprescindible ensayar un análisis esquemático de las conceptualizaciones que
se desprenden de cada uno de ellos a los fines de determinar el alcance del instrumento.
Para ser aplicable a la formación de los contratos, la propuesta de celebración del contrato debe ser
simultánea o posterior a la vigencia de la Convención en los Estados involucrados.
Autonomía de la voluntad.
El art. 6 consagra el carácter dispositivo de la Convención, desde que lo prescripto por ella puede ser
excluido total o parcialmente, antes, durante o después de su ejecución, expresa o tácitamente.
• Manera expresa: Mediante acuerdo especial. Deberá tenerse en cuenta la reserva hecha por nuestro
país en cuanto al requerimiento de la forma escrita.
• Manera tácita: Se desprende del conjunto de circunstancias que rodean el contrato, las que deberán
ser interpretadas según las pautas o principios que la misma Convención proporciona.
Jurisdicción internacional.
Dimensión autónoma.
Hasta la reciente reforma con el Código Civil y Comercial de la Nación no existía en el Derecho de fuente
interna argentina una norma de jurisdicción referida específicamente a los contratos de
consumo.g
El flamante Código Civil y Comercial contempló expresamente los contratos de consumo en el ámbito
del DI Pr, regulándolos en el Título 4 "Disposiciones de Derecho Internacional Privado", Capítulo 3 de la
Sección 12.
De esta manera el art. 2654 establece en materia de jurisdicción internacional lo siguiente:
Las demandas que versen sobre relaciones de consumo pueden interponerse, a elección del
consumidor, ante los jueces del lugar de celebración del contrato, del cumplimiento de la prestación del
servicio, de la entrega de bienes, del cumplimiento de la obligación de garantía, del domicilio del
demandado o del lugar donde el consumidor realiza actos necesarios para la celebración del contrato.
También son competentes los jueces del Estado donde el demandado tiene sucursal, agencia o
cualquier forma de representación comercial, cuando estas hayan intervenido en la celebración del
contrato o cuando el demandado las haya mencionado a los efectos del cumplimiento de una garantía
contractual.
La acción entablada contra el consumidor por la otra parte contratante solo puede interponerse ante los
jueces del Estado del domicilio del consumidor. En esta materia no se admite el acuerdo de elección
de foro.
De manera exclusiva el Código Civil y Comercial adopta el foro del domicilio del consumidor, con lo cual
se intenta conceder a su persona la facilidad de litigar en el lugar en que tiene todo al alcance de su
mano.
Derecho aplicable.
Dimensión autónoma.
Debemos tener presente que en la reciente legislación nuestro país no sólo incorpora normas
específicas en materia de jurisdicción para las relaciones de consumo, sino también con relación al
Derecho aplicable.
Así, el art. 2655 establece:
Derecho aplicable. Los contratos de consumo se rigen por el Derecho del Estado del domicilio del
consumidor en los siguientes casos:
a) Si la conclusión del contrato fue precedida de una oferta o de una publicidad o actividad realizada en
el Estado del domicilio del consumidor y éste ha cumplido en él los actos necesarios para la conclusión
del contrato.
b) si el proveedor ha recibido el pedido en el Esta do del domicilio del consumidor.
c) si el consumidor fue inducido por su proveedor a desplazarse a un Estado extranjero a los fines de
efectuar en él su pedido.
d) si los contratos de viaje, por un precio global, comprenden prestaciones combinadas de transporte y
alojamiento.
En su defecto, los contratos de consumo se rigen por el Derecho del país del lugar de cumplimiento. En
caso de no poder determinarse el lugar de cumplimiento, el contrato se rige por el Derecho del lugar de
celebración.
La regla clave que asume el rol de eje en torno al cual gira la normativa adoptada es la proscripción de la
autonomía de la voluntad. Esta postura está fundada en la política tuitiva, que conduce a la adopción de
normas materialmente orientadas en resguardo del consumidor, las que necesariamente surgen del
análisis de las especificidades propias de estas relaciones, a saber: el desequilibrio informativo, la
discontinuidad, la masificación y las dificultades de re ejecución.
A fin de aplicar el Derecho del domicilio del consumidor deben materializarse las hipótesis
especialmente consignadas que se desprenden de cuestiones vinculadas con el Estado en que el
proveedor lleve a cabo la oferta, publicidad o actividad, que debe ser el del domicilio del consumidor en
el que éste cumple los actos requeridos para concluir el contrato; que el proveedor reciba el pedido en
el Estado en que el consumidor se domicilia; que el consumidor sea inducido a trasladarse a un Estado
extranjero con el objetivo de realizar en ese país su pedido, o en la hipótesis en que se trate de
contratos de viaje, por un precio global, cuando comprenden prestaciones combinadas de transporte y
alojamiento.
En el ordenamiento interno se regulan estas cuestiones con criterios favorables a la defensa del
vulnerable. En consecuencia, aplicar la ley del domicilio del consumidor en una demanda interpuesta
ante el juez nacional conduce directamente a la aplicación del Derecho interno del domicilio del
accionante en la República.