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GUÍA

E XPOSICIÓN DE RODILLAS

MI DIOS, YO CREO, ADORO, ESPERO Y OS AMO.


OS PIDO PERDÓN POR LOS QUE NO CREEN, NO ADORAN,
NO ESPERAN Y NO OS AMAN.

GUÍA
Hemos comenzado la Cuaresma: una nueva oportunidad que el Señor nos
concede a cada uno de nosotros para convertirnos a él.
Decía el Papa en su catequesis semanal: La conciencia de las maravillas que el
Señor ha obrado por nuestra salvación dispone nuestra mente y nuestro corazón a
una actitud de gratitud a Dios por lo que Él nos ha dado, por todo lo que realiza a
favor de su Pueblo y de la entera el humanidad. Desde aquí comienza nuestra
conversión: ésta es la respuesta agradecida al misterio estupendo del amor de Dios.
Cuando nosotros vemos este amor que Dios tiene por nosotros, sentimos el deseo
de acercarnos a Él y ésta es la conversión.

Venimos en esta noche ante Jesús Sacramentado. Queremos darle gracias,


adorarlo y alabarlo porque reconocemos las maravillas que ha realizado por
nuestra salvación. Venimos a reconocernos pecadores y desagradecidos por
no saber responder adecuadamente a su amor. Venimos a pedirle ayuda y
fortaleza para vivir más y mejor nuestra condición de hijos y discípulos.
Desde el Sacramento de la Eucaristía -fruto del sacrificio de la Cruz-, Jesús
nos dice: “Por ti he dado la vida, ¿no es suficiente muestra de amor?”
BREVE SILENCIO
IMPROPERIOS
Utilizando el texto de los Improperios que la Iglesia canta en el Viernes Santo durante
la adoración de la cruz, escuchemos la queja dolorosa del Señor: es Jesús que nos
habla y nos dice:
¡Pueblo mío! ¿Qué te he hecho, en qué te he ofendido? Respóndeme.
Yo te saqué de Egipto; tú preparaste una cruz para tu Salvador.
Yo te guié cuarenta años por el desierto, te alimenté con el maná,
te introduje en una tierra excelente;
tú preparaste una cruz para tu Salvador.
R/. Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal:
Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
¿Qué más pude hacer por ti? Yo te planté como viña mía, escogida y hermosa.
¡Qué amarga te has vuelto conmigo! Para mi sed me diste vinagre,
con la lanza traspasaste el costado a tu Salvador.
Yo por ti azoté a Egipto y a sus primogénitos; tú
me entregaste para que me azotaran. Yo te
saqué de Egipto, sumergiendo al Faraón en el
mar Rojo; tú me entregaste a los sumos
sacerdotes. Yo abrí el mar delante de ti; tú con
la lanza abriste mi costado. Yo te guiaba con
una columna de nube; tú me guiaste al
pretorio de Pilato.
Yo te sustenté con el maná, en el desierto; tú me
abofeteaste y me azotaste.
Yo te di a beber el agua salvadora que brotó
de la peña;
tú me diste a beber hiel y vinagre.
Yo por ti herí a los reyes cananeos; tú me heriste
la cabeza con la caña.
Yo te di un cetro real; tú me pusiste una corona de espinas.
Yo te levanté con gran poder; tú me colgaste del patíbulo de la cruz.
BREVE SILENCIO Y SENTADOS

ectura del profeta Miqueas 6, 1-8


Escuchad lo que dice el Señor: «¡Levántate, llama a
juicio a los montes y que las colinas escuchen tu voz!»
Escuchad, montes, el juicio de Dios, prestad oído,
cimientos de la tierra, pues el Señor entabla juicio con su pueblo, se
querella contra Israel: «Pueblo mío, ¿qué te he hecho? ¿En qué te he
molestado? Respóndeme.
Pues yo te saqué del país de Egipto, te rescaté de la esclavitud
y mandé delante de ti a Moisés, Aarón y María.
Pueblo mío, recuerda lo que maquinaba Balac, rey de Moab, y lo que
le contestó Balaán, hijo de Beor, ... desde Sitín hasta Guilgal, para que
comprendas la justicia de Dios.»
-«¿Con qué me presentaré ante el Señor y me inclinaré ante el Dios
de lo alto? ¿Me presentaré con holocaustos, con terneros añojos?
¿Aceptará el Señor miles de carneros, miriadas de ríos de aceite?
¿Ofreceré mi primogénito por mi delito, el fruto de mis entrañas por
mi propio pecado?»
-«Se te ha hecho saber, hombre, lo que es bueno, lo que el Señor
quiere de ti: tan sólo respetar el derecho, amar la lealtad y proceder
humildemente con tu Dios.».
Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.

MEDITACIÓN
La Cuaresma nos prepara a este momento tan importante, y por eso la Cuaresma
es un tiempo "fuerte", un punto de inflexión que puede favorecer en cada uno de
nosotros el cambio, la conversión. Todos nosotros necesitamos mejorar, cambiar a
mejor, y la Cuaresma nos ayuda a salir de las costumbres cansadas y de la perezosa
adicción al mal que nos insidia. En el tiempo cuaresmal, la Iglesia nos dirige dos
importantes invitaciones: tomar conciencia más viva de la obra redentora de Cristo;
vivir con mayor compromiso el propio
Bautismo.
*** V/. Como el hijo pródigo, manifestemos el deseo de volver a la Casa del Padre:
CANTO

La conciencia de las maravillas que el Señor. (párrafo de la monición de


entrada).
***
Medita sobre las maravillas que Dios ha obrado en ti, en tu historia personal.
SALMO No olvidéis las acciones del Señor.
Fiesta de la Exaltación

Vivir a fondo el Bautismo – aquí está la segunda invitación – significa no


acostumbrarnos a las situaciones de degradación y miseria que nos
encontramos caminando por las calles de nuestras ciudades y nuestros países.
Existe el riesgo de aceptar pasivamente ciertos comportamientos y de no
asombrarnos ante las tristes realidades que nos rodean. Nos acostumbramos a
la violencia, como si se tratara de una noticia diaria asumida; nos acostumbramos a
los hermanos y hermanas que duermen en la calle, que no tienen un techo donde
refugiarse. Nos acostumbramos a los prófugos en busca de libertad y dignidad, que
no son acogidos como se debería. Nos acostumbramos a vivir en una sociedad que
pretende prescindir de Dios, en la que los padres ya no enseñan a sus hijos a orar ni
a hacerse la señal de la cruz.
Y yo os pregunto: vuestros hijos, vuestros niños, ¿saben hacerse el signo de la
cruz? Pensad: ¿vuestros nietos saben hacerse el signo de la cruz? ¿Les habéis
enseñado a hacerlo? Pensadlo y contestad en vuestro corazón. ¿Saben rezar el
Padrenuestro? ¿Saben rezar a la Virgen con el Avemaría? Pensadlo y respondeos
a vosotros mismos. ¡Este acostumbrarnos a comportamientos no
cristianos y cómodos nos narcotiza el corazón!

CANTO
La Cuaresma llega a nosotros como un tiempo providencial para cambiar de
rumbo, para recuperar la capacidad de reaccionar frente a la realidad del mal
que siempre nos desafía. La Cuaresma se vive como un tiempo de conversión,
de renovación personal y comunitaria mediante el acercamiento a Dios y la
adhesión confiada al Evangelio. De este modo nos permite mirar con ojos
nuevos a los hermanos y a sus necesidades. Por esto la Cuaresma es un
momento favorable para convertirse al amor a Dios y al prójimo; un amor que
sepa hacer propio la actitud de gratuidad y de misericordia del Señor, el cual “se
hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” (cfr. 2 Cor 8, 9). Meditando los
misterios centrales de la fe, la pasión, la cruz y la resurrección de Cristo, nos
daremos cuenta de que el don sin medida de la Redención se nos ha dado por la
iniciativa gratuita de Dios.
CANTO

Acción de gracias a Dios por el misterio de su amor crucificado; fe


auténtica, conversión y apertura del corazón a los hermanos:
estos son los elementos esenciales para vivir el tiempo de
Cuaresma. En este camino, queremos invocar con particular
confianza la protección y la ayuda de la Virgen María: que sea
Ella, la primera creyente en Cristo, la que nos acompañe en los
días de oración intensa y penitencia, para llegar a celebrar purificados y
renovados en el espíritu, el gran misterio de la
Pascua de su Hijo.

BENDCIÓN Y RESERVA

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