Está en la página 1de 7

A modo de introducción: Prevenir para no curar...

El conflicto, las confrontaciones y las situaciones problemáticas forman parte de la vida, y


aportan a las relaciones humanas dinamismo. En las escuelas, por lo tanto, el conflicto es un
emergente natural de las relaciones humanas. Aquello que se debe evitar es la violencia con
la que se pretende manejarlos. Enseñando que hay otras maneras, y mejores, de hacerlo.
Generando convivencia entendida como el arte de vivir juntos y de vivir bien es el método
más efectivo de prevenir violencia. En los espacios de convivencia auténtica no hay lugar
para la violencia.1 En la medida que las Instituciones educativas generen un ambiente (no
solo espacial) espiritual y educativo caracterizado por la confianza y la familiaridad, no será
necesario lidiar con la violencia, ya que esta no sería un factor presente en los conflictos.
Esta es la medida de Prevenir, no curar, como el título señala. No se trata de una afirmación
ilusa que pretende evadir la realidad de los conflictos en las relaciones humanas dentro de
la Institución escolar. Ya que, claro está, se debe tener una estrategia de acción definida
para el antes, el durante y el después. En el presente trabajo nos abocaremos
fundamentalmente a la estrategia de acción del antes. Dada la extensión del mismo el tema
no se profundizará de la manera deseada. Tampoco se aborda toda la problemática en su
conjunto. Pretendo reflexionar respecto a la metodología de acción preventiva. Para ello, he
seleccionado algunos temas andamio que debieran servir como tutores para fortalecer la
metodología institucional específica. A su vez, en el desarrollo he intercalado momentos de
un relato que pretende contextualizar de qué manera un agente educativo arribaría a las
presentes conclusiones.

1 Cfr. Manual de Orientaciones para la intervención educativa en situaciones complejas relacionadas con la vida escolar.
Crear ambiente
Cambiar el ambiente. Crear el ambiente, ¿para qué? ¿qué sentido tiene esta formulación?
Se debe gestar desde el primer momento el ambiente propicio para que la enseñanza se
desenvuelva de la mejor manera posible. Ambiente social, emocional, afectivo, y por ello
institucional. Sería iluso pretender abordar conflictos en una institución educativa en
marcha sin revisar el ambiente que ésta inevitablemente genera. Así como sería iluso
pretender solucionar la humedad de una casa sin analizar los planos o los materiales de la
misma. Se trata de crear o de re-crear para así cambiar el presente ambiente que la
institución, cualquiera fuera, inevitablemente genera. El ambiente que la institución suda y
contagia hacia todos sus participantes.

Para crear o re-crear hay que estar dispuestos a detenerse, dar lugar a la reflexión, ser
críticos, sinceros. Examinarse, conocerse y reconocerse como institución. Para luego
proyectar y definir el carisma, la espiritualidad y/o ambiente que se quiere generar. Ya que
el foco de la institución no debe ser la de educar árboles altos, sino bosques.

Claudio sale con prisa de la escuela. La última clase le llevó más tiempo de lo previsto y

ahora le urgen compromisos en otros lugares. Mientras se dirige hacia su auto, es

interceptado por algunos ex-alumnos que lo quieren saludar. A pesar de su urgencia, Claudio

no puede no sentir agrado por los vínculos y el cariño forjado con los muchachos. Echa una

mirada al reloj, nota que definitivamente no llegará a destino cuando lo había pensado.

Decide sacarle provecho al encuentro espontáneo. Invita a aquellos dos muchachos a tomar

un café antes de continuar la tarde. Él les cuenta las buenas nuevas, asumirá como director

del cole. La conversación respecto a la cotidianeidad del “profe” se presta para la

melancolía. Los “chicos” se sinceran con Claudio y le confiesan que les alegra que un

profesor que siempre ha estado dispuesto a escucharlos pueda ser más oído en la

institución. Aquellos chicos quedaron marcados por su “cole”. Claudio los mira e

inevitablemente siente pena. El cole no ha dejado en ellos huella, ha dejado herida.

1
No se trata de realizar una queja ante las condiciones regulares. Es un punto de partida
para una tarea educativa de carácter preventivo, que no desatiende la “situación” en la que
se encuentran los estudiantes, y que tampoco se “frena” pasmada ante la magnitud de la
empresa que tiene por delante. Si el ambiente en el que actuamos hasta ahora empobrece a
las personas en todo sentido, lo inicial entonces es entender la educación preventiva como
“rebeldía”. La rebeldía es, en sí misma, una actitud de oposición respecto a conductas,
estructuras, ideas y lo que fuera, que se tienen por injustos, degradantes o nocivos. Por
tanto se presenta la rebeldía que supone descubrir los valores más altos del espíritu
humano, y una vez descubiertos, aceptarlos, preferirlos y comprometerse con ellos
“vitalmente”...teniendo la valentía y la audacia de decidirse a vivir contra corriente.

Preventividad como estrategia de acción

La preventividad se opone radicalmente a la postura reactiva (que lamentablemente


muchas escuelas toman). Procura evitar que ocurran esas consecuencias más que tener que
ocuparse en ponerle luego remedio a los hechos consumados. Supone labor de los docentes
para pre-ver y pre-venir las consecuencias indeseables de los problemas que pudieran
suscitarse en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para que no se trate de tener una
reacción adecuada a una acción o suceso indeseable. Esta es una manera de entender la
prevención, como oposición a los métodos coactivos, que consisten en dar a conocer las
normas a los alumnos y vigilar después para detectar su incumplimiento, castigando a los
transgresores.

A la espera que el cuerpo docente llegue a la reunión por él citada, Claudio repasa en su

mente las escenas de la película “Los coristas” y aquella discusión entre docente y director

respecto a las metodologías asumidas ante el conflicto. Resuena en su cabeza la frase del

director: “ACCIÓN-REACCIÓN”. Él ya no desea ver más esa estrategia en el lugar que

debe ser cuna de valores, ideales y proyectos.

2
Repasa la propuesta que presentará a los docentes, recuerda haber leído en sus nuevos

tiempos de estudio-nocturno “Lo ideal es prevenir el mayor número de conflictos posibles” 2.

Sabe que serán muchos los colegas que, por haber dejado apagar la llama de su vocación, se

opondrán a una propuesta tan exigente como la Prevención. Pero está convencido que el

cambio es necesario, y sobre todo que es posible. Saluda a los primeros en llegar, recibe a

los docentes de manera afectuosa, comienza el diálogo (porque sabe que no debe tratarse

de exposición magistral) con una idea clara: Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia .

La actitud preventiva impulsa a desarrollar metodologías pro-activas, que puedan


comprometer las energías del alumno en alcanzar metas superadoras que le atraigan por su
nobleza. Educa en positivo, en cuanto descubre “lo mejor” de cada uno, para expresarlo en
vivencias adecuadas. En cuanto a las dificultades, han de considerarse positivamente, como
oportunidades verdaderas de aprendizaje. Es preciso que los alumnos algunas veces se
equivoquen. Pero los docentes deben llevar adelante la labor con serenidad, con mucha
paciencia, para avanzar junto a los estudiantes paso a paso, como guías, haciéndoles ver las
cosas con objetividad.

Los métodos preventivos son más fáciles, agradables y ventajosos para los alumnos, pero
son más costosos para el ánimo de los educadores, ya que exigen mayor dedicación y
mucha rectitud de intención. Debe volver a pensarse como desafío, como rebeldía, la
rebeldía de atreverse a vivir de otra manera, porque “se puede”.

Caminar por sí mismo

El método preventivo supone educar en la libertad. Lo cual puede representar un riesgo


para muchos agentes educativos que deberán habituarse a correr con la prudencia precisa,
sabiendo estar muy atentos para recoger a los alumnos cuando den un traspié. Desde la
cercanía, la compañía y la contención. Desde la asistencia. Enseñar a los alumnos a caminar
por sí mismos promueve acciones responsables y autónomas a partir de verdaderas
decisiones personales libres. Se trata de transmitir un espíritu de deportividad, que los
alumnos sepan y habitúen rectificar, comenzar y recomenzar. Ya que en concepto de
pedagogía, lo que interesa es la conducta del ser humano en cuanto tal3.

2 Manual de Orientaciones para la intervención educativa en situaciones complejas relacionadas con la vida escolar.
3 El método pedagógico preventivo de Don Bosco se fundamenta en la convicción de la dignidad del hombre como Hijo de
Dios.

3
Claudio se queda luego de hora en su nueva oficina de director del Cole. Lo acompaña Agustín,

alumno suyo de Geografía. Claudio piensa lo provechoso que ha sido quedarse con las horas

cátedra además de su nuevo puesto. No ha perdido el vínculo con sus alumnos y ahora puede

escucharlos desde un nuevo lugar. Observa atentamente al alumno que se encuentra con él: la

forma desestructurada de sentarse, la camisa desaliñada… pero la pasión al hablar y el brillo

en sus ojos. “Todo comunica”, piensa Claudio, “todo comunica”.

En las instituciones educativas no sólo se debe promover la libertad interior y la


responsabilización creciente para con los alumnos, sino que es preciso que ellos lo
sepan. Se trata de que el ambiente creado de confianza tenga alcance para todos los
vínculos institucionales. Como ha expresado Don Bosco, fundador del método
pedagógico preventivo, se trata de hacerse amar, no temer. No sólo deben ser queridos,
sino que deben ser conscientes de ello. Para lo cual es menester vivir y practicar la
escucha activa, no sólo porque se propone en la Ley de protección integral de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes4, sino porque dignifica al otro como ser
humano.

Según el método mayéutico socrático la labor del sabio, o la del docente, consiste sólo
en ayudar o guiar al discípulo, o al alumno, y no en transmitirle información. Lo que
busca no es “informar”, sino formar5. Y así en cuanto a las normas, “la letra” formulada
objetivamente sea internalizada subjetivamente6. Porque se la comprende como
facilitadora de ambiente y actividades significativas.

4 Art. 24 “Derecho a opinar y ser oído” Ley 26061


5 Añadiendo el tinte salesiano: formar “Buenos cristianos y honestos ciudadanos”.
6 Las instituciones educativas. Cara y Ceca

4
Conclusión

Al filósofo del siglo IV a.C Heráclito se le atribuye la frase “En los mismos ríos entramos y
no entramos, pues somos y no somos los mismos”. Dicha frase representa el punto de
llegada que podemos realizar en el presente trabajo. No hemos descubierto nuevas
metodologías. No se ha presentado una solución a los conflictos escolares. Pero se ha
comenzado, o continuado, el camino de la práctica profesional reflexiva. En la medida que
nos inspeccionamos y reflexionamos, dispuestos a reorganizar nuestros métodos, estamos
en posibilidad de crecer como profesionales y de hacer crecer a los alumnos como personas.
En ningún momento pretendí presentar soluciones innovadoras a la problemática del
conflicto escolar, sino renovar la mirada y el abordaje de dichas situaciones. He tenido
posibilidad de profundizar respecto a las normativas vigentes respecto a los temas
propuestos. Y sobre todo, me he visto enriquecida, y por ello estoy agradecida, por la
posibilidad de reflexionar respecto al conflicto sin abordarlo como un mal.

En cuanto una Institución educativa aborde un ideario Preventivo podrá gestionar los
conflictos haciendo de ellos oportunidades de sano aprendizaje. Para dejar huellas, no
heridas.

5
Bibliografía
● “Ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes”- N°
26061- Ministerio de Justicia y Derechos Humanos-Presidencia de la Nación
● “Ley de educación nacional” N° 26206 - Ministerio de Justicia y Derechos Humanos-
Presidencia de la Nación
● “Orientaciones para la intervención educativa en situaciones complejas relacionadas
con la vida escolar”-Ministerio de Educación-Gobierno de Santa Fe
● “Sistema Preventivo”- Lenti. Capítulo III “Don Bosco, educador y maestro espiritual”-
Versión digital
● “Próxima Parada, de la r-evolución a la acción”- Norbert Monfort. Ediciones Logos
2017

También podría gustarte