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Tony Garnier
y la ciudad industrial, 1899-1918

Nuestra ciudad es una imaginación sin reali­ s1on normal, que las leyes actuales no autori­
dad; digamos, sin embargo, que las ciudades zan. Así pues, hemos admitido que la sociedad,
de Rive-de-Gier, Saint-Étienne, Saint-Chamond, de ahora en adelante, dispone libremente del
Chasse y Givors tienen necesidades análogas a suelo, y que es ella quien debe ocuparse del su­
las de la ciudad imaginada por nosotros. La re­ ministro de agua, pan, carne, leche y medica­
gión del sureste de Francia es en la que situa­ mentos, en razón de los múltiples cuidados que
mos el lugar de este estudio, y son los mate­ reclaman estos productos.
riales que se usan en esta región los que em­ Tony Garnier
plearemos como medios de construcción. Prefacio a Une Cité industrielle, 1917
La razón determinante del establecimiento
de semejante ciudad puede ser la proximidad
de materias primas a elaborar, o bien la exis­ Sería difícil imaginar una declaración más con­
tencia de una fuerza natural susceptible de ser cisa de los preceptos económicos y técnicos bá­
utilizada para el trabajo, o incluso la comodidad sicos para la fundación y organización de una
de los medios de transporte. Aquí, es la fuerza ciudad moderna. La propia lucidez de este resu­
del torrente lo que le da origen; hay también men -la única elaboración teórica de Garnier en
minas en la región, pero se puede imaginar que toda su carrera- refleja, en su tono y en su con­
estén más alejadas. tenido, la naturaleza fundamentalmente radical
El cauce del torrente está cortado; una plan­ de su vida y su trabajo. Nacido en Lyón en 1869
ta hidroeléctrica distribuye la energía, la luz y la y criado en un barrio de obreros radicales, estu­
calefacción a las fábricas y a toda la ciudad. vo coherentemente comprometido con la causa
La fábrica principal está situada en la llanu­ socialista hasta su muerte en 1948.
ra, en el encuentro del torrente con el río. Una La educación de Garnier y el compromiso de
vía férrea de larga distancia pasa entre la fábri­ su carrera profesional son inseparables de la
ca y la ciudad, colocada ésta más alta, sobre ciudad de Lyón. El sindicalismo y el socialismo
una meseta. Más arriba todavía se distribuyen radicales que la ciudad cultivaba derivaban del
los establecimientos sanitarios; al igual que la hecho de que era uno de los centros industria­
propia ciudad, están abrigados de los vientos les más progresistas de la Francia del siglo x1x,
fríos y orientados hacia el sur, en terrazas a un con industrias metalúrgicas y de seda ya bien
lado del río. Cada uno de estos elementos prin­ arraigadas en la época del nacimiento de Gar­
cipales (fábrica, ciudad, establecimientos para nier. Además de su favorable localización en el
enfermos) está aislado de manera que sea posi­ corredor Ródano-Saona, el crecimiento de Lyón
ble su ampliación... se había visto estimulado poco después de me­
Buscando las disposiciones que satisfagan diados de siglo por uno de los primeros enlaces
mejor las necesidades materiales y morales del ferroviarios de Francia. En la década de 1880,
individuo, nos hemos visto inducidos a crear con la electrificación de los tranvías y las redes
unas ordenanzas concernientes a estas disposi­ ferroviarias locales, la ciudad estaba muy bien
ciones (ordenanzas de vías públicas, ordenan­ colocada para convertirse en un importante
zas de salubridad, etcétera) y a suponer ya rea­ centro de innovación técnica e industrial. La fo­
lizados ciertos progresos de orden social de los tografía, la cinematografía, la producción hidro­
que resultaría para estas ordenanzas una exten- eléctrica, la fabricación de automóviles y la

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aviación: todas estas actividades dieron allí sus
primeros pasos entre 1882 y principios de siglo.
La influencia de este ambiente técnico sin duda
encontró su reflejo en el proyecto de Garnier
para una 'Cité industrielle', expuesta por prime­
ra vez en 1904: un proyecto que ponía de mani­
fiesto su creencia de que las ciudades del futu­
ro habrían de tener su base en la industria.
En los planes de la Cité de Garnier también
se plasmaban otros aspectos de la cultura de
Lyón, especialmente el movimiento regionalista
francés en favor de la revitalización de la cultu­
ra local, que consecuentemente estaba compro­
metido con los planteamientos políticos del fe­
deralismo y la descentralización. Así, Garnier
incluyó una antigua ciudad medieval dentro de 80 Garnier, planta esquemática de la Cité Industrie­
los confines de su ciudad industrial. La impor­ lle, 1904-1917. Debajo de los hospitales está el centro
tancia que otorgaba a estos fundamentos se re­ administrativo y cultural, flanqueado por las vivien­
das.
fleja en la situación de la estación ferroviaria
principal, muy cercana a este centro regional.
La municipalidad de Lyón fue también im­ Desde la época en que había sido por prime­
portante, incluso en la juventud de Garnier, ra vez logiste del Prix de Rome en 1892, Garnier
para su enfoque progresista del proceso de ur­ había estado inmerso en el clima cada vez más
banización. Las calles de la ciudad habían sido radical de París, presidido por la figura de Jean
regularizadas entre 1853 y 1864; a partir de Jaures, que llegó a ser diputado socialista en
1880 -como parte de un programa de erradica­ 1893. El escenario político parisiense se galva­
ción de barrios degradados-, se había empren­ nizó a partir de 1897 debido al caso Dreyfus, un
dido la mejora de las redes de agua y alcan­ acontecimiento que convirtió a Émile Zola en
tarillado; y alrededor de 1883 comenzó a pro­ un defensor apasionado de la reforma radical.
porcionar toda una gama de prestaciones socia­ De ahí surgió la primera novela socialista utópi­
les que incluían escuelas, viviendas para obre­ ca de Zola, Fécondité, publicada por entregas
ros, baños, hospitales y mataderos. en 1899 en el periódico socialista L'Aurore.
Al entrar en la École des Beaux-Arts, prime­ Dado que Garnier estuvo afiliado mucho tiem­
ro en Lyón en 1886 y luego en París en 1889, po a la sociedad de amigos de Zola, segura­
Garnier quedó bajo la influencia de Julien Gua­ mente habría leído estos pasajes. En todo caso,
det, quien, como profesor de Teoría desde los primeros croquis para la ciudad industrial
1894, enseñaba no sólo los preceptos del clasi­ que hizo ese mismo año parecen reflejar esa vi­
cismo racional, sino también el análisis de los sión de un nuevo orden socioeconómico que
programas y la clasificación de tipos edificato­ Zola iba a elaborar en su segunda novela socia­
rios. El libro de Guadet Éléments et théories de lista utópica, Travail (1901).
l'architecture, de 1902, era una actualización Con una fuerte oposición en la Villa Medici,
programática de los métodos enunciados por Garnier siguió trabajando en su proyecto de
Durand en 1805 para la combinación racional ciudad a lo largo de su estancia en Roma.
de formas arquitectónicas tipificadas, y fue este Como necesario 'testimonio de estudio acadé­
enfoque elemental común con respecto al dise­ mico' preparó una reconstrucción imaginativa e
ño lo que inspiraría las carreras de los discípu­ igualmente inusitada de la ciudad romana de
los más destacados de Guadet: Garnier y Au­ Tusculum. Ésta y la primera versión de la Cité
guste Perret. Sin embargo, estos dos hombres lndustrielle se expusieron conjuntamente en Pa­
iban a tener trayectorias muy diferentes, pues rís en 1904, el año que Garnier regresó triunfan­
·mientras que Garnier, tras estar diez años en te a Lyón. Durante los 35 años siguientes iba a
París, ganó el Prix de Rome en 1899 y pasó trabajar exclusivamente en su ciudad natal y
otros cuatro años en la Academia Francesa de para ella, principalmente a las órdenes del al­
la Villa Medici, Perret dejó la escuela en 1897, calde progresista Édouard Herriot, y fue en
habiendo cursado tan sólo tres años de carrera, Lyón, a comienzos de su carrera pública, donde
para trabajar con su padre. Así, cuando la Cité Le Corbusier lo conoció en 1908.
lndustrielle se expuso por primera vez en 1904, Colocada en la escarpadura de un río, en un
Perret ya había dejado su sello como arquitecto paisaje montañoso que correspondía en térmi­
y constructor gracias al innovador edificio de vi­ nos generales al de la región de Lyón, la ciudad
viendas con estructura de hormigón armado industrial de Garnier, de 35.000 habitantes, no
construido en la Rue Franklin. era tan sólo un centro regional de tamaño me-

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dio integrado con sensibilidad en su entorno, donde un museo, una biblioteca, un teatro, un
sino también una organización urbana que anti­ estadio y una vasta piscina cubierta o edificio
cipaba en su zonificación diferenciada los prin­ de hydrothérapie se agrupan en torno al eje del
cipios de la Carta de Atenas de los CIAM, de conjunto que forman las salas de asambleas. El
1933. Era sobre todo una ciudad socialista, sin principio organizador primordial de esta cons­
murallas ni propiedad privada, sin iglesias ni trucción en forma de rombo es un peristilo de
cuarteles, sin comisaría de policía ni tribunales columnas de hormigón armado que rodean un
de justicia; una ciudad donde toda la superficie grupo de locales para reuniones sindicales y
no construida era parque público. Dentro de la una sala central de asambleas de forma circular
zona construida Garnier estableció una tipolo­ con capacidad para 3.000 asistentes, flanqueada
gía residencial variada y completa, que seguía en uno de los lados por un auditorio de 1.000
normas estrictas sobre la luz, la ventilación y plazas y en el otro por dos anfiteatros de 500,
los espacios verdes. Estos códigos y los traza­ unidos por un costado. Dedicadas ostensible­
dos combinatorios que generaban estaban mo­ mente a diferentes propósitos democráticos,
dulados mediante una jerarquía de calles arbo­ desde debates parlamentarios hasta congresos
ladas de diversas anchuras. Con una altura pasando por trabajos de comisiones y exhibi­
media de sólo dos plantas, este esquema abier­ ciones cinematográficas, las distintas clases de
to producía una densidad bastante baja, y Gar­ reuniones habrían tenido lugar aquí bajo la
nier amplió la edición de 1932 de su proyecto imagen racionalista de un reloj de veinticuatro
con sectores residenciales de mayor densidad. horas y un entablamento con relieves similares
Parte integral de los barrios residenciales eran a los de Courbet y dos inscripciones sacadas
las distintas categorías de escuelas, colocadas del Travail de Zola. El primero de estos textos
para dar servicio a distritos específicos, mien­ aludía al programa inspirado por Saint-Simon
tras que las instalaciones para la formación téc­ para alcanzar la armonía internacional a través
nica y profesional estaban situadas entre los de la producción industrial y la comunicación; y
sectores residencial e industrial. el segundo, a la celebración ritual de una utópi­
Recientemente se ha demostrado que Gar­ ca cosecha socialista:
nier no llegó solo a esta concepción de la ciu­
dad, y que entre los jóvenes pensionnaires más Estaba la buena producción de las épocas de
destacados que tuvo como compañeros en la paz: raíles y más raíles para que todas las fron­
Academia Francesa debe contarse a Léon Jaus­ teras fuesen franqueadas y para que todos los
sely, cuyo Prix de Rome de 1903, 'Una plaza pueblos vecinos formasen un solo pueblo úni­
metropolitana en un gran estado democrático', co, sobre la tierra entera surcada por carreteras.
se asemejaba en muchos aspectos al esquema, Estaban los grandes barcos de acero, no esos
el contenido y el espíritu del centro cultural y abominables barcos de guerra que llevaban la
administrativo de la Cité de Garnier, representa­ devastación y la muerte, sino barcos de solida­
da como 'un espacio de apariencia pública' ridad y fraternidad, que intercambiaban los pro-

81 Garnier, Cité lndustrielle: el centro (con el edificio de asambleas en forma de rombo), y las viviendas, 1917.

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duetos de los continentes, multiplicando por las Máquinas de Contamin, de 1889), la Cité ln­
diez las riquezas domésticas de la humanidad, dustrielle seguía siendo por encima de todo la
hasta el momento en que una formidable abun­ visión de una arcadia mediterránea socialista.
dancia reinase por doquier. Pese a toda la influencia que Garnier recibió
en Roma de otros importantes urbanistas fran­
Se decidió que la fiesta tuviese lugar al aire li­ ceses, como Léon Jaussely y Eugene Hénard
bre, cerca del pueblo, en un vasto campo don­ -cuyos primeros artículos sobre la transforma­
de se alzaban como columnas simétricas de un ción urbana aparecieron en 1903-, la contribu­
templo gigantesco /os a/tos almiares color de ción más singular de su ciudad radicaba tanto
oro bajo el so/ cfaro. Hasta el infinito, hasta ef en el extraordinario nivel de detalle con el que
lejano horizonte, la columnata se prolongaba estaba desarrollada como en la 'modernidad'
revelando la fecundidad inagotabfe de la tierra. de su visión. El proyecto de Garnier no sólo es­
Y fue allí donde cantaron y bailaron, con ef tipulaba los principios y el trazado de una hipo­
buen ofor del grano maduro, en medio de la lla­ tética ciudad industrial; también definía, a mu­
nura inmensa y fértil, de fa que el trabajo de fos chas escalas diferentes, la sustancia específica
hombres, reconciliados por fin, obtenía pan su­ de su tipología urbana, al tiempo que daba indi­
ficiente para la felicidad de todos. caciones precisas acerca del modo de construir­
la con hormigón y acero. Nada tan completo
Este último pasaje evocaba directamente esa como esto se había intentado desde la ciudad
vida y ese paisaje clásicos y arcádicos que Gar­ ideal de Chaux, ideada por Ledoux en 1804.
nier había entendido por primera vez completa­ Aunque Une Cité industrie/le no se publicó has­
mente tras su visita a Grecia en 1903. Al igual ta 1917, la contribución de su autor al urbanis­
que el ágora -de la que pretendía ser el equiva­ mo contemporáneo ya se estaba reconociendo
lente moderno- el edificio de asambleas de hacia 1920, cuando Le Corbusier incluyó algu­
Garnier se representaba poblado de figuras nas láminas de la Cité en la publicación purista
misteriosas cuyas ropas de estilo Biedermeier L'Esprit Nouveau.
evocaban una atmósfera adecuadamente clási­ Pese al evidente impacto de la Cité en el
ca. Sus casas iban a ser igualmente sencillas, pensamiento urbanístico de Le Corbusier, su in­
sin cornisas ni molduras, y en muchos casos or­ fluencia general fue limitada, ya que, aparte de
ganizadas alrededor de patios y desaguadas las obras aisladas de Garnier en Lyón, sus pro­
mediante impluvia. En resumen, pese al uso de puestas básicas nunca se pusieron a prueba ni
avanzados métodos constructivos, a la adop­ se publicaron exhaustivamente. Al contrario
ción integral del hormigón armado (Hennebi­ que el modelo de ciudad jardín concebido por
que) y al empleo de grandes arcos de acero en Ebenezer Howard en 1898 -que se hizo realidad
el sector industrial (a la m·anera de la Galería de como estrategia promociona! en Letchworth

82 Garnier, Cité lndustrielle: detalle del edificio de asambleas, 1904-1917.

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Garden City, en 1903-, la ciudad industrial de formista de comunidades de tipo 'ciudad jardín'
Garnier difícilmente puede calificarse como un y, finalmente, a las New Towns, un programa
modelo comprobado. De hecho, estas dos alter­ igualmente pragmático para la fundación de
nativas no podían ser más opuestas, pues nuevas ciudades surgido en Inglaterra después
mientras que la Cité de Garnier era inherente­ de la II Guerra Mundial.
mente expansible y estaba dotada de cierta au­ El pensamiento urbanístico de Garnier que­
tonomía debido al respaldo de su industria dó expresado en sus Grands travaux de la vil/e
pesada, la Rurisville de Howard era limitada en de Lyon, de 1920: los mataderos de 1906-1932,
su tamaño y económicamente dependiente al el hospital Grande Blanche de 1909-1930, y el
basarse en la industria ligera y en la agricultura barrio de los États-Unis, diseñado en 1924 y
de pequeña escala. Y mientras que la Cité de construido hacia 1935. Cada uno de estos con­
Garnier, junto con el proyecto de Jaussely para juntos era prácticamente una ciudad en minia­
Barcelona de 1904, iba a influir en los modelos tura que reafirmaba mediante sus servicios la
urbanísticos teóricos desarrollados durante la soberanía de la ciudad como fuerza civilizadora:
primera década de la Unión Soviética, el esque­ una misión para la que la ciudad jardín anglo­
ma de Howard iba a llevar a la proliferación re- sajona tenia poca capacidad.

83 Garnier, matadero
en La Mouche,
Lyón, 1917.

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